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2 de octubre de 2023

El hallazgo de una gran pileta revela nuevos detalles sobre la vida en Regina (Badajoz)

Arqueólogos de las Universidades de Viena (Austria) y Marburg (Alemania) han hallado una gran pileta en el yacimiento de Regina (Badajoz) que podría estar relacionada con la actividad minera en la zona, lo que revela nuevos detalles sobre la vida de la ciudad romana y su relación con el entorno que controlaba.
La pileta ha sido localizada a 900 metros del centro de la urbe romana de Regina.

Los arqueólogos han regresado en el mes de septiembre para desarrollar una nueva fase del proyecto con excavaciones entre Casas de Reina y el yacimiento de Regina en una zona situada a unos 900 metros del centro de la urbe romana donde ha sido localizada la pileta de 10 metros de largo por 4 de ancho que conserva en algunos tramos muros con un alzado de 80 centímetros, ha informado el departamento de prensa del yacimiento.

Los romanos cavaron la base geológica para edificar en su interior dicha pileta que ha aparecido enlucida con ‘opus signinum’, un material de construcción habitual en la antigua Roma hecho a base de mortero de cal hidráulica y cerámica machacada.

En los primeros días de trabajo se apuntó a la posibilidad de que formara parte de una villa agrícola, sin embargo, según el arqueólogo de la Universidad de Viena, Víctor Martínez, “su funcionalidad pudiera tener un carácter productivo relacionado con la actividad minero metalúrgica de la zona" puesto que se ha encontrado mucha escoria metálica en el interior.

Dicha pileta contó con un canal de desagüe y se han apreciado también cortes en la base geológica con el fin de reforzar los muros.

Además, la edificación estuvo cubierta, como evidencian los muchos restos de tejas aparecidos en la zona.

“Lo que se ha conservado realmente está en un estado fantástico”, ha destacado Martínez tras la conclusión de los trabajos.

La aparición en la excavación de una moneda con la efigie del emperador Tiberio, ha permitido datar la pileta en torno al siglo I después de Cristo y las prospecciones geofísicas apuntan a la existencia de otras dos piletas más próximas a la excavada parcialmente.

Esta excavación es la continuación de un proceso que se inició con las prospecciones en superficie.

Bajo la dirección del catedrático de Arqueología en el Instituto de Arqueología Clásica de la Universidad de Viena, Günther Schörner, se ha realizado un exhaustivo estudio de los materiales que se acumulan en los terrenos situados en torno al yacimiento de Regina.

“Si la campaña pasada fue buena, esta ha sido aún mejor”, ha comentado Schörner que destaca la diversidad de enclaves que se han localizado durante las tres semanas de trabajo.

“Hemos encontrado importantes villas en la zona, así como granjas pequeñas y lugares relacionados con la agricultura y la ganadería. El paisaje que hoy se ve vacío de edificaciones era muy distinto en época romana. Había edificios a pocos cientos de metros unos de otros”.

En esta fase se han localizado hasta ocho nuevos enclaves, alguno de ellos de cronología prerromana, como el hallado en el entorno de la alcazaba de Reina.

De entre los hallazgos en superficie destaca un engarce de anillo con una representación de la diosa Victoria que está realizado en un mineral llamado cornalina cuyo origen se sitúa en Afganistán y que serviría para sellar cartas o estampar objetos.

“Este hallazgo evidencia que había ciudadanos con mucho poder económico en la zona”, ha apuntado Schörner.

Más de 40 personas han trabajado en esta fase del proyecto realizando distintas funciones, la mayoría alumnos de las Universidades de Viena y Marburg, que han seguido su proceso de formación y aprendizaje con trabajos de campo en los distintos yacimientos de la zona.

El apoyo logístico prestado por el Ayuntamiento de Casas de Reina ha sido "fundamental", así como la colaboración de la Junta de Extremadura y la Diputación de Badajoz.

16 de enero de 2023

Sale a la luz la masacre romana de una ciudad navarra

Hallan once cuerpos con señales de violencia, entre ellos dos niños pequeños, en un cruce de calles de la población berona del s. I a. C. que estaba junto a lo que hoy es Viana.
Parte del equipo de arqueólogos junto a la excavación de La Custodia. Al fondo, Viana. URKO SARASOLA
 
La Custodia, una ciudad berona situada muy cerca lo que hoy es Viana y que alcanzó una importancia notable en los siglos II y I antes de Cristo, demuestran que la población fue destruida a sangre y fuego por las tropas del romano Sertorio. El equipo que dirige Javier Armendáriz Martija, profesor de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la UPNA y de la UNED-Pamplona, ha descubierto en el cruce de dos calles de la antigua ciudad los restos de once cuerpos, dos de ellos niños, con signos evidentes de haber sido atacados con hondas, lanzas y espadas. Nunca se habían encontrado tantos cuerpos en un yacimiento de esta época en lo que era Hispania. El hallazgo, que Armendáriz desveló en una reciente conferencia en Viana, corrobora la historia que ya sugerían los descubrimientos de anteriores campañas (tres cuerpos también con signos de violencia y la munición de un hondero romano): que la ciudad fue destruida por completo por los soldados de Sertorio, hasta el punto de que los supervivientes, si los hubo, ni siquiera regresaron para recoger y enterrar a sus muertos. La Custodia desapareció con ese ataque ocurrido en torno al año 76 antes de Cristo, ya conocido por los textos de Tito Livio, y su legado se trasladó unos kilómetros al sur, donde se fundó la ciudad de Vareia en el lugar donde hoy se encuentra un barrio de Logroño, el de Varea.

Toda una ciudad arrasada
En La Custodia apenas se ha excavado un 0,2% de las 14 hectáreas que ocupaba la vieja ciudad. Una primera cata, realizada en 2018 junto a la carretera nacional, descubrió un cruce de calles donde yacían cuatro cuerpos. En uno de ellos se podía apreciar huellas de un espadazo a la altura de una oreja. En otro quedaron las huellas de un ataque brutal: el berón, de unos 20 años, trató de protegerse con un brazo , pero no pudo evitar que le mataran de varios espadazos en el cráneo y otro en el cuello. Otra de las catas, excavada en 2020, deparó un hallazgo sorprendente de carácter bélico: toda la munición de un hondero romano, casi 60 balas de plomo. Aquel soldado de Sertorio debió verse en una circunstancia difícil, que le obligó a deshacerse de la bolsa donde llevaba aquellas balas, que pesan unos tres kilos. Tampoco regresó a por ellas. Mala señal.

La última cata en la Custodia se realizó en 2021 y 2022. Financiada por el Ayuntamiento de Viana y el departamento de Cultura del Gobierno de Navarra, en ella participaron arqueólogos profesionales y estudiantes de Historia de la UPNA y de la UNED, además de voluntarios vecinos de Viana como Luis Arazuri, Diego Jiménez Duque, Antonio Arazuri y Juan Brualla. La excavación descubrió un cruce de calles y confirma la batalla calle por calle. “Hay un nivel de incendio que corrobora que todo el espacio urbano de La Custodia se arrasó. No hubo ocupación posterior ni siquiera recuperaron los cuerpos. Tuvo que ser una desbandada terrible si es que no mataron a todos. Pero entraron para saquear, para acabar con todo, llevarse los alimentos, quien sabe si las mujeres… “, señala Armendáriz.

En esas calles aparecieron once cuerpos, y las huellas de violencia aparecen por doquier. En el cruce, enfilando una de las calles aparecen el cuerpo de un adulto con signos de un corte y junto a él, restos, solo unos dientes, de un niño de unos dos años. Muy cerca, otro niño también de esa edad, al que le falta el cráneo, que se encontró a unos metros de distancia. Pudo ser decapitado. En la calle principal, en un lado, aparecieron esqueletos de otros cinco hombres adultos. A uno de ellos se le ve con claridad que se le amputó el brazo. Junto a estos cuerpos aparecieron una moneda de acuñación reciente, anillos, placas de cinturón y la vaina de un puñal. “El arma se lo llevarían, porque los puñales íberos y berones eran muy apreciados”, apunta Javier Armendáriz. Finalmente, a unos metros en la calle principal se desenterraron otros tres cuerpos, también adultos. Junto a uno de ellos aparece restos de una lanza, quizá un pilum romano. Junto a otro, la punta de una lanza. También apareció una marmita, y dos fíbulas (broches metálicos para unir partes de la vestimenta). “Estos pueblos tampoco se andaban con chiquitas. Eran sociedades guerreras, hacían exhibición de su armas y combatían uniformados”.

Todos los cuerpos, en general, estaban en mal estado. Con toda probabilidad, cayeron sobre ellos los restos de las casas incendiadas. Algunos carecen de extremidades enteras, un extremo que el arqueólogo atribuye a la acción de animales carroñeros, como buitres, después del incendio. “Se nota por ejemplo las costillas abiertas”. En todo caso, se han conservado lo suficiente para que abran las puertas de futuras investigaciones. “No hay demasiado testimonios de este periodo ni tampoco de la Edad del Hierro”.

Una guerra civil entre romanos que terminó para siempre con varias ciudades
El norte de la Península Ibérica era hogar, en el siglo I antes de Cristo, de tribus y pueblos como vascones, várdulos, jacetanos, celtíberos… Lejos de pensar en ellos como gentes primitivas, hay que tener en cuenta que fundaron poblaciones de relevancia, que funcionaban casi como ciudades estado, con monedas y autoridades propias, aunque estuviesen dentro de la órbita romana. En La Custodia se han encontrado monedas con la inscripción ‘Uarakos’, referida al nombre prerromano de la ciudad, Uara, y los restos de las calles demuestran una buena planificación,con elementos como los pasos elevados de acera a acera, que se han hallado en ruinas como Pompeya, muy posteriores. Comerciaban entre ellos y viajaban, lo que favorecía el intercambio cultural entre ellos. “Su calidad de vida era mejor que la de la Edad Media, por ejemplo”, dice Armendáriz.

En los territorios que hoy ocupa la Rioja y parte del oeste de Navarra vivían los berones, que fundaron ciudades como Libia (hoy Leiva) o Tritium (Tricio). Entre Viana y Logroño, en Monte Cantabria, crearon una ciudad en los siglos IV y III antes de Cristo, que después se consolidó a unos 5 kilómetros, en La Custodia, una ciudad de más de 14 hectáreas de superficie. “Fue una de las mayores del Valle del Ebro”

Aunque estaban ya insertos en el mundo romano, la posición de estas ciudades fue muy difícil en la guerras sertorianas, un conflicto civil que en Hispania enfrentó del 82 al 72 antes de Cristo a dos militares romanos, Quinto Sertorio y Pompeyo. Las ciudades prerromanas se aliaron con uno o con otro. La Custodia se puso del lado de Pompeyo, se convirtió en objetivo de Sertorio, que la destruyó como hizo con otras ciudades del valle del Ebro o Irulegi, junto a Pamplona. Armendáriz compara lo que se pudo vivir en La Custodia con lo ocurrido en la ciudad ucraniana de Bucha el año pasado. Tanto en una como en otra ciudad, en una época como en la otra, la imagen resultante es una calle repleta de cadáveres. “Con 2.100 años de diferencia se repite la misma táctica de tierra quemada, de destruir y de matar.”

Proyectiles de honda lanzados a muy corta distancia
En ese cruce de calles excavado en La Custodia se dio otro hallazgo que sorprendió a Javier Armendáriz y su equipo: hasta siete balas de honda, la mayoría muy cerca de los cuerpos. Los honderos romanos eran un cuerpo que generalmente actuaba en campo abierto, en primera línea junto a los arqueros, lanzando sus balas todos a la vez y con gran puntería. “Se les adiestraba desde niños y esos proyectiles podían alcanzar grandes velocidades, 100 o 150 kilómetros por hora”. Por eso, resulta insólito que en La Custodia las hondas se emplearan a distancias muy cortas, de 15 o 20 metros. “En Hispania no hay ningún otro caso de esta época”. Y lo hicieron con precisión casi total: de las siete, seis acertaron. “Hay que tener en cuenta además que se trataba de una acera con porche, lo que reduce el campo visual del hondero”. Las balas, curiosamente, aparecen en parejas, un extremo que todavía deben estudiar. “Se ve que iban hacia el sur, lo que confirma nuestra sospecha de que el ataque de Sertorio vino desde el norte”, dice Armendáriz, que seguirán investigando los restos, incluso haciendo “arqueología experimental, lanzando proyectiles”, para reconstruir lo que ocurrió en La Custodia hace cerca de 2.100 años.

27 de septiembre de 2022

Los arqueólogos revelan el intenso flujo comercial entre Regina Turdolorum y el sur de Hispania

Los trabajos de las Universidades de Marburg, Viena y Cantabria revelan el intenso flujo comercial que existió entre la ciudad pacense de Regina Turdolorum y el sur de Hispania
Apareció un importante conjunto de ánforas de salazones de pescado en el edificio excavado en los límites de la trama urbana de Regina.

A principios de septiembre arqueólogos de las universidades de Viena y Marburg volvieron al yacimiento de Regina Turdolorum para continuar con el proyecto internacional que, en colaboración con la Universidad de Cantabria, pretende conocer detalles en relación al perímetro de la ciudad y al territorio que controlaba la antigua urbe romana.

Buscando los límites de la trama urbana por la zona sureste, los arqueólogos llevaron a cabo un sondeo de 4 por 7 metros tras detectar la pasada campaña interesantes anomalías en el terreno por medio de la resistividad eléctrica. Dada la ubicación y los resultados de intervenciones arqueológicas precedentes, se esperaba localizar estructuras de delimitación perimetral como una muralla o un foso defensivo. Sin embargo, conforme avanzaban las excavaciones fueron aflorando muros de notables dimensiones que pertenecieron a una edificación de naturaleza aún desconocida. Con el paso de los días y el avance de los trabajos se fueron encontrando respuestas muchas de las dudas que generaban dichas estructuras.

“Ha sido un descubrimiento sorprendente” apunta Felix Teichner, profesor de la Universidad de Marburg (Alemania). “Ha aparecido un importante conjunto de ánforas de salazones de pescado que se podrían datar en el siglo II dC. Procederían del sur de Hispania, en concreto de la zona gaditana. Estos hallazgos desvelan la importante relación comercial de una ciudad de interior como es Regina con las zonas costeras del sur. Ahora toca analizar los restos encontrados, cronología exacta y tipología de las ánforas y demás restos que se han exhumado, para saber si estamos ante un almacén o una taberna situada en los límites de la ciudad. Una vez tengamos las conclusiones plantearemos una hipótesis más definida sobre la naturaleza del edificio”.

El pasado sábado, dicha edificación, con muros de más 2 metros de altura, fue cubierta de nuevo para su protección a la espera de futuras intervenciones.

Paralelamente se realizó otro sondeo de menores dimensiones cuyos resultados han sido también positivos. Se localizaron estructuras cubiertas con pavimento hidráulico pertenecientes a una casa romana situada junto al decumano máximo, la calle principal de la ciudad. “Podría ser una especie de impluvium o una pileta. Sorprende su profundidad y también la calidad de la obra y los materiales utilizados” comenta Teichner. Los restos exhumados se encuentran en muy buen estado de conservación.

En las tres semanas de trabajo se han llevado a cabo también prospecciones en superficie en distintas localizaciones del territorio que controlaba Regina. En esta fase del proyecto y bajo la dirección de Günther Schörner, catedrático de Arqueología en el Instituto de Arqueología Clásica de la Universidad de Viena, los trabajos se han extendido a zonas aledañas a Regina como la cercana sierra de San Miguel donde se han detectado nuevos yacimientos relacionados con la minería en tiempos de la ocupación romana. Los trabajos en superficie se han realizado también en multitud de parcelas en el término municipal de Casas de Reina y otras localidades próximas. Se han encontrado una decena de nuevos yacimientos que no estaban catalogados. Además, se ha conseguido afinar la cronología y funcionalidad de los yacimientos ya conocidos. Schörner destaca que Regina “tuvo una intensa actividad agrícola en época prerromana y romana, los restos así lo evidencian. Es un lugar ideal para investigar. Hay mucho por descubrir y mucho por estudiar”.

Asimismo se han realizado prospecciones geofísicas en zonas próximas al yacimiento con el fin de determinar las posibles edificaciones de tipo agropecuario desde las que se controlaba el trabajo de las tierras. Estas prospecciones junto con las superficiales son las bases fundamentales de este proyecto que cuenta también con el apoyo fundamental de la Universidad e Cantabria de la mano del arqueólogo Jesús Ignacio Jiménez Chaparro. . El proceso se inicia con la localización superficial de materiales. Una vez localizado el yacimiento se procede a la la prospección geofísica y como último paso se puede proceder a unas excavaciones puntuales para confirmar datos.

Como novedad en esta fase del proyecto se han realizado pruebas paleobotánicas con el fin de conocer qué se cultivaba en Regina. Dos paloebotánicas de la Universidad de la Emilia Romana se han encargado de recoger muestras de polen de distintas épocas en distintas zonas del yacimiento.

La cooperación entre universidades es otra de las bases de este proyecto. Según Víctor Martínez Hahnmüller, uno de los directores del proyecto, “se han cumplido todos los objetivos científicos en esta fase del proyecto. Ahora toca analizar y estudiar todos los datos recopilados”. Cabe destacar que el proyecto ha tenido también un carácter didáctico. En las excavaciones han participado estudiantes de las Universidades de Viena y Marburg que han tenido en Regina su primera experiencia en lo que a trabajos de campo se refiere. En total, 32 personas han participado en los trabajos que concluyeron el pasado sábado y que han contado con un importante apoyo logístico por parte del Ayuntamiento de Casas de Reina. En el proyecto colaboran además la Fundación de Estudios romanos y el Museo Nacional de Arte Romano. En la próxima primavera se pondrá en marcha una nueva fase de este proyecto que se alargará hasta 2024 y que busca desvelar como se articulaba la ciudad de Regina con el territorio que controlaba.

6 de septiembre de 2022

El TAC revelará los secretos del primer enterramiento íbero hallado en Jaén

La importancia de este hallazgo, más allá de la información que proporcione y que aún está por definir, es que es la primera vez que se encuentran enterramientos de época ibera en la ciudad de Jaén. El TAC permitirá conocer cuántas personas fueron enterradas en ellas, su edad, sexo o la causa de la muerte.
Una de las vasijas encontradas este verano en el yacimiento de Marroquíes Bajos de Jaén.

Dos vasijas. Parecen solo dos vasijas, pero son uno de los descubrimientos más importantes de este verano en Jaén. Los voluntarios del campo de trabajo de la Zona Arqueológica de Marroquíes Bajos, en la capital de la provincia, han encontrado lo que es el primer enterramiento íbero de la ciudad.

En efecto, son dos vasijas con pinturas iberas que albergan cenizas y restos óseos de lo que se presume eran dos personas. La importancia de este hallazgo, más allá de la información que proporcione y que aún está por definir, es que es la primera vez que se encuentran enterramientos de época ibera en la ciudad de Jaén. Ahora, está previsto que algunos de los secretos que albergan las dos vasijas se puedan conocer cuando pasen por un TAC próximamente. Esta prueba permitirá conocer cuántas personas fueron enterradas en ellas, su edad, sexo o la causa de la muerte.

6.000 años superpuestos
Se trata, pues, de un hallazgo que supone para arqueólogos y amantes de la historia un nuevo aliciente para adentrarse en lo que se conoce como Marroquíes Bajos, la zona de expansión urbana al norte de Jaén. Y hablamos de un motivo más porque, desde que se comenzara a excavar allí a principios de los años 90, no ha dejado de dar sorpresas.

Marroquíes Bajos tiene una de las secuencias culturales más completas y complejas de la arqueología de España. ¿Eso qué significa? Que se pueden observar seis mil años superpuestos, amalgamados en más de 130 hectáreas, incluyendo uno de los asentamientos calcolíticos más importantes de Europa, que ha llegado a ser calificado por una arqueóloga como la Nueva York de la prehistoria, sin olvidar a quienes lo relacionan con la leyenda de la Atlántida por la curiosa forma en que se construyó, con cinco círculos concéntricos de murallas.

Ibero tardío
Pero este último hallazgo habla de los iberos. Arturo Ruiz, presidente de la Asociación de Amigos de los Iberos y ex director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, ha explicado a elDiario.es Andalucía, que los restos parecen pertenecer a un enterramiento que podría datarse entre los siglos II y I antes de C., lo que se conoce como ibero tardío.

De momento, los materiales son escasos, ya que los restos se encuentran en dos urnas decoradas con pinturas ibéricas extraídas en un trozo de tierra. Ahora la cuestión reside en terminar de excavar la zona, para saber si se trata de una tumba o si forma parte de una necrópolis, que suele ser lo habitual en estos casos. De hecho, días después de encontrar las vasijas se localizó la estructura que se asociaría a la tumba, pero con diversas estancias o pequeños espacios que aún están por interpretar.

No se puede olvidar, como recuerda Arturo Ruiz, que en la ciudad de Jaén hay yacimientos iberos tan importantes como el oppidum (ciudad fortificada) de Puente Tablas o el del Cerro de Santa Catalina. Por eso se intuye que tienen que existir necrópolis (cementerios) iberas; el problema es que aún no se han encontrado. Esta circunstancia convierte el hallazgo de Marroquíes Bajos en “una importante novedad”.

Parque Arqueológico
Vicente Barba, coordinador de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Jaén y director de las excavaciones que se realizan en la zona, explica que “los descubrimientos se han hecho en el marco del III Campo Arqueológico de Voluntariado de Marroquíes Bajos que ha reunido en esta edición a una treintena de voluntarios de distintos puntos”.

El enterramiento fue encontrado en una fosa, en una zona de rocas naturales que podría no haber sido elegida al azar para depositar los restos. Los trabajos se realizan en la llamada parcela C de Marroquíes, un espacio de unos 8.000 metros cuadrados que se reservó hace más de veinte años, en medio del boom constructor de la ciudad en esa zona, para dedicarlo a un Parque Arqueológico. Incluso la Junta de Andalucía redactó un proyecto para el mismo que nunca fue más allá, y que se abandonó durante más de dos décadas, tiempo en el que el terreno se llenó de malas hierbas y basura, además de olvido.

Ahora este proyecto ha sido retomado en cierta manera por el Ayuntamiento de Jaén, aunque según el propio Vicente Barba, no tiene nada que ver. “Es un nuevo proyecto con nuevas perspectivas” y con gestión público-privada, añade Barba.

De cualquier forma, ya lleva tres años funcionando y dando frutos. “Llevamos tres años quitando basura” del solar, asegura Vicente Barba, al tiempo que recuerda que es precisamente esta parcela la más representativa de todo el poblado calcolítico, el corazón del mismo.

Desde un enterramiento romano a los muros islámicos de la ciudad
Allí, en un rincón del solar de 10x10 metros, se han encontrado, desde que se retomaron las excavaciones tras veinte años, una zona con un aljibe romano, casas musulmanas, o el curioso enterramiento de una mujer adulta de época tardo romana (siglo VI después de C.) enterrada con los pies orientados hacia la salida del sol y cuyo esqueleto había sido invadido por las raíces de un árbol que crecía sobre su cabeza.

En los últimos días del campo de trabajo de este año, que ha finalizado en julio, también se han encontrado los muros islámicos de la ciudad y se ha documentado un recipiente completo posiblemente del periodo emiral.

“Sabíamos de la importancia de apostar por poner en valor como parque arqueológico este espacio que nos está dando una importante información histórica y además nos va a permitir contar a la gente de Jaén y a sus visitantes cómo se vivía en la que ahora es la capital hace miles de años”, asegura José Manuel Higueras, concejal de Cultura y Turismo.

Visitas guiadas
El próximo objetivo es su puesta en valor. Aunque ya se realizan visitas guiadas en programas como el ‘Otoño Arqueo’ o la ‘Primavera Arqueo’. Próximamente, se realizará una jornada de difusión con los estudios y resultados de los campos de trabajo.

La idea es que cuando se termine de instalar una valla perimetral que proteja la zona, se llegue a acuerdos con distintas empresas turísticas para poder visitarlo con un horario establecido, lo mismo que se ha hecho con los ‘Baños del Naranjo’ en el centro de Jaén.

29 de agosto de 2022

Comienzan los trabajos arqueológicos en el asentamiento romano Casas del Campo de Villena (Alicante)

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.

El Ayuntamiento de Villena ha iniciado los trabajos de excavación arqueológica en el asentamiento romano Casas del Campo. El alcalde en funciones, Andrés Martínez, y la concejala de cultura, Elena Benítez, realizaron una visita institucional para ver el estado de esta campaña que comenzó el día 16 de agosto.

Este proyecto se lleva a cabo por un equipo de trabajo compuesto por dos arqueólogos de la empresa alicantina Arpa Patrimonio, David González e Iván Cuadrado, un estudiante, Manel Molina y los técnicos arqueólogos del SEMAP del Museo de Villena, Luz Pérez, directora de la excavación, y Josep Menargues.

El estudio de Casas del Campo permitirá ampliar el conocimiento sobre el proceso de romanización en la comarca de Villena: tipos de asentamientos, su distribución en el territorio, vías de comunicación, las formas de vida, la economía, la sociedad, el paisaje, etc.

Durante la semana pasada, en una primera fase, se retiró con una máquina mixta la tierra que cubría los restos de una vivienda romana excavada en 2009 y 2021. Posteriormente, se efectuaron trabajos manuales de limpieza del sondeo hasta alcanzar la cota de la fibra geotextil que protegía la zona excavada. Tras retirarla, se acondicionó la superficie para proceder a la excavación manual de la presente campaña.

El objetivo de esta nueva campaña es finalizar el estudio de la edificación. Para ello, es preciso excavar los estratos arqueológicos adyacentes. De este modo, gracias a los objetos que se vayan recuperando en el interior de dichos estratos o capas de tierra, se podrá conocer la datación relativa de los restos arquitectónicos y su relación con los hallazgos del entorno: baño, pozo, fosas, etc.

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. El Ayuntamiento de Villena, a través de la Concejalía de Cultura, financia este proyecto con el fin de conocer, conservar y divulgar el patrimonio arqueológico del término municipal de Villena.

30 de enero de 2022

Encuentran cerámica de la Edad del Bronce y construcciones del siglo VIII en el castillo de Huélamo (Cuenca)

Las cerámicas han aparecido en una de las catas, al pie de la roca. En la excavación también han aparecido estructuras, una de ellas circular datadas en el siglo VIII 

En Huélamo, dos leyendas esparcieron sus raíces de casa en casa: la del hombre de la capa que abrasó con su mano la puerta de Juan Merchante, y la del tesoro del Castillo, escondido en una oquedad, en la que intentaban introducirse todos los muchichos (así llaman en Huélamo a los muchachos) con la emoción de encontrarlo como piratas del Caribe. Nunca se encontró nada como, tampoco, hallaron tesoro alguno en esas otras cuevas de los moros que proliferan por nuestra geografía. Algunas monedas, quizás, y algún grafiti que llamamos ahora, también. Sobre todo en galerías de lapis en las que se cobijaban ciertos fugitivos y en las que, como ahora, nosotros con los móviles, dejaban testimonios de su presencia como también lo hicieron los escribanos, en los llamados libros de visitas, que en el siglo 16 dan buena cuenta de que, aquí, había un castillo en toda la regla.

Por eso, y por otras cosas, un grupo de arqueólogos está llevando a cabo una serie de excavaciones con el fin de certificar, de llevar a cabo un análisis comparativo entre la documentación escrita que tenemos y la realidad de los descubrimientos más recientes que, por cierto, han dado muy buenos frutos. Algo que, al turista huidizo de meterse en charcos, le costará creer porque, viendo lo que se ve en ese colmillo pétreo, hay que decirle que, hasta hace unos 400 años hubo un castillo fortaleza con muralla, torre del homenaje y dependencias de todo tipo con el fin de defender la plaza, Encomienda de la Orden de Santiago, en plena frontera entre Castilla y Aragón. Castillo en el que, ahora sí, como decimos, siguen jugando al escondite vestigios de una historia que comenzó aquí, a finales de la Edad del Bronce, que mejoraron los árabes hace más de mil años, y que fueron consolidados a partir del siglo 16 para, desde aquí, empezar a dibujar un tapiz urbano que se desparrama en bancales a la sombra de la que fuera, aquí, Orden de Santiago, estirándose, después, con el esplendor de la lana aprovechando tierras surgidas de una erosión que dejó, al Castillo, como cerro testigo vigilante de un pueblo lleno de fuentes y fachadas blancas.

Sí, así es. El castillo es nuestra señal de identidad, responde Leopoldo Martínez, alcalde del municipio, imaginando conmigo lo que sería la fortaleza si retrocediéramos 500 años. Lo malo es que apenas quedan vestigios de lo que fue y, lo bueno, es que como te digo, se ha convertido en símbolo de nuestro pueblo, Huélamo, porque se ve desde muy lejos y hace la labor del pregonero, añade Leopoldo.

Veríamos un castillo completo con sus almenas, la torre del homenaje, murallas, puertas etc, porque es así como aparece en las visitaciones de la Orden de Santiago cuando venían, aquí, por ser Encomienda. Hay visitaciones en los siglos XIV y XV siendo, la más extensa, la de 1508 que se refiere a las propiedades de la encomienda citando al Castillo y a muchas de sus dependencias. Pero, ahora, van apareciendo nuevos hallazgos que nos llevan al siglo octavo, a tiempos de los árabes.

Ese grupo de arqueólogos, dirigidos por Pedro Pablo de las Muelas, busca vestigios, restos que puedan dar luz a lo que se sabe que existió porque, documentos escritos, los hay, como dice el alcalde y, de esos escritos, a lo excavado y a los hallazgos que dan fe de la importancia de Huélamo.

Ciertamente. Gracias a estos trabajos tenemos claro que, la fortaleza, que empieza con los árabes, tenía muchísima importancia al ser, Huélamo, paso de Aragón a Castilla por la Herrería de los Chorros junto al río Almagrero que, como sabéis, es el que da agua al Júcar. Se trata de poner en valor esa historia contrastada, comprobada de que así es, aunque seguiremos intentando recaudar fondos de Europa, del gobierno de Castilla-La Mancha o del Estado para poder seguir estudiando estos restos que los arqueólogos van descubriendo. Sobre todo, esas cerámicas que han aparecido en una de las catas, al pie de la roca, entre la plaza de toros y la iglesia, una excavación en la que han aparecido estructuras, una de ellas circular, y en donde se han encontrado piezas de cerámica que, al parecer, son de la Edad del bronce, añade Leopoldo quien recuerda que, por culpa del Covid, de esta maldita pandemia, no pudieron llevar a cabo las representaciones de la llegada de Julián Romero.

No, por desgracia, junto a la Asociación nacida para llevar a cabo estas recreaciones, estábamos preparando todo ese conjunto de actuaciones que, en el 2018, por ejemplo, llevamos a cabo con la presencia del Regimiento Sicilia, con base en San Sebastián, heredero del Regimiento de Julián Romero.

Se refiere al año en el que, la comitiva, partió desde el Castillejo hasta el monumento a los Cargos, inaugurándose el emblema de la Orden de Santiago. Año en el que se nombró Comendadora a María Vicente, nuestra campeona de Heptatlón

Sí, fue en un acto precioso que tuvo lugar en el interior de nuestra iglesia, tras un desfile desde la plaza de Julián Romero hasta el templo parroquial con los Cargos, comitiva de Julián Romero, nuestras gentes ataviadas de época y autoridades. Fue un acto muy emotivo, sí.

La pandemia está ahí. Dicen que está bajando pero, la realidad es que trata de engañarnos como el hombre de la capa y, encima, hay descontento porque unas cosas se pueden hacer y, otras no aunque, ambas, sean al aire libre. ¿Habrá representación en este 2022?.

Estamos en ello. Tendremos una reunión en Febrero y, a partir de ahí, a ver si se van conjugando las fechas para que, en Semana Santa, tengamos una reunión más definitiva de la que saldrán todos los actos a representar con motivo de la llegada de Julián Romero, Maestre de Campo, nacido en Huélamo en el año 1518.

Unos andamios, colocados en la cara del Castillo que da a la iglesia, testifican que, allí, se trabaja no sólo en la cumbre sino que, también, en los laterales en donde descansaban los muros de la fortaleza.

Al frente de ello, en la dirección científica, se encuentra Pedro Pablo de las Muelas, arqueólogo y de Huélamo, que lleva muchos años estudiando la historia de Walmu, Vuelmo, Güelamo o Huélamo, nombres que, de por sí, encierran mucha historia.

Pues sí. Simplemente, por esa toponimia, podemos trazar el inicio de lo que sería el origen de Huélamo, en ese Walmu de época hispano musulmana. A partir de ahí, en lo que siempre se ha llamado castillo, es de donde surge el pueblo. Desde ahí, desde ese punto de Walmu, empezamos a tirar de un ovillo cuyo final tendrá que esperar por muchos motivos.

Lo comentaba el alcalde, Leopoldo Martínez, la cantidad de información que se tenía en los llamados libros de visitas. No solo certificaban la existencia de 6 ermitas, la de Santiago en el Castillo. Sino que, también, describían que, al entrar, se encontraban dos almenas, un portal donde está la caballeriza, la puerta de la Aldaba, la de Majaderos etc. Incluso en las Relaciones de Felipe II, se lee que en lo alto había un falconete y un aljibe con paredes de cal y canto.

Tratamos de confirmar las hipótesis de trabajo que se nos estaban abriendo. Necesitábamos la vivencia arqueológica que nos dijese, si todos los escritos, podrían tener visos de verdad o no era así. Las catas y excavaciones, nos han llevado a buenos resultados y, las pruebas que llevamos a cabo, constatan que el origen del Castillo estaría a finales del siglo 8 o comienzos del 9. Pero en todos esos paseos, visitas, prospecciones, en esas situaciones en las que a veces tienes suerte y otras no , en una de ellas, junto al alcalde, en un derrumbe, apareció una muestra, un fragmento de cerámica que estaba fuera de todo contexto arqueológico, algo que no pintaba nada. Pero, es más porque, hace 15 días, en el último estrato, apareció cerámica que correspondía con ese primer fragmento abriéndose, ante nosotros, un mundo nuevo con respecto a lo que era el Castillo de Huélamo. Una puerta abierta que nos llevaría a finales de la Edad del Bronce, en torno a unos 800 a de C.

La Inversión Territorial Integrada del Gobierno de Castilla-La Mancha (ITI), instrumento arbitrado por la normativa europea, facilita el apoyo económico para llevar cabo este proyecto en el que, además de Pedro Pablo, colabora Carpetania Integra responsable de la ejecución del proyecto, y un equipo técnico compuesto por Salvador Vila, arquitecto, y los arqueólogos Hipólito Ruiz y Greta Bruno. Todos formamos un grupo de amigos con lo que, el trabajo resultante, es fenomenal, añade Pedro Pablo al tiempo que imaginamos cómo sería este colmillo pétreo, vestido con un lienzo de muralla o un torreón.

El paso del tiempo es inexorable. Avanza, pero no retrocede. Y si a eso se le añaden las condiciones climáticas de la zona pues, la tormenta erosiva la tenemos y bien fuerte. Los procesos de erosión son muy duros para la roca, los muros etc. Es lo que hemos visto en multitud de yacimientos, es lo normal. La erosión, las sedimentaciones y, luego, la mano del hombre porque la población que surge después, aprovecha material del antiguo castillo para construir las casas del pueblo. Otros tiempos. El ser humano avanza pero, hoy, afortunadamente, vamos en otra dirección.

En las excavaciones, entre otras cosas, han aparecido muros y una especie de pozo, de forma circular de unos 3 metros de profundidad. Testigos de una parte de la historia que no sabemos si quedarán como piezas museísticas.

Si tenemos en cuenta que para la intervención actual nos hemos tirado 10 años llamando a puertas, y recibiendo portazos, llega un momento en que decidimos que lo mejor que podemos hacer, con el dinero conseguido, es aprovecharlo al máximo sin hipotecar el yacimiento. Hacer las cosas muy bien antes de querer llegar a un paso que no pudiéramos dominar. La decisión que hemos tomado es la de acabar los trabajos y cubrir los restos aparecidos, de la mejor forma, que nos permita volver a ellos para poder realizar una musealizacion mucho más adelante.

Un Castillo que ha abierto nuevas páginas en la historia y vida de Huélamo, a cuyos pies nació uno de los pueblos más bellos de España.

Tiene su razón de ser. El origen de lo que es hoy día el núcleo urbano, parte del Castillo, de un asentamiento pequeño habitado por poca gente. Cuando la población comienza a crecer, se desparrama ese urbanismo por la falda del cerro desde el que llamamos barrio del Castillo. Un barrio distinto porque tiene calles estrellas, no demasiados ángulos rectos que nos lleva a la primera fase de expansión. El resto se estructura en 3 calles paralelas que se comunican con rampas y escaleras, pero en época posterior. Son los siglos 16, 17 y 18 relacionados con la pérdida de poder de la Orden de Santiago y la preeminencia de la ganadería trashumante. Esos comienzos del 16, anteriores a la crisis económica que afecta al comercio de lanas, sería la ampliación de ese paisaje urbano de Huélamo, concluye Pedro Pablo al que dejamos en lo alto del Castillo, junto al aljibe, con agua. Un mirador sin puertas solo para tus ojos.

(Fuente: Liberal de Castilla / José Luís Muñoz Martínez)

25 de septiembre de 2020

Afloran en Dénia dos casas islámicas del siglo XII

Los arqueólogos también esperan encontrar en la parcela la muralla que cerró la ciudad andalusí después de la ampliación de la medina

Las excavaciones que se están realizando en el antiguo solar del que fuera el emblemático edificio de El Penal -en la localidad alicantina de Dénia- han sacado a la luz los vestigios de dos viviendas islámicas con sus respectivos patios.

Fueron construidas durante la ampliación de la antigua medina de Daniya, ejecutada a mediados del siglo XII, sobre todo en época mardanís y después almohade. Esto es, en la última era de vigencia de la Dénia islámica, pocas décadas antes de que la conquista cristiana.

Así lo ha explicado el jefe del servicio municipal de Arqueología, Josep Antoni Gisbert, quien matizó que como sucede en todos los solares urbanos, también este ha sido sometido a un proceso de inspección e intervención arqueológica antes de que se edifique de nuevo en la parcela. Gisbert matizó que la excavación no ha afectado a la totalidad del solar, toda vez que se ha dejado «una banda de respeto para que no haya problemas con la cimentación de los muros perimetrales», las fachadas que todavía se conservan de la añorada finca de El Penal y que al estar protegidas deberán ser respetados por la futura construcción.

RESULTADO DE LA EXCAVACIÓN
En los primeros niveles de las prospecciones han surgido pozos ciegos básicamente de la segunda mitad del siglo XIX. 

Es en el segundo nivel de la prospección donde han aparecido las dos casas casi milenarias. «Son arquitecturas islámicas de carácter doméstico de cuando la medina de la vieja Daniya se amplió hacia el sur, formando una nueva banda de terreno urbano que se ubicaría entre las actuales calles Campo y Colón». El arqueólogo que a pie de campo ha dirigido la intervención, Josep Marqués Costa, añade que las dos viviendas se encontraban separadas por una calle transversal. También se aprecia de forma muy clara la andana de uno de los patios y una crujía que debía ser adyacente a una calle que todavía no se ha descubierto, pero se espera descubrir. 

Uno de los principales objetivos de los trabajos, que todavía siguen en marcha, es localizar en este solar el tramo correspondiente de la muralla que cerraba la nueva medina. Por eso, Marqués habla de que de momento «es el gran misterio de la excavación». Pero se sabe que está: ya cuando se realizaron las obras de alcantarillado de la calle Diana fue localizada; en realidad se trataba de dos lienzos, ambos de origen islámico: uno perteneciente a la propia muralla y otra a la barbacana. Los expertos esperan encontrar alguna de ellas también en El Penal y junto a esa calle que falta.

Gisbert detalla que toda lo que un día fue la orgullosa medina ampliada «tuvo un rápido proceso de abandono» cuando Jaume I conquistó las tierras al sur del Júcar. Eso viene a cuento porque en esta excavación no se espera encontrar grandes pertrechos domésticos de importancia; todos los cargaron a cuesta sus antiguos moradores cuando tuvieron que decir adiós a esta ciudad.

Pero sí que se ha hallado un objeto singular, «una pequeña sorpresa»: una cucharita de bronce sin demasiados paralelismos con otros objetos desenterrados de Daniya; en ese proceso de abandono también quedaron restos de cerámica tanto vidriada como común, fabricada en talleres de la propia Dénia andalusí descubiertos hace ya cuarenta años, entre la avenida del Montgó y la calle Teulada.

REPOBLACIÓN
Conforme fueron pasando los años tras la conquista, podemos imaginar pues una medina solitaria, con las calles caladas de silencio y las viviendas poco a poco convirtiéndose en pura ruina. Hasta que unos cincuenta años después, a principios del siglo XIV, las estructuras arquitectónicas fueron reaprovechadas para fundar la Vila Vella, el embrión de la nueva ciudad cristiana dentro de los límites del Castillo, y de dimensiones infinitamente menores a las que había tenido la gran Daniya.

6 de abril de 2020

Arqueología en tiempos de pandemia

La Universidad de Alicante (UA) inició la cuarta campaña de excavación arqueológica con el proyecto Domus-La Alcudia "Vivir en Ilici". Las excavaciones comenzaron el 2 de marzo en el sector 4F del Yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche “con grandes expectativas”, según Sonia Gutiérrez, investigadora principal del proyecto. La intervención, que ha visto detenida su actividad de arqueología de campo estos días por el COVID-19 continúa, sin embargo, como arqueología en casa

La Universidad de Alicante (UA) inicia la cuarta campaña de excavación arqueológica con el proyecto Domus-La Alcudia. Vivir en Ilici, que se lleva a cabo en el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH). Las excavaciones comenzaron 2 de marzo en el sector 4F del Yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche “con grandes expectativas”, según ha manifestado Sonia Gutiérrez, investigadora principal del proyecto. La intervención, que ha visto detenida su actividad de arqueología de campo estos días por el COVID-19 continúa, sin embargo, como arqueología en casa en lo que, tomando prestada la metáfora de Gabriel García Márquez, ha dado en llamar su directora principal “arqueología en tiempos de pandemia”. Domus-La Alcudia. Vivir en Ilici se desarrolla en el marco financiado por el Programa propio de ayudas del vicerrectorado de Investigación y Transferencia de Conocimiento, con el apoyo del Ayuntamiento de Elche, y con la participación de estudiantes del Grado de Historia y del Máster de Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA.

El objetivo general del proyecto es documentar la historia de la ciudad a través de la secuencia arqueológica completa en un sector nunca excavado, indica el equipo, que cuenta esta vez con cuatro directores de la excavación: a la catedrática de Arqueología Sonia Gutiérrez se suman los investigadores Jesús Moratalla y Julia Sarabia, y el técnico Víctor Cañavate, aunque el equipo de investigación implicado es mucho más amplio e incluye profesores de las áreas de arqueología, prehistoria y construcciones arquitectónicas de la UA, de la Universidad de Murcia, investigadores del INAPH y del CSIC, entre otros.

En las campañas previas encontraron testimonios de ocupación islámica temprana, visigoda y romana bajoimperial, en concreto restos de una calle y algunas viviendas, y “este año aspirábamos a dar un salto más en la secuencia histórica del sitio”, señala Gutiérrez. De hecho, durante la primera semana de trabajo “empezamos a vislumbrar, a una profundidad de dos metros respecto al paisaje actual, la trama urbana correspondiente posiblemente al momento de la fundación de la Colonia Iulia Ilici Augusta”. Los derrumbes de las casas de esta época, construidas con muros de tierra sobre gruesos zócalos de piedra, proporcionan abundantes cerámicas, metales, monedas y todo tipo de objetos domésticos correspondientes al periodo Julio-Claudio (en torno al 20-60 d.n.e.), como detalla la catedrática. La excelente conservación de la estratigrafía en este sector y la proximidad al lugar donde aparecieron algunos de los vasos más emblemáticos de La Alcudia, como el de la famosa ‘Tonta del Bote’, en un potente nivel de incendio, generó “una gran expectativa e ilusión en el equipo, que esperaba poder documentar contextos similares a los hallados por Alejandro Ramos Folqués en la década de los años 40 del siglo XX. Y, por qué no, llegar a los niveles romanos republicanos e ibéricos antes de concluir los trabajos. Sin embargo, no contábamos con el enemigo silencioso y volátil que nos ha golpeado”, confiesa Gutiérrez.

Es por este motivo, en el marco de la alerta por coronavirus COVID-19 y siguiendo las instrucciones del gobierno y las autoridades académicas, la dirección del proyecto Domus-La Alcudia suspendió temporalmente su actividad arqueológica el viernes 13 de marzo, “con apenas dos semanas de trabajo de campo, para garantizar la seguridad de todos los miembros del equipo (estudiantes, investigadores, técnicos y peones), se protegieron in situ los vestigios descubiertos y se notificaron las medidas adoptadas a las autoridades competentes”, declara la investigadora.

ARQUEOLOGÍA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Pero dejar de excavar no significa dejar de investigar. En espera de poder retomar las excavaciones en mejores circunstancias y antes de marcharse a casa, el equipo recogió toda la documentación que genera una excavación en curso, tanto virtual como material, incluidos los materiales pendientes de limpieza y catalogación que se trasladaron con el equipo. Para continuar con el trabajo iniciado, han diseñado una estrategia de investigación compatible con el periodo de confinamiento. Desde entonces Domus “ha abierto las puertas de numerosas casas y ordenadores, los de todo el equipo, para seguir trabajando unidos en lo fundamental”, apunta la investigadora. Así, por ejemplo, Víctor Cañavate gestiona la información estratigráfica y fotogramétrica, realizando fichas, matrices, planos y ortofotos de lo excavado; Raquel Bujalance, con la colaboración de Violeta Martínez y Victoria Amorós, lleva al día el inventario de los materiales y cataloga los nuevos materiales; mientras Carolina Doménech estudia los repertorios numismáticos, ambas tareas cruciales para datar los contextos arqueológicos. Julia Sarabia y Sonia Gutiérrez trabajan en la memoria científica del proyecto, que en breve se ofrecerá en abierto a la comunidad científica en el Repositorio universitario, como en años anteriores (fase II y fase I).

Por su parte, Jesús Moratalla ha lavado, ordenado y estudiado los materiales de la última unidad excavada, crucial para establecer la cronología de los últimos restos arqueológicos hallados en la excavación, al tiempo que ha organizado un proyecto colaborativo a través de WhattsApp – el Programa “Tu cerámica me suena”- para que los estudiantes puedan seguir sus prácticas de forma no presencial, catalogando desde casa las piezas cerámicas que podían ser determinantes para la datación de esos restos. Para ello, cada uno ha recibido la fotografía de una pieza para que descubriera la forma, su origen y su cronología, de acuerdo a la bibliografía recomendada.

Las conclusiones han sido de calado, señala Jesús Moratalla, pues varias piezas corresponden al primer tercio del siglo I d.n.e (sigillatas sudgálicas y cerámicas de paredes finas, especialmente, el vaso decorado con un rostro humano, datable entre los años 25-75 d.n.e), “lo que nos permite situar la importante reforma arquitectónica del sector excavado en el gobierno de la dinastía Julio-Claudia. Como por debajo de estos niveles empezaba a aparecer una nueva fase arquitectónica, podemos suponer que la Colonia Iulia Ilici Augusta y los enigmas que su fundación entraña, están esperando que leamos una nueva página del libro de la tierra donde se compila su historia”, concluye Sonia Gutiérrez, resumiendo el sentir del equipo con esta afirmación: “volveremos nuevamente a La Alcudia, a las aulas y a las calles; pero entre tanto el proyecto Domus-La Alcudia sigue ‘abierto por excavaciones’ desde las ventanas virtuales y físicas de las domus de todos sus colaboradores y colaboradoras”.

4 de noviembre de 2019

Sale a la luz una villa visigoda fortificada en Orgaz (Toledo)

Tras cuatro años de investigaciones sale a la luz, en una pedanía de Orgaz (Toledo), una pequeña ciudad construida a finales del siglo VI con uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la Hispania visigoda.
La última campaña de excavaciones permitió documentar el recinto amurallado.
Una pequeña ciudad construida a finales del siglo VI, ligada a la Corte de Toledo, y uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la Hispania visigoda han salido a la luz después de cuatro años de investigaciones en el yacimiento de Los Hitos, en Arisgotas, una pedanía del municipio toledano de Orgaz.

Las excavaciones comenzaron en el año 2016. En esa primera campaña se descubrió un pabellón aristocrático de dos alturas, con paralelos en la arquitectura oriental bizantina que sigue las tendencias asturianas de Santa María del Naranco y Santa Cristina de Lena. Hasta ese año el espacio excavado por Luis J. Balmaseda en el siglo XX había sido interpretado erróneamente como una iglesia y negaban la existencia de una arquitectura visigoda.

COMPLEJO PALATINO
En 2017 se localizó en el complejo palatino una iglesia «propia», la primera evidencia arqueológica de un espacio de este tipo citado profusamente en la literatura de la época. Cuenta con un enterramiento privilegiado en la nave, delante del coro. En generaciones posteriores se enterraron en el pórtico sur y en un panteón adosado también al sur. Ligado a este edificio está el Carmina Epigráfico que se conserva en el Museo de los Concilios, en Toledo, y se localizó un fragmento de otro. La iglesia cuenta con dos inscripciones, una en cada pórtico, «algo excepcional en la arqueología tardoantigua hispana», explica el director de las excavaciones, el arqueólogo Jorge Morín.

Estas dos campañas de excavación permitieron recuperar un centenar de piezas escultóricas, que han servido para adscribir las colecciones de Arisgotas y el Museo de Santa Cruz a cada uno de los edificios. Los Hitos cuenta con dos centenares de piezas y es uno de los conjuntos escultóricos más importantes de la Hispania visigoda.

La campaña del año 2017, la tercera, permitió localizar otro gran edificio al norte, con contrafuertes y dos pequeños pórticos, y documentar bien la reocupación andalusí en época tardía -siglos X y XI-. Destaca la transformación de la iglesia en mezquita construyendo un mihrab en el testero de la misma.

VILLA FORTIFICADA
La cuarta campaña comenzó en junio de este año y se ha podido documentar la existencia de una muralla con torres rectangulares, en la zona este, que se repite en el lado oeste, así como un espacio con estancias ortogonales que se lleva a cabo en pleno siglo VII. «La constatación de una villa fortificada es algo único hasta la fecha y liga el yacimiento con la alta aristocracia de Toledo y la propia corte en los años que van de Teudis a Recaredo», añade Morín. La excavación de estos espacios ha sido posible gracias a los trabajos con un dron de la Universidad de Córdoba y de la Escuela de Minas.

Por otro lado, continúa Jorge Morín, el conjunto cuenta con un dique para evitar las inundaciones del Arroyo de la Sierra. «Se han realizado sondeos geoarqueologicos para ver la recurrencia de estos episodios y estudiar el espacio hidrológico donde se asienta el yacimiento, un espacio privilegiado en los Montes de Toledo», dice.

También desde el Instituto Geológico y Minero de España se han estudiado más de 100 muestras de morteros, cuyos resultados se han presentado al Mortars Internacional Congress celebrado en Pamplona este año.

A pesar de que la cultura material permite fechar las fases del conjunto entre los siglos VI y VII, se han realizado series de dataciones y destacan las obtenidas por polaridad bajo la dirección de la doctora Alicia Perea, de la Facultad de Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, que fechan los espacios en plena época visigoda. De forma paralela, cada año se trabaja con la cultura material (cerámicas, vidrios y metales) y se ha elaborado un catálogo de escultura con la colaboración de investigadores de la Universidad de Newcastle.

ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS
No menos importantes son los estudios antropológicos. Están analizados por completo los restos de la fauna e insectos en un proyecto más amplio sobre la alimentación en la alta Edad Media, en el que han colaborado doctores de la UCM y el CEU.
Itinerarios

Desde el año 2016 el yacimiento permanece abierto al público libremente con itinerarios desarrollados por la Escuela de Arquitectura de Toledo. Además, desde 2018 Arisgotas cuenta con un Museo Visigodo donde se pueden ver los últimos descubrimientos y piezas más significativas y una ruta por la localidad para visitar en las casas e iglesia parroquial las piezas expoliadas.

En estos cuatro años, el equipo codirigido por los doctores Isabel Sánchez Ramos, del Instituto de Arqueología de la University College of London, y Jorge Morín de Pablos, de Audema, con la dirección en campo de Miguel Ángel Díaz Moreno y el núcleo duro del yacimiento formado por Antonio Malalana, José Ramón González de la Cal, Rafael Barroso Cabrera y Jesús Carrobles Santos, han participado en todos los encuentros anuales de Europa y América, publicado artículos y desarrollado series propias.

(Fuente: ABC / Mercedes Vega)

21 de mayo de 2019

La Junta destina 70.000 euros al yacimiento celtibérico de Numancia

La Junta de Castilla y León ha aprobado, en diversas partidas, un presupuesto de 68.656 euros para invertir en materia de patrimonio durante este año en el yacimiento de Numancia, ubicado en Garray, a cinco kilómetros de Soria.
El importe irá destinado a la campaña de excavaciones, restauración de materiales cerámicos y adecuación del área pedagógica y mantenimiento de estructuras y espacios reconstruidos en el yacimiento. Además se contará, al igual que el año pasado, con un campo de trabajo. 

La inversión prevista para los trabajos de investigación arqueológica que dirige el profesor Alfredo Jimeno, que se centrarán en la manzana XXIV con el fin de documentar la urbanística celtibérica de la Numancia destruida por Escipión, es de 17.966 euros. 

El objetivo es continuar, en la próxima campaña de este verano, la excavación de la manzana (unos 400 metros cuadrados) para delimitar con precisión la misma y conocer su compartimentación general con el fin de hacer la determinación de muros y estructuras a localizar y conservar. En esta línea, se investigará también la distribución interna de la manzana romana y celtibérica, la diferenciación de casas y patios, la organización interna de los espacios domésticos, discriminación de tiendas, talleres, etc. Asimismo, se espera poder controlar las características estratigráficas, tratando de constatar los niveles de la ciudad romana, el nivel de la ciudad destruida en las Guerras Sertorianas y conocer su estructura, así como el nivel correspondiente a la ciudad destruida en el 133 antes de Cristo 

En esta campaña se propone rematar la aportación del nivel de la ciudad celtibérica de época sertoriana para alcanzar el nivel de la ciudad celtibérica destruida por Escipión en el 133 antes de Cristo, de la que se tienen indicios por la información que ha aportado el nivel celtibérico de la manzana contigua. Los criterios y planteamientos técnicos serán similares a los de las campañas anteriores. 

RESTAURACIÓN DE CERÁMICAS
En el verano de 2018 se descubrió, por debajo del nivel de la ciudad romana, la ciudad celtibérica destruida en época sertoriana por Pompeyo (75-72 antes de Cristo). La excavación fue muy fructífera, ya que además de documentar las características de la ciudad una de las casas proporcionó en dos de sus estancias una gran acumulación de cerámicas, aplastadas por la caída de sus techumbres. Una de ellas estaba repleta de grandes vasijas monocromas de almacenamiento, y la estancia colindante llena de jarras, copas, cuencos, bock y otras, que todavía no han sido diferenciadas por el amontonamiento y fracturación de las cerámicas. 

El Centro de Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León está restaurando en la actualidad un grupo de casi treinta cerámicas monocromas halladas en la manzana XXIV del yacimiento de Numancia en las campañas de 2017 y 2018. La Junta de Castilla y León ha contratado un restaurador especializado en cerámicas, con un presupuesto de 15.600 euros, para dichos trabajos. El objetivo de esta intervención es doble: que las piezas puedas ser expuestas en el Museo Numantino y que los investigadores estudien las mismas con una mayor facilidad. 

ADECUACIÓN DE LOS RECURSOS DIVULGATIVOS 
Estas inversiones en Numancia se complementan con las ya adjudicadas por la Junta, a la empresa soriana de arqueología experimental Areco, S.C.L., por un importe de 35.090 euros, para el mantenimiento de estructuras y espacios reconstruidos entre los años 1999 y 2000 (una casa romana, una celtibérica y dos tramos de muralla). Estas obras de adecuación y mantenimiento se verán acompañadas de otras intervenciones para mejorar los recursos didácticos y divulgativos del yacimiento, que en 2018 fue visitado por 48.162 personas.
(Fuente: 20 Minutos)

16 de octubre de 2017

Salen a la luz más de 200 piezas en las excavaciones del castillo de Alcalá la Real (Jaén)

Han aparecido restos de calles y viviendas, muchas de ellas con bodegas y tinajas, algunas completas. Las piezas datan del último periodo de ocupación del lugar, entre los siglos XV y XVIII. Se trata de platos, jarras, macetas, vidrio, restos de huesos, de sobras de alimentos y carbón.
Hinojosa, Pérez y participantes en una jornada sobre el astrolabio de Alcalá observan las piezas.
Más de doscientas piezas han sido descubiertas en las excavaciones impulsadas por el Ayuntamiento en el barrio del Alcázar de la Fortaleza de la Mota, continuación de las realizadas en verano con el Campo Internacional de Arqueología. Las tareas se ejecutan con fondos municipales y colaboración del programa de la Junta Emple@30+. Los descubrimientos serán mucho mayores, máxime si se tiene en cuenta que la campaña está en su “ecuador”.

Se trataba de una de las zonas nobles de la ciudad fortificada. Han aparecido restos de calles y viviendas, muchas de ellas con bodegas y tinajas, algunas completas. Las piezas datan del último periodo de ocupación del lugar, entre los siglos XV y XVIII. Se trata de platos, jarras, macetas, vidrio, restos de huesos, de sobras de alimentos y carbón. Posteriormente, las casas, como el resto de la fortaleza, quedaron deshabitadas. Los hogares quedaron sepultados y muchas de las piedras se reutilizaron en otras edificaciones.

El lugar fue visitado por el alcalde, Carlos Hinojosa, y el edil de Patrimonio, el también diputado provincial de Cultura y Deportes, Juan Ángel Pérez Arjona. Pérez asegura: “El barrio del Alcázar se está poniendo de relieve que el urbanismo musulmán está allí presente, ya que las excavaciones han podido sacar a la luz viviendas de nobleza, patios interiores muy grandes, y espacios con columnas, zonas nobles y que van a arrojar mucha luz a la hora de interpretar el urbanismo musulmán y renacentista de la Fortaleza de la Mota”. Por su parte, Hinojosa afirma sobre el hallazgo: “Esta excavación y los hallazgos a las que nos ha llevado son clara muestra de cómo desde el Gobierno municipal mantenemos el compromiso con la Fortaleza de la Mota para recuperar su esplendor y profundizar en el conocimiento de nuestra historia. Los gobiernos municipales de la democracia han impulsado esta recuperación y nosotros, orgullosos de la herencia recibida, seguimos mimando este legado que además está siendo motor de desarrollo social y económico para Alcalá y de generación de riqueza y de empleo”.

PROCESO

El solar de la Fortaleza de la Mota estuvo habitado desde la prehistoria y cuenta con restos que llegan hasta los siglos XIX y XX, cuando se usó como cementerio. Por el momento se ha excavado solo una parte, principalmente situada dentro del recinto principal, más zonas de los arrabales, en particular la parcela que, supuestamente, albergará un parador algún día. Sin embargo, la mayor parte del área exterior, en particular los arrabales de San Bartolomé y San Sebastián están bajo el suelo. Las labores arqueológicas de las últimas décadas permitieron descubrir la trama urbana y conocer en profundidad como se vivía desde al Edad Media.

2 de octubre de 2017

Proyectan recuperar la cisterna romana de la Calderona, en Porcuna (Jaén)

El Ayuntamiento de Porcuna (Jaén) aspira a recuperar la cisterna romana de la Calderona a través del programa del 1,5% cultural que impulsa el Ministerio de Fomento. Se trata del principal edificio conservado en pie de la época de la ciudad romana de Obulco. 
Visita a las excavaciones del anfiteatro romano de Porcuna..
El alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, explicó que el Consistorio ha elaborado un proyecto para la rehabilitación y puesta en valor de este espacio que se ubica en el camino de San Marcos, que ya ha sido presentado a la convocatoria de este año.

La actuación está presupuestada en 1.565.000 euros, para los que el Ayuntamiento ha solicitado al Ministerio de Fomento la financiación del 70 por ciento. La cuantía restante, en caso de ser concedida la subvención estatal, se repartiría entre las administraciones autonómica, provincial y loca.

"La Diputación ya se ha comprometido en aportar el 12,5 por ciento si Fomento acepta el proyecto; el 12,5 por ciento se solicitará a la Junta de Andalucía y el cinco por ciento final estaría a cargo de recursos propios del Ayuntamiento", ha explicado Moreno.

El alcalde ha hecho hincapié en que este aljibe, que "se supone que abastecería a las termas romanas todavía sin localizar", constituye "una pieza única", por lo que expresado su confianza en que el Ministerio "se incline por ella" y "responda de forma positiva".

"En cuanto al turismo, tenemos que ser ambiciosos. Y, aunque es verdad que se ha incrementado en Porcuna considerablemente, si ponemos en valor recursos como esta cisterna de la Calderona o el anfiteatro romano --en el que siguen las catas para conocer su estado real y plantear posibles actuaciones para su rehabilitación-- repercutiría en el desarrollo socioeconómico del pueblo, sin tener que depender del que es nuestro principal ingreso, el campo, y en concreto, el olivar", ha comentado.

EL INMUEBLE
La cisterna de la Calderona, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), constituye el principal edificio conservado en pie de la época de la ciudad romana de Obulco y actualmente se pueden distinguir dos espacios importantes: la galería de acceso o corredor y la sala más importante o cámara de la cisterna, según ha precisado el director y redactor del proyecto, Pablo Millán.

Presenta la singularidad de poder establecer dos fases relevantes. Por un lado, la construcción de la 'piscina' y, por otro, la cubrición con enormes pilares en una época posterior. Este conjunto de pilares, algunos de ellos configurados con sillares de más de dos metros de envergadura en una sola pieza, fueron fabricados en la piedra local de Porcuna, una arenisca porosa pero que se comporta muy bien a la compresión.

El inmueble se encuentra "en muy mal estado de conservación", posiblemente debido al derrumbe de una de las galerías en la zona noreste y a la falta de ventilación al ser cegadas las entradas originales, de ahí la necesidad de intervenir en él para evitar su ruina.

EL PROYECTO
El proyecto de restauración y puesta en valor de la cisterna romana parte de la complejidad de ser una intervención en niveles subterráneos bajos construcciones actualmente en uso y se divide en tres fases: consolidación estructural y excavación arqueológica, restauración y construcción de espacio para la recepción de visitantes.

Según ha afirmado Millán, el centro de recepción de visitantes será un pequeño edificio de unos 600 metros cuadrados útiles que permitirá, pasando por diferentes espacios, un recorrido para explicar la originalidad del sistema de abastecimiento de Obulco, que pervive en la actualidad en muchas casas de la localidad, así como los diferentes yacimientos desde una privilegiada vista de todo el territorio.

La idea es que, una vez explicado el paisaje patrimonial de Porcuna, se descienda a la cota de acceso a la cisterna, que "será el gran atractivo de la intervención". El paso se hará mediante una galería que pasa bajo el actual camino de San Marcos y será aforado y controlado para garantizar la conservación del espacio de la cisterna romana. De hecho, tras estudiar el sistema de evacuación y el acceso se ha determinado que no podrá haber más de 15 personas en su interior.

Junto al director y redactor del proyecto, también ha participado Pablo Casado como director de equipo arqueológico y han intervenido como colaboradores en su redacción Javier Bengoa, Julio del Pino, Javier Serrano e Inmaculada Cervera.

24 de julio de 2017

Las excavaciones revelan las grandes dimensiones del anfiteatro romano de Porcuna (Jaén)

Del coliseo, que podría albergar a más de diez mil espectadores, ya se han desenterrado los pilares de la fachada meridional que muestran un vano cegado con una sólida sillería de enormes bloques, ciclópea y almohadillada. Los derrumbes revelan estructuras constructivas de más de diez metros de altura.
El coliseo tendría capacidad para más de 10.000 espectadores.
Según informa el Ayuntamiento de Porcuna en una nota, por su dimensión, superior a la de un campo de fútbol, implica que tenía capacidad para más de 10.000 espectadores, de forma que el anfiteatro de la entonces romana Obulco es uno de los principales monumentos de su etapa histórica construidos en la Península Ibérica.

Los trabajos iniciales han propiciado que emerjan muros de gran envergadura en tan perfecto estado de conservación que el resultado ha sorprendido al impulsor del proyecto, el alcalde de Porcuna, Miguel Moreno.

El regidor ha admitido que la apuesta municipal ha dado un fruto impensable, pues se "sabía que el hallazgo era importante y por eso se invirtió en él, pero lo cierto es que lo que se ha descubierto sobrepasa las expectativas más optimistas".

SILLERÍA ALMOHADILLADA
Moreno ha explicado que a pesar de que la excavación acaba de comenzar, ya han sido desenterrados los pilares de la fachada meridional, con un vano cegado de época, que muestran una sólida sillería de enormes bloques, ciclópea y almohadillada.

Para el director de la excavación arqueológica, Rafael Saco, las perspectivas son excelentes por la magnífica conservación de los muros exhumados, de casi tres metros de altura, sin bien admite que otras zonas están más alteradas.

ESTRUCTURAS DE 10 METROS
En ese aspecto, su buen estado se deriva de los grandes derrumbes de estructuras con una altura de diez metros, ya que protegió a los sillares de los frecuentes saqueos que se llevaban a cabo en otras épocas para utilizar las piedras en diversas construcciones.

El anfiteatro de Porcuna, que se encuentra bajo calles y viviendas, casi rozaba la superficie. De hecho, los arqueólogos apenas habían excavado medio metro en el subsuelo cuando surgió el coliseo, cuya magnitud es coherente con la de la antigua ciudad de Obulco, sobre la que se asienta Porcuna.

MAYOR QUE CÓRDOBA
Tal y como indican los arqueólogos, la superficie de Obulco era mayor que la de la Córdoba romana, de ahí la presencia de los numerosos vestigios arquitectónicos romanos que jalonan el municipio, como las cisterna de la Calderona, los recintos fortificados del Comendador y Jabonero y las fachadas de las casas nobles del sector de San Benito.

La obra cuenta con la autorización de la Junta de Andalucía, una de cuyas inspectoras ha visitado recientemente la zona en la que ha surgido el anfiteatro. Precisamente, Moreno planteará a la administración autonómica, y también a la central, que respalden financieramente el proyecto para que Andalucía cuente con un monumento de la época romana a la altura de los anfiteatros de Mérida, Tarragona y Sagunto.

El alcalde porcunense está convencido de que el coliseo apuntalará el atractivo turístico del resto de los yacimientos del municipio, lo que, al propiciar un incremento de visitantes, lo convertirá en un "importante recurso económico para la población".

13 de julio de 2017

La primera motilla en altura podría estar en Cerro Bilanero (Ciudad Real)

Los arqueólogos datan el poblado entre los años 1900 y 2000 antes de Cristo, en el Bronce Medio, contemporáneo de la Motilla del Azuer y señalan que es “bastante más grande de los estudiados hasta la fecha"
Cerámica y punzón, algunos de los restos más relevantes hallados en la motilla del cerro Bilanero. El equipo también utiliza drones para escanear el subsuelo.
El cerro Bilanero de Alhambra podría albergar la primera motilla en altura localizada en La Mancha de hace tres mil quinientos años. Hasta ahora se presuponía que este tipo de poblados de la Edad del Bronce sólo se daban en llano, como la Motilla del Azuer de Daimiel con la que la comparan sus descubridores.

“Hemos hallado un asentamiento mucho más grande que los estudiados hasta la fecha en estos enclaves, las morras. Aquí tenemos una torre central a modo de almacén, anillos de muralla alrededor, con las casas o diferentes edificios en el exterior en los que se produciría la transformación de los alimentos”, explica el arqueólogo Alfonso Monsalve.

“No hemos encontrado pozo con agua, como en el Azuer, quizá eso pueda indicar que no era un recurso tan necesario para que se tuviera que proteger en esta zona, tal vez por la mayor accesibilidad al agua en ese momento en el Campo de Montiel y La Mancha, nos queda mucha investigación”.

Monsalve y su compañera de la Universidad de Granada Alexia Serrano forman parte de un equipo mutidisciplinar en el que también está Gonzalo de Pedro Andrés, de la Universidad de Burgos, que llevan tres años consecutivos excavando en este cerro de Alhambra, a 150 metros de altura.


BASTANTE MÁS GRANDE DE LO ESPERADO
Datan el poblado entre los años 1900 y 2000 antes de Cristo (faltan los resultados del carbono catorce), contemporáneo de la Motilla del Azuer y “bastante más grande de los estudiados hasta la fecha”, aseguran.

En estos años años de excavación creen además haber conseguido establecer una relación entre este tipo de poblados: “Pensamos que eran algo más frecuentes y que estas formas redondeadas de las torres podría obedecer a un patrón cultural común. Es posible que estas motillas pertenezcan a una cultura concreta, con un ente territorial que se regiría por unas leyes o unos patrones comunes”, asegura Monsalve.

Entre los hallazgos destacan restos de cerámicas (en proceso de restauración para que puedan ser expuestas), un diminuto brazal de arquero o adorno, un punzón, restos de marfil y de conchas marinas (comerciaban con pueblos del mar), de animales y cuatro individuos humanos, dos de ellos niños, pero no sus tumbas -en ese periodo los enterramientos humanos se hacían debajo de las casas- y sin signos de violencia.
El mayor compendio de metales de la península

Otro hallazgo importante es “un gran compendio de metales que generalmente se suelen encontrar en las tumbas. Está en una área de unos 250 metros cuadrados y creémos que es una de las colecciones de objetos de metal más importante de la península Ibérica para este época”.

SIN APOYO MUNICIPAL
Y todo eso lo están haciendo a título particular, con sus correspondientes permisos, “y sin ningún tipo de apoyo del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento, que prefiere apoyar el yacimiento romano de Laminium”, recalcan, lo que está convirtiendo en más titánica si cabe su labor.

El trabajo de este equipo, del que saldrán varias tesis doctorales y proyecto de máster que se presentarán próximamente, también han concurrido a financiación de fundaciones, al ‘crowdfunding’, y a la venta de camisetas.

“Estamos pendientes de todas las ayudas que puede haber pero la situación de la arqueología es difícil. Hay muy pocos fondos para un buen número de investigadores y hay que pelear mucho por ellas”, relata. Por ejemplo la campaña arqueológica del Gobierno regional para este año no ha salido, depende de los presupuestos de 2017 que no están aprobados.

Pese a todo, pretenden iniciar una nueva campaña de excavaciones a finales de este año e ir entregando al Museo Provincial los hallazgos más relevantes para que se puedan exponer.

Desde que empezaron han sacado del cerro “entre 15 y 20.000 restos arqueológicos: fauna, industria lítica. Lo cribamos todo y lo interesante lo pasamos a la fase de estudio en el laboratorio”. Según explica ya han entregado a las autoridades competentes en patrimonio 6.000 restos, fundamentalmente cerámica.

EL CLIMA DE HACE 3.500 AÑOS
Su investigación, que incluye escaner del subsuelo también está centrada incluso el clima de la época, para eso cuentan con restos de barro del material con el que se construían las casas. En ellos han localizado paja y restos vegetales, “intentaremos reconstruir el clima de la zona de hace tres mil quinientos años”.

El equipo arqueológico del cerro Bilanero tiene la costumbre de hacer una jornada de puertas abiertas para los vecinos de Alhambra y público en general todos los sábados, durante sus periodos de excavación. El resto del año el yacimiento tiene que estar cerrado y protegido.

12 de junio de 2017

Sale a la luz una necrópolis islámica en Betxi (Castellón)

Los restos de más de cien cuerpos aparecieron durante las excavaciones realizadas para construir dos casas particulares. Según los expertos, la necrópolis no tiene relación con la encontrada tras las excavaciones en el Palau.
La mayoría de los restos aparecieron en un solar de 350 metros cuadrados en pleno centro urbano. FOTO: GABRIEL UTIEL
Cuentan los vecinos más mayores de Betxí que cuando eran pequeños los niños jugaban con huesos en el que antaño era el campo de fútbol del municipio, en el conocido como antiguo Portal de Valencia. Un recuerdo que ahora ha vuelto a la memoria a más de uno con motivo del inesperado hallazgo de los restos de más de 100 cadáveres que, al parecer, pertenecen a una necrópolis musulmana. Imprevisto y sorprendente, porque el descubrimiento se ha producido con motivo de la construcción de dos viviendas particulares en unos solares del casco antiguo.

La primera de ellas --ya levantada a día de hoy-- estaba proyectada sobre un terreno de 120 m2. El vecino solicitó licencia de obras al Ayuntamiento para iniciar los trabajos y, para su asombro, aparecieron los primeros huesos. Al comunicarlo a la Guardia Civil, paralizaron las tareas, a expensas del permiso arqueológico de la Conselleria de Cultura. Sacaron a la luz más de 30 cadáveres que, tras su estudio, están en el Museu de Belles Arts de Castellón.

PERMISO
Después de este hallazgo, la Generalitat determinó que los dueños de todos los solares de la manzana deben contar con esta autorización antes de iniciar cualquier tipo de labor», explica el alcalde, Alfred Remolar. Y en ese impasse de tiempo, una pareja de Betxí que adquirió una de estas parcelas, con una extensión de 350 m2, ha iniciado las catas arqueológicas y han empezado a salir a luz los restos de cuerpos: uno, dos, tres... hasta más de 75 que hay contabilizados. Y parte de una muralla antigua.

Una concienzuda labor, con el consiguiente desembolso económico que ha supuesto para estos afectados, que llevan más de 30.000 euros gastados en tres meses y todavía no han podido construirse el inmueble. Y es que, al tratarse de una propiedad privada, son los encargados de contratar al arqueólogo y a los técnicos, además de dos peones. Con todo, el consistorio ha facilitado otros dos para ayudarles al máximo.

En estos momentos, la intervención está paralizada porque aún prevén dos meses más de trabajos y no saben si continuar. «Los 75 cadáveres están en manos de los arqueólogos, que los estudiarán hasta que acaben el informe, que se entregará a la Conselleria y al propietario del solar, y los restos se trasladarán también al museo», indica Remolar.

Respecto a la necrópolis islámica hallada, todo apunta a que no tiene nada que ver con la encontrada tras las excavaciones realizadas en el Palau. «Según los arqueólogos, se trata de dos cementerios diferentes y, por tanto, de época diferente también. Al parecer, posteriores a Elvira», añade.

Y es que las pruebas de carbono 14 determinaron que el cadáver de esta mujer (bautizada así en homenaje a la segunda esposa de Pasqual Meneu, el antiguo propietario del Palau) tiene 1.000 años de antigüedad y es el ser humano más antiguo de Betxí.