Mapa 3D con la disposición de canales y embalses romanos del valle del Eria a partir de datos LIDAR. FOTO: JAVIER FERNÁNDEZ |
“Es la primera vez que se utiliza LiDAR para detectar antiguas labores mineras y los canales hidráulicos que sirvieron para explotar yacimientos de oro”, explica el investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca Javier Fernández Lozano en declaraciones a DiCYT, que acaba de publicar este trabajo en la revista Journal of Archaeological Sciencie. A diferencia de la fotografía aérea convencional, esta técnica láser permite estudiar cómo es la superficie por debajo de la cubierta vegetal y así se ha visto que desviaron ríos y construyeron canales y depósitos de agua.
Aunque la zona estudiada, en las proximidades de la localidad leonesa de Castrocontrigo, ya se conocía como zona minera romana, esta investigación ha demostrado que la explotación fue mucho más intensa de lo que se conocía por la arqueología tradicional, que le había dado poca importancia a estos parajes en comparación con parajes mineros como Las Médulas. Las modificaciones realizadas en el terreno llegaron a alterar el terreno de forma extraordinaria, de forma que hay una serie de canales que podrían sumar cientos de kilómetros.
El oro se podía obtener en roca y en sedimentos, pero esta segunda opción era más rentable. En ciertos puntos se puede observar cómo se hicieron las dos cosas, primero extrajeron el oro de los sedimentos y después excavaron las rocas sobre las que se asentaban. Para todos estos trabajos “fueron abriendo canales que se extienden por toda la Sierra de la Cabrera y en algunos casos se han preservado hasta la actualidad”, señala el investigador, que ha realizado este estudio junto a su compañero de departamento Gabriel Gutiérrez Alonso.
TECNOLOGÍA LIDAR
La tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) permite obtener la topografía de un terreno. El sistema emite un pulso de luz que llega hasta el suelo, rebota y es recogido nuevamente por los sensores del avión. Al conocer la velocidad de la luz, se puede calcular la distancia que hay entre la superficie y la aeronave, de manera que al sobrevolar el terreno se va dibujando un mapa con extraordinaria precisión.
Hasta ahora, una técnica muy usada en arqueología es la fotogrametría, pero sus resultados no son tan buenos y requiere de un proceso más lento, porque necesita realizar muchas rectificaciones para obtener una imagen de calidad. “El LiDAR te proporciona una nube de puntos que después hay que filtrar para eliminar señales que no corresponden a la superficie, como árboles, edificios o vegetación”, comenta Javier Fernández-Lozano. Por medio de un software SIG (Sistema de Información Geográfica) se obtiene rápidamente la información que se busca. En esta ocasión, el vuelo y los datos han sido proporcionados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
EN LOS TEXTOS DE PLINIO EL VIEJO
De esta forma, la investigación ha revelado la existencia de canales excavados en roca y estanques para el acopio de agua que formaban parte de las labores mineras. En época prerromana, los pueblos indígenas de la península ibérica ya buscaban oro en los ríos usando bateas, así cuando llegaron los romanos siguieron esa pista pero pasaron a explotarlo a gran escala. Tras aprender las técnicas de almacenamiento y transporte del agua de los egipcios, las aplicaron para obtener hasta 20 toneladas de oro en el Noroeste de Hispania, según relata Plinio el Viejo en su enciclopedia ‘Historia natural’.
Precisamente, uno de los autores de este trabajo multidisciplinar, Miguel Fernández Morán, ha estudiado los textos antiguos y ha obtenido valiosa información que ha permitido identificar mejor las zonas mineras, ya que los datos obtenidos por el LiDAR han sido validados con trabajos arqueológicos sobre el terreno para confirmar que las estructuras observadas mediante láser se corresponden con labores mineras.
Un aspecto muy interesante de esta investigación es que abre la puerta a la posibilidad de conocer con exactitud cómo eran los depósitos de oro originales a partir de los volúmenes de material que se extrajo y los sondeos que se realizan en la actualidad.
En opinión de Javier Fernández Lozano, esta investigación abre nuevas puertas a la arqueología en España, aunque ya se emplea en otros países europeos. Además, este láser puede utilizarse desde drones, lo cual abarataría mucho los costes, ya que un vuelo de este tipo supone una inversión de miles de euros. El único problema de los aviones no tripulados es que la superficie que pueden abarcar es menor.
Hasta ahora, una técnica muy usada en arqueología es la fotogrametría, pero sus resultados no son tan buenos y requiere de un proceso más lento, porque necesita realizar muchas rectificaciones para obtener una imagen de calidad. “El LiDAR te proporciona una nube de puntos que después hay que filtrar para eliminar señales que no corresponden a la superficie, como árboles, edificios o vegetación”, comenta Javier Fernández-Lozano. Por medio de un software SIG (Sistema de Información Geográfica) se obtiene rápidamente la información que se busca. En esta ocasión, el vuelo y los datos han sido proporcionados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
EN LOS TEXTOS DE PLINIO EL VIEJO
De esta forma, la investigación ha revelado la existencia de canales excavados en roca y estanques para el acopio de agua que formaban parte de las labores mineras. En época prerromana, los pueblos indígenas de la península ibérica ya buscaban oro en los ríos usando bateas, así cuando llegaron los romanos siguieron esa pista pero pasaron a explotarlo a gran escala. Tras aprender las técnicas de almacenamiento y transporte del agua de los egipcios, las aplicaron para obtener hasta 20 toneladas de oro en el Noroeste de Hispania, según relata Plinio el Viejo en su enciclopedia ‘Historia natural’.
Precisamente, uno de los autores de este trabajo multidisciplinar, Miguel Fernández Morán, ha estudiado los textos antiguos y ha obtenido valiosa información que ha permitido identificar mejor las zonas mineras, ya que los datos obtenidos por el LiDAR han sido validados con trabajos arqueológicos sobre el terreno para confirmar que las estructuras observadas mediante láser se corresponden con labores mineras.
Un aspecto muy interesante de esta investigación es que abre la puerta a la posibilidad de conocer con exactitud cómo eran los depósitos de oro originales a partir de los volúmenes de material que se extrajo y los sondeos que se realizan en la actualidad.
En opinión de Javier Fernández Lozano, esta investigación abre nuevas puertas a la arqueología en España, aunque ya se emplea en otros países europeos. Además, este láser puede utilizarse desde drones, lo cual abarataría mucho los costes, ya que un vuelo de este tipo supone una inversión de miles de euros. El único problema de los aviones no tripulados es que la superficie que pueden abarcar es menor.
(Fuente: Dicyt / José Pichel Andrés)