En los primeros días de julio, y durante un mes, comenzará la excavación arqueológica en el interior de la catedral para conocer qué esconde el subsuelo del templo y validar la prospección geofísica realizada en 2007.
Mediante una fosa de siete metros de longitud y tres de ancho, y a una profundidad aproximada de un metro y medio, un equipo de especialistas espera encontrar los cimientos del templo del emperador Augusto cerca de la entrada principal de la Catedral. "Las evidencias indican que la hipotética fachada debería estar ahí", avanzó Andreu Muñoz, arqueólogo del capítulo catedralicio.
"No se trata de un templo cualquiera, sino un monumento emblemático cuya ubicación se ha buscado durante décadas y sigue siendo una incógnita; era una construcción representada en las monedas con un frontal de ocho columnas; sería un descubrimiento capital, con repercusión mundial, porque no hay muchos como éste", afirmó la directora del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC), Isabel Rodà de Llanza.
El investigador del ICAC, Josep Maria Macias, explicó que no se trata de una búsqueda a ciegas, ya que los equipos actuales son "herederos de varios siglos de estudios y de recopilación de información y evidencias físicas sobre el templo". Macias indicó que el tipo de cimentación con "plataformas de mortero de cal con piedra", y la edad de los vestigios confirmarían el hallazgo.
La arqueóloga municipal, Teixell Navarro, y el propio Andreu Muñoz, confirmaron que no esperan encontrar restos espectaculares, ya que los sillares, los elementos decorativos y los revestimientos de mármol fueron expoliados, por lo que no es previsible crear ningún área visitable. "La intención es volver a cerrar la fosa y dejar el pavimento como estaba".
Se trata de la primera vez en que se emplean aplicaciones geofísicas para guiar una cata arqueológica, por lo que "la comunidad científica mira atentamente esta colaboración tecnológica", añadió Muñoz.
Los avances detallados de los trabajos de excavación, que requerirán de la supervisión de un grupo muy cualificado de hasta seis asesores científicos en función de los restos que vayan apareciendo, podrá seguirse en un canal específico creado en la web de la revista científica 'Sapiens' a finales de junio.
El convenio firmado entre el Ayuntamiento de Tarragona, el ICAC y el Capítulo Catedralicio fija un primer presupuesto de 50.000 euros. Los resultados de la excavación serán recogidos en una publicación especializada.
Fuente:
Europa Press
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