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22 de julio de 2024

Desvelan evidencias de reocupación en el siglo VIII en Valencia la Vella

Los trabajos han documentado nuevos edificios y la ocupación musulmana del yacimiento.
Foto de familia de los participantes en la campaña de excavaciones de este año.

Los trabajos realizados por el grupo de expertos y estudiantes del séptimo Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda de Valencia La Vella han aportado nuevos datos sobre el carácter urbano de este enclave predominante en el Mediterráneo. Una ocupación que no solo se circunscribe a la época visigoda, sino que indica que la ciudad pudo ser ocupada en el siglo VIII por un asentamiento musulmán. Del 1 al 19 de julio se ha celebrado el séptimo Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda de Valencia La Vella, gracias al convenio marco firmado por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria y el Institut Català d'Arqueologia Clàssica en 2016. Un año más la excavación ha estado coordinada por Albert Ribera, con la dirección arqueológica de Òscar Caldés y Josep Maria Macias.

La excavación arqueológica de este año ha consistido en el desarrollo de extensos trabajos de rebaje mecánico de los niveles agrícolas contemporáneos, con el fin de adecuar las áreas de excavación que se tendrán que llevar a cabo en los próximos 4 años.

En concreto se ha intervenido en la plataforma intermedia de la ciudad, justo al lado de la muralla exterior e interior, que la separa del barrio inferior. Esta actuación permitirá la ampliación futura del área museográfica y, desde el punto de vista arqueológico, determinar el carácter funcional del sector y obtener contenidos para el desarrollo del relato histórico del yacimiento.

Todas estas evidencias nos muestran como la construcción de la primera ciudad estuvo perfectamente planificada. No fue únicamente un centro militarizado con unas imponentes murallas defensivas y una urbanización en terrazas, que se adaptó, a la vez que transformó, la pendiente natural de la montaña, tal como se formó en su fase fundacional, sino que fue evolucionando y transformándose a lo largo del tiempo en un asentamiento de funcionalidad más cotidiana.

Se ha identificado los muros de delimitación oriental y meridional de un gran edificio, de más de 28 metros de largo, se ha estudiado el sistema de fundamentación de la muralla exterior en este sector y se han determinado los canales de circulación interior entre los barrios de la ciudad, ya atestiguados por una escalinata en 2023 y ahora por una rampa, bloqueados los dos en un periodo posterior, tal vez de los inicios de una etapa de los inicios de la presencia islámica que empieza ahora a manifestarse.

Otra de las investigaciones apunta a la identificación de un posible espacio residencial con una gran chimenea, alrededor de la cual se han documentado numerosos restos de piezas destinadas a la alimentación, quemaduras durante su proceso de cocción. También destaca la elevada concentración de caracoles que refleja su elevado consumo. Esto incide en la idea que, durante el siglo VII, la ciudad perdería su función militar original, y, despacio, se fueron ocupando los espacios contiguos en la muralla.

A nivel material destacamos la recuperación de numerosos restos de vajilla visigoda, así como evidencias cronológicas de consumo que nos indican una ocupación residual pero todavía para determinar, durante el inicio del periodo andalusí o en el siglo VIII.

A pesar de que la ciudad parece abandonarse durante el siglo VIII no se descartan otras ocupaciones musulmanas posteriores y esporádicas durante este periodo, aunque de marcado carácter agrícola.

En cuanto a la fase visigoda se han recuperado evidencias de ánforas y de vajilla de mesa procedente el norte de África, un cuello completo de una botella de vidrio, una hebilla o placa de cinturón visigoda y numerosos restos de consumo.

El alcalde de Riba-roja, Robert Raga ha mostrado su satisfacción por los resultados obtenidos en la nueva edición, “las excavaciones continúan hilvanando la historia de las diferentes civilizaciones que han pasado por nuestro territorio, que nos permitirán crear un relato que nutra el futuro Centro de Interpretación Arqueológica de València La Vieja, único en España y uno de los pocos testimonios históricos de la época visigoda que existen”.


Formación especializada
En esta novena excavación del Yacimiento han participado alumnos de diferentes universidades europeas, que han tenido la oportunidad de conocer de cerca la metodología básica de excavación y de análisis arqueológico, así como formación orientada específicamente a la arqueología tardoantiga, su cultura material y su problemática histórica.

Durante estas dos semanas, los estudiantes han combinado el trabajo de campo en el yacimiento con tareas de análisis de resultados, así como diferentes actividades paralelas, como sesiones teóricas y visitas a yacimientos del entorno.

El curso ha alternado la excavación del yacimiento con tareas de lavado, siglado y catalogación de los restos encontrados, visitas a yacimientos *tardoantics de la zona y algunas conferencias sobre aspectos del mundo visigodo y cristiano. Además, pudieron mostrar al público los resultados de sus trabajos en la Jornada de Puertas Abiertas que se llevó a cabo el pasado 17 de julio en la cual participaron de medio centenar de personas.

Paralelamente, en la segunda quincena de junio se llevó a cabo una campaña preliminar de excavación y limpieza gracias a la subvención del área de cultura de la Diputación de València.

Las excavaciones continuarán después del curso hasta principios de agosto, en virtud a la colaboración iniciada con las Universidades de Newcastle (Inglaterra) y Friedrich-Alexander-*Universität *Erlangen-*Nürnberg (Alemania), con un grupo de estudiantes ingleses. Después de un breve paréntesis, las actuaciones se retomarán en octubre con la probable participación de la referida universidad alemana.

30 de octubre de 2023

Arqueólogos hallan un esqueleto infantil en el yacimiento visigodo de Ribaroja (Valencia)

Se ha sacado a la luz un esqueleto de un individuo de unos 7-10 años de edad, de sexo indeterminado. Su conservación es relativamente buena y se encuentra mayoritariamente aún en conexión anatómica. El niño murió alrededor del año 600 d. C., por causas que por ahora son desconocidas.
Los restos del esqueleto infantil hallados en el yacimiento arqueológico Valencia 'La Vella'. ABC

Un grupo de investigadores del Institut Català d'Arqueologia Clàssica, ha sacado a la luz un esqueleto de un individuo de unos 7-10 años de la época tardo antigua, datado alrededor del año 600 d. C. Éste es el resultado de los primeros hallazgos el pasado mes de julio, cuando los investigadores del VI Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda de Riba-roja de Túria, encontraron el contorno de un cráneo mientras excavaban una estancia del sector 1000, anexa a la muralla sur del yacimiento.

La dirección científica optó por la cautela y para no dejarlo al descubierto, se tapó para que el hallazgo fuera debidamente excavado y analizado por Víctor Morcillo, antiguo alumno del Curso de Arqueología, y experto formado en la Universidad de Burdeos en el campo de la arqueoantropología- disciplina que estudia los restos humanos antiguos, como los esqueletos- y que en ese momento se encontraba investigando en Francia.

La pasada semana se llevó a cabo una nueva excavación, con un grupo reducido de arqueólogos, dirigido por Oscar Caldés, del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, y Víctor Morcillo. Durante los trabajos, contaron con la ayuda de Itziar Gutiérrez y Auxanne Le Beller.

Gracias a su labor, se ha sacado a la luz un esqueleto de un individuo de unos 7-10 años, de sexo indeterminado. Su conservación es relativamente buena, y se encuentra mayoritariamente aún en conexión anatómica. Según los expertos, el cuerpo fue enterrado en sentido O-E, con la cabeza mirando al norte, sobre su lado izquierdo, con los brazos flexionados cubriéndose el rostro y las piernas flexionadas hacia la cadera. Además, sus pies y parte de una pierna están cortados por la construcción de un muro posterior. Las primeras valoraciones indican que debió ser depositado en una fosa, anterior a una reforma de la vivienda.

También, para comprobar si se trataba de un esqueleto aislado o si había otros alrededor, los arqueólogos excavaron una zona más amplia y encontraron materiales de la segunda mitad del siglo VI d. C., lo que hace pensar que el niño murió alrededor del año 600 d. C., por causas que por ahora son desconocidas.

El motivo de su entierro aislado permanece incierto, pero los investigadores creen que podría estar asociado a la voluntad de los padres de tener cerca el cuerpo de un hijo que se fue demasiado pronto.

Con la extracción y limpieza del esqueleto, se abren diversas vías de investigación. Después de un primer análisis visual de los restos, los huesos serán trasladados a un centro especializado para llevar a cabo los análisis de laboratorio pertinentes: como el de carbono-14, con el que los investigadores esperan poder determinar la fecha exacta en la que el individuo murió; o el análisis de isótopos estables, que permitirá conocer la dieta diaria de esa persona. Paralelamente, se realizará también un análisis genético para determinar el origen del individuo.

El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga ha mostrado su gratitud al equipo de arqueología que ha trabajado concienzudamente en la zona, «este gran hallazgo es un avance en las constatación de Valencia la Vella como un asentamiento clave de época visigoda, que nos va a permitir obtener más información sobre el origen y creación de esta ciudad fortificada de carácter defensivo militar, que fue habitada en el siglo VI». Raga ha matizado «nuestro compromiso por recuperar y descubrir nuestra historia es indiscutible, y para ello seguiremos impulsando la investigación y la puesta en valor de nuestro pasado visigodo».

El Instituto Catalán de Arqueología Clásica y el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria, llevan más de diez años investigando este magnífico enclave visigodo, declarado Bien de Interés Cultural por la Generalitat Valenciana en mayo de 2023.
(Fuente: Las Provincias)

29 de noviembre de 2022

Nueva fase de excavaciones en la Catedral de Tarragona


El Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) y el Museo Diocesà han empezado el desarrollo de la tercera fase de búsqueda arqueológica en el conjunto monumental de la Catedral de Tarragona, que durará hasta el 2025. Las acciones, enmarcadas en los proyectos cuatrienales de la Generalitat, también incluyen la adecuación de los espacios catedralicios a fin de que formen parte del nuevo Museo Diocesà.
Imagen del Claustro de la Catedral de Tarragona. CATEDRAL DE TARRAGONA

La actuación comportará la inversión de 360.000 euros, financiados de manera directa o a través de la prestación de servicios por las diferentes entidades que colaboran en el proyecto, como el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Tarragona, Repsol, la Universidad de Barcelona y la UniversitatRovira i Virgili, entre otros.

Uno de los objetivos principales de la nueva fase es ampliar el conocimiento arqueológico de la Sala Axial. «Intentaremos averiguar si hay restos de época visigoda y miraremos si la sala llega hasta la fachada del Seminario», expuso Josep Maria Macias, director arqueológico del proyecto e investigador del ICAC.

Las excavaciones también se harán en el exterior septentrional del témenos (antiguo recinto de culto a un dios), así como en los jardines de la antigua capilla de Santa Tecla la Vella. Estas intervenciones permitirán garantizar la protección y conservación del patrimonio. Por otra parte, se revisarán y estudiarán los fondos museográficos derivados de las excavaciones previas, de mosén Serra Vilaró y Theodor Hauschild.

A partir de los estudios arqueológicos, se podrá obtener una secuencia diacrónica que explique la transformación del sector nordoccidental de la Catedral desde la época romana. «Queremos que los elementos arqueológicos acaben siendo musealizados», comentó el director del Museo Diocesà e investigador adscrito al ICAC, Andreu Muñoz, quién también remarcó la importancia de dar un «relato coherente» en el nuevo museo y «transferir el conocimiento a la sociedad».

Tal como apuntaron, la previsión es que la adecuación museística finalice en el 2026 a fin de que se pueda empezar a visitar. «Esta actuación nos servirá para conocer más y mejor el conjunto monumental», indicó el decano del Capítol Catedral de Tarragona, Antoni P. de Mendiguren.

Uno de los aspectos destacados de la iniciativa es la colaboración de diferentes entidades públicas. «Esta coordinación institucional no es muy habitual, motivo por el que Tarragona será un ejemplo», subrayó el director del ICAC, Josep Maria Palet.

«Las administraciones tenemos que incidir en la búsqueda, tenemos que invertir para saber de dónde venimos y facilitar el acceso a la cultura», añadió la directora de los Servicios Territoriales de Cultura de la Generalitat, Lourdes Malgrat, entidad que ha subvencionado los trabajos con 115.000 euros.

Por su parte, el Ayuntamiento de Tarragona ha aportado 60.000. «Tenemos que tener presencia en este tipo de proyectos que, en este caso, pretenden recuperar el culto imperial romano», explicó el consejero de Patrimonio Histórico, Hermán Pinedo.

En el 2005, el ICAC empezó a investigar el conjunto monumental de la Catedral, en colaboración con el Arzobispado y el Ayuntamiento. Después de las prospecciones geofísicas de 2007, en el 2010 se levantó el subsuelo y se encontró el templo de Augusto. En fases posteriores se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en la nave central y en otros puntos de la Catedral.

14 de septiembre de 2020

Los arqueólogos constatan la monumentalidad de la ciudad visigoda de Valencia La Vella

En la última campaña llevada a cabo en el yacimiento de Ribarroja del Túria (Valencia) se ha documentado un muro de tres metros de anchura que delimitaría una de las plazas principales y serviría de base a una muralla interior que a su vez protegía uno de los barrios de la ciudad

Entre finales de agosto e inicios de septiembre se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavación arqueológica en la ciudad visigoda de València la Vella (Riba-roja de Túria). La intervención forma parte del proyecto de investigación y de difusión impulsado, desde el año 2016, por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria con la colaboración y supervisión científica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona. La actuación cuenta, al igual que los años anteriores, con la financiación del área de Cultura de la Diputación de València.

Este año, desgraciadamente, la pandemia COVID-19 ha desaconsejado la realización del V Curso de Arqueología Cristiana y Visigoda, en que participaban una veintena de estudiantes de arqueología. Se ha optado por una intervención arqueológica profesional, sin estudiantes, en colaboración con la empresa Global Mediterráneo. Los trabajos de excavación han sido dirigidos por Miquel Rosselló i Alejandro Lara, veteranos de otras campañas. Josep M. Macias; del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona, ha co-dirigido los trabajos y se ha encargado de la topografía de la excavación, de revisar sobre el terreno el trazado de la muralla en su parte occidental y de la delimitación de la fortificación interna de la parte superior del yacimiento. También se ha contado, como otros años, con la colaboración del profesor Jordi Padin (Departamento de Geodesia de la Universitat Politècnica de València) para realizar una prospección previa con Geo-radar. La coordinación del proyecto ha estado a cargo de Albert Ribera.

Las cuatro campañas anteriores (2016-2019) habían definido el marco cronológico principal del yacimiento, entre los fines del siglo VI y el inicio del VIII, habían delimitado el espacio del recinto fortificado, excepto el límite occidental, habían confirmado la categoría urbana de València la Vella, habían evidenciado la existencia de varios edificios monumentales, todavía por terminar de excavar, y habían descubierto una vida cotidiana muy dinámica con el uso abundante de la moneda (visigoda, bizantina, vándala, romana reutilizada…), la fabricación de vidrio y el consumo normal de productos (óleo y vino sobre todo, además de vajilla) importados del Norte de África, Siria-Palestina y el Egeo.

Además, los trabajos de excavación cuentan con la realización de prospecciones geofísicas sectoriales que, progresivamente, definen las principales características de un extenso subsuelo arqueológico y sirven para programar las futuras excavaciones.

Los resultados de la campaña de 2020, todavía en fase de estudio, permiten avanzar todavía más en el conocimiento y la caracterización de los diferentes sectores urbanísticos de la ciudad visigoda, mediante los hallazgos arqueológicos, la topografía y las cada vez más evidentes estructuras de aterrazamiento, que se confunden o están ocultas por los márgenes de los campos de cultivos modernos.

En cuanto a los resultados recientemente obtenidos, hay que destacar la constatación de la monumentalidad interior de la ciudad visigoda reflejada, por ejemplo, con el gran muro de borde 3 metros de anchura que, al mismo tiempo, delimitaba una de las plazas principales y serviría de base en una muralla interior que delimitaba uno de los barrios de la ciudad, el intermedio, que, de momento, parece que alojaría actividades productivas (fabricación de vidrio, grandes silos de almacenamiento de cereal,…) y de vivienda de buena parte de la población. 

HORNOS Y EDIFICIO MONUMENTAL
En esta línea, a la campaña de 2020, en el interior del barrio se han excavado unos pequeños hornos que todavía hay que estudiar e identificar y que, en todo caso, certifican todavía más la función de este barrio situado entre la parte superior, la ciudadela, y la inferior. La ciudadela, que se extendía por el largo espacio más elevado, en forma de media luna, y que estaba presidido por un monumental edificio, en curso de excavación y estudio, albergaría alguno de los estamentos privilegiados de la sociedad de la época, posiblemente el religioso. Los trabajos de este año han sacado a la luz una buena parte de su fortificación interior, que en gran parte estaba escondida por la densa vegetación intrusiva que a los últimos años está afectando al yacimiento. El tercer barrio topográficamente diferenciado sería el de la parte baja, donde se concentran los edificios más monumentales, identificados por excavaciones anteriores de hace 40 años y otros más, muy visibles a fotos aéreas y planos antiguos. Desgraciadamente, la parte baja, de momento, no es accesible en la investigación.

MURALLA
Hasta ahora, la muralla se había concebido como el principal elemento de patrimonio arquitectónico conservado, pero las diversas estructuras de aterrazamiento que se han identificado confieren en la ciudad un aspecto de núcleo densamente edificado y muy organizado, con barrios jerárquicamente y funcionalmente diferenciados, como dan a entender los hallazgos y las importantes estructuras de contención y urbanización de un cerro fortificado que destacaba unos cuarenta metros por encima del río Turia.

A estas alturas, el proyecto de investigación desarrollado ha permitido interpretar el yacimiento de València la Vella como una ciudad visigoda fortificada de nueva creación, en la segunda mitad del siglo VI y, de la reciente revisión, con 5 ha de superficie. Su muralla constituye hoy en día el elemento más relevante del yacimiento. Hasta la actualidad, el proyecto solo ha excavado unos 250 m² y se ha establecido un perímetro amurallado teórico de unos 981 m, de los cuales hasta ahora se han documentado unos 416 m. Todavía permanecen muchos segmentos ocultos por la vegetación o los terraplenes, además de los de la parte occidental, en gran parte destruidos por obras ilegales entre 1978 y 1990, que se podrán restituir gracias a las fotos aéreas antiguas. Ya se han identificado el acceso principal en la ciudad y siete torres.

El gran reto para el futuro es la investigación de los edificios del interior la ciudad, en gran parte localizados pero todavía para interpretar, y, por último, pero no menos importante, la creación de un gran (por dimensiones) Parque Arqueológico para hacer accesible a todo el mundo este inmenso tesoro monumental e histórico que es València la Vella.
(Fuente: Parc del Túria)

30 de julio de 2015

Descubren intacta una necrópolis ibérica en Ulldecona (Tarragona)

Se trata de una veintena de sepulturas de finales del siglo V y comienzos del IV a.C., Las urnas contenían restos óseos procedentes de incineración y en su interior se han encontrado también algunos elementos de ornamentación personal de bronce (colgantes, cadenillas, fíbulas...) y en el exterior, debajo o al lado de la urna, han aparecido objetos de hierro, sobre todo piezas de armamento (puntas de lanza, jabalinas, virolas, cuchillos...)
Miembros del equipo durante la excavación de una de las sepulturas. FOTO: UNIVERSIDAD DE BARCELONA.
Un equipo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y del Instituto Catalán de Arqueología Clásica de Tarragona, dirigido por Maria Carme Belarte y Jaume Noguera, ha localizado una de las pocas necrópolis ibéricas con urnas de cerámica prácticamente intactas, según informó ayer la UB en un comunicado. 

En mayo finalizó la segunda y última campaña de excavaciones en la necrópolis de Les Esquarterades, en el municipio de Ulldecona, al sur de la provincia de Tarragona. Los arqueólogos han descubierto una veintena de sepulturas de finales del siglo V y comienzos del IV a.C., según han podido saber tras el hallazgo de unos fragmentos de cerámica ática de barniz negro pertenecientes a unas copas, las denominadas copas Cástulo, propias de esa época. 
Una de las urnas cerámicas descubiertas. 

Las urnas de cerámica fueron elaboradas con un torno de alfarero o a mano, cubiertas con una tapadera de cerámica y depositadas en fosas que fueron selladas con una losa de piedra.

ORNAMENTOS DE BRONCE Y ARMAMENTO DE HIERRO
"Las urnas contenían restos óseos procedentes de incineraciones, siguiendo el ritual típico de época ibérica. En el interior de estas urnas se depositaban también algunos elementos de ornamentación personal de bronce (colgantes, cadenillas, fíbulas...) y en el exterior, debajo o al lado de la urna, han aparecido objetos de hierro, sobre todo piezas de armamento (puntas de lanza, jabalinas, virolas, cuchillos...)", detalla Jaume Noguera, de la UB.


"La importancia de estos restos se debe al hecho de que las necrópolis conocidas de este período ibérico antiguo fueron descubiertas en los años sesenta del siglo XX como consecuencia de la introducción de tractores en la agricultura, de manera que la mayor parte de estas necrópolis quedó destruida", añade. 

METODOLOGÍA MODERNA
En la necrópolis de Les Esquarterades se ha aplicado una metodología moderna que incluye la prospección geofísica, fotografías aéreas, radiografías y tomografías computarizadas de las urnas para obtener imágenes del contenido de las mismas y determinar así la presencia de ajuares antes de excavarlas.

Las investigaciones ulteriores se centrarán en el estudio antropológico de los restos óseos mediante la datación por termoluminiscencia, el análisis micromorfológico de los sedimentos y el análisis arqueobiológico de la tierra contenida en las urnas y otros sedimentos de la zona de enterramiento.
(Fuente: National Geographic)

21 de julio de 2015

Localizados en Tarragona restos de una gran fortificación de la época romana

Los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de La Secuita calculan que el tramo de muralla y los fragmentos de cerámica encontrados se remontan al siglo II antes de Cristo. La estructura es la primera de estas características que se encuentra en Tarragona.
Yacimiento de la fortificación romana encontrada en La Secuita. FOTO: RAFAEL MORALES
Un equipo de arqueólogos del Instituo Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) ha localizado en el término municipal de La Secuita (Tarragona) las estructuras de una fortificación romana que se remonta al siglo II a.C, ha informado el ICAC. "No es una torre de vigilancia aislada como las que se han descubierto y estudiado en otros puntos de Catalunya, sino que se trata de una construcción de mucha más envergadura", ha destacado Joan Canela, uno de los investigadores del ICAC que dirigen la excavación junto con Jordi López y Núria Otero.

Es la primera vez que se excava en este yacimiento descubierto por el también arqueólogo Marc Dalmau y que situado en una colina lejos del casco urbano del pequeño municipio de La Secuita. Arqueólogos y estudiantes de la UAB y la UB finalizarán mañana viernes los trabajos que han realizado durante dos semanas. De momento, la excavación financiada por el Ayuntamiento de La Secuita y el departamento de Cultura de la Generalitat se ha limitado a un pequeño espacio de terreno. Sus responsables, no obstante, intuyen que la estructura podrían ser, dentro de sus características, una de las más importantes de Catalunya y la primera que se encuentra en Tarragona.

ÁNFORA CON LA FIRMA DEL AUTOR
En el lugar también se han encontrado fragmentos de estucados pintados y de cerámica característica de la época. Entre los restos hay parte de un ánfora procedente de la zona italiana de Brindisi que conserva la firma del fabricante. En el asa de la vasija está inscrito el nombre CANINI, que hace referencia al nombre del fabricante,Caius Aninius, según aclara Jordi López. También han logrado recomponer casi en su totalidad lo que parece un vaso de cerámica para beber.

La parte excavada, ha informado Canela, parece una torre de vigilancia de forma cuadrada, pero en el fondo han encontrado parte de un gran muro que se alarga en el terreno y revela que se trata de un gran recinto amurallado. "Intuimos que se trata de una gran construcción", ha insistido Canela, que además de los restos encontrados destaca la posición, ya que desde el montículo existe una amplia visión del Camp de Tarragona.

Los arqueólogos también señalan que el yacimiento contribuirá a conocer mejor el proceso de romanización de la provincia de Tarragona y la relación entre íberos y romanos. Consideran que algunos de los restos podrían corresponder a construcciones de las tribus íberas que poblaban la zona.

17 de junio de 2015

Los romanos de Tarraco nutren el primer banco mundial de ADN antiguo

El Instituto Catalán de Arqueología Clásica recopiló la información sobre la población funeraria antigua de Terraco y extrajo muestras dentarias de esqueletos de entre los siglos III y VII d.C que estaban en el Museo Arqueológico de Tarragona. Los científicos del IDIBAPS no descartan incorporar muestras de otras civilizaciones para ampliar la oferta del biobanco. 
Una investigadora muestra piezas dentales de romanos de Tarraco. FOTO: CONSUELO BAUTISTA / EL PAÍS
En tanques de nitrógeno a 150 grados bajo cero se cobija la caja fuerte del primer biobanco en el mundo de ADN humano antiguo. En estos mastodónticos recipientes, en una de las salas del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona, se guardan varios centenares de muestras arqueológicas (piezas dentales) de los romanos que vivieron en la antigua Tarraco (Tarragona). De ellas se extrae el ADN que sirve de moneda de cambio en el banco genómico, único en el servicio de ADN humano antiguo a la comunidad científica.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN GENÉTICA DE ENFERMEDADES ACTUALES
Estudiar el origen y la evolución genética de algunas enfermedades actuales, como la obesidad o la diabetes, observar el efecto de los movimientos migratorios y analizar la influencia de los hábitos nutricionales y mediombientales en el ser humano son algunas de las vías de investigación que abre el biobanco de ADN humano antiguo."Este biobanco abre muchas posibilidades al estudio de la población de otras épocas, a ver el background genético y el riesgo que éste puede suponer para las enfermedades que tenemos ahora", ha explicado esta mañana Ramón Gomis, director del IDIBAPS.

La institución biomédica, promotora de la iniciativa, ha contado con la colaboración del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) y el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT). El ICAC recopiló la información sobre la población funeraria antigua de Terraco y extrajo muestras dentarias de esqueletos de entre los siglos III y VII d.C que estaban en el MNAT. El IDIBAPS se encargó de procesar las muestras humanas y salvar restos que estaban degradados; la manipulación del genoma antiguo es complejo porque está muy fragmentado y puede contaminarse fácilmente con el ADN actual de los investigadores que lo manipulan. 

  • De las 600 muestras seleccionadas y trabajadas, unas 300 pasaron los filtros de calidad para integrarse en el biobanco y, de ellas, 76 ya están disponibles para la comunidad científica internacional. 
 Algunas de las muestras arqueológicas tuvieron que ser sometidas a un proceso de amplificación genómica porque las piezas tenían muy poca cantidad de ADN.


BIOBANCO ABIERTO A LA COMUNIDAD CIENTÍFICA
Aunque existen algunas pequeñas colecciones de genoma humano antiguo en el mundo, no se pueden considerar propiamente un biobanco porque se seleccionaron para proyectos de investigación concretos y no están al alcance de todos los científicos. "El biobanco es una estructura que da servicio abierto a toda la comunidad científica. Los investigadores sólo tienen que presentar un proyecto, que será estudiado y aprobado por un comité científico y ético externo", ha explicado Anna Bosch, responsable del banco de ADN.

Los científicos del IDIBAPS no descartan incorporar muestras de otras civilizaciones para ampliar la oferta del biobanco. "Es importante tener población distinta para poder comparar. Tenemos la voluntad de ampliar este estudio a todos los yacimientos que estén bajo la responsabilidad de la Generalitat de Cataluña", ha señalado Joan Gómez, director del ICAC. Gomis, por su parte, ha confirmado también que están iniciando la ronda de contactos con el Instituto Pasteur de Túnez para "ampliar el biobanco con muestras del norte de África".

(Fuente: El País / Jessica Mouzó Quintans)

14 de noviembre de 2014

Descubren un fortín romano en el yacimiento ibérico del Coll del Moro de Gandesa (Tarragona)

Se han encontrado restos de cimientos de casas y calles formando un urbanismo complejo construido con terrazas. El fortín es de la época romano-republicana de los siglos II-I a.C-, aunque la ocupación humana del yacimiento se extiende desde el S. IX a.C. hasta el III d.C. 
Poblado ibérico de Coll del Moro (Gandesa). FOTO: ARQUEOXARXA / ARA.CAT
Arqueólogos de la Universidad de Barcelona (UB) y del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) codirigidos por Rafel Jornet han descubierto en el yacimiento de Coll del Moro de Gandesa un fortín romano con restos de cimientos de casas y calles formando un urbanismo complejo construido con terrazas.

Esta actuación confirma la importancia de este conjunto arqueológico, que está integrado por una necrópolis de incineración, que comprende tres áreas bien diferenciadas y que se encuadra entre finales del siglos IX aC y V-IV aC, y un hábitat que va desde la época preibérica hasta el siglo III dC.

En esta campaña se han descubierto restos de un fortín de época romano-republicana de los siglos II-I aC, probablemente ligado a la red militar romana para la conquista del valle del Ebro que reaprovechaba y remonumentalizaba la antigua torre ibérica del Coll del Moro.

En los próximos años la investigación se centrará en la excavación del fortín romano-republicano, las nuevas viviendas ibéricas y la delimitación de la fortificación por los lados este, sur y oeste.

CONTINUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN
El Ayuntamiento de Gandesa, la Universidad de Barcelona y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica tienen previsto firmar un convenio de colaboración para continuar con esta intervención arqueológica en el marco del proyecto cuatrienal "El primer milenio aC en los territorios del curso inferior del Ebro: la formación, desarrollo y disolución de la cultura ibérica", que está liderado por la Universidad de Barcelona.

La coordinación de los trabajos se realizará conjuntamente por las tres instituciones y en cuanto al trabajo científico la coordinación se llevará a cabo por la Universidad de Barcelona y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, a través del personal investigador de ambas instituciones.

El Ayuntamiento de Gandesa aportará hasta 4.000 euros anuales durante los años 2014, 2015, 2016 y 2017, en concepto de aportación de maquinaria, cesión de espacio de almacén, trabajos de la brigada municipal y pernoctación de los arqueólogos.

28 de junio de 2013

Las excavaciones en Sant Pau del Riu-Sec de Sabadell aportan nuevos restos medievales

Además de tres silos de almacenaje de cereal de la época medieval, datados entre los siglos XI y XII se han recuperado un par de regatón de vaina de cuchillo de bronce, algunos elementos de hierro correspondientes a puntas de flecha, parte de una hebilla de bronce de aperos de caballerías, así como varios recipientes cerámicos de uso culinario y piezas de vajilla de mesa decorada de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV.
Las excavaciones están aportando muchos materiales
de los siglos XIII y XIV. Foto Ayto. Sabadell/Jordi Roig.
La última campaña de excavación arqueológica en la zona de Sant Pau de Riu-Sec de Sabadell (Barcelona) ha puesto al descubierto nuevos restos, entre ellos la localización de tres silos de almacenaje de cereal de la época medieval, datados entre los siglos XI y XII y atribuibles a los graneros de la Sagrera eclesiástica de la iglesia románica, según ha informado el consistorio.

También se ha llevado a cabo la excavación arqueológica de los niveles de uso y de abandono de los ámbitos construidos de la granja templaria del siglo XII-XIII, iniciados en el año 2011 y pendientes de terminar, cuyo trabajo en los estratos de abandono ha proporcionado mucho material de los siglos XIII y XIV, correspondiente al último momento de vida de la encomienda templaria, los cuales se suman a los localizados el año pasado.

En el marco de la campaña, se han recuperado un par de regatón de vaina de cuchillo de bronce, algunos elementos de hierro correspondientes a puntas de flecha, parte de una hebilla de bronce de aperos de caballerías, así como varios recipientes cerámicos de uso culinario y piezas de vajilla de mesa decorada con motivos en verde y manganeso, características de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV.

Los hallazgos apuntan a una importante prosperidad económica en este período de casi 200 años de dominio templario del conjunto, confirmándose como la etapa más floreciente de la historia de la parroquia y hasta ahora desconocida.

Las tres instituciones responsables, el Ayuntamiento de Sabadell, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, tienen previsto continuar con las excavaciones en próximas campañas, combinando las prácticas docentes y formativas de los estudiantes con la investigación arqueológica del yacimiento, cuyos trabajos se iniciaron en 2007 a raíz de una operación urbanística.

(Fuente: Europa Press)

11 de enero de 2012

La villa romana de La Olmeda (Palencia) abre sus puertas al Instituto Catalán de Arqueología Clásica

El centro que vela por el legado de Pedro de Palol colaborará en las prospecciones geomagnéticas de la villa palentina.
Acceso a la villa romana de La Olmeda en Pedrosa de la Vega (Palencia).
El Instituto Catalán de Arqueología Clásica se unirá a las nuevas investigaciones de la villa romana de La Olmeda, ubicada en Pedrosa de la Vega. Mediante una colaboración económica con la Diputación de Palencia de 9.000 euros, el centro catalán trabajará en las prospecciones geomagnéticas de la finca y en los terrenos anexos, con su personal y equipos especializados. Asimismo, colaborará con la villa romana de La Olmeda en el análisis e identificación de los materiales pétreos encontrados en las diversas campañas de excavación. El acuerdo alcanzado con la Diputación establece que el instituto catalán permitirá la consulta de su biblioteca y archivo fotográfico y cinematográfico al personal investigador de La Olmeda.
La colaboración de la institución provincial palentina con el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, que tiene su sede en Tarragona, se materializará en un convenio que firmarán el presidente de la Diputación, José María Hernández, y la directora del centro, Isabel Rodá de Llanza. El contenido del convenio ha sido ya aprobado por la Junta de Gobierno de la Diputación. Aunque no existe una consignación presupuestaria ni convocatoria de ayudas en las que esta colaboración tenga cabida, la firma del convenio se justifica porque el instituto catalán es propietario del legado del catedrático de Arqueología Pedro de Palol, que fue el primer director de las excavaciones de La Olmeda, así como de otras que tuvieron lugar en Palencia entre 1968 y 1987, como la Villa Posídica de San Isidro de Dueñas. Asimismo, la Diputación ha tenido en cuenta que las actividades del centro catalán repercuten en el conocimiento de la provincia y en especial en el estudio y difusión de La Olmeda.
El convenio establece que las dos instituciones se prestarán mutua ayuda en todo lo relativo al estudio y divulgación de los yacimientos arqueológicos de la provincia de Palencia, en especial en aquellos en los que intervino Pedro de Palol Salellas. En un anterior convenio entre la Diputación y el instituto catalán, firmado en febrero de 2009, se acordó que la institución palentina recibiría -lo hizo en mayo de 2010- una copia en disco duro informático con textos, mapas, dibujos y fotografías inéditas del legado del doctor Palol sobre excavaciones palentinas.
Interior de la villa de La Olmeda.
Finalmente, la Diputación y el instituto se comprometen a establecer las fórmulas más adecuadas que permitan materializar otras colaboraciones, incluida la presencia de personal de ambas instituciones o becarios de las mismas, tanto en el centro catalán como en La Olmeda.
(Fuente: El Norte de Castilla / Fernando Moreno)