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16 de octubre de 2013

Retoman los trabajos en la villa romana de Casas del Campo en Villena (Alicante)

La cuarta campaña de excavaciones en la villa romana de Casas del Campo, que pretende dar significado a las termas que en 2007 se encontraron en el paraje, se ha iniciado después de permanecer tres años sin presupuesto para estudiar el yacimiento.
La extensión de la villa romana podría llegar a las 13 hectáreas. Fotos: CARLOS RODRÍGUEZ
Las excavaciones de los restos de una villa romana en el término municipal de Villena se han reanudado después de que los trabajos se abandonasen por falta de presupuesto hace tres años. El proyecto de investigación dirigido por Laura Hernández y Luz Pérez ha continuado gracias a la financiación del Ayuntamiento de Villena. 

QUINCE DÍAS PARA DESENTERRAR LA VILLA
La cuarta campaña se ha iniciado esta semana y en ella se pretende ampliar la zona excavada en las anteriores para descubrir nuevas áreas de la villa y discernir si se trata de una construcción residencial o agrícola. Para ello sólo tienen quince días, lo que está previsto que duren las labores de desenterramiento. 

La arqueóloga del Museo Arqueológico José María Soler, Luz Pérez, subrayó que «con estas excavaciones esperamos descifrar si la villa es una residencia de verano o, por el contrario, vivían permanentemente en ella». También aseguró que «a lo largo del Vinalopó se han encontrado villas romanas, pero no se ha excavado ninguna en el ámbito rural», a lo que añadió: «ésta es la primera».

UNA VILLA DEL ALTO IMPERIO
Por su parte, la directora del proyecto, Laura Hernández, señaló que «la extensión de la villa la calculamos en unas 13 hectáreas, lo que supone una finca de gran extensión». En las dos primeras jornadas de trabajo sólo se han sacado a la luz materiales cerámicos, pero las investigadoras esperan que las catas afloren la gran construcción que todavía permanece bajo tierra, guardando los secretos de los habitantes de estas tierras en tiempos del imperio romano. 

TERMAS ROMANAS
El descubridor del Tesoro de Villena e investigador local, José María Soler, fue el primero que habló en sus estudios del hallazgo de una villa romana. Pero fue en 2006 y tras una exploración superficial realizada por el museo en la partida del Campo, cuando se practicó un sondeo geofísico en una de las parcelas para comprobar la posible existencia de elementos constructivos en el subsuelo. 

Un año después se encontraron unas termas romanas fechadas en el siglo I después de Cristo, que se creen que formaban parte de una villa romana de grandes proporciones, propiedad de una familia adinerada de la época Alto Imperial. Los resultados permitieron iniciar los trabajos de excavación en 2007 y continuarlos en 2008 y 2009.

Después, los baños domésticos de la residencia, utilizados para la higiene, la salud, y el ocio se enterraron para evitar su deterioro.

26 de abril de 2011

Hallan 150 esqueletos y los restos de una alquería islámica del siglo X en Xeresa (Valencia)

El yacimiento era un centro productivo de cerámica local que albergaba seis silos, un vertedero, un horno y pozos
Xeresa se reencuentra con un antiguo capítulo de su historia al descubrir un rico enclave arqueológico de época islámica. Las intervenciones en el polígono de La Servana de Xeresa han sacado a la luz una alquería de los siglos X-XIII, una necrópolis con 150 esqueletos y 70 cajones de material cerámico, entre los que destacan las piezas barnizadas con estampas vegetales de color verde.
El enclave arqueológico de Xeresa ha destapado la sorpresa.
En 10.800 metros cuadrados de parcela se pueden apreciar claramente los espacios de la alquería, la primera en excavarse en la Safor. Estos son: un cementerio en 3.000 metros cuadrados; la zona de producción de cerámica con espacio destinado a vertederos, varios pozos, seis silos y un pequeño horno islámico; tres casas y una calzada.
El arqueólogo Josep Pérez ha dirigido las excavaciones desde finales de 2009. Estaba previsto construir una nave industrial en esta zona, pero la obligatoriedad marcada por la ley de Patrimonio de realizar catas en lugares susceptibles de hallar restos arqueológicos obligó a paralizar el proyecto.
En el solar contiguo está el Mas de La Servana, donde ya realizaron catas y aparecieron restos islámicos. Todo indicaba que podrían descubrirse importantes vestigios históricos en los terrenos que ahora se han excavado. Sin embargo, según Pérez, en ningún momento se tenía la previsión de que a lo largo y ancho de la superficie hubiera una alquería rural islámica. Esta, según el director de los trabajos, fue «muy importante» en su día por la producción de cerámica a nivel local.
Una importante necrópolis
Los hallazgos humanos son, sin duda, lo más interesante y curioso de las excavaciones. «Fue toda una sorpresa, ya que se desconocía la existencia de una necrópolis», expresó Pérez.
En un primer momento, localizaron una serie de inhumaciones que hacían prever un pequeño camposanto de unos 40 cuerpos. Pero nada más lejos de la realidad, ya que han aparecido un total de 150, todos ellos de adcripción islámica, enterrados en fosa simple.
El rasgo fundamental del ritual de enterramiento islámico, además de la ausencia de ajuar, es la rigidez en disposición de los cuerpos, los cuales debían enterrarse en posición de decúbito lateral derecho, con la cabeza mirando hacia la Meca.
Sólo en uno de los casos se ha encontrado un adorno en un esqueleto femenino, el cual tenía un anillo de bronce en el dedo. Probablemente este cuerpo perteneció a una mujer influyente en la comunidad islámica. «Al principio creímos que era la aguja que cerraba el sudario, pero cuando vimos el aro de cerca, vimos que era una sortija», destacaron los ayudantes del equipo de arqueología Archeomatrix S.L.
Los cuerpos, durante la época islámica, se debían enterrar al mismo nivel de la superficie que los circundaba, con alguna que otra señalización no excesivamente ornamental de la ubicación de las tumbas. Así, según señaló Pérez, era común la ubicación de una piedra hincada en la cabecera del enterramiento o bien de dos, una a la cabecera y otra a la altura de los pies.
Dos fases en el camposanto
Por el patrón de enterramiento espacial, se puede hablar de dos fases documentadas en la necrópolis. La primera, tendría su correspondencia con el momento de vida de la alquería islámica. Hay un mayor distanciamiento de los cuerpos, con un grado de inclinación de las tumbas menor.
La segunda, de finales del siglo XIII y mediados del XIV, presenta un aumento de los enterramientos en posición prono y la aparición de cajas de madera.
Los enterramientos están caracterizados por el abigarramiento de las tumbas. Se han apreciado cubiertas de tejas y restos de algún que otro ataúd.
Los expertos se han cuestionado qué pudo propiciar el amontonamiento de las tumbas. A mediados del siglo XIV tienen lugar en la comarca brotes de peste y distintos conflictos bélicos, cuestiones que pudieron aumentar la mortandad.
Según Josep Pérez, esta zona era semipantanosa y pertenecía a la albufera, por lo que era más probable contraer enfermedades por la proximidad de las aguas del marjal.
En la parte industrial de la alquería se han localizado numerosos fragmentos y piezas de cerámica correspondientes al centro de producción.
La mayoría de ellos han aparecido en el espacio dedicado al vertedero aunque también se han hallado en los habitáculos de las viviendas. Destacan vasijas, jarras, platos e incluso un caballito de juguete de época islámica.

16 de octubre de 2017

Salen a la luz más de 200 piezas en las excavaciones del castillo de Alcalá la Real (Jaén)

Han aparecido restos de calles y viviendas, muchas de ellas con bodegas y tinajas, algunas completas. Las piezas datan del último periodo de ocupación del lugar, entre los siglos XV y XVIII. Se trata de platos, jarras, macetas, vidrio, restos de huesos, de sobras de alimentos y carbón.
Hinojosa, Pérez y participantes en una jornada sobre el astrolabio de Alcalá observan las piezas.
Más de doscientas piezas han sido descubiertas en las excavaciones impulsadas por el Ayuntamiento en el barrio del Alcázar de la Fortaleza de la Mota, continuación de las realizadas en verano con el Campo Internacional de Arqueología. Las tareas se ejecutan con fondos municipales y colaboración del programa de la Junta Emple@30+. Los descubrimientos serán mucho mayores, máxime si se tiene en cuenta que la campaña está en su “ecuador”.

Se trataba de una de las zonas nobles de la ciudad fortificada. Han aparecido restos de calles y viviendas, muchas de ellas con bodegas y tinajas, algunas completas. Las piezas datan del último periodo de ocupación del lugar, entre los siglos XV y XVIII. Se trata de platos, jarras, macetas, vidrio, restos de huesos, de sobras de alimentos y carbón. Posteriormente, las casas, como el resto de la fortaleza, quedaron deshabitadas. Los hogares quedaron sepultados y muchas de las piedras se reutilizaron en otras edificaciones.

El lugar fue visitado por el alcalde, Carlos Hinojosa, y el edil de Patrimonio, el también diputado provincial de Cultura y Deportes, Juan Ángel Pérez Arjona. Pérez asegura: “El barrio del Alcázar se está poniendo de relieve que el urbanismo musulmán está allí presente, ya que las excavaciones han podido sacar a la luz viviendas de nobleza, patios interiores muy grandes, y espacios con columnas, zonas nobles y que van a arrojar mucha luz a la hora de interpretar el urbanismo musulmán y renacentista de la Fortaleza de la Mota”. Por su parte, Hinojosa afirma sobre el hallazgo: “Esta excavación y los hallazgos a las que nos ha llevado son clara muestra de cómo desde el Gobierno municipal mantenemos el compromiso con la Fortaleza de la Mota para recuperar su esplendor y profundizar en el conocimiento de nuestra historia. Los gobiernos municipales de la democracia han impulsado esta recuperación y nosotros, orgullosos de la herencia recibida, seguimos mimando este legado que además está siendo motor de desarrollo social y económico para Alcalá y de generación de riqueza y de empleo”.

PROCESO

El solar de la Fortaleza de la Mota estuvo habitado desde la prehistoria y cuenta con restos que llegan hasta los siglos XIX y XX, cuando se usó como cementerio. Por el momento se ha excavado solo una parte, principalmente situada dentro del recinto principal, más zonas de los arrabales, en particular la parcela que, supuestamente, albergará un parador algún día. Sin embargo, la mayor parte del área exterior, en particular los arrabales de San Bartolomé y San Sebastián están bajo el suelo. Las labores arqueológicas de las últimas décadas permitieron descubrir la trama urbana y conocer en profundidad como se vivía desde al Edad Media.

5 de junio de 2020

Los arqueólogos documentan una Villa Romana en Mengíbar (Jaén)

Una excavación arqueológica de urgencia saca a la luz en Mengíbar (Jaén) restos constructivos que podrían estar asociados a una villa romana junto a la Vía Augusta a orillas del Guadalquivir y a escasos 200 metros del Arco de Jano Augusto de Mengíbar. Entre otros materiales han aparecido teselas de mosaico, fragmentos de cerámica y vidrio así como restos de estuco.
La villa romana se corresponde al periodo alto imperial. FOTO: CRISTÓBAL PÉREZ BAREAS
Según ha podido saber VIVIR JAÉN, una intervención arqueológica de urgencia en Mengíbar sacó a la luz el pasado mes de marzo, restos muebles y constructivos asociados a un asentamiento rural de carácter agropecuario y correspondientes a época alto imperial romana (siglos I-II dC).

La excavación de urgencia dirigida por el arqueólogo Cristóbal Pérez Bareas, a instancias de la Delegación de Cultura de la Junta, vino motivada por una avería en la red de agua de la Comunidad de Regantes de Mengíbar y se centró en un tramo de canalización de 30 metros de largo y 6,5 metros de ancho, además de un área de aproximadamente 40 metros cuadrados. “Se trata de una pequeña superficie, donde hemos realizado una excavación de registro en una zona de la que ya se habían documentado restos a nivel superficial, pero nunca se había excavado en profundidad”, dijo Pérez Bareas a VIVIR.

Se trata de una zona de gran afección arqueológica, a doscientos metros del Arco de Jano Augusto -que descubrió la Universidad de Jaén en 2018-próxima a la ciudad ibero-romana de Iliturgi y casi a orillas del río Guadalquivir.

Del trabajo de los arqueólogos, que se extendió a lo largo de un mes, antes de la declaración del estado de alerta sanitaria, se han documentado depósitos arqueológicos que se remontan a la prehistoria y que incluyen evidencias constructivas relacionadas con un asentamiento romano de comienzos de la época imperial, con sucesivas modificaciones que se corresponden con diferentes fases de ocupación en las que se re-aprovecharon materiales constructivos como grandes sillares de piedra, de hasta 1,5 metros de diámetro.Según explica Pérez Bareas, “el complejo también sufrió un largo periodo de abandono hasta que se vuelve a re-ocupar entre los siglos IV y V dC, ya en época tardo romana”.

Según explica el arqueólogo,entre los restos han aparecido teselas, que se relacionan con mosaicos, cerámica, vidrio y restos de estuco en paredes.

“Nosotros hemos documentado un área muy pequeña de excavación, y muy compleja ya que en la instalación del sistema de riego, que en algunos puntos llega a los dos metros de profundidad, se rompieron las secuencias estratográficas del terreno”, concluyó el arqueólogo que también agradeció el trabajo realizado en la excavación por los operarios de la empresa Tragsa.

25 de enero de 2012

Una necrópolis romana en pleno centro de Jaén

Una nueva necrópolis hallada en el límite entre el barrio jienense de el Bulevar y el polígono industrial de Los Olivares arroja más luz sobre el cortijo de Los Robles, la villa romana más importante que se ha estudiado en el entorno de Marroquíes. El equipo arqueológico trabaja, en estos momentos, en su documentación.
Uno de los trabajadores limpia uno de los enteramientos.
Bastante se conoce ya sobre el cortijo de Los Robles, un asentamiento que se estima perduró desde la época imperial romana (siglo I) hasta la tardo-romana e, incluso visigoda y que perdió toda funcionalidad con la conquista musulmana a partir del siglo VIII. Sin embargo, una nueva necrópolis que se ha hallado en el entorno de esta villa arrojará más luz sobre las costumbres de estos jiennenses. Un equipo arqueológico dirigido por Estela Pérez documenta los hallazgos y los pone en relación con lo que ya se conoce de la zona. 


La necrópolis se ha descubierto en las prospecciones necesarias para la construcción de dos naves industriales. En concreto, sobre una parcela de 1.200 metros cuadrados de la que se trabaja en la mitad de ella. Estela Pérez destaca la alta densidad de enterramientos que hay en el terreno ya que sólo se ha excavado un 10 por ciento del subsuelo —el necesario para los muros y la cimentación de la nave— y se han contabilizado quince tumbas. 
Explica que la tipología de las sepulturas no es homongénea. Así hay restos en doble fosa con una prefosa que hace de caja y una fosa interior excavada en la piedra con la forma humana y hay otros que se encuentran en enterramientos simples sellados con grandes piedras o no.
tipología. La mayoría de las sepulturas corresponden a adultos, aunque hay también tres de niños. Se da también el caso de que existen algunos enterramientos que están superpuestos. La arqueóloga detalla que se tiene conocimiento de hasta cinco necrópolis vinculadas al cortijo de Los Robles. Ello se debe al largo periodo de tiempo, entre cinco y seis siglos, que esta villa mantuvo su actividad eminentemente agrícola. 


En concreto, el cortijo de Los Robles se encuentra bajo un montículo de tierra convertido en parque infantil al final del Bulevar. El cementerio que ahora se ha encontrado está un poco más abajo, en el límite de “Los Olivares”, y los enterramientos se encuentran paralelos a la villa. La experta explica que la manera de estos pobladores de preparar a los difuntos era similar a la actual ya que los esqueletos están bocaarriba, con las manos sobre el pecho.
Tienen los pies hacia el sureste y la cabeza orientada al noreste. Apunta, además, que algunas de las fosas fueron expoliadas en los siglos posteriores, probadamente para obtener las hebillas de los cinturones y los pendientes con los que se solía amortajar a los difuntos. Por los estudios que se han realizado del cortijo de Los Robles se conoce que era un punto de especial actividad. Contaba con seis piedras de molino en línea para molturar aceituna y silos de cereales. Los arqueólogos consideran que con el aceite que se producía se abastecía a una población mucho mayor que la de la zona. 


Además, las parcelas estaban ricamente irrigadas por los arroyos que bajaban desde La Magdalena y que, en este punto, se bifurcaban. Por ello, se estima que, a lo largo de los siglos, fue numerosa la población que llegó a residir en las inmediaciones de la villa. Estela Pérez subrayó que debido a que no a aparecido ningún tipo de estructura, los restos se documentarán y se trasladarán al Museo Provincial.
(Fuente: Diario Jaén / Irene Bueno)

31 de enero de 2023

Las excavaciones en Caudete depararon numerosos hallazgos

Los arqueólogos Gabriel Segura y Daniel Azorín presentan las conclusiones de las últimas campañas de investigación desarrolladas en el castillo y El Real de Caudete, (Albacete) donde aparecieron monedas romanas y numerosas piezas cerámicas
Participantes en las excavaciones. - Foto: Ayuntamiento

La primera edición de las Jornadas de Estudios Locales de Caudete abordó recientemente la arqueología con una conferencia titulada Últimas intervenciones en el Patrimonio Arqueológico local: El Real y el Castillo de Caudete, impartida por los arqueólogos Gabriel Segura Herrero y Daniel Azorín Juan.

Para sorpresa del público que abarrotaba el Museo de Acuarela, Segura arrancó hablando de las excavaciones realizadas en 2020 en el Cerro de Santa Ana, dentro de las obras que el Ayuntamiento programó con trabajadores del Plan de Empleo de Zonas Rurales. Comentaba que tras los indicios de contar el cerro con un poblado íbero, el Ayuntamiento decidió contratar el seguimiento arqueológico. En una superficie de aproximadamente 10 metros cuadrados, la necesaria para realizar los alcorques y paso de conducciones de riego, aparecieron 268 fragmentos cerámicos que pueden asignarse parte de ellos a 18 unidades identificadas de platos, ánforas, cántaros cuencos. pertenecientes a cerámica romana-ibérica, cerámica itálica, todo ello cerámica de cocina que atestigua no solo el poblamiento sino que por sus características permite identificar que se trata de una población indígena, fechado en el siglo I a.C.

Sobre el yacimiento de El Real, de nuevo el Ayuntamiento contrata los servicios arqueológicos, con cargo íntegramente a las arcas municipales, como ocurriera con Santa Ana, para estudiar los restos visibles en una parcela sobre la que se proyectaba abrir zanjas para canalización eléctrica, colocación de farolas y vertido de zahorras y compactado de las mismas para acondicionar el espacio como aparcamiento.

Tras las excavaciones realizadas en la parcela, siguiendo los vestigios visibles, concluyen los arqueólogos que se trata del mismo poblado íbero-romano identificado por Mª Luz Pérez Amorós en 1992 a escasos metros del lugar, y que por la cronología del material arqueológico extraído se sitúa entre los S.II-IV d.C. Concretamente, la zona excavada está arrasada por actuaciones de desmonte de tierras realizadas en la década de los años 90, detectándose tan solo la primera hilada de parte de algunas construcciones relacionadas con la pars rustica.

En uno de los extremos, los restos atestiguan la presencia de un torcularium, o lo que es lo mismo, una almazara, o parte de ella, según mostró Segura, quien tiene el convencimiento de que queda por aflorar parte de la extensa Villa Romana que se localizaba en la zona. En total, cerca de 1.250 fragmentos aparecidos, entre los que destacan 5 monedas de bronce de Aureliano, Crispo y Constancio II.

Daniel Azorín, por su parte, se encargó de hablarnos de las dos últimas excavaciones realizadas en el Castillo. La dificultad de excavar sobre un arrasado Castillo empleado posteriormente como Cementerio y reconvertido en jardin parroquial hace que las labores arqueológicas sean mucho más pausadas, se eleven los restos arqueológicos aflorados y la identificación de estructuras o lectura del Castillo sea tarea compleja.

El objetivo desde 2020 fue la localización de la cuarta torre de la que se sabe contenía el Castillo, pero que faltaba por ubicar. Inicialmente, los trabajos de aquella excavación parecieron dar sus frutos al localizar restos de mampostería en la supuesta ubicación de la torre. En la excavación del año 2021, ampliando la fase anterior, se confirma la presencia de lo que podría ser la torre, al identificar una serie constructiva de muros de tapial con ordenación lógica, a pesar de aflorar restos de la fase en la que el uso fue el funerario, localizando el cadáver de una niña de 8 años aproximadamente, fallecida (según examen forense de H. Trespalacios) de las llamadas "fiebres de Malta".

La excavación de 2021, centrada en identificar al completo la morfología de la torre, irrumpe con alta presencia de enterramientos, unos en posición primaria, y otros revueltos, que complican la investigación arqueológica de la fortaleza al destruir estructuras en su día para la necesidad funeraria. Aparecen gran cantidad de restos cerámicos íberos y romanos, así como de epoca medieval, y loza del XIX, así como unos pendientes, un collar, un pequeño broche y unos botones (del ajuar o vestimenta de los difuntos exhumados), así como de dos piezas pétras que podrían datarse de época íbera por similitud a otras existentes.

Finalizaba el acto con la intervención del público en fase de ruegos y preguntas a los ponentes, y con la entrega de diplomas por parte del alcalde a los voluntarios que participaron en cada una de las campañas expuestas en la Conferencia.

29 de agosto de 2022

Comienzan los trabajos arqueológicos en el asentamiento romano Casas del Campo de Villena (Alicante)

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.

El Ayuntamiento de Villena ha iniciado los trabajos de excavación arqueológica en el asentamiento romano Casas del Campo. El alcalde en funciones, Andrés Martínez, y la concejala de cultura, Elena Benítez, realizaron una visita institucional para ver el estado de esta campaña que comenzó el día 16 de agosto.

Este proyecto se lleva a cabo por un equipo de trabajo compuesto por dos arqueólogos de la empresa alicantina Arpa Patrimonio, David González e Iván Cuadrado, un estudiante, Manel Molina y los técnicos arqueólogos del SEMAP del Museo de Villena, Luz Pérez, directora de la excavación, y Josep Menargues.

El estudio de Casas del Campo permitirá ampliar el conocimiento sobre el proceso de romanización en la comarca de Villena: tipos de asentamientos, su distribución en el territorio, vías de comunicación, las formas de vida, la economía, la sociedad, el paisaje, etc.

Durante la semana pasada, en una primera fase, se retiró con una máquina mixta la tierra que cubría los restos de una vivienda romana excavada en 2009 y 2021. Posteriormente, se efectuaron trabajos manuales de limpieza del sondeo hasta alcanzar la cota de la fibra geotextil que protegía la zona excavada. Tras retirarla, se acondicionó la superficie para proceder a la excavación manual de la presente campaña.

El objetivo de esta nueva campaña es finalizar el estudio de la edificación. Para ello, es preciso excavar los estratos arqueológicos adyacentes. De este modo, gracias a los objetos que se vayan recuperando en el interior de dichos estratos o capas de tierra, se podrá conocer la datación relativa de los restos arquitectónicos y su relación con los hallazgos del entorno: baño, pozo, fosas, etc.

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. El Ayuntamiento de Villena, a través de la Concejalía de Cultura, financia este proyecto con el fin de conocer, conservar y divulgar el patrimonio arqueológico del término municipal de Villena.

18 de agosto de 2015

Sale a la luz un mosaico de los siglos II-III d.C. en La Puebla de Híjar (Teruel)

Se trata de un mosaico polícromo de buena factura con decoración geométrica que pertenece a una villa romana del siglo II o III ubicada en la partida de Campo Palacio. Aunque ya se han descubierto 12 metros cuadrados de mosaico los arqueólogos todavía no lo han delimitado en su totalidad por lo que se desconocen sus dimensiones y estado de conservación. Todo apunta a que la villa romana en la que ha aparecido podría extenderse por una área de unos 1.000 metros cuadrados situada en una pequeña elevación rodeada de fincas de regadío
Un mosaico polícromo de buena factura con decoración geométrica que pertenece a una villa romana del siglo II o III ubicada en la partida de Campo Palacio, en La Puebla de Híjar. Este es el nuevo descubrimiento arqueológico en el Bajo Aragón, un territorio rico en restos íberos y romanos por ser lugar de producción agrícola. La aparición de vestigios de esta villa, rodeada de campos de cultivo, refuerza la hipótesis de que los sistemas de riego de la margen derecha del Ebro tengan una antigüedad cercana a los 2.000 años.

El pasado mes de abril, un vecino de La Puebla de Híjar comunicó al Seprona de la Guardia Civil el hallazgo de un mosaico en Campo Palacio, una partida ya declarada como Zona de Prevención Arqueológica por el Gobierno de Aragón. El Servicio de Prevención y Protección del Patrimonio Cultural habilitó una partida de 2.350 euros (IVA aparte) para documentar y, sobretodo, proteger los restos aparecidos, de cuya existencia se tiene constancia desde finales del siglo XIX, cuando el maestro y secretario del Ayuntamiento de La Puebla Lorenzo Pérez Temprado hizo las primeras investigaciones motivado por su curiosidad.

YA HAN SALIDO 12 m2 de MOSAICO
Estos trabajos, llevados a cabo la semana pasada bajo la dirección de arqueólogos del Gobierno de Aragón, han consistido en una cata exploratoria de 4x4 metros cuadrados de lado en torno a la zona descubierta que han sacado a la luz unos 12 metros cuadrados de mosaico polícromo de buena factura, con decoración geométrica, que no ha sido delimitado en su totalidad y que con toda probabilidad se extiende por las zonas anexas a la cata realizada. 


Para el arqueólogo José Antonio Benavente, el elemento decorativo forma parte, "sin duda, de una villa romana de la que se desconocen sus dimensiones y estado de conservación, pero que parece extenderse por una área de unos 1.000 metros cuadrados situada en una pequeña elevación rodeada de fincas de regadío".

REGADÍOS DE ÉPOCA ROMANA
Este dato no es baladí, pues según Benavente vendría a reforzar la hipótesis de que los sistemas de regadío de la margen derecha del Ebro se remontan a época romana". "La acequia pasa a pocos metros" de esta villa, dijo el investigador, que puso otros ejemplos de la zona del Bajo Aragón. Así, de la presa de Almonacid de la Cuba -en los dominios del río Aguasvivas- parte una gran acequia para regar las tierras de Belchite junto a la ciudad romana de El Pueyo. En el río Martín, la acequia de Gaén está junto a las villas de la Loma del Regadío de Urrea de Gaén (en la que se han documentado hasta cinco grandes prensas de viga para la elaboración de aceite). En Alcañiz, la vieja acequia que riega la Redehuerta pasa muy cerca del yacimiento del Palao.

"Parece probable que se conserve no solo el mosaico, sino parte de las estructuras de esta villa", indicó Benavente. De la misma opinión es Salvador Melguizo, quien junto a Benavente ha codirigido las excavaciones. "Se ve perfectamente cómo hay restos de grandes muros de contención, de habitaciones". En definitiva, vestigios que, de ser excavados, sacarían a la luz con seguridad "infraestructuras de transformación" de productos agrícolas similares a los de la cercana Loma del Regadío.

Esta villa pertenecería a "una familia de terratenientes de poder adquisitivo alto, como indica la propia calidad de este mosaico, que pertenece a una de las habitaciones principales", explicó Benavente.

SIGLO II - III d.C
"La construcción del mosaico parece que pueda ser del siglo II o III después de Cristo", dató Melguizo, quien explicó que, "a partir del Alto Imperio Romano, las élites ricas que vivían en Caesar Augusta (actual Zaragoza) o Tarraco (Tarragona) fueron invirtiendo dinerales en fincas rurales en lo que es la realización de pavimentos y otras decoraciones".

"Eran propietarios y tenían una gran ventaja: la mano de obra era esclava, por lo que el beneficio era máximo". Contaban con elementos de transformación que convertían la oliva en aceite, y las espigas de trigo en grano. "Vendían por el valle del Ebro y, si bajaban por el cauce del río con barcazas, a través del puerto de Tarragona llevaban sus productos por todo el Imperio", prosiguió Melguizo, quien destacó que el Bajo Aragón "ha sido siempre un lugar de producción agrícola y de generación de riquezas".

A estos terratenientes les gustaba hacer alarde de su riqueza construyendo grandes casas con habitaciones decoradas. En La Loma del Regadío o el Camino de Albalate (Calanda) han aparecido ricos mosaicos, "pero si vamos al área del Matarraña o el Guadalope, donde se conservan los mausoleos en los que se enterraban, nos podemos hacer a la idea de toda la riqueza que se generaba en el territorio".

DETALLES COMO EL "NUDO DE SALOMÓN"
Frente al mosaico de La Loma del Regadío, con una decoración espectacular basada en la mitología, los animales y las plantas, los elementos de Campo Palacio son "estrictamente geométricos", indicó Melguizo. Aparecen decoraciones como el Nudo de Salomón, "un motivo geométrico que combina curvas, cuadrados y rectángulos de forma que se asemejan a un nudo". Alrededor hay "motivos vegetales de tallos y plantas". También hay triángulos, rectángulos y diferentes formas que acaban formando el dibujo deseado. Un extremo de la habitación termina en un semicírculo.

(Fuente: Diario de Teruel / Marcos Navarro)

25 de abril de 2011

El secreto de La Torre

Una investigación concluye que la atalaya almohade que da nombre a Torremanzanas estaba coronada por un elemento ornamental árabe con unas esferas similares a manzanas, que fueron las que dieron nombre al municipio alicantino.

Un secreto guardado desde hace casi 800 años en una atalaya emblemática sale ahora a la luz. La Torre de les Maçanes quiere decir, literalmente, la torre de las manzanas. La traducción al castellano del municipio (Torremanzanas) siempre se ha considerado una flagrante incorrección, pero una investigación del grupo que lleva a cabo los trabajos de restauración y musealización de la Torre Major, el baluarte almohade que da nombre al municipio alicantino, concluye que sí que había unas "manzanas", desentrañando así el enigma que ocultaba. 

Los trabajos que se llevan a cabo en Torremanzanas
han permitido descubrir 24 metros de muralla defensiva del siglo XII.
Esta fortificación, construida entre los siglos XII y XIII, estaba rematada por un "yamur", un elemento ornamental árabe con esferas similares a manzanas, que unido a otros indicios hallados en la torre y a que el término "maçana" en la Edad Media significaba manzana, han permitido llegar a esta conclusión, según explican los investigadores. Lo que no sabe es qué pasó con este objeto simbólico.

Además, los trabajos que se llevan a cabo han permitido descubrir 24 metros de muralla defensiva del siglo XII, que se está rehabilitando, y dos cubetas de piedra del siglo XVII que se usaban para pisar la uva.


La Torre Major fue restaurada hace dos años y ahora los trabajos se centran en adecuar el interior y el entorno de la atalaya, con el objetivo de crear un museo sobre su origen y la historia local. El equipo de investigación está formado por el director del Área de Arquitectura de la Diputación de Alicante, Rafael Pérez, el profesor de Historia Medieval de la UV Josep Torró, la arquitecta Elia Ortuño y el documentalista en construcción Ferran Vilaplana. Y el proyecto, promovido por el Consistorio y financiado por la Diputación, tiene un coste de 120.000 € y se espera que en junio esté terminado. Su conclusión sobre el origen del topónimo es uno de sus grandes logros. 


La investigación que se viene desarrollando para documentar los contenidos del museo ha permitido sacar a la luz datos relevantes sobre la construcción original de la torre y el origen etimológico de su topónimo. Por una parte la cubierta actual de teja a doble vertiente (dos aguas) no era inicialmente así, sino que era una terraza -como se aprecia en una de las ilustraciones-, que estaría coronada por el "yamur". La construcción supera ahora los 10 metros de altura pero, atendiendo al espesor de sus muros, se estima que originariamente rondaría los 15 metros. 



Del estudio y análisis realizado sobre la documentación gráfica anterior a las obras de restauración, de la observación de las marcas, huellas e improntas que todavía se conservan en sus muros y de los ejemplos de construcciones similares conocidas, se desprenden conclusiones determinantes para sostener las hipótesis de cómo pudo ser la construcción original, según afirma el equipo investigador. 


El acceso actual no es el que tuvo la torre inicialmente, sino que se hallaba en su fachada este, a unos cuatro metros de altura sobre el terreno, y se ha logrado recuperar la puerta que había antes de la reforma y que se sospecha que si no es la original del siglo XII, debe datar de poco después. Por ello se colocará en su ubicación original, como una parte más del museo.


Iri, la alquería musulmana
En cuanto al nombre "Torre de les Maçanes", los investigadores sostienen que se debe a un cambio toponímico de los cristianos en la conquista. Se sabe que el nombre de la pequeña alquería de musulmanes que poblaba entonces el lugar, durante la hegemonía islámica, fue Iri. Así se registra en la primera referencia documental conocida, del año 1246, donde también se nombra como "Turris de Maçanes".

"El cambio de nombre pudo producirse para facilitar la descripción del lugar mediante la utilización de un edificio emblemático, muy representativo: la torre. Pero este tipo de fortificaciones eran frecuentes en el territorio valenciano, por lo que el nombre incorporó la alusión a algún elemento más peculiar e identificable: maçanes, plural de maçana (manzana). El análisis de la terminología ha permitido determinar que la torre disponía de algún elemento ornamental de formas esféricas, y que se hallaría ubicado en algún lugar destacado del edificio", destacan en el estudio.



Los investigadores citan la Primera Crónica General de Jaime I, donde se relata la conquista de Sevilla en 1248, dos años después del primer documento relativo a Turris de Maçanes. Allí se describe la Giralda, donde se explica la torre alminar de la mezquita mayor de Sevilla estaba rematada por cuatro "maçanas" alzadas una sobre otra de manera decreciente en tamaño.


Perfección y plenitud
Este tipo de elemento arquitectónico, ornamental y simbólico, "está formado por una barra atravesada por una serie de tres a cinco esferas metálicas, cuyo diámetro decrece gradualmente desde la inferior a la superior. En la simbología islámica el yamur evoca las ideas de perfección y plenitud asociadas al universo y a Dios. Estos elementos situados en lo alto de las torres musulmanas debieron llamar la atención de los conquistadores", que en ocasiones los cristianizaban añadiéndoles una cruz.



Con lo expuesto, los investigadores concluyen que en 1246, cuando los pobladores cristianos se referían al lugar conocido como Iri, lo nombraban como "Turris de Maçanes" porque encontraron en la alquería de Iri una torre singular, rematada con un yamur. Este hecho les llamó la atención lo suficiente como para sustituir el topónimo de aquellos momentos por el que ha perdurado hasta la actualidad.


El término "manzana" como origen etimológico de "Torre de les Maçanes" no ha sido considerado en alguna ocasión por la correspondencia del vocablo valenciano "poma". Sin embargo, "maçana" era un término común en la Edad Media, tanto en castellano como en aragonés y catalán, lenguas de los conquistadores. Por tanto, su origen no viene de la traducción del árabe de "parador de la cuesta" (manzil as-sanad), como se pensaba hasta ahora, ni de otras que carecían de fundamento alguno. Todo era más fácil, y ese secreto en el olvido sale ahora a la luz, acompañado de la recuperación de la atalaya que dio nombre al municipio hace ya ocho siglos.

3 de septiembre de 2013

Sacan a la luz un nuevo mosaico en la ciudad ibero-romana de Cástulo, en Linares (Jaén)

Las excavaciones del proyecto Forum MMX en el Conjunto Arqueológico de Cástulo, en Linares (Jaén), han sacado a la luz un nuevo mosaico, que ya fue detectado en los primeros sondeos realizados en el año 2011. Se trata de un mosaico que ocupa una sala con unas dimensiones aproximadas de 4,5 x 5,5 metros y cuyas condiciones de conservación son "bastante notables"
Se trata de un mosaico con motivos geométricos y una variedad importante de colores que ha aparecido a 1,5 m de la superficie. Foto: EFE
Así se ha puesto de manifiesto durante la visita que han realizado a este enclave los delegados territoriales de Educación, Cultura y Deporte, José Ángel Cifuentes, y de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Manuel Gabriel Pérez, junto al alcalde de Linares, Juan Fernández, y la diputada de Empleo, Promoción y Turismo, Ángeles Férriz, quienes han presentado el nuevo descubrimiento, que se encuentra a 1,5 metros de la superficie. 

Cifuentes, según ha informado el Gobierno andaluz, ha explicado que en este momento se están ultimando los detalles del proyecto arquitectónico de conservación y adecuación de este mosaico para que pueda estar a disposición de los visitantes en el menor tiempo posible. 

El nuevo mosaico se encuentra en un edificio de 33 metros de fachada y doce metros de ancho, que alterna patios con zonas cubiertas en las que se sitúan estas obras. En concreto, el hallazgo se encuentra en una sala situada en el lado opuesto al que se encuentra el 'Mosaico de los Amores'. "Se trata de un mosaico con motivos geométricos y que presenta una variedad de colores importante que nos permite comprender cómo funcionaba el edificio en el que se encuentra, pese a no alcanzar las excavaciones el cuarto muro de la sala", ha explicado el delegado.

Por su parte, Pérez ha destacado el compromiso de la Junta de Andalucía con las excavaciones que se llevan a cabo en el Conjunto Arqueológico de Cástulo a través de la tercera fase del Proyecto Forum MMX. "Se trata de una actuación en la que la Junta de Andalucía está invirtiendo 300.000 euros en colaboración con la Universidad de Jaén y el Ayuntamiento linarense, aplicando nuevas metodologías a la excavación arqueología, pero, sobre todo, que lleva consigo la novedosa implicación de la ciudadanía", ha destacado.

Visita de las autoridades al nuevo mosaico.  Foto: Europa Press.
 Los objetivos del desarrollo de esta tercera campaña de excavaciones arqueológicas están centrados en la conservación y adecuación para la visita pública de los espacios excavados en los dos años anteriores. Esta fase comenzó a mediados del mes de julio con la limpieza previa y se prolongará hasta finales del mes de octubre. 

Uno por ciento
 "Este proyecto cuenta con gran participación de voluntarios, al igual que en años anteriores, a los que hay que sumarle un importante equipo de trabajadores, técnicos y profesionales, así como los jóvenes que han participado en estas excavaciones pertenecientes al campo de trabajo organizado por el Instituto Andaluz de la Juventud", ha resaltado el delegado. 

De su lado, el alcalde de Linares ha valorado el ejemplo del "trabajo bien hecho" entre la coordinación de distintas administraciones. "Es un proyecto que genera y generará riqueza y empleo para la ciudad de Linares y será un referente de la arqueología, porque en estos momentos sólo se ha descubierto el uno por ciento de lo que hay oculto bajo el terreno", ha subrayado Fernández.
(Fuente: Europa Press / 20 Minutos)

El nuevo mosaico en Canal Sur TV

1 de octubre de 2013

Certifican el asentamiento fenicio más occidental en Ayamonte (Huelva)

Expertos del Instituto Arqueológico Alemán han certificado en Ayamonte (Huelva) la existencia del asentamiento fenicio más occidental de la historia, que en sus primeros estudios se ha datado con una antigüedad de unos 2.800 años. Del asentamiento ya se han puesto al descubierto cinco tumbas, y tiene una extensión, en lo que ha salido a la luz, de unos 200 metros cuadrados, aunque se encuentra en su solar de una hectárea aproximadamente.
Excavaciones en Ayamonte durante la campaña de este año.
Así lo ha puesto de manifiesto la directora del Instituto, Dirce Marzoli, en una comparecencia de prensa en el asentamiento, donde ha explicado que no hay precedentes "de un desplazamiento tan importante, porque para llegar a Ayamonte desde lo que hoy es el Líbano tendrían que haber recorrido en aquella época unos 3.000 kilómetros".

Del asentamiento ya se han puesto al descubierto dos tumbas, y tiene una extensión, en lo que ha salido a la luz, de unos 200 metros cuadrados, aunque se encuentra en su solar de una hectárea aproximadamente.

Por ellos, los expertos creen que se podrían encontrar más vestigios de este tipo, de modo que se certificaría "la importancia del hallazgo, que situaría un asentamiento fenicio donde nunca lo ha habido, en el extremo de Europa".

Necrópolis fenicia
Marzoli ha concretado que en algunos puntos de Portugal se han hallado vestigios que indican que pudo haber población fenicia, pero no de la importancia de los que ahora se han certificado en Ayamonte, que fueron descubiertos casualmente en 2008 cuando se realizaban los trabajos de parcelación del sector 12, en la Hoya de los Rastros de la localidad, junto al Tanatorio Municipal. Se realizó una Actividad Arqueológica de Urgencia, a raíz del descubrimiento de una necrópolis fenicia, en la cual aparecieron un total de cinco tumbas.

En esta segunda intervención, han aparecido tres tumbas más, dos pequeñas y una más grande, en la zona de excavación de unos 50 metros cuadrados, y no se descarta el que puedan aparecer más tumbas en los alrededores.

Restos de ánforas "no fabricados en la península"
La experta ha puesto de manifiesto que se han hallado elementos como ánforas "que no fueron fabricadas en la península Ibérica", lo que le da una mayor importancia a lo hallado, mientras que se han analizado, además, algunos de los restos humanos hallados, "que indican que en una tumba había un hombre de unos 45 años, una edad muy alta para la esperanza de vida de la época".

Convenio con el Ayuntamiento
El alcalde de Ayamonte, Antonio Rodríguez Castillo ha aprovechado su visita a la excavación para la firma de un convenio, que ratifica el acuerdo de Junta de Gobierno del mes de agosto, entre la doctora Dirce Marzoli, Directora del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, Elisabet García Teyssandier, directora facultativa de la excavación y el propio Ayuntamiento de Ayamonte.

El Instituto Arqueológico Alemán de Madrid promueve y sufraga el coste económico de los trabajos arqueológicos y aporta el bagaje científico, técnico y logístico. Por su parte el Ayuntamiento de Ayamonte, colabora mediante la aportación de recursos materiales y humanos disponibles para el desarrollo de los trabajos en cuestión.

El proyecto cuenta también con la colaboración científica del Dr. Juan Aurelio Pérez Macías, profesor titular de arqueología de la Universidad de Huelva.

(Fuente. Andalucía Información)

14 de noviembre de 2022

Sale a la luz una necrópolis romana en el Puerto Seco de Antequera

Destaca el hallazgo de un sarcófago de plomo que guardaba los restos de un individuo joven y un niño, un féretro de época del que sólo se conservan una decena de la vieja Hispania. Por otra parte, descubren un asentamiento neolítico de la época de los constructores de los Dólmenes, de hace más de 5.000 años
El equipo de arqueología descubre el sarcófago de plomo romano. / MUSEO DE ANTEQUERA

Bajo las tierras de Antequera hay miles de historias y épocas por descubrir, como se demuestra cada vez que hay un movimiento de tierras. El último ejemplo, la primera fase del Puerto Seco ha sacado a la luz un yacimiento con una necrópolis romana entre el siglo I y el II donde destaca el hallazgo de un sarcófago de plomo que guardaba los restos de un individuo joven y un niño, un féretro de época del que sólo se conservan una decena de la vieja Hispania.

El catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Desiderio Vaquerizo Gil, califica de «excepcional» el enterramiento romano por el sarcófago y el ajuar encontrado. En el interior había 15 ungüentarios de vidrio, dos jarros del mismo material (uno con restos de vino y otro con aceite de oliva virgen extra), 25 fichas del juego 'Ludus latrunculorum' (Juego de los ladrones), una moneda y varias cuentas de pasta vítrea. Y en el exterior, 17 fichas del mismo juego, cuentas de pasta vítrea, seis canicas de cristal y una lucerna del siglo II. Las fichas de este famoso juego, con el que se le deseaba tener buena suerte en la nueva vida, son de las más numerosas encontradas, sólo superadas por una sepultura que se encontró en Essex, Inglaterra, en 1996.

La historia del sarcófago
Las arqueólogas Cristina Chacón y Ana Arcas, así como la antropóloga Inés Pérez-Guzmán, ofrecieron este jueves 10 de noviembre una conferencia sobre el hallazgo en el Museo de la Ciudad, donde compartían lo encontrado y esperaban las pruebas de ADN para certificar científicamente la edad y sexo de los cuatro cuerpos encontrados, dos dentro y dos encima del sarcófago. El arqueólogo Manuel Romero apuesta que se trata de dos mujeres con dos bebés.

Como anécdota, primero encontraron la pareja encima del sarcófago, que había sido expoliada con anterioridad, pero cuando limpiaban el lugar se percataron que había algo más debajo, apareciendo el sarcófago que no había sido explorado desde que se depositó en el lugar, lo que supone un doble descubrimiento y un éxito en el día a día de los arqueólogos al encontrar algo extraordinario.

Las piezas de ajuar, tras limpiarse por parte del Centro de Patrimonio Municipal, se exponen en el Museo y el sarcófago formará parte de la Sala Romana del museo. El resto de la necrópolis se ha sellado y protegido para el futuro. Son 54 tumbas en total, donde destaca especialmente la que se ha denominado, Tumba 307, por el carácter excepcional de la misma perteneciente al siglo II después de Cristo. El nombre de 307 se debe a «pura metodología, cuando señalamos los diferentes estratos o complejos funerarios les damos un número», que es la del sarcófago aludido. Ahora, a esperar los hallazgos que están por venir bajo las tierras de Antequera en esta urbanización del proyecto logístico del Puerto Seco sobre el cruce de caminos de Hispania.

7 de junio de 2011

Tesoros de la Tarraco sumergida

El hallazgo del sarcófago de Hipólito abrió la veda de medio siglo de descubrimientos y expolios. Los restos romanos pueblan toda la costa, en especial Cap Roig o el Miracle. Localizarlos es el reto
Cuando en 1951 unos pescadores encontraron en la Punta del Miracle el sarcófago de Hipólito, ahora exhibido en el Pretori, la Tarraco sumergida empezó a ver la luz. Arrancaron entonces décadas de descubrimientos y expolios que han durado hasta hoy, cuando los desafíos de seguir encontrando material siguen en marcha. Casi más que nunca.
En las costas tarraconenses todavía queda abundante patrimonio romano, localizable a través de escáneres de barrido lateral. «Hay que ser conscientes de esa riqueza patrimonial que hay bajo el agua. La podríamos comparar en gran parte con los restos que tenemos en tierra», cuenta Rafael Pérez, técnico en arqueología submarina. Como siempre, la financiación se erige en el gran problema, y hay que seguir confiando en métodos tradicionales, véase las indicaciones de los pescadores, claves para dar con estos hallazgos.
Una excavación arqueológica subacúatica, en una zona
que quedó al descubierto a raíz de un temporal de levante.
 Foto: Rafael Pérez
Ellos, buenos conocedores del mar, se han convertido en colaboradores de arqueólogos. Una red enganchada en un objeto bajo el agua daba la pista, aunque a veces ha habido que luchar contra la indiferencia o la escasa cultura arqueológica de los pescadores y de la sociedad en general, sobre todo a mitad del siglo pasado.  «A lo mejor se encontraban alguna ánfora y no se daba valor a aquello. O se rompía o se regalaba…», explica Rafael. Otro hito llegó en los 50: las 23 columnas romanas encontradas, también por pescadores, en la playa del Miracle. No todas se conservan.
Más allá de estos grandes yacimientos, la costa tarraconense ha seguido arrojando en los últimos cincuenta años numeroso material: cerámicas, vidrios, monedas o hasta cascos romanos, según algunas fuentes. Ahora, la atención se focaliza en la llamada zona Carbuncles, un fondeadero –donde esperaban los barcos antes de entrar en el puerto romano–, que abarca un semicírculo ficticio comprendido entre la mitad de la playa del Miracle y la mitad del puerto. «Allí los barcos esperaban a que se les diera la orden para poder entrar», cuenta Rafa. El traslado de una embarcación a otro o alguna tormenta imprevista podían dar al traste con la carga, que acababa yaciendo en el fondo del mar.
También en la zona de la escullera, cerca de donde realizan inmersiones los miembros del SES (Societat d’Exploracions Submarines de Tarragona), se localizaron dos anclas enormes. «Son hallazgos que están muy cerca de donde la gente nada, por ejemplo». Un vídeo grabado en el año 74 en la zona de Carbuncles mostró todo el abundante material que quedaba: desde vajillas hasta ánforas enteras de vino, bien conservadas. La pillería de la época hizo su agosto a través de expolios, ahora impensables, dada la vigilancia costera actual.
Sin embargo, las pérdidas son irreparables. Para los arqueólogos la sustracción del más mínimo objeto supone un doloroso trámite. «Lo que interesa no es el material en sí, sino toda la información que eso nos aporta. A través de unas ánforas podemos conocer el tipo de comercio, las líneas comerciales, el material que se transportaba, las rutas…», confirma Rafael. La joya de la corona es encontrar un pecio, denominación que reciben los restos de un barco o de su carga. «La cantidad de información que te puede dar un pecio es enorme, porque encuentras el material todo unido, a diferencia de los restos terrestres. El yacimiento subacuático te ofrece muchos más datos, a pesar de la acción que ha podido hacer el mar durante miles de años», añade.
Un ‘tesoro’ de esa índole se esconde a 60 metros bajo la superficie frente a la costa de Roda de Barà. El llamado ‘pecio de Barà’ llegó a contener 10.000 ánforas. La profundidad hace que la temperatura del agua sea más baja y la conservación de la madera mucho mejor. Ese material se localizó en su momento pero ahora está abandonado.
Dado que es imposible realizar una inmersión eficaz para recuperar material, la única opción es que el Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya lleve a cabo una operación allí, algo poco probable, al menos ahora, en tiempos de crisis. Los restos romanos pueblan toda la costa tarraconense: desde el Delta hasta la capital –donde los procesos de dragado en las ampliaciones del puerto dejaron al descubierto variado material– pasando por Salou y por el Cap Roig, en L’Ampolla, donde se dio un fenómeno curioso. «Es un punto de referencia porque era un buen abrigo. En Tarragona no había muchas calas que te protegieran  de levante y tramuntana».
Con tanto tránsito de barcos –el puerto de Tarragona era potentísimo ya en época romana y la navegación el principal transporte–  eran habituales las encerronas de la meteorología, bien porque no había un rincón para guarecerse, bien porque el viento se giraba en contra. En estas condiciones, los naufragios estaban a la orden del día y, por tanto, la posibilidad de seguir hallando tesoros es firme.
Los expertos creen que hay mucho material por rescatar, aunque la llave la siguen teniendo los pescadores. «Son la principal fuente de información para los arqueólogos. Estoy seguro de que casi cada día detectan cosas. A veces falta esa complicidad con los arqueólogos, esa colaboración que nos sería muy útil. Los pescadores son los que pasan cada día en el mar y conocen lo que puede haber debajo. Deben tomar esa consciencia porque, al fin y al cabo, es por un beneficio de todos, de los tarraconenses, en este caso».
La misma consciencia que debe tener el puerto en posibles ampliaciones para cuidar esta impagable Tarraco sumergida. «El patrimonio que queda es incalculable», dice Rafa, que aclara: «He visto a gente que usaba ánforas como paragüeros, sin ser consciente del valor que tenía aquel objeto»; un objeto que es muchísimo más: un pedazo de historia, un trocito de Tarraco que nada tiene que envidiarle a un insigne rincón del anfiteatro o del circo.

24 de septiembre de 2015

Las obras de una carretera destapan un yacimiento del S. VII a.C. en Benicarló (Castellón)

Está a sólo dos kilómetros de la línea de costa en una zona plana y en él se han podido determinar dos tipos de estructuras: murallas de piedra por un lado y agujeros excavados en el subsuelo por otra, que servirían para almacenar alimentos o material. Respecto a los materiales localizados, se han encontrado objetos de cerámica, de metal, conchas marinas y piedras de molino, entre otros.
Algunas de las piezas recuperadas del nuevo yacimiento de Mas de Fabra, en Benicarló.
Los trabajos de construcción de la variante de la N-340 han sacado a la luz un yacimiento arqueológico en la partida del Mas de Fabra datado del siglo VII antes de Cristo. Un hallazgo que los directores de la campaña arqueológica, Miguel Vicente y Ramiro Pérez, han calificado de «excepcional», no tanto por la infraestructura o los materiales descubiertos sino por el hecho de estar ubicado en una zona plana, al contrario que la mayoría de asentamientos de los alrededores, que están en alto». De hecho, según los arqueólogos, se trataría del único yacimiento de estas características localizado en toda la costa que va desde Tarragona hasta Castellón. 
  • «Este yacimiento es especialmente valioso por la información que nos aporta, porque representaría la interacción entre indígenas de la Península Ibérica con los primeros fenicios que llegaron vía marítima para introducir sus productos elaborados en cambio de materias primas».
UN YACIMIENTO DIFERENTE
Los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en la zona han sido unos trabajos denominados de urgencia, dada la necesidad de compaginarlos con las obras de la variante. Aun así, se han podido documentar y georeferenciar los restos y a partir de ahora se abre todo un proceso de estudio que permitirá contextualitzar el yacimiento y determinar su función y sus posibles habitantes. Según el arqueólogo Ramiro Pérez, «tenemos la oportunidad de empezar a conocer otro tipo de yacimiento, diferente del que hemos visto siempre, que nos dará una visión diferente de este periodo y de la gente que vivió».


El concejal de Cultura, Josep Barberà, ha manifestado la voluntad del Ayuntamiento de poner en valor el nuevo yacimiento. «Esperaremos los resultados de las catas arqueológicas y de los estudios previos, pero nuestra intención es habilitar la zona para las visitas. Tenemos que aprovechar el hecho que este es un yacimiento único, que nos diferencia del resto de yacimientos de la zona, y lo tenemos que explicar», ha dicho Barberà.

De momento, no se han facilitado los datos exactos de la ubicación del yacimiento para evitar posibles expolios o visitas de curiosos. El concejal de Cultura ha confirmado que «una vez finalizados los estudios necesarios, la zona se podrá visitar sin problemas».

UN YACIMIENTO VINCULADO AL COMERCIO CON LOS FENICIOS
Según han explicado los arqueólogos responsables de las excavaciones, la cronología del yacimiento correspondería en el siglo VII antes de Cristo, durante la llamada edad de hierro antiguo. Por los restos localizados, el asentamiento, ubicado a sólo 2 kilómetros de la línea de costa, estaría vinculado al mundo fenicio y con los intercambios comerciales con esta cultura del norte de África.

En el yacimiento se han podido determinar dos tipos de estructuras: murallas de piedra por un lado y agujeros excavados en el subsuelo por otra, que servirían para almacenar alimentos o material. Respecto a los materiales localizados, se han encontrado objetos de cerámica, de metal, conchas marinas y piedras de molino, entre otros.

(Fuente: Castellón diario)

28 de julio de 2022

Sale a la luz parte de la puerta del antiguo Alcázar de Andújar (Jaén)

El arqueólogo andujareño, Maudilio Moreno, ha destacado "los sorprendentes resultados de la actuación, ya que se ha podido descubrir parte de la estructura del acceso al antiguo Alcázar, desde la muralla, así como la cimentación de la Fuente Sorda, algo más alta de lo esperado".
El Alcázar de Andújar. FOTO: AYUNTAMIENTO DE ANDÚJAR

Los trabajos arqueológicos que el Ayuntamiento de Andújar está llevando a cabo junto a la Fuente Sorda y hasta el Altozano Deán Pérez de Vargas han dejado al descubierto parte de la puerta del antiguo Alcázar.

El alcalde, Pedro Luis Rodríguez, acompañado de los ediles de Patrimonio, Turismo y Obras, han visitado la intervención arqueológica que ha consistido en el desmantelamiento de los jardines de esta calle para la realización de tres sondeos de metodología científica con el objetivo de revelar la configuración arquitectónica de la unión de la muralla medieval con el torreón.

El director de los trabajos, el arqueólogo andujareño, Maudilio Moreno, ha destacado "los sorprendentes resultados de la actuación, ya que se ha podido descubrir parte de la estructura del acceso al antiguo Alcázar, desde la muralla, así como la cimentación de la Fuente Sorda, algo más alta de lo esperado".

Igualmente, el regidor ha afirmado que esta apuesta del gobierno municipal "está permitiendo recuperar unos vestigios patrimoniales, que datan del siglo XII, con la intención de convertirlos en un nuevo reclamo turístico para el municipio".

En este sentido, Rodríguez, ha instado a la Junta de Andalucía a iniciar, lo antes posible, los trabajos en el Altozano Deán Pérez de Vargas, donde se encuentran los restos del Alcázar, "ya que fue un compromiso del delegado provincial y complementaría el valor histórico y cultural de esta zona del casco histórico de Andújar, Bien de Interés Cultural".

"Desde el Equipo de Gobierno vamos a seguir impulsando todas las acciones necesarias para difundir nuestra historia y revalorizar nuestro patrimonio, recuperando elementos perdidos, sin olvidar que este tipo de proyectos también contribuyen a la generación de empleo y riqueza en la ciudad", ha concluido el primer edil.