A la izquierda Iván Muñiz y el equipo de arqueólogos que excavan en la última fase del foso. Foto: Ricardo Solís |
La importancia del hallazgo está fuera de toda duda, según los expertos. «Las características del foso vuelven a remitir a un proyecto arquitectónico muy refinado puesto que sus formas depuradas, sus escalonamientos y su diseño muy lineal indican el cuidado que se puso en su ejecución. Completaba toda la escenografía de la entrada, el aspecto publicitario del castillo como símbolo del poderío de los reyes asturianos», afirmó el arqueólogo.
El equipo de arqueólogos ha recuperado en las últimas semanas un tramo del foso que permite apreciar la construcción que llevaba muchos siglos oculta. «Las excavaciones nos permiten ver el foso como lo concibieron los primeros ocupantes del castillo. Se encontraba totalmente rellenado por niveles de tierra y piedras caídos desde ambos extremos, aunque en la primera campaña, en el año 2007, ya habíamos intuido la existencia de irregularidades en el terreno, no ha sido hasta este año cuando hemos podido recuperar un tramo del foso. Todos los estratos que fueron rellenando el foso resumen la historia de la fortaleza, desde su periodo de ocupación hasta su abandono y saqueo», manifestó Muñiz.
El foso es uno de los elementos más emblemáticos de una fortaleza. Las grandes fortalezas pueden llegar a tener varios fosos de distinto tamaño que no solo forman parte de los sistemas defensivos sino que contribuyen a su monumentalidad. «En el castillo de Gauzón hemos podido documentar al menos cuatro cárcavas o cortes en el terreno y sabemos que hubo más pues en el siglo XVIII Jovellanos menciona varios fosos en el espacio que hoy atraviesa la carretera general, entre Raíces Nuevo y Salinas. El último foso que habría de salvarse en caso de un ataque fue excavado justo a los pies de la muralla. Cortaba el camino de acceso a la puerta por lo que hemos podido imaginar que en su día hubo de atravesarse por una rampa o pasarela, quizás de madera», explicó Iván Muñiz.
Los arqueólogos ya tienen tareas para la campaña de excavaciones de 2013. «En próximas campañas está previsto excavar la otra mitad del foso por lo que el acceso a la fortaleza recuperará su aspecto original. Los visitantes podrán volver a cruzar, siglos después de los ocupantes iniciales del castillo de Gauzón, la pasarela con el foso a sus pies», afirmó Iván Muñiz.
Asimismo, antes de finales de año, Iván Muñiz y Alejandro García esperan contar con los resultados de la prueba del carbono 14 que se realizan a los restos de madera que hallaron también este verano en la muralla del castillo de Gauzón. Los arqueólogos encontraron en las entrañas de la muralla una serie de orificios circulares de entre 7 y 10 centímetros de diámetro en los que había fragmentos de madera, posiblemente restos de grandes vigas que se utilizaron para anclar la muralla al terreno y evitar que pudiera derrumbarse.
Las excavaciones en el Peñón de Raíces comenzaron en 2007 y han permitido realizar una secuencia de la ocupación del castillo de Gauzón que se inicia entre los siglos VII y VIII, lo que significa que la fortaleza original fue anterior al rey Alfonso III que reinó en Asturias entre los años 866 y 910 y fue el artífice de la ampliación del castillo y de la etapa de esplendor de la fortaleza medieval.
(Fuente: La Nueva España / Inés Montes)
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