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20 de febrero de 2025

Hallan en Guadalajara un gran yacimiento de herramientas de sílex

En concreto, han aparecido más de 80 núcleos de sílex de grandes dimensiones de los que se extraían las láminas que después utilizaban como herramientas de uso doméstico.
Restos encontrados en Guadalajara. Universidad de Alcalá de Henares

Un equipo de científicos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) ha descubierto en Romancos, una pequeña pedanía de Brihuega (Guadalajara), un enorme yacimiento de herramientas de sílex de hace 5.000 años. La zona boscosa donde se ha hallado era donde se extraía y manufacturaba el sílex, según los investigadores que han encabezado este proyecto, Ignacio Triguero Perucha y Francisco Martínez Sevilla.

En concreto, han aparecido más de 80 núcleos de sílex de grandes dimensiones de los que se extraían las láminas que después utilizaban como herramientas de uso doméstico. «No esperábamos un yacimiento de estas proporciones y, más allá de su espectacularidad, su descubrimiento permite conocer cómo funcionaba la economía de estas sociedades en la Prehistoria en los valles de los ríos Tajuña y Ungría», explican estos investigadores, que también han encontrado restos de cerámica, algo poco frecuente en este tipo de canteras y talleres.

La siguiente fase de este proyecto arqueológico, en el que también participan geólogos y biólogos, consistirá en excavar una parte del yacimiento para hallar materiales que permitirán estudiar la vida cotidiana de hace 5.000 años y determinar si el sílex se extraía en pozos, minas o canteras.

También se comparará lo encontrado en Romancos con láminas de sílex de otros puntos de España para confirmar la hipótesis de que estos productos eran objeto de comercio entre poblaciones lejanas.

17 de febrero de 2025

Impulsan un proyecto arqueológico para investigar un poblado prerromano en Osuna (Sevilla)

El Museo Arqueológico de Osuna, en colaboración con la Asociación Turística Campiña Sierra Sur y un equipo de investigadores de la Universidad de Granada investigarán en el poblado turdetano de El Garrotal de Postigo.

El Museo Arqueológico de Osuna, en colaboración con la Asociación Turística Campiña Sierra Sur y un equipo de investigadores, ha puesto en marcha un nuevo proyecto de prospección arqueológica en la localidad sevillana. La iniciativa cuenta con un presupuesto de 24.000 euros, financiados gracias a una subvención de la Diputación de Sevilla por valor de 16.020 euros, además de aportaciones del Patronato de Arte (2.000 euros) y la Asociación de Amigos de los Museos (2.000 euros), la cooperativa Santa Teresa (500 euros) además, están pendientes de aportaciones de otras empresas aún no confirmadas y la propia Asociación Turística Campiña Sierra Sur, que completará el presupuesto. Asimismo, cuentan con el apoyo del Ayuntamiento de Osuna.

Lorenzo Cascajosa, director del Museo Arqueológico de Osuna, ha explicado que su labor principal en el proyecto es la captación de fondos. Asimismo, ha destacado la importancia del proyecto desde una doble perspectiva: “El proyecto no es otra cosa sino parte de lo importante desde el punto de vista de investigación, lógicamente, que es lo que va a hacer el equipo. Ahí está la otra parte justificativa del turismo, si entendemos que poner en valor estos espacios y dar a conocer nuestro patrimonio a la gente de Osuna y al exterior es realmente importante para el turismo”.

El catedrático de Arqueología de la Universidad de Granada, Andrés María Adroher Auroux, también implicado en el proyecto, ha subrayado la relevancia del apoyo social: “Lo primero que quisiéramos es resaltar la extraordinaria colaboración de la sociedad civil en la figura de Lorenzo y todo lo que está consiguiendo, porque no es fácil que te encuentres en un proyecto de investigación con esas facilidades”.

Juan Antonio Pachón Romero, investigador jubilado de la Universidad de Granada, ha señalado la relevancia histórica del enclave elegido para el estudio: “En el sitio que estamos es quizás el más conocido de Osuna, es el Garrotal de Postigo, y aquí en 1903 se descubrió una muralla”.

Un estudio arqueológico
El proyecto se centrará en una prospección geofísica del terreno para determinar las posibles estructuras ocultas en el subsuelo sin necesidad de excavaciones iniciales. Según Andrés María, “nuestro primer objetivo es hacer una prospección geofísica, es decir, desde la superficie sin tocar nada, intentar leer qué es lo que nos dice el subsuelo, con las técnicas que hay hoy en día”.

Pachón Romero ha explicado que las excavaciones anteriores no pudieron determinar si tras la muralla existía un poblado: “Lo normal es que detrás de una muralla lo que haya es un poblado, pero aquellas excavaciones no descubrieron realmente si había o no había, no supieron determinar si había un poblado o no”.

El yacimiento estudiado podría corresponder a un asentamiento prerromano perteneciente a los turdetanos, un pueblo ibérico. Se sospecha la presencia de estructuras de hábitat y necrópolis. “Las probabilidades en arqueología son como un melón: hasta que no lo abres, no sabes ni cómo están las cosas, ni lo que realmente te vas a encontrar”, ha apuntado Andrés María.

Proyecto educativo
El proyecto también tiene un componente educativo y de divulgación. Se pretende involucrar a la población local en el proceso arqueológico, permitiendo visitas durante la investigación.

Asimismo, se contempla la participación de colegios e institutos, con actividades que acerquen la investigación arqueológica a los más jóvenes. “El impacto social es muy superior cuando la gente joven se enamora un poco de lo que están haciendo”, se ha destacado.

Pachón Romero ha añadido la posibilidad de recuperar posibles nuevos hallazgos que quedarían aquí: “Una de nuestras pretensiones más voluntaristas es que esas esculturas pudiesen quedar en este mismo lugar o en el Museo de Osuna para que la visita fuera directa y se acompañara no solo viendo el yacimiento, sino luego poder visitar esas esculturas”.

Inicio de los trabajos
El calendario previsto para el inicio de las intervenciones apunta a septiembre u octubre de este año. “Ahora hay unos procesos administrativos un poco complicados, pero lo suyo se va a terminar aproximadamente entre septiembre y octubre”, ha indicado Andrés María. La decisión de evitar los meses de verano se debe tanto a la falta de actividad escolar como a las altas temperaturas, que dificultarían los trabajos.

Con este proyecto, Osuna da un paso más en la investigación y puesta en valor de su vasto patrimonio arqueológico, reforzando su atractivo turístico y su compromiso con la divulgación histórica.

14 de febrero de 2025

Documentan indumentarias ceremoniales de la Edad del Cobre en el Tholos de Montelirio

Los materiales encontrados en Montelirio constituyen el mayor conjunto de cuentas perforadas jamás documentado en una sola tumba. Hasta el momento se han localizado unas 270,000 de estas cuentas de entre 2 y 5 milímetros de diámetro medio y realizadas de forma mayoritaria en conchas de moluscos marinos.
Los atuendos que vestían las mujeres enterradas en el tholos de Montelirio fueron confeccionados usando cuentas perforadas y, probablemente, fibra de lino para unirlas. US

Investigadores de la Universidad de Sevilla han liderado un estudio que ha analizado las cuentas perforadas que se descubrieron en el Tholos de Montelirio, parte del mega-sitio de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán (Sevilla). Las conclusiones de su trabajo, publicadas en la revista Science Advances, destacan la importancia de las indumentarias ceremoniales y el simbolismo que éstas encerraban.

Los atuendos que vestían las mujeres enterradas en el tholos de Montelirio fueron confeccionados usando cuentas perforadas y, probablemente, fibra de lino para unirlas. Se trata de indumentarias ceremoniales que, al menos en dos casos, eran túnicas de cuerpo completo. Estas túnicas estuvieron además ornamentadas con colgantes elaborados en marfil y ámbar que representaban bellotas, aves y otros elementos no identificables. El estudio mediante datación radiocarbónica revela que estas indumentarias fueron manufacturadas en la misma época en la que se produjeron los enterramientos de Montelirio, entre los años 2800 y 2700 Antes de Nuestra Era (ANE).

Los materiales encontrados en Montelirio constituyen el mayor conjunto de cuentas perforadas jamás documentado en una sola tumba. Una cuantificación de la colección, actualmente conservada en el Museo Arqueológico de Sevilla, ha determinado que hasta el momento se han localizado unas 270,000 de estas cuentas. Este dato convierte a Montelirio en mayor colección de este tipo de objetos descubierta en todo el mundo.

Estas cuentas, de entre 2 y 5 milímetros de diámetro medio, fueron realizadas de forma mayoritaria en conchas de moluscos marinos de las familias de los Pectínidae y las Cardidiae. De ellas destacan las populares conchas de ‘vieira’, hoy día conocidas por ser el símbolo del apóstol Santiago y del famoso camino de peregrinación que se le asocia, pero que en la Antigüedad eran el símbolo de la diosa Venus/Afrodita. Los resultados del estudio experimental llevado a cabo muestran que, en total, se emplearon más de 800 kilos de estas conchas, que tuvieron que ser recogidas de las costas y playas que hace 5000 años se extendían por lo que actualmente es el bajo valle del Guadalquivir y sus marismas.

Las indumentarias tenían un sentido fuertemente simbólico, dada la naturaleza marina de la materia prima empleada y su intenso color blanco. Vestidas con ellas, y probablemente ornamentadas (quizás pintadas) con pigmento rojo de cinabrio, encontrado abundantemente en la misma tumba, estas mujeres ejercieron tareas de liderazgo religioso y probablemente político en su tiempo, gestionando un santuario famoso alrededor del cual se producían importantes congregaciones de gran significación social.

Un amplio estudio realizado durante los últimos cinco años –que incluye una meticulosa cuantificación de la colección, la caracterización de las materias primas, datación por radiocarbono y modelización estadística cronométrica, análisis morfométrico, análisis de fitolitos, trabajo experimental y análisis contextual– revela varias novedades de estas notables creaciones. El papel de los atuendos como atributos suntuarios cargados de simbolismo, utilizados por un grupo seleccionado de mujeres de alta significación social, subraya el extraordinario papel que el mega-sitio de Valencina jugó hace 5000 años como lugar central de carácter social, político y religioso, referencia para un amplio conjunto de comunidades distribuidas por todo el valle del Guadalquivir y, de forma más genérica, el sur de la península ibérica.

El trabajo, liderado por investigadores del Grupo Atlas de la Universidad de Sevilla, cuenta con la colaboración de dieciocho especialistas de diferentes instituciones científicas nacionales e internacionales, incluyendo el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), las universidades de La Laguna, Huelva, Granada y País Vasco (España), Southampton y Durham (Reino Unido) y Northwestern (EEUU), así como el Museo Municipal de Valencina de la Concepción (Sevilla).

5 de febrero de 2025

Identifican un cerro de Osuna como reducto pompeyano en la guerra civil romana

El estudio sitúa este entorno en una importante batalla entre César y Pompeyo. En ese enclave de Osuna se han encontrado proyectiles de honda, que formaban parte de los equipos militares desplegados por los ejércitos combatientes.
Vista aérea en detalle del Cerro de Las Cabezas.

Interesantes resultados de una investigación sobre la época de la República romana, los enfrentamientos bélicos y la célebre batalla de Munda que tiene como escenario Osuna. El estudio identifica un yacimiento, el entorno del Cerro de las Cabezas, como reducto pompeyano, una zona en la que pudo producirse una batalla importante entre los dos bandos, el de Julio César y el de Pompeyo.

En ese enclave de Osuna se han encontrado proyectiles de honda, que formaban parte de los equipos militares desplegados por los ejércitos combatientes. Uno de los rasgos de interés es el tamaño de esos proyectiles, que pesaban entre los 490 y los 590 gramos. Otra cualidad son sus inscripciones, inéditas en la zona en algún caso, con representación de fauna. El hallazgo y estudio de estos restos permiten ampliar el paisaje bélico tradicional de la segunda guerra civil romana en Hispania hasta este entorno, en el cerro de Las Cabezas de Osuna. Lorenzo Cascajosa es uno de los investigadores de este estudio, director del Museo Arqueológico de Osuna, explica en declaraciones a SER Andalucía Centro el interés de este trabajo de investigación, con restos de proyectiles que recuperó a mediados de los años 70 y que ha estado estudiando durante muchos años.

Los resultados de esta investigación, de la que también es autor Juan Antonio Pachón, de la Universidad de Granada, permiten avanzar en el conocimiento de esta etapa de la historia de Roma y su influencia en Hispania.

Este estudio aporta hallazgos de interés e importancia en la historia, aunque requiera de una investigación de campo apropiada. Además, coloca a este yacimiento en el mapa de la batalla de Munda, sobre la que tanto se ha escrito y de la que se discute aun su lugar exacto.
En definitiva, se ha descubierto un nuevo emplazamiento en las batallas entre César y Pompeyo y la caída de este último en el entorno de Osuna, y la antigua colonia romana de Urso.

Además, los restos de proyectiles y bolas encontradas aportan información sobre útiles de guerra de la época que no se habían destacado suficientemente, y que tienen un valor en lo simbólico, iconográfico y armamentístico.

El legado arqueológico de Osuna es sobresaliente y el Ayuntamiento con el Museo Arqueológico trabajan para avanzar en su estudio y su divulgación. Preparan para esta primavera unas jornadas de arqueología en las que se presentarán, entre otros hallazgos, datos del proyecto de investigación arqueológica que puso en marcha la Universidad de Málaga el verano pasado sobre la vida de la antigua colonia romana de Urso y su influencia en la Bética.

También se dará a conocer información del estudio que lleva a cabo la Universidad de Sevilla sobre el yacimiento fenicio púnico que se descubrió en Osuna hace casi tres años, que es singular en el interior de Andalucía.

30 de enero de 2025

Científicos y grupos alertan de la “destrucción de restos prehistóricos” por una urbanización en Montelirio (Sevilla)

Reclaman que la Junta amplíe el perímetro de protección de la Zona Arqueológica abarcando toda esa zona de Castilleja de Guzmán

El ‘tholos’ de Montelirio fue descubierto en 1998 en la zona del plan parcial número cuatro de Castilleja de Guzmán.

El Grupo Atlas de la Universidad de Sevilla de investigación en Prehistoria Reciente y las asociaciones Los Dólmenes, Valencina Habitable y de Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA) han mostrado su rotundo rechazo a la modificación de planeamiento urbano promovida por el Ayuntamiento sevillano de Castilleja de Guzmán a instancias de la sociedad promotora Coliseum Real Estate para urbanizar el plan parcial número 4 de esta localidad, en las inmediaciones del ‘tholos’ de Montelirio, datado en la Edad del Cobre.

En un manifiesto hecho público, el Grupo Atlas y dichas asociaciones exponen que “las investigaciones científicas llevadas a cabo en los últimos 15 años” en el entorno del plan parcial número 4 de Castilleja de Guzmán “han demostrado de forma inequívoca el elevadísimo valor científico y patrimonial del registro arqueológico existente en dicho sector, que es único y de excepcional importancia para entender el mega sitio de la Edad del Cobre” que albergan los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán.

Desde 2010 este entorno cuyos máximos exponentes son los ‘tholos’ de La Pastora, Matarrubilla y Montelirio está protegido por la declaración de Zona Arqueológica aprobada por la Junta de Andalucía para 779,16 hectáreas de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán.

Los terrenos del plan parcial número cuatro, según el manifiesto, son así “parte indivisible del mega sitio calcolítico de Valencina-Guzmán”.

En ese sentido, mientras el Gobierno local de Castilleja de Guzmán asegura que es “compatible la puesta en marcha de nuevas viviendas con el respeto y máxima protección a los yacimientos” arqueológicos de este entorno, el Grupo Atlas de la Hispalense y dichas asociaciones conservacionistas advierten de que la construcción de nuevas viviendas en la zona “no sólo es incompatible con la conservación, protección y difusión del excepcional patrimonio arqueológico conservado en dichas parcelas y con el mantenimiento de su integridad espacial, paisajística y visual con el resto de la Zona Arqueológica, de la que forma parte indivisible; sino que muy al contrario, supone la destrucción de importantes restos prehistóricos, tanto de los ya conocidos y documentados como de los aún no excavados, de los que pesan fundadas evidencias científicas”.

Transformación en suelo público
Dado el caso, las entidades firmantes del manifiesto reclaman “convertir todos los terrenos y parcelas” de este entorno “a un régimen de propiedad pública, como única medida efectiva que garantice su protección y conservación como parte del gran yacimiento del que forman parte, además de para su integración futura en el parque arqueológico paisajístico incluido en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla".

También piden que la Junta de Andalucía acometa “la delimitación del límite del BIC de la Zona Arqueológica de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán para que la misma abarque” tanto las parcelas del plan parcial número 4 que actualmente “quedan fuera” del perímetro protegido, que supera las 779 hectáreas, como “todo el espacio de Castilleja de Guzmán que actualmente no se encuentra” dentro de la catalogación.

Al respecto, pesa la reciente carta pública del investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán, miembro del Grupo Atlas y con una trayectoria estrechamente ligada a la investigación de este enclave; avisando de las consecuencias de la modificación de las normas urbanísticas subsidiarias de Castilleja de Guzmán promovida por el Ayuntamiento a instancias de Coliseum Real Estate para este plan parcial número 4, bautizado directamente como “Dolmen de Montelirio”.
(Fuente: Noticiasde)

30 de diciembre de 2024

Hallazgos excepcionales sobre el equipamiento de los arqueros prehistóricos de hace 7.000 años

Un estudio liderado por la UAB ha revelado información inédita sobre las técnicas y materiales para el tiro con arco del Neolítico inicial en la península Ibérica. La buena preservación de los restos de la Cueva de Los Murciélagos de Albuñol (Granada) ha permitido identificar las cuerdas de arco más antiguas de Europa, así como el uso de madera de olivo y caña y de brea de abedul para la confección de las flechas. Los resultados, que se publican en Scientific Reports, muestran un grado de precisión y dominio técnico de los artesanos neolíticos sin precedentes.

Izquierda: Fragmentos de las cuerdas de arco de tendón de la Cueva de Los Murciélagos de Albuñol, las más antiguas halladas hasta ahora en Europa. Derecha, arriba: Tres flechas neolíticas de madera y caña y detalles de fibras de tendón atadas, plumas y adhesivos. Derecha, abajo: Cueva de Los Murciélagos (Albuñol, Granada). © Proyecto MUTERMUR.

La investigación interdisciplinaria de restos arqueológicos hallados en la Cueva de Los Murciélagos (Albuñol, Granada) ha revelado la sofisticación del equipamiento para el tiro al arco del Neolítico Antiguo en la península Ibérica (5300-4900 a.C.), con información inédita en el contexto europeo sobre los materiales y técnicas de fabricación utilizados.

El estudio ha sido liderado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y publicado en Scientific Reports (grupo Nature). Han participado en él varios equipos de investigación de centros y universidades de España, entre los que destacan la Universidad de Alcalá (UAH), el Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT-CSIC) y el Instituto de la UAB de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB), así como la Universidad de la Costa Azul y el CNRS, de Francia.

La excepcional conservación de los restos orgánicos, que se han preservado al desecarse, ha permitido identificar y documentar elementos del equipamiento de tiro con arco de las poblaciones neolíticas que habitaron el suroeste peninsular hace unos 7.000 años. Entre los hallazgos se encuentran flechas conservadas con sus plumas originales, restos de fibras y dos cuerdas de arco hechas de tendones de animales, que son las más antiguas encontradas hasta ahora en Europa.

«La identificación de estas cuerdas de arco marca un paso crucial en el estudio del armamento neolítico. No solo hemos podido confirmar el uso de tendones de animales para fabricarlas, también identificar el género o especie de animal del que proceden», explica Ingrid Bertin, investigadora de la UAB y primera autora del artículo publicado. Se utilizaron tendones de Capra sp. (género que incluye varias especies de cabras e íbices), de Sus sp. (género al que pertenecen el jabalí y el cerdo) y de corzo, que fueron torsionados entre sí para crear cuerdas de longitud suficiente. «Con esta técnica se pudieron fabricar cuerdas fuertes y flexibles, con el fin de satisfacer las necesidades de los arqueros experimentados. Este grado de precisión y dominio técnico, donde cada detalle cuenta, atestigua el conocimiento excepcional de estos artesanos neolíticos», señala Raquel Piqué, investigadora del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinadora del estudio.

Recursos locales y transformación cuidadosa
Los astiles de flecha, por su parte, aportan nueva información sobre el uso de los recursos locales y su cuidadosa transformación. Por primera vez, el análisis ha revelado el uso de madera de olivo (Olea europaea) y de caña (Phragmites sp).

El uso de cañas para la fabricación de flechas en la Prehistoria en Europa, una hipótesis considerada por los investigadores durante décadas, finalmente se ve confirmada por estos descubrimientos. Además, destaca la combinación de madera de olivo, sauce y caña, que supone una selección de materiales especialmente interesante: «Esta integración ofrece una sección frontal dura y densa, complementada por una parte trasera ligera, lo que mejora significativamente las propiedades balísticas de las flechas, cuyas puntas son de madera sin proyectiles de piedra o hueso. Futuros experimentos podrán aclarar si estas flechas pudieron usarse para la caza o el combate a corta distancia, o si podrían haber sido flechas no letales», detalla Ingrid Bertin.

Finalmente, los astiles de las flechas fueron recubiertos con brea de abedul, un material obtenido mediante un tratamiento térmico controlado de la corteza de este árbol, utilizado no solo por sus propiedades protectoras, sino también, probablemente, decorativas, lo que añade una dimensión estética y funcional al equipo.

Nueva perspectiva sobre los grupos neolíticos de la región
Desde principios del Neolítico, las poblaciones han desarrollado conocimientos técnicos que atestiguan una impresionante adaptación a los recursos locales, pero la combinación de materiales variados y técnicas avanzadas de ensamblaje identificada en este estudio redefine nuestra comprensión sobre las tecnologías utilizadas por las comunidades prehistóricas y ofrece una nueva perspectiva sobre las sociedades neolíticas de la región, destaca el equipo de investigación.

«Los hallazgos contribuyen a enriquecer la comprensión de las prácticas artesanales y la vida cotidiana de las sociedades prehistóricas y abren vías para el estudio de armamento antiguo, al revelar métodos y materiales que pueden investigarse en otros yacimientos arqueológicos neolíticos europeos», señala Raquel Piqué. «Además, aportan un mejor conocimiento de la esfera simbólica vinculada a estos ajuares procedentes de un contexto funerario, como es el de La Cueva de Los Murciélagos».

Los descubrimientos realizados en la Cueva de Los Murciélagos, concluye el equipo de investigación, redefinen los límites de nuestro conocimiento sobre las primeras sociedades agrícolas de Europa y ofrecen una mirada única a los materiales y prácticas ancestrales del tiro con arco.

El estudio de los restos arqueológicos se ha realizado aplicando técnicas avanzadas de microscopía y análisis biomoleculares, que combinan análisis de proteínas y lípidos.

La investigación se ha llevado a cabo en el marco del proyecto CHEMARCH (MSCA-ITN-EJD, «The chemistry and molecular biology of prehistoric artefacts») financiado por el programa de la Unión Europea Horizon 2020, y ha contado con la participación del ICTA-UAB, la Universidad de Alcalá de Henares, el INCIPIT-CSIC, la Universidad de Córdoba, la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, la Universidad de la Costa Azul y el CNRS (Francia).

Se ha realizado también en el marco del proyecto «De los museos al territorio: actualizando el estudio de la Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Granada)» (MUTERMUR), financiado por la Comunidad de Madrid y la Universidad de Alcalá. El objetivo de este proyecto es el estudio holístico del yacimiento y su registro material, aplicando las últimas técnicas arqueométricas y generando datos científicos de calidad. El proyecto contó también con la colaboración del Museo Arqueológico Nacional, el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, el Ayuntamiento de Albuñol y los propietarios de la cueva.

Artículo de referencia: Bertin I., Martín Seijo M., Martínez-Sevilla F., McGrath K., Santana J., Herrero Otal M. Martínez Sánchez R.M., Palomo A., Regert M., Théry I., Piqué R. «First Evidence of Early Neolithic Archery from Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada) Revealed through Combined Chemical and Morphological Analysis». Scientific Reports. 2024. https://www.nature.com/articles/s41598-024-77224-w#Sec16

15 de octubre de 2024

La Universidad de Sevilla comienza una nueva excavación en el templo egipcio de Tutmosis III

La arqueóloga y Egiptóloga de la US Myriam Seco lidera el equipo internacional que trabajará para revelar nuevos hallazgos en el templo dedicado al poderoso faraón
Excavación de tumba en el sector oeste. FOTO. UNIVERSIDAD DE SEVILLA.

Un equipo internacional liderado por la arqueóloga y egiptóloga de la US Myriam Seco trabajará durante tres meses para encontrar nuevos hallazgos en el templo egipcio de Tutmosis III. Se trata de la decimoséptima campaña arqueológica desarrollada en este emblemático yacimiento ubicado en Lúxor.

En este proyecto, en el que trabajarán arqueólogos, egiptólogos, historiadores, conservadores y otros especialistas, la Universidad de Sevilla coopera con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, bajo la financiación de la empresa Arabian Cement, la Fundación Gaselec y el American Research Center Egypt. El objetivo es desenterrar nuevos hallazgos que permitan comprender mejor la vida, la religión y la cultura del antiguo Egipto.
Vida religiosa, política y social

“Desde el punto de vista arqueológico, a lo largo de los años hemos excavado buena parte del yacimiento, tanto en lo que refiere al templo como a tumbas de distintas épocas” apunta la profesora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, Myriam Seco. "Estamos muy emocionados de iniciar nuestra 17ª campaña en el yacimiento del templo de Millones de Años de Tutmosis III. Cada año, este yacimiento nos sorprende con nuevos descubrimientos que nos permiten reconstruir la historia y la cultura de uno de los faraones más poderosos de Egipto. Este 2024, con un equipo mayor, esperamos desvelar nuevos secretos que nos ayuden a comprender mejor la vida religiosa, política y social de Tutmosis III y su época”.

Materiales usados y origen socioeconómico de constructores
Durante la 17ª campaña, el equipo de Seco realizará estudios interdisciplinarios para analizar los artefactos encontrados y obtener información sobre los materiales utilizados, las técnicas de fabricación y su significado simbólico. Asimismo, se realizará un estudio del sector exterior al muro perimetral oeste, donde en años precedentes han sido halladas tumbas del Reino Medio y Época Tardía, y del sector de talleres y almacenes, situado en la parte norte del templo, que a pesar de su gran deterioro, en años anteriores ha proporcionado interesantes datos sobre fases constructivas. Además, se continuará investigando la estructura hallada durante la campaña anterior, ya que aporta información nueva sobre aspectos socioeconómicos de personas que no pertenecían a la élite social del país y cuya contribución a la construcción y mantenimiento del templo funerario del gran faraón fue fundamental y, por último, el sector exterior al muro perimetral norte, para proseguir con labores de limpieza en el vertedero del templo, repleto de fragmentos de cerámica mezclados con trozos de estelas y óstraca.

Trabajo sobre objetos y cadáveres
Desde el punto de vista de restauración de adobe y de grandes volúmenes arquitectónicos, las labores se centrarán en los siguientes puntos: en la protección y restauración de la tumba 29, en un conjunto funerario del Reino Medio que conserva patio y fachada, además de la continuación de los trabajos de protección del muro perimetral oeste y el avance en la puesta en valor del yacimiento, con la preparación de un recorrido de visita al templo por encima del muro perimetral sur y oeste.

Distintos especialistas internacionales proseguirán con sus trabajos sobre objetos y cadáveres hallados en el yacimiento. En este sentido son remarcables las siguientes tareas: documentación, inventario e investigación de materiales, continuación con el estudio de los fragmentos de papiros y su recomposición, la restauración de pequeños objetos de piedra, madera, hueso o marfil y el estudio de cadáveres humanos y de animales.

“El yacimiento del templo de Millones de Años de Tutmosis III es un yacimiento arqueológico de excepcional importancia que nos brinda una ventana única hacia la época del Imperio Nuevo, uno de los períodos más importantes de la historia de Egipto. A través de nuestras investigaciones, esperamos contribuir a un mejor conocimiento de la civilización egipcia y de su legado duradero”, concluye Myriam Seco.

El equipo Tutmosis III
El Equipo Tutmosis III 2024 cuenta este año con dos doctorandas de la US, Marta Gómez y Sara Navaz, y una estudiante del Grado en Arqueología, Jilliane Belle. El equipo de Myriam Seco también está formado por especialistas como Inmaculada Delage, Manuel Abelleira, Javier Martínez, Mª Antonia Moreno, Victoria Peña, Frank Rühli, Lilianne y Roger Seller, Thomas Bönis, Andrée Cooligan, Fredrik Hagen, Thomas Christiansen, Eloisa Bernáldez, Esteban García, Asunción Jódar, Ricardo Marín, Ignacio Forcadell, Miguel Fernández, Arturo Jiménez, Mohamed Naguib, Mahmoud El-Shafei, Pilar Lacasta y la estudiante de la Universidad de Granada, Antonia Sánchez. En el proyecto colaboran un centenar de obreros egipcios y un grupo de inspectores del Ministerio de Turismo y Antigüedades del país.

La campaña de 2024 está patrocinada por Fundación Gaselec, Arabian Cement y ARCE (American Research Center in Egypt) y en ella colaboran la Universidad de Zúrich, la Universidad de Sevilla, la Universidad de Granada y el IAPH -Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico- de la Junta de Andalucía.

14 de octubre de 2024

Loma Eugenia: testimonio en piedra de los campesinos visigodos en Albacete

Los arqueólogos finalizan la tercera campaña de excavaciones en el yacimiento de Loma Eugenia donde han descubierto un área productiva formada por un molino harinero de uso comunitario y un gran edificio formado por al menos seis estancias y construido con muros de los que se conserva sólo la cimentación y algo de alzado.
Excavación en Loma Eugenia en años anteriores. José Iván Suárez

En el imaginario colectivo de varias generaciones, hablar de visigodos es hacerlo de una larga lista de reyes que muchos tuvieron que aprender de memoria. Nombres como Walia, Sisebuto o Recesvinto quizá aún resuenan entre los recuerdos escolares de infancia sobre aquellas tierras de Hispania que, tras siglos de romanización, pasaron a ser controladas por un grupo de pueblos venidos desde el norte. Un imperio de la antigüedad desaparecía y un nuevo poder avanzaba en la larga historia de la península ibérica.

El reino hispanovisigodo estableció su capital en Toledo, a mediados del siglo VI. A partir de aquel momento, el mundo rural adquirió un vigoroso impulso. Miles de campesinos comenzaron a fundar aldeas, en ocasiones, sobre las ruinas de las villas romanas. Y, aunque no se contara con esplendor en las crónicas, aquellas gentes, con su sudor y esfuerzo, sostuvieron vivo una estirpe de “bárbaros” que en el año 589 se convirtieron al catolicismo. Ahora podemos conocer el testimonio de estas comunidades gracias a la arqueología.

Las piedras tienen mucho que decir. Los arqueólogos saben interpretar su disposición sobre el terreno o la relación con otros materiales. En Loma Eugenia, un yacimiento situado en la pedanía de Agra (Hellín), ha terminado recientemente la tercera campaña de excavación. El trabajo se traslada ahora al laboratorio, pero antes conocemos las últimas novedades de la mano de Julia Sarabia, profesora titular de la Universidad de Alicante.

“Encontramos un área productiva formada por un molino harinero de uso comunitario y una era para aventar y trillar el cereal; en esta campaña queríamos centrarnos en conocer los espacios de hábitat de la aldea más allá de los espacios de producción, así que hicimos una prospección geomagnética en todo el sector sur del molino y vimos que habían bastantes estructuras soterradas, posibles silos y aljibes, basureros, muros”, cuenta la directora del proyecto. Y afirma que “en base a estos resultados hemos abierto un nuevo sondeo a unos cincuenta metros al sur del molino y la sorpresa ha sido que, bajo un gran paquete de derrumbes de piedra aparece un gran edificio formado por, al menos, seis estancias, construido con muros de los que se conserva sólo la cimentación y algo de alzado, pero que, pese a ser de ámbito rural, alcanzan dimensiones muy similares a las encontradas en el contexto urbano de la sede episcopal visigoda de El Tolmo de Minateda”.

Unas construcciones muy sólidas que dan la medida sobre el desarrollo de estas comunidades campesinas. Y precisa Sarabia: “Probablemente estemos ante un edificio que cuenta con espacios de vivienda, almacenaje, quizá algún ambiente de trabajo y algún espacio abierto que pudo funcionar como corral o establo”.

Ajustamos más el contexto donde se levantó este asentamiento. Abrimos el libro “Tolmo de Minateda. Cuando Hellín aún no lo era. Historia y relatos”, editado por el IEA, en palabras de la propia Julia: “En el territorio de la ciudad visigoda de Eio, la arqueología ha demostrado cómo la gran mayoría de los asentamientos que surgen en este momento ocuparán los mismos espacios agrícolas que antes eran explotados por los establecimientos romanos”.

Aparte de la aldea de Loma Eugenia, se ha constatado la existencia cercana de poblamientos similares en Loma Lencina (Hellín) y Torre Uchea (Hellín). “Esto nos lleva a suponer que el surgimiento de estas comunidades campesinas tiene que ver con el control administrativo del territorio por parte del obispo y la necesidad de explotarlo para obtener productos primarios para pagar los tributos al Estado Visigodo; aunque las fuentes escritas del momento no aclaran estas cuestiones”, argumenta la arqueóloga.

El dominio sobre los valles fértiles
En los últimos años ha crecido el interés arqueológico sobre el medio rural visigodo. Según los expertos, estas aldeas no se caracterizaban por su monumentalidad. Parece que las aldeas de aquellos primeros campesinos católicos eran funcionales, construidas en lomas y con un dominio sobre los valles fértiles. Un instante de la historia que habla de una expansión económica que propició el surgimiento de estos poblados. Lugares como Loma Eugenia representan la “realidad rural” del Reino Visigodo, muy distinta a los aires palaciegos de Toledo. La desigualdad o las intrigas entre la aristocracia también debieron ser una constante en aquellos siglos de transición entre la antigüedad tardía y la alta edad media. Convulsiones de salón que quizá desconocían los que araban la tierra en el suelo que hoy llamamos Hellín.

En la provincia de Guadalajara se alza la prestigiosa Recópolis. Un complejo palatino de cerca de 33 hectáreas que fue el sueño de un rey visigodo inspirado por Bizancio. Vicente G. Olaya, en su libro 'La costurera que encontró un tesoro cuando hacía pis y otras historias de la arqueología española', editado por Espasa, relata el hallazgo en 1893 de Juan Catalina García López: “Descubrió un enigmático cerro pelado a las afueras de Zorita de los Canes, una pequeña población devorada urbanísticamente por un apabullante castillo musulmán que se erige junto y sobre ella.

Al excavar el altozano, situado a un kilómetro del casco urbano, aparecieron unos muros de gran potencia. Juan Catalina García se mostraba seguro de haber encontrado la ciudad de Recaredo, pero, como siempre, nadie pareció hacerle mucho caso“. El periodista explica en este divertido y didáctico volumen que hasta 1945-46 no hubo más excavaciones. Y fue entonces cuando se declaró monumento nacional. Recópolis estaba unida con Toledo, la capital del Reino Visigodo, por el río Tajo.

Aguas abajo, apareció el famoso 'Tesoro de Guarrazar', en la localidad toledana de Guadamur. Orfebrería de lujo que nos ayuda a comprender el desequilibrio de una época. La riqueza de la élite frente al sacrificio de los campesinos. En las tierras que hoy conforman Castilla-La Mancha perviven vestigios del pasado visigodo. Lugares como Santa María de Melque (San Martín de Montalbán), los hitos de Arisgotas (Orgaz) o San Pedro de La Mata (Sonseca).

Y para profundizar en los siglos VI-VIII, en la ciudad de Toledo, encontramos el Museo de los Concilios y la Cultura Visigoda. Aún más hacia el sur, sin tanta solemnidad, pero con los mismos ritos, todavía reposan bajo las piedras las mujeres y hombres que habitaron Loma Eugenia. De nuevo, nos cuenta Julia Sarabia: “Hemos actuado en la zona de la necrópolis exhumando otra de las tumbas que permanecían intactas, tapada con las losas”.

Los trabajos arqueológicos en Agra han transcurrido en dos líneas de forma paralela. Esta segunda ha tenido por objetivo “seguir conociendo aspectos de la ritualidad funeraria de esta población visigoda, obtener material para datar por carbono 14 o avanzar en estudios antropológicos que nos muestren el género de los inhumados, edad de la muerte, posibles patologías”, afirma la profesora y recuerda que en el caso de las necrópolis, los profesionales actúan sobre las tumbas más visibles en superficie para “salvaguardar sus restos frente a posibles acciones de expolio o alteraciones de este patrimonio”.

Precisamente, la primera y única vez que se había actuado en Loma Eugenia hasta el comienzo de este proyecto, fue en 1993 y de manera urgente. Como en tantas ocasiones, un descubrimiento fortuito desencadenó el conocimiento de nuestro pasado. Así ocurrió cuando José Zarnorano, Eugenia García y Ramón Izquierdo, visitando la zona, se percataron de la peculiaridad del lugar. La actuación de emergencia la emprendieron María Teresa Rico, Francisco Javier López Precioso y Blanca Gamo Parras. En el artículo científico que publicaron daban cuenta: “La excavación ha permitido documentar la existencia de un cementerio de regular tamaño, del cual, se han excavado 33 sepulturas, realizadas en su mayoría a base de lajas de piedra, o mampuesto”.

Regresamos a la excavación arqueológica de 2024. “La tumba excavada vuelve a ser, como en campañas anteriores, una tumba de uso colectivo. En este caso, han aparecido tres individuos; uno en posición secundaria, hecho un paquete y colocado a los pies, y otros dos colocados en posición anatómica uno al lado del otro, por lo que es probable que fueran enterrados a la vez tras haber pasado unos años del enterramiento del primer individuo”, analiza Julia Sarabia.

Tumbas reutilizadas
“El ritual es el típicamente cristiano de época visigoda, tal y como encontramos en el cementerio junto a la iglesia del Tolmo de Minateda; esto es, los cuerpos envueltos en un sudario, probablemente, en posición de decúbito supino o boca arriba, orientados desde la cabeza de oeste a este y sin ningún elemento de ajuar, aunque a veces, aparecen con algún elemento de vestimenta como hebilla de cinturón o similares; es probable que las tumbas sean de carácter familiar, por eso se reutilizan durante varias generaciones”.

Para llegar a estas hipótesis después del trabajo de campo, el proyecto ha contado nuevamente con la colaboración de estudiantes de la Universidad de Alicante y con la codirección de Victoria Amorós, Marta Torres y Pablo Cánovas. Una cooperación técnica del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA y el Museo de Hellín que cuenta con la financiación del Ayuntamiento.

Durante los siguientes meses, la labor científica se centrará en clasificar y catalogar el material cerámico aparecido en el sector del poblado, que “a simple vista parece material relacionado con recipientes de cocina, vajillas de mesa y tinajas para el almacenaje; intentaremos reconstruir alguna pieza fragmentada y realizaremos los dibujos pertinentes antes de depositarlos en el Museo de Albacete”, anuncia Julia Sarabia entre los pasos a seguir. Mientras, el equipo está inmerso en la redacción de un libro donde se recogerán los principales datos obtenidos en estos tres primeros años de excavaciones arqueológicas.

Porque lo que queda escrito ya no lo arranca el viento. Los arqueólogos de hoy están redactando la crónica de los olvidados. La historia de miles de personas de tiempos remotos que con su abnegación construyeron el devenir de la humanidad. Hazañas sencillas de supervivencia que no merecieron la pluma de San Isidoro de Sevilla. El sabio católico de los visigodos, luchador incansable contra herejías, compilador de enciclopedias y, finalmente, narrador de la historia de aquellos reyes con nombres estrambóticos. El obispo nos dejó una frase que bien nos vale para dar término a este artículo. Escribió: “El tiempo de vida que resta es inescrutable al conocimiento humano”.

7 de octubre de 2024

Descifrando los secretos de la ciudad romana de Carissa Aurelia

Ubicado en plena Sierra de Cádiz, entre los municipios de Bornos y Espera se encuentra el yacimiento, un lugar «virgen desde el punto de vista arqueológico» y que, gracias a un estudio, comienza a descubrirse
Excavaciones arqueológicas en Carissa Aurelia ANTONIO VÁZQUEZ

Un robo es el origen del proyecto que está llevando a los arqueólogos a estudiar el yacimiento de Carissa Aurelia. En torno a los años 60, un campesino, realizando sus tareas, descubre una escultura de Antonia Minor, «un miembro de la familia imperial cuyas representaciones son muy escasas a nivel de todo el imperio romano, solo hay diez», explica Diego Romero Vera, arqueólogo de la Universidad de Sevilla que codirige esta excavación. Este retrato se conservaba en el Ayuntamiento de Bornos, de donde fue robado. Años más tarde, en la ciudad de Munich se organiza una exposición de escultura romana a la que acude Pepe Beltrán, catedrático de la Universidad de Sevilla y que, con el retrato romano como especialidad, identifica la Antonia Minor de Carissa. En ese momento se inician los trámites para la devolución, completada a las autoridades españolas en agosto de 2020 y restituida en Bornos en 2022. Un caso que fue bastante mediático en Alemania y que despertó la curiosidad de los expertos por la falta de excavación en este yacimiento, «virgen desde el punto de vista arqueológico», como lo define Romero.

Así es como se decide hacer una serie de estudios. Entre finales de 2020 y comienzos de 2021, se hace una prospección geofísica, es decir, a través de diferentes aparatos se emiten ondas en el subsuelo y si hay un edificio debajo, algo sólido, rebota la onda, y de esa forma se puede saber la profundidad y lo que hay debajo.

Primeras conclusiones
En estas prospecciones se documentó la muralla, también aparecieron los restos de un posible teatro pero, sobre todo, permitieron conocer a grandes rasgos el urbanismo de Carissa Aurelia. «Sabemos que era una ciudad de 14 hectáreas, que no tiene un urbanismo típicamente ortogonal, que es el que tienen los romanos, es decir calles rectas y paralelas orientadas norte-sur y este-oeste, sino que la ciudad se adapta a la orografía complicada de la cresta rocosa en la que se encuentra», detalla Diego Romero. Precisamente, esta orografía es la causa por la que la ciudad estaba dividida en tres terrazas, «una terraza superior que tienen en su cúspide un promontorio en altura que nosotros llamamos acrópolis, en la cual habría un templo. Han aparecido diferentes restos que se pueden asociar a un templo que posteriormente fue desmontado y con esos materiales se construyó una torre medieval. Debajo, estaría el foro. En el foro tenían que tener un edificio que es la basílica y en el otro extremo, seguramente la curia que es donde se reunía el senado local. Más abajo están los contrafuertes hechos de hormigón romano que siempre han estado a la vista. Otra terraza más baja que es donde seguramente habría viviendas y todo el interior de la ciudad estaba conectado por dos vías que también se han documentado.

Pero para poder conocer mejor las entrañas de la ciudad era necesario excavar. De ahí es donde surge la unión de las universidades de Sevilla, Kiel y Colonia en Alemania y Groninga en Países Bajos en un proyecto internacional de gran relevancia. A esto se une la financiación de la fundación Thyssen, la colaboración de los ayuntamientos de Bornos y Espera y las facilidades que ofrece el propietario del terreno en el que se ubica el yacimiento. ¿Y por dónde comenzar a excavar? El arqueólogo comenta que «como sabíamos gracias a las prospecciones dónde podríamos encontrar ciertas cosas, hemos localizado tres excavaciones pequeñas en puntos estratégicos». Estas tres pequeñas excavaciones, llamadas sondeos, tienen una extensión limitada, de 5x5 metros. Una de ellas en lo que podría ser una vivienda, otra en el área del foro y otra en una calle «que tiene una monumentalidad extraordinaria» y que no se ha difundido hasta ahora. Romero cuenta que en ese punto iban buscando «lo que había aparecido en las prospecciones geofísicas. Sabíamos que aquí había un cruce de calles interurbanas. Una que iba desde la colina hacia abajo y otra que iba desde la puerta norte a la sur, de una necrópolis a la otra. No sabemos si tendría acerado, pórtico, pero las lastras de piedra hablan de una gran monumentalidad. Cuanto más grandes las lastras y cuanto más regulares, mejor calidad y estamos hablando de un urbanismo importante, muy monumental y que salta a la vista. En ningún yacimiento cercano hay calles con estas características». Además añade que es «una calle fantástica en un estado de conservación excelente y que nos anima a continuar con el estudio».

Además de las excavaciones, se está recogiendo cerámica y otros restos porque, una vez finalizada esta primera excavación que encara su última semana, «hay que hacer historia a través de esos restos materiales».

La vida en Carissa Aurelia
El máximo apogeo de Carissa Aurelia llega en época de César, en torno al año 50 a.C. y se estima que fuera hasta el 100 d.C. aproximadamente. «Hay mucha cerámica en superficie que remite a esa época. El hecho de que aparezca con tanta abundancia quiere decir que es la fase en la que más vitalidad tuvo este yacimiento. Y después, en contraposición, apenas encontramos restos cerámicos de fases posteriores. No hay nada de siglos II o siglo III. Eso nos da las pistas de cuáles fueron las fases de mayor apogeo», explica. Además, con el nombre de la ciudad también se pueden sacar conclusiones. «Aurelia era la madre de César y este nombre se debe, seguramente, a que Carissa se decantaría en las guerras civiles del bando cesariano y César, en contraprestación, le da un estatuto privilegiado. Es la ciudad que jerarquiza todo el territorio. La única ciudad importante de todo el entorno era Carissa. Y en torno a ella habría una serie de entidades poblacionales menores que en época romana no recibían el nombre de ciudad y que pagaban tributos aquí, y la gente que tenía que dirimir sus pleitos, quería orar o tomar unos baños, no sabemos si tendría baños, seguramente sí, vendría aquí», cuenta Diego Romero. Otra de las cosas que se creen es que posiblemente estuviera conectada con el mar a través del río Guadalete que desembocaba en el castillo de Doña Blanca en El Puerto.

La presencia de mármol en el yacimiento hace indicar la monumentalidad que se le dio a una ciudad que «sería visible en kilómetros a la redonda porque Roma utilizaba la arquitectura como mensaje de poder». «Los romanos encuentran un urbanismo prerromano. La arqueología tendrá que dilucidar cómo era, pero podemos decir que, seguramente, una vez que Carissa recibe ese estatuto privilegiado, que se convierte en municipio, los romanos monumentalizaron la ciudad para poner a la misma altura el aspecto de la ciudad, el urbanismo y el estatuto jurídico privilegiado y que se viera externamente», detalla.

Otra de las cuestiones llamativas es que se intuyen influjos de la cultura púnica en época romana. Ejemplo de esto son las monedas acuñadas y en las que aparece «un tipo monetal propio del mundo púnico». «En estas monedas aparece la cabeza de Hércules y también hay otro tipo monetal que son dos jinetes con una especie de escudo curvo que se llama rodela y los especialistas en numismática piensan que son jinetes númidas, del norte de África que vinieron a luchar en la segunda guerra púnica. Por tanto, utilizan ese tipo monetal en época avanzada bajo la órbita romana». Pero lo más conocido de este yacimiento son las necrópolis, que muestran que en época romana la gente se enterraba en hipogeo, es decir en huecos excavados en la tierra, y este es un tipo de necrópolis que se asocia al mundo púnico. Romero concluye que «eran romanos pero seguían conservando su cultura púnica. El sustrato cultural púnico nunca se perdió».

Seis años de proyecto
Estas son solo algunas de las cosas que se están aprendiendo de Carissa Aurelia, pero el proyecto de estudio arqueológico está previsto que dure al menos seis años. Además, las cuatro universidades participantes le han dado carácter pedagógico y son estudiantes los encargados de realizar las excavaciones bajo la supervisión de los profesores.

«Queremos enseñar a los alumnos a hacer arqueología y que sirva como práctica. Intentamos que todo sea pedagógico, explicarles por qué se hacen las cosas de determinada manera, vamos excavando de forma muy meticulosa. Una experiencia muy positiva y una oportunidad única en un yacimiento en el que todavía queda mucho por descubrir por lo desconocido.

Diego Romero tiene claro que «hacía falta el impulso de la investigación y esta es una oportunidad única. Este era un tren en el que había que subirse sí o sí». Y espera que en estos seis años «se pueda conocer con un alto grado de detalle cómo era la ciudad, su entorno y también la vida de los carissienses».

Proteger los restos
Una historia que comienza a construirse con la labor arqueológica: «no venimos buscando piezas de museo, que ojalá aparezcan, pero no es el objetivo primario. Queremos hacer historia. Los historiadores hacen historia con los manuscritos, con los textos, y nosotros con los archivos de la tierra. Ahora mismo es como si hurgáramos dentro de la tierra, cómo si abriéramos una pequeña ventanita por la que ver cómo vivían ellos».

Por eso, una vez que finalice la última semana de excavaciones y, antes de comenzar de nuevo las prospecciones, los hallazgos volverán a taparse con la finalidad de protegerlos y será el momento de investigación con los restos encontrados y de difusión de resultados por parte del equipo de arqueólogos de un proyecto que está generando mucho interés.

Los ayuntamientos de Bornos y Espera están interesados en su conservación y en que los vecinos de los municipios «se vinculen con Carissa, se vinculen con su patrimonio de forma que a través de la concienciación se entienda que esto es algo suyo y se puedan prevenir lacras como el expolio que aquí es continuo y eso que es un Bien de Interés Cultural y tiene la máxima protección que pueda existir en un yacimiento». Un expolio que se quiere evitar a toda costa para proteger un lugar que todavía tiene muchos secretos que desentrañar.

1 de octubre de 2024

Un equipo de la UPO descubre un triclinio acuático en Villa Adriana

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han revela nuevos detalles sobre la villa imperial del emperador Adriano en Roma, entre ellos una sala de banquetes rodeada de agua.

Equipo de la UPO que ha participado en la campaña de excavación en Villa Adriana.

El equipo científico del Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide ha realizado un importante hallazgo en el marco de su última y reciente campaña de excavación en Villa Adriana, una de las construcciones más emblemáticas del emperador Adriano, ubicada a 28 km de Roma. El descubrimiento ha revelado la existencia de un triclinio acuático, una sala de banquetes rodeada de agua, en la que se aplicó una solución arquitectónica muy singular para su época.

Durante la campaña de excavación, llevada a cabo del 8 al 29 de septiembre, el equipo centró su trabajo en el pórtico central del Palazzo de Villa Adriana, área que fue la primera zona residencial del emperador. El triclinio está compuesto por una plataforma central que, en tres de sus lados, está bordeada por un estanque.

Las excavaciones han revelado que tanto el interior del estanque como el zócalo de las paredes estaban revestidos con mármol blanco, destacando el mármol de Carrara y otros procedentes de diferentes partes del Imperio. Este tipo de sala era habitual en la arquitectura romana, pero el diseño descubierto es especialmente singular y único en su época, que más tarde se reproduciría en otras construidas en distintos lugares del Impero Romano. Ejemplos similares de estos comedores rodeados de agua se pueden encontrar en la península ibérica, como en la Villa romana de Salar (Granada) y en la Casa dos Repuxos en Conimbriga (Coimbra, Portugal).

En campañas anteriores, los arqueólogos y arqueólogas de la UPO descubrieron otro triclinio acuático de distinto diseño en la misma zona del Palazzo, lo que convierte este lugar en un auténtico laboratorio arquitectónico donde se experimentó con el uso del agua en espacios de banquetes. Las dimensiones reducidas de las plataformas donde se celebraba el banquete sugieren que estos comedores eran íntimos, reservados para el emperador y dos comensales más, creando un espacio de reunión privada.

Rafael Hidalgo, profesor de la UPO y director del proyecto, destaca la importancia de este hallazgo: “La localización de dos triclinios acuáticos nos permite entender mejor las innovaciones arquitectónicas llevadas a cabo en Villa Adriana y el papel simbólico del agua en las estancias dedicadas al banquete”.

El proyecto arqueológico en Villa Adriana, desarrollado de forma ininterrumpida por la UPO desde 2003, es el primer proyecto de excavación español en esta villa. Solo otros dos equipos internacionales, de las universidades de Oxford y Columbia, están actualmente autorizados para excavar en este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El proyecto de la UPO en Villa Adriana junto al proyecto institucional del CSIC en la ciudad romana de Tusculum, son los dos únicos proyectos de excavaciones arqueológicas españoles que actualmente se desarrollan en Italia.

La reciente campaña ha contado con la colaboración del Instituto Autónomo de Villa Adriana y Villa d’Este, dirigido por Andrea Bruciati, y ha sido financiada íntegramente por la Universidad Pablo de Olavide, con el apoyo de su Consejo Social, la Facultad de Humanidades y el Departamento de Geografía, Historia y Filosofía. En esta ocasión, el equipo de excavación está constituido por profesorado e investigadores e investigadoras de la UPO y estudiantes de la Facultad de Humanidades, así como por alumnos y alumnas de la Università degli Studi Roma Tre.

27 de septiembre de 2024

Inicio de las excavaciones en el yacimiento de Carissa Aurelia

Esta iniciativa cuenta con importantes investigadores de las Universidades de Sevilla, Colonia y de Kiel (Alemania) y de Groninga (Países Bajos). Se llevará a cabo durante seis años y es financiado por la Fundación Thyssen (Alemania)

Hace unos días comenzaron las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Carissa Aurelia, un proyecto en el que los ayuntamientos de Bornos y Espera llevan más de un año trabajando y que por fin empieza a ejecutarse.

El objeto principal de la investigación será la antigua ciudad de Carissa Aurelia (Carija, Bornos-Espera), un asentamiento y centro económico de importancia regional en la parte alta del valle del Guadalete. Esta ciudad tiene un origen prerromano y fue privilegiada por Julio César, alcanzado el rango jurídico de municipio. No obstante, jamás se han realizado excavaciones en el interior del núcleo urbano y solo se conocen algunos restos arquitectónicos emergentes correspondientes a edificio públicos y sus notables tumbas hipogeas.

Este proyecto parte de una intervención previa realizada en 2021, en la que se aplicaron en el yacimiento diferentes métodos geofísicos (georradar, magnetometría y resistencia eléctrica). Los resultados de esta campaña revelaron interesantes datos sobre la fisonomía urbana de Carissa. Principalmente, su extensión, el trazado de sus murallas, la existencia de un parcelario urbano y de un callejero no regular adaptado a la accidentada orografía, así como de diferentes espacios públicos, entre los que sobresale un centro monumental compuesto por una acrópolis y un foro aterrazado, así como un posible teatro.

Dicho proyecto, de seis años de duración, se denomina 'Carissa Aurelia: Anatomía urbana, desarrollo histórico y vertebración territorial de una ciudad romana privilegiada del norte de la provincia de Cádiz' y se encuentra bajo la dirección de los profesores Diego Romero Vera (Universidad de Sevilla), Michael Heinzelmann (Universidad de Colonia), Janine Lehmann (Universidad de Kiel) y Tymon de Haas (Universidad de Groninga).

7 de agosto de 2024

Nueva campaña de excavaciones en La Motilla de Azuer (Ciudad Real)

Un equipo de once estudiantes universitarios de Arqueología e Historia está actualmente inmerso en la intervención anual que se extenderá hasta el próximo 18 de agosto.

La Motilla del Azuer acoge una nueva campaña de excavación. Once estudiantes de Arqueología e Historia participan desde comienzo de semana en los trabajos que se centran en varias zonas de hábitat que ofrecen un terreno prometedor en cuanto a hallazgos relacionados con los antepasados que vivieron en este enclave.

En la visita a la excavación, la concejala de Turismo, Lourdes Rodríguez de Guzmán, acompañada del alcalde, Leopoldo Sierra, destacó este martes las buenas expectativas que tiene esta cuarta excavación en el yacimiento “que se completa gracias al esfuerzo conjunto del Ayuntamiento de Daimiel, la Junta de Comunidades y la Universidad de Castilla-La Mancha”. El proyecto supone una inversión de 12.000 euros aproximadamente.

Por su parte, el edil destacó la importancia del voluntariado y su entusiasmo en revivir la historia a través de su trabajo en el enclave arqueológico, enfatizando la relevancia de continuar con este tipo de acciones y mejorar el aprendizaje histórico. “El yacimiento es un puente hacia al pasado para saber cómo somos hoy en día nosotros”, subrayó

Reconoció Sierra que el trabajo de excavación es “arduo” y supone “mucha paciencia y dedicación”, aspectos que agradeció a todos los estudiantes participantes, muchos de ellos ya veteranos en La Motilla de Daimiel.

Por su parte, el arqueólogo del yacimiento y coordinador del proyecto Miguel Torres, explicó que se trata de una campaña continuista puesto que se centra en zonas que se han excavado en ocasiones anteriores. Por ello, “se está excavando en ampliaciones de las mismas”, matizó. En esta ocasión los trabajos se centran en la zona del poblado y lo que se pretende es “conocer aspectos de la vida cotidiana y doméstica en la Edad de Bronce”.

La campaña finalizará el próximo 18 de agosto. Después será el turno trasladar ese trabajo de campo al laboratorio con el análisis, obtención de resultados y conclusiones que se extenderán varias semanas hasta finales de año.

En este contexto el codirector y coordinador del grado de Historia de la UCLM David Rodríguez, resaltó la ilusión de los estudiantes en el proyecto y la “exitosa colaboración” tripartita entre las administraciones e instituciones involucradas.

Recordó que, tras cuatro años de colaboración, los jóvenes “están encantados con la experiencia que les brinda una de las mejores motillas de la península, y solicitan volver para continuar formándose”, indicó.

Este año, la mayoría de los estudiantes que participan en las excavaciones son de la Universidad de Castilla-La Mancha, aunque también lo hacen de la Universidad de Sevilla, Granada, Complutense de Madrid o de Portugal, que buscan ampliar su experiencia en la Edad del Bronce.

Uno de ellos, el bolañego Joaquín Rubio, confesaba que tras la buena experiencia que le brindó la primera vez en el año 2022, “tenía claro que quería repetir y contribuir al conocimiento sobre la época que no está muy estudiada”.

Para esta ocasión y como ya ocurriera en ediciones anteriores, no se descarta encontrar enterramientos y con ellos posibles exhumaciones para seguir aportando información de los antepasados.

16 de julio de 2024

Estudiantes del curso de Arqueología realizarán excavaciones en las termas romanas de Carmona (Sevilla)

El curso está estructurado mediante sesiones prácticas de excavaciones arqueológicas, apoyadas por sesiones teóricas en las que se tratarán temas metodológicos y de aspectos relacionados con la gestión de las excavaciones, como la legislación de referencia o la documentación administrativa necesaria.

Estudiantes de la 17ª edición del curso de verano ‘Arqueología de campo’ de la Universidad Pablo de Olavide, un seminario eminentemente práctico, tendrán la oportunidad de excavar desde hoy en las termas romanas halladas en el subsuelo de la plaza de Julián Besteiro en la localidad sevillana de Carmona, un complejo termal construido a principios del siglo I. Una parte importante de estos restos arqueológicos quedarán expuestos una vez finalicen las obras de remodelación que actualmente se están desarrollando en la plaza.

El curso, organizado con la colaboración del Ayuntamiento de Carmona, se impartirá del 15 al 26 de julio. Está dirigido por Ricardo Lineros, jefe de Servicio de la Delegación de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Carmona y director del Museo de la Ciudad y Juan Manuel Román, arqueólogo municipal de dicha Delegación.

En el acto de inauguración oficial de dicho curso han participado esta mañana el alcalde de Carmona, Juan Ávila; el concejal delegado de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, Ramón Gavira y Juan Manuel Román.

El principal objetivo del mismo es que el alumnado pueda conocer in situ todos los aspectos a los que se tiene que enfrentar un arqueólogo cuando realiza una excavación. El curso está estructurado mediante sesiones prácticas de excavaciones arqueológicas en la ya mencionada zona, apoyadas por sesiones teóricas en las que se tratarán temas metodológicos y de aspectos relacionados con la gestión de las excavaciones, como la legislación de referencia o la documentación administrativa necesaria.

Los alumnos del curso realizarán trabajos de campo en la también conocida como plazuela de San José, prosiguiendo con unas excavaciones que se iniciaron como actuación preventiva antes de la remodelación de esta plaza situada en el centro histórico de la ciudad.

Según ha explicado Juan Manuel Román, los trabajos realizados en la zona han dejado al descubierto unas termas romanas públicas construidas en la época de Augusto a principios del siglo I d. C., siendo las más antiguas de este tipo de instalaciones encontradas hasta el momento en Carmona “y cuyas estructuras presentan un relativo buen estado de conservación”.

En este sentido, ha añadido que, en este caso, los niveles de mayor interés son los de época romana, en concreto los relacionados con el edificio termal. En la misma intervención se han documentado restos de otras épocas, como cuatro silos para el almacenamiento de cereal, tres de ellos del periodo islámico y el cuarto de la Edad del Cobre. Los expertos han podido constatar que los baños públicos estuvieron en uso hasta mediados del siglo II de nuestra era, si bien, durante época almohade, se reaprovecharon parcialmente algunas de las estructuras. Además, los trabajos han permitido “constatar por primera vez una mina de agua asociada a la estratigrafía arqueológica, certificando sin ninguna duda su datación romana”.

Sobre este solar se edificó el convento de San José, fundado por los carmelitas descalzos a finales del siglo XVII y desamortizado a mediados del XIX. No hay restos relevantes, más allá de las naves laterales del templo que se conservan junto a los actuales juzgados, ya que el edificio fue demolido tras su uso como cárcel y colegio.

Curso de espeleoarqueología
Por otro lado, la sede Olavide en Carmona también pondrá en marcha del 29 al 31 de julio el curso de verano ‘Introducción a la espeleoarqueología aplicada: el estudio de las minas de agua. 5ª edición. José Millán Naranjo in memoriam’, un curso teórico práctico que permitirá a los alumnos adentrarse en las minas romanas de agua de Carmona. Organizado junto a la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas y el Ayuntamiento de Carmona, está dirigido por Juan Manuel Román y Miguel Ángel Carranco, este último bombero y ambos miembros de dicha asociación, al igual que el resto de profesorado que imparte este curso.

Las exploraciones realizadas durante los últimos años por un equipo formado por espeleólogos, arqueólogos, geólogos y ambientólogos han sacado a la luz una impresionante red de minas existentes bajo el subsuelo de Carmona. Estas casi desconocidas obras de ingeniería hidráulica tuvieron como fin la captación de las aguas subterráneas y fueron construidas en época romana, pudiendo considerarse como elementos patrimoniales de primer orden. Durante el curso, los alumnos aprenderán la metodología diseñada específicamente para estos estudios y realizarán prácticas tanto de progresión vertical en cuerda como de exploración en el interior de estas minas.

10 de julio de 2024

Torreparedones protagoniza un curso de arqueología experimental basado en las artes del fuego

El objetivo es reproducir la tecnología de producción y soplado del vidrio según la tipología de hornos documentada de este período
El alumnado del curso durante las labores arqueológicas.

El Parque Arqueológico de Torreparedones en la localidad cordobesa de Baena ha comenzado la segunda edición del Curso de Arqueología Experimental, dedicado este año a las artes del fuego. Organizado por el Grupo HUM128 Meridies de la Universidad de Córdoba (UCO), cuenta con la participación de una decena de estudiantes de esta universidad y de la de Sevilla, y de un equipo docente integrado por los investigadores de la UCO, compuesto por Javier López Rider y David Govantes, el vidriero Luis Bodas y la ceramista Carmen Cecilia. Para su desarrollo, que se extenderá hasta el martes 16 de julio, se ha firmado un convenio entre el Ayuntamiento de Baena y la UCO que permitirá llevar cabo nuevas ediciones durante los próximos cuatro años.

El objetivo del curso es reproducir la tecnología de producción y soplado del vidrio según la tipología de hornos documentada en excavaciones arqueológicas de época medieval y en los procedimientos descritos en recetas de dicho período. Las labores en el yacimiento consistirán en la reconstrucción de un horno experimental de fusión, similar al hallado en el yacimiento de Puxmarina de Murcia (siglo XII), y de un horno de templado para enfriar las piezas. Se realizarán talleres sobre decoración y cocción de piezas de cerámica vidriada de reflejo metálico. El trabajo práctico en el yacimiento se completará con sesiones impartidas por Carmen Cecilia, Javier López Rider y David Govantes-Edwards.

El curso da continuidad a la habilitación en el yacimiento de Torreparedones de una zona abierta, próxima al Centro de Recepción de Visitantes, llamada a convertirse en Campo de experimentación arqueológica en el ámbito de la producción. En ella está previsto llevar a cabo futuras actividades vinculadas con las artes del fuego, mediante la reconstrucción de hornos de pan (siguiendo el modelo documentado en el propio castillo de Torreparedones), cocción de cerámica o ensayo metalúrgico.
(Fuente: Cordópolis)

19 de junio de 2024

El buque "UCADIZ" culmina con éxito su primera campaña de arqueología náutica y subacuática

Los trabajos de investigación de este barco de la UCA y el CEI·Mar se han desarrollado en La Caleta y han contado con siete arqueólogos doctorandos y cuatro arqueólogos del CAS.
Investigadores a bordo del UCADIZ.

El buque oceanográfico UCADIZ ha culminado con éxito la primera campaña científica en el mar dentro de la Línea de Arqueología Náutica y Subacuática de la Universidad de Cádiz y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·MAR). El UCADIZ ha estrenado su hoja de ruta científica tras ser acondicionado recientemente por la UCA, convirtiéndose en una infraestructura con equipamiento científico y de navegación de última generación al servicio del sistema universitario andaluz y de toda la agregación del CEI·MAR. En total, en las distintas tareas de investigación realizadas han participado once personas: siete arqueólogos doctorandos de la UCA y cuatro arqueólogas del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS).

Se trata de una actividad novedosa en numerosos aspectos que se ha llevado a cabo en la zona de La Caleta (Cádiz). Entre las peculiaridades diferenciadoras de esta campaña se encuentra, precisamente, la circunstancia de haber sido la primera realizada en colaboración entre la UCA, el CEI·MAR y el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (CAS –IAPH). Junto al director de la investigación, Xavier Nieto, ha participado también en estos trabajos la propia directora del CAS, Carmen García Rivera.

Esta investigación pionera sobre los yacimientos arqueológicos en la zona de La Caleta ha requerido, en primer lugar, del ajuste del equipamiento científico del buque para lograr su máxima eficacia, además de la necesaria habituación de equipo humano a la hora de trabajar con un medio técnico complejo y potente como es el UCÁDIZ. Una actividad científica que contó con un proceso de selección previo ya que, con anterioridad, se procedió a seleccionar los dos yacimientos arqueológicos más idóneos entre la docena conocidos en La Caleta para, de este modo, iniciar en el verano próximo sendos proyectos de investigación. Trabajos que servirán, al mismo tiempo, como espacio privilegiado de formación del alumnado del Máster en Arqueología Náutica y Subacuática de la UCA, único en el contexto de la universidad española y que, dentro del ámbito CEI·MAR, comienza a impartirse en este curso académico.

Dado que este máster pretende formar, mediante dos desarrollos curriculares, a especialistas en arqueología subacuática de Época Clásica y de Época Medieval y Moderna, el UCADIZ ha inspeccionado y seleccionado en estos días un barco romano (muy probablemente del siglo I d.C. con un cargamento de ánforas Dressel 20, que es uno de los envases típicos para la exportación de aceite de la Bética), así como otro pecio, que presenta una serie de cañones y una arquitectura naval conservada y que puede pertenecer a los siglos XVII o XVIII.

Uno de los proyectos previstos desde UCA y CEIMAR acaba de ser concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España en su convocatoria 2016 de proyectos I+D del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia, dirigido por el doctor Xavier Nieto Prieto y denominado El contexto arqueológico subacuático de La Caleta y su entorno (Cádiz): puertos y pecios vertebradores de una ciudad y de un territorio. Financiado con 56.000 euros, se desarrollará en los próximos dos años en el ámbito de la Bahía de Cádiz.

Así, este avance previo al desarrollo de los dos proyectos de investigación acometidos en esta primera campaña científica del UCADIZ ha alcanzado los objetivos previstos. Esto permitirá que en el verano próximo se puedan retomar con garantías unos proyectos de larga duración y ejecución a largo plazo que servirán para determinar el valor de los yacimientos arqueológicos subacuáticos conocidos en la zona de La Caleta e incidir en el extraordinario patrimonio sumergido en las costas gaditanas y andaluzas.