Santuario íbero de Torreparedones, en Baena (Córdoba). Foto: Jenri. |
Una de ellas presentaba un túmulo a modo de cupa structilis realizada a partir de capas de tierra y mampuestos y un revestimiento exterior de opus signinum ; por debajo apareció la cubierta formada por tres grandes losas de calcarenita y, finalmente, una cista formada por grandes losas de calcarenita reutilizadas. La segunda tumba, situada en la parte central del recinto, presenta similares características. El estudio antropológico evidencia que en ambos casos se trata de enterramientos primarios individuales. El primero está dispuesto en decúbito supino con piernas y brazos extendidos. Los restos óseos corresponden a un individuo juvenil, de entre 13 y 14 años, de sexo indeterminado. Como objeto personal, se halló bajo el cráneo un arete de oro. Mientras que el segundo se trata de un individuo adulto femenino, de en torno a 1,50 metros de estatura, según informa la antropóloga Inmaculada López.
La cronología del recinto parece situarse entre el siglo III y IV d.C., a juzgar por el material recuperado, entre el que se encontraron fragmentos de al menos tres lucernas tardías.
Inmediato al recinto se ha encontrado un total de ocho inhumaciones. Cinco se encuentran prácticamente adosadas al muro oriental del recinto y perfectamente alineadas respecto a éste. A continuación, tres tumbas más. En otra zona se ha excavado otro enterramiento, que consiste en una pequeña estructura de mampostería, de planta circular, en cuyo interior se han recuperado sendas urnas de cerámica pintada de tradición ibérica que debían contener los restos cremados de dos individuos. Debe fecharse en el siglo I d.C.
(Fuente: Diario Córdoba / Mari Luz Ariza)
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