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19 de septiembre de 2024

Investigadores de la UA desvelan que las técnicas agrarias de las áreas de montaña de Alicante tienen dos mil años de antigüedad

Prácticas como la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron en la Edad de Hierro
Los investigadores de la UA durante el trabajo de campo en la montaña alicantina.

Dos artículos recientemente publicados por investigadores de la Universidad de Alicante en revistas de alto impacto internacional demuestran que las técnicas agrarias intensivas utilizadas en la montaña alicantina, atribuidas a la población medieval islámica, son mil años más antiguas de lo que se suponía. “Estas actividades, como son la irrigación, el abonado o los abancalamientos se iniciaron a fines de la Edad del Hierro, hacia el 100 a C., y se han mantenido a través del tiempo y las culturas, mostrándose tremendamente sostenibles ambiental y socialmente”, explica el catedrático de Arqueología de la UA Ignasi Grau, uno de los coordinadores de la investigación junto a la profesora Julia Sarabia, del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA.

En concreto, los artículos publicados son, por una parte, Archaeological landscapes and long-term settlements in the Perputxent valley (eastern Iberia): Exploring land use strategies and sustainability in a Mediterranean mountain área, publicado por The Holocene; y, por otra, Roman farmers in eastern Iberia: A spatial, geoarchaeological and bioarchaeological approach to agrarian strategies, publicado en Quaternary International.

Los estudios, que analizan la actividad agraria y el poblamiento rural de fines de la Edad del Hierro y época romana, se han basado en técnicas múltiples como análisis arqueológico, teledetección, análisis geoquímicos, arqueométricos o de micromorfología de suelos. Y con ellas se han caracterizado zonas de huertas en la Vall de Perputxent y bancales en Banyeres de Mariola, unas investigaciones en las que han participado especialistas de las Universidades de Jaén, Burgos, Valencia, el CSIC o la Sociedad Aranzadi de Euskadi y que han contado con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo-GVA.

Ignasi Grau señala como el mosaico agroforestal que conforma nuestro paisaje, el de las comarcas alicantinas, en el que se combinan los cultivos y los huertos con las zonas boscosas, ya era así hace más de 2.000 años. “Lo que vemos ahora es la suma del trabajo de muchas generaciones de personas que han estado haciendo lo mismo durante siglos. Hemos creado una agricultura sostenible a costa de mucho esfuerzo, que empezó a perderse a partir de los años 60 cuando se abandonó el cultivo tradicional”, explica el profesor, para quien la falta de estudios arqueológicos sobre la vida rural sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de los investigadores ya que “se ha puesto mucho interés en saber qué se hacía en las urbes, pero se desconoce cómo era la vida en el campo cuando, en realidad, el 95 % de la población habitaba en ese entorno”.

9 de julio de 2024

Medio siglo desentrañando la historia de los íberos en la provincia de Jaén

El Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA homenajea al catedrático Arturo Ruiz con la publicación de un libro coral sobre sus 50 años de trayectoria en Jaén
Carmen Rísquez, Jesús Estrella, Nicolás Ruiz, Arturo Ruiz, Francisco Reyes y Manuel Molinos.

El Instituto de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén rindió homenaje a la figura de Arturo Ruiz, catedrático emérito de Prehistoria de la UJA, con motivo de sus 50 años de trayectoria, con la publicación del libro ‘Arturo C. Ruiz Rodríguez y la Arqueología Íbera en Jaén’.

El acto de presentación de la obra, celebrado en el Museo Íbero de Jaén el pasado 27 de junio, estuvo presidido por el rector de la Universidad de Jaén, Nicolás Ruiz, que se refirió al evento como un “aplauso colectivo” hacia Arturo Ruiz, “un reconocimiento más que merecido, una forma especial de hacer justicia y, sobre todo, de darle las gracias por todo su trabajo y por construir un enorme legado entorno a su pasión vital: la arqueología”, ha indicado Nicolás Ruiz, que ha destacado la importancia del homenajeado en la historia de la Universidad de Jaén.

En este sentido, el rector se ha referido en su intervención a la figura de Arturo Ruiz como “imprescindible, tanto para la Universidad de Jaén como para esta tierra”. “Desde su llegada al antiguo Colegio Universitario Santo Reino de Jaén, hace 50 años, ha contribuido, de forma decisiva a convertir la UJA en lo que hoy es, un centro de educación superior de prestigio, puntero en determinadas áreas de conocimiento, decisivo para la transformación y el desarrollo territorial, abierto al mundo y con una creciente dimensión internacional”.

Sobre su figura, ha destacado sus perfiles muy marcados: la dimensión docente, porque “es y será un maestro, en el más amplio sentido de la palabra; su “generosa labor científica”, que ha permitido “extraordinarios avances y sorprendentes descubrimientos, que siempre se ha preocupado de compartir y difundir”; su compromiso con la sociedad civil jiennense, “con una ética insobornable, enfocada en la construcción de una sociedad más formada, más decente, más justa y más igualitaria”. “Este será siempre tu gran legado, querido Arturo. Has contribuido a que todos nosotros tomemos conciencia de la singularidad de la civilización íbera, del esplendor cultural, político y económico que tuvieron nuestros antepasados. Gracias por ser como eres, un hombre de talento y de talante, honesto, integro, entusiasta, inconformista y generoso. Gracias por ser un extraordinario compañero de viaje en esa casa común que es la Universidad de Jaén”, ha afirmado Nicolás Ruiz.

Asimismo, sobre la obra presentada, ha asegurado que se trata de un libro colectivo, “cargado de admiración profesional y, sobre todo, de afecto personal, que representa el mejor homenaje a su larga y fecunda trayectoria docente e investigadora”.

Por su parte, el propio Arturo Ruiz ha reconocido emocionarse por recibir este reconocimiento en forma de libro coral, agradeciendo a todas las personas que han asistido su participación. “Han pasado 50 años desde que llegué, en enero del año 1974, en un extraño curso que empezaba en ese mes. Se creaba el Departamento de Arqueología en Jaén y desde entonces hemos hecho un recorrido larguísimo en el que, en medio de todo esto, se creó el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica por parte de la Junta de Andalucía, germen del Instituto de Investigación que vino después, el primero que ha tenido la UJA. Y se ha conseguido este Museo de Arte Íbero, que es obra de toda la provincia de Jaén, porque todo el mundo lo ha reclamado cuando se ha dado cuenta de lo que significaba la importancia del patrimonio Ibérico, que Pilar Palazón ya lo sabía. Tenemos un patrimonio excelente de cultura Ibérica, y tenemos hoy un museo donde puede lucir maravillosamente como así va a ocurrir, espero en muy poco tiempo”, ha declarado Arturo Ruiz.

Sobre su labor investigadora, Arturo Ruiz ha asegurado que su objetivo principal era contar la historia de los iberos a partir de los datos arqueológicos, de la historia, algo que considera que ha conseguido a lo largo de sus 50 años de trayectoria profesional. “Estamos haciendo historia de los Iberos, que hasta hace muy poco tiempo no se podía contar, porque no había datos suficientes. Pero ha sido la investigación la que lo ha hecho posible y le ha añadido valor a las esculturas, a la cerámica, a los plomos, a los exvotos ibéricos; le ha añadido el valor que hoy tiene para la sociedad a nivel de autoestima en Jaén y a nivel de reconocimiento internacional”, ha remarcado Arturo Ruiz.

El acto ha contado además con las intervenciones del catedrático emético de la UJA Manuel Molinos, y de la directora del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, Carmen Rísquez, así como del delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Jesús Estrella, y del presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes. Asimismo, el acto ha contado también con las intervenciones de alguna de las personas que han participado en la confección del libro, como por ejemplo Juan Eslava Galán, Bartolomé Ruiz, Felipe Criado, Teresa Chapa, Fernando Quesada, Isabel Izquierdo o Ignasi Grau, entre otros.
(Fuente: UJA)

19 de abril de 2018

Los investigadores hallan asentamientos romanos en la cabecera del río Vinalopó

Un estudio de la Universidad de Alicante permite constatar evidencias de una red de alquerías, casas de labor y villas que formaban un complejo sistema de poblamiento rural
Estudiantes supervisaron la cabecera del río Vinalopó. FOTO: INFORMACIÓN
Los investigadores Ignasi Grau y Julia Sarabia del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la Universidad de Alicante (UA) han detectado asentamientos romanos en la cabecera del río Vinalopó, en el término municipal de Banyeres. El estudio de la zona ha permitido constatar evidencias de una red de alquerías, casas de labor y villas que conformaban un complejo sistema de poblamiento rural.

Un convenio de colaboración entre el INAPH y el Ayuntamiento de Banyeres, a través de su Museo Arqueológico, ha permitido a los investigadores realizar un estudio de la zona de la cabecera del río Vinalopó, en el que han participado alumnos del grado de Historia y del máster de Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA, así como del grado de Arqueología de la Universidad de Jaén e investigadores del CSIC.

En esta primera fase se ha planteado una actuación arqueológica innovadora, empleando técnicas y métodos no invasivos, como la teledetección o la prospección mediante geolocalización de los restos materiales existentes sobre el terreno.

Las primeras conclusiones datan la ocupación del valle en el siglo I antes de Cristo, tras una serie de eventos bélicos y la pacificación de estas tierras. Asimismo, los investigadores han constatado evidencias de una red de alquerías, casas de labor y villas romanas que configuran un complejo sistema de poblamiento rural caracterizado por variados tipos de asentamientos, según ha informado la universidad.

Las siguientes fases de actuación contempla el estudio pormenorizado de los materiales arqueológicos hallados, además de la realización de una prospección geofísica en las zonas con mayor concentración de restos superficiales, a fin de obtener un mapa de los posibles restos existentes en el subsuelo.

9 de julio de 2014

Confirman el descubrimiento de un poblado ibérico en el Tossal del Morquí (Valencia)

Tras un devastador incendio que hubo el pasado año y las fuertes precipitaciones sobre este territorio se empezaron a descubrir los restos de unas fortificaciones y edificios. Los materiales encontrados reflejan una larga secuencia de ocupación comprendida entre los siglos VIII y III a.C, aunque también presenta otra fase posterior de época medieval. El yacimiento, de más de cinco hectáreas es, por tamaño y época, el descubrimiento íbero más importante realizado en las comarcas valencianas de La Safor y la Vall d'Albaida.
El devastador incendio de 2012 dejó al descubierto algunas estructuras del oppidum. Foto: LEVANTE
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante dirigido por Ignasi Grau ha hallado restos de un poblado íbero en el Tossal del Morquí, entre los términos de Lugar Nuevo de San Jerónimo y Terrateig. Concretamente, en el antiguo camino que unía Xàtiva y Dénia.

El yacimiento, de más de cinco hectáreas es, por tamaño y época, el descubrimiento íbero más importante realizado en las comarcas valencianas de La Safor y la Vall d'Albaida.

Los materiales encontrados reflejan una larga secuencia de ocupación comprendida entre los siglos VIII y III a.C. El lugar también presenta otra fase posterior de época medieval, momento en el que se establece en el Tossal una pequeña fortificación, según explicó el arqueólogo Salvador Cloquell.

UN OPPIDUM QUE CONTROLABA EL COMERCIO
Entre los tesoros arqueológicos se hallan un poblado y tramos de una muralla. Estos poblados fortificados, también llamados Oppidum se situaban en lugares elevados, colinas o mesetas.

Este, en concreto, tenía como fin controlar el acceso de las mercaderías así como toda la distribución de productos que se hacía tanto en una comarca como en la otra. Su situación elevada permitía que una pequeña aristocracia local pudiese tener un mayor control de poder por todo el territorio.

Se pueden apreciar restos de un territorio en el que se distinguen plataformas antiguas y plantas de lo que podrían ser antiguos edificios y viviendas de la época. También hay vestigios de una clase social rica como de otra menos aventajada.

  • Entre las más de cuarenta piezas descubiertas hay cerámicas romanas de barniz negro producidas en la zona del Golfo de Nápoles y ánforas fenicias del siglo VIII a.C. procedentes de las primeras importaciones mediterráneas en Hispania. En estos momentos, estos fragmentos se encuentran en un proceso de restauración y limpieza.
INICIO DE LAS CATAS
Las excavaciones han sido autorizadas por la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana y cuentan con el soporte de los Ayuntamientos de Terrateig y Llocnou de Sant Jeroni. El equipo de arqueólogos de la Universidad de Alicante y algunos colaboradores iniciaron investigaciones de campo el pasado mes de abril.

Tras un devastador incendio que hubo el pasado año y las fuertes precipitaciones sobre este territorio se empezó a descubrir lo que parecían los restos de unas fortificaciones y la planta de un edificio que quedaba a la vista. Los arqueólogos dirigidos por Ignasi Grau empezaron su investigación con sondeos sobre la zona. En un principio el equipo contaba con que habría indicios de alguna pequeña población.

CONOCIDO SÓLO POR AFICIONADOS
Este importante yacimiento solamente era conocido por hallazgos aislados y por colecciones en manos de aficionados locales, pero hasta el momento no había sido realizada ninguna excavación arqueológica. Finalmente se dieron cuenta del «impresionante» hallazgo que había en la zona.

Hasta el momento se ha realizado una prospección arqueológica intensiva para reconocer los distintos sectores habitados en la antigüedad y conocer la cronología exacta de este enclave.

Se ha excavado en dos sectores en los cuales surgían a la superficie estructuras antiguas que estaban en peligro por su exposición a la intemperie. Entre estas habría que mencionar un sólido edificio aislado, que destacaría entre el resto de las construcciones del Tossal del Morqui. Estos óptimos resultados alientan la ejecución de nuevos trabajos de campo para el próximo año. 

30 de enero de 2014

Descubierta una villa romana en Alcoi (Alicante)

Se trata del primer hallazgo relativo a la arqueología romana en el entorno de la ciudad alicantina.
La villa descubierta sería un asentamiento donde se cultivaría la parte alta de la partida de Polop. Foto: Ayuntamiento
Las actuaciones arqueológicas desarrolladas la pasada semana en la Partida de Polop Alt de Alcoi han sacado a la luz un importante hallazgo: una antigua casa de campo romana. Los investigadores de la Universidad de Alicante y del Museo Arqueológico, encabezados por Ignasi Grau y Jose María Segura, conlaboración con la Universidad Autonoma de Barcelona, han constatado que se trata del primer hallazgo relativo a la arqueología romana en el entorno de Alcoi.

El trabajo desarrollado ha consistido en el reconocimiento arqueológico de la superficie, la prospección geofísica y una excavación en la zona donde se habían detectado evidencias.

La villa descubierta sería un asentamiento donde se cultivaría la parte alta de la partida de Polop. Ha podido ser identificada "a través de un sello hallado en una teja" de la construcción como ha explicado, Paco Agulló, concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Alcoi. Agulló ha agradecido la labor de los investigadores llevadas a cabo la pasada semana y también la colaboración de los propietarios de los terrenos, que han facilitado el acceso de los arqueólogos a la zona.

(Fuente: El País / Lucía Gadea)

22 de julio de 2013

Las excavaciones confirman que el poblado del Cabezo de Mariola estuvo habitado entre los siglos IV y I aC

Los resultados preliminares corroboran la existencia de este enclave fortificado que, al parecer, estuvo habitado desde el siglo IX al I a.C.
Los arqueólogos y estudiantes de la UA trabajando 
en la excavación del Cabeçó de Mariola.
Foto: Información
Una excavación realizada por arqueólogos y estudiantes de la Universidad de Alicante (UA) y el Museo Arqueológico de Alcoy confirma la existencia un antiguo poblado en la cima del Cabeçó de Mariola, entre los términos de Alfafara y Bocairent (entre las provincias de Alicante y Valencia).

Los directores de estos trabajos arqueológicos, Ignasi Grau y Josep Maria Segura, han avanzado que los resultados preliminares corroboran la existencia de este enclave fortificado que, al parecer, estuvo habitado desde el siglo IX al I antes de Cristo.

Un equipo formado por expertos y estudiantes de la UA ha estado trabajando durante tres semanas en el yacimiento del Cabeçó de Mariola para investigar sobre el asentamiento ibero-romano. Esta primera intervención arqueológica en este enclave del parque natural ya ha dado sus primeros frutos puesto que los directores han avanzado los resultados preliminares, en los que se confirma «la existencia de un poblado fortificado en la cima del Cabeçó, de larga duración, que se inició a finales de la Edad de Bronce (siglo IX antes de Cristo), y que perduró durante toda la época ibérica, hasta el siglo I antes de Cristo», apuntan fuentes municipales.

Excavación en la parte oriental de la muralla
Buena parte de los trabajos de esta primera campaña se han centrado en la fase que muestra los restos mejor conservados, que pertenecían al tiempo entre la última ocupación ibérica y el inicio de la dominación romana (siglos II-I antes de Cristo), según la información facilitada por Grau y Segura. En concreto, los expertos han excavado un sector de muralla en el extremo oriental del poblado y cinco departamentos adosados a la fortificación.

Paco Agulló, edil de Cultura y de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Alcoy ha indicado que «sin duda es una gran noticia para el patrimonio histórico de nuestras comarcas el hecho de que museo y universidad colaboren para llevar a cabo una excavación que contribuirá a ampliar información y el conocimiento sobre nuestra historia». «Esperemos -añade- que en los próximos años continúen las campañas para ampliar todavía más el estudio de esta zona y así poder disponer de más datos sobre nuestro pasado».

(Fuente: Información / M. Vicedo)

23 de julio de 2010

Tras las pistas de los íberos en El Puig (Alicante)

Reinterpretar la vida de hace 2.500 años a través de las ruinas. Este es el objetivo del equipo de arqueólogos que trabaja desde hace seis años en el yacimiento íbero de El Puig, sobre el Barranco de la Batalla en Alcoy, y la campaña de este año arroja nuevos datos sobre cómo vivían y se relacionaban las familias que habitaron la zona en la Edad del Hierro. La excavación actual se centra sobre una barriada de 400 metros cuadrados en la que residieron unas seis familias, que se vieron obligadas a abandonar el poblado de forma repentina, según las primeras hipótesis, por una rivalidad vecinal. Las cerámicas halladas constatan que a partir del año 325 a.C., El Puig quedó desierto.

El proyecto de investigación en El Puig se inició en el año 2004, y está dirigido por el profesor titular de Arqueología en la Universidad de Alicante, Ignasi Grau, y el director del Museu Arqueològic Municipal de Alcoy, Josep María Segura. El pasado 28 de junio se inició una nueva campaña de trabajos, en la que colaboran catorce alumnos de forma altruista, que se prolongará hasta el próximo domingo. Para este día, según anuncia Segura, «se celebrará una jornada de puertas abiertas para dar a conocer la tarea llevada a cabo, desde las 10.30 hasta las 12 horas, y se pondrá a disposición de los interesados un servicio de autobús gratuito que partirá desde la Tourist Info».
El Puig, que se localiza en un extremo de la urbanización del Estepar, sobre el Barranco de la Batalla, se convirtió en un asentamiento humano durante gran parte del primer milenio antes de la Era. Los restos más visibles son los de su último momento de ocupación en época ibérica clásica, en el siglo IV a.C. Una comunidad de alrededor de trescientas personas escogió este monte, que satisfacía las necesidades estratégicas y defensivas, para construir un poblado de casas cuadrangulares de piedra, articuladas en torno a calles rectas, así como sólidas fortificaciones en el único camino de acceso. El Ayuntamiento de Alcoy concluyó hace dos años la restauración de un torreón de forma cuadrangular.
Según informa Ignasi Grau, «este año estamos trabajando sobre una barriada que ocuparía unos 400 metros cuadrados, en la que vivirían unas seis familias, de las cerca de 90 que llegaron a habitar en todo El Puig, y hemos encontrado documentación de primer orden para poder interpretarla y saber cómo era la actividad diaria del siglo IV antes de Cristo».
A diferencia de campañas anteriores, en las que los arqueólogos detectaron en pequeños cuadros toda la historia del yacimiento desde sus orígenes, en el siglo VIII hasta finales del IV, ahora están obteniendo una imagen del último momento del asentamiento.
«Estamos dando color a una imagen que antes teníamos en blanco y negro, y es que ahora empezamos a conocer con detalle las formas de economía, de la vida doméstica, familiar, de agregación social y de estrategias para relacionarse entre ellos». En este sentido, Grau detalla que el hallazgo de una serie de vestigios han permitido recomponer dietas, pautas de consumo y saber los productos que cultivaban las familias de la Edad del Hierro. «Comían ovejas y cabras principalmente, después cerdos y alguna vaca en tiempos de fiesta. También consumían de forma habitual bellotas y cerveza, y vino en las fiestas. En una habitación también hemos encontrado copas áticas, lo que demuestra que bebían de forma extraordinaria y no ordinaria».
Por otra parte, el grupo de arqueólogos ha detectado niveles de abandono repentino en la zona, que quedó deshabitada partir del año 325 a.C. Grau explica que «las familias dejaron aquí todo lo que tenían, y hay evidencias de que en algunas casas se produjeron incendios, por lo que todo apunta a que les obligaron a marcharse». Asimismo, indica que «hay varias hipótesis a investigar, pero más que una invasión de gente venida de fuera, como cartagineses u otros grupos, puede que hubiese una rivalidad vecinal, y el candidato es La Serreta, que sí mantuvo su vida y vio incrementada su población, posiblemente porque las familias de El Puig fueron obligadas a trasladarse allí». (Fuente: lasprovincias.es)