El proyecto de excavación arqueológica, consolidación y acondicionamiento para la puesta en valor del yacimiento de Igrexa Vella, en Santa Comba de Louro (Pontevedra), ha servido para descubrir los restos de un horno industrial de vidrio de la época tardorromana que constituye uno de los hallazgos más importantes de este espacio.
Ayer, en el transcurso de una visita cursada a la zona por los técnicos que se ocupan de la excavación, el alcalde y la concejala de Cultura de Valga, se explicaron algunas características de ese horno y se abundó en la importancia del yacimiento, sobre el que empezó a trabajarse hace ya un par de años y que se caracteriza por la existencia de un antiguo cenobio medieval reconvertido a monasterio benedictino femenino a principios del siglo XII, el cual en su última etapa habría sido un priorato de canónigos regulares de San Agustín.
En este espacio hay evidencias, y el horno citado es una de ellas, de la existencia de actividad en la época tardorromana, aunque lo más destacado hasta ahora habían sido tanto la iglesia altomedieval como la tumbas existentes.
En realidad hay secuencias históricas que abarcan desde el siglo IV al XVIII, y lo que se intenta ahora es encontrar fondos y desplegar los proyectos necesarios para poner en valor la excavación con fines museísticos.
Estos trabajos arqueológicos forman parte ya de una segunda fase de actuación en el entorno. En otoño de 2010 ya se explicaba que los arqueólogos encargados de buscar los restos de un viejo monasterio documentado en Santa Comba de Louro (parroquia de Cordeiro) habían hallado en un lugar conocido como Igrexa Vella los restos de, precisamente, una antigua iglesia, al parecer dotada de una construcción auxiliar ubicada al norte del templo que podría ser una capilla o una sacristía.
Ya se avanzó entonces que con las excavaciones salieron a la luz numerosas tumbas datadas en diferentes épocas históricas, pero se cree que las más antiguas pueden tener en torno a 900 años, que es también la antigüedad que se estima para el monasterio.
En una presentación realizada en el Museo Histórico Local de Valga en octubre de 2010 se apuntó que no era posible determinar con total seguridad si los restos topados eran los de la iglesia del monasterio, aunque sí se apuntó que el templo se convirtió en parroquial en torno al siglo XIV, y que en el XVIII lo desmontaron para construir la actual iglesia de Santa Comba de Louro.
Pero en lo referido a Igrexa Vella, hay que apuntar que son muchas las referencias escritas que se encontraron del monasterio de Santa Comba de Louro, que lo sitúan en el siglo XI. El cenobio se convertiría un siglo después en convento benedictino femenino, pasando en el siglo XIII a priorato de religiosos regulares de San Agustín, todo ello ligado al hecho de que Valga, por su proximidad a Santiago y por disponer del río Ulla en su territorio fue una zona tradicionalmente muy poblada, sobre todo a partir de la Edad Media. Esto se traduce, explican los técnicos, en la existencia de numerosos restos arqueológicos.
Estas acciones en Igrexa Vella eran complementarias de otras tan importantes como las desarrolladas en el río Ulla, Agramar y Cortinallas tratando de encontrar una zona portuaria de la época romana y la mítica "Turris Augusti", que el geógrafo Pomponio Mela situó en la época del emperador Claudio (s. I).
El horno de vidrio, en el centro de la imagen, al lado del plástico y con forma semicircular. // Foto: Iñaki Abella |
Este tipo de hornos de vidrio gozan de un importante reconocimiento entre los expertos arqueólogos de todo el país, donde hay otras muchas evidencias de este tipo de construcciones, si bien se intenta avanzar todavía mucho más en su conocimiento, y en este sentido el hallazgo de Valga puede despejar muchas dudas, sobre todo en relación con la actividad de los romanos en la comarca.
Ayer, en el transcurso de una visita cursada a la zona por los técnicos que se ocupan de la excavación, el alcalde y la concejala de Cultura de Valga, se explicaron algunas características de ese horno y se abundó en la importancia del yacimiento, sobre el que empezó a trabajarse hace ya un par de años y que se caracteriza por la existencia de un antiguo cenobio medieval reconvertido a monasterio benedictino femenino a principios del siglo XII, el cual en su última etapa habría sido un priorato de canónigos regulares de San Agustín.
En este espacio hay evidencias, y el horno citado es una de ellas, de la existencia de actividad en la época tardorromana, aunque lo más destacado hasta ahora habían sido tanto la iglesia altomedieval como la tumbas existentes.
En realidad hay secuencias históricas que abarcan desde el siglo IV al XVIII, y lo que se intenta ahora es encontrar fondos y desplegar los proyectos necesarios para poner en valor la excavación con fines museísticos.
Estos trabajos arqueológicos forman parte ya de una segunda fase de actuación en el entorno. En otoño de 2010 ya se explicaba que los arqueólogos encargados de buscar los restos de un viejo monasterio documentado en Santa Comba de Louro (parroquia de Cordeiro) habían hallado en un lugar conocido como Igrexa Vella los restos de, precisamente, una antigua iglesia, al parecer dotada de una construcción auxiliar ubicada al norte del templo que podría ser una capilla o una sacristía.
Ya se avanzó entonces que con las excavaciones salieron a la luz numerosas tumbas datadas en diferentes épocas históricas, pero se cree que las más antiguas pueden tener en torno a 900 años, que es también la antigüedad que se estima para el monasterio.
En una presentación realizada en el Museo Histórico Local de Valga en octubre de 2010 se apuntó que no era posible determinar con total seguridad si los restos topados eran los de la iglesia del monasterio, aunque sí se apuntó que el templo se convirtió en parroquial en torno al siglo XIV, y que en el XVIII lo desmontaron para construir la actual iglesia de Santa Comba de Louro.
La necrópolis localizada por los arqueólogos se explicó que las tumbas están situadas a ambos lados de la iglesia y en la edificación anexa, en la cual se encontró un sarcófago de probable origen gótico, sepulturas tapadas con losa y los muros de la capilla o sacristía.
De este modo, los expertos documentan diferentes etapas en los dos edificios principales, e incluso apuntaron que en la cabecera del templo principal encontraron evidencias de lo que se cree que fue un incendio, lo cual guarda muchas similitudes, por ejemplo, con lo descubierto en el yacimiento arqueológico y la necrópolis romana de Adro Vello, en San Vicente de O Grove.
De este modo, los expertos documentan diferentes etapas en los dos edificios principales, e incluso apuntaron que en la cabecera del templo principal encontraron evidencias de lo que se cree que fue un incendio, lo cual guarda muchas similitudes, por ejemplo, con lo descubierto en el yacimiento arqueológico y la necrópolis romana de Adro Vello, en San Vicente de O Grove.
Pero en lo referido a Igrexa Vella, hay que apuntar que son muchas las referencias escritas que se encontraron del monasterio de Santa Comba de Louro, que lo sitúan en el siglo XI. El cenobio se convertiría un siglo después en convento benedictino femenino, pasando en el siglo XIII a priorato de religiosos regulares de San Agustín, todo ello ligado al hecho de que Valga, por su proximidad a Santiago y por disponer del río Ulla en su territorio fue una zona tradicionalmente muy poblada, sobre todo a partir de la Edad Media. Esto se traduce, explican los técnicos, en la existencia de numerosos restos arqueológicos.
Estas acciones en Igrexa Vella eran complementarias de otras tan importantes como las desarrolladas en el río Ulla, Agramar y Cortinallas tratando de encontrar una zona portuaria de la época romana y la mítica "Turris Augusti", que el geógrafo Pomponio Mela situó en la época del emperador Claudio (s. I).
(Fuente: Faro de Vigo / Manuel Méndez-Valga)
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