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26 de enero de 2011

Encuentran dos tumbas, de épocas íbera y romana, en el yacimiento de Cástulo (Linares, Jaén)

Los enterramientos situados en paralelo se han datado en los siglos IV a.C. (íbero) y III d.C. (romano) por lo que entre uno y otro existe una diferencia temporal de siete siglos. Junto a ellos también han aparecido restos óseos tanto humanos como de animales y materiales para la construcción romanos.
Los trabajos de adecuación de los accesos al recinto del enclave arqueológico de Cástulo (Linares) junto al soterramiento de la conducción eléctrica realizados por la Diputación de Jaén y la Junta de Andalucía dentro del programa Viaje al tiempo de los Iberos, han puesto al descubierto dos tumbas pertenecientes a las épocas ibera y romana "en muy buen estado de conservación", según ha detallado la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela.

Ambos hallazgos, en cuyas excavaciones realizadas el pasado fin de semana colaboraron una veintena de voluntarios del museo linarense y de la asociación '28 de Febrero', se encuentran localizados junto a la puerta Norte de la ciudad íbera perteneciente a este asentamiento con 5.000 años de antigüedad y dotado de una superficie de 73 hectáreas de las que solo se han excavado una pequeña porción teniendo en cuenta su gran extensión.

En concreto, los enterramientos situados en paralelo se han datado en los siglos IV a.C. (íbero) y III d.C. (romano) por lo que entre uno y otro existe una diferencia temporal de siete siglos. Junto a ellos también han aparecido restos óseos tanto humanos como de animales y materiales para la construcción romanos.

En el caso de la tumba ibera también se ha descubierto una urna, además de una pequeña crátera ática (vasija) que podría pertenecer a una mujer junto a fusayolas (contrapesos para telares) y una lamparilla para quemar incienso. En el caso de la tumba romana, los arqueólogos trabajan con la posibilidad de que también pudiera pertenecer a una mujer tras la aparición de una estela funeraria formando parte del muro constructivo en el que aparecería su hombre, y la edad de 40 años con la alocución latina utilizada en el mundo romano precristiano Sit tibi terra levis (que la tierra te sea leve).

Tras la presentación del descubrimiento, un equipo de arqueólogos procederá a realizar un análisis exhaustivo de los restos para aportar más información sobre este conjunto que posteriormente pasará a formar parte de uno de los mayores yacimientos de la península ibérica y que ofrece datos de interés para conocer la situación de la necrópolis extramuros de la ciudad amurallada.

Durante el periodo íbero, el poblado de Cástulo estuvo considerado como uno de los oppidum (fortaleza) más importante de lo que hoy es el territorio andaluz. Su enclave geográfico, los yacimientos de minerales y su enorme potencial minero lo convirtieron en un emplazamiento de especial trascendencia para las transacciones comerciales, agrícolas y ganaderas de la antigüedad llegando incluso a acuñar su propia moneda íbera. Fue capital de la Oretania y en un primer momento se alió con Cartago después de la alianza sellada por el matrimonio entre el general cartaginés Aníbal y la princesa castulonense, Himilce.
(Fuente: El Mundo)

4 de abril de 2023

Hallan un escarabeo egipcio de la XXVI dinastía en una necrópolis ibérica de Ciudad Real

Se ha encontrado en Alcubillas, un pequeño municipio de la provincia de Ciudad Real, durante las excavaciones de la necrópolis de El Toro, un yacimiento arqueológico en el que ha aparecido la tumba de un importante príncipe íbero


Imagen del escarabeo encontrado (debajo), junto con otros objetos hallados en la necrópolis del Toro. OPPIDA

Unos 5.000 kilómetros son los que separan Egipto de Alcubillas, un pueblo de menos de 500 habitantes donde hace poco se ha producido uno de los mayores descubrimientos arqueológicos ya no solo de la provincia de Ciudad Real, sino de la Península Ibérica: el hallazgo de un escarabeo de piedra egipcio. Este objeto era una especie de amuleto de vida y poder, con forma de escarabajo coleóptero (Scarabaeus sacer), que representaba al Sol naciente, se usaba contra el mal de ojo y permitía el paso a la vida eterna.

De hecho, el escarabeo que ha aparecido en esa tumba lleva el cartucho real de un faraón egipcio de la XXVI dinastía y ahora se puede contemplar en la exposición 'Atempora' del Museo de Ciudad Real. Así se lo explica a ABC José Luis Fuentes Sánchez, director de proyectos de la empresa Oppida y uno de los dos arqueólogos que, junto con Luis Benítez de Lugo Enrich, de la Universidad Complutense, han comandado un equipo que lo ha localizado.

Un grupo de profesionales del que también forman parte María Benito Sánchez y Alexandra Muñoz García, forenses del Laboratorio de Antropología y Odontología Forense de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid. En ello también han trabajado Manuel Blanco y María Cruz Medina, del servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico (Secyr); María José López Grande, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, y Helena Jiménez Vialás, del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid.

En total, según informan, han sacado unas 5.000 piezas extraídas entre los años 2016 y 2017 de la necrópolis de El Toro, que debe su nombre a la aparición allí de una escultura tallada en arenisca roja y de bulto redondo que representa un toro. El hallazgo de la tumba múltiple T5 abc, que es su denominación, fue motivo de «sorpresa y emoción», subrayan. En el lugar se encontraron in situ tres urnas diferenciadas, donde se documentaron cuatro individuos cuyos huesos habían sido cremados. La urna P10 de la Tumba 5a, otra de las que apareció, permitió extraer una cuenta de pasta vítrea quemada y estallada, así como una pieza completa del escarabeo, también sometido a la acción de fuego en el proceso de cremación de los cadáveres. Se recogieron 1.375 gramos de material óseo calcinado pertenecientes a dos mujeres adultas que habían sido introducidas en la misma urna cerámica.

Tal y como lo describen, el escarabeo tiene dos líneas incisas, que separan el tórax y las elytra y otra para la división de estas entre sí. Está perforado de lado a lado, lo que posibilitaba su engarce en un collar. En la base plana del reverso lleva la inscripción con cinco caracteres jeroglíficos egipcios insertos en un cartucho ovoide que los circunda. Se lee el antropónimo p-s-m-T-k, un nombre de probable procedencia libia adoptado por tres monarcas del Reino Nuevo de la Dinastía XXVI o Saíta, Psamético I (664-610 a.C.), Psamético II (595-589 a.C.) y Psamético III (526-525 a.C.).

Pero, ¿por qué es tan importante este descubrimiento? «Es excepcional porque convertiría a esta necrópolis orientalizante en uno de los espacios rituales de cremación de la jerarquía oretana más antiguos de la provincia de Ciudad Real», asegura José Luis Fuentes Sánchez, que dice que las dataciones de los materiales allí encontrados parten desde finales del siglo VIII hasta el siglo III a.C. Además, indica que el lugar guarda mucho paralelismo con otros hallazgos emblemáticos como el Monumento de Pozo Moro, otra tumba de época íbera que se encontró en Chinchilla de Montearagón (Albacete) y que hoy puede contemplarse en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Este hallazgo confirmaría la existencia de relaciones comerciales de larga distancia con el Mediterráneo oriental, establecidas entre las poblaciones indígenas de toda la Península Ibérica y, en este caso particular, los pertenecientes a la etnia oretana los tendrían con comerciantes fenicio-púnicos. «Los oretanos no solo realizaban adquisiciones para su viaje al más allá, sino que además las oligarquías y sus clientelas se hacían construir monumentos funerarios turriformes, así como otros denominados pilares estela, en el que se reflejaban las heroicidades del linaje al que pertenecían los difuntos», afirma el arqueólogo.

Además, han hallado evidencias de un paisaje funerario conformado por túmulos que cubren tumbas en hoyo, túmulos sobre plantas cuadrangulares, que amortizan tumbas de una etapa anterior y sobre las que se depositaron interesantes urnas de procedencias lejanas, como la Crátera de Hermes. Según señalan, se trata de «un objeto muy interesante, manufacturado en Grecia en torno a mediados del siglo IV y que destaca por su cuidado estilismo pictórico». Ha sido hallada en fragmentos, acompañada de un centenar de restos escultóricos pertenecientes a los monumentos de algún príncipe oretano, cuyo monumento fue objeto de destrucción sistemática hacia mediados del siglo IV a.C.

Los investigadores se encuentran trabajando ahora sobre los modelos 3D de las piezas para poder recomponer los monumentos que se hallaron desmontados durante las excavaciones arqueológicas. En el conjunto entregado al Museo de Ciudad Real se encuentra un fragmento de cabeza de un príncipe oretano de entre los siglos V y VI a.C. Sus rasgos orientales remiten a modelos típicos para esta época, que concuerdan con la antigüedad y arcaicidad de la escultura del toro.

De este posible monumento se han hallado elementos arquitectónicos como golas y restos de las escalinatas del podio del pilar, motivos vegetales (roleos y ovas), fauna (pezuñas de toro, cañas de caballo, cuartos traseros de caballo y felino). «Se trata de un puzle incompleto de uno o varios monumentos escultóricos que nadie ha visto montado desde hace 2.400 años», apuntan los responsables de la excavación.

Los trabajos en la necrópolis continuarán próximamente, cuando se presenten a la comunidad científica los resultados de las excavaciones y de las largas investigaciones que se han realizado en estos cinco últimos años. El equipo de investigación es multidisciplinar y participan, además de arqueólogos, especialistas en cerámica, metales, escultura, antropología, conservación y restauración.

Los terrenos de la necrópolis han sido adquiridos por la empresa E2IN2, con una inversión de más de 50.000 euros, con el fin de garantizar su conservación y preservar su expolio. Los responsables de la excavación de este yacimiento agradecen esta ayuda privada, algo que no ha hecho ni el Ayuntamiento de Alcubillas ni la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se lamenta Fuentes Sánchez, que dentro de poco espera poder anunciar más novedades de este lugar único.

26 de diciembre de 2017

Saquean con excavadoras un yacimiento arqueológico en Llíria (Valencia)

El Grupo de Patrimonio de la Policía Autonómica detiene a tres expoliadores y recupera 1.360 piezas, algunas de ellas de gran valor histórico como un bozal en bronce del caballo de un guerrero íbero
Dos de los detenidos removieron las tierras con una excavadora antes de proceder al expolio.
Una investigación del Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Comunitat Valenciana ha posibilitado la identificación de cuatro hombres que destruyeron un yacimiento arqueológico en Llíria, así como la detención de tres expoliadores y la recuperación de 1.360 piezas, algunas de ellas de gran valor histórico.

Dos de las personas investigadas por estos hechos delictivos son dos hermanos que allanaron y removieron las tierras de sus parcelas, sin la correspondiente licencia municipal, para plantar naranjos; y los otros dos imputados (según la denominación anterior a la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal) son hermanos también y conducían las máquinas excavadoras que transformaron los campos. Los cuatro hombres están acusados de un delito contra el patrimonio histórico tras comprobar la policía los graves daños que causaron en el yacimiento denominado La Cua II, que está incluido en la Carta Arqueológica de la Comunitat Valenciana, un registro de los espacios de interés arqueológico.

UNA VEINTENA DE PROSPECCIONES
Tras descubrir la destrucción de este paraje protegido el pasado mes de noviembre, los agentes del Grupo de Patrimonio Histórico realizaron indagaciones para identificar a tres expoliadores que un testigo había visto en las parcelas allanadas. Estos individuos utilizaban detectores de metales para buscar las piezas arqueológicas, y según las investigaciones policiales, realizaron hasta una veintena de prospecciones en el yacimiento para saquearlo en pocos días.


La Policía Autonómica contó con la colaboración del Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Ribarroja para detener a los tres expoliadores, vecinos de Llíria, Moncada y Casinos, y registrar la casa de campo donde reside uno de ellos en la aldea de Bodegas del Campo. Allí confiscaron un total de 1.366 piezas entre monedas, campanas, medallas, anillos, dedales, cuchillos antiguos, bayonetas, cartuchos, balas y botones, entre otros objetos.

Los agentes del Grupo de Patrimonio Histórico también se incautaron de tres detectores de metales y cinco planos cartográficos de la comarca de Los Serranos, donde el detenido había señalado las ubicaciones de varios yacimientos arqueológicos. Los tres hombres arrestados reconocieron que peinaron el paraje protegido con detectores de metales y realizaron los agujeros con azadas para extraer las piezas. Su intención era venderlas luego a propietarios de tiendas de numismática, anticuarios y coleccionistas de monedas.

Según el informe emitido por el Museo de Prehistoria de Valencia, los detenidos expoliaron monedas de gran valor histórico de varias épocas: ibérica, romana, moderna y contemporánea. El examen de algunas de las piezas dañadas por los saqueadores revela que forman parte de un excepcional bozal de bronce del caballo de un guerrero íbero. Otros ejemplares similares se conservan en el Museo Británico y el Louvre.

Las monedas, una punta de lanza, el bozal y otras piezas incautadas por la Policía Autonómica «son una fuente de información invaluable», según fuentes de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, que se daña de forma irreparable «cuando no se recuperan mediante los procedimientos establecidos legalmente con la metodología arqueológica». La Policía Autonómica inició las investigaciones el pasado mes de octubre con la colaboración de un arqueólogo de la Unidad de Inspección Patrimonial de la Generalitat.

Los expoliadores detenidos están acusados de un delito contra el patrimonio histórico. Las patrullas de la Policía Autonómica vigilan los yacimientos arqueológicos, con el apoyo del helicóptero de la Generalitat, para evitar saqueos como el de Llíria. Los policías que investigan estos delitos piden la colaboración ciudadana para proteger el patrimonio a través del correo policia_patrimonio@gva.es y el número de teléfono 96 317 54 44.

2 de septiembre de 2012

Excavaciones en Requena revelan un asentamiento rural íbero de los siglos I-II a.C.

El equipo de investigación trabaja en el yacimiento Casa de la Cabeza desde 2009 cuando se diferenciaron dos sectores, en uno de los cuales se halló un área de trabajo con dos almacenes, espacios abiertos y restos de metalurgia. 
Los restos arqueológicos encontrados en el yacimiento Casa de la Cabeza de Requena (Valencia) han revelado estructuras de un asentamiento rural, de ocupación corta, comparable al de una granja en una antigua ciudad ibérica y que datan del periodo de los siglos I-II antes de Cristo.
El yacimiento íbero de Requena sigue aportando datos sobre
esta cultura en el área mediterránea. Foto: Diputación de Valencia

Según un comunicado de la Diputación de Valencia, el equipo de investigación trabaja en la zona desde 2009 cuando se diferenciaron dos sectores, en uno de los cuales, al año siguiente, se halló un área de trabajo con dos almacenes, espacios abiertos y restos de metalurgia.

El otro sector constituye la plataforma principal del yacimiento y según ha explicado uno de los directos de los trabajos de exploración, David Quixal, piensan que "constituiría el hábitat principal del poblado, donde se han encontrado estructuras más complejas".

Para Quixal, becario de investigación del Museo de Prehistoria, el estado de conservación de los restos "no siempre es el deseado", aunque se intuye "una planta de un edificio, tipo granja".

Los trabajos han permitido descubrir también estructuras auxiliares como posibles hornos, una cubeta de sal que, según los expertos, "podría ser para transformar alimentos, producir vino o hacer aceite, aunque esto está todavía en fase de estudio".

Los investigadores han detectado una última fase de ocupación corta posterior, en los siglos VIII-XIX, cuando parte del yacimiento "se desmonta para la construcción de un horno islámico, por lo que se produce un contacto cultural".

Los trabajos de este año, concebido como campaña final, se han centrado en delimitar la extensión del yacimiento, conocer bien sus límites e intentar obtener una planta del edificio.
"La superficie general del yacimiento abarca una extensión de 0,15 hectáreas", según Quixal.
El grupo, que trabaja de forma voluntaria en el yacimiento, está formado por ocho personas entre estudiantes valencianos y Erasmus y algún licenciado en arqueología que se alojan, estos días, en la misma aldea.

En el día a día, los voluntarios no sólo excavan, sino que también documentan el material, completan fichas o dibujan lo hallado, lo que a su vez combinan con excursiones a otros yacimientos de la provincia.

El Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) del Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia mantiene un año más el programa de excavaciones que, para 2012 cuenta con un presupuesto de 60.000 euros repartido en seis proyectos y cuatro actividades de limpieza y mantenimiento.

El programa de actuaciones en yacimientos valencianos abarca un amplio cuadro cronológico desde el paleolítico inferior hasta la época romana.

Para el próximo mes de septiembre están programadas las excavaciones en la Bastida de les Alcusses en Moixent, la Lloma de Betxí en Paterna y la Cova del Bolomor de Tavernes de la Valldigna.

16 de marzo de 2011

Comienza el escaneado en 3-D de Lucentum (Alicante)


La técnica, que ya se empleó con el Discóbolo de Mirón cuando se exhibió en el museo alicantino en el año 2009, permitirá recoger la situación de los restos arqueológicos en cada momento a través de imágenes en tres dimensiones.
La ciudad íbero-romana de Lucentum está situada en la actual Alicante,
 en el lugar conocido como El Tossal de Manises.
Todo empezó con el Discóbolo de Mirón. En 2009, la famosa escultura salía del British Museum para su exhibición en Alicante. Antes de su regreso, el Colegio de Topógrafos llegó a un acuerdo con ambos museos para llevar a cabo un innovadora propuesta, la de realizar el escaneado en tres dimensiones de la pieza para conseguir su patrón exacto, de manera que su reproducción y restauración sería totalmente fiel al original en caso de que sufra ruptura o deterioro.
El proyecto se realizó en la sala del MARQ donde se exhibía y se recogieron los datos en una jornada, eso sí, sin tocar la obra, de manera que el grado invasivo fue nulo. Año y medio más tarde, los trabajos han dado su fruto y las imágenes han sido procesadas. Además, el Museo Arqueológico de Alicante se ha planteado continuar con esta técnica y usarla para otros entornos. Si el escáner láser puede captar perfectamente todos los puntos tridimensionales de una escultura, también podrá hacerlo de unos restos arqueológicos y de un edificio.
De esta manera, será el próximo lunes cuando el técnico del MARQ y topógrafo Ignacio Hernández, en colaboración con Leika, que es la empresa que cede su escáner láser, se desplace al yacimiento de Lucentum, en el Tossal de Manises de la Albufereta, para realizar lo mismo hecho hasta ahora con el Discóbolo. Osea, conseguir un modelo tridimensional de este espacio, con el mismo efecto que el cine 3D. De la misma manera los trabajos que se ejecutarán el lunes pretenden realizar el seguimiento de las excavaciones a nivel topográfico y geográfico en tres dimensiones de ese espacio arqueológico.
“Lo que se captura es una nube de centenares de puntos y lo que queremos es obtener modelizaciones tridimensionales de los restos”, asegura Hernández. “Si se aplica esta ténica a una pieza, como fue el caso del Discóbolo, se consigue como una fotografía con centenares de miles de puntos. Aplicado a un yacimiento arqueológico sería parecido, pero registraríamos la situación en cada momento y sabríamos cómo estaba originariamente”.
Además de tomar las imágenes del yacimiento del Tossal se realizará la misma operación con la fachada del MARQ y con una de sus salas. “Ahora vamos a probar cómo funciona este escáner con estos nuevos parámetros y en función de los resultados que obtengamos y de la aplicación real que pueda tener pues ya se decidirá cuales son los pasos a seguir”.
En cuanto a las conclusiones del estudio de la pieza de Mirón perteneciente a los fondos del British, “las tenemos ya, pero aún hay que acabar de ordenar y definir el trabajo”, antes de enviarlo al centro británico. Las imágenes se captaron con un escáner similar al que se utilizará el lunes en Lucentum y con técnicas de fotogrametría, “que suponen capturar las imágenes que tienen capacidad de visión en 3D y que además permiten la medición de sus coordenadas”.
Lo curioso, afirma, es que “con pocas imágenes se abren grandes posibilidades y precisiones; estamos en un cuarto de milímetro de precisión y eso está muy bien. Y con una técnica no invasiva, sin rozar la obra, igual que ahora vamos a hacer en Lucentum y en el MARQ”.
El escáner láser, según apunta Ignacio Hernández, lleva un par de años funcionando en el mercado pero esta ocasión es de las primeras veces que se utiliza de esta manera en un yacimiento arqueológico.

30 de octubre de 2010

Sobre las damas de Baza y del Cerro de los Santos, que ya son visitables en el Arqueológico de Madrid


Traemos a estas líneas a las otras dos grandes damas del arte íbero, que junto a la famosísima Dama de Elche,  vuelven a exhibir sus encantos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, y que además de complementar la entrada de ayer responde al comentario posteado por Manoli. (Aprovecho para agradeceros los comentarios que tanto me facilitan la labor divulgativa que pretendo con este blog.)
La dama de Baza (Granada)
Esta obra fue encontrada el 22 de julio de 1971 por el arqueólogo Francisco José Presedo Velo en el Cerro del Santuario, necrópolis de la antigua Basti (Baza), en la provincia de Granada (España).
Estaba dentro de una cámara funeraria de 2,60 m² y 1,80 m de profundidad, donde había además un ánfora púnica que se comunicaba con la superficie por medio de un embudo, a través del cual seguramente se hacían desde el exterior, libaciones como ofrendas líquidas. Esto indica que se profesaba culto a la persona allí enterrada.
Delante de la dama había un pequeño amontonamiento de armas quemadas y otros objetos que formaban la panoplia de un guerrero. Los arqueólogos han llegado a la conclusión de que puede tratarse del enterramiento de un importante guerrero

La dama oferente del Cerro de los Santos
El nombre de Cerro de los Santos (en el término de Montealegre del Castillo, Albacete)  proviene del siglo XIV pero no fue hasta mediados 1830 cuando se deforestó la zona y comenzaron a aparecer los primeros hallazgos. El primer informe oficial de descubrimientos data del 28 de junio de 1860, con el informe que Juan de Dios Aguado y Alarcón. En aquella época Vicente Juan y Amat realizó las primeras excavaciones vendiendo los descubrimientos (previa modificación de algunos para aumentar su valor y directamente falsificados otros) al Museo Arqueológico Nacional de España.

El Cerro de los Santos estaba situado cerca de una ciudad llamada Ello (posteriormente Elo) cuyos restos se encuentran en el Llano de la Consolación. En la parte superior del cerro, con forma de planicie, se hallaba el, en su interior albergaba diversas esculturas. Por su posición se la considera una aerópolis, al este pasaba la vía Heráclea y al oeste el camino para Cartago.
Ya en época de los romanos, al declarar Constantino 1 el Grande la religión cristiana como la oficial, el templo entró en declive hasta que en el año 399 Arcadio mandó destruir todos los templos gentiles de campos y ciudades. El templo del cerro de los santos fue quemado, habiendo quedado como huellas grandes masas de plomo derretido.
La primera campaña arqueológica fue llevada a cabo con el consentimiento del dueño del terreno, el Marqués de Valparaíso. En ella se excavó el templo y se descubrió la pieza más importante de las encontradas allí: la Gran Dama Oferente.
Se trata de una figura femenina de 1,30 metros de altura realizada en piedra caliza que se encontró en el santuario del Cerro de los Santos.
Se trata de una mujer con el gesto sagrado y atento de presentar un vaso con ofrendas. Quizá se trata del rito de iniciación de una muchacha noble. Los grandes ojos abiertos, dirigidos a un punto desconocido, introducen la percepción intensa del momento, su cuerpo hierático, mirada absorta…- se combinan para que el instante preparado y esperado perdure en la piedra.

21 de julio de 2017

El Cerro de la Merced afronta su sexta campaña de investigación

Las labores se centrarán en el trabajo de laboratorio sobre los materiales encontrados en años anteriores, así como el cerramiento y la protección del yacimiento de Cabra (Córdoba)
Presentación de la campaña en el Museo Arqueológico de Cabra. FOTO: A.J. ROLDÁN
Por sexto año consecutivo el Ayuntamiento de Cabra ha dado inicio a la campaña estival de estudio en el yacimiento del Cerro de la Merced, un poblado íbero ubicado en el término municipal egabrense y en el que un equipo de arqueólogos comandados por el doctor en Prehistoria Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Quesada, viene desarrollando un concienzudo programa de excavación e investigación que está dando sus frutos, puesto que las conclusiones recabadas hasta el momento han conseguido llamar la atención de la comunidad científica internacional al considerarse un fiel testimonio de la vida de las comunidades íberas en la península entre los siglos IV y I antes de Cristo.

Para esta nueva edición, que dará comienzo en los próximos días, los investigadores fijarán la prioridad en la consolidación, protección y puesta en valor del yacimiento, empleando para ello novedosas técnicas de reconstrucción digital para una mejor comprensión por parte del visitante. Además, ya se trabaja en el estudio de los materiales hallados con vistas a su publicación, para lo cual se desarrollará una nueva campaña de análisis de las cerámicas, armas, molinos o utensilios de piedra y metal encontrados en el Cerro de la Merced.

Así se hizo público ayer en un acto al que asistió, además del alcalde egabrense, Fernando Priego, y el profesor Quesada, el arqueólogo provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Alejandro Ibáñez, dada la colaboración institucional entre ambas administraciones en torno a este proyecto.

TRABAJO DE LABORATORIO
"Por cada hora de trabajo en el campo hay tres en el laboratorio", indicó el arqueólogo, quien justificó que en este sexto año la actividad se centre en la investigación y el estudio de lo ya encontrado. Un trabajo que "está permitiendo descubrimientos" como, entre otros, el hallazgo de una moneda con estampaciones y símbolos que la ubican en 1659 y relaciona el yacimiento con el proceso de búsqueda de tesoros registrado tras la expulsión de los moriscos por Felipe IV, "que supuestamente habían dejado riquezas escondidas a la espera de su vuelta", o la aparición de cuatro hachas pulidas de origen neolítico "de casi 4.000 años antes de la datación del poblado" en la zona del palacio de aquel asentamiento.

Igualmente, el equipo investigador se encuentra culminando el proceso de dibujo técnico y digitalización de alrededor de dos millares de piezas encontradas en el Cerro de la Merced "con vistas a la presentación de la memoria provisional de resultados" a la Junta de Andalucía que permitirá "adelantar el proceso de declaración como Bien de Interés Cultural del yacimiento", algo que le otorgará "una categoría reconocida para su protección" y "gran valor", precisó Quesada.

APUESTA POR LA ARQUEOLOGÍA
"No va a haber excavación en el Cerro de la Merced pero eso no significa que el proyecto esté acabado", aclaró el regidor egabrense, quien agradeció la "importante responsabilidad" que asumieron el profesor Quesada y su equipo con el yacimiento, consiguiendo colocar al municipio en el mapa de la arqueología nacional gracias tanto a este asentamiento íbero como a las cuevas artificiales de La Beleña, que están siendo excavadas por expertos de la universidad canaria de La Laguna. Para ambos, el Consistorio ha destinado solo en esta anualidad más de 100.000 euros de presupuesto, a lo que hay que sumar la partida de 50.000 euros dirigidos a sufragar los gastos de construcción de muros de contención y cerramiento del campo de trabajo ayer presentado.

29 de octubre de 2011

Visita a las excavaciones de Puente Tablas y Cástulo (Jaén)

Con motivo de la celebración de las Jornadas Europeas de Patrimonio, que este año la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha dedicado a la "Arqueología y el Paisaje", hemos tenido la oportunidad de participar en una visita guiada a las excavaciones de la ciudad íbera de Puente Tablas y a la ciudad íbero-romana de Cástulo.
En Puente Tablas hemos sido el primer grupo en visitar el palacio del príncipe íbero que los arqueólogos han desexcavado este verano y los primeros en cruzar el umbral de la puerta de acceso a la ciudad que han encontrado hace pocas semanas. En Cástulo hemos admirado los mosaicos recientemente descubiertos, que indican al equipo de arqueólogos que van por buen camino en su búsqueda del foro de la ciudad. Por la tarde hemos visitado el Museo Arqueológico de Linares que alberga una excelente exposición fotográfica de las excavaciones y una impresionante colección de hallazgos durante las excavaciones. Os dejo una presentación con enlace a las fotografías de esta jornada intensa y memorable.

31 de enero de 2023

Las excavaciones en Caudete depararon numerosos hallazgos

Los arqueólogos Gabriel Segura y Daniel Azorín presentan las conclusiones de las últimas campañas de investigación desarrolladas en el castillo y El Real de Caudete, (Albacete) donde aparecieron monedas romanas y numerosas piezas cerámicas
Participantes en las excavaciones. - Foto: Ayuntamiento

La primera edición de las Jornadas de Estudios Locales de Caudete abordó recientemente la arqueología con una conferencia titulada Últimas intervenciones en el Patrimonio Arqueológico local: El Real y el Castillo de Caudete, impartida por los arqueólogos Gabriel Segura Herrero y Daniel Azorín Juan.

Para sorpresa del público que abarrotaba el Museo de Acuarela, Segura arrancó hablando de las excavaciones realizadas en 2020 en el Cerro de Santa Ana, dentro de las obras que el Ayuntamiento programó con trabajadores del Plan de Empleo de Zonas Rurales. Comentaba que tras los indicios de contar el cerro con un poblado íbero, el Ayuntamiento decidió contratar el seguimiento arqueológico. En una superficie de aproximadamente 10 metros cuadrados, la necesaria para realizar los alcorques y paso de conducciones de riego, aparecieron 268 fragmentos cerámicos que pueden asignarse parte de ellos a 18 unidades identificadas de platos, ánforas, cántaros cuencos. pertenecientes a cerámica romana-ibérica, cerámica itálica, todo ello cerámica de cocina que atestigua no solo el poblamiento sino que por sus características permite identificar que se trata de una población indígena, fechado en el siglo I a.C.

Sobre el yacimiento de El Real, de nuevo el Ayuntamiento contrata los servicios arqueológicos, con cargo íntegramente a las arcas municipales, como ocurriera con Santa Ana, para estudiar los restos visibles en una parcela sobre la que se proyectaba abrir zanjas para canalización eléctrica, colocación de farolas y vertido de zahorras y compactado de las mismas para acondicionar el espacio como aparcamiento.

Tras las excavaciones realizadas en la parcela, siguiendo los vestigios visibles, concluyen los arqueólogos que se trata del mismo poblado íbero-romano identificado por Mª Luz Pérez Amorós en 1992 a escasos metros del lugar, y que por la cronología del material arqueológico extraído se sitúa entre los S.II-IV d.C. Concretamente, la zona excavada está arrasada por actuaciones de desmonte de tierras realizadas en la década de los años 90, detectándose tan solo la primera hilada de parte de algunas construcciones relacionadas con la pars rustica.

En uno de los extremos, los restos atestiguan la presencia de un torcularium, o lo que es lo mismo, una almazara, o parte de ella, según mostró Segura, quien tiene el convencimiento de que queda por aflorar parte de la extensa Villa Romana que se localizaba en la zona. En total, cerca de 1.250 fragmentos aparecidos, entre los que destacan 5 monedas de bronce de Aureliano, Crispo y Constancio II.

Daniel Azorín, por su parte, se encargó de hablarnos de las dos últimas excavaciones realizadas en el Castillo. La dificultad de excavar sobre un arrasado Castillo empleado posteriormente como Cementerio y reconvertido en jardin parroquial hace que las labores arqueológicas sean mucho más pausadas, se eleven los restos arqueológicos aflorados y la identificación de estructuras o lectura del Castillo sea tarea compleja.

El objetivo desde 2020 fue la localización de la cuarta torre de la que se sabe contenía el Castillo, pero que faltaba por ubicar. Inicialmente, los trabajos de aquella excavación parecieron dar sus frutos al localizar restos de mampostería en la supuesta ubicación de la torre. En la excavación del año 2021, ampliando la fase anterior, se confirma la presencia de lo que podría ser la torre, al identificar una serie constructiva de muros de tapial con ordenación lógica, a pesar de aflorar restos de la fase en la que el uso fue el funerario, localizando el cadáver de una niña de 8 años aproximadamente, fallecida (según examen forense de H. Trespalacios) de las llamadas "fiebres de Malta".

La excavación de 2021, centrada en identificar al completo la morfología de la torre, irrumpe con alta presencia de enterramientos, unos en posición primaria, y otros revueltos, que complican la investigación arqueológica de la fortaleza al destruir estructuras en su día para la necesidad funeraria. Aparecen gran cantidad de restos cerámicos íberos y romanos, así como de epoca medieval, y loza del XIX, así como unos pendientes, un collar, un pequeño broche y unos botones (del ajuar o vestimenta de los difuntos exhumados), así como de dos piezas pétras que podrían datarse de época íbera por similitud a otras existentes.

Finalizaba el acto con la intervención del público en fase de ruegos y preguntas a los ponentes, y con la entrega de diplomas por parte del alcalde a los voluntarios que participaron en cada una de las campañas expuestas en la Conferencia.

2 de junio de 2011

Descubren un santuario íbero del s.IV a.C. en un yacimiento de Villajoyosa (Alicante)

Las excavaciones que se llevan a cabo desde 2005 en el yacimiento ibero del Tossal de la Malladeta, en Villajoyosa (Alicante), han permitido localizar un santuario activo hasta el siglo IV A.C. y que estuvo abierto al culto a la Diosa Madre durante cinco siglos.
Desde 2005 se han realizado cinco campañas de excavaciones.
Los trabajos realizados apuntan también a que el santuario se destruyó por completo para construir un complejo de habitaciones que cubría toda la parte alta del cerro que, probablemente, conservó su carácter de lugar sagrado.
La Sección Municipal de Arqueología, Etnografía y Museos del Ayuntamiento de Villajoyosa está preparando la publicación de la memoria científica sobre las excavaciones.
La concejala de Cultura, Loli Such, ha explicado que “la memoria científica, que permite a los arqueólogos entender cómo fue cambiando el yacimiento y en qué momentos, se presentará a la Casa de Velázquez (Escuela Francesa de Arte y Arqueología en Madrid) este verano para su publicación internacional”. 

Según la edil, el manuscrito es el resultado final de un gran "sudoku arqueológico" de miles de piezas halladas en ciento noventa estratos arqueológicos como fragmentos de cerámica y de terracotas de la Diosa Madre, vasos de vidrio y otros objetos entre los siglos IV a. C. y I d. C. que se han ido encontrado a lo largo de las diferentes excavaciones en la Malladeta. 

Las investigaciones, iniciadas tras las primeras excavaciones en la zona en 2005, apuntan a que en la Malladeta hubo, desde el S. IV a. C. un santuario dedicado a la Diosa Madre que, siglos después, se destruyó por completo para construir un complejo de habitaciones que cubría toda la parte alta del cerro, y que probablemente mantuvo su carácter de lugar sagrado.

Más tarde, con el fin de la época íbera,  el complejo se abandonó, pero mantuvo el culto en la cima hasta que, con la concesión del título de ciudad (“municipium”) a Villajoyosa (Allon) en 74 d. C., se trasladó a nuevos templos en el nuevo foro romano.
Entre las piezas encontradas destaca esta cabeza humana.
Este trabajo de análisis y documentación corre a cargo de un equipo científico internacional, en el que participan el Ayuntamiento de Villajoyosa; la Université París X;  la Maison René Ginouvés (un Instituto de Investigación de Arqueología y Etnología del CNRS en París, dirigido por el prof. Rouillard, codirector del “Proyecto Villajoyosa Ibérica”) y el Área de Arqueología de la Universidad de Alicante. El proyecto está patrocinado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia en colaboración con el del Ayuntamiento de La Vila Joiosa.

Paralelamente, se han trasladado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid, un grupo de terracotas de la Diosa Madre, para ser analizadas mediante difracción de rayos X (DRX), con el fin de averiguar su procedencia desde diferentes lugares del Mediterráneo occidental. Estas estatuillas están siendo estudiadas por Jesús Moratalla y por la arqueóloga francesa Frédérique Horn.

 Por otra parte, los miles de fragmentos de cerámica de transporte (ánforas), mesa (platos, copas...), cocina (ollas, cazuelas, morteros...), despensa (tinajas...) o iluminación (lámparas de aceite) están siendo minuciosamente catalogados por Amanda Marcos, responsable de fondos museísticos del Museo de la Vila Joiosa, y Antonio Espinosa, director del museo y codirector del proyecto, con la colaboración de Marie de Jonghe, del equipo científico francés. Es un trabajo que requiere una alta especialización científica, para poder reconocer la procedencia y la fecha correctas de cada pequeño trozo de vasija de hace más de dos mil años.

15 de agosto de 2013

Hallan el cementerio íbero de Cerro de las Cabezas en Valdepeñas (Ciudad Real)

Un grupo de arqueólogos ha hallado al pie del yacimiento del 'Cerro de las Cabezas' de Valdepeñas (Ciudad Real) el lugar en el que los habitantes de este poblado íbero enterraba a sus muertos, junto al río Jabalón.

La necrópolis se situaba fuera del poblado y a favor de los vientos dominantes en la zona, de modo que los malos olores o humos precedentes de las cremaciones no molestaran, según ha explicado a Efe el arqueólogo Luis Benítez de Lugo.

"Los trabajos arqueológicos han constatado que en este lugar los difuntos eran colocados sobre una pira de leña, vestidos y con algunos objetos personales", ha subrayado el investigador.

Recipiente de barro
Tras la quema, los restos óseos quemados y fragmentados, las cenizas y los objetos personales quemados se metían dentro de un recipiente de barro que era cuidadosamente enterrado en un hoyo sobre las cenizas de la pira.

De este modo se ha concluido que el ritual realizado era doble: de cremación, a unos 700 grados centígrados, y de enterramiento.

El hallazgo revela la creencia en una vida después de la muerte y proporciona valiosa información sobre el mundo espiritual precristiano, según Benítez de Lugo.

El yacimiento pervivió a la romanización

El descubrimiento de esta necrópolis resulta de gran interés científico, pues hasta ahora se creía que el lugar fue abandonado en el siglo III antes de Cristo y los materiales encontrados revelan que la vida en este emplazamiento continuó siglos después, durante la romanización, y pervivieron durante varios siglos los rituales funerarios de tradición indígena.

Los trabajos realizados en esta necrópolis han proporcionado numerosos objetos que serán depositados, como establece la legislación, en el Museo de Ciudad Real tras su estudio.

La intervención arqueológica ha sido promovida por Unión Fenosa y supervisada y autorizada por la dirección general de Cultura de Castilla-La Mancha bajo la dirección de los arqueólogos Rocío Noval y Enrique Mata además de Luis Benítez de Lugo.

(Fuente: El Diario / EFE)

17 de mayo de 2023

Comienzan los sondeos arqueológicos en el Cerro Íbero de Alcantarilla (Murcia)

En las primeras catas ya han aparecido varios restos de cerámica de la época iberorromana y el derrumbe de una posible estructura constructiva, que aún está por determinar su antigüedad.
En las primeras catas han aparecido restos de cerámica de la época iberorromana y el derrumbe de una estructura constructiva.

El Ayuntamiento de Alcantarilla ha comenzado los sondeos arqueológicos en el yacimiento del Cerro Íbero, situado frente al Museo de la Huerta, que contiene fragmentos escultóricos y arquitectónicos datados en época ibérica y restos de las edades del Bronce y del Hierro.

En las primeras catas ya han aparecido varios restos de cerámica de la época iberorromana y el derrumbe de una posible estructura constructiva, que aún está por determinar su antigüedad.

Los sondeos de esta primera fase se van a llevar a cabo en seis parcelas de tres metros cuadrados cada una de ellas, en los que participan dos arqueólogos y una retroexcavadora, durante las próximas cinco semanas, en colaboración con la Dirección General de Patrimonio Cultural.

El espacio se encuentra en una finca de 10.500 metros cuadrados, que fue adquirida recientemente por el Ayuntamiento, con el fin de recuperar y proteger los restos que ya fueron catalogados en las primeras intervenciones arqueológicas de 1981 y 1992. Aquellas intervenciones determinaron que la zona estuvo habitada desde el siglo VII a.C. hasta el VI d.C.

Se encuentra junto a los arcos del Acueducto en el Cabezo del Agua Salá, está categorizado como Bien de Interés Cultural y como yacimiento arqueológico desde el año 1990. Ya en 1794, el canónigo Lozano indicaba en sus escritos la presencia de monedas romanas, barros de Sagunto y otras antigüedades en la zona.
(Fuente: Ayuntamiento)

7 de noviembre de 2022

La policía recupera en Tarragona una escultura del siglo IV a. C.

Un agricultor de Córdoba vendió la pieza en los años 90 a un ciudadano de Barcelona
Estado en el que se encuentra actualmente la escultura del siglo IV a. C. recuperada en Tarragona / CNP

La Policía Nacional ha intervenido en un museo de la provincia de Tarragona una escultura íbera de un toro del siglo IV antes de Cristo y ha localizado al autor del expolio de la obra, un agricultor de Córdoba que la vendió en la década de los 90 a un ciudadano de Barcelona.

Después de ser confiscada, la pieza ha sido trasladada a dependencias del Instituto del Patrimonio Cultural de España, donde se le ha practicado un estudio científico-técnico para detectar posibles daños debido a las modificaciones realizadas. El análisis ha concluido que no se siguieron los criterios y recomendaciones de los organismos competentes en materia de conservación y restauración y que la pieza ha sufrido modificaciones irreversibles.

Localizado el autor del expolio
La investigación comenzó en 2020, cuando los agentes localizaron la escultura, íntegra y restaurada, en el museo. Los agentes se fijaron en que la pieza estaba formada por dos bloques de piedra, similares a los que llevaban meses buscando. En concreto buscaban dos bloques que formaban la figura de un toro íbero de IV a. C., de la que existían referencias en un artículo académico de 2004 publicado por un prestigioso arqueólogo, así como en un blog de un vecino de Córdoba.

Los agentes contactaron con estas dos personas, quienes pusieron de manifiesto en su declaración que pudieron ver los dos fragmentos al poco tiempo de su aparición en el campo, hecho que había sucedido cuando una persona llevaba a cabo labores agrícolas al final de la década de los 90. Los investigadores encontraron al presunto autor, un vecino de Córdoba, que fue el responsable del expolio.

20 de julio de 2017

Las investigaciones confirman la localización de la ciudad íbera de Iliturgi en Mengíbar (Jaén)

Los trabajos, dirigidos por los investigadores del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, Juan Pedro Bellón y Carmen Rueda, se han desarrollado durante los meses de junio y julio dentro de la campaña de excavación y microprospección realizada en el proyecto 'Iliturgi Delenda Est', que ha contado con la financiación del Ayuntamiento de Mengíbar y del Instituto de Estudios Giennenses (IEG).
El equipo de investigación ha encontrado evidencias del asedio que sufrió la ciudad ibérica. FOTO: EP
El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén ha documentado un oppidum ibérico de los siglos IV y III antes de Cristo, en el paraje conocido como Cerro de la Muela, en Mengíbar (Jaén), y se corresponden con ciudad íbera de Iliturgi, destruida y abandonada como consecuencia del asedio militar romano en el contexto de la Segunda Guerra Púnica.

Juan Pedro Bellón aseguró en rueda de prensa que los restos del asedio localizados son trascendentales para la investigación de la historia militar romana y vuelven a poner en primer plano las investigaciones arqueológicas realizadas en la provincia de Jaén.

"Si la ciudad romana de Iliturgi se encuentra en Cerro Maquiz, el oppidum íbero estaría en el Cerro de La Muela, donde hemos constatado, por primera vez en la península, los restos de artillería romana, concentrados en el entorno de uno de los accesos a la acrópolis del asentamiento", dijo Bellón.

MÁQUINAS DE GUERRA
El director añadió que tras la toma de Carthagonova (209 a.C.), Escipión no sólo consiguió un importante botín, sino que accedió al arsenal cartaginés de la ciudad. Sólo tres años después, en el 206 a.C. las 'máquinas de guerra' capturadas como botín en Carthagonova fueron utilizadas por el ejército romano en el Cerro de la Muela para asediar y destruir la ciudad ibera de Iliturgi.

Es por ello por lo que el investigador considera que el hallazgo "convierte al sitio en único, desde el punto de visto arqueológico, del conocimiento y patrimonial, creándose una relación entre la puesta en valor del sitio en Mengíbar en un futuro y la aportación al futuro Museo de Arte Ibero, puesto que van a ser piezas únicas que aportarán valor al museo".

UNA CIUDAD NUEVA
Balas de plomo, monedas, puntas de flechas son algunos de los múltiples restos arqueológicos localizados en el entorno de la fortificación y con el que se demuestra el asedio que sufrió esta ciudad que quedó destruida. De hecho, los romanos optaron por Cerro Maquiz, a varios kilómetros, para volver a levantar la Iliturgi romana, lo que explica que debajo de los restos romanos no se encontraran los vestigios de la original ibera.

Para la localización del sitio la fotografía aérea de los años 45 y 46 ha sido "fundamental". "La descripción de Tito Livio sobre la destrucción de Iliturgi nos dice que primero se produjo la toma de la ciudadela y después se bajó al resto de la ciudad, lo que coincide con la topografía del sitio", ha explicado Bellón.

En 1945 la huella es muy evidente, la fortificación de la ciudad estaba conservada. Actualmente ha desaparecido esa huella, pero "estamos convencidos de que si excavamos, la vamos a encontrar". Aproximadamente, la superficie del oppidum tiene entre 12 y 14 hectáreas, lo que da cuenta de su importancia en el Alto Guadalquivir tanto en tamaño como por la posición estratégica que ocupa en el territorio.

En los trabajos han participado además miembros del Departamento de Cartografía, Geodésica y Fotogrametría de la Universidad de Jaén, equipos de la Universidad Complutense de Madrid que se ha encargado de la prospección georradar, así como los laboratorios de Paleoambiente y Arqueometría del propio Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA, que ha realizado los análisis químicos de los elementos encontrados como tachuelas y restos de artillería romana.

SOLICITUD BIC
Con el objetivo de preservar el sitio, el Instituto de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA ultima el expediente para solicitar su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), a instancias del Ayuntamiento de Mengíbar. En la presentación de estos resultados, el alcalde del municipio, Juan Bravo, ha anunciado además la intención del consistorio de adquirir los terrenos, con el objetivo también de facilitar futuras intervenciones arqueológicas, así como la compra de la Casa Palacio de Mengíbar, para habilitar un centro de interpretación.

"UNA INVERSIÓN SIEMPRE RENTABLE"
Por su parte, el Director del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica, Manuel Molinos, ha asegurado que "la inversión en arqueología siempre es rentable", ya que en su opinión "produce conocimiento, es un elemento de identificación cultural de la población con su pasado e historia, pero también tiene una rentabilidad a efectos económicos, porque poniendo en valor los sitios, esa transferencia a la sociedad acaba generando un reingreso de lo invertido en la economía de los municipios".

Por último, Carmen Rísquez, en representación de la Sección de Arqueología del Instituto de Estudios Giennenses, aseguró que "los resultados del proyecto cumplen los objetivos marcados" y ha apuntado la necesidad de incluir en un futuro el sitio en los circuitos ya existentes como el Viaje al Tiempo de los Iberos.

SERIE DOCUMENTAL
Tanto los restos documentados como la particularidad y originalidad de los mismos, únicos en el ámbito del Mediterráneo antiguo, permiten evaluar el inicio de un proyecto de puesta en valor del sitio, dada su privilegiada localización y fácil acceso desde una de las vías de comunicación de la provincia, la A-44. En este sentido, la productora británica October Films se ha interesado por los resultados del proyecto y los ha incluido en una serie documental de ocho capítulos sobre la Historia de Roma.

(Fuente: Ideal / EP)

27 de enero de 2015

El hallazgo de unos huesos pone rostro a la incendiaria toma de Alicante por los romanos

El inesperado hallazgo en el Tossal de Manises de una treintena de fragmentos de huesos humanos quemados ayuda a poner rostro a los antiguos habitantes de la Alicante cartaginesa que, a finales del siglo III antes de Cristo, murieron a manos de las tropas romanas en la toma de la ciudad, violentamente arrasada e incendiada.
Una investigadora observa una de las piezas encontradas. FOTO: EFE.
Aquel episodio bélico enmarcado dentro de la Segunda Guerra Púnica, que los arqueólogos e historiadores datan en el año 209 antes de nuestra Era, puso fin a la civilización cartaginesa en el sureste de la península ibérica.

Al mismo tiempo que fue destruida la ciudad alicantina (yacimiento del Tossal de Manises), cayó la capital de esa civilización a este lado del Mediterráneo, Cartagena y el resto de poblaciones que formaban parte de la retaguardia, con habitantes íberos y llegados del norte de África.

Los restos óseos descubiertos a dos metros de profundidad bajo el posterior Foro romano fueron extraídos en verano por un grupo de arqueólogos dirigido por Antonio Guilabert, Eva Tendero y Manuel Olcina, director técnico del Museo Arqueológico Provincial (MARQ), dependiente de la Diputación de Alicante.

PUBLICACIÓN CIENTÍFICA
El trabajo posterior de la antropóloga de este museo, Consuelo Roca, ha permitido verificar que son huesos humanos de uno o varios individuos de edad adulta que proceden del cráneo, costillas, fémur y otro tipo de huesos largos, un hallazgo que por lo "insólito" será objeto de publicación científica.

En declaraciones a Efe, la antropóloga ha relatado que cada hueso presenta un grado distinto de exposición al fuego, lo que se refleja en una gama de colores marrón-negro-gris-blanco (de menos a más temperatura).


Por su parte, Olcina ha explicado que en esa batalla los romanos debieron valerse de torres de asalto y rampas para lanzar ingenios incendiarios al interior de la ciudad con el fin de "sembrar el terror más absoluto", y las llamas afectaron a las zonas más cercanas a la muralla y menos al centro de la urbe.

ATRAPADOS EN EL DERRUMBE DE SU VIVIENDA
Los restos han sido datados a partir del estrato que ocupaban y se ha constatado que el individuo o individuos murieron posiblemente atrapados al derrumbarse su vivienda durante el asalto de la ciudad y quemados por las llamas.

Esto es así por el patrón de fractura de los restos óseos puesto que, en palabras de la antropóloga, el hueso "fresco" se rompe con el fuego mediante roturas transversales y una deformación de la pieza, lo que en algunos de los fragmentos "se ve clarísimo".

Esta víctima de las legiones romanas de Escipión vivía en la ciudad construida por los cartagineses a 400 metros del antiguo poblado íbero y a 3,5 kilómetros de la Alicante actual.

Para Olcina, la constatación del nivel de incendio y destrucción es "una auténtica novedad" desde el punto de vista científico y sirve para "iluminar" ese episodio que puso punto y final a una civilización.

Tras la destrucción en el 209 a.C., el enclave estuvo deshabitado más de un siglo hasta que, en un periodo de revueltas internas, los romanos decidieron aprovechar la situación elevada para erigir un acuartelamiento militar, y no fue hasta el año 26 antes de Cristo cuando el emperador Augusto, desplazado a Tarragona, otorgó el título de ciudad con el nombre de Lucentum.

(Fuente: ABC / EFE / A. Marín)

15 de mayo de 2012

Descubren la muralla del yacimiento íbero de La Cella (Salou -Tarragona-)

En las excavaciones que se están realizando en el poblado ibérico hallan estancias y viviendas de grandes dimensiones
Imagen del poblado íbero de la Cella.
Los arqueólogos de la Universitat Rovira i Virgili (URV) que, desde marzo, están llevando a cabo nuevas excavaciones en el poblado ibérico de La Cella, en Salou, han descubierto restos de una muralla y de diversas estancias y viviendas. Los muros, que se conservan en buen estado, alcanzan una altura de más de 1,70 metros de altura.

«El poblado tiene una estructura urbanística muy ordenada, con viviendas de grandes dimensiones –de más de cien metros cuadrados de superficie– que van a parar a una supuesta plaza o calle (aún por descubrir). Está muy bien construido, cuando se restaure y se exponga será espectacular », explicó Ramon Ferré, director de la intervención arqueológica.

20 metros de largo
La muralla, que delimitaría el perímetro del área, puede tener unos 20 metros de largo y continúa por los terrenos anexos de la Autoritat Portuària de Tarragona, que todavía no han sido excavados –el alcalde de Salou, Pere Granados, ha solicitado una entrevista con el presidente del Port, Josep Andreu, para tratar este tema–. Para conservar su estructura, sobre todo del viento, se protegerán los muros con mortero de cal y una hilera de piedras, sacadas del mismo yacimiento.

El poblado de La Cella data del siglo III. Es el más importante del periodo de los íberos del Tarragonès. «Por su proximidad al mar, suponemos que tenía un papel comercial destacable y mantenía contactos con otras poblaciones cercanas», agregó Ferré.

Los arqueólogos también han encontrado algunos utensilios, como un botón de pasta de vidrio, la tapa de una olla de cerámica o restos de un molino para moler grano. En una de las estancias se ha hallado una chimenea. «Cuando los habitantes del poblado se marcharon, se llevaron todas sus pertenencias».

Atractivo turístico
El ayuntamiento de Salou quiere integrar este poblado dentro del circuito de visitas del municipio, convirtiéndolo en un atractivo turístico más. «Pretendemos tematizar la zona, convertirla en un museo al aire libre e integrar este espacio dentro del Camí de Ronda», apuntó Granados.

El poblado ibérico de La Cella, ubicado al lado de la zona de la Pedrera, fue descubierto en los años cuarenta por colaboradores del doctor Salvador Vilaseca: N. Alsina, M. Carreras y J. Guinovart. En 1958 Vilaseca hace referencia al hallazgo de cerámica ática, y más adelante se refiere a fragmentos de distinta tipología griega y alguna moneda.

(Fuente: Diari de Tarragona / Javier Díaz Plaza)

6 de junio de 2012

Tras los pasos de los íberos por Murcia y Albacete

La Ruta de los íberos del Sureste potencia la riqueza cultural de la zona, valorando las relaciones existentes entre los pueblos de la antigua Iberia entre los siglos VI y I a.c. 
Con el objetivo de poner en valor la historia de la Región y atraer el turismo cultural se ha puesto en marcha el proyecto Ruta de los Íberos del Sureste, una iniciativa pública (iniciada en 2011 por el Ministerio de Cultura, con la implicación de la Comunidad de la Región de Murcia y la de Castilla-La Mancha) y la inversión privada. 
Figuras íberas encontradas en el Cigarralejo (Mula- Murcia).
Foto: Vicens

Ruta de los Íberos del Sureste pretende suscitar el interés del público mediante recorridos en los que se incluyen paisajes y yacimientos arqueológicos, museos y centros de interpretación. Además, potencia la riqueza cultural de la zona, valorando las relaciones existentes entre los pueblos de la antigua Iberia entre los siglos VI y I a.c.

El director general de Bienes Culturales, Francisco Giménez, presentó ayer esta iniciativa de trabajo en red para la consulta virtual de esta relevante colección ibérica.

El objetivo es «fomentar el interés por el turismo cultural siguiendo los recorridos propuestos en la ruta ibérica de Albacete y Murcia y mostrar el rico patrimonio íbero con el que contamos», indicó Giménez, que estuvo acompañado durante la presentación por la directora del Museo del Cigarralejo de Mula, Virginia Page, y el arqueólogo de la empresa Arqueoweb, Francisco Ramos.

Las visitas culturales se complementan con una guía de realidad aumentada; es decir, una aplicación a través de terminal móvil gratuita que permite conocer los puntos de interés y recibir información de cada uno de ellos, y, finalmente, de una página web accesible al gran público.

A través de LAYAR
El usuario, tras descargar en sus 'smartphones' la aplicación LAYAR, tiene que buscar 'Ruta Íberos' y ésta le dirige directamente al recorrido que le permitirá completar su visita con información sobre novedades e investigaciones de los sitios visitados. También es un lugar de encuentro en el que los investigadores pueden volcar la información que quieran, consultar, trabajar sobre ella y propiciar foros que reviertan en el avance científico del proyecto. Tan fácil, por ejemplo, como enfocar con el 'smartphone' a uno de los museos y directamente les informan de los restaurantes y hoteles de la zona, e incluso puede realizar una ruta turística por los lugares más conocidos del municipio.

Igualmente, tanto en los centros de interpretación como en los museos que forman parte del itinerario, habrá material impreso disponible para el público visitante.
En Ruta de los Íberos del Sureste ha colaborado la Asociación de Amigos del Museo de Albacete, la Consejería de Cultura y Turismo de la Región de Murcia y la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha. También cuenta con la colaboración de los directores y técnicos de cada uno de los museos, en el que destaca el del Cigarralejo, en Mula, uno de los más importantes de arte ibérico en el sudeste peninsular. En la colección arqueológica que procede del yacimiento muleño se exhumaron 547 tumbas de cremación ibéricas y sus ajuares funerarios.