La mayoría de los restos aparecieron en un solar de 350 metros cuadrados en pleno centro urbano. FOTO: GABRIEL UTIEL |
La primera de ellas --ya levantada a día de hoy-- estaba proyectada sobre un terreno de 120 m2. El vecino solicitó licencia de obras al Ayuntamiento para iniciar los trabajos y, para su asombro, aparecieron los primeros huesos. Al comunicarlo a la Guardia Civil, paralizaron las tareas, a expensas del permiso arqueológico de la Conselleria de Cultura. Sacaron a la luz más de 30 cadáveres que, tras su estudio, están en el Museu de Belles Arts de Castellón.
PERMISO
Después de este hallazgo, la Generalitat determinó que los dueños de todos los solares de la manzana deben contar con esta autorización antes de iniciar cualquier tipo de labor», explica el alcalde, Alfred Remolar. Y en ese impasse de tiempo, una pareja de Betxí que adquirió una de estas parcelas, con una extensión de 350 m2, ha iniciado las catas arqueológicas y han empezado a salir a luz los restos de cuerpos: uno, dos, tres... hasta más de 75 que hay contabilizados. Y parte de una muralla antigua.
Una concienzuda labor, con el consiguiente desembolso económico que ha supuesto para estos afectados, que llevan más de 30.000 euros gastados en tres meses y todavía no han podido construirse el inmueble. Y es que, al tratarse de una propiedad privada, son los encargados de contratar al arqueólogo y a los técnicos, además de dos peones. Con todo, el consistorio ha facilitado otros dos para ayudarles al máximo.
En estos momentos, la intervención está paralizada porque aún prevén dos meses más de trabajos y no saben si continuar. «Los 75 cadáveres están en manos de los arqueólogos, que los estudiarán hasta que acaben el informe, que se entregará a la Conselleria y al propietario del solar, y los restos se trasladarán también al museo», indica Remolar.
Respecto a la necrópolis islámica hallada, todo apunta a que no tiene nada que ver con la encontrada tras las excavaciones realizadas en el Palau. «Según los arqueólogos, se trata de dos cementerios diferentes y, por tanto, de época diferente también. Al parecer, posteriores a Elvira», añade.
Y es que las pruebas de carbono 14 determinaron que el cadáver de esta mujer (bautizada así en homenaje a la segunda esposa de Pasqual Meneu, el antiguo propietario del Palau) tiene 1.000 años de antigüedad y es el ser humano más antiguo de Betxí.
(Fuente: Mediterráneo / Merche Martinavarro)