google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Resultados de la búsqueda de Santiago Domínguez
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19 de noviembre de 2024

El hallazgo de dos fetos más confirma los ritos funerarios visigodos en Ciriyuelos (Cuenca)

En la última campaña de excavaciones en el yacimiento de Chumillas, que se extenderá hasta finales de noviembre, los arqueólogos han sacado a la luz dos nuevos fetos humanos que se suman al encontrado el pasado mes de enero.

Los visigodos enterraban en sus casas o en las inmediaciones de estas a los bebés que no habían sido bautizados ante la imposibilidad de que estos cuerpos descansaran en los cementerios. Así lo corrobora el hallazgo de dos fetos más en el yacimiento de Ciriyuelos, ubicado dentro del término de la localidad conquense de Chumillas, que han salido a la luz durante la última campaña de excavaciones en la que estarán inmersos hasta finales de noviembre Santiago David Domínguez, de Heroica Arqueología y Patrimonio Cultural, y Michel Muñoz, de M&M Arqueología. Dos nuevos individuos que se suman al que ya encontraron en enero de este año.

Concretamente, los arqueólogos de la mano de otras tres personas están trabajando en una parcela de 48 metros cuadrados que se corresponde con una nueva manzana de este poblado visigodo y en las inmediaciones de una de las casas han aparecido restos del cráneo y de la pelvis, dos húmeros y parte de las costillas de un segundo bebé. “No encontramos el esqueleto en posición anatómica por lo que pensamos que podrían haber movido el cuerpo de otro lugar, aunque también podría ser que lo enterraran dentro de un muro que posteriormente se derrumbase, lo que podría haber ocasionado que los huesos se desperdigaran por la zona”, explica el arqueólogo Santiago David Domínguez.

Dos cuerpos más que, además de para ratificar cómo eran los ritos funerarios entre los siglos III y IV, servirán para hacer diversas pruebas de ADN. “El primer feto que sacamos, al ser algo excepcional, se conservó intacto, pero estos sí que los analizaremos”, asegura Domínguez. Y es que, a los 15.000 euros aportados por el Ayuntamiento de Chumillas hay que sumar 5.000 euros extras que ha aportado la Diputación a través de convocatoria de ayudas para Investigación del Patrimonio. “Este dinero extra lo emplearemos en arqueometría”, apostilla.

La arqueometría es una disciplina científica que emplea métodos físicos o químicos para los estudios arqueológicos. Dichos métodos comprenden los estudios de sedimentología, botánica, arqueozoología, antropología o análisis de los materiales. Y precisamente esto permitirá a Michel Muñoz y Santiago David Domínguez datar exactamente los restos y encuadrarlos dentro de un perfil genético.

Además, en la presente campaña han recogido miles de fragmentos cerámicos y restos de la fauna de la cabaña ganadera que tenían los visigodos. Concretamente, criaban ovejas, vacas y cerdos, y se ha comprobado que las prácticas de carnicería de los visigodos son las mismas que las de los romanos. “El corte de los huesos nos hace ver que descuartizaban y despiezaban los animales de la misma manera que hacían los romanos en Valeria. Con esta información podemos ver que existe relación entre la gastronomía romana y visigoda, guisaban de la misma manera”, señala Domínguez.

Asimismo, por primera vez en Ciriyuelos se va a estudiar la agricultura. “A través de muestras de pólenes antiguos vamos a ver qué cantidad de cereal, de leguminosas, de frutales o de pinos había en esta época”, cuenta el arqueólogo.

Jornadas
Una vez concluyan los trabajos de arqueología, Santiago David Domínguez y Michel Muñoz van a trasladar toda la información y los últimos hallazgos a la población de Chumillas en unas jornadas monotemáticas que se celebrarán el próximo 7 de diciembre en la localidad. También van a editar un documental sobre los trabajos que se han llevado a cabo en los últimos años en los cerca de 400 metros cuadrados que han sido ya excavados y también se va a mejorar la cartelería para renovar aquellas infografías que se han visto afectadas por la meteorología y los actos vandálicos.

11 de noviembre de 2024

Nuevos hallazgos sugieren que León tuvo un anfiteatro romano con capacidad para 8.000 espectadores

Un pequeño sondeo previo a la construcción de un edificio en el Casco Histórico de la ciudad permite por fin delimitar el tamaño del gran edificio construido para luchas lúdicas junto a la muralla del campamento de la legión imperial, restos que ahora tendrán que conservarse para posibles visitas
Obra de la calle Rúa 37 donde han aparecido los restos del anfiteatro romano, en la cata que se detalla.

Ya se sabía por excavaciones de hasta tres puntos distintos en el Casco Histórico que la ciudad de León tuvo anfiteatro en los tiempos en que las legiones romanas mantenían un fuerte campamento asentado y existía una incipiente población civil con importantes equipaciones como termas, ya en el siglo I después de Cristo.

Una pequeña zanja, una cata arqueológica de escasos metros y no demasiada profundidad, ha sacado a la luz nuevos restos, en concreto del muro exterior del anfiteatro de hace 20 siglos, que ahora permite delimitar mejor su estructura y sobre todo su tamaño. Y según la documentación tratada por la Comisión Territorial de Patrimonio, a la que ha tenido acceso ILEÓN, sobre los hallazgos en un pequeño patio trasero de un solar donde se iba a construir un nuevo edificio de viviendas en el número 37 de la calle La Rúa, aquella infraestructura lúdica romana habría llegado a medir unos 80 metros de largo por 50 de ancho.

Eso, según los expertos, arrojaría una cifra hasta ahora desconocida y muy sorprendente: el anfiteatro romano de León pudo llegar a tener una capacidad para albergar hasta 8.000 espectadores. Para verlo desde un referente comparativo actual, el pabellón municipal de los deportes al otro lado del río dispone de unos 5.200 asientos, siendo la infraestructura deportiva cubierta más grande de la provincia leonesa.

A la sombra del muro del campamento de la legión
La documentación deja claro que “la existencia de este tipo de edificios en ambientes castrenses”, es decir, junto a recintos militares, “no es excepcional” y se ha constatado en campamentos de remotos límites del imperio romano “como Gran Bretaña, Austria, Rumanía o Argelia”. En el caso de León, en las representaciones e incluso la maqueta de Legio en el siglo I que se muestran en el Centro de Interpretación del León romano en La Casona, el anfiteatro se situaría justo junto a los muros exteriores del sur del campamento.

La información técnica estudiada por Patrimonio sitúa su construcción en tiempos de la legión fundadora de la ciudad, la Legio VI Victrix, en base a los elementos arqueológicos de las diferentes excavaciones, sobre todo en la calle Cascalería, paralela a La Rúa que hoy recorre el Camino de Santiago por la ciudad. Pero se da por hecho que pronto se quedó pequeño y el anfiteatro con su típica planta elíptica fue ampliado en posteriores fases, reforzados sus muros y con un contrafuerte que se ejecutaría cuando los moradores militares fueron la Legio VII Gemina, como muy tarde a principios del siglo II.

Cronología de un hallazgo espectacular
El sondeo arqueológico del número 37 de La Rúa, realizado entre agosto y septiembre de este año 2024, ha resultado esencial porque permitiría delimitar con precisión el espacio de esta gran construcción romana en la ciudad. Presenta “un mejor estado de conservación” incluso que los primeros restos aflorados en el año 1994 en el número 3 de la calle Cascalería, conservados hoy en el bajo, el garaje, del nuevo edificio levantado, y completados a la altura del número 7 de la misma vía en 1999, que hoy son una cripta arqueológica que el Ayuntamiento muestra sólo bajo demanda. Después vinieron nuevos restos en los números 4, 6 y 8 de Cascalerías y 29 y 31 de La Rúa.

Pespunteando ese dibujo que los restos muestran, y que ahora se completan por otro lado, Patrimonio da por hecho que la última de las tres fases constructivas distintas detectadas, la orientación y casi el tamaño del eje central de norte a sur entre las dos puertas principales del edificio coincidiría “aproximadamente” con la calle Cascalería, dado que pronto se había visto que los 6.000 y 6.500 asientos en las gradas del anfiteatro inicial se quedaban pequeños, teniendo en cuenta que eran “aproximadamente los mismos contingentes con los que contaba una legión” y a los espectáculos acabó yendo más población que la estrictamente militar.

El dibujo de lo encontrado hasta ahora muestra dos muros paralelos curvos con 1,50 metros de separación y el exterior aprovechando el terreno escarpado de la zona. “Sobre ambos se dispuso la cubierta de la estructura, una bóveda de cañón encofrada mediante cimbras de madera” y con la luz entrando entre ambos muros“mediante lucernarios rectangulares abiertos en la parte superior”, como se aprecia en la cripta arqueológica visitable. Todo esto delimitaría el graderío o cavea para el público, las cerca de 8.000 personas como máximo, “que debió ser de madera”, de la arena que era el escenario de los espectáculos.

¿Qué pasó con el anfiteatro de la Edad Media en adelante?
La documentación técnica que maneja la Junta de Castilla y León hace un repaso de cómo estos restos que ahora afloran llegan hasta nuestros días, causando admiración. Se calcula que sobre el siglo IV, no usándose ya con finalidad alguna, comienzan a saquearse sus materiales. Al desaparecer los grandes sillares de roca caliza, colapsaría parte de la bóveda y supone “el comienzo de la ruina del edificio”. En la Edad Media en la zona se documenta “un extenso vertedero” y “a partir del siglo XVI por la edificación de distintos inmuebles” se acabó ocultando por completo la traza, quedando ya soterrados.

De este modo, en el pequeño sondeo de 10x4 metros excavado ahora en Rúa 37 ha desvelado su gran secreto. Y algunos pequeños secretos más. Por ejemplo, la documentación desvela que antiguos vertidos de tierra dejan ver “fragmentos de pintura mural, restos del opus signinum -un viejo material de construcción romano con ladrillo o tejas partidas, mezcladas con cal y golpeadas con un pisón- y fragmentos de piedra”.

Un patrimonio en posible riesgo y un futuro sótano visitable
No sólo el Ayuntamiento de León en su licencia de derribo con fecha 19 de abril y Patrimonio de la Junta al autorizar el nuevo proyecto de obra sabían lo que aparecería en esta relevante excavación. Bramasole Troscana, la empresa promotora del nuevo edificio, admitía entonces a ILEÓN que el sótano que se había diseñado bajo el nuevo edificio que se levantará no sería para un garaje sino para una especie de bodega que podría convivir con los restos arqueológicos aparecidos. El informe, sin embargo, advierte que ese sótano dibujado originalmente debería ampliarse hacia el este para acoger la estructura romana sin destruirla, un daño que ocurriría con el proyecto actual al preverse bajar una cota de tres metros justo en ese punto.

De ahí la decisión final que ha adoptado la Junta de Castilla y León en la última Comisión de Patrimonio este mes de octubre: que deberá incorporarse a la licencia concedida de obra el escrupuloso respeto de los restos para “hacerlos accesibles para una futura visita pública” y que haya un seguimiento arqueológico profesional durante las obras.

5 de agosto de 2024

La nueva excavación de Caraca se centrará en la necrópolis visigoda

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.
La necrópolis visigoda data del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento.

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.

Así lo han indicado a Europa Press tanto fuentes del equipo investigador que dirige esta excavación como la jefa del Servicio de Cultura de la Delegación de la Junta en Guadalajara, Teresa Sagardoy, quien ha recordado que este espacio arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año y está compuesto de varios yacimientos.

En cuanto a la necrópolis visigoda, afirma que, según los datos recogidos hasta el momento, data "más o menos" del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento. Está compuesta por tumbas, algunas de las cuales son "simples fosas" tapadas con una laja de yeso, que es la piedra natural de los cerros de Driebes.

Otras son lo que se conocen como 'cistas', tumbas con varias lajas haciendo el hueco de la fosa y que también están tapadas con varias losas de este tipo de piedra típica de la localidad guadalajareña, prosigue Sagardoy.

"Son tumbas de inhumación y no se ha encontrado ajuar de momento, pero en alguna tumba esperamos que se encuentre algún objeto", ha apuntado, para agregar que lo que sí que se ha encontrado son restos de los ataúdes o sudarios, es decir, de los elementos con los que se depositaba al muerto.

Ha puesto el acento en que en esta necrópolis visigoda se ha hallado parte del cementerio infantil con pequeñas tumbas de niños, a veces neonatos, a los que se les tenía separados en otra zona del cementerio; "en lo que se llama un limbo, porque no estaban bautizados todavía. Se les reservaba un espacio diferente que es curioso de visitar", ha agregado.

Parte de esta necrópolis está musealizada y cuenta ya con carteles para hacerla visitable y comprensible por los visitantes aunque es un trabajo que se acaba de iniciar e irá ampliándose a distintos espacios, pese a que desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que en las últimas semanas la cartelería y la señalización han sido vandalizadas y habrá de ser repuesta.

Ocupación desde la Edad del Bronce
En el Cerro de la Virgen de la Muela hay ocupación desde la Edad del Bronce que se conoce como un 'oppidum' carpetano correspondiente a las poblaciones indígenas de antes de los romanos. Lo más conocido es la ciudad romana de Caraca, a la que se unen otros puntos donde se han localizado restos arqueológicos, una villa romana, un monumento funerario o zonas más de carácter militar en las inmediaciones de la ciudad.

Sagardoy ha resaltado que la ciudad romana de Caraca es la única que se ha hallado en la provincia de Guadalajara, que tuvo su esplendor en el siglo I o el II d.C --en época Flavia-- y estaba a mitad de camino entre Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga --en la provincia de Cuenca--, en la vía Spartaria que unía Cartagonova con Complutum.

Desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que la ciudad estaría en la provincia romana de la Tarraconense y que se cree que hacía su labor "seguramente" como paso por la vía en el Tajo, hecho que hizo que Sertorio (I a.C.) la conquistara por la fuerza.

Un hallazgo que ha destacado la jefa de Cultura de la Junta en Guadalajara relacionado con la ciudad es el del acueducto que se ha encontrado a tres kilómetros así como el manantial que daba origen al mismo. "Está realizado en 'Opus caementicium', una obra de ingeniería romana habitual, y que traía el agua desde ese manantial a la ciudad", ha añadido.

A ello ha unido que se han localizado varias piscinas limarias, que son piscinas de decantación, que depuraban el agua y a la vez impedían que tuviera mucha velocidad por el canal y deteriorara el mismo.

Las campañas arqueológicas
Hasta el momento se han llevado a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela siete campañas arqueológicas y este mes de agosto se llevará a cabo la octava. Además de las múltiples visitas para hacer prospecciones, vuelos de dron o el uso de un georradar.

Así, en 2016 se hicieron las primeras prospecciones y se usó el georradar para confirmar la existencia del yacimiento y ya en el 2017 tuvo lugar la primera campaña de excavación, cuyos directores han sido desde el inicio Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea.

Para Sagardoy, se trata de un equipo de investigadores "muy dinámico" que, con pocos medios, la ayuda de las administraciones y "mucho empeño" han estado haciendo pequeñas campañas de unos 15 días.

Esta excavación se desarrollará gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

En su conjunto, la responsable de Cultura de la Junta en Guadalajara ha resaltado que en estas campañas se ha podido delimitar todo el mapa de la ciudad romana --compuesto por 27 manzanas--, se ha localizado el Cardo, el Decumano, el Foro y las Termas; pese a lo cual ha señalado que queda "muchísimo trabajo" por hacer y apenas se ha iniciado la investigación sobre todos estos yacimientos.

Jornada de Puertas Abiertas
De otro lado, el Ayuntamiento ha informado de que este verano se volverá a realizar la Jornada de puertas abiertas en el yacimiento el jueves 22 de agosto que constará de visitas guiadas al mismo a las 10.30 y 19.00 horas, siendo el acceso a la actividad libre y gratuito.

El 'Proyecto de excavación de la necrópolis de época visigoda de Caraca (Driebes, Guadalajara) y de los niveles carpetanos en esa misma área' está dirigido por los ya citados Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) a los que se unen Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago David Domínguez Solera (Heroica arqueología).

El equipo interdisciplinar de investigación contará este año con la colaboración de un amplio número de expertos que analizarán el yacimiento desde distintas ópticas, incluyendo a Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano) y María Luisa Cerdeño Serrano.

También participarán Daniel Cordero Bordejé, María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es y UFV), Ana Fernández Jiménez y Paula Carmona Quiroga (Instituto Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior) y Álvaro Sánchez Climent.

22 de enero de 2024

Las excavaciones en Ciriyuelos sacan a la luz un feto de la época visigoda

Los restos del bebé se han hallado en el interior de una nueva vivienda excavada en el yacimiento conquense, una práctica que aporta información sobre cómo eran los ritos religiosos
Foto: Heroica arqueología y patrimonio cultural.


Las últimas excavaciones en el yacimiento arqueológico de Ciriyuelos, ubicado dentro del término municipal de Chumillas, han arrojado luz sobre los rituales que llevaban a cabo los visigodos entre los siglos III y VII en esta zona de la provincia de Cuenca.

El hallazgo de un feto enterrado dentro de una de las viviendas del poblado es una muestra clara de que los visigodos mantuvieron esta práctica tan habitual de la época celtíbera. Y, aunque puede parecer escabroso, no lo es, ya que los niños que no habían cumplido cierta edad no podían descansar en el cementerio y, por tanto, sus familiares, les daban sepultura en sus hogares.

Un “gran descubrimiento que evidencia cómo vivía la gente común del mundo rural en esta época”, señala el arqueólogo Santiago David Domínguez. Por ejemplo, ese rito de presentación del niño o niña en la religión cristiana sería el bautismo y en la época visigoda debía ocurrir algo parecido por ello, al no haber podido llevarse a cabo el ritual, el feto se enterró en el interior de la vivienda. “Este hallazgo nos aporta datos sobre cómo consideraban a los niños y cómo clasificaban y entendían a las personas”, cuenta Santiago David Domínguez.

Es cierto que no se ha encontrado el esqueleto completo tal y como se puede apreciar en la imagen superior, pero sí parte del cráneo, de las costillas, el fémur de ambas piernas, una tibia, un húmero y un radio que han permitido a Santiago David Domínguez, de Heroica arqueológica y patrimonio cultural, y a Michel Muñoz, de M&M arqueología, directores del proyecto, reconstruir el cuerpo del neonato.

En este sentido, es importante tener en cuenta que el esqueleto ha aparecido en una nueva vivienda que ha salido a la luz a lo largo de 2023 gracias a que el Ayuntamiento de Chumillas aportó la financiación necesaria para seguir ahondando en la historia del yacimiento ya que se trata de una parcela de titularidad municipal.

Se trata de un poblado de época tardoantigua y visigoda que estuvo habitado entre los siglos III y VII


El edificio tiene la misma disposición que el descubierto en 2016 y viene a confirmar lo que los arqueólogos ya sabían: el de Ciriyuelos es un poblado de finales de época romana que quedó despoblado en la etapa islámica. Sus habitantes se organizaban en unidades familiares extensas, compartían herramientas y cooperaban entre ellos para ayudarse en las labores de agricultura y ganadería.

Un planteamiento que ha sido ratificado puesto que durante los trabajos llevados a cabo en 2023 también han encontrado cuchillos y vasijas de cerámica diferentes a las que ya conocían. Concretamente han aparecido un punzón y un cuchillo afalcatado, que son aquellos que presentan un solo filo y una hoja curva muy marcada. “Teníamos algunos más comúnes pero este es especial”, cuenta el arqueólogo. Descubrimientos que han permitido seguir ampliando el inventario de herramientas que se había iniciado en campañas anteriores. “En este yacimiento no estamos buscando reyes, ni castillos, aquí estamos intentando saber lo más común”, señala Domínguez.

Hallazgos que han visto la luz gracias al trabajo de los arqueológos y de dos personas que han contratado para desenterrar esta nueva vivienda.

PRÓXIMOS PASOS
En 2024 el yacimiento arqueológico de Ciriyuelos será aún más conocido puesto que desde Ares Arqueología se va a grabar un mini documental explicativo que los turistas e interesados sobre el tema podrán visualizar escaneando únicamente un código QR. Las visitas al yacimiento son libres en su mayoría y con este vídeo se pretende ofrecer una experiencia mucho más completa al visitante que se verá apoyada en la cartelería explicativa ya instalada.

Si bien es cierto que a partir de primavera y durante la época estival se organizan tours guiados para grupos al menos una vez al mes que están dirigos por Javier Cano.

El Ayuntamiento de Chumillas invertirá 15.000 euros a lo largo de 2024 para continuar con las excavaciones


La promoción de Ciriyuelos es otro de los objetivos en los que se va a seguir incidiendo. Así lo pone de manifiesto el alcalde de Chumillas, Pedro Rubio, quien ha confirmado que a lo largo de 2024 se volverá a excavar en Ciriyuelos. “Queremos seguir adelante y para ello se van a invertir 15.000 euros”, señala.

Todo sea para lograr que el yacimiento sea un reclamo turístico que se sume a los del municipio de Chumillas para intentar que repercuta de manera positiva en la economía local.

Además, otra de las líneas en las que se está trabajando pasa por potenciar la colaboración entre Valeria y Barchín del Hoyo ya que, de cara al futuro, cuando se amplie la superficie excavada de Ciriyuelos, la idea es crear una ruta que pase por los yacimientos de la zona. En este sentido, Pedro Rubio señala que los trabajos que llevan a cabo los arqueológos son “ilusionantes” y espera poder mantenerlos en el tiempo para seguir descubriendo la historia visigoda de la provincia.

16 de enero de 2023

Descubren la entrada al castro celtíbero de Huerta del Marquesado (Cuenca)

Las excavaciones de este otoño de los arqueólogos Santiago David Domínguez y Jesús Francisco Torres también han sacado a la luz un tramo de 20 metros de la línea de muralla. Los resultados han sido muy satisfactorios, sobre todo, por la calidad de los materiales documentados y su buen estado de conservación.
Las excavaciones, asimismo, han sacado a la luz diverso material de la época medieval, muestra de una posterior ocupación del castro.

Huerta del Marquesado continúa avanzando en la investigación de su pasado, esta vez, con una nueva intervención arqueológica en el yacimiento celtíbero del Cerrito del Moro encaminada a conocer más sobre la forma de vida de sus antiguos pobladores de hace 2.800 años.

Unas excavaciones acometidas este otoño con fondos municipales y bajo la dirección de los arqueólogos Santiago David Domínguez Solera, de Heroica Arqueología y Patrimonio Cultural, y Jesús Francisco Torres, del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC) que han venido a corroborar la gran potencialidad de este castro celtíbero con origen en la Edad del Hierro.

Y es que, tal y como recalca Domínguez Solera, a pesar de tratarse de una actuación arqueológica de poca envergadura, los resultados han vuelto a ser muy satisfactorios, sobre todo, por la calidad de los materiales y su buen estado de conservación.

En esta ocasión, de hecho, no solo se ha despejado la cumbre de un tramo de 20 metros de línea de muralla de este asentamiento celtíbero, de los que seis se han excavado por completo, sino que, además, se ha descubierto la puerta de entrada al castro.

Un hallazgo este último que, en palabras de Domínguez, “siempre tiene su intríngulis”, entre otras razones porque hay muchos tipos de puertas en los asentamientos de esta época.

En el caso del Cerrito del Moro, en concreto, parece contar con dos especie de torres, aunque, según puntualiza, aún no se pueda afirmar al 100%. Lo que sí tienen claro es que, por un lado, se trata de una puerta de acceso al castro y no de una rotura posterior de la muralla, y, por otro, que a ambos lados hay dos engrosamientos de la muralla, sin que, por el momento, se pueda saber más, incluso, de su posible pavimento, si es que lo hay. Eso habrá que verlo en la próxima actuación, según recalca el arqueólogo de Heroica Arqueología, quien, no obstante, no duda en mostrar su satisfacción por este descubrimiento.

Y es que con estas pequeñas excavaciones han podido determinar que en este castro hay una especie de doble defensa, puesto que la puerta no da acceso directamente a las viviendas, sino a un pasillo perimetral que forma parte de su estructura defensiva.

Otros descubrimientos
Pero esta pequeña intervención ha dado para más y también se ha encontrado más material cerámico, que se suma al descubierto en la primera prospección de la primavera de 2021. En su mayoría, piezas de uso cotidiano de cerámica a mano de época protohistórica, aunque también un fragmento de una aguja de hueso; un utensilio básico para el día a día de los pobladores celtíberos, tal y como detalla el arqueólogo conquense.

Las excavaciones, asimismo, han sacado a la luz diverso material de la época medieval, muestra de una posterior ocupación del castro, aunque no crean que se trató de “una reocupación muy fuerte”, como en otros sitios.

Concluidos los trabajos de esta segunda intervención, está prevista la instalación, en breve, de un panel explicativo con los resultados de la excavación, similar al colocado en la primera actuación, con el fin de que el visitante pueda conocer lo que se ha hecho. No obstante, la intención, en palabras de Domínguez, es musealizar lo excavado hasta ahora para hacerlo visitable.

No en vano, la actuación del próximo año se pretende centrar tanto en la excavación en área abierta de la puerta del castro, como en su puesta en valor y musealización, junto a la muralla, con el objeto de que pueda ser visitado y entendido por el visitante. Y es que, tal y como subraya, sería el primer castro celtíbero visitable de La Serranía conquense, a semejanza del musealizado por ambos arqueólogos en la localidad guadalajareña de Villanueva de Alcorón. De hecho, ambos yacimientos están incluidos en su proyecto de investigación sobre la Castrificación de La Serranía de Cuenca y el Alto Tajo.

6 de octubre de 2022

Restos humanos confirman poblados sedentarios de hace 4.500 años en la Serranía de Cuenca

La excavación forma parte del proyecto 'Más allá de Verdelpino', que pretende proteger, aumentar y divulgar los conocimientos sobre las sociedades prehistóricas que habitaron la Serranía de Cuenca.
Hallazgos en la Cueva de la Mora. FOTO: EUROPA PRESS

Los trabajos arqueológicos de excavación que se han retomado en la Cueva de la Mora, en el yacimiento de Huerta del Marquesado, han destapado restos humanos y numerosos fragmentos prehistóricos de suma importancia para la zona de la Serranía de Cuenca y de más de 4.500 años de antigüedad.

En 2021, los arqueólogos Santiago David Domínguez y Miguel Osma iniciaron las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Huerta del Marquesado tras el hallazgo de piezas prehistóricas durante los primeros inicios del sondeo. Lo que comenzó en nada más que un metro cuadrado, ahora se encuentra con miles de piezas halladas en apenas dos catas de dos metros cuadrados.

Edad de Bronce
Los restos humanos sumados al inventario se datan en la Edad de Bronce y confirman las expectativas de la presencia de poblados castrificados en la zona. La verificación de las cuevas como espacio de enterramiento ha afianzado la teoría sobre la presencia de «poblados muy sedentarios que se territorializan para defender un terreno, controlarlo y apropiarse del mismo», explica Santiago David Domínguez a Europa Press.

Falanges de manos y pies, fragmentos de brazos, cráneos, costillas y hasta muelas han sido algunos de los hallazgos encontrados por los arqueólogos que ya confiaban en la riqueza de la cueva, y para los que hallar dichos tesoros «fue una sorpresa de impacto» que les hizo mantener las esperanzas sobre el yacimiento.

Carbono 14
Las pruebas de Carbono 14 sobre los muertos han ofrecido fechas máximas de entre 2.200 y 2.500 a.C., lo que revela que se trata de un espacio de enterramiento de 4.500 años de antigüedad como mínimo.

Además, Domínguez espera continuar excavando y avanzar hasta los cadáveres de la ocupación nómada conquense, ya que hasta ahora solo se ha conseguido «rascar la epidermis de toda la potencialidad arqueológica que tiene esta cueva».

«Sitios como este nos pueden ayudar a estudiar desde época del Paleolítico hasta épocas más recientes de la historia, y además con una abundancia y un estado de conservación bastante bueno», declara el arqueólogo.

Gracias a este nuevo descubrimiento se ha encontrado material representado desde el Paleolítico Medio y época de los neandertales hasta la Edad de Bronce, pasando por el Neolítico y el Paleolítico Superior. Tales hallazgos impulsan la investigación arqueológica de la zona de la que «se sabe bastante poco», asegura uno de los trabajadores en el yacimiento.

Durante el recorrido, Domínguez destacó que la Cueva de la Mora junto con otros yacimientos que se están empezando a excavar ahora mismo supondrían «dar un paso muy grande» en el conocimiento de las sociedades prehistóricas en la Serranía de Cuenca.

Por su parte, Santiago David Domínguez y Miguel Osma insistieron en la importancia de ayudar a los estudios arqueológicos en un periodo prehistórico que parece «algo muy lejano, donde no hay relatos, sin documentación histórica, y suele ser bastante desatendido, sobre todo en la provincia de Cuenca».

La excavación forma parte del proyecto ‘Más allá de Verdelpino’, que bajo la financiación del Ayuntamiento de Huerta del Marquesado y la subvención de investigación de la Diputación de Cuenca pretende proteger, aumentar y divulgar los conocimientos sobre las sociedades prehistóricas que habitaron la Serranía de Cuenca.
(Fuente: Lanza)

4 de septiembre de 2020

Descubren la calzada de acceso original al castro cántabro de Santibáñez de la Peña (Palencia)

Los 500 metros de calzada "en perfecto estado" tienen cerca de 2.400 años de antigüedad. Entre los restos de la muralla también se ha documentado un cráneo de lo que podría ser un enemigo de la ciudad fortificada. 

El castro cántabro de La Loma, muy próximo al casco urbano de la localidad palentina de Santibáñez de la Peña, no deja de dar sorpresas. La última que se ha encontrado el equipo de arqueólogos liderado por Kechu Torres (Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico, Imbeac y Santiago Domínguez (Ares Arqueología y Patrimonio Cultural) es el descubrimiento de una calzada prerromana de entre 2.200 y 2.400 años de antigüedad.

Un camino «acondicionado y muy bien construido para que puedan circular personas, animales y carros», señala Torres, quien explica que consta de tres capas bien diferenciadas: una primera de piedras, una segunda de grava y una tercera de tierra arcillosa.

Según han podido comprobar los arqueólogos sobre el terreno, las piedras presentan un desgaste importante fruto de «décadas y décadas» de soportar el paso de los pueblos indígenas. Es más, han detectado algunas reparaciones. En cualquier caso, Torres reitera que la aparición de flechas del asedio al que sometieron los romanos al poblado clavadas sobre la arcilla, «no deja ninguna duda de que la calzada ya existía cuando los romanos atacaron la ciudad fortificada».

En paralelo, Torres y Domínguez están en disposición de confirmar que el área del bastión de la muralla en la que han trabajado este año es una de las entradas al castro. Un paso previo que les invita a ser optimistas a la hora de pensar que, en campañas sucesivas, darán con una de las puertas de acceso.

Sumado al descubrimiento de la calzada prerromana, los investigadores han dado con el camino que conducía al poblado desde el este con una longitud aproximada de 500 metros. No obstante, lo deberán confirmar con fotografía aérea y otros estudios.

CRÁNEO
Otro de los grandes descubrimientos de la campaña arqueológica del presente verano, es un cráneo de una cabeza que, según todos los indicadores, habría estado expuesta en el exterior de la muralla para ahuyentar a los enemigos.

Según las primeras investigaciones sobre el terreno, se cree que se trata de un varón de mediana edad, al que se le practicará la prueba del Carbono-14 para obtener una información más precisa, entre otras cosas, su antigüedad. Lo que sí puede adelantar el equipo de expertos es que los restos óseos no presentan indicios de haber sido presa de animales carroñeros, lo que significa que la cabeza no expuesta demasiado tiempo. Es decir, podría datar de la época en la que el castro santibañés de La Loma fue sometido al asedio del ejército romano en el marco de las Guerras Cántabras.

«En esta época era muy normal, en los pueblos de cultura celta, colgar o empalar las cabezas de enemigos destacados en la batalla. Se colocaban mirando hacia el exterior, de forma que era lo primero que veían los propios moradores de la ciudad, los de otras vecinas y los atacantes», explica Torres.

11 de mayo de 2020

Ruina sobre ruinas

Algunas campañas se retrasarán y muchos yacimientos no abrirán este verano. A eso se suma la falta de subvenciones y el desempleo. El sector está en punto muerto
Dos arqueólogas trabajan en Galería, en el yacimiento arqueológico de Atapuerca, que esté año verá reducido su número de trabajadores/Foto: Santi Otero/EFE
«Todo se ha parado. No se puede trabajar en los yacimientos este verano». La preocupación del arqueólogo Arturo Oliver, en Castellón, es compartida por sus compañeros en otras partes de España. Las campañas arqueológicas están en suspenso en nuestro país. Solo los trabajos de urgencia, relacionados con la construcción de inmuebles, carreteras o la restauración imprescindible de monumentos, tienen garantizados la continuidad. El coronavirus ha llevado también a la ruina a los que se ocupan de las ruinas. 

La falta de subvenciones, que en muchos casos aún no se han adjudicado, la suspensión o la brevedad de las campañas (que conlleva aparejado una pérdida de inversión) y el desempleo al que se verán abocados cientos de profesionales, arrastra a este sector a una pronunciada crisis, con el perjuicio que supone eso para España: no ahondar en el legado histórico que conservamos y la pérdida de relieve internacional de nuestra ciencia. Marisa Bueno, que trabaja en Cadalso de los Vidrios, comparte la opinión de su colega y expresa con pesimismo y un poco de rabia, su pesar: «Muchas de las excavaciones en curso no reabrirán. No tendrán presupuesto de los ayuntamientos o las juntas correspondientes. También porque durante esas semanas vivimos en espacios reducidos, casi siempre en albergues, y en muchos casos no se podrán aplicar las medidas sanitarias. El futuro es bastante incierto».

La situación ha afectado a proyectos españoles de la envergadura de Atapuerca. Uno de sus directores, José María Bermúdez de Castro, afirma: «Una campaña como las que se han llevado a cabo en los últimos diez o doce años es hoy imposible. Por aquí pasaban hasta 250 personas de 25 nacionalidades diferentes. Venían de Francia, Italia, Estados Unidos... Es irrealizable con esta situación. Igual que los congresos, porque las concentraciones van a desaparecer. Nosotros empezábamos en junio y terminábamos a finales de julio. Mira a qué fechas estamos ya y no tenemos nada aún. Tendremos que hacer algo modesto, si llegamos a tiempo, y con menos gente, lo que retrasará los avances. Aparte de que, como ha sucedido en otras áreas de la cultura, habrá menos dinero. Algunas excavaciones podrán retrasarse, pero otras no podrán hacerlo y se perderán. Todas, en general, van a sufrir bastante. No solo en España, también en Europa y en otros continentes».
MOMIAS, CORONAVIRUS Y POLVO
No está equivocado. José Ramón Pérez-Accino trabaja al lado del Valle de los Reyes, en uno de los proyectos internacionales de mayor relieve de España. Un yacimiento prometedor que ya está dando resultados. «Estamos donde se escondieron las momias reales que luego se encontraron en el siglo XIX. Es una de las concesiones más grandes que existen en este país. 

Hemos descubierto una columna de unos veinte metros de altura rematada con una cabeza humana. Algo fascinante. Junto a ella han aparecido mesas de ofrendas, oraciones. Este año teníamos por primera vez permiso de excavación y no solo de prospección. El problema ahora es que no sabemos qué va a pasar, si se va a permitir a los españoles entrar en este país o no, y si nos impondrán una cuarentena, lo que nos haría plantearnos si merece la pena ir. Tampoco sabemos qué medidas de seguridad nos exigirán. Allí estamos a 52 grados. Es el límite de lo que puede aguantar una persona. Llevamos mascarillas para el polvo, pero si a eso hay que añadir guantes de látex... Por no decir lo que supone pasar esta enfermedad en otro país». Pérez-Accino añade: «Para la arqueología es un retraso y la arqueología trabaja con el tiempo y las huellas que deja el tiempo. Si no puedes cumplir con los plazos y la entrega de informes pierdes la financiación, y sin ella... Pero lo que más miedo me da es la crisis económica mundial que se avecina. Por no contar con toda la gente de estas naciones que viven de proyectos como el nuestro. Si no acudimos, no tendrán el trabajo, y aumentará aún más la pobreza en estos territorios».

José Iravedra también ha dirigido un proyecto en el extranjero. Nada menos que en Olduvai, la cuna de la humanidad. Él suma otro problema que no es menor: «Allí el acceso a las medicinas es difícil. Y al agua. Si lleváramos el coronavirus, los efectos humanos serían catastróficos. Por eso, muchos países de África han cerrado fronteras. Puedes organizar una catástrofe descomunal si metes ea COVID-19. Aparte de que si alguien lo desarrolla allí sería gravísimo, porque con el calor pierdes sal y el cuerpo está muy debilitado. Yo adelgazo entre cinco y ocho kilos cada vez que voy». Para Iravedra existen también cuestiones académicas, aparte de las humanas, que se deben atender: «Hay que tener en cuenta que si fallas un año y no vas, no justificas la subvención y la pierdes completamente o la tienes que devolver. Después hay que pensar en una característica de nuestro yacimiento, que es el mismo donde excavó Mary Leakey: se convive mucho. A lo mejor en el mismo metro cuadrado hay dos personas. No puedes mantener la distancia. También, hay que tener en cuenta si a los españoles se les vetará la entrada».

Santiago Domínguez, propietario de la empresa Ares Arqueología y Patrimonio Cultural, está especializado en arqueología de urgencia (término que detesta), y dirige investigaciones de etnoarqueología en América y África: «Estudiamos a los pocos grupos de cazadores recolectores que todavía quedan en el mundo. Íbamos a viajar a Tanzania, pero este año y el que viene ya no podremos visitar a estos grupos indígenas. Muchos de ellos no están en contacto con el resto del mundo. Viven en el Amazonas y la selva. No los puedes visitar sin estar vacunado o haber pasado una cuarentena, porque ellos no tienen nuestro sistema inmunológico y les afectaría. Hay que esperar. Es una pena, porque estos cazadores recolectores son los últimos, son muy viejos, pueden morir en este tiempo. Pero ir en este instante supondría ponerlos en peligro. Y lo que nos enseñan ellos resulta esencial. Si sabemos interpretar un yacimiento del paleolítico es porque ellos no lo han enseñado. Nos dicen cómo se vivía en Europa hace 12.000 años, porque siguen viviendo igual».

PATRIMONIO Y LA ESPAÑA VACÍA
A lo anterior se tiene que agregar la repercusión que esta situación tiene para la formación de nuevos arqueólogos. Pocos se van a arriesgar a llevar a determinadas zonas, incluso a una excavación nacional, a los estudiantes. Para ellos pasar por estas prácticas resulta crucial para adquirir conocimientos y experiencia, pero si cayeran enfermos del COVID-19 podrían darse casos de denuncias. Así que los universitarios también salen perjudicados.

Jesús Francisco Torres es un superviviente. Salió indemne de la crisis de 2008, que fue devastadora para la arqueología: «Entonces desaparecieron muchísimos profesionales. De hecho, solamente quedamos cinco o seis de aquel momento. Los demás tuvieron que dedicarse a otra cosa. Si se repite esta situación sería un desastre. España terminaría perdiendo a los científicos mejor preparados y con la formación más completa. Hablamos varios idiomas y nuestros trabajos están a la altura de nuestros colegas europeos, pero, eso sí –afirma con ironía– con la mitad de su presupuesto».

Jesús Francisco Torres representa a un tipo de arqueólogo que se puede ver muy afectado: «No trabajo en el CSIC ni en una universidad. Ellos tienen un sueldo. Yo, no. Muchos arqueólogos no tenemos un sueldo fijo. Somos como los autónomos. Si no trabajamos, no recibimos dinero. Y muchos vamos ya justos». Comenta, además, otro factor: «Si se va todos los años a un yacimiento, no pasa nada. Pero si esa labor se interrumpe y después no se retoma, o se suspende, es un drama enorme. Es igual que si cerraras un laboratorio científico. Todo los esfuerzos quedan en el aire y muchas veces, al regresar, lo que se ha hecho sirve de poca cosa». También expresa su inquietud por la crisis económica que otea en el horizonte y que también amenaza con golpearlos: «España no valora el patrimonio cultural. Es una lástima. Es curioso cómo cada vez que sobreviene una crisis la primera damnificada es la ciencia».

Trinidad Nogales es arqueóloga, pero también la directora del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida. Ella rompe una lanza en defensa de este colectivo: «Se han paralizado las obras y, naturalmente, todos estos profesionales lo están pasando muy mal». Y subraya su valor cultural e importancia económica. «Las administraciones deben mirar hacia la arqueología como motor de desarrollo. Ahora se habla mucho de la España rural y vaciada. Pues esa tiene en su seno unos yacimientos patrimoniales de enorme relevancia que, primero, merecen la atención, y, segundo, generan empleo. Un pueblo puede atraer turistas si tiene algo que se pueda visitar. Y el turismo rural es una de las principales bazas de nuestro país. Se tienen que poner en valor los yacimientos y el patrimonio histórico. Es una inversión que crea empleos y genera riqueza».

IGUAL QUE EN 2008
Todos los arqueólogos están pendientes de las ayudas que se puedan ofrecer a su área. Nadie se ha preocupado de momento de ellos. Algunos tratan de reinventarse, porque, como afirma Marisa Bueno, hasta trabajar en los laboratorios es difícil: por su espacio reducido y porque las piezas pasan por varias manos para examinarlas. Los museos de los sitios arqueológicos también se ven afectados porque no acuden turistas y cuando reabran estarán solo a un treinta por ciento de su capacidad como máximo. Las empresas arqueológicas han reducido su facturación a niveles de 2008 y 2010. «Vamos a tener que sobrevivir y ahorrar mucho», comenta Santiago Domínguez: «Regresamos a las mismas estrecheces de antes».

2 de mayo de 2017

Hallan restos de herramientas de hace 30.000 años en una bodega-cueva de El Provencio (Cuenca)

Arqueólogos de la empresa Ares Arqueología han encontrado en una antigua bodega de más de 200 años instalada en una cueva tradicional --que hacía las veces de despensa hace dos siglos-- multitud de restos de herramientas neandertales de más de 30.000 años de antigüedad en El Provencio (Cuenca).
Los restos de herramientas tienen más de 30.000 años de antigüedad. FOTO: ARCHIVO. 
La empresa Ares Arqueología ha encontrado en una antigua bodega de más de 200 años instalada en una cueva tradicional --que hacía las veces de despensa hace dos siglos-- multitud de restos de herramientas neandertales de más de 30.000 años de antigüedad en El Provencio (Cuenca).

El arqueólogo Santiago David Domínguez ha explicado a Europa Press que este material del Paleolítico se ha localizado casi por casualidad durante el estudio de estas cuevas centenarias, que al estar excavadas a gran profundidad llegaron al nivel de los estratos que acumulan estas herramientas.

Estos trabajos se enmarcan dentro del Plan de Recuperación del Patrimonio Histórico y Cultural impulsado por el Ayuntamiento de El Provencio, a través del cual ya han encontrado varios restos de este tipo en las afueras de la localidad.

Al tiempo, se está auditando el estado de estas cuevas tradicionales y catalogándolas, de manera que ambas líneas de actuación de este proyecto han confluido "por casualidad" en el interior de esta cueva.

Domínguez ha señalado que la ubicación de la localidad, muy próxima a las terrazas del río Záncara, hace que en el Paleolítico Inferior y Medio fuera un lugar frecuentado por animales, de ahí que los cazadores de la época dejaran su rastro en los alrededores.

19 de agosto de 2015

Los trabajos en las termas romanas de Valeria (Cuenca) sacan a la luz mosaicos, estucos y mármoles del siglo I

Los trabajos arqueológicos en las termas romanas de la villa romana de Valeria en la provincia de Cuenca continúan este verano, y en nuevas excavaciones se han recuperado fragmentos de mosaicos, de estucos y de mármoles, además de escombros constructivos que servirán a los arqueólogos para reconstruir idealmente el edificio arruinado.

Estas excavaciones, dirigidas por Santiago David Domínguez y Míchel Muñoz, se realizan durante este verano con alumnos de diferentes universidades, como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada, la Universidad de Valencia o la UNED.

El edificio de las termas se descubrió el pasado verano durante el estudio de impacto previo a la obra de reapertura de un camino al pueblo. Su excavación sirvió de prácticas al curso de formación de Arqueología que se lleva ya varios años celebrando en el yacimiento.

Dada la relevancia del hallazgo, puesto que no se conocían aún termas en esta ciudad romana, Santiago David Domínguez ha explicado que la Junta de Castilla-La Mancha ha autorizado un proyecto de investigación específico para el estudio y puesta en valor de estas termas.

NUEVOS DETALLES SOBRE LAS TERMAS
Estos descubrimientos arrojan luz sobre detalles sobre la forma, la función y la decoración de la piscina para agua templada o 'tepidarium' hasta ahora excavada. Los restos servirán a los arqueólogos para reconstruir idealmente el edificio arruinado.

Falta por saber si este edificio de baños fue público o privado, tarea pendiente para futuras campañas. Se pretende, por parte de la dirección y y del Ayuntamiento de Valeria, iniciar inmediatamente la puesta en valor de la nueva ruina, prepararla para ser enseñada para aportarle un nuevo recurso al pueblo y ya se está buscando la financiación y los medios para hacerlo al tiempo que se protegen los restos.

9 de agosto de 2014

Encuentran las termas de la ciudad romana de Valeria (Cuenca)

En concreto se ha encontrado una piscina de hormigón romano con mármoles, ladrillos y trozos de mosaicos propios de las termas romanas datados entre los siglos I y II d.C. Debido a la extensión de la ciudad romana, los expertos no descartan que aparezcan nuevas termas o balnearios.
La ciudad romana destaca por su foro, uno de los mejor conservados de España. Foto: EFE,
Excavaciones en la ciudad romana de Valeria, una antigua villa o "municipium" romano del siglo I a.C. que actualmente pertenece a la localidad de Las Valeras (Cuenca), han permitido encontrar restos de lo que parecen ser termas romanas datadas entre el siglo I y II. Los restos podrían pertenecer a los baños públicos de la ciudad. En concreto se ha encontrado una piscina de hormigón romano con mármoles, ladrillos y trozos de mosaicos propios de las termas romanas de la época y la zona.

La ciudad de Valeria tiene una gran extensión de 27 hectáreas actualmente, y para una ciudad de ese tamaño los expertos ya predecían que debían haber unos baños públicos y varios balnearios, demostrando ahora que el yacimiento de la ciudad romana de Valeria puede ser mucho más grande de lo que en un principio se esperaba.

Los restos serían las primeras termas encontradas en la ciudad pero no se descartan que aparezcan más en vista de las nuevas dimensiones de la ciudad.

La ciudad romana destaca por su foro, uno de los mejor conservados y más completos de España. Hasta ahora la mayoría de excavaciones se habían llevado a cabo en esa zona, sin embargo, a la hora de ampliar el perímetro de trabajo, los expertos encuentran más restos alrededor. Se espera que estos restos puedan ser habilitados para que los visite el público lo antes posible.

UN PROYECTO CON RESULTADOS SORPRENDENTES
Para la empresa que se está encargando de estas labores arqueológicas, el descubrimiento es una nueva etapa para descubrir la villa romana de Valeria, que consideran puede tener aún mucho que ofrecer y que la mayor parte puede estar aún enterrada. "Puede ser el comienzo de un proyecto que puede alargarse aún mucho más tiempo y puede dar sorprendentes resultados", señalaban los arqueólogos de la empresa.

En Valeria trabajan 18 personas actualmente entre las que se encuentran 3 arqueólogos y 15 alumnos en prácticas tanto de la UNED de Cuenca, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Castilla-La Mancha, junto al apoyo de las entidades locales y provinciales.

Valeria es una villa romana ubicada en la hoz del río Gritos a unos 1000 metros de altura y construida sobre terrenos conquistados a los celtas, fundada entre los años 93 y 82 a.C. recibiendo el nombre en homenaje a su fundador, el cónsul Valerio Flaco. Está declarada Bien de Interés Cultural y los antiguos escritos señalan que debió ser una ciudad muy importante, siendo citada por Ptolomeo.


Este descubrimiento se ha realizado gracias al trabajo de quince alumnos que se encuentran realizando un curso de verano en la ciudad coordinados por los arqueólogos Santiago David Domínguez, Míchel Muñoz y Adrián López. Una vez termine la campaña, desde Ares Arqueología se harán propuestas para que se sigan ampliando los trabajos y la zona quede visible.
(Fuente: El Diario.es / EFE)

14 de noviembre de 2013

Descubren dos nuevos yacimientos paleolíticos en El Provencio (Cuenca)

Aunque ya se conocía un yacimiento paleontológico con fauna de hace más de un millón de años en este municipio de la alcarria conquense, gracias a la campaña de revisión de este sitio para su inclusión en la Carta Arqueológica, se ha descubierto que el área es también rica en instrumentos de piedra tallada, definiéndose por el momento dos nuevos sitios arqueológicos con restos del Paleolítico Inferior y Medio.
Objetos encontrados en las excavaciones.
Con motivo del proyecto de investigación "El Paleolítico Inferior y Medio en la Provincia de Cuenca", los técnicos de la empresa ARES Arqueología y Patrimonio Cultural Santiago David Domínguez y Michel Muñoz se encuentran haciendo un inventario de yacimientos del origen de la Humanidad en el área conquense.

El proyecto se encuentra más avanzado en la zona de la Alcarria, donde se han descubierto y revisado importantes yacimientos con industria tallada por los primeros seres humanos que poblaron la Península (Homo antecessor, Homo heidelbergensis y neandertales). Los yacimientos más antiguos conocidos en la Alcarria podrían rondar el millón de años de antigüedad.

DOS NUEVOS YACIMIENTOS
Pero además, se ha ampliando información a otras áreas, en concreto al término municipal de El Provencio. Se conocía ya un yacimiento paleontológico con fauna de hace más de un millón de años en este municipio (mamuts y bóvidos extintos). Gracias a la campaña de revisión de este sitio paleontológico para su protección mediante la inclusión en Carta Arqueológica, se ha descubierto que el área es también rica en instrumentos de piedra tallada, definiéndose por el momento dos nuevos sitios arqueológicos con restos del Paleolítico Inferior y Medio.

Sobre todo el segundo de los yacimientos presenta buenísimos ejemplos de industria típica de las producciones neandertales o "musteriense". La importancia de investigar en la zona de El Provencio es que el término municipal ha demostrado tener yacimientos paleontológicos y arqueológicos; en la Alcarria, por las características del suelo, no se conservan bien los restos óseos de la fauna que convivía con los seres humanos. Sólo resta encontrar una ubicación propicia y excavarla para estudiar la relación entre lítica y fauna para obtener datos sobre comportamiento de seres humanos extintos.

Son muy contados los casos a nivel internacional en los que se puede establecer esta relación y, hacerlo en el contexto manchego, sería muy trascendente para saber más sobre el origen del ser humano en el Occidente europeo.

(Fuente: Voces de Cuenca)

27 de diciembre de 2012

Destapan seis metros de acueducto romano en Valeria (Cuenca)

Se trata de un canal practicado en la roca
descubierto y vuelto a cubrir en 1974.
Los arqueólogos de la empresa Ares Arqueología han sacado a la luz un acueducto de seis metros en la ciudad romana de Valeria, en Las Valeras (Cuenca), que fue descubierto en los años 70 pero se volvió a tapar.

El acueducto fue encontrado en 1974 por Francisco Suay, pero en aquel momento se optó por volver a taparlo y ahora, a raíz de la necesidad de construir una depuradora en Las Valeras, la empresa Ares Arqueología ha aprovechado para retomar la excavación y ha llegado a destapar seis metros.

Uno de los arqueólogos de Ares, Santiago Domínguez, ha explicado a Efe que el objetivo es proseguir las excavaciones en una campaña futura, a ser posible el próximo verano, para conocer cómo iba cubierto el acueducto y aportar conocimiento sobre el abastecimiento de agua a Valeria.

y ha agregado que su pretensión es que, en el futuro, forme parte del conjunto arqueológico visitable de Valeria.

Otro de los arqueólogos de Ares, Michel Muñoz, ha explicado que "no es un acueducto como el de Segovia", sino que se trata de un canal practicado en la roca, que no parece muy destruido y retirando la tierra de labor que tiene encima saldrían a la luz bastantes metros más".

En 1974 sólo salió a la luz un metro y medio de acueducto y, a raíz de los trabajos previos a la instalación de la depuradora, los arqueólogos han realizado sondeos y estudios por la zona para garantizar que en la parcela donde se va a levantar esta infraestructura no había más restos arqueológicos.
(Fuente: ABC / EFE)