google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: drones
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24 de noviembre de 2024

El uso de los drones en arqueología y conservación del patrimonio

Los sistemas aéreos no tripulados (UAS), los comúnmente llamados drones, pueden ser muy útiles para gran parte de las tareas comunes en la arqueología y en la conservación del patrimonio histórico, como por ejemplo la fotogrametría, el mapeo y la reconstrucción de modelos 3D de sitios arqueológicos, la observación y detección del deterioro, la búsqueda de nuevos yacimientos y su exploración y prospección geofísica, etc.
Todo esto gracias a las distintas cargas de pago que pueden llevar los drones, como cámaras fotográficas RGB (en el espectro de luz visible), LiDAR o térmicas/infrarrojas o instrumentos como radares de penetración terrestre (Ground Penetration Radar, GPR), sensores batimétricos o magnetómetros, que pueden ser usados para observar y cartografiar las zonas o detectar objetos en distintas condiciones. 

Exploración de los yacimientos
Un primer uso de los drones en la arqueología es la búsqueda de posibles yacimientos a través de la exploración de lugares inexplorados y un primer reconocimiento de las zonas sin entrar en ellas y sin perturbar el entorno, incluso cuando son difíciles de alcanzar con los medios terrestres. La perspectiva aérea permite en estos casos observar las zonas desde un punto de vista distinto y más elevado, para poder tener una visión más completa de las áreas, incluso cuando son más extensas o dificiles de identificar desde el suelo. Una vez localizado el yacimiento, el escaneo y la exploración desde el aire pueden ayudar a identificar las distintas partes, a determinar su disposición espacial y a encontrar variaciones del suelo que pueden esconder estructuras enterradas, caminos antiguos, objetos, etc.

Para estas tareas se pueden usar drones desde los más simples, equipados con cámaras RGB de alta resolución, para tener una visión en directo o grabar vídeos y fotos en colores reales, hasta aeronaves con cámara térmica, para ver las diferencias de temperatura en puntos concretos que pueden ayudar a encontrar depresiones o grietas, que pueden indicar huecos en el suelo, cuevas, tumbas, aljibes, etc.

También se pueden usar sensores más complejos como los batimétricos, para medir la profundidad de zonas inundadas y localizar variaciones que pueden indicar construcciones u otros restos de civilización, radares de penetración del suelo, para detectar muros, cimientos o fosas, o magnetómetros, para detectar la presencia de objetos de metal.

Los modelos de drones adecuados pueden variar desde los modelos más comunes como los DJI Mini, Air o Mavic para las tareas de exploración más simples, hasta drones como el DJI Matrice 350 RTK que pueden ser equipados con distintas cámaras y sensores más complejos (tanto cámaras térmicas y LiDAR como sensores para batimetría, GPR y magnetómetros), pasando por los drones con cámara térmica como los DJI Mavic 3 Thermal.

Fotogrametría, cartografía y modelado 3D
El paso sucesivo es cartografiar la zona para obtener un mapa detallado y en alta resolución del yacimiento y reconstruir un primer modelo en 2D o 3D, con drones que van desde el DJI Mavic 3 Enterprise, especializado en cartografía, hasta el DJI Matrice 350 RTK con cámara DJI Zenmuse P1 para fotogrametría o con la DJI Zenmuse L2 con LiDAR para la reconstrucción basada en nube de puntos.

Este tipo de drones simplifican las tereas de mapeado y hacen que sean mucho más rápidas y baratas con respecto a los métodos tradicionales, sobre todo si comparados con otros medios aéreos. Además las medidas y los datos que ofrecen son muy exactos, gracias a tecnologías como el RTK, que da una precisión centimétrica.

En la aplicación DJI Pilot 2, disponible para los drones de la gama Enterprise de la marca, es posible dibujar polígonos para delimitar el perímetro de la zona de trabajo y obtener automáticamente una ruta para que el dron escanee y tome fotos de la zona en base a parámetros determinados por el piloto como la altura, la velocidad, la distancia entre pasadas, el número de fotos, o el solape entre ellas. A través del procesado con software como DJI Terra se obtiene una reconstrucción en alta resolución de los mapas y de los modelos 3D de los yacimientos, para recabar datos, documentar los descubrimientos, ayudar en la programación y organización de las excavaciones y vigilar el estado y el progreso de las excavaciones. 

Documentación y estudio
A parte de ser útiles para recabar datos para el estudio de los yacimientos, medir los espacios y las distancias con precisión, etc. para determinar su evolución histórica y su desarrollo a través de los mapas, los UAS permiten documentar los descubrimientos y el avance de las excavaciones con fotos y vídeos detallados.
style="clear: both; text-align: center;">

Conservación del patrimonio
Las misiones de fotogrametría y mapeado con drones son repetibles y los mapas y modelos 3D de alta resolución obtenidos en escaneos en distintos períodos, pueden ayudar también en las tareas de conservación del patrimonio histórico y de los yacimientos.

Además a través de la simple observación visual de las ruinas se obtienen imágenes detalladas de cada zona o sujeto para la observación directa del estado de deterioro, erosión y vandalismo y la programación de las actividades de prevención y conservación, sin el peligro de dañar los yacimientos, puesto que las imágenes se toman desde cierta distancia y altura, sin necesidad de pisar el suelo o acercarse a las edificaciones.

La comparación de modelos e imágenes tomados en intervalos regulares puede dar información útil para conocer el estado de conservación y la progresión del deterioro.

Para estas tareas, se pueden usar desde drones de consumo con cámaras RGB, como los DJI Mini, Air o Mavic, para la observación visual, hasta drones más especializados en fotogrametría como el DJI Mavic 3 Enterprise o los DJI Matrice 350 RTK con cámara DJI Zenmuse P1.

Vigilancia
Los drones pueden ser buenos aliados para la observación y vigilancia del patrimonio histórico, ofrecen una visión más completa de la zona, sin necesidad de enviar el personal en situ y pueden estar disponibles las 24 horas al día. Además, con estaciones de recarga del tipo DJI Dock o Dock 2 permiten programar rondas automatizadas continuas o cada cierto tiempo.

Reglamentación sobre UAS
Los drones se dividen en clases de C0 a C6 según su Masa Total al Despegue (MTOM) y tienen diferentes restricciones según el entorno o la categoría de la operación.Antes de volar es necesario conocer dónde se va a volar y la clase del dron.
Mirar las restricciones en la página www.drones.enaire.es, en la app Enaire Drones o en la página o aplicación de la autoridad nacional del estado donde se vaya a volar.
style="clear: both; text-align: center;">En Europa para volar cualquier dron con cámara o de más de 250 g es necesario registrarse como operador y poner el número de operador en la aeronave.
  • Tener un certificado de piloto A1/A3 para drones de más de 250g o sin marcado de clase o A2 para drones con marcado C2 (de entre 900 g y 4 kg).
  • Según se necesite, tener un certificado para el Escenario Estándar STS 01, para volar en población con drones de clase C5, o STS 02 para volar más allá del alcance visual (BVLOS) con drones C6.
  • Para algunas operaciones puede ser necesaria una autorización de la autoridad competente (la Agencia Estatal de Seguridad Aérea AESA en España).
  • Salvo que se vuele en STS 02 es necesario mantener el dron dentro del alcance visual (VLOS).
  • Volar por debajo de 120 m de altura sobre el suelo.
  • Evitar sobrevolar aglomeraciones de personas y mantener las distancias de personas no participantes según la clase del dron y la categoría de vuelo.
(Fuente: El Radar)

24 de mayo de 2023

Descubren con un dron unas pinturas rupestres en Penáguila (Alicante)

El hallazgo se ha dado en cuevas de difícil acceso. Los arqueólogos resaltan que es uno de los yacimientos más relevantes de arte prehistórico documentado en la Comunidad en las últimas décadas
Las pinturas rupestres que han descubierto con la ayuda del dron en Penáguila. INFORMACIÓN

Los drones pasarán a ser los ojos de los arqueólogos en cuevas poco profundas, de difícil acceso y en las que entre luz natural. Este tipo de cavidades reciben el nombre de abrigos y ha sido en uno de ellos donde se ha descubierto con la ayuda de un dron unas pinturas rupestres de hace 7.000 años.

El descubrimiento se ha llevado a cabo en Penáguila y forma parte de un proyecto en el que han participado tres arqueólogos de la Universidad de Alicante. Ellos son Francisco Javier Molina, Ximo Martorell y Virginia Barciela. Esta última asegura que el hallazgo es fruto de un ensayo de la investigación que se traen entre manos.

Los arqueólogos aseguran llevar muchos años trabajando sobre la montaña de Alicante. Ahora, con el uso de estos pequeños vehículos aéreos no tripulados se les abre un mundo de cara a descubrir nuevos tesoros arqueológicos y rupestres. "Muchas veces nos hemos jugado la vida entrando a sitios, nos poníamos en riesgo. Ahora con los drones también hemos ganado en efectividad ya que hay lugares a los que solo se puede acceder a través de ellos".

La zona escogida para sobrevolar uno de estos pequeños vehículos aéreos no tripulados ha sido la del barranquet del Castellet-Barranc del Salt y Port de Penáguila, donde el dron ha fotografiado y grabado vídeos de las paredes de cavidades de 18 abrigos poco profundos y ha facilitado el hallazgo de pinturas en dos de ellos, cuyos primeros resultados acaban de ser publicados en una de las mejores revistas de arqueología de la península Ibérica, en el número XLII de "Lvcentvm".

Entre las nuevas cavidades descubiertas con el dron destaca la localizada en El Salt por la gran cantidad de figuras pintadas pertenecientes de estilo levantino con superposiciones, concretamente antropomorfas femeninas y de arqueros, así como ciervos y cabras, algunas heridas con flechas, explican los expertos.

Además, hay otras representaciones de estilo esquemático más difíciles de interpretar pero igualmente importantes, pues su estudio detallado contribuirá a comprender cómo ha sido la evolución del arte rupestre de la zona.

El proyecto afirma Barciela es prometedor. "Es el principio y ya hemos encontrado esto, es una avance exponencial. Se están usando mucho los drones en arqueología, pero somos los primeros que hemos diseñado un método para buscar arte rupestre con estos aparatos".

Neolítico
"El resultado del uso del dron ha sido el descubrimiento de un nuevo yacimiento con pinturas rupestres prehistóricas de diferentes estilos, que creemos será muy relevante para la investigación”, ha explicado uno de los arqueólogos y piloto del dron, Javier Molina Hernández.

El descubrimiento ha sido notificado a la Dirección General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana, y su autenticidad y relevancia ha sido certificada al acceder a la cavidad gracias a la colaboración de los escaladores Alex Mora i Monllor y Natxo Gómez Ors.

En opinión de los arqueólogos, se trata de uno de los yacimientos más relevantes de arte rupestre neolítico documentado en la Comunidad en las últimas décadas y puede ser "el inicio de muchos otros descubrimientos que se van a producir en los próximos años en abrigos que habían pasado inadvertidos por estar ubicados en zonas de muy difícil acceso".

Los científicos han apostado por crear un marco metodológico que permita incorporar el uso de drones a la prospección arqueológica para la localización de yacimientos de distintos periodos históricos que son de difícil acceso, y proponen aprovechar la experiencia de su proyecto para futuras búsquedas.

31 de octubre de 2016

Digitalizan el patrimonio arqueológico de Ciudad Real en tres dimensiones

Durante la primera fase que se desarrolló el pasado mes de junio, se digitalizaron lugares tan significativos y emblemáticos como la Motilla del Azuer, Calatrava La Vieja, Calatrava La Nueva, los tres molinos históricos de Campo de Criptana, la Plaza de Toros de Ciudad Real y el santuario de la Virgen de las Nieves de Almagro.
Los investigadores trabajan con el escáner 3-D de última generación. FOTO: J.JURADO
Un grupo de arqueólogos estadounidenses pertenecientes a la Universidad de Florida del Sur (USF) en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha y de la mano del arqueólogo Victor Manuel Lopez-Menchero, trabajan en la segunda fase del ‘Proyecto La Mancha’, que consiste en digitalizar en tres dimensiones (3D), algunos de los enclaves del patrimonio histórico y cultural de la provincia de Ciudad Real y que después quieren extenderlo al resto del territorio castillano-manchego.

En esta segunda fase del proyecto que ha comenzado este mes de octubre, el equipo de seis personas de la Universidad de Florida del Sur está realizando labores de digitalización del castillo y la presa romana de Consuegra, el yacimiento arqueológico de Alarcos, la Puerta de Toledo en Ciudad Real y el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas. Todo pertenciente a la provincia de Ciudad Real salvo Consuegra, que pertenece a Toledo. Según Herbert Maschner, director del ‘Proyecto La Mancha’ y del Centro para la Virtualización y las Tecnologías Espaciales Aplicadas (CVAST), la idea es seguir aumentando las fases y trasladar este proyecto a todo el patrimonio cultural y arqueológico de Castilla-La Mancha.

La idea de realizar este proyecto de digitalización del patrimonio surgió cuando Herbert visitó Castilla-La Mancha y el arqueólogo Victor López-Menchero, de la Universidad de Castilla-La Mancha, le mostró el “magnífico” legado arqueológico que posee la región. Al conocerlo, Herbert mostró interés por enseñar los entresijos de La Mancha por todo el mundo a través de la digitalización 3D, “la idea es que la gente de cualquier lugar del planeta conozca el desconocido patrimonio castellanomanchego y darlo a conocer, entonces nos decidimos por emprender este proyecto”.

MÉTODO EMPLEADO
Los investigadores de la Universidad de Florida del Sur, usan dos métodos para la digitalización en 3D de yacimientos o edificios.

Por un lado está el escáner láser terrestre; y por otro los drones. Con el escáner terrestre los arqueólogos consiguen hacer un registro 360 grados de un punto concreto ya sea una una habitación o una zona exterior.

A raiz de ahí van moviendo el escáner para que una vez producido se pueda hacer una visita virtual del espacio, como si estuviéramos dentro de un castillo por ejemplo, pero a través del ordenador. Por su parte, el dron, permite medir el terreno a través de la fotogrametría, una técnica para obtener planos de grandes extensiones de terreno por medio de la fotografía aérea. El dron hace un análisis exahustivo de la orografía y del terreno donde se encuentra el edificio o yacimiento a digitalizar sobrevolándolo.

La combinacion de ambas técnicas, el uso del dron y el escáner láser, permite tener una gran precision y una buena cobertura de los sitios que pretenden digitalizar. El arqueólogo de la UCLM, Victor Manuel López-Menchero, nos pone el ejemplo de el uso combinado en los castillos. “En el caso de los castillos, al ser tan extensos, debemos de utilizar ambos métodos: con los escáneres de tierra hacemos una información precisa del edificio desde el terreno, pero no puedes alcanzar lugares que están muy altos, esa información nos la proporciona el dron”, indica el arqueólogo.

Los escáneres crean unos puntos digitales tras haber analizado el yacimiento y a través de la concentración de millones de estos puntos, se crea una imagen. “Desde lejos parece una imagen sólida, pero si ampliáramos la imagen, veríamos los puntitos”, apunta López-Menchero.

VISITAS E INVESTIGACIÓN ON LINE
Según Herbert Maschner, la diferencia principal entre la digitalización en tres dimensiones y la manera tradicional, es que cualquier persona en todo el mundo puede tener “la experiencia” de visitar un yacimiento arqueológico de Castilla-La Mancha sin importar el lugar donde esté.

Además, el director del proyecto afirma que también supone una mayor rapidez de cara a estudios arqueológicos, ya que desde el ordenador, los investigadores pueden estudiar el yacimiento sin tener que desplazarse in situ al objeto de estudio, pudiéndolo realizar desde sus propias casas. Otra finalidad del ‘Proyecto La Mancha’ es fomentar el turismo en estos espacios en los que han trabajado.

En Castilla-La Mancha es la primera vez que se hace un trabajo a tan gran escala. La UCLM había iniciado algunos proyectos de fotogrametría en algunos lugares, “pero nunca se había hecho nada a esta escala”, según López Menchero. “La UCLM tenía un nivel de precisión medio en sus trabajos y ellos tienen un nivel de precisión extremo, lo analizan todo milímetro por milímetro”.

Pueden visitar su página web  donde van colgando todo el patrimonio de la provincia digitalizado, pudiendo realizar un paseo virtual por los lugares más emblemáticos.

26 de enero de 2016

Las minas romanas de Castrocontrigo (León) podrían haber triplicado la producción de oro de Las Médulas

Arqueólogos de la Universidad de Salamanca anunciaron hace poco más de un año el descubrimiento de unas nuevas minas de oro romanas en el valle del Eria gracias al uso de la tecnología Lidar. Ahora se sabe que la producción de estas minas habría triplicado la cantidad de oro extraído en las Las Médulas.
El complejo minero tiene unas estructuras que aún se conservan sobre el terreno pero se aprecian con dificultad por la vegetación que las oculta. FOTO: LA INFORMACIÓN.
El valle de Eria, en León, dió a finales de 2014  uno de los grandes descubrimientos arqueológicos: los secretos de una gran mina de oro del Imperio Romano.

Javier Fernández Lozano es investigador de la Universidad de Salamanca, trabaja para el departamento de Geología y participó en este descubrimiento.


NOVEDOSA COMBINACIÓN 
"Hemos procesado todos los datos que nos han facilitado los láser aerotransportado con los que hemos trabajado y hemos aplicado un extra, los drones".

"Poder distinguir estos yacimientos a simple vista es muy complicado por culpa de la vegetación pero con esta metodología ha resultado mucho más fácil".

"Los drones nos han permitido conocer al detalle la zona y saber si se han explotado con anterioridad. Habitualmente en los trabajos arqueológicos ocurre un problema y es que no siempre hay buenos datos para trabajar".

"Mediante esta serie de técnicas hemos mejorado los datos que ya existían de la zona y ahora podemos visualizar cosas que antes era imposible y conocer, por ejemplo, los canales hidráulicos que sirvieron para explotar los yacimientos de oro. Y donde había buenos datos hemos aportado otros mejores".

Estos datos confirman por tanto que los romanos tenían un elaborado método de extracción sistemática que probablemente empleó a un grupo cualificado.

UNO DE LOS MAYORES COMPLEJOS MINEROS DE ORO DEL IMPERIO ROMANO
El valle del Eria es una zona en la que ya se conocía que había oro pero que debido a la cantidad de explotaciones de bosques, campos de cultivo, etc, tenía ocultas gran parte de sus yacimientos.

El Valle se encuentra entre la localidad de Castrocontrigo y la Cumbre de Teleno y en el se extienden más de 13.000 hectáreas de explotación minera.

Los cálculos más recientes han señalado que la suma de oro extraído en estas dos zonas señalan que la suma del oro extraído puede superar las 9 toneladas frente a los 3,5 y 5 toneladas que se habrían logrado en Las Médulas.


¿UN FUTURO GEOPARQUE?
En las comarcas de La Cabrera y Valdería es donde se asienta el yacimiento. Estas zonas se han visto condenadas, con el paso de los años,a la pérdida cada vez más preocupante de sus habitantes.

En 1950 alcazaron su máximo de vecinos pero con la emigración masiva del campo a las ciudades estas comarcas se quedan sin gente y no superan a día de hoy los 2.000 habitantes, nos cuenta Fernández-Lozano.

"Siendo de allí estoy viendo que aquello se muere. Por eso tenemos en mente la creación de un Geoparque, que puede suponer un gran atractivo para el público en general y es una forma de potenciar el turismo gracias a la financiación".

Un Geoparque es una zona protegida y una figura que ofrece la UNESCO a los territorios que tienen un especial interés geológico y cultural.

26 de enero de 2013

Arqueología de altos vuelos

Los vehículos aéreos no tripulados UAV (por sus siglas en inglés Unmanned Aerial Vehicle) dotados de cámaras fotográficas de alta resolución permiten la obtención de fotogrametrías de alto grado de resolución y detalle en edificios de interés y yacimientos arqueológicos a cielo abierto. Esta tecnología con origen en aplicaciones militares, se ha desvelado como un gran aliado del Patrimonio Histórico y Arqueológico.

Puede parecer ciencia ficción pero es real. Cada día hay más yacimientos arqueológicos que son sobrevolados por drones (aviones pilotados remotamente) de navegación automática que se encargan de una perfecta documentación gráfica de los restos del pasado. Hemos tenido el placer de acompañar al equipo de Toposur, topógrafos especializados, para realizar unas pruebas de ortofotografía en el castillo de El Berrueco (Jaén)

Los restos arquitectónicos y los yacimientos ubicados a cielo abierto de gran tamaño no pueden ser fotografiados en todos sus ángulos desde el suelo. Así, el trabajo que antes se realizaba de forma manual, generalmente fotografiando los restos desde una escalera, una grúa o cualquier lugar elevado -cada arqueólogo se las apañaba como podía-, hoy en día se realiza por medio de estos dispositivos que demuestran su gran precisión.

En la actualidad, cualquier resto físico del patrimonio debe ser registrado fotográficamente para su correcta catalogación, análisis y estudio, de manera que las fotogrametrías obtenidas a través de este sistema superan en calidad y detalle las planimetrías realizadas a mano por los arqueólogos, además del enorme ahorro de tiempo y de horas de exposición a la intemperie que ello conlleva.

¿Cómo funcionan?

José María PIñar, de TOPOSUR, coloca la cámara de fotos y los dispositivos
de comunicación inalámbrica en el dron.
Cada hélice del octocóptero tiene un motor individual. Los motores están controlados por un procesador electrónico que se encarga de variar la velocidad de los motores dependiendo de la maniobra que vamos a realizar. Una parte muy importante en los octocópteros son los sensores y tenemos una variedad de dispositivos en el aparato que van desde los giroscopios, acelerómetros, magnetómetros, barómetros, GPS, módulos comunicación inalámbrica (RF, R/C, xBee), entre otros.

La incorporación de estos sensores al octocóptero depende en primera medida de cómo vamos a utilizar el aparato en las fotografías y videos aéreos. La aeronave no tripulada puede ser controlada manualmente por medio de un radio control o puede ser totalmente autónoma.

A diferencia de los otros aparatos no tripulados (dirigibles, helicópteros y cometas), los multicópteros tienen la sensación de flotar más que de volar, esta sensación nos brinda una calidad de imagen muy superior y una estabilidad increíble, la sensación es muy similar a la que nos ofrece un steadicam. Es como tener una cámara por los aires. 

A la izquierda ortofotografía de las termas de Cástulo. A la derecha
imagen en detalle de la zona señalada.

Reconstrucciones en 3-D
Los objetivos de los drones arqueológicos son fundamentalmente dos: tomar precisas ortofotos (fotos cenitales) y realizar una aerofotogrametría (tomar fotos georreferenciadas desde todos los ángulos) de un yacimiento o edificio. Esta documentación gráfica no sólo permite enriquecer de forma precisa la planimetría de una excavación sino también realizar impresionantes reconstrucciones en 3D que nos permitan entender mejor cómo era cierto espacio en el pasado e incluso recorrerlo nosotros mismos desde nuestro PC gracias a la aplicación de motores gráficos.

Como vemos, las posibilidades de esta nueva herramienta arqueológica son muchas y muy importantes. Su uso y desarrollo es uno de los nuevos caminos por los que apuesta la Arqueología contemporánea, consciente de la necesaria unión entre ciencia y humanidades.
Para más info y presupuesto de servicios de topografía aérea puedes contactar AQUÍ