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13 de octubre de 2022

Investigadores de la ULE realizan nuevos hallazgos de arte rupestre en Zamora

Los descubrimientos consolidan el Sinclinal de la Mina como uno de los enclaves más importantes de arte esquemático de Zamora. Los trabajos de documentación 4D de las pinturas halladas en Santa Eufemia del Barco permitirán hacer visitable el yacimiento de forma virtual
Investigadores de la Universidad de León realizan nuevos hallazgos de arte rupestre en Zamora.

Un nuevo conjunto de pinturas, constituido por diversos motivos, sale a la luz durante los trabajos de documentación que desarrolla la Universidad de León (ULE) junto con el resto del equipo de EGeomapping, en Santa Eufemia del Barco (Zamora). Los trabajos de documentación basados en la digitalización y virtualización 4D permitirán visitar las pinturas a través de cualquier plataforma móvil conectada a internet y consultar información detallada desde cualquier lugar del mundo.

El investigador principal del proyecto y profesor del Grupo de Investigación GEOINCA de la Universidad de León (ULE), Javier Fernández Lozano, asegura que «esta virtualización permitirá disfrutar de un escenario único con información de interés para científicos y público general». Toda la documentación será administrada desde una única plataforma donde, además de visitar el espacio arqueológico, «podrán visualizarse modelos 3D, imágenes y vídeo del entorno que faciliten el conocimiento en profundidad del espacio en el que se hayan».

Se trata de un trabajo multidisciplinar subvencionado por la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, en el que colaboran las arqueólogas Beatriz Comendador (Universidad de Vigo) y Lara Bacelar (Universidad de Coimbra) con una larga trayectoria en el estudio de arte rupestre.

Bien de interés cultural
Los trabajos de documentación 3D se han realizado con el uso de última tecnología geomática, como drones, sensores láser terrestre y fotogrametría 360 que permitirán virtualizar el entorno y realizar visitas en realidad aumentada. Según el profesor de la Escuela de Minas de la ULE, Javier Fernández Lozano, la importancia del hallazgo es doble. Por un lado, el interés geológico del entorno, que ha condicionado la localización y el espacio disponible para plasmar estas pinturas, así como su conservación hasta nuestros días, y por otro, el cultural de tipo arqueológico.

«Pero aún hay más, -subraya este geólogo-, se trata de un paisaje natural de excepcional belleza que permite al visitante retrotraerse poco más de 3.000-4.000 años atrás en el tiempo, para conocer el espacio vital y cultural de las sociedades que vivieron entre el periodo Calcolítico y el Bronce Final, responsables de la elaboración de estas pinturas».

Los investigadores destacan que estas pinturas forman ya parte de los Bienes de Interés Cultural (BIC), pero en el futuro contarán también con la certificación de Lugar de Interés Geológico (LiG) otorgada por el Instituto Geológico y Minero de España-CSIC, gracias a la presencia de las estructuras geológicas que constituyen el entorno del teso de la Mina, compuestas por varios pliegues que forman un gran sinclinal atravesado por fallas que diseccionan los espacios de ocupación y permiten la formación de abrigos y viseras rocosos aptos para la apertura de grandes lienzos de roca, sobre los que fueron plasmados los motivos pictóricos. En total, cinco abrigos con arte rupestre de excepcional valor simbólico y arqueológico dignos de preservar y dar a conocer.

Javier Fernández Lozano concluye que este espacio «requiere de acondicionamiento para su visita, sin embargo, gracias a la tecnología que estamos utilizando en su estudio, podrá ser visitado por todos. Se trata de un proyecto inclusivo que facilitará la visita virtual a todos aquellos que deseen conocer este tesoro arqueológico de Zamora».
(Fuente: León noticias)

10 de agosto de 2018

Salen a la luz las termas de la ciudad romana de Caraca

El equipo de arqueólogos del proyecto Driebes (Guadalajara) ha descubierto las termas de la ciudad de Caraca, durante la segunda campaña de excavaciones que se han llevado a cabo este verano en el yacimiento romano, situado en las proximidades del municipio de Driebes. Se trata de un edificio termal de carácter público de unos 900 m2 de superficie, ubicado en la zona noroeste de la ciudad.
Área del yacimiento romano de Caraca, cercana al foro donde se ubican las termas. FOTO: JCCM
Emilio Gamo, arqueólogo que dirige el proyecto arqueológico en los terrenos del Cerro de la Virgen de la Muela, asegura que “el hallazgo de unas termas públicas de grandes dimensiones confirma que Caraca fue una ciudad romana importante y demuestra la majestuosidad que alcanzó durante los siglos I-II d.C”.

Las termas, antecedente de los actuales balnearios, constituían uno de los espacios más significativos de las urbes romanas dentro del foro. Concebidos como lugar de reunión social, el centro termal se dividía en varias estancias que se distribuían en torno a un patio central (palestra). Alrededor de esta área se abría la sala de agua caliente (caldarium), la estancia de baños fríos (frigidarium), donde se podía practicar también la natación, debido a sus grandes dimensiones y la habitación de temperatura tibia (tepidarium). El complejo acuático se completaba con las tabernas en las que se vendía bebida y comida a los bañistas; los vestuarios (apodyterium) en los que los usuarios depositaban sus vestimentas, vigiladas por un esclavo y el baño de vapor (laconium).

En el caso de Caraca, los trabajos, que se han concentrado en una superficie de unos 200 metros cuadrados del total de 900 m2 de la extensión total que ocuparon, según estimaciones de los arqueólogos, revelan la existencia de unas termas públicas de diversas estancias. Según subraya Gamo, “las termas de Caraca funcionaron como lugar de encuentro de la comunidad y muestran aspectos interesantes como la cuestión de género, ya que eran utilizadas unos días por los hombres y otros por las mujeres”. Asimismo, añade “reflejan la extensión de la romanización entre la población y hasta qué punto los habitantes de la ciudad habían asumido las costumbres cotidianas de los romanos”.

Una vez concluyan las excavaciones en los terrenos privados del Cerro de la Virgen de la Muela el 10 de agosto, el equipo de arqueólogos analizará los materiales encontrados en el propio yacimiento arqueológico y en las instalaciones del Museo de Guadalajara. Estos trabajos aportarán más información acerca de la datación, las características y los usos que tuvieron estas termas en los primeros siglos de nuestra era. “Hemos actuado sobre una pequeña porción de las termas y necesitaremos de varias campañas para alcanzar una comprensión total de cómo eran y cómo funcionaron las termas en Caraca”.

Al margen de la presencia de estas termas públicas al noroeste de la ciudad romana, el director de la investigación explica a este digital que “existieron otras termas privadas en la ciudad, ubicadas en otra zona y destinadas a un uso particular”.

El hallazgo del edificio de las termas confirma nuevamente los datos que los técnicos obtuvieron mediante la tecnología del georradar a finales de 2016. Estos estudios describían una ciudad romana de unas 8 hectáreas, emplazada en la vía romana Complutum-Carthago Nova y habitada por unos 1800 habitantes hasta al menos el siglo II d.c.
Durante la primera campaña a pie de campo que se llevó a cabo en el verano de 2017, las exploraciones sacaron a la luz parte del foro romano. La plaza pública constó de mercado (macellum), otros edificios administrativos, las propias termas y el acueducto, localizados entre las dos calles principales de la ciudad romana, el decumano (norte-sur) y el cardo, de orientación de este a oeste, que se cruzaban perpendicularmente.

A lo largo de la segunda prospección arqueológica sobre la ciudad romana, conocida como ‘Urbanismo y territorio: excavación arqueológica del sector noroeste de Caraca’, el equipo arqueológico, formado por los docentes Javier Fernández y Emilio Gamo ha trabajado en un área cercana al foro junto con un grupo de ocho peones de Driebes, contratados, mediante un Plan de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha.

Para el arqueólogo Emilio Gamo “es satisfactorio haber descubierto las termas de Caraca, porque ratifican la relevancia que alcanzó esta ciudad en su época y nuestra voluntad es proseguir en el futuro con este proyecto”.

Esta campaña, cofinanciada por la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Driebes, el Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara ha contado con una financiación de 22.000 euros. Durante la visita que el director provincial de Educación y Cultura, Faustino Lozano realizó a Caraca, a principios de agosto, destacó la importancia de este yacimiento para Driebes y para el conjunto de la provincia “desde el punto de vista cultural, histórico, patrimonial y también de impulso para el turismo y la economía de la zona, como ha demostrado el interés que han suscitado hasta la fecha las investigaciones realizadas”.
La jornada de puertas abiertas que el equipo de investigadores organizó el pasado 6 de agosto en el yacimiento suscitó una gran expectación de público, que, como ya ocurrió en 2017, se interesó por conocer en detalle los avances en las excavaciones arqueológicas.

TERRENOS PÚBLICOS
La propiedad de los terrenos sobre los que yace la ciudad de Caraca condicionará el futuro y el tiempo de ejecución de este proyecto arqueológico. En la actualidad, las 11 hectáreas de tierras de labor, ubicadas en el Cerro de la Virgen de la Muela, a unos 5 kilómetros al sur de la población de Driebes son de propiedad privada y se encuentran en manos de cinco propietarios.
El objetivo del Ayuntamiento de Driebes es adquirir una porción de seis hectáreas de la superficie sobre la que subyace Caraca. Pedro Rincón, alcalde del municipio driebano asegura a Henaresaldia.com que “las negociaciones con los propietarios marchan por buen camino y confío que a finales de año los terrenos sean públicos, porque esta nueva situación lo cambiaría todo y podríamos acceder a una mayor financiación para avanzar con las excavaciones”.

Mientras tanto, el hallazgo de Caraca ha revolucionado la vida cotidiana en Driebes, además de haberlo colocado en el mapa de la arqueología. “Caraca ha sido un revulsivo para la economía y el turismo de la población, los vecinos están ilusionados y me sorprende la cantidad de visitantes incluso extranjeros que han venido a visitarlo”, enfatiza el primer edil.
De cara al futuro, Rincón afirma que “estamos ilusionados con progresar, pero es fundamental que crezca el apoyo económico para que el yacimiento sea visitable en dos o tres años”, concluye el primer edil.

27 de abril de 2018

Las excavaciones en Driebes avalan la identificación de la ciudad romana de Caraca

Los directores de los trabajos de excavación, Emilio Gamo y Javier Fernández, han expuesto los resultados de la primera campaña de excavación llevada a cabo en la zona.
En 2016 se iniciaron las investigaciones sobre Caraca en la localidad de Driebes
Los primeros trabajos confirman la existencia en la zona de un núcleo urbano de los siglos I al II después de Cristo. Las catas efectuadas han permitido documentar la presencia de un foro y se ha registrado la existencia de columnas y un edifico público en dos platas superpuestas, según han detallado hoy los directores de la excavación. Asimismo, los arqueólogos han informado de que también se ha excavado un segmento del “decumano”, una de las principales vías de cualquier urbe romana.

Fue en el año 2016 cuando se iniciaron las tareas de investigación sobre Caraca en el propio terreno, junto a la Universidad Complutense de Madrid y con la financiación también del Gobierno regional, que destinó 3.572 euros al proyecto. Esa primera fase consistió en una prospección arqueológica y geotécnica mediante la técnica de georadar, de cuyos resultados se dedujo que los restos del cerro de la Muela correspondían a la primera ciudad de época romana localizada en Guadalajara. Situada en el ecuador de una de las principales vías de la época, la vía Complutum, que enlazaba la ciudad de Alcalá de Henares con Cartagena y a tan solo 40 kilómetros del yacimiento de Segóbriga (Cuenca), Caraca tuvo el estatus de municipio y alcanzó una población cercana a los 2.000 habitantes. Se calcula que el perímetro de la ciudad, que se cree pudo estar amurallada, alcanza las 8 hectáreas.

Este proyecto de investigación efectuó una evaluación mediante excavación arqueológica de la importancia del enclave con el objeto de mejorar su comprensión y facilitar su protección como conjunto patrimonial. La presente intervención registró la estratigrafía de la ciudad y permitió conocer las diferentes fases cronológicas del desarrollo urbanístico del enclave.

Las excavaciones arqueológicas en el Foro han permitido documentar un pórtico en su parte meridional y en su parte oriental un edificio de dos alturas, cuyo piso inferior estaba destinado a una taberna y su piso superior a juzgar por los restos constructivos tuvo probablemente una función pública.

Sobre la ubicación de esta ciudad ha habido un intenso debate científico. Durante los trabajos de construcción del canal de Estremera en 1945, en el cerro de la Muela se recuperó el Tesoro de Driebes, que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional, compuesto por piezas que alcanzan los 14 kilos de plata y que ya anunciaban lo que se podía encontrar en ese lugar. Posteriores prospecciones realizadas durante la década de los años 80 sobre el mismo terreno fortalecieron la hipótesis de que ese yacimiento podría ser Caraca.

Esta conferencia ha sido la segunda de dicho ciclo, ya que en marzo se celebró una sobre “Luces y Sombras de un yacimiento en la Serranía Alcarreña: Valdeherreros-La Azafuera (Riba de Saelices); el próximo 24 de mayo se pronunciará otra sobre “El cerro del castillo de Trillo. Control del territorio desde la ribera del Tajo” y el 21 de junio el tema de la conferencia será “El poblado prerromano de Olmeda de Cobeta: del símbolo al control del territorio”.

El ciclo se prolongará durante el otoño y así el 25 de octubre está previsto que la ponencia gire en torno a “Nuevos descubrimientos de la segontia medieval. La excavación en la iglesia de Santiago de Sigüenza”. El 15 de noviembre la cita versará sobre “Los orígenes del arte paleolítico en el centro de la Meseta castellana: La Cueva del reno (Valdesotos)” y el ciclo concluirá el 13 de diciembre, con una conferencia sobre “Descubriendo Arriaca: realidad y ficción”.

Importancia del yacimiento arqueológico de Driebes en el aspecto cultural, histórico, patrimonial y turístico

El delegado de la Junta en Guadalajara, Alberto Rojo, ha asistido a la conferencia y ha manifestado su interés en que estos trabajos permitan avanzar en la investigación por la importancia que ello tiene para la provincia “desde el punto de vista cultural, histórico, patrimonial y también de impulso para el turismo y la economía de la zona, como ya se ha demostrado con el interés que han suscitado las primeras investigaciones”.

La conferencia, en la que también han participado el director provincial de Educación, Cultura y Deportes, Faustino Lozano, y el alcalde de Driebes, Pedro Rincón, además de todo el equipo investigador del yacimiento, ha permitido conocer los resultados de esas primeras excavaciones que se llevaron a cabo el pasado año en el yacimiento de Caraca financiadas por el Gobierno regional, que destinó a los trabajos 15.973 euros, a través de la orden de subvenciones para la realización de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico de Castilla-La Mancha.

Además de este proyecto, el Gobierno regional financió a través de esa orden siete más en la provincia de Guadalajara, con una subvención total próxima a los 94.000 euros. En el conjunto de la región, el montante destinado a investigaciones arqueológicas y paleontológicas rozó el medio millón de euros, algo que desde el equipo investigador de Driebes han calificado como “envidiable”.

El 8 de enero de este año, el Gobierno regional publicó una nueva orden de subvenciones destinadas al patrimonio arqueológico y paleontológico, cuya convocatoria está previsto que se resuelva en el mes de mayo.

A través de la subvención del Gobierno regional, se efectuaron excavaciones en la zona a lo largo de dos meses, para posteriormente llevar a cabo el trabajo de redacción de informes tras el estudio y análisis de los hallazgos y limpieza de los restos encontrados.

(Fuente: Guadaque.com)

7 de agosto de 2017

La excavación en el yacimiento de Driebes descubrirá el foro de la ciudad romana de Caraca

Los trabajos arqueológicos, cuya primera fase acaba el 16 de agosto, se centran en recuperar dos espacios clave: la plaza pública y una de las vías principales. Los restos encontrados hasta ahora acreditan la existencia de la primera ciudad romana localizada en Guadalajara entre el siglo X a.C. y el siglo II d.C. Emilio Gamo, director de las excavaciones: “la campaña arqueológica está confirmando el hallazgo que detectó en febrero el georradar
Las excavaciones en el yacimiento de Driebes las dirige el equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández. También participa un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. FOTO: RAQUEL GAMO
“Caraca fue la primera ciudad romana con rango jurídico en la provincia de Guadalajara”. Así lo confirma Emilio Gamo, codirector del ‘Proyecto Driebes’, a eldiarioclm.es, después de que las excavaciones arqueológicas que actualmente se desarrollan al sur de la localidad de Driebes, en la comarca de la Alcarria Baja, hayan podido confirmar la existencia de este asentamiento de época romana, tal como apuntaba la investigación llevada a cabo mediante la técnica del georradar.

Caraca data del primer milenio antes de nuestra era. Y no es la única constatación fehaciente. Los trabajos a pie de campo, que se iniciaron a mediados de julio, han revelado los restos del pórtico y la cabecera del foro, una prueba que cumple con una de las mayores expectativas de esta investigación. “Nos encontrarnos ante la ciudad romana más primitiva de la provincia de Guadalajara”, admite el arqueólogo. De hecho, la existencia de un foro, centro de la vida social en el Imperio romano, es precisamente el criterio por el que se otorgaba el estatus de ciudad a una población.

El paisaje bajo el que yace Caraca es mesetario, casi lunar. Se trata del Cerro de la Virgen de la Muela, al sur del municipio de Driebes. Es un paraje a 600 metros de altitud, abierto, vasto, rodeado de barrancos esteparios, casi desérticos por la pobre vegetación de matorral. Este alto en el que también se emplazan los restos de la Ermita Nueva contrasta con la deliciosa imagen de la fértil vega, regada por el río Tajo que puede otearse en el horizonte. Una paleta de diversidad y cromatismo que tanto caracteriza a Guadalajara.

Pasear por esta loma es como reencontrase con la historia antigua y experimentar la sensación de caminar encima de unas termas o un mercado de época romana. La ubicación de la que fue la antigua Caraca hace que el viajero pueda toparse con todo tipo de vestigios. Por ejemplo, valiosas cerámicas, piedras de granito u otros objetos que formaban parte de la vida cotidiana de nuestros antecesores.

UNA CIUDAD MEDIANA
Caraca, según los especialistas que trabajan en su emplazamiento, debió de ser una ciudad mediana en su tiempo con una población de entre 1.500 y 1.800 habitantes. Otra relevante infraestructura que refuerza la hipótesis de que ésta se trataba de una urbe administrativa es el acueducto de tres kilómetros que abastecía a los pobladores desde el manantial de Lucus o ‘bosque sagrado’ en latín y que, gracias a la arqueología, se ha recuperado parcialmente.

El punto geográfico escogido por los romanos para construir Caraca no fue casual, como nada que tenga que ver con esta avanzada civilización que sentó las bases de la ingeniería civil hace 2000 años. Al contrario, el Cerro de La Muela, que es donde asienta, estuvo considerado, según puntualiza Emilio Gamo, una zona “estratégica” de la meseta sur desde donde la población dominaba el Tajo por el norte y controlaba diversos arroyos y vegas circundantes. Esta situación privilegiada permitió a los romanos, por un lado, defenderse de las invasiones enemigas y, por otro, abastecerse de abundante agua para sostener su próspera economía basada en la explotación del ‘lapis specularis’-mineral usado en el Imperio Romano para construir ventanas- y en la fabricación de esparto, una planta empleada antiguamente para la minería y la cordelería de los barcos.

De ahí que los romanos decidieran asentarse en Caraca, ciudad ubicada en la vía ‘Complutum-Carthago Nova’- principal centro portuario de la época-, a medio camino entre Alcalá de Henares (Complutum) y Segóbriga, otro yacimiento cercano en la provincia de Cuenca. “Probablemente la ciudad se abandonó en el siglo II después de Cristo por el fin de las actividades mineras que se llevaban aquí a cabo”, explica Gamo al hablar sobre el ocaso de Caraca.


"GRAN DESCUBRIMIENTO"
El yacimiento del cerro de la Virgen de la Muela está ubicado sobre un amplio cerro amesetado situado en la orilla derecha del Tajo, cuando traza un amplio meandro, y está delimitado por barrancos con un curso de agua irregular. Se sitúa una altitud de 610 metros y la extensión del yacimiento de época imperial es de al menos 8 hectáreas.

A nivel geológico, la zona a estudio está compuesta de gravas, arenas y limos del cuaternario Superior. Se trata de un área, por tanto, óptima para el asentamiento antrópico. Esta visión queda reforzada por la situación estratégica del enclave, dominando el Tajo desde el norte, el arroyo del Barranco al este, el arroyo Salobre al oeste y una fértil vega a sus pies, al sureste.

Juan Manuel Abascal, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Alicante, sostiene que Caraca “es, sin duda, el gran descubrimiento arqueológico de los últimos años en Castilla-La Mancha”. Especialmente, por la luz que arroja acerca “del trazado de las principales vías romanas a su paso por la actual provincia de Guadalajara”.

EQUIPO TÉCNICO
La campaña arqueológica en el yacimiento de Driebes está siendo ejecutada por un equipo técnico encabezado por los arqueólogos Emilio Gamo y Javier Fernández, y un equipo multidisciplinar del que forman parte los también arqueólogos Saúl Martin y David Álvarez. Además, un grupo de nueve peones naturales de Driebes, contratados mediante el Plan de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha, se encarga de excavar con pico y pala cada mañana durante seis horas en las tres catas que se han abierto en el yacimiento: dos en las que, según apuntan los estudios previos, se situaría el foro; y otra que pertenecería al ‘decumano’ o calle principal del enclave que se cruzaba perpendicularmente con el cardo, la otra gran vía del plano urbano que discurría de norte a sur de la ciudad.

El objetivo esencial del trabajo de campo que se llevará a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela hasta el próximo 16 de agosto es verificar los resultados del ‘georradar’ tridimensional que durante la fase previa de prospección arqueológica del terreno arrojaron “la presencia de una planta urbanística plenamente establecida en las dos calles principales de una ciudad romana, el foro, unas posibles termas y un posible ‘macellum’ o mercado”.

POBLADO CARPETANO ANTERIOR
En noviembre de 2016, el grupo de arqueólogos desarrolló una prospección arqueológica sobre 1,3 hectáreas del Cerro de la Virgen de la Muela a través de la tecnología del georradar con la que se determinó que estas ruinas correspondían probablemente a una población con su foro, sus termas y su acueducto, entre otros edificios. Se trataba de una ciudad romana reconstruida sobre un poblado carpetano existente anteriormente.

Tras varios meses, las expectativas depositadas por los arqueólogos en la información aportada por la técnica se van cumpliendo punto por punto. “De momento las excavaciones están confirmando lo que habíamos visto en las prospecciones”, reconoce Gamo. De este modo, la información que ofrezcan los restos hallados servirá para “analizar cómo se produjo el proceso de romanización en la provincia de Guadalajara y en Castilla-La Mancha”, mediante la evolución histórica de Caraca desde el primer mileno a.C. hasta el Siglo II d.C.

VISITA GUIADA
La primera visita guiada que el grupo de arqueólogos organizó al yacimiento el pasado jueves despertó una gran expectación. Contó con la participación de cerca de un centenar de visitantes de Driebes y otras localidades que, a pesar del incesante calor que caía sobre el cerro, no faltaron a la cita con Caraca. Esa misma tarde tuvo lugar otra visita por la tarde y, además, hay programadas otras dos: el día 10, organizada por la Asociación de los Amigos del Museo de Guadalajara y, al día siguiente, otra de la Asociación de Mujeres de Brea del Tajo.

Durante el recorrido por Caraca, Emilio Gamo describió con todo lujo de detalles los avances que se han alcanzado en apenas 20 días de trabajo. Y, aunque aún no hay nada asegurado y los especialistas recomiendan conceder tiempo y prudencia a las investigaciones, lo cierto es que los trabajos realizados hasta la fecha permiten alumbrar la esperanza sobre la confirmación de los hallazgos detectados por el georradar. En primer lugar, el arqueólogo se detuvo en las inmediaciones de la Ermita Nueva de Driebes, sobre la que aún perviven varias leyendas a su alrededor y desde donde puso en situación a los escuchantes sobre el contexto de la investigación.

PÓRTICO DEL FORO
En la primera cata que los técnicos han abierto en el yacimiento arqueológico, los trabajos se enfocan a encontrar una zona característica del foro: el pórtico. Según Gamo, “la presencia de un espacio diáfano, rodeado al sur por una columnata a modo de pórtico y al norte por dos habitáculos de grandes dimensiones al sur de la actual ermita hace pensar que podría tratarse de un foro”, es decir, el área pública y administrativa del núcleo.

En una segunda excavación, situada a escasos metros de la anterior, la investigación se propone “documentar una parte del ‘decumano’ cercana a su conexión con el cardo máximo”. Aquí se puede observar un rebaje de la calzada empedrada para la conducción de las aguas residuales, que ratifica la hipótesis del georradar de que en esta ciudad romana hubo un sofisticado sistema de alcantarillado. También es visible un muro que pudo pertenecer a una villa e incluso restos de una viga de madera que formaría parte de la sujeción de la citada casa.

Y, finalmente, en la tercera cata podría ubicarse un complejo de instituciones públicas, civiles o religiosas aún por determinar. “Hemos hallado todo lo que esperábamos y a partir de este momento pueden venir las sorpresas. Queremos llegar al nivel ocupacional de las catas y en este punto que alberga la cabecera del foro podríamos encontrar el Templo Imperial, la Curia o la Tesorería”, asegura Javier Fernández Ortea, codirector del ‘Proyecto Driebes’.


APOYO DE LA JUNTA
La ruta arqueológica culminó a la entrada de la antigua ciudad romana, una pronunciada pendiente desde donde se contempla idéntico paraje árido y desmochado. En medio de este entorno se conserva la vía que daba acceso al municipio, la conocida como Vía Espartaria, que se prolonga hasta llegar al río Tajo y sobre el que los romanos debieron construir un puente, hoy desaparecido. Caraca debió contar con una extensión de entre 8 y 12 hectáreas.

Entre los asistentes a la visita se encontraba Faustino Lozano, director provincial de Cultura, quien reiteró el compromiso del Gobierno regional con la continuación de las excavaciones arqueológicas “interesantes” que se están ejecutando en la provincia de Guadalajara. “Sigue habiendo mucha expectativa, pero hay que seguir con prudencia los trabajos cuya continuidad dependen de las subvenciones públicas que convoca anualmente la Junta. Es una pena que a veces algunos yacimientos se queden sin ayudas, porque Guadalajara es muy rica en estos recursos”, admitió.

FINANCIACIÓN DEL PROYECTO
La financiación de las excavaciones en el enclave de Caraca ha corrido a cargo de la Junta de Castilla-La Mancha, que ha aportado 16.000 euros; además de las aportaciones del Ayuntamiento de Driebes, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo Provincial de Guadalajara. Mediante un canal de ‘crowdfunding’, destinado a incrementar los fondos para la investigación, se recaudaron 11.000 euros en solo tres meses, lo que da una idea del fervor que este hallazgo ha causado entre la población de Driebes y su entorno.
Pueblo ilusionado

“La gente de Driebes es sencilla y tiene una gran humanidad, un corazón muy grande. Somos especiales”. Así califica el alcalde, Pedro Rincón a sus conciudadanos. Y es que Driebes vive con enorme entusiasmo el hallazgo de la ciudad romana de Caraca, a escasos 6 kilómetros de este municipio de la Alcarria Baja, rayano con la Comunidad de Madrid.

Con un censo municipal de alrededor de 300 habitantes, la materialización de este hito arqueológico actuaría como foco cultural y turístico para atraer viajeros a toda la comarca. “De momento ya hemos ganado mucho. Recibimos la visita de gente de toda España y del extranjero, que pasan por el pueblo, preguntan, compran algo y eso da más vida al pueblo”, asegura el primer edil a eldiarioclm.es. En cuanto a los planes que imagina para Caraca, el regidor reconoce que “todos tenemos un sueño: que haya un centro de interpretación, un pequeño museo… pero todo esto depende de los resultados que vayamos obteniendo y de las ayudas”.

La entrega de los driebanos al proyecto para desenterrar a su ciudad romana del olvido encuentra un claro ejemplo en la solidaridad de los hermanos Ángel y Pedro Zorita, propietarios durante décadas de los terrenos bajo los que se asientan los vestigios de Caraca.

Ambos se los compraron a una monja de Driebes en 1979 y, según cuenta, siempre sospecharon que “ahí debajo” había algo extraordinario. “Vaya campos más malos que hemos hecho, no salen más que piedras”, le decía Ángel a su hermano. Casi 40 años después, el mayor de los hermanos Zorita, de 82 años, cree que el proyecto “tiene buena pinta”. Los dos han colaborado con la causa cediendo sus dominios agrícolas. La participación de su hijo y su nieto en las excavaciones demuestra la ligazón que existe entre el pueblo de Driebes y Caraca, convertida desde este año en un insólito aliciente en la oferta cultural y turística de Guadalajara en el futuro.

26 de enero de 2016

Las minas romanas de Castrocontrigo (León) podrían haber triplicado la producción de oro de Las Médulas

Arqueólogos de la Universidad de Salamanca anunciaron hace poco más de un año el descubrimiento de unas nuevas minas de oro romanas en el valle del Eria gracias al uso de la tecnología Lidar. Ahora se sabe que la producción de estas minas habría triplicado la cantidad de oro extraído en las Las Médulas.
El complejo minero tiene unas estructuras que aún se conservan sobre el terreno pero se aprecian con dificultad por la vegetación que las oculta. FOTO: LA INFORMACIÓN.
El valle de Eria, en León, dió a finales de 2014  uno de los grandes descubrimientos arqueológicos: los secretos de una gran mina de oro del Imperio Romano.

Javier Fernández Lozano es investigador de la Universidad de Salamanca, trabaja para el departamento de Geología y participó en este descubrimiento.


NOVEDOSA COMBINACIÓN 
"Hemos procesado todos los datos que nos han facilitado los láser aerotransportado con los que hemos trabajado y hemos aplicado un extra, los drones".

"Poder distinguir estos yacimientos a simple vista es muy complicado por culpa de la vegetación pero con esta metodología ha resultado mucho más fácil".

"Los drones nos han permitido conocer al detalle la zona y saber si se han explotado con anterioridad. Habitualmente en los trabajos arqueológicos ocurre un problema y es que no siempre hay buenos datos para trabajar".

"Mediante esta serie de técnicas hemos mejorado los datos que ya existían de la zona y ahora podemos visualizar cosas que antes era imposible y conocer, por ejemplo, los canales hidráulicos que sirvieron para explotar los yacimientos de oro. Y donde había buenos datos hemos aportado otros mejores".

Estos datos confirman por tanto que los romanos tenían un elaborado método de extracción sistemática que probablemente empleó a un grupo cualificado.

UNO DE LOS MAYORES COMPLEJOS MINEROS DE ORO DEL IMPERIO ROMANO
El valle del Eria es una zona en la que ya se conocía que había oro pero que debido a la cantidad de explotaciones de bosques, campos de cultivo, etc, tenía ocultas gran parte de sus yacimientos.

El Valle se encuentra entre la localidad de Castrocontrigo y la Cumbre de Teleno y en el se extienden más de 13.000 hectáreas de explotación minera.

Los cálculos más recientes han señalado que la suma de oro extraído en estas dos zonas señalan que la suma del oro extraído puede superar las 9 toneladas frente a los 3,5 y 5 toneladas que se habrían logrado en Las Médulas.


¿UN FUTURO GEOPARQUE?
En las comarcas de La Cabrera y Valdería es donde se asienta el yacimiento. Estas zonas se han visto condenadas, con el paso de los años,a la pérdida cada vez más preocupante de sus habitantes.

En 1950 alcazaron su máximo de vecinos pero con la emigración masiva del campo a las ciudades estas comarcas se quedan sin gente y no superan a día de hoy los 2.000 habitantes, nos cuenta Fernández-Lozano.

"Siendo de allí estoy viendo que aquello se muere. Por eso tenemos en mente la creación de un Geoparque, que puede suponer un gran atractivo para el público en general y es una forma de potenciar el turismo gracias a la financiación".

Un Geoparque es una zona protegida y una figura que ofrece la UNESCO a los territorios que tienen un especial interés geológico y cultural.

4 de diciembre de 2014

Localizan nuevas explotaciones de oro romanas en Castrocontrigo (León)

Un vuelo con tecnología láser "LiDAR" pone al descubierto las huellas de los trabajos hidráulicos realizados por los romanos para la extracción de oro en el valle del Eria (León). La investigación ha demostrado que la explotación fue mucho más intensa de lo que se conocía por la arqueología tradicional, que le había dado poca importancia a estos parajes en comparación con otros como Las Médulas.
Mapa 3D con la disposición de canales y embalses romanos del valle del Eria a partir de datos LIDAR.
FOTO: JAVIER FERNÁNDEZ
Investigadores de la Universidad de Salamanca han sido pioneros en la utilización de una tecnología láser denominada LiDAR (Light Detection and Ranging) para cartografiar el terreno desde un avión para un trabajo arqueológico en España. El resultado es que han conseguido identificar nuevas zonas en las que los romanos realizaron trabajos mineros en busca de oro en la zona del valle del río Eria, en la provincia de León.

“Es la primera vez que se utiliza LiDAR para detectar antiguas labores mineras y los canales hidráulicos que sirvieron para explotar yacimientos de oro”, explica el investigador del Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca Javier Fernández Lozano en declaraciones a DiCYT, que acaba de publicar este trabajo en la revista Journal of Archaeological Sciencie. A diferencia de la fotografía aérea convencional, esta técnica láser permite estudiar cómo es la superficie por debajo de la cubierta vegetal y así se ha visto que desviaron ríos y construyeron canales y depósitos de agua.

Aunque la zona estudiada, en las proximidades de la localidad leonesa de Castrocontrigo, ya se conocía como zona minera romana, esta investigación ha demostrado que la explotación fue mucho más intensa de lo que se conocía por la arqueología tradicional, que le había dado poca importancia a estos parajes en comparación con parajes mineros como Las Médulas. Las modificaciones realizadas en el terreno llegaron a alterar el terreno de forma extraordinaria, de forma que hay una serie de canales que podrían sumar cientos de kilómetros.

El oro se podía obtener en roca y en sedimentos, pero esta segunda opción era más rentable. En ciertos puntos se puede observar cómo se hicieron las dos cosas, primero extrajeron el oro de los sedimentos y después excavaron las rocas sobre las que se asentaban. Para todos estos trabajos “fueron abriendo canales que se extienden por toda la Sierra de la Cabrera y en algunos casos se han preservado hasta la actualidad”, señala el investigador, que ha realizado este estudio junto a su compañero de departamento Gabriel Gutiérrez Alonso.


TECNOLOGÍA LIDAR
La tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging) permite obtener la topografía de un terreno. El sistema emite un pulso de luz que llega hasta el suelo, rebota y es recogido nuevamente por los sensores del avión. Al conocer la velocidad de la luz, se puede calcular la distancia que hay entre la superficie y la aeronave, de manera que al sobrevolar el terreno se va dibujando un mapa con extraordinaria precisión.

Hasta ahora, una técnica muy usada en arqueología es la fotogrametría, pero sus resultados no son tan buenos y requiere de un proceso más lento, porque necesita realizar muchas rectificaciones para obtener una imagen de calidad. “El LiDAR te proporciona una nube de puntos que después hay que filtrar para eliminar señales que no corresponden a la superficie, como árboles, edificios o vegetación”, comenta Javier Fernández-Lozano. Por medio de un software SIG (Sistema de Información Geográfica) se obtiene rápidamente la información que se busca. En esta ocasión, el vuelo y los datos han sido proporcionados por el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

EN LOS TEXTOS DE PLINIO EL VIEJO
De esta forma, la investigación ha revelado la existencia de canales excavados en roca y estanques para el acopio de agua que formaban parte de las labores mineras. En época prerromana, los pueblos indígenas de la península ibérica ya buscaban oro en los ríos usando bateas, así cuando llegaron los romanos siguieron esa pista pero pasaron a explotarlo a gran escala. Tras aprender las técnicas de almacenamiento y transporte del agua de los egipcios, las aplicaron para obtener hasta 20 toneladas de oro en el Noroeste de Hispania, según relata Plinio el Viejo en su enciclopedia ‘Historia natural’.

Precisamente, uno de los autores de este trabajo multidisciplinar, Miguel Fernández Morán, ha estudiado los textos antiguos y ha obtenido valiosa información que ha permitido identificar mejor las zonas mineras, ya que los datos obtenidos por el LiDAR han sido validados con trabajos arqueológicos sobre el terreno para confirmar que las estructuras observadas mediante láser se corresponden con labores mineras.

Un aspecto muy interesante de esta investigación es que abre la puerta a la posibilidad de conocer con exactitud cómo eran los depósitos de oro originales a partir de los volúmenes de material que se extrajo y los sondeos que se realizan en la actualidad.

En opinión de Javier Fernández Lozano, esta investigación abre nuevas puertas a la arqueología en España, aunque ya se emplea en otros países europeos. Además, este láser puede utilizarse desde drones, lo cual abarataría mucho los costes, ya que un vuelo de este tipo supone una inversión de miles de euros. El único problema de los aviones no tripulados es que la superficie que pueden abarcar es menor.

3 de abril de 2014

La desidia sepulta el 'Praetorium' de la Legio VII en León

Los restos de la casa del legado de la Legio VII aparecidos en San Pelayo hace 10 años están invadidos de maleza y basura y el hallazgo de sus excavaciones no se ha presentado a la Junta desde que se iniciaran las excavaciones. Los materiales descubiertos tampoco han entrado en el Museo de León.
Estado actual del solar donde se encontraron los restos del Praetorium de la Legio VII. Foto: RAMIRO
Trajano fue legado de la Legio VII entre los años 86 y 89, antes de ser emperador. Aún no se sabe con certeza si vivió ese tiempo en León, pero si lo hizo tuvo que ser en los Latera Praetorii, la casa del Legatus Legionis, uno de los espacios señeros del campamento de la Legio VII en León.

Su ubicación trajo de cabeza a los arqueólogos durante décadas. Hace diez años empezaron a emerger sus imponentes restos en un solar de la plaza de San Pelayo, 8. En 2009, en una segunda excavación obligada por la Junta, destapó un muro de mampostería de gran porte y otro de ladrillo, asociado a un hipocausto y un complejo metalúrgico.

«Son los restos de mayor porte que se conocen en León después de las termas que hay bajo la Catedral», asegura el arqueólogo territorial. Julio Vidal y María Luz González ya habían apuntado la hipótesis de la ubicación de la casa del legado en la publicación del hallazgo de los Principia, en la calle San Pelayo, 7, en 2005 en la revista de la Universidad de Valladolid. Faltaba «el aval arqueológico». Entonces ya estaba en marcha la excavación de la plaza de San Pelayo, 8 y las miradas de los expertos puestas sobre el solar.

ESPACIOS PARA LOS CENTURIONES
Roma solía levantar el Praetorium al oeste de los Principia. Pero, en León, los restos arqueológicos de los solares occidentales parecían espacios de los centuriones. Así cobró fuerza la hipótesis de que el pretorio era el edificio al cuartel general por el norte, como sucede en Vindobona (Viena) y en Deva Victrix (Chester).

El arqueólogo Francisco Hervés, que realizó la segunda excavación entre 2009 y 2010, señala que se han encontrado restos de varias etapas desde el siglo XIV hasta la época romana. Los restos medievales y los romanos se superponen en estratos en este espacio noble del campamento y de la ciudad que fue capital del Reino de León. Que se trata de un sector noble lo indica también la cercanía del Palacio de doña Berenguela cuyos vestigios, catalogados como monumento nacional, están muy cerca, en el colindante patio del colegio Santa Teresa.

RESTOS DE "MAGNÍFICA FACTURA"

Se ha encontrado, es notorio a primera vista, un importante muro de mampostería se descubrieron los restos de ladrillo de un hipocausto o sistema calefactor y un imponente pavimento con solado. Los restos son «importantes», dice Hervás, y empiezan en niveles «muy tempranos de la fundación de la ciudad». Hay muros romanos, tardorromanos y medievales de «magnífica factura», aclara. Lo medieval sería parte de un convento, San Miguel, y por tanto una «reforma del núcleo principal del Praetorium». El arqueólogo gallego piensa que la plaza San Pelayo es la que esconde «el meollo» de estos restos arqueológicos.

El propietario del solar y promotor del edificio de 13 viviendas que dio lugar a la excavación afirma que no le consta hallazgo alguno. El arqueólogo «no me ha entregado el informe pese a que se lo he reclamado judicialmente», asegura Andrés Lozano. Hervés alega que es el promotor quien «no ha venido» a recoger el informe arqueológico. «Me urge y me está perjudicando», insiste el promotor.

VOLUMINOSA DOCUMENTACIÓN
La Junta guarda una voluminosa documentación del solar que arranca en 2004 cuando se hace la excavación, dirigida por la arqueóloga Rocío Fernández Ordás y aún pendiente de informe definitivo. En la carpeta están los requerimientos del Procurador del Común a la Consejería de Cultura en el año 2005 para que arqueóloga y propietario cumplieran las obligaciones adquiridas respecto a la protección y conservación de los restos, así como varios acuerdos de la comisión de Patrimonio requiriendo el informe y la entrega de los materiales al Museo de León.

El solar de San Pelayo 8 albergaba una casa que perteneció al Cabildo desde tiempo inmemorial y que fue adquirida por el arquitecto Andrés Lozano. En 2004 la vivienda fue pasto de las llamas, pero se salvó la fachada que el Ayuntamiento de León estabilizó a cuenta del erario público, según el propietario, justo cuando se disponía a colocar los apeos por su cuenta.


La asociación Aleph dio la voz de la alarma sobre el abandono de la excavación en 2005, año en que se levantó una gran polvareda social, política y mediática en torno a la conservación de los Principia de la calle San Pelayo 7. Tomás Sarmiento, uno de sus impulsores, alerta de este olvido: «Han sido muchos los restos arqueológicos que han quedado en el limbo mientras las empresas iniciaban las obras, a la espera de su destrucción», sentencia. Se sorprende de que la Junta no haya sancionado a la arqueóloga que realizó la primera excavación.

ABANDONO DE LOS RESTOS
El silencio preside el abandono de los restos del Praetorium de la Legio VII. La comisión de Patrimonio se negó a dar por concluidas las excavaciones en 2009 y obligó al propietario a realizar una segunda campaña. El promotor se opuso con un recurso de alzada, pero finalmente encargó los trabajos a la empresa gallega Arqueoconsulting, que los llevó a cabo entre 2009 y 2010.

Patrimonio no se ha pronunciado sobre el proyecto de las 13 viviendas a expensas de que «se conozcan los resultados de la ampliación de la excavación arqueológica». En el mismo acuerdo, la comisión reclamó el informe final de la excavación anterior a la arqueóloga Rocío Fernández Ordás y que «los materiales hallados sean depositados en el Museo de León», como consta en el acuerdo de la comisión de 29 de enero de 2009.

La Junta no ha reclamado a Arqueoconsulting el informe arqueológico ni los materiales de la segunda excavación. Nada ha entrado en el Museo de León de San Pelayo,8 como es preceptivo. Es de destacar que entre los restos debe haber estampillas en tégulas de la Legio VI Victrix. También hay restos óseos pues ya en la primera excavación salió a la luz algún enterramiento medieval.

La campaña, según el informe preliminar de Fernández Ordás, corroboró arqueológicamente la ocupación del edificio por un convento de monjas pero «no se alude a los restos identificables, y por qué, con tal edificación», precisa la comisión de Patrimonio. En septiembre de 2009 la Junta volvió a reclamarle el informe. No ha respondido ni entregado materiales.

Desde entonces, no se ha movido un papel más. La carpeta duerme en el archivo de la Junta y el legado romano del Legatus Legionis, a la intemperie.

26 de noviembre de 2011

El arte rupestre de Jaén, el Patrimonio de la Humanidad más olvidado

En 1998 la UNESCO otorgó a estos yacimientos el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad, y de ellos el de la Tabla de Pochico (Aldeaquemada, Jaén) ha obtenido además el distintivo de Itinerario Cultural del Consejo de Europa.

Con apenas 600 habitantes, el pequeño municipio jiennense de Aldeaquemada, en el parque natural de Despeñaperros, presume de tener el conjunto más importante de arte rupestre de Andalucía. Una treintena de abrigos se dispersan por toda la vertiente sur de Sierra Morena con pinturas que hacen referencia, principalmente, al mundo de la caza. Las figuras naturalistas corresponden fundamentalmente a cérvidos aunque también aparece alguna cabra.

El yacimiento principal, el de la Tabla del Pochico, es uno de los nueve destinos arqueológicos andaluces que han obtenido el distintivo de Itinerario Cultural del Consejo de Europa y que hemos tenido el placer de visitar de la mano de unos guías de excepción: D. Miguel Soria, responsable de la Sección de Arte Rupestre del Instituto de Estudios Gienenses, D. Sebastián Lozano, gerente de la Asociación para el Desarrollo Rural del Condado y Pablo Lozano, de la empresa de servicios turísticos SEMER.

"Los abrigos rupestres nos ayudan a potenciar el turismo rural, que centra, tras la actividad forestal y cinegética, la principal vía económica del municipio", resalta Manuel Fernández, alcalde de Aldeaquemada, localidad que ofrece la visita a través de guías turísticos. La importancia del yacimiento de la Tabla del Pochico, descubiertas en 1914 por Juan Cabré, es que acoge, por igual, pinturas del arte levantino y el arte esquemático. Las primeras de ellas, de las que se contabilizan 69 yacimientos en Jaén, Almería y Granada, están declaradas desde 1998 Patrimonio de la Humanidad.

Precisamente, todos estos yacimientos se agruparon en el verano de 2010 en la Asociación Arte Rupestre del Arco Mediterráneo-Patrimonio Mundial. Este colectivo engloba a seis comunidades autónomas que concentran un conjunto de 727 conjuntos rupestres, abrigos rocosos, cuevas, covachas o barrancos en los que se ha encontrado alguna representación figurativa que van desde trazos geométricos a escenas de caza, recolección, danza o guerra, incluyendo figuras humanas y de animales. "Lo que queremos es agruparnos para cumplir con las obligaciones y el compromiso que tenemos con la Unesco, es decir, la conservación de este patrimonio y su puesta en valor", explica Sebastián Lozano, gerente de la Asociación de Desarrollo Rural del Condado que ha impulsado esta asociación de ámbito estatal.

Os dejo con la galería fotográfica de nuestra visita a los yacimientos de Prado del Azogue y Tabla de Pochico.