google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: octubre 2015

30 de octubre de 2015

Documentan los restos de dos campamentos romanos de las Guerras Cántabras

Se trata de dos asentamientos de entre 9 y 11 hectáreas ubicados en Cantabria y en el área divisoria con la comarca de Pernía en Palencia (Castilla y León). Ambos cuentan con plantas más o menos rectangulares, esquinas redondeadas y contienen defensas en forma de terraplén, combinado en uno de los casos con un foso al exterior, por lo que podrían haber estado ocupados por sendas legiones.
Arqueólogos trabajando en el yacimiento de Monte Bernorio el pasado verano.
FOTO: EL NORTE DECASTILLA / NURIA ESTALAYO
Los arqueólogos cántabros José Ángel Hierro, Eduardo Peralta, Enrique Gutiérrez y Rafael Bolado han localizado los restos de dos campamentos romanos de campaña en los montes del sur de Liébana que podrían estar relacionados con el episodio histórico del monte Vindio de las Guerras Cántabras.

Se trata de dos asentamientos de entre 9 y 11 hectáreas ubicados en Cantabria y en el área divisoria con la comarca de Pernía en Palencia (Castilla y León), concretamente en los altos de Castro Negro y Vistrió.

Por su situación a 1.900 y 1.500 metros de altitud, respectivamente, y a una distancia entre ellos de unos 13 kilómetros en línea recta, los investigadores creen que desde ahí sus moradores controlaban los importantes pasos naturales de los puertos de Riofrío y de Sierras Albas.

Ambos cuentan con plantas más o menos rectangulares, esquinas redondeadas y contienen defensas en forma de terraplén, combinado en uno de los casos con un foso al exterior, por lo que podrían haber estado ocupados por sendas legiones.

PUERTAS EN CLAVÍCULA
"Es muy significativa la presencia de 'puertas en clavícula', un tipo de estructuras presente en otros enclaves de las Guerras Cántabras, como Cildá o Campo de las Cercas, y que han permitido catalogarlos, sin lugar a dudas, como campamentos romanos de campaña", aseguran los arqueólogos.


La presencia de estos dos asentamientos en alta montaña y la existencia cercana del topónimo 'Binduey' -'Vindoey', en la Edad Media- han permitido a los investigadores plantear la tesis de que el descubrimiento sea escenario del episodio del monte Vindio, que tuvo lugar durante los enfrentamientos entre el Imperio romano y los distintos pueblos astures y cántabros, conocidos como Guerras Cántabras.

A la espera de concluir los estudios, el hallazgo de estos dos campamentos romanos parece ratificar la opción del macizo de Peña Prieta a la hora de ubicar de forma exacta uno de los lugares más singulares de la historia antigua de Cantabria.

IMÁGENES LIDAR
La revisión de las colecciones de ortofotografías aéreas disponibles en Internet permitió una primera identificación de los recintos que ha sido corroborada por los investigadores en fechas recientes mediante el procesamiento de las imágenes LIDAR.

Gracias a esta nueva técnica de teledetección, basada en el uso del láser para la obtención de una muestra densa de la superficie de la tierra, pueden ser identificadas estructuras que, hasta ahora, pasaban desapercibidas a los ojos de los investigadores.

Además de estos dos nuevos yacimientos, este equipo de investigadores ha localizado otras estructuras similares en distintas zonas de Cantabria, contribuyendo así a la ampliación del conocimiento sobre la conquista romana de la región y la resistencia que ofrecieron sus habitantes.

29 de octubre de 2015

Unas obras destapan restos celtibéricos y romanos en Coca (Segovia)

Se han puesto al descubierto estructuras de época medieval que, a su vez, rompen el pavimento de un edificio romano del Bajo Imperio, construido sobre una vivienda celtibérica, de la que también se han encontrado restos. De esta ‘ocupación sobre ocupación’ se ha podido recuperar una pequeña parte de un mosaico romano y cuatro vasijas celtibéricas de almacenamiento de gran tamaño, cortadas en su parte superior.
Vasijas de origen celtibérico descubiertas en Coca. FOTO: CUELLAR7.COM
La Comisión Territorial de Patrimonio, reunida esta semana estudió  el informe preliminar del sondeo y control arqueológico realizados con carácter previo a la ejecución de obras en el solar, ubicado en el número 2 de la Plaza del Arco de Coca. 

En la excavación llevada a cabo se han puesto al descubierto estructuras de época medieval que, a su vez, rompen el pavimento de un edificio romano del Bajo Imperio, construido sobre una vivienda celtibérica, de la que también se han encontrado restos. De esta ‘ocupación sobre ocupación’ se ha podido recuperar una pequeña parte de un mosaico romano y cuatro vasijas celtibéricas de almacenamiento de gran tamaño, cortadas en su parte superior.
Vista general de la zona de los hallazgos. FOTO: CUELLAR7.COM

Las piezas han sido extraídas adecuadamente del solar, engasadas y consolidadas una a una, para a continuación ser depositadas en el Museo de Segovia, donde serán conservadas y estudiadas.

PROTECCIÓN
Como medida de protección, el resto de la excavación ha sido documentada y protegida con malla geotextil y arena compactada hasta llenar el vaso, y permitir así que continúen las obras previstas en la parcela sin riesgo para el hallazgo arqueológico.

(Fuente: El Adelantado)

28 de octubre de 2015

Descubren restos de un palacio andalusí en la Alcazaba de Badajoz

Los restos del complejo andalusí se enmarcan el siglo XII y tenía los baños con los juegos tallados en la sillería de piedra. Los arqueólogos han comprobado que la Alcazaba acogió mucho antes un asentamiento prerromano y después de la etapa árabe tras la conquista cristiana de la ciudad, sufrió varias reformas.
Jugaban al tres en raya mientras se bañaban. Lo hacían los árabes que vivieron en un palacio que hoy se ubicaría en las traseras de la Biblioteca Regional, dentro del recinto de la Alcazaba. Es uno de los secretos que las excavaciones arqueológicas que comenzaron en junio han dejado al descubierto. Pero hay más curiosidades, como que, muchos años después, sobre esa piscina se construyó un corral para ganado, posiblemente para la casa de Gómez de Solís. 

VARIAS REFORMAS
Las excavaciones enfilan el último tramo, así que el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y la secretaria general de Cultura, Míriam García, acudieron ayer a conocer parte de esos tesoros de la ciudad. Las dos administraciones financian con un millón de euros cada una las obras, que terminarán el 15 de noviembre. Montserrat Girón les guió el recorrido. Ella es la coordinadora de la empresa de arqueología que realiza la actuación. Han comprobado que la Alcazaba acogió mucho antes un asentamiento prerromano y mucho después de la etapa árabe, tras la conquista cristiana de la ciudad, sufrió varias reformas.

COMPLEJO ANDALUSÍ
Los trabajos han visto el abaluartamiento del castillo y que varias edificaciones, como el hospital militar del XIX, se relacionaban entre sí. «Hemos registrado todos estos niveles, por lo que hay una lectura completa de la Alcazaba y el cerro de la muela», indicó. Para ella, lo más destacado son los restos del complejo andalusí, que se enmarcan el siglo XII, y esa construcción palaciega que tenía los baños con los juegos tallados en la sillería de piedra. En segundo lugar, el complejo de los siglos XIV y XV que pertenece a la casa de Hernán Gómez de Solís, que se apropió de la Puerta del Alpéndiz. «Se ve que había algunas casas fuertes previas que Hernán Gómez de Solís une y amuralla». 

MANTENER LA COTA ISLÁMICA
Montserrat Girón señaló que los trabajos están a punto de terminar. «No vamos a ahondar más y mantendremos la cota islámica como recuperación. Eso no quiere decir que el yacimiento esté a punto de acabar, queda más área y profundidad». 

El alcalde, Francisco Javier Fragoso, se mostró satisfecho con los trabajos. Sobre todo, por el hecho de que se deja al aire un parque arqueológico donde se aprecia el punto de conexión de la muralla musulmana, la medieval y la del siglo XVII. Cree que los hallazgos, algunos incluso del siglo XI, suponen un salto a la hora de valorar el patrimonio de la ciudad y plantear futuras intervenciones de recuperación. Señaló, asimismo, que el Ministerio ha licitado recientemente las obras de recuperación de dos torres junto a la Biblioteca Regional.

MUSEALIZACIÓN
La actuación ha tenido que incluir la creación de un muro de hormigón que servirá de contención, y se hará una escalera para subir al adarve de forma que los visitantes puedan recorrer por partes el baluarte con su forma y geometría inicial. Esta obra también incluirá parte de la musealización que explicará a los visitantes qué se ha encontrado y cuál era su función. Se dejará un espacio arqueológico para que los pacenses y turistas puedan interpretar el pasado de la ciudad.
(Fuente: Hoy / Rocío Romero)

27 de octubre de 2015

Hallado armamento metálico y cerámicas helénicas del S. V a.C. en el yacimiento de Mas Castellar (Girona)

En el edificio del S. V a.C. han aparecido piezas de armamento y cerámicas de aseo en diferentes estancias. Entre los objetos encontrados destacan una lanza de hierro, dos jabalinas y una coraza de bronce. Las cerámicas aparecidas son de orígen griego.
Yacimiento ibérico de Mas Castellar en Pontós (Gerona). FOTO: ACN
Ha finalizado una nueva campaña de excavaciones en el yacimiento ibérico de Mas Castellar, en Pontós (Girona) Alt Empordà. Los trabajos se han centrado en un edificio del siglo V. Según el arqueólogo Jordi Moré, el hecho de que el edificio sufriera un incendio y se derrumbara ha permitido encontrar gran cantidad de objetos en muy buen estado de conservación. Las piezas de armamento y cerámicas de aseo que se han encontrado, han aparecido en diferentes estancias, lo que evidencia que las actividades de los hombres y las mujeres estaban separadas.

El edificio del siglo V aC donde se ha trabajado en esta campaña de excavaciones se descubrió el año pasado y ha servido para demostrar que ya en aquella época los griegos explotaban este territorio bajo la influencia de Empúries. Lo demuestra el hecho de que las cerámicas de aseo que se han encontrado eran fabricadas en Grecia, por ejemplo.

Aunque ya hace 25 años que se trabaja en el yacimiento de Mas Castellar, la campaña de este año ha sido especialmente productiva ya que el edificio donde se ha trabajado, formado por un cuerpo central, tres habitaciones y dos terrazas adyacentes, estaba quemado y derrumbado. Esto ha hecho que se encontraran muchos objetos a su emplazamiento original. "Cuando descubres un edificio quemado sabes que encontrarás cosas interesantes porque el pasado se ha fosilizado allí", destacó Jordi Moré, uno de los arqueólogos que trabaja.

LANZAS Y JABALINAS

Entre los objetos encontrados destacan una lanza de hierro, dos jabalinas y una coraza de bronce, localizados en una de las estancias, y cerámicas de aseo y pequeñas joyas, en una segunda. Esto evidencia, según los arqueólogos actividades especializadas para hombres y mujeres en espacios separados del mismo edificio, un extremo que no se había observado hasta ahora en el yacimiento.

Lo que también han constatado los arqueólogos es que durante más de tres siglos hubo una polarización muy evidente entre el mundo helénico y el ibérico. Es decir, que unos y otros luchaban por ser hegemónicos. Así, por ejemplo, en el mismo yacimiento de Mas Castellar, que esencialmente era un gran centro de almacenamiento de grano con más de 1.000 silos, está dividido en tres áreas muy diferenciadas: un yacimiento del siglo III aC, de clara influencia helénica, uno de los siglo IV aC, ibérico, y el del siglo V aC donde se ha trabajado este año, con influencias griegas de nuevo. "Observamos un bipartidismo muy claro entre los colonizadores y los indígenas por el control del grano", explica Moré.

Finalizada la campaña de excavaciones, los arqueólogos se centrarán ahora en clasificar y restaurar los muchos objetos encontrados. "Hay que procesar y digerir todo este tesoro", señala Moré. En vista al próximo año, las excavaciones continuarán en este mismo edificio donde aún esperan encontrar muchos objetos que ayuden a entender un poco más cómo era la vida cotidiana de sus pobladores.

YACIMIENTO DE MAS CASTELLAR
El yacimiento de Mas Castellar de Pontós está situado sobre una pequeña elevación, entre la orilla izquierda del Fluvià y el Algama, a unos 2000 metros al norte de Pontós y cerca de la masía que lleva su nombre. El yacimiento corresponde a la edad del hierro inicial (siglo VII aC) y toda la época ibérica y desaparece en la época romana (principios del siglo II aC).

Desde 1990 se han llevado a cabo trabajos de excavación arqueológica, bajo la dirección de la Dra. Enriqueta Pons, conservadora de la sede de Girona del Museo de Arqueología de Cataluña. En todos estos años de trabajo cabe destacar el descubrimiento de un importante conjunto patrimonial que extiende por una superficie de unos 8000 m², aunque el complejo arqueológico en su conjunto ocuparía un espacio en ningún caso inferior a las cinco hectáreas. Los restos actualmente visibles están formadas por la parte frontal de un oppidum fortificado del siglo V aC, el cual, a lo largo del siglo IV aC, fue desmantelado y sustituido por un establecimiento agrícola que gestionó un inmenso campo de silos y que perduró hasta principios del siglo II a.C.

(Fuente: La Vanguardia)

26 de octubre de 2015

Localizan la puerta y la muralla de la Judería de Toledo

Como muchos grandes descubrimientos, se ha producido por casualidad. Un grupo de arqueólogos cree haber encontrado parte de la muralla judía de Toledo y su puerta de entrada. El lienzo tiene ocho metros de longitud, de 2,86 de anchura y cuatro de altura, aunque el desarrollo que presentaba indica que esta había sido mucho mayor. 
El muro se encuentra justo debajo de la estatua de Isabel "La Católica".
FOTO: LA TRIBUNA DE TOLEDO

El muro se encuentra delante de la puerta principal de San Juan de los Reyes, enterrado justo debajo de la estatua de Isabel ‘la Católica’. Hasta que los desprendimientos les impidieron continuar, los arqueólogos llegaron a una profundidad de cinco metros para desvelar el secreto de una muralla de siete siglos escondida por lo menos desde hace cinco.

Antonio José Gómez Laguna, Tania Obregón Penis y Juan Ángel Ruiz Sabina se encargan de la asistencia técnica de arqueología del Ayuntamiento. Estaban trabajando en el control arqueológico de las obras con la que Tagus ha asegurado el abastecimiento de Picadas en todo el Casco, aún en caso de avería, cuando se encontraron con dos sorpresas bajo la tierra. Por un lado al inicio de Cava Baja aparecieron restos de cimentación de unas viviendas a una profundidad tal, que no tuvieron que tocarse siquiera.

Pero la gran sorpresa estaba casi justo debajo de Isabel ‘la Católica’, en el pequeño espacio verde situado frente a San Juan de los Reyes. Bajo el paso peatonal transcurre una tubería de abastecimiento instalada a mediados del siglo XX, y la actuación tenía previsto instalar a los pies de la monarca la nueva estación de bombeo. Parecía que no iba a haber sorpresas, dado que los planos antiguos marcaban que toda la zona había sido siempre un rodadero hasta el siglo XX, sin estructura alguna. Hasta que comenzó la obra. 

MURO DE MAMPOSTERÍA Y SILLARES
El primer día de trabajo, explica Gómez Laguna, localizaron ya «el pico de algo muy gordo que estaba allí». Tan sólo habían levantado la zona peatonal, y advirtieron que la antigua canalización había roto un lienzo de muralla. Una muralla que transcurría justo por la zona en la que se iba a instalar la nueva estación de bombeo de Picadas. Al abrir esa zona, los arqueólogos pudieron descubrir no sólo un muro de mampostería y sillares del que no se tenía conocimiento, sino también lo que parece el espacio de su puerta. Sin embargo, a causa de los dos derrumbes que se produjeron en la zona cuando ya se había excavado cinco metros, no pudieron llegar a los niveles de cimentación de la muralla.

Este hecho dificultó la datación del lienzo. Había que interpretar qué era, porque el muro no aparecía ni en los planos de Covarrubias de 1778, ni en los del Greco. Sin embargo, sí aparece en ambos parte de una muralla que, saliendo del puente de San Martín, tal y como se puede ver hoy en día, llegaba hasta cerca de San Juan de los Reyes. Para averiguar su origen, los arqueólogos acudieron a Passini, quien habla de una muralla inconclusa de la judería.

En el siglo XIV, los judíos sufrieron varios ataques en España, y sobre todo en Toledo, que acabó con buena parte de las diez sinagogas de la ciudad. En respuesta, los sefarditas decidieron adelantar su muralla hasta un lugar por el que sería más difícil penetrarla. Comenzaron una nueva construcción defensiva, que en teoría comienza en los torreones situados junto al puente de San Martín, pero que va subiendo hasta que desaparece. Passini recoge en su libro La Judería de Toledo que el rey de Castilla Enrique de Trastámara ordenó parar su construcción en 1366, ante las protestas de los toledanos. Aunque esta muralla, no fue demolida, y en ella, el arzobispo Don Gómez Manrique mando abrir varias puertas.

El estudioso francés proponía que el muro tendría que pasar unos metros más abajo del lienzo descubierto, hasta el torreón del siglo XIX de una vivienda particular en la plaza. Sin embargo, Gómez Laguna ve más lógico que la muralla estuviera más arriba, para alejarla de la parroquia de San Martín, que según parecen indicar las catas realizadas para la instalación de contenedores soterrados, estaba situada a la entrada del instituto Sefarat. 

Por un lado, la iglesia tenía que estar fuera de la Judería. Pero además, la muralla tenía que alejarse, para que no se pudiera acceder a ella desde el templo cristiano para proferir ataques. Y la linea trazada por Passini pasaba justo por la iglesia.

SILLAR VISTO SIN ROTURA
Los arqueólogos sospechan que justo bajo la zona verde investigada estaba la puerta de la muralla. Y con el lienzo unos metros más arriba de lo previsto por Passini, queda espacio abierto delante de la puerta. Delante y detrás de la misma, por lo tanto, tendría que haber unas zonas abiertas donde parar con los carros, pagar los impuestos y mercadear.
Allí, explica Ruiz Sabina, hay un hueco en el que se ve un sillar visto sin rotura, lo que apunta a la presencia de una puerta. No se trata de un lienzo roto, sino de una muralla que gira y hace unos sillares. Hay que tener en cuanta que las murallas judías similares no presentan torreones cuadrados, sino que todos son redondeados. Además, otro indicio apunta más en esta teoría.

 La colocación de los escombros indica que se trataba de un espacio abierto que permitía que estos bajaran y formaran el rodadero. Bajando cinco metros, los arqueólogos detectaron que el rodadero empezaba a aparecer, y había suelo compactado por el paso y la lluvia.

Sin embargo, y a pesar de encontrar lo que parece un lateral de la puerta, los arqueólogos pudieron hacer poco más, tras dos derrumbamientos, y ante la posibilidad de que cayera encima la estatua de Isabel ‘la Católica’. Por lo que el jefe de obra de Tagus decidió tapar lo antes posible para evitar accidentes.

MURALLA DESAPARECIDA
La aparición de estos restos supone un cambio en la configuración de los límites de la Judería, que se conocían hasta este momento, y parece indicar que los judíos sí llegaron a concluir su nueva muralla, o cuanto menos, explica Gómez Laguna, su construcción estaba muy avanzada cuando se abandonó. El misterio está en que no aparezca en ninguno de los planos medievales de la ciudad.

Todo el material hallado desde la superficie hasta los cinco metros en los que se ha excavado no son más antiguos del siglo XVI. De forma que es posible que debajo haya todavía doscientos años más de historia hasta el suelo original. Sin embargo, sí queda claro que es ortogonal con todas las construcciones y calles medievales de judería en la zona. El modelo de lienzo, además de la investigación histórica, indican que se trata de una muralla del siglo XIV. Se trata de muro de sillares con llagueado exterior decorado con piedras negras, un sistema constructivo similar, por ejemplo, al de la muralla almoade de Alarcos desde el siglo XII.

DESMANTELAMIENTO INTENCIONADO
Es cierto, explica Ruiz Sabina, que la muralla en ciertos tramos está destruida, o se han quitado varios sillares. El muro presenta varios agujeros, que sugieren una destrucción y desmantelamiento intencionados. También hay evidencias del expolio de los sillares de la esquina, probablemente, reutilizados en la construcción de San Juan de los Reyes o a la reforma del cercano palacio de los Duque de Maqueda. A partir del siglo XVII esta zona se transformó en un rodadero, que descendía hacia la puerta del Cambrón.quee mantuvo hasta principios del siglo XX.

Cuando en 1478 Isabel y Fernando mandan la construcción de San Juan de los Reyes, el muro ya debía de que estar tapado. Se nota que fue en ese punto cuando se tallaron los bloques de caliza que se traían para San Juan de los Reyes. De forma que todo el relleno que hay en la zona son centenares de fragmentos de caliza. En consecuencia, apunta el arqueólogo, es posible que se reaprovechara algún sillar del muro para la nueva construcción, pero había tantos escombros encima ya que no se veía. De forma que en el plano del Greco no aparezca un muro que como mínimo llevaba siglo y medio enterrado.

PROTECCIÓN
Tras su descubrimiento, los restos han quedado protegidos de nuevo. Sólo ha sido necesario desplazar dos metros al norte la estación de bombeo prevista inicialmente. La solución de la obra de Tagus no fue complicada. Sin necesidad de abrir nuevas tuberías, se colocaron todos los servicios en la zanja antigua. Además, la muralla está a tal profundidad, que la antigua tubería sólo rompió un pequeño trozo.

A partir del descubrimiento, se modificó el proyecto de la estación de bombeo, que se ha instalado dos metros hacia abajo, para no afectar la muralla. Después, el lateral se protegió con geotextil y maderas, para evitar daños. El espacio entre el muro de hormigón y la muralla se ha rellenado con arena, y se ha quedado todo enterrado tal cual estaba, sin tocarse. Encima está de nuevo una pequeña zona verde. El descubrimiento no ha supuesto ni un sobrecoste, ni retraso alguno en la necesaria obra.

23 de octubre de 2015

Sale a la luz un importante yacimiento Calcolítico en Arbuniel (Jaén)

Miles de restos cerámicos de hace más de 4.000 años y cientos de fragmentos de sílex han aflorado en los tres sondeos que hasta el momento han realizado los arqueólogos en las proximidades de Arbuniel, localidad gienense pedánea de Cambil. Otros elementos del neolítico, de la Edad del Bronce y romanos convierten a este paraje en un yacimiento arqueológico de primera magnitud y nos dan idea de una secuencia de población continuada desde hace miles de años.
Los arqueólogos David Expósito y Maica Cortés con los vecinos de Arbuniel que trabajan en los sondeos.
La intervención en la zona conocida como Banco y Torcal de Arbuniel ha superado con creces las expectativas del equipo de arqueólogos que desde principios de octubre trabajan en este paraje, realizando una intervención arqueológica puntual promovida por el Ayuntamiento de Cambil-Arbuniel y que tiene como objetivo la realización de una prospección intensiva con recogida de materiales y la realización de cuatro sondeos, de los cuales tres ya se han concluido.

YACIMIENTO DE PRIMERA MAGNITUD
Lo primero que llama la atención, nos comenta el arqueólogo David Expósito, es que los restos de cerámica y de útiles de silex afloran por toda la superficie del terreno, por lo que una simple apreciación visual ya nos da una idea de la importancia del yacimiento. Los miles de restos cerámicos que hemos recuperado y los centenares de piezas de silex apuntan a que nos encontramos ante un yacimiento prehistórico de primera magnitud.
Fragmento de cerámica con mamelones recuperado en el sondeo.

Y así, en las tres catas realizadas de 2 x 2 metros han aparecido miles de piezas cerámicas e industrias líticas de la Edad del Cobre, sobre todo piezas de silex como cuchillos, dientes de hoz,  lascas, molinos barquiformes y algunas hachas completas además de fragmentos de huesos de fauna trabajados e incluso una cuenta de collar de caliza blanca pulida. "Todo ello sumado al hallazgo de restos del neolítico y de transición a la Edad del Bronce, además de restos de materiales romanos de almacenamiento confirman una secuencia de población más o menos estable en la zona desde hace miles años", concluye.

Según nos comenta Expósito durante nuestra visita a la zona de trabajo, durante la realización del tercer sondeo hemos podido comprobar niveles de arrastre de materiales de la Edad del Cobre. De hecho éste blog ha sido testigo de la obtención de varios kilos de materiales en las poco más de dos horas de trabajo que ha durado nuestra visita al sondeo.
Momento del hallazgo de un cuchillo de silex en el sondeo.

MATERIALES LÍTICOS EXÓGENOS
De los centenares de piezas de silex que hemos recuperado en estos sondeos, nos comenta David Expósito, hemos podido constatar que una buena parte de ellos no proceden de la zona, lo que nos viene a confirmar la existencia de fuentes exógenas de distribución y comercio  de estos materiales a gran escala. Y así nos recuerda por ejemplo que en la vecina Alcalá la Real también se constataron piezas procedentes de lugares tan distantes como Loja o Montefrío (ambas en la provincia de Granada).

YACIMIENTO SALVADO "IN EXTREMIS"
Sobre las razones que justifican la intervención puntual del Ayuntamiento de Cambil-Arbuniel en esta zona, David Expósito nos comenta que en 2008 se presentó en el Ayuntamiento un proyecto para la implantación de una cantera de mármol traventino en ésta zona cuyo informe de impacto ambiental no daba cuenta de las especies animales que habitan estos parajes ni de la importancia de los restos arqueológicos que afloraban sobre el terreno. Esto provocó la movilización de los vecinos de Arbuniel y fueron los técnicos de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía quienes realizaron un primer peritaje y concluyeron la necesidad de realizar un estudio más en profundidad de la zona.
El arqueólogo Diego López en pleno proceso de limpieza y clasificación
de cerámica.

Ahora ha sido el propio Ayuntamiento, el que ha demostrado su interés en realizar este proyecto  que debe servir como herramienta de protección para la zona. Y así nos puntualiza Maica Cortés, se espera que con la presentación de la Memoria de estos trabajos el Ayuntamiento pueda incluir el Banco y Torcal de Arbuniel en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana y reforzar así su protección como zona arqueológica.

El equipo de trabajo, en el que participan cuatro vecinos de Arbuniel con la supervisión de Maica Cortés y David Expósito está dirigido por el arqueólogo Diego López.

22 de octubre de 2015

En busca del escenario de la batalla medieval de Cutanda

Con motivo de la próxima conmemoración del novecientos aniversario del episodio, un centenar de voluntarios de Cutanda -una pedanía de Calamocha (Zaragoza)- han pateado los campos en los que, según distintos indicios, se libraron los combates en busca de vestigios de aquella singular batalla. El resultado de las dos prospecciones superficiales realizadas son 4.200 piezas localizadas, entre restos de cerámica, huesos y algunos fragmentos metálicos.
Voluntarios de Cutanda durante las prospecciones para localizar el campo de batalla. FOTO: HERALDO
En julio de 1120 un ejército almorávide formado por 15.000 hombres se disponía a recuperar Zaragoza, recién incorporada al reino de Aragón, cuando fue interceptado por las tropas del rey Alfonso I apoyadas por contingentes procedentes del mediodía francés. El choque, victorioso para las armas aragonesas, fue decisivo para consolidar la ocupación del valle del Ebro. Con motivo de la próxima conmemoración del novecientos aniversario del episodio, un centenar de voluntarios de Cutanda -una pedanía de Calamocha- han pateado los campos en los que, según distintos indicios, se libraron los combates en busca de vestigios de aquella singular batalla.

El resultado de las dos prospecciones superficiales realizadas son las 4.200 piezas localizadas, entre restos de cerámica, huesos y algunos fragmentos metálicos, más del triple de las previstas y un indicio de que las pesquisas para encontrar el escenario bélico van por el buen camino. Encontrar el campo de batalla sería, según el historiador Rubén Sáez, el “hallazgo del siglo en cuanto a la época medieval”. Además de abrir las puertas a un gran abanico de posibilidades de investigación histórica y arqueológica, constituiría un revulsivo para una localidad con medio centenar de residentes fijos que, si nadie lo remedia, camina hacia la despoblación.

35 HECTÁREAS DE PROSPECCIÓN
Los fragmentos cerámicos suponen más del 90% de todas las piezas encontradas y el 40% de estos materiales corresponden a la época en la que se libró la batalla. Sáez reconoce que al acometer el proyecto esperaba encontrar “muchos menos materiales” -en torno a 1.500 piezas para las 80 hectáreas que, según sus estimaciones, reúnen las mejores condiciones para haber sido escenario de los combates-. La gran cantidad de restos ha retrasado la prospección, que se ha limitado a 35 hectáreas. El historiador delimitó el espacio a investigar a partir del estudio de fotos aéreas que le sirvieron para identificar el mejor emplazamiento para la batalla y con el castillo de Cutanda a las espaldas del ejército cristiano.

El arqueólogo Javier Ibáñez, que también participa en el proyecto, considera que la prueba decisiva de que se ha localizado el campo de batalla sería encontrar las fosas en las que, según las fuentes históricas, fueron enterrados los 15.000 muertos en combate -la cifra podría ser exagerada y estimaciones más prudentes la rebajan a 5.000-. También sería muy significativo encontrar huesos de camello porque los cronistas medievales relatan que el ejército almorávide disponía de 2.000 de estos animales para labores de acarreo o combate.

A pesar de la singular trascendencia de aquel episodio, los libros de historia lo han orillado hasta quedar reducido a un tema de estudio para eruditos y a un referente de la tradición local. La población de Cutanda se dispone ahora a sacar aquel singular hecho de armas del olvido.


UNA BATALLA TRASCENDENTAL 
El presidente de la Asociación Batalla de Cutanda, Roberto Alonso, señala que el choque de 1120 “fue trascendente para la configuración del reino de Aragón al precipitar la conquista de los valles del Jiloca y el Jalón. Se trata de un acontecimiento de la categoría histórica de Las Navas de Tolosa pero que, sin embargo, ha sido olvidado”. Alonso está convencido del potencial turístico que tendrá la identificación del campo de batalla. Le augura proyección “internacional”, porque en las filas cristianas formaban caudillos cristianos del sur de Francia.

Para los vecinos, además de mejorar el conocimiento del hecho histórico más trascendente de su pasado, la localización del escenario de la batalla abriría una puerta para salir del declive. Tamara López, una de las voluntarias de las prospecciones, está convencida de que el atractivo arqueológico e histórico que se derivará del descubrimiento tendrá suficiente tirón “para que el pueblo salga adelante”. Advierte de que, sin este estímulo, el destino de Cutanda es “convertirse en un pueblo fantasma”.

GEORADAR Y DETECTORES METÁLICOS
Sáez e Ibáñez adelantan que el siguiente paso para profundizar en la investigación es incorporar la tecnología a las prospecciones. La próxima primavera quieren retomar la búsqueda con más equipamiento tecnológico, que incluirá un georadar y detectores de metales. De momento, se disponen a afrontar varios meses de trabajo de laboratorio para analizar la avalancha de piezas almacenada, datarla e identificar su procedencia. Entre los huesos se adivinan multitud de restos de ganado mular y también algún hueso humano.

Javier Ibáñez explica que no todos los restos recogidos corresponden al periodo medieval objeto de la investigación. Señala que se han identificado piezas procedentes de una abanico temporal que va del siglo II después de Cristo hasta el periodo cristiano de la Edad Media.

CONMEMORACIÓN DEL 900 ANIVERSARIO
La búsqueda del emplazamiento de la batalla forma parte de los actos preparatorios del 900 aniversario del acontecimiento. La programación arrancó el pasado 17 de junio con la lectura de un manifiesto y podría incluir, entre otras iniciativas, algún tipo de recreación histórica en 2020. Será “algo grande”, como adelante Roberto Alonso. Javier Ibáñez resalta por su parte el entusiasmo con el que el vecindario se ha implicado en la búsqueda de restos y en todas las iniciativas surgidas en torno a la conmemoración. “Todo el trabajo se ha hecho de forma altruista”, remacha.

El primer aprovechamiento socioecónomico derivado de la batalla pasa por conseguir un taller de empleo para formar a ocho auxiliares para excavaciones arqueológicas solicitado por el Ayuntamiento de Calamocha a la DGA. La formación práctica se impartirá en el castillo de Cutanda, una fortaleza catalogada como Bien de Interés Cultural que, según Javier Ibáñez, jugó un papel decisivo en la batalla librada hace nueve siglos que marcó el destino de Aragón.

21 de octubre de 2015

Documentan una aldea medieval y un convento del S. XVII en La Puebla de Arganzón (Burgos)

Un poblado medieval y un convento franciscano del S. XVII han quedado al descubierto en el valle del río Zadorra. Esos son los nuevos hallazgos que los arqueólogos de la UPV han localizado en las inmediaciones de La Puebla de Arganzón, en el Condado de Treviño (Burgos). Nuevos resultados arqueológicos que ayudan a entender mejor la historia de este entorno.
Sepulturas antropomorfas halladas en el cementerio medieval de Arganzón. FOTO: UPV
Las excavaciones, llevadas a cabo por el grupo de investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la UPV, han descubierto la vieja aldea de Arganzón, de fundación medieval, y un importante convento franciscano fundado en 1615 sobre la una iglesia altomedieval. El antiguo poblado ya aparece mencionado en fuentes escritas a partir del año 801, cuando tuvo lugar en este punto un conflicto armado contra los árabes que "buscaban botín en Álava y Castilla", ha confirmado la UPV.

Años más tarde, en el año 871, fuentes escritas mencionan la iglesia de Santa María de Arganzón, por lo que se considera que Arganzón es una de las primeras aldeas conocidas en el valle del Zadorra, gracias a la documentación medieval. Este documento narra cómo el señor Arroncio dona al monasterio de Acosta varios bienes entre los que se incluye la iglesia de Arganzón, bienes que había recibido en herencia de sus abuelos procedentes de León. Por este motivo, se ha considerado que Arganzón sería un buen ejemplo del proceso de repoblación que habría tenido lugar como resultado de la llegada de colonizadores desde el reino astur-leonés.

REPOBLACIÓN
A pesar de la presencia de Arroncio y de sus ascendentes leoneses, el equipo de investigadores estiman que las aldeas y los pueblos medievales ha seguido un proceso diferente en el valle del Zadorra. Arganzón, situado en la periferia de la ciudad romana de Iruña, fue fundado hacia el siglo VI, tal y como han mostrado las excavaciones realizadas en la zona de La Erilla con ocasión de la construcción del actual trazado de la A-1. «Dicho de otra manera, Arganzón no se formó como resultado de la repoblación llevada a cabo por colonizadores procedentes de otros sectores del norte peninsular en el siglo IX, sino que es el resultado de una iniciativa local precedente», explica Juan Antonio Quirós, director del proyecto.

CEMENTERIO CON TUMBAS ANTROPOMORFAS
Las excavaciones realizadas han permitido, además, reconocer la naturaleza y las características de este poblado altomedieval. En él se ha hallado un amplio cementerio formado por tumbas antropomorfas -sepulturas delimitadas por lajas de piedra y enterramientos realizados directamente en la roca-, que datan de antes del año mil. Los estudios antropológicos han permitido determinar que en el cementerio «estaban enterrados tanto niños como adultos, jóvenes y seniles, varones y mujeres, en definitiva, toda la comunidad de Arganzón», ha explicado el investigador de la UPV.

También se han identificado varias viviendas asociadas a este cementerio, que estuvieron «en uso durante la Alta y la Plena Edad Media». Son estructuras «poco consistentes construidas por zócalos de piedra y con alzados en materiales efímeros». Entre los hallazgos más significativos destaca el descubrimiento de varios silos destinados al almacenaje de cereal.


EL CASTILLO Y EL CONVENTO
A la aldea de Arganzón se sumaron en los siglos siguientes varias construcciones de mayor entidad. Próximo al poblado fue fundado, hacia el año mil, el castillo de Arganzón, aún conservado parcialmente en el estrecho paso atravesado por el río Zadorra. La aldea se mantuvo incluso cuando se fundó, a finales del siglo XII, La Puebla de Arganzón. De hecho, no se abandonó hasta que llegó la Baja Edad Media, aunque la iglesia fue restaurada en los siglos siguientes.

Por otra parte, en 1615 fue fundado el convento franciscano de Nuestra Señora de la Concepción sobre la vieja iglesia altomedieval de Santa María, aquella que donó el señor Arroncio en el año 801. Las excavaciones han permitido recuperar de forma parcial la planta de este monasterio, que incluye una iglesia conventual, un amplio claustro, un huerto y otros edificios anexos. En el interior de la iglesia se han hallado numerosos enterramientos, uno de los cuáles tenía un rosario de hueso en el cuello.

El convento, que estuvo en uso hasta 1834, fue reconstruido y reformado en varias ocasiones, tal y como muestran los distintos muros hallados y los numerosos suelos reparados. También se han recuperado numerosos materiales cerámicos y restos de alimentación, que arrojan luz sobre el estilo de vida de esta comunidad conventual. Durante la batalla de Vitoria y las guerras carlistas el convento fue seriamente dañado, lo que provocó que se abandonase.

El proyecto arqueológico ha sido realizado con el apoyo y la financiación de la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, así como con la colaboración del Ayuntamiento de esa localidad treviñesa.

20 de octubre de 2015

Los arqueólogos descubren un gran taller de tejidos en el yacimiento celtibérico de El Cerrito (Teruel)

El equipo de arqueólogos de la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto numerosas piezas para la elaboración de tejidos en un mismo lugar, lo que permite deducir que habría todo un taller para la elaboración de tejidos, cuando lo habitual en un poblado es que se encuentren pocas piezas de elaboración textil por ser de ámbito doméstico.
La cuarta campaña de excavación arqueológica, que ayer terminó en el castro celtibérico de la Edad de Hierro de El Cerrito en la Laguna del Cañizar, ha permitido descubrir un taller de tejidos en una de las catas realizadas. El equipo de arqueólogos también ha encontrado en esta campaña cerámicas, algunas de ellas con una gran y fina decoración.

GRAN NÚMERO DE PIEZAS HALLADAS
El codirector de la excavación arqueológica en el castro El Cerrito de la Laguna del Cañizar, David Vacas, destacó que en la campaña lo que más ha sobresalido ha sido el gran número de piezas encontradas relacionadas con la fabricación de tejidos, loque corresponde a un taller de tejidos.


David Vacas explicó que las piezas textiles que se encuentran en los poblados celtibéricos, siglos IX al I antes de Cristo, son las que corresponden a una casa, pero lo que se ha descubierto en el yacimiento de El Cerrito corresponden a un taller, a una industria textil, por el gran número de piezas halladas. "La cantidad de piezas encontradas es para una producción textil a gran escala, no es solo para una casa. El hallazgo ha sido muy bueno", afirmó el arqueólogo y codirector de la cuarta campaña de excavación arqueológica en El Cerrito de la Laguna del Cañizar.

CERÁMICA DE GRAN CALIDAD
En esta línea, David Vacas recordó que en la campaña del pasado año hubo ya pistas al encontrar fusayolas y piezas de telares. pero "en este año han aparecido muchas más. Lo sorprendente es el elevado número de piezas para la elaboración de tejidos que se han encontrado en solo punto, por lo que resalta el descubrimiento".

Asimismo, David Vacas valoró las piezas de cerámica que están saliendo en el yacimiento celtibérico de El Cerrito en la Laguna del Cañizar. "Hay cerámica de una calidad excepcional. Hay cerámica que tiene una gran decoración, lo que revela que los habitantes del poblado celtibérico tenían un sentido estético muy importante". Vacas añadió que también se han encontrado restos de cerámica más primitivas, para uso de almacenaje".

MURALLAS IMPRESIONANTES
En los trabajos de excavación arqueológicas de estructuras del poblado, David Vacas señaló que se había buscado las murallas del poblado, lo que ha permitido descubrir en una de las catas realizadas que el agua de la laguna de El Cañizar llegaba hasta las mismas murallas del castro."El poblado era de dimensiones pequeñas, pero sus murallas son impresionantes y han llegado hasta nuestros días", comentó.

El codirector de la excavación arqueológica agregó que con la cata realizada ha permitido saber más sobre el perímetro del poblado de El Cerrito, "conocer los límites que tenía".

La otra cata realizada por el equipo de arqueólogos de la Universidad Complutense de Madrid ha sido en el interior del poblado para conocer la actividad que había dentro, en un trabajo difícil de realizar al tener que retirar escombros y encontrarse la cata arruinada.


TRABAJOS DE LABORATORIO
En el día de ayer el equipo de arqueólogos terminó la excavación en El Cerrito pero continuarán hasta el domingo realizando trabajos en el laboratorio en un local que les ha cedido el Ayuntamiento de Cella y que, por otra parte, se ha ocupado de la logística. "El Ayuntamiento de Cella nos ha tratado genial", destacaron los arqueólogos.

Por otro lado, el equipo de arqueólogos de la Universidad Complutense de Madrid ha entregado al Museo Provincial de Teruel material arqueológico correspondientes a las anteriores campañas arqueológicas.

David Vacas apuntó que el material que se entrega al Museo Provincial de Teruel corresponde a las campañas realizadas en el poblado de El Cerrito los años 2012, 2013 y 2014. Material principalmente cerámico y de piezas para la elaboración textil. Los materiales encontrados en la presente campaña arqueológica están siendo estudiados y catalogados.

19 de octubre de 2015

El juez investiga la destrucción de un yacimiento neolítico de tres hectáreas en Coslada (Madrid)

El Ayuntamiento solicitó en 1991 la declaración de Bien de Interés Cultural de la zona, pero años más tarde cambió de opinión, modificó el uso de la parcela y otorgó autorización para realizar un movimiento de tierras. Del yacimiento arqueológico El Calvario, en Coslada, solo queda un gran agujero. La mayor parte de los vestigios del neolítico y del paleolítico que atesoraba la zona ha sucumbido ante la decisión municipal de levantar en esos terrenos un centro comercial, que todavía no se ha edificado.
Los funcionarios de Patrimonio Histórico han comprobado que la parcela se encuentra completamente vaciada hasta una profundidad superior a los 10 metros. FOTO ÁLVARO GARCÍA
La construcción de un centro comercial en Coslada se ha llevado por delante gran parte del yacimiento arqueológico de El Calvario (30.000 metros cuadrados), con restos del paleolítico y neolítico. La Comunidad abrió un expediente sancionador al municipio por infracción muy grave y el Juzgado de Instrucción número 3 de Coslada ha abierto una investigación, que se encuentra en diligencias previas. El Ayuntamiento solicitó en 1991 la declaración de Bien de Interés Cultural de la zona, pero años más tarde cambió de opinión, modificó el uso de la parcela y otorgó autorización para realizar un movimiento de tierras.

Del yacimiento arqueológico El Calvario, en Coslada, solo queda un gran agujero. La mayor parte de los vestigios del neolítico y del paleolítico que atesoraba la zona ha sucumbido ante la decisión municipal de levantar en esos terrenos un centro comercial, que todavía no se ha edificado.

DECLARACIÓN BIC
La pérdida se ha producido a pesar de que el municipio tenía muy claro en 1991 que era necesario proteger al máximo los terrenos. Para ello solicitaron la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del entorno. Un convencimiento que cayó en el olvido años más tarde, aunque el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ya había incluido al yacimiento en esa categoría de forma preventiva, hasta que se diera el visto bueno definitivo.

De esta forma, se pasó de la protección a dar permiso a la empresa propietaria de la parcela para realizar un movimiento de tierras, lo que provocó la destrucción de “una parte considerable del yacimiento arqueológico”, indica la Fiscalía de Medio Ambiente. El Consistorio les dio el permiso por acuerdo de la Junta de Gobierno, previos informes municipales de carácter técnico y jurídico. Documentos que, aclara la Fiscalía, salieron adelante sin que se hiciera “referencia de ningún tipo al yacimiento arqueológico ni a la necesidad de solicitar autorización a la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid”. Era obligatorio porque la parcela, de 27.945 metros cuadrados de superficie, estaba ubicada dentro de la zona arqueológica.

PARCELA "VACIADA" HASTA LOS 10 METROS DE PROFUNDIDAD
El 30 de julio de 2012, continúa el relato de la Fiscalía, una inspección técnica de Patrimonio Histórico examinó la zona. Los funcionarios comprobaron que la parcela se encontraba completamente vaciada hasta una profundidad superior a los 10 metros y con los muros pantalla y de contención de las plantas previstas bajo rasante ya ejecutados. El daño estaba hecho.

La Fiscalía advierte de que las obras se permitieron pese a que el informe técnico hacía referencia a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana del municipio en 1995, en el que se requería“expresamente” la autorización de Patrimonio Cultural “para cualquier obra o remoción de terreno que se pretenda realizar en la zona”.

INFRACCIÓN ADMINISTRATIVA "MUY GRAVE"
Ante estas irregularidades, la Comunidad de Madrid abrió el 5 de julio de 2013 un expediente al Ayuntamiento, que era quien había otorgado las licencias. Se trataba de determinar si se había cometido una infracción administrativa muy grave, que sería aquella que produjera la pérdida, destrucción o daños irreparables en los bienes culturales.

El 17 de febrero de 2014, el Ejecutivo regional suspendió el procedimiento y comunicó las actuaciones a la Fiscalía, que había abierto diligencias de investigación. Finalmente, la Fiscalía determinó que existían indicios de responsabilidad penal, debido a que el yacimiento, “cuya importancia fue puesta de manifiesto por todas las intervenciones realizadas en años anteriores, no podía pasarse por alto a los responsables municipales”.

El informe judicial sostiene también que no se podía atender al argumento “puramente formal” esgrimido por el Consistorio respecto a la posible caducidad del expediente de declaración de BIC. “En cualquier caso”, concluye, “no podía obviar el hecho incontestable de la existencia del yacimiento”.

Posteriormente, el Juzgado de Instrucción número 3 de Coslada abrió un procedimiento que se encuentra en diligencias previas. El juez ha remitido toda la documentación recabada a la Fiscalía, que será la encargada de determinar quienes son los presuntos responsables.


Bien de Interés Cultural... a ratos

  • Yacimiento arqueológico. El Calvario, con restos del paleolítico y neolítico está ubicado en el recinto ferial y sin excavar. 
  • Bien de Interés Cultural. En 1991, Coslada solicitó proteger el entorno con esta figura. Aparece en el listado del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, pero el expediente está inconcluso.
  • Expediente regional. La Dirección General de Patrimonio Histórico incoa procedimiento sancionador contra el Ayuntamiento de Coslada (notificada el día 19 de julio de 2013) por la posible comisión de una infracción muy grave.
  • Acciones judiciales. El juzgado de instrucción número 3 de Coslada ha remitido a la Fiscalía los resultados de su investigación para que se determinen quienes son los responsables de la pérdida de estos bienes histórico-culturales.

16 de octubre de 2015

Salen a la luz 600 piezas del Paleolítico Medio en la Cueva de Bedmar (Jaén)

Entre los restos más destacables, figuran puntas de lanza y de proyectil, usadas presumiblemente para flechas y lanzas que podrían tener entre 40.000 y 100.000 años. 
El Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana trabaja ahora en catalogar y estudiar estos restos para conseguir una datación precisa. FOTO: EUROPA PRESS
Una veintena de técnicos y arqueólogos han hallado durante este verano 600 piezas en el paraje conocido como Cueva de Bedmar, en la comarca de Sierra Mágina, en Jaén. Los resultados arrojan que en este paraje habitó un grupo de homínidos que dejaron multitud de restos y que evidencian que esta zona de la península estuvo habitada en el Paleolítico Medio, es decir, hace entre 40.000 y 100.000 años.

El Ayuntamiento de Bedmar ha promovido unas jornadas de difusión para dar a conocer en qué consisten las piezas que ahora se investigan para su catalogación y para poder delimitar la fecha de manera más concreta. 


El presidente de la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana, Cecilio Barroso, y José García, director de la intervención en Bedmar, han sido los encargados de dar a conocer estos hallazgos, además de explicar el modo de vida, las costumbres y "la problemática actual sobre los neandertales para saber por qué desaparecieron y cómo se extinguieron estos homínidos", tal y como ha explicado García en un comunicado informativo. 

INDUSTRIA LÍTICA ASOCIADA AL MUSTERIENSE
Los trabajos, que se han financiado con fondos, infraestructura y personal aportados por la Caja Rural de Jaén, el Ayuntamiento y la Fundación, han conseguido sacar a la luz "alrededor de unas seiscientas piezas en su mayoría de industria lítica, o lo que es lo mismo, son las herramientas que fabricaban grupos humanos presumiblemente en el Paleolítico Medio, una cultura musteriense que está asociada a los neanderthales, para cazar principalmente", ha dicho García. 

PUNTAS DE LANZA Y PROYECTIL
Entre los restos más destacables, figuran puntas de lanza y de proyectil, usadas presumiblemente para flechas y lanzas que podrían tener entre 40.000 y 100.000 años. 

Precisamente el Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana trabaja ahora en catalogar y estudiar estos restos para conseguir una datación precisa. El arqueólogo director de los trabajos ha explicado que restos de este tipo "son bastante escasos en la península. En España puede que no lleguen a una treintena y en Andalucía son muy pocos los yacimientos de este tipo que estén excavados con metodología científica moderna. 

YACIMIENTO ÚNICO EN LA PROVINCIA DE JAÉN
En la provincia de Jaén prácticamente es el único, junto a unas terrazas que se excavaron en la zona de Alcalá la Real. Pero allí era una zona más de cantera, porque los restos no evidenciaron que fuera un hábitat para estas comunidades".
(Fuente: 20 Minutos / Europa Press)

15 de octubre de 2015

Documentan dos nuevas factorías de salazón y restos de pescado de época romana en Baelo Claudia (Cádiz)

Con éstas ya son ocho las factorías documentadas en el yacimiento gaditano que además han servido para documentar las primeras evidencias en España de carne de atún en salazón en época romana. Por su parte, la delegada territorial de la Junta de Andalucía en Cádiz afirma que a medio plazo se intentarán recuperar el garum y las salsas de pescado realizadas en Baelo para su comercialización.
Imagen de una de las nuevas fábricas de salazón descubiertas en Baelo Claudia. FOTO: ERASMO FENOY.
 La aventura de soñar a veces puede soltar sus alas para convertirse en realidad. Cuántas veces los más y menos jóvenes han intentado descifrar en sus cabezas el sabor y los componentes exactos de ese famoso garum que hacían los romanos. En la provincia de Cádiz y especialmente en el Campo de Gibraltar, con Baelo Claudia y Carteia como referentes, el interés por conocer esa salsa ha sido una constante, especialmente impulsado de forma didáctica a través de esas visitas a los enclaves arqueológicos, tan cercanos a la ciudadanía.

PRIMERAS PILETAS DE SALAZÓN DOCUMENTADAS
Hoy se puede decir que es la primera vez que se documentan en piletas de salazón restos de las conservas que se realizaban en época romana en Baelo Claudia (Bolonia). Esto responde a una ardua investigación por entender esos ingredientes y posibilitar, en un futuro cercano, la reintroducción de estas salsas romanas en la dieta cotidiana y comercializar un producto perdido de la gastronomía tradicional. Recordar que el garum es el resultado del filtrado del macerado de restos de pescados tras tres semanas con una serie de ingredientes.


La delegada territorial de Cultura, Remedios Palma definió a Baelo como "un referente como laboratorio de investigación a nivel internacional en lo que arqueología romana se refiere", calificando de "excepcional" el hallazgo. "El objetivo final del proyecto es determinar esos ingredientes, esas antiguas conservas para poder a medio plazo reproducirlas y para ello están en contacto con los químicos del área Tecnológica Alimentaria de la UCA. Se trata de comercializar un producto que al final nos va a aportar también riqueza", expuso la delegada.

OCHO FÁBRICAS EN EL CONJUNTO DE BOLONIA
El director del proyecto y 
profesor de la Universidad de Cádiz (UCA), Darío Bernal, explicó que los depósitos hallados, aunque se haya oído hablar mucho del garum y el atún en salazón, si se mira la bibliografía "son totalmente excepcionales porque en ámbito Atlántico y Mediterráneo no hay prácticamente ningún hallazgo arqueológico similar a esto porque hasta hace muy poco tiempo no se le ha prestado la suficiente atención al registro orgánico". Hay que sumar a estas novedades la localización de dos nuevas fábricas de salazón -cercanas a la playa-, que suman ya ocho en el conjunto de Bolonia.

Sobre los restos de conservados registrados en las piletas, Bernal avanzó que se ha permitido documentar que en las mismas fábricas al mismo tiempo se hacían productos diferentes. En la defensa del hallazgo expuso también que en ámbito del Mediterráneo hay aproximadamente diez yacimientos que tienen información parecida a la de Baelo. Y, por relevancia, hay que resaltar los restos del pudridero localizado, ya que en el mundo antiguo se conocen hoy en día cuatro, tres de ellos están en el ámbito del Estrecho de Gibraltar.

Desde el punto de vista cronológico todos los datos obtenidos prácticamente se corresponden con el momento de abandono de estas fábricas de salazón -siglo V d. C.-. El equipo de investigación está formado por 25 personas, que trabajan desde hace cuatro años a nivel interinstitucional, tanto por profesionales de la UCA como de Baelo Claudia.

La primera de las fábricas de salazón halladas está muy cerca de la Puerta de Carteia. Hay siete piletas de salazón documentadas, pero sólo dos excavadas. Al fondo hay restos piscícolas sepultados por vertido y arena. Destacó Bernal lo difícil de encontrar esta estructura "inalterada de la época".

CERTIFICAR EL ADN ANTIGUO DEL ATÚN
Los residuos hallados en las piletas se rasgaron y químicos han trabajado en la investigación de los productos utilizados. Destacó Bernal las muestras tomadas de huellas de atún para certificar el ADN antiguo, siendo para él "una de las singularidades".

Los depósitos piscícolas son de dos tipos, por un lado los llamados restos de limpieza, quedando adheridos a las paredes de las piletas; y por otro lado hay depósitos que se abandonaron llenos y como ejemplo en uno se ha descubierto que se realizó una salazón de sardinas y boquerones, a la que añadieron erizos de mar y crustáceos. "Cuando se compara con los datos que daban los autores antiguos te das cuenta que no es exactamente lo mismo".

Aprovechó el director del proyecto para explicar el método en el que han estudiado estas piletas, que aunque se han excavado muchas en la Península y Marruecos, muy pocas de manera interdisciplinar y utilizando los métodos y técnicas más punteros que existen hoy en día en arqueología. En concreto se ha excavado de forma microespacial, han trabajado arqueozoólogos para investigar las especies, biólogos especializados en la clasificación y se han hecho estudios de carácter arqueométrico.

10 CENTÍMETROS DE PRODUCTO COMPACTADO
Por otro lado, en la segunda fábrica hallada una de las piletas poseía en la parte de abajo una capa de 10 centímetros con el producto compactado en miles de huesos, tras desaparecer el material orgánico. Este hallazgo permite determinar las especies, tallas y para qué se estaba realizando. Bernal destacó lo interesante de esta pileta en concreto porque se ha podido determinar que estaban haciendo garum con aligotes, una conserva nueva, totalmente desconocida, en la cual tienen el residuo sólido. En otra pileta se ha localizado manchas negras, resultado de la degradación de la carne del atún, así como restos de la piel de los atunes.


Bernal no dudó en defender que estos "hallazgos son totalmente excepcionales, no hay prácticamente en el mundo antiguo datos sobre la carne de atún en salazón. Esto es lo que los romanos llamaban Salsamenta. Era uno de los productos fundamentales del Imperio Romano. Se conoce por las ánforas pero lo que no se conserva bien es la materia orgánica". En este sentido se ha logrado documentar las primeras evidencias en España de carne de atún en salazón en época romana.

RESTOS DE UN PUDRIDERO DE ATUNES
Pero ahí tampoco acaban los hallazgos en Baelo. El director del proyecto destacó que se ha encontrado restos de un pudridero de atunes. Estos elementos han sido estudiados de manera individualizada. "Este hallazgo también es de sumo interés porque es un depósito excepcional para saber cómo se hacía el ronqueo en la antigüedad, el tamaño y los resultados de ADN antiguo que es la primera vez que se hacen en la provincia". Además, a ello se añade los restos de instrumental de pesca, anzuelos de bronce o lanzaderas para la reparación de las redes.

Sobre el futuro, especificó Bernal, que planea en 2016 continuar la campaña de investigación para profundizar y realizar análisis de caracterización arqueométrica con los analistas de otras disciplinas, seguir estudiando los orígenes del ronqueo y con los ingenieros químicos reproducir todos esos ingredientes. En un par de años se intentará recuperar el garum y las salsas de pescado realizadas en Baelo que tan importante fueron en época romana y que nuestra sociedad por la presencia islámica en época medieval perdió.

14 de octubre de 2015

Arqueólogos del CASC investigarán con minisubmarino un pecio ibérico del S. I a.C. en Port de la Selva (Girona)

El Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) presenta su proyecto de exploración de un pecio ibérico del S. I a.C. en el yacimiento de Cala Cativa I, en Port de la Selva (Girona). Para ello emplearán el submarino Ictineu 3, uno de los dos únicos de Europa que puede descender a 1.200 metros con tres pasajeros.
Con el Ictineu 3 los arqueólogos podrán investigar hasta 1.200 metros de profundidad.
La primera campaña científica del Ictineu 3 ha sido presentada por los responsables del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC), que han destacado el nuevo horizonte que se les abre con esta herramienta, ya que los equipos autónomos de submarinismo sólo les permitían trabajar a 50 metros bajo el mar.

El submarino ha participado en las labores que el CASC desarrolla en Cala Cativa I, donde se encuentra esa barca de apenas diez metros de eslora que se hundió a 30 metros de profundidad frente a la costa de Port de la Selva, en pleno Cap de Creus, en el siglo I a.C.

Según el director del CASC, Gustau Vivar, los trabajos realizados en este yacimientos confirman lo que se había intuido en otro situado en el vecino Cap del Vol: que había en esa época “una construcción naval propiamente ibérica”.

PIONERO DE LA ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA
La arqueología subacuática en Cataluña arrancó precisamente en Cala Cativa I de la mano de un vecino de Port de la Selva, Romualdo Alfaras, que fue pionero al contratar a buscadores de coral para realizar inmersiones en los restos de la barca y sacar ánforas de su interior a la superficie.

Según Gustau Vivar, Alfaras pretendía conocer “la historia del barco” además de extraer su contenido y, cuando fue instado a hacerlo, venderlo y repartir ganancias por la Capitanía Marítima, decidió abandonar el proyecto.


“En este yacimiento, que es el origen de todo, hemos querido iniciar la colaboración con el Ictineu 3, que permitirá el inicio de un nuevo futuro”, ha señalado Vivar en Port de la Selva.

DESCENSO CON TRES OCUPANTES HASTA 1.200 METROS
Para el director del CASC, “a partir de ahora, a los arqueólogos se les abre una nueva frontera, al pasar de los 50 metros a los 1.200, prácticamente la profundidad de todo el litoral catalán”.

“Ahora sí dispondremos de las herramientas para documentar todos los restos que tenemos en nuestras costas, por primera vez se nos abren nuevas expectativas superiores a las empresas privadas que hasta ahora disponían de robots que servían para la caza de tesoros”, ha subrayado Gustau Vivar.

PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
Vivar ha detallado que se ha comenzado a planificar los protocolos de actuación que se utilizarán entre el submarino y los arqueólogos.

Desde el CASC, sus responsables esperan que el presupuesto de que dispondrán en el futuro les permita una colaboración continuada con el Ictineu 3, cuyo director, Pere Forés, que lo es también de la empresa que lo ha construido, Ictineu Submarins, ha manifestado su satisfacción por el éxito de esta primera campaña científica.

Forés ha destacado que el submarino es el noveno en el mundo en capacidad de descenso con la mitad de peso que el resto de integrantes de esta clasificación.

El director ha precisado que, durante los trabajos con los arqueólogos, Ictineu Submarins ha aprendido “cómo se trabaja en este campo en el fondo del mar” y que los integrantes del CASC han tomado conciencia de las labores que podían desarrollar dentro de un ingenio “equipado con tecnología punta”.

Pere Forés considera que a la arqueología submarina se le abren “grandes ventanas”, al tener ahora capacidad para explorar en un gran área bajo el mar y hacerlo a más profundidad.

LLEGAR DONDE LOS EXPOLIADORES NO HAN PODIDO
Forés ha destacado que estas dos circunstancias les permitirán llegar “donde los expoliadores de yacimientos submarinos no han podido hacerlo”.

El Ictineu 3, pese a ser de autoría catalana, lleva bandera francesa, ya que la legislación española no garantizaba que el submarino pudiera navegar por todo el mundo.

(Fuente: República / EFE)

13 de octubre de 2015

El yacimiento de la 'Pirámide de Cañete' podría ser del siglo III a. C., y fue descubierto en los años 70

El arqueólogo José Vicente Pérez de la Sierra, recuerda que el cerro cañetero fue estudiado dentro de un programa de RTVE llamado 'Misión rescate' en los años 70. Respecto a que una persona que no es profesional de la arqueología haya realizado trabajos en el lugar, señala  que el lugar "no estaba vallado", y critica "que la administración no haya hecho nada en más 40 años para protegerlo de posibles intrusos".
El cerro donde se encuentra la 'Pirámide de Cañete', conocido como 'El Cabezuelo', ya estaba protegido desde el año 2004.
El yacimiento de la ‘Pirámide de Cañete' fue descubierto en los años 70 y alberga unos restos que estarían datados en el siglo III antes de Cristo. Estos dos datos han sido aportados por el arqueólogo José Vicente Pérez de la Sierra en una comunicación por carta que ha transcendido al diario conquense Vocesdecuenca.es.

Pérez de la Sierra cita el capítulo ‘Un nuevo espacio histórico: El proceso de romanización en Castilla-La Mancha', firmado por Rubí Sanz Gamo, extraído del libro colectivo ‘Castilla-La Mancha en época romana y antigüedad tardía' de la Editorial Almud. El libro fue coordinado por el conquense Ángel Fuentes Domínguez, profesor de Arqueología en la Universidad Autónoma de Madrid, y en este, Sanz Gamo afirma que "los poblados celtíberos del siglo III antes de Cristo mantenían caracteres originados en tiempos anteriores, entre los que cabe citar las murallas adaptadas a la topografía, levantadas mediante dos paramentos verticales… Con relleno interior de piedras… Este tipo de estructuras defensivas se extendieron por la provincia de Cuenca, los muros ciclópeos en Cañete…".

Según el arqueólogo, "esta referencia algo imprecisa porque no cita el nombre del yacimiento al que se refiere, sin duda al oppidum (cerro fortificado, en latín) corresponde al que hay detrás de una casita blanca, junto al río, a la derecha de la carretera Cuenca-Utiel, dirección Cañete cuando se accede a ella desde la que pasa por Fuentelespino y deja a un lado Boniches".

Rubí Sanz Gamo, autora de la cita, fue directora del Museo Arqueológico Nacional entre los años 2004 y 2010, consejera de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha entre 1999 y 2000, y directora del Museo de Albacete entre 1983 y 2004. Tras su marcha del Museo Arqueológico Nacional, volvió al Museo de Albacete, cerrado desde 2007 y que reabrió en el año 2011.

‘MISIÓN RESCATE'
Sobre la fecha del descubrimiento del yacimiento, De la Sierra, que fue colaborador del Museo de Cuenca y ha realizado estudios junto con María Isabel Martínez Navarrete sobre la sima del cerro de la ‘Cabeza de la Fuente' de la cercana Boniches; o en solitario sobre el yacimiento de la Pata de la Yegua en Landete, entre otros; recuerda que fue hallado dentro del programa ‘Misión rescate'.

‘Misión rescate' fue un programa creado en 1967 que tenía por objetivo "fomentar entre los escolares de primera enseñanza bajo la dirección de sus respectivos maestros la localización de objetos de valor artístico o histórico que actualmente se hallen desconocidos u olvidados". Organizado por Radio Nacional de España en colaboración con la Dirección General de Bellas Artes y al que la Subsecretaría de Turismo añadía un premio especial para recompensar "el trabajo de rescate de aquel objetivo que, junto a sus valores artísticos e históricos, ofrezca más claras posibilidades de promoción turística", según se señalaba en la resolución de creación del galardón, publicada el 10 de abril de 1967.

Dentro del programa, grupos de rescate formados por cuatro o cinco alumnos de entre nueve y trece años realizaban batidas de búsquedas arqueológicas o investigaban acerca de objetos de valor arqueológico, dirigidos por su maestro. Según De la Sierra, el maestro de Cañete llegó a recibir una medalla junto con su grupo por el estudio del singular cerro. Expertos en arqueología actuales critican aquel programa, dado que según sostienen, la metodología utilizada por los grupos de rescate no fue la adecuada, causando daños al patrimonio o a su investigación.

José Benedicto recuerda que las pinturas rupestres de Villar del Humo fueron descubiertas en circunstancias similares, con el maestro del pueblo Amado Ruiz dirigiendo el grupo de rescate 278, según también recoge ABC en su edición del 2 de febrero de 1968. La actuación estuvo avalada en su momento por el delegado provincial de Excavaciones Arqueológicas, Francisco Suay, quien por cierto fuera promotor del Museo Arqueológico de Cuenca tras realizar trabajos en el yacimiento de Valeria.

"EL LUGAR NO ESTABA VALLADO"
Por otra parte y respecto a que una persona que no es profesional de la arqueología haya realizado trabajos en el lugar, con los posibles daños que haya podido ocasionar, Pérez de la Sierra señala en su carta que "el yacimiento ya ha sido violado en repetidas ocasiones". Por su parte, Benedicto añade que el lugar "no estaba vallado", criticando "que la administración no haya hecho nada en más 40 años para protegerlo de posibles intrusos".

El cerro donde se encuentra la 'Pirámide de Cañete', conocido como 'El Cabezuelo', ya estaba protegido desde el año 2004, al figurar en el Inventario de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha y en el Plan de Delimitación del Suelo Urbano de Cañete, además de estar recogido en la Carta Arqueológica Patrimonial del municipio. Y es que según expertos en Arqueología, una de las mejores formas de mantener el patrimonio es que permanezca enterrado sin que nadie lo toque.

El servicio de Cultura y Patrimonio va a proceder ahora a revisar el daño que se le haya podido causar al patrimonio y solicitar a la persona que realizó la excavación, Manuel Abril, que deposite los bienes hallados. Entre ellos hay, según afirmó Abril una moneda ibérica, una lasca de sílex, un trozo de sigillata romana y lo que parece ser una cuenta de un abalorio.