Cámara sepulcral principesca de Toya. |
“Se trata de una intervención respetuosa con los valores del monumento, con la que mantendremos la composición y estructura original, cambiando los sistemas de drenaje y ventilación, que ya están obsoletos”, señala Ayala. El delegado, además, subraya “el compromiso de la Consejería con la conservación de nuestros bienes patrimoniales, que hablan de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro”.
Para la ejecución de las obras, los servicios técnicos de la Consejería de Cultura y Deporte han primado criterios de respeto a la autenticidad y de diferenciación entre lo existente y lo intervenido. El objetivo es evitar la presencia continuada de humedad en el interior de la cámara y la entrada puntual de agua torrencial al interior que, según los estudios realizados, están ocasionando distintas patologías en la piedra que podrían amenazar la estabilidad del monumento.
Para conocer el sistema de cimentación y el estado conservación de los paramentos exteriores de la cámara, se ha llevado a cabo la intervención arqueológica preceptiva, que consiste en el control arqueológico de los movimientos de tierra y el control arqueológico de la ejecución de las obras de conservación, que dará cobertura a todo el desarrollo de la obra.
Visita institucional a las obras de Toya. |
De esta manera la Consejería de Cultura y Deporte pone en valor el Hipogeo de Toya, localizado en el término municipal de Peal de Becerro y cuyo conjunto de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos está considerado el mejor ejemplo de arquitectura funeraria ibérica. Descubierta a principios del siglo XX, la Cámara Sepulcral tiene una planta cuadrangular y su interior se divide en tres naves longitudinales, estando las dos laterales divididas en dos espacios cada una.
El primero, a modo de antecámara, es el que comunica en ambos casos con la nave central. Los sillares de la construcción van montados en seco y la cubierta se caracteriza por una serie de grandes losas que se apoyan en los muros de las estancias longitudinales. El ajuar de la cámara, que no se excavó con métodos sistemáticos, aunque fue recuperado en parte, es característico de un príncipe ibérico y su familia, y de él destacan las ruedas de un carro guerrero y las vasijas cerámicas decoradas atribuidas al Pintor de Toya.
Conjunto funerario ibérico
Localizado en el término municipal de Peal de Becerro, el conjunto de las Tumbas Principescas de Toya y Hornos es el mejor ejemplo de la arquitectura funeraria ibérica. Fueron descubiertas en los primeros años del siglo XX por "El Pernazas", cuando realizaba trabajos agrícolas. Fue estudiada por Juan Cabré. Su cronología la incluye dentro de la cultura ibérica de finales del siglo V y principios del IV a.C.
La estructura arquitectónica de la Cámara Sepulcral Ibérica de Toya tiene una planta cuadrangular y su interior se divide en tres naves longitudinales, la central ofrece al oeste la única puerta de acceso a la construcción. Las dos naves laterales, a diferencia de la central, están divididas en dos espacios cada una de ellas. El primero, a modo de antecámara, es el que comunica en ambos casos con la nave central. Los sillares de la construcción, perfectamente labrados, se colocaron sin ayuda de grapas o mortero, es decir, van montados en seco. La cubierta, por último, se caracteriza por una serie de grandes losas que se apoyan en los muros de las estancias longitudinales.
La Cámara Sepulcral Ibérica de Toya tuvo en los testeros de sus tres naves nichos rectangulares labrados en las piedras de los muros e incluso un cuarto más en la pared meridional de la nave sur. A ello se añade un poyo continuo bajo adosado a los pies de los muros y aleros de piedra que vuelan a la altura de la base de los nichos. Las puertas son en general vanos rectangulares pero las dos que comunican las tres naves muestran una característica muy particular de la construcción ibérica de estas tierras, y es que los últimos sillares en vez de ascender hasta encontrarse con el adintelado en vertical se curvan hasta dar la imagen de una falsa ojiva. El ajuar de la cámara, que no se excavó con métodos sistemáticos, aunque ha sido recuperado en parte, es característico de un príncipe ibérico y su familia, y de él destacan las ruedas de un carro guerrero y las magníficas cráteras áticas (vasijas cerámicas decoradas) atribuidas al Pintor de Toya.
Desde 1918 está declarada como Bien de Interés Cultural.