google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: Raúl Ibáñez
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13 de marzo de 2023

Los celtíberos trashumantes de Bronchales vestían toga y pectorales de defensa

Los hallazgos  en la necrópolis de Bronchales (Teruel), del siglo V a.C.  demuestran que iban vestidos con toga, llevaban pectorales y un gran broche de cinturón, elementos claramente defensivos necesarios para afrontar los posibles ataques de los cuatreros cuando dirigían a sus ganados por las veredas.
Detalle de una fíbula con la que se sujetaban la toga los celtíberos.

Los hallazgos descubiertos en la necrópolis de Bronchales, del siglo V a.C., destierran la imagen de bárbaros y desaliñados que se asocia a los celtíberos ya que demuestran que iban vestidos con toga, al encontrarse una fíbula para su sujeción, y llevaban pectorales y un gran broche de cinturón, elementos claramente defensivos necesarios para afrontar los posibles ataques de los cuatreros cuando dirigían a sus ganados por las veredas.

Todos estos hallazgos fueron presentados esta semana por el arqueólogo, doctor en Prehistoria e investigador de la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, Francisco Burillo, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Allí el investigador del yacimiento de la Sierra de Albarracín pudo comprobar que la conservación del hierro hallado en Bronchales es mucho mejor al de los restos de las tumbas que se exponen en el Arqueológico. “Tenemos unos elementos muy bien conservados, excepcionales”, destacó Burillo. En la excavación, realizada el pasado verano, se han localizado restos de pectorales y de bocados de caballo similares a otros extraídos en zonas de Jaén y Córdoba. Además, se encontraron las mayores tijeras de esquilar ovejas localizadas hasta la fecha, con una longitud de 31,2 centímetros.

El arqueólogo manifiesta que el broche de más de diez centímetros hallado unido a los pectorales “crea un verdadero elemento defensivo”, que debía ser necesario durante la vereda entre los Montes Universales y el Guadalquivir. Precisamente estos pectorales de Bronchales son de mayor tamaño que los que se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid extraídos de la tumba de Aguilar de Anguita. También las fíbulas turolenses son de un tamaño superior a las de la necrópolis de Osera, en la provincia de Ávila, dice el experto.
Excavación

Francisco Burillo, que codirige la excavación de Bronchales junto con Raúl Ibáñez, detalla que los elementos permiten saber que se trataba de una comunidad de elevado poder adquisitivo derivado de la venta de la lana. Así, recuerda que Roma le cobraba a Numancia un impuesto en capas, para cuya confección hacían falta muchos vellones de oveja.

Otro de los elementos detectados es un pequeño fragmento de cerámica griega, el primero que se localiza en el ámbito de la Celtiberia y que “implica que los celtíberos se traían del sur no solo el vino, sino la copa para beberlo”, comenta Burillo, que precisa que implica todo un ritual asociado a esta cultura.

No obstante, Francisco Burillo recalca que toda esta información “responde exclusivamente a la comunidad de Bronchales, porque en la existente a 20 kilómetros de distancia, en Griegos, no aparecen este tipo elementos”, especifica.

La localización de esta necrópolis, que se realizó a raíz de una entrega anónima de diversas piezas arqueológicas en el Ayuntamiento, ha sido de gran relevancia porque ha permitido constatar que la trashumancia que ahora se sigue llevando a cabo en la Sierra de Albarracín se inició ya hace 2.500 años. Esto se ha logrado mediante la comparativa de algunos de los elementos hallados en esta excavación y que se vinculan con otros de la zona del Guadalquivir.

18 de noviembre de 2022

Una excavación constata la trashumancia de celtíberos a Jaén hace 2.500 años

La necrópolis celtíbera de Bronchales (Teruel) aporta materiales únicos por sus dimensiones, decoración y estado de conservación, en muchos casos asociados a la ganadería. Entre las pruebas más evidentes de la conexión cultural entre las dos regiones, destacan dos pectorales -protecciones para el pecho- idénticos a los aportados por los yacimientos íberos de Porcuna (Jaén) y bocados de caballo y fíbulas con diseños equivalentes en Andalucía.
Tijeras de esquilar de hace 2.500 años descubiertas en la necrópolis de Bronchales.Francisco Burillo

Los ganaderos celtíberos que poblaban la Sierra de Albarracín hace 2.500 años ya practicaban la trashumancia al valle del Guadalquivir, como se hace actualmente. La excavación de un yacimiento arqueológico en Bronchales ha aportado pruebas de que los pastores que vivían en el lugar en el siglo V antes de Cristo ya trashumaban a las mismas zonas de invernada a las que se desplazan los rebaños de ovino y vacuno en la actualidad. Entre las pruebas más evidentes de la conexión cultural entre las dos regiones, destacan dos pectorales -protecciones para el pecho- idénticos a los aportados por los yacimientos íberos de Porcuna (Jaén) y bocados de caballo y fíbulas con diseños equivalentes en Andalucía.

El yacimiento de Bronchales, una necrópolis, ha aportado abundantes materiales y en un grado de conservación excepcional, según fuentes cercanas al equipo de excavación, que ha llevado a cabo campañas en 2021 y en el pasado verano. La misma fuente ha manifestado su preocupación porque la divulgación del hallazgo ponga en peligro el enclave, que no tiene actualmente ninguna protección y ha sufrido dos episodios de expolio anteriores.

El proyecto, liderado y costeado por el Ayuntamiento, podrá continuar en 2023 gracias a la enmienda a los presupuestos del Estado presentada por Teruel Existe y aceptada por el PSOE. Está dotada con 800.000 euros, que servirán también para crear un museo de la trashumancia durante el periodo celtibérico. El alcalde, Jordi Lorenzo, explica que el porcentaje excavado respecto a la totalidad del yacimiento es muy reducida al rondar el 5% de su superficie total, estimada mediante prospección magnética y por georadar.


Una entrega anónima a las puertas del Ayuntamiento
El arqueólogo Francisco Burillo, codirector del Proyecto Celtíberos Trashumantes -en el que se encuadra la excavación- con Raúl Ibáñez y Jesús Picazo, ha explicado que la investigación que ha permitido localizar los enterramientos arrancó con un depósito de materiales entregado de forma anónima al Ayuntamiento. “Alguien, en 2020, dejó a las puertas de la casa consistorial una bolsa con materiales arqueológicos”, recuerda Burillo. Cuando pudo inspeccionar las piezas, constató su “extraordinaria importancia”.

Las averiguaciones posteriores permitieron localizar el punto de donde se había extraído los materiales entregados y las excavaciones han aportado materiales singulares y en muy buen estado de conservación. Entre los hallazgos, hay bocados metálicos de caballo, pectorales, armas -una lanza de hierro de 52 centímetros- y herramientas destinadas a la ganadería, como las tijeras de esquilar más grandes descubiertas hasta hoy en toda la Celtiberia.

Francisco Burillo explica que las tipologías de las piezas coinciden con las del periodo ibérico en Andalucía. Los objetos desenterrados en Bronchales evidencian, con su mayor tamaño y riqueza que los homólogos ibéricos, que los ganaderos trashumantes de la sierra de Albarracín del momento eran más ricos que los líderes de la sociedad íbera contemporáneos.

Cambio de perspectiva histórica
El arqueólogo destaca también el “cambio” de perspectiva histórica que suponen los hallazgos de Bronchales, que muestran una presencia muy extendida de herramientas y objetos reservados a las élites en la civilización íbera con lo que reflejarían una sociedad ganadera “igualitaria”. Apunta también a la revisión sobre el origen de una espada de antenas celtíbera hallada en la ciudad iberorromana de Cástulo y que se atribuía a la presencia de un mercenario celtíbero. Burillo apunta a que el arma era propiedad de un ganadero trashumante que, como ocurre actualmente, se desplazó desde los Montes Universales y se asentó en tierras andaluzas.

Las piezas arqueológicas descubiertas en las excavaciones han sido depositadas temporalmente en la Fundación Santa María de Albarracín por su proximidad al lugar del hallazgo y para proceder a su investigación en laboratorio. Para Burillo, el destino final debería ser un museo en Bronchales enmarcado en el Proyecto Celtíberos Trashumantes.