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20 de junio de 2024

Comienza una nueva campaña de excavaciones en La Cabañeta

El yacimiento romano-republicano de El Burgo de Ebro (Zaragoza) cuenta con el foro romano más antiguo de la península ibérica hallado hasta la fecha
Vista aérea del foro de La Cabañeta en El Burgo de Ebro.JPG / AYUNTAMIENTO DE EL BURGO DE EBRO

Las excavaciones arqueológicas en el importante yacimiento romano-republicano de La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza) se retomarán el próximo mes de julio bajo la dirección del investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, Borja Díaz Ariño, y del arqueólogo Alberto Mayayo Catalán.

La campaña de 2024 continuará con las labores de excavación iniciadas en el año 2023 en la parte central del yacimiento, donde se localizaron los restos del foro más antiguo identificado en el interior de la península ibérica. Este año, el objetivo es intentar identificar los restos del templo que, verosímilmente, presidiría el complejo monumental. «La plaza forense era un espacio destinado a la celebración de aquellas ceremonias solemnes en las que participaba toda la comunidad. En consonancia con esa función, solía estar presidida por el principal templo de la ciudad. Es razonable pensar que, siguiendo las recomendaciones del arquitecto romano Vitrubio, el templo de La Cabañeta pudiera encontrarse en el pórtico meridional del foro, que es precisamente en el que se centrarán las labores de excavación durante la campaña de 2024», explica Borja Díaz.

En La Cabañeta se encuentran los restos de una importante ciudad fundada por los romanos en el último tercio del siglo II a.n.e., poco después de la derrota de los Celtíberos de Numancia, cuyo nombre antiguo se desconoce por el momento. La ciudad tuvo una vida efímera, dado que seguramente fue destruida de manera violenta durante las Guerras Sertorianas en la década de los 70 del siglo I a.n.e.

En las labores de excavación participarán alumnos matriculados en los distintos Grados y Másteres de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, además de voluntarios de Amigos de La Cabañeta.

Los trabajos sistemáticos en el yacimiento, catalogado como Bien de Interés Cultural, se iniciaron a comienzos de los 2000 gracias al empeño del arqueólogo Antonio Ferreruela Gonzalvo y del profesor de la Universidad de Valladolid José Antonio Mínguez Morales.

La villa romana de 'La Torrecilla' de Getafe será Bien de Interés Cultural

Se trata de un ejemplo de villa con un prolongado uso en el tiempo, datada desde los siglos III hasta el VII d.C.
Vista aérea de la villa romana de 'La Torrecilla', en Getafe |COMUNIDAD DE MADRID

La Comunidad de Madrid ha iniciado el expediente para la declaración de la villa romana de ‘La Torrecilla’ como Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica. Se trata de un ejemplo de villa con un prolongado uso en el tiempo, datada desde los siglos III hasta el VII d.C.

Como explica el concejal getafense de Cultura, Luis Domínguez, “es una muy buena noticia para Getafe recibir esta declaración, que nos permitirá una mejor conservación del patrimonio local y su futura protección para las próximas generaciones”.

Esta villa romana se sitúa en el ámbito del proyecto ‘Getafe Río’ que el Ayuntamiento de Getafe está desarrollando, junto al Ministerio de Transición Ecológica, para renaturalizar y recuperar los márgenes del río Manzanares a su paso por la ciudad para los vecinos y la biodiversidad autóctona.

Ubicada dentro del Parque Regional del Sureste y el barrio de Perales del Río, se trata de una hacienda rural con estancias residenciales y domésticas, a la que se asocia una necrópolis a 200 metros de la misma.

Durante la Edad Media, este entorno permaneció habitado con referencias al respecto en el s. XIII como lugar vinculado al ganado. La villa fue localizada en 1979, llevándose a cabo excavaciones arqueológicas hasta el año 1987, y posteriormente en 2016.
(Fuente: Telemadrid)

19 de junio de 2024

Inician la última campaña de excavaciones en la villa romana de Barberes, en Villajoyosa (Alicante)

El Ayuntamiento de la Vila Joiosa ha iniciado los trabajos para finalizar la excavación arqueológica del yacimiento de la villa romana en la zona de Barberes Sur. Se trata de una residencia señorial, construida a las afueras del municipium romano de Allon entre finales del siglo I a. C. y principios del siglo I d. C.

El Ayuntamiento alicantino de la Vila Joiosa ha iniciado los trabajos para finalizar la excavación arqueológica del yacimiento de la villa romana en la zona de Barberes Sur. Se trata de una residencia señorial, construida a las afueras del municipium romano de Allon entre finales del siglo I a. C. y principios del siglo I d. C.

El Servicio Municipal de Arqueología excavó parte del yacimiento, concretamente una superficie de 510 metros cuadrados, entre los años 2009 y 2012, por lo que con los trabajos que se inician ahora se intervendrá sobre los 840 metros cuadrados restantes. En este sentido, la concejal de Patrimonio Histórico, Rosa Llorca, ha anunciado que “dado el valor patrimonial e histórico de este yacimiento romano, estamos estudiando las posibilidades para poder integrar la zona arqueológica con el parque Palasiet, de manera que se pueda crear un espacio de ocio adaptado al entorno”.

Este yacimiento resulta muy complejo dada la superposición de diferentes fases de ocupación y, sobre todo, por la presencia de derrumbes de grandes paneles de pinturas murales que necesitan una documentación y restauración minuciosas. La mayoría de ellos imitan decoraciones arquitectónicas de mármoles, pero también hay escenas figurativas, como una garceta picando a un lagarto en un fondo idílico de vegetación y pájaros, cuyo mural forma parte de la exposición “Tresors de La Vila” que alberga Vilamuseu. Estas escenas bucólicas se pusieron de moda precisamente en el siglo I d. C. y las encontramos en famosas villas, ciudades y palacios del Imperio.

Junto a esta villa romana se ha hallado un tramo de la calzada que conectaba la ciudad por la costa con las actuales Benidorm y Altea, que formaban parte del término municipal de Allon. Unas décadas después, a finales del siglo I d. C., la villa sufre una gran remodelación y las estancias principales de la nueva villa se decoran con lujosas pinturas murales, coincidiendo con un momento de esplendor de la ciudad de Allon, que en estas fechas recibe la categoría de municipium a través del Edicto de Vespasiano (73-74 d. C.). El abandono de la Villa se produce en las últimas décadas del siglo III d. C., momento en el que sufren un incendio algunas de sus estancias, como también le ocurrió a la villa monumental de Torre la Cruz, junto a otro camino, el que iba a los valles de Alcoy. Este hecho podría corresponder a un episodio violento, común en yacimientos de estas fechas, y que se suele relacionar con la inestabilidad del Imperio romano por las invasiones llamadas “bárbaras” y por revueltas internas.

Esta excavación arqueológica, que se realizará durante un tiempo estimado de 7 meses, será ejecutada por la empresa Alebus Patrimonio-Histórico con la codirección del Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio Histórico y el departamento de Urbanismo municipal.
(Fuente: AlicantePlaza)

El buque "UCADIZ" culmina con éxito su primera campaña de arqueología náutica y subacuática

Los trabajos de investigación de este barco de la UCA y el CEI·Mar se han desarrollado en La Caleta y han contado con siete arqueólogos doctorandos y cuatro arqueólogos del CAS.
Investigadores a bordo del UCADIZ.

El buque oceanográfico UCADIZ ha culminado con éxito la primera campaña científica en el mar dentro de la Línea de Arqueología Náutica y Subacuática de la Universidad de Cádiz y el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·MAR). El UCADIZ ha estrenado su hoja de ruta científica tras ser acondicionado recientemente por la UCA, convirtiéndose en una infraestructura con equipamiento científico y de navegación de última generación al servicio del sistema universitario andaluz y de toda la agregación del CEI·MAR. En total, en las distintas tareas de investigación realizadas han participado once personas: siete arqueólogos doctorandos de la UCA y cuatro arqueólogas del Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía (CAS).

Se trata de una actividad novedosa en numerosos aspectos que se ha llevado a cabo en la zona de La Caleta (Cádiz). Entre las peculiaridades diferenciadoras de esta campaña se encuentra, precisamente, la circunstancia de haber sido la primera realizada en colaboración entre la UCA, el CEI·MAR y el Centro de Arqueología Subacuática de Andalucía del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (CAS –IAPH). Junto al director de la investigación, Xavier Nieto, ha participado también en estos trabajos la propia directora del CAS, Carmen García Rivera.

Esta investigación pionera sobre los yacimientos arqueológicos en la zona de La Caleta ha requerido, en primer lugar, del ajuste del equipamiento científico del buque para lograr su máxima eficacia, además de la necesaria habituación de equipo humano a la hora de trabajar con un medio técnico complejo y potente como es el UCÁDIZ. Una actividad científica que contó con un proceso de selección previo ya que, con anterioridad, se procedió a seleccionar los dos yacimientos arqueológicos más idóneos entre la docena conocidos en La Caleta para, de este modo, iniciar en el verano próximo sendos proyectos de investigación. Trabajos que servirán, al mismo tiempo, como espacio privilegiado de formación del alumnado del Máster en Arqueología Náutica y Subacuática de la UCA, único en el contexto de la universidad española y que, dentro del ámbito CEI·MAR, comienza a impartirse en este curso académico.

Dado que este máster pretende formar, mediante dos desarrollos curriculares, a especialistas en arqueología subacuática de Época Clásica y de Época Medieval y Moderna, el UCADIZ ha inspeccionado y seleccionado en estos días un barco romano (muy probablemente del siglo I d.C. con un cargamento de ánforas Dressel 20, que es uno de los envases típicos para la exportación de aceite de la Bética), así como otro pecio, que presenta una serie de cañones y una arquitectura naval conservada y que puede pertenecer a los siglos XVII o XVIII.

Uno de los proyectos previstos desde UCA y CEIMAR acaba de ser concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España en su convocatoria 2016 de proyectos I+D del Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia, dirigido por el doctor Xavier Nieto Prieto y denominado El contexto arqueológico subacuático de La Caleta y su entorno (Cádiz): puertos y pecios vertebradores de una ciudad y de un territorio. Financiado con 56.000 euros, se desarrollará en los próximos dos años en el ámbito de la Bahía de Cádiz.

Así, este avance previo al desarrollo de los dos proyectos de investigación acometidos en esta primera campaña científica del UCADIZ ha alcanzado los objetivos previstos. Esto permitirá que en el verano próximo se puedan retomar con garantías unos proyectos de larga duración y ejecución a largo plazo que servirán para determinar el valor de los yacimientos arqueológicos subacuáticos conocidos en la zona de La Caleta e incidir en el extraordinario patrimonio sumergido en las costas gaditanas y andaluzas.

18 de junio de 2024

Descubren en Sevilla el vino más antiguo del mundo: un blanco con más de 2.000 años de ‘maduración’

Los análisis químicos confirman que el líquido hallado en el interior de una urna funeraria en Carmona es un vino de época romana, la muestra más antigua identificada hasta la fecha
La urna funeraria con el líquido en su interior, que ha resultado ser un vino de 2.000 años. FOTO: Juan Manuel Román, Ayuntamiento de Carmona

Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) ha identificado el vino más antiguo encontrado hasta la fecha en el interior de una urna funeraria de 2.000 años de antigüedad. El recipiente se encontraba en el mismo mausoleo romano descubierto en 2019 en la localidad sevillana de Carmona en el que ya se había localizado un frasco de perfume perfectamente sellado. Otra de las urnas cerradas herméticamente contenía cuatro litros de un líquido rojizo que, tras el análisis químico, ha sido identificado como vino y supera en antigüedad a la famosa botella de Espira, un recipiente desenterrado de una tumba romana en Alemania del siglo IV d.C.

“Fue muy sorprendente, porque cuando encontramos las urnas durante una excavación dábamos por hecho que contenían huesos y ajuar; nunca nos imaginamos que dentro pudiera haber líquido”, asegura Juan Manuel Román, arqueólogo municipal del Ayuntamiento de Carmona que descubrió la tumba y lideró la excavación. Fue al abrir la urna en el laboratorio cuando se quedaron atónitos. “El líquido tenía un color rojizo y estaba como burbujeando, quizá por el movimiento del traslado”, recuerda. Sumergidos en el interior de la urna estaban los huesos incinerados de un hombre de alrededor de 45 años, junto a otros elementos como un anillo de oro y varias piezas de hueso trabajado.

Tras asegurarse de que el líquido no podía proceder de la condensación y que no se habían producido filtraciones en la urna, los científicos procedieron a su análisis químico. En un trabajo publicado en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, el equipo del Departamento de Química Orgánica de la UCO, liderado por el catedrático José Rafael Ruiz Arrebola, detalla los resultados de una serie de pruebas para estudiar su composición, diferenciar los compuestos que podían estar relacionados con el vidrio de la urna o con los huesos del difunto y compararlo con vinos actuales de Montilla-Moriles, Jerez o Sanlúcar.

“Lo que nos dio la certeza de que se trataba de un vino fueron los polifenoles”, comenta Ruiz Arrebola a elDiario.es. “Lo que vemos son las moléculas características del vino, sin lugar a dudas, de hecho los hemos comparado con vinos de la zona y están presentes los mismos compuestos”. Por otro lado, la ausencia de antocianinas, los polifenoles que se encuentran en la piel de la uva cuando se dejan en maceración al producir vino tinto, les lleva a pensar que se trataba de un vino blanco.

“Certeza absoluta no la podremos tener jamás, pero tengo cierta confianza en que era un vino blanco, porque en el análisis químico no aparece el ácido siríngico que viene de la descomposición de la antocianina más abundante y aparece en los tintos”, subraya el especialista.

Una práctica desconocida
Uno de los aspectos que desconcierta a los científicos es el hecho de que los restos funerarios aparezcan sumergidos de vino, algo de lo que no hay constancia en otros lugares ni en los documentos escritos de la época. Recientemente se encontró una urna del mismo tipo en Pompeya rellena de líquido, pero aún no se ha analizado su contenido ni se conoce si es un caso similar. “Este es un aspecto del ritual funerario del que no había constancia”, explica Juan Manuel Román. “Será difícil encontrar algo parecido, porque tiene que tener unas condiciones muy particulares para que un líquido se conserve 2.000 años, hay que recordar que del frasco de perfume que encontramos en la urna que estaba junto a esta solo nos habían quedado los posos”.

Este mausoleo circular acogió a una familia de alto poder adquisitivo, estaba situada junto a la importante vía que comunicaba Carmo (la actual Carmona) con Hispalis (Sevilla), y señalizada con una torre de la que ya no quedan restos. Los arqueólogos subrayan que esto hace más improbable que pasara desapercibida por los saqueadores, pero por algún motivo permaneció sin abrir hasta 2019. El mausoleo acogía seis urnas funerarias con los restos de tres hombres y tres mujeres que vivieron en el siglo I d.C., además de vasijas, platos de vidrio y cerámica de gran valor que formaban parte de un ajuar. Conocemos el nombre de dos de ellos, Hispana y Senicio, pero no el de los ocupantes de las dos urnas más lujosas, situadas en el lado derecho de la tumba, la que contenía el perfume (de una mujer) y la del recién descubierto vino (de un hombre).

Los investigadores, que no saben si ambos fueron familia porque la incineración no ha dejado muestras de ADN, creen que esta diferencia de tratamiento puede deberse a una cuestión de género. Las mujeres en la antigua Roma tuvieron durante mucho tiempo prohibido probar el vino, que estaba reservado para los hombres. Los restos de la mujer tenían tres joyas de ámbar, un frasco de perfume con aroma a pachulí y fragmentos de telas cuyos primeros análisis parecen indicar que se trataría de seda. Como curiosidad, además del vino, los restos del hombre estaban acompañados por un anillo de oro que se añadió tras la cremación con la figura de Jano bifronte —una divinidad asociada al tránsito de la muerte—, y restos de huesos trabajados que han resultado ser las patas de una cama, seguramente junto con la que se quemó su cuerpo.

Una bebida para la liturgia
María José Motilva, investigadora del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV-CSIC), que no ha participado en el artículo, cree que se trata de un “hallazgo excepcional” y que los resultados del análisis de polifenoles sugieren que el líquido rojizo contenido en el ánfora podría tratarse de un vino con una lógica degradación por el paso del tiempo. “La composición en sales minerales del líquido es bastante similar a la de los vinos finos que se producen actualmente en la antigua región bética”, destaca. En cuanto al pH de 7,5, muy superior al de los vinos finos que se elaboran hoy día, cree que se debe a “una degradación lógica que se relaciona con el bajo contenido de materia orgánica del vino que fue en su día”.

José Miguel Martínez Zapater, director del ICVV-CSIC, también cree que se trata de un trabajo muy relevante que aporta mucha información sobre cómo vivieron sociedades anteriores a las nuestras y cómo valoraban el vino. “El vino era una bebida casi para comunicarse con los dioses, estaba muy relacionado con la religión”, asegura. “Estaba destinada a determinados grupos sociales y lo que le daba valor es que solo se producía una vez al año, a diferencia de otras bebidas como la cerveza, que estaban más disponibles”.

Zapater y su equipo trabajan en la identificación de restos arqueológicos de la vid, a partir de semillas en yacimientos con los que tratan de identificar qué variedades se cultivaban, por lo que si apareciera alguna semilla en el fondo de esta urna, señala, sería especialmente interesante para ellos. “Me atrevería a afirmar que las variedades de uva no han cambiado tanto, pero no hay mucha información en el trabajo”, asegura. Lo que tiene claro es que el vino que se bebía hace 2.000 años era muy diferente del actual. “Sospecho que era un vino que se oxidaba rápidamente y tenía problemas de conservación; eso se sabe de muchos vinos de la antigüedad, es algo que ahora evitamos con la tecnología”.

¿A qué sabrá este vino después de 2.000 años? Ruiz Arrebola confiesa que él y su equipo han fantaseado alguna vez con la posibilidad de tomarse un chupito para celebrar el descubrimiento. “No creo que sea peligroso, pero me da un poco de asco, en particular porque estaba en contacto con los restos de un romano muerto”, bromea.

Para Juan Manuel Román, el arqueólogo que descubrió esta tumba romana llena de tesoros, el vino es una muestra más del poder de aquella familia, capaz de adquirir productos que viajaban desde las más lejanas partes del mundo. “Hasta Carmona llegaba el ámbar del Báltico, el pachulí de Pakistán, el vidrio de Alejandría y ahora sabemos que quizá hasta seda desde el lejano oriente”, resume. “El vino es un añadido más a este espectacular hallazgo que nos brinda información de primera sobre cómo se vivía (y se moría) en el mundo romano”.

Descubren en Navarra un altar votivo del siglo I d.C. dedicado a una divinidad vascona

 El altar, documentado en un monasterio medieval de la localidad navarra de Larunbe, recoge una dedicatoria en latín de una mujer, Valeria Vitella, a la deidad vascona Larrahe. El catedrático de Filología Latina y decano de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidad del País Vasc, Javier Velaza, forma parte del grupo de investigadores que descubrió esta pieza en 2022.

Un equipo multidisciplinar coordinado por arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y con la participación de investigadores de la Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco, la Universitat de Barcelona, la Universidad de Burgos y la Université de Pau et des Pays de l’Adour descubrió en agosto del 2022 un ara o altar votivo de época romana, datada en el siglo I d.C. Esta pieza es excepcional debido a su inscripción y la posición donde fue recuperada, ya que recoge una dedicatoria en latín de una mujer, Valeria Vitella, a la deidad vascona Larrahe.

La Sociedad de Ciencias Aranzadi coordina desde el 2010 y en auzolan a un equipo de arqueología junto a más de 50 voluntarios y voluntarias de Larunbe para excavar y consolidar los restos del monasterio medieval de Doneztebe (siglo XI), ubicado en la cima del monte Arriaundi (942m).

Un monasterio medieval sobre restos de época romana
Arriaundi constituye un importante yacimiento arqueológico, puesto que permite conocer la evolución de un enclave cultural con diversas fases que van desde la época romana, pasando por la Antigüedad Tardía y siguiendo prácticamente durante toda la Edad Media hasta la Edad Moderna. De hecho, las características de su emplazamiento, un promontorio fácilmente defendible e inexpugnable por su vertiente sureste y con un control visual de una de las principales vías de acceso a la cuenca de Pamplona, lo convirtieron en un lugar atractivo y de carácter religioso en diferentes épocas.

Fue en el contexto de las políticas del reino de Pamplona cuando, a finales del siglo XI, se ordenó la construcción de un monasterio dedicado a San Esteban (Doneztebe) que define el espacio central del yacimiento. Gracias a las labores de voluntariado de vecinas y vecinos de Larunbe y la coordinación arqueológica de Aranzadi se descubrieron y consolidaron los restos de este monasterio, cuyo emplazamiento era desconocido hasta la fecha, y que conserva su planta original de tres ábsides semicirculares.

Pero una sorpresa aguardaba debajo de la tierra. Una pieza arqueológica 1000 años más antigua que la construcción del monasterio emergió en verano del 2022 en plena campaña arqueológica: un ara o altar votivo del siglo I d.C, escrito en latín y dedicado a una divinidad vascona. Esta pieza no se ha localizado en su ubicación original: es un altar diseñado para estar de pie, ser contemplado y ser legible. Sin embargo, se ha encontrado depositada en el fondo del pozo medieval adscrito al monasterio, con la inscripción oirentada hacia abajo. Se desconoce si fue arrojada o depositada de forma intencionada en este lugar.

Si bien en el yacimiento de Arriaundi se han podido documentar aisladamente materiales arqueológicos de época romana tales como fragmentos cerámicos, tachuelas de sandalias y monedas, el descubrimiento del ara aporta avances significativos sobre las creencias de los vascones, el área de culto a la deidad Larrahe y el sincretismo entre el mundo romano y el vascón.

El ara de Larunbe, una ofrenda de agradecimiento de Valeria a Larrahe
En Hispania la mayor parte de los textos sobre aras están escritos en latín y llevan el nombre de la divinidad a la que va dedicada y, por lo general, también el nombre de la persona que hace la dedicatoria.

Los altares o aras romanas suelen estar realizados de piedra. En la parte central tienen el cuerpo, donde se escribe la dedicatoria. La base y la parte superior suelen sobresalir del cuerpo, y en la superior suelen tener una corona con un pequeño orificio denominado focus. En este focus se realizaban los sacrificios, es decir, se vertía vino o se quemaba algún tipo de incienso en su interior a modo de ofrenda.

En el caso del ara de Larunbe, se representa el cumplimiento de un voto puesto por una mujer, Valeria Vitella, a una divinidad vascona de nombre Larrahe.

El nombre de este dios o diosa indígena solamente se atestigua en otras tres aras procedentes del territorio vascón, localizadas en la cuenca del Arga y de su afluente el río Salado: Muruzabal de Andión (Mendigorria, antigua Andelo), Irujo y Riezu. La de Larunbe es excepcional ya que es la pieza que más al norte ha aparecido y a más altitud, y la única recuperada en contexto de intervención arqueológica. Esto amplia el ámbito de influencia hasta ahora conocido para esta divinidad.

Se trata por tanto de una deidad evidentemente vascona, ya que tiene una parte final, escrita -he que podemos interpretar probablemente como la forma del dativo vascónico, es decir, que marca a quién está dedicada: a la deidad Larra. El nombre vascónico, con su vinculación al euskara actual, nos lleva a una interpretarla como una deidad relacionada con el campo o el territorio de labranza.

Importancia del hallazgo para la lengua vascónica
El ara de Larunbe amplía más al norte la dimensión territorial de los testimonios escritos de la divinidad y del idioma vascónico. El lugar donde aparece está en los límites de lo que podría ser el territorio patrimonial vascón y sus vecinos probablemente várdulos. El testimonio del ara nos delimita un poco más este territorio y nos señala esta zona de culto a la divinidad vascona a finales del siglo I d.C. Es un testimonio más que ayuda a profundizar sobre los orígenes y evolución del vascónico y del euskera.

Acto de presentación del ara de Larunbe
El ara votiva se ha presentado en un acto institucional en la iglesia de San Vicente de Larunbe y ha contado con la participación de Unai Hualde, presidente del Parlamento de Navarra; Ana Ollo, vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra; Floria Pistono, alcaldesa de Iza; Jokin Otamendi, presidente de Aranzadi; Juantxo Agirre Mauleon, Secretario General de Aranzadi y arqueólogo director del yacimiento de Larunbe; y Javier Velaza, Catedrático de Epigrafía Latina de la Universitat de Barcelona.

En el acto se han presentado dos monografías sobre el ara de Larunbe y el yacimiento de Arriaundi, un reportaje documental sobre el hallazgo y un mural dedicado a Larrahe realizado en Larunbe por el muralista Iker Uribe.

Mediante este acto, Aranzadi inaugura así la temporada de excavaciones arqueológicas en Navarra, que se alargará hasta mediados de septiembre. En este contexto, y relacionado con otra pieza esencial de la epigrafía de los vascones como lo es la Mano de Irulegi, Aranzadi ofrece visitas guiadas al yacimiento de Irulegi para toda la ciudadanía interesada en conocer este poblado en el corazón de la tierra de los vascones.
(Fuente: Aranzadi)

17 de junio de 2024

Un equipo internacional estudia los mosaicos romanos expuestos en el Museo de Jaén

Un equipo de investigadores portugueses y belgas visita el Museo de Jaén para colaborar en el proyecto ‘GeoChemMos’, sobre el análisis de los mosaicos romanos, que lidera el Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA
Trabajos de análisis de mosaicos romanos, en el Museo de Jaén.

Un equipo internacional de investigadores portugueses y belgas se ha desplazado hasta el Museo de Jaén para colaborar en la campaña que se desarrolla del 12 al 19 de junio de análisis químicos de los mosaicos romanos actualmente expuestos en el mismo, en el marco del proyecto ‘Análisis geoquímicos para la investigación y puesta en valor de los mosaicos romanos del Valle del Alto Guadalquivir (GeoChem-Mos)’, que lidera el Instituto Universitario de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén.

En concreto, se trata de investigadores expertos en el análisis arqueométrico del patrimonio arqueológico procedentes del Laboratorio Hércules de la Universidad de Évora (Portugal) y del Departamento de Arqueología de la Universidad de Gante (Bélgica). Ambas instituciones forman parte de este proyecto de investigación, que está financiado por la Junta de Andalucía en el marco del Plan Andaluz de Investigación en la modalidad de Proyectos de investigación orientados a los retos de la sociedad, con una duración de tres años (2023-2025) y una financiación de 109.040 euros.

El trabajo, actualmente en ejecución, se centra en el análisis de la composición química de un conjunto de teselas de diferentes materiales y colores pertenecientes a cada uno de los 6 mosaicos expuestos en el Museo de Jaén y datados entre los siglos II y V d.C. La técnica de análisis empleada, dado que no se disponen de teselas sueltas y no puede alterarse la integridad física de los mosaicos, es la fluorescencia de rayos X aplicada utilizando equipos portátiles. Los resultados obtenidos se unirán a los ya conseguidos por el proyecto relacionados con el análisis de imágenes de alta resolución, y con el análisis mineralógico por medio de espectroscopía Raman. Además de los mosaicos del Museo de Jaén, el proyecto incorpora otros mosaicos procedentes de los sitios arqueológico de Cástulo (Linares), El Altillo (Rus) y el Cerrillo del Cuco (Vilches).

“Esta colaboración internacional y el carácter interdisciplinar de la investigación están permitiendo una aproximación más precisa y científica a un patrimonio arqueológico de gran presencia y significado histórico para Jaén y el Alto Guadalquivir”, indica Alberto Sánchez Vizcaíno, investigador responsable del proyecto. Asimismo, explica que las materias primas empleadas en la fabricación de las teselas, tanto las rocas (calizas, areniscas, cuarzo, piedra ferruginosas) como el vidrio (sódico-cálcico o de plomo) están empezando a ser identificadas y clasificadas con objeto de aportar no sólo información sobre su origen y el proceso de fabricación de los mosaicos, sino también sobre su estado de conservación y, sobre todo, “como medio de elaborar nuevas propuestas de puesta en valor de un patrimonio arqueológico de gran relevancia cultural y turística”.

14 de junio de 2024

Apuesta para seguir 'desenterrando' el pasado siderúrgico de León

La Junta de Castilla y León destina 400.000 euros para la intervención arqueológica en el complejo industrial de los pioneros e históricos altos hornos de La Ferrería de San Blas, en Sabero. Esta intervención busca documentar los restos industriales del proceso desarrollado en este espacio completo, su cronología, secuencia constructiva, conexión con los edificios aledaños y funcionalidad de cada espacio en el proceso productivo de Sabero.
Museo de la Siderurgia y de la Minería en la antigua Ferrería de San Blas en Sabero. Peio García / ICAL

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha aprobado la contratación del servicio de documentación e intervención arqueológica en el complejo industrial de los pioneros e históricos altos hornos de la Ferrería de San Blas, en la localidad leonesa de Sabero. Gracias a estos trabajos, que contarán con una inversión de 400.000 euros, se podrán plantear en un futuro estrategias de conservación y difusión del conjunto y estudiar la viabilidad de su incorporación a la visita del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León.

Esta intervención busca documentar los restos industriales del proceso desarrollado en este espacio completo, su cronología, secuencia constructiva, conexión con los edificios aledaños y funcionalidad de cada espacio en el proceso productivo de Sabero.

En concreto, el objeto de este servicio es la completa documentación arqueológica de los restos correspondientes a las estructuras de los altos hornos y espacios anejos que conectan con el resto de las edificaciones de la Ferrería de San Blas.

En el año 2020 se excavó parcialmente el horno 2 del complejo de los Hornos Altos. El objetivo ahora es analizar el conjunto extenso de este espacio, aplicando las técnicas de estudio histórico y arqueológico necesarias, que permitan el conocimiento máximo del complejo industrial, su articulación y distribución funcional en el tiempo. Este estudio previo podrá sentar las bases de futuros debates en estrategias de conservación, recuperación y difusión.

La consecución de este objetivo permitirá poder plantear en un futuro estrategias de conservación y difusión del conjunto y estudiar la viabilidad de su incorporación a la visita del Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, en la misma localidad de Sabero, de cara a completar el conocimiento y ampliar contenidos sobre esta parte del proceso de producción.

La Ferrería de San Blas es un bien representativo del patrimonio industrial de la Comunidad, que pretende fomentar el estudio de los sitios, métodos y maquinaria utilizados en el proceso industrial, especialmente durante y tras la Revolución Industrial, así como de los hábitos de comportamiento social derivados de dicho fenómeno. Fue un proyecto industrial pionero en España, los primeros Hornos Altos del país que funcionaron con carbón de cok y tecnología moderna.
(Fuente: IleónIleón)