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12 de junio de 2024

El yacimiento de Bornos revela otra cara de la economía romana en Cádiz

Las primeras investigaciones de la Universidad de Cádiz en la villa romana de El Cañuelo, apuntan a que el poblamiento tuvo una gran actividad agropecuaria
Excavaciones arqueológicas de la Universidad de Cádiz en el yacimiento de Bornos. / D.C.

Las recientes excavaciones en el nuevo yacimiento romano de Bornos revelan importantes datos que amplían el conocimiento de lo que fue la economía de la época romana en la provincia de Cádiz. La Universidad de Cádiz centra un proyecto de investigación en este yacimiento de Bornos, donde se asienta la denominada Villa Romana del Cañuelo, que data del siglo I después de Cristo hasta el siglo IV-V d.c., para poder conocer la organización territorial y el poblamiento romano en esta zona del valle medio del río Guadalete.

Las primeras indagaciones apuntan a que esta villa de Bornos pueda venir a completar la otra cara de lo que fue la economía de esta época romana en la provincia de Cádiz, cuya parte más conocida es la de la industria del salazón. Ahora, con el campo que se abre en este yacimiento de Bornos se presume, también, la posible importancia que la actividad agropecuaria romana tuvo para la provincia.

Con todas las cautelas porque las investigaciones están en sus primeras fases, los hallazgos que se han encontrado en los sondeos de la villa de Bornos apuntan a que esta actividad agropecuaria no sería solo para consumo propio, sino que, también, se abre la vía de la exportación a tenor del hallazgo de un edificio que podría ser un almacén.

Los elementos encontrados hasta ahora en el yacimiento bornense incluye una zona residencial, que sería el centro de la villa, con un patio porticado, una zona productiva y una edificación o almacén.

La arqueóloga y profesora de la Universidad de Cádiz, Macarena Lara, habla de la importancia de la excavación de esta villa romana en la zona interior de la provincia en la que se está utilizando nueva metodología. “Desde los años 70 del pasado siglo que se excavó una villa romana en Arcos, en la zona de El Santiscal, no se hacía. Tampoco en la provincia desde hace poco, con la villa marítima de Trafalgar. En Bornos, por las dimensiones de la villa, se supone que la actividad agrícola y ganadera que hubo no era para consumo propio, podría ser también para exportar”, explica la directora de este proyecto de la UCA.

Este yacimiento arqueológico ubicado en la zona del embalse de Bornos, del que tienen constancia desde hace años los propios vecinos del pueblo, tiene una superficie de 3,5 hectáreas de terreno, con lo que hace una idea de la importancia que tendrá para investigaciones futuras. Ya se han realizado dos excavaciones durante el mes de mayo, una en la zona residencial y otra en la zona productiva. Como novedades se ha documentado que la residencial cuenta con patio central con ábside y la zona productiva con un edificio, con muros de un metro de grosor. Además, se ha encontrado una columna con la basa, que está en posición original y un enterramiento, del siglo III- IV, de época tardo antigua.

Hay que resaltar que esta excavación de un poblamiento romano en la Sierra de Cádiz forma parte del proyecto de investigación ‘Mare in Rure’ para analizar asentamientos costeros y de zonas de interior. “Esta villa de Bornos se puede poner en relación con el territorio cercano de Carissa Aurelia”, añade Macarena Lara.

En estos trabajos de la UCA participan una decena de alumnos de Grado y del Máster. La arqueóloga Macarena Lara destaca también la importante implicación y ayuda del Ayuntamiento de Bornos para poder llevar a cabo estos sondeos en su término municipal.

Documentan en el Turuñuelo el primer ejemplo de escritura tartésica

El estudio de la tablilla de pizarra con imágenes de guerreros descubierta em el yacimiento del Turuñuelo -en la localidad pacense de Guareña- desvela una serie de signos inscritos que podrían ser el primer ejemplo de escritura descubierto de la enigmática civilización de Tarteso.
La tablilla esconde en su marco lo que parece ser una secuencia de 21 signos. Joan Ferrer i Jané CSIC

La placa de pizarra de unos 2.500 años de antigüedad grabada con imágenes de una escena de combate entre tres guerreros hallada en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) ha dado mucho que hablar desde el anuncio de su descubrimiento la semana pasada. Sin embargo, los arqueólogos del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) no habían reparado en una serie de signos inscritos alrededor de la tablilla. O al menos no los habían interpretado como ha hecho un investigador independiente del proyecto: se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.

Joan Ferrer i Jané, investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona, se enteró a través de los medios de comunicación del hallazgo de la placa de pizarra, que sería una suerte de boceto que habría servido al artesano tartesio de apoyo para inmortalizar estas imágenes en piezas de oro, marfil o madera. "Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida", ha explicado el epigrafista.

Rápidamente se puso en contacto con Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, directores del proyecto Construyendo Tarteso, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. "Tras estudiar las imágenes todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ŚTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca [hallado en Castro Verde, Portugal], excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial", detalla Ferrer.

Según ha anunciado el CSIC este martes en un comunicado, los científicos del IAM ya se encuentran trabajando con el investigador catalán para tratar de arrojar luz sobre lo que parece una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla hallada en Casas del Turuñuelo. Según las primeras hipótesis, se trataría del tercer abecedario de una escritura paleohispánica meridional y el primer ejemplo de escritura descubierto en un yacimiento único, famoso por desvelar el mayor sacrificio de animales del Mediterráneo occidental o los primeros relieves figurados de la enigmática civilización de Tarteso.

Esther Rodríguez González, una de las responsables de los trabajos arqueológicos en Casas del Turuñuelo, destaca que desde el primer momento del hallazgo de la tablilla de pizarra era consciente de que "el volumen de información que contenía era superior incluso al de los propios rostros encontrados [de los guerreros]". Además de las siluetas de unas figuras humanas, los científicos ya habían observado varios círculos y líneas que hacían intuir que la placa se podría analizar a diferentes niveles.

Dos abecedarios más
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario, según se informa desde el CSIC.

Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). "Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información", apunta Ferrer.

El hallado en el yacimiento tartésico empieza con la secuencia "ABeKaTu", que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. "Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, "Tu", aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario", comenta Ferrer i Jané, que añade que "es una pena que se haya perdido la parte final del abecedario ya que es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas".

La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. "En todo caso, confirma que en este yacimiento se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas", concluye el especialista en escritura paleohispánica.

10 de junio de 2024

Estos son los yacimientos en los que se trabajará en la campaña de excavaciones de Atapuerca en 2024

Se mantienen todos los yacimientos de Trinchera del Ferrocarril, donde se llegará a nivel TD-6. El universo neandertal se abordará en tres zonas diferentes. Seguirán profundizando en niveles neolíticos.


Yacimiento de Gran Dolina en Atapuerca. RAUL G. OCHOA

El trabajo de campo vuelve a Atapuerca. En los yacimientos de la mítica sierra burgalesa volverán a sonar los martillos y el sedimento que cae en sacos para llevarlo a la segunda excavación del río Arlanzón. La campaña de excavaciones en los yacimientos de Atapuerca en este 2024, ATA'24, arrancará el 17 de junio y se prolongará hasta el 24 de julio con la participación, por quincenas, de mas de 300 excavadores. Entre todos abordarán una decena de yacimientos que abarcan una ocupación humana sistemática desde hace mas de 1,4 millones de años de antigüedad hasta hace 3.000 (Edad del Bronce) y posibilidades de encontrar restos de hasta cinco especies de homínidos del árbol genealógico de la especie humana.


SANTI OTERO 

Sima del Elefante, más de 1,4 millones de años
En los niveles en torno al millón de años de antigüedad hay cuatro zonas de excavación que se concentran en ampliar el registro de Pink, el primer europeo que ya reveló su rostro en 2022. Se vuelven a abrir los niveles mas antiguos en Sima del Elefante (más de 1,4 millones de años con la posibilidad de ampliar los fósiles de la cara del primer europeo).


Yacimiento Galería durante la excavación de 2023.SANTI OTERO

Galería, el supermercado de hace 300.000 años
Este fue uno de los primeros yacimientos que excavó Emiliano Aguirre, el segundo ubicado a los pies de la Trinchera del Ferrocarril. Abordan los niveles de 300.000 años donde el uso sigue siendo el mismo: un lugar recurrente en el que coger carne de los animales que mueren tras caer en la trampa que fue la cueva. Herramientas y huesos de fauna fracturados son los hallazgos más habituales.



Esta es la zona donde se acercaron el año pasado a los niveles TD-6 de 'Homo antecessor'.SANTI OTERO

Gran Dolina superior, una porción del pastel de TD-6
El nivel superior de Gran Dolina aborda ya aquello que tanto tiempo llevan esperando. El año pasado dos restos, una falange y cinco trozos de un parietal unido, volvieron a traer fósiles de Antecessor a Atapuerca tras 20 años de ausencia. Este año la porción de la superficie que se ha podido digerir afronta el reto de llegar a un nivel extraordinariamente rico en los sondeos previos.



En la parte baja de Gran Dolina faltan dos metros para llegar a la base. SANTI OTERO

El final de la parte baja de Gran Dolina
En el nivel bajo de Dolina, un millón de años de antigüedad con baja presencia humana pero rico en fauna, que afronta su fase final. El que arranca ya con una superficie claramente perfilada es Penal que arranca en los niveles equivalentes al TD-6 de Gran Dolina.


'Titanic' del yacimiento arqueológico Penal en mitad de la excavaciónL.M.S

Penal, el último yacimiento en abrirse
Penal es la parte de Dolina que está al otro lado de la Trinchera del Ferrocarril. Se abrió hace tres años y esta será la primera campaña en la que entrarán desde el primer día en niveles fértiles. A falta de estudios de datación todo indica que coinciden con la parte del nivel TD-6 de Gran Dolina.



Miembros del equipo de investigación en Cueva Fantasma.-SANTI OTERO

Cueva Fantasma, el universo neandertal
Uno de los grandes desaparecidos, aunque su rastro era patente un año tras otro, era el neandertal. Pero estos homínidos ya tienen sus propios espacios, herramientas, animales procesados y hasta registro genético de su presencia. Esta época se aborda en el gran yacimiento de Fantasma un espacio «inabarcable de grande que es y, alrededor, en las entradas, tiene otros 20 sitios más». Aquí se localizo en su limpieza un parietal y esperan mucho más por la alta presencia. ¿Será este su año? Al menos esperan que «por fin podamos ver una publicación presentando en este espacio».



Trabajos en la parte exterior de Estatuas. SUSANA SANTAMARIA FUNDACIÓN ATAPUERCA

Estatuas, la entrada y cueva del neandertal
Se trata de Estatuas que, desde la pandemia, se aborda en el exterior, la entrada a la cueva, con una profusa presencia de industria lítica. En su interior se excava desde hace más de una década y se han localizado restos humanos y el rastro genético gracias a la arqueología molecular que se pudo aplicar en el sedimento de este yacimiento que permaneció durante miles de años hermético evitando la contaminación exterior.



SANTI OTERO

Portalón de Cueva Mayor, los primeros agricultores
En el yacimiento de Portalón de Cueva Mayor abordan dos niveles de trabajo: el espacio dedicado a Bronce antiguo de hace unos 3.000 años, y el superior, el Neolítico de hace 7.300 años con el registro de los primeros agricultores de la comarca y un suelo doméstico único.



Entrada al yacimiento de Mirador que trabajan en niveles neolíticos de hace 7.000 años. SUSANA SANTAMARÍA - FA
Mirador, mucho más que un establo
En Mirador, alejado de la Trinchera y de la entrada a Cueva Mayor, abordan también dos áreas diferenciadas de trabajo donde rescatan la Atapuerca neolítica de hace 7.000 años. Seguirán profundizando en los primeros pigmentos de un espacio que, tras ser una cueva con pinturas rupestres, se dedicó a cuidar el ganado. En ambos yacimientos se han recuperado restos humanos en campañas anteriores.

Recuperando Tarteso: la réplica del carro de "La Joya" de Huelva se construirá con técnicas de hace 3.000 años

Las iniciativas privada y pública se dan la mano para poner en marcha un ambicioso proyecto de reconstrucción de uno de los objetos más prestigiosos y significativos de todo el territorio de Tarteso.
Excavación de la tumba 17 de la necrópolis de La Joya. En la imagen se aprecian algunas partes del carro.

El carro tartésico de La Joya, encontrado por Pedro Garrido Roiz y Elena Orta García en las primeras excavaciones que se realizaron en los años setenta en la necrópolis del cabezo onubense, es “uno de los objetos más prestigiosos y significativos de todo el territorio de Tarteso”. Un símbolo evidente, tangible, de la importancia que tuvo que tener la vieja Onoba en la cultura tartésica. Durante tres mil años había permanecido, completamente a oscuras, sin un solo rayo de luz, sin que nadie supiera de su existencia, en una tumba escondida entre la maleza y la dura tierra del Cabezo. Dos cabezas de felino de bronce cuidadosamente talladas, una lanza, unas bandas de bronce, un pasarriendas y dos bocados de caballo, junto con otros pequeños fragmentos metálicos como clavos, pasadores o arandelas, eran las piezas de un puzzle que habría de convertirse en uno de los hallazgos más importantes de la arqueología europea. Todas juntas formaban parte de la estructura de un carro del que no había precedentes, una pieza única a la que, lamentablemente, le faltaban todos los elementos de la madera que el paso del tiempo y las propias condiciones del terreno habían hecho desaparecer.

Sin embargo, desde su hallazgo las piezas han sido expuestas siempre de forma inconexa, “haciendo difícil su comprensión” por parte del público, como explica Jorge Cotallo, el presidente de la Asociación Cultural Arqueo Huelva. Durante décadas los investigadores han debatido acerca de cuál fue su funcionalidad (si se trataba de un carro funerario, si se destinó a la batalla o, por el contrario, fue un vehículo de paseo) y, sobre todo, sobre cuál fue su forma real, ya que el carro había sido desmontado completamente antes de ser enterrado. Lo que sí estaba claro desde su descubrimiento es que había pertenecido a algún personaje destacado de la Huelva del primer milenio antes de Cristo. De alguien lo suficientemente importante como para ser enterrado con su carro, un vehículo que no era nada común en su época y cuya propiedad estaba vinculada a príncipes y reyes. A excepción de una recreación “un tanto libre” que se expuso en el Museo Provincial en los años 90, cualquier persona que haya querido saber algo más sobre él ha tenido que conformarse con mirar un póster. Pero eso va a cambiar ya mismo.

Iniciativa conjunta
Por primera vez, la iniciativa privada y la pública se dan la mano en un proyecto de recuperación del patrimonio de Huelva. Arqueo Huelva la Consejería de Cultura y la empresa Atlantic Copper, a través de su Fundación, se han propuesto llevar a cabo si no la primera intentona, sí desde luego la más ambiciosa iniciativa que se ha llevado a cabo nunca para reconstruir el carro de la Tumba 17 de La Joya, una pieza que debería haber sido desde hace mucho “una seña de identidad de Huelva” y, sobre todo, de la estrechísima, más bien inseparable, relación de la ciudad con la cultura de Tarteso.

Es el proyecto más ambicioso por muchas cosas. Primero, por sus dimensiones, y es literal: la réplica se va a realizar a tamaño real, escala 1:1, en un trabajo “de alquimia moderna” en el que “se conjugará la tradición con la innovación”. Segundo, por el trabajo de investigación que hay detrás y que ha sido realizado en gran parte por el arqueólogo y vicepresidente de Arqueo Huelva, Rafael C. Robles, que precisamente había participado, en el marco del proyecto ‘Construyendo Tarteso’ que realiza el CSIC en Extremadura, en el diseño de una nueva propuesta estética del carro que fue exhibida en el Museo Arqueológico y Paleontológico de Alcalá de Henares en Madrid y con la que se ha tratado de acercarlo más a la realidad de su tiempo y, sobre todo, al encaje de todas sus piezas.

Esta reconstrucción digital es la base para la réplica física que se va a construir en Huelva, aunque el proyecto de Arqueo Huelva y la Consejería presenta algunas novedades importantes sobre los aspectos constructivos y el uso de algunas de sus piezas menos singulares. La tercera razón es, quizás, la más hermosa, porque para la reconstrucción del carro habrá que hacer un auténtico viaje en el tiempo. El carro será construido en madera y metal, respetando al máximo posible la fabricación tradicional de este tipo de vehículos.

El artesano que trabajará la madera es Carlos Carmona, un joven onubense, ingeniero de Diseño Industrial y de Desarrollo de Productos, afincado en Sevilla, donde fabrica muebles a mano. En su taller, Carmona devolverá a la vida la estructura del carro perdida por el paso del tiempo. El trabajo de los metales, por su parte, correrá a cargo de Manuel Meijide, un joyero con más de 20 años de experiencia reproduciendo joyas arqueológicas de diferentes culturas como celtas, celtíberos o tartesios. Meijide realizará los conocidos bocines (los tapacubos de las ruedas con forma de cabeza de felino) replicando la misma técnica que se usaba hace casi 3000 años, llamada ‘a la cera perdida’. Las otras piezas singulares, como las bandas decoradas con palmetas, serán trabajadas a mano una a una, igual que en la antigüedad, con la ventaja, eso sí, “de que ahora podemos usar modelado 3D y scanners para tener mayor precisión de las piezas originales sin tener que intervenir en ellas”, explica Jorge Cotallo.

Hay una cuarta razón para justificar lo de ‘ambicioso proyecto’ que tan bien suena: su extensión, y es que “este es un proyecto de divulgación”, cuenta el presidente de Arqueo Huelva, y por eso la construcción del carro irá ligada a la generación de otros contenidos que viajarán en paralelo, como diferente material gráfico, audiovisual y didáctico “que nos llevará a entender y descubrir de una manera sencilla y accesible la construcción del vehículo y su contexto en el pasado más remoto de nuestra ciudad”. Por ejemplo: parte el equipo, al mando de “nuestro pintor de cámara”, el artista Rafa Septién, se encuentra preparando ya una animación 3D “que nos hará entender de una forma muy sencilla el significado de la colina sacra de la Joya, sus rituales de enterramiento y el significado que tenía poseer un carro en la Huelva del siglo VII antes de Cristo”.

Y es que no se trata (o no solo) de una cuestión de recuperar “un objeto de gran valor histórico y cultural”. La reconstrucción del carro “representa una oportunidad única para conectar con nuestras raíces y entender mejor el pasado de Huelva”. El carro tartésico “es un símbolo tangible de la riqueza y complejidad de la cultura que una vez habitó esta zona de Andalucía”, y hacerlo real “puede servir como un poderoso instrumento educativo”, sin olvidar su atractivo turístico, asegura Cotallo, que tiene claro que “no solo estamos poniendo en valor un artefacto importante”, sino que “también estamos reavivando el interés por la historia local y fomentando un sentido de orgullo en la comunidad”.

Recuperarlo es una forma de hacer que la historia “cobre vida”, y que las personas puedan experimentar de manera directa, por ejemplo, cómo la ingeniería y el arte de un tiempo tan pasado no son tan distintas a los de hoy, cómo aquellos primeros onubenses no son tan diferentes a los que ahora pisan exactamente el mismo suelo. Tocar con las propias manos un carro tartésico tal y como se construyó hace casi 3.000 años será “una experiencia increíble” que, seguramente, “puede inspirar a futuras generaciones” y animarles “a explorar y valorar su patrimonio” o, por qué no, a tratar de crear proyectos como este, que aseguren “que la historia de Huelva no se pierda” en medio de tanta oscuridad. Que arrojen, como dijo aquel, luz, toda la luz del mundo, sobre las tinieblas.

Un equipo multidisciplinar
En la reconstrucción del carro tartésico de La Joya participan arqueólogos, artesanos del metal, la madera, el cuero y la cestería, expertos en patrimonio, diseño gráfico y 3D y profesionales de la comunicación audiovisual, entre otros. Un equipo multidisciplinar que, se prevé, tendrá lista la réplica en otoño.

Jorge Cotallo
Además de presidente de Arqueo Huelva, Jorge Cotallo se encarga de la dirección de arte del proyecto, además de ejercer como enlace entre los distintos equipos y coordinar la imagen y la parte audiovisual. Cotallo estudió Interpretación y Comunicación Audiovisual y ha trabajado en series de ficción, publicidad y cine.

Rafael C. Robles
El arqueólogo onubense es vicepresidente de Arqueo Huelva y el responsable de coordinar todo el conjunto desde el punto de vista arqueológico, historiográfico y documental. Robles ha participado como arqueólogo en diferentes excavaciones y proyectos de recreación digital.

Miguel Gómez Pedraza
Socio fundador de Arqueo Huelva, es un enamorado del patrimonio natural y cultural de su ciudad. Estudio en el IES La Rabida los ciclos formativos de guia, informacion y asistencia turistica, al igual que grado superior en agencias de viajes y gestión de eventos.

Rafael Septién
El dibujante Rafa Setién se encargará de la realización del material gráfico del proyecto. Nacido en Huelva en 1997, se inició en la escultura hasta que en 2015 la abandona para centrarse en el dibujo sobre papel y la escenografía inspirada en el imaginario colectivo andaluz.

Manuel Meijide
Meijide es un artesano joyero con más de 20 años de experiencia. Apasionado de la historia antigua, desde su proyecto ‘Arsgentum’ reproduce joyas arqueológicas de diferentes culturas, que fabrica a mano utilizando las antiguas técnicas.

Carlos Carmona
Onubense, ingeniero de Diseño Industrial y de Desarrollo de Productos. Desde su taller en Sevilla (elviscanario.com) diseña y fabrica muebles propios hechos a mano. Carmona va a ser el encargado de darle vida a toda la estructura de madera que el tiempo hizo desaparecer en la Tumba 17 de La Joya.

Recuperan más de 1.200 piezas arqueológicas en Almería

Estos elementos fueron recopilados por un particular durante las décadas de los 70, 80 y 90 y todos se encuentran documentados, lo que otorga mayor importancia a la recuperación de las piezas al estar contextualizadas. Gracias a dicha información, se han localizado diversos yacimientos arqueológicos que no estaban catalogados.

La Unidad de Policía Nacional Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía ha recuperado más de 1.200 piezas y efectos arqueológicos gracias a las labores de investigación realizadas por funcionarios de la Jefatura Provincial de Almería de esta Unidad de Policía, adscrita a la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta. En concreto, los agentes localizaron a una persona experta y aficionada a la arqueología que, a lo largo de los años 70, 80 y 90, había acumulado esta importante cantidad de piezas arqueológicas provenientes de hallazgos casuales localizados en yacimientos arqueológicos de la provincia almeriense. Los restos van a ser depositados en el Museo Arqueológico Provincial de Almería.

En cumplimiento de la normativa que regula la tenencia de este tipo de material, los agentes informaron a la persona que los tenía en su poder de los trámites a seguir y, consecuentemente, se procedió a la entrega voluntaria de este material arqueológico, consistente en aproximadamente 1.200 piezas arqueológicas de diversa época, que abarcan desde la prehistoria, edad del cobre, edad del bronce, época íbera, romana y medieval.


Un viaje a través del tiempo
Entre las piezas entregadas se encuentran hachas y hachuelas prehistóricas, industria lítica de diversa cronología, restos cerámicos de la edad del cobre y el bronce, restos de urnas de incineración, cerámica íbera, cerámica ática, cerámica campaniense, restos cerámicos de terra sigillata, una campana de bronce o cobre romana, estucos provenientes de dos villas romanas y numerosas piezas de cerámica emiral de Bayyana.

Protección del patrimonio histórico
Este material de gran valor artístico, histórico y cultural tiene su origen en diversos yacimientos arqueológicos de la provincia de Almería, recopilados durante las décadas de los 70, 80 y 90. Todos estos objetos se encuentran documentados, lo que otorga mayor importancia a la recuperación de las piezas al estar contextualizadas. Gracias a dicha información, se han localizado diversos yacimientos arqueológicos que no estaban catalogados.

La Unidad de Policía Nacional adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía recuerda que la normativa sobre Patrimonio Histórico prohíbe expresamente la búsqueda sin autorización de restos arqueológicos. Asimismo, si estos fueran hallados de forma casual o sin previa autorización, deben ser entregados inmediatamente a la Administración.

Un legado para el futuro
La recuperación de estas piezas es un triunfo para la conservación del patrimonio cultural de Almería. Cada una de ellas representa un fragmento de la historia de la región, conectándonos con nuestros ancestros y enriqueciendo nuestro conocimiento del pasado.

La Policía Adscrita a Andalucía
Una de las funciones de la Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía es la protección del patrimonio histórico y cultural de la comunidad. Dentro de este ámbito, se efectúan patrullas de vigilancia y protección del patrimonio, realizando labores de Policía administrativa y denunciando ante los órganos administrativos interesados las infracciones observadas. Igualmente, la Unidad actúa como Policía judicial, investigando las infracciones penales como el expolio, daños, y apropiaciones indebidas, y poniendo a disposición judicial a los autores. Otra actuación importante es velar por la protección y valoración del patrimonio histórico, informando a las administraciones competentes sobre los yacimientos y bienes culturales no catalogados de los que se tiene noticia, y recuperando las piezas y efectos arqueológicos de valor histórico no declarados.

7 de junio de 2024

Nueva campaña de excavaciones arqueológicas en el Monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos)

Los trabajos se centrará en la excavación de la muralla descubierta el verano pasado y se trabajará en localizar un posible claustro románico anterior al actual. La actuación arqueológica se enmarca en el proyecto arqueológico global que el Instituto del Patrimonio Cultural de España dirige desde 2021 en el enclave burgalés.

El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), continúa investigando los orígenes del Monasterio de San Pedro de Arlanza, en Hortigüela (Burgos). Para ello, un equipo multidisciplinar de especialistas ha emprendido esta semana una nueva campaña de excavaciones arqueológicas que se desarrollará hasta el mes de agosto en dos sectores del cenobio. Estas acciones forman parte del proyecto arqueológico global que el IPCE emprende en el monasterio desde 2021.

Tras el hallazgo, durante la anterior campaña, de los cimientos y restos de la muralla que rodeaba el conjunto monástico por el norte, esta nueva fase se centrará en excavar y descubrir todo el trazado de esta cerca perimetral que daba acceso a la iglesia, probablemente en el momento en que el templo adquirió funciones parroquiales. Está documentado que, al menos hasta el siglo XVI, el monasterio estuvo rodeado por una muralla con cinco torres: la de fray Pelayo en la zona occidental, la de Doña Sancha en el extremo suroeste, la del Tesoro en el norte y las del Capítulo y del Conde en la fachada este. Las sucesivas reformas y el abandono del edificio borraron parcialmente su trazado.

Las excavaciones de este verano también persiguen aclarar uno de los interrogantes que acompañan al monasterio: la posible existencia de un claustro anterior al actual. A juzgar por los restos arquitectónicos recuperados en intervenciones realizadas en los años 80 y por las referencias documentales antiguas, el templo pudo contar desde el siglo XI con un claustro románico de una sola planta, ubicado en el mismo lugar que el Claustro Mayor herreriano actual, cuyas trazas y características se desconocen. Está previsto excavar los niveles inferiores sobre los que pudo erigirse y proceder a la lectura de paramentos y a la toma de muestras para posteriores analíticas de caracterización de materiales y de dataciones absolutas.

Vandalizan una pieza original de época romana en el conjunto arqueológico de Itálica

Los responsables del Conjunto Arqueológico de Itálica, en Santiponce (Sevilla), han denunciado el acto vandálico realizado sobre una de las losas originales de la época romana que se encuentran en el conjunto, sobre la que un desconocido realizó unas pintadas con un rotulador.
Un restaurador elimina los restos de la tinta en la piedra. Itálica.

Según ha denunciado el Conjunto en sus redes sociales oficiales, la pintada fue descubierta en la mañana del miércoles en una de las losas que forman parte de un tablero de juego original romano, situado en la entrada de la ciudad de Itálica.

“Un desaprensivo”
Los técnicos descubrieron que la pintada fue realizada “por un desaprensivo que dibujó con rotulador sobre ella”, y ha hecho que el equipo de restauradores se disponga a realizar la limpieza de la pieza con sustancias específicas.
Además, se ha reforzado la vigilancia de la zona para evitar nuevos sucesos, a la vez que se ha pedido a los visitantes “que contacte con nuestro personal si es testigo de este tipo de actuaciones irresponsables en el patrimonio de todos”.

Importantes descubrimientos en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Badajoz)

Las recientes excavaciones en el yacimiento de Casas del TuruñueloCasas del Turuñuelo, cerca de Guareña, han desenterrado una placa de pizarra con grabados de guerreros datados entre los siglos VI y V a.C., así como la monumental puerta este de un edificio tartésico.
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”.

Los hallazgos, presentados por los codirectores de la excavación, Esther Rodríguez y Sebastián Celestino del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no solo añaden capítulos a la historia de Tarteso, sino que también proporcionan una ventana única a las prácticas artesanales de la época.

La Placa de Pizarra: Un Vínculo con los Artesanos Tartésicos
La placa de pizarra, que muestra a cuatro figuras identificadas como guerreros por sus atuendos y armas, podría ser una “pizarra de orfebre”, utilizada por los artesanos como guía para grabar diseños en metales preciosos y otros materiales. “Este descubrimiento es un testimonio único de la arqueología peninsular y nos acerca a los procesos artesanales de Tarteso, hasta ahora invisibles”, explicó Rodríguez.

La Puerta Este: Un Portal a la Organización Espacial Tartésica
El descubrimiento de la puerta este, en el centro de una fachada de más de tres metros de altura, confirma el acceso principal al edificio y sugiere una compleja organización espacial. La puerta conecta con un patio pavimentado y un corredor empedrado, delineando lo que parece ser la zona de producción del edificio.

Avances en la Comprensión de la Cultura Tartésica
Los investigadores han excavado cuatro espacios, recuperando cerámicas, herramientas de hierro, marfiles y pesas de telar, evidenciando una avanzada artesanía textil. El hallazgo de la puerta cierra un capítulo importante en la interpretación del sitio, y según Celestino, cada revelación es un paso adelante en la comprensión de esta cultura.

Con la mirada puesta en futuras excavaciones, el equipo del CSIC se enfocará en delimitar las áreas de producción y explorar las habitaciones adyacentes para definir la funcionalidad del edificio.

Este conjunto de descubrimientos no solo enriquece el conocimiento sobre Tarteso, sino que también destaca la importancia de la región en la Edad del Hierro del suroeste peninsular, prometiendo más sorpresas en el horizonte arqueológico.