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3 de octubre de 2023

Los restos de ganado en un galeón hundido en Ribadeo explican la alimentación en el siglo XVI

El CSIC ha encontrado 78 huesos de animales, que dan cuenta de las fuentes de proteínas de la tripulación
Toma de medidas en el yacimiento del pecio Ribadeo I. | Christine Heamagi (MALtd), Proyecto ForSEAdiscovery-CSIC / Xunta de Galicia

En 1597, un galeón de guerra construido en Nápoles (Italia) naufragó en aguas gallegas. Este buque, el San Giacomo di Galizia, también conocido como Santiago, se hundió en el estuario de Ribadeo (Lugo), donde ahora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera su análisis, siglos después, con el objetivo de conocer cómo era la vida de sus tripulantes.

El yacimiento subacuático de los restos del Santiago, o el Pecio Ribadeo I, es un caso excepcional para estudiar un navío de guerra del siglo XVI en aguas territoriales españolas. La investigación de este pecio, que constituye un fragmento de una nave naufragada, ofrece una ventana al pasado, que permite conocer el ganado consumido por los marineros o el tipo de cerámica utilizada para almacenar agua y cómo se conservaban los alimentos.

Así, el equipo internacional liderado por el CSIC ha logrado reconstruir la historia del Santiago. Gracias al estudio de los artefactos sumergidos y la revisión de documentos históricos y análisis espectroscópicos, los investigadores se aproximan como nunca a las actividades ocurridas a bordo del navío, durante su breve periodo de servicio en la Armada española, desde su construcción en un astillero de Nápoles alrededor de 1590 hasta su naufragio en 1597.

La investigación, coordinada por las científicas Ana Crespo Solana y Marta Moreno García del Instituto de Historia (IH-CSIC), y Sagrario Martínez Ramírez, del Instituto de Estructura de la Materia (IEM-CSIC), ambos pertenecientes al CSIC, ha presentado los resultados recopilados en la revista Heritage. En este número monográfico especial ahondan en la cultura material y la vida a bordo de barcos de los siglos XVI al XIX y ofrecen una visión más amplia de las interacciones del entorno marino.

De acuerdo con la nueva publicación, este naufragio y otros de la misma época representan un valioso patrimonio histórico-arqueológico que ha recibido una atención limitada desde la perspectiva de la investigación subacuática, cuyo estudio proporciona «nuevas perspectivas sobre los contextos históricos y materiales de los siglos pasados», en palabras de Crespo.

La científica, especializada en historia y arqueología submarina, subraya que estos estudios «ofrecen una riqueza de datos significativos sobre la cultura material de la época, las dinámicas a bordo, las prácticas marítimas, las redes comerciales, los comportamientos y los conocimientos náuticos, así como el subsiguiente desarrollo y transformación de los sitios arqueológicos, los cuales se convierten en cápsulas históricas del tiempo». Ella lideró el proyecto europeo ForSEAdiscovery, que llevó a cabo la excavación subacuática entre 2012 y 2022. Actualmente, el trabajo continúa bajo la dirección de Miguel San Claudio Santa Cruz, arqueólogo de la Xunta de Galicia.

La gastronomía en un galeón de guerra
El estudio de los 78 huesos recuperados a bordo del Santiago revela, según el análisis arqueozoológico del Laboratorio de Arqueobiología de IH-CSIC, que los restos corresponden a diferentes porciones cárnicas, como vacas, corderos, cerdos, un ganso e incluso merluza.

Esto sugiere el papel fundamental del ganado como fuente primaria de proteínas para la tripulación. Según Moreno, el mayor número de desechos de vaca frente a las otras especies apunta a que el vacuno fue una fuente importante de proteínas para la tripulación. Además, la identificación de partes de animales con menor valor cárnico, como cráneos y extremidades distales de las patas, plantea la posibilidad de que se transportara ganado vivo para su posterior procesamiento a bordo.

Los patrones en la carnicería, como la frecuencia y ubicación de marcas de troceado en porciones pequeñas y manejables, indican a los científicos que los métodos de cocción más habituales eran la ebullición y el guiso. Además, los datos de envejecimiento denotan el probable consumo de carne tierna de vaca y cordero, indicando diferencias entre la alimentación de los oficiales de alto rango y el resto de la tripulación.

Por último, la recuperación de un tarsometatarso de ganso, un hueso sin rendimiento cárnico, supondría la presencia de aves de corral vivas a bordo, mientras que una vértebra de merluza se relacionaría con la provisión de pescado seco.

La cerámica, clave en el almacenamiento
Los análisis arqueométricos y químicos de las cerámicas, artefactos y restos óseos de fauna del yacimiento, han permitido a Ramírez, especialista en materiales del IEM-CSIC, reconstruir el itinerario de navegación del galeón. A través de la combinación del registro arqueológico con la documentación histórica, ahora se puede afirmar que el buque partió de Nápoles y pasó por Cádiz y Lisboa antes de hundirse en Galicia.

La cerámica se ha revelado como uno de los hallazgos más comunes, seguida de la madera y la piedra. Principalmente de manufactura portuguesa, estas vasijas no cumplían primordialmente funciones culinarias, sino de almacenamiento de agua y conservación de alimentos durante las extensas travesías marítimas. Además, «el estudio de las cerámicas y algunas piezas metálicas apuntan a diferentes técnicas de producción y a una importante cadena de conocimientos y mano de obra en su elaboración», detalla Crespo.

Las muestras se analizaron desde el punto de vista químico y mineralógico utilizando diferentes técnicas instrumentales en el IEM-CSIC, lo que ha permitido determinar dos tipos de cerámicas cocidas a diferentes temperaturas (<800ºC y >900ºC). Las primeras se relacionan con jarras para almacenar aceite, mientras que las segundas corresponden a piezas de vajilla, lo que confirmar la presencia de cerámica vinculada a la vida cotidiana a bordo de un barco militar.
Construcción naval mediterránea

En el monográfico también se publican los resultados de una intervención arqueológica del CSIC en el pecio de Mortella II, en 2021, que se realizó como complemento de la excavación del pecio del Mortella III efectuada entre 2010 y 2019, y al que está históricamente vinculado.

Ambos barcos eran mercantes genoveses que navegaban juntos y que se hundieron en 1527, en el contexto del séptimo conflicto italiano de la guerra entre Francia y España.

La revista recoge los principales resultados de las líneas de investigación sobre construcción naval y artefactos (anclas y artillería), del Renacimiento. La excavación de los pecios de la Mortella II y III fue dirigida por Arnaud Cazenave de la Roche y Ana Crespo.
(Fuente: The Objective)

3 de septiembre de 2014

Los últimos hallazgos confirman que A Recacha fue un campamento romano

Varias piquetas, tachuelas y una piedra de asentar filos son los hallazgos materiales que ha realizado el equipo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el yacimiento romano de A Recacha, situado entre Ibias (Asturias), Candín (León) y Navia de Suarna (Lugo). Para los científicos, la aparición de estos materiales es muy importante porque "confirma que A Recacha fue un campamento militar romano", explica la jefa de equipo, Almudena Orejas.
Javier Sánchez, arqueólogo del CSIC, recoge muestras en el yacimiento de A Recacha. Foto: SEBAS SENANDE.
El hecho de que el yacimiento haya tenido un uso militar temporal hace que se reduzcan los hallazgos de materiales arqueológicos o restos monumentales. Sin embargo, la información que aportan el suelo de la zona y los pequeños objetos encontrados es más relevante para los arqueólogos. "Lo interesante es que hemos encontrado un registro arqueológico muy complejo, muy poco monumental, que es lo que llama la atención, pero que nos indica claramente cómo se inicia el proceso de dominación por parte de Roma en la zona, y tenemos también el registro de cómo se pone en marcha la enorme explotación de los yacimientos auríferos en los municipios", enfatiza Almudena Orejas.

TRES AYUNTAMIENTOS IMPLICADOS CON EL CSIC
Los trabajos de investigación en A Recacha se desarrollaron durante diez días y han sido financiados a través de un convenio firmado entre los tres ayuntamientos a los que pertenece el yacimiento arqueológico: Ibias, en Asturias, Candín, en León, y Navia de Suarna, en Lugo, junto con el CSIC.



La previsión de las administraciones locales es conseguir la colaboración económica de los respectivos gobiernos regionales para poder seguir trabajando en los campamentos, tanto en el de A Recacha como en el de A Granda das Xarras, donde se recogieron muestras el pasado verano. "Por el momento, hemos pedido presupuesto al CSIC de las cantidades que estima necesarias para poder poner en valor los campamentos descubiertos, así como las minas de oro, y ver cómo lo financiaremos", comenta el alcalde de Ibias, José Ron.

Para las tres administraciones locales implicadas continuar con el proyecto es muy importante, ya que el objetivo "es rentabilizar de forma turística los descubrimientos", subraya José Ron.

AVANZAR EN LAS INVESTIGACIONES
Por su parte, el CSIC tiene el propósito de continuar avanzando en las investigaciones dentro de los campamentos y en las minas de oro, así como revisar los datos del poblamiento antiguo en la zona identificado en los inventarios arqueológicos "para poder relacionarlo todo, especialmente la explotación minera con el padrón y los mapas de la zona", asegura la investigadora del CSIC Almudena Orejas.

Además, la arqueóloga considera que queda mucho trabajo por hacer; "cuando analicemos las muestras que hemos extraído obtendremos información cronológica más precisa, hasta datos de la historia ambiental y de la vegetación de la zona", agrega.

(Fuente: La Nueva España / Demelsa Álvarez)

18 de mayo de 2023

El CSIC explora en Babia las huellas milenarias del pastoreo de montaña

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizan prospecciones arqueológicas en Fuentes del Sil (León). Por el momento han encontrado evidencias de la presencia de pastores prehistóricos de hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales

Arqueólogos del CSIC en Babia excavando cabañas de Pastoreo de Montaña CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT, Santiago de Compostela) dirige estos días excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, en el municipio de Cabrillanes en la provincia de León.

El equipo está formado por 12 especialistas bajo la coordinación científica y técnica de David González Álvarez, investigador del CSIC en el INCIPIT, quien destaca que “este tipo de estudios arqueológicos muestran un enorme potencial, y constituyen una iniciativa pionera en la investigación de las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica”.

El INCIPIT lleva trabajando en la zona desde 2017 con el objetivo de explorar, en la comarca de Babia, las huellas que el pastoreo ha dejado en estas montañas desde hace milenios. “Por el momento, hemos podido datar muchas de esas construcciones en diferentes momentos históricos, entre la Prehistoria reciente y nuestros días”, apuntan los investigadores a la Agencia DiCYT.

“Destacan algunas ocupaciones detectadas en el entorno de la laguna de Las Verdes, en Torre de Babia, con evidencias de la presencia de pastores prehistóricos hace unos seis mil años; así como restos de cabañas ocupadas en tiempos medievales, cuando Alfonso X el Sabio favoreció la fundación del Honrado Concejo de La Mesta de Pastores. Conforme avanzan los trabajos, llama la atención la diversidad en formas, tamaños y localizaciones de las estructuras investigadas, aspectos que centran el análisis de este equipo para comprender los cambios y continuidades en las actividades ganaderas”, explican desde el equipo.

Impacto de la trashumancia
“Durante las próximas dos semanas realizamos excavaciones arqueológicas en enclaves pastoriles de las Fuentes del Sil, en las inmediaciones de la localidad de La Cueta, gracias a financiación del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Esperamos recuperar datos útiles para caracterizar cómo ha cambiado el pastoreo en estos espacios, en los que aún varios rebaños de ovejas trashumantes llegados de Extremadura aprovechan sus ricos pastos cada verano”, avanza David González Álvarez.

Algunas de las preguntas a las que pretenden dar respuesta los investigadores son ¿Desde cuándo los rebaños de ganado aprovechan los pastizales más altos de la Montaña Leonesa? ¿Cómo ha variado esta actividad a lo largo de la historia? ¿Cómo se adaptó la ganadería a los cambios ambientales o históricos que condicionan su desarrollo? ¿Qué efectos genera el uso pastoril de estos espacios en su entorno en diferentes etapas históricas.

Como metodología para obtener estas respuestas, han explorado, mediante sondeos arqueológicos, unas 25 estructuras arruinadas que se reconocían en diferentes majadas de los pastizales de Babia. De algunas de ellas, no había memoria siquiera sobre su ocupación, mientras que otras ruinas de cronología casi pasan desapercibidas en el entorno de las cabañas actualmente en uso por los últimos pastores que aprovechan estos terrenos elevados.

Ruinas pastoriles de más de mil años
En esta campaña de trabajo de campo, los trabajos se concentrarán en el área de Calderones, próxima a las cumbres que dan sombra al nacimiento del río Sil. Allí, el equipo del CSIC excava una cabaña que fue ocupada en época tardoantigua, hace unos mil trescientos años.

“Se preservan los restos arruinados de su muro perimetral, un pequeño conjunto de fragmentos cerámicos semejante a piezas recuperadas en enclaves coetáneos de Zamora, así como los restos de un hogar repleto de carbones, cuyo análisis nos habla del aprovisionamiento de combustible leñoso para calentar esa estancia. En las proximidades de esta cabaña, la prospección superficial desvela trazas tenues de antiguos cercados para el ganado, además de otras cabañas. En los próximos días, los trabajos se ampliarán con prospecciones geofísicas, trabajos de teledetección con drones, y nuevos sondeos que serán excavados en estructuras no exploradas hasta el momento. Lo que pretendemos es recomponer pasajes clave en la biografía cultural de estas montañas lo cual nos ayuda, en definitiva, a reflexionar sobre cómo los paisajes de Babia fueron modelados por el pastoreo a lo largo de la historia hasta dar forma, en buena medida, a su configuración actual”, avanza David González Álvarez.

4 de agosto de 2012

El CSIC reconoce la singularidad arqueológica y científica del yacimiento de Castillejo del Bonete

La científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) María Isabel Martínez Navarrete, arqueóloga especialista en la Edad del Bronce, acaba de felicitar al alcalde de Terrinches, Nicasio Peláez, mediante un escrito por sus iniciativas en favor del conocimiento y difusión del Patrimonio Arqueológico de su municipio; iniciativas que considera muy adecuadas.
Pasillo ciclópeo en el yacimiento de Castillejo de Bonete,
en Terrinches. Foto: El Día.

Esta experta ha realizado una visita técnica a los yacimientos arqueológicos de Terrinches, acompañada por la investigadora predoctoral del CSIC Verónica Balsera Nieto, quien se ha interesado por Castillejo del Bonete con motivo de su estudio sobre la cultura prehistórica del Bronce de La Mancha. A la comitiva se unieron la investigadora y arqueóloga polaca Iza Romanowska (University of Southampton - UK), el doctor Dionisio Urbina y la profesora Catalina Urquijo (Arqueoexperiences) y alumnos de la UNED interesados en la Prehistoria. La visita a los yacimientos arqueológicos fue guiada por los arqueólogos que dirigen los trabajos en Terrinches, el doctor Luis Benítez de Lugo y Norberto Palomares.

Castillejo del Bonete, yacimiento singular sin paralelos conocidos
La Científica Titular del CSIC ha manifestado su sorpresa por la singularidad que presenta el yacimiento prehistórico Castillejo del Bonete, el cual combina un largo pasillo ciclópeo enlosado dirigido a una cueva que fue protegida mediante una potente fortificación. Este pasillo, que estuvo cubierto mediante losas de notable tamaño, no tiene paralelos conocidos.

A partir de los materiales arqueológicos obtenidos este yacimiento se muestra fundamental para entender los antecedentes y los inicios de la Edad del Bronce en La Mancha, muy mal conocidos hasta ahora.

Más tumbas ocultas
La Científica Titular del CSIC ha apreciado, asimismo, que deben existir más enterramientos por descubrir, según se infiere del material encontrado. La entrada a la cueva de Castillejo del Bonete fue tapada y ocultada ya en tiempos prehistóricos por los derrumbes del propio poblado, cuyas ruinas cegaron la cueva hasta que el equipo de arqueólogos de la consultora de Arqueología Anthropos SL descubrió su existencia, con la participación principal del experto arqueólogo Honorio Javier Álvarez.

Gran relevancia científica
La doctora Martínez Navarrete ha animado a abordar un programa específico de investigación que permita entender la relación entre las construcciones del poblado y la cueva fortificada, cuyas paredes subterráneas fueron adecuadas artificialmente para su uso. Por otra parte, existen indicios de que su utilización pudo estar relacionada con el aprovisionamiento de agua en un momento de cambio climático prehistórico con gran sequía.

La Científica Titular finaliza su escrito reconociendo el esfuerzo que está llevando a cabo desde hace ya más de una década el Ayuntamiento de Terrinches, animándole en la tarea de investigar y proteger este tan sobresaliente Patrimonio Arqueológico municipal.

Equipo interdisciplinar en admirable y dilatada labor de investigación
Que un municipio de 917 habitantes como es Terrinches esté promoviendo esta importante labor arqueológica es de admirar.

Recordemos que la presente campaña de trabajos arqueológicos en Terrinches no consiste en una breve labor de voluntariado de un par de semanas, como otras que suelen proliferar en estos meses del verano. Esta campaña es una actividad arqueológica profesional cuya duración prevista es de un año, aprobada y supervisada por la Dirección General de Cultura, y en la cual se han implicado, por el interés de los trabajos, investigadores de diferentes áreas del conocimiento e instituciones oficiales. Se trata de una iniciativa interdisciplinar que ha generado información y sorprendentes descubrimientos. De forma muy significativa, la calidad de sus resultados acaba ser acreditada, avalada y alabada por un organismo externo a los implicados en los trabajos; ni más ni menos que la máxima institución científica de España: el CSIC.
(Fuente: El Día Digital)

4 de octubre de 2022

Concluyen las excavaciones en el enclave de Casas de Turuñuelo

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM) ha concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.
La investigación de la cabaña ganadera se ha centrado en su implicación económica en la vida tartésica.

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), dependiente de la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, han concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.

En concreto, el proyecto de investigación “Estudio de la hecatombe animal del yacimiento de ‘Casas del Turuñuelo’. La gestión de la cabaña ganadera y sus implicaciones socioeconómicas y rituales en época tartésica”, realizado por el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM)-CSIC, ha finalizado con la ejecución de los trabajos programados y aportando datos reveladores que determinan la categoría del yacimiento como un asentamiento único en el valle medio del Guadiana en la fase final de la cronología tartésica (siglo V a.C).

Este proyecto ha sido cofinanciado al 80% por un importe de 148.227,20 euros por los fondos FEDER en el período de programación 2014-2020, dentro del Objetivo Temático 01 “Potenciar la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación”, dentro del marco de las actuaciones contempladas en el Programa para el Fomento de la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico del VI Plan Regional de I+D+i (2017-2020), prorrogado en la actualidad.

El yacimiento arqueológico del Turuñuelo se localiza en el término municipal de Guareña, cerca de Yelbes, próximo a la necrópolis tartésica de Medellín. Los trabajos de excavación realizados han permitido catalogar esta nueva construcción en el conjunto de un total de 13 edificios localizados bajo túmulos en la confluencia del río Guadiana con alguno de sus principales afluentes.

La excavación del Turuñuelo está dirigida por los arqueólogos del IAM-CSIF Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, y las campañas de excavación realizadas han permitido exhumar parte de un edificio de dos plantas, compuesto por un vestíbulo que da paso a varias estancias y un patio al que se accede por una escalinata monumental. Sobre el pavimento del patio se han registrado más de 50 animales sacrificados entre los que destacan especialmente los équidos.

CASO ÚNICO
Se trata de un caso único tanto por las características deposicionales como por el tamaño y variedad de la muestra faunística. El marcado carácter estructurado de los depósitos animales indica un alto componente de actividad ceremonial que se interpreta como la primera evidencia de una hecatombe en el Mediterráneo.

El extraordinario volumen de équidos localizados y la variabilidad observada indican una cabaña equina probablemente mixta, que pudo estar compuesta por caballos, burros o asnos y sus híbridos. Esto nos remite a una gestión ganadera especializada y eficiente que pudo estar orientada al transporte de mercancías, probablemente relacionado con el abastecimiento y/o su distribución.

El equipo investigador que actualmente trabaja en el yacimiento es multidisciplinar, abarcando todas las especialidades relacionadas con la reconstrucción y el análisis específico de los restos animales. Este equipo está compuesto por miembros del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAM-CSIC), del Instituto de Restauración y Conservación de la Generalitat de Valencia, de las Universidades de Extremadura (Facultad de Veterinaria, Escuela de Ingenieros Industriales), y por los equipos de Bioarqueología de las universidades de Barcelona, Valencia, Granada, del Instituto Milá y Fontanals del CSIC y del Instituto Carlos III-Universidad Complutense de Madrid.

En la actualidad, la dimensión del yacimiento y su enorme potencial han requerido la concesión de una subvención directa de la Junta de Extremadura al CSIC para darle continuidad a la investigación del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo realizada por el IAM, al ser considerado como el mayor hallazgo arqueológico del último decenio en España y uno de los más importantes del Mediterráneo.

Esta nueva concesión directa cuenta con una inversión de 166.518 euros, cofinanciada en un 80% por el Programa Operativo del FEDER 2014-2020 de Extremadura, para la realización de una actividad subvencionable hasta 2023 que va a permitir desarrollar los trabajos de estudio, restauración y conservación en el laboratorio de los restos extraídos.

Los hallazgos encontrados en el yacimiento del Turuñuelo no solo han tenido una proyección científica internacional, sino que su divulgación ha adquirido una extraordinaria dimensión social por su difusión a través de redes sociales, con información disponible permanentemente actualizada, a través de la web https://construyendotarteso.com; en twitter, Construyendo Tarteso @CTarteso; o en Facebook, tartesoencomunidad.blogspot.com, como plataforma de difusión y socialización.

En definitiva, el yacimiento de Casas de Turuñuelo se ha convertido en un fenómeno científico y social que sigue creciendo y es incluso precursor de iniciativas emprendedoras entre la sociedad extremeña.

25 de octubre de 2024

"La conservación del patrimonio subacuático y marítimo constituye un reto social y cultural"

La investigadora Ana Crespo Solana explica el desarrollo de la arqueología subacuática en su último libro. En su trabajo analiza el vínculo entre historia y arqueología, las líneas de investigación más importantes relacionadas con el estudio del patrimonio subacuático y la memoria tangible e intangible de las sociedades marítimas. También describe los métodos empleados en una excavación subacuática y revisa en profundidad algunos de los más importantes hitos legislativos en relación al patrimonio sumergido.

Durante milenios, océanos y mares han sido medios para la transmisión cultural y tecnológica. En el libro Arqueología subacuática y patrimonio marítimo (CSIC-Catarata), la investigadora del CSIC Ana Crespo Solana aborda la relación entre el enorme patrimonio existente en mares y océanos de todo el mundo y la historia de la humanidad. El título, perteneciente a la colección ¿Qué sabemos de?, analiza el vínculo entre historia y arqueología, las líneas de investigación más importantes relacionadas con el estudio del patrimonio subacuático y la memoria tangible e intangible de las sociedades marítimas. También describe los métodos empleados en una excavación subacuática y revisa en profundidad algunos de los más importantes hitos legislativos en relación al patrimonio sumergido.

La Unesco y el Decenio del Océano
En 2021 Naciones Unidas lanzó oficialmente el Decenio del Océano (2021-2030), que tiene entre sus metas la necesidad de producir datos sobre la relación entre océano y sociedad. El patrimonio subacuático del planeta, de una enorme riqueza histórica y cultural, proporciona muchos de esos datos. Sin embargo, advierte la autora, afronta serios problemas de conservación y regulación jurídica comparables a los que sufre el propio océano.

La investigadora aclara que se trata de un patrimonio tangible, que alberga materialidades relacionadas con la interacción entre la sociedad humana y el mar, y también de un patrimonio intangible, que abarca los conocimientos derivados de la lucha del ser humano con el océano y de la creación de la tecnología que permita la vida en el mar. Esto incluye la construcción naval, la obra civil en costas y ríos, así como cualquier estrategia humana y cultural orientada al aprovechamiento de los recursos que proceden del mar.

Una disciplina derivada de la arqueología
La arqueología subacuática y marítima es una subdisciplina de la arqueología que estudia el pasado histórico a través de la recopilación de vestigios de cultura material y su investigación, pero con una metodología específica que implica la adaptación del arqueólogo, y sus métodos, al medio marino. Como disciplina científica, la arqueología subacuática extiende las técnicas de la arqueología clásica al mundo marino.

Según Ana Crespo Solana, la tecnología es solo un instrumento que debe utilizarse con un proyecto claro, por lo que es imprescindible tener en cuenta factores como la información ofrecida por la memoria histórica oral o escrita y el estudio de la documentación antes de recurrir a una tecnología determinada. “También es esencial conocer la relación que existe entre el clima y la geografía, así como los cambios geofísicos históricos en las zonas donde se producen naufragios para entender las propiedades de dichos entornos”, apunta.

El desafío de las personas que se dedican a la arqueología subacuática consiste en adaptar su trabajo al entorno marítimo. “Hay muchos problemas relacionados con el océano, pero quizás el reto más interesante, y a la vez peligroso, es la profundidad”, comenta. Como disciplina científica, la arqueología subacuática ha evolucionado mucho y este libro proporciona una gran cantidad de casos de estudio en España y en toda Europa.

No es una búsqueda de tesoros
La arqueología subacuática se ha confundido tradicionalmente como la búsqueda de tesoros, una especie de aventura excitante como la de los grandes descubrimientos, igualables a la idea del hallazgo de la tumba de Tutankamón, pero bajo el mar. No obstante, “una considerable y loable labor de concienciación social está cambiando esta perspectiva”, aprecia Crespo. La investigadora del CSIC también hace hincapié en que la arqueología en cuerpos de agua es una ciencia. “El principio más importante es poder entender y crear un marco teórico y metodológico adecuado para poder estudiar los restos arqueológicos sin destrucción, con la mínima intrusión posible y establecer preguntas adecuadas de investigación”, observa.

El naufragio es el principal generador del yacimiento arqueológico relacionado con el océano. La autora explica que “el yacimiento relacionado con una catástrofe marina derivada en hundimiento de una embarcación es uno de los objetivos más extendidos de la arqueología histórica marítima y se aplica a contextos producidos por diversos eventos como el naufragio, el abandono, una catástrofe natural o restos de batallas en el mar”.

Conservación y divulgación para el futuro
La conservación del patrimonio subacuático y marítimo constituye un reto social y cultural que va de la mano de la propia concienciación y protección de los océanos. “Hasta el momento, no se han impulsado de forma suficiente las investigaciones sobre las implicaciones que para los ecosistemas marinos pueda tener la existencia de unos bienes culturales que yacen en el mar durante siglos”, reclama Ana Crespo. En estos casos, urge el desarrollo de proyectos interdisciplinares y un mayor compromiso por parte de los Estados y las instituciones y para lograrlo, “es fundamental la cooperación internacional, así como una mayor fluidez en los procesos burocráticos necesarios para la tramitación de permisos o la declaración de bienes de interés cultural en patrimonio protegido”, concluye.

Si nos fijamos en el territorio español, la arqueología marítima y subacuática sufre por la relativa falta de homogeneización, pues depende del modo en que cada comunidad autónoma protege y estudia el patrimonio histórico marítimo, costero, sumergido o intermareal. Tampoco existen centros oficiales de arqueología subacuática en todas las comunidades autónomas. Además, advierte Crespo, “se debe vigilar a toda costa que los bienes culturales (objetos y artefactos) derivados del patrimonio subacuático y marítimo se depositen, guarden y gestionen en instituciones científicas o en museos, con el fin de asegurar su preservación y estudio a largo plazo”. En este sentido, la experta resalta la importancia de que se fomenten planes de formación en patrimonio arqueológico subacuático desde la perspectiva de las leyes, pero en especial desde la arqueología científica propiamente dicha.

Sobre la autora: Ana Crespo Solana

Investigadora científica del CSIC, profesora honoraria en la Universidad de Gales Trinity Saint David (UWTSD) y miembro de diversas instituciones y organismos científicos, como la Academia Europea y la Red de Arqueología del CSIC (ArchaeologyHUB). Ha impartido conferencias y másteres especializados en Europa, América y Asia, y ha dedicado más de treinta años al estudio de las relaciones entre las sociedades humanas y el océano, la investigación interdisciplinar de las humanidades con las tecnologías de la información, la historia, la arqueología marítima y la defensa del patrimonio sumergido. Además, ha dirigido proyectos internacionales de investigación, como el programa internacional ForSEAdiscovery, así como otros dedicados al estudio de los pecios ibéricos en el marco de la Carrera de Indias de los siglos XVI al XVIII. Ha publicado ocho libros y más de 120 artículos en inglés y español.

13 de abril de 2023

Fundación Palarq anuncia los candidatos al III Premio Nacional de Arqueología y Paleontología


La tercera edición del Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq contará con 18 proyectos aspirantes en su tercera edición. La entidad analizará ahora las candidaturas recibidas para determinar cuáles serán los 6 finalistas que entrarán en la carrera de esta edición del Premio.

Todos los proyectos aspirantes están liderados por equipos de investigación pertenecientes a instituciones públicas españolas y, en todos los casos, se trata de investigaciones en curso, ya sea en territorio nacional o en el extranjero.

El 15 de junio, un jurado internacional de reconocido prestigio en el ámbito científico y cultural, elegirá el proyecto ganador que se hará público durante la gala de entrega del Premio. La gala se desarrollará en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), entorno que tradicionalmente ha albergado el evento.

El certamen, con carácter bienal, es el primer premio de estas características concedido por una fundación privada dedicado a estas disciplinas y está dotado con 80.000 euros.

Proyectos aspirantes

‘Origen y evolución cultural del Homo erectus en África Oriental’. Dirigido por Ignacio de la Torre desde el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el proyecto aborda la cuestión de cuándo y cómo el Homo erectus y el Achelense emergieron en la historia de la evolución humana.

‘Proyecto arqueológico subacuático Mar del Ebro. Prospección y documentación arqueológica subacuática de los pecios de la Primera y la Segunda Guerra Mundial en el Mar del Ebro’. Bajo los auspicios de la Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (SONARS), con los investigadores Manuel J. Fumás Soldevila, Josep María Castellví y Pere Izquierdo Tugas, es uno de los proyectos de arqueología subacuática más importante de época contemporánea.

‘Excavaciones e investigaciones en el templo del faraón Tutmosis III en Luxor’. Miriam Seco, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, investiga este mítico yacimiento. Este templo, antaño sagrado, de la antigua Tebas es considerado como uno de los grandes monumentos del Egipto faraónico.

‘Hacia el comportamiento humano moderno. Estrategias socioeconómicas y culturales de los últimos neandertales de la Meseta Norte (Cueva Prado de Vargas. Cornejo, Burgos)’. El equipo formado por Marta Navazo Ruiz, de la Universidad de Burgos; Rodrigo Alonso Alcalde, del Museo de la Evolución Humana (MEH) y la Universidad de Burgos; y Alfonso Benito Calvo, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), analiza y estudia la dinámica socioeconómica del yacimiento, con el fin de aportar nuevos datos sobre las causas que motivaron los cambios previos a la desaparición neandertal.

‘Proyecto Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce’. Desde Murcia, el equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona formado por  Vicente Llull, Rafael Micó, Critina Rihuete Herrada, Eva Celdrán Beltrán, Camila Oliart Caravatti y Miguel F. G. Valério, avanza en la investigación de la sociedad de El Argar.

‘Explorando la Tecnología de la Madera de los Neandertales del Abric Romaní (Capellades, Barcelona)’. El equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social integrado por +Palmira Saladié, +Josep Vallverdú y María Gema Chacón, trabaja en uno de los yacimientos más importantes del Paleolítico medio. La excepcional conservación de la madera dará nuevas interpretaciones al estudio de los Neandertales.

‘La Draga en el contexto de las primeras comunidades neolíticas peninsulares’. La Universidad Autònoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Institució Milà i Fontanals (IMF) son las instituciones que auspician este proyecto liderado por Antoni Palomo Pérez (UAB), Raquel Piqué Huerta (UAB) y Xavier Terradas Batlle (CSIC-IMF). La Draga es el único yacimiento neolítico lacustre de la Península Ibérica.

‘Evolución de los rituales, creencias y prácticas religioso-funerarias en Oxirrinco. Desde la dinastía XXVI hasta la etapa cristiano-bizantina’. Este proyecto cuenta con un equipo liderado por Ignasi-Xavier Adiego Lajara de la Universitat de Barcelona-Instituto de Próximo Oriente Antiguo (IPOA); Esther Pons Mellado, del Museo Arqueológico Nacional (MAN), y Maite Mascort Roca. Situado a 190 km al sur de El Cairo, Oxirrinco es uno de los cinco yacimientos arqueológicos más grandes del país con una cronología que abarca desde la época Saita (664 a.C.) hasta el periodo Cristiano-Bizantino (siglo VII d.C.), momento en que se produce la invasión musulmana en Egipto, incluyendo por supuesto, la etapa Persa y Ptolemaico-Romana.

‘Arqueología en la ciudad y territorio de Tusculum (Italia). Desde la época arcaica hasta hoy’. El proyecto está dirigido actualmente por el director de la EEHAR-CSIC, Antonio Pizzo. Desde hace casi 30 años, la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) dirige un proyecto de investigación arqueológica en la ciudad de Tusculum. Se trata de un proyecto arqueológico institucional y actualmente es el más longevo de una institución extranjera en Italia. El proyecto Tusculum ha permitido mejorar el conocimiento de la evolución de esta ciudad desde su fundación hasta la época medieval.

‘Lago Tagua Tagua: vida y muerte de los cazadores recolectores de la Edad del Hielo en América del Sur’. Los doctores Carlos Torneo (IPHES-CERCA), Rafael Labarca y Erwin González de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dirigen este proyecto que ha permitido obtener documentación inédita de las prácticas funerarias de los primeros grupos de cazadores-recolectores del continente americano.

‘Proyecto Pintia: creación de bases infraestructurales y museográficas para la investigación, conservación y difusión del conocimiento del oppidum vacceo-romano de Pintia.’
El proyecto cuenta con el liderazgo de Carlos Mínguez, profesor titular de la Universidad de Valladolid y director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg (CEVFW). Pone en relieve el valor de la cultura vaccea, pueblo prerromano asentado en el sector central de la cuenca del Duero, en la península ibérica.

‘Autigasta y Huayacama. Arqueología de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca, Argentina (Siglos XVI-XVII)’. El Departament de Ciències de l’Antiguitat i l’Edat Mitjana de la Facultat de Filosofía i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desarrolla, bajo el liderazgo del investigador Félix Retamero, la investigación de este yacimiento ubicado en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina. El proyecto está centrado actualmente en el asentamiento de una comunidad de esclavos establecida a principios del siglo XVIII.

‘Proyecto Medjehu. Investigando la artesanía de la madera a lo largo del Nilo’. Gersande Eschenbrenner Diemer, del Departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares dirige este estudio de los procesos de producción, comercialización e ideologización de la madera durante un largo periodo de tiempo, tomando como foco Egipto.

‘Gigantes de la Prehistoria. Megalitismo y Complejidad Social Temprana en Antequera y Valencina’. El catedrático de Prehistoria del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán dirige este proyecto centrado en estudiar el tholos de Montelirio y el dolmen de Menga, máximos exponentes del megalitismo en la Península Ibérica y el papel social de estos monumentos a lo largo del tiempo.

‘Proyecto C2 del Royal Cache Wadi: ¿Por qué las enterraron allí?’ El equipo de investigadores de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid formado por José Ramón Pérez-Accino Picatoste, María del Carmen Pérez Die, Francisco Moreno Arrastio y Bill Manley trabaja en el que se considera el mayor yacimiento arqueológico del mundo, la necrópolis de Tebas.

‘Un viaje al pasado: reconstrucción digital y de las condiciones de vida del ganado de la villa romana de Vilauba’. Lídia Colominas Barberà y Pere Castanyer Masoliver, del Institut Català d’Arqueologia Clàssica estudian la evolución de la villa romana de Vilauba y de los efectos de su ocupación desde los siglos II-I a.C. hasta los siglos VII-VIII d.C.

‘Moneda y Metal en la Bética Tardorromana. Estudio científico del Tesoro de Tomares’. Los investigadores de la Universidad de Sevilla Enrique García Vargas y Miguel Ángel Respaldiza Galisteo dirigen este proyecto que constituye un estudio integral (histórico, numismático y metalográfico) del mayor conjunto monetario de Europa.

‘Entre las columnas de Hércules, arqueología subacuática de un espacio privilegiado. La Bahía de Algeciras (HERAKLES)’. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz desarrolla este proyecto, ubicado geográficamente en el Estrecho de Gibraltar, bajo la dirección de Felipe Cerezo Andreo junto a Alicia Arévalo González. Este proyecto se centra en el patrimonio cultural subacuático de la Bahía de Algeciras.

Certamen único
Convocado por la institución con ese mismo nombre, el galardón nace en 2018 con la finalidad de reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos y paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles, desarrollados tanto a nivel nacional como internacional, sin restricciones de culturas o períodos históricos. Los proyectos de investigación sobre paleontología deben estar relacionados con la evolución humana.

La primera edición en 2018 contó con 25 participantes, 6 finalistas, y un jurado que falló a favor del proyecto ‘Construyendo Tartesos’, investigación sobre la cultura tartésica que desarrolla el equipo liderado por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González del Instituto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura).

La segunda edición, en 2021, contó con 20 participantes y 6 finalistas. El jurado internacional falló en esta ocasión a favor de ‘La Montaña del tiempo. Exploración de un campamento paleolítico en La Garma’, desarrollado por los doctores Pablo Arias y Roberto Ontañón, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC). La investigación premiada ha revelado la existencia de un yacimiento único en el mundo que constituye una verdadera cápsula del tiempo, donde este se detuvo hace 16.500 años, gracias a un desprendimiento en la entrada original que transformó la cueva en una burbuja, lo que ha permitido conservar los vestigios de un asentamiento paleolítico.

31 de enero de 2013

Arqueólogos del CSIC encuentran en Egipto el sepulcro intacto de un niño de la XVII dinastía

El pequeño habría sido envenenado hace unos 3.500 años y fue venerado por los habitantes del antiguo Egipto.  El sarcófago ha sido localizado en el transcurso de las excavaciones que el equipo  realiza en la necrópolis de Dra Abu el‐Naga, en la orilla occidental de Luxor, antigua Tebas.
El féretro intacto del niño en el lugar original de su aparición.
Foto: Ministerio de Estado Egipcio para las Antigüedades.
Arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto en Luxor, Egipto, el sarcófago intacto de un niño que vivió durante la época de la dinastía XVII, alrededor del año 1550 antes de nuestra era. Las radiografías realizadas apuntan a que el niño podría haber fallecido a la edad de 5 años. El hallazgo se engloba dentro de la XII campaña del Proyecto Djehuty, coordinado por el investigador del CSIC en el Instituto de Filología José Manuel Galán.

El ataúd, elaborado en madera, mide 90 centímetros de largo y carece de decoración pintada o escrita. El estilo de la talla y la fina capa de pintura blanca que lo recubre son similares a las ocho figuras de madera, 'shabtis', que han sido encontradas en las inmediaciones de la sepultura. El sarcófago ha sido localizado en el transcurso de las excavaciones que el equipo liderado por Galán realiza en la necrópolis de Dra Abu el‐Naga, en la orilla occidental de Luxor, antigua Tebas.

"Este descubrimiento es de especial importancia ya que se trata de un ataúd intacto y, junto los objetos que lo acompañan, puede aportar gran cantidad de información sobre una época de la historia del antiguo Egipto sobre la que se sabe muy poco", explica desde la zona de excavaciones el investigador del CSIC.


La identidad del niño es aún desconocida
Tanto los shabtis como unas piezas de lino desenterradas junto a ellos contienen el nombre de Ahmose o Ahmose‐sa‐pa‐ir, un príncipe heredero que vivió en transición de la dinastía XVII a la XVIII y que murió siendo niño. Por razones que se desconocen, Ahmose fue venerado como un santo de la necrópolis, recibió culto durante 500 años y fue incluido dentro de las listas de reyes que se confeccionaron muchos años después.

"Por los objetos encontrados creemos que este lugar de enterramiento podía estar reservado a miembros de la realeza, sin embargo aún desconocemos la identidad de la momia encontrada, ya que el sarcófago no contiene ninguna inscripción", añade Galán.

Según los investigadores, la ubicación de esta tumba en esta zona de Dra Abu el-Naga podría explicar el hallazgo de un enorme depósito de más de 2.000 vasijas de cerámica halladas entre las capillas de adobe, así como el porqué de la ubicación del monumento funerario de Djehuty en este extremo de la necrópolis.

El proyecto toma su nombre de Djehuty, supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos de la reina Hatshepsut, una de las pocas mujeres faraón del antiguo Egipto y cuyo reinado se extendió durante 22 años en la dinastía XVIII, en torno al año 1470 antes de nuestra era. Además de la excavación y restauración del monumento funerario de este escriba real,los trabajos arqueológicos se centran también en la tumba de Hery, fechada por los expertos alrededor de 50 años antes que la de Djehuty.

Las 12 campañas de excavaciones llevadas a cabo hasta el momento por Galán y su equipo han dado numerosos frutos, como la denominada Tabla del aprendiz, el ataúd del guerrero Iquer o la cámara sepulcral del propio Djehuty, decorada por completo con dibujos y jeroglíficos del Libro de los Muertos, entre muchos otros.
(Fuente: El Mundo)

25 de octubre de 2012

Investigadores del CSIC hallan en Londres el único original atribuido al conde Fernán González

Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encontraron el pergamino del que fue conde de Castilla entre 932 y 970 en la British Library y es un acta notarial fechada en el año 937 y elaborada por el escriba Florencio de Valeránica.
El Acta hallada en Londres es el único original relacionado con Fernán
González que existe. 
La autoría de uno de los grandes de la Edad Media, Fernán González, fue "pirateada" durante los siglos XII y XIII muy a menudo como forma de vincularse a su prestigio. Más de mil años después se ha hallado, en Londres, el único original que se conserva de esta figura comparable a la del Cid Campeador.

Julio Escalona, Isabel Velázquez Soriano y Paloma Juárez Benítez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Complutense, son los autores del hallazgo, del que hoy da noticia el "Journal of Medieval Iberian Studies".

Los investigadores encontraron el pergamino del que fue conde de Castilla entre 932 y 970 en la British Library y es un acta notarial fechada en el año 937 y elaborada por el escriba Florencio de Valeránica.

La figura de Fernán González, señala Escalona -del Instituto de Historia del CSIC-, fue magnificada y mitificada a partir del siglo XII para reivindicar la identidad castellana frente a León y acabó por convertirse en un protagonista clave de la historia de Castilla, comparable al Cid Campeador.

En esa estela, durante los siglos XII y XIII se falsificaron numerosos documentos atribuidos al conde como medio de vincularse a una figura histórica de gran prestigio.

Se conservan algunas de esas falsificaciones y copias de documentos auténticos, pero el acta hallada en Londres es el único original relacionado con Fernán González que existe.

Es un documento, de 23,7 centímetros de alto por 36,8 de ancho, que certifica que Fernán González y su esposa Sancha donan el monasterio de Santa María de Cárdaba (en la provincia de Segovia) al monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos).

Bajo el texto principal, escrito con letra visigótica libraria (textualis) muy cuidada, se añadieron los monogramas de los donantes y los nombres de los confirmantes y del escriba en una caligrafía más suelta y rápida.

Es muy probable, según los investigadores, que fuera elaborado en el monasterio de Valeránica, en el que trabajaba el escriba e iluminador Florencio, uno de los más relevantes de la Castilla del siglo X por sus obras de lujo, de gran formato y cuidada factura como los Moralia in Job, custodiados en la Biblioteca Nacional.

Tras la firma, el acuerdo se custodió en el archivo de San Pedro de Arlanza donde permaneció hasta 1488, cuando el priorato de Cárdaba pasó a manos del monasterio de Santa María de Sacramenia, del que salió a raíz de la desamortización, en el XIX.

Su pista se pierde hasta 1943, cuando es donado por un coleccionista inglés a la British Library, donde se conserva actualmente.

(Fuente: La Información)

29 de junio de 2017

Hallan restos de animales sacrificados en el templo tartésico del Turuñuelo (Badajoz)

El yacimiento tartésico del Turuñuelo de Guareña (Badajoz) sigue revelando espectaculares evidencias arqueológicas. El CSIC acaba de dar a conocer el hallazgo de los restos de un gran sacrificio de animales a los pies de la escalera monumental que lleva a la segunda planta del edificio. Además de los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, se ha encontrado también un conjunto de objetos de bronce con todo lo necesario para celebrar un banquete ceremonial.
Todavía queda por descubrir más del 90% de la estructura del edificio monumental.
Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado restos de 19 animales y un ajuar de bronce para la celebración de un banquete, que se utilizaron en un ritual de sacrificio a los dioses en el santuario tartésico de El Turuñuelo (Badajoz).

Los restos serían de un costoso ritual celebrado justo antes de la destrucción y abandono del templo en el siglo V a. C. En el sacrificio se han encontrado restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, un ajuar de bronce que incluía un caldero, jarros, una parrilla, pinchos para la carne, un quemaperfumes y coladores. Según el equipo del CSIC, se trata de una joya arqueológica que por sus «novedosas» técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, «sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor».

Los restos de los animales estaban junto a la escalinata del templo donde fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El CSIC señala que El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

El director de la excavación y director del Instituto de Arqueología de Mérida, Sebastián Celestino, y la investigadora Esther Rodríguez, han precisado que el sacrificio consistió en una gran ofrenda a los diosesantes de abandonar definitivamente el lugar. Además, han añadido que el sacrificio animal da idea de la enorme riqueza del sitio, puesto que el caballo era un elemento de prestigio. Asimismo, además de los animales hallados hasta ahora, han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización.

Celestino ha destacado que «quizá lo más llamativo» sea la existencia de un ajuar completo para la celebración de un banquete de comensalidad en la habitación sur. Así, ha dicho que se trata de un conjunto de muy buena calidad entre los que destaca un enorme caldero, dos jarros, una parrilla, varios pinchos para la carne, un quemaperfumes, coladores... Todos realizados en bronce. Igualmente, se han hallado gran cantidad de platos y vasos pintados con bandas rojas y las copas de imitación griega y en el entrono de la habitación hay muchos huesos y conchas «resultado del festín final».


CONSERVACIÓN DEL TEMPLO
Los investigadores estiman que el propio ritual final contribuyó a la buena conservación del templo. No obstante, el santuario fue incendiado una vez realizados los rituales de clausura, tras el sacrificio de animales y el banquete final y fue, precisamente, el propio incendio el que solidificó las paredes de adobe, mientras que el rápido echado de tierra para sepultar el edificio propició la conservación de los materiales metálicos. Asimismo, señalan que la potente anchura de los muros de adobe, de hasta tres metros en algunos sitios, ha contribuido a su excelente estado de conservación.

Hasta ahora los investigadores solo han excavado un 10% de la superficie total del túmulo, aunque teniendo en cuenta que se conservan las dos plantas del edificio se debe rebajar «sensiblemente» esta cifra. Los investigadores subrayan que la aportación de la Diputación Provincial de Badajoz permite trabajar un par de meses al año, pero eso significa seis o siete meses de análisis y estudio antes de abordar una nueva campaña. Con ese ritmo, estiman que se podrá ver todo el edificio exento en aproximadamente una década.

Otra de las características del santuario de El Turuñuelo es que destaca por sus «novedosas técnicas constructivas» y lo más sorprendente es la utilización de un mortero de cal, arena y arcilla, para confeccionar los sillares cuadrangulares con los que construyeron buena parte de la escalinata que da acceso al monumento; con ese mismo mortero realizaron también la «bañera».

El uso de esta técnica de construcción ha sorprendido a los investigadores porque era desconocida en la Península hasta la llegad de los romanos. «Estos grandes edificios se organizaban junto al Guadiana y tenían una intensa relación comercial entre ellos; conocemos ya un poblado en altura rodeado de una potente muralla que haría de lugar central desde donde se organizaría el comercio hacia el exterior a través del río», añade Celestino.


RIQUEZA ARQUITECTÓNICA
El responsable de la excavación valora que El Turuñuelo ofrece una riqueza arquitectónica y material desconocida hasta el momento en esta fase final de Tarteso; y le llama «poderosamente» la atención los rituales que se llevaron a cabo, hasta ahora también inéditos y de gran complejidad; sobresale el sacrificio o hecatombe producida en el patio principal del monumento previo a su destrucción.

Este yacimiento se ha convertido en el «mejor» exponente para entender los últimos años de la cultura tartésica y Celestino señala aunque es pronto para saber qué papel jugaba el santuario dentro de la cultura tartésica, es probable que hubiese sido un lugar de peregrinación, puesto que «los santuarios en la antigüedad tenían como función principal el intercambio comercial, pero también era el lugar donde se celebraban rituales de cohesión social a través de la veneración a los dioses».

La cultura tartésica se origina hacia el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir. Es la consecuencia del impacto que supuso la llegada de los colonizadores mediterráneos (principalmente fenicios) en los pueblos indígenas, que transformaron la base económica y social del sur peninsular. El resultado de ese encuentro es la conformación de una nueva cultura que denominamos Tarteso, explica Celestino. «A mediados del siglo VI a. C. el núcleo de Tarteso, ubicado en Huelva y la desembocadura del Guadalquivir, sufrió una fuerte crisis que logró minar su emergente cultura. Buena parte de la población se trasladó al valle del Guadiana, en el interior, donde volvió a resurgir con fuerza y con una renovada personalidad», añade.

5 de agosto de 2024

La nueva excavación de Caraca se centrará en la necrópolis visigoda

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.
La necrópolis visigoda data del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento.

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.

Así lo han indicado a Europa Press tanto fuentes del equipo investigador que dirige esta excavación como la jefa del Servicio de Cultura de la Delegación de la Junta en Guadalajara, Teresa Sagardoy, quien ha recordado que este espacio arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año y está compuesto de varios yacimientos.

En cuanto a la necrópolis visigoda, afirma que, según los datos recogidos hasta el momento, data "más o menos" del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento. Está compuesta por tumbas, algunas de las cuales son "simples fosas" tapadas con una laja de yeso, que es la piedra natural de los cerros de Driebes.

Otras son lo que se conocen como 'cistas', tumbas con varias lajas haciendo el hueco de la fosa y que también están tapadas con varias losas de este tipo de piedra típica de la localidad guadalajareña, prosigue Sagardoy.

"Son tumbas de inhumación y no se ha encontrado ajuar de momento, pero en alguna tumba esperamos que se encuentre algún objeto", ha apuntado, para agregar que lo que sí que se ha encontrado son restos de los ataúdes o sudarios, es decir, de los elementos con los que se depositaba al muerto.

Ha puesto el acento en que en esta necrópolis visigoda se ha hallado parte del cementerio infantil con pequeñas tumbas de niños, a veces neonatos, a los que se les tenía separados en otra zona del cementerio; "en lo que se llama un limbo, porque no estaban bautizados todavía. Se les reservaba un espacio diferente que es curioso de visitar", ha agregado.

Parte de esta necrópolis está musealizada y cuenta ya con carteles para hacerla visitable y comprensible por los visitantes aunque es un trabajo que se acaba de iniciar e irá ampliándose a distintos espacios, pese a que desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que en las últimas semanas la cartelería y la señalización han sido vandalizadas y habrá de ser repuesta.

Ocupación desde la Edad del Bronce
En el Cerro de la Virgen de la Muela hay ocupación desde la Edad del Bronce que se conoce como un 'oppidum' carpetano correspondiente a las poblaciones indígenas de antes de los romanos. Lo más conocido es la ciudad romana de Caraca, a la que se unen otros puntos donde se han localizado restos arqueológicos, una villa romana, un monumento funerario o zonas más de carácter militar en las inmediaciones de la ciudad.

Sagardoy ha resaltado que la ciudad romana de Caraca es la única que se ha hallado en la provincia de Guadalajara, que tuvo su esplendor en el siglo I o el II d.C --en época Flavia-- y estaba a mitad de camino entre Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga --en la provincia de Cuenca--, en la vía Spartaria que unía Cartagonova con Complutum.

Desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que la ciudad estaría en la provincia romana de la Tarraconense y que se cree que hacía su labor "seguramente" como paso por la vía en el Tajo, hecho que hizo que Sertorio (I a.C.) la conquistara por la fuerza.

Un hallazgo que ha destacado la jefa de Cultura de la Junta en Guadalajara relacionado con la ciudad es el del acueducto que se ha encontrado a tres kilómetros así como el manantial que daba origen al mismo. "Está realizado en 'Opus caementicium', una obra de ingeniería romana habitual, y que traía el agua desde ese manantial a la ciudad", ha añadido.

A ello ha unido que se han localizado varias piscinas limarias, que son piscinas de decantación, que depuraban el agua y a la vez impedían que tuviera mucha velocidad por el canal y deteriorara el mismo.

Las campañas arqueológicas
Hasta el momento se han llevado a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela siete campañas arqueológicas y este mes de agosto se llevará a cabo la octava. Además de las múltiples visitas para hacer prospecciones, vuelos de dron o el uso de un georradar.

Así, en 2016 se hicieron las primeras prospecciones y se usó el georradar para confirmar la existencia del yacimiento y ya en el 2017 tuvo lugar la primera campaña de excavación, cuyos directores han sido desde el inicio Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea.

Para Sagardoy, se trata de un equipo de investigadores "muy dinámico" que, con pocos medios, la ayuda de las administraciones y "mucho empeño" han estado haciendo pequeñas campañas de unos 15 días.

Esta excavación se desarrollará gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

En su conjunto, la responsable de Cultura de la Junta en Guadalajara ha resaltado que en estas campañas se ha podido delimitar todo el mapa de la ciudad romana --compuesto por 27 manzanas--, se ha localizado el Cardo, el Decumano, el Foro y las Termas; pese a lo cual ha señalado que queda "muchísimo trabajo" por hacer y apenas se ha iniciado la investigación sobre todos estos yacimientos.

Jornada de Puertas Abiertas
De otro lado, el Ayuntamiento ha informado de que este verano se volverá a realizar la Jornada de puertas abiertas en el yacimiento el jueves 22 de agosto que constará de visitas guiadas al mismo a las 10.30 y 19.00 horas, siendo el acceso a la actividad libre y gratuito.

El 'Proyecto de excavación de la necrópolis de época visigoda de Caraca (Driebes, Guadalajara) y de los niveles carpetanos en esa misma área' está dirigido por los ya citados Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) a los que se unen Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago David Domínguez Solera (Heroica arqueología).

El equipo interdisciplinar de investigación contará este año con la colaboración de un amplio número de expertos que analizarán el yacimiento desde distintas ópticas, incluyendo a Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano) y María Luisa Cerdeño Serrano.

También participarán Daniel Cordero Bordejé, María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es y UFV), Ana Fernández Jiménez y Paula Carmona Quiroga (Instituto Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior) y Álvaro Sánchez Climent.

25 de enero de 2023

Concluye la reconstrucción de la puerta Norte del poblado de Santa Trega en A Guarda (Pontevedra)

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado.
La actuación se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, liderado por el CSIC a través del Instituto de Historia, en colaboración con el Concello de A Guarda (Pontevedra).

La empresa Terra Arqueos ha concluido los trabajos arqueológicos realizados desde diciembre en la entrada Norte del poblado de Sta. Trega que han derivado en la reconstrucción de dicha zona.

“Son los primeros trabajos en los que se lleva a cabo la reconstrucción completa de la puerta de un poblado castrexo. Desde ahora el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro”, explica Brais X. Currás, investigador del Instituto de Historia del CSIC.

La puerta fue excavada entre los años 1910 y 1920 por la Sociedad Pro Monte guardesa con el asesoramiento del arqueólogo Ignacio Calvo. Años más tarde, Cayetano de Mergelina registró planimétricamente aquellos trabajos.

“El dintel apareció caído in situ, al pie de la puerta. Ahí ha permanecido durante casi un siglo, esperando a su restitución al lugar original. Las jambas de la puerta, en cambio, están desaparecidas, pero la solera conserva las marcas donde iban asentadas. La reconstrucción, ahora, de la puerta Norte del poblado ha implicado una gran complejidad técnica. Los trabajos consistieron en la reconstrucción parcial de la muralla y la restitución del dintel. Para ello, se emplearon exclusivamente medios manuales, con la ayuda de cinchas de amarre y poleas, evitando utilizar maquinaria. Las jambas, que están perdidas, se sustituyeron por reproducciones y se colocaron en el lugar original”, dice Brais X. Currás.

Durante la Edad del Hierro y hasta la llegada de Roma, el paisaje estaba formado por una sucesión de aldeas fortificadas, opuestas y enfrentadas entre sí: los castros. Todos estos poblados estaban cercados por una muralla que simbolizaba ese enfrentamiento, representando la identidad de cada comunidad castrexa frente a las demás y garantizando además la seguridad del grupo. Por eso las murallas, los fosos y las estructuras de acceso, son los elementos más visibles de los castros y aquellos en los que se invirtió más trabajo y se puso más cuidado.

La puerta Norte del castro de Sta. Trega destaca dentro de la arqueología castrexa por su excepcional conservación. Una larga escalera de piedra, flanqueada entre muros, asciende la ladera hasta la puerta que franquea el paso al interior del poblado. Todo un complejo diseño arquitectónico pensado para que quien entrase tuviese que atravesar este pasadizo y no pudiese ver el interior del poblado. El sistema de acceso al castro tiene así un importante componente escénico y ejerce un control físico sobre las personas que acceden al poblado. La muralla y la puerta son un símbolo de poder. Son la principal expresión de la comunidad que habita el castro y el modo en que se presentan hacia el exterior, hacia los otros castros.

La importancia de los trabajos realizados en la puerta radica en que, por primera vez, el visitante dispone de una imagen muy aproximada de cómo era el acceso a los castros durante la Edad del Hierro.

La actuación fue llevada a cabo por la empresa Terra Arqueos bajo la dirección de Miguel Ángel López Marcos, restaurador con amplia experiencia en este tipo de actuaciones. Se enmarca en el proyecto Trega 2000+5, que se basa en la colaboración entre el grupo de investigación Estructura Social y Territorio – Arqueología del Paisaje (EST-AP) del Instituto de Historia del CSIC y el Concello de A Guarda, y tiene como objetivo desarrollar el potencial patrimonial, social, cultural y científico del castro del Trega a través de una actuación integral.

Este proyecto se desarrolla en torno a tres ejes: recuperar y consolidar los sectores del castro excavados entre 1910 y 1930; mantener de forma sostenida en el tiempo el conjunto de las estructuras excavadas y expuestas al público; e investigar y profundizar en conocimiento arqueológico del Trega con la finalidad de crear nuevos contenidos destinados a la divulgación y al incremento de la valorización del patrimonio.

Promovido por el Concello de A Guarda, ha contado con el respaldo financiero del Padroado do Monte Trega y la colaboración de las Comunidades de Montes da Guarda y Camposancos. Esta primera campaña dispone de una financiación de 23.691 € aportada exclusivamente por el Padroado.

“Esta actuación contribuirá a la valorización patrimonial del castro de Santa Trega como parte de una estrategia que apuesta por potenciar su valor como recurso cultural y turístico, y también por su relevancia científica en el estudio de las sociedades de los castros”, destacan desde el Concello de A Guarda.
(Fuente: CSIC)

23 de julio de 2024

Nueva línea de investigación sobre análisis de materiales del patrimonio arquitectónico y arqueológico

La Escuela de Estudios Árabes (EEA), instituto de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), abre una línea de investigación para el estudio de las características y propiedades de los diferentes materiales que conforman el patrimonio arquitectónico y arqueológico (cerámica, morteros, tapial, piedra, vidrio y metal), tanto en el laboratorio como en el monumento o yacimiento arqueológico; al análisis de los factores y mecanismos que condicionan su deterioro; y a la investigación y el desarrollo científico de las técnicas y metodologías que permitan su conservación y restauración.
La labor investigadora de la EEA se centra, por un lado, en el estudio de la Historia y los textos andalusíes, así como de la lengua árabe y, por otro, en la Arqueología y Arquitectura Islámicas.

La labor de investigación reciente implantada incluye la colaboración en proyectos de conservación y restauración con instituciones nacionales e internacionales y administraciones locales (entre ellas, Universidad de Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, Getty Conservation Institute), realizando tanto la caracterización y el diagnóstico previo como el seguimiento científico de las intervenciones.

La difusión se realiza mediante publicaciones nacionales e internacionales, conferencias, cursos y docencia de grado y postgrado impartidos fundamentalmente en la Facultad de Ciencias y Bellas Artes de la Universidad de Granada (Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales y Máster en Ciencia y Tecnología en Patrimonio Arquitectónico).

Líneas específicas de investigación:
  • Caracterización composicional-textural y propiedades químicas/físico-mecánicas de los materiales del patrimonio arquitectónico y arqueológico.
  • Investigación geológica de canteras históricas y otros puntos de procedencia de materiales.
  • Estudio de la tecnología de la fabricación de los materiales e implicaciones arqueométricas.
  • Análisis del estado de conservación y las causas, los mecanismos y las morfologías de alteración.
  • Diseño, aplicación y análisis de materiales y tratamientos de conservación: orgánico, inorgánico y biomineralización.
  • Control y seguimiento del proceso de intervención: tratamientos, productos y metodología de su aplicación.
Sobre la EEA
La Escuela de Estudios Árabes (EEA) es un Instituto de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo público de investigación, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. La sede inicial de la EEA se estableció en la llamada Casa del Chapiz, conjunto de dos casas moriscas declarado Bien de Interés Cultural, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV, y que se encuentra situado en el Albaicín (barrio de Granada, incluido por la UNESCO en la lista del Patrimonio Mundial), en la confluencia de la Cuesta del Chapiz con el Camino del Sacromonte.

Hoy en día, la EEA cuenta con dos sedes, la mencionada Casa del Chapiz y el Carmen de los Mínimos, edificio de nueva construcción inaugurado en 2007.

La labor investigadora de la EEA se centra, por un lado, en el estudio de la Historia y los textos andalusíes, así como de la lengua árabe y, por otro, en la Arqueología y Arquitectura Islámicas, concretándose en siete líneas de investigación: Historia del Islam, Historia de la ciencia árabe, Arquitectura islámica, Granada en época musulmana y morisca, Arqueología medieval, Arqueología de la Arquitectura y Dialectología árabe.

Una buena síntesis sobre la historia de la institución y su sede, así como de la labor que desempeñan en ella sus investigadores puede apreciarse en el vídeo institucional.
(Fuente: CSIC)

24 de octubre de 2023

Localizan un nuevo palacio del siglo XIII junto al Castillejo de Monteagudo (Murcia)

Los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.


Los arqueólogos continúan desentrañando los entresijos de la historia que yace bajo las huertas de Murcia. Recientemente, el grupo de expertos que trabaja en las excavaciones de la ladera occidental del Castillejo de Monteagudo han hecho un hallazgo que amplía, más si cabe, el rico patrimonio que poblaba la zona.

Ha sido durante la etapa de estudio que comenzó este verano cuando los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.

Así lo constata el investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director de las excavaciones, Julio Navarro Palazón, quien explica que de momento se ha desenterrado e identificado la puerta de acceso al palacio, así como algunos muros del área que lo rodeaba.

Las excavaciones de este yacimiento se van a llevar a cabo en dos fincas privadas situadas junto a los restos que se sacaron a la luz en 2018 y 2019. Los trabajos comenzarán en 2024, «previsiblemente en épocas en las que el calor no sea tan sofocante, como Semana Santa o finales de septiembre», explica Navarro. El proyecto, para el que ya se ha conseguido financiación y que estará liderado nuevamente por la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, todavía debe elaborarse y recibir la autorización de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento. También hay excavaciones planeadas y financiadas para 2025 y 2026.

En los trabajos participarán, como hasta ahora, la Universidad de Murcia (UMU), la UCAM, instituciones extranjeras, como el Instituto Arqueológico Alemán y otras universidades españolas e italianas. En todo caso, estas excavaciones no serán suficientes para desenterrar la extensa área palatina que se encuentra junto al Castillejo. «De momento se ha excavado tan solo un 20% del terreno. Es por ello que, en un futuro, seguiremos solicitando ayudas económicas para poder continuar», subraya el investigador. «Esta es una labor que durará varias generaciones», apunta al respecto.

Una gran finca de recreo
Las excavaciones en la falda occidental del Castillejo comenzaron en los años 2018 y 2019, pero no fue hasta finales de julio cuando pudieron retomar las labores, gracias a la subvención de 121.000 euros obtenida a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del Plan Nacional 2022 para un proyecto liderado por el CSIC bajo el título ‘Arquitecturas de prestigio en las almunias medievales: transmisión de modelos desde la antigüedad al renacimiento (Arqmunia)’. Una decena de arqueólogos, arquitectos y otros profesionales llevan estudiando y preservando la zona desde entonces, unos trabajos que están a punto de concluir.

La almunia del Castillejo de Monteagudo que se está desenterrando fue una gran finca de recreo propiedad del estado musulmán, con algo más de 1.000 tahúllas (111 hectáreas) excluyendo las tierras yermas. En su interior hubo huertas y áreas de secano junto a zonas de bosque y almarjal e incluso viñas, según informa la documentación del siglo XIII. Contaba con un palacio fortificado situado en un altozano, a cuyos pies se encuentra una gran alberca (161 x 136 m), que debió de ser utilizada para el riego y para actividades lúdicas, rodeada de acequias (que a día de hoy se encuentra a plena vista), acueductos, torres, edificios residenciales y pabellones. Como era habitual, esta almunia tuvo una triple función: económica, como explotación agropecuaria; residencial, por ser palacio de recreo en determinadas épocas o días del año y, finalmente, protocolaria, como lugar donde se celebraban audiencias y encuentros con embajadores y dignatarios.

La finca fue devastada dos veces por los almohades, según relata la crónica de lbn Sabib al-Sala. La arqueología ha demostrado que sobre los niveles de destrucción de los edificios del siglo XII se alzaron otros de nueva planta que se pueden fechar a finales de ese mismo siglo o principios del XIII.

Las labores de preservación, esenciales para que los hallazgos no se degraden
Junto al estudio de los restos arqueológicos hallados en la falda occidental del Castillejo de Monteagudo, pertenecientes a dos palacios, uno levantado en el siglo XII y otro en el siglo XIII, se han llevado a cabo importantes labores de preservación para evitar su degradación.

El encargado de supervisar al equipo encargado de estas labores es el profesor de Arquitectura en la UCAM Francisco Javier López Martínez, quien imparte asignaturas centradas en los materiales y su restauración y que también participa como investigador.

Para proteger los restos, explica López, se hace uso del geotextil para cubrirlos, se echa tierra sobre algunos elementos y se colocan estructuras similares a las que había antaño (algunas de tierra estabilizada), que los investigadores pueden pisar mientras trabajan sobre la zona, de modo que no dañen los hallazgos, y que en un futuro «se podrán retirar sin problema alguno», asegura.

«Cuando hay, por ejemplo, estructuras de ladrillo que están un poco descolgadas y medio deshechas, a veces la solución que adoptamos, señalando siempre el elemento añadido, es la colocación de nuevos ladrillos que sujeten los otros, de manera que no haya ningún engaño de interpretación, pero que haya una verdadera sujeción», explica el profesor de la UCAM.

Además, el equipo trata de mantener a raya la vegetación, ya que esta «puede causar graves destrozos», argumenta, pues «pueden levantar y quebrar las estructuras con sus raíces».
(Fuente: News Europa)