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18 de diciembre de 2024

Arranca la excavación arqueológica en "El Toril" de Alcalá la Real (Jaén)

Las excavaciones, dirigidas por dos arqueólogos, cuentan con un presupuesto aproximado de 30.000 euros y se prolongarán durante unos tres meses
El arqueólogo David Expósito junto al alcalde Marino Aguilera y otras autoridades municipales.

En esta semana han dado comienzo los trabajos previos a las excavaciones arqueológicas en la unidad de ejecución UE4, Consolación-El Toril, un paso fundamental dentro del proyecto de rehabilitación de esta zona del casco histórico, y que han visitado este mediodía el alcalde, Marino Aguilera; el concejal de Patrimonio, José Moyano; la edil de Urbanismo, Encarnación Pérez; la edil de Obras y Servicios, Mercedes Flores; y el director de dichos trabajos, el arqueólogo David Expósito.

El alcalde ha señalado la importancia de dicha actuación, destacando que su inicio está respaldado por la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía, tras el estudio de georradar realizado el pasado año. “Las excavaciones darán como resultado el afloramiento de restos que, en función de su relevancia, se integrarán en el proyecto de rehabilitación de este sector. Seguimos trabajando con el objetivo de dar forma al plan especial que determine el uso y la distribución de estos espacios”, ha subrayado Aguilera.

Por su parte, Moyano ha explicado en qué consisten las labores iniciales. “Estamos actuando sobre una superficie de unos 300 metros cuadrados. En esta fase, se está retirando la tierra de relleno para llegar al nivel alto de las estructuras detectadas por el georradar. Calculamos que, aproximadamente a un metro de profundidad comenzaremos a encontrar los primeros restos. Lo que sacaremos a la luz es una domo antigua, que será clave para la redacción del proyecto del plan especial”.

Cabe recordar que en esta zona se descubrió la Domus Herculana y aparecieron hallazgos significativos como el Hércules que se encuentra en el Museo alcalaíno o el Fauno, hechos por los que se alberga la esperanza de poder encontrar nuevos restos de importancia que permitan enriquecer el patrimonio local.

En ese sentido, Expósito ha añadido que “se trata de una intervención ambiciosa en un espacio muy significativo, con hallazgos de gran relevancia durante las excavaciones de 2007-2008. Gracias al diagnóstico del estudio de georradar, trabajaremos para afinar la información sobre la cronología del asentamiento, que abarca entre los siglos I y II. Además, aplicaremos técnicas modernas para analizar el estado de los restos y establecer con Cultura los pasos a seguir, como posibles estudios analíticos o la integración de los hallazgos en el entorno”.

Las excavaciones, dirigidas por dos arqueólogos, cuentan con un presupuesto aproximado de 30.000€ y se prolongarán durante unos tres meses, dependiendo de las condiciones climatológicas. El alcalde ha adelantado que, una vez se alcance la fase de las estructuras, se organizarán visitas guiadas para escolares y público en general, “que estarán ligadas a la exposición conmemorativa del centenario de la adquisición del Hércules por el Museo Arqueológico Nacional, que se celebrará en 2025”, ha avanzado Aguilera.

17 de diciembre de 2024

Un pescador gallego fue a por truchas al río y tropezó con una virgen gótica de alto valor

El hallazgo se produjo en junio de 2020. La pieza es una talla de bulto redondo que representa a una Virgen sedente con el niño Jesús, rodeados por dos ángeles. Las primeras consideraciones de los especialistas que han examinado la obra, realizada en granito, apuntan que podría encuadrarse en el estilo gótico gallego, que se sitúa en torno al siglo XIV.

La historia de Fernando Brey Quintela es digna del sueño de un cazatesoros. El tema es que este pescador aficionado gallego no se encontraba buscando un tesoro, él iba por trucha al río Sar, cerca de Santiago de Compostela, cuando de repente se tropezó con una joya arqueológica.

En junio de 2020, Brey Quintela dio con una virgen gótica mientras caminaba por el río Sar, en Galicia. "Tropecé con una piedra que casi me hace caer, y resultó ser la Virgen", contó por ese entonces a los medios. A pesar de la incredulidad inicial de su familia, un año más tarde, el hallazgo se confirmó como una obra del siglo XIV con un valor estimado de entre 80.000 y 85.000 euros, según revela La Voz de Galicia.

Esta pieza de alto valor arqueológico, conocida ahora como "Virxe de Conxo", permaneció en el río durante al menos un siglo, cubierta de musgo y oculta bajo el agua.

La historia de Fernando Brey Quintela es digna del sueño de un cazatesoros. El tema es que este pescador aficionado gallego no se encontraba buscando un tesoro, él iba por trucha al río Sar, cerca de Santiago de Compostela, cuando de repente se tropezó con una joya arqueológica.

En junio de 2020, Brey Quintela dio con una virgen gótica mientras caminaba por el río Sar, en Galicia. "Tropecé con una piedra que casi me hace caer, y resultó ser la Virgen", contó por ese entonces a los medios. A pesar de la incredulidad inicial de su familia, un año más tarde, el hallazgo se confirmó como una obra del siglo XIV con un valor estimado de entre 80.000 y 85.000 euros, según revela La Voz de Galicia.

Esta pieza de alto valor arqueológico, conocida ahora como "Virxe de Conxo", permaneció en el río durante al menos un siglo, cubierta de musgo y oculta bajo el agua.

Derecho de indemnización
Según declaraciones de Carlos Henrique Fernández Coto, presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio (APATRIGAL), Fernando Brey tiene "derecho a una indemnización equivalente al 50% del valor de la pieza", tal como lo establece la ley española en estos casos. En una primera instancia, el objeto pasó a manos de la Consellería de Cultura quien trabajó en su restauración y conservación y actualmente se encuentra en el Museo das Peregrinacións.

Ana Paula Castro, experta en antigüedades y amiga de Brey, fue una de las primeras en confirmar la relevancia de la talla, según relata una publicación de Telemadrid. La experta aseguró que la imagen, aunque deteriorada por el tiempo en el agua, tiene una gran importancia histórica. Gracias a su intervención y al secreto mantenido en las primeras semanas, la Virgen no cayó en manos equivocadas, evitando un posible expolio.

Según el relato de la experta, el proceso de restauración fue complicado debido al peso de la Virgen, que alcanza los 300 kilos, y la necesidad de medidas de seguridad estrictas para su futura exhibición. La relevancia mediática del hallazgo hizo que su conservación sea prioritaria para las autoridades culturales.

El descubrimiento de esta Virgen gótica en el río Sar ha sido descrito como un "día especial para Galicia" por Carlos Henrique Fernández. En una región donde el patrimonio a menudo corre el riesgo de ser olvidado o destruido, la recuperación de esta talla histórica representa un motivo de orgullo. A pesar del deterioro que sufrió en el agua, la Virgen ahora tiene un futuro prometedor como pieza clave del patrimonio gallego.

¿Cómo es la virgen gótica?
La pieza es una talla de bulto redondo que representa a una Virgen sedente con el niño Jesús, rodeados por dos ángeles. Las primeras consideraciones de los especialistas que han examinado la obra, realizada en granito, apuntan que podría encuadrarse en el estilo gótico gallego, que se sitúa en torno al siglo XIV.

La escultura está tallada en cuatro de sus cinco caras, lo que podría indicar que se trataba de una pieza suspendida ideada para ser colocada en la pared. Esta idea viene reforzada con el hecho de que la única cara no tallada es la posterior, dado que incluso la pieza de la base está decorada con una flor de cuatro pétalos y hojas de acanto entrelazadas, algo que descarta que estuviese apoyada sobre otro elemento.

Sobre la imagen de la Virgen y el Niño aparecen dos ángeles bastante desgastados, aunque se aprecia el rostro y la mano de cada uno de ellos sujetando algún objeto o el propio manto. Asimismo, tanto la cara de la Virgen como la cabeza del niño han desaparecido, un "impacto antiguo" dado el desgaste de los bordes que podría tener que ver con una rotura intencional para desacralizar la pieza.

Cástulo, entre los enclaves jienenses beneficiados por el Gobierno para su conservación

El Ministerio de Industria y Turismo concede 13,2 millones para la rehabilitación de patrimonio histórico en Jaén capital, Linares, Guarromán, Sabiote y Beas de Segura
El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, durante su visita a Sabiote. Foto: Subdelegación del Gobierno

El Ministerio de Industria y Turismo ha concedido 13,2 millones de euros para la rehabilitación de patrimonio histórico monumental en los municipios jiennenses de Jaén capital, Linares, Guarromán, Sabiote y Beas de Segura. Con esta aportación se eleva a 58,3 millones las aportaciones hechas por el Gobierno de España al sector turístico de la provincia de Jaén en el marco del Plan de Recuperación.

El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha detallado que los últimos 13,2 millones se suman los 30,2 millones de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destino; 6,79 millones de la convocatoria para urbanismo comercial en entornos patrimoniales; otros 6,2 millones para Ciudades Patrimoniales y dos millones para los paradores de Jaén y Úbeda, lo que hace los 58,3 millones de euros de fondos del Plan de Recuperación.

Además, Fernández, ha añadido otras inversiones en materia de rehabilitación de patrimonio, «como las ejecutadas con cargo al 2% Cultural desde 2018» y que suponen «seis millones de euros para siete proyectos».

«Estas cifras muestran el compromiso claro del Gobierno de España con el impulso del turismo en esta provincia andaluza, donde hoy conocemos dos de los proyectos emblemáticos de su patrimonio», ha indicado Fernández durante su visita a los municipios jiennenses de Sabiote y Beas de Segura, que contarán con 5,74 millones de euros en esta última convocatoria.

Por un lado, el Ayuntamiento de Sabiote contará con 2,79 millones de euros para la creación de un itinerario turístico patrimonial tras la restauración y conversación de la muralla y la rehabilitación urbana del conjunto histórico.

El proyecto contempla actuaciones de calado como la mejora de accesibilidad, el soterramiento de suministros e instalaciones del alumbrado público y telefonía, la renovación del pavimento y de la red de saneamiento y la recogida de aguas pluviales.

El Ayuntamiento de Beas de Segura, por su parte, ha sido seleccionado para la ejecución de un proyecto de restauración y recuperación patrimonial del trazado urbano del castillo y la fortaleza de Villavieja, actuación dotada con 2,94 millones de euros y que supondrá desde la consolidación de la base geológica y nuevas actuaciones arqueológicas hasta la intervención directa para conservación y rehabilitación.

Además de Beas de Segura y Sabiote, en esta última convocatoria del 11 de diciembre, se han aprobado otros 2,9 millones para la restauración de la Iglesia de Santo Domingo, en Jaén capital; 1,5 millones para conservación en el yacimiento de Cástulo, en Linares, y 2,9 millones para restauración de bienes de interés cultural en Guarromán.

Estos 13,2 millones de euros son fondos que llegan a la provincia y que, tal y como ha destacado el delegado del Gobierno de España, no precisan cofinanciación por parte de los ayuntamientos.

No obstante, el delegado del Gobierno ha recordado que «éstos son solo proyectos ligados al sector turístico que contarán con financiación estatal», pero «hay otras actuaciones en Jaén que han puesto el punto de mira nacional en esta provincia», como el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación (Cetedex), «que permitirá la reindustrialización y la cohesión territorial a través de este proyecto; el Centro de Competencias Digitales de Renfe, en Linares, o los avances en la A-32 «para conectar la provincia de Jaén con el Levante español».

Arqueólogos de la UB documentan en Egipto cincuenta y dos momias con lenguas y uñas de oro

Los investigadores de la Universidad de Barcelona documentan en Oxirrinco nuevas tumbas con escenas policromadas y numerosos artefactos religiosos. Una de las momias presentaba dos lenguas de oro, y otra, una plaquita también de oro que decoraba sus uñas. En el mismo yacimiento se han recuperado objetos de gran valor, como un escarabeo de corazón en la posición original, amuletos con figuras de divinidades egipcias como Horus, Thot e Isis y una terracota del dios Harpócrates.
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Doce láminas de oro cubrían las lenguas de las momias.

La Misión Arqueológica de Oxirrinco, que lidera el Instituto de Oriente Próximo Antiguo de la Universidad de Barcelona (IPOA, UB), bajo la dirección del doctor Ignasi-Xavier Adiego, ha concluido su última campaña con hallazgos de excepcional relevancia histórica y arqueológica. Las excavaciones, llevadas a cabo entre noviembre y diciembre de 2024, han puesto al descubierto restos únicos, que permiten profundizar en el conocimiento sobre las prácticas funerarias, la vida religiosa y la actividad monástica del antiguo Egipto.​​​​​​​

Entre los descubrimientos más destacados se encuentran cincuenta y dos momias del periodo ptolemaico, trece de las cuales tenían lenguas de oro en la boca, símbolo de preparación para el más allá. Una de las momias presentaba dos lenguas de oro, y otra, una plaquita también de oro que decoraba sus uñas. En el mismo yacimiento se han recuperado objetos de gran valor, como un escarabeo de corazón en la posición original, amuletos con figuras de divinidades egipcias como Horus, Thot e Isis y una terracota del dios Harpócrates.
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Las excavaciones también han revelado la estructura de un sepulcro de época ptolemaica que contenía unas trescientas momias. Esta tumba, con tres cámaras funerarias y techo de bóveda, sobresale por las paredes decoradas con textos y escenas policromadas que representan rituales funerarios y figuras divinas como Anubis, Osiris, Atum y Nut. Además, se han descubierto cuatro sarcófagos de piedra caliza en este mismo contexto.

​​Otro de los grandes avances de la campaña ha sido la reactivación de las excavaciones en el monasterio copto de San Ciriaco, una basílica cristiana datada entre los siglos V y VII. Esta construcción, de grandes dimensiones y ricas decoraciones en sicomoro, ofrece nuevas claves para comprender el movimiento monástico en Egipto durante los primeros siglos del cristianismo, así como el papel económico y administrativo de los monasterios en ese periodo.

La misión, dirigida por las doctoras Esther Pons y Maite Mascort, cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura, la Universidad de Barcelona, la Fundación Palarq, la Sociedad Catalana de Egiptología y AIXA Serveis Arqueològics, además de la colaboración del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto y la Universidad de El Cairo. Los hallazgos no solo contribuyen a enriquecer el patrimonio arqueológico egipcio, sino que ofrecen nuevas perspectivas sobre las prácticas rituales y las creencias de la época ptolemaica y romana.
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Estos descubrimientos, fruto de décadas de trabajo constante en Oxirrinco, reafirman el compromiso de la Universidad de Barcelona con la investigación arqueológica de excelencia y la preservación del patrimonio cultural universal.

16 de diciembre de 2024

El infierno de una misión de arqueólogos españoles investigada por Egipto

Pagos en mano, "trabajo esclavo" e insultos: el infierno de una misión de arqueólogos españoles investigada por Egipto. Más de una decena de testimonios reunidos por el  diario "El Independiente" reconstruyen las condiciones que sufren los estudiantes participantes en el proyecto denunciado. 
Martín Valentín y Teresa Bedman, los directores de la misión Visir Amenhotep Huy.

Durante 24 años de excavación tejieron una red de sombras y silencios que comienza a quebrarse ahora, tras la denuncia de tres becarias y la investigación abierta por las autoridades egipcias. La misión de Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman, dos presuntos arqueólogos españoles, aprovechó durante años el cotizado reclamo de horadar en Luxor, la milla de oro de la egiptología, para atraer en cada campaña de excavación a jóvenes españoles y latinoamericanos fascinados por la tierra de los faraones.

El Independiente, que ha publicado durante la última semana las denuncias previas así como el irregular sistema de justificación de gastos a partir de facturas personales, reúne ahora el testimonio de decenas de estudiantes y becarios que se enrolaron en la expedición y sufrieron lo que denuncian como una larga retahíla de abusos, mala praxis y condiciones dantescas, que habían permanecido sepultados por el miedo de sus protagonistas a las represalias de la pareja.

El proyecto en el centro de la polémica es la misión española Visir Amenhotep Huy que dirigen desde 2009 Francisco Martín Valentín y Teresa Bedman. La expedición excava desde entonces en un enterramiento situado en la necrópolis de Asasif, cerca del templo de Hatshepsut, en Luxor, la antigua Tebas faraónica.

Requisito de confidencialidad
Los participantes debían firmar una serie de cláusulas de confidencialidad. El documento, al que ha tenido acceso este diario, incluye cláusulas en las que se establece el “carácter no laboral y no retribuible” de la labor y se obliga al firmante a una estricta política de silencio sobre los entresijos de la misión. “Igualmente asume que, sobre toda cuanta información reciba relacionada con el Proyecto Amen-Hotep, Huy, incluso si dicha información procediera directamente del desarrollo de sus labores en el mismo, rige un expreso compromiso de confidencialidad, de modo que no podrá utilizar la misma sin conocimiento y expresa autorización de los directores del Proyecto, por cuanto la reserva de divulgación o comunicación de dicha información está expresamente controlada por las autoridades del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto”.

Extracto de la carta de confidencialidad que deben firmar los becarios
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El documento ha sido usado por la dirección del proyecto para amenazar con acciones legales a quienes, una vez fuera de la expedición, amagaron con hacer públicas las condiciones de trabajo. Los participantes entrevistados para este reportaje han optado por el anonimato citando precisamente ese documento.

Pagar para excavar y grandes sumas de dinero en efectivo
El proyecto de los conocidos como “Valentines de Luxor” tenía la apariencia de una “escuela de campo” para estudiantes de arqueología y disciplinas relacionadas. Una supuesta beca en la que, sin embargo, los agraciados no recibían una ayuda sino la obligación de desembolsar sumas de dinero que rondan los 2.000 euros, una cantidad que varía según la campaña en la que se participara. El destinatario de ese dinero es la Fundación del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, una institución privada que dirigen ambos.

“A mí se me solicitaron más de 1.600 euros para poder participar en la campaña. Una parte la hice por transferencia y la otra se la tuve que dar en mano cuando llegamos allí a Egipto”, relata una de las participantes. Su testimonio es corroborado por el resto de entrevistados. “Llegamos a calcular que entre todos habíamos entregado unos 36.000 euros en efectivo por campaña. Es dinero que no pasa por Hacienda y que se entrega ya en Egipto”, agrega otra ex miembro del equipo. En el proceso de selección, algunos detectaron las primeras peculiaridades de la pareja. “Fui preseleccionada y posteriormente me hicieron una entrevista online. Durante esta, una de las preguntas fue: ¿tienes novio? ¿Qué opina de que participes en el proyecto? Esto me bloqueó, porque estaba fuera de contexto. Aún así, lo obvié y me centré en las otras preguntas”, narra una de las becarias. “Juegan mucho con la ilusión de la gente; con el sueño de ir a Egipto, de excavar en tierra egipcia y se saben vender de maravilla”, añade.

Compras obligadas en el duty free y asumir todos los costes
“Cuando llegué al aeropuerto me obligaron a comprar licores que ellos querían tener y que al parecer se tenía como una tradición dentro de la campaña. Todo el mundo compraba ese tipo de artículos en el duty free y por no enemistarme con ellos, lo hice. Una vez llegados a Luxor, tenemos que llevárselas”, apunta una de las becarias. En una de las campañas, las maletas se extraviaron en la escala en El Cairo. “Teníamos un seguro pagado para que, en caso de pérdida de las maletas, se nos devolviera una parte y asumir el coste que supone estar varios días sin equipaje. Ellos cobraron el seguro. Se lo estuve solicitando y no vi ni un solo duro de la indemnización. Doy por hecho que se lo quedaron”, agrega.

Aparte de costear el transporte y alojamiento, los becarios debían hacer frente a todos los gastos derivados de su estancia en la excavación. “Nos cobraban el agua para beber. Me parecía raro porque normalmente en los trabajos de campo, quien te contrata tiene que garantizar mínimo el agua. Hasta el agua nos la vendía Teresa”, desliza una participante en una de las últimas campañas.

Los estudiantes pagaban, pero -según sus testimonios- Francisco y Teresa facturaban. “En Egipto nosotros nos pagamos los gastos de viaje, alojamiento y manutención, algo por adelantado, pero la mayoría era allí, en el mismo supermercado o restaurante. En ese momento, Paco y Teresa nos pedían las facturas que habíamos pagado nosotros porque tenían que tener un control de gastos y demás. Ahora sabemos que era una excusa. En ese momento no sospechamos nada, y lo cierto es que tampoco nos interesaba en exceso guardar las facturas. Cuando comíamos en un restaurante, Paco ponía la excusa de que unificaba él la cuenta, así que teníamos que darle el dinero a él, ya que era más fácil que pagara uno a que pagáramos las casi 20 personas por separado, y claro, esa factura se las guardaba él. Ese fue el modus operandi de ambos durante tres meses. Fueron pidiéndonos y acumulando las facturas de cada comida, compra, transporte, visita guiada, lo que fuera. Todo lo pagamos nosotros -cada uno lo suyo-, pero los tickets los pedían ellos con la excusa de centralizarlo todo, de tener control o simplemente se hacían los tontos”, relata. Muchas de aquellas facturas acabaron siendo usadas para justificar ayudas de mecenas, alegan los entrevistados.

Aislamiento forzoso y vigilancia extrema
El día a día en Luxor no era menos gratificante, a juzgar por el relato de los que se consideran sus víctimas. “Experimenté que pusieran a alguien que me 'vigilaba', e incluso me dijo uno de los trabajadores: 'cuidado que Teresa ha pedido a los que somos de aquí que le digamos si te vemos y con quién vas'”, narra uno de los becarios entrevistados para este reportaje. “Al poco de empezar mi primer año de trabajo con ellos, empezaron a poner normas cada vez más estúpidas: empezaron diciendo que no podíamos ver a ningún trabajador egipcio fuera de la excavación. Ellos nos decían que esto era porque una antigua miembro se había liado con un trabajador, y como el inspector estaba prendado por ella les había traído problemas”, detalla.

“Poco después nos pusieron una segunda norma: no podíamos quedar con gente de otras excavaciones si no era a través de ellos. Si queríamos contactar con alguien de otra misión arqueológica teníamos que pedir a ellos que contactaran al director de la otra misión. Si no podíamos relacionarnos con egipcios, y tampoco con otras misiones, estábamos efectivamente aislados. Yo les decía que no lo entendía”, comenta un ex becario. “Había una tercera norma: tampoco nos dejaban ver a egipcios que no fueran de la excavación ‘porque es un país muy peligroso y no sabéis moveros’”, nos decían.

Esas prácticas de aislamiento y vigilancia se han reproducido durante décadas, haciéndose más extremas si cabe. “Éramos tres chicas en uno de los pisos y nos apetecía salir juntas a hacer las compras diarias para cocinar, comprar el pan y otras cosillas, o simplemente darnos una vuelta por la aldea del West Bank, porque en realidad es un lugar pequeño y tranquilo, donde todo el mundo se conoce… cuando les pregunté a Francisco y Teresa sobre este tema, su respuesta fue que existía riesgo de ser atacadas o incluso violadas si íbamos solas, así que teníamos que estar preguntando a los pocos chicos que integraban el grupo si querían acompañarnos y la verdad es que fueron contadas las ocasiones en las que nos acompañó un compañero. Llevo visitando el país 20 años, tengo amigos allí a los que me gusta ir a visitar a sus casas a saludar o tomar un té. Bueno, esto también estaba prohibido, no nos dejaban ni entablar conversaciones con egipcios ni aceptar invitaciones a asistir a bodas (algo bastante corriente allí), ni siquiera tener contacto con otras misiones ya fueran españolas o extranjeras. La sensación de claustrofobia iba en aumento y yo en algunas ocasiones salía a comprar cosas sola, lo que me ocasionó problemas, ya que el doctorando, mano derecha de Paco y Teresa, vivía en la planta baja del edificio y dejaba la llave del portal puesta por dentro, de manera que cuando volvía al piso, estaba obligada a llamar al timbre y salía él a abrirme y me decía ‘Te recuerdo que está prohibido salir sola del edificio’…Era un guardián”, cuenta una de las afectadas.

Insultos a españoles y egipcios: “Podemita”, “hijos de puta”...
Los testimonios, que cubren varias etapas, coinciden en una misma queja: los insultos a los que fueron sometidos tanto los estudiantes españoles y latinoamericanos como los obreros egipcios a manos de los directores de la excavación. “El trato era terrible: A una chica la llamaban 'roja' y 'podemita'. A otra 'la ninfómana del equipo'. A uno de los chicos gay le dijeron que no se podía tener esa pluma en la excavación, 'que dejara de perder aceite, que si que es que se quería acostar con los obreros'. A los obreros les llamaban 'hijos de puta' y 'perros'. Era todo un trato inhumano y racista”, recuerda una de las otrora miembros de la excavación. Otro de los testimonios ratifica el relato: “Era habitual ver a Teresa pasar insultando en castellano gritando cosas como “panda de vagos, que jodisteis a mi pueblo y os vais a enterar, hijos de puta…” y cosas similares. "Con lo del pueblo se refería a que ella es judía", apunta.

“Teresa ha llegado a formar tanto follón que los obreros le hicieron una huelga. A uno de ellos le llamó en su cara 'hijo de puta'. El obrero se enteró y llegó a Francisco: 'Por favor, Mudir, dile a tu mujer que me pida disculpas'. Lo que hizo él es despedirle”. Episodios que se completan, según los consultados, con campañas de difamación contra quienes dejan el proyecto o acusaciones en público de “manipulación” contra quienes comienzan a cuestionar las órdenes.

Estudiantes a cargo de las tareas más duras sin protección
Entre las irregularidades de las que levantan acta los testimonios reunidos, figuran las tareas que les eran asignadas a los becarios. A diferencia del resto de las misiones extranjeras en Egipto, incluidas las españolas dependientes de organismos y universidades públicas, los estudiantes eran obligados a cargar con piedras y asumir las tareas más duras.

“Como no había ningún tipo de rigor científico, la velocidad de la excavación era tal que se generaba una gran cantidad de escombro, por lo que gran parte de las jornadas se pasaban en cadenas de 20-30 personas entre trabajadores locales y alumnos desescombrado”, asevera uno de los damnificados por aquella tarea. Entre los pasajes más graves, marcados por las reticencias de ofrecer asistencia sanitaria a las víctimas, se cuentan “un ataque de ansiedad por los gritos de Teresa”. “Le dio como una especie de ataque epiléptico y llamamos a Teresa, pero al final, no se quiso que se llamara un médico. Lo conseguimos relajar en casa a base de medicinas”, cuenta una de las testigos. “Otra chica tuvo fiebre tifoidea y no la querían llevar al médico. La acompañamos al hospital a las 10 de la mañana y Teresa apareció a las 7 de la tarde liándola en el hospital”.

“Los obreros han tenido pequeños accidentes de caídas porque no se tiene la seguridad suficiente en la excavación. A uno de ellos no se le quiso pagar la radiografía, que eso está dentro de las competencias normales. Por supuesto, no se trabaja con casco. A una de las becarias le cayó una piedra grande desde arriba”, comenta otro.

“Contratan cada año a unos 30 peones de arqueología, trabajadores de la zona a los que les pagan el salario más bajo de Egipto: unos 2 o 3 euros al día siendo generosos y sin respetar sus derechos laborales. Los discriminan, tratan con desprecio, superioridad y malas palabras. En la excavación eran comunes los insultos en español hacia ellos, todos de tinte racista. Parece una excavación del siglo XIX con personas explotadas y maltratadas”.

Sin prácticas científicas: “Van a la búsqueda del tesoro”
A pesar de jactarse de “dirigir una de las misiones más conocidas y trabajadoras de Luxor”, la de “Los Valentines” es una misión “sui generis” entre las que pueblan la antigua Tebas. Sus métodos, reconocen quienes trabajaron en ella, la diferencian de todas y abonan su descrédito. “Haber pasado por allí supone una merma para cualquier currículum”, murmura uno de los entrevistados. 

Las universidades de Sevilla y Málaga se desvincularon de la misión española investigada por Egipto: "Pediremos que dejen de usar el logo"

“A nivel metodológico dejan mucho que desear: no usan metodología arqueológica y pude ver con mis propios ojos cómo se destruyen numerosos objetos y nada queda registrado. Así mismo, nunca llevan a profesionales cualificados porque esto supondría tener que pagarles un sueldo, de hecho solo tienes que revisar en su web al equipo que ninguno tiene doctorados o formación acabada, contando con quienes adornan sus currículum. Esto dista mucho de lo que son las demás excavaciones arqueológicas en Egipto y en cualquier lugar”, responde uno de los testimonios. “En lo personal, tuve numerosos problemas con ellos, fue una experiencia en la que me sentí estafada, todo envuelto en un halo mafioso y de secretismo”.

Otros ex participantes denuncian que la metodología es inexistente: “No se excava por unidades estratigráficas; van a la búsqueda del tesoro. Se excava por unas cuadrículas que ellos se han inventado. Hemos tenido cortes tan altos que ni el propio director de la excavación podía bajar. Hacían unos bancales que son de principios de 1900”. Durante más de dos décadas, la misión no ha producido investigaciones publicadas en revistas científicas de prestigio. “No se relacionan con el resto de misiones y en los contados congresos donde aparecen, dan la ponencia y se largan sin querer discutir”, desliza un investigador.

"En la excavación no se sigue ningún tipo de metodología rigurosa y la mayor parte del tiempo a los alumnos se nos ponía a desescombrar junto a los trabajadores locales"

Entre los testimonios recopilados, figuran denuncias de robo y apropiación de material realizado por los becarios y que ha sido utilizado sin darles crédito en conferencias y publicaciones; desprecio a las conclusiones y sugerencias aportadas por los estudiantes y licenciados; y faltas flagrantes de seguridad en el trabajo de campo. “Repetían continuamente que eran la única excavación que trabaja en un sitio inédito en Egipto, que es obviamente mentira. Y que eran el mejor equipo de Egipto. Que estábamos haciendo historia. Constantemente hacían referencia a que ellos son de los pocos egiptólogos 'profesionales' que quedan porque la mayoría son académicos. Una distinción curiosa cuanto menos”, concluye uno de los ex participantes.

El testimonio coincidente es que la excavación carece del mínimo rigor científico. “Cuando llegué ellos no hacían ningún tipo de documentación gráfica de lo que salía de la excavación. Solo fotografías. No había dibujos, ni perfiles arqueológicos ni nada”, comenta uno de ellos. “En la excavación no se sigue ningún tipo de metodología rigurosa y la mayor parte del tiempo a los alumnos se nos ponía a desescombrar junto a los trabajadores locales. El contexto es más similar al de una excavación propia del siglo XIX”, añade otro. Una atmósfera dominada por las prisas por excavar a la que se unía una suerte de creencias esotéricas. “Una cosa también llamativa es su superstición. No estaba permitido mencionar a Ajenatón en el yacimiento, porque tenían una paranoia mental con que Ajenatón había matado al visir. Tenían una foto donde decían que una sombra del yacimiento era el perfil de Ajenatón y que se había aparecido”, concluye.

Se subasta una villa romana en Córdoba para saldar una deuda empresarial

La venta de la villa romana de Santa Rosa, gestionada por el Juzgado de Primera Instancia 1 de Córdoba, marca el final de una historia que comenzó con entusiasmo arqueológico pero terminó en conflictos financieros.
Villa Romana de Santa Rosa.

La villa romana de Santa Rosa, una lujosa mansión patricia del siglo II y el yacimiento mejor conservado descubierto en Córdoba capital, será puesta a subasta pública para saldar una deuda hipotecaria de más de 878.000 euros. La venta, gestionada por el Juzgado de Primera Instancia 1 de Córdoba, marca el final de una historia que comenzó con entusiasmo arqueológico pero terminó en conflictos financieros.

Descubrimiento arqueológico sin precedentes
En 2003, durante la construcción de un edificio de viviendas por parte de Construcciones Tirado, se descubrieron bajo el suelo los restos de esta imponente villa. Entre sus elementos más destacados estaban los mosaicos de una calidad excepcional, con iconografía vegetal, geométrica y mitológica, incluido uno de Cronos, el dios griego del tiempo. También se hallaron un ninfeo (fuente monumental), un estanque y un patio octogonal rodeado por un peristilo.

El hallazgo generó gran interés cultural y llevó a la Junta y al Ayuntamiento a subvencionar campañas de excavación y restauración, invirtiendo más de 240.000 euros. El proyecto prometía transformar el sitio en un centro de interpretación patrimonial, pero la crisis económica de 2008 frenó las iniciativas, dejando la villa en un limbo.

Comparaciones con otras villas
En la provincia, yacimientos como la Villa del Mitra en Cabra o Fuente Álamo en Puente Genil han sido preservados como espacios visitables. Sin embargo, la villa de Santa Rosa no pudo seguir el mismo camino debido a su carácter privado y la falta de inversión pública sostenida.

De las excavaciones al conflicto financiero
La situación se complicó en 2015, cuando la constructora demandó al Ayuntamiento reclamando 60.000 euros, aunque el problema más grave llegó en 2020. Voyager Investing, un fondo internacional respaldado por el Fondo de Pensiones de Canadá, exigió a Construcciones Tirado el pago de una deuda hipotecaria de 878.436 euros. Ante la imposibilidad de liquidarla, la empresa ofreció la villa como garantía.

La subasta: oportunidad y polémica
Ahora, el yacimiento será subastado con un valor inicial de 243.000 euros y sin puja mínima. La parcela, de 728,85 metros cuadrados, está lejos de alcanzar la protección y aprovechamiento cultural que prometía en sus inicios. Este proceso pone en evidencia las dificultades para equilibrar el valor patrimonial y las dinámicas económicas en la gestión del patrimonio arqueológico.

El destino de la villa romana de Santa Rosa queda en manos de quienes vean en ella una inversión o una oportunidad de rescatar su legado histórico.
(Fuente: Córdoba BN)

Muere el historiador Luis Suárez, gran defensor de la Iglesia y España contra la Leyenda Negra

Este domingo ha fallecido a los 100 años de edad el historiador y académico Luis Suárez Fernández (1924-2024), asturiano de Gijón, uno de los más ilustres investigadores de la Historia de España, en particular en la Baja Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos.

Este domingo ha fallecido a los 100 años de edad el historiador y académico Luis Suárez Fernández (1924-2024), asturiano de Gijón, uno de los más ilustres investigadores de la Historia de España, en particular en la Baja Edad Media y el reinado de los Reyes Católicos.

Doctorado en Historia en 1947 por la Universidad de Madrid, fue catedrático en la Universidad de Valladolid, donde fue rector durante varios años (1965-1972) y de la Universidad Autónoma de Madrid hasta su jubilación, siempre en el ámbito de la Historia Medieval.

Doctor Honoris causa por la Universidad de Lisboa, el 23 de enero de 1994 ingresó en la Real Academia de la Historia con un discurso titulado Monarquía hispana y revolución Trastámara. También era miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona. Dirigió la Escuela de Historia y Arqueología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Roma. Entre 1972 y 1974 fue director general de Universidades e Investigación.

En 2001 recibió el Premio Nacional de Historia por su trabajo Isabel I, Reina. Era uno de los grandes conocedores de la vida y el reinado de Isabel la Católica. Lejos de limitarse a la investigación académica, utilizó su amplio saber para ilustrar la verdad histórica de la Iglesia y de España frente a la Leyenda Negra, la identidad católica de España y el alcance de su misión evangelizadora.

También es autor de la obra Franco. Crónica de un tiempo (Actas), la obra más extensa y completa publicada sobre ese periodo.

"La leyenda [negra]", escribió Luis Suárez, "se gestó de una manera especial en el siglo XVII como vehículo de propaganda en un momento en que Europa se debatía en medio de un conflicto cuyas raíces se hallaban en lo más hondo del pensamiento, ya que se trataba de demostrar que España, parte de la Casa de Habsburgo, no tenía razón. Y las cosas fueron tan lejos que en la Enciclopedia, en el artículo referido a España, parecía llegarse a la conclusión de que Europa hubiera sido más feliz en el caso de que España no hubiera existido. Ésta es la causa, y no otra, de que el Gobierno español tuviera que poner el veto sobre esta magna obra".

Frente a la leyenda negra u otras falsedades o mitologías históricas, sostenía el historiador y académico, "no se trata únicamente de deshacer calumnias ni de reiterar errores; la tarea de un historiador consiste en exponer las cosas exactamente como fueron. Pero uno de los defectos de las últimas generaciones consiste sobre todo en reincidir en esas tendencias suplantando la verdad por el error en la manera que a las ideologías políticas conviene".

13 de diciembre de 2024

La última campaña en La Garma ofrece importantes hallazgos de la época visigoda y del Paleolítico

Se han recuperado los restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal, armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería datados en torno al año 700 d.C. Todos estos elementos  indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península.
La directora general de Cultura, Eva Guillermina Fernández, junto con los investigadores Roberto Ontañón y Pablo Arias, junto alguna de las pìezas halladas en la campaña de excavaciones de La Garma de este año.
Foto: Miguel de Arriba

La directora de Cultura y Patrimonio Histórico del Gobierno de Cantabria, Eva Guillermina Fernández, ha señalada el yacimiento de La Garma como uno de los "sitios de referencia" en la arqueología actual. Así lo ha comentado en la presentación de los hallazgos de la campaña de excavaciones arqueológicas desarrollada este año en el marco del proyecto Garma XXI, financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, y que han sido realizadas por un equipo investigador dirigido por Roberto Ontañón y Pablo Arias.

Fernández ha afirmado que, a raíz de los descubrimientos realizados, la Garma es un "verdadero filón" no solo al conocimiento del Paleolítico, si no también, a una época poco conocida desde el punto de vista arqueológico, el período visigodo.

Por su parte, Pablo Arias ha explicado que se ha continuado con la documentación del contexto funerario de la Galería Basal, datado en torno al año 700 d.C. Hasta el presente se han recuperado restos de unas quince personas depositadas en diversos lugares del piso inferior de la cueva. Los acompañaba un rico y variado ajuar funerario que incluía numerosos objetos de uso personal (broches de cinturón, adornos), armas y diversos tipos de herramientas, además de restos de madera, tejidos y cestería, "algo poco frecuente en contextos arqueológicos. Todos estos elementos nos indican que estamos ante uno de los yacimientos de esa época más importante del norte de la península" según ha señalado.

Entre los hallazgos más relevantes, cabe mencionar el conjunto de broches de cinturón, entre los que destaca uno de excepcional calidad, con decoración damasquinada donde hay representaciones de animales y una inscripción en latín. "Una iconográfica, ha comentado Ontañón, de carácter religioso y con presencia de símbolos sobre el Apocalipsis que, a su juicio, lo conecta, por el tiempo en que se hicieron, con la temática de los beatos de Liébana"

En la actualidad, los restos recuperados de este conjunto funerario, están siendo objeto de un proceso de estabilización y restauración en los laboratorios del MUPAC y posteriormente se les aplicará distintas técnicas analíticas que contribuirán a aportar información de gran valor sobre esta etapa histórica no muy conocida.

El destino definitivo de este conjunto funerario, ha indicado Ontañon, será un espacio específicamente dedicado a la arqueología de época visigoda en Cantabria, que constituirá una de las principales novedades de la exposición permanente del nuevo MUPAC.

Cabaña magdaleniense
Por otro lado, durante esta campaña se ha finalizado, tras dos años de trabajo, la documentación de la cabaña magdaleniense de la Galería Inferior, "uno de los pocos ejemplos conocidos de vivienda paleolítica" han resaltado los investigadores.

Se trata de una construcción de unos 16800 años de antigüedad, en cuyo interior se han podido analizar cerca de cinco mil objetos arqueológicos, que incluyen huesos de ciervos, caballos y bisontes, instrumentos de sílex y también de hueso y asta como azagayas, agujas, una espátula decorada, un arpón y conchas de moluscos marinos, en algunos casos empleadas como colgantes. Para su estudio se ha empleado una novedosa metodología centrada en técnicas no invasivas.

La directora de Cultura ha informado que estos trabajos han sido nominados por la revista National Geographic "entre los cinco candidatos al premio al mejor descubrimiento o hallazgo histórico del año 2024, aún pendiente de resolución".

Estas actuaciones se enmarcan en el proyecto GARMA XXI, un programa de investigación financiado por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria que recibió en 2021 el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación PALARQ. Las investigaciones en La Garma cuentan también con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.