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13 de noviembre de 2024

El ADN hallado en la necrópolis de Noheda podría desvelar el árbol genealógico de los vecinos de la zona

El arqueólogo Miguel Ángel Valero, responsable del yacimiento de Noheda, ha desvelado que van a iniciar un estudio para intentar, a través de restos de ADN de cuerpos hallados en la villa, sacar la recomposición filogenética de los orígenes de los vecinos de la Alcarria y la Serranía
Valero muestra el pie de una escultura de bronce hallado en las excavaciones.

El arqueólogo Miguel Ángel Valero, responsable del yacimiento de Noheda, ha presentado los nuevos descubrimientos en la villa romana de Noheda, entre ellos se encuentran un pie de una escultura de bronce, un collar de vidrio con materiales de Egipto y 29 tipos de mármol distintos llegados de muchos puntos del Mediterráneo. También ha desvelado que van a iniciar un estudio para intentar, a través de restos de ADN de cuerpos hallados en la villa, sacar la recomposición filogenética de los orígenes de los vecinos de la Alcarria y la Serranía.

La filogenética se basa en la comparación de genes equivalentes procedentes de diferentes especies para crear el árbol genealógico de esas especies y poder determinar cuál es el nivel de parentesco que hay entre ellas.

Valero ha desvelado los primeros resultados de las investigaciones arqueológicas del yacimiento de Noheda (Cuenca), promovidas por la Universidad de Castilla-La Mancha con financiación de la Consejería de Cultura, que han arrojado una catarata de hallazgos en forma de monedas, materiales constructivos, esculturas e incluso restos humanos.

La villa mide diez hectáreas, el equivalente a diez campos de fútbol y en estos momentos la excavación está trabajando en una zona de 4,75. Allí se ha hecho estudio interpretativo del georadar que, según ha explicado Valero, ha permitido identificar varios elementos que ayudan a comprender cómo era este lugar en el siglo IV.

Cápsula del tiempo
Valero ha subrayado que Noheda es «una cápsula del tiempo» que está aportando información valiosa de toda la parte occidental del Imperio Romano. Ahora mismo se está haciendo un estudio de cuánto costó la villa «y se nos están yendo los números», ha confesado Valero.

Se han ubicado las canteras que se usaron en su construcción y se están analizando los morteros que dan información sobre la composición morfológica de los arcos.

Los nuevos hallazgos confirman que en Noheda se encontraba el conjunto escultórico más grande de toda Hispania, con 576 fragmentos identificados. Entre los últimos hay un collar de pasta de vidrio procedente de Egipto y una pieza que ha podido documentar «que el polvo de mármol era uno de los más caros y la gente vendía las esculturas para venderlas».

Gracias a la excavación se ha documentado cómo era el zócalo de placas de mármol, un material que confirma el altísimo poder adquisitivo del dueño de la villa.

«Este hombre, a finales del siglo III y principios del IV en un Mediterráneo atestado de piratas, no solo tiene contactos para comprarlo y el permiso del emperador para adquirirlo».

Dentro del balneum, de casi mil metros cuadrados, se está haciendo un estudio de la decoración, en la que hay formas antropomorfas y 29 tipos de mármol.

Unas monedas que acotan el principio y el final del balneum
Resultado de las excavaciones también se ha encontrado la cloaca de las dos piscinas con las que contaba el complejo, una cubierta y otra sin cubrir, pero ambas con calefacción.

Valero ha explicado que estas cloacas se encuentran en buen estado de conservación y allí se han hallado seis monedas, con las que por primera vez se ha podido acotar el momento inicial y final de un balneum, «que fue reutilizado posteriormente en el siglo V y VI como lugar de hábitat y de enterramiento puntual».

Finalmente, en el salón cruciforme, del que apenas se ha excavado un 10% de sus 960 metros cuadrados, el más grande documentado de todo el imperio, ha aportado también mucha información. Su estratigrafía está casi intacta y está permitiendo identificar los procesos constructivos. Por ejemplo, se han identificado huellas de pie romano, con sus zapatillas con tachuelas.

En la zona donde se produjo el colapso del edificio se ha encontrado también un pie de bronce, procedente de la segunda escultura de este material que aparece en esta provincia. Valero ha recordado que el material también era reutilizado, por eso es tan raro que se pueda encontrar.

El Museo de Cuenca va a incluir esta pieza en un proyecto de analítica de esculturas del Ministerio de Cultura. Finalmente, se ha encontrado una pequeña necrópolis, con cuatro tumbas y nueve individuos.

Análisis del ADN
«Gracias al proyecto de investigación estamos haciendo una analítica de cuál era la vida de esta gente», ha explicado.

Así, estos restos están permitiendo investigar desde enfermedades pulmonares a parásitos, «porque tras la descomposición, debajo de las costillas podemos saber qué comieron, qué enfermedades tenían y estamos viendo la línea filogenética de cada uno de ellos y ver su procedencia».

Por ello, ha adelantado a los vecinos de la Alcarria y la Sierra con apellidos tradicionales como Arribas o Ballesteros que quizás sus orígenes están en Noheda «y nos han dado un proyecto de investigación que nos ayudará a poner un poco de luz en ellos».
Gestión conjunta de Segóbriga, Noheda y Ercávica

El vicepresidente primero del Gobierno regional, José Luis Martínez Guijarro, que ha asistido a esta presentación, ha subrayado que hay que aprovechar todos estos hallazgos desde el punto de vista turístico.

Desde que es visitable han pasado por Noheda 74.000 personas y el conjunto de los yacimientos, desde que se tienen controlados los tickets, asciende a 260.000.

Martínez Guijarro ha recordado que hay un acuerdo con la Diputación de Cuenca para la gestión de Segóbriga que se va a ampliar a Noheda y Ercávica a partir del 1 de enero.

Además, van a buscar un operador especializado para, a través de una gestión público- privada, sacarle el mayor partido a estos yacimientos, una idea que tienen también en mente para la gestión de espacios naturales.

Por su parte, el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Amador Pastor, ha subrayado que esta es una muestra de que «los cuatro millones de euros que se han invertido en la investigación arqueológica están dando resultado y «sirven para poner el valor el rico patrimonio de nuestros yacimientos».
(Fuente: EnCLM)

5 de agosto de 2024

La nueva excavación de Caraca se centrará en la necrópolis visigoda

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.
La necrópolis visigoda data del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento.

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.

Así lo han indicado a Europa Press tanto fuentes del equipo investigador que dirige esta excavación como la jefa del Servicio de Cultura de la Delegación de la Junta en Guadalajara, Teresa Sagardoy, quien ha recordado que este espacio arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año y está compuesto de varios yacimientos.

En cuanto a la necrópolis visigoda, afirma que, según los datos recogidos hasta el momento, data "más o menos" del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento. Está compuesta por tumbas, algunas de las cuales son "simples fosas" tapadas con una laja de yeso, que es la piedra natural de los cerros de Driebes.

Otras son lo que se conocen como 'cistas', tumbas con varias lajas haciendo el hueco de la fosa y que también están tapadas con varias losas de este tipo de piedra típica de la localidad guadalajareña, prosigue Sagardoy.

"Son tumbas de inhumación y no se ha encontrado ajuar de momento, pero en alguna tumba esperamos que se encuentre algún objeto", ha apuntado, para agregar que lo que sí que se ha encontrado son restos de los ataúdes o sudarios, es decir, de los elementos con los que se depositaba al muerto.

Ha puesto el acento en que en esta necrópolis visigoda se ha hallado parte del cementerio infantil con pequeñas tumbas de niños, a veces neonatos, a los que se les tenía separados en otra zona del cementerio; "en lo que se llama un limbo, porque no estaban bautizados todavía. Se les reservaba un espacio diferente que es curioso de visitar", ha agregado.

Parte de esta necrópolis está musealizada y cuenta ya con carteles para hacerla visitable y comprensible por los visitantes aunque es un trabajo que se acaba de iniciar e irá ampliándose a distintos espacios, pese a que desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que en las últimas semanas la cartelería y la señalización han sido vandalizadas y habrá de ser repuesta.

Ocupación desde la Edad del Bronce
En el Cerro de la Virgen de la Muela hay ocupación desde la Edad del Bronce que se conoce como un 'oppidum' carpetano correspondiente a las poblaciones indígenas de antes de los romanos. Lo más conocido es la ciudad romana de Caraca, a la que se unen otros puntos donde se han localizado restos arqueológicos, una villa romana, un monumento funerario o zonas más de carácter militar en las inmediaciones de la ciudad.

Sagardoy ha resaltado que la ciudad romana de Caraca es la única que se ha hallado en la provincia de Guadalajara, que tuvo su esplendor en el siglo I o el II d.C --en época Flavia-- y estaba a mitad de camino entre Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga --en la provincia de Cuenca--, en la vía Spartaria que unía Cartagonova con Complutum.

Desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que la ciudad estaría en la provincia romana de la Tarraconense y que se cree que hacía su labor "seguramente" como paso por la vía en el Tajo, hecho que hizo que Sertorio (I a.C.) la conquistara por la fuerza.

Un hallazgo que ha destacado la jefa de Cultura de la Junta en Guadalajara relacionado con la ciudad es el del acueducto que se ha encontrado a tres kilómetros así como el manantial que daba origen al mismo. "Está realizado en 'Opus caementicium', una obra de ingeniería romana habitual, y que traía el agua desde ese manantial a la ciudad", ha añadido.

A ello ha unido que se han localizado varias piscinas limarias, que son piscinas de decantación, que depuraban el agua y a la vez impedían que tuviera mucha velocidad por el canal y deteriorara el mismo.

Las campañas arqueológicas
Hasta el momento se han llevado a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela siete campañas arqueológicas y este mes de agosto se llevará a cabo la octava. Además de las múltiples visitas para hacer prospecciones, vuelos de dron o el uso de un georradar.

Así, en 2016 se hicieron las primeras prospecciones y se usó el georradar para confirmar la existencia del yacimiento y ya en el 2017 tuvo lugar la primera campaña de excavación, cuyos directores han sido desde el inicio Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea.

Para Sagardoy, se trata de un equipo de investigadores "muy dinámico" que, con pocos medios, la ayuda de las administraciones y "mucho empeño" han estado haciendo pequeñas campañas de unos 15 días.

Esta excavación se desarrollará gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

En su conjunto, la responsable de Cultura de la Junta en Guadalajara ha resaltado que en estas campañas se ha podido delimitar todo el mapa de la ciudad romana --compuesto por 27 manzanas--, se ha localizado el Cardo, el Decumano, el Foro y las Termas; pese a lo cual ha señalado que queda "muchísimo trabajo" por hacer y apenas se ha iniciado la investigación sobre todos estos yacimientos.

Jornada de Puertas Abiertas
De otro lado, el Ayuntamiento ha informado de que este verano se volverá a realizar la Jornada de puertas abiertas en el yacimiento el jueves 22 de agosto que constará de visitas guiadas al mismo a las 10.30 y 19.00 horas, siendo el acceso a la actividad libre y gratuito.

El 'Proyecto de excavación de la necrópolis de época visigoda de Caraca (Driebes, Guadalajara) y de los niveles carpetanos en esa misma área' está dirigido por los ya citados Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) a los que se unen Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago David Domínguez Solera (Heroica arqueología).

El equipo interdisciplinar de investigación contará este año con la colaboración de un amplio número de expertos que analizarán el yacimiento desde distintas ópticas, incluyendo a Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano) y María Luisa Cerdeño Serrano.

También participarán Daniel Cordero Bordejé, María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es y UFV), Ana Fernández Jiménez y Paula Carmona Quiroga (Instituto Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior) y Álvaro Sánchez Climent.

19 de mayo de 2023

El mito clásico de Belerofonte, uno de los descubrimientos más importantes en la arqueología salmantina

La Villa Romana de Saelices el Chico, del siglo III, se descubre casualmente al realizarse los cimientos de una casa en la calle del Palomar
Mosaicos de decoración geométrica. Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación

El territorio de frontera está lleno de restos arqueológicos y huellas de un pasado que, en alguna ocasión como es el caso del yacimiento de Siega Verde-Valle del Côa, se remonta a 20.000 años atrás. Pero más cerca en la historia, concretamente en la época de la dominación romana, la Lusitania fue uno de los territorios más importantes del Imperio romano en Hispania. Y, de esa época, procede uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la geografía salmantina. Concretamente la Villa Romana de Saelices que procede, según los arqueólogos de los siglos I a III de nuestra era.

La casualidad es parte esencial en la arqueología, porque así fue como se descubre la Villa Romana, al realizarse las excavaciones para construir los cimientos de una vivienda en la calle del Palomar, en el denominado barrio de El Polvorín, en la margen derecha del Arroyo Grande, en Saelices el Chico, dentro de la comarca de Ciudad Rodrigo y, como tal, territorio de frontera. Con las obras de cimentación aparecieron restos constructivos de una vivienda, como fueron dos basas de columas de piedra arenisca.

Pero no será hasta 1995 cuando se inician los trabajos de excavación arqueológica ya bajo un proyecto. Es que, tal como se adujo en aquellos inicios, los hallazgos demostraron la importancia de esta villa, que contenía un pavimento musivo de decoración geométrica y, además, una estructura semicircular con banco corrido muy singular. Así, fue declarado por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica en 1997. Concluyendo con ellos la primera fase de excavación.

Aparece el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera
En 2005 es cuando se realizan los trabajos más importantes de la excavación arqueológica, dentro de la segunda fase. En los mismos se descubre la totalidad del mosaico en el que se representa el mito clásico de Belerofonte matando a la Quimera. Dando origen a unos de los mosaicos romanos más interesantes en Castilla y León y, de paso, poniendo en valor la importancia de este yacimiento. Ya que, tres años después, en otra excavación queda al descubierto construcciones de una ocupación seguida desde la época romana, posiblemente el siglo I, hasta la baja edad media.

La Quimera, hija de Tifón y de Equidna, era un monstruo de tres cabezas que asolaba las tierras de Asia Menor. Su cuerpo era el de un león al igual que su cabeza principal. Del lomo le salía una segunda cabeza de cabra o macho cabrío y finalmente la cola era una larga serpiente. De sus tres bocas lanzaba fuego con el que mataba todo lo que se le ponía por delante, asolando los fértiles campos y devorando personas y animales. En las tres cabezas de este pavimento musivo se ve perfectamente como el monstruo expulsa fuego por las bocas en un afán de defenderse.

Así, el yacimiento presenta dos áreas bien diferenciadas, según las anotaciones de los arqueólogos, una primera urbana con la vivienda y el espacio lúdico que contiene un ninfeo sobre un área termal de una villa anterior. Y, en segundo lugar, una zona considerada rústica cercana la superficie de recreo.

Con todos los trabajos de excavación analizados, la Villa Romana de Saelices el Chico presenta tres etapas de ocupación. Una primera, que corresponde a una villa de la época del Alto Imperio (siglos I y II). Una segunda villa romana tardía (siglos III a V). Y, en tercer lugar, también se vislumbra una vivienda bajomedieval, que, según los estudiosos, podría considerarse el antecedente del actual núcleo urbano, situado a la margen izquierda del Arroyo Grande, ya que la Villa Roma se ubica en la margen derecha, donde se expanden los restos en un área de 4.800 metros cuadrados, de los que 600 m2 han sido ya exhumados y estudiados.

Mosaicos de decoración geométrica
Uno de los elementos más importantes que aún permanece en buen estado de conservación es un gran mosaico con decoración geométrica ubicado en el pasillo residencial de esta villa, fechado en el siglo IV. En el estudio se recoge que "un mosaico similar se encuentra en la villa de La Olmeda de la provincia de Palencia".

En el trabajo de investigación de 1995 se recoge que todo el complejo romano está delimitado con muros de esa época y dentro de él se alternan un total de seis estructuras semicirculares en buen estado de conservación, que se corresponden con estanques, piscinas y zonas de recreo.

Conchi Martín, la arqueóloga encargada de las prospecciones, asegura que "hemos descubierto una zona rústica, y esto es de lo más importante, porque no se han encontrado prácticamente zonas de este tipo en ninguna villa excavada en la región". Esta parte de la villa se caracteriza por ser la localización en la que se ubicaron los establos y las casas de los esclavos y los campesinos. Otro de los aspectos que hace suponer que se trata de una villa bastante importante es el hecho de que se han descubierto tres zonas bien distintas que formarían parte de la misma. "Por un lado está la parte residencial, que es propiamente el lugar donde vivían los romanos", argumenta Conchi, "pero por otra parte, descubrimos la zona lúdica, que es donde se ha hallado el ninfeo, un área con jardines y fuentes".

Los últimos hallazgos confirman la existencia de un hipocausto, es decir, el sistema de calefacción que utilizaban en las habitaciones o las termas, lo que hace suponer, según la arqueóloga, "que nos encontramos ante unas termas que están bajo la zona lúdica, y es el hipocausto el que nos da pie a pensar que son termas porque utilizarían este sistema para calentar el agua de los baños". Los primeros datos sitúan esta villa entre los siglos I y II, pero será el descubrimiento de la necrópolis el que aporte muchos más datos. "Pienso que la necrópolis puede estar como mucho a un kilómetro en dirección al municipio de Castillejo. Cuando la encontremos nos servirá para obtener información cronológica". Además, según afirma la arqueóloga, "normalmente aparecen piezas del ajuar, lo que también nos dará muchas pistas".

La segunda fase de excavaciones ha puesto al descubierto un nuevo mosaico que forma parte del pasillo y que, según Conchi Martín, "es como un rompecabezas, un conjunto de dameros intercalados con un motivo, pero creo que el maestro mosaista lo hizo de tal manera para que no solo llamara la atención, sino para que además tuviera una serie de connotaciones". Una vez que concluyan estas excavaciones, habrá que decidir si la villa se vuelve a soterrar. Francisco Bernal, alcalde de Saelices, explica que "estamos trabajando en una serie de proyectos para conseguir la financiación necesaria para que la villa quede abierta al público".

Restos difíciles de calibrar
Los restos musivos de Saelices son difíciles de calibrar, tanto estilística como cronológicamente, dado el estado fragmentario y la parcialidad de la documentación fotográfica, así como por la falta de contexto arqueológico (hallazgos cerámicos, numismáticos...). Aún así, podemos aventurar con cierta seguridad unas fechas tardías. El interés del muro pictórico de Saelices se centra en que es el único hallazgo de pintura mural romana conservado in situ en la provincia de Salamanca.

GAIUS SERGIUS AURATA (Cayo Sergio Orata)
Nacido, posiblemente, en Campania (140 a.C-91 a.C), fue un ingeniero romano, que según Vitrubio, inventó el hipocaustum. Este sistema de calefacción ya lo utilizaban los griegos, pero los romanos lo perfeccionaron y lo difundieron. Se utilizaba, tanto para las viviendas de las clases más adineradas como para las termas públicas o los baños privados.

En un horno situado fuera del edificio, se quemaba la leña que, posteriormente, y a través de una serie de galerías construidas con pilas de ladrillos debajo de los suelos, se difundiría el aire caliente.

En la Villa Romana de Saelices el Chico, han encontrado este sistema de calefacción bajo algunas habitaciones de los baños.

Las puertas y ventanas de las viviendas romanas, también tenían cristales. Los romanos utilizaban el vidrio para la realización de vajillas, por ejemplo, pero, para cubrir las ventanas y las puertas de las inclemencias del tiempo, utilizaban algo que era mucho más transparente, dejando pasar la luz. Era el lapis specularis. Un mineral de yeso que se presenta en láminas muy transparentes. Los romanos lo utilizaron, sobre todo, entre los siglos I y II d. C.

En Hispania, la ciudad romana de Segóbriga, basaba su economía en la obtención de este mineral. En la Villa Romana de Saelices el Chico han encontrado fragmentos de vidrio, pero de momento no hemos hallado lapis.

1 de febrero de 2023

Diputación de Cuenca aprueba el convenio para la gestión de Segóbriga

El convenio está dotado con 250.000 euros anuales durante los próximos cuatro años
Vista aérea del Parque Arqueológico de Segóbriga.

El pleno de la Diputación provincial de Cuenca ha aprobado, por unanimidad, el convenio entre la institución provincial y la Junta para la explotación de actividades de difusión y ocio del Parque Arqueológico de Segóbriga, en Saelices (Cuenca).

Este acuerdo renueva el que se llevó a cabo en el año 2013 y recoge una duración de cuatro años con la opción de otros cuatro prorrogables, además de una inversión económica por parte de la Diputación de Cuenca de 250.000 euros al año, según ha informado la institución provincial en una nota de prensa tras la celebración del pleno.Una de las novedades es la eliminación del establecimiento de una entrada mínima al parque de 5 euros, y, a partir de ahora, la institución provincial podrá decidir esta cuestión.

El presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, ha señalado que esto supone una mayor “libertad de actuación”, fruto del "diálogo sincero" mantenido con el Gobierno regional para sacar adelante este convenio.Martínez Chana también ha destacado la celebración de los programas "Segóbriga Victrix" y "Actuamos en Patrimonio" donde el teatro de la ciudad romana ha sido uno de los principales escenarios.

30 de noviembre de 2022

El yacimiento de Alarcos ya cuenta con un proyecto de realidad virtual y aumentada

Este proyecto de digitalización se une a los ya iniciados en Carranque y Segóbriga y, antes de que finalice este año, también estarán en marcha en los parques arqueológicos de Recópolis, Libisosa y El Tolmo de Minateda.

El Gobierno regional ha llegado a un acuerdo con la empresa propietaria de la finca ‘Villadiego’ para la cesión de los terrenos donde está ubicada la nueva necrópolis que fue hallada en el parque arqueológico de Alarcos. Así lo ha anunciado hoy la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz, que ha estado acompañada de la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, y el concejal de Cultura y Educación, Nacho Sánchez, durante la presentación del proyecto de virtualización y digitalización de este parque que comienza a funcionar hoy.

A esta presentación también han asistido, entre otros, el vicepresidente de la Diputación de Ciudad Real, David Triguero; el alcalde de Poblete, Luis Alberto Lara; y de la empresa que está llevando a cabo estos proyectos ‘Ibercover’, Manuel Horischnik.

Muñoz, que ha detallado que en esta necrópolis está previsto invertir 150.000 euros para su musealización y puesta en valor, ha calificado la misma “de un hallazgo excepcional que aporta un nuevo punto de vista al mundo íbero, sobre todo al de los rituales funerarios”.

Esta necrópolis, ha detallado la viceconsejera, “fue hallada tras los movimientos de tierras que se llevaron a cabo para poner en marcha un proyecto de instalación de riego por goteo en el que se localizaron enterramientos en fosas de incineración. Tras los correspondientes trabajos y sondeos arqueológicos se concluyó que los restos pertenecen a época ibérica”. El hallazgo de este espacio de enterramientos supone la tercera área cementerial de la Edad del Hierro en el Parque Arqueológico de Alarcos.

Muñoz ha recordado que “se ha podido excavar casi un 50 por ciento de la necrópolis pudiendo comprobar que esta área fue utilizada como lugar de enterramiento en dos momentos diferentes entre los siglos V y I a.C.”. La entidad de los restos conservados y su importancia para la protohistoria del área ibérica de Castilla-La Mancha ha generado la necesidad de plantear esta cesión de los terrenos a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para la preservación de los restos, su investigación sistemática y su puesta en valor para la exposición al público.

Realidad virtual y aumentada
Por otra parte, la viceconsejera ha explicado que este proyecto de digitalización se une a los ya iniciados en Carranque y Segóbriga y, antes de que finalice este año, también estarán en marcha en los parques arqueológicos de Recópolis, Libisosa y El Tolmo de Minateda. Posteriormente, se llevará a cabo en el nuevo parque de El Cerro de las Cabezas.

Para la viceconsejera, además de poner en valor el patrimonio de la región y de darlo a conocer fuera y dentro de Castilla-La Mancha, estas nuevas herramientas “ofrecen una imagen innovadora de nuestros parques arqueológicos y sirven de reclamo turístico”.

Se han desarrollado dos apps, una de realidad virtual y otra de realidad aumentada y cada parque arqueológico contará con las suyas específicas. Estas experiencias están disponibles en español e inglés y también adaptadas para personas que padecen una pérdida auditiva en mayor o menor grado.

El proyecto contempla e incluye el modelado 3D para cada uno de los parques arqueológicos, las gafas de realidad virtual necesarias y otros dispositivos (25 gafas para cada parque, 150 en total), instalación y puesta en funcionamiento de los sistemas y formación al personal de los parques.

Para la elaboración de contenidos se ha realizado un estudio detallado de cada uno de los parques, supervisado por las direcciones científicas y por el servicio de Patrimonio y Arqueología de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes.

A través de la realidad virtual y la realidad aumentada los visitantes, de forma divertida, podrán viajar en el tiempo y sumergirse en experiencias totalmente inmersivas, didácticas y sorprendentes, de 360 grados, para conocer cómo eran estos parques.

La viceconsejera ha anunciado que “se podrá ver una maqueta 3D de todo el parque, animada y locutada, a la que nos podremos acercar para apreciar sus detalles; pero también podremos recorrer de forma virtual, inmersiva y realista, sus calles y edificios, a tamaño real, para poder explorarlo como si viajáramos en el tiempo”.

23 de septiembre de 2019

Sale a la luz el acueducto romano de Caraca

El nuevo elemento descubierto en el yacimiento de Driebes (Guadalajara) era capaz de suministrar 114.000 litros de agua al día y es muy similar al de la ciudad romana de Segóbriga
Excavación del acueducto en la ciudad romana de Driebes. FOTO: MATÍAS NIETO
Hay mucho de imaginación en la arqueología: uno desentierra el tramo de un acueducto en medio de un secarral y, si sabe, puede reconstruir los tiempos pretéritos en los que esa zanja llevaba litros y litros de agua que daban de beber a las miles de gentes que habitaban a pocos kilómetros de ese punto, en una ciudad que hubo de ser próspera, pero que hoy yace enterrada bajo polvo y tierra. Todo esto es imaginación, claro, pero imaginación científica: esa que levanta imperios sobre materia rota y registros escritos… Hay que tener mucho de eso, suponemos, para pasarse el ecuador de agosto limpiando y catalogando restos romanos bajo el sol de Driebes (Guadalajara), en jornadas que empiezan a las siete de la mañana y terminan a la una y media de la tarde, justo antes, pero no mucho, de que uno termine derretido. Algo así debe de ser la vocación.

«Agosto no es el mejor momento para esto, pero la mayoría de excavaciones las hacen profesores de universidad, y es cuando ellos tienen vacaciones y cuando hacen las convocatorias de subvenciones de la junta de comunidades», explica Javier Fernández, codirector del proyecto que está rescatando la antigua ciudad romana de Caraca. Junto a su equipo sacó a la luz el acueducto del lugar entre los días 12 y 23 del pasado mes de agosto y confirmó su pálpito: se utilizaba para el consumo humano, por lo que la urbe no era solo un lugar de paso, una «mansio», sino una ciudad de estatus municipal y unos 1.800 habitantes, según sus cuentas. Era, también, el nudo de comunicación entre Segóbriga y Complutum (actual Alcalá de Henares) y formaba parte de la vía espartaria, que llegaba hasta Cartago Nova.

A simple vista, no parece mucho más que un pequeño canal de piedra 0 en el suelo. Pero los ojos del arqueólogo ven una obra de ingeniería compleja, capaz de superar la difícil orografía del lugar para suministrar 114.000 litros al día a Caraca. «Es un acueducto de albañilería, hecho con el cemento armado de los romanos, mezclando cal, arena y piedra. Es un reto técnico bestial, porque tienen que mantener una inclinación constante a lo largo de tres kilómetros. Creemos que lo hicieron los mismos que el de Segóbriga, porque es prácticamente idéntico», apunta Fernández. ¿Y cuánto tardaron? «No lo sabemos, pero no mucho, porque era una necesidad primaria. Y hay que tener en cuenta que los romanos montaban un campamento para cuatro mil personas en unas horas...».

En algunos tramos del acueducto hay pequeñas piscinas donde solo cubre el tobillo. Son la clave del descubrimiento. «Son piscinas limarias, que ralentizan la velocidad del agua y la filtran para que salga limpia. Por ellas sabemos que era apta para el consumo de los ciudadanos», continúa. El agua la «robaban» del manantial Lucos, un topónimo probablemente derivado de «lucus», que significa «bosque sagrado». Aunque hoy, sobre este terreno árido y seco, cuesta adivinar el bosque y lo sagrado es otro tema… Quizás fuera muy diferente en la época de los Flavios, allá por el año 69 de nuestra era, que es cuando se supone que se construyó este invento.

Un trabajo de años
Este es el último hallazgo de un trabajo de años, que va rescatando poco a poco un pedazo de nuestro pasado remoto, romano. Ya en el siglo XVI se hablaba de la ubicación de Caraca, conocida, entre otras cosas, por los testimonios de Plutarco, que maldecía a los «bárbaros» del lugar por esconderse en sus cuevas y dificultar su conquista. Había gente, incluso, que pensaba que era Guadalajara. Pero no era así. «El gran salto científico es que antes de 2016 no se tenía claro dónde estaba. Ahora ya no hay ninguna duda de que estaba aquí, en Driebes. También hemos encontrado estructuras muy importantes, como un mercado o un foro», asevera.

Este equipo de arqueólogos ha preparado el acueducto para que sea visitable, pues está prevista la creación de una ruta senderista que pase por estos restos romanos, y que se llamará «Entre agua y esparto». Pero no es el último paso, ni mucho menos, porque este paisaje esconde mucha Historia. «En Caraca todo está por excavar. Ya hemos visto restos de estructuras muy importantes con el georradar. Y en el extrarradio habrá más estructuras, como las termas públicas. Es una labor de generaciones... Yo me moriré y mis hijos no lo verán terminado», sentencia Fernández. Eso, claro, también es vocación.

13 de agosto de 2018

Varios monumentos funerarios descubiertos en las excavaciones de Segóbriga

Desde que se iniciaran las excavaciones en 2016, han salido a la luz cinco hallazgos de este tipo
Excavaciones arqueológicas en Segóbriga (Cuenca).
A punto de concluir los trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de Segóbriga han sido localizados dos nuevos mausoleos de cronología altoimperial al pie de la arteria principal de comunicación de la ciudad con el puerto de Carthago Nova.

Así, la continuidad de los trabajos arqueológicos en la necrópolis septentrional de Segóbriga ha revelado la existencia de grandes monumentos funerarios erigidos por iniciativa privada, que encontraron en modelos foráneos, del ámbito itálico, los referentes arquitectónicos e iconográficos. Sus paralelos más cercanos se encuentran en necrópolis de ciudades itálicas, tales como Aquileia, Sarsina, Porta Nocera, en Pompeya, Porto, en Ostia, o la propia Via Appia de Roma.

Este proyecto de investigación está dirigido por la doctora Rosario Cebrián desde la Universidad Complutense de Madrid, formando parte también el arqueólogo Ignacio Hortelano y el catedrático de Arqueología Clásica de la Universidad de Trier, doctor Markus Trunk, que está llevando a cabo el estudio de la decoración arquitectónica y escultórica de los monumentos funerarios.

Durante tres semanas, una quincena de alumnos de Historia y Arqueología de distintas universidad españolas y también de la alemana de Trier han participado en las excavaciones dentro de un programa de prácticas de Arqueología, que desde el año 2013 se lleva a cabo en Segóbriga, con la finalidad de que adquieran las habilidades necesarias para el ejercicio futuro de su profesión.

Durante el período de excavaciones, la Diputación Provincial de Cuenca, encargada de la gestión del Parque Arqueológico de Segóbriga, ha desarrollado, de forma paralela, visitas guiadas comentadas por los arqueólogos dentro de las actividades de divulgación y ocio programadas para este verano. Bajo el título ‘Segóbriga investiga su pasado’, esta iniciativa ha permitido acercar el trabajo arqueológico a los numerosos visitantes que, durante la época estival, recorren y participan en la variada y amplia programación que ofrece el Parque.

(Fuente: El Diario.es)

27 de abril de 2018

Las excavaciones en Driebes avalan la identificación de la ciudad romana de Caraca

Los directores de los trabajos de excavación, Emilio Gamo y Javier Fernández, han expuesto los resultados de la primera campaña de excavación llevada a cabo en la zona.
En 2016 se iniciaron las investigaciones sobre Caraca en la localidad de Driebes
Los primeros trabajos confirman la existencia en la zona de un núcleo urbano de los siglos I al II después de Cristo. Las catas efectuadas han permitido documentar la presencia de un foro y se ha registrado la existencia de columnas y un edifico público en dos platas superpuestas, según han detallado hoy los directores de la excavación. Asimismo, los arqueólogos han informado de que también se ha excavado un segmento del “decumano”, una de las principales vías de cualquier urbe romana.

Fue en el año 2016 cuando se iniciaron las tareas de investigación sobre Caraca en el propio terreno, junto a la Universidad Complutense de Madrid y con la financiación también del Gobierno regional, que destinó 3.572 euros al proyecto. Esa primera fase consistió en una prospección arqueológica y geotécnica mediante la técnica de georadar, de cuyos resultados se dedujo que los restos del cerro de la Muela correspondían a la primera ciudad de época romana localizada en Guadalajara. Situada en el ecuador de una de las principales vías de la época, la vía Complutum, que enlazaba la ciudad de Alcalá de Henares con Cartagena y a tan solo 40 kilómetros del yacimiento de Segóbriga (Cuenca), Caraca tuvo el estatus de municipio y alcanzó una población cercana a los 2.000 habitantes. Se calcula que el perímetro de la ciudad, que se cree pudo estar amurallada, alcanza las 8 hectáreas.

Este proyecto de investigación efectuó una evaluación mediante excavación arqueológica de la importancia del enclave con el objeto de mejorar su comprensión y facilitar su protección como conjunto patrimonial. La presente intervención registró la estratigrafía de la ciudad y permitió conocer las diferentes fases cronológicas del desarrollo urbanístico del enclave.

Las excavaciones arqueológicas en el Foro han permitido documentar un pórtico en su parte meridional y en su parte oriental un edificio de dos alturas, cuyo piso inferior estaba destinado a una taberna y su piso superior a juzgar por los restos constructivos tuvo probablemente una función pública.

Sobre la ubicación de esta ciudad ha habido un intenso debate científico. Durante los trabajos de construcción del canal de Estremera en 1945, en el cerro de la Muela se recuperó el Tesoro de Driebes, que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional, compuesto por piezas que alcanzan los 14 kilos de plata y que ya anunciaban lo que se podía encontrar en ese lugar. Posteriores prospecciones realizadas durante la década de los años 80 sobre el mismo terreno fortalecieron la hipótesis de que ese yacimiento podría ser Caraca.

Esta conferencia ha sido la segunda de dicho ciclo, ya que en marzo se celebró una sobre “Luces y Sombras de un yacimiento en la Serranía Alcarreña: Valdeherreros-La Azafuera (Riba de Saelices); el próximo 24 de mayo se pronunciará otra sobre “El cerro del castillo de Trillo. Control del territorio desde la ribera del Tajo” y el 21 de junio el tema de la conferencia será “El poblado prerromano de Olmeda de Cobeta: del símbolo al control del territorio”.

El ciclo se prolongará durante el otoño y así el 25 de octubre está previsto que la ponencia gire en torno a “Nuevos descubrimientos de la segontia medieval. La excavación en la iglesia de Santiago de Sigüenza”. El 15 de noviembre la cita versará sobre “Los orígenes del arte paleolítico en el centro de la Meseta castellana: La Cueva del reno (Valdesotos)” y el ciclo concluirá el 13 de diciembre, con una conferencia sobre “Descubriendo Arriaca: realidad y ficción”.

Importancia del yacimiento arqueológico de Driebes en el aspecto cultural, histórico, patrimonial y turístico

El delegado de la Junta en Guadalajara, Alberto Rojo, ha asistido a la conferencia y ha manifestado su interés en que estos trabajos permitan avanzar en la investigación por la importancia que ello tiene para la provincia “desde el punto de vista cultural, histórico, patrimonial y también de impulso para el turismo y la economía de la zona, como ya se ha demostrado con el interés que han suscitado las primeras investigaciones”.

La conferencia, en la que también han participado el director provincial de Educación, Cultura y Deportes, Faustino Lozano, y el alcalde de Driebes, Pedro Rincón, además de todo el equipo investigador del yacimiento, ha permitido conocer los resultados de esas primeras excavaciones que se llevaron a cabo el pasado año en el yacimiento de Caraca financiadas por el Gobierno regional, que destinó a los trabajos 15.973 euros, a través de la orden de subvenciones para la realización de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico de Castilla-La Mancha.

Además de este proyecto, el Gobierno regional financió a través de esa orden siete más en la provincia de Guadalajara, con una subvención total próxima a los 94.000 euros. En el conjunto de la región, el montante destinado a investigaciones arqueológicas y paleontológicas rozó el medio millón de euros, algo que desde el equipo investigador de Driebes han calificado como “envidiable”.

El 8 de enero de este año, el Gobierno regional publicó una nueva orden de subvenciones destinadas al patrimonio arqueológico y paleontológico, cuya convocatoria está previsto que se resuelva en el mes de mayo.

A través de la subvención del Gobierno regional, se efectuaron excavaciones en la zona a lo largo de dos meses, para posteriormente llevar a cabo el trabajo de redacción de informes tras el estudio y análisis de los hallazgos y limpieza de los restos encontrados.

(Fuente: Guadaque.com)

7 de agosto de 2017

La excavación en el yacimiento de Driebes descubrirá el foro de la ciudad romana de Caraca

Los trabajos arqueológicos, cuya primera fase acaba el 16 de agosto, se centran en recuperar dos espacios clave: la plaza pública y una de las vías principales. Los restos encontrados hasta ahora acreditan la existencia de la primera ciudad romana localizada en Guadalajara entre el siglo X a.C. y el siglo II d.C. Emilio Gamo, director de las excavaciones: “la campaña arqueológica está confirmando el hallazgo que detectó en febrero el georradar
Las excavaciones en el yacimiento de Driebes las dirige el equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández. También participa un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. FOTO: RAQUEL GAMO
“Caraca fue la primera ciudad romana con rango jurídico en la provincia de Guadalajara”. Así lo confirma Emilio Gamo, codirector del ‘Proyecto Driebes’, a eldiarioclm.es, después de que las excavaciones arqueológicas que actualmente se desarrollan al sur de la localidad de Driebes, en la comarca de la Alcarria Baja, hayan podido confirmar la existencia de este asentamiento de época romana, tal como apuntaba la investigación llevada a cabo mediante la técnica del georradar.

Caraca data del primer milenio antes de nuestra era. Y no es la única constatación fehaciente. Los trabajos a pie de campo, que se iniciaron a mediados de julio, han revelado los restos del pórtico y la cabecera del foro, una prueba que cumple con una de las mayores expectativas de esta investigación. “Nos encontrarnos ante la ciudad romana más primitiva de la provincia de Guadalajara”, admite el arqueólogo. De hecho, la existencia de un foro, centro de la vida social en el Imperio romano, es precisamente el criterio por el que se otorgaba el estatus de ciudad a una población.

El paisaje bajo el que yace Caraca es mesetario, casi lunar. Se trata del Cerro de la Virgen de la Muela, al sur del municipio de Driebes. Es un paraje a 600 metros de altitud, abierto, vasto, rodeado de barrancos esteparios, casi desérticos por la pobre vegetación de matorral. Este alto en el que también se emplazan los restos de la Ermita Nueva contrasta con la deliciosa imagen de la fértil vega, regada por el río Tajo que puede otearse en el horizonte. Una paleta de diversidad y cromatismo que tanto caracteriza a Guadalajara.

Pasear por esta loma es como reencontrase con la historia antigua y experimentar la sensación de caminar encima de unas termas o un mercado de época romana. La ubicación de la que fue la antigua Caraca hace que el viajero pueda toparse con todo tipo de vestigios. Por ejemplo, valiosas cerámicas, piedras de granito u otros objetos que formaban parte de la vida cotidiana de nuestros antecesores.

UNA CIUDAD MEDIANA
Caraca, según los especialistas que trabajan en su emplazamiento, debió de ser una ciudad mediana en su tiempo con una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes. Otra relevante infraestructura que refuerza la hipótesis de que ésta se trataba de una urbe administrativa es el acueducto de tres kilómetros que abastecía a los pobladores desde el manantial de Lucus o ‘bosque sagrado’ en latín y que, gracias a la arqueología, se ha recuperado parcialmente.

El punto geográfico escogido por los romanos para construir Caraca no fue casual, como nada que tenga que ver con esta avanzada civilización que sentó las bases de la ingeniería civil hace 2000 años. Al contrario, el Cerro de La Muela, que es donde asienta, estuvo considerado, según puntualiza Emilio Gamo, una zona “estratégica” de la meseta sur desde donde la población dominaba el Tajo por el norte y controlaba diversos arroyos y vegas circundantes. Esta situación privilegiada permitió a los romanos, por un lado, defenderse de las invasiones enemigas y, por otro, abastecerse de abundante agua para sostener su próspera economía basada en la explotación del ‘lapis specularis’-mineral usado en el Imperio Romano para construir ventanas- y en la fabricación de esparto, una planta empleada antiguamente para la minería y la cordelería de los barcos.

De ahí que los romanos decidieran asentarse en Caraca, ciudad ubicada en la vía ‘Complutum-Carthago Nova’- principal centro portuario de la época-, a medio camino entre Alcalá de Henares (Complutum) y Segóbriga, otro yacimiento cercano en la provincia de Cuenca. “Probablemente la ciudad se abandonó en el siglo II después de Cristo por el fin de las actividades mineras que se llevaban aquí a cabo”, explica Gamo al hablar sobre el ocaso de Caraca.


"GRAN DESCUBRIMIENTO"
El yacimiento del cerro de la Virgen de la Muela está ubicado sobre un amplio cerro amesetado situado en la orilla derecha del Tajo, cuando traza un amplio meandro, y está delimitado por barrancos con un curso de agua irregular. Se sitúa una altitud de 610 metros y la extensión del yacimiento de época imperial es de al menos 8 hectáreas.

A nivel geológico, la zona a estudio está compuesta de gravas, arenas y limos del cuaternario Superior. Se trata de un área, por tanto, óptima para el asentamiento antrópico. Esta visión queda reforzada por la situación estratégica del enclave, dominando el Tajo desde el norte, el arroyo del Barranco al este, el arroyo Salobre al oeste y una fértil vega a sus pies, al sureste.

Juan Manuel Abascal, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Alicante, sostiene que Caraca “es, sin duda, el gran descubrimiento arqueológico de los últimos años en Castilla-La Mancha”. Especialmente, por la luz que arroja acerca “del trazado de las principales vías romanas a su paso por la actual provincia de Guadalajara”.

EQUIPO TÉCNICO
La campaña arqueológica en el yacimiento de Driebes está siendo ejecutada por un equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández, y un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. Además, un grupo de nueve peones naturales de Driebes, contratados mediante el Plan de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha, se encarga de excavar con pico y pala cada mañana durante seis horas en las tres catas que se han abierto en el yacimiento: dos en las que, según apuntan los estudios previos, se situaría el foro; y otra que pertenecería al ‘decumano’ o calle principal del enclave que se cruzaba perpendicularmente con el cardo, la otra gran vía del plano urbano que discurría de norte a sur de la ciudad.

El objetivo esencial del trabajo de campo que se llevará a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela hasta el próximo 16 de agosto es verificar los resultados del ‘georradar’ tridimensional que durante la fase previa de prospección arqueológica del terreno arrojaron “la presencia de una planta urbanística plenamente establecida en las dos calles principales de una ciudad romana, el foro, unas posibles termas y un posible ‘macellum’ o mercado”.

POBLADO CARPETANO ANTERIOR
En noviembre de 2016, el grupo de arqueólogos desarrolló una prospección arqueológica sobre 1,3 hectáreas del Cerro de la Virgen de la Muela a través de la tecnología del georradar con la que se determinó que estas ruinas correspondían probablemente a una población con su foro, sus termas y su acueducto, entre otros edificios. Se trataba de una ciudad romana reconstruida sobre un poblado carpetano existente anteriormente.

Tras varios meses, las expectativas depositadas por los arqueólogos en la información aportada por la técnica se van cumpliendo punto por punto. “De momento las excavaciones están confirmando lo que habíamos visto en las prospecciones”, reconoce Gamo. De este modo, la información que ofrezcan los restos hallados servirá para “analizar cómo se produjo el proceso de romanización en la provincia de Guadalajara y en Castilla-La Mancha”, mediante la evolución histórica de Caraca desde el primer mileno a.C. hasta el Siglo II d.C.

VISITA GUIADA
La primera visita guiada que el grupo de arqueólogos organizó al yacimiento el pasado jueves despertó una gran expectación. Contó con la participación de cerca de un centenar de visitantes de Driebes y otras localidades que, a pesar del incesante calor que caía sobre el cerro, no faltaron a la cita con Caraca. Esa misma tarde tuvo lugar otra visita por la tarde y, además, hay programadas otras dos: el día 10, organizada por la Asociación de los Amigos del Museo de Guadalajara y, al día siguiente, otra de la Asociación de Mujeres de Brea del Tajo.

Durante el recorrido por Caraca, Emilio Gamo describió con todo lujo de detalles los avances que se han alcanzado en apenas 20 días de trabajo. Y, aunque aún no hay nada asegurado y los especialistas recomiendan conceder tiempo y prudencia a las investigaciones, lo cierto es que los trabajos realizados hasta la fecha permiten alumbrar la esperanza sobre la confirmación de los hallazgos detectados por el georradar. En primer lugar, el arqueólogo se detuvo en las inmediaciones de la Ermita Nueva de Driebes, sobre la que aún perviven varias leyendas a su alrededor y desde donde puso en situación a los escuchantes sobre el contexto de la investigación.

PÓRTICO DEL FORO
En la primera cata que los técnicos han abierto en el yacimiento arqueológico, los trabajos se enfocan a encontrar una zona característica del foro: el pórtico. Según Gamo, “la presencia de un espacio diáfano, rodeado al sur por una columnata a modo de pórtico y al norte por dos habitáculos de grandes dimensiones al sur de la actual ermita hace pensar que podría tratarse de un foro”, es decir, el área pública y administrativa del núcleo.

En una segunda excavación, situada a escasos metros de la anterior, la investigación se propone “documentar una parte del ‘decumano’ cercana a su conexión con el cardo máximo”. Aquí se puede observar un rebaje de la calzada empedrada para la conducción de las aguas residuales, que ratifica la hipótesis del georradar de que en esta ciudad romana hubo un sofisticado sistema de alcantarillado. También es visible un muro que pudo pertenecer a una villa e incluso restos de una viga de madera que formaría parte de la sujeción de la citada casa.

Y, finalmente, en la tercera cata podría ubicarse un complejo de instituciones públicas, civiles o religiosas aún por determinar. “Hemos hallado todo lo que esperábamos y a partir de este momento pueden venir las sorpresas. Queremos llegar al nivel ocupacional de las catas y en este punto que alberga la cabecera del foro podríamos encontrar el Templo Imperial, la Curia o la Tesorería”, asegura Javier Fernández Ortea, codirector del ‘Proyecto Driebes’.


APOYO DE LA JUNTA
La ruta arqueológica culminó a la entrada de la antigua ciudad romana, una pronunciada pendiente desde donde se contempla idéntico paraje árido y desmochado. En medio de este entorno se conserva la vía que daba acceso al municipio, la conocida como Vía Espartaria, que se prolonga hasta llegar al río Tajo y sobre el que los romanos debieron construir un puente, hoy desaparecido. Caraca debió contar con una extensión de entre 8 y 12 hectáreas.

Entre los asistentes a la visita se encontraba Faustino Lozano, director provincial de Cultura, quien reiteró el compromiso del Gobierno regional con la continuación de las excavaciones arqueológicas “interesantes” que se están ejecutando en la provincia de Guadalajara. “Sigue habiendo mucha expectativa, pero hay que seguir con prudencia los trabajos cuya continuidad dependen de las subvenciones públicas que convoca anualmente la Junta. Es una pena que a veces algunos yacimientos se queden sin ayudas, porque Guadalajara es muy rica en estos recursos”, admitió.

FINANCIACIÓN DEL PROYECTO
La financiación de las excavaciones en el enclave de Caraca ha corrido a cargo de la Junta de Castilla-La Mancha, que ha aportado 16.000 euros; además de las aportaciones del Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo Provincial de Guadalajara. Mediante un canal de ‘crowdfunding’, destinado a incrementar los fondos para la investigación, se recaudaron 11.000 euros en solo tres meses, lo que da una idea del fervor que este hallazgo ha causado entre la población de Driebes y su entorno.
Pueblo ilusionado

“La gente de Driebes es sencilla y tiene una gran humanidad, un corazón muy grande. Somos especiales”. Así califica el alcalde, Pedro Rincón a sus conciudadanos. Y es que Driebes vive con enorme entusiasmo el hallazgo de la ciudad romana de Caraca, a escasos 6 kilómetros de este municipio de la Alcarria Baja, rayano con la Comunidad de Madrid.

Con un censo municipal de alrededor de 300 habitantes, la materialización de este hito arqueológico actuaría como foco cultural y turístico para atraer viajeros a toda la comarca. “De momento ya hemos ganado mucho. Recibimos la visita de gente de toda España y del extranjero, que pasan por el pueblo, preguntan, compran algo y eso da más vida al pueblo”, asegura el primer edil a eldiarioclm.es. En cuanto a los planes que imagina para Caraca, el regidor reconoce que “todos tenemos un sueño: que haya un centro de interpretación, un pequeño museo… pero todo esto depende de los resultados que vayamos obteniendo y de las ayudas”.

La entrega de los driebanos al proyecto para desenterrar a su ciudad romana del olvido encuentra un claro ejemplo en la solidaridad de los hermanos Ángel y Pedro Zorita, propietarios durante décadas de los terrenos bajo los que se asientan los vestigios de Caraca.

Ambos se los compraron a una monja de Driebes en 1979 y, según cuenta, siempre sospecharon que “ahí debajo” había algo extraordinario. “Vaya campos más malos que hemos hecho, no salen más que piedras”, le decía Ángel a su hermano. Casi 40 años después, el mayor de los hermanos Zorita, de 82 años, cree que el proyecto “tiene buena pinta”. Los dos han colaborado con la causa cediendo sus dominios agrícolas. La participación de su hijo y su nieto en las excavaciones demuestra la ligazón que existe entre el pueblo de Driebes y Caraca, convertida desde este año en un insólito aliciente en la oferta cultural y turística de Guadalajara en el futuro.

31 de julio de 2017

La ciudad perdida de Caraca resurge del olvido en Driebes (Guadalajara)

Desde el pasado 17 de julio los arqueólogos sacan a la luz estructuras de esta urbe romana, nudo importante de comunicaciones en la vía de Complutum a Segóbriga camino a Cartago Nova
El georadar desveló las estructuras urbanas de la ciudad romana que antes fue un oppidum carpetano. 
Desde el cerro de la Virgen de la Muela no se divisa ni un pueblo, ni una casa aislada, nada. Driebes, la localidad más cercana, se encuentra a unos seis kilómetros de carretil de piedras, polvo y matojos. En este paraje olvidado de Guadalajara hoy solo quedan en pie las ruinas de la antigua ermita que da nombre al lugar, en medio de un extenso campo de cereal recién cosechado. En otro tiempo, sin embargo, aquí se levantaba la ciudad de Caraca, una importante urbe de la Hispania romana a la que acudían las gentes del entorno para ir al mercado, al foro o al templo. La empinada cuesta que baja hasta el Tajo era entonces un transitado tramo de la calzada romana que conducía a Cartago Nova (Cartagena).

«Donde ahora pisamos debía de estar el foro», indica el arqueólogo Emilio Gamo, mientras muestra el plano con los resultados del georradar y drones que sirvieron en febrero para anunciar el descubrimiento de esta ciudad perdida que citaron Plutarco o Ptolomeo, equidistante de Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga (Saelices, Cuenca), según el Anónimo de Rávena.

Se la había situado anteriormente en lugares como Almoguera o Tarancón, pero el hallazgo en 1945 de un tesorillo de plata de unos 14 kilos durante la construcción del canal de Estremera hizo sospechar de la existencia de un yacimiento en Driebes. Los profesores Jorge Sánchez-Lafuente y Juan Manuel Abascal defendieron en los años 80 que se trataba de la ciudad romana de Caraca, pero hasta ahora nunca se había excavado en este lugar.

El georradar reveló que ante la ermita se extendía antiguamente un espacio diáfano, rodeado por una columnata a modo de pórtico. De ratificarse la existencia allí de un foro, como estos datos sugieren, se habrá dado con la primera ciudad romana de la que se tiene constancia en la provincia de Guadalajara.

Las excavaciones que se están llevando a cabo desde el 17 de julio vienen a confirmar el diagnóstico al que llegaron los arqueólogos. «Empezamos a constatar estructuras y una serie de materiales que ratifican los resultados que dio el georradar en la campaña precedente», subraya Javier Fernández Ortea, coodirector del proyecto junto con Gamo.

En las dos catas abiertas, ya se aprecian con claridad algunos muros de antiguas edificaciones públicas romanas, aunque aún es pronto para poder identificarlas como parte del foro y para datar la época en que éste fue erigido, un dato clave para saber cuándo esta población fue promocionada jurídicamente como ciudad romana.

Hay una tercera cata señalada, en el cruce del cardo y el decumano, las dos coordenadas que vertebraban toda urbe romana. Allí el georradar indica que podría conservarse un empedrado con un sistema de alcantarillado. Si es así, servirá para verificar hasta qué nivel de desarrollo llegó Caraca.

Con estas primeras intervenciones quirúrgicas, el equipo interdisciplinar que dirigen Gamo Pazos y Fernández Ortea pretende registrar la estratigrafía de la ciudad y conocer así la evolución histórica de este lugar que se cree que estuvo habitado desde comienzos del primer milenio antes de Cristo y fue un «oppidum», un asentamiento carpetano antes de la romanización.


UNA CIUDAD DE 1.800 HABITANTES
La ciudad, de unas 8 hectáreas en el perímetro que creen que pudo estar amurallado y otras cuatro de zona anexa, se abastecía de agua a través de un acueducto de tres kilómetros del que quedan unos 130 metros, según han podido comprobar los arqueólogos en las proximidades del cerro de la Virgen de la Muela. Calculan que llevaba 1,3 litros por segundo, lo que les lleva a pensar en una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes.

Bajo el sol de justicia que cae sobre el yacimiento, Javier Fernández comenta que en época romana el clima era más húmedo y había más vegetación. «Posiblemente era un lugar más habitable y había más densidad de población en esta zona hace 2.000 años que ahora», dice.

La ciudad contó con templos, que estarían ubicados bajo la actual ermita derruida, con posibles termas y con un macellum (mercado) donde acudían los campesinos y artesanos de los alrededores para comprar y vender. «Debió de ser una ciudad como Valeria o Ercávica», apunta Gamo haciendo referencia a dos yacimientos romanos de Cuenca.

El arqueólogo de la UNED explica que por su posición estratégica sobre la vera del Tajo y la presencia de atochas en la zona, creen que se dedicaba a la explotación del esparto, tan apreciado en la época por su uso para confeccionar cabos para la navegación o la minería, o para usos cotidianos (calzado, cestas...).

Caraca se destacó también por la exportación del lapis specularis o espejuelo, un yeso traslúcido y brillante que los romanos utilizaron en sus ventanas antes del vidrio. «Quizá el declive del uso del lapis specularis tuvo relación con el abandono de Caraca en el siglo II d.C.», sugiere el arqueólogo Saúl Martín.


UN CSI ARQUEOLÓGICO
Los peones que ayudan en la excavación acaban de encontrar un fragmento de interés y requieren el examen de Gamo, que explica: «Esto es como en CSI, investigamos cada pieza, cada detalle, solo que no es una escena de un crimen».

Excavar en un yacimiento virgen como el de Caraca permite estudiarlo desde cero, documentando de forma exhaustiva cada hallazgo, con el apoyo de modernos métodos como el sistema de información geográfica del Instituto Geográfico Nacional o los sistemas de información geocientífica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). El equipo multidisciplinar cuenta con la ayuda de especialistas en inscripciones latinas, expertos en gestión del patrimonio y especialistas del IGME, así como con la financiación de la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajoy y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

Los arqueólogos confían que Caraca arroje luz sobre un periodo histórico aún en parte desconocido. Es «otra tesela más en ese mosaico tan complejo de la romanización en el interior peninsular», subraya Fernández Ortea.

Hasta el 17 de agosto removerán la tierra en busca de cuanta información logren obtener, pero parte de Caraca siempre ha estado ahí, a la vista de cualquiera. En la construcción de la ermita de la Virgen de la Muela en el siglo XVI se reutilizaron fustes de columna que aún permanecen encajados en las paredes, uno incluso numerado con un cinco romano.

En las laderas del cerro, es fácil ver grandes piedras que formaron parte de edificios públicos de relevancia. Los agricultores las fueron arrojando a un lado cada vez que daban con alguna que les impedía arar el campo. No es ésa una buena tierra para cultivar. Allí donde antes se empedró una calle o se levantó una vivienda no crece igual el cereal.

El cerro de la Virgen de la Muela donde el pastor Mariano Vadillo jugaba solo en su niñez con aquellas piedras y trozos cerámicos de los que desconocía su origen, acapara ahora el interés de lugareños y curiosos, tanto que la Guardia Civil patrulla a menudo por los alrededores, no sea que una porción de la Hispania romana acabe olvidado en la vitrina de algún desaprensivo sin revelar sus secretos.


EL TESORO ESCONDIDO A FINALES DEL S. III a.C.
Durante la construcción del canal de Estremera en 1945 se descubrió en un talud del cerro de la Virgen de la Muela un tesorillo de plata de más de 13 kilos en forma de tortas, lingotes y fragmentos de adornos (torques, brazaletes, varillas, sortijas y fíbulas) que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional. Son piezas de cultura carpetana, datadas entre los siglos IV y III antes de Cristo o principios del II a.C. «El peso de las tortas, entre 448 y 455 gramos y sus particiones indican que utilizaban un sistema metrológio estandarizado, similar al de Cancho Roano», se indica en la vitrina que contiene las piezas halladas en Driebes. Los fragmentos completarían el valor de su peso en una transacción comercial. Las monedas constituyen solo una pequeña parte del tesoro y en su mayoría están partidas, pues se usaron como pequeños lingotes. Algunas proceden de Cartago y por su datación se ha podido fechar cuándo se ocultó el tesoro, ya que las más modernas fueron acuñadas a finales del siglo III a.C.

La pieza más relevante del tesoro es una fíbula que debió de ser emblema de un personaje de la aristocracia. Muestra un personaje con casco y torques en el pie y una escena simétrica de un felino que devora una cabeza humana en el puente. Ésta representaría a un jefe guerrero que al ser comido por el león se convierte en héroe. Cuando se descubrió, el arqueólogo Julián San Valero Aparisi la llamó «Fíbula de Hércules», creyendo que la imagen del puente representaba al héroe griego vestido con la piel del león de Nemea.

16 de marzo de 2017

Castilla La Mancha aprueba las ayudas para investigación arqueológica y paleontológica

El Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha aprueba 450.000 euros de ayuda a la investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico. La dotación llegará a medio millar de profesionales y supone un incremento del 20% respecto a las del año anterior
Excavaciones arqueológicas en el castillo de Alarcos (Ciudad Real).
Un total de 450.000 euros se han aprobado desde la Junta de Comunidades para las ayudas en investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico de Castilla-La Mancha. Se trata de un montante superior en un 20% al del año pasado, según el portavoz del Ejecutivo regional, Nacho Hernando, y que pretende llegar a medio millar de profesionales a lo largo de la región.

Desde la Junta han destacado que todos los años se han convocado estas subvenciones, para ayudar a un contexto "permanente de fomento" de la investigación en esta materia. Además, han asegurado que el impulso de este tipo de iniciativas también sirven como un "importante medio de dinamización" de la economía de los municipios que acogen las excavaciones, especialmente en el medio rural.

FACILIDADES
Este año, el Consejo de Gobierno ha aprobado la convocatoria antes que el año pasado, para dar "todas las facilidades" a los profesionales que quieran beneficiarse de las mismas y así conseguir que la investigación arqueológica y paleontológica se asiente. Así, afirman, se podrá favorecer un "mayor conocimiento" del patrimonio cultural castellano-manchego.

La Junta ha recordado también que en 2016 se concedieron 41 subvenciones, seis más que en 2015. De ellas, cinco fueron para estudios paleontológicos y el resto para proyectos arqueológicos. Yacimientos importantes en la región como Recópolis, Carranque, Segóbriga, Tolmo de Minateda, Alarcos, Vascos, Cerro de las Cabezas, Libisosa, Calatrava la Vieja, La Bienvenida o los paleontológicos de Lo Hueco y Las Hoyas tuvieron ayudas.

Finalmente, Hernando ha resaltado que los yacimientos de Los Almadenes en Hellín (Albacete), Pilar de la Legua en Almadén (Ciudad Real), la Cava en el Valle de Altomira (Cuenca), El Cerro de la Virgen de la Muela en Driebes (Guadalajara) y el mausoleo de Las Vegas de San Antonio en La Pueblanueva (Toledo) son “ejemplos" de trabajos más recientes, en los que se abordan sitios más conocidos con una nueva tecnología y donde se exploran líneas de investigación novedosa.

(Fuente: El DIario.es)

24 de febrero de 2017

Torreparedones desvela su anfiteatro romano del siglo I d.C.

El georradar confirma la existencia de una estructura elíptica de 77 metros de diámetro con capacidad para acoger a 5.000 espectadores. Podría ser muy similar al de Segóbriga (Cuenca).
El georradar ya ha dado con las anomalías del terreno que certifican una gran estructura elíptica y también una zona anexa con más edificios.
Lo que empezó siendo una sospecha ha terminado siendo una certeza. Torreparedones esconde un gran anfiteatro romano, probablemente construido después del siglo I después de Cristo, con unas notables dimensiones: unos 77 metros de radio en su zona más ancha y una capacidad aproximada para acoger a 5.000 espectadores viendo cómo los gladiadores se sacaban los ojos unos a otros, o cómo luchaban contra fieras salvajes.

Este jueves, el profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso ha detallado el proceso que le llevó a descubrir en 2009 una silueta sospechosa que ha concluido en un trabajo con georradar que ha certificado lo que ya pensó entonces: que en una zona de tierra de cultivo junto al yacimiento ya excavado de Torreparedones, entre Castro del Río y Baena, hay un gran anfiteatro romano. El georradar ya ha dado con las anomalías del terreno que certifican una gran estructura elíptica y también una zona anexa con más edificios, probablemente una expansión de la villa de Torreparedones hacia el que podía ser un gran lugar de encuentro público.

FOCO DE ATRACCIÓN
El anfiteatro romano está enterrado en una zona de cultivo propiedad del agricultor Carlos León, que colabora en todo momento con el trabajo universitario. Ahora son las administraciones las que tienen que decidir cómo, con qué dinero y cuándo se ponen manos a la obra, y a Torreparedones llega un grupo de arqueólogos suficiente capaz de desenterrar lo que puede acabar convirtiéndose en un foco de atracción turística.

Monterroso, que detalló el origen de su investigación (en una aplicación de software libre de ortofotos del propio Ministerio), explicó que el anfiteatro de Torreparedones puede ser muy similar al de Segóbriga (en la provincia de Cuenca). Así, una mitad se habría construido sobre la falda de una pequeña colina y el resto se habría levantado piedra sobre piedra, a una altura aún no comprobada pero de unos ocho metros.

El anfiteatro se localiza al Oeste del yacimiento, junto a la vía romana que hacía las veces de entrada. Su dimensión hace que se piense en la importancia que tuvo el enclave, y también su potencial económico.

BUSCA DE RECURSOS
Ahora llega la parte más difícil, la de la excavación. Este jueves, tanto el rector de la Universidad como los responsables de los ayuntamientos de Castro del Río y Baena han mostrado su intención en abrir ese complicado melón: buscar dinero y empezar una verdadera campaña de excavación para sacarlo a la luz.

El hallazgo de los arqueólogos de la Universidad de Córdoba ha sido reforzado gracias a la prospección geomagnética realizada por el Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada por encargo del Ayuntamiento de Castro del Río.

Estos resultados, publicados este miércoles en la revista Mediterranean Archaeology and Archaeometry y presentados públicamente en el Rectorado de la Universidad de Córdoba esta mañana, servirán para activar las excavaciones que deberían sacar a la luz el edificio. Las dimensiones del anfiteatro oscilan en torno a los 70 metros de eje mayor y los 62 de eje menor, unas proporciones similares a los anfiteatros de Segóbriga, Saelices (Cuenca) o Contributa Iulia (Badajoz). Así lo ha explicado Monterroso en su presentación en el Rectorado, donde ha lanzado como hipótesis de datación el siglo II d.C. y donde Cristina Mata, segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Baena, y el alcalde Castro del Río, José Luis Caravaca, se han comprometido a trabajar conjuntamente para facilitar los trabajos de investigación arqueológica para recuperar el anfiteatro.

VALORIZACIÓN DEL YACIMIENTO
El rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, se ha felicitado por el papel jugado por la Universidad en la valorización del yacimiento de Torreparedones, “contribuyendo a la transición hacia una economía basada en el conocimiento en una zona tan necesitada de nuevas oportunidades como es la provincia de Córdoba”.

En los últimos diez años, se han llevado a cabo numerosas actuaciones en el yacimiento con la aportación económica de la Junta y el apoyo económico Baena, Castro del Río y de fondos europeos de diversos programas. Declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 2007, Torreparedones está incluido en la Red de Espacios Culturales de Andalucía y el Registro de Paisajes de Interés Cultural.

21 de febrero de 2017

Sale a la luz la ciudad romana de Caraca, en Driebes (Guadalajara)

La ciudad se extendería sobre 12 hectáreas en las que el georradar ha descubierto calles, termas, viviendas, acueducto y un foro. Los investigadores datan su existencia entre los siglos IV y II d.C. y estiman que llegó a tener una población de 2.000 habitantes 
El georadar ha desvelado la existencia de un trazado urbano y la existencia de grandes edificaciones en Diebres.
Un equipo multidisciplinar de investigadores y arqueólogos ha descubierto una ciudad romana bajo tierra en perfecto estado de conservación en el municipio de Driebes (Guadalajara). Los trabajos empezaron en octubre y gracias a la utilización de tecnología como el georradar han concluido que bajo la tierra, apenas a 70 centímetros hay una ciudad con sus calles, el foro, termas, viviendas y templos.

La ciudad romana de Caraca podría estar en el Cerro Virgen de la Muela, en Driebes. El hallazgo ha sido realizado por un grupo de expertos que ha conseguido documentar la existencia de varias estructuras en el subsuelo que podrían conformar una ciudad romana de 12 hectáreas en perfecto estado.

Entre las estructuras enterradas podrían encontrarse un foro porticado, diversas manzanas de viviendas y posiblemente un mercado y unas termas. Incluso se han encontrado restos de un acueducto, que por su tamaño, han permitido documentar que en esa ciudad vivían alrededor de 2000 personas.


Esta ciudad, de tipo medio, supone un gran descubrimiento y tiene una importancia similar a la ciudad romana de Segóbriga, en Cuenca. Así lo asegura Javier Fernández Ortea, codirector del proyecto que asegura estar muy feliz con el hallazgo. “Esto ha sobrepasado las expectativas que teníamos. Las impresiones eran buenas pero la verdad es que es algo excepcional para nosotros”

Las labores de campo, financiadas a través de una subvención de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se iniciaron en octubre de 2016. Los investigadores han utilizado diversas técnicas para estudiar la zona. Entre ellas destaca el uso, en el mes de noviembre, de un georadar 3D que fue utilizado para detectar la existencia de muros enterrados en el subsuelo. Este aparato emite ondas que rebotan si encuentran elementos grandes enterrados sin necesidad de realizar una excavación. Con esta prueba se ha podido hacer un plano bastante aproximado de la ciudad que permanece enterrada. “Hemos hecho un scanner del suelo y nos ofrece todo un plano del urbanismo de la ciudad. Ahí podemos ver el foro, las termas, el mercado...”- señala Javier Fernández. Un plano que todavía no se ha hecho público.

EN SEIS MESES PODRÍAN EMPEZAR LAS EXCAVACIONES
Tras la elaboración de este plano ya se está poniendo en marcha la segunda fase que pasará por excavar el terreno para confirmar lo que el georadar ha desvelado. “Es un lugar con una importancia histórica muy importante y además hay un compromiso de las administraciones, principalmente del Ayuntamiento de Driebes, para llevarlo a cabo”- afirma Javier Fernández. La idea es que en seis meses puedan empezar los trabajos.

Las excavaciones se realizarán a través de un plan de empleo que pondrá en marcha el propio ayuntamiento de Driebes y con la colaboración económica de la Junta de Comunidades. De hecho hace unos días hubo una reunión en el pueblo para hablar del tema, encuentro en el que estuvo presente la Directora General de Turismo de Castilla La Mancha, Ana Isabel Fernández, junto a diversos responsables regionales de bienestar social y empleo.

A largo plazo el objetivo es convertir esta ciudad en un lugar visitable y que se transforme en un polo de atracción turística similar a Recópolis, reconoce Javier Fernández.

ZONA RICA EN YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
La zona del hallazgo es especialmente rica en yacimientos arqueológicos. En un cerro continuo hay restos de una necrópolis visigoda y de otra celtibérica. Además en los años 40, al realizar las obras del canal de Estremera, se encontró un lote de piezas de orfebrería datadas en el siglo III antes de Cristo. Ese lote se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y fue uno de los avisos de que en la zona podría encontrarse un gran asentamiento romano. “Ese fue uno de las indicios -reconoce Javier Fernández - pero además realizamos un proyecto de romanización de la provincia y nos llamó la atención por la gran cantidad de materiales que había en superficie en esa zona. Eran densidades muy potentes. Yo no había visto nada igual… El caso es que cada vez que volvíamos encontrábamos un evidencia nueva: grandes sillares que nos hablaban de edificios públicos.. Estaba claro que era algo más que un yacimiento cualquiera.”

La investigación, que ha sido dirigida por Emilio Gamo Pozas, profesor de la UNED de Madrid, y Javier Fernández Ortea, gestor del Monasterio de Monsalud, ha contado con la participación de numerosos profesionales del mundo de la arqueología, la historia, las matemáticas e, incluso, con expertos en Física de la Tierra y Geodesia.

El hallazgo será presentado públicamente en las próximas semanas en, al menos, dos actos. El primero tendrá lugar el 9 de marzo en el Palacio del Infantado y el segundo el 18 de marzo en la Casa de la Cultura de Driebes.