google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

25 de septiembre de 2020

Afloran en Dénia dos casas islámicas del siglo XII

Los arqueólogos también esperan encontrar en la parcela la muralla que cerró la ciudad andalusí después de la ampliación de la medina

Las excavaciones que se están realizando en el antiguo solar del que fuera el emblemático edificio de El Penal -en la localidad alicantina de Dénia- han sacado a la luz los vestigios de dos viviendas islámicas con sus respectivos patios.

Fueron construidas durante la ampliación de la antigua medina de Daniya, ejecutada a mediados del siglo XII, sobre todo en época mardanís y después almohade. Esto es, en la última era de vigencia de la Dénia islámica, pocas décadas antes de que la conquista cristiana.

Así lo ha explicado el jefe del servicio municipal de Arqueología, Josep Antoni Gisbert, quien matizó que como sucede en todos los solares urbanos, también este ha sido sometido a un proceso de inspección e intervención arqueológica antes de que se edifique de nuevo en la parcela. Gisbert matizó que la excavación no ha afectado a la totalidad del solar, toda vez que se ha dejado «una banda de respeto para que no haya problemas con la cimentación de los muros perimetrales», las fachadas que todavía se conservan de la añorada finca de El Penal y que al estar protegidas deberán ser respetados por la futura construcción.

RESULTADO DE LA EXCAVACIÓN
En los primeros niveles de las prospecciones han surgido pozos ciegos básicamente de la segunda mitad del siglo XIX. 

Es en el segundo nivel de la prospección donde han aparecido las dos casas casi milenarias. «Son arquitecturas islámicas de carácter doméstico de cuando la medina de la vieja Daniya se amplió hacia el sur, formando una nueva banda de terreno urbano que se ubicaría entre las actuales calles Campo y Colón». El arqueólogo que a pie de campo ha dirigido la intervención, Josep Marqués Costa, añade que las dos viviendas se encontraban separadas por una calle transversal. También se aprecia de forma muy clara la andana de uno de los patios y una crujía que debía ser adyacente a una calle que todavía no se ha descubierto, pero se espera descubrir. 

Uno de los principales objetivos de los trabajos, que todavía siguen en marcha, es localizar en este solar el tramo correspondiente de la muralla que cerraba la nueva medina. Por eso, Marqués habla de que de momento «es el gran misterio de la excavación». Pero se sabe que está: ya cuando se realizaron las obras de alcantarillado de la calle Diana fue localizada; en realidad se trataba de dos lienzos, ambos de origen islámico: uno perteneciente a la propia muralla y otra a la barbacana. Los expertos esperan encontrar alguna de ellas también en El Penal y junto a esa calle que falta.

Gisbert detalla que toda lo que un día fue la orgullosa medina ampliada «tuvo un rápido proceso de abandono» cuando Jaume I conquistó las tierras al sur del Júcar. Eso viene a cuento porque en esta excavación no se espera encontrar grandes pertrechos domésticos de importancia; todos los cargaron a cuesta sus antiguos moradores cuando tuvieron que decir adiós a esta ciudad.

Pero sí que se ha hallado un objeto singular, «una pequeña sorpresa»: una cucharita de bronce sin demasiados paralelismos con otros objetos desenterrados de Daniya; en ese proceso de abandono también quedaron restos de cerámica tanto vidriada como común, fabricada en talleres de la propia Dénia andalusí descubiertos hace ya cuarenta años, entre la avenida del Montgó y la calle Teulada.

REPOBLACIÓN
Conforme fueron pasando los años tras la conquista, podemos imaginar pues una medina solitaria, con las calles caladas de silencio y las viviendas poco a poco convirtiéndose en pura ruina. Hasta que unos cincuenta años después, a principios del siglo XIV, las estructuras arquitectónicas fueron reaprovechadas para fundar la Vila Vella, el embrión de la nueva ciudad cristiana dentro de los límites del Castillo, y de dimensiones infinitamente menores a las que había tenido la gran Daniya.

23 de septiembre de 2020

Las excavaciones en Ategua sacan a la luz las termas y una panadería

Los materiales encontrados en estos dos establecimientos indican que fueron abandonados hacia finales del siglo I o comienzos del siglo II d.C. La intervención en la ciudad romana de Ategua, está financiada con 375.000 euros por la Junta de Andalucía, abarcará cinco años y la llevará a cabo la Universidad de Córdoba

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha visitado el enclave arqueológico de Ategua, en Córdoba, para conocer las conclusiones de las últimas actuaciones realizadas en el yacimiento, en concreto la prospección geofísica y las excavaciones en el conjunto termal, las primeras que se realizan en el yacimiento desde 2004.

Patricia del Pozo ha destacado que «estas intervenciones han permitido constatar la enorme riqueza arqueológica del sitio, dado que se ha podido identificar la trama urbana en época romana, al tiempo que se ha sacado a la luz una de las dependencias de las termas, posiblemente la entrada, y una panadería de la que se conserva el apoyo para el molino, la mesa de trabajo y el horno».

TRAMA URBANA
Así, la prospección geofísica del enclave ha permitido identificar la trama urbana del sitio en época romana, compuesta por 76 calles, la mayor parte de ellas en dirección Norte-Sur y Este-Oeste, agrupadas en 59 manzanas urbanísticas, donde predominan las viviendas particulares, pero también edificios que necesitarían ser excavados para precisar su interpretación y su cronología.

Con estos resultados, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico promovió la excavación en un espacio interpretado como unas termas donde se había actuado desde comienzos los años ochenta. La prospección documentó una serie de estructuras que podrían pertenecer a un conjunto termal ubicado en las calles más importantes de la ciudad romana: el cardo y el decumano máximo.

TERMAS Y PANADERIA
La excavación ha conseguido completar una de las habitaciones de las termas, probablemente la entrada que estaba embellecida por un muro decorado con columnas adosadas, de piedra estucada, de la que se conservan las bases y parte de su arranque. Este recinto daría acceso, por un lado, al vestuario (apodyterium) y, por otro, a la primera sala de baños, la de agua fría (frigidarium).

El corte abierto ha ratificado también la existencia en las inmediaciones de una panadería, de la que se conserva perfectamente el apoyo para el molino, para la mesa de trabajo y el horno, así como los muros de la fachada sur, donde estaba la puerta de acceso, y oeste, donde se ha constatado la presencia de una ventana. También se ha localizado otro establecimiento, pendiente de determinar su uso.

Los materiales encontrados en estos dos establecimientos indican que fueron abandonados hacia finales del siglo I o comienzos del siglo II d.C. Tras esta salida, esta zona nunca más volvió a ser utilizada como espacio urbano, si bien una de las habitaciones del conjunto termal pudo ser usada, de forma precaria, como corral. Por último, el corte realizado en la zona en la que la prospección indicaba la ausencia de estructuras confirmaría este espacio como el foro de la ciudad romana.

ARQUEÓLOGOS Y ESPECIALISTAS
Estas actuaciones han contado con la participación no solo de arqueólogos de acreditada experiencia en excavaciones sino, además, de especialistas en campos específicos de la arqueología: decoración arquitectónica, materiales cerámicos medievales y romanos, fauna, semillas, pólenes, monedas…Así, han participado investigadores adscritos a las universidades de Córdoba, Jaén, la Autónoma de Barcelona, la Autónoma de Madrid y el Instituto Geológico y Minero Español.

«A la vista de los resultados, vamos a continuar con las excavaciones y estamos trabajando para dotar al enclave de un programa habitual de visitas guiadas», ha indicado la consejera Patricia del Pozo, quien ha estado acompañada por la secretaria general de Patrimonio Cultural, Macarena O’Neill, y la delegada territorial de Fomento, Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva.

En esta línea, la Consejería de Cultura va a actuar de manera inminente con un proyecto de investigación alrededor de un edificio de planta semicircular, muy llamativo a la luz de los resultados de la prospección geofísica, que podría tratarse de un espacio de uso público para espectáculos. La intervención, financiada con 375.000 euros por la Junta de Andalucía, abarca cinco años y la llevará a cabo la Universidad de Córdoba.

21 de septiembre de 2020

Los arqueólogos inician la excavación en el eremitorio medieval de Pareja (Guadalajara)

Se trata de una cueva artificial -descubierta de forma casual- horadada en época visigótica y oculta por la vegetación en cuyo interior se vislumbra un arco tallado en la roca de excelente factura. 

El Ayuntamiento de la localidad alcarreña de Pareja acaba de iniciar los trabajos arqueológicos de un "excepcional y único elemento patrimonial e histórico" ubicado en la localidad, en las proximidades del río Ompólveda, toda vez que los correspondientes permisos y autorizaciones han sido concedidos.

Se trata de una cueva artificial, horadada con toda probabilidad en la Alta Edad Media, de época visigótica, en un afloramiento rocoso de arenisca, bastante oculto por la vegetación y muy colmatada por lodos, por lo que el acceso a su interior es impracticable. En el interior de la cavidad se puede vislumbrar un arco tallado en la roca de excelente factura.

La preparación y modificación del afloramiento rocoso en el que se localiza, al que se le ha sustraído material para generar una superficie vertical y plana, muestra la gran importancia de este lugar y lo cuidado de la estructura que esconde. Por las características que presenta, según los primeros informes arqueológicos encargados por el Ayuntamiento, podría tratarse de un eremitorio rupestre, si bien los referidos trabajos arqueológicos que ahora comienzan determinarán con precisión su origen. Los eremitorios eran lugares para habitar en recogimiento ubicados en parajes vistosos y apartados, próximos a ríos, generalmente en zonas elevadas.

DESCUBRIMIENTO CASUAL
La entrada de la cueva de Pareja fue descubierta por un vecino de la localidad que lo puso en conocimiento del Ayuntamiento, que inició los trámites legales y permisos oportunos para su adecuada excavación.

Asimismo, la singularidad del elemento, su estado de conservación y su localización en un paraje de gran belleza va a permitir la realización de una serie de actuaciones que permitirán incluir el eremitorio dentro de la oferta turística y patrimonial de Pareja. Dichas actuaciones se centrarán en el acondicionamiento de una senda para su acceso, la propia excavación arqueológica con las conclusiones correspondientes para su posterior musealización y puesta en valor con paneles explicativos y trípticos, así como su inclusión en la oferta turística de Pareja.

ELEMENTO SINGULAR
De hecho, tal y como corroboran los técnicos en los estudios arqueológicos previos realizados: "Se trata de un elemento de gran interés desde el punto de vista histórico-arqueológico así como turístico y patrimonial, esencialmente por su singularidad, presentando un estado de conservación tan excepcional que permitirá calificarlo como único en la provincia, y posiblemente en la Comunidad Autónoma".

El alcalde de Pareja, Javier del Río, ha destacado "la importancia de este hallazgo, que pronto catalogaremos, pondremos en valor e incluiremos en la oferta turística y patrimonial de nuestro pueblo, que se engrosa sustancialmente con este nuevo elemento".

16 de septiembre de 2020

Investigadores de la UJA destacan el valor de las paredes de Cástulo

Los resultados obtenidos por investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) resaltan la singularidad de las paredes del conjunto arqueológico de Cástulo, el óptimo estado de conservación de las decoraciones y la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada en su decoración
Para el estudio se seleccionaron once piezas del edificio dedicado al culto del emperador Domiciano. 

Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Jaén (UJA) ha realizado un estudio de las pinturas y pigmentos utilizados en el conjunto arqueológico de Cástulo, en Linares, en el que concluyen, entre otros aspectos, que la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada convierte a las paredes decoradas de este yacimiento en un ejemplo de la pintura mural romana en la época alto-imperial en toda la cuenca mediterránea.

El estudio, realizado por investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica y el Departamento de Química Física y Analítica de la UJA, y que ha sido publicado en la revista Scientific Reports del grupo Nature, propone un enfoque multidisciplinar combinando mapas de composición elemental elaborados mediante fluorescencia de rayos X de energías dispersivas y análisis puntuales realizados con Microscopía Raman.

En este sentido, los investigadores resaltan que se necesitan métodos no invasivos, precisos y multidisciplinares para abordar con éxito el estudio de este tipo de materiales de elevado valor patrimonial. En concreto, el método analítico implementado para el estudio de este tipo de muestras debe permitir una separación precisa de la información química de los fondos y escenas, permitiendo la identificación de los componentes del pigmento en capas superpuestas, la detección de componentes minoritarios y el esclarecimiento de mezclas de pigmentos.

ESPLENDOR
Según informa la UJA, para realizar este estudio se emplearon once fragmentos de las paredes decoradas de la habitación 6 del Edificio D del conjunto arqueológico de Cástulo. Este edificio, de finales del siglo I d.C, y dedicado al culto al emperador Domiciano, representa uno de los momentos de mayor esplendor de esta ciudad romana.

Los fragmentos analizados se han clasificado de la siguiente manera: fragmentos con decoración figurativa, en los que se registraron una deidad romana identificada como un Lar (dioses de la casa u hogar) y un personaje indeterminado que porta un objeto en la cabeza; figuras de animales, como un mochuelo, que es alegórico de la diosa Minerva, y una cabra, posiblemente Amaltea que, de acuerdo con el relato mitológico, amamantó de niño a Júpiter; además, otro fragmento mostraba un carcaj, símbolo de Cupido que, aunque no se identifica en dicha estancia, sí que aparece en el denominado mosaico de ‘Los Amores’, descubierto en la habitación contigua.

COMBINACIÓN CROMÁTICA
En estas muestras, el rojo y el amarillo cubren grandes áreas o paneles donde el primero se superpone al segundo en parte y ambos son delimitados con líneas blancas. Los paneles rojos sirven de fondo a la decoración figurativa en la que se emplea el repertorio típico romano de colores blanco, amarillo, rojo, rosa, marrón, verde y azul. A estos fragmentos hay que añadir otros con decoración no figurativa de superficies y bandas.

El primer grupo consta de azul, con una capa de un solo color aplicada directamente sobre la pared. Los fragmentos restantes muestran capas superpuestas de pintura, donde el amarillo está parcialmente cubierto por una capa de líneas rojas y blancas que separan el amarillo del rojo. Los colores restantes se aplicaron sobre estos fondos. Los datos recopilados hasta ahora permitieron clasificar las pinturas como del tercer o cuarto estilo pompeyano, según la paleta utilizada y las figuras mitológicas representadas.

RESULTADOS
Respecto a los resultados, la elaboración de mapas de composición elemental permitió obtener una visión general diferencial de la composición de la ropa, los cuerpos y las áreas decoradas con líneas blancas, en comparación con los fondos de color.

No en vano, se detectó una concentración relativa del elemento estroncio (Sr) en la superficie de los fragmentos con decoración figurativa tres veces mayor que en los fondos rojos y amarillos. Lo mismo puede decirse de las líneas blancas que separan superficies de diferente color en los fragmentos con decoración no figurativa.

Así, los investigadores concluyen que las distintas figuras presentes en la decoración fueron realizadas con pigmentos que compartían una base mineral común, en la que la cantidad de estroncio era significativa y posiblemente intencional, en la búsqueda de otorgar una mayor luminosidad a las figuras.

COMPONENTES
Los componentes minerales mayoritarios detectados en las muestras estudiadas comprenden hematites y cinabrio (rojos), goethita y compuestos de plomo (amarillos), carbón vegetal (negro), calcita (blanco), azul egipcio (azul) y glauconita/celadonita (verdes). Estos componentes además se mezclaron de diferentes maneras: azul egipcio y calcita para obtener un blanco más luminoso, hematites y carbón para conseguir el color marrón y los diferentes tonos de verdes se consiguieron mezclando la glauconita/celadonita con azul egipcio.

Los resultados obtenidos de este estudio resaltan la singularidad de las paredes del conjunto arqueológico de Cástulo, el óptimo estado de conservación de las decoraciones y la riqueza y variedad de la paleta cromática empleada en su decoración, “que las convierten en un excelente y representativo ejemplo de pintura mural romana”. Además, ponen de relieve el valor arqueológico, histórico y artístico único de las pinturas de Cástulo y subrayan su relevancia en su marco cronológico, en la Península Ibérica y en la cuenca del Mediterráneo occidental.

La investigación se ha realizado en el marco del proyecto de investigación ‘Cástulo: Investigación arqueométrica y transferencia social (HAR2016-74917-R)’. El trabajo ha sido dirigido por el profesor doctor Alberto Sánchez Vizcaíno y llevado a cabo por un equipo multidisciplinar de arqueólogos y químicos miembros del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica.
(Fuente; Diario Jaén)

15 de septiembre de 2020

Documentan la estructura de un dolmen incrustado en la 'Peña de los Enamorados' de Antequera

Se trataría de un nuevo monumento megalítico que formaría parte de un espacio sagrado anterior al dolmen de Menga. Los restos están surgiendo de los últimos trabajos realizados por la Universidad de Sevilla.
Excavaciones en el abrigo de Matacabra en la propia Peña de los Enamorados / SUR

La Peña de los Enamorados tuvo un dolmen con uso funerario, como se anunció tras unos primeros estudios, pero cuyos restos están surgiendo de los últimos trabajos realizados por la Universidad de Sevilla, coordinados por el catedrático de Prehistoria Leonardo García Sanjuán, que se lo ha desvelado al alcalde de Antequera, Manuel Barón.

Según el consistorio se trataría de un nuevo monumento megalítico que «formaría parte de un espacio sagrado para las comunidades neolíticas de nuestra zona antes de que se construyera el dolmen de Menga».

Aluden a «recientes excavaciones en nuestro municipio que determinan la existencia de un hasta ahora no identificado monumento megalítico anterior a Menga que conformaría un espacio sagrado datado en el Neolítico. Los nuevos datos que se están recopilando permitirán comprender mejor los procesos que condujeron a la creación de un monumento tan extraordinario como el dolmen de Menga», siguen desde el consistorio.

Los nuevos datos en hallazgo y estudio «permitirán también comprender mejor los procesos que condujeron a la creación de Menga y a explicar su singular y pionera orientación, teniendo como objetivo general datar con mayor precisión la actividad neolítica documentada en nuestro municipio mediante la aplicación de métodos de datación científica como radiocarbono y luminiscencia por estimulación óptica, permitiendo también conocer mejor la sociedad y el medio ambiente existentes en la época en que se construyó Menga», concluyen desde el consistorio.

Por su parte, el propio García Sanjuán, que ya lleva años trabajando en el entorno de la Peña de los Enamorados en busca de poblados y monumentos, expone que tras estos últimos trabajos de campo es una «posibilidad que sea anterior a Menga, pero no tenemos todavía las pruebas fehacientes como para decirlo, pero es posible».

Se trata de «una estructura dolménica integrada en el afloramiento rocoso natural del sitio; mitad rupestre, mitad megalítica». Prosigue con «mis investigaciones que expusieron que la Peña era el primer referente como santuario en la vega de Antequera», publicadas en 2018.

La novedad con respecto a estudios que se han ido divulgando en los últimos 15 años es que «lo que hemos descubierto es que aquí también hay una actividad funeraria y megalítica, que lo acabamos de comprobar. Pueden ser los ancestros de los constructores de los Dólmenes de Menga.

14 de septiembre de 2020

Los arqueólogos constatan la monumentalidad de la ciudad visigoda de Valencia La Vella

En la última campaña llevada a cabo en el yacimiento de Ribarroja del Túria (Valencia) se ha documentado un muro de tres metros de anchura que delimitaría una de las plazas principales y serviría de base a una muralla interior que a su vez protegía uno de los barrios de la ciudad

Entre finales de agosto e inicios de septiembre se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavación arqueológica en la ciudad visigoda de València la Vella (Riba-roja de Túria). La intervención forma parte del proyecto de investigación y de difusión impulsado, desde el año 2016, por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria con la colaboración y supervisión científica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona. La actuación cuenta, al igual que los años anteriores, con la financiación del área de Cultura de la Diputación de València.

Este año, desgraciadamente, la pandemia COVID-19 ha desaconsejado la realización del V Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda, en que participaban una veintena de estudiantes de arqueología. Se ha optado por una intervención arqueológica profesional, sin estudiantes, en colaboración con la empresa Global Mediterráneo. Los trabajos de excavación han sido dirigidos por Miquel Rosselló i Alejandro Lara, veteranos de otras campañas. Josep M. Macias; del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona, ha co-dirigido los trabajos y se ha encargado de la topografía de la excavación, de revisar sobre el terreno el trazado de la muralla en su parte occidental y de la delimitación de la fortificación interna de la parte superior del yacimiento. También se ha contado, como otros años, con la colaboración del profesor Jordi Padin (Departamento de Geodesia de la Universitat Politècnica de València) para realizar una prospección previa con Geo-radar. La coordinación del proyecto ha estado a cargo de Albert Ribera.

Las cuatro campañas anteriores (2016-2019) habían definido el marco cronológico principal del yacimiento, entre los fines del siglo VI y el inicio del VIII, habían delimitado el espacio del recinto fortificado, excepto el límite occidental, habían confirmado la categoría urbana de València la Vella, habían evidenciado la existencia de varios edificios monumentales, todavía por terminar de excavar, y habían descubierto una vida cotidiana muy dinámica con el uso abundante de la moneda (visigoda, bizantina, vándala, romana reutilizada…), la fabricación de vidrio y el consumo normal de productos (óleo y vino sobre todo, además de vajilla) importados del Norte de África, Siria-Palestina y el Egeo.

Además, los trabajos de excavación cuentan con la realización de prospecciones geofísicas sectoriales que, progresivamente, definen las principales características de un extenso subsuelo arqueológico y sirven para programar las futuras excavaciones.

Los resultados de la campaña de 2020, todavía en fase de estudio, permiten avanzar todavía más en el conocimiento y la caracterización de los diferentes sectores urbanísticos de la ciudad visigoda, mediante los hallazgos arqueológicos, la topografía y las cada vez más evidentes estructuras de aterrazamiento, que se confunden o están ocultas por los márgenes de los campos de cultivos modernos.

En cuanto a los resultados recientemente obtenidos, hay que destacar la constatación de la monumentalidad interior de la ciudad visigoda reflejada, por ejemplo, con el gran muro de borde 3 metros de anchura que, al mismo tiempo, delimitaba una de las plazas principales y serviría de base en una muralla interior que delimitaba uno de los barrios de la ciudad, el intermedio, que, de momento, parece que alojaría actividades productivas (fabricación de vidrio, grandes silos de almacenamiento de cereal,…) y de vivienda de buena parte de la población. 

HORNOS Y EDIFICIO MONUMENTAL
En esta línea, a la campaña de 2020, en el interior del barrio se han excavado unos pequeños hornos que todavía hay que estudiar e identificar y que, en todo caso, certifican todavía más la función de este barrio situado entre la parte superior, la ciudadela, y la inferior. La ciudadela, que se extendía por el largo espacio más elevado, en forma de media luna, y que estaba presidido por un monumental edificio, en curso de excavación y estudio, albergaría alguno de los estamentos privilegiados de la sociedad de la época, posiblemente el religioso. Los trabajos de este año han sacado a la luz una buena parte de su fortificación interior, que en gran parte estaba escondida por la densa vegetación intrusiva que a los últimos años está afectando al yacimiento. El tercer barrio topográficamente diferenciado sería el de la parte baja, donde se concentran los edificios más monumentales, identificados por excavaciones anteriores de hace 40 años y otros más, muy visibles a fotos aéreas y planos antiguos. Desgraciadamente, la parte baja, de momento, no es accesible en la investigación.

MURALLA
Hasta ahora, la muralla se había concebido como el principal elemento de patrimonio arquitectónico conservado, pero las diversas estructuras de aterrazamiento que se han identificado confieren en la ciudad un aspecto de núcleo densamente edificado y muy organizado, con barrios jerárquicamente y funcionalmente diferenciados, como dan a entender los hallazgos y las importantes estructuras de contención y urbanización de un cerro fortificado que destacaba unos cuarenta metros por encima del río Turia.

A estas alturas, el proyecto de investigación desarrollado ha permitido interpretar el yacimiento de València la Vella como una ciudad visigoda fortificada de nueva creación, en la segunda mitad del siglo VI y, de la reciente revisión, con 5 ha de superficie. Su muralla constituye hoy en día el elemento más relevante del yacimiento. Hasta la actualidad, el proyecto solo ha excavado unos 250 m² y se ha establecido un perímetro amurallado teórico de unos 981 m, de los cuales hasta ahora se han documentado unos 416 m. Todavía permanecen muchos segmentos ocultos por la vegetación o los terraplenes, además de los de la parte occidental, en gran parte destruidos por obras ilegales entre 1978 y 1990, que se podrán restituir gracias a las fotos aéreas antiguas. Ya se han identificado el acceso principal en la ciudad y siete torres.

El gran reto para el futuro es la investigación de los edificios del interior la ciudad, en gran parte localizados pero todavía para interpretar, y, por último, pero no menos importante, la creación de un gran (por dimensiones) Parque Arqueológico para hacer accesible a todo el mundo este inmenso tesoro monumental e histórico que es València la Vella.
(Fuente: Parc del Túria)

11 de septiembre de 2020

Valenzuela impulsa la primera excavación científica en Cerro Boyero

Cerro Boyero es una de las grandes ciudades del primer milenio antes de Cristo en la Península Ibérica. Con sus casi 20 hectáreas de núcleo fortificado constituye una de las tres primeras ciudades antiguas de la provincia de Córdoba, junto al viejo núcleo prerromano de la propia Córdoba en la Colina de los Quemados y a Ategua.

El Ayuntamiento de Valenzuela (Córdoba) está llevando a cabo, desde hace varias semanas, la primera intervención arqueológica científica dentro del área urbana de la imponente ciudad prehistórica y protohistórica de Cerro Boyero de esta localidad.

Así lo ha indicado el Consistorio de Valenzuela en una nota en la que ha detallado que el alcalde, Antonio Pedregosa, y el concejal de Cultura de este Ayuntamiento, Ildefonso Ruiz Sabariego, han mostrado su satisfacción por ver cumplido un proyecto en el que llevan trabajando desde hace años, y al mismo tiempo han querido agradecer la colaboración altruista de los propietarios de los terrenos.

“Esta actuación partió de la necesidad de limpieza y restauración de una antigua cisterna a bagnarola que se hallaba parcialmente a la vista desde hace varias décadas, en malas condiciones de conservación y en abierto proceso de deterioro, y se ha materializado en un proyecto aprobado por la Consejería de Cultura a través de su Delegación Territorial en Córdoba”, ha afirmado el alcalde.

Cerro Boyero es una de las grandes ciudades (poleis) del primer milenio antes de Cristo en la Península Ibérica. Con sus casi 20 hectáreas de núcleo fortificado constituye una de las tres primeras ciudades antiguas de la provincia de Córdoba, junto al viejo núcleo prerromano de la propia Córdoba en la Colina de los Quemados, y a Ategua.

Todas ellas (y algunas más) importantes núcleos urbanos dentro del denso territorio de la civilización prehistórica y protohistórica de la Campiña del Medio Guadalquivir, que en su fase final (ss. V-I a.C.) formaba parte de la Turdetania y era territorio central del pueblo de los Túrdulos.

El Ayuntamiento de Valenzuela lleva más de una década demostrando su compromiso con el patrimonio histórico local con diferentes actividades, como la publicación en 2015 de un remarcable libro de Historia de Valenzuela. También y en colaboración con otras administraciones, especialmente la Consejería de Cultura, han impulsado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del yacimiento de Cerro Boyero, aprobada en 2018.

“En esta colaboración queremos reconocer la implicación atenta y favorable el veterano arqueólogo de la Delegación de Cultura de Córdoba, Alejandro Ibáñez al que siempre estaremos agradecidos”, ha puesto de manifiesto Antonio Pedregosa.

EXCAVACIÓN
Actualmente se está realizando la excavación arqueológica sobre un espacio de unos cien metros cuadrados con el objetivo de recuperar este elemento patrimonial y estudiar el área de las murallas meridionales del asentamiento, en la que se ubica la cisterna.

Hasta el momento están apareciendo numerosos restos de muros domésticos y de posibles fortificaciones, todavía en estudio, con materiales asociados, que van desde el Calcolítico (tercer milenio a.C.) hasta el final de la República Romana, en el siglo primero antes de Cristo, que es cuando parece que se abandona casi por completo la ciudad.

El equipo científico arqueológico lo componen varios historiadores y arqueólogos del grupo de investigación ‘Arqvipo’, especialmente Pablo Casado, Rafael Saco, Ildefonso Martínez y Violeta Solís, siendo el director de la excavación en esta ocasión el historiador y arqueólogo de Porcuna, Fernando Enrique Salas Herrera.

En el resultado de esta actividad, aún en ejecución, se pretenden unir la investigación científica, conservación y restauración del patrimonio, con la socialización de un espacio patrimonial, con el fin de adecuar este espacio para su visita.

“En el futuro, cuando los hallazgos se puedan mostrar al público, este yacimiento será un pequeño botón de muestra del potencial arqueológico de la antigua ciudad, y servirá de punto de partida para continuar con futuras intervenciones que se sumen a ella, aportando un granito de arena más al patrimonio histórico y cultural de los vinagorros, de los cordobeses y de la humanidad”, ha apostillado el alcalde.

10 de septiembre de 2020

Sale a la luz otro edificio en la villa romana de La Estaca (Asturias)

Los arqueólogos sospechan que la construcción de 40 metros cuadrados daba algún tipo de servicio auxiliar a la Villa.
Juan Muñiz, a la izquierda, y Adrián Piñán, ayer, excavando en la construcción descubierta a 25 metros del edificio central de la villa romana. FOTO: IRMA COLLÍN
La villa romana de La Estaca va camino de convertirse en una caja de sorpresas arqueológicas. Si bien la campaña de este año tenía como objetivo descubrir una habitación contigua a la del mosaico descubierto en 1958 en el mismo yacimiento, un sondeo realizado recientemente obligó a cambiar ligeramente los planes. La aparición de una nueva construcción de 40 metros cuadrados y de origen romano situada a escasa distancia de la construcción principal ha obligado a los investigadores a dividirse en dos grupos hasta el fin de los trabajos, el día 24 de este mes.

El georradar permitió al equipo encabezado por el arqueólogo Juan Muñiz descubrir hace escasos días la existencia de la construcción. Desde ayer, parte de ellos se encuentran trabajando en una zona en la que ya han aflorado parcialmente los muros y en los próximos días se conocerá más acerca de lo que albergaban en su interior. "Sospechamos que daba algún servicio auxiliar a la villa", apunta Muñiz acerca de un inmueble "de indudable origen romano" y "alineado con el resto del conjunto de edificios".

Debido al apremio de los plazos solo se descubrirá una pequeña parte del nuevo hallazgo y se marcará de cara a futuras campañas. Para los investigadores, el hallazgo supone corroborar la hipótesis de que la villa romana de La Estaca formaba parte de un complejo mucho más grande que abarcaría todo el valle situado a medio camino de varias ciudades romanas de Asturias y Galicia.

INICIATIVA POPULAR
La excavación de este año ha sido posible gracias a los 8.500 euros recaudados por el colectivo creado por vecinos de Las Regueras para impulsar las investigaciones en La Estaca. Se trata de la segunda campaña financiada por iniciativa popular tras la exitosa de finales de 2018 que hizo aflorar un gran mosaico romano de 14 metros cuadrados, mejor conservado incluso que el localizado en esa misma finca por José Manuel González en 1958.

Los trabajos iniciados para descubrir la habitación contigua a la del mosaico hallado hace 62 años y trasladado posteriormente al Museo Arqueológico, donde continúa, permitirán ubicar mejor dicha decoración en el contexto de la villa. Por su parte, las indagaciones sobre el nuevo edificio podrían despejar las dudas sobre la existencia de más mosaicos y el modo de vida de los habitantes del conjunto.
(Fuente: La Nueva España / L. Blanco Foto: Irma Collín)