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4 de octubre de 2022

Concluyen las excavaciones en el enclave de Casas de Turuñuelo

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM) ha concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.
La investigación de la cabaña ganadera se ha centrado en su implicación económica en la vida tartésica.

El Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), dependiente de la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Ministerio de Ciencia e Innovación, han concluido el proyecto de I+D+i sobre el yacimiento tartésico de Casas de Turuñuelo con una campaña de excavación que revela la importancia del enclave, su riqueza arquitectónica y la necesidad de mantener una continuidad en los trabajos.

En concreto, el proyecto de investigación “Estudio de la hecatombe animal del yacimiento de ‘Casas del Turuñuelo’. La gestión de la cabaña ganadera y sus implicaciones socioeconómicas y rituales en época tartésica”, realizado por el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM)-CSIC, ha finalizado con la ejecución de los trabajos programados y aportando datos reveladores que determinan la categoría del yacimiento como un asentamiento único en el valle medio del Guadiana en la fase final de la cronología tartésica (siglo V a.C).

Este proyecto ha sido cofinanciado al 80% por un importe de 148.227,20 euros por los fondos FEDER en el período de programación 2014-2020, dentro del Objetivo Temático 01 “Potenciar la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación”, dentro del marco de las actuaciones contempladas en el Programa para el Fomento de la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico del VI Plan Regional de I+D+i (2017-2020), prorrogado en la actualidad.

El yacimiento arqueológico del Turuñuelo se localiza en el término municipal de Guareña, cerca de Yelbes, próximo a la necrópolis tartésica de Medellín. Los trabajos de excavación realizados han permitido catalogar esta nueva construcción en el conjunto de un total de 13 edificios localizados bajo túmulos en la confluencia del río Guadiana con alguno de sus principales afluentes.

La excavación del Turuñuelo está dirigida por los arqueólogos del IAM-CSIF Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, y las campañas de excavación realizadas han permitido exhumar parte de un edificio de dos plantas, compuesto por un vestíbulo que da paso a varias estancias y un patio al que se accede por una escalinata monumental. Sobre el pavimento del patio se han registrado más de 50 animales sacrificados entre los que destacan especialmente los équidos.

CASO ÚNICO
Se trata de un caso único tanto por las características deposicionales como por el tamaño y variedad de la muestra faunística. El marcado carácter estructurado de los depósitos animales indica un alto componente de actividad ceremonial que se interpreta como la primera evidencia de una hecatombe en el Mediterráneo.

El extraordinario volumen de équidos localizados y la variabilidad observada indican una cabaña equina probablemente mixta, que pudo estar compuesta por caballos, burros o asnos y sus híbridos. Esto nos remite a una gestión ganadera especializada y eficiente que pudo estar orientada al transporte de mercancías, probablemente relacionado con el abastecimiento y/o su distribución.

El equipo investigador que actualmente trabaja en el yacimiento es multidisciplinar, abarcando todas las especialidades relacionadas con la reconstrucción y el análisis específico de los restos animales. Este equipo está compuesto por miembros del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAM-CSIC), del Instituto de Restauración y Conservación de la Generalitat de Valencia, de las Universidades de Extremadura (Facultad de Veterinaria, Escuela de Ingenieros Industriales), y por los equipos de Bioarqueología de las universidades de Barcelona, Valencia, Granada, del Instituto Milá y Fontanals del CSIC y del Instituto Carlos III-Universidad Complutense de Madrid.

En la actualidad, la dimensión del yacimiento y su enorme potencial han requerido la concesión de una subvención directa de la Junta de Extremadura al CSIC para darle continuidad a la investigación del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo realizada por el IAM, al ser considerado como el mayor hallazgo arqueológico del último decenio en España y uno de los más importantes del Mediterráneo.

Esta nueva concesión directa cuenta con una inversión de 166.518 euros, cofinanciada en un 80% por el Programa Operativo del FEDER 2014-2020 de Extremadura, para la realización de una actividad subvencionable hasta 2023 que va a permitir desarrollar los trabajos de estudio, restauración y conservación en el laboratorio de los restos extraídos.

Los hallazgos encontrados en el yacimiento del Turuñuelo no solo han tenido una proyección científica internacional, sino que su divulgación ha adquirido una extraordinaria dimensión social por su difusión a través de redes sociales, con información disponible permanentemente actualizada, a través de la web https://construyendotarteso.com; en twitter, Construyendo Tarteso @CTarteso; o en Facebook, tartesoencomunidad.blogspot.com, como plataforma de difusión y socialización.

En definitiva, el yacimiento de Casas de Turuñuelo se ha convertido en un fenómeno científico y social que sigue creciendo y es incluso precursor de iniciativas emprendedoras entre la sociedad extremeña.

25 de octubre de 2024

Málaga reconoce con un premio al Instituto Arqueológico Alemán de Madrid

El I Premio "Mainake" concedido por la Diputación de Málaga al Instituto Arqueológico Alemán de Madrid es un reconocimiento a la larga trayectoria de esta institución, cuyas investigaciones arqueológicas han sido fundamentales para el conocimiento del pasado fenicio, romano y medieval de la provincia. El galardón se entregará durante la clausura del II Encuentro de Arqueología de Málaga, organizado por la institución provincial y que se celebrará del 28 al 30 de octubre

El Premio ‘Mainake’ de Arqueología, creado por la Diputación de Málaga, ha recaído en su primera edición en el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid. El galardón se entregará el miércoles de la semana próxima durante la clausura del II Encuentro de Arqueología de Málaga, que se desarrollará del 28 al 30 de octubre.

Así lo ha anunciado hoy el vicepresidente y diputado de Cultura, Manuel López Mestanza, junto a la vicerrectora de Igualdad y Política Social de la UMA, María José Berlanga; el catedrático de la UMA y director de la revista Mainake, Pedro Rodríguez Oliva; y el coordinador del II Encuentro de Arqueología de Málaga, Manuel Corrales.

López Mestanza ha explicado que este premio toma el nombre de la histórica revista de arqueología ‘Mainake’, una publicación de la Diputación que, desde hace más de cuatro décadas, se ha convertido en un referente del sector y se ha encargado de divulgar el conocimiento sobre el patrimonio arqueológico de Málaga y su provincia.

Ha indicado que el galardón tiene como objetivo homenajear a aquellas instituciones y personas que han dedicado una parte relevante de su vida y carrera a la investigación, protección, conservación y difusión del patrimonio arqueológico de la provincia.

“Málaga -ha añadido- tiene un legado histórico único, y este reconocimiento pone en valor la importancia de seguir investigando, protegiendo, conservando y difundiendo nuestros yacimientos para las futuras generaciones”.

Paralelamente, ha precisado que el premio al Instituto Arqueológico Alemán de Madrid es un reconocimiento a la larga trayectoria de esta institución, cuyas investigaciones arqueológicas en Málaga han sido fundamentales para el conocimiento del pasado fenicio, romano y medieval de la provincia.

Desde 1964, el Instituto Arqueológico Alemán, bajo la dirección de renombrados arqueólogos como el profesor doctor Hans-Günter Schubart y, más recientemente, la profesora doctora Dice Marzoli, ha llevado a cabo excavaciones y estudios en importantes yacimientos como Toscanos, Trayamar, Cerro del Peñón y los Castillejos de Alcorrín. Estos trabajos han proporcionado descubrimientos de gran valor científico y han posicionado a Málaga como un referente en el estudio de la colonización fenicia en la Península Ibérica.

II Encuentro de Arqueología de Málaga
La entrega del premio -que recogerá el director del Instituto Arqueológico Alemán, el profesor doctor Paul Scheding- se desarrollará durante la clausura del II Encuentro de Arqueología de Málaga, que se celebrará del 28 al 30 de octubre de 2024 en Antequera y Málaga. Este evento reunirá a expertos de nuestra provincia y de otras ciudades de España, quienes debatirán sobre la importancia de la arqueología como recurso cultural y económico y expondrán las principales experiencias arqueológicas realizadas en la provincia y en ciudades como Cartagena, Mérida o Barcelona.

Expertos, académicos, estudiantes, responsables de ayuntamientos y entusiastas del patrimonio participarán en el encuentro, organizado por la Delegación de Cultura de la Diputación de Málaga en colaboración con las delegaciones territoriales de Cultura, Turismo y Deporte y la de Educación de la Junta de Andalucía, 19 ayuntamientos de la provincia y la Universidad de Málaga.

Las ponencias y las conclusiones del encuentro se recogerán en una publicación que editará el CEDMA.

22 de junio de 2022

Descubren un complejo termal en el Arco de Augusto en Mengíbar (Jaén)

El Instituto de Arqueología Ibérica de la UJA documenta un complejo termal de época romana, con parte del tepidarium y caldarium en buen estado de conservación.

El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, con el apoyo del Ayuntamiento de Mengíbar (Jaén), ha acometido durante los meses de mayo y junio una nueva campaña de excavaciones en el entorno del Arco de Augusto (Ianus Augustus), en el marco del Proyecto de Investigación PAIDI2020 denominado ‘Iliturgi: de Escipión a Augusto’.

En concreto, las excavaciones se han centrado en la localización de los restos de un posible puente romano sobre el río Guadalquivir, hipótesis planteada tras la realización de una prospección con georadar en 2019. Además, se pretendía realizar la documentación de los edificios que también revelaban los resultados de la citada prospección, realizados por el CAI de la Universidad Complutense de Madrid y, más recientemente, por el Instituto de Arqueología de Mérida (CSIC).

Las excavaciones han sacado a la luz los restos de un complejo termal de época romana, con parte del tepidarium y caldarium de las mismas, en buen estado de conservación, si bien, las dimensiones de los sondeos realizados no han permitido obtener una visión completa de la configuración del edificio.

“El sitio, localizado en la orilla del Guadalquivir, es más complejo. El georadar muestra la existencia de un enorme edificio de más de 40 metros de lado, con distintas dependencias, el cual se encuentra parcialmente soterrado bajo una carretera local. Tanto su localización, a escasos metros del Arco de Augusto, en plena Via Augusta, en la frontera de la Betica y Tarraconense, como su distribución y dimensiones nos sitúan ante un edificio de servicios, probablemente relacionado con la función propia de la calzada romana”, explica el responsable del proyecto Juan Pedro Bellón, junto a Miguel Ángel Lechuga, en el que participan además Mª Isabel Moreno, Mario Gutiérrez, Carolina Castuera, Darío Garrido y José Luís Pérez, investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA. Junto a estos, Antonio Pizzo, director de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (CSIC), realizaba en mayo el análisis arquitectónico de los restos del arco romano.

Tras la excavación, se va a proceder al estudio de materiales, para fijar la cronología de las estructuras excavadas y su correlación con el complejo monumental del Ianus Augustus. Los trabajos arqueológicos han servido para la realización del Practicum en el Grado Interuniversitario de Arqueología de la Universidad de Jaén, contando con la participación de alumnado de este título, así como del Máster Interuniversitario en Arqueología de los Paisajes Culturales.

16 de noviembre de 2016

La excavación del Turuñuelo sacará a la luz el mayor yacimiento de Tartessos

Según los investigadores el yacimiento de Guareña (Badajoz) tiene una extensión tres veces mayor que la de Cancho Roano y se encontraría en un "magnífico estado de conservación".
Excavaciçon en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, en Guareña (Badajoz). FOTO: EL CULTURAL.
Esto es algo que tiene muy claro el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) y uno de los responsables de la excavación, Sebastián Celestino, quien ha destacado que el estado de conservación del Turuñuelo es "magnífico", con "paredes encaladas y bien lucidas de hasta dos metros y medio de altura".

Celestino, responsable también de la excavación del santuario de Cancho Roano, situado a diez kilómetros de la localidad pacense de Zalamea de la Serena y hasta ahora considerado como el yacimiento tipo del mundo tartésico en Extremadura, ha explicado que el Turuñuelo es el "triple de grande", pues se calcula que tiene una hectárea de extensión.

LUZ SOBRE TARTESSOS
Si en Cancho Roano aparecieron más de 30.000 piezas arqueológicas, la riqueza del nuevo yacimiento de Guareña, que este verano ha vivido su segunda campaña de excavaciones, puede ser incalculable y arrojará mucha luz sobre la enigmática civilización de Tartessos.

Ubicado entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, el reino de Tartessos, surgido de la unión de fenicios e íberos y con "un sabor mediterráneo muy fuerte", sufre una profunda crisis en el siglo VI que le hace emigrar hacia una zona rica y más protegida, como el Valle del Guadiana, donde están localizados unos 12 yacimientos de esta civilización.

Según el director del Instituto Arqueológico de Mérida, este pueblo ha dejado sus vestigios más importantes en Extremadura, porque cuando empiezan a ser invadidos por los pueblos del norte, por los celtas, "entierran y sellan sus lugares sagrados para que no sean violados", de ahí la magnífica conservación de yacimientos como Cancho Roano y el Turuñuelo.

MUY POCO EXCAVADO
En éste último, lo excavado hasta ahora, que "es muy poquito", ha sacado a la luz un habitáculo de unos 70 metros cuadrados que era el espacio de culto del enclave, "con un altar en el centro, bancos corridos" y una bañera, considerada como uno de los hallazgos más extraordinarios de la excavación, un elemento "hasta ahora desconocido" y que se podría dedicar a hacer "algún ritual relacionado con el agua".


También han aparecido numerosas piezas relacionadas con la comida: un gran caldero, asadores o jarros, todo ello de bronce, lo que "llama mucho la atención, porque estamos en la primera edad del hierro y casi todo se hace ya en ese material".

Sin embargo, el bronce, según Celestino, "sigue siendo un metal que se dedica mucho al culto", al igual que el marfil y otros elementos "bastante suntuosos" que también han aparecido.

PIEZAS DE CERÁMICA
En el Turuñuelo se han hallado, asimismo, un centenar de piezas de cerámica "en un estado de conservación magnífico", lo que permite fijar claramente la fecha exacta de su fabricación, a finales del siglo V, ya que "las cerámicas griegas permiten conocer hasta los talleres donde se hacían en Atenas".

Sebastián Celestino ha explicado que la cerámica en aquella época venía de Grecia a través de Ampurias y luego se distribuía por toda la Península Ibérica, donde existían centros de distribución como la ciudad ibero romana de Cástulo, en Jaén; y probablemente el Turuñuelo, en Badajoz, ya que "el comercio siempre ha funcionado así".

En ese sentido, el director de la excavación considera que probablemente el resto de las edificaciones del yacimiento de Guareña tengan "un carácter más administrativo o de almacenes".

Las numerosas piezas aparecidas hasta ahora en el Turuñelo se han trasladado al Instituto de Arqueología de Mérida, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Junta de Extremadura, donde están siendo estudiadas y catalogadas.

BRONCES
Los bronces, sin embargo, para conservarlos mejor y que no se oxiden, se han llevado al Laboratorio de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Madrid, para su restauración y preparación antes de ser trasladados al Museo Arqueológico de Badajoz.

Mientras tanto, Sebastián Celestino y su compañera Esther Rodríguez, que dirige con él los trabajos en el Turuñuelo, buscan financiación para continuar con esta "costosa" excavación, financiada hasta ahora por la Junta de Extremadura en su primera campaña, con fondos Feder; y por el Ministerio de Economía y Competitividad, en su segunda, con las inversiones para I+D.

28 de enero de 2022

El Instituto Arqueológico de Mérida retomará la investigación en Casas del Turuñuelo

Una vez que la Junta de Extremadura ya es propietaria del yacimiento arqueológico tartésico de Casas del Turuñuelo, situado en el término municipal de Guareña, el Instituto Arqueológico de Mérida podrá  retomar los trabajos de investigación.

La Junta de Extremadura ya es propietaria del yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, situado en el término municipal de Guareña, y que permitirá retomar los trabajos arqueológicos de investigación por el Instituto Arqueológico de Mérida (IAM), tras su paralización por parte de los antiguos propietarios desde el año 2018.

Así pues, el consejero de Economía, Ciencia y Agenda Digital, Rafael España; el secretario general de Ciencia, Tecnología, Innovación y Universidad, Jesús Alonso y el alcalde de Guareña, Abel González, han visitado este viernes el conjunto arqueológico.

De este modo, en declaraciones a los medios de comunicación, España ha explicado que se trata de la primera visita tras la aprobación del decreto de expropiación forzosa emprendida por la Administración autonómica y su posterior ocupación de los terrenos realizada el pasado lunes, 24 de enero.

A su vez, el titular extremeño de Economía ha resaltado la importancia del enclave, la "magnífica conservación de su arquitectura y la riqueza de los materiales que guardaba", tras lo que ha considerado "sorprendentes los materiales hallados", entre los que destacan cientos de vasijas, objetos de bronce y hierro, pero resaltan por su "especial interés" los objetos de importación griega, como las copas para beber vino, los vasos de vidrio de Macedonia o la escultura de mármol procedente de Atenas, la escultura griega más antigua del occidente mediterráneo.

En la actualidad, los proyectos de investigación que se continuarán en este yacimiento se circunscriben al proyecto del Plan Nacional I+D+i 'Construyendo Tartesos' del Ministerio de Ciencia e Innovación y, por otra parte, del Plan Regional I+D+i (PRI) de la Consejería de Economía, Ciencia y Agenda Digital 'Estudio de la hecatombe de Casas del Turuñuelo', liderados por los investigadores Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, del Instituto Arqueología de Mérida, instituto mixto de investigación CSIC-Junta de Extremadura.

Tal y como informa el Ejecutivo regional en una nota de prensa, parte de la excavación arqueológica se ha realizado con fondos de la Diputación Provincial de Badajoz y en el proyecto participan varios centros de investigación nacionales e internacionales, donde destacan, además del Instituto Arqueológico de Mérida, la Universidad de Extremadura a través de la Escuela de Ingenieros Industriales de Badajoz, de Geoinformación y Geomática de Mérida y de la Facultad de Veterinaria de Cáceres.

Así, durante su intervención, el consejero ha especificado algunas de las líneas que la Junta de Extremadura quiere llevar a cabo a partir de ahora en los terrenos, como una "primera actuación para detener el deterioro sufrido por los muros tras estos años de inactividad arqueológica" y una excavación integral de todo el edificio del que restan aproximadamente 6.000 metros cuadrados.

Finalmente, ha hablado de la necesidad de realizar un cerramiento del terreno y renovar la actual cubierta, que se irá extendiendo a medida que avance la excavación, como "medidas imprescindibles y urgentes para la propia conservación del yacimiento", ha sentenciado.

14 de octubre de 2024

Desvelada la trama urbana de la urbe vacceo-romana de Saldania (Palencia)

En las últimas semanas se ha desarrollado una prospección en aproximadamente 10 hectáreas de las 53 que comprende el yacimiento arqueológico, que ha permitido sacar a la luz parte de la trama urbana, así como varios edificios de época romana, entre los que destacan unas termas públicas.

La primera fase del estudio se centrará en las particularidades del asentamiento urbano y su desarrollo desde época prerromana.

Investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro de investigación mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura junto al arqueólogo Jaime Gutiérrez Pérez, han desvelado la trama urbana de la urbe vacceo-romana de Saldania.

Este yacimiento se localiza a pocos kilómetros de la villa romana de La Olmeda, en la localidad palentina de Saldaña, algo que los arqueólogos ven como una oportunidad única para relacionar la vida urbana y el desarrollo de las villas tardías en el medio rural en la época tardo-antigua a partir del siglo III d.C. Sin embargo, esta primera fase del estudio se centrará en las particularidades del asentamiento urbano y su desarrollo desde época prerromana.

En las últimas semanas, los arqueólogos Jaime Gutiérrez, Carlos Cáceres y Jesús García, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM-CSIC), han trabajado en la urbe vacceo-romana de Saldania para sacar a la luz la trama urbana mediante la aplicación de la prospección geofísica con georradar.

Gracias a la colaboración de la Diputación de Palencia, el Ayuntamiento de Saldaña y el Laboratorio de Arqueología de Mínima Invasión del IAM-CSIC, se ha desarrollado una prospección, en aproximadamente 10 hectáreas de las 53 que comprende el yacimiento arqueológico, que ha permitido sacar a la luz parte de la trama urbana, así como varios edificios de época romana, entre los que destacan unas termas públicas.

Junto a los trabajos de prospección, realizados mediante un potente georradar de 32 antenas y 600 megahercios (mhz) de frecuencia, se ha desarrollado un proyecto de fotografía aérea con drones multiespectrales que permite confirmar algunas de las estructuras localizadas con el georradar. “Queremos ampliar la prospección geofísica a las laderas del yacimiento. Creemos que el patrimonio cultural es imprescindible para el desarrollo del pueblo”, señala Adolfo Palacios Rodríguez, alcalde de Saldaña.

Jesús García Sánchez, investigador del IAM, recalca la importancia de los métodos geofísicos para a ampliar el conocimiento sobre la arqueología romana: “la prospección geofísica es la mejor técnica para comprender la extensión de los yacimientos, nos permite formular nuevas hipótesis y garantizar el éxito de las futuras campañas de excavación en el yacimiento”.

Asimismo, la protección del yacimiento es fundamental para respetar la labor de investigación, es la razón por la que el enclave será vigilado por agentes del Seprona de la Guardia Civil: “Hemos detectado expolios en el yacimiento, y junto a la labor de investigación, avanzaremos en los trabajos de concienciación del valor de la arqueología entre la población local”, concluye el arqueólogo Jaime Gutiérrez.

Ubicado en el Alto de la Morterona, el yacimiento de Saldania, junto a la actual localidad de Saldaña (Palencia), sitúa sus orígenes en la Edad del Bronce, aunque no fue hasta la Segunda Edad del Hierro cuando se constata un importante núcleo celtíbero.

De hecho, el Ayuntamiento de Saldaña pretende poner en valor esta zona con un mirador sobre el Carrión y un monumento alusivo a los thieldones encontrados en este punto.

Ya en época romana, la ciudad tuvo un auge entre los siglos I y II d.C., para ir perdiendo, paulatinamente, importancia durante los siglos III y IV d.C., momento en el cual surgen las grandes villas, como la cercana Villa Romana La Olmeda.

En época visigoda el enclave perduró, siendo importante, como queda demostrado por la acuñación de monedas, con la leyenda SALDANIA PIVS, de cinco reyes visigodos, entre los que destacan Leovigildo (571-586) o Chindasvinto (642-653).

La vida en el enclave se mantuvo en época medieval, siendo asolada por Almanzor en el 995. Posteriormente, el núcleo urbano se trasladó a la zona del castillo, aunque no se abandonó definitivamente hasta el siglo XIII-XIV, manteniéndose una actividad alfarera de gran importancia.

13 de junio de 2024

Arqueólogos de la UA obtienen una secuencia ininterrumpida de la ocupación de Ilici

Arqueólogos de la Universidad de Alicante han conseguido documentar la vida del yacimiento desde la Edad Media hasta las raíces del asentamiento ibérico
Equipo Domus 2024.

El proyecto ‘Domus-La Alcudia: vivir en Ilici’ culmina sus objetivos en las nuevas excavaciones y obtiene una secuencia contrastada e ininterrumpida de ocupación en el sector nororiental de la ciudad, uno de los puntos más elevados de la topografía original, donde existían indicios de ocupación entre la prehistoria y la época medieval, según ha informado Sonia Gutiérrez Lloret, catedrática de Arqueología de la Universidad de Alicante y codirectora del proyecto junto a los profesores Julia Sarabia, Victoria Amorós y Jesús Moratalla, todos ellos del área de Arqueología de la UA, especialistas en diversos periodos y problemáticas históricas.

La campaña cuenta, además, con un equipo amplio de especialistas de prehistoria y arqueología de la Universidad de Alicante y otros centros investigación, como el Instituto de Arqueología de Mérida-CSIC (Trinidad Tortosa) o la Universidad de Murcia (Alicia Fernández). En él participan también estudiantes y egresados del Máster en Arqueología Profesional y Gestión Integral del Patrimonio de la UA y un excelente equipo de técnicos y peones especializados, fruto de la colaboración con el Ayuntamiento de Elche.

Gutiérrez Lloret explica que Domus pretendía contrastar el relato idealizado de las ciudades superpuestas con la verdadera historia material de IIlici. “Y para ello, en lugar de focalizar el interés en un periodo o monumento concretos, convertimos la diacronía (el tiempo en un espacio) en nuestro objetivo, rechazando los clichés arbitrarios que tanto han condicionado y siguen condicionando la interpretación de La Alcudia, desde la aparición casual de la Dama de Elche en un contexto desconocido de la ladera oriental de la colina”, señala la arqueóloga, que incide en el hecho de que “todas las ciudades, como espacios construidos, son una sucesión de paisajes urbanos en continua transformación y La Alcudia es un ejemplo impresionante”.

De este modo, Sonia Gutiérrez señala que la excelente conservación de la estratigrafía en este sector ha proporcionado ya interesantes novedades, como el descubrimiento, por vez primera, de una ocupación islámica temprana (siglos VIII y IX) que permite demostrar que la madina Ilš del pacto de Teodomiro del año713 estuvo en La Alcudia, mucho antes de que una nueva ciudad heredase su nombre, dando lugar a Elx en el siglo X. “Hemos constatado la importancia de la Ilici romana a través de una intensa y monumental remodelación urbanística fechada entre los siglos IV y V, con el trazado de calles y edificios que estuvieron en uso, tras diversas remodelaciones, hasta la época visigoda. Se ha documentado también una fase urbana altoimperial del siglo I d. C. correspondiente a la fundación colonial, un importante contexto del siglo III a. C. y niveles que alcanzan el ibérico pleno”.

“Con todo, esta última campaña ha marcado tres hitos fundamentales en el conocimiento de la historia de La Alcudia: la materialización del urbanismo romano tardío, la constatación de la importancia de la ciudad en el convulso siglo III a. C y la documentación de sus raíces ibéricas”, recalca la investigadora.

En las venas de la ciudad romana
Asimismo, la excavación de un cruce de calles romano ha sacado a la luz, bajo su pavimento, las tuberías de plomo por las que circulaba el agua que abastecía casas y termas, junto con la impresionante red de alcantarillado subterráneo que saneaba la ciudad. “Con los nuevos datos obtenidos se demuestra que buena parte de los restos romanos visibles en diversos sectores de la ciudad corresponden en realidad a los siglos IV y V, verdadero periodo de esplendor de la ciudad de Ilici, mientras que la materialidad de la ciudad altoimperial se muestra esquiva”, comenta Gutiérrez.

Entre púnicos y romanos: el convulso siglo III a.C.
Además, la arqueóloga señala que uno de los descubrimientos más llamativos, que ha permitido constatar la complejidad del siglo III a. C., se refleja en una inusitada intensidad constructiva durante su segunda mitad, comparable con la detectada en otros asentamientos próximos de características urbanas como el Tossal de Manises. Se trata del ángulo de una monumental estructura de más de 9 metros de longitud por un metro de anchura, de la que se conserva el zócalo de mampostería con alzado de grandes adobes y refuerzos de vigas verticales pensados para sostener algún adarve voladizo, sobre una cimentación heterogénea de dos metros de anchura, que transformó sustancialmente la trama urbana de carácter doméstico preexistente. La regularidad y características de su diseño, con paralelos en el mundo púnico y helenístico, y su cronología reforzada por el hallazgo de una moneda hispano- cartaginesa (221-218 a. C.), lo sitúan en el contexto de la II Guerra Púnica, es decir, el enfrentamiento entre púnicos y romanos que asoló con gran intensidad el sureste de la Península Ibérica.

Las raíces ibéricas del asentamiento
Por otra parte, la excavación de los niveles más profundos ha demostrado que la zona estuvo densamente habitada entre los siglos III y IV a. C., ya que a más de 4 m. de profundidad respecto al suelo agrícola actual y por debajo de los niveles de la primera mitad del siglo III a. C, se suceden suelos y estructuras que reutilizan piezas de fases anteriores, como un espectacular molino giratorio ibérico, hasta llegar a las habitaciones de adobe y barro amasado, similares a otras documentadas en La Alcudia, que nos sitúan en vísperas de la sociedad que alumbró la Dama. ,

Algunos significativos indicios, como un molino barquiforme o cerámica de la Edad del Bronce, indican que la ocupación pudo ser mucho más antigua, pero no es posible documentarla sin dañar otros valiosos restos que es necesario conservar. Recuerdan los investigadores, que “el objetivo final de un proyecto diacrónico es la puesta en valor de cada fase histórica detectada, explicando no una sino todas las historias escritas en la propia tierra de este sector de La Alcudia”.

Instantáneas de la historia en la tierra
“Aunque la arqueología en general y nuestro proyecto en particular estudian procesos antes que acontecimientos, la investigación a veces depara sorpresas asombrosas que son capaces de congelar el tiempo en un instante”, asegura Sonia Gutiérrez al tiempo que destaca dos de estas “instantáneas”: Por un lado, el descubrimiento, en una humilde habitación de la antigüedad tardía, de una antigua jarrita de producción local, cuidadosamente sellada con arcilla y envuelta en una tela, cuya urdimbre quedó impresa en el barro. “No sabemos por qué ni qué contenía, aunque en épocas romanas más antiguas era de buen augurio realizar ofrendas similares con carácter ritual, mientras que en periodos posteriores de inestabilidad a menudo se utilizaban como escondrijos”, matiza la arqueóloga. Por otro, una pequeña fosa llena a rebosar de cacharros rotos (tapaderas y marmitas, jarras, tinajas y ánforas con restos aún de sus tapones de yeso). “Este humilde basurero, que alguien llenó de trastos viejos, es un ‘tesoro’ que nos ha proporcionado un excelente contexto material de los siglos VII y VIII que permitirá conocer no solo cómo vivían los últimos habitantes de La Alcudia, sino también de dónde venían los productos que almacenaban”, cuenta la investigadora, señalando con humor que “a veces nuestro gozo sí está en un pozo”.

28 de julio de 2016

Nuevos hallazgos en el yacimiento de el Turuñuelo desvelan la vida de los tartesos en Extremadura

Su buen estado de conservación ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales de hace más de 2.500 años.
La secretaria de Cultura de la JUnta visitó el yacimiento del Turuñuelo. FOTO: JUNTA EXTREMADURA
Este yacimiento pacense es un ejemplo más del poblamiento tartésico en Extremadura, y más concretamente en las vegas altas del Guadiana, que se suma a otros ya conocidos como Cancho Roano, en Zalamea de la Serena y destaca por su buena conservación.

El yacimiento de "Turuñuelo", en Guareña (Badajoz), tiene unos 2.500 años de antigüedad y allí desarrollan trabajos arqueológicos el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Junta.

El buen estado de conservación de "El Turuñuelo" ha permitido recuperar vigas de madera, restos de estucados de colores, piezas de cerámica, hierro y bronce, además de elementos más curiosos como bisagras de puertas, esteras de esparto y cereales.

Aunque es pronto para saber cuál era la función de este edificio tartésico aislado, el director del IAM considera que probablemente fuera "una residencia de prestigio, con un carácter simultáneo de palacio y santuario, ya que en la habitación excavada ha aparecido un altar en forma de piel de toro extendida".

NUEVO PUNTO DE INTERÉS ARQUEOLÓGICO
La secretaria general de Cultura, Miriam García, ha destacado en su visita que cuando el yacimiento arqueológico tartésico de "El Turuñuelo" sea conocido "atraerá sin duda a los investigadores, que colocarán un punto más en el mapa científico de Extremadura".

Los trabajos, coordinados por los expertos Sebastián Celestino y Esther Rodríguez, se enmarcan dentro de la segunda campaña de excavaciones arqueológicas en "El Turuñuelo", insertas en el Proyecto de Investigación I+D+i "Construyendo Tarteso: Análisis constructivo, espacial y territorial de un modelo arquitectónico en el valle medio del Guadiana".


La secretaria general de Cultura ha estado acompañada en su recorrido por el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urbán; el alcalde de Guareña, Abel González; y el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM) y responsable de la excavación, Sebastián Celestino, entre otras personalidades.

Sebastián Celestino ha asegurado que, aunque solo lleva dos años excavándose es el edificio de la cultura tartésica "mejor conservado de los que conocemos tanto en Andalucía, como en Extremadura", además de ser el más grande ya que ocupa una superficie de dos hectáreas. De ahí que, en opinión del director del IAM, "se tardará todavía mucho tiempo en acabar el trabajo arqueológico" en este lugar.

Lo prioritario para próximas campañas, ya que de momento solo se ha excavado completa la habitación principal, es conocer la planta del edificio ya que se trata de una estructura arquitectónicamente compleja que, para Celestino, refuerza la idea de que la cuenca media del río Guadiana tenía una importancia muy superior en la cultura tartésica de lo que se creía hasta ahora.

(Fuente: El Diario)

29 de junio de 2017

Hallan restos de animales sacrificados en el templo tartésico del Turuñuelo (Badajoz)

El yacimiento tartésico del Turuñuelo de Guareña (Badajoz) sigue revelando espectaculares evidencias arqueológicas. El CSIC acaba de dar a conocer el hallazgo de los restos de un gran sacrificio de animales a los pies de la escalera monumental que lleva a la segunda planta del edificio. Además de los restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, se ha encontrado también un conjunto de objetos de bronce con todo lo necesario para celebrar un banquete ceremonial.
Todavía queda por descubrir más del 90% de la estructura del edificio monumental.
Un equipo de investigadores del Instituto de Arqueología de Mérida del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hallado restos de 19 animales y un ajuar de bronce para la celebración de un banquete, que se utilizaron en un ritual de sacrificio a los dioses en el santuario tartésico de El Turuñuelo (Badajoz).

Los restos serían de un costoso ritual celebrado justo antes de la destrucción y abandono del templo en el siglo V a. C. En el sacrificio se han encontrado restos de 16 caballos, dos toros y un cerdo, un ajuar de bronce que incluía un caldero, jarros, una parrilla, pinchos para la carne, un quemaperfumes y coladores. Según el equipo del CSIC, se trata de una joya arqueológica que por sus «novedosas» técnicas arquitectónicas y por su estado de conservación, «sigue revelando secretos que muestran su pasado esplendor».

Los restos de los animales estaban junto a la escalinata del templo donde fueron sacrificados en un costoso ritual de clausura antes de la destrucción final del santuario. El CSIC señala que El Turuñuelo se ha convertido en un modelo para estudiar la cultura tartésica del interior, y aporta información muy valiosa sobre su organización social, sus mecanismos comerciales y sus rituales.

El director de la excavación y director del Instituto de Arqueología de Mérida, Sebastián Celestino, y la investigadora Esther Rodríguez, han precisado que el sacrificio consistió en una gran ofrenda a los diosesantes de abandonar definitivamente el lugar. Además, han añadido que el sacrificio animal da idea de la enorme riqueza del sitio, puesto que el caballo era un elemento de prestigio. Asimismo, además de los animales hallados hasta ahora, han aparecido ánforas y cestos con cereales y otros elementos de gran valor, lo que da idea de la importancia de ese sacrificio final, previo a la destrucción del monumento y su posterior amortización.

Celestino ha destacado que «quizá lo más llamativo» sea la existencia de un ajuar completo para la celebración de un banquete de comensalidad en la habitación sur. Así, ha dicho que se trata de un conjunto de muy buena calidad entre los que destaca un enorme caldero, dos jarros, una parrilla, varios pinchos para la carne, un quemaperfumes, coladores... Todos realizados en bronce. Igualmente, se han hallado gran cantidad de platos y vasos pintados con bandas rojas y las copas de imitación griega y en el entrono de la habitación hay muchos huesos y conchas «resultado del festín final».


CONSERVACIÓN DEL TEMPLO
Los investigadores estiman que el propio ritual final contribuyó a la buena conservación del templo. No obstante, el santuario fue incendiado una vez realizados los rituales de clausura, tras el sacrificio de animales y el banquete final y fue, precisamente, el propio incendio el que solidificó las paredes de adobe, mientras que el rápido echado de tierra para sepultar el edificio propició la conservación de los materiales metálicos. Asimismo, señalan que la potente anchura de los muros de adobe, de hasta tres metros en algunos sitios, ha contribuido a su excelente estado de conservación.

Hasta ahora los investigadores solo han excavado un 10% de la superficie total del túmulo, aunque teniendo en cuenta que se conservan las dos plantas del edificio se debe rebajar «sensiblemente» esta cifra. Los investigadores subrayan que la aportación de la Diputación Provincial de Badajoz permite trabajar un par de meses al año, pero eso significa seis o siete meses de análisis y estudio antes de abordar una nueva campaña. Con ese ritmo, estiman que se podrá ver todo el edificio exento en aproximadamente una década.

Otra de las características del santuario de El Turuñuelo es que destaca por sus «novedosas técnicas constructivas» y lo más sorprendente es la utilización de un mortero de cal, arena y arcilla, para confeccionar los sillares cuadrangulares con los que construyeron buena parte de la escalinata que da acceso al monumento; con ese mismo mortero realizaron también la «bañera».

El uso de esta técnica de construcción ha sorprendido a los investigadores porque era desconocida en la Península hasta la llegad de los romanos. «Estos grandes edificios se organizaban junto al Guadiana y tenían una intensa relación comercial entre ellos; conocemos ya un poblado en altura rodeado de una potente muralla que haría de lugar central desde donde se organizaría el comercio hacia el exterior a través del río», añade Celestino.


RIQUEZA ARQUITECTÓNICA
El responsable de la excavación valora que El Turuñuelo ofrece una riqueza arquitectónica y material desconocida hasta el momento en esta fase final de Tarteso; y le llama «poderosamente» la atención los rituales que se llevaron a cabo, hasta ahora también inéditos y de gran complejidad; sobresale el sacrificio o hecatombe producida en el patio principal del monumento previo a su destrucción.

Este yacimiento se ha convertido en el «mejor» exponente para entender los últimos años de la cultura tartésica y Celestino señala aunque es pronto para saber qué papel jugaba el santuario dentro de la cultura tartésica, es probable que hubiese sido un lugar de peregrinación, puesto que «los santuarios en la antigüedad tenían como función principal el intercambio comercial, pero también era el lugar donde se celebraban rituales de cohesión social a través de la veneración a los dioses».

La cultura tartésica se origina hacia el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir. Es la consecuencia del impacto que supuso la llegada de los colonizadores mediterráneos (principalmente fenicios) en los pueblos indígenas, que transformaron la base económica y social del sur peninsular. El resultado de ese encuentro es la conformación de una nueva cultura que denominamos Tarteso, explica Celestino. «A mediados del siglo VI a. C. el núcleo de Tarteso, ubicado en Huelva y la desembocadura del Guadalquivir, sufrió una fuerte crisis que logró minar su emergente cultura. Buena parte de la población se trasladó al valle del Guadiana, en el interior, donde volvió a resurgir con fuerza y con una renovada personalidad», añade.

17 de abril de 2017

La excavación en Turuñuelo descubre un edificio tartésico único en el Mediterráneo occidental

Investigadores del Instituto de Arqueología del CSIC hallan una escalinata monumental de hace 2.500 años en Turuñuelo de Guareña (Badajoz) que apunta a una insólita construcción de dos plantas
Escalinata monumental de época tartésica en Las Vegas del Guadiana (Badajoz). FOTO: SANTI BURGOS / EL PAÍS
Fuera de contexto, la imagen de unos escalones en mitad de un gran agujero que acompaña este texto podría no decir mucho. Sin embargo, su contexto —la excavación de un enorme edificio tartésico de hace 2.500 años en la comarca de Las Vegas del Guadiana, en Badajoz— los convierte en un descubrimiento extraordinario. Y no solo porque esa escalinata monumental de dos metros y medio de altura apuntan a una insólita edificación de dos plantas del siglo V a.C., la primera que se conserva de aquella época; sino porque están construidas con unas técnicas y unos materiales que se pensaba que no se habían utilizado en todo el Mediterráneo occidental hasta mucho tiempo después.

ESCALONES A MODO DE SILLARES
La mitad de los escalones están hechos a modo de sillares, es decir, colocando unos bloques rectangulares a continuación de otros y luego unos encima de otros. Pero no utilizan grandes piezas de piedra cortada, como se hacía en construcciones similares de la época en el Mediterráneo oriental (en Grecia, por ejemplo), sino una especie de mortero de cal y granito machacado, probablemente encofrado después (la mezcla se colocaba a fraguar entre tablas hasta que se secara). Algo así como un protocemento, solo que un siglo antes de que apareciera el primer material de este tipo documentado hasta ahora: el opus caementicium del Imperio Romano.

El yacimiento del Turuñuelo de Guareña, cuya excavación arrancó en 2015, ya había sorprendido a los investigadores por su tamaño (es el más grande localizado de aquella época, en torno a una hectárea), la riqueza de materiales encontrados y su extraordinario estado de conservación. Todo tipo de joyas, puntas de lanza, recipientes, semillas, restos de tejidos, parrillas de bronce o calderos enormes prometían desde el principio arrojar nueva luz sobre la cultura de Tartesos. Una civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica en el primer milenio antes de Cristo sobre la que se ha levantado todo tipo de mitos y leyendas (sobre todo, en torno a su misteriosa decadencia y su abrupto final), debido, entre otras cosas, a la escasez de restos materiales. Una escasez que la excavación dirigida por los arqueólogos del CSIC Sebastián Celestino —que también es director del Instituto de Arqueología de Mérida— y Esther Rodríguez está compensando a marchas forzadas, y eso que apenas se ha desenterrado hasta el momento el 10% de la construcción.

ELEMENTO ARQUITECTÓNICO ÚNICO
“Una escalinata constituye un elemento arquitectónico único de algo, además, que no pensábamos que fueran capaces de ejecutar. Existen escaleras durante la protohistoria en la Península, pero ya en época posterior. De esta cronología como máximo había dos o tres escalones de piedras y adobe para salvar un desnivel”, explica Rodríguez. En este caso, son 10 escalones (al menos; todavía puede haber alguno más) de 2 metros de largo, 40 centímetros de anchura y 22 de altura. Los cinco superiores están cubiertos por lajas de pizarra y los inferiores son los que están hechos a modo de sillares cuadrangulares con mortero de granito machacado envuelto en cal.

“Lo más sorprendente ha sido su profundidad. Dos metros y medio significa que debajo hay otra planta, que estamos accediendo a una planta superior sobre-elevada”, completa Celestino. Se había especulado sobre la existencia de este tipo de edificaciones en época tartésica, a partir de textos de la Biblia, pero nunca se había encontrado ninguno. “Este edificio será el primero que conserva las dos plantas”, insiste.

29 de abril de 2011

Hallan cuatro mausoleos de los Siglos III y IV d.C. en el convento de Las Freylas de Mérida (Badajoz)

Los restos evidencian el asentamiento en la zona de una necrópolis cristiana vinculada a la veneración por Santa Eulalia. Uno de los cuerpos descubiertos fue enterrado con un ave bajo su cabeza.
La excavación del Convento de las Freylas en Mérida (Badajoz) aporta nuevos datos sobre la necrópolis que ocupaba los terrenos en los que se construyó la Basílica de Santa Eulalia. El Consorcio de la Ciudad Monumental ha descubierto restos de enterramientos en la investigación arqueológica que está llevando a cabo por encargo del Ayuntamiento de Mérida de cara a la futura rehabilitación del edificio religioso.
Operarios del Consorcio durante las excavaciones. (Foto: Brígido)
Los primeros trabajos de excavación se iniciaron hace poco más de un año y tuvieron continuidad a finales del pasado ejercicio con la colaboración de la Escuela Taller. Aunque también se hizo un sondeo en la parte trasera del antiguo convento, estas tareas se han centrado principalmente en la fachada del edificio a la avenida de Extremadura.
Este lugar acoge de nuevo desde principios de abril a los arqueólogos y peones del Consorcio, que se encarga de la investigación del edificio religioso en colaboración con el Instituto de Arqueología de Mérida.
Según explica el Consorcio, hasta el momento «se han documentado parcialmente cuatro imponentes edificios de posible carácter funerario». Asimismo, en el espacio libre entre ellos se ha registrado en torno a una veintena de tumbas de distinta tipología pero ya expoliadas posiblemente en época tardoantigua, hacia el siglo V.
En uno de los mausoleos citados aparecieron dos sarcófagos de mármol. Hasta ahora solo se ha excavado uno de ellos, hallándose en su interior la inhumación de un individuo adulto. «Como rasgo perteneciente al ritual funerario, aparecieron los restos óseos de un ave que estaban situados bajo el cráneo», indica el Consorcio. Esta práctica era común en los enterramientos de niños pequeños, ya que se consideraba que el pájaro podía ayudarles a encontrar el más allá, pero no es habitual en adultos, como en este caso. De un modo u otro, esta práctica evidencia un rito de carácter pagano y por tanto previo a la necrópolis cristiana que se asentó en el lugar años después.
Otro de los mausoleos que se está documentando en la actualidad presenta un pavimento de mosaico y sus paredes muestran un zócalo revestido con grandes placas de mármol, lo que da una muestra de su importancia.
Uno de los mausoleos con un sarcófago.
Un uso religioso
El Consorcio data estos hallazgos entre los siglos III y IV, en la última etapa de la dominación romana, tras lo que hubo una segunda fase de explotación, vinculada a la necrópolis paleocristiana que se desarrolló en torno al túmulo martirial en honor de la joven emeritense Eulalia.
De hecho, los restos que se conservan en la cripta de la iglesia contienen construcciones similares, de forma cuadrangular y con mosaicos como motivos decorativos. También se vincula a este espacio un mausoleo cristiano octogonal y polilobulado descubierto en el año 2007 cerca del Hornito, el único de estas características hallado hasta el momento en el país.
Tras el asentamiento de la necrópolis cristiana a partir del siglo IV se levantó en el lugar hacia el siglo V una basílica dedicada a la mártir, que sería germen de la iglesia actual, construida tras la reconquista de la ciudad a partir de 1230. En cuanto al Convento de las Freylas, se remonta al año 1530 con el traslado a Mérida del monasterio de Santiago de Robledo, en la sierra de Montánchez. El edificio se adosó al muro oeste de la iglesia de Santa Eulalia, a la que permanece unido desde entonces.
(Fuente: Hoy)

19 de septiembre de 2010

Arqueología: Hallan una basílica romana en Medina de las Torres (Badajoz)

Contributa Iulia, en el término municipal de Medina de las Torres (Badajoz) pudo tener en época romana categoría de capitalidad comarcal. Tanto por su situación estratégica, en un importante cruce de caminos, -emplazada en la confluencia de las calzadas que conducen a Onuba (Huelva), Corduba, Hispalis (Sevilla) y Emérita-, como por la singularidad y la magnitud de sus importantes edificaciones, la ciudad podría considerarse como la Zafra romana de aquella época.





Según explica Jesús Alonso, natural de Monesterio, arqueólogo director de la excavación que durante estos meses lleva a cabo el Taller de Empleo Mancomunidad Río Bodión, entre los hallazgos más destacados «han aparecido restos de la puerta de entrada en la muralla, flanqueada por dos torres, y junto a ella, un macellun o mercado». Además, se ha descubierto un área pública, con el foro, tabernas y otras estructuras públicas «que hacen referencia a un municipio romano, que en principio parecía de menor rango, pero que a la luz de los hallazgos, elevan su categoría a capitalidad comarcal». 
Contributa Iulia Vgultunia, articulada en torno a dos vías principales, -cardo y decumanus-, descubiertas en las excavaciones que se han venido desarrollando en la zona durante los últimos años, promovidas por el ayuntamiento de Medina de las Torres, guarda importantes vestigios de lo que fue un significativo núcleo urbano, que en unos pocos meses podrían ponerse en valor mediante las acciones que supondrán hacer visitable este importante yacimiento extremeño. 

La basílica 


Pero, si algo ha llamado especialmente la atención durante las últimas excavaciones realizadas este verano por los alumnos-trabajadores de este taller de empleo, ha sido la aparición de una gran basílica romana, de lo que lo más sorprendente, según Alonso , «son sus enormes dimensiones, con medidas de 32 por 18 metros, y unos 584 metros cuadrados, aproximadamente». La edificación se encuentra al lado oeste del foro. Se trata de una gran sala rectangular, compuesta por cinco naves, de las que la central presenta mayores dimensiones que el resto. La basílica se estructura en dos plantas, una semisubterránea, «a modo de criptopórtico», y otra, que albergaría un primer piso, con acceso directo al foro o plaza pública. Además, su cabecera rematada en ábside, da paso al 'decumanus maximus', o calle principal. En cuanto a su antigüedad, según apunta el arqueólogo director de la excavación, «los materiales encontrados y la estructura de la propia basílica podrían fecharse a partir del siglo I d. c.». 


Importancia 

Este descubrimiento pone de manifiesto la importancia de la ciudad romana de Contributa en el pasado, pues la basílica representaba un suntuoso edificio público, que en Roma solía destinarse al tribunal, ocupando un lugar preferente en el foro o plaza pública. Estas edificaciones tuvieron múltiples usos, dedicándose a mercado, lugar de transacciones financiares, ceremonias de culto al emperador, e incluso a la administración de justicia. Más adelante, en época cristiana se aprovechó como templo. 





La ciudad romana se encuentra muy cerca del casco urbano de Medina de las Torres, concretamente en el cerro de Los Cercos. Las primeras excavaciones podrían datar del año 1845 y según narra Jesús Alonso, este asentamiento pudo formar parte de una antigua comarca, a caballo entre las actuales de Tentudía y Zafra Río Bodión, pues «en los textos clásicos de Plinio el Viejo, se cita que tanto Cúriga, actual Monesterio, como Contributa, haciendo referencia a Medina de las Torres, formarían parte de una antigua asociación de ciudades para la organización de un territorio, que después se repetirá en la Edad Media, en lo que se denominó las Cinco Villas Hermanas: Fuente de Cantos, Monesterio, Calera de León, Calzadilla de los Barros y Medina de las Torres. 

El Taller de Empleo Mancomunidad Río Bodión, se ha desarrolla entre los meses de noviembre de 2019 a noviembre de este año, y cuenta con la presencia de nueve alumnos trabajadores y la colaboración del antropólogo Pedro Delgado, del Instituto de Arqueología de Mérida. La actividad ha sido financiada por el Sexpe, en colaboración con la Consejería de Cultura y el Instituto Arqueológico de Mérida. 
(Fuente: Diario Hoy)

3 de marzo de 2017

El Puente de Alcántara se levanta sobre otra construcción anterior

Un estudio del CSIC revela que una de las pilas del puente romano contiene restos reutilizados de un puente anterior por datar. El hallazgo ayuda a entender la importancia de esta zona de la Península relacionada con la explotación minera romana.
El puente de Alcántara está considerado como uno de los símbolos de la "romanización" de Hispania.FOTO: INGENIERÍA EN LA RED
El Puente romano de Alcántara, en Cáceres, que data de la época del emperador Trajano (siglo II d.C.), está construido sobre restos de un puente más antiguo (de fecha por determinar), según demuestra un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El estudio, publicado en la revista Arqueología de la Arquitectura, abre nuevas vías de investigación para confirmar la importancia estratégica temprana de estos territorios y la necesidad de grandes infraestructuras públicas en una zona de la Península Ibérica relacionada con la explotación minera ya desde los inicios de la presencia romana.

“El Puente de Alcántara está considerado como uno de los símbolos de la “romanización” de Hispania y una de las obras maestras de la arquitectura de todo el mundo romano”, señala Antonio Pizzo, Científico Titular del CSIC en el Instituto de Arqueología-Mérida, que ha dirigido el estudio. “El hallazgo se ha producido en una de las pilas del puente, situada en la margen izquierda del río. Allí se ha evidenciado la presencia de parte de un puente anterior que permanece visible y fue reutilizado en la estructura de época de Trajano”, explica Pizzo. “Se trata de una evidencia muy clara que ha sido establecida por una amplia serie de indicios que confirman la idea de que el puente de Alcántara actual es un segundo proyecto y que hubo un intento de construir un puente en época anterior”, añade.


HIPÓTESIS
Este dato abre dos hipótesis. La primera apunta a que se trataría de un puente construido anteriormente que se derrumbó por alguna crecida del río. Esta es una hipótesis posible pero poco probable, según Pizzo, ya que los restos de material se podrían haber reutilizado en la fábrica actual. “La segunda hipótesis, y la más probable, -indica el investigador- sugiere que los restos hallados pertenecerían a un proyecto fallido que empezó ejecutándose y se suspendió por causas que desconocemos y que podrían relacionarse con la utilización de un modelo arquitectónico poco adecuado para las circunstancias geográficas del entorno.”

En el trabajo se ha efectuado un análisis del monumento centrado en reconstruir la historia del puente desde su edificación hasta la actualidad. Se han planteado diversas hipótesis sobre las restauraciones sufridas, a pesar de que algunas de ellas se hayan perdido en la gran reforma del monumento a mediados del siglo XIX, explica Pizzo.

IMPORTANCIA ESTRATÉGICA  Y CULTURAL
El Puente de Alcántara es un foco de atención de gran interés debido a la solicitud de declaración de este conjunto como Patrimonio de la Humanidad. “Los resultados de la investigación podrían ser parte importante de esta propuesta, ya que atribuyen a esta zona de la península una importancia estratégica en una época anterior a la construcción del puente conservado en la actualidad”, indica el investigador.

“Este espectacular edificio se ha interpretado tradicionalmente como una construcción de época de Trajano, por la presencia de una inscripción relacionada con este emperador y otras inscripciones relativas a pueblos locales que habrían financiado esta obra de ingeniería colosal. Esta interpretación sigue siendo válida.” Pizzo ha dirigido el estudio sobre el Puente de Alcántara dentro del proyecto de investigación La arquitectura romana de la Lusitania. Producción y economía de los procesos de perduración, trasformación e innovación técnica. Su objetivo es una nueva lectura de la arquitectura romana basada en los aspectos constructivos, tecnológicos y de gestión de los grandes complejos monumentales de la Lusitania romana.

17 de mayo de 2023

Hallan restos de un monedero romano en la Casa del Mitreo de Mérida

Los restos fueron localizados en las últimas excavaciones en la zona del balneum (termas privadas), concretamente en la estancia nº44, una habitación asociada al área de servicio y conectada con las termas de la domus del Mitreo.
El análisis microscópico muestra fragmentos de tejido adheridos a cinco monedas de las 52 que formaban el monedero.

Un equipo de investigadoras de la Universidad de Granada (UGR), el Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida y la Universitat Politècnica de València (UPV) ha analizado restos de un monedero (bursa o 'taleguilla' de monedas) de época romana, localizado durante las excavaciones realizadas en la Casa del Mitreo de Augusta Emerita, en Mérida.

Se trata del segundo hallazgo de una bursa de este tipo en toda la Península Ibérica, tras el ejemplar encontrado en Puente de Castro (León), y refleja, según las investigadoras, que el tejido en la antigüedad romana iba más allá de la vestimenta o indumentaria, ha indicado la universidad en un comunicado.

Esta investigación, cuyos resultados publica la revista 'Arqueología', presenta el análisis microscópico del hallazgo: unos fragmentos de tejido adheridos a cinco monedas de las 52 que formaban una ocultación monetal por parte de su propietario.

Los restos fueron localizados en las últimas excavaciones en la zona del balneum (termas privadas), concretamente en la estancia nº44, una habitación asociada al área de servicio y conectada con las termas de la domus del Mitreo.

La cronología de las propias monedas y su contexto arqueológico permite datarlas a finales del siglo III d.C., sin superar ninguna moneda el 250 d.C. Esta cronología coincide perfectamente con la fase de abandono de este lugar (finales del siglo III d.C. y principios IV d.C.), momento en el que un incendio, de improviso, afectó al edificio, probablemente también al balneum, perdiéndose así este depósito de la memoria colectiva.

La investigadora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR Leyre Morgado-Roncal ha resaltado que, "en primer lugar, tras la recogida de los restos textiles en el lugar del hallazgo, se procedió a su limpieza, ya que eran visibles a simple vista". "De ellos, examinamos dos fragmentos de la cara exterior de una moneda", ha apuntado.

"Los trabajos comprendieron microscopía estereoscópica y óptica con luz polarizada y microscopía electrónica de barrido, ambos ejecutados por el equipo interdisciplinar de investigadoras del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la UPV", ha señalado Morgado-Roncal, al tiempo que ha destacado que así "se pudo determinar que se trataba de un tejido de tafetán o entramado liso con torsión en S a partir de su confección y el grosor de sus hilos, respecto a la materia prima de la fibra se correspondía con lino".
Hecho con lino egipcio

La caracterización de este hallazgo ha permitido interpretar que se trata de una bursa o 'taleguilla' de monedas, piezas textiles menores fruto del reciclaje de otras piezas, y que encuentran paralelos a lo largo del Imperio Romano.

El análisis tecnológico apunta a un origen oriental o egipcio donde el cultivo de lino sobresalió, y se extendió desde el VI milenio a.C. Aun así, no soluciona su origen, ya que pudo haberse desarrollado en suelo hispano con hilo hecho en Oriente, lo que lleva a las autoras a valorar aspectos técnicos sobre estas producciones en época antigua.

En cuanto a la iconografía, estas bursas han quedado bien representadas al ser uno de los atributos del dios Hermes/Mercurio. En ese sentido, hay múltiples referencias en la iconografía romana, como la estatua de bronce de la colección Salamanca del Museo Arqueológico Nacional (MAN), donde queda muy clara la utilidad de estas piezas como contenedor de monedas.

Del mismo modo, las autoras proponen un uso estático de este saquito de monedas que no deterioraría este delicado tejido, ya que tradicionalmente, estos objetos se fabricaban con materiales más resistentes como pieles.

Los resultados de este hallazgo único han permitido mejorar el conocimiento de la producción de lino en Hispania y profundizar en la funcionalidad de las conocidas bursa o marsupium. Las autoras concluyen en "la necesidad de seguir realizando análisis para seguir ahondando en la cadena productiva de estas interesantes piezas" que esperan "sean contrastadas con futuros descubrimientos".

1 de septiembre de 2022

Datan el asedio romano a Olmillos de Sasamón (Burgos)

La campaña arqueológica desarrollada entre entre el 8 y el 26 de agosto ha permitido datar y obtener información muy valiosa acerca de este asedio. Los trabajos se han centrado en la prospección con métodos geofísicos y la excavación alrededor del poblado prerromano del Cerro de Castarreño
Trabajo con el Georradar StreamC del Instituto de Arqueología, Mérida. JESÚS GARCÍA.

El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) continúa avanzando en el conocimiento del pasado de la comarca segisamonense por sexto año consecutivo.

Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los Ayuntamientos de Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino, ha tenido como objetivo estudiar los restos de un importante sistema de asedio romano alrededor del Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón), así como continuar generando nueva información arqueológica sobre la importante ciudad romana de Segisamo (Sasamón) y otros asentamientos del mismo periodo ubicados en sus proximidades.

Mediante el uso de distintas técnicas de teledetección –incluyendo drones y equipos de prospección geofísica-, los arqueólogos lograron documentar en los últimos años varios campamentos situados en las inmediaciones del cerro, así como un sistema de dobles fosos que, por espacio de más de 6 km, rodearía el asentamiento indígena, aislándolo por completo.

La prospección geofísica con georradar y magnetómetro, empleados en esta campaña arqueológica, son métodos en auge que permiten obtener imágenes tridimensionales del subsuelo sin necesidad de excavaciones. Hasta la fecha, los miembros del equipo han prospectado con georradar lugares tan emblemáticos como la necrópolis de Pinilla Trasmonte, complejos vilicarios en Almenara de Adaja o amplios sectores de la ciudad romana de Segisamo.

La prospección de 2022 ha cubierto otro sector del cerco completamente inédito, permitiendo definir los límites de los campamentos romanos y otras estructuras asociadas. Asimismo, se ha investigado otro pequeño recinto militar recientemente documentado en las proximidades de Villasandino, una villa suburbana en las inmediaciones de Olmillos y varios sectores de la ciudad de Segisamo.

Por su parte, la excavación de diversos sondeos durante las campañas de 2021 y 2022 ha sido clave para la documentación de las estructuras del cerco de asedio. Dado que los trabajos agrícolas han ido erosionando las estructuras que pudiesen existir en superficie, los elementos más reconocibles son frecuentemente los fosos excavados en la roca caliza local por el ejército romano. Una vez concluido el asedio, estas defensas fueron rápidamente cubiertas por sus mismos constructores, de modo que el estudio arqueológico de estos depósitos es clave para la datación de un episodio histórico desconocido hasta hace poco.

Así, se han podido recuperar algunas piezas cerámicas -tanto indígenas como romanas- y metálicas -proyectiles de honda, flechas, tachuelas de calzado militar, etc.-, pero se han tomado también muestras de carbones y sedimentos que, mediante la datación por radiocarbono o luminiscencia, afinan la cronología. Unos y otros elementos apuntan que las tropas romanas habrían cercado el castro turmogo en el siglo I a.C. -probablemente a mediados del mismo-, un periodo histórico mal conocido en la zona.

Gracias a esta investigación, ahora se sabe que los romanos emplearon su fuerza, ingenio y tecnología militares para cercar y asediar el cerro. Los investigadores plantean ahora que el castro fue considerado por Roma un importante foco de resistencia, si bien no es posible saber si todos los turmogos se opusieron en igual medida a los romanos o pudo haber disensión entre ellos.

Se desconoce, además, cuál fue el resultado de ese asedio: ¿se rindieron los turmogos que habitaban el Cerro Castarreño? ¿Sucumbieron acaso por el hambre? ¿Fue el castro totalmente destruido o simplemente abandonado? Dado el nivel de arrasamiento actual del yacimiento, es difícil precisar estos hechos, pero es segura la presencia del ejército romano en el mismo en relación con estos eventos.

Además, con carácter anual, los arqueólogos desarrollan campañas de prospección aérea con drones en esta zona para monitorizar las estructuras arqueológicas soterradas y documentar nuevas trazas de su presencia mediante la generación de cartografías a partir de fotografías tomadas por medio de drones. De este modo se ha logrado conocer mejor el urbanismo romano de Segisamo o de complejos suburbanos como los de Tisosa y Santa Eulalia. Durante el desarrollo de estas actividades se han podido recuperar materiales arqueológicos relacionados con la vida cotidiana durante la Antigüedad.

Una consolidada iniciativa de divulgación
Este colectivo reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales e investigadores de diversas instituciones que estudian la presencia del ejército romano en el norte peninsular. En los últimos años, el colectivo ha descubierto y estudiado numerosos yacimientos arqueológicos, lo que le ha permitido ofrecer visiones innovadoras sobre este proceso.

A través de una iniciativa centralizada en la web romanarmy.eu y en las redes sociales vinculadas, están llevando a cabo una tarea de difusión y visibilización de los nuevos hallazgos y análisis sobre estas evidencias arqueológicas, más de dos mil años después del fin de las operaciones militares. Asimismo, se han organizado tanto charlas (en Villasandino y Sasamón) como visitas a las zonas de excavación (en Olmillos de Sasamón) con el fin de dar a conocer a la población local los resultados obtenidos y concienciarla de la necesidad de su conservación para generaciones futuras.