En el fondo del mismo se ha reconocido una acumulación de materiales orgánicos (especialmente carbones y huesos de animales), además de cerámicas y monedas de época bajoimperial.
El director del conjunto arqueológico, Marcelo Castro, acompañó a las autoridades en su visita a Cástulo. |
La campaña de excavaciones arqueológicas promovida por la Consejería de Cultura y Deporte en el yacimiento arqueológico de Cástulo a lo largo de este verano ha dado como resultado, entre otros, la documentación de un pozo cuyo uso está aún por definir. Ante este hallazgo los arqueólogos barajan la posibilidad de que se trata de un pozo meramente funcional, aunque no descartan la opción de que pudiera estar destinado a actividades de carácter ritual o simbólico.
El delegado territorial de Cultura y Deporte, José Ayala, ha visitado el yacimiento arqueológico junto al concejal de Turismo, Patrimonio Histórico y Comercio del Ayuntamiento de Linares, Enrique Mendoza, y el director del conjunto, Marcelo Castro, para poner en valor estas actuaciones que “demuestran, una vez más, el compromiso de la Consejería con la historia y el patrimonio de la provincia, invirtiendo cerca de medio millón de euros en las campañas de excavaciones en la ciudad íbero romana en los últimos dos años”. En cuanto al pozo, Ayala ha explicado que se trata de una edificación descubierta de forma “accidental” el pasado año, siendo documentado en las excavaciones recientemente finalizadas.
En concreto, este elemento alcanza una profundidad de 8 metros desde el borde del brocal conservado hasta la cota alcanzada en su interior. Un primer tramo fue excavado en la capa de conglomerados resultando un cilindro de paredes bastante sólidas, que desemboca en una cámara más amplia excavada en la roca arenisca, donde se aprecian persistentes desprendimientos.
Este pozo, tal y como han detallado los responsables de la campaña, formó parte de una construcción mayor, hasta ahora apenas conocida, situada en un punto donde la calle principal que alcanza desde el centro urbano desde la Puerta Argentaria. En el fondo del mismo se ha reconocido una acumulación de materiales orgánicos (especialmente carbones y huesos de animales), además de cerámicas y monedas de época bajoimperial. Estos hallazgos son los que plantean la duda sobre el uso del pozo, que deberá ser resuelta en posteriores investigaciones arqueológicas.
Este proyecto de investigación, que se ha desarrollado entre el 17 de junio y el 16 de septiembre, ha supuesto la continuación de la excavación iniciada en 2023 para la recuperación de la arquitectura asociada a una comunidad judía asentada durante los siglos IV y V d.C. en un lugar central de la ciudad de Cástulo.
A lo largo de este verano, los trabajos se han centrado en el cuadrante noroccidental de una manzana edificada en la que se reunieron establecimientos de servicios (un baño y una cisterna) con otros, mayoritarios, que albergaban usos comerciales, siempre abiertos a las calles circundantes, siguiendo el esquema de la taberna romana (tienda con taller-almacén). Cada una de estas tiendas fueron lugares de trabajo y comercio, pero apreciada la presencia en las mismas de un hogar y de ajuar propio del ámbito doméstico, como vajilla cerámica o de bronce, se concluye que funcionaron también como precarias viviendas.
Esta comunidad judía ocupó el centro de la ciudad de Cástulo durante los siglos IV y V d.C., tal y como se ha documentado a lo largo de diversas campañas, con las que se ha constatado el súbito abandono de los edificios anteriormente mencionados, atribuido al efecto de un terremoto ocurrido en los últimos años del siglo V d.C. Tal y como ha detallado el equipo responsable del yacimiento, algunos de estos espacios quedaron rápidamente reducidos a un cúmulo de escombros, mientras que otros subsistieron en un estado inestable. Se ha comprobado igualmente que, una vez abandonada esta arquitectura, convertida ya en ruina, alguien volvió a este lugar para usarlo como cementerio en el transcurso del siglo VI d.C., como demuestra la presencia de una sencilla tumba bajo tejas de una mujer joven.
A raíz de esta campaña de excavaciones financiada por la Consejería de Cultura y Deporte, se determina que las actividades comerciales que se estuvieron desenvolviendo durante los siglos IV y V d.C. en esta localización central dentro de la ciudad, dieron paso a un recinto funerario, lo que indica, además, un definitivo cambio de ciclo en la ciudad de Cástulo.
Voluntarios y equipo técnico en la campaña
José Ayala ha agradecido y aplaudido la labor de los profesionales que han participado en esta campaña. La excavación, así como los trabajos de inventariado y catalogación en el Museo Arqueológico de Linares, han requerido la contratación de un equipo técnico compuesto por once personas, además de los tres técnicos del conjunto arqueológico. Además, se ha contado con la asistencia de tres peones especializados en arqueología, aportados por la empresa Calderón, y se encuentran en curso los trabajos de conservación preventiva, a cargo de la empresa Dávila. A estos técnicos se han sumado un total de 75 voluntarios.
Paralelamente, el Museo Arqueológico de Linares acoge una exposición, ‘Principio del fin’, que muestra 19 objetos singulares y 5 conjuntos de monedas (317 unidades) procedentes de uno de los espacios recuperados este año en la excavación arqueológica, identificado con una tienda-taller o taberna, usada también como vivienda.
(Fuente: Junta de Andalucía)