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21 de abril de 2017

Hallan en Dénia una inscripción romana del Siglo II d.C.

En el bloque de piedra caliza se distinguen dos líneas cinceladas con los tres nombres (tria nomina) de un importante edil de la antigua ciudad de Dianium
El arqueólogo Josep Antoni Gisbert muestra como se ha conservado parte de la inscripción del S. II. FOTO: R. GONZÁLEZ
L'Hort de Morand alberga en sus entrañas los orígenes de ciudad, los restos de la antigua Dianium, y cada vez que allí se lleva a cabo alguna actuación proporciona una gratas sorpresas. Eso es lo que ha sucedido durante las tareas para limpiar de vegetación esta parcela situada junto a las murallas del castillo de Dénia, en concreto de la superficie de 2.900 metros cuadrados de propiedad municipal. De forma fortuita, en esta ocasión se ha hallado en un gran bloque de piedra una inscripción romana de la segunda mitad del siglo II en la que figura cincelado el nombre de un importante edil de la ciudad de esa época.

En la piedra caliza del Montgó todavía se distinguen dos líneas en las que figura Quintus Sulpicius Cratus, un personaje de la élite municipal que dedicaba el monumento a otra persona que desconoce, al no conservarse esa parte de la inscripción. Este regidor era el responsable de mercados y se encargaba de un aspecto tan importante para una ciudad comercial como Dianium del control de pesos y medidas.

El edil de Cultura, Rafa Carrió, y el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, presentaron ayer este hallazgo. El arqueólogo lo definió como «excepcional» al mostrar el 'tria nomina' (los tres nombres que distinguían a los ciudadanos romanos de los extranjeros y los esclavos) de un magistrado municipal que ejercía las funciones de edil. Además apuntó que supone «un testimonio más de que l'Hort de Morand es y se ha de considerar 'sagrado' por los dianenses».

VESTIGIOS DE DIANUM
Este paraje, a los pies del castillo y junto a su muralla, oculta todavía numerosos vestigios de la antigua Dianium. Según recordó Gisbert, la historia de la parcela se remonta a 1870-73, cuando Roc Chabàs iba allí al ser amigo del propietario de la finca, que fue la primera en Dénia en pasar de secano a irrigación. Cuando se empezó a remover el suelo para construir una balsa comenzaron a aparecer estatuas, inscripciones, monedas y teselas de mosaicos que probaban que bajo sus pies se encontraba el emplazamiento de la ciudad romana.A la muerte de Chabàs todo quedó paralizado y no fue hasta 1982 cuando se llevó a cabo en l'Hort de Morand la primera excavación con metodología arqueológica, a cargo del propio Josep Antoni Gisbert. Entonces se llevaron a cabo dos sondeos. En unos de ellos se documentó una secuencia estratigráfica desde el momento de la fundación de la ciudad, en la época de Augusto, hasta el siglo VI. Se descubrió que entre los siglos I y VI media Dianium quedó desmantelada debido a las transgresiones marinas. Allí también apareció una gran basa de pedestal, de piedra arenisca, que era un ara de sacrificio.


En el segundo sondeo ya detectaron la piedra, pero entonces no se podía ver aún la inscripción puesto que solo asomaba una esquina. Desde 2008 la parcela quedó en estado de abandono, creció la vegetación y las lluvias registradas desde entonces habrían ido erosionando el talud hasta desvelar la presencia de varias letras inscritas. Y ahora, tras proceder a la limpieza de la zona ha sido cuando se ha visto lo que antes ocultaban los sedimentos acumulados a lo largo de centurias.

Gisbert apuntó que la intención es mantener la piedra donde está porque es una evidencia de que un lugar «sagrado y ahí debe estar».

Por su parte, el edil de Cultura hizo hincapié en que el ayuntamiento va a tratar de que toda la zona pueda ser excavar para sacar a la luz el rico patrimonio histórico y cultural de Dénia. Asimismo, subrayó que el deseo del equipo de gobierno es conseguir recuperar la titularidad de otros 2.000 metros cuadrados de l'Hort de Morand anexos, que están en manos privadas.

25 de septiembre de 2020

Afloran en Dénia dos casas islámicas del siglo XII

Los arqueólogos también esperan encontrar en la parcela la muralla que cerró la ciudad andalusí después de la ampliación de la medina

Las excavaciones que se están realizando en el antiguo solar del que fuera el emblemático edificio de El Penal -en la localidad alicantina de Dénia- han sacado a la luz los vestigios de dos viviendas islámicas con sus respectivos patios.

Fueron construidas durante la ampliación de la antigua medina de Daniya, ejecutada a mediados del siglo XII, sobre todo en época mardanís y después almohade. Esto es, en la última era de vigencia de la Dénia islámica, pocas décadas antes de que la conquista cristiana.

Así lo ha explicado el jefe del servicio municipal de Arqueología, Josep Antoni Gisbert, quien matizó que como sucede en todos los solares urbanos, también este ha sido sometido a un proceso de inspección e intervención arqueológica antes de que se edifique de nuevo en la parcela. Gisbert matizó que la excavación no ha afectado a la totalidad del solar, toda vez que se ha dejado «una banda de respeto para que no haya problemas con la cimentación de los muros perimetrales», las fachadas que todavía se conservan de la añorada finca de El Penal y que al estar protegidas deberán ser respetados por la futura construcción.

RESULTADO DE LA EXCAVACIÓN
En los primeros niveles de las prospecciones han surgido pozos ciegos básicamente de la segunda mitad del siglo XIX. 

Es en el segundo nivel de la prospección donde han aparecido las dos casas casi milenarias. «Son arquitecturas islámicas de carácter doméstico de cuando la medina de la vieja Daniya se amplió hacia el sur, formando una nueva banda de terreno urbano que se ubicaría entre las actuales calles Campo y Colón». El arqueólogo que a pie de campo ha dirigido la intervención, Josep Marqués Costa, añade que las dos viviendas se encontraban separadas por una calle transversal. También se aprecia de forma muy clara la andana de uno de los patios y una crujía que debía ser adyacente a una calle que todavía no se ha descubierto, pero se espera descubrir. 

Uno de los principales objetivos de los trabajos, que todavía siguen en marcha, es localizar en este solar el tramo correspondiente de la muralla que cerraba la nueva medina. Por eso, Marqués habla de que de momento «es el gran misterio de la excavación». Pero se sabe que está: ya cuando se realizaron las obras de alcantarillado de la calle Diana fue localizada; en realidad se trataba de dos lienzos, ambos de origen islámico: uno perteneciente a la propia muralla y otra a la barbacana. Los expertos esperan encontrar alguna de ellas también en El Penal y junto a esa calle que falta.

Gisbert detalla que toda lo que un día fue la orgullosa medina ampliada «tuvo un rápido proceso de abandono» cuando Jaume I conquistó las tierras al sur del Júcar. Eso viene a cuento porque en esta excavación no se espera encontrar grandes pertrechos domésticos de importancia; todos los cargaron a cuesta sus antiguos moradores cuando tuvieron que decir adiós a esta ciudad.

Pero sí que se ha hallado un objeto singular, «una pequeña sorpresa»: una cucharita de bronce sin demasiados paralelismos con otros objetos desenterrados de Daniya; en ese proceso de abandono también quedaron restos de cerámica tanto vidriada como común, fabricada en talleres de la propia Dénia andalusí descubiertos hace ya cuarenta años, entre la avenida del Montgó y la calle Teulada.

REPOBLACIÓN
Conforme fueron pasando los años tras la conquista, podemos imaginar pues una medina solitaria, con las calles caladas de silencio y las viviendas poco a poco convirtiéndose en pura ruina. Hasta que unos cincuenta años después, a principios del siglo XIV, las estructuras arquitectónicas fueron reaprovechadas para fundar la Vila Vella, el embrión de la nueva ciudad cristiana dentro de los límites del Castillo, y de dimensiones infinitamente menores a las que había tenido la gran Daniya.

29 de abril de 2016

Documentan una gran villa romana de la época de Augusto en Dénia (Alicante)

Una gran concentración de cerámicas permite establecer el asentamiento rural en la partida de Francs, en el entorno del río Girona. El hallazgo arroja luz sobre la desconocida Dianium rural y subraya la importancia económica en el siglo I de esa zona, próxima a una vía romana y los yacimientos de l’Almadrava y l’Estanyó
Algunos de los restos cerámicos que han permitido localizar y datar la villa romana. 
Se sabía que estaba ahí, pero no exactamente dónde. Ahora ya sí. La colaboración ciudadana lo ha hecho posible. Un vecino que paseaba por el entorno del río Girona, en la partida de Francs, atisbó una gran concentración de cerámicas y avisó al Museo Arqueología de Dénia. Su gesto ha comportado una gran trascendencia histórica pues permitió al museo abrir una investigación histórica que ha concluido que las piezas son de una villa romana rústica de dimensiones notables perteneciente al siglo I.

Según el director del museo, Josep Antoni Gisbert, ese asentamiento rural habría registrado ya actividad en la última época de la República Romana, pero conoció su más ferviente apogeo en el Imperio, entre la era del emperador Augusto, al principio de esa centuria, y la de los emperadores flavios, ya en su tramo final.

Esta datación es posible porque según Gisbert la cerámica hallada por nuestro viandante, de mesa y cocina y de importación itálica y gala, pertenecería a ese siglo I, si bien también hay algunas piezas de época anterior. De hecho, la villa se encuentra próxima a Segària, donde hubo un poblado íbero en el siglo I a.d. C, antes pues de Augusto.

El yacimiento no se ha excavado porque no se va a realizar allí ninguna obra que afecte al subsuelo. Pero la gran concentración de cerámica localizada permite subrayar el notable carácter del hallazgo. También se han encontrado fragmentos de material de construcción. «Si se excavara, podríamos hallar en seguida la estructura de la villa», que a buen seguro estaría dotada de termas.

Su localización permite además «comenzar a conocer con más exactitud el pasaje romano rural que envolvía al núcleo urbano de Dianium» y que siempre había estado plagado de incógnitas. En este sentido, la villa se ubicó en esta zona por razones de comunicación: se encontraba próxima a una antigua vía romana que conectaba por el litoral el río Sucro (Júcar) con Dianium, que era a su vez un ramal de la emblemática vía Augusta y cuya versión contemporánea sería el Antic Camí de Gandia.

No era una villa aislada. Gisbert ve conexión entre la misma y otros yacimientos ya investigados, como el de l’Almadrava, una conocida y considerable factoría de producción de cerámica, o la de l’Estanyó. Así, se puede establecer que durante la era de los primeros emperadores romanos hubo una importante actividad económica y residencial en la Dianium romana en torno al río Girona que entró en declive a principios del siglo II, bajo reinado de los antoninos, «cuando es claro el abandono de estas villas y la concentración de la población en otras zonas de la Dénia romana».


LAS DIFICULTADES HISTÓRICAS
Gisbert señala que si bien la Dianium urbana sí ha estado sometida a un profundo proceso de investigación, con descubrimientos importantes en la línea portuaria que han incluido horrea y necrópolis, esta actividad científica ha sido mucho menos próspera por razones logísticas en el entorno rural. Otro síntoma de la trascendencia de este nuevo hallazgo.Al respecto, sí que es verdad que a finales del siglo XIX, las grandes transformaciones agrícolas con la implantación de los campos de naranjos permitieron el descubrimiento de asentamientos rurales históricos en zonas como Pont Sec y Bovetes. Pero fueron hallazgos aislados a los que no se pudo aplicar la actual metodología arqueológica. Por si fuera poco, la crisis de la naranja en la última parte del siglo XX dejó muchas de esas parcelas yermas y sin posibilidad de sondear en el subsuelo.

Aún así, la memoria histórica que anida en parcelas como la de Francs nunca fue olvidada. De hecho, llevan años preservadas: muchos de esos terrenos fueron incluidos en el catálogo de bienes culturales protegidos redactado por el Ayuntamiento de Dénia en 2004. En Francs se ha producido otra circunstancia: nuevas transformaciones agrícolas actuales han facilitado la localización exacta del punto donde duerme sus sueños la villa gracias al paso del ciudadano que protagonizaba el inicio de estas líneas.

7 de noviembre de 2022

Descubiertos en Dénia los vestigios de una alcazaba del siglo X

La construcción, localizada en la parte oriental del Castillo, demuestra que la ciudad islámica surge en tiempos de Abderramán III, más de medio siglo antes de lo que se pensaba. Albergaba una guarnición cuya misión era vigilar los astilleros que albergaban la flota del califa. Una investigación concluye que tiene los mismos trazos arquitectónicos que las alcazabas edificadas en Xàtiva y Tánger en la misma época
Vertiente del castillo donde se ha encontrado la alcazaba. FOTO J.A.G.

Las huellas en Dénia de la Edad Media siempre han estado envueltas de oscuridad. La historia tradicional sitúa el nacimiento de Daniya al principio del siglo XI, en la época de gloria de la taifa, ya saben: el crecimiento de una gran ciudad bajo el gobierno del emir Muyahid, el legendario conquistador de las Baleares. Pero en realidad, todo comenzó a gestarse antes: un estudio del arqueólogo Josep Antoni Gisbert desarrollado desde 2010 permite establecer que la génesis de la Dénia islámica se remonta a mediados del siglo X, bajo el dominio del califa de Córdoba, Abderramán III (891-961). O sea, unos 70 años atrás.

La gran prueba de eso es el hallazgo de una alcazaba de época califal descubierta en la vertiente oriental del Castillo, una constatación arqueológica hasta ahora desconocida. Dentro del plano de la fortaleza de Dénia, se ubicaba sobre todo en El Verger Bajo pero también en el Alto –ambas zonas ubicadas frente al barrio de Baix la Mar–, asentada sobre una plataforma que transcurría desde la Torre del Galliner a la Torre del Mig. También aparecieron vestigios similares durante las obras de pavimentación en 2010 de la Explanada, en la parte más elevada del recinto.

De este modo, y en un prodigioso ejercicio de memoria «podemos imaginar» cómo era aquella primera ciudad andalucí: por las fuentes escritas, ya se conocía que Abderramán había fundado unos astilleros en Dénia, frente a lo que hoy es el club náutico, destinados no solo a la construcción de barcos, sino también la estancia de la flota del califa.

Pues bien, la alcazaba ahora descubierta albergaba una guarnición cuyo cometido era vigilar esos astilleros. Entre una construcción y otra se situaba la medina islámica, entonces aún dispersa y de dimensiones que no debían ser demasiado notables. También es en ese momento cuando nace el gran arrabal portuario de El Fortí, que une los astilleros con la medina incipiente y aquella alcazaba primigenia.

Otro autor del siglo X, Al-Razi, describe que Dénia tenía un «puerto muy bueno y muy antiguo» aunque todavía no hace referencia a ninguna medina. Abderramán III elige pues Dénia por las óptimas condiciones de su puerto. Pero tal decisión comportó dos consecuencias históricas de gran calibre: la primera, que estamos ante el origen de lo que después sería la poderosa taifa de Daniya, que en las décadas siguientes «creció y creció», se convirtió en una de las ciudades más prósperas del Al-Andalus y estableció lazos comerciales con todo el Mediterráneo medieval.

Y la segunda, agrega Gisbert, que aquella alcazaba y aquellos astilleros supusieron la «refundación de la ciudad de la antigüedad clásica aunque fuera en otra ubicación». Los siglos siguientes a la Dianium romana siguen envueltos de tinieblas con apenas hallazgos arqueológicos o literarios del periodo visigodo, más allá de las referencias a obispos visigóticos en este emplazamiento geográfico. Así que , «el aliento de Dénia, que había desaparecido, resurge en ese siglo X, antes de lo que se creía, debido al proceso de colonización, conquista y control por parte del califato de Córdoba». Daniya sólo será independiente unas décadas más tarde, cuando se erija en la taifa gobernada por Muyahid.

Un doble viaje a la búsqueda de evidencias a Xàtiva y Tánger
Ahora bien, ¿cómo fue posible datar esa alcazaba perdida de Dénia en una época tan temprana como el siglo X? Los vestigios aparecidos en el Castillo revelan ya que se trata de una estructura de época califal, con paramentos externos e internos forjados con los sillares característicos de esta época y un encofrado «fortísimo» de mortero de cal, una obra pues «tremendamente sólida».

Pero había que ir más allá. Comparar, para confirmar esta tesis, lo hallado en Dénia con construcciones de otras latitudes alzadas también bajo el dominio del Califato de Córdoba.

De esta manera se inician dos viajes que le permitieron a Gisbert efectuar ese «análisis comparativo». En primer lugar, a Xàtiva, con una alcazaba de la misma cronología y con trazos arquitectónicos casi idénticos a los de Dénia. Si al poderoso califa de Córdoba le interesaba Dénia por su puerto, en el caso de Xàtiva era por su condición de nudo de comunicaciones gracias a la Vía Augusta de origen romano.

De hecho, Gisbert abordó esta cuestión en una conferencia pronunciada en la capital de La Costera este pasado jueves bajo el título Les alcassabes de Madina Satiba als temps d’Ibn Hazm. Una visura arqueològica. La ponencia obedece a que Xàtiva está celebrando los mil años de El Collar de la Paloma, la famosa obra amorosa escrita en esa localidad por Ibn Hazm, el gran sabio medieval que por cierto también vivió durante unos años en Dénia, tal y como publicó ya este diario en otro reportaje.

El segundo viaje fue más largo: al Atlántico. Las fuentes escritas indicaban que en Tánger, también bajo dominio de Abderramán III, se erigió otra alcazaba y en su visita a esa ciudad Gisbert se entrevistó con el investigador Abdelatif el Boudjay. De ese nuevo estudio comparativo se estableció que también la alcazaba de Tánger compartía las mismas disposiciones arquitectónicas que las de Dénia y Xàtiva, con los mismos paramentos califales y los sillones colocados a soga y tizón.
(Fuente: La Marina Plaza)

16 de diciembre de 2016

El Ayuntamiento de Oliva recupera una cruz renacentista perdida desde hace siglos

El arqueólogo municipal de Dénia localizó el capitel y nudo del monumento en un establecimiento de antigüedades. Tras investigar su posible procedencia concluyó que la cruz pertenece al término de Oliva (Valencia), en cuyo museo quedará expuesta
Hay hallazgos que de pronto despejan misterios de siglos. Casi por casualidad, el arqueólogo municipal de Dénia, Josep Antoni Gisbert, localizó en el mercado de antigüedades de esta ciudad el capitel y nudo de una cruz del siglo XVI, perteneciente pues a una primera etapa del Renacimiento y decorada con una magnífica iconografía. Fue el propio anticuario el que se dirigió a Gisbert para preguntarle si la pieza, que estaba puesta a la venta, tenía valor histórico. Y vaya si lo tenía. Pertenecía a la cruz de término del vecino término de Oliva, del primer periodo renacentista y que se encontraba perdida durante siglos.

Para llegar a esta conclusión, el arqueólogo diananese realizó una investigación previa sobre el origen de la pieza. Descartó que procediera de otras localidades próximas, como Pego o Murla, y finalmente pudo comprobar que tanto el escudo como los emblemas podían tener relación con la Safor por la aparición de los Centelles, una familia histórica muy vinculada a esa comarca limítrofe.

PROCEDE DE OLIVA
Así, la investigación le llevó a Oliva porque «la pieza arqueológica contiene el ADN de ese municipio, con la heráldica de los Centelles [que fueron condes de Oliva] y las imágenes de San Miguel y San Francisco relacionadas con la historia de esa población».

El arqueólogo señaló que en el siglo XVI «las principales ciudades del reino tenían cruces de este tipo que eran un símbolo de poder y de jurisdicción sobre un territorio». Y desde un primer momento mostró su sorpresa por la trascendencia de la pieza: «No esperaba encontrar algo de estas características, hacía muchos años que buscaba un pieza de este valor».

COMPRADA POR EL AYUNTAMIENTO
Gisbert hizo pública estas reflexiones durante la presentación del capitel y el nudo octogonal de la cruz, que tuvo lugar el miércoles en el salón de plenos del Ayuntamiento de Oliva. Este ha adquirido la pieza por 6.000 euros y la expondrá a partir de ahora en su museo arqueológico.

Lógicamente, en esa población de la Safor había también una profunda satisfacción por el hallazgo. Su edil de Museos y Patrimonio, Enric Escrivà, calificó el nudo como «una pieza de extraordinario valor histórico y arqueológico que contiene el escudo heráldico del condado de Oliva y la imagen del olivo». Y en la misma línea, Vicent Burguera, director de la Red de Museos de esa localidad destacó que «es una pieza absolutamente única». Además, detalló que el capitel es frágil por su composición de piedra arenisca, por lo que muchas figuras no se muestran con nitidez.

(Fuente: La Marina Plaza)

23 de enero de 2013

Sale a la luz una calle de la medina islámica de Dénia

El vial, de 2,20 metros de ancho, data del siglo XII y ya contaba con una canalización de alcantarillado que daba servicio a las casas andalusíes.
Los restos de la calle del Siglo XII y de los cimientos de la casa andalusí.
Foto: Museu de Dénia
La ciudad alicantina de Daniya (la Dénia islámica) tenía una planificada trama urbana. La imagen de una medina de calles tortuosas y estrechas no se corresponde con la realidad. 

El trazado urbano andalusí, de los siglos XI y XII, estaba formado por calles paralelas y transversales que, además, contaban con alcantarillado. Ahora una nueva excavación arqueológica ha sacado a la luz una calle hasta ahora desconocida del antiguo barrio árabe.

La intervención ha tenido lugar en el número 23 del Carrer Major. La familia Bailey, propietaria de una antigua vivienda, presentó un proyecto para construir una piscina en el amplio patio. Cualquier obra en el centro histórico obliga a realizar sondeos arqueológicos.

Esta vez los arqueólogos han hallado un tramo de calle de 2,2o metros de ancho y los cimientos de una vivienda andalusí. La calle iba paralela a lo que ahora son el Carrer Major y el Carrer Pare Pere.

«En medio ha salido a la luz una alcantarilla. Ya en esa época, había registros de aguas corruptas y pluviales», indicó ayer el jefe del Servicio Municipal de Arqueología, Josep Antoni Gisbert. La materia orgánica conservada en ese albañal ha permitido datar los restos en la segunda mitad del siglo XII.

Además, esta calle «fosilizada» confirma que otras que forman parte de la actual trama del centro histórico de Dénia, como la de la Moreria, Cavallers o el propio Carrer Major, ya existían en esa época.

El director de esta excavación, Josep Marqués, explicó que también han descubierto los cimientos de una casa andalusí de planta rectangular y dividida en crujías. Se ha conservado el pavimento de la estancia que servía de letrina. En la casa no podía faltar el aljibe. Los arqueólogos lo han encontrado y sólo falta vaciarlo para dar por finalizada esta excavación. Gisbert añadió que la tipología de esa vivienda es similar a la hallada en la zona del El Fortí en los años 80. 

Los propietarios de la casa del número 23 del Carrer Major han decidido conservar los restos arqueológicos, pero sobre ellos construirán una piscina.

11 de abril de 2019

Todo un barrio del siglo XII enterrado a apenas medio metro de la superficie de Dénia

Manzanas de casas amplias que denotaban cierta riqueza; habitaciones bien decoradas; patios con jardines, galerías y pozos; escaleras que llevaban a las dependencias superiores; muros que apuntalaban fachadas; alcantarillados y calles. Todo un barrio dormido durante siglos a poco más de cincuenta centímetros de la superficie de Dénia. Esto es lo que ha sacado a la luz la segunda fase de las excavaciones arqueológicas que se están realizando en la actualidad, con motivo de la instalación de cableado eléctrico, en la calle Ramón y Cajal, en este caso en el tramo que va desde Cavallers hasta la Glorieta.

En realidad, las dimensiones de la prospección son reducidas: apenas se ha abierto a lo largo de todo el vial una zanja de medio metro de anchura. Pero sólo eso ya es muchísimo: tal y como explicó el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, esa angosta apertura al subsuelo permite calibrar cómo fue la arquitectura doméstica de la Daninya islámica a lo largo de los siglos XI y XII; e imaginar, prácticamente estancia por estancia, cómo eran aquellas casas alzadas ahora hace casi un milenio.

Así, han aparecido fragmentos de pavimentos de ladrillo que decoraron los salones más nobles; de zócales y yeserías andalucíes pintadas con colores para las estancias principales y los portales; de escalinatas que evidencian que muchas de estas viviendas contaban con dos plantas, sinónimo del desahogo económico de sus moradores. Igualmente, las tareas arqueológicas recrean cómo eran los patios también pavimentados de esos inmuebles, con una galería que los envolvía desde el perímetro y, en el centro, una jardinera y un pozo: también se ha hallado uno de estos últimos.

Los arqueólogos que han dirigido a pie de obra la excavación, Marco Aurelio Esquembre y Juan de Dios Boronat, han localizado rastros de dos calles transversales a la de Ramón y Cajal, cuyo trazado ya existía en este momento histórico, así como restos del alcantarillado que cruzaba uno de esos viales milenarios y que prueban la gran capacidad de esta civilización a la hora de diseñar infraestructuras urbanísticas.

Pero ya no es sólo arquitectura doméstica. Todo este esfuerzo ha permitido del mismo modo extraer conocimientos más globales. Y constatar la evolución urbanística de la Dénia islámica a lo largo de doscientos años.

Así, los vestigios localizados en el primer tramo de Ramón y Cajal –entre Cavallers y la entrada al Arxiu Municipal– estarían datados en el siglo XI, esto es, casi en la época primigenia de la Dénia islámica, la de la taifa: se han hallado piezas de cerámica califal, que es de ese periodo. Según detalla Boronat, esta isla viviendas se encontraba pues en el corazón de la Medina, muy próximo a los hamman (baños árabes), junto a la mezquita nunca descubierta y cerca de las actuales calles Loreto, Sant Josep o la propia Cavallers, que también entonces ya estaban diseñadas.


En cambio, las estructuras localizadas en el segundo tramo de Ramón y Cajal –desde la plaza del Arxiu a la Glorieta– son ya posteriores, del siglo XII, cuando la medina islámica conoce un momento de gran expansión tanto dentro como fuera de las antiguas murallas. Esta arquitectura, no obstante, se asentó sobre las viejas viviendas del siglo anterior: era el ensanche de la propia medina. Y un barrio con alto poder adquisitivo.

LA GLORIETA, UN MUNDO POR DESCUBRIR
Hay que tener en cuenta que estas excavaciones se complementan con las que ya se efectuaron, también para las mismas labores de cableado, en la parte inferior de la misma calle, en el cruce con Quevedo: allí se descubrió un horno y parte de lienzo de la última muralla con la que contó la Dénia islámica, ya de mediados del siglo XII y por lo tanto en el momento de máximo crecimiento de la medina.

Así que ambos descubrimientos permiten aseverar, según Gisbert, que todo el entorno de la Glorieta «constituye un auténtico tesoro arqueológico de la Dénia andalucí» que, por cierto, sigue durmiendo su sueño de siglos en el subsuelo debido a que la mayor parte de esa área nunca se ha excavado. Eso es así porque allí nunca se ha llevado a cabo ninguna gran obra pública: únicamente excavaciones parciales como la de ahora u otras anteriores posibilitadas por la instalación de algún contenedor soterrado o las obras en el patio de alguna casa particular.

De hecho, en todo este entorno de la Medina se han podido detectar unas 25 casas, cifra bastante inferior a las más de cien viviendas estudiadas ya en el arrabal islámico y portuario de El Fortí, en el principio de la actual carretera de Les Rotes.

(Fuente: La Marina Plaza)

22 de mayo de 2015

El hallazgo de cerámicas del S. XV alerta sobre la existencia de un pecio en Dénia (Alicante)

El material encontrado consiste en cinco platos, escudillas y una jarra fragmentaria procedentes de un taller valenciano del S. XV.  El Centro de Arqueología Subacuática de la Generalitat prestará asistencia técnica para la inspección del lugar y evaluar la existencia de otros restos vinculados a pecios
Las piezas del S. XV proceden de un taller valenciano y se encuentran en buen estado de conservación.
Jean Castera ha descubierto un lote de cerámicas del siglo XV, así como las restos probables de un derrelicto. Se trata de vestigios de un nuevo yacimiento arqueológico subacuático, cerca de la escollera norte del puerto de Dénia. Este hallazgo subacuático, consistente en seis piezas cerámicas, ha sido ingresado recientemente en el fondo del Museo Arqueológico de la Ciudad de Dénia por el propio autor del descubrimiento fortuito.

Después de una primera evaluación de las piezas, el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, destacó que el conjunto de seis piezas cerámicas, cinco de ellas platos y escudillas, están completas y se encuentran en buen estado de conservación.


PROCEDENTES DE PATERNA O MANISES
Además, cuentan con detalles tipológicos y tecnológicos que sugieren la pertenencia a un mismo centro alfarero, o al menos a la mano de un solo alfarero. Contaban originalmente con una cubierta vidriada blanca, por aplicación de barnices derivados de óxidos de plomo. Proceden de un taller valenciano, probablemente de Paterna o Manises, y la fecha que sugiere el conjunto es la segunda mitad del siglo XV. La pieza restante es una jarra fragmentaria de cuerpo esférico y con una asa. Del cuello y asa sólo queda el arranque.

Según Gisbert, es un conjunto cerámico ciertamente homogéneo. En las escudillas y platos, la semejanza de detalles inherentes al proceso de modelado parece indicar que forma parte de un cargamento de cerámica de mesa, adscrita al comercio y que, probablemente, proviene de un barco que se hundió o que perdió parte de esa carga.

El Museo Arqueológico de Dénia ha comunicado al Centro de Arqueología Subacuática de la Generalitat el hallazgo y ha pedido asistencia técnica para la realización de una inspección del lugar donde se localizaron estas piezas de cerámica. El fin es evaluar la existencia de otros restos vinculados a pecios. Este hallazgo arqueológico descubierto de forma fortuita por Jean Castera ofrece un vínculo interesante con la cerámica de mesa y, por extensión, con el 'attrezzo' que rodea la mesa y la gastronomía de hace cinco siglos. 

(Fuente: La Verdad)

20 de enero de 2014

Hallan en Dénia restos de una casa del siglo XII y raras yeserías con epigrafía árabe

La intervención arqueológica en la localidad alicantina ha permitido descubrir también una necrópolis con tres enterramientos de época cristiana. Los trabajos también han desvelado pinturas de una 'llaüt' del XVII.
Los enterramientos de época cristiana hallados en la  que antes fuera vivienda andalusí. Foto: LA VERDAD.
La rehabilitación de una casa en la calle Ramón y Cajal de Dénia, protegida desde hace una década en el Catálogo Integral del Patrimonio municipal por contar con arquitecturas relevantes del siglo XVII, ha posibilitado al Servicio Municipal de Arqueología realizar una intervención arqueológica cuyos resultados han superado todas las expectativas.

Los trabajos llevados a cabo sobre unos veinte metros cuadrados de superficie han permitido documentar dos viviendas de época islámica (siglo XII), una totalmente arrasada y otra en buen estado de conservación, y trazos de una calle que transcurriría paralela a la actual Ramón y Cajal.

EL PATIO SE PROTEGERÁ CON GEOTEXTIL
Según explicó la directora de la intervención arqueológica, Silvia Ruiz, de la casa se conserva parte del patio, con pavimento de ladrillo colocado en forma de espiga, y una crujía con dos dependencias. Los indicios apuntan a que en el centro del patio existió un alcorque o jardinera central de grandes dimensiones con una fuente, aunque ésta última no se ha encontrado. Este patio islámico se va a proteger con geotextil y va quedar conservado para siempre.

ARCOS ORNAMENTADOS
Pero lo «extraordinario» del descubrimiento, según el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, son los fragmentos de yesería utilizada para cubrir y ornamentar los arcos de los portales de las estancias de la casa. Estas 22 piezas, que se encuentran en proceso de limpieza, constituyen «un verdadero tesoro para el Museo Arqueológico».

Los restos de yeso contienen grafías árabes que, según un arabista experto, presentan divisas que hablan de suerte y paz.

Junto al patio de la casa andalusí ha salido a la luz una necrópolis con tres enterramientos ya de época cristiana, como demuestra la posición en cúbito supino de los restos y la ubicación de las fosas en paralelo, «que rompen las anteriores estructuras de la casa islámica».

BARCA CATALANA O "LLAÜT"
Por último, los trabajos de saneado de las paredes han desvelado la existencia de unos grafitis del siglo XVII con imágenes de una barca catalana o 'llaüt', con gran vela triangular, junto a una especie de calendario en el que los autores iban marcando el paso de los días, los meses, o las estaciones mediante rayas pintadas en la pared. El personal del Servicio de Arqueología está realizando el calco de estas inscripciones para un mejor estudio de las mismas.

La actual propietaria de la casa, Irina Davidoff, que adquirió la vivienda hace dos meses para instalar una inmobiliaria, aseguró que todos estos hallazgos se van a conservar al máximo porque constituyen parte del patrimonio de «nuestra ciudad».

El grafiti se exhibirá en su pared original, al igual que se mantendrán intactos el arco de medio punto de la entrada al inmueble y la otra arcada de tiempos de Felipe III (siglo XVII) que se conserva en el interior de la casa.
(Fuente: La Verdad)

2 de agosto de 2016

Hallan restos de un palacio andalusí en el castillo de Dénia (Alicante)

La intervención en el Palau del Governador para reconstruir la escalera confirma la existencia de una vivienda palaciega del siglo XII
Obras de restauración en el castillo de Denia. FOTO: ALBA COBOS
Los trabajos que se están realizando en el Palau del Duque de Lerma en el castillo de Dénia han descubierto la existencia de un palacio andalusí que data del siglo XII y que habría sido la vivienda de altos cargos de la época. Las obras, que comenzaron el pasado mes de abril y finalizarán en enero de 2017, consisten, por un lado, en una intervención arqueológica en el Palau y, por otro, en la recuperación de sus escaleras.

Según el arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, fue durante la excavación arqueológica cuando se hizo este descubrimiento que permitió «por fin documentar que hay estructuras y contextos de un palacio andalusí». Esta construcción dataría del año 1100 aproximadamente, y contendría viviendas de altos cargos militares y administrativos que se encargaban de la gestión y gobierno dianense andalusí.

Además, se ha revisado la información disponible de las obras realizadas a mitad del siglo XIV por Alfonso de Aragón, conde de Dénia, en el entonces Palau Vell. Esa construcción fue posteriormente ampliada en el XVII por el Duque de Lerma e integrada en lo que se conoce como Palau del Governador.

ESCALERAS
Paralelamente a la intervención arqueológica se están reconstruyendo las escaleras que se habilitaron junto al Palau por parte del Duque de Lerma con motivo de la visita del rey. Uno de los arquitectos del proyecto de rehabilitación, Julián Esteban, destacó la importancia de esta pieza escurialense, que ha llegado a nuestros días en condiciones deplorables. Para reconstruirla, se ha estudiado su traza y cada una de sus piezas y así rehacer la estructura y «poner en valor la escalera entera con su integridad arquitectónica». Con esta actuación, se reconstruirá una escalera de tiro doble que será la única vía de acceso al Palau.

Las obras se detendrán a partir del viernes durante dos semanas, aunque el Palau seguirá abierto a visitantes. El proyecto está financiado por el programa del 1,5% cultural del Ministerio de Fomento. El concejal de Cultura, Rafa Carrió, destacó la importancia de trabajar en el castillo, que constituye « el lugar emblemático de la ciudad». Además, explicó que el Plan Confianza contempla también la mejora de la señalización en el monumento.