Intercatia fue una de las ciudades más importantes de la época romana, no sólo por sus dimensiones, sino también por su encarnizada resistencia ante el ataque de las legiones de Roma. Sin embargo, cualquier dato sobre su localización está rodeado de incertidumbre. Los historiadores han llegado a situar la urbe hasta en 39 puntos diferentes de la geografía española. Uno de ellos es Paredes de Nava (Palencia), cuyos habitantes están cada día más convencidos de que Intercatia se asentó en su territorio, bajo el pago de La Ciudad.
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El arqueólogo alemán Helmut Becker, que ha colaborado con los estudios. |
Son muchos los indicios que acercan tan importante ciudad romana a tierras palentinas. La Asociación Cultural En busca de Intercatia, integrada por una veintena de personas, lleva cuatro años trabajando para demostrar que lo que hoy se conoce como La Ciudad fue hace siglos un importante asentamiento romano. Ilusión no les falta, y trabajo tampoco. Son muchas las pruebas que apuntan a que su teoría es cierta, pero no olvidan que es un proyecto «a largo plazo» que necesita tiempo y, sobre todo, financiación.
La Ciudad es un vasto yacimiento arqueológico situado a 1,5 kilómetros al Este de Paredes. Allí, han ido apareciendo cientos de objetos de la época romana: vasijas, joyas y monedas... La mayoría está en el Arqueológico Nacional y también en el de Palencia, pero otro se han perdido o pertenecen a colecciones privadas.
Uno de los hallazgos destacados se produjo en 1870, cuando se encontraron en la zona téseras del siglo I que hacen referencia a un pacto de hospitalidad entre el pueblo intercatiense y Pallantia –la Palencia romana-. De las cuatro encontradas, solo una permanece en el museo palentino; otra desapareció en un incendio y las dos restantes pertenecen a una colección privada.
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Plano de Intercatia sobre el terreno. |
Estos hallazgos animaron a la asociación a indagar sobre la posible ubicación de Intercatia bajo tierras palentinas. De momento se sabe que La Ciudad esconde una gran urbe vaccea anterior, luego romanizada, que estuvo asentada en los terrenos desde finales del siglo IX o X antes de Cristo hasta su decadencia en el siglo V, y que por sus dimensiones y por su desarrollada estructuración interna, así como por la destacada importancia de los hallazgos en ella recuperados, debió ser «una de las más boyantes entre las que se encontraron los ejércitos romanos a su llegada a las tierras del interior de la Meseta».
Desde 2009, el colectivo cultural cuenta con el apoyo de un equipo formado por seis arqueólogos que ha trabajado sobre el terreno y ha obtenido resultados, cuando menos, sorprendentes. Coordinados por Javier Pérez, arqueólogo del Museo de Palencia, y con la colaboración del alemán Helmut Becker, profesor de la Universidad de Munich, durante tres veranos han hecho una prospección geomagnética intensiva.
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José Herrero Vallejo, presidente de la Fundación Intercatia. |
Se han estudiado ya 50 de las 60 hectáreas del yacimiento, lo que ha posibilitado la elaboración de un plano detallado de la ciudad. Sin embargo, todas las evidencias indican que es una ciudad vaccea que se asentó en el territorio antes que la romana, pues «seguramente la zona que ocuparon los romanos es lo que más se ha destruido», explica Javier Pérez. Pese a ello, el hallazgo no es menos relevante, ya que «es el único plano de una ciudad vaccea que se conoce», añade el arqueólogo.
Un tesoro bajo tierra. Bajo lo que hoy ocupan tierras de labranza, se esconde un verdadero tesoro, una auténtica ciudad vaccea que albergó siglos después un asentamiento romano en el centro, reducido a un núcleo de pequeñas casas que probablemente tenían incluso una ermita. «Estamos seguros de que en el siglo X después de Cristo aún se conservaban restos de las paredes de las casas romanas. Cuando se perdió el asentamiento en alto –donde se encuentra el yacimiento- se creó el asentamiento en bajo –el pueblo actual- cuyo nombre, Paredes de Nava, responde a las paredes que aún se veían desde el pueblo en el asentamiento en alto», subraya el arqueólogo.
El trabajo desarrollado en estos años ha permitido realizar avances muy significativos. Y es que bajo esas tierras se esconden los restos de lo que en su día fue una muralla de más de 1.000 metros de longitud, con tres entradas, junto a las que se sitúan grandes construcciones que, a juicio de los expertos, son torres de control que formarían parte del sistema defensivo del poblado. Una gran muralla de 40 metros de anchura –la misma que las descubiertas en otras ciudades vacceas- construida a base de adobe y un revestimiento en piedra que protegía la ciudad de posibles ataques.
Tras los límites de la muralla se esconden en el mapa pequeños puntos negros que a los ojos de cualquier ciudadano de a pie no serían más que eso. Sin embargo, según han interpretado los expertos, esos pequeños puntos fueron en su día un templo, un taller de alfarería y las casas en las que habitaron hace siglos pobladores vacceos y, más tarde, romanos. «La gran incógnita es aún saber cómo serían las casas de la ciudad, pues probablemente muchas de ellas se quemaron y destruyeron», lamenta el arqueólogo.
UNA CIUDAD DOBLEMENTE AMURALLADA. El hallazgo más novedoso es la existencia de una segunda muralla que conforma un doble sistema defensivo basado no sólo en el muro principal. El segundo paramento, fuerte y exterior, tenía más fosos y ha sido toda una sorpresa para los expertos que ahora conocen la extensión, las medidas exactas e, incluso, el discurrir de las calles y las puertas de la ciudad.
El descubrimiento se debe en buena parte al trabajo y la ilusión del presidente de En busca de Intercatia, José Herrero Vallejo, quien durante años estuvo recopilando documentación sobre Paredes, seguro de que su pueblo se asienta cerca de Intercatia. En 2009 la Asociación empezó formalmente a trabajar y gracias al apoyo económico de la Diputación, se embarcó en un proyecto que quizá saque a la luz un nuevo yacimiento para la provincia.