Denuncian al ayuntamiento de Mérida por una agresión contra el templo de Diana

Adenex  y agrupaciones ecologistas, políticas y ciudadanas se plantean acudir a los tribunales para denunciar la actuación.

El representante de Adenex (Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura) en el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, Emilio Olivas, ha presentado una denuncia en la comisaría de la ciudad por la "destrucción del patrimonio arqueológico" en el entorno del Templo de Diana. En concreto, se refiere a la intervención con un martillo neumático en un sillar de granito.

El templo de Diana en Mérida.

Olivas, en declaraciones a Europa Press, ha asegurado que este jueves, día 27, alrededor de las 14,00 horas, pudo comprobar como una maquina con un martillo neumático estaba "machacando un sillar de granito perteneciente a unas estructuras arqueológicas" del entorno de este enclave, un hecho que ha considerado como una "agresión directa y contundente contra el patrimonio arqueológico".

Tal y como ha indicado preguntó al arqueólogo del lugar por lo que se estaba haciendo, a lo que este le contestó, según Olivas, que se hacía "porque ese sillar estorbaba". "Cómo podía estorbar un sillar histórico en un lugar arqueológico", se ha preguntado el representante de Adenex en el consorcio.

Para Emilio Olivas, esta acción es consecuencia de la "labor de agresión que se está cometiendo en el lugar --el entorno del Templo de Diana--; esto es un claro ejemplo de hasta qué punto se desprecia el patrimonio histórico en las obras que se están realizando".

De la misma manera, ha calificado que la intervención realizada en este entorno es "agresiva y atenta contra la propia Ley de Patrimonio porque tapa estructuras históricas" y "descontextualiza los restos arqueológicos de diversas épocas" ya que, como ha recordado, en esta zona hay restos de época romana, visigoda, islámica y cristiana.

"Lo que se está haciendo viola y altera y agrede visual y físicamente todo ese entorno", ha apostillado.

Adenex, Ecolo-Verdes de Extremadura, Ecologistas en Acción, Izquierda Unida, Siex y Foro Mérida han unido sus fuerzas para formar la Plataforma para la Protección del Templo de Diana y su Entorno, una agrupación desde la que pretenden alertar sobre el proyecto de adecuación de una plaza pública en el entorno del monumento emeritense.

Con las obras de la plaza cerca de concluir, los miembros de la plataforma afirman que la actuación constituye «un atentado frontal contra el patrimonio cultural y el urbanismo de la ciudad de Mérida, violando los principios que han de regir en la protección y conservación del patrimonio arqueológico y monumental».

Por ese motivo, se reservan la posibilidad de emprender acciones legales contra el proyecto, siguiendo el ejemplo de la iniciativa que tomó la Asociación de Amigos de Badajoz contra el cubo de Biblioteconomía en la Alcazaba pacense.

Para la plataforma, la actuación ha destruido restos históricos, ocultado estructuras arqueológicas, alterado cotas y cortes estratigráficos, descontextualizado restos de diversa cronología, acotando el lugar para la recuperación de futuros restos. Asimismo, considera que ha limitado y entorpecido las perspectivas de contemplación del monumento.

Daños al patrimonio 

En el ámbito urbanístico, denuncia que «se rompe el ambiente de la arquitectura popular de la zona de manera agresiva y discordante, tanto en las formas como en los materiales empleados, al tiempo que algunas de sus calles han sufrido merma en su configuración e imagen».

Junto a esto, estima que «se ha lapidado el dinero público». Como recuerda, en los años 70 se hicieron expropiaciones para liberar el templo de construcciones. «Ahora, con dinero público, se ocupa ese lugar». También indica que hace casi ocho años se renovó el cerramiento del monumento con el Plan de Excelencia Turística, una valla que se ha desmantelado con el nuevo proyecto.

Además, las entidades que participan en la plataforma creen que se ha producido un deterioro en la imagen de las administraciones públicas. «Los organismos y personas que tienen el deber de proteger el patrimonio dan este ejemplo de incoherencia. Exigen al ciudadano cumplir la ley y ellos la incumplen. El compromiso con la Unesco de mantener sin merma el Patrimonio Mundial en este caso se ha conculcado».

(Fuente: Europa Press)