google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: oppidum
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9 de julio de 2014

Confirman el descubrimiento de un poblado ibérico en el Tossal del Morquí (Valencia)

Tras un devastador incendio que hubo el pasado año y las fuertes precipitaciones sobre este territorio se empezaron a descubrir los restos de unas fortificaciones y edificios. Los materiales encontrados reflejan una larga secuencia de ocupación comprendida entre los siglos VIII y III a.C, aunque también presenta otra fase posterior de época medieval. El yacimiento, de más de cinco hectáreas es, por tamaño y época, el descubrimiento íbero más importante realizado en las comarcas valencianas de La Safor y la Vall d'Albaida.
El devastador incendio de 2012 dejó al descubierto algunas estructuras del oppidum. Foto: LEVANTE
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante dirigido por Ignasi Grau ha hallado restos de un poblado íbero en el Tossal del Morquí, entre los términos de Lugar Nuevo de San Jerónimo y Terrateig. Concretamente, en el antiguo camino que unía Xàtiva y Dénia.

El yacimiento, de más de cinco hectáreas es, por tamaño y época, el descubrimiento íbero más importante realizado en las comarcas valencianas de La Safor y la Vall d'Albaida.

Los materiales encontrados reflejan una larga secuencia de ocupación comprendida entre los siglos VIII y III a.C. El lugar también presenta otra fase posterior de época medieval, momento en el que se establece en el Tossal una pequeña fortificación, según explicó el arqueólogo Salvador Cloquell.

UN OPPIDUM QUE CONTROLABA EL COMERCIO
Entre los tesoros arqueológicos se hallan un poblado y tramos de una muralla. Estos poblados fortificados, también llamados Oppidum se situaban en lugares elevados, colinas o mesetas.

Este, en concreto, tenía como fin controlar el acceso de las mercaderías así como toda la distribución de productos que se hacía tanto en una comarca como en la otra. Su situación elevada permitía que una pequeña aristocracia local pudiese tener un mayor control de poder por todo el territorio.

Se pueden apreciar restos de un territorio en el que se distinguen plataformas antiguas y plantas de lo que podrían ser antiguos edificios y viviendas de la época. También hay vestigios de una clase social rica como de otra menos aventajada.

  • Entre las más de cuarenta piezas descubiertas hay cerámicas romanas de barniz negro producidas en la zona del Golfo de Nápoles y ánforas fenicias del siglo VIII a.C. procedentes de las primeras importaciones mediterráneas en Hispania. En estos momentos, estos fragmentos se encuentran en un proceso de restauración y limpieza.
INICIO DE LAS CATAS
Las excavaciones han sido autorizadas por la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana y cuentan con el soporte de los Ayuntamientos de Terrateig y Llocnou de Sant Jeroni. El equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante y algunos colaboradores iniciaron investigaciones de campo el pasado mes de abril.

Tras un devastador incendio que hubo el pasado año y las fuertes precipitaciones sobre este territorio se empezó a descubrir lo que parecían los restos de unas fortificaciones y la planta de un edificio que quedaba a la vista. Los arqueólogos dirigidos por Ignasi Grau empezaron su investigación con sondeos sobre la zona. En un principio el equipo contaba con que habría indicios de alguna pequeña población.

CONOCIDO SÓLO POR AFICIONADOS
Este importante yacimiento solamente era conocido por hallazgos aislados y por colecciones en manos de aficionados locales, pero hasta el momento no había sido realizada ninguna excavación arqueológica. Finalmente se dieron cuenta del «impresionante» hallazgo que había en la zona.

Hasta el momento se ha realizado una prospección arqueológica intensiva para reconocer los distintos sectores habitados en la antigüedad y conocer la cronología exacta de este enclave.

Se ha excavado en dos sectores en los cuales surgían a la superficie estructuras antiguas que estaban en peligro por su exposición a la intemperie. Entre estas habría que mencionar un sólido edificio aislado, que destacaría entre el resto de las construcciones del Tossal del Morqui. Estos óptimos resultados alientan la ejecución de nuevos trabajos de campo para el próximo año. 

4 de julio de 2014

Restos cerámicos y arquitectónicos evidencian el paso de Cartago por el oppidum ibérico de Giribaile (Jaén)

Las excavaciones en el oppidum ibérico de Giribaile, en Vilches (Jaén) muestran las huellas cartaginesas en la zona, corrobaradas -entre otras más recientes- por el hallazgo de abundantes fragmentos de ánforas cartaginesas así como de un monumento funerario torriforme, el empleo de casamatas en la muralla de barrera y un opus signinum con lechada de cal, todas ellas técnicas constructivas características de la antigua Cartago.  
Luis María Gutiérrez, director de los trabajos en Giribaile, atiende a los periodistas durante una visita al yacimiento. 
Según Luís Maria Gutierrez, arqueólogo del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, autor de la Guía Arqueológica de Giribaile y responsable de los trabajos de investigación en el oppidum íbero, los trabajos de campo "ya arrojan indicios claves para corroborar la huella cartaginesa en la zona», "como ya dedujimos en la recogida sistemática de materiales que realizamos entre 2004 y 2005, y en la que contabilizamos que aproximadamente el 15% de las piezas cerámicas recuperadas correspondían a ánforas cartaginesas."  

UN CAMPAMENTO CARTAGINÉS
Según nos comentó el propio Gutiérrez poco antes de comenzar las excavaciones en Giribaile, "en estos trabajos de recogida de materiales nos acompañó José Luis López Castro, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Almería y especialista en arqueología púnica y fenicia, quien ya nos apuntó entonces la hipótesis, basada en estos fragmentos cerámicos, de que se pudiera localizar un campamento cartaginés en Giribaile."
Parte del equipo de excavación que participa en la campaña de este año.
Foto: GIRIBAILE

CASAMATAS EN LA MURALLA DE BARRERA
Además, según nos contó Luis María Gutiérrez, en los trabajos previos a la excavación ya se constató la existencia de casamatas en algunos puntos de los 250 metros de la muralla de barrera que protegía el asentamiento, una técnica muy característica de la arquitectura defensiva cartaginesa.

Las casamatas eran unas estancias interiores que eran usadas como establos y también, para alojar a los soldados que custodiaban la muralla

OBRAS HIDRÁULICAS CARTAGINESAS
Otra de las evidencias que nos llevan a creer en la presencia cartaginesa en Giribaile, según Gutiérrez,  es el hallazgo de restos de opus signinum, una arquitectura hidráulica de mortero (cal, arena y fragmentos de roca silícea) muy propia de los romanos, pero con la peculiaridad de que el descubierto en Giribaile "cuenta con un revestimiento de lechada de cal, muy propio de las bolsas de agua empleadas en Cartago."

MONUMENTO FUNERARIO
"También descubrimos en su día, -prosigue el profesor Gutiérrez- la base de los que pensamos puede ser un monumento funerario torriforme, muy característico de Cartago que pudo estar erigido en el S. IV a.C y se mantuvo hasta la Segunda Guerra Púnica (aproximadamente el 207 a.C.)", que es cuando se data la destrucción de la ciudad de Oringis, que bien pudiera ser ésta.
Cueva-santuario de Giribaile.
Foto: GIRIBAILE

CUEVA-SANTUARIO DE GIRIBAILE
Ya se está trabajando en el conjunto eremítico de la cueva-santuario de Giribaile. Cuevas excavadas en la roca viva y que, recientemente sufrieron un gran deterioro al desplomarse varias de ellas a causa de las intensas lluvias. 


Ya en 1860 el investigador D. Manuel Góngora, que documentó este yacimiento por primera vez, ya decía que en esta cueva venían apareciendo "algunas figurillas de bronce similares a las de Sierra Morena", esto son exvotos como los aparecidos en la Cueva de la Lobera de Castellar y en El Collado de los Jardines Santa Elena, ambos enclaves también en la provincia de Jaén.  

Las otras dos zonas que se están excavando son: el área productiva -la zona de la muralla donde los habitantes trabajaban- y un almacén. El trabajo de campo se irá intercalando con el análisis de los materiales encontrados.

MUROS DE UN METRO DE ANCHO
Aunque queda mucho por excavar, descubrir y analizar, llaman la atención las dos áreas arqueológicas en las que se ha trabajado hasta junio, sobre todo, según ha comentado Luis María Gutiérrez,  por los muros exhumados que conservan un alzado de en torno a un metro.


CONFIRMAR LA PRESENCIA CARTAGINESA
Entre los objetivos de esta investigación está el de confirmar la presencia cartaginesa que, de corroborarse al final de este proyecto, «sería lo más novedoso, sumaría un elemento diferenciador al amplio y rico patrimonio cultural de la provincia». Según los arqueólogos, se cree que el oppidum de Giribaile llegó a estar poblado por unas 3.000 personas y que mantuvo una estrecha relación con el centro neurálgico de Cástulo, y los santuarios antes mencionados de Castellar y Santa Elena.  

El proyecto de excavación se va a extender durante más de cuatro años y cuenta con un presupuesto de 268.000 euros. 

11 de abril de 2014

Los arqueólogos descubren en Jaén el mayor santuario ibérico encontrado hasta el momento

Con la finalización de la campaña de excavaciones han salido a la luz en el oppidum ibérico de Puente Tablas (Jaén) casi 300 metros cuadrados de santuario repartido en tres aterrazamientos, dos cellas con sus correspondientes pre-cellas porticadas, un aljibe excavado en la roca con una interesante canalización de agua, además de cuatro cavidades en la roca -también porticadas- y que supuestamente podrían haber sido utilizadas para algún tipo de culto oracular, según nos ha contado Arturo Ruíz, director del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, que hoy dan por finalizadas las excavaciones que se iniciaron en esta zona el pasado mes de noviembre.
Excavaciones en el santuario del oppidum de Puente Tablas. A la izquierda de la imagen se aprecian las dos cellas con sus pre-cellas correspondientes, a la derecha las grutas recientemente descubiertas y al fondo la estela de la diosa.
"Se trata del santuario ibérico de mayores dimensiones de los descubiertos hasta el momento", nos comenta Ruíz. Hasta el momento han salido cerca de 300 metros cuadrados de planta repartidos en tres aterrazamientos y los diferentes espacio de culto entre los que destacan las dos grandes salas (cellas) dotadas de sus correspondientes pre-cellas porticadas que resultan de muy clara inspiración orientalizante". "Estas salas estarían dedicadas a la devoción de dos deidades diferentes, una femenina y la otra masculina." "Y no descartamos que las dimensiones puedan ser mayores todavía, ya que queda por excavar una buena parte de la ladera en la que se asienta el santuario."
Arturo Ruíz y Manuel Molinos, responsables
de la excavación. 

SANTUARIO DEL PRIMER CUARTO DEL S. IV a.C.
En cuanto a los descubrimientos de estos últimos meses -comenta Arturo Ruíz- "cabe destacar los fragmentos de una crátera de clara inspiración griega entre cuyos fragmentos hemos podido identificar el dibujo de una deidad femenina (que bien podría referirse a Artemisa o Afrodita), y que nos ha ayudado a fechar con exactitud la datación del santuario en el primer cuarto del S. IV a.C." 

"También hemos documentado, añade Ruíz, otros fragmentos de cráteras áticas con figuras rojas, diferentes restos de ánforas y dos pozos rituales que contenían materiales asociados a rituales religiosos, como pequeños huesos de animales, cenizas y otros elementos carbonizados".
Canalización de agua procedente
del aljibe.

EL AGUA COMO ELEMENTO DE CULTO
El agua desempeñaba un importante papel en el culto practicado en este santuario, "ya que también hemos documentado bajo el pavimento del santuario un complejo sistema de canalizaciones de factura perfecta que en un principio nos hicieron pensar en la existencia de una fuente o manantial en el santuario, una hipótesis que hemos descartado después de realizar los estudios geológicos oportunos." 

No obstante, prosigue Arturo Ruíz,  "sí que hemos encontrado un aljibe excavado en la roca en el aterrazamiento superior, que bien podría haber sido utilizado para dejar fluir el agua en la celebración de los cultos a través de las canalizaciones, y cuyo buen funcionamiento hemos podido constatar con las lluvias de los últimos meses." 


CULTO ORACULAR
Las cuatro cavidades descubiertas en el santuario, y que se podrían
relacionar con algún tipo de culto oracular.
Ha sido muy interesante, continúa Ruíz,  "el descubrimiento de las cuatro cavidades de roca, de entre 40 y 80 cm de profundidad que previsiblemente fueron empleadas en la práctica de algún tipo de culto oracular, ya que en el acceso a estas cavidades hemos descubierto lo que podían ser las bases de tres columnas, una representaciones de lo que podría interpretarse como un "ojo", otra de una "oreja" y una tercera -que todavía no hemos definido- pero creemos que podría tratarse de una "boca", aunque todo esto no son más que hipótesis", nos aclara Ruíz.

"Lo cierto es que en el interior de las cavidades, todas ellas naturales, no hemos encontrado restos de ningún tipo, a excepción de los fragmentos de la crátera que nos ha ayudado a datar con exactitud el santuario en el primer cuarto del S. IV a.C"., concluye Ruíz.

8 de enero de 2014

La presión popular salva la muralla íbera de Sikarra del soterramiento

Casi dos años después de su descubrimiento, las murallas ibéricas excavadas en Els Prats de Rei (en Anoia, Barcelona) tienen una cubierta provisional y garantizada su conservación y futura musealización gracias a que la Diputación de Barcelona ha asumido los costes después de que diferentes entidades culturales consiguieran más de medio millar de firmas a su manifiesto "Salvem Sikarra".
Vista de la muralla descubierta en Prats de Rei que data de los siglos VI y VII a.C. Foto: Mar Martí.
Se trata de una muralla muy bien conservada que, a juicio de los arqueólogos, corresponde con toda seguridad a una ciudad íbera de la que sólo se tiene una referencia documental en la Geografia de Ptolomeo y que citaba como Sikarra, palabra íbera con la que se denominaba a la comarca que hoy es la Segarra. Lo avala que a escasa distancia de la muralla, en otra excavación se encontró una moneda con la palabra escrita en caracteres íberos con dos caballos unidos en direcciones opuestas. 

El yacimiento se ha salvado de su cubrimiento gracias a la campaña en contra que iniciaron las entidades culturales asociadas a la Xarxa Sikarra, que consiguieron más de medio millar de adhesiones al manifiesto "Salvem Sikarra".

CUBRIMIENTO PROVISIONAL
El cubrimiento provisional de los restos se hace para garantizar su conservación y protección ante los rigores invernales. El proyecto que la Diputacion ya ha presentado ante el Ayuntamiento de Prats de Rei permitirá su observación a través de una cubierta de vidrio transparente para posteriormente establecer una museización estable que ponga en valor lo que queda de la antigua capital de la Segarra.

Las entidades de Xarxa Sikarra ya habían desarrollado un proyecto muy parecido con un coste de 40.000 euros, que la Diputació doblará y que servirá también para dar un nuevo tratamiento urbanístico a la plaza de Prats de Rei. Según fuentes de la Diputació, las obras podrían hacerse antes de verano.

UN HITO DE LA ARQUEOLOGÍA CATALANA
Según los defensores del mantenimiento, soterrar las ruinas habría sido "la solución más fácil pero también la menos inteligente". En el manifiesto ya pusieron de manifiesto que el hallazgo representa "un hito de la arqueología catalana, ya que permite demostrar la existencia real del oppidum ibérico de Sikarra, y en nuestro país esto se ha dado muy pocas veces ya que, en general, resulta extraordinariamente difícil poder relacionar de forma directa un topónimo antiguo, conocido a partir de alguna fuente histórica, con un núcleo de población ibérico concreto".

Sikarra fue en su momento un núcleo de especial importancia política, social y económica, por lo menos desde principios del siglo V a.C. De la importancia histórica de este núcleo da fe, además, el hecho de que el topónimo haya sobrevivido con tanta fuerza, transmitiéndose de generación en generación, cultura tras cultura, hasta hoy. 

Hasta hace poco, el dato más antiguo que se tenía de la Segarra eran unas lápidas romanas, también de Prats de Rei que indicaban la existencia de un municipium sigarrensis y fechadas en el II d.C. Ahora sabemos que Sikarra existía setecientos años antes.

22 de noviembre de 2013

Descubren un foso defensivo en la ciudad íbera del Puig de Sant Andreu, en Ullastret (Gerona)

El empleo de la tomografía eléctrica en 3-D ha permitido descubrir un foso defensivo en la ciudad Ibérica del Puig de Sant Andreu de Ullastret (Baix Emporda, Gerona). El enclave data del siglo VI a.C y sus dimensiones y profundidad lo convierten en un elemento defensivo singular y poco habitual en las fortificaciones Ibéricas. La muralla tiene una longitud de 1,5 kilómetros.
Se estima que la muralla perimetral alcanzó una longitud de 1,5km. Actualmente están documentados 825 metros.
Según el responsable de la institución, Gabriel de Prado, el enclave data del siglo VI a.C y sus dimensiones y profundidad lo convierten en un elemento defensivo singular y poco habitual en las fortificaciones Ibéricas.

CAPITAL DE LOS INDIKETES
De Prado señala que el conjunto arqueológico de época ibérica de Ullastret está formado por dos grandes núcleos de hábitat (Puig de Sant Andreu e Illa d’en Reixac) que conforman conjuntamente la capital de un territorio de unos 2.775 km² que las fuentes antiguas atribuyen al pueblo ibero de los indigetes o indiketes.

Los dos asentamientos ocupaban una extensión conjunta superior a las15 hectáreas y constituyen el núcleo poblacional más importante de la cultura ibérica y uno de los más relevantes del mediterráneo noroccidental durante la edad del hierro.

La fortificación del Puig de San Andreu dispone de un sistema defensivo, la singularidad e importancia del cual se ha puesto de manifiesto reiteradamente en la bibliografía científica. El asentamiento se fortificó inicialmente a finales del siglo VI a.C con la construcción de una muralla, flanqueada por seis torres, que protegía la vertiente occidental de la colina.

LONGITUD APROXIMADA DE 1,5 KM

Durante la primera mitad del siglo IV a. C se amplió la superficie del oppidum de manera considerable, con la construcción de un nuevo recinto amurallado que incorporó al asentamiento la zona norte y la vertiente oriental de la colina, reformándose también de manera integral la anterior fortificación.

Se puede estimar que la muralla perimetral alcanzó una longitud aproximada de 1,5 Km. En la actualidad están documentados unos 825 m, señala el arqueólogo.

A pesar de que el Puig de Sant Andreu ha sido objeto de una investigación continuada desde el año 1947, no se habían documentado estructuras defensivas avanzadas tipo foso. No obstante, la variedad y complejidad hipológica de elementos defensivos representados en esta fortificación hacía prever la existencia de un elemento de estas características.
El Puig de Sant Andreu reúne, además, los dos factores que están presentes en las fortificaciones protohistóricas donde este elemento está representado. Por una parte dispone de un flanco muy accesible en el cual un foso representaría un elemento defensivo de gran eficacia.

Por otra parte, el tipo de suelo geológico, formado por areniscas y margas, no comporta que la extracción de la piedra para excavar el foso fuera de una gran dificultad. Partiendo de estas premisas, el año 2011 se realizaron diversos sondeos estratigráficos en el exterior del trazado occidental de la muralla.

Los resultados no fueron concluyentes, de forma que el año 2012, en el marco de una reunión de trabajo internacional, celebrado en Ullastret, sobre las diferentes técnicas de prospección geofísica aplicables a la arqueología, se decidió utilizar una de estas técnicas en la búsqueda de este posible foso.

TOMOGRAFÏA ELÉCTRICA EN 3-D
La técnica aplicada fue la tomografía eléctrica 3D utilizando un equipo de última generación operado por el ingeniero italiano Gianfranco Morelli de la empresa Geostudi Astier. Esta técnica permite determinar la distribución de la resistividad eléctrica del subsuelo obteniendo perfiles e imágenes en tres dimensiones y está especialmente indicada para la detección de estructuras negativas como es el caso de un foso.

Las anomalías detectadas en las dos tomografías realizadas en el exterior de la muralla occidental (torres I y II) permitieron confirmar la existencia de un foso avanzado a la muralla de unas dimensiones considerables.

FOSO EN PERFIL DE "U"
El foso, estructuralmente, presenta un perfil en U, dispone de una anchura mínima en la parte inferior de 8,10 m y una anchura máxima en la parte superior de 11,85 m, con una profundidad que alcanza en algunos puntos los 3,71 m. A partir de las prospecciones geofísicas, de los sondeos realizados y de algunas observaciones sobre el terreno, se puede intuir que el foso formaría parte de la estructura defensiva de la primera fortificación del siglo VI a.C. Este tendría una longitud total aproximada de 350 m y protegería completamente el flanco occidental del asentamiento en aquel comento.

En una primera estimación, se calcula que el volumen de piedra extraído en la construcción de este elemento defensivo podría haber llegado a los 12.500 m³, asegura el responsable del museo.

L’oppidum del Puig de Sant Andreu dispone de un sistema defensivo formado por la fortificación más compleja y elaborada de la cultura ibérica, que muestra numerosos elementos defensivos fuertemente influenciados por la arquitectura defensiva mas avanzada del mediterráneo central i oriental en aquel periodo.

El descubrimiento de un foso defensivo de esta magnitud, excavado enteramente en la roca, enfatiza mas si cabe la importancia de todo el conjunto que, sin duda, habría tenido una función defensiva y un aspecto disuasorio para los atacantes.

No obstante, por su monumentalidad, también habría sido un elemento simbólico, de prestigio y de demostración del potencial de la comunidad que lo construyó, concluye de Prado.

15 de noviembre de 2013

Los arqueólogos desvelan el carácter oriental y el doble culto de los íberos en el santuario de Puente Tablas (Jaén)

Las excavaciones han descubierto que la estructura del edificio consta de dobles cella y pre-cella, elementos arquitectónicos característicos de los templos orientales, que demostraría una doble advocación divina por parte de los habitantes de este oppidum ibérico. También se ha encontrado una canalización de agua y una pila que hacen pensar en la proximidad de una fuente a este santuario de finales del S. V a.C.
El equipo de excavación del santuario ibérico de Puente Tablas al completo. En primer término la reproducción del betilo de la diosa. 
Los arqueólogos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica (antes CAAI) de la Universidad de Jaén que estos días trabajan en la excavación del santuario ibérico de Puente Tablas están sorprendidos por la calidad y cantidad de los hallazgos que les depara a diario este lugar de culto localizado muy próximo a la puerta del oppidum ibérico donde el año pasado apareció una estela, o betilo,  con la representación de una deidad femenina. 

UN SANTUARIO "COMPLEJO"
En apenas quince días desde el comienzo oficial de las excavaciones de este año, los arqueólogos han documentado varios fragmentos de cráteras áticas con figuras rojas, diferentes restos de ánforas y dos pozos rituales que contenían materiales asociados a rituales religiosos, como pequeños huesos de animales, cenizas y otros elementos carbonizados que ya se han enviado a laboratorio. Pero sin duda lo que más sorprende de esta excavación en opinión de Arturo Ruíz, director del Instituto Universitario, "es la complejidad misma del santuario de clara inspiración oriental y en el que hemos constatado que consta de dobles cella y  pre-cella, lo que le confiere unas características propias de las culturas más orientales que dedicaban cada una de estas estancias al culto de diferentes deidades." 

DIOSES MASCULINO Y FEMENINO
Aunque todavía es pronto para desvelar la identidad de las divinidades a las que se rendía culto en Puente Tablas "sí podemos asegurar que esta doble advocación estuviera dirigida a una deidad masculina y a otra femenina como lo atestiguan los hallazgos del betilo de la diosa que descubrimos el año pasado y de la piedra con forma de "lingote chipriota" que encontramos junto al acceso del santuario y que se suele asociar al culto de una deidad masculina", nos comenta Arturo Ruíz.
Canalización de agua descubierta en el santuario.

"En lo que llevamos de excavación -dice Ruíz- también hemos encontrado un espacio enlosado en el que destaca un podium muy profundo, también enlosado y junto al que se han encontrado los diferentes restos de ánforas que contenían los materiales asociados a rituales religiosos."

CANALIZACIÓN DE AGUA
Antes incluso de comenzar los trabajos llamó la atención de los arqueólogos la presencia de humedades en la zona de la puerta del oppidum, muy próxima al área de excavación y en la que ahora se ha encontrado un punto de recogida de agua y su canalización realizada en piedra por debajo del pavimento del santuario. Esta canalización lleva el agua atravesando las dos terrazas descubiertas del santuario hasta que las vierte a espaldas del betilo de la diosa.  

"Ahora tenemos que averiguar de dónde sale el agua. Es muy probable que sobre la loma de Puente Tablas exista un acuífero y pudiéramos encontrar esta fuente", nos comenta Arturo Ruíz. Además, "la presencia de agua siempre está muy presente en los rituales religiosos de los íberos, ya que la libación (de agua) es una de las partes más importantes asociadas a los mismos", añade la arqueóloga Carmen Rueda. 

Aunque las excavaciones ya están ofreciendo pistas para continuar trabajando en sucesivas campañas, todavía queda mucho trabajo hasta que finalice el mes.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN
En nuestra visita a Puente Tablas hemos podido constatar que las obras del Centro de Interpretación se encuentran muy avanzadas. Arturo Ruíz nos confirma que su entrega debería producirse el próximo mes de diciembre. Así mismo, y con motivo del próximo Congreso Internacional sobre Palacios Protohistóricos que se celebrará en Jaén entre el 25 y 27 de noviembre, se está procediendo a la recuperación del camino exterior del oppidum y la adecuación con geotextil y zahorra de los caminos interiores del mismo, estableciendo un mirador en lo alto del santuario y un paseo en torno al Palacio que facilite la visita de los asistentes al Congreso.

29 de julio de 2013

Descubren un gran horno culinario en el poblado íbero de La Bastida de Moixent (Valencia)

La excavación, en la que han participado quince arqueólogos, también ha permitido el hallazgo de sierras, cinceles, taladros, lanzas y escudos
Uno de los técnicos mide el horno hallado estos días en el yacimiento de Moixent. Foto: DIPUTACIÓN DE VALENCIA
Los trabajos acometidos por el equipo de arqueólogos del Área de Cultura de la Diputación de Valencia en el poblado ibero La Bastida de les Alcusses del municipio valenciano Moixent han finalizado con el hallazgo de un gran horno culinario, de dos metros de diámetro, según ha informado la corporación provincial en un comunicado.

"Sus grandes dimensiones nos hacen pensar que daba servicio a una estructura social mayor a la familia, quizás a un barrio del poblado", ha destacado el arqueólogo del Servicio de Investigaciones Prehistóricas (SIP) de la institución provincial, Jaime Vives, codirector la excavación junto con la responsable del Museo de Prehistoria de Valencia y del SIP, Helena Bonet.

Tal como ha explicado Jaime Vives, "esta consideración es muy relevante puesto que estamos hablando de la existencia de estructuras sociales complejas, que superan el ámbito familiar o el del parentesco, que pueden aludir a relaciones de clientelas o servidumbres en las que unas elites controlaban otros grupos del oppidum", poblado fortificado.

La diputada provincial de Cultura, María Jesús Puchalt, ha destacado la "excelente labor" desarrollada por los arqueólogos del SIP. "Disponemos de un prestigioso equipo de profesionales y de unos magníficos proyectos de excavaciones que junto a la tradición de estudio e investigación prehistórica de la Diputación, que se remonta a 1927, hacen necesario un esfuerzo económico, a pesar de la difícil situación actual, con destino a la campaña arqueológica del SIP", ha manifestado Puchalt.

Precisamente, La Bastida, Monumento Histórico-Artístico desde 1931, centra una de las investigaciones pioneras desarrolladas por la Diputación de Valencia e iniciadas en 1928 de la mano de Isidro Ballester, entonces director del SIP.

PUESTA EN VALOR
Desde 1990, el SIP está llevando a cabo un proyecto de puesta en valor de la Bastida en colaboración con la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Moixent.

El poblado ibero de Les Alcusses, fundado en el siglo IV a.C. en la cima de la montaña, tiene una extensión de cuatro hectáreas, de las que ya han sido excavadas aproximadamente un tercio, y fue protegido por sus moradores por una muralla con cuatro puertas y tres torres.

Actualmente, los trabajos de excavación se centran en las inmediaciones del Puerta Oeste, donde, además de detectar el gran horno culinario, también se han hallado muchos objetos como sierras, taladros y cinceles, que indican que fue una zona de trabajo artesanal, y bastantes armas, lanzas y escudos, situados de manera dispersa en los suelos constatando, una vez más, el abandono violento del poblado.


TRES SEMANAS DE TRABAJO
Después de tres semanas de intenso trabajo, el equipo de arqueólogos de La Bastida, integrado por 13 universitarios de Valencia, Alicante y Madrid, ultiman el acondicionamiento de la excavación "para salvaguardar los recintos excavados y las estructuras halladas", explica Vives Ferrándiz.

Para ello, se cubre con tela geotextil las zonas a preservar del crecimiento de vegetación y de los agentes ambientales "que echarían a perder el trabajo desarrollado durante estas semanas", ha explicado el director de la excavación.

(Fuente: Europa Press)

12 de octubre de 2011

La ciudad íbera de Puente Tablas (Jaén) ya tiene puerta

El Centro  de Arqueología Ibérica descubre la entrada a la ciudad fortificada.
El oppidum o ciudad ibera de Puente Tablas (Jaén) no para de arrojar luz. La segunda intervención realizada este año por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI), con sede en la Universidad de Jaén, ha dejado al descubierto la puerta sur del oppidum, la única entrada conocida por ahora y una de las pocas puertas ibéricas excavadas en Andalucía.
Vista aérea del oppidum ibérico de Puente Tablas (Jaén).
La puerta sur de Puente Tablas, una urbe fortificada, es la primera conocida de esta ciudad y tiene como característica que no conoció la romanización, por lo que es una puerta exclusivamente ibera. Según señaló el director del CAAI, el arqueólogo Arturo Ruiz, la puerta se levantó en el siglo VII antes de Cristo, cuando se fortificó por primera vez el lugar y se construyeron dos bastiones que en paralelo trazaron un camino de algo más de 14 metros que atravesaba la fortificación con un ancho continuo de casi cuatro metros. En el interior, a la derecha de la puerta, el CAAI ha descubierto restos constructivos de una serie de espacios del siglo IV antes de Cristo, todavía por definir, cuyos muros conservan aún el revoco de cal. La puerta se mantuvo con sucesivas adecuaciones del pasillo de acceso hasta bien avanzado el siglo IV antes de Cristo, cuando el oppidum se abandonó.
Algún tiempo después, el lugar se volvió a ocupar. Los nuevos habitantes, explica Ruiz, decidieron cambiar el modelo de entrada porque uno de los bastiones había sufrido un fuerte proceso erosivo; así que desmocharon el otro bastión y, con un ligero desvío de la anterior puerta, construyeron una nueva, acortando la longitud del pasillo hasta los tres metros y reduciendo su ancho hasta los dos metros.
Todavía hoy se conservan los goznes de la puerta al inicio del pasillo y seguramente los restos de carbón recogidos aclararán en el futuro el tipo de madera de la que estaba hecha. "Además de esta puerta sur, que es la que mira hacia La Guardia, donde habría seguramente otro oppidum importante, seguramente habrá más puertas, como una norte que comunicaría con Iliturgi y Cástulo", explicó ayer sobre el terreno Ruiz, que ha dirigido los trabajos junto a los profesores Manuel Molinos y Eva Montes.
La intención del CAAI es poner en valor el yacimiento de Puente Tablas, con el centro de recepción a la entrada, y luego contar con una serie de puntos que sean visitables como el palacio y las casas. "De esta manera, el visitante tendrá un mayor conocimiento sobre lo que es un oppidum en Andalucía", aseguraba Arturo Ruiz.
El CAAI ha realizado durante este año dos intervenciones en el yacimiento de Puente Tablas, ambas enmarcadas en el plan turístico Viaje al Tiempo de los Iberos, que promueven la Diputación de Jaén y la Consejería de Turismo. Una campaña anterior propició la excavación del palacio del príncipe de Puente Tablas, convirtiéndose así en el primer edificio aristocrático de estas características hallado en Andalucía.
(Fuente: El País)