Han tardado más de una década en emerger. Mientras se perforaba el túnel del metro, bajo las casas del barrio más antiguo y a la vez que se reformaba el centro, retales de la Badalona primigenia se interponían a cada pocos golpes de pala.
El legado de la romana Baetulo se escruta desde hace casi un siglo y, en los últimos años, ha brotado la mayor cosecha de vestigios que se recuerda en la población: ánforas, joyas, ruedas de carro, piedras moldeadas como munición para las catapultas, entradas de teatro y, también, huesos ocultos bajo tierra durante dos milenios.
La visita al museo será gratuita hasta el 6 de enero. |
Con la conexión de ambos espacios, se han descubierto vías hasta ahora enterradas bajo viviendas que el Ayuntamiento ha expropiado, canalizaciones que descendían desde el foro -aún escondido bajo la iglesia de Santa Maria-, estancias en las que se han restaurado los frescos originales, tumbas, los pilares de unos talleres y los recios muros de lo que se piensa que fue un mercado. Una parte de los nuevos fondos que dispone el museo proceden del subsuelo de la plaza de Font i Cussó, un yacimiento en el que se han desempolvado murales que ahora lucen en la exposición permanente.El Museo de Badalona está de estreno tras meses de reformas, en las que se ha ensachado el recorrido de 700 a 3.400 metros cuadrados por los restos de uno de los conjuntos arqueológicos más ricos de Cataluña y que se propone abrirse hueco como un punto de atracción de turistas. El circuito une las viejas termas con el adoquinado del decumanus, la avenida principal de Baetulo.
En algunos tramos, las pasarelas por las que el público se encamina por el entramado en el que vivieron los primeros moradores del municipio abrazan una panorámica de las calles que se han podido redibujar. La visita se completa con la exhibición de varias piezas, que se han multiplicado por cuatro. En las vitrinas, la Venus de Badalona y la tabula hospitalis -las obras más preciadas-relumbran junto a algunas tallas cedidas por el Museo de Arqueología, como el busto de Agripina, que se halló en las primeras exploraciones de Baetulo.
Joyas ocultas
Asimismo, son visibles unas pocas reliquias del Neolítico y los restos de un caballo que se desenterró en el centro de Badalona, durante la ampliación de la Línea 2. En las obras también se recuperaron pedazos de ánforas rotas, la prueba de que Baetulo fue un polo de comerciantes de vino, que llegaron a exportar el fruto de las vides hasta el sur de Inglaterra, e importaba aceite de la Bética.
Pese a que la colección se ha ampliado, una de las joyas de la herencia latina de la localidad barcelonesa permanece oculta. Se trata de un mosaico amagado en los bajos de una escuela y que apenas se enseña unas pocas horas durante el año. Según cuentan en el Ayuntamiento, los propietarios del inmueble pidieron dinero a cambio de la obra y el Consistorio está dispuesto a litigar para que el patrimonio no siga siendo privado.
Contemplar el renovado recinto es gratuito hasta el próximo 6 de enero. Tras la Navidad, la entrada costará seis euros y permitirá acceder a otras instalaciones, como el Jardí de Quint Licini y la Casa dels Dofins, que se adentran en la ciudad que los romanos construyeron bajo el barrio de Dalt la Vila y que ahora Badalona ha reencontrado.
(Fuente: El Mundo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario