google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Resultados de la búsqueda de Cerro Santuario
Mostrando las entradas para la consulta Cerro Santuario ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Cerro Santuario ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

2 de junio de 2011

Descubren un santuario íbero del s.IV a.C. en un yacimiento de Villajoyosa (Alicante)

Las excavaciones que se llevan a cabo desde 2005 en el yacimiento ibero del Tossal de la Malladeta, en Villajoyosa (Alicante), han permitido localizar un santuario activo hasta el siglo IV A.C. y que estuvo abierto al culto a la Diosa Madre durante cinco siglos.
Desde 2005 se han realizado cinco campañas de excavaciones.
Los trabajos realizados apuntan también a que el santuario se destruyó por completo para construir un complejo de habitaciones que cubría toda la parte alta del cerro que, probablemente, conservó su carácter de lugar sagrado.
La Sección Municipal de Arqueología, Etnografía y Museos del Ayuntamiento de Villajoyosa está preparando la publicación de la memoria científica sobre las excavaciones.
La concejala de Cultura, Loli Such, ha explicado que “la memoria científica, que permite a los arqueólogos entender cómo fue cambiando el yacimiento y en qué momentos, se presentará a la Casa de Velázquez (Escuela Francesa de Arte y Arqueología en Madrid) este verano para su publicación internacional”. 

Según la edil, el manuscrito es el resultado final de un gran "sudoku arqueológico" de miles de piezas halladas en ciento noventa estratos arqueológicos como fragmentos de cerámica y de terracotas de la Diosa Madre, vasos de vidrio y otros objetos entre los siglos IV a. C. y I d. C. que se han ido encontrado a lo largo de las diferentes excavaciones en la Malladeta. 

Las investigaciones, iniciadas tras las primeras excavaciones en la zona en 2005, apuntan a que en la Malladeta hubo, desde el S. IV a. C. un santuario dedicado a la Diosa Madre que, siglos después, se destruyó por completo para construir un complejo de habitaciones que cubría toda la parte alta del cerro, y que probablemente mantuvo su carácter de lugar sagrado.

Más tarde, con el fin de la época íbera,  el complejo se abandonó, pero mantuvo el culto en la cima hasta que, con la concesión del título de ciudad (“municipium”) a Villajoyosa (Allon) en 74 d. C., se trasladó a nuevos templos en el nuevo foro romano.
Entre las piezas encontradas destaca esta cabeza humana.
Este trabajo de análisis y documentación corre a cargo de un equipo científico internacional, en el que participan el Ayuntamiento de Villajoyosa; la Université París X;  la Maison René Ginouvés (un Instituto de Investigación de Arqueología y Etnología del CNRS en París, dirigido por el prof. Rouillard, codirector del “Proyecto Villajoyosa Ibérica”) y el Área de Arqueología de la Universidad de Alicante. El proyecto está patrocinado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia en colaboración con el del Ayuntamiento de La Vila Joiosa.

Paralelamente, se han trasladado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid, un grupo de terracotas de la Diosa Madre, para ser analizadas mediante difracción de rayos X (DRX), con el fin de averiguar su procedencia desde diferentes lugares del Mediterráneo occidental. Estas estatuillas están siendo estudiadas por Jesús Moratalla y por la arqueóloga francesa Frédérique Horn.

 Por otra parte, los miles de fragmentos de cerámica de transporte (ánforas), mesa (platos, copas...), cocina (ollas, cazuelas, morteros...), despensa (tinajas...) o iluminación (lámparas de aceite) están siendo minuciosamente catalogados por Amanda Marcos, responsable de fondos museísticos del Museo de la Vila Joiosa, y Antonio Espinosa, director del museo y codirector del proyecto, con la colaboración de Marie de Jonghe, del equipo científico francés. Es un trabajo que requiere una alta especialización científica, para poder reconocer la procedencia y la fecha correctas de cada pequeño trozo de vasija de hace más de dos mil años.

1 de agosto de 2019

Documentan restos restos de un antiguo templo fenicio en Coria del Río (Sevilla)

Los elementos han sido descubiertos a sólo 20 centímetros del nivel del terreno y forman parte de un santuario urbano construido en el siglo VIII a.C.
La delegada de Cultura del Ayuntamiento, Conchi Renedo junto al arqueólogo Jesús Rodríguez. M. G.
El alcalde de la localidad sevillana de Coria del Río, Modesto González (PA), ha constatado el descubrimiento, la pasada semana, de nuevos restos arqueológicos en el Cerro de San Juan de la localidad durante el transcurso de unas obras que la Delegación de Educación viene realizando en esta zona para abrir una vía de evacuación al Instituto de Educación Secundaria (IES) Caura.

Según ha informado el Consistorio en un comunicado, se trata de un hallazgo "que viene a seguir aportando elementos muy importantes al patrimonio histórico andaluz sobre la antigua Caura (Coria del Río), por tratarse de una de las obras más emblemáticas de su legado arqueológico". El templo fenicio al que se asocia tiene una gran significación cultural y es una pieza casi única en su género, añade.

El altar fenicio fue localizado en 1997 en el Cerro de San Juan de Coria, un santuario urbano construido por primera vez en el siglo VIII a.C., reconstruyéndose cuatro veces más y cuya última fase corresponde al siglo VI a.C.

Los restos arqueológicos que acaban de aparecer pertenecen a la misma época de los ya descubiertos en su día y que se confirmaron como un templo fenicio, "que ha venido incluso a reinterpretar el tesoro del Carambolo".

Las obras, para las que se buscarán otras alternativas, han quedado paralizadas. Los restos han aparecido casi a ras de tierra, a unos 20 centímetros.

"Es un descubrimiento que viene a ratificar la importancia del legado arqueológico de Coria del Río y del que aún queda mucho por explorar en esta zona alta del Cerro de San Juan, un patrimonio cultural que aporta esperanza y grandes expectativas para seguir descubriendo fragmentos de la interesante historia de nuestra localidad y que, al mismo tiempo, es un elemento local importante a poner en valor cuanto antes", ha comentado el edil coriano.

Además, ha añadido González, "tiene también un valor especial, y es que en los alrededores de Sevilla y la ribera del Guadalquivir no existen otros yacimientos sin construcciones sobre los mismos".

"En el caso de Coria del Río, sus habitantes, tras la época romana, se trasladaron a la parte baja del Cerro, quedando la parte superior libre de construcciones, motivo por el cual han venido apareciendo numerosos restos arqueológicos de forma continuada en las últimas décadas", concluye el regidor.

(Fuente: La Vanguardia)

12 de enero de 2015

El "guerrero de Turbil" regresa al yacimiento ibérico de Beire (Navarra)

Se trata de una réplica exacta del original encontrado en 2010 que representa la efigie de un guerrero armado con un disco-coraza protector sobre el pecho. Es la estatua humana de tipología ibérica más grande encontrada en la península, fiel réplica del original mide 3,17 m y pesa 1.270 kilos.
El consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales del Gobierno foral, Juan Luis Sánchez de Muniáin, ha asistido al acto de colocación de la escultura, acompañado por el alcalde de Beire, Sergio Fresán Oroz, la directora general de Cultura, Ana Zabalegui, y representantes del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra.
La Dirección General de Cultura del Gobierno de Navarra ha colocado en el poblado de Turbil, a poco menos de 3 kilómetros de Beire, una réplica exacta de la estela del guerrero de la Edad del Hierro, la más antigua manifestación de escultura de bulto redondo conocida hasta la fecha en Navarra, de más de 2.200 años de antigüedad.

La estatua-estela mide 3,17 m y pesa 1.270 kilos. Los restos recuperados alcanzan los 2,55 metros de longitud y los 870 kilos de peso, pero falta otro trozo, la parte inferior de la estela, que todavía no se ha encontrado.

Representa la efigie de un guerrero armado con un disco-coraza protector sobre el pecho, que porta suspendido de los hombros mediante dos correas. Sus rasgos faciales se hallaron muy alterados, si bien se reconoce el cuello, el pelo, los ojos y las orejas. El cuerpo es un bloque sin detalles anatómicos. Se ha calificado como estela de tipo ibérico, ya que resulta similar a otras descubiertas en el levante peninsular, propias de la cultura ibera.

La pieza es una reproducción fidedigna del original en dimensiones, iconografía, labra de la piedra y materia prima (arenisca local), que ha sido realizada por Cantería Jaurrieta, de Olite. La original permanece en la actualidad en los Fondos de Arqueología del Gobierno de Navarra, ha informado el Ejecutivo en una nota.

PARTIDA EN DOS DE MANERA INTENCIONADA
Este excepcional hallazgo apareció partido en dos. La parte de la cabeza fue descubierta en las inmediaciones del castro de Turbil, en 2010, por el vecino de Olite, Julián Algarra. Posteriormente, el arqueólogo especialista en castros de la Edad del Hierro, Javier Armendáriz, encontró la parte inferior de la estatua a siete metros del lugar en el que fue hallada la cabeza.


Los entendidos afirman que el hecho de que la gran estatua-estela estuviera partida no se debe al paso del tiempo o a la acción de agentes atmosféricos, sino a una destrucción intencionada, obra probablemente de atacantes del poblado, posiblemente realizada por los romanos a principios del siglo II a. C. con la primera romanización de la zona.

LA ESTATUA HUMANA IBÉRICA MÁS GRANDE DE LA PENÍNSULA
Según confirmó Armendáriz en un artículo publicado en la revista Trabajos de Arqueología de Navarra (nº 24, 2012), también puede considerarse la estatua humana de tipología ibérica más grande de la Península, dado que la pieza completa llegaría a los tres metros de longitud. Según sostiene el arqueólogo, no se ha encontrado nada parecido al norte del Ebro.

Esta estatua-estela de Turbil es una clara manifestación de que la influencia del mundo ibérico alcanzó a la mitad sur de Navarra, confirmada por el hallazgo de muestras de cerámica celtibérica en el castro.

SÍMBOLO PROTECTOR EN UN SANTUARIO
Esta singular pieza fue colocada fuera del castro de Turbil, en un lugar bien visible. Su función original permanece en el terreno de la hipótesis, pero es probable que se tratara de un símbolo protector e identificativo de la comunidad que la erigió.

También se cree que el lugar donde se encontró pudo ser un lugar sagrado, un santuario o un lugar de reunión importante para los habitantes del castro de Turbil, ya que muy cerca pueden verse varios túmulos de piedra que pudieron estar relacionados con el santuario. Además, 18 metros al este del lugar donde apareció la estela hay una exedra, de planta circular, con asientos y respaldos fijos en la parte interior de la curva, excavada artificialmente de 30 metros de diámetro y entre 3 y 5 metros de profundidad. Está orientada hacia el este, hacia la salida del sol, formando una especie de anfiteatro que cuelga sobre el borde del cerro, lo que vendría a confirmar la tesis del santuario.

24 de junio de 2014

Descubren un importante yacimiento de la Edad del Hierro en Garcinarro (Cuenca)

El yacimiento, conocido como"La Cava", está ubicado en lo alto de un cerro, en una zona crucial para el control visual. Se trata de un edificio monumental que sirvió de santuario de ofrendas y acumulación de alimentos durante diferentes épocas, desde el 500 a.C. hasta la época visigoda.
El yacimiento estaba completamente cubierto de tierra, por lo que la excavación ha sido integral.
(Foto: LA TRIBUNA DE CUENCA)
Diferentes expertos han participado en el descubrimiento de este nuevo yacimiento en lo alto de un cerro en Garcinarro (en la Sierra de Altomira) que pone de nuevo a Cuenca en el primer plano de las excavaciones arqueológicas. El carbono 14 ha revelado que el yacimiento tiene sus orígenes en los alrededores del año 500 antes de Cristo. 

Miguel Ángel Valero, arqueólogo responsable de la excavación, confirmó que el hallazgo «es tremendamente relevante por el estado de conservación de las estructuras y por el propio retallado de la roca. No tenemos nada parecido en zonas anejas». El paralelo más cercano está en la localidad soriana de Tiermes, indicó Valero. 

El también comisario del yacimiento romano de la villa de Noheda asegura que desde el punto de vista científico se podría equiparar «al mosaico de Astarté en Iniesta, de cronología ibérica y un unicum, como Noheda».

Los trabajos se han realizado entre diciembre de 2013 y mayo de 2014, gracias a la financiación del Grupo de Acción Local Ceder La Alcarria y el Ayuntamiento de Valle de Altomira. La Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha supervisado el proyecto de investigación arqueológica y la puesta en valor del yacimiento tradicionalmente conocido como ‘La Cava’. El yacimiento estaba completamente cubierto de tierra por lo que la excavación ha sido totalmente integral.

YACIMIENTO MULTIFÁSICO MONUMENTAL
Se trata de un yacimiento multifásico que está ubicado en una zona crucial para el control visual y de vías de comunicación. Está localizado en lo alto de un cerro cuyo frente occidental resulta casi inaccesible. En un primer momento se documentó una ocupación de la Edad de Hierro, momento en el que se inició una excavación en la roca natural que descubrió tres estancias de morfología cuadrangular y amplias dimensiones, e intercomunicadas entre sí mediante un pasillo retallado en el farallón rocoso.

«Lo novedoso y espectacular es la monumentalidad del yacimiento», dice Valero, quien explica que hace 2.400 años las gente excavó este edificio singular. «Un santuario con varios elementos de ofrenda y acumulación de alimentos», dice el arqueólogo. La estancia está conservada en óptimas condiciones, gracias a la techumbre del edificio, probablemente de madera, que se cayó sobre el 350 a.C.

ÉPOCA VISIGODA 
Valero revela que un siglo más tarde, cerca del año 600 de nuestra Era y en época visigoda, fue utilizado «como eremitorio. Un lugar de recogimiento de los eremitas, vinculados al monasterio servitano de Cañaveruelas que está muy cerca».

El equipo de excavación ha encontrado numerosos objetos de diversas épocas. Valero explica que hay objetos que no están enteros, «se han abandonado y lo que quedan son fragmentos. Hay fíbulas, elementos de adorno de época ibérica, muchísima cerámica y elementos de época visigoda», asegura el arqueólogo, que apunta que se continuará con un proyecto de investigación». 

El arqueólogo afirma que el nuevo yacimiento encontrado en la provincia puede ser otro importante reclamo turístico. De hecho se está elaborando la panelería y desarrollando un itinerario interior para que se pueda visitar. «Aquella zona tiene un entorno bastante sorprendente», dice, y explica que se prepara una recreación en 3D y un vídeo interactivo. El descubrimiento tiene tal relevancia que la Junta de Comunidades incluirá el próximo año, dentro de los programas de investigación, una partida para seguir investigando el enclave.

(Fuente: La Tribuna de Cuenca / Jonatan López)

2 de octubre de 2012

Un estudio relaciona el tesoro del Carambolo con sacrificios rituales fenicios

Las placas y frontiles de oro de 24 kilates pertenecerían a un "ajuar litúrgico utilizado para la procesión presacrifical de un toro y una vaca" a los dioses fenicios Baal y Astarté.
Tesoro del Carambolo, descubierto en Camas (Sevilla) en 1958.
Un reciente estudio elaborador por los prestigiosos arqueólogos Fernando Amores y José Luis Escacena defiende la hipótesis de que el famoso tesoro del Carambolo, descubierto en 1958 en Camas y formado por 21 piezas de oro de 24 kilates, fue un ajuar que engalanaba a un sacerdote y a dos bóvidos destinados a ser inmolados en honor de los antiguos dioses fenicios Baal y Astarté.

El tesoro del Carambolo, como es sabido, fue descubierto en 1958 en el cerro homónimo de Camas, en el marco del hallazgo de los vestigios arquitectónicos de un antiguo santuario que los expertos atribuyen a una población de influencia fenicia. La localización de una figura atribuida a la diosa fenicia Astarté, en ese sentido, sostiene la tesis tradicional de que el santuario estaba dedicado expresamente a esta divinidad, toda vez que la antigüedad de las 21 piezas de oro labradas al estilo oriental que conforman el tesoro del Carambolo se remontaría a los siglos VII y VIII antes de Cristo.

EL MOTIVO DEL TESORO
Pues bien, los arqueólogos sevillanos Fernando Amores y José Luis Escacena han elaborado un nuevo estudio, titulado 'Revestidos como Dios manda. El tesoro del Carambolo como ajuar de consagración', al objeto de profundizar en el papel que este fabuloso ajuar jugaba en el mencionado santuario de influencia fenicia. El objeto del estudio no es otro que esclarecer "quienes y para qué" poseían y utilizaban este ajuar áureo, según expone los arqueólogos Amores y José Luis Escacena en este documento publicado en la revista de prehistoria y arqueología de la Universidad de Sevilla y recogido por Europa Press.

Este estudio rememora que Juan de Mata Carriazo, el primer arqueólogo en investigar el yacimiento del Carambolo y el propio tesoro, sostuvo en su momento que "las joyas pertenecerían al ajuar de un monarca tartésico", aunque Amores y Escacena avisan de que la asunción de esta hipótesis obliga a pensar en un "Argantonio gigantesco" en el que encajasen las diferentes piezas del ajuar, en referencia al mítico monarca tartésico citado en los antiguos textos históricos. En ese sentido, Amores y Escacena recuperan una idea ya defendida por ellos mismos unos diez años atrás y sostienen que el tesoro del Carambolo no es otra cosa que "un ajuar litúrgico destinado por la comunidad fenicia a los sacrificios llevados a cabo en honor de sus principales dioses". "El conjunto incluiría el atuendo sacerdotal, más los atalajes de sendos bóvidos ofrecidos a Baal y a su compañera Astarté", señala el informe.

"AJUAR LITÚRGICO"
De tal manera, estos dos arqueólogos exponen que "el lote de joyas supone el ajuar litúrgico utilizado para la procesión presacrifical de un toro y una vaca inmolados, respectivamente, para Baal y Astarté". Para defender esta idea, que recupera y "matiza" la propuesta ya esgrimida por ambos en 2003, Amores y Escacena argumentan toda una serie de textos históricos que prueban que "durante la Antigüedad, la dedicación de primicias a los dioses que consistían en sacrificios de animales iban normalmente precedidas de la correspondiente procesión", toda vez que "las costumbres religiosas (...) requerían la vestimenta adecuada para la ocasión. De ahí que los animales se engalanaran convenientemente antes de ser presentados a la divinidad".

Amores y Escacena abundan en esta tesis con el argumento de que "para la época tartésica, algunos toros representados sobre vasijas llevan esta prenda u otra parecida que cuelga de la espalda del animal", en referencia a una banda ancha o cincha posada sobre el lomo del animal y que cae por sus flancos. Como ejemplo, citan los arqueólogos "una escena de decoración vascular" procedente de un yacimiento de Marchena, porque esta escena muestra "un bóvido pintado al estilo de las cerámicas orientalizantes del ámbito tartésico" y el animal en cuestión "aparece recorrido verticalmente por una especie de paño de bordes festoneados".

EL PAPEL DE LAS PLACAS
Además, citan un texto del poeta Prudencio que describe un toro engalanado para una ceremonia con "los flancos cubiertos entre guirnaldas entretejidas y los cuernos envainados", pues tal testimonio probaría "el posible papel de las placas rectangulares" del tesoro, que descansarían sobre "bandas" colocadas a su vez sobre la piel del animal. Las piezas que Juan de Mata Carriazo identificaba como 'pectorales' del ajuar de un jerarca o gran sacerdote, de otro lado, corresponderían a frontiles que adornarían la "testuz" de los bóvidos, con lo que la hipótesis de Amores y Escacena sostiene que "el sacerdote" del ritual "luce el collar y los brazaletes" del tesoro en sus bíceps "mientras que la vaca aparece engalanada con el juego de frontil y placas que dispone de rosetas y el toro con el que carece de ellas.

"El ajuar que engalanaba a la hembra sería el que muestra de forma insistente la roseta, representación gráfica de la hierofanía de la diosa madre e icono de Astarté (...) y, por exclusión, el otro lote revestiría al macho consagrado a Baal, lo que encajaría con este dios si las medias esferas constituyesen alusiones solares". "Rosetas y semiesferas están presentes, en fin, en los brazaletes, prenda reservada al clero encargado de llevar a cabo el sacrificio", resumen Amores y Escacena en este documento. Finalmente, los arqueólogos mencionan la oposición de la profesora de la Universidad de Sevilla María Luisa de la Bandera a la idea de que el tesoro fuese usado para adornar bóvidos bajo la premisa de que "el oro era un metal de uso exclusivo para los dioses".

Y es que, "al recibir el ajuar litúrgico sobre sus cuerpos, el dogma de la época sostendría que los animales experimentaban una transustanciación de su condición carnal, proceso por el que se convertían en la propia divinidad", defienden finalmente Fernando Amores y José Luis Escacena
.
(Fuente: Europa Press / La Vanguardia)

23 de enero de 2024

Expertos definen el plan para recuperar el yacimiento de El Carambolo

Arqueólogos y arquitectos definen desde ayer el plan para recuperar el yacimiento de El Carambolo en el Palacio de Altamira, sede de la Consejería de Turismo y Cultura. Varias conferencias y encuentros están analizando las posibilidades de este enclave cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando en el mismo los restos de un antiguo santuario fenicio.
Estado actual del yacimiento de El Carambolo. FOTO: EP

Arqueólogos y arquitectos definen el plan para recuperar el yacimiento de El Carambolo desde este lunes en el Palacio de Altamira, sede de la Consejería de Turismo y Cultura. Varias conferencias y encuentros están analizando las posibilidades de este enclave cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando en el mismo los restos de un antiguo santuario fenicio.

Una vez culminado el expediente de cesión gratuita de la propiedad de los terrenos por parte del empresario Gabriel Rojas otorgando a la comunidad autónoma la titularidad del enclave, estas jornadas abordaron ayer las propuestas de futuro para la zona arqueológica, con las intervenciones de Araceli Rodríguez y Álvaro Fernández, arqueólogos autores de las últimas intervenciones en el yacimiento; o Francisco J. García, catedrático de Arqueología y director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.

También, han participado Eduardo Ferrer, catedrático de Arqueología del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la US; Fernando Amores, profesor titular del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Hispalense; José Luis Escacena, catedrático de Prehistoria del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la US, y Eduardo Mosquera, catedrático del Departamento de Historia de la Arquitectura y coordinador del MARPH.

Las propuestas de conservación se abordaron en otra sesión y contaron con la participación de José Manuel Rodríguez, inspector de la actividad arqueológica; Francisco J. Reina, arquitecto y profesor colaborador de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla; Francisco Borja, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Huelva; y Jesús Serrano, restaurador de la empresa Gares S.L.

El debate sobre el futuro del Carambolo continuará hoy martes con la participación de representantes de la Asociación de Vecinos 'El Carambolo', de la delegación territorial de Turismo, Cultura y Deporte, del Servicio de Protección del Patrimonio Histórico de la Consejería, del Ayuntamiento de Camas y del Servicio de Conjuntos Arqueológicos y Monumentales de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Conclusiones
De las conclusiones de estas jornadas, tal y como ha explicado el director general de Museos y Conjuntos Culturales, Fernando Panea, se extraerá la el plan a seguir por la Junta de Andalucía para la recuperación de este sitio arqueológico y sus posibilidades de apertura al público.

«Pretendemos convertir este yacimiento, uno de los más importantes de la Península Ibérica, en un ejemplo y un paradigma de referencia nacional e internacional sobre la puesta en valor y su reversión en la sociedad», ha manifestado Panea.

En 1958, se halló el famoso tesoro homónimo y se trata de un enclave cedido por el grupo promotor Gabriel Rojas a la Junta de Andalucía y cuya recuperación constituye una reivindicación histórica de la localidad y del mundo de la cultura.

Fue hasta abril de 2016, y a petición del Ayuntamiento de Camas, cuando la Junta de Andalucía declaró finalmente como bien de interés cultural (BIC) una zona de 29.450 metros cuadrados del cerro de El Carambolo que incluye el yacimiento en cuestión, bajo la premisa de que se trata de un enclave «fundamental para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica», según el decreto aprobado entonces. En marzo de 2022, el Gobierno andaluz firmaba un protocolo con el Grupo Gabriel Rojas, propietario de la cima del cerro de El Carambolo, para la «cesión gratuita» de los terrenos a la Administración andaluza.
(Fuente: ABC)

22 de noviembre de 2011

En peligro las pinturas del Santuario Prehistórico de Librán (León)

Considerado como un estilo figurativo en el que sólo se representan los rasgos básicos y característicos de cada figura, el llamado Arte Esquemático se extendió por toda la Península Ibérica en un amplio período que abarca desde el comienzo de la metalurgia hasta iniciada la Edad del Hierro, es decir, entre seis mil y dos mil quinientos años antes de nuestros días.

Aunque las manifestaciones de este arte, en su mayoría pinturas efectuadas en abrigos rocosos, son más frecuentes en el Sur y Levante y, con carácter específico, en los petroglifos galaico-portugueses, la provincia de León no ha quedado al margen de tan importante manifestación prehistórica, contando con algunos conjuntos situados en los municipios de Vega de Espinareda (yacimiento de Peña Piñera, en la localidad de Sésamo), Toreno (El Buracón de los Mouros, en Librán, y La Cueva, en San Pedro Mallo) y Castrocontrigo (Peña del Pozo Rocebros y Cerro de Llamaluenga, ambas en Morla de la Valdería), todos ellos declarados Bien de Interés Cultural por la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 y, por lo tanto, teóricamente sometidos a la protección establecida en la misma ley.
Figura humana ante el sol. Foto: Gustavo López
A fecha actual, las pinturas de Sésamo cuentan con un estudio monográfico, realizado y publicado en 1985 por los profesores José Avelino Gutiérrez y José Luis Avello, ambos de la Universidad de León en aquellas fechas. También las de Librán fueron inventariadas en 2004 por el arqueólogo Felipe San Román, aunque de ellas no se ha efectuado ningún estudio técnico. Este segundo yacimiento ha sido objeto de polémica en los últimos dos años por causa de un supuesto expolio de algunas de sus figuras, lo cual desmintió la Junta de Castilla y León mediante un comunicado en el que aseguraba que las pinturas permanecían inalteradas respecto a la documentación existente en la Consejería de Cultura desde 1990. A pesar de ello, los vecinos de Librán siguen convencidos de que alguien se ha llevado la pintura de un soliforme, lo cual es erróneo como demuestran las fotos de este artículo.
No es fácil visitar el Buracón de los Mouros, yacimiento principal de la pequeña localidad de Librán, pues a un precioso recorrido –en nada señalizado-, ascendiendo a través de un bonito bosque de robles y pinares, le sigue un empinado descenso por un afloramiento rocoso que, aun contando con asideros recientemente instalados, no resulta apto para cualquier persona. El abrigo consiste en una oquedad natural en la roca y está orientado hacia el sureste, asomado al impresionante farallón cuarcítico que cae por la margen derecha del desfiladero de Bustillo, excavado por el río Primout aguas arriba de Librán.
Tonalidades rojizas y azuladas
La reciente protección con malla de acero instalada en la boca del covacho no impide la observación de las pinturas, en gran parte situadas cerca del exterior. Parecen estar realizadas con óxidos de hierro y manganeso y poseen tonalidades rojizas y azuladas, a veces muy desleídas por los agentes atmosféricos, distribuyéndose en varios grupos con un total de 31 figuras visibles, casi con seguridad ejecutadas en etapas cronológicamente distanciadas.
Las figuras humanas o antropomorfos generalmente tienen su cuerpo representado mediante un trazo grueso, con una pequeña prolongación en la parte superior a modo de cabeza y, en el caso de los de sexo masculino, el trazo se alarga por la parte inferior, a veces de forma muy notable (ictiformes), simulando el pene. Dos trazos adicionales, arqueados y con forma de asa o golondrina, cruzan al central y dan lugar a piernas y brazos. Este tipo de humanos es el más frecuente en el Arte Esquemático, datándose a lo largo de toda la Edad del Bronce.
A la izquierda de la cueva, cerca del exterior, se halla uno de los conjuntos más interesantes. Está representado sobre un panel de roca cuarcítica resquebrajada y demolida en su zona central por la acción de la intemperie. En su lado izquierdo se observa una escena de caza o de pastoreo en la que dos hombres marchan junto a dos cuadrúpedos grandes y dos pequeños, probablemente perros, aunque uno de ellos, por su cola larga y gruesa, parece un zorro. En color azul, bastante descolorido, se observa la figura de otro animal como los anteriores, pero éste marcha en sentido contrario y parece volverse hacia el frente, dando sensación de perspectiva. Los trazos azules se hallan en algunas zonas bajo los rojizos, seguramente por haber sido pintados en una etapa anterior. Sin embargo, la complejidad de obtener pigmentos azules hace que su presencia sea rarísima en las pinturas prehistóricas europeas, existiendo opiniones que ven en dicha dificultad la razón de que algunas culturas antiguas considerasen el azul como un símbolo del mal, al contrario del sentido que hoy se le da. Por ello es posible que, en su origen, el azul de Librán fuese un negro pintado con pirolusita o bióxido de manganeso, también existente en El Bierzo, que derivó hacia el azul por decoloración y posible transformación físico-química posterior. Ejemplos similares hay en los abrigos de Arroba de los Montes (Ciudad Real) y Cueva del Plato, en Ontiñar (Jaén), entre otros.
En el lado derecho del panel se observan otros cuatro antropomorfos masculinos y, en su entorno, restos de pintura azul junto con una figura humana, tal vez femenina, de las llamadas en «phi» griega (un círculo atravesado por un trazo vertical), ampliamente extendida por toda la Península y cuya antigüedad podría remontar a un momento avanzado de la Edad de Bronce.
Debajo y a la derecha de la «phi», existen otras cuatro figuras de las llamadas «ramiformes», también de un color rojizo bastante desvaído, dotadas con dos, tres y hasta cinco pares de extremidades de trazo más fino que las demás representaciones y, casi seguro, de etapa distinta. Normalmente se las considera esquemas de árboles, astas de ciervo o figuras humanas, según sea la temática de la escena, existiendo diferentes opiniones sobre el porqué de la multiplicidad de brazos, interpretados a veces como representación de un grupo de personas, aunque, según mi opinión, en este caso simboliza más bien a un ser de múltiples poderes y gran capacidad de acción, como ocurre en ciertas iconografías hinduistas y budistas (Brahma, Visnú, etc.). De hecho, dos de los ramiformes de Librán (uno de tres pares de extremidades y otro de cinco, aunque asimétrico y con brazos a un solo lado) se adornan con tocados de dos plumas, cosa repetida en más de veinte yacimientos esquemáticos de toda España (Sierra de la Virgen del Castillo, en Ciudad Real; Posada de los Buitres en Badajoz; Castillo de Monfragüe, en Cáceres, etc.). De forma unánime, estos adornos han sido interpretados como un símbolo de prestigio personal en una sociedad jerarquizada. Aunque las representaciones ramiformes son propias de toda la Edad del Bronce, adornos como los citados, máxime al tener en cuenta la existencia de una figura con un tocado de tres plumas o máscara con cuernos en el cercano panel que mira a San Pedro Mallo, se han datado en un Bronce avanzado o incluso final, hacia el año 1.000 antes de Cristo (Sierra Magacela y Peñón del Pez, en Badajoz; Risco de los Altares y Covacho del Pallón, en Salamanca, etc.)
Un santuario rupestre
Otras figuras aisladas y signos de distinta índole aparecen en diferentes lugares de la cueva. En la pared del fondo, sobre un saliente de roca resquebrajada, se halla una escena de significado religioso que quizás fuese el motivo principal de todo este abrigo esquemático, al menos en una de sus etapas. Se trata de un sol representado mediante una circunferencia con dieciocho radios, uno de ellos bifurcado en dos, y un antropomorfo masculino, similar a los descritos al principio, que parece mirar hacia el astro. Es probable que la escena original se completase con una mujer al lado del hombre, desapareciendo ésta al romperse la roca. Grave, aunque no por rotura de la roca, es el estado de la figura solar, que comparada con fotografías de 1990 se aprecia mucho más difuminada y deteriorada. El hombre casi ha destruido en veinte años lo que la naturaleza preservó durante más de tres mil.
Pinturas con soliformes son frecuentes en el Arte Esquemático y cronológicamente alcanzan a toda la Edad del Bronce. Menos frecuentes, sin embargo, son aquellas que incorporan humanos ante el astro solar: Canforos de Peñarrubia y Prado del Azogue, en Jaén; Parque de Monfragüe, en Cáceres; Solapo del Águila, en Segovia; La Rambla de Gérgal, en Almería, donde se hallan representados varios antropomorfos en actitud de adoración a un soliforme, etc. Este simbolismo desplaza al plano inmaterial y religioso los ideogramas de la actividad diaria expresados en el resto de las figuras del covacho, lo cual podría considerarse como una manifestación de culto al Sol, dios de la luz y de la vida, fecundador de la Madre Tierra, en cuyo seno, al fondo de la cueva, se ha representado. Se puede concluir diciendo que El Buracón de los Mouros, difícilmente accesible y con perfecta orientación para el seguimiento de la trayectoria solar, seguramente fue un santuario rupestre restringido a personajes iniciados.
Las pinturas de Librán, junto con las de San Pedro Mallo y, por proximidad y similitud conceptual, las de Sésamo (Vega de Espinareda) revisten una importancia no suficientemente valorada que bien merece mayor atención por las instituciones responsables –léase Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León-, tales como vigilancia, señalización, accesos adecuados y construcción de un centro de interpretación del arte rupestre berciano –los extremeños son un ejemplo- para promover y orientar un turismo cultural cada vez más numeroso.
(Fuente: Diario de León / Gustavo López)

21 de mayo de 2013

Astrofísicos y arqueólogos confirman que seis santuarios fenicios del sur peninsular rindieron culto a la diosa Astarté

Astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias y arqueólogos de la Universidad de Sevilla han constatado que seis santuarios protohistóricos del sur de la Península presentan una misma orientación -hacia un acimut de 55 grados- lo que parece coincidir con la puesta de Venus y supone un posible indicio del culto a la diosa fenicia Astarté. 
Representación de la diosa fenicia Astarté
encontrada en el yacimiento de El Carambolo (Sevilla).
El estudio "Arqueología del cielo. Orientaciones astronómicas en edificios protohistóricos del sur de la Península Ibérica" ha sido realizado por el astrónomo César Esteban y el catedrático de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla José Luis Escacena, que han analizado seis santuarios.

  • El estudio se refiere en concreto a los yacimientos sevillanos de Coria del Río, El Carambolo, Satillo, Mesa de Setefilla , Tejada la Vieja (Huelva) y El Oral (Alicante). Es la primera investigación de este tipo que se realiza sobre edificios de la edad del Hierro Antiguo en este área geográfica.
El estudio se basa en la medida precisa de las orientaciones definidas por los edificios y el análisis del horizonte que les rodea, y que revela claros vínculos astronómicos, pues tampoco puede descartarse su posible relación con la salida y puesta del sol en los solsticios, lo que sugeriría además el culto al dios fenicio Baal, pareja masculina de Astarté.

César Esteban explica en una entrevista que los santuarios estudiados proceden de la época tartésica, que se extiende aproximadamente desde el mil hasta el 500 antes de Cristo, cuando se extendió en la mitad sur de la Península una cultura basada en los contactos entre la población autóctona de la zona y colonizadores fenicios.

Enclaves tartésicos de origen fenicio

Los fenicios fundaron Cádiz, la ciudad más antigua de Europa occidental, y otras colonias en el litoral atlántico y mediterráneo peninsular, aunque José Luis Escacena y otros arqueólogos piensan que también llegaron a establecerse en el interior y que incluso Sevilla y otros enclaves tartésicos pudieron realmente tener un origen fenicio.

Algunos yacimientos son muy conocidos, como el del Carambolo, situado en un cerro cerca del Guadalquivir, además del de Coria del Río y el Saltillo en Carmona, edificados entre el siglo IX y el VI antes de Cristo.

Para sorpresa de los investigadores, al estudiar los santuarios se encontraron con que estos tres compartían exactamente la misma orientación: hacia un acimut de 55 grados, y teniendo también en común dos de ellos altares con forma de piel de toro.

Para el arqueólogo José Luis Escacena, este altar podría estar relacionado con el culto al dios fenicio Baal, al que a veces se representa como un toro.

Posteriormente César Esteban midió la orientación de otro santuario al sur de Alicante, El Oral, que es de época ibérica -siglo V antes de Cristo- y que además de contar con un altar similar, también presenta la misma orientación de 55 grados.

Coincidencias

Estas coincidencias despertaron el interés de los investigadores por averiguar si había algún fenómeno astronómico relacionado con esta orientación, pues el que estos cuatro santuarios coincidan en esta cuestión sugiere que este hecho pudo ser un elemento esencial en el diseño y construcción de los templos.

Posteriormente los investigadores se percataron que el acimut de 55 grados podría coincidir, hacia el oeste, con la puesta de Venus en su posición más al sur, en coincidencia con los puntos extremos que alcanza este planeta en su ciclo de ocho años.

El astrónomo recuerda que los dioses principales del panteón fenicio son Baal y Astarté, y que mientras el primero es un dios masculino eminentemente solar, esta última es una deidad femenina identificada con Venus.

De hecho, según relatan los historiadores griegos y romanos de la antigüedad, en la costa sur de España había templos dedicados a una diosa relacionable con Astarté y con el citado planeta.

"En este contexto, merece recordarse que en el cerro de El Carambolo se encontró precisamente una estatua sedente dedicada a esta divinidad", explica César Esteban.

Los investigadores quieren proseguir el estudio de las orientaciones en otros yacimientos similares porque, precisa el astrónomo, la orientación astronómica, cuando presenta regularidades estadísticamente significativas, deja de ser algo subjetivo y es un hecho constatable que ayudan a conocer cómo las antiguas sociedades organizaban sus espacios sagrados, su calendario y festividades.

(Fuente: El DÍa / EFE / Ana Santana)

24 de abril de 2015

Los arqueólogos se preparan para excavar el oppidum ibero-romano de Iliturgi, en Mengíbar (Jaén)

En los próximos dias se firmará el Convenio entre la Universidad de Jaén y el Ayuntamiento de Mengíbar que permitirá el inicio de una campaña de sondeos arqueológicos en el oppidum ibero-romano de Iliturgi en el paraje conocido como Cerro de Maquiz de esta localidad gienense.
Grupo de visitantes en el foro romano de Iliturgi, excavado en los años 80 del S. XX por el Instituto Arqueológico Alemán.
Según nos han confirmado la propia concejal de Cultura del Ayuntamiento de Mengíbar, Paqui Gálvez, y el director del proyecto de excavación, el arqueólogo Juan Pedro Bellon, la firma de este Convenio será el paso definitivo que permita de nuevo la entrada de un equipo de excavación profesional en la ciudad ibero-romana de Iliturgi, cuando se cumplen más de 30 años desde las últimas excavaciones llevadas a cabo por el Instituto Arqueologico Alemán de Madrid.

PROYECTO APROBADO
"El proyecto ya está aprobado, la financiación conseguida y los tres técnicos que se desplazarán hasta Iliturgi ya están contratados". "Sólo falta la firma del Convenio con el Ayuntamiento que se ha retrasado por las recientes elecciones al Rectorado de la Universidad de Jaén", nos confirma Juan Pedro Bellón, arqueólogo del Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y autor del proyecto de Investigación Arqueológica de Excelencia titulado "Iliturgi: Conflicto, Culto y Territorio (s. III a.C.- I d.C.)" que ya fue aprobado el año pasado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía
  • El proyecto está dotado con 90.000 €, tendrá una duración de tres años y también contempla una ayuda del Ayuntamiento de Mengíbar de 6.000€ anuales durante el desarrollo del mismo.
Según Juan Pedro Bellón, el proyecto que se ejecutará en Iliturgi empleará la misma metodología empleada durante los ultimos años en el entorno de la batalla de Baécula, en Santo Tomé (Jaén), aunque acompañado de algunas excavaciones "muy puntuales" para la obtención de resultados. "Hay que tener en cuenta que Iliturgi desempeñó un papel muy importante en el transcurso de la II Guerra Púnica, entre cartagineses y romanos, en la Península Ibérica", puntualiza Bellón.
Juan Pedro Bellón en el oppidum ibero romano de Iliturgi.

Como indica el propio título del proyecto, éste se asienta sobre tres pilares fundamentales que son el "Conflicto, el Culto y el Territorio de Iliturgi", aunque las acciones no necesariamente seguirán ese orden" nos apunta el director del proyecto.

TERRITORIO
En un primer momento -nos cuenta Bellón- vamos a tratar de delimitar con la mayor exactitud posible los limites territoriales de la ciudad de Iliturgi, así como sus áreas de influencia. Conviene recordar que durante la Época Ibérica (S. VII a III a.C.) aquí en Cerro Maquiz se desarrolló un oppidum ibérico de gran importancia gobernado por un príncipe local que sería enterrado con un carro (Bronces de Maquiz).

Después de su completa destrucción por los romanos en el 206 s.C., y debido a su gran importancia como emplazamiento estratégico, los romanos decidieron construir una nueva ciudad en el S. II a.C. (en época de Sempronio Graco) que sería conocida como Iliturgi Forum Iulium, que estableció un mercado muy importante con toda la comarca y llegó incluso a acuñar moneda.
Vista parcial de las termas romanas de Iliturgi.
CONFLICTO
El proyecto también tratará de obtener datos suficientes que desvelen la implicación de este oppidum ibérico en el transcurso de la Segunda Guerra Púnica en el Alto Guadalquivir". 

De esta manera, los arqueólogos esperan encontrar indicios del asentamiento de los campamentos, cartagineses y romanos,  que asediaron la ciudad entre los años 214 y 206 a.C. y es que durante la Segunda Guerra Púnica, Iliturgi se puso en un primer momento del lado de los romanos, y fue asediada por los cartagineses de Aníbal Barca.

Cuando los dos Escipiones (Publio y Cornelio) fueron derrotados, Iliturgi y Cástulo se pusieron del lado de los cartagineses. Además, de acuerdo con las fuentes romanas (Tito Livio XXVIII, 19), se dice que los ciudadanos de Illiturgis habían ejecutado a los romanos que habían huido a la ciudad en busca de refugio durante la guerra, de manera que Publio Escipión "el Africano", hijo y sobrino de los anteriores, tomó por asalto la ciudad en el año 206 a.C. e hizo ejecutar a todos sus habitantes y quemar sus cadáveres. 

CULTO
Por otra parte, el proyecto también tratará de sacar a la luz algunos de los elementos de culto ibérico como el santuario y algunos de los templos que ya fueran descubiertos en el foro de la ciudad romana en los años 80 del S. XX por los arqueólogos del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid. Actualmente se conocen varias necrópolis en los alrededores de Iliturgi, que se corresponden a los periodos íbero, romano y visigodo, que en los últimos años han sido objeto de expolio sistemático.

DECLARACIÓN BIC
Hace ya casi dos años que el Ayuntamiento de Mengíbar presentó a la Junta de Andalucía toda la documentación para que se iniciase el proceso de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para este yacimiento, que ha tenido una presencia humana continuada desde la Edad del Cobre (hace unos 4.500 años) hasta el S. XIII.   Según la concejal de Cultura, Paqui Gálvez, con la obtención de esta declaración el Ayuntamiento iniciará los trámites necesarios para la expropiación de los terrenos y la puesta en valor de este importante yacimiento como aliciente turístico para la localidad.

23 de abril de 2011

Sale a la luz una ermita paleocristiana en Caleruega (Burgos)

Si en el año 2000 Caleruega ya dio muestras de su interesante y rico patrimonio arqueológico al descubrirse en el despoblado de San Martín de Bañuelos, conocido como Coto de la Quiñonera, una bodega subterránea cuya propiedad se atribuye originariamente a Alfonso VIII, que ya se cita en siglo XII y una de las primeras cavas de la Ribera del Duero, ahora ha vuelto a sorprender con otro atractivo hallazgo: los restos de la que puede ser la ermita paleocristina de mayor antigüedad documentada hasta la fecha en la comarca.
La excavación ha permitido constatar la estructura del edificio. 

La aparición es fruto de una propuesta de intervención arqueológica promovida por el Ayuntamiento calerogano en colaboración con la firma Aratikos Arqueólogos como paso previo al desarrollo de un proyecto de puesta en valor de los recursos de patrimonio arqueológico del municipio en el marco del programa Leadercal.

«Tenemos una sensibilidad arqueológica más que evidente. La parte histórica y natural de Caleruega es para nosotros uno de los proyectos prioritarios y nos gustaría poner en valor los yacimientos y luego hacer varias actividades, como senderismo arqueológico, y dar un toque de atención sobre el gran patrimonio que tiene la villa de Caleruega, que aveces no lo sabemos reconocer ni nosotros mismos», explica el alcalde, José Ignacio Delgado.

Uno de los cuatro puntos en los que se ha planteado actuar es el yacimiento de La Pudia, enclavado en un espolón calcáreo muy próximo al despoblado de San Martín de Bañuelos del que se tenía constancia del mismo desde 1994, cuando se realizó el inventario arqueológico provincial. En el extremo occidental se evidenciaba una estructura, totalmente colmatada, que inicialmente permitía interpretarlo como un primitivo centro de culto de cronología tardoantigua-altomedieval (siglos VI-X).

La excavación realizada ha permitido constatar, según explica el arqueólogo Ángel Palomino, la estructura de un primitivo edificio religioso que, o bien está muy arrasado o no se llegó a finalizar de construir nunca. Una hipótesis esta última que cobra fuerza ya que no a aparecen derrumbes ni tampoco se han localizado enterramientos en las proximidades, como si ocurre en otros templos similares como el de Valdezate, donde sí aparecen enterramientos del siglo VI, tardorromanos y visigodos.
Claustro del monasterio de Santo Domingo en Caleruega.

«Lo que está claro es que se trata de un edificio religioso, probablemente del siglo VII. Se ve una nave muy pequeña -de 3,50 x 2,00 metros- con el acceso perfectamente marcado, con la zona del santuario, del presbiterio, perfectamente marcado, lo que sería un ábside cuadrado -de 1,60 x 2,25 metros- donde se conserva la piedra de apoyo de la mesa del altar», relata pormenorizadamente. Un edificio que se construyó directamente sobre la roca, ya que carecía de suelo o bien lo tuvo simplemente de tierra apisonada y no se ha conservado.
Este modelo de ermita de Caleruega es similar a las de Valdezate y San Nicolás de La Sequera de Haza, que se excavaron hace ya muchos años, pero Palomino se inclina porque «esta es la primera que conocemos arqueológicamente porque creo que es más antigua aunque probablemente tengan el mismo origen».

Según Palomino se trata de un lugar de culto para una comunidad muy pequeña. Los sondeos que han realizado en el resto del cerro han permitido sacar a la luz algunas huellas de ocupación humana, aunque la dificultad estriba en que es una zona muy erosionada donde apenas hay sedimentación. Así se ha localizado un hogar y se han cortado transversalmente los restos de una vivienda. «Por los materiales, cerámica sobre todo, que aparecen estamos en un asentamiento entre el siglo VI y el VIII que es uno de los horizontes cronológicos peor conocidos arqueológicamente y sobre los que no hay documentación histórica», señala.

Asimismo no se descarta que una serie de habitáculos excavados en el cortado calizo del lado meridional del espolón, mirando a la zona soleada, tenga un origen antrópico y formen parte de un complejo de hábitat semi rupestre asociado a la ermita. Un extremo que deberá confirmarse o descartarse con ayuda de especialistas.

Interpretación

Palomino reconoce que está resultando bastante curiosa y problemática la interpretación de lo que pasó con el edificio, situado a escasos metros de la calzada romana que une Clunia con Sasamón, ya que ES una época de transformación del territorio, de conflicto, en la que hay un montón de comunidades rurales que se están desarrollando al margen de los poderes establecidos.

«Creo que estamos en un yacimiento que representa ese proceso histórico, que está bastante mal conservado y deteriorado. Pero tiene los restos de la iglesia y de una vivienda que son claros», explica, señalando que puesto que en esa época la vía romana adyacente era una autopista de paso obligado entre Norte y Sur «da la impresión de que en un momento dado del desarrollo de la comunidad instalada aquí y cuando están construyendo la iglesia les afecta algún conflicto o algún problema que hace que esto no se termine y que se tengan que marchar del lugar».

31 de octubre de 2016

Digitalizan el patrimonio arqueológico de Ciudad Real en tres dimensiones

Durante la primera fase que se desarrolló el pasado mes de junio, se digitalizaron lugares tan significativos y emblemáticos como la Motilla del Azuer, Calatrava La Vieja, Calatrava La Nueva, los tres molinos históricos de Campo de Criptana, la Plaza de Toros de Ciudad Real y el santuario de la Virgen de las Nieves de Almagro.
Los investigadores trabajan con el escáner 3-D de última generación. FOTO: J.JURADO
Un grupo de arqueólogos estadounidenses pertenecientes a la Universidad de Florida del Sur (USF) en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha y de la mano del arqueólogo Victor Manuel Lopez-Menchero, trabajan en la segunda fase del ‘Proyecto La Mancha’, que consiste en digitalizar en tres dimensiones (3D), algunos de los enclaves del patrimonio histórico y cultural de la provincia de Ciudad Real y que después quieren extenderlo al resto del territorio castillano-manchego.

En esta segunda fase del proyecto que ha comenzado este mes de octubre, el equipo de seis personas de la Universidad de Florida del Sur está realizando labores de digitalización del castillo y la presa romana de Consuegra, el yacimiento arqueológico de Alarcos, la Puerta de Toledo en Ciudad Real y el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas. Todo pertenciente a la provincia de Ciudad Real salvo Consuegra, que pertenece a Toledo. Según Herbert Maschner, director del ‘Proyecto La Mancha’ y del Centro para la Virtualización y las Tecnologías Espaciales Aplicadas (CVAST), la idea es seguir aumentando las fases y trasladar este proyecto a todo el patrimonio cultural y arqueológico de Castilla-La Mancha.

La idea de realizar este proyecto de digitalización del patrimonio surgió cuando Herbert visitó Castilla-La Mancha y el arqueólogo Victor López-Menchero, de la Universidad de Castilla-La Mancha, le mostró el “magnífico” legado arqueológico que posee la región. Al conocerlo, Herbert mostró interés por enseñar los entresijos de La Mancha por todo el mundo a través de la digitalización 3D, “la idea es que la gente de cualquier lugar del planeta conozca el desconocido patrimonio castellanomanchego y darlo a conocer, entonces nos decidimos por emprender este proyecto”.

MÉTODO EMPLEADO
Los investigadores de la Universidad de Florida del Sur, usan dos métodos para la digitalización en 3D de yacimientos o edificios.

Por un lado está el escáner láser terrestre; y por otro los drones. Con el escáner terrestre los arqueólogos consiguen hacer un registro 360 grados de un punto concreto ya sea una una habitación o una zona exterior.

A raiz de ahí van moviendo el escáner para que una vez producido se pueda hacer una visita virtual del espacio, como si estuviéramos dentro de un castillo por ejemplo, pero a través del ordenador. Por su parte, el dron, permite medir el terreno a través de la fotogrametría, una técnica para obtener planos de grandes extensiones de terreno por medio de la fotografía aérea. El dron hace un análisis exahustivo de la orografía y del terreno donde se encuentra el edificio o yacimiento a digitalizar sobrevolándolo.

La combinacion de ambas técnicas, el uso del dron y el escáner láser, permite tener una gran precision y una buena cobertura de los sitios que pretenden digitalizar. El arqueólogo de la UCLM, Victor Manuel López-Menchero, nos pone el ejemplo de el uso combinado en los castillos. “En el caso de los castillos, al ser tan extensos, debemos de utilizar ambos métodos: con los escáneres de tierra hacemos una información precisa del edificio desde el terreno, pero no puedes alcanzar lugares que están muy altos, esa información nos la proporciona el dron”, indica el arqueólogo.

Los escáneres crean unos puntos digitales tras haber analizado el yacimiento y a través de la concentración de millones de estos puntos, se crea una imagen. “Desde lejos parece una imagen sólida, pero si ampliáramos la imagen, veríamos los puntitos”, apunta López-Menchero.

VISITAS E INVESTIGACIÓN ON LINE
Según Herbert Maschner, la diferencia principal entre la digitalización en tres dimensiones y la manera tradicional, es que cualquier persona en todo el mundo puede tener “la experiencia” de visitar un yacimiento arqueológico de Castilla-La Mancha sin importar el lugar donde esté.

Además, el director del proyecto afirma que también supone una mayor rapidez de cara a estudios arqueológicos, ya que desde el ordenador, los investigadores pueden estudiar el yacimiento sin tener que desplazarse in situ al objeto de estudio, pudiéndolo realizar desde sus propias casas. Otra finalidad del ‘Proyecto La Mancha’ es fomentar el turismo en estos espacios en los que han trabajado.

En Castilla-La Mancha es la primera vez que se hace un trabajo a tan gran escala. La UCLM había iniciado algunos proyectos de fotogrametría en algunos lugares, “pero nunca se había hecho nada a esta escala”, según López Menchero. “La UCLM tenía un nivel de precisión medio en sus trabajos y ellos tienen un nivel de precisión extremo, lo analizan todo milímetro por milímetro”.

Pueden visitar su página web  donde van colgando todo el patrimonio de la provincia digitalizado, pudiendo realizar un paseo virtual por los lugares más emblemáticos.

31 de julio de 2010

El valor del Tesoro del Carambolo

Aunque una de las frases lorquianas famosas en tierras andaluzas es: “verde que te quiero verde”, casi podría cambiarse el color por el áureo y argénteo. No son pocos los ejemplos de oro y plata en forma de monedas y otros objetos que han ido apareciendo –y esperemos que siga así- en esa región. Quizá uno de los mejores ejemplos, que se ha incluido en un sinfín de libros de texto, es el llamado Tesoro del Carambolo. 



El nombre del repertorio de objetos se debe a los carambolos o montículos que jalonaban los límites de la meseta del Aljarafesobre la vega de Triana, en el territorio de Camas, municipio situado a casi 4 kms al Oeste de la antigua Hispalis. En los años 40 del siglo XX las bonanzas del paraje interesaron a la Real Sociedad de Tiro de Pichón deSevilla que se hizo con la propiedad de unas parcelas. 




La intención era construir una nueva sede allí, un lugar del que se decía que escondía un gran tesoro. Las obras para la erección del complejo se reanudaron en los años 50 para ampliarlo, siendo recordada la fecha del 30 de Septiembre de 1958 como el momento en el que se produjo el descubrimiento del tesoro. 



Uno de los trabajadores, cuyo nombre ha pasado a la posteridad, Alonso Hinojos del Pino, avisó al arquitecto –y justo cuando éste se iba de la localidad-, el señor Medina Benjumea, de que había aparecido un brazalete de oro en el solar que él había dado orden de excavar –sin esa orden se considera que no se habría producido el hallazgo-. Lógicamente continuaron empleando la pala en ese punto y dieron aviso a las autoridades. 



El 2 de octubre del mismo año, por parte del Servicio Nacional de Excavaciones, fue enviado un especialista para hacerse cargo de los trabajos arqueológicos que debían tener lugar: Juan de Mata Carriazo (1899-1989), catedrático de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y uno de los grandes nombres de la arqueología del país de Cervantes. Su equipo también estuvo formado por grandes figuras: Juan Maluquer de Motes, Francisco Collantes de Terán yConcepción Fernández Chicharro. Él descubrió que las 21 piezas conservadas –pesando un total de 2.950 gramos- se habían guardado en una estructura ovalada y acompañada de huesos de animales y de cerámica pintada, algo que ha dado mucho que hablar por parte de la comunidad científica.



Semejante conjunto áureo se contabilizó en un colgante con sellos, dos brazaletes, dos pectorales con forma de piel de animal extendida y ocho placas, todo ello fabricado en oro muy puro y con granulados y filigranas que denotan una orfebrería altamente desarrollada. El problema es que los objetos carecían de un contexto arqueológico y estratigráfico claros por lo que no se podían datar con exactitud. De hecho el mismo profesor Mata pensó en un arco temporal de entre los siglos VII a III a. C., desde el tiempo de Tartesos, al que podría inscribirse el pueblo que utilizó las piezas, a la llegada de los romanos. También quedaban pendientes las cuestiones relativas a la funcionalidad del tesoro: ¿para un rey o alto sacerdote?, ¿para una figura de culto?, y ¿qué hacía allí enterrado?, ¿quiénes fueron sus artífices?



Es cierto que no todas las cuestiones referentes al Tesoro del Carambolo han podido ser contestadas de forma satisfactoria, pero sin duda se han dado grandes pasos adelante en estos 52 años de investigación y estudio. Durante mucho tiempo el análisis comparativo de las técnicas utilizadas para la creación de semejantes joyas hizo pensar en orfebrería oriental, bien de gentes instaladas en la Península Ibérica –bastante lógico– o puede que hasta de personas que trabajaron más allá de esta tierra. 



El arqueólogo Álvaro Fernández Flores demostró, mediante un cuidado análisis estratigráfico del yacimiento de Camas, que el nivel en el que se encontró el tesoro, entre los siglos VII y VI a. C. era compatible con la actividad fenicia y con el mundo de Tartesos. Más aún, otros estudios comparativos han postulado, incluso, que el conjunto respondería a algún tipo de culto a animales sagrados, probablemente bóvidos, que recordaría quizá, aún con sus diferencias a prácticas como las de los bueyes Apis en Egipto. 



En el mismo Cerro del Carambolo, de hecho, se constataron, gracias a unas intervenciones arqueológicas de urgencia –un tipo de excavaciones contra reloj ante la amenaza de una reurbanización de la zona- entre los años 2002 y 2004, y dirigidas por el señor Fernández Floresantes aludido y por Araceli Rodríguez Azogue, constataron la existencia de una serie de estructuras que han sido interpretadas como algún tipo de santuario, por lo que se reforzaría la idea de una joyas dedicadas al culto. 



Aún así, todavía queda mucho por saber acerca del Tesoro del Carambolo, que para curiosidad del lector debo avisar que se encuentra custodiado en una caja fuerte, siendo el del Museo Arqueológico de Sevilla una réplica, aunque sin duda nos ilumina en algunos aspectos: desarrollo de las relaciones tartesico-fenicias a nivel económico y comercial –que posibilitaron la confección orientalizante del tesoro, ya fuera en el mismo lugar o fuera de la Península-, concepciones religiosas –que también conectan las tierras béticas con el resto del mundo mediterráneo- o la misma existencia de prácticas de culto extraurbanas –algo que no fue nada extraño en el Mundo Antiguo pero sigue siendo ignorado muchas veces-. El Tesoro del Carambolo, por tanto, posee un valor que transciende claramente la materialidad de su carne dorada. (Artículo de Ignacio Monzón en elreservado.es)