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14 de junio de 2024

Hallados en Vizcaya los restos de una mujer neandertal de hace más de 150.000 años

Aparecidos en la cueva El Polvorín, de Karrantza, son los restos humanos más antiguos de Euskadi, similares en antigüedad a los de la Sima de los Huesos de Atapuerca
Un equipo de la UPV-EHU investiga en el Arkeologia Museoa restos procedentes de la cueva de El Polvorín, en Karrantza, que podrían corresponderse con los de una mujer neandertal.

Un grupo de investigadores, liderado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha hallado en la cueva El Polvorín, de Karrantza (Vizcaya), los restos humanos más antiguos de Euskadi, similares a los de la Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos).

Los restos hallados, pertenecientes a una mujer bautizada como Andere (señora), tienen "como mínimo" 150.000 años de antigüedad, aunque la hipótesis de los investigadores los sitúa entre 200.000 y 300.000 años, con lo que serían más antiguos que el húmero encontrado en la cueva de Lezetxiki (Arrasate/Guipúzcoa).

El arqueólogo Asier Gómez, director de la investigación, ha explicado que Andere era una mujer adulta que mediría entre 1,50 y 1,60 metros y era una neandertal "arcaica", similar a los de la Sierra de Atapuerca (situada a unos 150 kilómetros de Karrantza), con los que comparte tener en el radio la misma curvatura para la inserción del bíceps.
La investigación

La investigación comenzó en 2021, después de que en el estudio de los fósiles óseos de animales de esta cueva que tiene el Museo Arqueológico de Bilbao se encontraran 8 restos humanos.

Entonces se montó un equipo de investigación que en 2021 comenzó a trabajar en la cueva de El Polvorín, de 30 metros de longitud, con una sima posterior de 7 metros de caída y en cuyo fondo se realizan los trabajos arqueológicos.

Allí se han hallado desde entonces otros 9 restos, todos ellos de la misma mujer, con partes frontales del cráneo (el hallazgo estrella) falanges intermedias de manos y pie, partes de la escápula y un radio.

En la cueva hay también numerosos restos de osos de las cavernas y de hienas, que eran los conocidos hasta ahora.

Asier Gómez ha explicado que la cueva tiene un acceso muy difícil, por lo que han contado con la colaboración de varios grupos de espeleología para habilitar rutas, y que geológicamente es muy compleja, lo que dificulta datar los restos hallados porque las capas se superponen y hay restos fósiles tanto en el suelo como en las paredes y techos.

"El yacimiento tiene mucho futuro y dará muchas sorpresas, pero llevamos muy poco tiempo y hay trabajo para varios años", ha dicho el arqueólogo, que ha comentado que la campaña de excavaciones de 2023 se realizará en otoño.
Siguientes fases

El investigador ha explicado que además de buscar nuevos restos humanos, tanto de Andere como de otros posibles individuos, se tienen que realizar todavía muchas investigaciones geológicas, así como de los restos de los osos y hienas, que parecen más recientes que los de la neandertal.

Ha comentado que necesitan tener "datos más robustos" con esos estudios y posibles análisis genéticos, tanto de humanos como de animales, si se encuentran restos con ADN, para explicar el "origen de la acumulación de restos" animales en la cueva.

Ha señalado que ni los restos de la mujer ni los de los animales presentan cortes, por lo que una de las hipótesis es que fuera una zona de hibernación de los osos y que éstos murieran allí y después entraran las hienas para comer su carroña y no pudieran salir.
(Fuente: Diario de Sevilla / AgenciasDiario de Sevilla / Agencias)

13 de junio de 2024

Arqueólogos de la UA obtienen una secuencia ininterrumpida de la ocupación de Ilici

Arqueólogos de la Universidad de Alicante han conseguido documentar la vida del yacimiento desde la Edad Media hasta las raíces del asentamiento ibérico
Equipo Domus 2024.

El proyecto ‘Domus-La Alcudia: vivir en Ilici’ culmina sus objetivos en las nuevas excavaciones y obtiene una secuencia contrastada e ininterrumpida de ocupación en el sector nororiental de la ciudad, uno de los puntos más elevados de la topografía original, donde existían indicios de ocupación entre la prehistoria y la época medieval, según ha informado Sonia Gutiérrez Lloret, catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante y codirectora del proyecto junto a los profesores Julia Sarabia, Victoria Amorós y Jesús Moratalla, todos ellos del área de Arqueología de la UA, especialistas en diversos periodos y problemáticas históricas.

La campaña cuenta, además, con un equipo amplio de especialistas de prehistoria y arqueología de la Universidad de Alicante y otros centros investigación, como el Instituto de Arqueología de Mérida-CSIC (Trinidad Tortosa) o la Universidad de Murcia (Alicia Fernández). En él participan también estudiantes y egresados del Máster en Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA y un excelente equipo de técnicos y peones especializados, fruto de la colaboración con el Ayuntamiento de Elche.

Gutiérrez Lloret explica que Domus pretendía contrastar el relato idealizado de las ciudades superpuestas con la verdadera historia material de IIlici. “Y para ello, en lugar de focalizar el interés en un periodo o monumento concretos, convertimos la diacronía (el tiempo en un espacio) en nuestro objetivo, rechazando los clichés arbitrarios que tanto han condicionado y siguen condicionando la interpretación de La Alcudia, desde la aparición casual de la Dama de Elche en un contexto desconocido de la ladera oriental de la colina”, señala la arqueóloga, que incide en el hecho de que “todas las ciudades, como espacios construidos, son una sucesión de paisajes urbanos en continua transformación y La Alcudia es un ejemplo impresionante”.

De este modo, Sonia Gutiérrez señala que la excelente conservación de la estratigrafía en este sector ha proporcionado ya interesantes novedades, como el descubrimiento, por vez primera, de una ocupación islámica temprana (siglos VIII y IX) que permite demostrar que la madina Ilš del pacto de Teodomiro del año713 estuvo en La Alcudia, mucho antes de que una nueva ciudad heredase su nombre, dando lugar a Elx en el siglo X. “Hemos constatado la importancia de la Ilici romana a través de una intensa y monumental remodelación urbanística fechada entre los siglos IV y V, con el trazado de calles y edificios que estuvieron en uso, tras diversas remodelaciones, hasta la época visigoda. Se ha documentado también una fase urbana altoimperial del siglo I d. C. correspondiente a la fundación colonial, un importante contexto del siglo III a. C. y niveles que alcanzan el ibérico pleno”.

“Con todo, esta última campaña ha marcado tres hitos fundamentales en el conocimiento de la historia de La Alcudia: la materialización del urbanismo romano tardío, la constatación de la importancia de la ciudad en el convulso siglo III a. C y la documentación de sus raíces ibéricas”, recalca la investigadora.

En las venas de la ciudad romana
Asimismo, la excavación de un cruce de calles romano ha sacado a la luz, bajo su pavimento, las tuberías de plomo por las que circulaba el agua que abastecía casas y termas, junto con la impresionante red de alcantarillado subterráneo que saneaba la ciudad. “Con los nuevos datos obtenidos se demuestra que buena parte de los restos romanos visibles en diversos sectores de la ciudad corresponden en realidad a los siglos IV y V, verdadero periodo de esplendor de la ciudad de Ilici, mientras que la materialidad de la ciudad altoimperial se muestra esquiva”, comenta Gutiérrez.

Entre púnicos y romanos: el convulso siglo III a.C.
Además, la arqueóloga señala que uno de los descubrimientos más llamativos, que ha permitido constatar la complejidad del siglo III a. C., se refleja en una inusitada intensidad constructiva durante su segunda mitad, comparable con la detectada en otros asentamientos próximos de características urbanas como el Tossal de Manises. Se trata del ángulo de una monumental estructura de más de 9 metros de longitud por un metro de anchura, de la que se conserva el zócalo de mampostería con alzado de grandes adobes y refuerzos de vigas verticales pensados para sostener algún adarve voladizo, sobre una cimentación heterogénea de dos metros de anchura, que transformó sustancialmente la trama urbana de carácter doméstico preexistente. La regularidad y características de su diseño, con paralelos en el mundo púnico y helenístico, y su cronología reforzada por el hallazgo de una moneda hispano- cartaginesa (221-218 a. C.), lo sitúan en el contexto de la II Guerra Púnica, es decir, el enfrentamiento entre púnicos y romanos que asoló con gran intensidad el sureste de la Península Ibérica.

Las raíces ibéricas del asentamiento
Por otra parte, la excavación de los niveles más profundos ha demostrado que la zona estuvo densamente habitada entre los siglos III y IV a. C., ya que a más de 4 m. de profundidad respecto al suelo agrícola actual y por debajo de los niveles de la primera mitad del siglo III a. C, se suceden suelos y estructuras que reutilizan piezas de fases anteriores, como un espectacular molino giratorio ibérico, hasta llegar a las habitaciones de adobe y barro amasado, similares a otras documentadas en La Alcudia, que nos sitúan en vísperas de la sociedad que alumbró la Dama. ,

Algunos significativos indicios, como un molino barquiforme o cerámica de la Edad del Bronce, indican que la ocupación pudo ser mucho más antigua, pero no es posible documentarla sin dañar otros valiosos restos que es necesario conservar. Recuerdan los investigadores, que “el objetivo final de un proyecto diacrónico es la puesta en valor de cada fase histórica detectada, explicando no una sino todas las historias escritas en la propia tierra de este sector de La Alcudia”.

Instantáneas de la historia en la tierra
“Aunque la arqueología en general y nuestro proyecto en particular estudian procesos antes que acontecimientos, la investigación a veces depara sorpresas asombrosas que son capaces de congelar el tiempo en un instante”, asegura Sonia Gutiérrez al tiempo que destaca dos de estas “instantáneas”: Por un lado, el descubrimiento, en una humilde habitación de la antigüedad tardía, de una antigua jarrita de producción local, cuidadosamente sellada con arcilla y envuelta en una tela, cuya urdimbre quedó impresa en el barro. “No sabemos por qué ni qué contenía, aunque en épocas romanas más antiguas era de buen augurio realizar ofrendas similares con carácter ritual, mientras que en periodos posteriores de inestabilidad a menudo se utilizaban como escondrijos”, matiza la arqueóloga. Por otro, una pequeña fosa llena a rebosar de cacharros rotos (tapaderas y marmitas, jarras, tinajas y ánforas con restos aún de sus tapones de yeso). “Este humilde basurero, que alguien llenó de trastos viejos, es un ‘tesoro’ que nos ha proporcionado un excelente contexto material de los siglos VII y VIII que permitirá conocer no solo cómo vivían los últimos habitantes de La Alcudia, sino también de dónde venían los productos que almacenaban”, cuenta la investigadora, señalando con humor que “a veces nuestro gozo sí está en un pozo”.

Reanudan la campaña arqueológica en el yacimiento de Bayra (Almería)

Un equipo de investigadores ha reanudado las excavaciones de la III Fase del Proyecto General de Investigación en el yacimiento de la antigua ciudad medieval de Bayra, que se han iniciado recientemente con el objetivo de continuar la exploración del recurso arqueológico ubicado en el Cerro del Espíritu Santo, en Vera (Almería).
Esta tercera fase de las excavaciones será llevada a cabo por el Grupo de Investigación PRINMA, de la Universidad de Granada.

Un equipo de investigadores ha reanudado las excavaciones de la III Fase del Proyecto General de Investigación en el yacimiento de la antigua ciudad medieval de Bayra, que se han iniciado recientemente con el objetivo de continuar la exploración del recurso arqueológico ubicado en el Cerro del Espíritu Santo, en Vera (Almería).

Según una nota del Ayuntamiento de Vera, esta tercera fase de las excavaciones, realizada por el Grupo de Investigación PRINMA, de la Universidad de Granada, continúa la línea iniciada los dos años anteriores y teniendo en cuenta los resultados obtenidos previamente, que han arrojado datos reveladores de diversas estructuras, viviendas bien conservadas, tramos de muralla y restos significativos que evidencian el terremoto de 1518 que devastó la ciudad.

Moisés Alonso Valladares y Alberto García Porras, codirectores del Proyecto General de Investigación Bayra, han manifestado que en esta tercera fase del Proyecto se trabajará en las zonas comenzadas en la fase anterior, ampliando la excavación del Alcázar, donde se presupone que está la torre vinculada a su zona central o centro norte y la zona medio alta de la ladera, donde se ubica el sondeo vinculado a las murallas de la ciudad.

"Además, en la zona medio baja de la ladera se ampliarán las excavaciones de las viviendas orientales y septentrionales, para poder profundizar en el conocimiento de la trama urbana y saber cómo se articulaban estos espacios domésticos y cómo vivían los moradores de esa época”, han añadido.

Este año se ha unido al proceso de investigación María José Peregrina, como codirectora de las excavaciones, en las que participan y colaboran unos 30 estudiantes y unos 8 arqueólogos como personal técnico, procedentes de diferentes ciudades, además de Almería y Granada, como Barcelona, Madrid o Asturias y de diferentes universidades europeas e internacionales como Portugal, Holanda, Italia e inclusive Brasil, China y Emiratos Árabes.

A fecha de hoy, estos sondeos han mostrado las primeras murallas de la ciudad y algunas estructuras, que actualmente están en proceso de estudio, valorando si estas son de tipo doméstico urbano, adosadas, estructuras adyacentes a la muralla o si puede ser alguna estructura vinculada a la puerta. Asimismo, hay cada vez más evidencias de viviendas orientales de reocupación tras el terremoto.

El objetivo principal de las actuaciones actuales es transformar el yacimiento arqueológico en un recurso turístico monumental visitable. Para ello, también se llevará a cabo inminentemente la construcción de un Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes, la mejora de los accesos y el vallado del área catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC).

Estos trabajos se están llevando a cabo en una superficie de aproximadamente 250 metros cuadrados, siguiendo las normativas del Patrimonio Histórico Andaluz y el Reglamento de Actividades Arqueológicas de Andalucía.

Todas estas actuaciones forman parte de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino (PTSD), financiados con fondos Next Generation del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea, que han proporcionado al Ayuntamiento de Vera un total de 2,5 millones de euros.

La ciudad de Bayra, un enclave trascendente durante el periodo del Al-Andalus medieval y la última frontera del Reino Nazarí, que tuvo una importancia estratégica durante ese reinado, ya que su ubicación facilitaba el control de rutas comerciales y la defensa del territorio, fue conquistada por los Reyes Católicos en 1488 y destruida por un devastador terremoto en 1518, quedando sepultada bajo los escombros.

12 de junio de 2024

El yacimiento de Bornos revela otra cara de la economía romana en Cádiz

Las primeras investigaciones de la Universidad de Cádiz en la villa romana de El Cañuelo, apuntan a que el poblamiento tuvo una gran actividad agropecuaria
Excavaciones arqueológicas de la Universidad de Cádiz en el yacimiento de Bornos. / D.C.

Las recientes excavaciones en el nuevo yacimiento romano de Bornos revelan importantes datos que amplían el conocimiento de lo que fue la economía de la época romana en la provincia de Cádiz. La Universidad de Cádiz centra un proyecto de investigación en este yacimiento de Bornos, donde se asienta la denominada Villa Romana del Cañuelo, que data del siglo I después de Cristo hasta el siglo IV-V d.c., para poder conocer la organización territorial y el poblamiento romano en esta zona del valle medio del río Guadalete.

Las primeras indagaciones apuntan a que esta villa de Bornos pueda venir a completar la otra cara de lo que fue la economía de esta época romana en la provincia de Cádiz, cuya parte más conocida es la de la industria del salazón. Ahora, con el campo que se abre en este yacimiento de Bornos se presume, también, la posible importancia que la actividad agropecuaria romana tuvo para la provincia.

Con todas las cautelas porque las investigaciones están en sus primeras fases, los hallazgos que se han encontrado en los sondeos de la villa de Bornos apuntan a que esta actividad agropecuaria no sería solo para consumo propio, sino que, también, se abre la vía de la exportación a tenor del hallazgo de un edificio que podría ser un almacén.

Los elementos encontrados hasta ahora en el yacimiento bornense incluye una zona residencial, que sería el centro de la villa, con un patio porticado, una zona productiva y una edificación o almacén.

La arqueóloga y profesora de la Universidad de Cádiz, Macarena Lara, habla de la importancia de la excavación de esta villa romana en la zona interior de la provincia en la que se está utilizando nueva metodología. “Desde los años 70 del pasado siglo que se excavó una villa romana en Arcos, en la zona de El Santiscal, no se hacía. Tampoco en la provincia desde hace poco, con la villa marítima de Trafalgar. En Bornos, por las dimensiones de la villa, se supone que la actividad agrícola y ganadera que hubo no era para consumo propio, podría ser también para exportar”, explica la directora de este proyecto de la UCA.

Este yacimiento arqueológico ubicado en la zona del embalse de Bornos, del que tienen constancia desde hace años los propios vecinos del pueblo, tiene una superficie de 3,5 hectáreas de terreno, con lo que hace una idea de la importancia que tendrá para investigaciones futuras. Ya se han realizado dos excavaciones durante el mes de mayo, una en la zona residencial y otra en la zona productiva. Como novedades se ha documentado que la residencial cuenta con patio central con ábside y la zona productiva con un edificio, con muros de un metro de grosor. Además, se ha encontrado una columna con la basa, que está en posición original y un enterramiento, del siglo III- IV, de época tardo antigua.

Hay que resaltar que esta excavación de un poblamiento romano en la Sierra de Cádiz forma parte del proyecto de investigación ‘Mare in Rure’ para analizar asentamientos costeros y de zonas de interior. “Esta villa de Bornos se puede poner en relación con el territorio cercano de Carissa Aurelia”, añade Macarena Lara.

En estos trabajos de la UCA participan una decena de alumnos de Grado y del Máster. La arqueóloga Macarena Lara destaca también la importante implicación y ayuda del Ayuntamiento de Bornos para poder llevar a cabo estos sondeos en su término municipal.

Documentan en el Turuñuelo el primer ejemplo de escritura tartésica

El estudio de la tablilla de pizarra con imágenes de guerreros descubierta em el yacimiento del Turuñuelo -en la localidad pacense de Guareña- desvela una serie de signos inscritos que podrían ser el primer ejemplo de escritura descubierto de la enigmática civilización de Tarteso.
La tablilla esconde en su marco lo que parece ser una secuencia de 21 signos. Joan Ferrer i Jané CSIC

La placa de pizarra de unos 2.500 años de antigüedad grabada con imágenes de una escena de combate entre tres guerreros hallada en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) ha dado mucho que hablar desde el anuncio de su descubrimiento la semana pasada. Sin embargo, los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) no habían reparado en una serie de signos inscritos alrededor de la tablilla. O al menos no los habían interpretado como ha hecho un investigador independiente del proyecto: se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.

Joan Ferrer i Jané, investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, se enteró a través de los medios de comunicación del hallazgo de la placa de pizarra, que sería una suerte de boceto que habría servido al artesano tartesio de apoyo para inmortalizar estas imágenes en piezas de oro, marfil o madera. "Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida", ha explicado el epigrafista.

Rápidamente se puso en contacto con Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, directores del proyecto Construyendo Tarteso, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. "Tras estudiar las imágenes todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca [hallado en Castro Verde, Portugal], excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial", detalla Ferrer.

Según ha anunciado el CSIC este martes en un comunicado, los científicos del IAM ya se encuentran trabajando con el investigador catalán para tratar de arrojar luz sobre lo que parece una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla hallada en Casas del Turuñuelo. Según las primeras hipótesis, se trataría del tercer abecedario de una escritura paleohispánica meridional y el primer ejemplo de escritura descubierto en un yacimiento único, famoso por desvelar el mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental o los primeros relieves figurados de la enigmática civilización de Tarteso.

Esther Rodríguez González, una de las responsables de los trabajos arqueológicos en Casas del Turuñuelo, destaca que desde el primer momento del hallazgo de la tablilla de pizarra era consciente de que "el volumen de información que contenía era superior incluso al de los propios rostros encontrados [de los guerreros]". Además de las siluetas de unas figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que hacían intuir que la placa se podría analizar a diferentes niveles.

Dos abecedarios más
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario, según se informa desde el CSIC.

Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). "Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información", apunta Ferrer.

El hallado en el yacimiento tartésico empieza con la secuencia "ABeKaTu", que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. "Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, "Tu", aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario", comenta Ferrer i Jané, que añade que "es una pena que se haya perdido la parte final del abecedario ya que es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas".

La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. "En todo caso, confirma que en este yacimiento se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas", concluye el especialista en escritura paleohispánica.

10 de junio de 2024

Estos son los yacimientos en los que se trabajará en la campaña de excavaciones de Atapuerca en 2024

Se mantienen todos los yacimientos de Trinchera del Ferrocarril, donde se llegará a nivel TD-6. El universo neandertal se abordará en tres zonas diferentes. Seguirán profundizando en niveles neolíticos.


Yacimiento de Gran Dolina en Atapuerca. RAUL G. OCHOA

El trabajo de campo vuelve a Atapuerca. En los yacimientos de la mítica sierra burgalesa volverán a sonar los martillos y el sedimento que cae en sacos para llevarlo a la segunda excavación del río Arlanzón. La campaña de excavaciones en los yacimientos de Atapuerca en este 2024, ATA'24, arrancará el 17 de junio y se prolongará hasta el 24 de julio con la participación, por quincenas, de mas de 300 excavadores. Entre todos abordarán una decena de yacimientos que abarcan una ocupación humana sistemática desde hace mas de 1,4 millones de años de antigüedad hasta hace 3.000 (Edad del Bronce) y posibilidades de encontrar restos de hasta cinco especies de homínidos del árbol genealógico de la especie humana.


SANTI OTERO 

Sima del Elefante, más de 1,4 millones de años
En los niveles en torno al millón de años de antigüedad hay cuatro zonas de excavación que se concentran en ampliar el registro de Pink, el primer europeo que ya reveló su rostro en 2022. Se vuelven a abrir los niveles mas antiguos en Sima del Elefante (más de 1,4 millones de años con la posibilidad de ampliar los fósiles de la cara del primer europeo).


Yacimiento Galería durante la excavación de 2023.SANTI OTERO

Galería, el supermercado de hace 300.000 años
Este fue uno de los primeros yacimientos que excavó Emiliano Aguirre, el segundo ubicado a los pies de la Trinchera del Ferrocarril. Abordan los niveles de 300.000 años donde el uso sigue siendo el mismo: un lugar recurrente en el que coger carne de los animales que mueren tras caer en la trampa que fue la cueva. Herramientas y huesos de fauna fracturados son los hallazgos más habituales.



Esta es la zona donde se acercaron el año pasado a los niveles TD-6 de 'Homo antecessor'.SANTI OTERO

Gran Dolina superior, una porción del pastel de TD-6
El nivel superior de Gran Dolina aborda ya aquello que tanto tiempo llevan esperando. El año pasado dos restos, una falange y cinco trozos de un parietal unido, volvieron a traer fósiles de Antecessor a Atapuerca tras 20 años de ausencia. Este año la porción de la superficie que se ha podido digerir afronta el reto de llegar a un nivel extraordinariamente rico en los sondeos previos.



En la parte baja de Gran Dolina faltan dos metros para llegar a la base. SANTI OTERO

El final de la parte baja de Gran Dolina
En el nivel bajo de Dolina, un millón de años de antigüedad con baja presencia humana pero rico en fauna, que afronta su fase final. El que arranca ya con una superficie claramente perfilada es Penal que arranca en los niveles equivalentes al TD-6 de Gran Dolina.


'Titanic' del yacimiento arqueológico Penal en mitad de la excavaciónL.M.S

Penal, el último yacimiento en abrirse
Penal es la parte de Dolina que está al otro lado de la Trinchera del Ferrocarril. Se abrió hace tres años y esta será la primera campaña en la que entrarán desde el primer día en niveles fértiles. A falta de estudios de datación todo indica que coinciden con la parte del nivel TD-6 de Gran Dolina.



Miembros del equipo de investigación en Cueva Fantasma.-SANTI OTERO

Cueva Fantasma, el universo neandertal
Uno de los grandes desaparecidos, aunque su rastro era patente un año tras otro, era el neandertal. Pero estos homínidos ya tienen sus propios espacios, herramientas, animales procesados y hasta registro genético de su presencia. Esta época se aborda en el gran yacimiento de Fantasma un espacio «inabarcable de grande que es y, alrededor, en las entradas, tiene otros 20 sitios más». Aquí se localizo en su limpieza un parietal y esperan mucho más por la alta presencia. ¿Será este su año? Al menos esperan que «por fin podamos ver una publicación presentando en este espacio».



Trabajos en la parte exterior de Estatuas. SUSANA SANTAMARIA FUNDACIÓN ATAPUERCA

Estatuas, la entrada y cueva del neandertal
Se trata de Estatuas que, desde la pandemia, se aborda en el exterior, la entrada a la cueva, con una profusa presencia de industria lítica. En su interior se excava desde hace más de una década y se han localizado restos humanos y el rastro genético gracias a la arqueología molecular que se pudo aplicar en el sedimento de este yacimiento que permaneció durante miles de años hermético evitando la contaminación exterior.



SANTI OTERO

Portalón de Cueva Mayor, los primeros agricultores
En el yacimiento de Portalón de Cueva Mayor abordan dos niveles de trabajo: el espacio dedicado a Bronce antiguo de hace unos 3.000 años, y el superior, el Neolítico de hace 7.300 años con el registro de los primeros agricultores de la comarca y un suelo doméstico único.



Entrada al yacimiento de Mirador que trabajan en niveles neolíticos de hace 7.000 años. SUSANA SANTAMARÍA - FA
Mirador, mucho más que un establo
En Mirador, alejado de la Trinchera y de la entrada a Cueva Mayor, abordan también dos áreas diferenciadas de trabajo donde rescatan la Atapuerca neolítica de hace 7.000 años. Seguirán profundizando en los primeros pigmentos de un espacio que, tras ser una cueva con pinturas rupestres, se dedicó a cuidar el ganado. En ambos yacimientos se han recuperado restos humanos en campañas anteriores.

Recuperando Tarteso: la réplica del carro de "La Joya" de Huelva se construirá con técnicas de hace 3.000 años

Las iniciativas privada y pública se dan la mano para poner en marcha un ambicioso proyecto de reconstrucción de uno de los objetos más prestigiosos y significativos de todo el territorio de Tarteso.
Excavación de la tumba 17 de la necrópolis de La Joya. En la imagen se aprecian algunas partes del carro.

El carro tartésico de La Joya, encontrado por Pedro Garrido Roiz y Elena Orta García en las primeras excavaciones que se realizaron en los años setenta en la necrópolis del cabezo onubense, es “uno de los objetos más prestigiosos y significativos de todo el territorio de Tarteso”. Un símbolo evidente, tangible, de la importancia que tuvo que tener la vieja Onoba en la cultura tartésica. Durante tres mil años había permanecido, completamente a oscuras, sin un solo rayo de luz, sin que nadie supiera de su existencia, en una tumba escondida entre la maleza y la dura tierra del Cabezo. Dos cabezas de felino de bronce cuidadosamente talladas, una lanza, unas bandas de bronce, un pasarriendas y dos bocados de caballo, junto con otros pequeños fragmentos metálicos como clavos, pasadores o arandelas, eran las piezas de un puzzle que habría de convertirse en uno de los hallazgos más importantes de la arqueología europea. Todas juntas formaban parte de la estructura de un carro del que no había precedentes, una pieza única a la que, lamentablemente, le faltaban todos los elementos de la madera que el paso del tiempo y las propias condiciones del terreno habían hecho desaparecer.

Sin embargo, desde su hallazgo las piezas han sido expuestas siempre de forma inconexa, “haciendo difícil su comprensión” por parte del público, como explica Jorge Cotallo, el presidente de la Asociación Cultural Arqueo Huelva. Durante décadas los investigadores han debatido acerca de cuál fue su funcionalidad (si se trataba de un carro funerario, si se destinó a la batalla o, por el contrario, fue un vehículo de paseo) y, sobre todo, sobre cuál fue su forma real, ya que el carro había sido desmontado completamente antes de ser enterrado. Lo que sí estaba claro desde su descubrimiento es que había pertenecido a algún personaje destacado de la Huelva del primer milenio antes de Cristo. De alguien lo suficientemente importante como para ser enterrado con su carro, un vehículo que no era nada común en su época y cuya propiedad estaba vinculada a príncipes y reyes. A excepción de una recreación “un tanto libre” que se expuso en el Museo Provincial en los años 90, cualquier persona que haya querido saber algo más sobre él ha tenido que conformarse con mirar un póster. Pero eso va a cambiar ya mismo.

Iniciativa conjunta
Por primera vez, la iniciativa privada y la pública se dan la mano en un proyecto de recuperación del patrimonio de Huelva. Arqueo Huelva la Consejería de Cultura y la empresa Atlantic Copper, a través de su Fundación, se han propuesto llevar a cabo si no la primera intentona, sí desde luego la más ambiciosa iniciativa que se ha llevado a cabo nunca para reconstruir el carro de la Tumba 17 de La Joya, una pieza que debería haber sido desde hace mucho “una seña de identidad de Huelva” y, sobre todo, de la estrechísima, más bien inseparable, relación de la ciudad con la cultura de Tarteso.

Es el proyecto más ambicioso por muchas cosas. Primero, por sus dimensiones, y es literal: la réplica se va a realizar a tamaño real, escala 1:1, en un trabajo “de alquimia moderna” en el que “se conjugará la tradición con la innovación”. Segundo, por el trabajo de investigación que hay detrás y que ha sido realizado en gran parte por el arqueólogo y vicepresidente de Arqueo Huelva, Rafael C. Robles, que precisamente había participado, en el marco del proyecto ‘Construyendo Tarteso’ que realiza el CSIC en Extremadura, en el diseño de una nueva propuesta estética del carro que fue exhibida en el Museo Arqueológico y Paleontológico de Alcalá de Henares en Madrid y con la que se ha tratado de acercarlo más a la realidad de su tiempo y, sobre todo, al encaje de todas sus piezas.

Esta reconstrucción digital es la base para la réplica física que se va a construir en Huelva, aunque el proyecto de Arqueo Huelva y la Consejería presenta algunas novedades importantes sobre los aspectos constructivos y el uso de algunas de sus piezas menos singulares. La tercera razón es, quizás, la más hermosa, porque para la reconstrucción del carro habrá que hacer un auténtico viaje en el tiempo. El carro será construido en madera y metal, respetando al máximo posible la fabricación tradicional de este tipo de vehículos.

El artesano que trabajará la madera es Carlos Carmona, un joven onubense, ingeniero de Diseño Industrial y de Desarrollo de Productos, afincado en Sevilla, donde fabrica muebles a mano. En su taller, Carmona devolverá a la vida la estructura del carro perdida por el paso del tiempo. El trabajo de los metales, por su parte, correrá a cargo de Manuel Meijide, un joyero con más de 20 años de experiencia reproduciendo joyas arqueológicas de diferentes culturas como celtas, celtíberos o tartesios. Meijide realizará los conocidos bocines (los tapacubos de las ruedas con forma de cabeza de felino) replicando la misma técnica que se usaba hace casi 3000 años, llamada ‘a la cera perdida’. Las otras piezas singulares, como las bandas decoradas con palmetas, serán trabajadas a mano una a una, igual que en la antigüedad, con la ventaja, eso sí, “de que ahora podemos usar modelado 3D y scanners para tener mayor precisión de las piezas originales sin tener que intervenir en ellas”, explica Jorge Cotallo.

Hay una cuarta razón para justificar lo de ‘ambicioso proyecto’ que tan bien suena: su extensión, y es que “este es un proyecto de divulgación”, cuenta el presidente de Arqueo Huelva, y por eso la construcción del carro irá ligada a la generación de otros contenidos que viajarán en paralelo, como diferente material gráfico, audiovisual y didáctico “que nos llevará a entender y descubrir de una manera sencilla y accesible la construcción del vehículo y su contexto en el pasado más remoto de nuestra ciudad”. Por ejemplo: parte el equipo, al mando de “nuestro pintor de cámara”, el artista Rafa Septién, se encuentra preparando ya una animación 3D “que nos hará entender de una forma muy sencilla el significado de la colina sacra de la Joya, sus rituales de enterramiento y el significado que tenía poseer un carro en la Huelva del siglo VII antes de Cristo”.

Y es que no se trata (o no solo) de una cuestión de recuperar “un objeto de gran valor histórico y cultural”. La reconstrucción del carro “representa una oportunidad única para conectar con nuestras raíces y entender mejor el pasado de Huelva”. El carro tartésico “es un símbolo tangible de la riqueza y complejidad de la cultura que una vez habitó esta zona de Andalucía”, y hacerlo real “puede servir como un poderoso instrumento educativo”, sin olvidar su atractivo turístico, asegura Cotallo, que tiene claro que “no solo estamos poniendo en valor un artefacto importante”, sino que “también estamos reavivando el interés por la historia local y fomentando un sentido de orgullo en la comunidad”.

Recuperarlo es una forma de hacer que la historia “cobre vida”, y que las personas puedan experimentar de manera directa, por ejemplo, cómo la ingeniería y el arte de un tiempo tan pasado no son tan distintas a los de hoy, cómo aquellos primeros onubenses no son tan diferentes a los que ahora pisan exactamente el mismo suelo. Tocar con las propias manos un carro tartésico tal y como se construyó hace casi 3.000 años será “una experiencia increíble” que, seguramente, “puede inspirar a futuras generaciones” y animarles “a explorar y valorar su patrimonio” o, por qué no, a tratar de crear proyectos como este, que aseguren “que la historia de Huelva no se pierda” en medio de tanta oscuridad. Que arrojen, como dijo aquel, luz, toda la luz del mundo, sobre las tinieblas.

Un equipo multidisciplinar
En la reconstrucción del carro tartésico de La Joya participan arqueólogos, artesanos del metal, la madera, el cuero y la cestería, expertos en patrimonio, diseño gráfico y 3D y profesionales de la comunicación audiovisual, entre otros. Un equipo multidisciplinar que, se prevé, tendrá lista la réplica en otoño.

Jorge Cotallo
Además de presidente de Arqueo Huelva, Jorge Cotallo se encarga de la dirección de arte del proyecto, además de ejercer como enlace entre los distintos equipos y coordinar la imagen y la parte audiovisual. Cotallo estudió Interpretación y Comunicación Audiovisual y ha trabajado en series de ficción, publicidad y cine.

Rafael C. Robles
El arqueólogo onubense es vicepresidente de Arqueo Huelva y el responsable de coordinar todo el conjunto desde el punto de vista arqueológico, historiográfico y documental. Robles ha participado como arqueólogo en diferentes excavaciones y proyectos de recreación digital.

Miguel Gómez Pedraza
Socio fundador de Arqueo Huelva, es un enamorado del patrimonio natural y cultural de su ciudad. Estudio en el IES La Rabida los ciclos formativos de guia, informacion y asistencia turistica, al igual que grado superior en agencias de viajes y gestión de eventos.

Rafael Septién
El dibujante Rafa Setién se encargará de la realización del material gráfico del proyecto. Nacido en Huelva en 1997, se inició en la escultura hasta que en 2015 la abandona para centrarse en el dibujo sobre papel y la escenografía inspirada en el imaginario colectivo andaluz.

Manuel Meijide
Meijide es un artesano joyero con más de 20 años de experiencia. Apasionado de la historia antigua, desde su proyecto ‘Arsgentum’ reproduce joyas arqueológicas de diferentes culturas, que fabrica a mano utilizando las antiguas técnicas.

Carlos Carmona
Onubense, ingeniero de Diseño Industrial y de Desarrollo de Productos. Desde su taller en Sevilla (elviscanario.com) diseña y fabrica muebles propios hechos a mano. Carmona va a ser el encargado de darle vida a toda la estructura de madera que el tiempo hizo desaparecer en la Tumba 17 de La Joya.

Recuperan más de 1.200 piezas arqueológicas en Almería

Estos elementos fueron recopilados por un particular durante las décadas de los 70, 80 y 90 y todos se encuentran documentados, lo que otorga mayor importancia a la recuperación de las piezas al estar contextualizadas. Gracias a dicha información, se han localizado diversos yacimientos arqueológicos que no estaban catalogados.

La Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía ha recuperado más de 1.200 piezas y efectos arqueológicos gracias a las labores de investigación realizadas por funcionarios de la Jefatura Provincial de Almería de esta Unidad de Policía, adscrita a la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta. En concreto, los agentes localizaron a una persona experta y aficionada a la arqueología que, a lo largo de los años 70, 80 y 90, había acumulado esta importante cantidad de piezas arqueológicas provenientes de hallazgos casuales localizados en yacimientos arqueológicos de la provincia almeriense. Los restos van a ser depositados en el Museo Arqueológico Provincial de Almería.

En cumplimiento de la normativa que regula la tenencia de este tipo de material, los agentes informaron a la persona que los tenía en su poder de los trámites a seguir y, consecuentemente, se procedió a la entrega voluntaria de este material arqueológico, consistente en aproximadamente 1.200 piezas arqueológicas de diversa época, que abarcan desde la prehistoria, edad del cobre, edad del bronce, época íbera, romana y medieval.


Un viaje a través del tiempo
Entre las piezas entregadas se encuentran hachas y hachuelas prehistóricas, industria lítica de diversa cronología, restos cerámicos de la edad del cobre y el bronce, restos de urnas de incineración, cerámica íbera, cerámica ática, cerámica campaniense, restos cerámicos de terra sigillata, una campana de bronce o cobre romana, estucos provenientes de dos villas romanas y numerosas piezas de cerámica emiral de Bayyana.

Protección del patrimonio histórico
Este material de gran valor artístico, histórico y cultural tiene su origen en diversos yacimientos arqueológicos de la provincia de Almería, recopilados durante las décadas de los 70, 80 y 90. Todos estos objetos se encuentran documentados, lo que otorga mayor importancia a la recuperación de las piezas al estar contextualizadas. Gracias a dicha información, se han localizado diversos yacimientos arqueológicos que no estaban catalogados.

La Unidad de Policía Nacional adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía recuerda que la normativa sobre Patrimonio Histórico prohíbe expresamente la búsqueda sin autorización de restos arqueológicos. Asimismo, si estos fueran hallados de forma casual o sin previa autorización, deben ser entregados inmediatamente a la Administración.

Un legado para el futuro
La recuperación de estas piezas es un triunfo para la conservación del patrimonio cultural de Almería. Cada una de ellas representa un fragmento de la historia de la región, conectándonos con nuestros ancestros y enriqueciendo nuestro conocimiento del pasado.

La Policía Adscrita a Andalucía
Una de las funciones de la Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía es la protección del patrimonio histórico y cultural de la comunidad. Dentro de este ámbito, se efectúan patrullas de vigilancia y protección del patrimonio, realizando labores de Policía administrativa y denunciando ante los órganos administrativos interesados las infracciones observadas. Igualmente, la Unidad actúa como Policía judicial, investigando las infracciones penales como el expolio, daños, y apropiaciones indebidas, y poniendo a disposición judicial a los autores. Otra actuación importante es velar por la protección y valoración del patrimonio histórico, informando a las administraciones competentes sobre los yacimientos y bienes culturales no catalogados de los que se tiene noticia, y recuperando las piezas y efectos arqueológicos de valor histórico no declarados.