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4 de abril de 2023

Finalizan los trabajos de mejora en la villa del Mitra de Cabra

Las visitas guiadas al yacimiento se podrán realizar en las próximas semanas
Visita del alcalde y otros representantes municipales al yacimiento. MORENO


En las próximas semanas comenzarán a realizarse las primeras visitas guiadas al yacimiento de la villa romana del Mitra, una vez han concluido en estos días los trabajos del proyecto de consolidación y restauración de sus estructuras arqueológicas que el Ayuntamiento de Cabra ha venido realizando en los últimos meses y para lo que ha acometido una inversión cifrada en unos 93.000 euros, gracias a una subvención de la Diputación de Córdoba de unos 60.000 euros y una aportación municipal de 33.000 euros, tras haber sido protegido perimetralmente con la instalación a principios del pasado año de un vallado.

En estos trabajos, que han coincidido en el tiempo con la estancia temporal durante dos meses en el Museo Arqueológico Municipal del bulto escultórico original del dios Mitra, además de la consolidación y restauración de los muros originales, se ha procedido a la instalación en sus respectivas estancias de las reproducciones en lona microperforada de los cinco grandes mosaicos que desde hace años se pueden contemplar en el museo egabrense, además de la reposición de las ocho columnas del estanque con fuste de piedra rojiza de Cabra.

A estos trabajos continuará una última fase en los próximos años, a través de un plan director, ya que el hallazgo durante esos trabajos de unas zonas termales, una estancia aún sin clasificar y el mitreo -zona de culto al dios Mithras Tauroktonos- no sólo hace que se tenga que proceder a la restauración de estos nuevos hallazgos, sino que también se seguirá trabajando para su puesta en valor definitiva.

4 de marzo de 2016

La Junta protege como Zona Arqueológica la Villa de Mitra en Cabra y el yacimiento de los Villares de Andújar

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucia ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Zona Arqueológica, la Villa de Mitra en Cabra (Córdoba) y el yacimiento de Los Villares de Andújar (Jaén).

El yacimiento de la Villa de Mitra debe su nombre a una excepcional escultura de este dios, la única de pieza completa encontrada en la Península Ibérica, que constituye uno de los mejores ejemplos de villa romana de peristilo (con galería interior de columnas) en la antigua provincia Bética.

El enclave, igualmente representativo del tipo de asentamiento rural de la zona durante los siglos I y II a.C., sigue los cánones que los agrónomos romanos exigían para este tipo de explotaciones: se sitúa en un lugar de tierras fértiles y al pie de una vía de comunicación, el camino que unía Cabra con Córdoba.

Su ocupación se prolongó hasta el siglo VII como aldea visigoda, periodo del que perviven los restos de un edificio de culto cristiano y una necrópolis asociada.

Las intervenciones arqueológicas pusieron al descubierto sólo el núcleo central de la zona residencial de la 'pars urbana', donde las estancias se distribuyen en torno a un patio porticado con un estanque en el centro.

La escultura del dios Mitra, cuya aparición motivó la primera excavación en la década de los 50, formaba parte de la decoración de este estanque.

ASENTAMIENTO IBERORROMANO DE LOS VILLARES 
Además, la Junta ha decidido proteger como Zona Arqueológica el yacimiento de Los Villares de Andújar, ejemplo de asentamiento iberorromano del Alto Guadalquivir que ofrece vestigios de un largo periodo desde finales de la Edad del Bronce.


El enclave, situado a cinco kilómetros del casco urbano de esta localidad en un meandro de la ribera norte del Guadalquivir, ofrece vestigios de un amplio periodo entre finales de la Edad del Bronce y la transición a la Edad Media, además de ser representativo del tipo de asentamiento iberorromano.

El origen del poblamiento se remonta a la colonización de las tierras bajas cultivables, a finales del siglo VII a.C., por comunidades procedentes de Sierra Morena oriental que introdujeron novedades técnicas como el uso del torno.

Ubicado en una posición estratégica, el 'oppidum' de Los Villares guardó en época ibérica una estrecha relación con las rutas metalúrgicas que atravesaban la zona.

Con la conquista romana, el lugar pasó a denominarse Isturgi y fue uno de los escasos núcleos urbanos del Alto Guadalquivir que adquirió el estatuto de ciudad de pleno derecho latino, junto con Castulo, Obulco y Urgavo.

Durante la época imperial se amplió su trama urbana y surgió un barrio artesanal que acogió el mayor centro productor de cerámicas del sur de Hispania, fundamentalmente de 'terra sigillata'.

Diversos restos arquitectónicos indican también un posible proceso de monumentalización de Isturgi, mientras que del periodo final -Bajo Imperio y transición al Medievo- dan cuenta la aparición de sepulturas cristianas en el barrio artesanal y de numerosos hallazgos monumentales.

El decreto de inscripción del yacimiento en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz establece una delimitación del yacimiento con una superficie total de 168,35 hectáreas, entre la pedanía de Los Villares y el arroyo de Martín Gordo.

25 de agosto de 2012

Autorizan las excavaciones en el yacimiento íbero del Cerro de la Merced, en Cabra (Córdoba)

El objetivo último es su puesta en valor. Durante tres años se van a suceder a una serie de campos de actuación que permita hacerlo visitable a través de un Centro de Interpretación. 
El primero de los tres campos de trabajo tendrá lugar entre los días
3 y 29 de septiembre. Foto: Radio Lucena  

La importancia de este enclave del siglo II a.C. estriba según el director del Museo Arqueológico Municipal, en que será la primera intervención de carácter científico que se hará en una de las más de 50 torres ibéricas de ese periodo que se encuentran diseminadas a lo largo y ancho de la provincia, tras dos sondeos que en la década de los años 70 del pasado siglo realizó Juan Bernier.


Una torre ibérica que se alzó en el término municipal egabrense en "una etapa muy interesante, ya que marca el momento de la romanización" según Moreno, y que por haber sido destruida por el fuego "ha sido uno de los elementos que ha llevado a interesarse por la misma a Quesada".

La aportación del yacimiento arqueológico del Cerro de la Merced "puede ser sustancial e incluso decisivo para la comprensión del final de la presencia cartaginesa y del comienzo de la presencia romana en la península ibérica y en particular en la Bética", según el arqueólogo Fernando Quesada.

Así lo ponía de manifiesto el doctor en Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, uno de los más prestigiosos especialistas en cultura ibérica, en el transcurso de su visita el pasado mes de abril a dicho lugar.

El yacimiento como explicaba Quesada, es uno de los pocos restos que quedan de este tipo y se encuentra enclavado en una zona fronteriza entre la Bastetania ibérica de la Andalucía Oriental y la Turdetania de la Andalucía Occidental, con influencias fenicias y cartaginesas.

La actuación pretende recuperar y poner en valor un emplazamiento fortificado con varios anillos de murallas de construcción ciclópea en muy buen estado, poseyendo en su cima un torreón de 13 por 19 metros cuadrados de diámetro y de unos 2 metros de altura, con vestigios de fortificaciones y asentamientos íberos y asentamientos de época romana.

Los terrenos en el que se encuentra y cuya superficie alcanza 18.018´91 metros cuadrados, de los que 2.591 metros ocupa el cultivo de olivar y el resto monte, fue adquirido por el Ayuntamiento de Cabra en agosto del año 2006 por unos 42.000 euros.

(Fuente: Cabra Información / José Moreno)

2 de diciembre de 2016

Un proyecto general abordará la necrópolis neolítica de La Beleña, en Cabra (Córdoba)

Hay evidencias que apuntan la existencia de una cavidad superior también relacionada con enterramientos. La necrópolis neolítica de Cabra fue sellada 5.000 años antes de nuestra era y permaneció intacta hasta su descubrimiento casual en 2015.
Miembros del equipo científico con responsables municipales y el director del Museo de Cabra. FOTO: J.M.
El equipo científico de la Universidad canaria de La Laguna, dirigido por la arqueóloga Dolores Camalich, va a solicitar a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía un proyecto general de investigación para desarrollar en el yacimiento arqueológico de la necrópolis de La Beleña.

Así lo ha señalado la propia Camalich en el transcurso de la presentación de la pieza del mes del Museo Arqueológico Municipal, una punta de lanza de dicho yacimiento, tras las campañas de excavación arqueológicas realizadas en los dos últimos años como consecuencia de la emergencia que surgió en el 2015 y para lo que se han tenido en cuenta los resultados logrados en las prospecciones geofisicas que marcaban la inestabilidad de parte del yacimiento y que determinaron la necesidad que para poderla controlar, urgía prorrogar la acción preventiva iniciada en su momento.

Este proyecto general de investigación viene avalado, añadía, por la existencia de evidencias de una cavidad superior de estructuras que deben estar interrelacionadas también con enterramientos. Todo ello marcado por una serie de objetivos vinculados al propio trabajo de excavación e investigación por todo lo que pueden proporcionar de conocimientos a nivel científico y patrimonial, con el fin último de puesta en uso público para disfrute de los ciudadanos.

El yacimiento de esta necrópolis, que se ha incorporado al proyecto de investigación internacional IBERIA y más recientemente a un proyecto de I+D del Ministerio de Economía y Competitividad, ha permanecido intacto desde que se sellara unos 5.000 años a.C., permitiéndole pervivir a lo largo de todo este tiempo sin sufrir ninguna alteración hasta su hallazgo casual en el 2015.

21 de septiembre de 2012

Descubren elementos medievales islámicos en el yacimiento íbero del Cerro de la Merced, en Cabra (Córdoba)

Junto a elementos prerromanos, aparecen otros de los que no se tenían constancia como son de época medieval islámica e incluso algunos indicios de la Edad del Bronce.
Trabajos de excvación en el muro esxterior
del lado oeste del yacimiento.
Foto: Cerrodelamerced.blogspot
Los trabajos realizados desde el pasado 3 de septiembre por todo un equipo multidisciplinar, están poniendo de relieve el interés que el yacimiento tiene para el conocimiento histórico, pues según ha subrayado su director Fernando Quesada, arqueólogo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y uno de los máximos exponentes de la cultura ibérica de toda Europa, sobre el yacimiento de época prerromana, hay un asentamiento de época medieval posiblemente de época emiral de los siglos IX-X, colocado sobre las ruinas de la antigua torre ibérica. Unos datos “de lo que nada se sabía hasta ahora”, añadía Quesada que junto al alcalde Fernando Priego (PP), el delegado de Cultura y de Patrimonio Javier Ariza (PA) y el arqueólogo municipal Antonio Moreno, visitaba la excavación en la tarde de este jueves 20 de septiembre.

Bajo esos niveles estratigráficos añadía, se encuentran unos restos prerromanos “que a juzgar por lo que hasta ahora tenemos, ni cartagineses, ni romanos, pues el material que está apareciendo en estos días es exclusivamente ibérico de época tardía, de la segunda mitad del siglo II a.C., cuando Roma ya controla Córdoba”.

A ello se une la aparición de objetos no asociados a la vida estrictamente militar de un ejército en campaña sino elementos de la vida diaria como algunas piezas de telar y para trenzar el hilo o un molino de grano, entre otros, que forman parte “quizás de una comunidad de época ibérica tardía o quizás incluso, no lo sabemos todavía, de una comunidad con algún elemento con carácter militar de control del territorio”.

Elementos de interés a los que se unen otros de interés más puramente arqueológico, al haberse hallado evidencias en algún caso “de la posible presencia de un yacimiento anterior, de la Edad del Bronce, aún no confirmado”.

El yacimiento explicaba el arqueólogo, “está excepcionalmente bien conservado pues hay mucho que ver, hay unas estructuras imponentes, colosales, de bloques ciclópeos de más de un metro de altura en la mayoría de los casos, formando varias hiladas que no es habitual encontrar en este estado de conservación y además, no un trozo de muro, sino un recinto doble que al menos, tiene más de 18 metros de lado en el recinto interior y de más del triple, el recinto exterior”. Conjunto en el que se trabajará en campañas como la que ahora finaliza a lo largo de unos cuatro años que “permitirán estudiarlo no sólo arqueológicamente sino también limpiar, despejar y poner en valor, restaurando algunos bloques de piedras caídos in situ con la idea de hacer accesible el yacimiento y que se pueda convertir en un foco dinamizador de turismo local, comarcal e incluso nacional ya que recintos fortificados como este en la Subbética, hay cero, no están excavados”.

Todo ello sin olvidar explicaba Quesada, la faceta de su importancia patrimonial, ya que gracias al interés del Ayuntamiento de Cabra que está financiando la excavación tras convenio con la Universidad Autónoma de Madrid y con las respectivas autorizaciones de las delegaciones provinciales de Cultura y de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y la colaboración también de la Diputación Provincial, han sabido ver, el interés que tiene “un yacimiento que forma parte de una cadena de fortificaciones de unos 2.200 años en principio, en toda la zona de la Subbética y que es uno de los más grandes y de los más complejos de la región”.

DINAMIZACIÓN TURÍSTICA Y CULTURAL
Por su parte el delegado de Cultura y Patrimonio destacaba la importancia del yacimiento para el patrimonio arqueológico egabrense, por lo que significa para la dinamización turística y cultural de la localidad y que ha llevado en estos días incluso ya al propio Quesada, a presentar sus primeras impresiones en la Universidad de Bolonia (Italia) y a permitir la presencia en el mismo de distintos especialistas de Universidades como las de Córdoba, Granada y Sevilla, entre otras.

A ello se une añadía el alcalde, el permitir la participación en el campo de trabajo de tres voluntarias universitarias egabrenses y de seis personas a través del programa “Solidarios” del Patronato Municipal de Bienestar Social, que tiene como finalidad, la contratación de personas con necesidades económica.

18 de julio de 2014

Descubren cinco espacios habitacionales en la torre ibérica del Cerro de la Merced, en Cabra (Córdoba)

En la parte exterior de la torre también se han localizado diferentes espacios de almacenamiento que, junto a las nuevas estructuras complejas del interior, confirman cierta actividad económica durante los siglos II y I a.C. en este torreón datado en la época ibérica clásica.
El equipo de excavación trabaja en los espacios habitaciones descubiertos. En la imagen se aprecian los muros de adobe.
La tercera campaña de excavaciones en el yacimiento ibérico del Cerro de la Merced que promueve el Ayuntamiento de Cabra (Córdoba) ya ha deparado las primeras sorpresas al equipo de arqueólogos que han sacado a la luz un complejo de estructuras internas perfectamente diferenciadas en el interior de la torre amurallada.
  • Ayer mismo salio a la luz una quinta estancia en el interior de la torre. Cuatro de estas habitaciones tienen unas dimensiones regulares de 1,70 x 2,60 metros mientras que la quinta todavía se encuentra en fase excavación. Todas ellas están delimitadas por muros de adobe y sobrezócalo de piedra con una altura conservada de dos metros.
OTROS ESPACIOS DE ALMACENAMIENTO
Según Fernando Quesada, director del Departamento de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y director de estas excavaciones, el hallazgo de estas estructuras habitacionales y el de otros espacios de almacenamiento descubiertos en la parte baja de la muralla interior así como las pesas de telar, los cuatro molinos de grano y algunas fusayolas de hilar, todos ellos de época ibérica que se encontraron en la campaña anterior, evidenciarían que en el recinto fortificado se desarrolló cierta actividad económica durante los siglos II y I a.C. Aunque los orígenes de la torre se remontan a la época ibérica clásica, entre los siglos V y IV a.C
Fernando Quesada posa junto al muro ciclópeo con Antonio Moreno,
director del Museo Arqueológico de Cabra y los arqueólogos Eduardo
Kabanach y Mónica Camacho.

Estos hallazgos hacen que la estructura interna no sea la de una torre sencilla "sino la de un recinto con actividad económica, donde se transformaban alimentos, donde se hilaba y se tejía, y donde se daba una actividad de control del territorio por parte del príncipe ibérico que aquí residía, porque el recinto interior es parte de un núcleo mayor, un anillo exterior de estructuras, donde sin duda vivía una población reducida, asociada a este aristócrata, en una época en la que Roma ya controla Córdoba y que no fue derrumbada por los romanos hasta bien entrado el S. I a.C", explica el director de las excavaciones.

UNA TORRE DE DOS PISOS
Según hemos podido constatar en la visita realizada a las excavaciones del Cerro de la Merced, el núcleo principal del yacimiento son los restos de una torre, un recinto cuadrangular de 19,01 x 19,01 metros, con tres de sus lados en buen estado de conservación. 

Su estructura cuadrada, datada en la época ibérica clásica -entre los siglos V y IV a.C-  está formada por un muro de cuatro metros de grosor, relleno de piedra y tierra, y conformado en su parte exterior por bloques ciclópeos de hasta más de un metro de longitud, colocados en hiladas que podrían llegar a alcanzar los cinco metros de altura, de los que en algunos tramos se conservan muros de dos metros y medio de altura. 
Entre los restos del derrumbe de la torre se aprecian fragmentos de cerámica
ibérica.

Precisamente esta altura y los restos del derrumbe en el interior de la torre, entre los que se han encontrado restos de cubiertas de cerámica ibérica, "confirmaría la posibilidad de que la torre pudiera tener dos pisos",  informa Quesada.

En la parte exterior a la torre se añadió con posterioridad, ya entre los siglos II y I a.C. otra muralla, también de grandes bloques de piedra que ocupan una extensión de 50 x 40 metros.




UN TORREÓN "PARA SER VISTO"
Según Fernando Quesada, "en el Cerro de la Merced podemos constatar una ocupación permanente desde aproximadamente el 2.200 a.C. hasta el Siglo X, ya en la época emiral, pero la funcionalidad de la torre en sus orígenes todavía no está del todo clara y seguimos trabajando sobre hipótesis."

"Los estudios realizados sobre el terreno -nos cuenta Quesada- demuestran que el torreón ibérico no tenía una función de vigilancia ni de comunicaciones entre los núcleos de población cercanos. Además tampoco se han encontrado objetos que demuestren una vida estrictamente militar en la torre fortificada". "Se trataría más bien -continúa Quesada- de una construcción realizada para ser vista por los viajeros que pasaran por esta zona fronteriza entre la Bastetania ibérica de la Andalucía Oriental y la Turdetania de la Andalucía Occidental". "Un monumento, que fuera reflejo de un poder local y coexistiera con los romanos hasta el S. I a.C". 

7 de febrero de 2023

Descubren el mitreo de la villa romana de Cabra

El hallazgo se ha producido durante la actividad arqueológica de consolidación y restauración de sus estructuras que, desde el pasado mes de noviembre, dirige el director del Museo Arqueológico Municipal, Antonio Moreno Rosa. Hasta el momento solo se conocían dos mitreos, el de la villa Els Munts de la localidad tarraconense de Altafuilla y el de la ciudad gallega de Lugo.
Se trata de una zona destinada al culto al dios Mithra, vinculada a la estatua de esta deidad descubierta alrededor de 1950, un hecho insólito en la arqueología internacional. EFE/Salas

El hallazgo del mitreo (templo dedicado al dios Mitra) en el yacimiento de la villa romana del Mithras Tauroktonos sitúa a Cabra como referente mundial y uno de los tres lugares que en la Península Ibérica cuentan con este tipo de templos. El hallazgo se ha producido durante la actividad arqueológica de consolidación y restauración de sus estructuras que, desde el pasado mes de noviembre, dirige el director del Museo Arqueológico Municipal, Antonio Moreno Rosa. Esta excavación se espera que esté concluida a finales del próximo mes de marzo. Hasta este momento, solo se conocían dos mitreos, el de la villa Els Munts de la localidad tarraconense de Altafuilla y el de la ciudad gallega de Lugo.

Se trata de un importante hallazgo que destaca al yacimiento de época romana no solo por su importancia patrimonial sino también para profundizar en el conocimiento de esta religión procedente de Oriente, como ponían de manifiesto en la presentación del mismo el propio alcalde, Fernando Priego, junto a Moreno; Francisco Casas, delegado municipal de Patrimonio; José Carlos Gómez, investigador de la Universidad de Málaga, y Jaime Alvar, catedrático de Historia Antigua de Universidad Carlos III de Madrid.

Alvar, máximo especialista a nivel nacional y uno de los más destacados a nivel internacional en religión romana y, especialmente, en la romanización de los dioses orientales, Mitra, Isis y Serapis, Cibeles y Atis, así como en aquella serie de procesos de transformación religiosa en los que se vio inmerso el mundo indígena peninsular al entrar en contacto con otros pueblos mediterráneos, expresaba que en el caso egabrense se da una singularidad insólita como es que estén en un mismo espacio, “ya que no hay ningún lugar en las tres provincias hispanas romanas donde se hallen en un mismo espacio un mitreo y una tauroktonía”.

La excavación de algunos sectores del yacimiento a través de la actividad arqueológica en curso tiene como objetivo, además de la restauración integral de todas las estructuras que componen el edificio de la villa, la colocación de copias de los mosaicos en algunas de las estancias cuyos originales se encuentran en el Museo Arqueológico Municipal, y la instalación de cartelería, para así musealizar el yacimiento.

Hallazgo del templo de culto a Mitra
El hallazgo del templo de culto a Mitra ha tenido lugar en la primera fase de esta actividad arqueológica durante la excavación de tres sectores que quedaban dentro del nuevo vallado y limpieza de las estancias excavadas anteriormente. Ello ha permitido la identificación del acceso principal a la villa por el lado oeste, un posible postigo de servicio (posticum), una nueva fase constructiva en el recorrido termal (baños) y un nuevo espacio situado al suroeste que se identifica como el mencionado mitreo.

Este espacio consiste en una estancia de planta rectangular, situado al suroeste de la villla (domus), presentando unas dimensiones de 7,28 m de fondo y una anchura de 2,52 m, con una entrada estrecha, de unos 0,80 m, con uno o dos escalones descendentes. A la derecha existe un pequeño depósito de agua de 1,70 por 0,65 m. Sus elementos más significativos son dos bancos corridos (de mampostería y fragmentos de ladrillos) de 0,65 m de anchura adosados a los dos muros laterales; el banco del lado derecho presenta dos huecos u hornacinas (funículos). Entre ambos bancos queda un pasillo de 1,22 m. Igualmente, al final aparece un poyete adosado al muro de cierre que tiene una anchura de 1,28 m.

Esta disposición de las estructuras, inclusive la existencia del depósito de agua, indican que se trata de un mitreo o lugar de culto a Mitra como atestiguan numerosos ejemplos similares en diversas partes del Imperio Romano. El muro de la cabecera, como explicaban los arqueólogos, sería la cimentación del altar, en primer término, y de la gran hornacina que albergaría la escultura del Mithras Tauroktonos, mientras que los bancos serían los asientos donde se situarían los devotos mitraicos para realizar los rituales (entre ellos, el banquete).

Presenta particular relevancia la existencia de un estrato de tierra oscura que cubre todo el pasillo central donde se han recogido numerosos restos faunísticos de cerdo, ave y conejo, identificados como “residuos de plato”, pequeños fragmentos de huesos con evidencias de cocción.

A la espera de los estudios de la cerámica y otros análisis radiocarbónicos sobre huesos y carbones, se supone una construcción del mitreo en el siglo II d.C., siendo identificada una segunda fase constructiva a finales del siglo III d.C.

Villa del Mitra
El yacimiento arqueológico de la villa romana del Mitra cuenta con una pieza principal es la escultura del dios Mithras Tauroktonos, que ha estado expuesto temporalmente en el Museo Arqueológico Municipal del 17 de noviembre al 25 de enero pasados, con motivo del 70 aniversario de su hallazgo y medio siglo después de realizarse la primera excavación arqueológica y que se puede contemplar en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba,

La escultura es un ejemplar excepcional por su talla y por ser la única figura completa y en bulto redondo conocida en la Península Ibérica. Tiene 93 centímetros de alto, 35 de ancho y 96 de largo. La figura representa al dios con el atuendo oriental común, al modo persa, es decir con pantalones largos ceñidos en los tobillos, túnica corta, clámide atada al cuello y gorro frigio. El joven somete al toro sujetándolo por el morro mientras hunde la daga en su cuello y gira la cabeza para mirar al Sol. De la sangre purificadora que brota del toro bebe el perro, fiel amigo de Mitra, que guarda el alma. Una serpiente a los pies de Mitra produce las plantas y el alacrán devora sus testículos de los que nacen los animales y las personas.

El yacimiento arqueológico, cuya datación es del siglo III, fue hallado en el año 1952 en las inmediaciones del paraje de la Fuente de las Piedras y fue formalizada la compra de su parcela por el consistorio en enero del 2018.

En este yacimiento, declarado como Bien de Interés Cultural, se realizaron dos excavaciones, una en 1972 y otra en la década de los años 80. En él se hallaron junto a la mencionada escultura del dios Mitra otra serie de tallas como son Niño con liebre, una imagen del dios Dyonisos y otra de un pequeño Eros dormido, además de los mencionados grandes mosaicos pertenecientes a esta lujosa villa que se pueden contemplar en el Museo Arqueológico Municipal de Cabra.
(Fuente: Diario Córdoba)

29 de junio de 2022

Los arqueólogos se inclinan por "Bora" como el nombre de Torreparedones

Un estudio de los responsables de los museos cordobeses de Baena y Cabra señala que el yacimiento no fue la colonia Ituci Virtus Iulia, sino otro lugar en el que hasta, probablemente, nacieron dos santas mozárabes siglos después de su fundación

A partir de ahora, el yacimiento arqueológico de Torreparedones debería comenzar a llamarse Bora. Varios estudios arqueológicos comienzan a afinar la hipótesis más plausible sobre el nombre de la ciudad romana excavada en el término municipal de Baena, de la que se sabe que formó un oppidum previo a la romanización y que incluso estuvo habitada en la época del emirato. Hasta ahora, y por la monumentalidad del yacimiento arqueológico, que disponía hasta de anfiteatro, siempre se optó por identificar a Torreparedones como la colonia Ituci Virtus Iulia, una de las ciudades romanas más importantes de la Bética identificadas por Plinio El Viejo. Pero son 43 monedas y una tubería de plomo las que parecen indicar que no, que Torreparedones no fue una colonia y que tampoco tuvo un rango administrativo tan importante. Eso sí, Bora habría sido tremendamente rica gracias al cultivo del cereal, tanto que sus habitantes se habrían permitido el lujo de construir un anfiteatro, una puerta monumental y un espectacular foro.

Un reciente estudio firmado por José Antonio Morena, del museo arqueológico de Baena, y Antonio Moreno Rosa, del de Cabra, sostiene como principal la hipótesis de que Torreparedones es Bora. La clave ha estado en el hallazgo, ya comentado por el arqueólogo Ángel Ventura, de una tubería de plomo en las termas orientales del yacimiento. Por las dos caras, la tubería tenía una inscripción: M . BOREN que podría aludir al nombre del artesano que fabricó la tubería pero también y quizás más probable, al nombre de la ciudad, Municipio Borense.

Esta es la tesis de Morena y Moreno en su nuevo estudio. Para cruzar esta inscripción se han basado también en el hallazgo a lo largo de los siglos de hasta 43 monedas acuñadas en la ceca de Bora. Las monedas se habrían encontrado principalmente en los alrededores de Torreparedones, siempre al sur del Betis y especialmente en lo que hoy es la provincia de Córdoba. Es decir, esa ciudad de Bora no debería haber andado muy lejos. 11 de esas monedas están en el propio museo de Baena. Se sabe que Bora acuñó moneda en los siglos II-I antes de Cristo con un busto femenino en el anverso y un toro en el reverso sobre el que figura la leyenda Bora. Es decir, se sabe que la ciudad ya tenía historia antes de la época de Augusto, similar al oppidum existente en Torreparedones.

Este nuevo nombre rebajaría la categoría que se le presuponía a Torreparedones y dejaría aún en el aire la localización de la colonia Ituci Virtus Iulia. Los expertos intentan afinar para saber si Bora fue o no un municipio como tal, algo que se podría afirmar por la M. de la inscripción en la tubería de plomo. “La epigrafía aparecida en el oppidum de Torreparedones nos indica que, por la tribu de sus ciudadanos, Galeria, y por la presencia de los magistrados municipales desde época augustea, esta población ostentó el ius adipis­ cendae civitatis romanae per magistratum, un elemento que confirmaría esta posible identificación”, señalan los autores.

Es más, es probable que se tratase de uno de los municipios nombrados por Plinio El Viejo en su descripción de todo el territorio que se extendería entre el sur del río Betis y el Océano. Según los autores, Bora podría corresponder al nombre de Ebora Cerialis. Este cognomen que se acompaña al nombre de la ciudad tendría una explicación por la importancia del cultivo de cereal en la zona. Los monumentos de Torreparedones están repletos de espigas de trigo.

Y como último refuerzo a su hipótesis está el caso del emirato. Torreparedones estuvo habitado durante Al Andalus. Y un estudio posterior de los libros sobre martirio de San Eulogio reinterpretan el lugar de nacimiento de las santas mozárabes Nunilo y Alodia. Traducciones posteriores del original aseguraron que habían nacido en Osca. En el texto original se señalaba lo que podría leerse como Bosca, que los autores corrigen ahora y señalan que la SC podría tratarse de una R, y que estas santas mozárabes, por tanto, habrían nacido en Bora, en las inmediaciones de lo que hoy es Baena.

“En este panorama, no cabe duda de que los argumentos que hemos presentado permiten considerar que quizás Torreparedones deba empezar a identificarse con la ciudad de Bora. Este enclave, que acuña moneda en época republicana, con una distribución coincidente con este territorio, podría ser la Ebora Cerealis pliniana”, concluye este nuevo estudio.

20 de diciembre de 2016

Descubren una torre del castillo medieval de Cabra (Córdoba)

Se trata de la torre oeste bajomedieval de los siglos XIV-XV que flanqueaba la puerta principal de la fortaleza.
Paramento descubierto en la entrada al castillo. FOTO: JOSÉ MORENO.
La delegación municipal de Patrimonio y Cultura ha procedido, tras comunicarlo a la Junta de Andalucía, a la paralización de las obras de ajardinamiento que el Consistorio realiza en la entrada al castillo de los condes de Cabra, donde se ubicará una escultura en bronce del poeta Muqaddan Ibn Muafa Al Cabri, que realiza el escultor egabrense Rafael Pastor Santisteban.

PARAMENTO DE MAMPOSTERÍA
En el transcurso de esos trabajos ha aparecido la parte baja de la torre oeste bajomedieval de los siglos XIV-XV de la puerta principal del castillo, según ha confirmado el director del Museo Arqueológico Municipal, Antonio Moreno, señalando que se trata de un paramento de mampostería con verdugadas de ladrillo que flanqueaban la mencionada puerta y que tras su restauración quedará a la vista de los visitantes.

El enlucido, ahora picado con motivo de las obras, se corresponde con la segunda mitad del siglo XIX una vez que la iglesia de Capuchinos regresa a manos de la Casa Condal tras la desamortización, permitiendo ese revestimiento una conservación importante, según ha manifestado a este periódico la historiadora egabrense Lourdes Pérez Moral,

Estos vestigios ponen de manifiesto la importancia de la construcción original de finales de la Edad Media, tras la destrucción de la fortaleza en el año 1331 por Muhámmad IV, soberano nazarí de Granada.

7 de febrero de 2011

El yacimiento de la Edad de Bronce de Cabezo Redondo (Alicante) se prepara para el público

El yacimiento del Cabezo Redondo de Villena está de actualidad. Mientras se realizan los últimos trabajos de conservación y mantenimiento para convertirlo en todo un referente arqueológico, sus responsables repasan la historia de uno de los descubrimientos clave para el rico patrimonio de la localidad.

El Cabezo Redondo de Villena es un referente en la arqueología valenciana para el estudio de la Edad de Bronce, que en breve podrá ser visitado para conocer con detalle como vivían nuestros antepasados. A escasa distancia del casco urbano de la ciudad, se sitúa este promontorio que el siglo pasado se utilizaba para la extracción de yesos. Esas canteras destruyeron gran parte del yacimiento, hasta que las intensas gestiones realizadas por José María Soler consiguieron que fuera expropiado por el Estado y en la actualidad se encuentre vallado en todo su perímetro.

Operarios trabajando en el yacimiento de Cabezo Redondo.


Los habitantes que poblaban el Cabezo Redondo hace más de 3.000 años eran cazadores, pastores y ganaderos, y cultivaban trigo, cebada, pequeñas simientes parecidas al mijo, y hierbas que serían entonces consideradas como medicinales, aunque la alimentación fundamental procedía de la caza y de animales domésticos como cabras, ovejas y cerdos.



Mauro Hernández Pérez, catedrático de arqueología de la Universidad de Alicante, estuvo estudiando el yacimiento del Cabezo Redondo con José María Soler el yacimiento durante muchos años. Hernández continua "enamorado" de un yacimiento en el que, asegura haber "perdido pelo". Para él, "el Cabezo Redondo es un yacimiento excepcional por sus hallazgos, y lo continua siendo cada verano con los descubrimientos sorprendentes que enriquecen el patrimonio de toda la Comunidad, además de por ser el primer yacimiento prehistórico que se está poniendo en valor actualmente, enriqueciendo lo que se podrá ver y dando información con nuevas metodologías en la restauración". 



Son varias décadas de estudio e investigación en este yacimiento arqueológico. Como ejemplo, en el año 1989, José María Soler hablaba sobre la vida económica en el lugar, comentando que se habían encontrado ya mas de 50.000 huesos de fauna, "de los que fueron analizados 30.500 por especialistas alemanes". El 75 por cien del total eran huesos de cabras y ovejas, además de conejos, toros, vacas, cerdos y, por cierto, solo 550 huesos de caballos. Para Soler, estas cifras ponían de manifiesto que la domesticación de la cabra, la oveja, el buey y el cerdo debió ser anterior a la del caballo, que en la economía de las poblaciones ya asentadas desempeñaba un papel muy limitado, ya que el buey era muy superior al caballo como animal de tiro.

Más perspectiva
Con el paso de los años los trabajos han aportado nuevos datos sobre la vida en este lugar y ahora un equipo integrado por arqueólogos y restauradores se centra en poner en valor el yacimiento para que pueda ser visitado. Según Mauro Hernández, "esperamos presentar a final de mes una primera fase que contemple toda la puesta en valor del yacimiento, con la construcción de un pequeño centro de interpretación que revitalice la vegetación de la laguna que está en el entorno, y conseguir que el Cabezo Redondo sea un referente de la arqueología valenciana". 



Entre los últimos materiales aparecidos en el yacimiento, Mauro Hernández destacaba la gran cantidad de cerámica y objetos de barro y piedra. Como novedad, solo existían dos peines de marfil de la Edad del Bronce, uno encontrado en Almería y otro en Villena. Ahora ha aparecido otro medio quemado, además de cuentas de collar de vidrio. Pero sin duda alguna el hallazgo mas espectacular aparecido hasta ahora es el denominado "Tesorillo del Cabezo Redondo".



El "Tesorillo del Cabezo Redondo"
En abril de 1963, en el borde de una gran cantera abierta en el Cabezo, al vaciar en la cantera la costra terrosa que recubre el yeso, los obreros encontraron un lote de joyas de oro que, tras algunas incidencias, ingresaron en el museo local. Así lo contaba José María Soler, quién aseguraba que fue una ocultación en cualquier pequeña cavidad, dado el volumen que ocupaban los objetos encontrados, con un total de 35 piezas de oro y un peso total cercano a los 150 gramos.



Tras décadas de excavaciones, todos los implicados están de acuerdo en afirmar que el Cabezo Redondo guarda todavía muchas sorpresas que, poco a poco, irán saliendo a la luz.

26 de julio de 2017

Hallan un asentamiento con cientos de restos arqueológicos dentro de la fortaleza de Tiñana

El sondeo realizado saca a la luz una cabaña de la época tardoantigua que «aportará importantes datos sobre la forma de vida durante los orígenes del Reino de Asturias»
Recreación de una fortaleza similar a la de Tiñana realizada por la empresa valenciana Aescala para el Museo de Asturias.
El momento de transición entre la Antigüedad y la alta Edad Media es una época muy oscura. En Asturias, en ese momento, entre los siglos V y VIII, fue el del nacimiento de la aristocracia que dio lugar al Reino de Asturias,y apenas se conocen asentamientos que permitan saber cómo era la vida de los habitantes de la región en aquella época. Hasta ahora. 

El hallazgo de un asentamiento, una cabaña, con «cientos de restos arqueológicos» en el interior de la fortaleza de Tiñana, en Siero, permitirá a los investigadores «aportar datos sobre la vida de las poblaciones asturianas en este momento de transición histórico, la génesis del Reino de Asturias». El proceso para sacar a la luz todos los secretos de esta fortaleza, conocida como Castiello de Fozana, localizada en 1957, pero clasificada en su momento como asentamiento castreño, no ha hecho más que empezar.

A lo largo de tres días, el equipo que dirigen los profesores Pablo C. Díaz e Iñaki Martín Viso, con la colaboración de Luis R. Menéndez Bueyes y el arqueólogo Alfonso Fanjul Pedraza, en un proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad en colaboración con la Universidad de Salamanca, realizaron un sondeo en lo que tienen identificado como el interior de la parte fortificada, hallando un muro de lo que sería uno de los pocos ejemplos de una zona de hábitat en ese periodo. 

NUMEROSOS RESTOS
Una cabaña en la que, carbonizados, aparecieron numerosos restos de fauna, cerámica, escorias de producción metalúrgica y apliques de bronce, que en uno de los casos parece que estaba sujeto a una pieza de cuero carbonizada. «Probablemente un cinturón o unos correajes», detalla el investigador asturiano Alfonso Fanjul. Otra pieza importante, explica, es «un crisol de fundición de cobre», lo que les permitirá ver cómo fue evolucionando esa tecnología con el paso del tiempo.

Entre los restos de fauna, «una mandíbula de un herbívoro, una cabra o una oveja, que seguramente les servía de alimento, porque no parece un espacio para estabulación, al ser tan pequeño», detalla. Y además, algo muy importante: «Semillas». Y es que tras analizar esos restos de cereal y leguminosas se podrá conocer, por ejemplo, «si en su dieta conservaban la escanda o si ya hay algún cereal nuevo».

MUESTRAS DE POLEN
También han tomado muestras de polen para «completar una visión del paisaje campesino en la transición entre la Antigüedad y la alta Edad Media». No en vano, el proyecto de investigación lleva por título 'Formación y dinámica de los espacios comunales ganaderos en el noroeste de la península ibérica medieval: paisajes e identidades sociales en perspectiva comparada'. A partir del polen pretenden reconstruir el paisaje vegetal inmediato a la fortaleza en ese momento de ocupación. Otro objetivo es realizar una datación por medio del Carbono 14 para fechar de forma exacta ese momento de ocupación.

Con todos esos datos en la mano, y los resultados de los análisis sobre los «cientos de restos arqueológicos encontrados, una barbaridad para el tamaño de la cata», estarán en disposición de dar un montón de respuestas sobre la forma de vida en lo que podría ser la primera fortaleza del reino astur. «Se han localizado algunas necrópolis, como en Argandenes o Belmonte, y también una capa del siglo VI en el castillo de Gauzón, pero este yacimiento, por su tamaño y por su riqueza, es el más importante de Asturias en ese periodo», explica Fanjul. «No es normal que con un sondeo tan pequeño saquemos tanto material». Por eso, tras los análisis, su objetivo es realizar una excavación más amplia de la zona. «Estaría bien sacar la cabaña completa, porque suponemos que habrá más, pegadas a la muralla por su parte interior». 

La fortaleza, de carácter defensivo y situada en un «punto estratégico de acceso del valle del Nalón al centro de Asturias, mide 139 metros de longitud y 94 metros de ancho y, además de dos torres, cuenta con un aljibe de acceso a una fuente de agua.

19 de mayo de 2023

El mito clásico de Belerofonte, uno de los descubrimientos más importantes en la arqueología salmantina

La Villa Romana de Saelices el Chico, del siglo III, se descubre casualmente al realizarse los cimientos de una casa en la calle del Palomar
Mosaicos de decoración geométrica. Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación

El territorio de frontera está lleno de restos arqueológicos y huellas de un pasado que, en alguna ocasión como es el caso del yacimiento de Siega Verde-Valle del Côa, se remonta a 20.000 años atrás. Pero más cerca en la historia, concretamente en la época de la dominación romana, la Lusitania fue uno de los territorios más importantes del Imperio romano en Hispania. Y, de esa época, procede uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la geografía salmantina. Concretamente la Villa Romana de Saelices que procede, según los arqueólogos de los siglos I a III de nuestra era.

La casualidad es parte esencial en la arqueología, porque así fue como se descubre la Villa Romana, al realizarse las excavaciones para construir los cimientos de una vivienda en la calle del Palomar, en el denominado barrio de El Polvorín, en la margen derecha del Arroyo Grande, en Saelices el Chico, dentro de la comarca de Ciudad Rodrigo y, como tal, territorio de frontera. Con las obras de cimentación aparecieron restos constructivos de una vivienda, como fueron dos basas de columas de piedra arenisca.

Pero no será hasta 1995 cuando se inician los trabajos de excavación arqueológica ya bajo un proyecto. Es que, tal como se adujo en aquellos inicios, los hallazgos demostraron la importancia de esta villa, que contenía un pavimento musivo de decoración geométrica y, además, una estructura semicircular con banco corrido muy singular. Así, fue declarado por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica en 1997. Concluyendo con ellos la primera fase de excavación.

Aparece el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera
En 2005 es cuando se realizan los trabajos más importantes de la excavación arqueológica, dentro de la segunda fase. En los mismos se descubre la totalidad del mosaico en el que se representa el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera. Dando origen a unos de los mosaicos romanos más interesantes en Castilla y León y, de paso, poniendo en valor la importancia de este yacimiento. Ya que, tres años después, en otra excavación queda al descubierto construcciones de una ocupación seguida desde la época romana, posiblemente el siglo I, hasta la baja edad media.

La Quimera, hija de Tifón y de Equidna, era un monstruo de tres cabezas que asolaba las tierras de Asia Menor. Su cuerpo era el de un león al igual que su cabeza principal. Del lomo le salía una segunda cabeza de cabra o macho cabrío y finalmente la cola era una larga serpiente. De sus tres bocas lanzaba fuego con el que mataba todo lo que se le ponía por delante, asolando los fértiles campos y devorando personas y animales. En las tres cabezas de este pavimento musivo se ve perfectamente como el monstruo expulsa fuego por las bocas en un afán de defenderse.

Así, el yacimiento presenta dos áreas bien diferenciadas, según las anotaciones de los arqueólogos, una primera urbana con la vivienda y el espacio lúdico que contiene un ninfeo sobre un área termal de una villa anterior. Y, en segundo lugar, una zona considerada rústica cercana la superficie de recreo.

Con todos los trabajos de excavación analizados, la Villa Romana de Saelices el Chico presenta tres etapas de ocupación. Una primera, que corresponde a una villa de la época del Alto Imperio (siglos I y II). Una segunda villa romana tardía (siglos III a V). Y, en tercer lugar, también se vislumbra una vivienda bajomedieval, que, según los estudiosos, podría considerarse el antecedente del actual núcleo urbano, situado a la margen izquierda del Arroyo Grande, ya que la Villa Roma se ubica en la margen derecha, donde se expanden los restos en un área de 4.800 metros cuadrados, de los que 600 m2 han sido ya exhumados y estudiados.

Mosaicos de decoración geométrica
Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación es un gran mosaico con decoración geométrica ubicado en el pasillo residencial de esta villa, fechado en el siglo IV. En el estudio se recoge que "un mosaico similar se encuentra en la villa de La Olmeda de la provincia de Palencia".

En el trabajo de investigación de 1995 se recoge que todo el complejo romano está delimitado con muros de esa época y dentro de él se alternan un total de seis estructuras semicirculares en buen estado de conservación, que se corresponden con estanques, piscinas y zonas de recreo.

Conchi Martín, la arqueóloga encargada de las prospecciones, asegura que "hemos descubierto una zona rústica, y esto es de lo más importante, porque no se han encontrado prácticamente zonas de este tipo en ninguna villa excavada en la región". Esta parte de la villa se caracteriza por ser la localización en la que se ubicaron los establos y las casas de los esclavos y los campesinos. Otro de los aspectos que hace suponer que se trata de una villa bastante importante es el hecho de que se han descubierto tres zonas bien distintas que formarían parte de la misma. "Por un lado está la parte residencial, que es propiamente el lugar donde vivían los romanos", argumenta Conchi, "pero por otra parte, descubrimos la zona lúdica, que es donde se ha hallado el ninfeo, un área con jardines y fuentes".

Los últimos hallazgos confirman la existencia de un hipocausto, es decir, el sistema de calefacción que utilizaban en las habitaciones o las termas, lo que hace suponer, según la arqueóloga, "que nos encontramos ante unas termas que están bajo la zona lúdica, y es el hipocausto el que nos da pie a pensar que son termas porque utilizarían este sistema para calentar el agua de los baños". Los primeros datos sitúan esta villa entre los siglos I y II, pero será el descubrimiento de la necrópolis el que aporte muchos más datos. "Pienso que la necrópolis puede estar como mucho a un kilómetro en dirección al municipio de Castillejo. Cuando la encontremos nos servirá para obtener información cronológica". Además, según afirma la arqueóloga, "normalmente aparecen piezas del ajuar, lo que también nos dará muchas pistas".

La segunda fase de excavaciones ha puesto al descubierto un nuevo mosaico que forma parte del pasillo y que, según Conchi Martín, "es como un rompecabezas, un conjunto de dameros intercalados con un motivo, pero creo que el maestro mosaista lo hizo de tal manera para que no solo llamara la atención, sino para que además tuviera una serie de connotaciones". Una vez que concluyan estas excavaciones, habrá que decidir si la villa se vuelve a soterrar. Francisco Bernal, alcalde de Saelices, explica que "estamos trabajando en una serie de proyectos para conseguir la financiación necesaria para que la villa quede abierta al público".

Restos difíciles de calibrar
Los restos musivos de Saelices son difíciles de calibrar, tanto estilística como cronológicamente, dado el estado fragmentario y la parcialidad de la documentación fotográfica, así como por la falta de contexto arqueológico (hallazgos cerámicos, numismáticos...). Aún así, podemos aventurar con cierta seguridad unas fechas tardías. El interés del muro pictórico de Saelices se centra en que es el único hallazgo de pintura mural romana conservado in situ en la provincia de Salamanca.

GAIUS SERGIUS AURATA (Cayo Sergio Orata)
Nacido, posiblemente, en Campania (140 a.C-91 a.C), fue un ingeniero romano, que según Vitrubio, inventó el hipocaustum. Este sistema de calefacción ya lo utilizaban los griegos, pero los romanos lo perfeccionaron y lo difundieron. Se utilizaba, tanto para las viviendas de las clases más adineradas como para las termas públicas o los baños privados.

En un horno situado fuera del edificio, se quemaba la leña que, posteriormente, y a través de una serie de galerías construidas con pilas de ladrillos debajo de los suelos, se difundiría el aire caliente.

En la Villa Romana de Saelices el Chico, han encontrado este sistema de calefacción bajo algunas habitaciones de los baños.

Las puertas y ventanas de las viviendas romanas, también tenían cristales. Los romanos utilizaban el vidrio para la realización de vajillas, por ejemplo, pero, para cubrir las ventanas y las puertas de las inclemencias del tiempo, utilizaban algo que era mucho más transparente, dejando pasar la luz. Era el lapis specularis. Un mineral de yeso que se presenta en láminas muy transparentes. Los romanos lo utilizaron, sobre todo, entre los siglos I y II d. C.

En Hispania, la ciudad romana de Segóbriga, basaba su economía en la obtención de este mineral. En la Villa Romana de Saelices el Chico han encontrado fragmentos de vidrio, pero de momento no hemos hallado lapis.

26 de noviembre de 2011

El arte rupestre de Jaén, el Patrimonio de la Humanidad más olvidado

En 1998 la UNESCO otorgó a estos yacimientos el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad, y de ellos el de la Tabla de Pochico (Aldeaquemada, Jaén) ha obtenido además el distintivo de Itinerario Cultural del Consejo de Europa.

Con apenas 600 habitantes, el pequeño municipio jiennense de Aldeaquemada, en el parque natural de Despeñaperros, presume de tener el conjunto más importante de arte rupestre de Andalucía. Una treintena de abrigos se dispersan por toda la vertiente sur de Sierra Morena con pinturas que hacen referencia, principalmente, al mundo de la caza. Las figuras naturalistas corresponden fundamentalmente a cérvidos aunque también aparece alguna cabra.

El yacimiento principal, el de la Tabla del Pochico, es uno de los nueve destinos arqueológicos andaluces que han obtenido el distintivo de Itinerario Cultural del Consejo de Europa y que hemos tenido el placer de visitar de la mano de unos guías de excepción: D. Miguel Soria, responsable de la Sección de Arte Rupestre del Instituto de Estudios Gienenses, D. Sebastián Lozano, gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural del Condado y Pablo Lozano, de la empresa de servicios turísticos SEMER.

"Los abrigos rupestres nos ayudan a potenciar el turismo rural, que centra, tras la actividad forestal y cinegética, la principal vía económica del municipio", resalta Manuel Fernández, alcalde de Aldeaquemada, localidad que ofrece la visita a través de guías turísticos. La importancia del yacimiento de la Tabla del Pochico, descubiertas en 1914 por Juan Cabré, es que acoge, por igual, pinturas del arte levantino y el arte esquemático. Las primeras de ellas, de las que se contabilizan 69 yacimientos en Jaén, Almería y Granada, están declaradas desde 1998 Patrimonio de la Humanidad.

Precisamente, todos estos yacimientos se agruparon en el verano de 2010 en la Asociación Arte Rupestre del Arco Mediterráneo-Patrimonio Mundial. Este colectivo engloba a seis comunidades autónomas que concentran un conjunto de 727 conjuntos rupestres, abrigos rocosos, cuevas, covachas o barrancos en los que se ha encontrado alguna representación figurativa que van desde trazos geométricos a escenas de caza, recolección, danza o guerra, incluyendo figuras humanas y de animales. "Lo que queremos es agruparnos para cumplir con las obligaciones y el compromiso que tenemos con la Unesco, es decir, la conservación de este patrimonio y su puesta en valor", explica Sebastián Lozano, gerente de la Asociación de Desarrollo Rural del Condado que ha impulsado esta asociación de ámbito estatal.

Os dejo con la galería fotográfica de nuestra visita a los yacimientos de Prado del Azogue y Tabla de Pochico.

3 de julio de 2014

Andalucía protege como Zona Arqueológica dieciocho yacimientos en Porcuna (Jaén)

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, un conjunto de 18 yacimientos arqueológicos ubicados en el término municipal de Porcuna (Jaén). Estos asentamientos cubren un extenso periodo histórico, desde el Neolítico Final hasta la época contemporánea.
Conjunto escultórico ibérico de Porcuna, en el Museo Provincial de Jaén.
La nueva zona arqueológica suma una superficie protegida de 403 hectáreas, en la que se incluye la mayor parte del núcleo urbano, y abarca vestigios de las épocas prehistórica, íbera, romana y musulmana, además de construcciones singulares como las torres y lienzos de murallas del castillo medieval de la localidad (una de las sedes principales de la Orden de Calatrava) o la iglesia gótica del Priorato de Porcuna.

Los yacimientos se localizan en el valle medio del río Salado de Porcuna y ocupan varios cerros allanados de la campiña alta del valle del Guadalquivir. Corresponden a un asentamiento que tuvo su origen en el Neolítico Final-Cobre antiguo (III milenio a.C.) y que, con distinta extensión e intensidad, ha mantenido una ocupación ininterrumpida hasta la actualidad.

Como antecedentes de este poblamiento se protegen también, entre otros enclaves paleolíticos, los de La Peña de la Grieta, los Farallones del Sulfuro o la Cueva de los Enamorados, hábitats que se desarrollaron al resguardo de pequeños abrigos en los bordes de los cerros de Porcuna. Destaca especialmente el de la Peña de la Grieta, uno de los primeros de este tipo investigados mediante excavación y comparable a las conocidas cuevas de Ambrosio, en Almería, o las del Parpalló y Les Mallaetes, en Valencia.

Al final del Neolítico las comunidades se asientan en las cimas de los cerros de Los Alcores y El Albalate, donde crean sendos poblados fortificados a unos dos kilómetros de distancia el uno del otro y flanqueando el antiguo lago salado pleistocénico de Pescolar.


En la denominada época orientalizante o tartésica, el enclave de Los Alcores se expande en sentido sureste, hacia el Cerro del Castillo, casco histórico de la actual Porcuna. Las fuentes literarias clásicas señalan este poblamiento como la polis de Ibolca y la consideran capital de los túrdulos y de la zona oriental de la Turdetania. Su prosperidad se refleja en la complejidad de las viviendas y en la importancia de los conjuntos escultóricos hallados. En torno al núcleo Los Alcores-El Cerro del Castillo se sitúan también necrópolis y sileras como las del Camino Alto-El Muro, la Cruz Blanca y El Ejido de Napoleón.

CIUDAD ROMANA
En la época romana, Obulco obtiene el estatus de ciudad y su ceca, la más prolífica y variada de la Hispania, acuña durante 200 años decenas de tipos de monedas que circulan por todo el Imperio. Fruto de este florecimiento se produce la consolidación del urbanismo de la población y se trazan nuevos barrios como los actuales San Benito, Santa Ana, San Marcos o San Francisco. Nuevas necrópolis la rodean por todos los flancos a partir de sus puertas y caminos y también surgen asentamientos periurbanos atestiguados en yacimientos como La Dehesa de los Potros y las villas de La Sendilla Golosa, Chichimao, La Cabra Mocha y El Cerro de Camacho.

Durante la Antigüedad tardía y toda la Edad Media se refuerza el castillo, se crea un perímetro más reducido y se intensifica la población intramuros. De la época musulmana se han investigado algunos restos de viviendas de la ciudad fortificada de Bulkuna, sobre todo en la parte alta (barrio del Castillo), así como silos y restos de necrópolis. Por su parte, los yacimientos de Las Huertas de El Vélez, La Galga, La Tenería y Mengíbar reflejan la agricultura de regadío que abastecía al núcleo urbano.

En el perímetro de la zona arqueológica declarada por el Gobierno andaluz también se incluye el legado de la Alta Edad Media y de la época moderna. Tras la entrega al rey Fernando III en 1240, la ciudad pasa a la Orden de Calatrava y durante los siglos XIV y XV sirve de residencia de los maestres.

A este periodo corresponde la construcción del nuevo castillo sobre los restos antiguos como recinto palaciego, además de una compleja evolución urbanística sobrepuesta a amplias zonas de la ciudad túrdula y romana. De la Orden perviven algunos de sus edificios más señeros, como la Iglesia y Priorato de San Benito o la Torre Nueva o de Boabdil, singulares ejemplos del estilo gótico en Andalucía oriental y ambos declarados ya monumentos.

De la época moderna se conservan numerosas viviendas de arquitectura vernácula y valiosos edificios que reflejan la importancia de Porcuna tanto por su población como por su actividad agropecuaria. Entre ellos destacan el Pósito Real (actual Ayuntamiento), el Granero y Bodega de Francisco Javier Ceballos, la Iglesia de San Sebastián o Jesús Nazareno y la Casa Palacio de los Aguileras.

30 de enero de 2011

El Museo Arqueológico de Córdoba estrena mañana su nuevo edificio


El Museo Arqueológico inaugura mañana su nuevo edificio, en el que la exposición 'Córdoba, encuentro de culturas' ofrece un recorrido por el patrimonio arqueológico de la provincia a través de 500 piezas
El proyecto de reforma y ampliación del Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba avanza en los años como un goteo sigiloso, se proyecta en el presente y el futuro de la ciudad con su orgullo tímido, sus previsiones laboriosas, su precaución y su promesa. Administra sus logros y en amplios segmentos de tiempo queda relegado a un incompleto pero áspero olvido, sepultado por los más perentorios asuntos de la actualidad. La hemeroteca revela la dilatada historia de una empresa cuyas raíces hay que buscarlas en 1992 y que mañana celebrará la culminación de una etapa con la inauguración del nuevo edificio del museo, ubicado junto al antiguo en la plaza de Jerónimo Páez. 


Alminar de Abderramán III.
La construcción de este espacio, que se desarrolló entre 2004 y 2008 (posteriormente se han llevado a cabo las labores de musealización), dará paso en los próximos años a la reforma del edificio que alberga el museo desde los años 50, que tuvo que ser cerrado temporalmente hace unos años por unas obras de emergencia debido a su mal estado. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, será la encargada de inaugurar, acompañada por el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, el nuevo equipamiento, que acogerá las exposiciones temporales del museo y en el que tienen cabida talleres, despachos y áreas de trabajo, además de una biblioteca, un aula educativa y espacios de servicio para los visitantes.

El centro ofrece como bienvenida la exposición Córdoba, encuentro de culturas, que reúne algunas de las piezas más relevantes del museo en un recorrido por el pasado de Córdoba desde la Prehistoria hasta la Edad Media. Junto a esto, el otro gran atractivo (este, permanente) es la musealización de los restos del teatro romano de Córdoba, que han sido integrado en el edificio como un testimonio de la importancia de la ciudad en el siglo I de la era cristiana. 


La visita se inicia con un vídeo introductorio que explica la historia del museo. La exposición está dividida en dos partes: hay una propuesta de recorrido pero las dos secciones son autónomas. Unas 500 piezas de los fondos de la institución han sido seleccionadas para mostrar al visitante la palpitante riqueza de la historia arqueológica de Córdoba. Se trata de una exposición temporal de larga duración: cuando el Palacio de los Páez esté restaurado, todo este legado regresará allí. La selección ha sido precisa y ofrece al público la posibilidad de contemplar obras que en muchos casos ya son conocidas (sobre todo, para los cordobeses) pero que adquieren una nueva dimensión a la luz de un discurso museológico renovado y contemporáneo.


La época romana es otro de los referentes del museo.
El recorrido por las colecciones se ve enriquecido por unos puntos interactivos que ofrecen información sobre distintos aspectos. La amplitud del espacio, la manera en que se distribuyen las vitrinas y los materiales, la diversidad y calidad de las piezas expuestas y la claridad y sencillez de los paneles (que evitan cansar al lector con abigarradas explicaciones) otorgan a la visita un carácter placentero reforzado por una iluminación que crea un clima de calidez y beneficia la contemplación de lo que se ofrece al visitante como una suma de testimonios a lo largo de los siglos. La época romana y la islámica afloran como los dos grandes referentes en un recorrido en el que la memoria de Córdoba queda expuesta en dos niveles fundamentales: el que hace referencia a la dimensión cultural y política de la ciudad en los diversos periodos (primera parte de la exposición) y el que repara en la vida de sus habitantes, sus costumbres, creencias y aficiones (segunda parte).


Están Afrodita agachada y el león ibérico de Nueva Carteya, Mithras de Cabra y una amplia selección de capiteles romanos, la máscara de Pan y una colección de monedas que abarca desde los denarios del siglo III a. C. hasta las doblas castellanas del siglo XV. El visitante contemplará la huella neolítica en la provincia y la evolución en los modelos de las casas a través de las épocas; mosaicos, sarcófagos paleocristianos, ménsulas, relieves, celosías califales, braserillos, juguetes, instrumentos musicales y piezas de ornamento y adorno. Maquetas de construcciones singulares como el templo romano de la calle Claudio Marcelo y el alminar de la Mezquita de Abderramán III. 

Y, por supuesto, los restos integrados del teatro romano. Un audiovisual sobre la construcción de un edificio de estas características y un panel explicativo dan la bienvenida al visitante, que desciende por una pasarela contemplando las distintas partes del coliseo y desemboca en un nuevo panel que reconoce la imposibilidad de localizar exactamente el frente de escena hasta que no se amplíe la zona excavada a la plaza de Jerónimo Páez y las calles aledañas. La Córdoba del siglo XXI conecta con la del siglo I a través de este simbólico abrazo histórico en los restos del que fue uno de los teatros más grandes del Imperio. 

Interesa detenerse en la procedencia de las piezas: numerosas localizaciones (calles, plazas, monumentos) de la ciudad y la provincia están representadas en el museo, completando un extenso paisaje arqueológico que ayuda a entender la riqueza del legado patrimonial que se exhibe. 

La configuración del nuevo edificio, por tanto, atiende a una división entre áreas públicas y restringidas. La zona de recepción de visitantes es un gran espacio diáfano en el que ya se percibe ese maridaje entre modernidad e Historia, ese acercamiento al pasado con los recursos y los lenguajes del presente. Es singular también el contraste entre este equipamiento y el viejo palacio renacentista colindante. 

El Museo Arqueológico de Córdoba no estará acabado y no ofrecerá su definitiva versión hasta que no concluya la restauración de este último edificio, que contempla una ampliación del espacio disponible. Paralelamente a la reforma se trabajará en la puesta en valor de los restos arqueológicos del solar norte, donde se conservan trazas importantes de la reforma urbanística ideada en Córdoba durante los últimos años del siglo I a. C.