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20 de septiembre de 2024

Documentan una alquería almohade en la Dehesa de la Sierra en Aznalcóllar (Sevilla)

Vista aérea desde el SE de una de las Criaderas
Dehesa de la Sierra Aznalcollar-Sevilla.
La prospección arqueológica del yacimiento de Dehesa de la Serena de Aznalcóllar (Sevilla), promovido por la compañía Minera Sabina S.L.U., filial de Pan Global Resources, ha permitido documentar una alquería de época almohade, así como, construcciones agroganaderas del siglo XVIII.

El equipo de Arqueología conformado por Fundación Río Tinto, dirigido por el Aquilino Delgado ha concluido la Prospección Arqueológica del yacimiento de Dehesa de la Sierra (Aznalcóllar, Sevilla), promovido por la compañía Minera Sabina S.L.U., dentro de uno de sus permisos de investigación, según el proyecto arqueológico aprobado por Resolución de la Delegación Territorial de Sevilla de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía.

La Fundación recibió el encargo en julio de 2023, presentando en noviembre del mismo año el Proyecto de Prospección, que fue aprobado por Resolución con fecha 05/03/2024, en ese mismo mes se iniciaron los trabajos arqueológicos que finalizaron en mayo de 2024.La metodología empleada en esta intervención arqueológica se basó en tres variables. Por una parte, el trabajo de campo en base a los parámetros recogidos en la Resolución. La segunda variable ha sido el empleo del LIDAR, que ha permitido documentar las variaciones topográficas sobre el terreno y la tercera el empleo de ortofotografía, que se ha superpuesto a los resultados del trabajo de campo y al LIDAR.

Este sistema de trabajo ha permitido documentar el origen de las variaciones topográficas detectadas, identificando las de origen antrópico y natural, pues los afloramientos naturales documentados por su génesis geológica y los posteriores procesos erosivos tienden a la linealidad en superficie pudiéndose confundir sin el trabajo de campo con estructuras realizadas por la mano del hombre.

En cuanto a las estructuras antrópicas, se han documentado los restos constructivos que pertenecerían a un hábitat, que por el tipo cerámico hallado sería de la segunda mitad del siglo XII y principios del siglo XIII, correspondiéndose con un asentamiento rural, concretamente una alquería, un pequeño caserío de carácter agrícola y ganadero, de época almohade. Se trata de un contexto similar a los encontrados hasta la actualidad en otros asentamientos de la kora de Niebla, como Purchena (Chucena), La Alquería (Hinojos), Vallelejo (Rociana del Condado), con paralelos también en zonas de Córdoba y de la provincia de Sevilla.

También se han documentado otro tipo de estructuras antrópicas realizadas a piedra seca, en las que solo se ha empleado piedra sin ningún tipo de argamasa, que se corresponden con construcciones agroganaderas del siglo XVIII, que explican uno de los topónimos tradicionales de este yacimiento, “Las Criaderas”, pues algunas son grandes criaderas o parideras para la cría de ganado porcino.

Fundación Río Tinto es una entidad de referencia en el asesoramiento sobre la gestión correcta del patrimonio, atendiendo a la legislación vigente y a los requerimientos específicos de las autoridades competentes en los diferentes ámbitos (local, provincial, regional…), en ese sentido ha realizado trabajos para el gobierno portugués, para la Junta de Andalucía en la elaboración de expedientes BIC, como los de la Cuenca Minera de Riotinto, la de Tharsis-La Zarza, o la elaboración de Planes de Directores, como los de la Faja Pirítica y Ossa Morena en Huelva y Sevilla, también ha realizado trabajos en proyectos en fase de apertura como durante el desarrollo de la operación minera, entre ellos la elaboración del Proyecto Global I (2015) y Global II (2019) para la gestión del Patrimonio Minero en el Proyecto Riotinto.

22 de agosto de 2024

La UCO identifica 20km de nuevos tramos de la vía romana Córdoba-Mérida

Una investigación de la Unidad Patricia y el Proyecto Ager Mellariensis de la Universidad de Córdoba (UCO) revela el trazado a lo largo de Fuente Obejuna, Belmez, Peñarroya e Hinojosa del Duque.

Durante los tiempos de Augusto toda la Península se encontraba conectada con una amplia red de carreteras, que permitían el rápido movimiento de las legiones en las zonas conflictivas, el transporte de los importantes recursos hispanos y el movimiento de los habitantes de las diferentes ciudades. Esta tupida red estaría compuesta por grandes caminos principales, como hoy son las autopistas, caminos secundarios y caminos terciarios, por ejemplo, aquellos que daban acceso a las minas.De entre esas vías hay una que unía directamente dos capitales de provincia: la vía Corduba-Emerita, de gran importancia. Antes incluso de la fundación de Mérida ya unía Corduba con Metellinum (Medellín), o lo que es lo mismo, el valle del Guadiana con el del Guadalquivir, con todo el vientre metalífero que hay en esas sierras. De esta región Roma se interesó, especialmente, por los metales, tales como el plomo, la plata o el oro, y esta vía sirvió de cauce de salida de toda esa riqueza.

Ahora, gracias al empleo de la información del Plan PNOA-LiDAR, del Instituto Geográfico Nacional, desde la Universidad de Córdoba se han podido detectar nuevos tramos seguros de esta vía Corduba-Emerita. Concretamente, se ha ampliado la sección del camino que se conocía en Puente Nuevo y se han descubierto nuevos restos al norte de la provincia de Córdoba en El Bujardillo (Belmez), Los Tejares (Peñarroya-Pueblonuevo) y en el Cascajoso (Hinojosa del Duque). De esta forma se ha pasado de conocer únicamente seis kilómetros de la vía a disponer de veinte nuevos kilómetros de esta calzada romana.

Hasta la fecha, por lo tanto, se desconocía la mayor parte de su trazado. Solo eran seguros algunos pequeños tramos, como la famosa Loma de los Escalones, entre Córdoba y Cerro Muriano, donde se conserva parte de la vía excavada en la piedra. Recientemente desde la Universidad de Córdoba se habían producido avances, con el descubrimiento por parte de la Unidad Patricia de un tramo de la calzada perfectamente conservado bajo las aguas del embalse de Puente Nuevo (Espiel), y salido a la luz tras la bajada del nivel del agua.

Este nuevo descubrimiento ha permitido ahora detectar con claridad desde el aire no solo gran cantidad de kilómetros de los terraplenes de la vía difícilmente identificables, ya que fuera de las ciudades la capa de rodadura de los caminos se hacía de gravas apisonadas que con el paso del tiempo acaban disgregadas y desaparecen; si no que también ha sacado a la luz parte de las cunetas de la calzada. El hallazgo, en definitiva, permitirá empezar a reconstruir de una forma más segura el trazado de esa gran “autopista” romana que estructuraba el norte de la provincia de Córdoba, unía dos grandes capitales y sirvió para acercar a los romanos a las riquezas metálicas de Sierra Morena.

La investigación ha sido publicada en el marci del proyecto Ager Mellarie el artículo “Sensing the Corduba-Emerita Road: New transects of the route identified in the north of Córdoba”, publicado recientemente por José Luis Domínguez Jiménez y Antonio Monterroso Checa en la revista científica Journal of Archaeological Science.

8 de mayo de 2024

El plomo romano era cordobés

Tres lingotes inéditos de época romana provenientes del yacimiento de Los Escoriales de Doña Rama (Belmez) evidencian la importancia productora y exportadora de plomo del norte de Córdoba
Tres lingotes inéditos que evidencian la importancia productora y exportadora de plomo del norte de Córdoba

Miden unos 45 centímetros de largo y su peso ronda entre los 24 y los 32 kilos. Tienen forma rectangular con tres lados, algo así como una tableta de toblerone. Son apenas 3 y uno de ellos está roto por la mitad. Pero estos tres lingotes de plomo, inéditos hasta la fecha y provenientes del yacimiento de Los Escoriales de Doña Rama (en Belmez, Córdoba) ofrecen información suficientes como para afirmar que la antigua Córdoba romana, capital de la Bética y cuyo territorio actualmente ocupa el norte de la provincia con el valle del Guadiato, los Pedroches y algunas comarcas de Jaén, Ciudad Real y Badajoz, fue el principal polo de fundición de plomo del mundo antiguo en occidente, un metal con el que se fabricaban multitud de artilugios de uso cotidiano como cucharas, tejas, canalizaciones....

Los lingotes, fechados en el siglo I d. C., vieron la luz del siglo XX durante las obras del gaseoducto Magreb-Europa y se guardaron en el Museo de Belmez y en casa de particulares. Dos de ellos cuentan con una marca identificativa a partir de la cual se ha podido desvelar parte de su historia y señalar la importancia minera de la Sierra Morena central durante la época romana. Esta marca son en realidad dos letras, “S S”, y hace referencia a la societas Sisaponensis, una empresa minera originaria de La Bienvenida (Almodóvar del Campo, Ciudad Real), la tierra del cinabrio más famoso, cuyo capital y sede debieron estar, sin embargo, en Córdoba.

Además de la forma triangular de los lingotes, que optimiza el espacio para el almacenamiento, que los lingotes tuvieran esas letras significa que estaban destinados a la exportación ya que era una marca que identificaba al productor de las piezas. Unas piezas que luego se cargaban en barcos con otros productos. De esta forma, la actividad minera del norte de Córdoba no solo se limitaba a la producción de plomo y plata, algo que ya se sabía, sino que también estaba destinada a la exportación, situando a la zona entre los emisores principales de metales destinados al comercio mediterráneo como defiende un equipo internacional y multidisciplinar liderado por la Universidad de Córdoba en un artículo publicado en la revista Journal of Roman Archaeology.

El análisis de la composición química y de los isotopos estables de los lingotes ha permitido al equipo investigador desvelar tanto que estaban desplatados, como que el mineral con el que se fabricaron era originario del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, un centro de gran actividad extractiva de la época y al que pertenece al yacimiento de Doña Rama donde se han encontrado los lingotes. Es decir, las tres piezas tenían un origen común ligado al mismo sitio en el que se han encontrado.

El hecho de que los lingotes se encontraran en la misma zona en la que se habían fabricado es un caso excepcional y cuyo motivo se desconoce. La mayoría de los lingotes de este tipo se han encontrado en el fondo del mar Mediterráneo tras el hundimiento del barco que los transportaba a su nuevo destino. Y es, precisamente, en el fondo del mar en donde han obtenido más datos ya que el equipo investigador ha contado con especialistas de la Université Toulouse que llevan años estudiando la composición y realizando un catálogo de los lingotes hundidos allí. Según los análisis, más de la mitad de los lingotes estudiados por los especialistas franceses provienen del distrito de Fuente Obejuna-Azuaga, lo que pone en evidencia la importancia de Córdoba como punto productor y exportador de los lingotes de plomo.

“Esta información inserta a estas comarcas del norte de Córdoba en las redes principales de producción metalúrgica, económica y comercial de la antigüedad en el Mediterráneo”, sostiene el investigador de la UCO Antonio Monterroso Checa, añadiendo que “esto conlleva una industrialización, una destreza y un saber para poder alcanzar ese nivel de fabricación”. De hecho, aunque aún queda mucho por investigar, el yacimiento de Doña Rama sería en realidad un poblado minero que cuenta con una mina, una fundición, una zona de procesado y posiblemente una fortaleza. Pero, como afirma Monterroso Checa, “todo eso está por investigar”.

El estudio de los lingotes se ha realizado dentro del Proyecto MEI-Heritage. Medio, explotación minera e industria metalúrgica en el sector central de la Beturia de los Túrdulos/Conventus Cordubensis (s.VII a.n.e–s.II d.n.e). Ciencias aplicadas a la investigación de un paisaje patrimonial, financiado por el PAIDI 2020 de la Junta de Andalucía (ref. P20_00482) y Patricia. Unidad de Investigación y Transferencia en Ciencias del Patrimonio de la Universidad de Córdoba. La investigación se inserta igualmente en el proyecto Producción y circulación de bienes en el reborde meridional de la Meseta (sur de la provincia de Ciudad Real) entre la Prehistoria reciente y el fin de la Antigüedad, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.

20 de marzo de 2024

Documentan la presencia de un asentamiento del siglo III a.C. Bailén (Jaén)

Los resultados, aún en fase de estudio, permiten señalar la presencia de un asentamiento presumiblemente adscrito a la Segunda Guerra Púnica (218 – 201 a.C.) sin, por el momento, poder precisar con más detalle.

 La excavación arqueológica en el Cerro de la Harina de la localidad jienense de Bailén desarrollada por investigadores de la Universidad de Granada, ha permitido documentar un yacimiento fechado en un momento avanzado del siglo III a.C. Entre los materiales recuperados, han salido a la luz numerosas muestras de cultura material cerámica, en su totalidad ibérica, acompañadas de una considerable cantidad de elementos metálicos asociados a contextos militares.

 Los resultados, aún en fase de estudio, permiten señalar la presencia de un asentamiento presumiblemente adscrito a la Segunda Guerra Púnica (218 – 201 a.C.) sin, por el momento, poder precisar con más detalle. No obstante, la concejalía de Patrimonio Histórico ofrecerá en breve detalles concisos de los hallazgos en un acto público.

Esta intervención se enmarca dentro del proyecto de investigación “Paisajes coloniales de la vieja iberia: estudio integrado y diacrónico de las interacciones y transformaciones territoriales durante la conquista romana de Hispania en las estribaciones meridionales de Sierra Morena Oriental (SS. III-I a.C.)”, dirigido por Juan José López Martínez, Luis Arboledas Martínez y JuanJesús Padilla Fernández.

 Los investigadores expertos que han trabajado durante 45 días en el proyecto arqueológico. Los miembros del equipo han sido Juan José López Martínez, José Carlos Ortega, Eva López, Blas Moreno, Luis Arboledas, Juan Jesús Padilla, Werner Miguel Otte, David Plaza, Antonia García, Blas Ramos, Jesús Miguel Muñoz, Jorge Salinero, David Ortega, Juan Nicás, Andrés María Adrher, Francisco Contreras, Eva Alarcón, Francisco Matas, Lucia Tinoco. Alberto Dorado y Alexis Maldonado.

La concejalía de Patrimonio Histórico, dirigida por Juan Jesús Padilla, ha colaborado en los trabajos de investigación desarrollados en la zona del Cerro de la Harina en Bailén. Se trata de un proyecto financiado por el Instituto de Estudios Giennenses, y que también ha sido posible gracias al apoyo logístico que se integra en el convenio de colaboración firmado por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada y el Ayuntamiento de Bailén.

4 de mayo de 2023

Hallan una estructura semicircular que podría ser el teatro romano de Torreparedones

La topografía del terreno insinuaba que "había algo raro porque los teatros se suelen construir en pendiente acusada para hacer el graderío", dice el arqueólogo municipal de Baena
El yacimiento durante las obras de recuperación del foro.

El parque arqueológico de Torreparedones sigue deparando sorpresas. La alcaldesa y candidata por el PP en Baena, Cristina Piernagorda, ha visitado el yacimiento junto al delegado de Cultura de la Junta, Eduardo Lucena, y ha informado de que “un informe de la Universidad de Córdoba a raíz de unos trabajos de prospección realizados en el yacimiento parecen confirmar la existencia de un teatro”.

A este respecto, el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, ha recordado que ya en su día se llevó a cabo la prospección geofísica (geomagnética y con georradar) en la zona suroriental enmarcada por la muralla de Torreparedones, y ha adelantado que “ya la topografía del terreno insinuaba que había algo raro porque los teatros se suelen construir en pendiente acusada para hacer el graderío”.

Morena ha indicado que, tras estos trabajos, “se ha confirmado la existencia de un semicírculo de unos 50 metros de diámetro”, así como se puede ver que “hay una calle que se dirige claramente a la entrada al teatro”. En opinión del arqueólogo municipal, “este hallazgo permitiría sumar otro atractivo más a Torreparedones, porque sería el segundo o tercer teatro de la provincia de Córdoba y con posibilidad de excavarlo todo porque se encuentra en propiedad municipal”.

Piernagorda ha incidido en la importancia de la financiación llevada a cabo por la Junta en este yacimiento, ya que ha permitido realizar trabajos que han derivado “en un informe por parte de la UCO en el que parece indicar la existencia de este inmueble, que permitiría dotar de más importancia si cabe a Torreparedones”. Piernagorda ha adelantado que “la Junta ha mostrado su interés en seguir colaborando para seguir realizando sondeos que certifiquen la total existencia de esta estructura”.

Finalmente, el delegado de Cultura y Deporte de la Junta, ha puesto en valor “la necesidad de invertir en la provincia para ir ganando el máximo esplendor posible en los pueblos” y ha incidido en que “estos trabajos en colaboración con la UCO nos permiten ir afianzando el yacimiento”.

21 de marzo de 2023

Desvelado el significado del mosaico romano hallado en Adamuz (Córdoba)

Fechado en torno al siglo IV, los arqueólogos destacan su contenido único por representar los meses no por medio de figuras mitológicas o fantásticas, sino a través de escenas de la vida cotidiana
Fragmento del mosaico romano hallado en un olivar de Adamuz. / EL DÍA

La tierra se abrió por efecto de las lluvias y de entre los olivos de Sierra Morena emergieron los restos de un mosaico romano de grandes dimensiones. Ocurrió en febrero del año pasado y provocó una sorpresa mayúscula en el municipio cordobés de Adamuz, donde se desconocía la existencia de este yacimiento, y ha transcurrido un año hasta que los arqueólogos han desvelado su singular significado: un calendario anual, en el que se representan las estaciones y los meses, que, por sus características, supone un ejemplo rarísimo en todo el Imperio Romano y un caso único en la península ibérica.

Los primeros estudios, a falta de pruebas más concretas, permiten datar el mosiaco en torno a los siglos IV y V después de Cristo, como aventura el doctor Sebastián Vargas, perteneciente al Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla y que ha tenido la oportunidad de estudiarlo sobre el terreno. En la investigación participaron Ángel Ventura, del departamento de Historia del Arte, Arqueología y Música de la Universidad de Córdoba, y Alberto Villarejo, doctorando de la Universidad de Sevilla. Las conclusiones, que se han presentado este sábado en Adamuz con motivo de las I Jornadas del Patrimonio, serán publicadas próximamente en una revista científica especializada.

Como han explicado los autores, actualmente son visibles dos sectores del pavimento, lo que sugiere unas dimensiones totales que superan 18 metros cuadrados y que se integrarían en una villa rural, tan frecuentes en la Bética. Para su construcción se utilizaron teselas de piedra, principalmente mármol y calizas de varios colores, así como fragmentos de cerámica. Desde el punto de vista formal, consiste en un gran círculo inscrito en un cuadrado, un esquema "poco frecuente" en la zona, como apuntan los autores.

El marco exterior lo componen varias cenefas, una de ellas de esvásticas, aunque lo más interesante es la decoración figurativa que ha sobrevivido al paso del tiempo y que permanece sobre el terreno -su ubicación concreta nunca se ha desvelado- a pesar de los socavones causados por las escorrentías.

Uno de los dibujos recrea, en un ambiente campestre, a un personaje masculino que sujeta una jabalina en la mano derecha con la que parece alancear un animal, posiblemente una liebre, oculta entre los matorrales. La actitud de movimiento impetuoso del brazo se acentúa con la postura de la pierna derecha, que indicaría que se trata de un jinete aunque el caballo no se ha conservado. El epígrafe que lo acompaña, Autumnus, no deja lugar a dudas en cuanto a la utilización de esta escena como representación del otoño, concluyen los autores.

Un sirviente con zorzales

Sirviente con zorzales y un delfín. / EL DÍA

El otro personaje representado es un hombre, esta vez a pie, con túnica de color rojizo que porta en su mano derecha una percha con pájaros ensartados por el pico y que por sus características podrían tratarse de zorzales; en la mano izquierda parece portar una flor. "Lo más novedoso de esta escena es sin duda la presencia de los cuatro pájaros ensartados", subrayan los historiadores. Delante del personaje se contempla un arbusto y un delfín vertical cabeza abajo. A los arqueólogos, su interpretación le plantea por el momento ciertas dudas, y cuestionan si forma parte de una alegoría o si se configura como un elemento de transición que separa los distintos meses; incluso, sugieren que pueda tratarse de una restauración antigua.

El cazador a caballo, vestido con pantalón largo y camisa de manga larga, sugeriría que se trata de un individuo "de cierto rango social", porque además la caza era una actividad reservada a las élites. Por el contrario, no tienen duda de que el personaje a pie que porta los pajaritos se trata de un criado, pues siempre visten túnicas cortas y, además, los rasgos del rostro e incluso el color de su piel aventuran que podría tratarse de un siervo traído de algún país exótico.

La escena está acompañada del epígrafe Mensis Deceber, es decir, el mes de diciembre, y su actitud corporal, caminando hacia la izquierda del espectador, permite plantear que el personaje que se encuentra al otro lado del delfín, visible solo en parte, pudiera representar enero. Por lo tanto, todo el conjunto -que presumiblemente se encuentra bajo tierra bien conservado- sería un calendario organizado de manera circular en sentido contrario a las agujas del reloj.

En el centro del círculo, que se ha perdido por completo, es posible que, como reflejan otros ejemplos conservados en otros puntos, se encontrara representado el sol, el sol y la luna o lo que los romanos llamaban el Genio del Año, al que se encomendaban como propiciador de las labores del campo, aventuran los historiadores, que destacan que el mosaico de Adamuz "constituye de momento un caso único dentro de la musivaria hispano-romana".

Y es que, destacan, representa los meses y las estaciones no por medio de figuras mitológicas o fantásticas, como era frecuente, sino a través de escenas realistas relacionadas con actividades de la vida cotidiana, en este caso la caza. Y esto también constituye una peculiaridad, ya que lo habitual habría sido ilustrarlo con tareas agrícolas. Son escenas -explican- que se repiten con otro contenido sobre todo por el Norte de África.

Erratas del latín vulgar
Capítulo aparte merecen las inscripciones de los meses del año y de las estaciones, realizadas con teselas de color gris o negro sobre fondo blanco. Las dos que permanecen visibles, Autummnus (otoño) y Mensis deceber (mes de diciembre), incluyen lo que los historiadores han considerado "erratas" del musivario, que aplicó a su trabajo las formas de las palabras propias del latín vulgar.

20 de marzo de 2023

Descubren la posible ubicación de Madinat Al Zahira, la ciudad perdida de Almanzor

Anomalías del terreno en detalle
 detectadas con tecnología Lidar
y donde se propone la ubicación de Al Zahira.
El profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso Checa halla grandes estructuras en un paraje de piedemonte entre Alcolea y Villafranca de Córdoba con rasgos muy similares a los de Madinat Al Zahara

El profesor de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Antonio Monterroso Checa, ha comunicado a título personal en fechas recientes a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía el que puede ser uno de los grandes hallazgos arqueológicos de la Península Ibérica de los últimos años: la más que probable ubicación de Madinat Al Zahira, la ciudad perdida de Almanzor.

La búsqueda de esta antigua ciudad es uno de los grandes retos arqueológicos en Córdoba desde el siglo XVIII. Se sabe que existió pero hasta ahora no ha sido encontrado resto alguno de un lugar que se construyó para intentar competir con otra de las grandes joyas de la Córdoba omeya: la ciudad palatina de Madinat Al Zahara, que sí que está localizada, excavada y que hasta que se puede visitar.

Hasta ahora, si en algo coincidían todas las fuentes escritas de la época era que Madinat Al Zahira estaba en la zona este de la antigua Qurtuba, justo en el extremo opuesto a Madinat Al Zahara. Su construcción y su función fue la misma: una ciudad fortaleza y palacio para custodiar y ensalzar la figura de Almanzor. Por eso, su más que probable hallazgo guarda, en cuanto a su ubicación, bastantes similitudes con la Madinat Al Zahara ya conocida.

El arqueólogo cordobés Antonio Monterroso Checa es uno de los pioneros en España en el uso de las últimas tecnologías para buscar, encontrar e investigar importantes yacimientos arqueológicos sin la necesidad de excavar el terreno. Gracias al georradar, al uso de la tecnología Lidar-Pnoa y a la generación de modelos digitales del terreno, ha sido capaz de localizar un anfiteatro en Torreparedones o buena parte de la extensión de la antigua ciudad romana de Mellaria. Ahora, ha logrado identificar los restos de varias estructuras de gran tamaño que, según su conclusión, no puede ser otra cosa de Madinat Al Zahira.
Nuevas tecnologías

Monterroso, como responsable de los investigadores de la Unidad Patricia de la UCO, depositó igualmente en 2020 en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía un atlas con más de 200 yacimientos situados en el norte de Córdoba, que este equipo de la UCO en su conjunto ha localizado gracias a estas tecnologías no invasivas en los últimos siete años. Ahora, “y en cumplimiento de la legislación vigente”, ha comunicado otro que se localiza en una zona de piedemonte de Sierra Morena entre los términos municipales de Córdoba (en las inmediaciones de Alcolea) y Villafranca de Córdoba. Por prudencia, este periódico va a obviar el lugar exacto.

El lugar, de difícil acceso, es una zona de sierra y dehesa donde “a simple vista” no se observan restos arqueológicos. Monterroso ha repasado toda la colección de ortofotografías y fotogrametrías disponibles tanto en el Instituto Geológico Nacional (IGN) como en el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) de los últimos 75 años. En ninguna se aprecia “nada a simple vista”.

Sin embargo, todo es distinto cuando la zona “se analiza desde las nubes de puntos LiDAR-PNOA”. En tres cerros conformados como cabezos sí que se aprecian “anomalías que muy difícilmente pueden dejar de tener un origen arqueológico”. La zona no ha sido urbanizada ni se ha usado para otra cosa en los últimos años que no tenga que ver con una actividad ganadera o cinegética.

El hallazgo al detalle permite observar “perfectamente” la disposición de estructuras de planta cuadrangular o rectangular. Es decir, edificaciones.

Según la interpretación del profesor Monterroso, “un yacimiento dividido en tres cabezos con 640 metros de longitud mínima y 932 metros de máxima, y con una anchura aproximada de 420 metros, solo puede identificarse como una ciudad”. De hecho, en las imágenes se llegan a identificar tramos como lienzos de murallas. Para apoyar su interpretación, Monterroso sostiene que “la disposición de las estructuras” que se ven a través del Lidar “se asemeja, claramente, a algunas zonas laterales en pendiente de Madinat Al Zahara” y de otro yacimiento más, situado cerca de Villarrubia, del que también se dio parte a Cultura hace dos años y que fue publicado por su descubridor, Christian Pérez, alumno de la UCO entonces, en la revista Antiquitas.

“En Madinat Al Zahara, el sensor Lidar del IGN permite conocer zonas que se asemejan urbanística y estructuralmente a la aquí propuesta con estructuras rectangulares salvando la ladera”, describe. Aunque su extensión es algo más pequeña que la zona descrita por Monterroso, el profesor afirma que “Al Zahira, la gran ciudad de Almanzor, debe ser una de las dos, o la de Villarrubia o la de Alcolea, preferentemente esta por ser mayor y estar donde tiene que estar”. Ambos, señala, imitan a Madinat Al Zahara “utilizando igualmente el río, su vega, su urbanística y la preeminencia visual de las estribaciones de la sierra”.

El consenso de los investigadores sitúa Al Zahira al este de Córdoba en función de las fuentes literarias. Antonio Arjona en su búsqueda, aludía a varias claves: estaba al este, se llegaba tras varios puentes y estaba en relación con el Guadalmellato y el camino a Toledo. Y allí precisamente está.

En el primer lugar descrito, Monterroso se inclina por ubicar Al Zahira, ya que en sus inmediaciones se ha documentado el hallazgo de un yamur de bronce. Para el segundo espacio se inclina por “pensar en almunias o palacios de otros personajes”, como “la otra ciudad mandada construir por Abd al Malik al-Muzaffar, llamada al-Hayibiyya, relacionada con al-Amiriyya por el poeta Ibn Suhayd”. “La identificación de esta segunda con la almunia de Al Rummanylla hace pensar que esta ciudad sea precisamente la del hijo de Almanzor”, concluye.

El mito de Al Zahira
Madinat Al Zahira significa “la ciudad resplandeciente” y fue construida en apenas ocho años, a finales del siglo X, por orden de Almanzor. Este dirigente, uno de los más poderosos de la historia de Al Andalus, abandonó Madinat Al Zahara para construirse su propia ciudad palatina, a imagen y semejanza de la primera. Todas las fuentes literarias han coincidido en que lo hizo al este de Qurtuba, en el otro extremo de la ciudad.

El esplendor de la “ciudad resplandeciente” apenas duró una generación más. Almanzor fue sucedido por sus hijos, bajo cuyo gobierno se desató una guerra civil que provocó la decadencia del Califato de Córdoba. Sobre el año 1009 la ciudad fue asaltada y saqueada por el pueblo de Córdoba. La destrucción fue de tal nivel que apenas quedó piedra sobre piedra. Tanto, que no ha sido hasta ahora cuando se han encontrado importantes evidencias estructurales en esta zona de la ciudad sobre lo que pudo ser y donde debió estar Al Zahira.

24 de enero de 2023

Un historiador descubre tres castillos andalusíes en la Sierra de Honachuelos

El investigador Emilio J. Navarro Martínez localiza en el corazón de la sierra de Hornachuelos tres antiguas fortalezas defensivas en el interior de grandes fincas de caza. Una de ellas es un castillo de grandes dimensiones, el del Comendador, de más de 2.700 metros cuadrados. Navarro Martínez ha logrado llegar a uno de estos castillos. Al segundo y al tercero le ha sido imposible, pero los ha logrado identificar gracias a fotografías aéreas, al Lidar y al satélite.
Restos del castillo del Comendador, repleto de vegetación. Emilio J. Navarro Martínez

El parque natural de la Sierra de Hornachuelos, al noroeste de la provincia de Córdoba, se extiende por más de 60.000 hectáreas y fue declarado reserva de la biosfera por la Unesco en 2002. Pero apenas se conoce los tesoros que esconde por una razón: la mayor parte de sus 60.000 hectáreas son privadas y están repartidas en un puñado de fincas gigantescas dedicadas a la caza. La familia Koplowitz, por ejemplo, posee una de esas grandes fincas: La Aljabara. Su uso es casi exclusivo cinegético. Las fincas están rodeadas por vallas y mallas que impiden la salida y entrada de los animales que se cazan. Y también de los investigadores.

Por eso es tan difícil conocer el pasado de la Sierra de Hornachuelos. Tanto que el historiador Emilio J. Navarro Martínez, del grupo de investigación Meridies, acaba de descubrir los restos de tres fortalezas andalusíes de las que hasta la fecha no se tenía noticia. Una de ellas es un castillo de grandes dimensiones, el del Comendador, de más de 2.700 metros cuadrados, que sigue conservando en algunas zonas muros de hasta dos metros de altura. Navarro Martínez ha logrado llegar a uno de estos castillos. Al segundo y al tercero le ha sido imposible, pero los ha logrado identificar gracias a fotografías aéreas, al Lidar y al satélite.

Este historiador acaba de publicar un descubrimiento que podría permitir, según la ley andaluza de Patrimonio, que se pudieran estudiar las fortalezas. La norma señala que todos estos recintos históricos son automáticamente declarados Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que sus propietarios están obligados a facilitar su estudio y su conservación, en su caso. También, en un futuro, a su difusión.

La Sierra de Hornachuelos es una de las grandes extensiones de Andalucía que más deshabitadas están. Pero eso es algo más o menos reciente. El río Retortillo siempre ha sido la frontera entre Córdoba y Sevilla. En época romana separaba los conventus de Hispalis y Corduba. La zona, hace dos mil años, estaba repleta de minas que pervivieron hasta época andalusí. Hace unos mil años, cuando el califato comenzó a desintegrarse, se pobló de castillos y fortalezas. Los reinos cristianos atacaban a los musulmanes del Valle del Guadalquivir a través de Sierra Morena, por lo que se configuró una red defensiva con construcciones de fortalezas muy próximas entre sí y prácticamente en cada promontorio. Muchas de esas construcciones siguen siendo visibles. O al menos sus cimientos. El castillo de Almodóvar (reconstruido en el siglo XX) es su mayor exponente. Junto a él, Hornachuelos, e incluso la ciudad fortificada de Palma del Río, con su enorme muralla almohade, son testigos de aquellos años convulsos en los que la frontera entre reinos y dos mundos muy diferentes estaba ahí.

Tierra de frontera
Con la conquista cristiana, poco a poco estas fortalezas dejaron de tener sentido. En la Sierra de Hornachuelos se fueron abandonando. Algunas sirvieron para la actividad cinegética, para el ganado y para el retiro espiritual. Diversas órdenes religiosas se instalaron en la zona y crearon conventos. El más popular es el de Los Ángeles. Pero no fue el único. En el siglo XIX, las desamortizaciones de las propiedades de la iglesia volvieron a transformar este espacio. Grandes familias aristocráticas se hicieron con la propiedad de enormes fincas que dedicaron a la cacería. Y hasta ahora.

Emilio J. Navarro Martínez ha tenido que bucear en los archivos antes de lanzarse a hacer un trabajo de campo que ha dado sus frutos. A través de planos del siglo XVIII, de apuntes históricos, de crónicas andalusíes y cristianas, ha logrado trazar cómo tuvo que ser una red defensiva de fortalezas cuyos restos, además, ha encontrado en el corazón de la sierra de Hornachuelos, abandonados y repletos de vegetación que los ocultan.

A través de toponimia y legajos, también ha identificado los nombres de estas fortalezas. El más importante, por dimensiones, es el llamado castillo del Comendador, en las inmediaciones del pantano del Águila. Este investigador logró llegar hasta el castillo subiendo “arroyo arriba por la servidumbre hidráulica”, que sí que es pública. El castillo tiene unos 2.500 metros cuadrados, con un perímetro de 210 metros. Posee una torre circular y en su interior se adivinan restos de lo que tuvieron que ser habitaciones. Está sobre una gran pendiente, que hace que muchos de sus muros se hayan derrumbado o que su altura no sea la que fue. En su interior la vegetación lo ha tomado. El investigador sostiene que este castillo sería el más importante de la zona, pudiendo albergar a población en su interior en caso de ataque.

Similar, aunque más pequeño, es el castillo de Comares, la segunda fortificación que ha descubierto. De planta cuadrangular, también está repleto de vegetación. Aunque las fuentes documentales señalan que su uso fue militar y defensivo, el investigador sostiene que también pudo dar cobijo al ganado. La fortaleza más pequeña es la atalaya de la Casa Fuerte, una torre de unos 90 metros cuadrados ubicada en el punto más alto de la zona. “La funcionalidad de este punto estaría relacionada con el control de una depresión del terreno, entre elevaciones de una altura parecida, que controlaría el ángulo noreste de todo el sistema defensivo de la Sierra del Águila”, señala el autor.

El investigador concluye urgiendo a la Junta de Andalucía a que ejerza sus competencias y que declare BIC estos tres espacios para poder protegerlos, investigarlos y darlos a conocer.

30 de agosto de 2022

Las obras de puesta en valor de Torreparedones se enfrentan a un nuevo retraso

Otra intervención arqueológica paralizará la construcción de la cubierta para el foro romano durante, al menos, dos meses
Yacimiento arqueológico de Torreparedones en Baena / Cadena SER

Las obras de puesta en valor, conservación y consolidación del yacimiento de Torreparedones, que afectan a las termas romanas, al castillo y al foro romano van a sufrir un nuevo retraso. Así lo ha confirmado a Radio Córdoba - Cadena SER el director del Museo Histórico Municipal de Baena, José Antonio Morena. "En las termas estaba prevista la instalación de una cubierta para proteger el patrimonio que allí se encuentra, pero se ha descubierto que el proyecto inicial no cubría toda la superficie termal, porque hay partes en la zona Norte del yacimiento que no quedarían bajo su protección", ha concretado añadiendo que "un muro en la zona Oeste se prolonga más de lo esperado, por lo que tenemos que hacer una nueva excavación en ese punto para documentar los restos correspondientes".

De este modo, la actuación ha quedado paralizada a espera de una nueva intervención arqueológica para la que la Consejería de Turismo, Deporte y Cultura ya ha dado luz verde. Y es que hasta la finalización de la misma no se podrá continuar con la instalación de la cubierta. Inicialmente, las obras tenían un plazo de ejecución de siete meses, pero se solicitó una prórroga en el mes de abril que finalizaba en agosto de 2022. Dieciocho meses después del anuncio de la actuación, el Ayuntamiento de Baena todavía no ha recepcionado las obras y, de nuevo, tendrá que aplazarlo.

Se trata de una intervención que viene a ensalzar un enclave en el que se han encontrado restos tartesios, íberos y romanos y al que incluso algunos denominan 'la Pompeya cordobesa'. Un enclave que en 2007 fue declarado como Bien de Interés Cultural, y en el que se han documentado restos de una fortificación íbera, una ciudad romana, tres termas, un anfiteatro, un templo romano o de un castillo medieval, entre otros.

Ahora, el arqueólogo municipal confía en que la excavación a realizar no se prolongue durante más de dos meses, pero desconoce qué plazo puede conllevar la construcción de la cubierta o la mejora del camino de acceso al yacimiento. Y es que los puntos que se habían prefijado para la colocación de los pilares del recubrimiento ya no son válidos.

Radio Córdoba - Cadena SER ha intentado, sin éxito, conocer el plazo de ejecución que se maneja en el Ayuntamiento de Baena. Mientras, el grupo socialista en el Parlamento de Andalucía va a solicitar una visita al yacimiento y a registrar varias preguntas dirigidas a la consejería autonómica. María Jesús Serrano, portavoz del PSOE en Baena, lamenta haber requerido "en varias ocasiones" información sobre el proyecto de obra en el yacimiento Torreparedones sin que le haya sido entregado por la delegación de Urbanismo de la localidad. "Es como si no existiese", asevera la portavoz, que califica de "muy grave la falta de transparencia" del consistorio baenense.

Serrano cuestiona "cuál es estado de las obras, cómo se están ejecutando y quién las está supervisando". Del mismo modo, ha lamentado la decisión de "levantar todo el pavimento del foro romano, que era prácticamente el único de España que tenía su suelo intacto". La socialista denuncia "maltrato a los materiales originales", incluyendo "fragmentación de piedras para que puedan encajar".

Las obras se ejecutan con cargo al Programa 1,5 % Cultural del Ministerio de Fomento. Y por segunda vez, la primera fase de esta intervención se enfrentan a la solicitud de una segunda prórroga del plazo de ejecución. Mientras tanto, la oposición municipal en Baena califica de "preocupante" los avances en el proceso de restauración y espera aclaraciones sobre el proceso y la supervisión del proceso.

29 de junio de 2022

Los arqueólogos se inclinan por "Bora" como el nombre de Torreparedones

Un estudio de los responsables de los museos cordobeses de Baena y Cabra señala que el yacimiento no fue la colonia Ituci Virtus Iulia, sino otro lugar en el que hasta, probablemente, nacieron dos santas mozárabes siglos después de su fundación

A partir de ahora, el yacimiento arqueológico de Torreparedones debería comenzar a llamarse Bora. Varios estudios arqueológicos comienzan a afinar la hipótesis más plausible sobre el nombre de la ciudad romana excavada en el término municipal de Baena, de la que se sabe que formó un oppidum previo a la romanización y que incluso estuvo habitada en la época del emirato. Hasta ahora, y por la monumentalidad del yacimiento arqueológico, que disponía hasta de anfiteatro, siempre se optó por identificar a Torreparedones como la colonia Ituci Virtus Iulia, una de las ciudades romanas más importantes de la Bética identificadas por Plinio El Viejo. Pero son 43 monedas y una tubería de plomo las que parecen indicar que no, que Torreparedones no fue una colonia y que tampoco tuvo un rango administrativo tan importante. Eso sí, Bora habría sido tremendamente rica gracias al cultivo del cereal, tanto que sus habitantes se habrían permitido el lujo de construir un anfiteatro, una puerta monumental y un espectacular foro.

Un reciente estudio firmado por José Antonio Morena, del museo arqueológico de Baena, y Antonio Moreno Rosa, del de Cabra, sostiene como principal la hipótesis de que Torreparedones es Bora. La clave ha estado en el hallazgo, ya comentado por el arqueólogo Ángel Ventura, de una tubería de plomo en las termas orientales del yacimiento. Por las dos caras, la tubería tenía una inscripción: M . BOREN que podría aludir al nombre del artesano que fabricó la tubería pero también y quizás más probable, al nombre de la ciudad, Municipio Borense.

Esta es la tesis de Morena y Moreno en su nuevo estudio. Para cruzar esta inscripción se han basado también en el hallazgo a lo largo de los siglos de hasta 43 monedas acuñadas en la ceca de Bora. Las monedas se habrían encontrado principalmente en los alrededores de Torreparedones, siempre al sur del Betis y especialmente en lo que hoy es la provincia de Córdoba. Es decir, esa ciudad de Bora no debería haber andado muy lejos. 11 de esas monedas están en el propio museo de Baena. Se sabe que Bora acuñó moneda en los siglos II-I antes de Cristo con un busto femenino en el anverso y un toro en el reverso sobre el que figura la leyenda Bora. Es decir, se sabe que la ciudad ya tenía historia antes de la época de Augusto, similar al oppidum existente en Torreparedones.

Este nuevo nombre rebajaría la categoría que se le presuponía a Torreparedones y dejaría aún en el aire la localización de la colonia Ituci Virtus Iulia. Los expertos intentan afinar para saber si Bora fue o no un municipio como tal, algo que se podría afirmar por la M. de la inscripción en la tubería de plomo. “La epigrafía aparecida en el oppidum de Torreparedones nos indica que, por la tribu de sus ciudadanos, Galeria, y por la presencia de los magistrados municipales desde época augustea, esta población ostentó el ius adipis­ cendae civitatis romanae per magistratum, un elemento que confirmaría esta posible identificación”, señalan los autores.

Es más, es probable que se tratase de uno de los municipios nombrados por Plinio El Viejo en su descripción de todo el territorio que se extendería entre el sur del río Betis y el Océano. Según los autores, Bora podría corresponder al nombre de Ebora Cerialis. Este cognomen que se acompaña al nombre de la ciudad tendría una explicación por la importancia del cultivo de cereal en la zona. Los monumentos de Torreparedones están repletos de espigas de trigo.

Y como último refuerzo a su hipótesis está el caso del emirato. Torreparedones estuvo habitado durante Al Andalus. Y un estudio posterior de los libros sobre martirio de San Eulogio reinterpretan el lugar de nacimiento de las santas mozárabes Nunilo y Alodia. Traducciones posteriores del original aseguraron que habían nacido en Osca. En el texto original se señalaba lo que podría leerse como Bosca, que los autores corrigen ahora y señalan que la SC podría tratarse de una R, y que estas santas mozárabes, por tanto, habrían nacido en Bora, en las inmediaciones de lo que hoy es Baena.

“En este panorama, no cabe duda de que los argumentos que hemos presentado permiten considerar que quizás Torreparedones deba empezar a identificarse con la ciudad de Bora. Este enclave, que acuña moneda en época republicana, con una distribución coincidente con este territorio, podría ser la Ebora Cerealis pliniana”, concluye este nuevo estudio.

30 de septiembre de 2020

Documentan la existencia de un segundo santuario en el yacimiento de Torreparedones

El hallazgo de siete exvotos de caballos del Siglo I d.C. fueron fundamentales para determinar su emplazamiento. Es la primera vez que se documentan dos santuarios diferentes en una misma ciudad que también podrían ser utilizados al mismo tiempo
Javier Vacas y José Antonio Morena muestran los exvotos hallados. FOTO: M.BAENA

El parque arqueológico de Torreparedones, en Baena (Córdoba), sigue arrojando luz sobre numerosos vestigios que demuestran la gran importancia que debió tener esta riquísima ciudad romana. El último ejemplo es el descubrimiento de varios exvotos que confirman la existencia de un segundo santuario.El arqueólogo municipal José Antonio Morena informó de la “sorpresa que supuso el descubrimiento de siete exvotos de piedra zoomorfos que representan caballos, en un contexto que se puede fechar en el siglo I d.C. y que deben estar vinculados a un santuario que estaría dedicado a una deidad protectora de dicho animal ”.


EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA
En este sentido, Morena subrayó que “es algo realmente excepcional porque es la primera vez que se reconocen dos santuarios diferentes en una misma ciudad que también podrían ser utilizados al mismo tiempo” y detalló que es Ubicado a solo 500 metros del otro santuario ya 300 metros de la puerta este.Este descubrimiento se produjo recientemente durante los movimientos clandestinos de terrenos realizados en los terrenos de la necrópolis romana ubicada junto al centro de visitantes de Torreparedones, aunque fuera de la propiedad municipal. Tras el encuentro, se llevó a cabo una excavación arqueológica para documentar una serie de posibles estructuras de presunto entierro.

ENTERRAMIENTOS
El arqueólogo municipal también informó que “la excavación se limitó exclusivamente a documentar varios restos ubicados en tres sectores diferentes, habiéndose detectado en dos de ellos varias tumbas, un individuo consistente en una urna de piedra caliza que fue enterrada en un gran piedra calcarenita cantera, pero que no conservó la portada y fue saqueada, aunque fue extraída y estará expuesta en el museo histórico municipal ”.
Asimismo, Morena explicó que “el otro es un sepulcro colectivo, tipo familiar, semi-hipogeo (subterráneo), aunque parcialmente destruido y saqueado en la antigüedad, con alteraciones más recientes”. En esta zona sólo se han recogido restos muy fragmentados de urnas de piedra y una tapa de cuenco de otra urna de cerámica.

En opinión del arqueólogo, “es un entierro muy interesante desde el punto de vista de su tipología, ya que es el tercer caso de este tipo que se documenta en Torreparedones, y se podría decir que es exclusiva de esta ciudad ”, al tiempo que destaca que“ Está construida con una fábrica de opus quadratum y su singularidad está marcada por una repisa de piedra moldeada que cruza la cámara funeraria y sobre la que se colocarían las urnas y los objetos funerarios. ”

Finalmente, apuntó que “en el último sector estaba previsto detectar otra tumba porque ya en 2011 se descubrió una inscripción funeraria romana de un matrimonio, sin embargo, no había rastro de restos humanos ( enterrado o incinerado) es posible que la lápida no esté in situ ”.

Por otro lado, el asesor de cultura, Javier Vacas, aclaró que “Torreparedones sigue sorprendiéndonos con descubrimientos de gran interés” e insistió en que “tenemos una gran riqueza descubierta y no descubierta, por tanto, debemos seguir trabajando en esta ciudad romana ”.

Reconocido el terreno y comunicado el asunto a la Delegación Provincial de Cultura, apareció el inspector arqueológico Alejandro Ibáñez, quien indicó la conveniencia y necesidad de realizar una excavación. Por ello, y con el permiso del propietario, el arqueólogo municipal presentó el proyecto de actividad arqueológica relevante que fue atendido y autorizado con urgencia el 17 de septiembre.
(Fuente: Diario Baena)

16 de abril de 2020

Un recorrido por Medina Azahara desde el salón de casa

El conjunto arqueológico pone en marcha un proyecto para visitar y sus ricos detalles desde Internet
El Conjunto Arqueológico de Medina Azahara invita a las familias a conocer su riqueza patrimonial a través del proyecto #EnCasaConMedina. Una puerta en el confinamiento que se abre hacia la ciudad brillante en el tiempo en que permanece cerrada a las visitas por las medidas adoptadas para frenar la expansión del coronavirus..

El yacimiento, Patrimonio de la Humanidad, ofrece un conjunto de materiales 
para dialogar con su historia y su belleza. Conocer la ciudad palatina es imprescindible para todos aquellos interesados en el legado hispanomusulmán en la ciudad de Córdoba y Al-Ándalus. Su historia comienza con Abderramán III y su decisión de construir una ciudad a las afueras de Córdoba, entre los años 936 y 976.

Para adentrarse en la ciudad ideal que el califa soñó para su amada Azahara -según la leyenda-, existe la posibilidad de realizar una visita virtual a través de su página web, que recorre estancias como las caballerizas, el mirador, la casa Ya’Far II o su mezquita. Sus 113 hectáreas de superficie amurallada con vistas en 360º. Esta forma de visitarlo también permite avanzar según el espectador lo desee para ir descubriendo este conjunto, que acogió en su momento de gloria, durante el siglo X, labores tanto administrativas como residenciales del califato.

Para completar el proyecto #EnCasaConMedina, sus perfiles oficiales en redes sociales difundirán publicaciones con contenidos en diferentes formatos para conocer desde otras perspectivas la ciudad, que tuvo una vida relativamente breve ya que entre 1010 y 1013 comenzó su destrucción. Si bien, su riqueza es inversamente proporcional a su corta historia. El califa quería mostrar al mundo la superioridad de la dinastía Omeya y proyectó su deseo en esa ciudad a los pies de Sierra Morena, justo donde la montaña penetra en el valle del Guadalquivir.

El primero de los recursos compartidos ha sido una recreación virtual del conjunto arqueológico en su época de esplendor. Un vídeo que, tras una extensa investigación, muestra el emplazamiento desde los ojos de las embajadas que visitaban la ciudad brillante: Medina Azahara era el más hermoso ejemplo de esplendor de al-andalus. Una recreación de la vida es la ciudad califal, en la que se pueden apreciar sus habitantes, sus espacios, la belleza de su paisaje y la monumentalidad de su arquitectura.

En otras publicaciones, se invita a profundizar en la construcción y las costumbres que aquella época, a través de los restos que se conservan en el emplazamiento, que es el mayor yacimiento arqueológico de España. Se pregunta, por ejemplo, qué es «Dar al-Mulk», un ataifor, un alquerque o una arqueta, y los interrogantes se resuelven con explicaciones que llevan a valorar piezas singulares que hoy se conservan. Toda la información se acompaña de fotografías y en algunos casos de videos y se apoya en publicaciones realizadas en base a investigaciones arqueológicas y de historia que también se pueden consultar. Se trata de una divulgación valiosa que hará mirar a Medina Azahara con otros ojos cuando se pueda salir de casa.

3 de abril de 2020

Un paseo por Cástulo en pleno confinamiento

La Junta de Andalucía y Google ofrecen en Maravillas de Andalucía más de 2.300 obras de arte para visitar de forma virtual y recoge esta ciudad como uno de los increíbles hallazgos arqueológicos de la región
Visita guiada a Cástulo. Mosaico de los Amores. FOTO: IDEAL
La provincia de Jaén esconde infinidad de tesoros arqueológicos dignos de visitar, también en cuarentena sin necesidad de movernos del sofá. Maravillas de Andalucía es un proyecto de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Google Arts&Culture que ofrece más de 2.300 obras de arte mediante colecciones virtuales de museos como los de Granada, Huelva o Jaén, además de diversos conjuntos arqueológicos y monumentales.

En el apartado 'Desenterrando el pasado' figura la ciudad de Cástulo como uno de los increíbles hallazgos arqueológicos de la región andaluza, un paseo por su legado desde la Prehistoria hasta hoy. El origen de Cástulo puede fecharse en el Neolítico (5.000 a.C. - 2.000 a.C.), un periodo caracterizado por el desarrollo de la agricultura, la ganadería y por avances tecnológicos como el uso de la piedra pulida o la cerámica. En el II milenio, durante la Edad de Bronce Medio, Cástulo se consolida como un importante núcleo de población vinculado con las explotaciones mineras de Sierra Morena.

Desde entonces cada periodo histórico ha ido dejando su impronta en Cástulo, por eso este paseo comprende ocho etapas en total: Prehistoria, periodo orientalizante, época ibérica, romana, visigoda, islámica, Edad Moderna y Edad Contemporánea, todas ellas con descripciones, fotografías y recursos audiovisuales para profundizar en la materia.

MOSAICO DE LOS AMORES
Así pues, de la época ibérica podemos ver cráteras griegas, usadas en los ritos funerarios, una falcata y un exvoto de bronce (500 a. C. - 200 a. C.). De la época romana destaca el mosaico de los Amores, una sala de 70 metros cuadrados en excelente estado de conservación perteneciente a un edificio que posiblemente iba a estar destinado al culto imperial a Domiciano. La mayor parte del mosaico está compuesto por teselas de piedra, aunque también hay de pasta de vidrio.

Otra curiosidad de Cástulo es que alberga los restos de uno de los edificios cristianos más antiguos de la Península Ibérica, fechado en el siglo IV d.C.; en él se encontró la patena de Cristo en majestad, la representación de Cristo más antigua documentada en la península y una de las piezas de este tipo mejor conservadas del mundo.

La ciudad de Cástulo está situada a seis kilómetros de Linares y junto con el Museo Arqueológico conforman el Conjunto Arqueológico de Cástulo, lugares que como hemos visto se pueden disfrutar en cualquier momento.

1 de agosto de 2017

Documentan una casa romana en Torreparedones, en Baena (Córdoba)

Las paredes estaban decoradas con pinturas de varios colores, negro, azul, blanco y, sobre todo, rojo, de manera similar a cómo se ve en la villa romana de Fuente Álamo
El pavimento de la estancia debió ser expoliado durante la etapa de abandono de la ciudad en el siglo III dC.
Los resultados provisionales y hasta que se redacte la memoria final apuntan a que ese edificio de espectáculos no se encuentra en esta zona de la ciudad pues, aproximadamente, en la zona central de la manzana se han documentado restos de varios muros realizados en mampostería, con piedras trabadas con tierra, que presentan unos enlucidos con estucos pintados de varios colores.

DECORACIÓN
Debido al espacio tan reducido de la zona intervenida sólo se ha podido excavar una mínima parte de la estancia que conforman dichos muros, destacando el hecho de que las paredes estaban decoradas con pinturas de varios colores, negro, azul, blanco y, sobre todo, rojo, de manera similar a cómo se ve en la villa romana de Fuente Álamo (Puente Genil) donde responde a un esquema clásico tripartito compuesto por un zócalo oscuro de color negro con veteado rojizo y puntos blancos, banda de transición azulada y paneles de color rojo enmarcados por filetes blancos. Esta decoración se conserva con un alzado de casi 1,5 m. en algunos sectores. Lamentablemente, no se ha conservado el pavimento de la estancia que debió ser expoliado durante el período de abandono de la ciudad (hacia el s. III d.C.), y que bien pudo ser de losas de mármol, acorde con la decoración parietal.

Dado que esta decoración parietal pintada se encuentra resquebrajada ha sido sometida a un proceso de consolidación preventiva mediante su engasado por técnicos de la empresa Gestión y Restauración del Patrimonio Histórico S.L. a la espera de que se proceda a su puesta en valor en un futuro. Al norte de esta estancia existe otra que no se ha excavado de momento y que presenta varios muros con revestimientos similares pintados. Todos estos datos apuntan a que nos encontramos ante unas estructuras de carácter doméstico, es decir, una domus, ricamente decorada y quizás perteneciente a un personaje importante de la ciudad, teniendo en cuenta también el lugar que ocupa junto al foro.

SONDEO EN LA PUERTA DEL DECUMANO
El segundo sondeo, situado en la puerta monumental del decumano máximo ha deparado la existencia de un espacio amplio al traspasar la puerta, también sin pavimento y con un canal de desagüe que evacua hacia la calle, por lo que podría tratarse de un patio o atrio. Debido a que se trata de sondeos no es factible, por el momento, determinar una posible relación de esta entrada con los muros decorados ubicados en el interior de la manzana, por lo que habrá que esperar a que futuras investigaciones aporten más datos.

Según indica el arqueólogo municipal de Baena y director de la excavación José Antonio Morena, es probable que algunas de estas estancias decoradas con pinturas murales tengan pavimentos con mosaicos pues estos eran frecuentes, sobre todo, en viviendas de lujo.

(Fuente: Cordópolis)

22 de mayo de 2017

Las termas romanas de Torreparedones disponían de calefacción con suelo radiante

Para Ángel Ventura, profesor de la UCO, las termas orientales de Torreparedones «son el edificio mejor conservado de índole termal de Andalucía y puede que de España» y las califica como «una de las joyas del parque arqueológico» dado que su estado de conservación es «extraordinario».
EL sistema de calefacción ya está completamente excavado. FOTO: S.N.T. / BAENA
La pasión de los romanos por los baños públicos y que no les gustaba el frío queda patente en la ciudad íberorromana de Torreparedones. Lo constata las terceras termas halladas en la colonia, las segundas en construirse, a finales del s. I d.C., aproximadamente. Nada más comenzar la excavación salía a la luz una curiosa particularidad, según explicaba el profesor de la Universidad de Córdoba, Ángel Ventura, en la sala caliente o caldarium se ubican las taquillas del vestuario, cuando lo normal es que éstas estuvieran en una habitación en la entrada. Para Ventura esto obedece a «las condiciones climatológicas».

El frío de invierno en Ituci Virtus Iulia hacía optar a los romanos por instalar en estas termas para su calefacción lo que hoy es suelo radiante, hypocaustum para los romanos. Este sistema lo inventó el ingeniero Cayo Sergio Orata y se extendió por todo el imperio. Este sistema ya esta completamente excavado en la termas orientales de Torreparedones. Según indica el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, «el hypocaustum era el suelo radiante que sería para calentar la sala mediante unos hornos que estaban en otra estancia, al exterior, pero conectada por el caldarium por unos conductos por los que circulaba el aire caliente».

FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA
La instalación de este sistema en las terceras termas de Torreparedones consistía en «el pavimento de la sala que era de opus sectile, formado por piezas romboidales de caliza y triangulares de mármol, que se sustentaba sobre unos grandes ladrillos y estos, a su vez, sobre unas pequeñas columnas de ladrillo o pilae», explicaba Morena. Con el fin de conseguir más temperatura, «entre los ladrillos y el pavimento se colocó una lámina de plomo por toda la superficie». El arqueólogo municipal lamentaba que «solo se ha conservado una parte del pavimento ya que tras el abandono de las termas fue expoliada la mayor parte del plomo y las piezas romboidalesy los triángulos se removieron de su lugar original» aunque apuntaba que «se han recuperado la mayor parte de ellas y se podrán reutilizar cuando se acometa la restauración del edificio».

Para Ángel Ventura, las termas orientales de Torreparedones «son el edificio mejor conservado de índole termal de Andalucía y puede que de España» y las califica como «una de las joyas del parque arqueológico» dado que su estado de conservación es «extraordinario».

20 de abril de 2017

Sale a la luz la fuente del caldarium de las termas orientales de Torreparedones

Se trata de una de las pocas fuentes termales encontradas en su lugar original. Es de gran tamaño y forma parte del tercer complejo termal encontrado en el yacimiento, lo que confirmaría que la Ituci Virtus Iulia romana pudo ser una "ciudad balneario"
El "labrum" es de grandes dimensiones y tiene un diámetro de dos metros de perfil abierto. FOTO: TORREPAREDONES
La excavación de las llamadas termas orientales, el tercer complejo de baños romanos descubierto hasta la fecha en el yacimiento de Torreparedones, razón por la cual algunos investigadores consideran que aquella fue una ciudad balneario, ha puesto al descubierto la fuente del caldarium. Está tallada en una sola pieza en piedra calcarenita local, muy bien pulida y se conserva, aproximadamente, un tercio de la misma, suficiente para su reconstrucción cuando se proceda a la puesta en valor de las termas. Era una fuente de agua fría en la que los bañistas podrían refrescarse. 

El labrum es de grandes dimensiones pues tiene un diámetro de 2 metros de perfil abierto y escaso fondo, típico de las fuentes de edificios termales. Como apunta el arqueólogo municipal del consistorio baenense, José Antonio Morena, la singularidad de este hallazgo es que «se trata de una de las pocas fuentes de termas encontradas in situ», es decir, en su lugar original, pues en otros muchos casos este tipo de piezas están descontextualizadas, como el labrum de Baelo Claudia, que fue reutilizado siglos después, o el hallado en el antiguo campamento de la legio VII Gemina de León, cuyos fragmentos se habían reaprovechado en una cloaca romana.

MUY BIEN CONSERVADO
Con respecto a las termas orientales, que constituyen uno de los edificios de este tipo mejor conservados de la península, hasta la fecha se han documentado tres grandes salas de planta rectangular, distribuidas en sentido este-oeste. En primer lugar, la sala fría que dispone de un pavimento musivo con grandes teselas de color blanco y con su correspondiente piscina de agua fría de planta cuadrada, con varios peldaños y un asiento, que se adentra en la siguiente sala que es la templada.


Desde ésta, a través de una estrecha puerta de la que se conserva parte del arco, se accede a la tercera sala que es el caldarium o sala caliente que se conserva con una altura de más de dos metros y con numerosas taquillas. Esta sala funcionaba como una auténtica sauna al tener un suelo radiante y una pequeña piscina o alveus de agua caliente adosada al muro sur y también un ábside en el centro del muro oeste que se puede identificar con la schola labri, que estaba cubierta con un gran arco de medio punto y media cúpula decorada en forma de venera y pintada en parte de color rojo, a la que se le ha colocado una estructura metálica de acero para asegurar su estabilidad. 

Resulta de gran interés la localización en esta schola labri del correspondiente labrum o fuente que estaría colocada sobre un basamento de obra en su parte central, que se ha conservado parcialmente. Estas termas orientales debieron construirse en la primera mitad del siglo I d.C.

5 de abril de 2017

Los arqueólogos descubren una inscripción dedicada a la diosa Salud en Torreparedones

La inscripción permite saber de la existencia de un altar y una fuente dedicada a la diosa de la Salud (Dea Salus) junto a un paso de agua minero medicinal anexo a las termas y confirma que los romanos respetaban y asimilaban las religiones y divinidades en tierras conquistadas.
El hallazgo confirma la idea de que los romanos respetaron las religiones y divinidades en tierras conquistadas.
La ciudad romana Ituci Virtus Iulia, Torreparedones, fue sin duda una gran urbe, una metrópoli que ha permanecido oculta bajo los olivos durante cientos de años y que ahora empieza a resurgir y a mostrar el esplendor que un día tuvo con un cada vez mayor número de hallazgos. Pero es más, el Parque Arqueológico de Torreparedones no solo acoge grandes descubrimientos, sino que ahora concibe "milagros". Y es que con esta palabra fue con la que el arqueólogo y catedrático de la Universidad de Córdoba Ángel Ventura definió ayer el último hallazgo en este yacimiento, concretamente en la zona de las termas, donde se ha hallado una inscripción que permite saber de la existencia de un altar y una fuente dedicada a la diosa de la Salud (Dea Salus). El motivo por el que Ventura tilda de "milagro" este descubrimiento reside en que el mismo tuvo lugar el pasado jueves 30 de marzo, día en el que Roma celebra la festividad de la diosa Salud y "día que la diosa ha elegido para manifestarse".

Para el catedrático de la UCO, "la inscripción es interesantísima porque muestra que sería un santuario situado junto a un paso de agua". La inscripción tendría en su día tres funciones: indicar que a los pies del pozo estaba la fuente de la salud salvadora, que es una pieza que forma parte de un muro y es además un altar en el que hay un pequeño cenicero donde los fieles hacían el sacrifico más habitual en el mundo romano".

RESPETO A LAS RELIGIONES NATIVAS
Exactamente, la inscripción dice: Fons Dominae Salutis Salutaris, lo que viene a significar: "Aquí está la fuente de la Señora de la Salud Salvadora", y viene a confirmar una idea que ya tenían los arqueólogos, "que los romanos respetaron las religiones y divinidades nativas de los lugares que conquistaban y las asimilaban con sus propias divinidades".

Asimismo, Ventura detalló que "estos pueblos mantuvieron ese ritual de sanación a la ibérica y a ese rito sanador superpusieron el suyo que es la hidroterapia, por lo que crean un santuario a su diosa de la Salud justo al lado de las termas para que esa salud venga por la ingestión del agua, que en Torreparedones es minero-medicinal, y también para ser usada para los baños".

CULTO RELACIONADO CON LA SALUD
El profesor de la UCO insistió en que "ya sospechábamos que la ciudad estaba volcada en cultos relacionados con la salud y la sanación, como lo muestra el santuario ibérico por los numerosos exvotos anatómicos encontrados, así como que la divinidad ibérica velaba por la curación, partos sin problemas y fertilidad".

De igual forma, "sabíamos que cuando llegan los romanos en el año 30 o 28 antes de Cristo respetaron ese culto, lo potenciaron y asimilaron ese culto salutífero indígena a su propia divinidad que era la diosa Salud, por lo que orientaron el templo y la curia a la salida del sol el día 30 de marzo, festividad de la diosa Salud".

CIUDAD BALNEARIO
En lo que al conjunto de las termas romanas se refiere, Ventura calificó el edificio como "uno de los monumentos de época romana mejor conservados de Andalucía y probablemente de España". El experto en epigrafía consideró que el yacimiento de Torreparedones "era una especie de ciudad balneario, con tres termas y dos santuarios, donde la gente venía realmente a sanarse".

Por su parte, el arqueólogo municipal, José Antonio Morena, precisó que estas son las termas orientales y suponen el tercer conjunto termal que ha aportado la ciudad y que está poniendo de manifiesto que el agua fue fundamental en el desarrollo de Torreparedones, si bien "aún no conocemos la planta de las mismas ni la entrada, aunque sí que en su día se identificaron tres salas, destinadas a agua fría, templada y caliente".

Morena precisó además que la semana pasada se descubrió el pavimento de la sala, que "permitirá restituir el motivo geométrico que tiene el hallazgo de la fuente en el nicho del muro oeste con unos dos metros de diámetros y que está in situ". Ahora se está trabajando en la parte sur.

9 de enero de 2017

150.000 euros para excavaciones en trece yacimientos de Ciudad Real

El patrimonio histórico no sólo es una fuente de cultura necesaria sino también de riqueza para la zona en la que se ubica y, conocedora de esta situación, la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, a través de la Consejería de Cultura, acaba de aprobar 13 proyectos de trabajo en yacimientos arqueológico de Ciudad Real que permitirán seguir avanzando en la investigación de ese patrimonio.
Iglesia de la fortaleza de Calatrava la Nueva.
En concreto, el Gobierno regional ha concedido subvenciones por importe de 149.376,18 euros para llevar a cabo en 13 yacimientos arqueológicos de la provincia ubicados en las localidades de Aldea del rey, Almodóvar del Campo, Valdepeñas, Terrinches, Almadén, Montiel, Poblete y Ciudad Real, Argamasilla de Alba, Albaladejo, Carrión de Calatrava y Daimiel.

CERRO DELAS CABEZAS
Uno de los proyectos más destacados, en lo que a la cuantía de la subvención se refiere, será en el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas, donde los arqueólogos Julián Vélez, José Javier Pérez, Tomás Torres y Domingo Fernández llevarán a cabo un sondeo estratigráfico en el área urbana de oppidum; además del estudio arqueológico-estratigráfico del área urbana y muralla norte. 
En este proyecto aprobado por la Junta también se incluye la realización de dataciones pro termoluminescencia, así como el estudio y clasificación del material metálico del yacimiento arqueológico.

El Cerro de las Cabezas es un punto de referencia en la cultura íbera, por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos y por ser una de las pocas ciudades ibéricas conservadas en su integridad dentro del panorama peninsular. Las campañas sistemáticas que la Junta de Comunidades está llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas, desde años atrás, van poniendo al descubierto parte de las áreas urbanas y defensivas de la ciudad, mostrándonos su urbanización, almacenes, áreas domésticas, santuarios, torreones y murallas.
Esta no será la única actuación que se realice en Valdepeñas, ya que también se ha autorizado y subvencionado otra actuación, en este caso estudios y prospecciones geofísicas para el conocimiento del opiddum oretano que realizarán los arqueólogos Juan José Blánquez y Lourdes Roldán.

SISAPO
También es destacable el trabajo que van a realizar en la antigua Sisapo o yacimiento La Bienvenida, en Almodóvar del Campo, los profesionales Mar Zarzalejos, Carmen Fernández y Germán Esteban.

En este lugar se llevan realizando excavaciones desde la pasada década de los 80 que están siendo de gran utilidad para la reconstrucción de la dinámica histórica de la comarca gracias a importantes hallazgos que demuestran la inserción de la localidad en la cultura y economía de los Tartesos a finales del siglo VIII A. C, además de que se ha descubierto que ya en época romana se convirtió en la capital minera de la comarca debido a su vinculación con la explotación de las minas de cinabrio y plata. El yacimiento ha podido ser identificado con un importante centro minero citado por las fuentes clásicas con el nombre de Sisapo. Se encuadra dentro de la zona denominada como la Oretania prerromana. Esta ciudad tuvo una extensión aproximada de 10 hectáreas y estaba rodeada por una muralla de más de 3 metros de ancho con unas 28 torres. En el interior del recinto se han encontrado restos de viviendas de varios momentos culturales desde el siglo VII a.C. hasta el siglo IV d.C.
CALATRAVA LA NUEVA
Otra de las actuaciones aprobadas por el Gobierno regional tendrá lugar en el castillo de Calatrava La Nueva, en Aldea del rey, gracias a las arqueólogas Ana María Segovia y Concha Claros. El Sacro Castillo-Convento fue fue declarado Monumento Nacional en 1854 está en la cima del cerro Alacranejo, una zona que ya desde la época prehistórica ambos lugares fueron elegidos por gentes de la Edad del Bronce para situar sus poblados como muestran los restos hallados en la zona en la que se ubica el castillo, ocupado hasta 1802 por la Orden de Calatrava.

ALARCOS Y CALATRAVA LA VIEJA
En el parque arqueológico de Alarcos y Calatrava la Vieja se van a llevar a cabo varias actuaciones, entre las que se incluye continuar con la excavación arqueológica de Alarcos a cargo de Antonio de Juan -gran conocedor de este yacimiento ya que dirigió durante años este parque, junto a Macarena Fernández y Diego Lucendo.
El cerro de Alarcos fue ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno y conoció dos etapas esplendorosas: una durante la época ibérica y otra en la Edad Media.
Las excavaciones arqueológicas que se desarrollan desde 1984 han sacado a la luz parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se ha encontrado una fosa común con restos de la batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos.

Por otra parte, entre Ciudad Real y Poblete, María del Rosario García, Francisco Javier Morales y David Rodríguez van a llevar a cabo el estudio e investigación de la necrópolis ibérica y del oppidum de Alarcos. En Calatrava La Vieja se va a desarrollar el estudio y caracterización de materiales arqueológicos y este proyecto lo desarrollarán los arqueólogos Manuel Retuerce y Miguel Ángel Hervás.

En este caso hay que recordar que la antigua Qal'at Rabah islámica es uno de los yacimientos medievales más importantes y mejor preservados de la Península. Su historia, junto al río Guadiana, transcurre entre los s. VIII y XV y fue el enclave urbano del poder califal en la región, la primera posesión templaria en Castilla, lugar de fundación de la primera Orden militar hispana y la ciudad más septentrional del Imperio almohade.
Conserva estructuras tan notables como un foso, todo el recinto amurallado, con torres pentagonales, “albarranas” y “corachas”, y dos puertas acodadas. En el alcázar destacan el magnífico arco triunfal de acceso, la gran sala de recepciones, el aljibe y las iglesias templaria y calatrava, y en los arrabales, los restos de una mezquita.

CASTILLO DE LA ESTRELLA DE MONTIEL
Viajando hasta otro castillo, en este caso el de la Estrella en Montiel, la Junta de Comunidades ha dado luz verde a la excavación arqueológica en el barrio islámico, que llevarán a cabo el profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero; el arqueólogo de la Fundación Castillo de la Estrella, David Gallego; y la restauradora Cristina Peña.
Se trata de una zona de hábitat con restos de silos y viviendas de este período y que según los datos recogidos por este mismo grupo de trabajo en 2013 “tienen una cronología muy temprana (siglo IX-X), lo que convierte al conjunto arqueológico del Castillo de la Estrella en uno de los yacimientos con una secuencia cronológico-cultural de época medieval más amplia y completa de la región”.

LA MOTILLA DEL AZUER
Otro de los yacimientos más conocidos de la provincia, el de la Motilla del Azuer en Daimiel, también forma parte de los proyectos aprobados, en este caso se realizarán investigaciones geoarqueológicas y topográficas en las que participará el arqueólogo Miguel Torres.
La Motilla del Azuer es el ejemplo más representativo de una original cultura de la Edad del Bronce que se desarrolló en las llanuras del norte de la provincia, preferentemente inundables, donde el agua se convirtió en un factor de capital importancia para la supervivencia.

El yacimiento se desarrolla en torno a un profundo pozo protegido por una torre de planta cuadrada, varias líneas concéntricas de murallas de considerable altura en mampostería, entre las cuales se disponían desde áreas de estabulación de ganado, áreas artesanales para la fundición de metales a almacenes de cereales.

PILAR DE LA LEGUA DE ALMADÉN
Hasta Almadén se va también una de las subvenciones más importantes en lo que se refiere a su cuantía, ya que se ha aprobado el proyecto del equipo multidisciplinar que componen Germán Esteban, Mar Zarzalejos y Jesús Martínez para seguir investigando en el yacimiento Pilar de la Legua.
Los dos últimos proyectos que se van a desarrollar son el estudio de contextualización ceramológica, mineralógica y fotogramétrica de la villa romana de Puente de la Olmilla, en Albaladejo, a cargo de Luis Benítez de Lugo y José Luis Fuentes; así como la excavación arqueológica en el castillo de Santa María, en Argamasilla de Alba, que realizarán Antonio José Gómez; David Gallego; Jesús Manuel Molero; Andrés Ocaña; y Juan Ángel Ruiz.

CASTILLEJO DEL BONETE
El proyecto aprobado por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que cuenta con una mayor inversión es el del estudio de túmulos prehistóricos en la cultura de las motillas, que se realizará en el Castillejo del Bonete en Terrinches.
Este yacimiento arqueológico tiene aproximadamente 500 metros cuadrados y está emplazado en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena, en lo alto de una ladera orientada al sur.

El lugar se encuentra al sureste de la provincia de Ciudad Real y en lo que tradicionalmente se ha supuesto el borde meridional del área en la cual se desarrolló la Cultura del Bronce de La Mancha. Se halla estratégicamente situado junto al Camino de Aníbal, vía natural de comunicación entre la Meseta y la Alta Andalucía.

Los arqueólogos Luis Benítez de Lugo Enrich y María Benito Sánchez serán los responsables de desarrollar trabajos arqueológicos de excavación, topografía georreferenciada y fotogrametría. Este yacimiento tiene características que le confieren gran interés arqueológico porque, entre otras, agrupa espacios y utensilios de la vida cotidiana; tiene 5 inhumaciones de diversa tipología, varias con ajuar; posee murallas defensivas; y guarda una cueva fortificada de notables dimensiones intacta desde la Prehistoria.