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11 de noviembre de 2024

Los Rostros del Turuñuelo inauguran la sala de exposiciones temporales en el Museo Arqueológico Nacional

La primera muestra temporal exhibe el hallazgo de los primeros rostros humanos esculpidos en piedra de Tarteso, cinco relieves de piedra de 2.500 años de antigüedad
Las piezas han sido investigadas durante un año en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) y tratadas para su exhibición en condiciones de seguridad y con criterios de mínima intervención. La muestra se podrá visitar hasta el 2 de febrero.
El nuevo espacio, que inauguró ayer el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, albergará “cápsulas expositivas” que mostrarán los últimos hallazgos arqueológicos en España.

Cuando se conmemora el décimo aniversario de su reforma, el Museo Arqueológico Nacional (MAN), museo de titularidad estatal dependiente del Ministerio de Cultura, inaugura la Sala de Novedades Arqueológicas, un nuevo espacio expositivo que estará dedicado a los últimos hallazgos arqueológicos de los distintos territorios de España.

Gracias a la colaboración con la Junta de Extremadura, la sala se estrena con la muestra ‘Rostros del Turuñuelo. Los relieves de Casas del Turuñuelo, Guareña (Badajoz)’, una exposición temporal que reúne un conjunto escultórico de excepcional valor histórico y arqueológico: cinco relieves de piedra datados en el siglo V a.C., que han supuesto el primer hallazgo de rostros humanos esculpidos de Tarteso. En el acto inaugural del nuevo espacio del museo y de la muestra temporal, celebrado esta mañana, ha intervenido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

El yacimiento arqueológico de Casas del Turuñuelo, cuyas excavaciones por parte del Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), dependiente de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional de la Junta de Extremadura y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, se iniciaron en 2014, se ha convertido en uno de los más relevantes de España en la actualidad. Hallados en abril de 2023, los “rostros” del Turuñuelo conforman una serie de relieves de piedra que, según sus descubridores, podrían formar parte de una escena más amplia de carácter mítico. Para Sebastián Celestino Pérez -comisario de la exposición- y Esther Rodríguez González, codirectores de la excavación, este descubrimiento ha supuesto el hallazgo de los primeros rostros esculpidos en piedra de Tarteso, una cultura que hasta ahora se consideraba anicónica.

Un año de investigación e intervención en el IPCE
Las piezas han sido estudiadas desde octubre de 2023 en el Departamento de Investigación del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), mediante técnicas de imagen que incluyen fotografías del espectro visible, infrarrojo y ultravioleta, así como radiografías y análisis de los materiales con fluorescencia de rayos X y microscopía electrónica. Los principales hallazgos de esta investigación, que sigue en curso, serán presentados a comienzos de año. 

Además, con el objetivo de procurar su exposición en condiciones de seguridad y bajo criterios de mínima intervención, el Departamento de Conservación-Restauración del IPCE ha elaborado unos soportes fabricados mediante escaneado y modelado 3D para poder montar las piezas sin adherirlas, lo que permite contemplar la forma original de los rostros.

‘Rostros del Turuñuelo. Los relieves de Casas del Turuñuelo, Guareña (Badajoz)’, se podrá disfrutar en la Sala de Novedades del MAN de manera gratuita hasta el 2 de febrero de 2025. Además, la muestra se complementa con visitas guiadas, combinadas con las salas de Protohistoria de la exposición permanente, y una mesa redonda que tendrá lugar el próximo enero.

El nuevo espacio, que inauguró ayer el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, albergará “cápsulas expositivas” que mostrarán los últimos hallazgos arqueológicos en España.

Un nuevo espacio para la vanguardia arqueológica
El museo, en el marco de la conmemoración del décimo aniversario de su reforma (2014-2024), abre esta nueva sala expositiva situada en un espacio privilegiado de la planta 0, de acceso, entre la sala de actividades didáctica y la tienda, junto al mostrador de venta de entradas. Este espacio se suma a los más de 9.200 metros cuadrados dedicados a la exposición permanente, así como los 600 metros cuadrados de la sala de exposiciones temporales.

El objetivo de esta sala es dinamizar la programación de exposiciones con pequeñas “cápsulas expositivas” que muestren los hallazgos arqueológicos de interés de los distintos territorios de España. Puntualmente también, el museo, como entidad viva y dinámica, podrá exhibir en la sala recientes adquisiciones o restauraciones de sus colecciones.
(Fuente: Nova Ciencia)

Nuevos hallazgos sugieren que León tuvo un anfiteatro romano con capacidad para 8.000 espectadores

Un pequeño sondeo previo a la construcción de un edificio en el Casco Histórico de la ciudad permite por fin delimitar el tamaño del gran edificio construido para luchas lúdicas junto a la muralla del campamento de la legión imperial, restos que ahora tendrán que conservarse para posibles visitas
Obra de la calle Rúa 37 donde han aparecido los restos del anfiteatro romano, en la cata que se detalla.

Ya se sabía por excavaciones de hasta tres puntos distintos en el Casco Histórico que la ciudad de León tuvo anfiteatro en los tiempos en que las legiones romanas mantenían un fuerte campamento asentado y existía una incipiente población civil con importantes equipaciones como termas, ya en el siglo I después de Cristo.

Una pequeña zanja, una cata arqueológica de escasos metros y no demasiada profundidad, ha sacado a la luz nuevos restos, en concreto del muro exterior del anfiteatro de hace 20 siglos, que ahora permite delimitar mejor su estructura y sobre todo su tamaño. Y según la documentación tratada por la Comisión Territorial de Patrimonio, a la que ha tenido acceso ILEÓN, sobre los hallazgos en un pequeño patio trasero de un solar donde se iba a construir un nuevo edificio de viviendas en el número 37 de la calle La Rúa, aquella infraestructura lúdica romana habría llegado a medir unos 80 metros de largo por 50 de ancho.

Eso, según los expertos, arrojaría una cifra hasta ahora desconocida y muy sorprendente: el anfiteatro romano de León pudo llegar a tener una capacidad para albergar hasta 8.000 espectadores. Para verlo desde un referente comparativo actual, el pabellón municipal de los deportes al otro lado del río dispone de unos 5.200 asientos, siendo la infraestructura deportiva cubierta más grande de la provincia leonesa.

A la sombra del muro del campamento de la legión
La documentación deja claro que “la existencia de este tipo de edificios en ambientes castrenses”, es decir, junto a recintos militares, “no es excepcional” y se ha constatado en campamentos de remotos límites del imperio romano “como Gran Bretaña, Austria, Rumanía o Argelia”. En el caso de León, en las representaciones e incluso la maqueta de Legio en el siglo I que se muestran en el Centro de Interpretación del León romano en La Casona, el anfiteatro se situaría justo junto a los muros exteriores del sur del campamento.

La información técnica estudiada por Patrimonio sitúa su construcción en tiempos de la legión fundadora de la ciudad, la Legio VI Victrix, en base a los elementos arqueológicos de las diferentes excavaciones, sobre todo en la calle Cascalería, paralela a La Rúa que hoy recorre el Camino de Santiago por la ciudad. Pero se da por hecho que pronto se quedó pequeño y el anfiteatro con su típica planta elíptica fue ampliado en posteriores fases, reforzados sus muros y con un contrafuerte que se ejecutaría cuando los moradores militares fueron la Legio VII Gemina, como muy tarde a principios del siglo II.

Cronología de un hallazgo espectacular
El sondeo arqueológico del número 37 de La Rúa, realizado entre agosto y septiembre de este año 2024, ha resultado esencial porque permitiría delimitar con precisión el espacio de esta gran construcción romana en la ciudad. Presenta “un mejor estado de conservación” incluso que los primeros restos aflorados en el año 1994 en el número 3 de la calle Cascalería, conservados hoy en el bajo, el garaje, del nuevo edificio levantado, y completados a la altura del número 7 de la misma vía en 1999, que hoy son una cripta arqueológica que el Ayuntamiento muestra sólo bajo demanda. Después vinieron nuevos restos en los números 4, 6 y 8 de Cascalerías y 29 y 31 de La Rúa.

Pespunteando ese dibujo que los restos muestran, y que ahora se completan por otro lado, Patrimonio da por hecho que la última de las tres fases constructivas distintas detectadas, la orientación y casi el tamaño del eje central de norte a sur entre las dos puertas principales del edificio coincidiría “aproximadamente” con la calle Cascalería, dado que pronto se había visto que los 6.000 y 6.500 asientos en las gradas del anfiteatro inicial se quedaban pequeños, teniendo en cuenta que eran “aproximadamente los mismos contingentes con los que contaba una legión” y a los espectáculos acabó yendo más población que la estrictamente militar.

El dibujo de lo encontrado hasta ahora muestra dos muros paralelos curvos con 1,50 metros de separación y el exterior aprovechando el terreno escarpado de la zona. “Sobre ambos se dispuso la cubierta de la estructura, una bóveda de cañón encofrada mediante cimbras de madera” y con la luz entrando entre ambos muros“mediante lucernarios rectangulares abiertos en la parte superior”, como se aprecia en la cripta arqueológica visitable. Todo esto delimitaría el graderío o cavea para el público, las cerca de 8.000 personas como máximo, “que debió ser de madera”, de la arena que era el escenario de los espectáculos.

¿Qué pasó con el anfiteatro de la Edad Media en adelante?
La documentación técnica que maneja la Junta de Castilla y León hace un repaso de cómo estos restos que ahora afloran llegan hasta nuestros días, causando admiración. Se calcula que sobre el siglo IV, no usándose ya con finalidad alguna, comienzan a saquearse sus materiales. Al desaparecer los grandes sillares de roca caliza, colapsaría parte de la bóveda y supone “el comienzo de la ruina del edificio”. En la Edad Media en la zona se documenta “un extenso vertedero” y “a partir del siglo XVI por la edificación de distintos inmuebles” se acabó ocultando por completo la traza, quedando ya soterrados.

De este modo, en el pequeño sondeo de 10x4 metros excavado ahora en Rúa 37 ha desvelado su gran secreto. Y algunos pequeños secretos más. Por ejemplo, la documentación desvela que antiguos vertidos de tierra dejan ver “fragmentos de pintura mural, restos del opus signinum -un viejo material de construcción romano con ladrillo o tejas partidas, mezcladas con cal y golpeadas con un pisón- y fragmentos de piedra”.

Un patrimonio en posible riesgo y un futuro sótano visitable
No sólo el Ayuntamiento de León en su licencia de derribo con fecha 19 de abril y Patrimonio de la Junta al autorizar el nuevo proyecto de obra sabían lo que aparecería en esta relevante excavación. Bramasole Troscana, la empresa promotora del nuevo edificio, admitía entonces a ILEÓN que el sótano que se había diseñado bajo el nuevo edificio que se levantará no sería para un garaje sino para una especie de bodega que podría convivir con los restos arqueológicos aparecidos. El informe, sin embargo, advierte que ese sótano dibujado originalmente debería ampliarse hacia el este para acoger la estructura romana sin destruirla, un daño que ocurriría con el proyecto actual al preverse bajar una cota de tres metros justo en ese punto.

De ahí la decisión final que ha adoptado la Junta de Castilla y León en la última Comisión de Patrimonio este mes de octubre: que deberá incorporarse a la licencia concedida de obra el escrupuloso respeto de los restos para “hacerlos accesibles para una futura visita pública” y que haya un seguimiento arqueológico profesional durante las obras.

Concluye con éxito la extracción del barco fenicio de Mazarrón

Tras dos meses de riguroso trabajo, se extrae la quilla del pecio, última de las 22 porciones en las que se dividió la embarcación para desarrollar los trabajos. Las piezas seguirán ahora un proceso de conservación, restauración y estudio en los laboratorios del Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena.
Los submarinistas extraen la última pieza del pecio para su traslado al Museo de Arqueología Subacuática de Cartagena.

Con la extracción de la quilla han concluido los trabajos de extracción de la embarcación fenicia 'Mazarrón II', sumergida en la playa de la Isla, en Mazarrón. Termina así el riguroso proceso que comenzó el pasado mes de septiembre para sacar a superficie los restos del pecio, datado en la segunda mitad del siglo VII antes de Cristo.

La quilla, eje axial de la embarcación, es la última de las 22 piezas en las que se dividió el barco para su extracción, una tarea que se ha desarrollado de popa a proa, abriendo la caja metálica protectora en la que se ha mantenido para asegurar su conservación bajo el agua.

La consejera de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes, Carmen Conesa, destacó que los trabajos "han seguido un riguroso plan elaborado, consensuado y meditado por un equipo de expertos de alto nivel, dirigidos por el investigador de la Universidad de Valencia Carlos de Juan, que ha contemplado y previsto todos los escenarios posibles como garantía de éxito".

Tras culminar los trabajos de extracción, comienza en el ARQVA, Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, la fase de estudio, restauración y conservación de la madera, con el fin de que pueda permanecer en el medio aéreo, y el proceso de volver a encajar las piezas de la embarcación para una futura exhibición al público. Participarán en esta fase científicos e investigadores, y permitirá conocer mejor los hábitos de vida y costumbres de la época.

Carmen Conesa subrayó que todo el proceso "es el fruto de la colaboración entre administraciones para poner en valor uno de los barcos antiguos más completos hallados en el mundo hasta la fecha, pues se conserva casi entero y es un ejemplo único de la navegación y la arquitectura naval fenicia".

El trabajo desarrollado en el marco del proyecto de extracción se presentará en el Consejo de Patrimonio Histórico que se celebrará en la ciudad de Murcia.

Proyecto de extracción

La UNESCO incluyó en su Registro de Buenas Prácticas del Patrimonio Cultural Subacuático el proyecto de extracción del pecio 'Mazarrón 2', acreditando, por consiguiente, el rigor del trabajo planificado.

Desde el año 2018 se han promovido desde el Gobierno regional, en colaboración con el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, una serie de intervenciones arqueológicas de seguimiento y control sobre el terreno del estado de conservación del pecio. En 2021, con el fin de garantizar su protección, salvaguarda y disfrute para las generaciones futuras, se acordó su extracción y posterior tratamiento de conservación en las dependencias del ARQVA, decisión que fue adoptada a partir del criterio técnico del grupo de trabajo creado años atrás al efecto y constituido por especialistas en la materia y representantes de todas las administraciones.

En estos trabajos han participado especialistas en arqueología subacuática y arquitectura naval antigua, así como profesionales de la restauración de piezas arqueológicas procedentes del mar.

Tras un proceso de debate, se llegó a la conclusión de que la solución más adecuada era extraer la nave fenicia, dada la inestabilidad de su situación en el fondo marino y el riesgo de deterioro o pérdida total que sufría. Esta decisión fue refrendada en la reunión internacional de expertos que se celebró en el ARQVA en mayo de 2021, bajo el auspicio de la UNESCO y con participación de la comunidad científica internacional que trabaja en patrimonio arqueológico subacuático.

El yacimiento
El barco fenicio forma parte de un conjunto de dos barcos hallados en la Playa de la Isla y tanto los pecios como el yacimiento subacuático están considerados Bien de Interés Cultural (BIC), protegiéndose así toda el área. Este yacimiento se caracteriza, hasta el momento, por la presencia de dos barcos datados en el siglo VI a.C. Del primero se conserva un tramo de cuatro metros de la quilla, un tablazón y unas piezas de madera con forma cilíndrica que parecen corresponder a las cuadernas de la nave, y se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA).

El Barco 2, prácticamente completo, se conservaba en el lugar del hallazgo, protegido por un armazón metálico y cubierto por arena con el fin de garantizar su conservación. Tiene una longitud de 8,15 metros y 2,25 metros de manga, fue construido con madera de ciprés, pino carrasco y olivo, y se localizó en 1995 con todo su cargamento, los objetos de la tripulación y el ancla, la más antigua de su tipo.
(Fuente: Gobierno de la Región de Murcia)

Intervienen en el aeropuerto de Palma gran cantidad de piezas arqueológicas expoliadas de «valor incalculable»

La investigación del SEPRONA de la Guardia Civil se saldó con la recuperación de más 1.000 piezas históricas, entre las que se encuentran numerosas monedas, ánforas, ungüentarios, lámparas, vasijas, joyas, figuras y espadas, entre otras.
Las piezas son de alto valor arqueológico.

La Guardia Civil ha intervenido en el aeropuerto de Palma una gran cantidad de piezas arqueológicas pertenecientes al Patrimonio Histórico Español cuando iban a ser sacados del país de manera ilícita y que podrían haber sido expoliadas en aguas de Mallorca.

Según ha informado la Benemérita en una nota de prensa, a raíz de este hallazgo, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) dentro de las competencias que se le atribuyen en este tipo de delitos, inició una investigación que se saldó con la recuperación de más 1.000 piezas históricas, entre las que se encuentran numerosas monedas, ánforas, ungüentarios, lámparas, vasijas, joyas, figuras y espadas, entre otras.

Todo este patrimonio, a falta de un informe definitivo más detallado, se estima que tendría un valor incalculable.

Todo el material arqueológico, será entregado por la Guardia Civil al servicio de Patrimonio Histórico, para su estudio y catalogación, pero su destino final es la devolución a los ciudadanos de Baleares y para que queden expuestas en el Museo de Mallorca.

8 de noviembre de 2024

Nueva campaña de excavaciones en el yacimiento de Los Millares (Almería)

Se ha iniciado la excavación de un sector de la cisterna, que en caso de confirmar su funcionalidad, se convierte en la cisterna más  de Andalucía. La actuación financiada por el Gobierno andaluz con 60.000 euros anuales está a cargo del Grupo de Prehistoria Reciente de la Andalucía (GEPRAN) de la Universidad de Granada.

La Junta de Andalucía ha comenzado la segunda campaña de excavación en el yacimiento arqueológico de Los Millares, en Santa Fe de Mondújar (Almería), una actuación financiada por el Gobierno andaluz con 60.000 euros anuales y a cargo del Grupo de Prehistoria Reciente de la Andalucía (GEPRAN) de la Universidad de Granada.

Según una nota del Gobierno andaluz, el objetivo principal de estas investigaciones bajo la dirección de los doctores Juan Antonio Cámara y Alberto Dorado es presentar al público “una imagen más completa de la vida de las poblaciones que vivieron en Los Millares durante el III milenio a.C., centrándose en el conocimiento de las zonas de residencia y los lugares de enterramiento”.

Durante esta campaña, que finalizó el 31 de octubre, se ha continuado con las investigaciones centradas en la ciudadela del poblado de Los Millares, definiendo otro de los tramos de la muralla que rodea a dicha acrópolis y se ha iniciado la excavación de un sector de la cisterna, que en caso de confirmar su funcionalidad, se convierte en la cisterna más grande localizada hasta el momento en Andalucía, con una capacidad de 270 metros cúbicos.

Asimismo, se ha seguido con la intervención arqueológica en el Gran Edificio de Los Millares, cuya funcionalidad y estructura está siendo investigada por el equipo de la Universidad de Almería. Su estructura y dimensiones contrastan con el resto de la arquitectura prehistórica del resto del poblado, no ya que no existe referente alguno en ningún otro lugar de España para este momento de la Edad del Cobre.

Ya se conocen algunas fechas de radiocarbono que lo sitúan en una fecha tan temprana como es la del 2.600 antes de Cristo.

Además, tras el descubrimiento mediante la técnicas geofísicas de georradar de la Tumba de la Chilena, que había pasado desapercibida durante mucho tiempo dentro de la necrópolis de Los Millares, se ha iniciado su investigación, siendo una de las más significativas por los materiales expuestos en el Museo de Almería, aunque su tipología y cronología continúan desconocidas.

En Los Millares se desarrolló una cultura agrícola, pionera en la introducción de la metalurgia del cobre en el Mediterráneo occidental y su poblado, protegido por cuatro líneas de murallas y una decena de fortines avanzados, presenta una necrópolis con más de cien tumbas colectivas, algo sin parangón en la Europa de la época.

En cada tumba se enterraban los miembros de un mismo clan con sus ajuares personales: armas, herramientas, adornos, cerámica simbólica e ídolos.

El poblado contó con un sistema defensivo, difícil de entender sin la existencia de unos pueblos megalíticos dedicados al pastoreo, con cuatro líneas de murallas, de las que la más exterior y moderna mide 310 metros desde los escarpes del río Andarax a la rambla de Huéchar, y presenta torres semicirculares o bastiones a intervalos regulares y dos puertas.

7 de noviembre de 2024

400.000 euros para el yacimiento de Vega Baja de Toledo

El Boletín Oficial del Estado, BOE, ha publicado este miércoles el Real Decreto que concede subvenciones destinadas a entidades e instituciones culturales singulares con un montante total para Castilla-La Mancha de 530.000 euros, buena parte de ellos, 400.000 euros, destinados al yacimiento arqueológico de la Vega Baja en Toledo.

Yacimiento de Vega Baja, en Toledo

El Boletín Oficial del Estado, BOE, ha publicado este miércoles el Real Decreto que concede subvenciones destinadas a entidades e instituciones culturales singulares con un montante total para Castilla-La Mancha de 530.000 euros, buena parte de ellos, 400.000 euros, destinados al yacimiento arqueológico de la Vega Baja en Toledo.

La delegada del Gobierno, Milagros Tolón, ha destacado la sensibilidad del Ejecutivo central “que cumple con sus compromisos, apoya de manera constante la labor cultural que se realiza en nuestra región y potencia la recuperación de nuestro patrimonio histórico como seña de identidad de Castilla-La Mancha”.

En el caso de Vega Baja, se conceden 400.000 euros al Ayuntamiento de Toledo “para la recuperación y musealización del yacimiento arqueológico”, dando cumplimiento al convenio firmado en 2021 entre el ministro de Cultura, Miquel Iceta; el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; y la propia Milagros Tolón, entonces, alcaldesa de Toledo. En virtud de ese acuerdo, las administraciones se comprometen a realizar las actuaciones para la protección y puesta en valor de este espacio.

La resolución dictada por el Gobierno de España recoge que, “se trata de un espacio de singular relevancia para la historia y patrimonio cultural de la ciudad de Toledo que debe ser estudiado y preservado con el fin de seguir dando a conocer su importancia histórica, por lo que se considera necesaria la concesión de esta subvención para poder continuar con el estudio y conocimiento del yacimiento; y lo más importante, con su preservación y puesta en valor a toda la sociedad”.

Los otros beneficiarios

El resto de entidades de Castilla-La Mancha beneficiarias de esta medida son:

- Real Fundación de Toledo, 50.000 euros para gastos de funcionamiento del Museo Victorio Macho.

- Fundación Torner, 50.000 euros para gastos de funcionamiento del Espacio Torner, en Cuenca.

- Asociación Urbs Regia, con sede en Toledo, 15.000 euros para actividades culturales y

- Fundación Antonio Pérez, de Cuenca, 15.000 euros para gastos corrientes

El Real Decreto que regula estas subvenciones se enmarca en la estrategia del Ministerio de Cultura de promover la realización de determinadas actuaciones culturales ejecutadas por administraciones públicas e instituciones.

5 de noviembre de 2024

El castillo de la localidad cacereña de Monroy es declarado Bien de Interés Cultural

La declaración formal del Castillo como Bien de Interés Cultural ha sido el resultado de un proceso que se inició en 1987 con la primera resolución de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura. 

La Junta de Extremadura ha hecho oficial, a través del Decreto 131/2024, la declaración del ‘Castillo’ de la localidad de Monroy, en la provincia de Cáceres, como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.

La historia del ‘Castillo’ de Monroy se remonta al siglo XIV, con la edificación inicial probablemente en 1329, tal como se inscribe en la puerta principal del castillo. Este edificio, que ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de los siglos, representa no solo una fortaleza militar, sino también un símbolo de la historia y la cultura de la región. En su momento, fue un refugio importante durante disputas entre familias nobles y conflictos por la jurisdicción local, lo que ha contribuido a su rica historia.

La declaración formal del ‘Castillo’ como Bien de Interés Cultural ha sido el resultado de un proceso que se inició en 1987 con la primera resolución de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura. A pesar de que el expediente no tuvo continuidad, se ha estimado necesario reiniciar el procedimiento por el interés cultural, histórico y arquitectónico que representa este bien para la región. En este contexto, se realizó un nuevo estudio técnico por parte de los servicios de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, en agosto de 2022, que ha ayudado a redefinir y ajustar la descripción y delimitación del bien.

El ‘Castillo’ de Monroy se caracteriza por su estructura de tres recintos concéntricos, construidos con mampostería, piedra y ladrillo, que se han adaptado a los estilos arquitectónicos de cada época. La fortaleza alberga numerosos elementos de interés arqueológico y arquitectónico, entre los que se encuentran garitas, torres y un impresionante patio de armas. La capilla del castillo conserva pinturas murales que reflejan la rica historia religiosa de la localidad.

Su construcción se remonta a un periodo caracterizado por la inestabilidad política en la Península Ibérica, cuando las disputas entre reinos y nobleza llevaron a la necesidad de fortificaciones que asegurasen la protección de territorios.

Se cree que el castillo fue construido por la familia de los Monroy, una familia noble que poseía tierras y que usó la fortaleza como punto estratégico en el control de la zona y la defensa contra incursiones y rivalidades de otras casas nobles.

El castillo está construido principalmente con piedra, lo que refleja la arquitectura militar típica de la época medieval. Los muros son gruesos y están diseñados para ofrecer resistencia tanto a ataques físicos como a la artillería.

La fortaleza está rodeada por murallas altas, que en su parte más conservada alcanzan una considerable altura. Estas murallas presentan aspilleras (aperturas en las murallas para disparar armas) que permiten a los defensores protegerse mientras atacan a los invasores.

Se pueden observar varias torres, que fueron esenciales para el sistema de defensa. Algunas de estas torres son circulares y tienen un carácter defensivo, mientras que otras pueden haber servido de residencia o almacenamiento. Las torres ofrecen vistas panorámicas del paisaje circundante, lo que era crucial para la vigilancia.

El acceso al castillo se realiza a través de una puerta monumental, que presenta elementos decorativos y defensivos. Esta entrada estaba protegida por un puente levadizo y un foso, características comunes en las fortificaciones medievales.

En el interior del castillo se pueden observar diversos espacios que habrían sido utilizados para vivienda, almacenamiento y defensa. Estos incluyen áreas que podrían haber sido utilizadas como estancias para la nobleza y sus seguidores, así como espacios de servicios.

En su día, el castillo habría estado rodeado por un foso, que servía como una barrera adicional contra posibles asedios.

A lo largo de los siglos XV y XVI, el castillo fue objeto de varias remodelaciones. Con la consolidación del poder de los Reyes Católicos adquirió un papel importante en la defensa de los territorios de la corona y experimentó mejoras en sus instalaciones, como la construcción de torres de vigilancia y la ampliación de sus murallas.

Durante el siglo XVII, con la llegada de cambios en la tecnología militar, el castillo se adaptó a nuevas necesidades, incorporando elementos de fortificación más sofisticados en respuesta a la artillería, lo que lo convirtió en un bastión importante en la región.

Con el paso del tiempo, y especialmente durante los siglos XVIII y XIX, el ‘Castillo’ de Monroy sufrió un proceso de declive. La disminución de las rivalidades territoriales y el avance de la paz social llevaron a un menor uso militar de la fortaleza. Durante este periodo, partes del castillo comenzaron a deteriorarse y su uso se limitó a actividades secundarias.

A pesar de este declive, los restos arquitectónicos del castillo fueron preservados en cierta medida, lo que permitió que se conservaran elementos significativos de su historia.

El decreto establece que la protección de este bien incumbe a la Junta de Extremadura, conforme a la Ley 2/1999, que rige el Patrimonio Histórico y Cultural de la comunidad autónoma. El artículo 8 de dicha ley enfatiza que las intervenciones en el ‘Castillo’ estarán sujetas a normativas que buscan preservar sus valores arquitectónicos y patrimoniales.

El decreto no solo reconoce el ‘Castillo’ de Monroy, sino que también establece un entorno de protección a su alrededor, con el objetivo de prevenir cualquier alteración en las estructuras asociadas y garantizar su óptima contemplación. Así, la delimitación incluye varios inmuebles localizados en las cercanías del castillo, lo que propicia la integridad visual y contextual del conjunto patrimonial.

La declaración del ‘Castillo’ de Monroy como Bien de Interés Cultural es un hito significativo en la promoción del patrimonio histórico y cultural en Extremadura. Este tipo de protecciones no solo busca preservar la historia, sino que también puede activar el interés turístico, generando potenciales beneficios económicos a la comunidad local. Además, este reconocimiento refuerza la identidad cultural de Monroy y sus habitantes, al mismo tiempo que asegura la transmisión de su historia a futuras generaciones.

El ‘Castillo’ de Monroy no solo refleja una parte crucial de la historia local, sino que también sirve como un recordatorio tangible de las luchas que han moldeado la identidad de la región a lo largo de los siglos. Monroy se posiciona como un nuevo referente en la ruta del patrimonio histórico de Extremadura, invitando tanto a vecinos como a visitantes a explorar y apreciar su rica herencia cultural.

Nueva campaña de excavaciones en el taller de púrpura romano de la Isla de Lobos (Tenerife)

En esta IX campaña los investigadores se centrarán en intervenir en las zonas donde el pasado año se prospectó con Georadar y se observaron anomalías en el subsuelo, con el fin de definir su naturaleza y determinar la extensión del espacio arqueológico.
Vista aérea del yacimiento de Lobos 1, en el margen derecho de la Playa de La Calera. (Foto de C. Medina)

Desde ayer lunes y hasta el 23 de noviembre tendrá lugar una nueva campaña de excavaciones arqueológicas sistemáticas en el yacimiento romano de La Playa de La Calera (islote de Lobos). Se pone en marcha un año más la investigación de campo que se lleva efectuando desde 2012 en el marco de un proyecto de investigación interinstitucional, ‘Hacia la definición de las Islas Purpurarias. Desde el taller de púrpura de Lobos 1 (Islote de Lobos, La Oliva, Fuerteventura). Trabajos arqueológicos en el islote de Lobos y su contexto territorial próximo’, bajo la dirección de Isidoro Hernández Sánchez, director del Museo Arqueológico de Fuerteventura; Mercedes del Arco Aguilar, conservadora de Arqueología del Museo Arqueológico de Tenerife; y Carmen del Arco Aguilar, catedrática de Prehistoria y profesora honoraria de la Universidad de La Laguna.

El objetivo de esta campaña se centra en intervenir en las zonas donde el pasado año se prospectó con GeoRadar y se observaron anomalías en el subsuelo, con el fin de definir su naturaleza y determinar la extensión del espacio arqueológico. Actualmente se ha trabajado en un área sobre los 500 m2, identificando un taller de púrpura romano de época tardo-republicana y alto-imperial, compuesto por seis grandes concheros especializados en la explotación de murícidos (gasterópodos marinos de los que se extrae el tinte púrpura), estructuras arquitectónicas y espacios relacionados con la vida cotidiana de los murileguli (trabajadores de la púrpura), entre ellos un gran basurero.

El registro de materiales arqueológicos comprende ánforas de almacenamiento, cerámica de cocina, mesa y otros usos, las herramientas especializadas, líticas y metálicas, para la producción de la púrpura y la explotación de otros recursos del mar, así como ajuares de diferente naturaleza.

Los trabajos de campos se financiarán en el marco de un convenio de colaboración, renovado recientemente, entre el Cabildo de Fuerteventura y el Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife, contando también con el apoyo de Binter-Canarias para el traslado interinsular del equipo.

El equipo investigador, con un perfil interdisciplinar, integra en esta ocasión a arqueólogos de las tres instituciones, paleontólogos de la Universidad de La Laguna y el OAMC, así como investigadores de las áreas de Petrología y Geoquímica y Edafología y Química Agrícola de la Universidad de La Laguna. 

La revista Spal ha publicado en estos días la última contribución de este equipo sobre el estudio de los Mortaria de Lobos.