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17 de julio de 2024

La UNIA celebra en Bedmar (Jaén) la sexta edición del curso Arqueología del cuaternario

La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) inaugura la sexta edición del curso Arqueología del cuaternario: teorías, métodos y prácticas, organizado por la Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén) y por el Centro de Investigaciones Prehistóricas de Sierra Mágina (Paleomágina), y dirigido por Marco Antonio Bernal y José María Hidalgo, de Paleomágina, y Mª del Carmen Jorge García, de la Universidad Carlos III de Madrid.


La Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) inaugura la sexta edición del curso Arqueología del cuaternario: teorías, métodos y prácticas, organizado por la Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén) y por el Centro de Investigaciones Prehistóricas de Sierra Mágina (Paleomágina), y dirigido por Marco Antonio Bernal y José María Hidalgo, de Paleomágina, y Mª del Carmen Jorge García, de la Universidad Carlos III de Madrid.

El curso finaliza el 28 de julio y su objetivo es dotar al alumnado de una formación práctica y teórica en la metodología y técnicas arqueológicas del Cuaternario y realizar una investigación y puesta en valor de una parte de la riqueza arqueológica patrimonial de Bedmar (Jaén), como es el Yacimiento de la Cueva del Nacimiento del Río Cuadros.

Una edición más, el alumnado realizará excavaciones arqueológicas y trabajo de laboratorio por las mañanas, mientras que las tardes se han reservado para sesiones de conferencias y prácticas con investigadores expertos en distintos campos de la arqueología.

En el acto inaugural, el director de la Sede Antonio Machado de Baeza de la UNIA, José Manuel Castro, ha recordado “la vocación colaborativa de la Internacional de Andalucía; en este caso, con otras instituciones públicas como el Ayuntamiento de Bedmar, la Diputación Provincial de Jaén y la Junta de Andalucía, y privadas como la Caja Rural de Jaén”.

También ha destacado la “calidad de este programa, que se extiende tanto a la dirección del mismo como a su profesorado”. Por último, Castro se ha referido al alumnado, a su papel fundamental como “destinatario de la oferta de la UNIA”, y ha subrayado la especificidad de este programa docente que permite a los alumnos adquirir “competencias en investigación”.

Junto al director de la Sede Antonio Machado de Baeza de la UNIA, han intervenido en el acto inaugural, el delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, José Ayala; la vicepresidenta de la Diputación provincial de Jaén, Pilar Parra; la concejala de Juventud, Igualdad, Bienestar Social y Educación de Bedmar, Mª Mar Vílches; el gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas, y el director del curso, Marco Antonio Bernal.

Precisamente, Bernal ha agradecido a las instituciones su colaboración en este curso, del que ha afirmado es “un mosaico que necesita todas sus piezas”. Un curso que ha ido creciendo desde hace 10 años, que cuenta con “alumnado internacional, procedente de países como Colombia o México” y que conjuga “la formación con la recuperación del patrimonio”.

Tras el acto inaugural ha tenido lugar la conferencia Ídolos: imágenes femeninas en la prehistoria reciente ibérica, impartida por Primitiva Bueno, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares.

Participan como profesores, Félix Ríos, de la Sociedad Gaditana de Historia Natural; Leonor Peña, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Juan Manuel Jiménez y Jesús Miguel Úbeda-Portugués, de la Universidad de Granada; Iñigo Olalde e Iñaki Intxaurbe, de la Universidad del País Vasco; Antonio Delgado, investigador del CSIC-IACT de Granada; José Yravedra, de la Universidad Complutense de Madrid; Javier Baena, Nuria Castañeda, Patricia Ríos y Concepción Torres, de la Universidad Autónoma de Madrid; Sandra Bañuls, de la Universidad de Valencia; Robert Sala, del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social, Universidad Rovira i Virgili; Pablo Garrido, de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía; José Antonio Riquelme y Antonio Jesús Torres, de la Universidad de Córdoba; Francisco José Bermúdez, investigador en la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana; Francisco Javier Fernández de la Peña, de Dibujantes de Arqueología; Manuel Jesús Torres Soria y Antonio López Rodríguez, investigadores de Paleomágina; Mª Soledad Maíz, de Fíbula. Didáctica del Patrimonio; José Ramos Muñoz y Manuel Jesús Parodi, de la Universidad de Cádiz, y Juan Antonio Pérez Claros, de la Universidad de Málaga.

16 de enero de 2023

Descubren la entrada al castro celtíbero de Huerta del Marquesado (Cuenca)

Las excavaciones de este otoño de los arqueólogos Santiago David Domínguez y Jesús Francisco Torres también han sacado a la luz un tramo de 20 metros de la línea de muralla. Los resultados han sido muy satisfactorios, sobre todo, por la calidad de los materiales documentados y su buen estado de conservación.
Las excavaciones, asimismo, han sacado a la luz diverso material de la época medieval, muestra de una posterior ocupación del castro.

Huerta del Marquesado continúa avanzando en la investigación de su pasado, esta vez, con una nueva intervención arqueológica en el yacimiento celtíbero del Cerrito del Moro encaminada a conocer más sobre la forma de vida de sus antiguos pobladores de hace 2.800 años.

Unas excavaciones acometidas este otoño con fondos municipales y bajo la dirección de los arqueólogos Santiago David Domínguez Solera, de Heroica Arqueología y Patrimonio Cultural, y Jesús Francisco Torres, del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC) que han venido a corroborar la gran potencialidad de este castro celtíbero con origen en la Edad del Hierro.

Y es que, tal y como recalca Domínguez Solera, a pesar de tratarse de una actuación arqueológica de poca envergadura, los resultados han vuelto a ser muy satisfactorios, sobre todo, por la calidad de los materiales y su buen estado de conservación.

En esta ocasión, de hecho, no solo se ha despejado la cumbre de un tramo de 20 metros de línea de muralla de este asentamiento celtíbero, de los que seis se han excavado por completo, sino que, además, se ha descubierto la puerta de entrada al castro.

Un hallazgo este último que, en palabras de Domínguez, “siempre tiene su intríngulis”, entre otras razones porque hay muchos tipos de puertas en los asentamientos de esta época.

En el caso del Cerrito del Moro, en concreto, parece contar con dos especie de torres, aunque, según puntualiza, aún no se pueda afirmar al 100%. Lo que sí tienen claro es que, por un lado, se trata de una puerta de acceso al castro y no de una rotura posterior de la muralla, y, por otro, que a ambos lados hay dos engrosamientos de la muralla, sin que, por el momento, se pueda saber más, incluso, de su posible pavimento, si es que lo hay. Eso habrá que verlo en la próxima actuación, según recalca el arqueólogo de Heroica Arqueología, quien, no obstante, no duda en mostrar su satisfacción por este descubrimiento.

Y es que con estas pequeñas excavaciones han podido determinar que en este castro hay una especie de doble defensa, puesto que la puerta no da acceso directamente a las viviendas, sino a un pasillo perimetral que forma parte de su estructura defensiva.

Otros descubrimientos
Pero esta pequeña intervención ha dado para más y también se ha encontrado más material cerámico, que se suma al descubierto en la primera prospección de la primavera de 2021. En su mayoría, piezas de uso cotidiano de cerámica a mano de época protohistórica, aunque también un fragmento de una aguja de hueso; un utensilio básico para el día a día de los pobladores celtíberos, tal y como detalla el arqueólogo conquense.

Las excavaciones, asimismo, han sacado a la luz diverso material de la época medieval, muestra de una posterior ocupación del castro, aunque no crean que se trató de “una reocupación muy fuerte”, como en otros sitios.

Concluidos los trabajos de esta segunda intervención, está prevista la instalación, en breve, de un panel explicativo con los resultados de la excavación, similar al colocado en la primera actuación, con el fin de que el visitante pueda conocer lo que se ha hecho. No obstante, la intención, en palabras de Domínguez, es musealizar lo excavado hasta ahora para hacerlo visitable.

No en vano, la actuación del próximo año se pretende centrar tanto en la excavación en área abierta de la puerta del castro, como en su puesta en valor y musealización, junto a la muralla, con el objeto de que pueda ser visitado y entendido por el visitante. Y es que, tal y como subraya, sería el primer castro celtíbero visitable de La Serranía conquense, a semejanza del musealizado por ambos arqueólogos en la localidad guadalajareña de Villanueva de Alcorón. De hecho, ambos yacimientos están incluidos en su proyecto de investigación sobre la Castrificación de La Serranía de Cuenca y el Alto Tajo.

11 de mayo de 2020

Ruina sobre ruinas

Algunas campañas se retrasarán y muchos yacimientos no abrirán este verano. A eso se suma la falta de subvenciones y el desempleo. El sector está en punto muerto
Dos arqueólogas trabajan en Galería, en el yacimiento arqueológico de Atapuerca, que esté año verá reducido su número de trabajadores/Foto: Santi Otero/EFE
«Todo se ha parado. No se puede trabajar en los yacimientos este verano». La preocupación del arqueólogo Arturo Oliver, en Castellón, es compartida por sus compañeros en otras partes de España. Las campañas arqueológicas están en suspenso en nuestro país. Solo los trabajos de urgencia, relacionados con la construcción de inmuebles, carreteras o la restauración imprescindible de monumentos, tienen garantizados la continuidad. El coronavirus ha llevado también a la ruina a los que se ocupan de las ruinas. 

La falta de subvenciones, que en muchos casos aún no se han adjudicado, la suspensión o la brevedad de las campañas (que conlleva aparejado una pérdida de inversión) y el desempleo al que se verán abocados cientos de profesionales, arrastra a este sector a una pronunciada crisis, con el perjuicio que supone eso para España: no ahondar en el legado histórico que conservamos y la pérdida de relieve internacional de nuestra ciencia. Marisa Bueno, que trabaja en Cadalso de los Vidrios, comparte la opinión de su colega y expresa con pesimismo y un poco de rabia, su pesar: «Muchas de las excavaciones en curso no reabrirán. No tendrán presupuesto de los ayuntamientos o las juntas correspondientes. También porque durante esas semanas vivimos en espacios reducidos, casi siempre en albergues, y en muchos casos no se podrán aplicar las medidas sanitarias. El futuro es bastante incierto».

La situación ha afectado a proyectos españoles de la envergadura de Atapuerca. Uno de sus directores, José María Bermúdez de Castro, afirma: «Una campaña como las que se han llevado a cabo en los últimos diez o doce años es hoy imposible. Por aquí pasaban hasta 250 personas de 25 nacionalidades diferentes. Venían de Francia, Italia, Estados Unidos... Es irrealizable con esta situación. Igual que los congresos, porque las concentraciones van a desaparecer. Nosotros empezábamos en junio y terminábamos a finales de julio. Mira a qué fechas estamos ya y no tenemos nada aún. Tendremos que hacer algo modesto, si llegamos a tiempo, y con menos gente, lo que retrasará los avances. Aparte de que, como ha sucedido en otras áreas de la cultura, habrá menos dinero. Algunas excavaciones podrán retrasarse, pero otras no podrán hacerlo y se perderán. Todas, en general, van a sufrir bastante. No solo en España, también en Europa y en otros continentes».
MOMIAS, CORONAVIRUS Y POLVO
No está equivocado. José Ramón Pérez-Accino trabaja al lado del Valle de los Reyes, en uno de los proyectos internacionales de mayor relieve de España. Un yacimiento prometedor que ya está dando resultados. «Estamos donde se escondieron las momias reales que luego se encontraron en el siglo XIX. Es una de las concesiones más grandes que existen en este país. 

Hemos descubierto una columna de unos veinte metros de altura rematada con una cabeza humana. Algo fascinante. Junto a ella han aparecido mesas de ofrendas, oraciones. Este año teníamos por primera vez permiso de excavación y no solo de prospección. El problema ahora es que no sabemos qué va a pasar, si se va a permitir a los españoles entrar en este país o no, y si nos impondrán una cuarentena, lo que nos haría plantearnos si merece la pena ir. Tampoco sabemos qué medidas de seguridad nos exigirán. Allí estamos a 52 grados. Es el límite de lo que puede aguantar una persona. Llevamos mascarillas para el polvo, pero si a eso hay que añadir guantes de látex... Por no decir lo que supone pasar esta enfermedad en otro país». Pérez-Accino añade: «Para la arqueología es un retraso y la arqueología trabaja con el tiempo y las huellas que deja el tiempo. Si no puedes cumplir con los plazos y la entrega de informes pierdes la financiación, y sin ella... Pero lo que más miedo me da es la crisis económica mundial que se avecina. Por no contar con toda la gente de estas naciones que viven de proyectos como el nuestro. Si no acudimos, no tendrán el trabajo, y aumentará aún más la pobreza en estos territorios».

José Iravedra también ha dirigido un proyecto en el extranjero. Nada menos que en Olduvai, la cuna de la humanidad. Él suma otro problema que no es menor: «Allí el acceso a las medicinas es difícil. Y al agua. Si lleváramos el coronavirus, los efectos humanos serían catastróficos. Por eso, muchos países de África han cerrado fronteras. Puedes organizar una catástrofe descomunal si metes ea COVID-19. Aparte de que si alguien lo desarrolla allí sería gravísimo, porque con el calor pierdes sal y el cuerpo está muy debilitado. Yo adelgazo entre cinco y ocho kilos cada vez que voy». Para Iravedra existen también cuestiones académicas, aparte de las humanas, que se deben atender: «Hay que tener en cuenta que si fallas un año y no vas, no justificas la subvención y la pierdes completamente o la tienes que devolver. Después hay que pensar en una característica de nuestro yacimiento, que es el mismo donde excavó Mary Leakey: se convive mucho. A lo mejor en el mismo metro cuadrado hay dos personas. No puedes mantener la distancia. También, hay que tener en cuenta si a los españoles se les vetará la entrada».

Santiago Domínguez, propietario de la empresa Ares Arqueología y Patrimonio Cultural, está especializado en arqueología de urgencia (término que detesta), y dirige investigaciones de etnoarqueología en América y África: «Estudiamos a los pocos grupos de cazadores recolectores que todavía quedan en el mundo. Íbamos a viajar a Tanzania, pero este año y el que viene ya no podremos visitar a estos grupos indígenas. Muchos de ellos no están en contacto con el resto del mundo. Viven en el Amazonas y la selva. No los puedes visitar sin estar vacunado o haber pasado una cuarentena, porque ellos no tienen nuestro sistema inmunológico y les afectaría. Hay que esperar. Es una pena, porque estos cazadores recolectores son los últimos, son muy viejos, pueden morir en este tiempo. Pero ir en este instante supondría ponerlos en peligro. Y lo que nos enseñan ellos resulta esencial. Si sabemos interpretar un yacimiento del paleolítico es porque ellos no lo han enseñado. Nos dicen cómo se vivía en Europa hace 12.000 años, porque siguen viviendo igual».

PATRIMONIO Y LA ESPAÑA VACÍA
A lo anterior se tiene que agregar la repercusión que esta situación tiene para la formación de nuevos arqueólogos. Pocos se van a arriesgar a llevar a determinadas zonas, incluso a una excavación nacional, a los estudiantes. Para ellos pasar por estas prácticas resulta crucial para adquirir conocimientos y experiencia, pero si cayeran enfermos del COVID-19 podrían darse casos de denuncias. Así que los universitarios también salen perjudicados.

Jesús Francisco Torres es un superviviente. Salió indemne de la crisis de 2008, que fue devastadora para la arqueología: «Entonces desaparecieron muchísimos profesionales. De hecho, solamente quedamos cinco o seis de aquel momento. Los demás tuvieron que dedicarse a otra cosa. Si se repite esta situación sería un desastre. España terminaría perdiendo a los científicos mejor preparados y con la formación más completa. Hablamos varios idiomas y nuestros trabajos están a la altura de nuestros colegas europeos, pero, eso sí –afirma con ironía– con la mitad de su presupuesto».

Jesús Francisco Torres representa a un tipo de arqueólogo que se puede ver muy afectado: «No trabajo en el CSIC ni en una universidad. Ellos tienen un sueldo. Yo, no. Muchos arqueólogos no tenemos un sueldo fijo. Somos como los autónomos. Si no trabajamos, no recibimos dinero. Y muchos vamos ya justos». Comenta, además, otro factor: «Si se va todos los años a un yacimiento, no pasa nada. Pero si esa labor se interrumpe y después no se retoma, o se suspende, es un drama enorme. Es igual que si cerraras un laboratorio científico. Todo los esfuerzos quedan en el aire y muchas veces, al regresar, lo que se ha hecho sirve de poca cosa». También expresa su inquietud por la crisis económica que otea en el horizonte y que también amenaza con golpearlos: «España no valora el patrimonio cultural. Es una lástima. Es curioso cómo cada vez que sobreviene una crisis la primera damnificada es la ciencia».

Trinidad Nogales es arqueóloga, pero también la directora del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida. Ella rompe una lanza en defensa de este colectivo: «Se han paralizado las obras y, naturalmente, todos estos profesionales lo están pasando muy mal». Y subraya su valor cultural e importancia económica. «Las administraciones deben mirar hacia la arqueología como motor de desarrollo. Ahora se habla mucho de la España rural y vaciada. Pues esa tiene en su seno unos yacimientos patrimoniales de enorme relevancia que, primero, merecen la atención, y, segundo, generan empleo. Un pueblo puede atraer turistas si tiene algo que se pueda visitar. Y el turismo rural es una de las principales bazas de nuestro país. Se tienen que poner en valor los yacimientos y el patrimonio histórico. Es una inversión que crea empleos y genera riqueza».

IGUAL QUE EN 2008
Todos los arqueólogos están pendientes de las ayudas que se puedan ofrecer a su área. Nadie se ha preocupado de momento de ellos. Algunos tratan de reinventarse, porque, como afirma Marisa Bueno, hasta trabajar en los laboratorios es difícil: por su espacio reducido y porque las piezas pasan por varias manos para examinarlas. Los museos de los sitios arqueológicos también se ven afectados porque no acuden turistas y cuando reabran estarán solo a un treinta por ciento de su capacidad como máximo. Las empresas arqueológicas han reducido su facturación a niveles de 2008 y 2010. «Vamos a tener que sobrevivir y ahorrar mucho», comenta Santiago Domínguez: «Regresamos a las mismas estrecheces de antes».

9 de enero de 2017

150.000 euros para excavaciones en trece yacimientos de Ciudad Real

El patrimonio histórico no sólo es una fuente de cultura necesaria sino también de riqueza para la zona en la que se ubica y, conocedora de esta situación, la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, a través de la Consejería de Cultura, acaba de aprobar 13 proyectos de trabajo en yacimientos arqueológico de Ciudad Real que permitirán seguir avanzando en la investigación de ese patrimonio.
Iglesia de la fortaleza de Calatrava la Nueva.
En concreto, el Gobierno regional ha concedido subvenciones por importe de 149.376,18 euros para llevar a cabo en 13 yacimientos arqueológicos de la provincia ubicados en las localidades de Aldea del rey, Almodóvar del Campo, Valdepeñas, Terrinches, Almadén, Montiel, Poblete y Ciudad Real, Argamasilla de Alba, Albaladejo, Carrión de Calatrava y Daimiel.

CERRO DELAS CABEZAS
Uno de los proyectos más destacados, en lo que a la cuantía de la subvención se refiere, será en el Cerro de las Cabezas de Valdepeñas, donde los arqueólogos Julián Vélez, José Javier Pérez, Tomás Torres y Domingo Fernández llevarán a cabo un sondeo estratigráfico en el área urbana de oppidum; además del estudio arqueológico-estratigráfico del área urbana y muralla norte. 
En este proyecto aprobado por la Junta también se incluye la realización de dataciones pro termoluminescencia, así como el estudio y clasificación del material metálico del yacimiento arqueológico.

El Cerro de las Cabezas es un punto de referencia en la cultura íbera, por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos y por ser una de las pocas ciudades ibéricas conservadas en su integridad dentro del panorama peninsular. Las campañas sistemáticas que la Junta de Comunidades está llevando a cabo en colaboración con el Ayuntamiento de Valdepeñas, desde años atrás, van poniendo al descubierto parte de las áreas urbanas y defensivas de la ciudad, mostrándonos su urbanización, almacenes, áreas domésticas, santuarios, torreones y murallas.
Esta no será la única actuación que se realice en Valdepeñas, ya que también se ha autorizado y subvencionado otra actuación, en este caso estudios y prospecciones geofísicas para el conocimiento del opiddum oretano que realizarán los arqueólogos Juan José Blánquez y Lourdes Roldán.

SISAPO
También es destacable el trabajo que van a realizar en la antigua Sisapo o yacimiento La Bienvenida, en Almodóvar del Campo, los profesionales Mar Zarzalejos, Carmen Fernández y Germán Esteban.

En este lugar se llevan realizando excavaciones desde la pasada década de los 80 que están siendo de gran utilidad para la reconstrucción de la dinámica histórica de la comarca gracias a importantes hallazgos que demuestran la inserción de la localidad en la cultura y economía de los Tartesos a finales del siglo VIII A. C, además de que se ha descubierto que ya en época romana se convirtió en la capital minera de la comarca debido a su vinculación con la explotación de las minas de cinabrio y plata. El yacimiento ha podido ser identificado con un importante centro minero citado por las fuentes clásicas con el nombre de Sisapo. Se encuadra dentro de la zona denominada como la Oretania prerromana. Esta ciudad tuvo una extensión aproximada de 10 hectáreas y estaba rodeada por una muralla de más de 3 metros de ancho con unas 28 torres. En el interior del recinto se han encontrado restos de viviendas de varios momentos culturales desde el siglo VII a.C. hasta el siglo IV d.C.
CALATRAVA LA NUEVA
Otra de las actuaciones aprobadas por el Gobierno regional tendrá lugar en el castillo de Calatrava La Nueva, en Aldea del rey, gracias a las arqueólogas Ana María Segovia y Concha Claros. El Sacro Castillo-Convento fue fue declarado Monumento Nacional en 1854 está en la cima del cerro Alacranejo, una zona que ya desde la época prehistórica ambos lugares fueron elegidos por gentes de la Edad del Bronce para situar sus poblados como muestran los restos hallados en la zona en la que se ubica el castillo, ocupado hasta 1802 por la Orden de Calatrava.

ALARCOS Y CALATRAVA LA VIEJA
En el parque arqueológico de Alarcos y Calatrava la Vieja se van a llevar a cabo varias actuaciones, entre las que se incluye continuar con la excavación arqueológica de Alarcos a cargo de Antonio de Juan -gran conocedor de este yacimiento ya que dirigió durante años este parque, junto a Macarena Fernández y Diego Lucendo.
El cerro de Alarcos fue ocupado por el hombre desde la Edad del Bronce Pleno y conoció dos etapas esplendorosas: una durante la época ibérica y otra en la Edad Media.
Las excavaciones arqueológicas que se desarrollan desde 1984 han sacado a la luz parte de la ciudad ibérica, el perímetro exterior del castillo y gran parte de la muralla medieval, donde se ha encontrado una fosa común con restos de la batalla que en 1195 enfrentó a musulmanes y cristianos.

Por otra parte, entre Ciudad Real y Poblete, María del Rosario García, Francisco Javier Morales y David Rodríguez van a llevar a cabo el estudio e investigación de la necrópolis ibérica y del oppidum de Alarcos. En Calatrava La Vieja se va a desarrollar el estudio y caracterización de materiales arqueológicos y este proyecto lo desarrollarán los arqueólogos Manuel Retuerce y Miguel Ángel Hervás.

En este caso hay que recordar que la antigua Qal'at Rabah islámica es uno de los yacimientos medievales más importantes y mejor preservados de la Península. Su historia, junto al río Guadiana, transcurre entre los s. VIII y XV y fue el enclave urbano del poder califal en la región, la primera posesión templaria en Castilla, lugar de fundación de la primera Orden militar hispana y la ciudad más septentrional del Imperio almohade.
Conserva estructuras tan notables como un foso, todo el recinto amurallado, con torres pentagonales, “albarranas” y “corachas”, y dos puertas acodadas. En el alcázar destacan el magnífico arco triunfal de acceso, la gran sala de recepciones, el aljibe y las iglesias templaria y calatrava, y en los arrabales, los restos de una mezquita.

CASTILLO DE LA ESTRELLA DE MONTIEL
Viajando hasta otro castillo, en este caso el de la Estrella en Montiel, la Junta de Comunidades ha dado luz verde a la excavación arqueológica en el barrio islámico, que llevarán a cabo el profesor de Historia Medieval de la UCLM Jesús Molero; el arqueólogo de la Fundación Castillo de la Estrella, David Gallego; y la restauradora Cristina Peña.
Se trata de una zona de hábitat con restos de silos y viviendas de este período y que según los datos recogidos por este mismo grupo de trabajo en 2013 “tienen una cronología muy temprana (siglo IX-X), lo que convierte al conjunto arqueológico del Castillo de la Estrella en uno de los yacimientos con una secuencia cronológico-cultural de época medieval más amplia y completa de la región”.

LA MOTILLA DEL AZUER
Otro de los yacimientos más conocidos de la provincia, el de la Motilla del Azuer en Daimiel, también forma parte de los proyectos aprobados, en este caso se realizarán investigaciones geoarqueológicas y topográficas en las que participará el arqueólogo Miguel Torres.
La Motilla del Azuer es el ejemplo más representativo de una original cultura de la Edad del Bronce que se desarrolló en las llanuras del norte de la provincia, preferentemente inundables, donde el agua se convirtió en un factor de capital importancia para la supervivencia.

El yacimiento se desarrolla en torno a un profundo pozo protegido por una torre de planta cuadrada, varias líneas concéntricas de murallas de considerable altura en mampostería, entre las cuales se disponían desde áreas de estabulación de ganado, áreas artesanales para la fundición de metales a almacenes de cereales.

PILAR DE LA LEGUA DE ALMADÉN
Hasta Almadén se va también una de las subvenciones más importantes en lo que se refiere a su cuantía, ya que se ha aprobado el proyecto del equipo multidisciplinar que componen Germán Esteban, Mar Zarzalejos y Jesús Martínez para seguir investigando en el yacimiento Pilar de la Legua.
Los dos últimos proyectos que se van a desarrollar son el estudio de contextualización ceramológica, mineralógica y fotogramétrica de la villa romana de Puente de la Olmilla, en Albaladejo, a cargo de Luis Benítez de Lugo y José Luis Fuentes; así como la excavación arqueológica en el castillo de Santa María, en Argamasilla de Alba, que realizarán Antonio José Gómez; David Gallego; Jesús Manuel Molero; Andrés Ocaña; y Juan Ángel Ruiz.

CASTILLEJO DEL BONETE
El proyecto aprobado por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que cuenta con una mayor inversión es el del estudio de túmulos prehistóricos en la cultura de las motillas, que se realizará en el Castillejo del Bonete en Terrinches.
Este yacimiento arqueológico tiene aproximadamente 500 metros cuadrados y está emplazado en las estribaciones septentrionales de Sierra Morena, en lo alto de una ladera orientada al sur.

El lugar se encuentra al sureste de la provincia de Ciudad Real y en lo que tradicionalmente se ha supuesto el borde meridional del área en la cual se desarrolló la Cultura del Bronce de La Mancha. Se halla estratégicamente situado junto al Camino de Aníbal, vía natural de comunicación entre la Meseta y la Alta Andalucía.

Los arqueólogos Luis Benítez de Lugo Enrich y María Benito Sánchez serán los responsables de desarrollar trabajos arqueológicos de excavación, topografía georreferenciada y fotogrametría. Este yacimiento tiene características que le confieren gran interés arqueológico porque, entre otras, agrupa espacios y utensilios de la vida cotidiana; tiene 5 inhumaciones de diversa tipología, varias con ajuar; posee murallas defensivas; y guarda una cueva fortificada de notables dimensiones intacta desde la Prehistoria.

5 de agosto de 2015

Los arqueólogos buscan desentrañar la trama urbana de Dessobriga, en Osorno (Palencia)

En el yacimiento se han recuperado restos de materiales cerámicos y de edificaciones pertenecientes a la Primera Edad del Hierro y materiales pertenecientes a las etapas celtibérica y romana.
Margarita Torrione, catedrática de la Universidad de Saboya es la directora de la excavación en Dessobriga. FOTO: EL DIARIO
La campaña de excavaciones que se está realizando este año en el yacimiento de Dessobriga, sobre una superficie de 194 hectáreas, pretende desentrañar la trama urbana y el muro del antiguo poblado. Los inesperados hallazgos en las prospecciones geomagnéticas con georradar han permitido sacar a la luz una segunda muralla, viviendas y viales de comunicación, por lo que es previsible que los terrenos que se están estudiando sigan dando sorpresas.

El Proyecto Dessobriga tiene como directora y promotora científica a Margarita Torrione, catedrática de la Universidad de Saboya (Francia). Además, la dirección de la intervención arqueológica corre a cargo de Jesús Francisco Torres-Martínez y Antxoka Martínez Velasco, del Instituto Monte Bernorio.

En el yacimiento se han recuperado, tras los trabajos de investigación, restos de materiales cerámicos y de edificaciones pertenecientes a la Primera Edad del Hierro, lo que pone de manifiesto la ocupación en esta época en estas excavaciones. También se han hallado materiales pertenecientes a la etapa celtibérica y a la etapa romana. En concreto, los trabajos tanto de prospección superficial como de excavación arqueológica evidencian una ocupación durante la Primera Edad del Hierro, seguida por otra en la etapa celtibérica, con una continuidad en época romana, según informó ayer la Delegación Territorial de la Junta.

PLANTA CIRCULAR
Las excavaciones efectuadas en el yacimiento con motivo del proyecto de ejecución de la autovía del Camino de Santiago, entre Burgos y León, en los años noventa del siglo pasado, permitieron documentar varias viviendas de la Primera Edad del Hierro de planta circular, que se ubicaban en las laderas del páramo.

De esta forma, es posible distinguir diferentes áreas funcionales como zonas urbanas, basureros y cenizales, estructuras de defensa y, posiblemente, la necrópolis indígena.


La campaña de excavaciones en este enclave arqueológico la desarrolla la Junta de Castilla y León a través de las consejerías de Familia e Igualdad de Oportunidades y de Cultura y Turismo, y se prolongará hasta el próximo día 8. En ella, participan 17 personas procedentes de la Société Archéologique de Bron (SAB) y el Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC). El enclave se encuentra ubicado en el cerro de Las Cuestas, entre Osorno y lo localidad burgalesa Melgar de Fernamental.

4 de febrero de 2015

Una nueva intervención en Huerta Varona desvelará el pasado romano de Aguilar de Campoo (Palencia)

El Ayuntamiento destina 15.000 euros para una nueva campaña en el yacimiento donde el verano pasado se realizaron seis sondeos y en los que se encontró un conjunto de construcciones que indicaban que era un núcleo ocupado desde el Alto Imperio hasta la Alta Edad Media, siglos I hasta VI d.C. 
Los trabajos arqueológicos en Huerta Varona se iniciaron el verano pasado con el descubrimiento de un importante yacimiento romano que no estaba documentado. FOTO: VÍCTOR GUERRA.
El patrimonio de Aguilar de Campoo seguirá siendo protagonista en 2015. Pero en este caso no sólo será el Románico el que centre la atención, ya que según ha anunciado la alcaldesa, María José Ortega, se continuará con el proyecto de intervención en la Huerta Varona.

«Nuestra intención es que se siga con la excavación y ver qué hay realmente en el yacimiento romano, por ello se han consignado 15.000 euros en el Presupuesto, que aprobamos la pasada semana, para poder ejecutar una nueva campaña arqueológica este verano», ha adelantado Ortega.

De igual modo ha avanzado que se realizará de forma conjunta con el proyecto de intervención del castro de Monte Bernorio de Villarén de Valdivia que también desarrolla el Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (Imbac).

INTERVENCIÓN CONJUNTA CON EL YACIMIENTO DE MONTE BERNORIO
Algo de lo que se habló durante la reunión mantenida recientemente con el delegado territorial de la Junta, Luis Domingo González, y el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Luis Calderón, y en la que la regidora y el director de las excavaciones de Monte Bernorio, Jesús Francisco Torres, presentaron el proyecto de intervención para ambos yacimientos que tendrá lugar en verano.

También les mostraron los resultados de las campañas realizadas el pasado ejercicio, junto con un balance histórico exclusivo de la excavación de Monte Bernorio, que desarrolla el Imbeac desde hace una década.

NÚCLEO OCUPADO DESDE EL ALTO IMPERIO
En el caso del yacimiento de la Huerta Varona, la campaña arqueológica se inició el pasado ejercicio y allí trabajó un equipo de diez técnicos y arqueólogos. Se realizaron seis sondeos en los que se encontró un conjunto de construcciones que indicaban que era un núcleo que estuvo ocupado desde el Alto Imperio, pasando por el Bajo Imperio e incluso la Alta Edad Media, siglos I hasta VI d.C. 

El delegado territorial se comprometió a seguir colaborando en todos estos proyectos arqueológicos e informó que la Administración Regional está diseñando un mapa provincial de excavaciones arqueológicas, siguiendo la línea iniciada con la vinculación de las excavaciones de Monte Bernorio y Dessobriga.

10 de noviembre de 2014

Los arqueólogos documentan un importante yacimiento romano en Aguilar de Campoo (Palencia)

Se trata de un poblamiento romano de grandes dimensiones, aparecido en el paraje aguilarense de Huerta Varona -que aunque conocido no estaba documentado hasta el momento-. Según los arqueólogos habría estado ocupado desde el Alto Imperio hasta la Alta Edad Media, entre los siglos I al VI d.C. Por el momento se han encontrado las estructuras de varios edificios y talleres paralelos a la calzada romana junto a elementos de gran calidad como fichas de vidrio para juegos, restos de empedrados, téseras rústicas, cantos rodados y cerámicas.
Las excavaciones en el yacimiento de la ‘Huerta Varona’ de Aguilar de Campoo han sido realizadas por diez técnicos del ‘Imbeac’ durante los meses de septiembre y octubre. FOTO: VÍCTOR GUERRA.
Una gran expectación causan algunas excavaciones que se realizan en nuestro entorno. Muchos esperan que aparezca ese gran hallazgo que convierta a su localidad en un foco más atractivo desde el punto de vista turístico. Sin embargo, desenterrar el pasado no es tan fácil como parece y para saber más sobre el legado que nuestros antepasados nos han dejado, hay que investigar durante mucho tiempo para arrojar la suficiente luz y ver lo que hay realmente escondido.

Eso es precisamente lo que ha pasado con las excavaciones que se han realizado durante los meses de septiembre y octubre en la Huerta Varona de Aguilar de Campoo. Un yacimiento que ha creado grandes expectativas entre los vecinos de la villa, y que gracias a un equipo de diez técnicos y arqueólogos del Imbeac (Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico), puede dar mucha información sobre el pasado romano de la localidad, un aspecto no muy conocido de la historia de la villa galletera, más famosa por su legado Románico y Medieval.

POBLAMIENTO DE GRANDES DIMENSIONES
«La excavación ha sido todo un éxito, hemos realizado varios sondeos para delimitar la magnitud del yacimiento, que ya podemos decir que es de grandes dimensiones», concreta el director del proyecto, Jesús Francisco Torres Martínez. De igual modo, afirma que «es evidente que es un yacimiento romano. En cinco de los seis sondeos hemos encontrado estructuras, por lo que podemos decir que se trata de un conjunto de construcciones».
Sobre su datación y los hallazgos encontrados indica que «se trata de un núcleo que estuvo ocupado desde el Alto Imperio, pasando por el Bajo Imperio e incluso la Alta Edad Media, hablamos de los siglos I hasta VI d.C.».

COMPLEJOS DE VARIOS EDIFICIOS
Se han encontrado muros y suelos acondicionados, además de restos de empedrados, téseras rústicas, cantos rodados y cerámicas, sigillatas de varias épocas y de gran calidad.
«Vemos estructuras típicas romanas e incluso podemos hablar de un complejo de varios edificios, al lado de la calzada romana que discurre paralela a la carretera de Burgos», asegura.

También quiere dejar claro que no se puede hablar de una villa romana tipo La Olmeda, pues el yacimiento aguilarense es un poblamiento romano.

OTROS DESCUBRIMIENTOS
«De momento, lo que hemos visto puede ser una granja bien situada, pues los elementos encontrados son de gran calidad, con muchos edificios y talleres. Hemos descubierto cosas muy curiosas como fichas de vidrio para juegos, además de monedas que no podemos aún datar», desvela.

Una primera toma de contacto con el yacimiento de Huerta Varona, ya que el Imbeac presentará en breve al Ayuntamiento de Aguilar de Campoo las conclusiones de este primer estudio. Una campaña que se espera que tenga continuidad el próximo ejercicio para poder delimitar el recinto.

UN YACIMIENTO NO REGISTRADO
No se trata del primer estudio que se realiza de Huerta Varona, precisamente en el equipo que ha investigado el yacimiento está como codirector Antxoka Martínez, que junto al desaparecido Miguel Ángel García Guinea, realizó los primeros sondeos en el yacimiento hace doce años.

Fue entonces cuando se notificó de forma oficial su existencia a los responsables de Patrimonio, ya que aunque los aguilarenses lo conocían e incluso algunos vecinos han encontrado diversos vestigios, no estaba registrado de forma oficial.

(Fuente: Diario Palentino / Marta Redondo Moreno)

15 de octubre de 2014

Descubren una estructura urbana única en el castro celtíbero de Laguna del Cañizar (Teruel)

Las viviendas del castro no estaban pegadas a la muralla como en los demás castros de la Edad del Hierro, sino que dejaban un espacio con una anchura por la que podía pasar un carro. También se han descubierto bloques ciclópeos en la cimentación de la muralla y un embarcadero.
Esta trama urbanística se ha calificado de "única" en los poblados de la Edad del Hierro. FOTO: EUROPA PRESS.

El equipo de arqueólogos y estudiantes de arqueología de la Universidad Complutense de Madrid en la campaña de excavación que están realizando en el castro de El Cerrito de la Laguna del Cañizar (Teruel) está descubriendo la existencia de una estructura urbana única entre los poblados celtíberos de la Edad de Hierro. Las casas no estaban pegadas a la muralla. 

El investigador y arqueólogo asociado a la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Francisco Torres Martínez, valoró este descubrimiento hecho y lo calificó como "único". El investigador explicó que las casas se construyen pegadas a las murallas, pero no es el caso del castro El Cerrito, ya que hay un espacio por el que podía pasar un carro y esto se tiene que clarificar, así como si se extiende por todo el poblado".

En esta línea, Jesús Francisco Torres Martínez, apuntó la hipótesis de que como el poblado estaba en la laguna de El Cañizar, como un espolón, que se metía dentro del humedal, sus habitantes pudieran dejar este espacio para combatir la humedad y que no perjudicara el grano.

TAMAÑO DEL NÚCLEO URBANO
El investigador y arqueólogo, Jesús Francisco Torres Martínez, señaló que la tercera campaña arqueológica en el castro El Cerrito en la laguna del Cañizar en Cella tiene como objetivos realizar unos sondeos con el fin de establecer el tamaño del núcleo urbano, así como la trama que tenía y que tipo de viviendas. Asimismo apuntó que se persigue hasta que etapa estuvo ocupado este castro.

La tercera campaña de excavación arqueológica en El Cerrito de la Laguna del Cañizar se inició el pasado 9 de octubre y terminará el próximo 19 de octubre. La organización corre a cargo del Ayuntamiento de Cella y en la campaña están participando en total 11 personas, 7 de ellas alumnos de arqueología y graduados de la Universidad Complutense de Madrid.


El director de la campaña arqueológica comentó que estaban trabajando en el yacimiento de El Cerrito en el área de la muralla y de las edificaciones más próximas a la muralla y es en la realización de estos trabajos cuando han podido descubrir la singular trama urbana, que es diferente a la trama de otros castros. "Lo que estamos haciendo es intensificar los esfuerzos en saber qué tipo de estructura interna tenía el poblado".

CIMENTACIÓN CICLÓPEA DE LA MURALLA
Para el director de la excavación destaca, además del descubrimiento de la estructura urbana del poblado, la cimentación de la muralla, que tiene unos bloques ciclópeos, lo que supone un trabajo enorme para su desplazamiento y la realización de un gran esfuerzo colectivo, lo que hace imaginar el papel que ejercía el poblado en una zona muy rica agrícola y ganadera y en una laguna que abarcaba una gran extensión, por lo que había una comunicación con barca hasta que se desecó el humedal entr los hoy municipios de Cella, Villarquemado y Santa Eulalia del Campo. 

EMBARCADERO
"Las ruinas del castro sirvieron durante siglos como embarcadero", comentó. El castro del Cerrito de la Edad de Hierro abarca un periodo 400 años antes de Cristo y el cambio de era. El yacimiento se encuentra muy expoliado y dañado, ya que las piedras han servido para hacer diferentes obras a lo largo de los siglos. No obstante en los trabajos de excavaciones está permitiendo que aparezca material cerámico, que tras su análisis en la Universidad se mandará al Museo de Teruel.

PODRÍA SER VISITABLE
El investigador y arqueólogo asociado a la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Francisco Torres Martínez, valoró muy positivamente el proyecto que comparten el Ayuntamiento de Cella y de Villarquemado de que el yacimiento del castro El Cerrito pueda ser visitable y potenciar de esta manera el patrimonio arqueológico del yacimiento ubicado en la laguna del Cañizar. Se tiene constancia que durante la Edad Media El Cerrito estuvo ocupado, ya que se han recuperado cerámicas cristianas y musulmanas. El Cerrito fue excavado por primera vez en 2012.

(Fuente: Diario de Teruel)

3 de julio de 2014

Andalucía protege como Zona Arqueológica dieciocho yacimientos en Porcuna (Jaén)

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, un conjunto de 18 yacimientos arqueológicos ubicados en el término municipal de Porcuna (Jaén). Estos asentamientos cubren un extenso periodo histórico, desde el Neolítico Final hasta la época contemporánea.
Conjunto escultórico ibérico de Porcuna, en el Museo Provincial de Jaén.
La nueva zona arqueológica suma una superficie protegida de 403 hectáreas, en la que se incluye la mayor parte del núcleo urbano, y abarca vestigios de las épocas prehistórica, íbera, romana y musulmana, además de construcciones singulares como las torres y lienzos de murallas del castillo medieval de la localidad (una de las sedes principales de la Orden de Calatrava) o la iglesia gótica del Priorato de Porcuna.

Los yacimientos se localizan en el valle medio del río Salado de Porcuna y ocupan varios cerros allanados de la campiña alta del valle del Guadalquivir. Corresponden a un asentamiento que tuvo su origen en el Neolítico Final-Cobre antiguo (III milenio a.C.) y que, con distinta extensión e intensidad, ha mantenido una ocupación ininterrumpida hasta la actualidad.

Como antecedentes de este poblamiento se protegen también, entre otros enclaves paleolíticos, los de La Peña de la Grieta, los Farallones del Sulfuro o la Cueva de los Enamorados, hábitats que se desarrollaron al resguardo de pequeños abrigos en los bordes de los cerros de Porcuna. Destaca especialmente el de la Peña de la Grieta, uno de los primeros de este tipo investigados mediante excavación y comparable a las conocidas cuevas de Ambrosio, en Almería, o las del Parpalló y Les Mallaetes, en Valencia.

Al final del Neolítico las comunidades se asientan en las cimas de los cerros de Los Alcores y El Albalate, donde crean sendos poblados fortificados a unos dos kilómetros de distancia el uno del otro y flanqueando el antiguo lago salado pleistocénico de Pescolar.


En la denominada época orientalizante o tartésica, el enclave de Los Alcores se expande en sentido sureste, hacia el Cerro del Castillo, casco histórico de la actual Porcuna. Las fuentes literarias clásicas señalan este poblamiento como la polis de Ibolca y la consideran capital de los túrdulos y de la zona oriental de la Turdetania. Su prosperidad se refleja en la complejidad de las viviendas y en la importancia de los conjuntos escultóricos hallados. En torno al núcleo Los Alcores-El Cerro del Castillo se sitúan también necrópolis y sileras como las del Camino Alto-El Muro, la Cruz Blanca y El Ejido de Napoleón.

CIUDAD ROMANA
En la época romana, Obulco obtiene el estatus de ciudad y su ceca, la más prolífica y variada de la Hispania, acuña durante 200 años decenas de tipos de monedas que circulan por todo el Imperio. Fruto de este florecimiento se produce la consolidación del urbanismo de la población y se trazan nuevos barrios como los actuales San Benito, Santa Ana, San Marcos o San Francisco. Nuevas necrópolis la rodean por todos los flancos a partir de sus puertas y caminos y también surgen asentamientos periurbanos atestiguados en yacimientos como La Dehesa de los Potros y las villas de La Sendilla Golosa, Chichimao, La Cabra Mocha y El Cerro de Camacho.

Durante la Antigüedad tardía y toda la Edad Media se refuerza el castillo, se crea un perímetro más reducido y se intensifica la población intramuros. De la época musulmana se han investigado algunos restos de viviendas de la ciudad fortificada de Bulkuna, sobre todo en la parte alta (barrio del Castillo), así como silos y restos de necrópolis. Por su parte, los yacimientos de Las Huertas de El Vélez, La Galga, La Tenería y Mengíbar reflejan la agricultura de regadío que abastecía al núcleo urbano.

En el perímetro de la zona arqueológica declarada por el Gobierno andaluz también se incluye el legado de la Alta Edad Media y de la época moderna. Tras la entrega al rey Fernando III en 1240, la ciudad pasa a la Orden de Calatrava y durante los siglos XIV y XV sirve de residencia de los maestres.

A este periodo corresponde la construcción del nuevo castillo sobre los restos antiguos como recinto palaciego, además de una compleja evolución urbanística sobrepuesta a amplias zonas de la ciudad túrdula y romana. De la Orden perviven algunos de sus edificios más señeros, como la Iglesia y Priorato de San Benito o la Torre Nueva o de Boabdil, singulares ejemplos del estilo gótico en Andalucía oriental y ambos declarados ya monumentos.

De la época moderna se conservan numerosas viviendas de arquitectura vernácula y valiosos edificios que reflejan la importancia de Porcuna tanto por su población como por su actividad agropecuaria. Entre ellos destacan el Pósito Real (actual Ayuntamiento), el Granero y Bodega de Francisco Javier Ceballos, la Iglesia de San Sebastián o Jesús Nazareno y la Casa Palacio de los Aguileras.

17 de septiembre de 2012

Los arqueólogos regresan al oppidum de Monte Bernorio (Palencia)

El objetivo del proyecto es aumentar el conocimiento científico sobre el castro, así como obtener datos sobre los yacimientos arqueológicos que pudieran estar en relación con él, y con el tiempo, documentar la Edad del Hierro en el área.
Un año más el equipo del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (Imbeac) ha vuelto al castro de la Edad de Hierro de Monte Bernorio, en el municipio palentino de Pomar de Valdivia,  para intentar sacar a la luz un poco más de su glorioso pasado.
Imagen del Área 3 del castro de Monte Bernorio, donde también
se excavó el año pasado. Foto: IMBEAC.

Un grupo formado por nueve arqueólogos, entre los que hay estudiantes de las universidades Complutense de Madrid y Oviedo, que comenzó con los trabajos hace una semana. Una nueva campaña que ha sido financiada por el propio Imbeac ya que no han contando con fondos ni de la Junta ni de la Diputación aunque sí esperan que les apoyen económicamente desde los ayuntamientos de Pomar y Barruelo.

Pese a la crisis y la falta de ayudas públicas la campaña se ha podido llevar a cabo gracias también al trabajo de apoyo de ocho personas voluntarias que se desplazan algunos días para ayudar a los arqueólogos. Con la ayuda que no han podido contar finalmente debido a la escasez de fondos ha sido con la de los expertos de la Universidad de Burdeos.

Excavación de veinte días de duración en la que además de Monte Bernorio tienen previsto prospectar en otros yacimientos que están analizando en la Montaña Palentina. En el castro de Villarén este año los trabajos se centran en el área 3. Allí se estudiarán dos edificaciones con el fin de ver cómo eran las cabañas donde residían los habitantes del castro. «Queremos analizar cómo eran las viviendas, cómo se cerraban, su planta, si encontramos indicios de que existieron puertas, etc.», concreta Jesús Francisco Torres Martínez, director del proyecto junto al catedrático Martín Almagro.

El proyecto del castro de Monte Bernorio se presentó en el año 2004 ante la Junta de Castilla y León como una iniciativa de investigación integral que contemplaba tanto la investigación científica como la proyección patrimonial de los yacimientos arqueológicos en su área de interés y su difusión.
Vista aérea del castro de Monte Bernorio, próximo a Aguilar de Campoo.
Foto: Proyecto Monte Bernorio (Facebook)

Actualmente se encarga de la gestión del proyecto el Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (Imbeac). El estudio científico de los materiales se realiza en el Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid.

Han colaborado en el proyecto la Real Academia de la Historia a través de su Gabinete de Antigüedades y el Instituto de Estudios Prerromanos y de la Antigüedad (IEPA). También han participado equipos del Institut für Archäologische Wissenschaften de la Universidad de Frankfurt (Alemania) y arqueólogos de la Universidad de Oxford (Inglaterra).

El punto central de la intervención es la ciudad fortificada de la Edad del Hierro (oppidum) de Monte Bernorio. Pero además trabajan en la localización e investigación de otros yacimientos arqueológicos por toda el área nororiental de la provincia de Palencia y sur de la Comunidad Autónoma de Cantabria, con especial atención a aquellos yacimientos relacionados con la Edad del Hierro.

El objetivo del proyecto es aumentar el conocimiento científico sobre el castro, así como obtener datos sobre los yacimientos arqueológicos que pudieran estar en relación con él, y con el tiempo, documentar la Edad del Hierro en el área.