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26 de agosto de 2012

Nuevos hallazgos en las ruinas de la Calatayud romana

En la denominada "Casa del Ninfeo"  de la ciudad romana de Bilbilis se han localizado una serie de tabernae (tiendas) que conformaban un frente comercial y en una de las cuales se encontró un basurero de ánforas,asimismo, se ha averiguado la ubicación de un horno o calera en el que se quemaron restos escultóricos y placas de mármol procedentes de las decoraciones de los principales edificios monumentales de la ciudad desmontados a finales del siglo II.
Las excavaciones en Bilbilis se han centrado en la "Casa del Ninfeo".
Foto: UZ
El Ayuntamiento de Calatayud ha apoyado de nuevo este año los trabajos de la XLIII campaña arqueológica en la ciudad romana de Bílbilis y la cuarta edición en la ciudad celtíbera de Valdeherrera, campañas que han finalizado hace unos días.

En las excavaciones, que se han llevado a cabo entre el 15 de julio y el 15 de agosto, han participado una treintena de estudiantes y licenciados en arqueología procedentes principalmente de la Universidad de Zaragoza, así como de Murcia, Salamanca, Valencia o Santiago de Compostela, entre otras. Todos ellos dirigidos por los profesores de la Universidad de Zaragoza, Manuel Martín Bueno y Carlos Sáez Preciado.

Durante la primera quincena de julio la campaña ha trabajado en Bílbilis en la denominada Casa del Ninfeo. Allí se han localizado una serie de tabernae (tiendas) que conformaban un frente comercial y en una de las cuales se encontró un basurero de ánforas, tal y como ha explicado el equipo directivo.

Asimismo, se ha averiguado la ubicación de un horno o calera en el que se quemaron restos escultóricos y placas de mármol procedentes de las decoraciones de los principales edificios monumentales de la ciudad desmontados a finales del siglo II.

Esta campaña arqueológica está permitiendo conocer "mucho mejor el proceso y evolución de la ciudad entre los siglos II y III", ha subrayado la concejal delegada de Yacimientos del Ayuntamiento de Calatayud, Beatriz Arenas.

Ciudad celtíbera de Valdeherrera
En el caso de la ciudad Celtibérica de Valdeherrera, las actuaciones se han centrado, principalmente, en los viales de la ciudad, descubriéndose dos calles de 6 y 8,40 metros de anchura. En el sector en el que se han efectuando las intervenciones corresponden a la ciudad construida a finales del siglo II a.C., que fue destruida durante las guerras sertorianas, hacia el 74 a.C.

Paralelamente, se han encontrado las aceras porticadas y las fachadas de las casas que serán excavadas en los años próximos. De la misma manera, se ha continuado trabajando en la necrópolis islámica descubierta en campañas anteriores.


Referencia de la Arqueología
   Para el equipo directivo, las excavaciones en Valdeherrera están permitiendo conocer mucho mejor el urbanismo de la ciudad y confirmar el enorme potencial del yacimiento llamado a convertirse en un punto de referencia de la arqueología del valle del Ebro.

Arenas ha destacado la importancia de estas campañas y ha reiterado el compromiso del Ayuntamiento con las mismas. "Queremos seguir contribuyendo al desarrollo de las investigaciones y excavaciones que consideramos importantes para la difusión de nuestro patrimonio y nuestra cultura", ha apuntado Arenas. Este verano el Ayuntamiento de Calatayud ha colaborado con 2.000 euros en el desarrollo de las campañas.

(Fuente: Europa Press)

4 de diciembre de 2014

Localizan nuevas explotaciones de oro romanas en Castrocontrigo (León)

Un vuelo con tecnología láser "LiDAR" pone al descubierto las huellas de los trabajos hidráulicos realizados por los romanos para la extracción de oro en el valle del Eria (León). La investigación ha demostrado que la explotación fue mucho más intensa de lo que se conocía por la arqueología tradicional, que le había dado poca importancia a estos parajes en comparación con otros como Las Médulas.
Mapa 3D con la disposición de canales y embalses romanos del valle del Eria a partir de datos LIDAR.
FOTO: JAVIER FERNÁNDEZ
Investigadores de la Universidad de Salamanca han sido pioneros en la utilización de una tecnología láser denominada LiDAR (Light Detection and Ranging) para cartografiar el terreno desde un avión para un trabajo arqueológico en España. El resultado es que han conseguido identificar nuevas zonas en las que los romanos realizaron trabajos mineros en busca de oro en la zona del valle del río Eria, en la provincia de León.

“Es la primera vez que se utiliza LiDAR para detectar antiguas labores mineras y los canales hidráulicos que sirvieron para explotar yacimientos de oro”, explica el investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca Javier Fernández Lozano en declaraciones a DiCYT, que acaba de publicar este trabajo en la revista Journal of Archaeological Sciencie. A diferencia de la fotografía aérea convencional, esta técnica láser permite estudiar cómo es la superficie por debajo de la cubierta vegetal y así se ha visto que desviaron ríos y construyeron canales y depósitos de agua.

Aunque la zona estudiada, en las proximidades de la localidad leonesa de Castrocontrigo, ya se conocía como zona minera romana, esta investigación ha demostrado que la explotación fue mucho más intensa de lo que se conocía por la arqueología tradicional, que le había dado poca importancia a estos parajes en comparación con parajes mineros como Las Médulas. Las modificaciones realizadas en el terreno llegaron a alterar el terreno de forma extraordinaria, de forma que hay una serie de canales que podrían sumar cientos de kilómetros.

El oro se podía obtener en roca y en sedimentos, pero esta segunda opción era más rentable. En ciertos puntos se puede observar cómo se hicieron las dos cosas, primero extrajeron el oro de los sedimentos y después excavaron las rocas sobre las que se asentaban. Para todos estos trabajos “fueron abriendo canales que se extienden por toda la Sierra de la Cabrera y en algunos casos se han preservado hasta la actualidad”, señala el investigador, que ha realizado este estudio junto a su compañero de departamento Gabriel Gutiérrez Alonso.


TECNOLOGÍA LIDAR
La tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) permite obtener la topografía de un terreno. El sistema emite un pulso de luz que llega hasta el suelo, rebota y es recogido nuevamente por los sensores del avión. Al conocer la velocidad de la luz, se puede calcular la distancia que hay entre la superficie y la aeronave, de manera que al sobrevolar el terreno se va dibujando un mapa con extraordinaria precisión.

Hasta ahora, una técnica muy usada en arqueología es la fotogrametría, pero sus resultados no son tan buenos y requiere de un proceso más lento, porque necesita realizar muchas rectificaciones para obtener una imagen de calidad. “El LiDAR te proporciona una nube de puntos que después hay que filtrar para eliminar señales que no corresponden a la superficie, como árboles, edificios o vegetación”, comenta Javier Fernández-Lozano. Por medio de un software SIG (Sistema de Información Geográfica) se obtiene rápidamente la información que se busca. En esta ocasión, el vuelo y los datos han sido proporcionados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

EN LOS TEXTOS DE PLINIO EL VIEJO
De esta forma, la investigación ha revelado la existencia de canales excavados en roca y estanques para el acopio de agua que formaban parte de las labores mineras. En época prerromana, los pueblos indígenas de la península ibérica ya buscaban oro en los ríos usando bateas, así cuando llegaron los romanos siguieron esa pista pero pasaron a explotarlo a gran escala. Tras aprender las técnicas de almacenamiento y transporte del agua de los egipcios, las aplicaron para obtener hasta 20 toneladas de oro en el Noroeste de Hispania, según relata Plinio el Viejo en su enciclopedia ‘Historia natural’.

Precisamente, uno de los autores de este trabajo multidisciplinar, Miguel Fernández Morán, ha estudiado los textos antiguos y ha obtenido valiosa información que ha permitido identificar mejor las zonas mineras, ya que los datos obtenidos por el LiDAR han sido validados con trabajos arqueológicos sobre el terreno para confirmar que las estructuras observadas mediante láser se corresponden con labores mineras.

Un aspecto muy interesante de esta investigación es que abre la puerta a la posibilidad de conocer con exactitud cómo eran los depósitos de oro originales a partir de los volúmenes de material que se extrajo y los sondeos que se realizan en la actualidad.

En opinión de Javier Fernández Lozano, esta investigación abre nuevas puertas a la arqueología en España, aunque ya se emplea en otros países europeos. Además, este láser puede utilizarse desde drones, lo cual abarataría mucho los costes, ya que un vuelo de este tipo supone una inversión de miles de euros. El único problema de los aviones no tripulados es que la superficie que pueden abarcar es menor.

26 de enero de 2016

Las minas romanas de Castrocontrigo (León) podrían haber triplicado la producción de oro de Las Médulas

Arqueólogos de la Universidad de Salamanca anunciaron hace poco más de un año el descubrimiento de unas nuevas minas de oro romanas en el valle del Eria gracias al uso de la tecnología Lidar. Ahora se sabe que la producción de estas minas habría triplicado la cantidad de oro extraído en las Las Médulas.
El complejo minero tiene unas estructuras que aún se conservan sobre el terreno pero se aprecian con dificultad por la vegetación que las oculta. FOTO: LA INFORMACIÓN.
El valle de Eria, en León, dió a finales de 2014  uno de los grandes descubrimientos arqueológicos: los secretos de una gran mina de oro del Imperio Romano.

Javier Fernández Lozano es investigador de la Universidad de Salamanca, trabaja para el departamento de Geología y participó en este descubrimiento.


NOVEDOSA COMBINACIÓN 
"Hemos procesado todos los datos que nos han facilitado los láser aerotransportado con los que hemos trabajado y hemos aplicado un extra, los drones".

"Poder distinguir estos yacimientos a simple vista es muy complicado por culpa de la vegetación pero con esta metodología ha resultado mucho más fácil".

"Los drones nos han permitido conocer al detalle la zona y saber si se han explotado con anterioridad. Habitualmente en los trabajos arqueológicos ocurre un problema y es que no siempre hay buenos datos para trabajar".

"Mediante esta serie de técnicas hemos mejorado los datos que ya existían de la zona y ahora podemos visualizar cosas que antes era imposible y conocer, por ejemplo, los canales hidráulicos que sirvieron para explotar los yacimientos de oro. Y donde había buenos datos hemos aportado otros mejores".

Estos datos confirman por tanto que los romanos tenían un elaborado método de extracción sistemática que probablemente empleó a un grupo cualificado.

UNO DE LOS MAYORES COMPLEJOS MINEROS DE ORO DEL IMPERIO ROMANO
El valle del Eria es una zona en la que ya se conocía que había oro pero que debido a la cantidad de explotaciones de bosques, campos de cultivo, etc, tenía ocultas gran parte de sus yacimientos.

El Valle se encuentra entre la localidad de Castrocontrigo y la Cumbre de Teleno y en el se extienden más de 13.000 hectáreas de explotación minera.

Los cálculos más recientes han señalado que la suma de oro extraído en estas dos zonas señalan que la suma del oro extraído puede superar las 9 toneladas frente a los 3,5 y 5 toneladas que se habrían logrado en Las Médulas.


¿UN FUTURO GEOPARQUE?
En las comarcas de La Cabrera y Valdería es donde se asienta el yacimiento. Estas zonas se han visto condenadas, con el paso de los años,a la pérdida cada vez más preocupante de sus habitantes.

En 1950 alcazaron su máximo de vecinos pero con la emigración masiva del campo a las ciudades estas comarcas se quedan sin gente y no superan a día de hoy los 2.000 habitantes, nos cuenta Fernández-Lozano.

"Siendo de allí estoy viendo que aquello se muere. Por eso tenemos en mente la creación de un Geoparque, que puede suponer un gran atractivo para el público en general y es una forma de potenciar el turismo gracias a la financiación".

Un Geoparque es una zona protegida y una figura que ofrece la UNESCO a los territorios que tienen un especial interés geológico y cultural.

22 de mayo de 2023

Hallan una armadura completa en las excavaciones del castillo de Matilla (Salamanca)

Las piezas, junto a la abundante munición encontrada, se entregarán en el Museo de Salamanca
El arqueólogo Iván García Vázquez ultima el estudio de los restos encontrados.

Los trabajos de excavación arqueológica y documentación que se están llevando a cabo en el castillo de Matilla de los Caños del Río (Salamanca) van deparando nuevas sorpresas. Al hallazgo de un aljibe subterráneo, y de las torres circulares del castillo se une una panoplia de armas propias del siglo XVI, entre las que destaca una armadura completa.

«La armadura tiene todas sus piezas funcionales», señala el arqueólogo Iván García Vázquez, quien detalla que «consta de celada, peto, espaldera, coderas, grebas y demás protecciones para brazos y piernas. Estaba acompañada de una ballesta con incrustaciones de hueso, un cuchillo y bastante munición. Entre las puntas de ballesta que hemos recogido hay desde cuadrillos, que rompían las corazas, hasta puntas de púa que penetraban las cotas de malla. También hay munición en forma de bolaños de metal y piedra».

El equipo de arqueólogos ultima el estudio que se realiza desde sus instalaciones en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, donde se custodian transitoriamente los restos, para su depósito final en el Museo de Salamanca, que se llevará a cabo durante los próximos días.

Este proyecto ha sido promovido por el consistorio de Matilla de los Caños del Río, ha contado con la experiencia de más de una década de la empresa de arqueología Arbotante Patrimonio e Innovación, quienes en quienes han confiado para llevar a cabo el estudio arqueológico previo necesario para el ajardinamiento de los accesos y entorno del castillo que se desarrollará en el marco de la escuela taller «Jardines de la Dehesa Charra».

17 de mayo de 2023

Hallan restos de un monedero romano en la Casa del Mitreo de Mérida

Los restos fueron localizados en las últimas excavaciones en la zona del balneum (termas privadas), concretamente en la estancia nº44, una habitación asociada al área de servicio y conectada con las termas de la domus del Mitreo.
El análisis microscópico muestra fragmentos de tejido adheridos a cinco monedas de las 52 que formaban el monedero.

Un equipo de investigadoras de la Universidad de Granada (UGR), el Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida y la Universitat Politècnica de València (UPV) ha analizado restos de un monedero (bursa o 'taleguilla' de monedas) de época romana, localizado durante las excavaciones realizadas en la Casa del Mitreo de Augusta Emerita, en Mérida.

Se trata del segundo hallazgo de una bursa de este tipo en toda la Península Ibérica, tras el ejemplar encontrado en Puente de Castro (León), y refleja, según las investigadoras, que el tejido en la antigüedad romana iba más allá de la vestimenta o indumentaria, ha indicado la universidad en un comunicado.

Esta investigación, cuyos resultados publica la revista 'Arqueología', presenta el análisis microscópico del hallazgo: unos fragmentos de tejido adheridos a cinco monedas de las 52 que formaban una ocultación monetal por parte de su propietario.

Los restos fueron localizados en las últimas excavaciones en la zona del balneum (termas privadas), concretamente en la estancia nº44, una habitación asociada al área de servicio y conectada con las termas de la domus del Mitreo.

La cronología de las propias monedas y su contexto arqueológico permite datarlas a finales del siglo III d.C., sin superar ninguna moneda el 250 d.C. Esta cronología coincide perfectamente con la fase de abandono de este lugar (finales del siglo III d.C. y principios IV d.C.), momento en el que un incendio, de improviso, afectó al edificio, probablemente también al balneum, perdiéndose así este depósito de la memoria colectiva.

La investigadora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR Leyre Morgado-Roncal ha resaltado que, "en primer lugar, tras la recogida de los restos textiles en el lugar del hallazgo, se procedió a su limpieza, ya que eran visibles a simple vista". "De ellos, examinamos dos fragmentos de la cara exterior de una moneda", ha apuntado.

"Los trabajos comprendieron microscopía estereoscópica y óptica con luz polarizada y microscopía electrónica de barrido, ambos ejecutados por el equipo interdisciplinar de investigadoras del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la UPV", ha señalado Morgado-Roncal, al tiempo que ha destacado que así "se pudo determinar que se trataba de un tejido de tafetán o entramado liso con torsión en S a partir de su confección y el grosor de sus hilos, respecto a la materia prima de la fibra se correspondía con lino".
Hecho con lino egipcio

La caracterización de este hallazgo ha permitido interpretar que se trata de una bursa o 'taleguilla' de monedas, piezas textiles menores fruto del reciclaje de otras piezas, y que encuentran paralelos a lo largo del Imperio Romano.

El análisis tecnológico apunta a un origen oriental o egipcio donde el cultivo de lino sobresalió, y se extendió desde el VI milenio a.C. Aun así, no soluciona su origen, ya que pudo haberse desarrollado en suelo hispano con hilo hecho en Oriente, lo que lleva a las autoras a valorar aspectos técnicos sobre estas producciones en época antigua.

En cuanto a la iconografía, estas bursas han quedado bien representadas al ser uno de los atributos del dios Hermes/Mercurio. En ese sentido, hay múltiples referencias en la iconografía romana, como la estatua de bronce de la colección Salamanca del Museo Arqueológico Nacional (MAN), donde queda muy clara la utilidad de estas piezas como contenedor de monedas.

Del mismo modo, las autoras proponen un uso estático de este saquito de monedas que no deterioraría este delicado tejido, ya que tradicionalmente, estos objetos se fabricaban con materiales más resistentes como pieles.

Los resultados de este hallazgo único han permitido mejorar el conocimiento de la producción de lino en Hispania y profundizar en la funcionalidad de las conocidas bursa o marsupium. Las autoras concluyen en "la necesidad de seguir realizando análisis para seguir ahondando en la cadena productiva de estas interesantes piezas" que esperan "sean contrastadas con futuros descubrimientos".

18 de octubre de 2022

Sacan a la luz una antigua fortificación celtibérica en San Miguel de Bernuy (Segovia)

El yacimiento segoviano de Los Sampedros representa una de las obras militares de la Edad de Hierro más relevantes de toda la región
En el yacimiento se sitúan los restos de una antigua ciudad celtibérica.

Algunos recientes trabajos arqueológicos en el paraje de los Sampedros, localizado en San Miguel de Bernuy, han puesto de relieve la existencia de un yacimiento en el que se sitúan los restos de una pequeña ciudad celtibérica, además de ser un sitio con una larga ocupación entre la Edad del Hierro y la etapa medieval.

Desde el año 2020 se está desarrollando un proyecto de exploración del yacimiento arqueológico, promovido y financiado por el Ayuntamiento de San Miguel de Bernuy, que está siendo ejecutado a través del Proyecto Oppidum de Los Sampedros de la Universidad de Salamanca, con la dirección de Santiago Martínez Caballero, del Museo de Segovia, y Juan José Palao Vicente, de dicha universidad.

El proyecto cuenta con un equipo de investigación profesional del que forman parte especialistas en arqueología, antropología física y otras disciplinas, en relación con trabajos de aplicación de nuevas tecnologías, fotogrametría, cartografía y topografía, inventario y análisis de materiales, entre otras. Los trabajos de campo, ejecutados este último año entre junio y agosto, también han contado con la colaboración de alumnos en prácticas de varias universidades españolas.

La actuación arqueológica además de ahondar en el conocimiento del desarrollo histórico de esta área del valle del Duratón, aporta la documentación científica necesaria poner desarrollar un proyecto de puesta en valor del yacimiento, con la presentación de las estructuras de la ciudad celtibérica, especialmente la fortificación de la Edad del Hierro, que se unen a los restos conocidos de las dos iglesias románicas que se construyeron en el sitio en entre los siglos XII y XIII, las de San Pedro y San Martín, así como del edifico de Las Ermitonas.

UBICACIÓN ESTRATÉGICA
El yacimiento arqueológico de Los Sampedros se sitúa en un promontorio quinientos situado 500 metros al norte de San Miguel de Bernuy, sobre en un cerro que conforma una península elevada sobre entre un meandro del río Duratón y el barranco del arroyo del Hocino. El cerro está delimitado en buena parte de su perímetro por farallones verticales, que se elevan hasta 60 metros por encima del cauce del Duratón, cuyo cauce corre con gran anchura en este tramo inicial del pantano de las Vencías. Tan solo el cerro es accesible en su lado oriental, donde se estrecha el promontorio hasta los cien metros en una lengua rocosa que comunica con el páramo.

La información recabada de las prospecciones y excavaciones arqueológicas permiten señalar una primera ocupación del lugar en la Edad del Bronce, en el II milenio a. C., aunque muy mal conocida, por la limitada información disponible. El sitio sería ya ocupado de forma permanente desde la Primera Edad del Hierro, a partir de los siglos VII y VI a.C., cuando se documenta la presencia de un poblado celtibérico de una extensión cercana a las tres hectáreas, poco menos de la mitad de la superficie completa de la península de Los Sampedros.

14 de marzo de 2012

La calzada que moría en Ocelo Durii

Investigadores aseguran que han hallado un tramo de 500 metros del camino romano del itinerario de Antonino en el término municipal de Villalazán (Zamora)

Este tramo de vía pertenecería a la ruta XXIV del Itinerario de Antonino
que enlazaba las "civitates" de Augusta Emérita y Caesar Augusta
 
El investigador José Luis Vicente González, ingeniero técnico forestal de profesión, asegura haber localizado un tramo de calzada romana, bastante bien conservado, de aproximadamente 500 metros de longitud, en las inmediaciones de Villalazán, zona donde se han encontrado muchos otros restos romanos, especialmente los de la ciudad de El Alba. El tramo que describe está a la salida del pueblo tomando el camino hacia el río a la altura de la primera curva a la izquierda de la carretera en dirección a Villaralbo

El estudioso asegura que se trata de restos de una calzada porque el terreno circundante a la vía «es pura arcilla, sin ninguna piedra». Además hay otros indicios: «La calzada, cimentada de piedra a lo largo de todo su recorrido, se eleva notoriamente sobre el terreno natural que la rodea». Uno de los puntos más interesantes del tramo de calzada conservado, indica Vicente González, «es la trinchera artificial final de acceso al desaparecido puente que cruzaba río Duero (Durius.), a la que sigue un espectacular terraplén artificial integrado totalmente por cantos rodados». Del hallazgo indica que «según las investigaciones sobre la red viaria del occidente de la Meseta Septentrional que venimos realizando durante los últimos años, este tramo de vía pertenecería a la ruta XXIV del Itinerario de Antonino, que enlazaba las "civitates" de Augusta Emérita y Caesar Augusta». Más en concreto, el tramo hallado se localizaría entre las mansiones de Sibariam y Ocelo Duri. Esta calzada romana, siempre según la tesis del mencionado investigador, formaría parte del trazado «fantasma» (inexistente al norte de Salamanca) «de la mítica ruta histórica, y actual invento turístico denominada, sin ningún rigor científico Vía de la Plata».

Vicente González tiene una larga trayectoria investigadora, con teorías que en ocasiones chocan con las conclusiones más comúnmente aceptadas. Por ejemplo, piensa que «la villa de Ocelo Durii (o, al menos, una de ellas) tuvo que estar situada al norte del Duero, en la localidad de San Pelayo, que es un despoblado situado enfrente de "El Alba", actualmente transformado en cortijo, en el que, hasta las concentraciones parcelarias, confluyeron todos los caminos del contorno». Fijando la villa en este punto encaja perfectamente todo el viario situado al norte del Duero. «En la finca, que no figura como enclave romano en el Inventario Arqueológico, se puede observar una extraordinaria concentración de arenisca labrada, incluyendo lo que podrían ser los restos de algún miliario».

Esta constatación animó al ingeniero forestal a retomar el estudio del tramo de la vía 24 del Itinerario de Antonino entre Sibariam y Ocelo Durii, quien cita un estudio sobre el yacimiento de «El Alba» y áreas aledañas, publicado por Jesús Liz Guiral, catedrático de arqueología de la Universidad de Salamanca, que da noticia de «dos pequeños yacimientos romanos al noroeste de "El Alba" ("El Barrero y Las Ventanas") que no figuran en el Inventario Arqueológico de Zamora, y que, según nuestra propuesta se corresponderían con la «mansio» principal de Ocelo Durii, situada junto al acceso sur del puente que comunicaba ambas orillas del río Duero». Según prosigue José Luis Vicente, «la civitas de Ocelo Durii dispuso de dos mansiones más, aparte de la antes indicada». La siguiente en importancia debió de ser la emplazada en la dehesa de San Pelayo, que daría servicio a la mayor parte de los viajeros en movimiento al norte del río Duero, así como a los viajeros procedentes de Sibariam que se dirigieran a la calzada que conducía a Asturica Augusta a través de Petavonium.

Finalmente, destaca el yacimiento situado al norte del Duero, en las inmediaciones de la localidad de Fresno de la Ribera («La Cascajera») utilizado por los viajeros que se desplazaban siguiendo la ruta 26 del Itinerario del modo más directo hacia Caesar Augusta. «Para este tipo de transeúntes sería una pérdida de tiempo innecesaria tener que apartarse de su camino entre Vico Aquario y Albocela para descansar o reponer fuerzas en las dos mansiones mencionadas con anterioridad, que son las más próximas a "El Alba"».

Este investigador identifica la villa de Vico Aquario con el yacimiento de «La Manuela/La Salgada» (Aspariegos). La «mansio» de Albocela la situamos en el yacimento de Pobladura de Sotiedra, que se localiza debajo del yacimiento correspondiente a la civitas («Ermita de Nuestra Señora de Tiedra La Vieja»).

El recorrido de la vía XXIV entre Sibariam y Ocelo Duri «no lo tenemos ajustado todavía del todo, pero todos los datos que manejamos apuntan a localizar la civitas de Sibariam en San Cristóbal del Monte (Topas). El famoso yacimiento de Santa Colomba (Fuentespreadas) sería una "mutatio" de este tramo de vía.

(Fuente: La Opinión de Zamora / S. Ramos)

26 de mayo de 2023

Así es la armadura del siglo XVI hallada en el castillo salmantino de Matilla

Rodillera de la armadura. AYUNTAMIENTO
El Museo de Salamanca será el destino final de estas piezas de gran valor así como la munición encontrada. Hace unos días este blog se hizo eco de la noticia.

Los trabajos de excavación arqueológica y documentación que se están llevando a cabo en el castillo de Matilla de los Caños del Río, en la provincia de Salamanca, están siendo enormemente fructíferos, ya que además de que han conseguido sacar a la luz un aljibe subterráneo y las torres circulares de la fortaleza, ahora hay que sumar un compendio de armas medievales. O dicho de otro modo, una armadura con todas sus piezas o panoplia que son del siglo XVI, según los expertos.

"La armadura encontrada en las excavaciones realizadas cuenta con todas sus piezas funcionales", señala el arqueólogo Iván García, quien explica que está consta de celada, peto, espaldera, coderas, grebas y demás protecciones para brazos y piernas.

Además, apunta que esta panoplia va acompañada de una ballesta con incrustaciones de hueso, un cuchillo y bastante munición, según un comunicado de Arbotante recogido por Europa Press.

Y es que entre los hallazgos, García pone en valor que se hayan encontrado en las puntas de ballesta que hemos desde cuadrillos, que rompían las corazas, hasta puntas de púa que penetraban las cotas de malla, así como munición en forma de bolaños de metal y piedra.

El equipo de arqueólogos de Arbotante ultima el estudio que se realiza desde sus instalaciones en el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, donde se custodian transitoriamente los restos, para su depósito final en el Museo de Salamanca, que se llevará a cabo durante los próximos días.

Este proyecto ha sido promovido por el consistorio de Matilla de los Caños del Río, ha contado con la experiencia de más de una década de la empresa de arqueología Arbotante Patrimonio e Innovación, quienes en quienes han confiado para llevar a cabo el estudio arqueológico previo necesario para el ajardinamiento de los accesos y entorno del castillo que se desarrollará en el marco de la escuela taller "Jardines de la Dehesa Charra".

26 de julio de 2017

Hallan un asentamiento con cientos de restos arqueológicos dentro de la fortaleza de Tiñana

El sondeo realizado saca a la luz una cabaña de la época tardoantigua que «aportará importantes datos sobre la forma de vida durante los orígenes del Reino de Asturias»
Recreación de una fortaleza similar a la de Tiñana realizada por la empresa valenciana Aescala para el Museo de Asturias.
El momento de transición entre la Antigüedad y la alta Edad Media es una época muy oscura. En Asturias, en ese momento, entre los siglos V y VIII, fue el del nacimiento de la aristocracia que dio lugar al Reino de Asturias,y apenas se conocen asentamientos que permitan saber cómo era la vida de los habitantes de la región en aquella época. Hasta ahora. 

El hallazgo de un asentamiento, una cabaña, con «cientos de restos arqueológicos» en el interior de la fortaleza de Tiñana, en Siero, permitirá a los investigadores «aportar datos sobre la vida de las poblaciones asturianas en este momento de transición histórico, la génesis del Reino de Asturias». El proceso para sacar a la luz todos los secretos de esta fortaleza, conocida como Castiello de Fozana, localizada en 1957, pero clasificada en su momento como asentamiento castreño, no ha hecho más que empezar.

A lo largo de tres días, el equipo que dirigen los profesores Pablo C. Díaz e Iñaki Martín Viso, con la colaboración de Luis R. Menéndez Bueyes y el arqueólogo Alfonso Fanjul Pedraza, en un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad en colaboración con la Universidad de Salamanca, realizaron un sondeo en lo que tienen identificado como el interior de la parte fortificada, hallando un muro de lo que sería uno de los pocos ejemplos de una zona de hábitat en ese periodo. 

NUMEROSOS RESTOS
Una cabaña en la que, carbonizados, aparecieron numerosos restos de fauna, cerámica, escorias de producción metalúrgica y apliques de bronce, que en uno de los casos parece que estaba sujeto a una pieza de cuero carbonizada. «Probablemente un cinturón o unos correajes», detalla el investigador asturiano Alfonso Fanjul. Otra pieza importante, explica, es «un crisol de fundición de cobre», lo que les permitirá ver cómo fue evolucionando esa tecnología con el paso del tiempo.

Entre los restos de fauna, «una mandíbula de un herbívoro, una cabra o una oveja, que seguramente les servía de alimento, porque no parece un espacio para estabulación, al ser tan pequeño», detalla. Y además, algo muy importante: «Semillas». Y es que tras analizar esos restos de cereal y leguminosas se podrá conocer, por ejemplo, «si en su dieta conservaban la escanda o si ya hay algún cereal nuevo».

MUESTRAS DE POLEN
También han tomado muestras de polen para «completar una visión del paisaje campesino en la transición entre la Antigüedad y la alta Edad Media». No en vano, el proyecto de investigación lleva por título 'Formación y dinámica de los espacios comunales ganaderos en el noroeste de la península ibérica medieval: paisajes e identidades sociales en perspectiva comparada'. A partir del polen pretenden reconstruir el paisaje vegetal inmediato a la fortaleza en ese momento de ocupación. Otro objetivo es realizar una datación por medio del Carbono 14 para fechar de forma exacta ese momento de ocupación.

Con todos esos datos en la mano, y los resultados de los análisis sobre los «cientos de restos arqueológicos encontrados, una barbaridad para el tamaño de la cata», estarán en disposición de dar un montón de respuestas sobre la forma de vida en lo que podría ser la primera fortaleza del reino astur. «Se han localizado algunas necrópolis, como en Argandenes o Belmonte, y también una capa del siglo VI en el castillo de Gauzón, pero este yacimiento, por su tamaño y por su riqueza, es el más importante de Asturias en ese periodo», explica Fanjul. «No es normal que con un sondeo tan pequeño saquemos tanto material». Por eso, tras los análisis, su objetivo es realizar una excavación más amplia de la zona. «Estaría bien sacar la cabaña completa, porque suponemos que habrá más, pegadas a la muralla por su parte interior». 

La fortaleza, de carácter defensivo y situada en un «punto estratégico de acceso del valle del Nalón al centro de Asturias, mide 139 metros de longitud y 94 metros de ancho y, además de dos torres, cuenta con un aljibe de acceso a una fuente de agua.

20 de agosto de 2015

Las excavaciones en Matallana (Valladolid) ponen al descubierto un horno cerámico del S. XIII

Las características del horno y los materiales cerámicos a él asociados permiten datarlo en Época Medieval. Más en concreto, y a tenor de la gran extensión del complejo alfarero su funcionamiento debe ponerse en relación con las obras de construcción del vecino monasterio cisterciense de Santa María de Matallana.
Desde finales del mes de julio se vienen realizando excavaciones arqueológicas en la finca Coto Bajo de Matallana, en el marco de un Curso de Arqueología organizado por la Diputación Provincial de Valladolid en colaboración con el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UVA. En el trabajo participan, repartidos en dos turnos, estudiantes de la universidad vallisoletana así como de las de León, Autónoma de Madrid, Málaga, Cantabria, Salamanca, Santiago de Compostela y Sevilla.

HUELLAS MAGNÉTICAS
Las excavaciones se han planificado en esta nueva campaña utilizando como punto de partida una cartografía geomagnética del yacimiento efectuada por el profesor H. Becker, del Instituto Geofísico de la Universidad de Munich, en la cual se aprecian perfectamente tres fosos concéntricos que circunvalan la aldea de la Edad del Cobre conocida con el nombre de El Casetón de la Era. Concretamente la intervención arqueológica de 2015 se sustancia en dos puntos del yacimiento en los que se registran importantes huellas magnéticas: un tramo del segundo foso, en cuyo relleno se han recuperado multitud de restos prehistóricos (huesos de animales, adobes, cerámicas, objetos tallados en piedra…) que el C-14 data entre el 3000 y 2500 a.C., y un espacio localizado a pocos metros al Oeste del mismo, en el que la magnetización era particularmente acusada, que ha resultado ser un área alfarera de época medieval en la que se producían materiales de construcción.

Reviste gran interés la localización en este segundo sector de hoyos o testares en los que los antiguos alfareros tiraban los productos abortados, casi siempre pasados de cocción. 


HORNO CERÁMICO
Pero el principal descubrimiento es, sin duda, un horno destinado a la elaboración de tejas del que ha sobrevivido hasta el presente la cámara de combustión o caldera. Consiste en una fosa rectangular excavada en el substrato natural, con las paredes enlucidas con barro y tres grandes arcos que la cruzan en perpendicular con el fin de dar apoyo a un suelo perforado o parrilla. Se trata, evidentemente, del espacio que acogía la leña cuya ignición proporcionaría el calor necesario para la cocción de los productos cerámicos, dispuestos sobre la parrilla, en el interior de una segunda cámara (el laboratorio) de la que no sobrevive resto alguno..

Las características del horno y los materiales cerámicos a él asociados permiten datarlo en Época Medieval. Más en concreto, y a tenor de la gran extensión del complejo alfarero (el magnetómetro detecta más de medio centenar de estructuras semejantes que ocupan un área de 160 por 60 m), su funcionamiento debe ponerse en relación con las obras de construcción del vecino monasterio cisterciense de Santa María de Matallana, cuyas ruinas aún se pueden visitar a unos 200 m al Oeste del yacimiento. La construcción de tan magno edificio, que se extendió a lo largo de la primera mitad del siglo XIII, requirió sin duda de ingentes cantidades de ladrillos, baldosas, tejas y otros productos cerámicos cuya elaboración debió tener lugar en el taller alfarero que la presente campaña de excavaciones se esfuerza en sacar a la luz.

(Fuente: El Norte de Castilla)

15 de noviembre de 2010

Revelan que las termas de la Legio VII en León estaban profusamente decoradas

Hasta el momento, se han hallado vestigios similares en las termas de Tarraco, Baelo Claudia, San Pedro de Alcántara, Itálica y Segóbriga
La investigación acaba de ser publicada en Zephyrus , la revista de prehistoria y arqueología de la Universidad de Salamanca, y revela las características que debieron tener las termas de la Legio VII a tenor de un descubrimiento del año 1996 cuyo análisis sale ahora a la luz. Se trata de los restos de un labrum , un lavabo romano que apareció en las excavaciones realizadas por Victorino García Marcos en Puerta Obispo. La importancia de este hallazgo no es baladí, puesto que, como señala el arqueólogo Ángel Morillo -autor de la investigación junto a Javier Salido Domínguez- estos objetos se encuentran escasamente documentados en las provincias hispanas de Roma.
Restos hallados en las excavaciones de Puerta Castillo.
Piezas similares . Hasta el momento, se han hallado vestigios similares en las termas de Tarraco, Baelo Claudia, San Pedro de Alcántara, Itálica y Segóbriga. «Los pocos ejemplares citados arrojan medidas de entre uno y 2,50 metros de diámetro. Fueron fabricados en mármol o piedras similares blancas o de color, aunque se han documentado también en granito. La pieza inédita de León viene a completar este panorama tan limitado», explica Morillo. Añade el investigador que la concavidad de la pila y la curvatura de sus paredes permiten enmarcarla dentro de un tipo denominado a bacino y precisa que correspondería a formas muy abiertas de dimensiones grandes, con ombligo interior y fondo plano, cuyas paredes se curvan en ángulos casi rectos. Se trata de un lavabo similar a los aparecidos en los caldaria de las termas Stabians de Pompeya, en las termas de los Cisiarii de Ostia, en el ágora Mesenia o en el ninfeo de Herodes Ático de Olimpia.
Otra de las características que hacen especial esta pieza es su cromatismo. Ángel Morillo revela que la tonalidad violácea escogida para tallar el labrum pone de manifiesto cómo debió ser el programa decorativo de las termas legionarias, de las que proceden también numerosos restos de revestimientos arquitectónicos de mármoles de tonalidades blancas y grises. «Todo ello, contrastaría cromáticamente con nuestra pieza, buscando un efecto de claroscuro muy llamativo», subraya. Este detalle se completa además con el descubrimiento de un fuste de columna tallado asimismo en el mismo tipo de piedra que el labrum , que podía formar parte de la decoración interior de las estancias termales. Ángel Morillo hace hincapié en el hecho de que se utilizó piedra de Espejón, cuyas canteras -en Burgos- se encontraban a una distancia de 300 kilómetros de la Legio VII. «Sólo el transporte del bloque de piedra desbastado de más de dos metros de diámetro y varias toneladas de peso a través de vías y caminos terrestres entre las canteras de procedencia y el territorio astur augustano debió plantear notables problemas de infraestructura, resueltos en este caso gracias a la administración militar», describe. El historiador llega a la conclusión de que su presencia en León confirma la importancia del programa monumental acometido en las termas legionarias. Es decir, por todo lo dicho anteriormente puede concluirse que las termas legionarias tuvieron unas características -"tanto desde el punto de vista ornamental como de sus dimensiones-" sobresalientes.
(Fuente: Diario de León)

1 de septiembre de 2022

Datan el asedio romano a Olmillos de Sasamón (Burgos)

La campaña arqueológica desarrollada entre entre el 8 y el 26 de agosto ha permitido datar y obtener información muy valiosa acerca de este asedio. Los trabajos se han centrado en la prospección con métodos geofísicos y la excavación alrededor del poblado prerromano del Cerro de Castarreño
Trabajo con el Georradar StreamC del Instituto de Arqueología, Mérida. JESÚS GARCÍA.

El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) continúa avanzando en el conocimiento del pasado de la comarca segisamonense por sexto año consecutivo.

Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los Ayuntamientos de Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino, ha tenido como objetivo estudiar los restos de un importante sistema de asedio romano alrededor del Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón), así como continuar generando nueva información arqueológica sobre la importante ciudad romana de Segisamo (Sasamón) y otros asentamientos del mismo periodo ubicados en sus proximidades.

Mediante el uso de distintas técnicas de teledetección –incluyendo drones y equipos de prospección geofísica-, los arqueólogos lograron documentar en los últimos años varios campamentos situados en las inmediaciones del cerro, así como un sistema de dobles fosos que, por espacio de más de 6 km, rodearía el asentamiento indígena, aislándolo por completo.

La prospección geofísica con georradar y magnetómetro, empleados en esta campaña arqueológica, son métodos en auge que permiten obtener imágenes tridimensionales del subsuelo sin necesidad de excavaciones. Hasta la fecha, los miembros del equipo han prospectado con georradar lugares tan emblemáticos como la necrópolis de Pinilla Trasmonte, complejos vilicarios en Almenara de Adaja o amplios sectores de la ciudad romana de Segisamo.

La prospección de 2022 ha cubierto otro sector del cerco completamente inédito, permitiendo definir los límites de los campamentos romanos y otras estructuras asociadas. Asimismo, se ha investigado otro pequeño recinto militar recientemente documentado en las proximidades de Villasandino, una villa suburbana en las inmediaciones de Olmillos y varios sectores de la ciudad de Segisamo.

Por su parte, la excavación de diversos sondeos durante las campañas de 2021 y 2022 ha sido clave para la documentación de las estructuras del cerco de asedio. Dado que los trabajos agrícolas han ido erosionando las estructuras que pudiesen existir en superficie, los elementos más reconocibles son frecuentemente los fosos excavados en la roca caliza local por el ejército romano. Una vez concluido el asedio, estas defensas fueron rápidamente cubiertas por sus mismos constructores, de modo que el estudio arqueológico de estos depósitos es clave para la datación de un episodio histórico desconocido hasta hace poco.

Así, se han podido recuperar algunas piezas cerámicas -tanto indígenas como romanas- y metálicas -proyectiles de honda, flechas, tachuelas de calzado militar, etc.-, pero se han tomado también muestras de carbones y sedimentos que, mediante la datación por radiocarbono o luminiscencia, afinan la cronología. Unos y otros elementos apuntan que las tropas romanas habrían cercado el castro turmogo en el siglo I a.C. -probablemente a mediados del mismo-, un periodo histórico mal conocido en la zona.

Gracias a esta investigación, ahora se sabe que los romanos emplearon su fuerza, ingenio y tecnología militares para cercar y asediar el cerro. Los investigadores plantean ahora que el castro fue considerado por Roma un importante foco de resistencia, si bien no es posible saber si todos los turmogos se opusieron en igual medida a los romanos o pudo haber disensión entre ellos.

Se desconoce, además, cuál fue el resultado de ese asedio: ¿se rindieron los turmogos que habitaban el Cerro Castarreño? ¿Sucumbieron acaso por el hambre? ¿Fue el castro totalmente destruido o simplemente abandonado? Dado el nivel de arrasamiento actual del yacimiento, es difícil precisar estos hechos, pero es segura la presencia del ejército romano en el mismo en relación con estos eventos.

Además, con carácter anual, los arqueólogos desarrollan campañas de prospección aérea con drones en esta zona para monitorizar las estructuras arqueológicas soterradas y documentar nuevas trazas de su presencia mediante la generación de cartografías a partir de fotografías tomadas por medio de drones. De este modo se ha logrado conocer mejor el urbanismo romano de Segisamo o de complejos suburbanos como los de Tisosa y Santa Eulalia. Durante el desarrollo de estas actividades se han podido recuperar materiales arqueológicos relacionados con la vida cotidiana durante la Antigüedad.

Una consolidada iniciativa de divulgación
Este colectivo reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales e investigadores de diversas instituciones que estudian la presencia del ejército romano en el norte peninsular. En los últimos años, el colectivo ha descubierto y estudiado numerosos yacimientos arqueológicos, lo que le ha permitido ofrecer visiones innovadoras sobre este proceso.

A través de una iniciativa centralizada en la web romanarmy.eu y en las redes sociales vinculadas, están llevando a cabo una tarea de difusión y visibilización de los nuevos hallazgos y análisis sobre estas evidencias arqueológicas, más de dos mil años después del fin de las operaciones militares. Asimismo, se han organizado tanto charlas (en Villasandino y Sasamón) como visitas a las zonas de excavación (en Olmillos de Sasamón) con el fin de dar a conocer a la población local los resultados obtenidos y concienciarla de la necesidad de su conservación para generaciones futuras.

12 de diciembre de 2010

La Laguna (Tenerife) alberga un centenar de yacimientos guanches abandonados

El inconsciente colectivo de los laguneros tiene grabadas a fuego la silueta de la torre de La Concepción, el faro de Bajamar o la escultura del Padre Anchieta como una especie de totems identitarios de la cultura popular. Sin embargo, si se le pidiera a cualquier vecino que visualizara algo relacionado con el patrimonio guanche en el municipio, seguro que sería difícil conseguir alguna imagen y si así fuera, sería raro que pudiera ponerle un escenario definido aunque esos escenarios existen. Aguere alberga más de un centenar de yacimientos arqueológicos que se encuentran en estado de abandono.


Esta contradictoria realidad fue expuesta por José Farrujia, doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna, durante la conferencia que ofreció esta semana bajo el título Arqueología guanche en el patrimonio de La Laguna, dentro del calendario de actos conmemorativos del XI aniversario de la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, que organizó la Asociación de Vecinos del Casco Histórico. 

Algunos de los restos de la Cueva de El Calabozo.


En su intervención, Farrujia aseguró que el municipio "posee yacimientos con la suficiente entidad patrimonial como para abrir diversos parques arqueológicos", pero se lamentó de que todos los esfuerzos del municipio se hayan centrado en recuperar el patrimonio histórico, más todavía desde la declaración de la Unesco, en 1999. 



"Lo que se conserva es la historia de las clases dominantes, las casonas, los palacetes, las iglesias, pero raramente se hace algo por preservar la historia de los dominados. Esto nos lleva a perder todas aquellas creaciones culturales que no fueron asimiladas por las élites. En el fondo, parece que tuviéramos amnesia de nuestra historia y de nuestra identidad", recalcó. 



El experto afirmó que el último inventario arqueológico del municipio se hizo en 1989. Ese documento confirma la abundante riqueza de restos aborígenes que atesoran los yacimientos del municipio. Su estudio permitiría conocer más sobre sus costumbres y creencias y compararlas con las del resto de los aborígenes de la Isla. Pero paradójicamente el 90% de estos enclaves no han sido investigados, algo que Farrujia achacó a la falta de voluntad política. 



Muchas de estas reliquias están a la intemperie y no cuentan con medidas de protección o señalización de ningún tipo. Esto expone a los recursos a la erosión medioambiental y al expolio por parte de ciertos desaprensivos. Muchos otros parajes, en cambio, han quedado sepultados. Con el paso de los siglos, los movimientos de tierras e incluso la construcción de nuevos núcleos poblacionales los han enterrado. Esto sucede en Tejina, por ejemplo, donde se sabe que antiguos poblados guanches han quedado debajo de las actuales construcciones. El historiador José Farrujia teme que de mantenerse esta indiferencia por parte de la Administración, ciertas facetas que definen la historia y la identidad de los pobladores originarios de esta zona de Tenerife "se pierdan para siempre por su mala conservación y no podamos comprobar si sus costumbres repetían los patrones que hemos observado en el resto de la Isla". 



En este sentido, El Hierro, La Palma y Gran Canaria siguen una política radicalmente opuesta. En ellas hay parques arqueológicos desde los que se realiza una gran labor de divulgación. El caso más puntero es el del complejo de la Cueva Pintada, en Gáldar. También otras ciudades Patrimonio de la Humanidad, como Salamanca con su estación de arte rupestre de la Siega Verde, ponen en valor su pasado. 



Para Farrujia, el modelo de Salamanca podría trasladarse a La Laguna. Pero se muestra escéptico. Según un estudio que menciona este investigador, realizado en los noventa por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS), se revela que en Europa las ciudades históricas, los monumentos religiosos, el cristianismo y la arquitectura "elitista" están todos sobrerepresentados en la lista de Patrimonio Mundial. 



"Lo que nos pasa es fiel reflejo de lo que sucede en otras muchas ciudades europeas en las que la arqueología y las culturas vivas están infravaloradas", se queja el experto y añade: "Nuestros tesoros arqueológicos están dispersos por los barrios. Tenemos hitos en Tejina, Valle de Guerra, Bajamar y Punta del Hidalgo y deberíamos aprovechar esa dispersión que tiene la virtud de descentralizar la gestión y el disfrute del patrimonio".

27 de junio de 2013

Castilla y León destina 237.000 euros a la consolidación del yacimiento de Tiermes (Soria)

La Consejería de Cultura y Turismo, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, ha destinado 236.970,40 euros a la consolidación del conjunto rupestre del Foro del yacimiento de Tiermes y la Casa del Acueducto, adjudicada a la empresa Trycsa con un plazo de ejecución de cuatro meses, que complementa a los trabajos de recuperación del foro ejecutados en 2009 y 2010.
El proyecto contempla la recuperación, puesta en valor y protección
del conjunto rupestre del Foro y la casa del Acueducto de Tiermes.
El proyecto desarrolla, por un lado, una serie de actuaciones puntuales en la recuperación, protección y puesta en valor del Conjunto Rupestre del Foro y la Casa del Acueducto y, por otro, plantea una nueva estrategia en la comprensión del lado oeste del yacimiento, basada en la creación de sistemas de recorridos en forma de racimos, que permitan una articulación flexible y amplia de las visitas.

Esto posibilitará varios tipos de recorridos, según su duración y el número de restos visitados.

Los arquitectos Miguel Ángel de la Iglesia y Darío Álvarez, directores del 'Laboratorio de Paisaje, Patrimonio y Arquitectura' como técnicos responsables de la Fundación General de la Universidad de Valladolid, han redactado el proyecto de la obra de consolidación del yacimiento, que se encuadra plenamente dentro de la filosofía del proyecto 'Tiermes. Laboratorio Cultural'.

En este sentido, el proyecto "va más allá de la mera consolidación y puesta en valor de una serie de estructuras de interés" y plantea, mediante un grupo de mecanismos, una "perfecta inserción del conjunto en el propio paisaje del yacimiento", ha declarado el delegado territorial de la Junta, Manuel López.

Junto con los citados arquitectos, los responsables del área arqueológica, Emilio Illarregui y Pablo Arribas, han explicado al delegado territorial los trabajos que se están desarrollando en Tiermes.

Conjunto rupestre

La actuación no contempla nuevos accesos para la visita, que se realiza únicamente desde la pasarela y miradores ya construidos en el Foro en la fase anterior. En este sentido, la nueva actuación tiene en cuenta aspectos no solo de conservación, sino visuales y de contemplación.

Asimismo, se proyecta la creación de un nuevo camino que descienda desde el mirador alto del Foro hasta la Casa del Acueducto, lo que compone un nuevo sistema de percepción del conjunto y permitiendo la creación de un mirador, como parte de la estrategia.

Por otro lado, se contempla la adecuación y regularización del camino existente desde las Tabernas Sur del Foro hasta la misma Casa del Acueducto, que permitiría mejorar la accesibilidad, al menos hasta esa estructura, e incluso, en el futuro, hasta la Puerta Oeste.


El nuevo camino posibilita la creación de un pequeño mirador en lo alto de la ladera. La actuación atiende tanto al exterior como al interior de la Casa del Acueducto para hacer posible la visita parcial en su interior y la explicación de los restos.

Además, se recupera el acceso original, en el lado este, mediante una escalera nueva realizada en acero corten para que el visitante pueda acceder al vestíbulo principal. Desde allí se realiza un recorrido por los distribuidores y patios originales que permite ver las distintas habitaciones sin entrar en ellas.

El suelo de toda la casa se saneará, se realizarán drenajes nuevos y se rematará, mediante grava en las habitaciones y mediante jabre en las zonas de recorrido.

En diversos puntos se reconstruyen algunos muros, para lo que se utiliza técnicas y procedimientos similares a los ya desarrollados en las obras de emergencia y de recuperación del Foro. En el extremo sur se crea un pequeño mirador en la propia casa que permite una mejor comprensión del conjunto y de su inserción urbana.

Se realizan tratamientos de adecuación y mejora de las calles y caminos que bordean la Casa del Acueducto de manera que faciliten la visita y permitan una mejor comprensión de la estructura y su enclave en la ciudad.

Calles y señalización
En las calles reconocibles se recuperará el trazado original para una mejor didáctica del yacimiento. El proyecto se apoya en un nuevo sistema de señalización que incluye los recorridos y posibles circuitos, la información general y la particular de las estructuras o de las diferentes huellas del hombre, que pasan a menudo desapercibidas para la mayoría de los visitantes, incluso de aquellos especializados.

Por esta razón, una parte importante del proyecto consiste en la elaboración gráfica en forma de plantas generales del yacimiento y de la zona suroeste, así como de las estructuras singulares, lo que incluye alzados y secciones de la roca y del acueducto, todo ello con vistas a que pase a formar parte de la información general y de la señalización, de manera que haga más visibles y reconocibles los valores del yacimiento arqueológico.

22 de noviembre de 2011

En peligro las pinturas del Santuario Prehistórico de Librán (León)

Considerado como un estilo figurativo en el que sólo se representan los rasgos básicos y característicos de cada figura, el llamado Arte Esquemático se extendió por toda la Península Ibérica en un amplio período que abarca desde el comienzo de la metalurgia hasta iniciada la Edad del Hierro, es decir, entre seis mil y dos mil quinientos años antes de nuestros días.

Aunque las manifestaciones de este arte, en su mayoría pinturas efectuadas en abrigos rocosos, son más frecuentes en el Sur y Levante y, con carácter específico, en los petroglifos galaico-portugueses, la provincia de León no ha quedado al margen de tan importante manifestación prehistórica, contando con algunos conjuntos situados en los municipios de Vega de Espinareda (yacimiento de Peña Piñera, en la localidad de Sésamo), Toreno (El Buracón de los Mouros, en Librán, y La Cueva, en San Pedro Mallo) y Castrocontrigo (Peña del Pozo Rocebros y Cerro de Llamaluenga, ambas en Morla de la Valdería), todos ellos declarados Bien de Interés Cultural por la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 y, por lo tanto, teóricamente sometidos a la protección establecida en la misma ley.
Figura humana ante el sol. Foto: Gustavo López
A fecha actual, las pinturas de Sésamo cuentan con un estudio monográfico, realizado y publicado en 1985 por los profesores José Avelino Gutiérrez y José Luis Avello, ambos de la Universidad de León en aquellas fechas. También las de Librán fueron inventariadas en 2004 por el arqueólogo Felipe San Román, aunque de ellas no se ha efectuado ningún estudio técnico. Este segundo yacimiento ha sido objeto de polémica en los últimos dos años por causa de un supuesto expolio de algunas de sus figuras, lo cual desmintió la Junta de Castilla y León mediante un comunicado en el que aseguraba que las pinturas permanecían inalteradas respecto a la documentación existente en la Consejería de Cultura desde 1990. A pesar de ello, los vecinos de Librán siguen convencidos de que alguien se ha llevado la pintura de un soliforme, lo cual es erróneo como demuestran las fotos de este artículo.
No es fácil visitar el Buracón de los Mouros, yacimiento principal de la pequeña localidad de Librán, pues a un precioso recorrido –en nada señalizado-, ascendiendo a través de un bonito bosque de robles y pinares, le sigue un empinado descenso por un afloramiento rocoso que, aun contando con asideros recientemente instalados, no resulta apto para cualquier persona. El abrigo consiste en una oquedad natural en la roca y está orientado hacia el sureste, asomado al impresionante farallón cuarcítico que cae por la margen derecha del desfiladero de Bustillo, excavado por el río Primout aguas arriba de Librán.
Tonalidades rojizas y azuladas
La reciente protección con malla de acero instalada en la boca del covacho no impide la observación de las pinturas, en gran parte situadas cerca del exterior. Parecen estar realizadas con óxidos de hierro y manganeso y poseen tonalidades rojizas y azuladas, a veces muy desleídas por los agentes atmosféricos, distribuyéndose en varios grupos con un total de 31 figuras visibles, casi con seguridad ejecutadas en etapas cronológicamente distanciadas.
Las figuras humanas o antropomorfos generalmente tienen su cuerpo representado mediante un trazo grueso, con una pequeña prolongación en la parte superior a modo de cabeza y, en el caso de los de sexo masculino, el trazo se alarga por la parte inferior, a veces de forma muy notable (ictiformes), simulando el pene. Dos trazos adicionales, arqueados y con forma de asa o golondrina, cruzan al central y dan lugar a piernas y brazos. Este tipo de humanos es el más frecuente en el Arte Esquemático, datándose a lo largo de toda la Edad del Bronce.
A la izquierda de la cueva, cerca del exterior, se halla uno de los conjuntos más interesantes. Está representado sobre un panel de roca cuarcítica resquebrajada y demolida en su zona central por la acción de la intemperie. En su lado izquierdo se observa una escena de caza o de pastoreo en la que dos hombres marchan junto a dos cuadrúpedos grandes y dos pequeños, probablemente perros, aunque uno de ellos, por su cola larga y gruesa, parece un zorro. En color azul, bastante descolorido, se observa la figura de otro animal como los anteriores, pero éste marcha en sentido contrario y parece volverse hacia el frente, dando sensación de perspectiva. Los trazos azules se hallan en algunas zonas bajo los rojizos, seguramente por haber sido pintados en una etapa anterior. Sin embargo, la complejidad de obtener pigmentos azules hace que su presencia sea rarísima en las pinturas prehistóricas europeas, existiendo opiniones que ven en dicha dificultad la razón de que algunas culturas antiguas considerasen el azul como un símbolo del mal, al contrario del sentido que hoy se le da. Por ello es posible que, en su origen, el azul de Librán fuese un negro pintado con pirolusita o bióxido de manganeso, también existente en El Bierzo, que derivó hacia el azul por decoloración y posible transformación físico-química posterior. Ejemplos similares hay en los abrigos de Arroba de los Montes (Ciudad Real) y Cueva del Plato, en Ontiñar (Jaén), entre otros.
En el lado derecho del panel se observan otros cuatro antropomorfos masculinos y, en su entorno, restos de pintura azul junto con una figura humana, tal vez femenina, de las llamadas en «phi» griega (un círculo atravesado por un trazo vertical), ampliamente extendida por toda la Península y cuya antigüedad podría remontar a un momento avanzado de la Edad de Bronce.
Debajo y a la derecha de la «phi», existen otras cuatro figuras de las llamadas «ramiformes», también de un color rojizo bastante desvaído, dotadas con dos, tres y hasta cinco pares de extremidades de trazo más fino que las demás representaciones y, casi seguro, de etapa distinta. Normalmente se las considera esquemas de árboles, astas de ciervo o figuras humanas, según sea la temática de la escena, existiendo diferentes opiniones sobre el porqué de la multiplicidad de brazos, interpretados a veces como representación de un grupo de personas, aunque, según mi opinión, en este caso simboliza más bien a un ser de múltiples poderes y gran capacidad de acción, como ocurre en ciertas iconografías hinduistas y budistas (Brahma, Visnú, etc.). De hecho, dos de los ramiformes de Librán (uno de tres pares de extremidades y otro de cinco, aunque asimétrico y con brazos a un solo lado) se adornan con tocados de dos plumas, cosa repetida en más de veinte yacimientos esquemáticos de toda España (Sierra de la Virgen del Castillo, en Ciudad Real; Posada de los Buitres en Badajoz; Castillo de Monfragüe, en Cáceres, etc.). De forma unánime, estos adornos han sido interpretados como un símbolo de prestigio personal en una sociedad jerarquizada. Aunque las representaciones ramiformes son propias de toda la Edad del Bronce, adornos como los citados, máxime al tener en cuenta la existencia de una figura con un tocado de tres plumas o máscara con cuernos en el cercano panel que mira a San Pedro Mallo, se han datado en un Bronce avanzado o incluso final, hacia el año 1.000 antes de Cristo (Sierra Magacela y Peñón del Pez, en Badajoz; Risco de los Altares y Covacho del Pallón, en Salamanca, etc.)
Un santuario rupestre
Otras figuras aisladas y signos de distinta índole aparecen en diferentes lugares de la cueva. En la pared del fondo, sobre un saliente de roca resquebrajada, se halla una escena de significado religioso que quizás fuese el motivo principal de todo este abrigo esquemático, al menos en una de sus etapas. Se trata de un sol representado mediante una circunferencia con dieciocho radios, uno de ellos bifurcado en dos, y un antropomorfo masculino, similar a los descritos al principio, que parece mirar hacia el astro. Es probable que la escena original se completase con una mujer al lado del hombre, desapareciendo ésta al romperse la roca. Grave, aunque no por rotura de la roca, es el estado de la figura solar, que comparada con fotografías de 1990 se aprecia mucho más difuminada y deteriorada. El hombre casi ha destruido en veinte años lo que la naturaleza preservó durante más de tres mil.
Pinturas con soliformes son frecuentes en el Arte Esquemático y cronológicamente alcanzan a toda la Edad del Bronce. Menos frecuentes, sin embargo, son aquellas que incorporan humanos ante el astro solar: Canforos de Peñarrubia y Prado del Azogue, en Jaén; Parque de Monfragüe, en Cáceres; Solapo del Águila, en Segovia; La Rambla de Gérgal, en Almería, donde se hallan representados varios antropomorfos en actitud de adoración a un soliforme, etc. Este simbolismo desplaza al plano inmaterial y religioso los ideogramas de la actividad diaria expresados en el resto de las figuras del covacho, lo cual podría considerarse como una manifestación de culto al Sol, dios de la luz y de la vida, fecundador de la Madre Tierra, en cuyo seno, al fondo de la cueva, se ha representado. Se puede concluir diciendo que El Buracón de los Mouros, difícilmente accesible y con perfecta orientación para el seguimiento de la trayectoria solar, seguramente fue un santuario rupestre restringido a personajes iniciados.
Las pinturas de Librán, junto con las de San Pedro Mallo y, por proximidad y similitud conceptual, las de Sésamo (Vega de Espinareda) revisten una importancia no suficientemente valorada que bien merece mayor atención por las instituciones responsables –léase Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León-, tales como vigilancia, señalización, accesos adecuados y construcción de un centro de interpretación del arte rupestre berciano –los extremeños son un ejemplo- para promover y orientar un turismo cultural cada vez más numeroso.
(Fuente: Diario de León / Gustavo López)