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19 de noviembre de 2024

Unos hallazgos en Ávila pueden cambiar la visión sobre los vetones

Fíbulas, anillos o elementos cerámicos se descubrieron en estos últimos trabajos que cambiaron la perspectiva de los investigadores. El Carbono 14 indica la ocupación del castro vetón de la Mesa de Miranda, en la localidad abulense de Chamartín, en torno al siglo VI de nuestra era y su abandono en el siglo VIII.
Unos hallazgos que pueden cambiar la visión sobre los vettones - Foto: David González

A poco más de diez kilómetros de Ávila se encuentra el castro vetón de la Mesa de Miranda, en el municipio de Chamartín, uno de los vestigios de la cultura prehistórica que habitó estas tierras. Allí estuvo trabajando durante un mes el equipo del proyecto Terra Levis, encabezado por el arqueólogo Juan Pablo López, que encontró una serie de hallazgos que podrían provocar en el futuro una revisión sobre los conocimientos adquiridos sobre la cultura vetona. Estos descubrimientos han sido expuestos esta mañana en la sede de la Diputación Provincial, institución que aporta una inversión de 40.000 para el proyecto, con la presencia de su presidente, Carlos García, y el diputado provincial encargado del área de Cultura, Javier González.

Los hallazgos se localizaron en el castro de la Mesa de Miranda y en el enclave conocido como 'El Palomar', ubicado a escasos 300 metros del antiguo asentamiento. Fíbulas, anillos o elementos cerámicos se descubrieron en estos últimos trabajos que cambiaron la perspectiva de los investigadores. «Los historiadores y los arqueólogos estamos acostumbrados a encasillar los sitios arqueológicos en una época o un periodo concreto, pero lo que aquí vemos es un eslabón que navega entre dos eras: el mundo antiguo y la época medieval», desveló López. Una declaración que parece confirmar una datación radiocarbónica (utilizando el Carbono-14) de un carbón y una semilla hallados en El Palomar. «El carbón nos aporta el momento de la ocupación del sitio en torno al siglo VI de nuestra era y el momento del abandono, allá por el siglo VIII», afirmó el arqueólogo.

Más interesantes aún fueron los hallazgos en la Mesa de Miranda. «Detectamos como el tiempo se ha quedado congelado en un momento muy preciso: el momento del abandono», declaró Juan Pablo López. Una huida que debía producirse «de manera traumática y precipitada, a tenor de cómo nos hemos encontrado los materiales en el propio registro arqueológico. Parece que hubieran escapado de un lugar maldito, porque nadie volvió a pisarlo», explicó. Sin embargo, todo son hipótesis por el momento que esperar confirmar o refutar en futuras intervenciones.

No obstante, el martes 26 de noviembre se expondrán al público en el Palacio Los Serrano los resultados de esta campaña y, además, se podría desvelar un hecho inédito: la primera datación absoluta del castro de la Mesa de Miranda. Los amantes de la historia y la arqueología tienen una cita ineludible ese día.

5 de agosto de 2024

La nueva excavación de Caraca se centrará en la necrópolis visigoda

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.
La necrópolis visigoda data del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento.

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.

Así lo han indicado a Europa Press tanto fuentes del equipo investigador que dirige esta excavación como la jefa del Servicio de Cultura de la Delegación de la Junta en Guadalajara, Teresa Sagardoy, quien ha recordado que este espacio arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año y está compuesto de varios yacimientos.

En cuanto a la necrópolis visigoda, afirma que, según los datos recogidos hasta el momento, data "más o menos" del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento. Está compuesta por tumbas, algunas de las cuales son "simples fosas" tapadas con una laja de yeso, que es la piedra natural de los cerros de Driebes.

Otras son lo que se conocen como 'cistas', tumbas con varias lajas haciendo el hueco de la fosa y que también están tapadas con varias losas de este tipo de piedra típica de la localidad guadalajareña, prosigue Sagardoy.

"Son tumbas de inhumación y no se ha encontrado ajuar de momento, pero en alguna tumba esperamos que se encuentre algún objeto", ha apuntado, para agregar que lo que sí que se ha encontrado son restos de los ataúdes o sudarios, es decir, de los elementos con los que se depositaba al muerto.

Ha puesto el acento en que en esta necrópolis visigoda se ha hallado parte del cementerio infantil con pequeñas tumbas de niños, a veces neonatos, a los que se les tenía separados en otra zona del cementerio; "en lo que se llama un limbo, porque no estaban bautizados todavía. Se les reservaba un espacio diferente que es curioso de visitar", ha agregado.

Parte de esta necrópolis está musealizada y cuenta ya con carteles para hacerla visitable y comprensible por los visitantes aunque es un trabajo que se acaba de iniciar e irá ampliándose a distintos espacios, pese a que desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que en las últimas semanas la cartelería y la señalización han sido vandalizadas y habrá de ser repuesta.

Ocupación desde la Edad del Bronce
En el Cerro de la Virgen de la Muela hay ocupación desde la Edad del Bronce que se conoce como un 'oppidum' carpetano correspondiente a las poblaciones indígenas de antes de los romanos. Lo más conocido es la ciudad romana de Caraca, a la que se unen otros puntos donde se han localizado restos arqueológicos, una villa romana, un monumento funerario o zonas más de carácter militar en las inmediaciones de la ciudad.

Sagardoy ha resaltado que la ciudad romana de Caraca es la única que se ha hallado en la provincia de Guadalajara, que tuvo su esplendor en el siglo I o el II d.C --en época Flavia-- y estaba a mitad de camino entre Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga --en la provincia de Cuenca--, en la vía Spartaria que unía Cartagonova con Complutum.

Desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que la ciudad estaría en la provincia romana de la Tarraconense y que se cree que hacía su labor "seguramente" como paso por la vía en el Tajo, hecho que hizo que Sertorio (I a.C.) la conquistara por la fuerza.

Un hallazgo que ha destacado la jefa de Cultura de la Junta en Guadalajara relacionado con la ciudad es el del acueducto que se ha encontrado a tres kilómetros así como el manantial que daba origen al mismo. "Está realizado en 'Opus caementicium', una obra de ingeniería romana habitual, y que traía el agua desde ese manantial a la ciudad", ha añadido.

A ello ha unido que se han localizado varias piscinas limarias, que son piscinas de decantación, que depuraban el agua y a la vez impedían que tuviera mucha velocidad por el canal y deteriorara el mismo.

Las campañas arqueológicas
Hasta el momento se han llevado a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela siete campañas arqueológicas y este mes de agosto se llevará a cabo la octava. Además de las múltiples visitas para hacer prospecciones, vuelos de dron o el uso de un georradar.

Así, en 2016 se hicieron las primeras prospecciones y se usó el georradar para confirmar la existencia del yacimiento y ya en el 2017 tuvo lugar la primera campaña de excavación, cuyos directores han sido desde el inicio Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea.

Para Sagardoy, se trata de un equipo de investigadores "muy dinámico" que, con pocos medios, la ayuda de las administraciones y "mucho empeño" han estado haciendo pequeñas campañas de unos 15 días.

Esta excavación se desarrollará gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

En su conjunto, la responsable de Cultura de la Junta en Guadalajara ha resaltado que en estas campañas se ha podido delimitar todo el mapa de la ciudad romana --compuesto por 27 manzanas--, se ha localizado el Cardo, el Decumano, el Foro y las Termas; pese a lo cual ha señalado que queda "muchísimo trabajo" por hacer y apenas se ha iniciado la investigación sobre todos estos yacimientos.

Jornada de Puertas Abiertas
De otro lado, el Ayuntamiento ha informado de que este verano se volverá a realizar la Jornada de puertas abiertas en el yacimiento el jueves 22 de agosto que constará de visitas guiadas al mismo a las 10.30 y 19.00 horas, siendo el acceso a la actividad libre y gratuito.

El 'Proyecto de excavación de la necrópolis de época visigoda de Caraca (Driebes, Guadalajara) y de los niveles carpetanos en esa misma área' está dirigido por los ya citados Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) a los que se unen Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago David Domínguez Solera (Heroica arqueología).

El equipo interdisciplinar de investigación contará este año con la colaboración de un amplio número de expertos que analizarán el yacimiento desde distintas ópticas, incluyendo a Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano) y María Luisa Cerdeño Serrano.

También participarán Daniel Cordero Bordejé, María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es y UFV), Ana Fernández Jiménez y Paula Carmona Quiroga (Instituto Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior) y Álvaro Sánchez Climent.

12 de junio de 2024

Documentan en el Turuñuelo el primer ejemplo de escritura tartésica

El estudio de la tablilla de pizarra con imágenes de guerreros descubierta em el yacimiento del Turuñuelo -en la localidad pacense de Guareña- desvela una serie de signos inscritos que podrían ser el primer ejemplo de escritura descubierto de la enigmática civilización de Tarteso.
La tablilla esconde en su marco lo que parece ser una secuencia de 21 signos. Joan Ferrer i Jané CSIC

La placa de pizarra de unos 2.500 años de antigüedad grabada con imágenes de una escena de combate entre tres guerreros hallada en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) ha dado mucho que hablar desde el anuncio de su descubrimiento la semana pasada. Sin embargo, los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) no habían reparado en una serie de signos inscritos alrededor de la tablilla. O al menos no los habían interpretado como ha hecho un investigador independiente del proyecto: se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.

Joan Ferrer i Jané, investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, se enteró a través de los medios de comunicación del hallazgo de la placa de pizarra, que sería una suerte de boceto que habría servido al artesano tartesio de apoyo para inmortalizar estas imágenes en piezas de oro, marfil o madera. "Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida", ha explicado el epigrafista.

Rápidamente se puso en contacto con Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, directores del proyecto Construyendo Tarteso, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. "Tras estudiar las imágenes todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca [hallado en Castro Verde, Portugal], excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial", detalla Ferrer.

Según ha anunciado el CSIC este martes en un comunicado, los científicos del IAM ya se encuentran trabajando con el investigador catalán para tratar de arrojar luz sobre lo que parece una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla hallada en Casas del Turuñuelo. Según las primeras hipótesis, se trataría del tercer abecedario de una escritura paleohispánica meridional y el primer ejemplo de escritura descubierto en un yacimiento único, famoso por desvelar el mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental o los primeros relieves figurados de la enigmática civilización de Tarteso.

Esther Rodríguez González, una de las responsables de los trabajos arqueológicos en Casas del Turuñuelo, destaca que desde el primer momento del hallazgo de la tablilla de pizarra era consciente de que "el volumen de información que contenía era superior incluso al de los propios rostros encontrados [de los guerreros]". Además de las siluetas de unas figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que hacían intuir que la placa se podría analizar a diferentes niveles.

Dos abecedarios más
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario, según se informa desde el CSIC.

Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). "Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información", apunta Ferrer.

El hallado en el yacimiento tartésico empieza con la secuencia "ABeKaTu", que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. "Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, "Tu", aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario", comenta Ferrer i Jané, que añade que "es una pena que se haya perdido la parte final del abecedario ya que es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas".

La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. "En todo caso, confirma que en este yacimiento se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas", concluye el especialista en escritura paleohispánica.

18 de mayo de 2023

El CSIC explora en Babia las huellas milenarias del pastoreo de montaña

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizan prospecciones arqueológicas en Fuentes del Sil (León). Por el momento han encontrado evidencias de la presencia de pastores prehistóricos de hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales

Arqueólogos del CSIC en Babia excavando cabañas de Pastoreo de Montaña CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT, Santiago de Compostela) dirige estos días excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, en el municipio de Cabrillanes en la provincia de León.

El equipo está formado por 12 especialistas bajo la coordinación científica y técnica de David González Álvarez, investigador del CSIC en el INCIPIT, quien destaca que “este tipo de estudios arqueológicos muestran un enorme potencial, y constituyen una iniciativa pionera en la investigación de las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica”.

El INCIPIT lleva trabajando en la zona desde 2017 con el objetivo de explorar, en la comarca de Babia, las huellas que el pastoreo ha dejado en estas montañas desde hace milenios. “Por el momento, hemos podido datar muchas de esas construcciones en diferentes momentos históricos, entre la Prehistoria reciente y nuestros días”, apuntan los investigadores a la Agencia DiCYT.

“Destacan algunas ocupaciones detectadas en el entorno de la laguna de Las Verdes, en Torre de Babia, con evidencias de la presencia de pastores prehistóricos hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales, cuando Alfonso X el Sabio favoreció la fundación del Honrado Concejo de La Mesta de Pastores. Conforme avanzan los trabajos, llama la atención la diversidad en formas, tamaños y localizaciones de las estructuras investigadas, aspectos que centran el análisis de este equipo para comprender los cambios y continuidades en las actividades ganaderas”, explican desde el equipo.

Impacto de la trashumancia
“Durante las próximas dos semanas realizamos excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, gracias a financiación del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Esperamos recuperar datos útiles para caracterizar cómo ha cambiado el pastoreo en estos espacios, en los que aún varios rebaños de ovejas trashumantes llegados de Extremadura aprovechan sus ricos pastos cada verano”, avanza David González Álvarez.

Algunas de las preguntas a las que pretenden dar respuesta los investigadores son ¿Desde cuándo los rebaños de ganado aprovechan los pastizales más altos de la Montaña Leonesa? ¿Cómo ha variado esta actividad a lo largo de la historia? ¿Cómo se adaptó la ganadería a los cambios ambientales o históricos que condicionan su desarrollo? ¿Qué efectos genera el uso pastoril de estos espacios en su entorno en diferentes etapas históricas.

Como metodología para obtener estas respuestas, han explorado, mediante sondeos arqueológicos, unas 25 estructuras arruinadas que se reconocían en diferentes majadas de los pastizales de Babia. De algunas de ellas, no había memoria siquiera sobre su ocupación, mientras que otras ruinas de cronología casi pasan desapercibidas en el entorno de las cabañas actualmente en uso por los últimos pastores que aprovechan estos terrenos elevados.

Ruinas pastoriles de más de mil años
En esta campaña de trabajo de campo, los trabajos se concentrarán en el área de Calderones, próxima a las cumbres que dan sombra al nacimiento del río Sil. Allí, el equipo del CSIC excava una cabaña que fue ocupada en época tardoantigua, hace unos mil trescientos años.

“Se preservan los restos arruinados de su muro perimetral, un pequeño conjunto de fragmentos cerámicos semejante a piezas recuperadas en enclaves coetáneos de Zamora, así como los restos de un hogar repleto de carbones, cuyo análisis nos habla del aprovisionamiento de combustible leñoso para calentar esa estancia. En las proximidades de esta cabaña, la prospección superficial desvela trazas tenues de antiguos cercados para el ganado, además de otras cabañas. En los próximos días, los trabajos se ampliarán con prospecciones geofísicas, trabajos de teledetección con drones, y nuevos sondeos que serán excavados en estructuras no exploradas hasta el momento. Lo que pretendemos es recomponer pasajes clave en la biografía cultural de estas montañas lo cual nos ayuda, en definitiva, a reflexionar sobre cómo los paisajes de Babia fueron modelados por el pastoreo a lo largo de la historia hasta dar forma, en buena medida, a su configuración actual”, avanza David González Álvarez.

15 de marzo de 2023

La investigación arqueológica saca a la luz los secretos del castro de Rueta (Lugo)

Tenía una gran muralla defensiva y petroglifos de antes de la Edad del Hierro
Presentación de los resultados de la investigación sobre el castro de Rueta. X.L

La Casa de Administración de Sargadelos se llenó este sábado para la presentación de los resultados de la investigación arqueológica del castro de Rueta por métodos de mínima invasión.

Existen petroglifos ya de antes de la Edad del Hierro en el castro, que tiene un nivel de conservación "magnífico" y una línea de defensas con dimensiones especiales en el promontorio, según señalaron los arqueólogos del CSIC David González y Jesús García.

La investigación ha permitido descubrir que el castro tenía una gran muralla defensiva y varias más para facilitar el acceso, una entrada a la izquierda del promontorio que obligaba a pasar por un corredor estrecho dejando siempre a la vista la derecha de quien accedía y mostraba sus intenciones.

Hay marcas de petroglifos prehistóricos todavía a estudiar en torno a un afloramiento granítico natural en la zona superior llamado Pedra do Raio, un referente paisajístico y que quedaba en la memoria.

También hay varios fosos y terrazas, alguna con evidencias de la erosión del mar.

El georradar y el gradiómetro dan anomalías del terreno con construcciones redondas en montículos que parecen cabañas y también zonas de fuego y una muy interesante a investigar que podría ser un horno cuadrangular o una sauna.

29 de agosto de 2022

Comienzan los trabajos arqueológicos en el asentamiento romano Casas del Campo de Villena (Alicante)

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana.

El Ayuntamiento de Villena ha iniciado los trabajos de excavación arqueológica en el asentamiento romano Casas del Campo. El alcalde en funciones, Andrés Martínez, y la concejala de cultura, Elena Benítez, realizaron una visita institucional para ver el estado de esta campaña que comenzó el día 16 de agosto.

Este proyecto se lleva a cabo por un equipo de trabajo compuesto por dos arqueólogos de la empresa alicantina Arpa Patrimonio, David González e Iván Cuadrado, un estudiante, Manel Molina y los técnicos arqueólogos del SEMAP del Museo de Villena, Luz Pérez, directora de la excavación, y Josep Menargues.

El estudio de Casas del Campo permitirá ampliar el conocimiento sobre el proceso de romanización en la comarca de Villena: tipos de asentamientos, su distribución en el territorio, vías de comunicación, las formas de vida, la economía, la sociedad, el paisaje, etc.

Durante la semana pasada, en una primera fase, se retiró con una máquina mixta la tierra que cubría los restos de una vivienda romana excavada en 2009 y 2021. Posteriormente, se efectuaron trabajos manuales de limpieza del sondeo hasta alcanzar la cota de la fibra geotextil que protegía la zona excavada. Tras retirarla, se acondicionó la superficie para proceder a la excavación manual de la presente campaña.

El objetivo de esta nueva campaña es finalizar el estudio de la edificación. Para ello, es preciso excavar los estratos arqueológicos adyacentes. De este modo, gracias a los objetos que se vayan recuperando en el interior de dichos estratos o capas de tierra, se podrá conocer la datación relativa de los restos arquitectónicos y su relación con los hallazgos del entorno: baño, pozo, fosas, etc.

La investigación se enmarca en el proyecto denominado ‘Poblamiento antiguo en los valles de Villena’, iniciado en 2006 y que desde 2018 se integra en un Plan General de Investigación autorizado por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. El Ayuntamiento de Villena, a través de la Concejalía de Cultura, financia este proyecto con el fin de conocer, conservar y divulgar el patrimonio arqueológico del término municipal de Villena.

3 de febrero de 2016

Descubren dos nuevos campamentos romanos entre Lugo y León

El de Sierra da Casiña, enclavado en la comarca de el Bierzo (León) ocuparía unas 12 hectáreas, mientras que el de Cortiña dos Mouros (Lugo) ocuparía 4. Ambos tienen relación con el trazado de la vía XIX del Itinerario de Antonino y estarían datados en época altoimperial durante las "Guerras Cántabras" y para su localización se ha empleado tecnología LIDAR.
Vista de la elevación de A Serra da Casiña, donde estaría el campamento romano. FOTO: ROMANARMY.EU
Un equipo de arqueólogos ha localizado una nueva fortificación militar vinculada con probabilidad a las Guerras Cántabras en una zona montañosa llamada Serra da Casiña, próxima a la localidad de Valverde (Balboa), en el Bierzo (León). La fortificación comprende entre 11 y 12 hectáreas y pudo acoger a un contingente expedicionario del tamaño de una legión que participase en el proceso de conquista del territorio, según confirmó el equipo de romanarmy.eu .

El hallazgo se dio a conocer en la revista científica especializada en arqueología Arkeogazte, editada por la Universidad del País Vasco, por parte de los investigadores Andrés Menéndez Blanco (Universidad de Oviedo), David González Álvarez (Universidad Complutense de Madrid) y José María Costa García (Universidad de Santiago). Pero a este hallazgo hay que sumarle la reciente aparición de otro campamento romano, a solo cinco kilómetros en línea recta del de Balboa. Se trata de el de A Cortiña dos Mouros, «en las inmediaciones de las aldeas de Castañeiras (León), Fontodoliva (León) y Porcís (Lugo). Esta otra fortificación, cuya extensión de casi cuatro hectáreas, se reparte entre los municipios de Balboa (León) y Cervantes (Lugo), y guarda cierta relación, al igual que A Serra da Casiña, con el trazado de la vía XIX del Itinerario de Antonino a través del puerto de O Cumial», señalan los investigadores de romanarmy.eu.

OTROS CAMPAMENTOS EN LA ZONA
A estos nuevos hallazgos hay que sumarle los ya conocidos campamentos romanos del límite entre Asturias, Lugo y León, los de A Granda das Xarras (5,5 hectáreas) y A Recacha (0,75 hectáreas), dominando los pasos de montaña que unen Os Ancares e Ibias, y que fueron excavados en los últimos tres años por especialistas del CSIC. «Se trata, en definitiva, de un territorio para el cual podemos considerar diferentes opciones encuadrables en la época altoimperial romana: avances militares durante las Guerras Cántabras (entre los años 29 y 19 a.C.); control y pacificación posterior del territorio; exploraciones de una zona con interesantes recursos mineros explotados por el Imperio Romano; infraestructura de apoyo para la construcción de vías romanas», explican los arqueólogos.

FORTIFICACIONES DE USO TEMPORAL
Estiman en sus conclusiones del estudio que se trata de un tipo de fortificación de uso temporal, de las que los romanos denominaban castra aestiua. Por su tamaño, el de Balboa estaría destinado a un cuerpo militar de entre 6.000 y 7.000 legionarios, que vivirían en él durante un breve período de tiempo (uno o varios días), cuando se encontraban en territorio hostil.

Los restos visibles sobre la superficie son apenas perceptibles por lo que tuvieron que usar tecnologías innovadoras de análisis y reconocimiento que están revolucionando el conocimiento arqueológico en los últimos años.

TÉCNOLOGIA "LIDAR"
Para localizar el campamento de A Serra da Casiña, cerca del núcleo berciano de Balboa, se utilizaron fotografías aéreas modernas y antiguas, imágenes satelitales y reconstrucciones 3D del territorio a partir de datos LIDAR. Para determinar el momento preciso de ocupación del campamento de A Serra da Casiña, apuntan los investigadores, será necesario realizar prospecciones o excavaciones arqueológicas sobre el terreno para las que aún no se dispone de financiación.

«A falta de planes de investigación concretos en la zona en este momento, esperamos poder emprender en un futuro próximo nuevas acciones que nos permitan ahondar en el conocimiento de este interesante yacimiento. Dichos trabajos permitirían, asimismo, una mejor contextualización para los nuevos enclaves campamentales romanos que en los últimos años están siendo identificados en el Noroeste peninsular», concluyen en su informe los arqueólogos del grupo romanarmy.eu .

19 de julio de 2013

Descubren en Vigaña el primer poblado neolítico de Asturias

Las excavaciones en la localidad belmontina descubren la primera cabaña de la Edad de Piedra en Asturias con una antigüedad de 6.000 años. En Las Corvas, los arqueólogos de la Universidad de León han hallado los restos de tres hogares relacionados con ocupaciones de grupos nómadas.
Una de las zonas de excavación del proyecto arqueológico 
que se desarrolla en Vigaña. Margarita Fernández Mier es la primera
por la derecha.  FOTO: S. ARIAS / La Nueva España
La profesora de Historia Medieval de la Universidad de León (ULE) e investigadora principal del proyecto 'La formación del paisaje del Noroeste Peninsular', Margarita Fernández Mier, ha sacado a la luz el primer poblado neolítico de Asturias.

Las distintas intervenciones arqueológicas que se han producido en la aldea de Vigaña en el marco de este proyecto de investigación, han aportado informaciones de relevancia. En varios puntos de esta aldea se han encontrado "evidencias de ocupación de época prehistórica, con dataciones radiocarbónicas que muestran la frecuentación desde el Neolítico de este espacio de montaña" según han informado a Europa Press fuentes de la ULE.

Según ha detallado Margarita Fernández Mier, también se ha identificado un nivel de cultivo del III milenio a.C, en las zonas de L'Hortal y en Las Corvas se han detectado evidencias constructivas de estructuras domésticas del IV milenio a.C. El equipo de la ULE ha destacado la zona de Las Corvas, donde han hallado los restos de tres hogares relacionables con ocupaciones de los grupos nómadas que habitarían las montañas cantábricas durante el Neolítico hace 6.000 años. "La interpretación de este yacimiento, en consonancia con los análisis radicoarbónicos obtenidos y el estudio de los materiales recuperados, señalarían la presencia de la primera cabaña neolítica documentada hasta el momento en Asturias", ha explicado Mier.

El conocimiento de las formas de vida de las poblaciones prehistóricas de este valle sigue aumentando tras la excavación del poblado de la Edad del Hierro de El Castru. Y es que voluntarios de la Universidad de León y de otras universidades españolas, trabajan en esta campaña bajo la supervisión de David González Álvarez de la Universidad Complutense de Madrid.

Nuevos trabajos en Vigaña
Asimismo se han reanudado las excavaciones en el entorno de la Iglesia de Vigaña que en 2011 ofrecieron datos interesantes que han llevado a este equipo de arqueólogos a retomar los trabajos en este sector a lo largo de este mes de julio. En aquella primera campaña se documentó un cementerio de cronología medieval, así como algunos indicios que hablan de la existencia de un hábitat tardorromano/altomedieval en su entorno. 
Actualmente los trabajos en esta zona, que coordina Pablo López Gómez se centran en comprender la posible existencia de evidencias de hábitat previas a la misma. Y es que la realización de sondeos exploratorios en diversos puntos del terrazgo de Vigaña ofrecen informaciones materiales sobre el proceso de formación del paisaje agrario.

"Por ejemplo, se han documentado campos de cultivo del siglo VIII d.C. o se han identificado los procesos de roturación y ampliación de las áreas agrícolas en época moderna y contemporánea tras la introducción de cultivos americanos como el maíz o la patata", ha señalado Mier.


Según ha concluido la profesora de Historia Medieval los resultados de este Proyecto de Investigación, financiado por el Plan Nacional de I+D del Ministerio de Economía y Competitividad, "muestran el rico patrimonio arqueológico del valle del Pigüeña, donde las gentes que habitaron este valle han moldeado el territorio que les rodea durante milenios en función de sus actividades productivas, entre las que destaca la ganadería".
(Fuente: Europa Press)

10 de junio de 2011

Los tesoros de la Marina española duermen tierra adentro

El Archivo Histórico de la Armada reside en el palacio del almirante Álvaro de Bazán, un bajel renacentista varado en el Viso del Marqués (Ciudad Real).


Los infinitos páramos de La Mancha albergan, aún hoy, tesoros por descubrir. En pleno corazón de España, en un paraje equidistante de los principales puertos y a medio camino entre el litoral y Madrid del que le separan 230 kilómetros, guarda la Marina española parte sustancial de su enjundiosa historia. Sobre una de las atalayas que forma el paisaje al pie de Sierra Morena, encima del caserío de Viso del Marqués, hoy con tres mil moradores, se yergue un soberbio edificio de vigorosos muros cuya noble hechura permite evocar el pasado grandioso de su dueño. Se trata del palacio de Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, Almirante de la Mar Océana. Sus victorias navales en la Berbería frente a los corsarios, en las Azores ante portugueses y franceses, contra ingleses en Gibraltar y en Lepanto sobre el turco, llenaron de gloria las armas y los buques de España bajo el reinado de Felipe II.
Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

Tal vez por todo ello, su palacio, testimonio vivo de aquellas proezas, fue considerado como lugar idóneo para guardar, tierra adentro, el Archivo Histórico de la Marina española. Decenas de miles de documentos, cartas naúticas, portulanos, libros de bitácoras, hojas de servicios, despachos de buques y jugosas correspondencias, dan fe de tantas otras gestas y relatan la historia del poderío naval de España y de su imperio. El archivo se ve ampliado al universo de las ciencias experimentales, Matemáticas, Física, Astronomía, Trigonometría, Zoología y Botánica, entre otras disciplinas, de las que marinos ilustrados españoles, gracias a la práctica obtenida en sus singladuras y expediciones, fueron en los siglos XVIII y XIX avanzados pioneros.
El palacio permanece desde 1949 cedido a la Armada durante 90 años por sus propietarios, los marqueses de Santa Cruz, al precio simbólico de una peseta de entonces, eso sí, en papel moneda y más precisamente, la que lleva en su faz la efigie barbada y con gola del primer marqués, Señor de El Viso, nacido en Granada en 1526 y muerto en Lisboa en 1588.
No obstante, la Marina se propone evacuar el Archivo en fechas venideras, para alojarlo en un gran edificio de la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. El proyecto fue aprobado mediante un convenio suscrito el pasado mes de diciembre entre la alcaldía local y la Marina. Contará con una capacidad de 45 kilómetros, así se miden los archivos, frente a los 15 kilómetros de legajos que atesora el archivo manchego; permitirá alojar el contenido de otros seis archivos de la Armada dispersos por distintos emplazamientos de la península. El proyecto ha sido presupuestado en 18 millones de euros, según fuentes navales. Por su parte, fuentes cercanas a los titulares del palacio, muestran sorpresa ante tal iniciativa, de la que dicen no haber recibido detalles. Su perplejidad, aseguran, se acentúa habida cuenta del alcance de la cesión de tan magno recinto, que tan significativo escenario histórico brinda desde hace más de 60 años al Archivo Histórico de la Armada.
Monumento a Don Álvaro de Bazán en la Plaza de la Villa (Madrid).

Armas y letras
Don Álvaro, hijo de Ana de Guzmán, primogénita del Conde de Teba y de Álvaro de Bazán El Viejo, quien había mandado las galeras españolas que vigilaban el Estrecho de Gibraltar por orden del Emperador Carlos V, creció en la mar junto a su padre. Desde su mocedad aprendió las artes náuticas, complementadas por sus conocimientos del quehacer de la infantería, que aplicó con magistral desenvoltura ante poderosos adversarios y por la cual es considerado por los principales tratadistas el padre de la Infantería de Marina, arma de la que España fue pionera en un encarnizado desembarco norteafricano. Educado por el humanista Pedro González de Simancas, el joven marino recibió una esmerada cultura renacentista que, unida a su talento como estratego, así como a la bravura de su audacia táctica en los mares y en tierra firme o sus estancias en la Italia esplendente del siglo XVI, le convirtieron en una de las principales personalidades de la Europa de su tiempo y en el militar de más nombradía continental.
Su fama, sancionada por Felipe II con el título de marqués de Santa Cruz, se vio culminada por la victoria de España, asistida por Génova, Venecia y el Papa Pío V, en Lepanto, sobre aguas griegas -"la más grande ocasión que vieran los siglos", según Miguel de Cervantes Saavedra, egregio subordinado de Álvaro de Bazán como lo fueran asimismo Lope de Vega y Juan de Ercilla, entre otros grandes de las letras que blandieron asimismo las armas bajo su mando y que glosaron sus hazañas.
A las órdenes de Juan de Austria, hermano bastardo de Felipe II, gobernó Bazán en Lepanto la Escuadra de Reserva que resolvió el combate contra el otomano Mehmet I, el fanal de cuya nave capitana se traería el marqués a España como trofeo -junto con otros farolones semejantes- para situarlo, precisamente, sobre el dintel de la capilla de su futuro palacio. Otros de estos enormes candiles lucen en la escalera de la mansión madrileña de los marqueses de Santa Cruz, en la calle de san Bernardino.
Al lado de Álvaro de Bazán peleó también el insigne marino genovés Andrea Doria, con quien mantendría una estrecha amistad, tanta, que al declinar su vida, el primer marqués de Santa Cruz decidió erigir en el corazón de La Mancha un palacio semejante al de los Doria en Génova, pero no un palacio cualquiera sino sólo aquel que llegara a ser inolvidable testimonio en piedra, concepto y colorido del Renacimiento, en clave genovesa y sobre una mansión de anterior factura. Santa Cruz consiguió satisfacer su anhelo: la traza del palacio fue ideada en 1562, como consta en las contratas para edificar fachada y escaleras cuyas actas guarda el Archivo de Protocolos de Madrid, en la calle de Alberto Bosch. En 1564 comenzó la construcción que duraría hasta después de la muerte de Santa Cruz en 1588.
Palacio renacentista del Marqués de Santa Cruz en El Viso (Ciudad Real).
Cárcel, hospital y escuela
De planta cuadrada con 55 metros de lado, el edificio presenta un aspecto semejante al de una fortificación, como el enrejado de ancho nudo de las grandes ventanas de su planta baja anuncia. Según explica el conservador del recinto, subteniente condestable de la Armada Francisco Moreno, el hoy nuevamente palacio, fue con posterioridad hospital, cuartel bajo la ocupación francesa -etapa en la que sufrió expolio- más adelante prisión, escuela, granero, cuadra y sede de un destacamento de Regulares que, en la posguerra civil, combatió desde allí al maquis comunista que luchaba con las armas en la mano contra Franco, en las estribaciones de la cercana Sierra Morena. Al poco de concluir aquel penúltimo destino, sus dueños lo recobraron y lo cedieron a la Armada, que mantuvo permanentemente en el palacio a una veintena de marineros de reemplazo y una unidad de mando a cargo del archivo.
Hoy son cuatro las personas que laboran en el Archivo, dos facultativas, una auxiliar y una persona de mantenimiento. A su cargo se encuentran los 15 kilómetros de legajos, distribuidos en alargados estantes o en cámaras metalizadas sobre nueve salas en dos plantas, baja y principal, y una más grande bajo el suelo en sótano, que albergan documentos de extraordinaria valía histórica: así, el informe encargado por la Armada española sobre la explosión registrada el 15 de febrero de 1898 en el acorazado estadounidense Maine frente al apostadero de La Habana, desencadenante de la guerra hispano-norteamericana que puso fin al imperio hispano en América. Las fichas y hojas de servicios de toda la oficialidad y marinería desde 1784 en adelante permanecen almacenadas en seis salas de la planta baja del palacio, así como un ala entera del amplio sótano que subyace al generoso patio columnado y central del palacio.
Llama la atención otro de los documentos atesorados, con fecha de 1884, que incluye un asunto aún hoy de especial actualidad: Apuntes sobre el ozono e importancia de su estudio... lleva por título, que indica la posición avanzada de la Ciencia española de entonces gracias a los estudios realizados desde el mar por marinos con vocación científica. Conmueven igualmente las relaciones e inventarios de inmigrantes acopiadas por el Archivo y que aún hoy, según explica la archivera Silvia López Wehrli, "son consultadas por familiares y descendientes suyos, señaladamente hispanoamericanos, para obtener pruebas de acreditación de acceso a la doble nacionalidad". Abundan los despachos de buques y singladuras de las Comandancias de Vigo y A Coruña, así como las hojas de servicios, que dejaron de archivarse entre fechas posteriores al 18 de julio de 1936 y abril de 1939. La del entonces capitán de fragata Luis Carrero Blanco, mano derecha del dictador Francisco Franco, que sería presidente del Gobierno hasta su asesinato por ETA en 1973, da cuenta de una petición suya realizada en 1929 para gozar del título de profesor, mientras estaba destinado en el submarino B-2 con base en Cartagena. Posee el archivo una sala de investigadores con 6 puestos de consulta que el pasado año 2010 acogieron hasta 248 sesiones de trabajo. La dirección informática del archivo es archivoalvarodebazan@fn.mde.es
Escudo de Armas en el palacio de El Viso.

Emporio renacentista
Los muros del palacio de los Bazán son robustos, de piedra, ladrillo y un mampuesto rojizo cuya cálida tonalidad recuerda a la piedra dorada salmantina de Montemayor. Al alzar la vista hacia sus cubiertas de tejas anaranjadas, un piso y dos entreplantas más arriba, la mirada permite intuir que fueron en su día rematadas por cuatro torreones. Existieron y hoy han desaparecido, tras los devastadores efectos que sobre el palacio y su excelsa ornamentación causó el terremoto de Lisboa, acaecido al sur de Portugal, con epicentro en el cabo de San Vicente y que en 1755 hizo venirse abajo una parte importante del palacio, consecutivamente reconstruido. Una pilastra de panza combada muestra en el patio los efectos del seísmo sobre su tronco.
Columnado con dos fustes de estilo toscano en basas de caliza apeadas junto a dos cañones, un portalón con casetones de madera y llamadores de hierro se abre a la entrada del visitante, bajo un arco de medio punto tallado en piedra. La altura de la bóveda del zaguán sorprende al recién llegado, cuya mirada se posa sobre los frescos que profusamente decoran su cóncava oquedad. Fue Giovanni Battista Castello, más conocido como El Bergamasco, su principal tracista, que se recreó en la escalera y en el patio claustrado con un exquisito dominio de las proporciones. El concepto mismo de la villa romana, su mejor canon, se percibe en todas ellas. No en vano, Castello fue discípulo en Roma de Miguel Angel Buonarroti. Con El Bergamasco trabajaron el arquitecto y escultor Giovanni Battista Olamosquin, asistido por los maestros de obras Domenico y Alberto, ambos genoveses. Pintores fueron los hermanos Gian Battista y Francesco Péroli, así como el sobrino de ambos, Esteban, además del espléndido fresquista César Arbasia junto con Fabrizio Castello y Nicola Granello, hijo e hijastro del tracista, también de nación genovesa. Entre todos cubrieron con sus vivaces pinturas hasta 8.000 metros cuadrados de bóvedas, el conjunto pictórico hecho con esta técnica y sobre motivos mitológicos más amplio de España y uno de los más importantes de Europa.
Ellos tachonaron también las cúpulas palaciegas con innúmeros grutescos, adornos de estilizados diseños y vivo colorido, que juegan trenzadas simetrías repletas de caprichos, así como escenas sacras, de linajes y combates, con mapas y vistas aéreas, también pintadas al fresco sobre los paramentos bajo las arcadas, de las principales ciudades y enclaves donde las armas de Bazán triunfaron sobre sus adversarios o fueron testigos de su predominio: Navarino, Argel, Ceuta, Nápoles y Génova, en la planta baja, se completan con Túnez, Mesina, Tetuán, Venecia y Milán, en la planta superior, como se muestra sobre los espléndidos dinteles de las puertas que dan al patio central, jalonado por columnas y pilastras dóricas de asientos áticos. Se yerguen en la planta inferior sobre un suelo de mosaico, con linternas de aljibes, que imita los de las grandes villas romanas. Su aroma clasicista impregna todas las estancias y genera en el visitante emoción y respeto.
Excelsa simetría
Las cuatro tríadas dobles de arcos apuntados del patio, en cuyos vanos se sitúan puertas de dinteles barrocos -el palacio fue incesantemente modernizado a partir de 1610- muestran la serena oquedad de una escalera de tempo maestoso donde dos estatuas se enseñorean del espacio ascendente bajo solemnes crujías mientras las esculturas representan al marqués y a su padre, efigiados a la romana al modo de Marte y Neptuno, respectivamente. La segunda planta alberga la Sala de Honor, ésta con dos espléndidas chimeneas en mármol negro y pizarra con mensulones de titanes, más una balandra y un bergantín; le siguen salas de David, Argos, Dédalo y Faetón; un salón de Linajes; las saletas del Olimpo, Diana, Apolo, Tobías y Danae, así como la cámara de don Álvaro, en la esquina del edificio, donde se dice que pernoctaba Franco en sus cacerías por el coto de la Sierra de Mudela; las habitaciones privadas de los marqueses se sitúan en el ala opuesta.
Todas las bóvedas de las estancias de la planta superior planta se ven decoradas profusamente con motivos mitológicos. Tras un tapiz del muro de la capilla, oratorio donde reposan los restos del primer marqués y su cercana parentela, se aprecia un grafito escrito por un soldado francés durante la devastadora ocupación de 1808 y en otra cercana estancia, una historiada letra capitular B, de retorcidos rabos, atribuye su autoría a lord Byron. Lope de Vega elogió al dueño y su palacio que, siglos después, provocaría la admiración, también por escrito, de Gregorio Marañón y otros ilustres visitantes.
El alineamiento de los salones a través de las puertas permite calibrar su excelente simetría y genera un devaneo óptico dimensional, tan caro a los arquitectos del Renacimiento. Un sinfín de alegorías a la Navegación, la Fama, el Poder, la Paz y la Victoria pueblan los nobles techados cuyo turbión y riqueza de relatos allí pintados, por su profusión, parece escapar a la posibilidad de interpretarlos cabalmente: Júpiter, Proserpina, Hércules, Sabinas, Orfeos y Apolos, en colosal cortejo, rinden testimonio en cada rincón del palacio a la celebridad de Álvaro de Bazán, de quien los historiadores aseguran que jamás conoció derrota militar alguna ni en los mares ni en tierra firme. Más de medio centenar de batallas ganadas, decenas de ataques, ofensivas, levantamientos de cercos y asedios sin cuento, además de dos mil cristianos rescatados al turco y 26.000 adversarios prisioneros, atestiguan su fama de almirante invicto. Empero, cuando en 1588 ultimaba el marqués en Lisboa los preparativos de la flota lista para combatir a Inglaterra, fue relevado del mando y al poco murió, quizá de pena, como ha sugerido alguno de sus biógrafos.
Un jardín con setos de aligustre, decorado hace treinta años con cerámica historicista, muestra emparedadas las estatuas orantes de don Alonso de Bazán, hermano de don Álvaro, y de su esposa María de Guzmán, en mármol gris veteado. A lo largo de toda la ubérrima mansión prolifera el escudo ajerezado de los Bazán, oriundos del valle navarro de semejante nombre. La leyenda cuenta que Sancho Abarca III de Navarra, preso de un rey francés, fue rescatado por el fundador del linaje tras vencer en el tablero jaquelado a su regio captor. La escena figura en la bóveda del salón de Linaje, cuyas esquinas superiores muestran la orgullosa heráldica blanquinegra. Cinco siglos después de su construcción, el palacio de Viso del Marqués, tan alhajado y soberbio bajel, contempla en silencio desde la entraña de La Mancha la dulce singladura del discurrir de los días.

6 de marzo de 2011

El tesorillo del dolmen de Almadén (Sevilla) podría ser parte de un ajuar funerario


Una investigación promovida por un equipo de expertos formado por miembros de las universidades de Sevilla y Southampton (Reino Unido) destaca el carácter "exótico y excepcional" de una de las piezas de cuarzo del "tesorillo" descubierto en el dolmen de galería del complejo megalítico de Palacio III, enclavado en la Sierra Norte sevillana. El estudio señala que otra de las piezas es, al menos, "rara y difícil de encontrar" y aboga por interpretar este legado "protohistórico" hallado en un monumento prehistórico como un depósito ocultado expresamente o como una "ofrenda ritual o funeraria".
Se trata, en concreto, de un estudio titulado 'El cuarzo como material votivo y arquitectónico en el complejo megalítico de Palacio III (Almadén de la Plata, Sevilla): Análisis contextual y mineralógico'. El informe ha sido elaborado por los miembros del Departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla Matilde Fortaleza González y María Jesús Hernández Arnedo, los miembros del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Hispalense Leonardo García Sanjuán y Jara Salguero y el profesor del Departamento de Arqueología de la Escuela de Humanidades de la Universidad de Southampton David Wheatley.
El "sitio sagrado" de Almadén
El mencionado documento, publicado en el número 65 de la revista digital Trabajos de Prehistoria y recogido por Europa Press, recuerda que el complejo funerario de Palacio III está enclavado en un sector de la Sierra Norte de Sevilla donde han sido descubiertos "numerosos asentamientos y sitios funerarios fechables entre el Neolítico y la Edad del Hierro". Este yacimiento en cuestión, investigado entre 2001 y 2002 por las universidades de Sevilla y Southampton, habría constituido un "lugar sagrado" para las antiguas culturas "durante un dilatado arco temporal". En él, a tal efecto, se distinguen un dolmen en galería, un monumento funerario circular o tipo 'tholos' de la Edad del Cobre y un túmulo de cremación de la Edad del Hierro.
Y es que dentro del ajuar de cerca de 200 piezas de sílex, cerámica y piedra rescatado del interior de la cámara del 'tholos', los arqueólogos rescataron seis objetos de cuarzo; unos nódulos o monocristales localizados sobre la base rocosa de la construcción megalítica a excepción de una de las piezas, hallado bajo la base del 'tholos' en una "estructura excavada" y sellada con piedras, lo que podría conferirle un papel de "posible depósito fundacional o conmemorativo de la construcción original del monumento", según este grupo de expertos. No obstante, el informe señala igualmente el uso de varias decenas de nódulos de cuarzo blanco en la parte superior del relleno de la cámara del 'tholos' con una posible "finalidad decorativa o simbólica", si bien los minerales también podrían haber sostenido una estela localizada en el monumento megalítico.
El "tesorillo" del dolmen de galería
En el dolmen de galería del yacimiento de Palacio III, de otro lado, fueron descubiertos "un depósito compuesto de una docena de cuentas de collar de ámbar, tres anillos de plata, un objeto alargado y apuntado de cobre, una pequeña pieza de cerámica y tres piezas de cuarzo", conformando estos tres fragmentos de cuarzo el "tesorillo" del dolmen de galería de Palacio III. Y es que este estudio señala que dos de estas piezas de cuarzo son "mucho más raras y difíciles de encontrar" que otros objetos del mismo mineral, por lo que podrían haber sido "objeto de intercambio". La pieza número dos del "tesorillo", un cristal de cuarzo prasio, es de hecho "extraordinariamente exótica, un verdadero espécimen de museo, excepcional desde el punto de vista cristalográfico" y posiblemente "un objeto muy apreciado y valioso por su rareza".
Imagen de las tres piezas de cuarzo: 1 (cornalina), 2 (cuarzo prasio) y 3 (cuarzo transparente) del “Tesorillo”.Fotografía de Miguel Ángel Blanco de la Rubia.

El informe, así, sopesa la posibilidad de que este "tesorillo" de piezas de cuarzo y de cronología quizá "no prehistórica" fuese "escondido" como depósito en el interior del monumento funerario en un momento de una "reutilización fechable, de forma general, en la Edad del Hierro" o que constituyese una "ofrenda de carácter ritual" más que de aspecto funerario, pues en su inmediato derredor no fueron localizados huesos humanos.
De cualquier manera, el estudio concluye que merced a los registros arqueológicos cosechados en Palacio III, el cuarzo fue "un material de alto valor" tanto como ajuar como para la construcción por lo que se refiere a "las sucesivas comunidades humanas que utilizaron este sitio como espacio de conmemoración ritual y funeraria". Los cristales de cuarzo, según este grupo de expertos, "tuvieron una longevidad extraordinaria como materia prima cargada de valor simbólico" en las antiguas culturas.
(Fuente: 20 minutos)

24 de diciembre de 2010

España y los sefarditas: Aportes mutuos de palabras hebreas en la lengua española

Las aportaciones de los judíos a la cultura española son muchas y muy variadas, en diversos campos (poesía, filosofía, astronomía, matemática, cartografía, etc.). Sólo me referiré, sucintamente, a los hebraísmos incorporados en la Edad Media y que aún perduran en nuestro lenguaje cotidiano. Cabe señalar que existen más hebraísmos en el idioma de lo que la gente supone.

No es nuestro tema el de las palabras fenicias y hebreas que pasaron a través del griego y más tarde al latín desde épocas remotas. A modo de ejemplo Pedro González Blanco en “Contribución de los judíos españoles a la Cultura Universal”  nos informa de los siguientes términos: hisopo, bálsamo, ébano, ciprés, Líbano, mina, acacia, aloe, bedelio, caña, azucena, jaspe, zafiro, esmeralda, esmalte, camello, tórtola, cuervo, escorpión, saco, piña, serpiente, júbilo, calamidad, etc.
El Museo Sefardí de Toledo se creó en 1964.


Como señalamos, la intención de nuestro trabajo es hacer énfasis en los hebraísmos y voces afines que se incorporaron durante la Edad Media española.
El esquema semanal con el que nos manejamos rutinariamente tiene mucha más importancia en nuestras vidas que el calendario mensual. Si bien el esquema de la semana de siete días parece ser mesopotámico, ingresó a Europa por la vía de los hebreos. Uno de los días de la semana hasta mantiene su nombre hebreo. Se trata del sábado, incorporado del latín y éste de la palabra shabat (descanso). El esquema de un día de descanso semanal, hoy, es aceptado universalmente y proviene de la Biblia hebrea.
Con relación a esto, cito a David Gonzalo Maeso: “Respecto a la característica de los hebraísmos en la lengua española, podemos afirmar que los valores, sugerencias y evocaciones de la mayoría de los vocablos pertenecen al mundo espiritual, religioso y teológico o bien al literario, histórico e institucional a diferencia del vocabulario hispanoarábigo, de preponderante significación material, hasta el extremo que se ha dicho que no hay un solo término de este grupo, que pertenezca a la esfera del sentimiento”. De los muchos hebraísmos que han entrado en la lengua española, podríamos clasificarlos en cuatro grupos.

1) Palabras directas del hebreo incorporadas al lenguaje común y especialmente a la vida religiosa (aleluya, amén, cábala, caraíta, jebuseo, ladino, marrano, moabita, Edén, fariseo, maná, Pascuas, rabí, sábado, saduceo, sanedrín, taled, etc.)

2) Los antroponímicos hebreos bíblicos (nombres bíblicos para las personas) son numerosísimos. Además de los personajes bíblicos centrales por todos conocidos y los terminados en la partícula el -que significa Dios- como Samuel, Ismael, Gabriel, Rafael, Daniel, por nombrar algunos, indicaremos otros menos difundidos: Ana, Bartolomé, Benjamin, Bernabé, Manuel, María, Miguel, Susana, Tadeo, Tomás. A todos éstos hay que agregarles sus respectivos femeninos.

3) Existen muchas formas hebraicas incorporadas al español (al estilo de: “Rey de Reyes”, “Cantar de los Cantares”, etc.), donde el artículo antepuesto al adjetivo es una forma hebrea de construcción de frase: por ejemplo, decimos “la pequeña” al referirnos a varias hermanas. También es común hablar de un fallo “salomónico”, para dar idea de una sentencia justa, o el benjamín, al hablar del menor de los hermanos.

4) Existen palabras no hebraicas pero cuyas acepciones semánticas son tomadas del hebreo o de la Biblia. Entre ellas, destacamos ejemplos como pecado, bendecir, santo, justo, bienaventurado, bautismo, impío, hermano, terrenal, celestial, multiplicarse, Señor. Señalaos el “pan” en el sentido genérico de alimentos, etc. 
Al decir de David Gonzalo Maeso, estos vocablos que están en la esfera ideológica y del sentimiento, implican una penetración más honda en el alma de los pueblos, más que los nombres de los objetos materiales.

5) Señala González Blanco, en la obra citada que en “on” terminan los aumentativos hebreos, en “on” también los castellanos.
Baste con estos ejemplos para indicar la inmensa variedad del riquísimo aporte judío a la lengua española.

Nombres geográficos

Aunque no son muchos los nombres geográficos judíos asignados a calles, zonas, ciudades, debe tenerse en cuenta el tiempo transcurrido.
Montjuich en Barcelona y Gerona; cementerios llamados “jurismendi” en Victoria, etc. Los barrios aún llamados judéría como en Córdoba, etc. La ciudad de Villajuiga, decenas de nombres como Calle de la Sinagoga, Calle de la Judería o Carrer del Call, etc. 
Además de innumerables frases que recuerdan el paso de los judíos por el lugar: en “Baños judíos y tacaño-s”, en “Beja judío hasta las tejas”, en “Hervás judíos los más”.
Además existen casas cuya tradición se señala como la casa donde vivió Maimónides en Córdoba, Najmánides en Girona y Abraham Senior en Segovia.