google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri

28 de agosto de 2020

Los sondeos confirman un nuevo yacimiento nazarí en Alhaurín de la Torre (Málaga)

Los sondeos encargados en 2018 por el Ayuntamiento han puesto de relieve el hecho del que se hablaba hace décadas, pero que no se había confirmado documentalmente hasta ahora: la existencia de un segundo e importante yacimiento nazarí en esta ciudad.Según los arqueólogos, los restos hallados «se revelan como la estructura arqueológica más grande y mejor conservada de las localizadas hasta ahora»
Restos el núcleo nazarí localizado el año pasado en Alhaurín.
Los sondeos arqueológicos han constatado la presencia de un yacimiento nazarí, de entre los siglos XIII y XV, en Alhaurín de la Torre "con estructuras bien conservadas", según ha informado este jueves el Ayuntamiento.

Los restos están localizados en el Cortijo del Almendral, en La Alquería, y «se revelan como la estructura arqueológica más grande y mejor conservada de las localizadas hasta ahora» en esa zona, según el arqueólogo José Antonio Santamaría y la Concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico.

Los sondeos encargados en 2018 por la Concejalía han puesto de relieve el hecho del que se hablaba hace décadas, pero que no se había confirmado documentalmente hasta ahora: la existencia de un segundo e importante yacimiento nazarí en esta ciudad.

Los hallazgos, según el experto, aconsejan poner en valor los restos para ser visitados en el futuro como yacimiento arqueológico, previa protección y catalogación.

El tamaño del área de dispersión de los restos constructivos es de más de 7.500 metros cuadrados, con una longitud lineal superior a los 200 metros, y la cronología es coincidente con los restos de la zona de Torrealquería.

GRAN EDIFICIO RECTANGULAR

En este periodo se produce una profunda transformación del terreno, se acondicionan bancales o terrazas y se construye al menos un gran edificio rectangular de más de 50 metros de largo que parece articularse en torno a un pasillo central sobre el que desembocan habitaciones rectangulares homogéneas (4 metros por 2 metros).

Según informa el consistorio, ello da a entender que constituía «una fortaleza religioso-militar, una especie de monasterio para la piedad y la guerra santa».

Este lugar había sido conocido por el hallazgo -a finales del siglo XIX- de dos inscripciones romanas del siglo I-II y siempre se consideró un yacimiento romano, aunque las actuales investigaciones de Santamaría certifican la presencia más consolidada de restos musulmanes, indica el Ayuntamiento.
(Fuente: Diario Sur / EFE)

27 de agosto de 2020

Andalucía destinará 70.000 euros a recuperar los vestigios almohades de Jaén

La Consejera de Cultura anuncia una intervención arqueológica de urgencia en los restos de la arquería de uno de los pabellones del palacio islámico descubierto este mismo verano en la iglesia de Santo Domingo de Jaén. 
La intervención en el sotocoro del templo concluirá con el tratamiento y la puesta en valor de las yeserías.
La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, ha destacado que "la actuación de urgencia, con un presupuesto cercano a los 70.000 euros, va encaminada, de un lado, a la conservación de las yeserías, que presentan un gran interés desde el punto de vista artístico y patrimonial, y por otro, a la localización, documentación y análisis del espacio urbano objeto de estudio". Del Pozo ha explicado que el trabajo consistirá en la excavación del ámbito del sotocoro del templo (un total de 173,5 metros cuadrados), donde cayeron la arquería del conjunto palaciego almohade afectada, en su día, por la ampliación renacentista de la iglesia. Asimismo, la intervención se completará con el tratamiento y la puesta en valor de las yeserías.

El hallazgo se produjo este verano, en el marco de las obras de emergencia que la Junta ejecuta en la iglesia de Santa Catalina Mártir de Jaén, más conocida como de Santo Domingo por formar parte del convento de los Dominicos. Una actuación que se desarrolla desde mediados del mes de junio, con una inversión de 93.617 euros que la Consejería de Fomento lleva a cabo dentro del 1% cultural.

Consisten en la rehabilitación del forjado del camarín de la capilla lateral izquierda de la cabecera, la sopanda del forjado del camarín, la consolidación de los elementos salientes de la portada de Alonso Barba, la consolidación y restauración del último cuerpo de la torre de la espadaña, la sustitución de malla de gallinero en las carpinterías bajo cubierta y huecos del coro, así como la Inspección y reparación de las cubiertas de teja, canalones y bajantes.


Igualmente, dentro de los trabajos, se llevado a cabo una intervención arqueológica necesaria, al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), que se inició el 1 de julio y ha resultado en el descubrimiento de los restos de yeserías. Durante las excavaciones también se han documentado restos arqueológicos relacionados con la construcción de la iglesia, datados entre los siglos XIV y XVII, que se superponen a importantes vestigios de los palacios almohades (siglo XII-XIII) que existieron en la actual manzana de Santo Domingo. Los extensos derrumbes se pueden interpretar como restos de las demoliciones necesarias para la ampliación renacentista de la iglesia.

Se trata de un inmueble situado en el casco histórico de la capital, cuya recuperación y puesta en valor viene reclamado la ciudadanía desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, se planteó como sede de los materiales elaborados para la exposición de 1992 'La arquitectura del renacimiento en Andalucía: Andrés de Vandelvira y su época' o, después, para acoger la muestra itinerante 'Andalucía Barroca', con la que Junta anunció que se reabriría y que al final se pudo ver en la Catedral entre finales de 2008 y principios de 2009.

Así las cosas y pese a haber sido objeto de diversas intervenciones en estos años, sigue pendiente el fin de su restauración. De hecho, en 2018, la Diputación jiennense y la Consejería de Fomento y Vivienda firmaron un convenio marco de colaboración para concluir precisamente la recuperación de la antigua iglesia. Cerrada en 1972 y cedida por la Diputación a la Junta en 1992, se encuentra muy cerca de otros atractivos patrimoniales como los Baños Árabes y el Antiguo Hospital de San Juan de Dios.

(Fuente: COPE)

26 de agosto de 2020

Los arqueólogos documentan una necrópolis altomedieval en Grañón (La Rioja)

Los trabajos arqueológicos en el yacimiento de La Magdalena, junto a la autovía del Camino Santiago, han sacado a la luz una necrópolis altomedieval con 108 tumbas y restos de la época tardoantigua
En los enterramientos se han identificado 71 individuos adultos, 30 infantiles y 6 neonatos, sin contar las reducciones.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha finalizado la excavación arqueológica en el yacimiento de La Magdalena (Grañón) integrada en las obras del tramo Santo Domingo de la Calzada – Villamayor del Río de la Autovía del Camino de Santiago A-12. Consiste en la excavación arqueológica en área de un yacimiento de cronologías tardoantigua y altomedieval en una superficie de 1.985 m2. La intervención ha permitido documentar casi 120 contextos arqueológicos, de los cuales 108 son tumbas de inhumación pertenecientes a una necrópolis altomedieval. Una vez finalizada la intervención y agotada la estratigrafía arqueológica, se trabaja en la redacción de la memoria técnica, que incluirá el tratamiento y estudio de materiales arqueológicos y un exhaustivo estudio antropológico de los finados exhumados.

La UTE "Autovía A-12", adjudicataria de los trabajos por parte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, contrató para la realización de los trabajos arqueológicos a la empresa Antequem, Arqueología y Medio Ambiente, S.L. Esta empresa redactó el correspondiente proyecto de actuación, solicitando permiso de excavación arqueológica a la Dirección General de Cultura del Gobierno de La Rioja. El permiso fue concedido el pasado 20 de mayo de 2020.

CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
La actuación se ha realizado durante el último mes y medio y se ha desarrollado en una superficie de 1.985 m2. Las tareas de excavación manual han permitido reconocer y documentar de forma exhaustiva 117 contextos arqueológicos pertenecientes a un yacimiento de cronologías tardoantigua y altomedieval. De ellos, 108 son tumbas de inhumación perteneciente a una necrópolis altomedieval, con sepulturas excavadas en la arcilla geológica en forma de fosas simples o, en algunos casos, antropomorfa, es decir marcando los hombros.

Aproximadamente la mitad de las tumbas presentan cubierta de lajas de piedra –de caliza, arenisca o esquisto–, en algún caso monolíticas, mientras que en el resto se cubrió el cadáver directamente con tierra.

Todos los cuerpos estaban colocados en decúbito supino, a excepción de algunos neonatos colocados en posición fetal. En la posición de los brazos es donde se observan leves variaciones, ya que podían estar a lo largo del cuerpo o flexionados en diversos ángulos, con las manos sobre el abdomen, el pecho, las clavículas o el pubis, y en muchos casos cada brazo estaba en una posición diferente, es decir de manera asimétrica. Lo que sí parece claro es que estaban envueltos en sudarios, pues, aunque no se ha conservado ningún resto textil, lo esqueletos muestran un recogimiento que sólo sería posible si estaban envueltos en una tela que contuvo los miembros durante los procesos postdeposicionales relacionados con la pudrición del cadáver.

Secuencia de excavación de una tumba con cubierta de lajas y antropomorfa.
Apenas se han identificado alteraciones y expolios de las tumbas. Asimismo son muy escasos los objetos hallados dentro de las tumbas, tanto ajuares como prendas, amuletos o elementos del ritual de enterramiento.

En lo que se refiere a la población, a priori se identificaron 71 individuos adultos, 30 infantiles y 6 neonatos, sin contar las reducciones, que, en todo caso, eran bastante escasas.

RESTOS DE UN POBLADO
Por último, hay que señalar que además del cementerio altomedieval se han excavado varias estructuras de cronología tardoantigua que se corresponden con los restos de un poblado, ya que incluyen un posible fondo de cabaña, un horno de fundición y unos 10 hoyos, identificados como silos de almacenamiento o con otras funciones indeterminadas.

Una vez finalizada la intervención y agotada la estratigrafía arqueológica, se trabaja en la redacción de la memoria técnica que incluirá el tratamiento y estudio de materiales arqueológicos y un exhaustivo estudio antropológico de los restos óseos exhumados. El estudio antropológico se realizará en el Laboratorio de Evolución Humana del Área de Paleontología, que forma parte del Departamento de Historia, Geografía y Comunicación de la Universidad de Burgos.

(Fuente: Radio Haro)

25 de agosto de 2020

El ubetense que descubrió una fachada renacentista en su casa tendrá recompensa

El TSJA le reconoce el derecho a premio por hallazgo casual, aún pendiente de valoración y que pretende invertir en la puesta en valor de los restos. 
Juan Francisco León ante una parte de la portada que descubrió hace casi cuatro años en su casa. / ROMÁN
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha declarado el derecho del ubetense que descubrió fortuitamente una portada renacentista tras los muros de una casa, a percibir el premio legal correspondiente a este hallazgo, según una sentencia fechada el pasado 30 de junio a la que ha tenido acceso IDEAL. De esta forma, se deja sin efecto la resolución de 15 de febrero de 2018 por la que la Junta de Andalucía desestimaba la solicitud de derecho a premio por hallazgo casual a Juan Francisco León Catena, «en concepto de descubridor de una portada renacentista de valor histórico-artístico en el interior de una vivienda de su propiedad».

Se trata de la fachada del antiguo hospital de San Jorge, también conocido como del Santísimo Sacramento o de Pero Almindes. Y según su descubridor, corresponde al arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira, responsable de los edificios más importantes de Úbeda y Baeza, que propiciaron su declaración como Patrimonio de la Humanidad, además de otros monumentos situados en diferentes puntos de la provincia. «Está documentado que Pero Almindes encargó a Vandelvira el proyecto del hospital de San Jorge», asegura.

Según la ley de patrimonio histórico, estos hallazgos casuales dan derecho a percibir de la consejería competente en materia de cultura, en concepto de premio en metálico o recompensa, la mitad del valor que en tasación legal se atribuya a los objetos hallados. Algo que el descubridor y propietario del lugar solicitó a la Consejería de Cultura, obteniendo hace dos años una respuesta negativa. Por eso acudió a un bufete de abogados especializado en patrimonio histórico (Serrano Alberca & Conde) y decidió recurrir a los tribunales, que ahora le dan la razón.

El TSJA reconoce su derecho a premio y acuerda que se inicie por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía el procedimiento para la obtención del premio en metálico por el hallazgo casual de una portada renacentista en el inmueble situado en el número 10 de la calle Cava de Úbeda, propiedad del recurrente, y en el número 12, donde continúa el descubrimiento.

De momento es difícil saber la cantidad económica a percibir. No obstante, la sentencia insta a la constitución de la correspondiente comisión de valoración para traducir el hallazgo en cifras y abonar en su día a Juan Francisco León, en concepto de premio, el 50% del justo precio establecido por dicha comisión respecto de la parte de la portada que se halla en el inmueble de su propiedad y el 25% respecto de la parte que se encuentra en la casa siguiente, el número 12. Y este mismo porcentaje se aplicaría en los hallazgos que pudieran producirse en algún momento en el inmueble anterior, el número 8, tras cuyos muros es posible que haya más elementos del antiguo edificio. «Igualmente tendrá derecho al premio en las mismas proporciones de todo lo que resulte descubierto como consecuencia de este hallazgo», concluye el fallo.

Para Juan Francisco León, esta es una gran noticia. Y aunque no quiere aventurarse en cifras, pues dependerá de la comisión de valoración, asegura que todo lo que reciba intentará invertirlo en el proyecto de puesta en valor de esta portada renacentista y de los posibles secretos que aún estén ocultos tras la vieja casa que adquirió en su día con la simple intención de arreglarla y habitarla junto a su familia. Pero a estas alturas es escéptico, pues pronto se cumplirán cuatro años de su descubrimiento y poco o nada se ha avanzado, lo cual le hace tener muchas dudas sobre cómo será el futuro del inmueble.

Desde que se picó en las tres plantas de la casa y en todas las catas aparecieron partes de la imponente portada renacentista detrás de los tabiques, nada se ha vuelto a hacer. Por precaución y cumplimiento de la normativa no se ha movido ni un ladrillo, ni una maza, ni una picola. No se ha tocado ni el escombro generado. Todo está como se quedó. Juan Francisco recuerda que unos meses después de su hallazgo, la Asociación Plaza Vieja le distinguió por ello y por su forma de actuar al respecto, momento en el que las distintas administraciones se comprometieron a colaborar y a ayudarle para sacar a la luz el antiguo hospital de San Jorge, también conocido como del Santísimo Sacramento o de Pero Almindes. Pero el tiempo ha ido pasando y poco ha conseguido para avanzar.

El descubridor y propietario sí ha encargado un proyecto de puesta en valor, con su correspondiente recreación virtual que muestra cómo sería el resultado final. Con él incluso está dispuesto a perder y ceder espacio de la casa (unos 25 metros cuadrados por planta) para eliminar todo lo que hay delante y que la fachada renacentista quede al descubierto hacia la calle, pudiendo ser contemplada en todo su esplendor como un atractivo más de la ciudad Patrimonio de la Humanidad y parte de su historia. Pero no está encontrando apoyo. Cree que sería una pena que la portada se quedara dentro de la casa, visible solo desde el interior y segmentada en las distintas plantas.


PLANES TRASTOCADOS
A Juan Francisco este hallazgo le trastocó todos sus planes de futuro. También las cuentas que se había hecho. Pero no dudó en ponerlo en conocimiento de la autoridad competente. «Úbeda es Patrimonio de la Humanidad gracias a cosas como estas», asegura. De comprar una casa vieja para arreglarla poco a poco y vivir con su familia, pasó a ser responsable de una monumental portada que se creía perdida y que le hizo paralizar la obra y modificar su proyecto vital. Sin apenas avances en casi cuatro años, desde hace algún tiempo reside más arriba, donde tiene vivienda y ha echado a andar un pequeño negocio con la incertidumbre de no saber qué pasará finalmente con el número 10 de la calle Cava. En mente tiene un proyecto turístico, quizá hostelero, o volver a la idea inicial de vivienda, siempre incluyendo una parte que explique, interprete y documente la historia del edificio y del descubrimiento. Se podrá hacer una cosa u otra dependiendo del proyecto arqueológico que desvele la verdadera dimensión de este hallazgo.

«He cumplido mi obligación como ciudadano y ahora le toca a otros cumplir con su parte», afirma. Una reflexión que se repitió muchas veces durante el periodo de confinamiento, cuando convirtió la planta baja de la vieja casa en un gimnasio doméstico e improvisado donde mantenerse en forma, haciendo ejercicio, nada más y nada menos, que bajo una portada del siglo XVI diseñada por Vandelvira.

ANTIGUA IGLESIA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
La portada fue descubierta el 20 de noviembre de 2016 detrás de un muro cuando Juan Francisco iba a comenzar la rehabilitación de la vivienda, comprobándose después que continuaba en el resto de plantas de la casa. El hallazgo fue puesto de inmediato en conocimiento de la autoridad competente, el Ayuntamiento de Úbeda, cumpliendo así con la obligación establecida en el artículo 50.1 de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía.

En febrero de 2017, la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía emitió un informe en el que los técnicos reconocen el manifiesto y evidente valor arquitectónico, artístico e histórico de la construcción y señalan que se trata concretamente de la portada renacentista de la fachada sureste de la antigua iglesia del Santísimo Sacramento del hospital del mismo nombre, también conocido como de San Jorge o de Pero Almindes y que data del siglo XIV, concretamente de 1347.

Asimismo, los técnicos destacan que dicha portada tiene una serie de valores intrínsecos y atribuidos que definen su buen estado de conservación. En cuanto al valor histórico, apuntan que este hallazgo es «testigo de la trayectoria histórica del inmueble donde se inserta».

Por otra parte, explican que quien lo ordenó construir fue Pedro Almindes Chirino de Narváez Messía de la Cerda y que el arquitecto que lo diseñó fue Andrés de Vandelvira. Además, tiene un gran valor estético, ya que presenta un estilo del Renacimiento tardío para una portada de capilla funeraria. Se establece así su gran singularidad, pues es un caso único en Úbeda unido a la autoría de Vandelvira.

Respecto de su protección, dado su carácter único y su gran valor, Cultura, en su informe, hace constar expresamente que cualquier actuación que se pretenda llevar a cabo en las viviendas está sujeta a las limitaciones del artículo 33 de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía que, básicamente, impide cualquier intervención sobre la portada.

PROYECTO DE VANDELVIRA
Según aparece en los archivos municipales, la portada del antiguo hospital de San Jorge fue mejorada en el siglo XVI por el cantero Gonzalo Martínez de Alarcos y lo hizo a partir de un proyecto del arquitecto renacentista Andrés de Vandelvira, que fue el encargado de supervisar los trabajos.

Tal y como figura en la 'Historia de Úbeda' de Miguel Ruiz Prieto publicada en 1906, el hospital de Pero Almindes o de San Jorge fue fundado por Pero Almindes Chirino, caballero del Hábito de Santiago y perteneciente a una familia ubetense de gran linaje, descendiente de uno de sus conquistadores. «El fundador lo había dotado ricamente y construido en él una capilla con la advocación del Santísimo Sacramento», añade Ruiz Prieto, quien aclara que allí se curaban enfermos de calenturas. En documentos de 1591 se le nombraba como hospital de los Niños Expósitos del Espíritu Santo y Pobres de Jesucristo.

El autor comenta igualmente que hasta mediados del siglo XVIII «subsistió la casa y capilla de este hospital», que años más tarde se vendió y reformó, quedando sólo del edificio viejo «la pared que da a la calle de San Jorge».

Como dato curioso, Ruiz Prieto cuenta que en una de las paredes del inmueble estuvo clavada «la piel de un enorme lagarto, que la tradición supone se crió en un sitio próximo, donde se formó después una calle que aún se llama del Lagarto». «Debió ser la de un caimán traído de las Indias por algún aventurero ubetense», aclara.

24 de agosto de 2020

Concluye la restauración de la torre de la iglesia de San Nicolás en Córdoba

Las obras de restauración en el campanario certifican que no fue construída sobre los restos de un alminar islámico
La torre de la iglesia San Nicolás de Córdoba tras las obras de restauración / LAURA MARTÍN
La torre del campanario de la iglesia de San Nicolás de la Villa no fue construida sobre los restos de un alminar. Esta es una de las conclusiones a la que ha llegado el equipo, liderado por el arqueólogo Francisco Javier Peña, encargado de la supervisión de las obras de restauración en el campanario de la iglesia.

La torre ya luce despejada en todo su esplendor tras un año en obras por el desprendimiento de parte del enfoscado de la fachada por el temporal de viento que se registró en marzo del año 2018 en Córdoba, hecho que obligó a la parroquia a mantener la estructura entre andamios desde agosto del 2019.

Hace unos días, finalmente, fue develada por completo la fachada de la iglesia y su torre, que sufrió un proceso de restauración siguiendo los criterios en materia de conservación del patrimonio histórico y tras la aprobación del proyecto de limpieza, conservación y mantenimiento del segundo cuerpo y cornisa superior de ladrillo del campanario, promovido por el Obispado de la Diócesis de Córdoba.

La torre, que tras la restauración ha sido calificada por algunos feligreses como "esbelta y señorial", tiene unos 30 metros de altura y fue intervenida por los arquitectos Felipe Romero y José Enrique Crespo, el arqueólogo Francisco Javier Peña y la conservadora y restauradora de obras de arte, Ana Infante de la Torre.

En principio solo se iba a intervenir en el cuerpo de campanas, tras el desprendimiento, "pero para llegar al sitio había que instalar todo el andamiaje y se ha aprovechado para revisar toda la ornamentación, que estaba en un estado lamentable", según comenta el responsable de Patrimonio de la parroquia, José Salamanca.

Esta intervención supuso el estudio y descubrimiento de varios hechos históricos. Uno de los principales objetivos marcados por el equipo del arqueólogo fue comprobar si la torre se asentaba sobre un antiguo alminar islámico y, según ha asegurado a el Día, "no hemos encontrado restos de muros de edificios islámicos, la torre no se asienta sobre ninguna estructura previa de origen islámico, la estructura es totalmente cristiana, construida en el siglo XV por Gonzalo Rodríguez".

Sin embargo, en el interior se han descubierto algunos muros que "podrían indicar que hubo un alminar y una mezquita, pero las reformas que se hicieron desde la conquista cristiana han borrado cualquier indicio del edificio". Aún así, Peña explica que en las primeras décadas del siglo XV, la torre se construye siguiendo el patrón de un posible edificio previo, pero "no se ha documentado ningún resto de alminar". En definitiva, según el arqueólogo "la torre se adosa a la iglesia, y es totalmente cristiana".

Según recuerda Peña, en la estructura no se hacía una intervención de este tipo más o menos desde el año 1755, cuando se reconstruyó la parte superior del campanario en ladrillo tras el terremoto de Lisboa y de 1799, cuando se macizó la parte superior y se ensanchó el balcón para que los campaneros pudieran tocar las campanas.

Durante la intervención también han podido confirmar que Gonzalo Rodríguez es, efectivamente, el constructor de la obra. Peña explica que han encontrado dos inscripciones, una de ellas en una de las tejas superiores, que hace referencia al padre de Hernán Ruiz I, de quien, por varios autores, ya se presumía que era el constructor de la torre. "Este es el azulejo que adobó Gonzalo Rodríguez", reza la pieza, con lo cual "está diciendo que es él el maestro cantero de la obra".

Las piezas exteriores de la torre de San Nicolás también han sufrido un proceso de limpieza y restauración y la policromía de las piezas fue otro descubrimiento sorprendente para los técnicos. Las figuras alegóricas, el escudo Íñigo Manrique, las letras de Obediencia y Paciencia y la lápida ahora relucen sus colores al resplandor del sol de Córdoba. "Esto nos da una imagen de que la torre tenía una policromía en sus elementos más significativos, con un contraste cromático bastante importante".

También se han podido salvar a tiempo muchos elementos que estaban sueltos y constituyen parte del patrimonio histórico de la capilla. "El objetivo era mantener los elementos que estaban muy deteriorados y que eran un peligro para la vía pública", ha finalizado Peña.

El estudio todavía está en proceso, junto al informe técnico arqueológico destinado a la Administración que comprende incluso un modelado en 3D de cómo lucía la torre antiguamente, estudios previos y detalles de todo lo intervenido por la conservadora y restauradora de obras de arte Ana Infante de la Torre.

Pero estos arreglos no se han terminado de pagar, el presupuesto asciende los 200.000 euros y está siendo pagado totalmente por la feligresía de San Nicolás, según afirma el el responsable de Patrimonio, José Salamanca. "Ha sido un buen trabajo, una restauración completa para transmitir el patrimonio que tenemos, había zonas que de lejos no podíamos apreciar el deterioro que tenían, pero pudimos intervenir a tiempo", ha asegurado.

El párroco de San Nicolás, Antonio Evans, también ha expresado su alegría tras ver las obras finalizadas, que constituyen historia, cultura, arte y presente de cordobeses y visitantes que tienen la dicha de conocer la parroquia.

21 de agosto de 2020

Documentan un singular 'candelabrum' romano del siglo II d.C. en Zahara de la Sierra (Cádiz)

El objeto se ha encontrado en el que pudo ser un lugar sagrado dedicado a alguna divinidad en una zona de necrópolis hallada en las vías de acceso al municipio
Un candelabrum de hierro romano de 1.15 metros y en perfecto estado de conservación ha sido descubierto en las obras de adecuación de acceso a Zahara de la Sierra. Pero el singular hallazgo no queda aquí, pues la primera hipótesis que manejan los arqueólogos que han trabajado estas semanas en el hallazgo es que la pieza podría formar parte de un locum sacrum (lugar sagrado), a juzgar por las características de otros objetos encontrados junto a él.

Así, junto a este candelabro de hierro formado por una base trípode con plato, el fuste y el pomo, faltando el cuenco donde iría la lámpara o lucerna, han aparecido esparcidas en esta misma fosa 24 monedas de bronce datadas en el siglo II d. C, algunas de las cuáles son acuñaciones de los emperadores hispanos Trajano y Adriano. Entre otras piezas encontradas figuran una aguja de hueso para el pelo, un pendiente de bronce y un mortero de cerámica que ha conservado en su interior la maja.

Según Luis Cobos y Esperanza Mata, directores de la excavación, "la hipótesis sobre la que trabajamos es que nos encontramos ante una zona de necrópolis ubicada en una de las vías de acceso a la población, ya habitada en época romana, y la zona descubierta es una parte de un locum sacrum , ubicado en las afueras del asentamiento principal, dedicada posiblemente a alguna divinidad y donde los caminantes y habitantes realizaban ofrendas".

PIEZAS SIMILARES
La pieza más destacada es dicho candelabrum, de los que existen varios ejemplares en Italia (Roma y la Villa de Boscoreale en Nápoles); en los yacimientos de Lixus y Volubilis (Marruecos) también han sido descubiertos varias piezas de este tipo; y en España se conocen algunos de ellos en Uxama (Soria) y partes sueltas como los platos en Mérida, Villaverde (Madrid), Albacete y Varea (La Rioja), o parte del trípode como el del yacimiento de Lacipo (Casares). Todas estas piezas fueron realizadas en bronce.

Concretamente, el candelabrum romano de Zahara del siglo II d. C "es una pieza excepcional al estar realizada en hierro fundido y conservarse en buen estado", aseveran.

Este hallazgo ha tenido lugar durante la segunda mitad del mes de julio, fecha en la que se ha realizado un control arqueológico de las obras, promovidas por el Ayuntamiento de Zahara de la Sierra y la Diputación de Cádiz, de adecuación de acceso a Zahara de la Sierra, en el denominado Camino Nazarí a los pies de la fortaleza de la Villa Medieval, ocupada al menos desde la prehistoria reciente.

La zona de control arqueológico de la obra está incluida limita por el este con el yacimiento arqueológico Villa Medieval, donde se localizan numerosos fragmentos cerámicos de época romana, islámica y moderna, así como indicios de estructuras murarias dispersas.

En el transcurso de los trabajos a pie de obra se detectaron varios indicios de posibles restos arqueológicos. Una de esos indicios causó la intervención, con resultados positivos en una zona reducida de unos 16 metros cuadrados de forma ovalada delimitada por las arcillas versicolores terciarias.

Esta fosa excavada en la arcilla y delimitada por piedras calizas estaba colmatada por depósitos de derrubios de gravillas procedentes de la ladera de la peña donde se ubica la Villa Medieval, sedimentos arcillosos con material constructivo romano (tégulas, ladrillos, tejas) y por último una capa arcillosa negruzca producida por algún tipo de combustión, nivel sobre el que se produjeron los hallazgos.

(Fuente: Diario de Cádiz)

19 de agosto de 2020

Nuevo hallazgo en los Marroquíes Bajos de Jaén

El Ayuntamiento de Jaén anuncia que se ha documentado una tenería musulmana, un antiguo taller dedicado a curtir y trabajar las pieles
Estado de la tenería musulmana descubierta en los Marroquíes Bajos. (AYUNTAMIENTO DE JAÉN).
Marroquíes Bajos sigue sorprendiendo con nuevos hallazgos. El Ayuntamiento de Jaén ha anunciado que la Parcela C del yacimiento, que está ubicada en la zona de Expansión Norte de la capital, contiene una tenería, posiblemente, de la época musulmana.

Se trata de una zona de producción, es decir, un taller dedicado a curtir y trabajar las pieles, localizada en el entorno de la cisterna romana que existe en este parque arqueológico.

Según ha detallado a través de un comunicado el concejal de Cultura, José Manuel Higueras, "el taller musulmán también se pondrá en valor por la Administración local", según indica el concejal, que señala que "los trabajos arqueológicos que hay previstos en la zona para el otoño y el invierno permitirán ahondar en la puesta en valor de este espacio para que sea disfrutado por los vecinos de Jaén".

En el caso de la tenería, gracias al Campo de Voluntariado Municipal de Marroquíes Bajos se ha podido documentar su existencia y, "lo más importante", según Higueras, "evitar que se perdiera, como hubiera podido ocurrir también con el depósito de agua de incalculable valor arqueológico".

14 de agosto de 2020

Recuperan el sendero medieval de acceso al cerro de Santa Catalina de Jaén

La Universidad de Jaén y el Instituto Municipal de Empleo y Formación Empresarial (IMEFE) del Ayuntamiento de Jaén han documentado el trazado y las estructuras que conforman el sendero medieval que asciende hasta el Castillo de Santa Catalina, recuperando el primer tramo del mismo. Una senda que, pese haber sido trazada en época medieval, estuvo en uso hasta el siglo XIX.
Las tareas incluyeron la limpieza y desbroce de depósitos de tierra y maleza. (UJA)
Los trabajos fueron ejecutados de noviembre de 2019 a marzo de 2020 por la Escuela Taller del módulo de Jardinería, dirigida por Manuela Moral e impartida por los monitores José Requena y Manuel Barneo, bajo la dirección arqueológica de los investigadores del Departamento de Patrimonio Histórico de la Universidad de Jaén María Victoria Gutiérrez y Juan Carlos Castillo, contando además con la colaboración de un amplio equipo técnico de arqueólogos y topógrafos pertenecientes al Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA.

PUERTA Y PAVIMENTO ORIGINAL

En concreto, las tareas desarrolladas desde noviembre del pasado año han consistido en la limpieza y desbroce de los depósitos de tierra vegetal y maleza que cubrían y ocultaban el primer tramo del camino medieval. Entre los resultados obtenidos destaca, por un lado, la localización de la puerta que abría el principal acceso al camino, de la que se han registrado dos grandes pilares cuadrangulares de mampostería. Por otro lado, la localización de la base geológica totalmente pulida y alisada, “lo cual nos indica que ésta conformaría el pavimento original del sendero, que estuvo deslindado por un lado por los propios afloramientos rocosos del terreno, recortados y trabajados para encajar la senda, mientras que por su lado opuesto, estaría delimitado por una serie de paratas de mampostería irregular, de las que en algunos tramos tan solo se conserva su cimentación”, explica la arqueóloga María Victoria Gutiérrez.

El estudio, limpieza y recuperación de estas paratas ha sido el objetivo de esta primera fase de actuación, identificándose su técnica constructiva y su aparejo, además de dejar patente su estado de conservación y patologías. “Con estos trabajos hemos logrado obtener una documentación trascendental y numerosas evidencias que van a resultar imprescindibles para la proyección de futuras fases de trabajo, que conducirán a la recuperación de todos los elementos, para lo cual se seguirán las directrices marcadas en el proyecto de obras de rehabilitación y puesta en valor del sendero, redactado por el arquitecto Manuel de Toro Codes”, declaran los investigadores de la UJA.

Según las primeras interpretaciones, este sendero, que discurría ascendiendo por el interior de un amplio recinto amurallado, presentaba en su inicio una evidente bifurcación que deja constancia de la existencia de un riguroso control, al separar aquellos transeúntes que ascendían a pie, de aquellas otras personas que lo hacían con carretas u otros medios de transporte, confluyendo ambas vías en un punto estratégico del interior, a partir del cual el camino se unificaba. 

TRANSFORMACIONES DEL S.XIX
Paralelamente, esta actuación ha permitido conocer y verificar no solo el origen medieval de sus estructuras, sino que también ha puesto de manifiesto las profundas transformaciones a las que fue sometido en la primera mitad del siglo XIX, tras la ocupación de la ciudad por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. “Nos referimos a los elementos defensivos creados entre 1809 y 1811, con el fin de consolidar y reforzar las defensas de la primitiva alcazaba medieval, aislándola de manera significativa del núcleo urbano. Son todas ellas estructuras que quedaron perfectamente reflejadas en la cartografía histórica de la época elaborada tanto por ingenieros militares franceses como españoles”, asegura Juan Carlos Castillo, catedrático de Historia Medieval de la UJA.

“Desgraciadamente son muchos los interrogantes y estructuras que aún están soterradas en toda la ladera norte del cerro, las cuales deberán recuperarse e integrarse en un amplio proyecto que tenga como cometido principal la revitalización de este amplio espacio periurbano de la ciudad de Jaén, un sector que cuenta con unos importantes valores patrimoniales tanto a nivel histórico como natural”, declara Juan Carlos Castillo. En este sentido, los investigadores de la UJA apuntan que aunque los resultados obtenidos han sido “bastante significativos y elocuentes de la riqueza arqueológica de este enclave”, esta actuación supone solo el inicio “debido al empaque y la complejidad de las estructuras allí existentes, lo que por otro lado, ha evidenciado la inviabilidad de que su absoluta recuperación pudiera lograrse en un marco temporal tan corto, cuatro meses, que es el periodo de duración de la formación del alumnado de la Escuela Taller del IMEFE”.