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20 de septiembre de 2018

La Bitácora de Jenri, obtiene el premio "Vaccea 2018" de Comunicación

Ayer se hizo público el fallo del Jurado de los Premios Vaccea 2018, que de forma bianual otorga el Centro de Estudios Vacceos "Federico Wattemberg" de la Universidad de Valladolid y en el que he sido distinguido con el Premio 2018 en la categoría de Comunicación por el trabajo altruista que desde 2010 vengo realizando con este blog. "La Bitácora de Jenri" nació sin más pretensión que la de tratar de acercar a la ciudadanía la actividad de los profesionales de la Arqueológica en España, por lo que éste reconocimiento por inesperado me ha dejado literalmente sin palabras. No puedo por menos que agradecer a los miembros del Jurado y al Centro de Estudios Vacceos en general éste reconocimiento por el que me siento muy honrado, y por supuesto, a todos y cada uno de vosotros, que formáis la "legión" de seguidores del blog, porque sin vosotros nada de esto sería posible ni tendría sentido.  Muchas gracias de todo corazón. 

Enrique Garcés (administrador de "La Bitácora de Jenri).
Enrique Garcés. Administrador
del blog "La Bitácora de Jenri".


COMUNICADO DE PRENSA
El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid ha hecho públicos los nombres de los galardonados con los Premios Vaccea en su sexta edición. Los premiados son los siguientes:

En la candidatura de Investigación y Divulgación Científicas: Martín Almagro Gorbea, por su decisiva contribución para el conocimiento y difusión de las culturas célticas de la Península Ibérica en Europa, así como por el ingente esfuerzo editorial desde su puesto de Anticuario Perpetuo de la Real Academia de la Historia.


En la candidatura de Protección y Conservación del Patrimonio: Francisco Burillo Mozota, por su intensa labor en la protección del patrimonio arqueológico de la Serranía Celtibérica y por su permanente compromiso intelectual en el reconocimiento de la identidad interregional de la Serranía Celtibérica, en el marco de la Europa de las Regiones.

PREMIO A "LA BITÁCORA DE JENRI"
Y por último, en el apartado de Comunicación, el premio es para Enrique Garcés Hecht, por su aplicación rigurosa de criterio periodístico con información de la actualidad arqueológica en el entorno digital gracias a la publicación periódica en su Bitácora de la actividad generada por los yacimientos españoles desde 2010.

Los Premios Vaccea fueron creados en el año 2008 por el Centro de Estudios Vacceos ‘Federico Wattenberg’ de la Universidad de Valladolid para destacar la labor de personas, colectivos o entidades e Instituciones en la salvaguarda, promoción y conocimiento del Patrimonio Arqueológico, con especial atención al de las identidades prerromanas de la Edad del Hierro, en gran medida configuradoras de las idiosincrasias de los territorios actuales.

El acto de entrega de premios tendrá lugar el próximo 5 de octubre, a las 11:00 horas, en el Aula Lope de Rueda de la Facultad de Filosofía y Letras.

9 de octubre de 2020

Premio "Hispania Nostra" para el yacimiento de Pintia

La Asociación Hispania Nostra ha otorgado el premio "Intervención en el Territorio" al Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, que avala el trabajo realizado durante cuatro décadas en la necrópolis de Las Ruedas, la cual forma parte de ciudad vaccea de Pintia.

El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, adscrito a la Universidad de Valladolid y cuya sede está en la pequeña pedanía peñafielense de Padilla de Duero, donde trabaja desde hace 40 años en el yacimiento arqueológico de Pintia, ha recibido el Premio Intervención en el territorio o el paisaje, galardón que le ha sido otorgado por la prestigios Asociación Hispania Nostra. El premio avala el trabajo realizado durante cuatro décadas en la necrópolis de Las Ruedas, la cual forma parte de Pintia, ciudad vaccea que se remonta a IV siglos antes de Cristo.

El galardón, entregado recientemente en el propio yacimiento pintiano, lo recibió Carlos Sanz, director del Centro de Estudios y del yacimiento, de manos de la presidenta de Hispania Nostra, Araceli Pereda, quien expuso que este galardón reconoce las buenas prácticas en los ámbitos citados en relación con el patrimonio cultural. El jurado reconoce la importante labor de protección y difusión que supone esta intervención, así como la implicación de personas de distintos ámbitos en un proyecto que contribuye en gran medida a concienciar a la población sobre la riqueza de su patrimonio y la necesidad de conservarla.

En el acto protocolario de entrega de la placa que reconoce el trabajo en Pintia, su director, Carlos Sanz realizó una mención especial para los vecinos de Padilla de Duero, lo cuales colaboran con los integrantes del equipo del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, desde de la Asociación Cultural Pintia.

El rector de la Universidad de Valladolid -Antonio Largo-, quien también asistió al acto, destacó el amplio trabajo hecho en Pintia, el cual es una muestra de distintas perspectivas de acción, como son la científica, la divulgativa y la de concienciación de la sociedad de la importancia de la recuperación y conservación del patrimonio.

15 de junio de 2016

Comienza la nueva campaña de excavaciones en la ciudad vaccea de Pintia, en Padilla de Duero (Valladolid)

El Centro de Estudios Vacceos organiza en el yacimiento el programa Arqueología en Familia y el III Ciclo de Cine Arqueológico
Alumnos de los cursos realizados en el primer turno de junio. FOTO: CENTRO ESTUDIOS VACCEOS.
La zona arqueológica de Pintia en Padilla de Duero cuenta con 19 alumnos extranjeros matriculados en la XXVII campaña de excavaciones que se desarrolla en el yacimiento vacceo. El primer turno comenzó a excavar el 30 de mayo y mañana se clausurará el curso, el segundo durará del 20 de junio al 7 de julio y el último, del 11 al 28 de julio.

La mayor parte de los alumnos, de entre 19 y 70 años, proceden de Estados Unidos, y se han dedicado a excavar las tumbas 296 y 297 de la necrópolis de Las Ruedas, en las que han aparecido una treintena de estelas funerarias. Aunque cada año se añaden nuevas tumbas al catálogo del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, su director Carlos Sanz Mínguez, señala que «los 297 enterramientos descubiertos están todavía distantes del medio millar que perseguimos obtener para hacer una relectura desde la perspectiva de la arqueología de la muerte»,.

Sobre la excavación en esas dos tumbas en las que se ha centrado el inicio de esta campaña, apuntó Sanz Mínguez que la alta densidad de estelas funerarias de los siglos II y I antes de Cristo localizadas sobre el terreno «nos hace albergar grandes esperanzas sobre la conservación de los conjuntos de han de aflorar en el segundo turno de excavaciones».

El pasado verano fueron una treintena los estudiantes internacionales que recalaron en Pintia frente a los 19 de esta edición, una caída «coyuntural» que Sanz Mínguez atribuye al cambio en la propiedad de Archeospain, empresa intermediaria que se encarga de captar alumnos extranjeros.

III CICLO DE CINE ARQUEOLÓGICO
Al igual que el año pasado, se organizará el III Ciclo de Cine Arqueológico en Pintia, que comenzará el domingo 14 de agosto y continuará los sábados 20 y 27 de ese mes. A las 22:00 horas se proyectarán los filmes ‘En busca de Djehuty: entre momias, tumbas y jeroglíficos’, de Javier Trueba y José Latova; ‘Petra, capital del desierto’, de Olivier Julen, y ‘Los secretos del coliseo’, de Paul Rambaud.

"ARQUEOLOGÍA EN FAMILIA"
También tendrá continuidad el programa de Arqueología en Familia (hay cuatro familias apuntadas para esta edición) y a lo largo de junio, julio y agosto se desarrollarán visitas guiadas individuales o para grupos sin necesidad de concertación, de miércoles a domingo a las 10:30 y a las 12:30 y a las 17:30 y 19:30 horas, con inicio en el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg en la Plaza Mayor de Padilla de Duero.

(Fuente: El Norte de Castilla)

27 de marzo de 2011

Alertan de la presencia de cazatesoros en el yacimiento vacceo de Pintia (Valladolid)

La presencia de furtivos merodeando con detectores de metales por las inmediaciones del yacimiento vacceo de Pintia (siglo IV antes de Cristo), en el término de Padilla de Duero, ha generado inquietud y alarma. El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg ha recibido avisos de que al menos tres individuos han sido vistos con material de detección y que, al ser interpelados y advertidos de que se encontraban en los límites de una zona protegida, respondieron que solo estaban «buscando balas de la Guerra Civil».
Yacimiento arqueológico de Pintia (Valladolid).
Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos, asegura que la presencia de furtivos en el terreno no es nueva y que, en esta ocasión, la reconvención de un pescador y de un agente forestal lograron disuadir a los presuntos cazadores de antigüedades. «Lo más positivo de todo esto es que la gente ha tomado conciencia y cuando observa a alguien husmeando con intenciones de llevarse piezas enterradas, nos pone sobre aviso», comenta el arqueólogo, que ya ha puesto en antecedentes a efectivos del Seprona que operan en la zona de Peñafiel. Sanz Mínguez opina que los merodeadores podrían pertenecer a una red organizada de tráfico de antigüedades y que no se trataría de simples aficionados al coleccionismo. «No parecen los típicos que andan a la busca de piezas para colocar en la vitrina de casa; si vienen así de equipados, es porque tienen el propósito de vivir del comercio de antigüedades, una actividad lucrativa y muy viva».
Necrópolis vaccea de Pintia.
Desde el Centro de Estudios Federico Wattemberg se ha intensificado la vigilancia en la zona. No olvidan el expolio que tuvo lugar en febrero de 1990, cuando se registraron más de un millar de hoyos sobre una hectárea que los furtivos cavaron durante una noche para extraer piezas en una parcela comprada por la Junta de Castilla y León, en la que se asienta parte de la necrópolis de Las Ruedas. «Entonces el 'modus operandi' consistió en sacar piezas de forma apresurada y amontonarlas; fueron tan rápidos que se olvidaron varios de los objetos sobre la tierra que habían excavado», recuerda Sanz Mínguez.
En aquella ocasión resultó patente el destrozo ocasionado, pues la remoción de tierra profundizó hasta sesenta centímetros, afectando al nivel arqueológico y, en buena parte de los casos, a tumbas que se encontraban intactas y sufrieron daños. La necrópolis de Las Ruedas se asienta sobre unas cuatro hectáreas en las que los arqueólogos fijan la existencia de depósitos funerarios con entre 60.000 y 100.000 enterramientos vacceos y romanos.
En el expolio de 1990 los autores se valieron de detectores de metales y la mayoría de hoyos excavados eran superficiales «salvo unos 60 o 70 que tenían más profundidad y destrozaron tumbas, pues alguna de ellas albergaba más de cien objetos», lamenta Sanz Mínguez.
En la zona arqueológica trabajan actualmente una decena de personas en la canalización de acometidas de riego procedente del pantano de Valdemudarra, cuya presencia sirve durante el día para ahuyentar a posibles cazatesoros. Las 125 hectáreas del yacimiento vacceo de Pintia suman con el riesgo de expolio otra amenaza a la del arado de las tierras, con el peligro de destrucción de lápidas y objetos enterrados que esta práctica entraña. En enero, el Procurador del Común instaba a la Junta de Castilla y Léon a aumentar la protección del enclave ante el laboreo agrícola de algunas parcelas, por considerar que su declaración como Bien de Interés Cultural en 1993 no garantiza la pervivencia de la zona arqueológica. En el Centro de Estudios Vacceo, de momento, respiran con alivio ante el envite furtivo abortado.

19 de junio de 2015

Descubren cinco nuevos enterramientos vacceo-romanos en el yacimiento de Pintia

En las cinco nuevas sepulturas documentadas se han encontrado una treintena de piezas arqueológicas con elementos "muy novedosos". Desde 2002 ya se han descubierto 282 enterramientos en este yacimiento próximo a Padilla de Duero (Valladolid).
Necrópolis vacceo-romana de Las Ruedas en el yacimiento de Pintia. FOTO: PINTIAVACCEA.ES
El primero de los turnos de la XXVI campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Pintia situado entre las localidades vallisoletanas de Padilla de Duero y Peñafiel, ha descubierto en menos de 18 días cinco nuevas tumbas constituidas por una treintena de piezas arqueológicas en el cementerio vacceo-romano de Las Ruedas.

El director del Centro de Estudios Vacceos 'Federico Wattenberg', institución organizadora de las excavaciones arqueológicas, Carlos Sanz Mínguez, ha explicado que en los ajuares de las cinco nuevas tumbas se han descubierto "elementos novedosos" por lo que será necesario llevar a cabo un "trabajo muy exhaustivo" para lo que se requiere "mucho tiempo y esfuerzo" por lo que mantienen una baja intensidad de excavación para poder hacer frente a esta dimensión de trabajo. 

FALTA DE APOYOS
Sanz, que también es profesor titular de Prehistoria de la Universidad de Valladolid (UVA), ha resaltado la "falta de recursos suficientes" para dedicar el tiempo "necesario" a toda "la riqueza" que se descubre en las excavaciones. En esta línea, el director de las excavaciones ha señalado que el fin último de la iniciativa es la sostenibilidad para lo que existe una "falta" de apoyo por parte de la Administración autonómica, provincial o municipal, entes que no contribuyen "tanto como se desearía".
Alumnos que participan en la campaña de excavación en Pintia.

Desde 1979 se trabaja en la Zona Arqueológica de Pintia, primero a través del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad y desde 2001 por medio el Centro de Estudios Vacceos 'Federico Wattenberg'. A día de hoy, los trabajos de investigación están centrados en el cementerio vacceo-romano de Las Ruedas —situado a unos 300 metros al sur de Las Quintanas— en el que, desde su descubrimiento en los años 70, se han llevado a cabo sendas campañas de excavación que han permitido la elaboración del primer estudio sobre los rituales funerarios vacceos con seis siglos de antigüedad. 

500 AÑOS DE OCUPACIÓN
Este cementerio, de unas seis hectáreas de extensión, fue objeto de uso a lo largo de más de medio milenio, entre finales del siglo V antes de Cristo y el inicio del II después de Cristo, durante los cuales la incineración fue el ritual fúnebre mayoritariamente practicado, en el que el cadáver era ataviado con los elementos característicos de su condición social durante la cremación. 

Desde el año 2002, año en el que el proyecto de Pintia comenzó su investigación en esta zona, se ha descubierto hasta la tumba número 284 a la que se han sumado los cinco nuevos sepulcros encontrados desde el pasado 1 de junio. 

CURSOS INTERNACIONALES
Los responsables de estas novedades han sido los participantes del primero de los tres turnos, los cuales a su vez se corresponden con los XXX, XXXI y XXXIII Cursos Internacionales Teórico-Prácticos de Arqueología en los que, a lo largo de 150 horas, se combina el trabajo de campo directo con diversos seminarios y conferencias impartidos por profesores de la UVA. De esta forma, cada uno de los tres turnos cuentan con una capacidad de doce alumnos, de los cuales se han cubierto 30 plazas del total, entre los que se encuentran nacionalidades de toda índole, como Estados Unidos, Inglaterra, Australia o las provincias españolas de Asturias, Valencia o Valladolid. 

Con el objetivo de dar a conocer esta labor se ha puesto en marcha el sitio web de Pintia bajo la dirección www.pintiadata.infor.uva.es como proyecto digital integral del catálogo de la zona arqueológica con el fin de que sirva como herramienta de consulta para quienes "quieran acercarse" al patrimonio que alberga esta ciudad de los "confines orientales del territorio vacceo". Esta aplicación ya ha atravesado su primera fase con la implantación de todos los sistemas necesarios para poner en marcha la base de datos, por lo que en este momento se encuentra en proceso de cumplimentar la segunda de las fases en la que se persigue la explotación propiamente dicha de sus potencialidades. 
(Fuente: 20 Minutos)


4 de noviembre de 2024

Un puñal de Pintia para iluminar el tiempo de los celtas

El investigador Roberto Matesanz descifra la iconografía de un pomo vacceo hallado en Padilla de Duero, en 1986, descubriendo un calendario con el que releer otros objetos de la céltica europea
Dibujo e imagen de una parte del pomo hallado en PintiaCEVFW

Hay pasajes de la historia que tardan siglos en sacudirse el polvo del tiempo, y ni siquiera revelan sus secretos al ser recuperados para la memoria colectiva. Exhumados sus restos, depositados quizá en algún museo arqueológico, son contemplados cada día por cualquiera sin que nadie sea consciente de los arcanos que encierra. Eso podría decirse de uno de los hallazgos realizados en 1986 en la tumba número 32 de la necrópolis de Las Ruedas, en Padilla de Duero (Valladolid), en el conjunto arqueológico de Pintia. Allí se conservaba una urna cineraria junto a varios objetos que parecían pertenecer al ajuar de un guerrero vacceo: entre ellos, junto al broche de un tahalí, el pomo de un puñal de tipo Monte Bernorio del siglo III antes de Cristo, en plena Edad del Hierro.

A lo largo de estos años, diferentes especialistas interpretaron de forma variada las escenas, tanto la que incluye trece animales desfilando en el borde superior del pomo como la que adorna el reverso, simétrica en su composición, en la que se despliegan tres misteriosas figuras zoomórficas, cuatro animales identificados como suidos –jabalíes o verracos domésticos, como la docena que ocupa el canto– y sendas escenas de combate en los márgenes. Interpretaciones que dotaban a la pieza de una significación económica o productiva, o le asignaban una lectura que apelaba al coraje y la ferocidad propios de la sociedad vaccea. Hasta ahora.

Porque el investigador de la Universidad de Valladolid Roberto Matesanz Gascón ha conectado la rica y misteriosa ornamentación del reverso y el canto del pomo –los motivos geométricos se extienden por el anverso– con el calendario lunisolar celta de finales de la Edad de Hierro, que dividía el año en dos semestres, cuatro estaciones y doce meses –cada uno con dos quincenas separadas por el plenilunio– a los que había que sumar, de forma periódica, uno intercalar para sincronizar las fases –12 lunaciones suman 354 días, de ahí la necesidad de añadir días para sincronizar con el año solar–. Tanto días como meses y años se dividían, a su vez, en dos mitades, una nocturna u oscura y otra diurna o luminosa. Sus eras eran de 30 años.

Una organización del tiempo que se ha podido reconstruir, recuerda el experto, en base a antiguas referencias literarias como Julio César (Guerra de las Galias) y Plinio (Historia Natural), hallazgos como el calendario galorromano de Coligny (siglo II d.C.) y tardías tradiciones gaélicas que apuntan al 1 de noviembre como el inicio del calendario (Samain), comenzando la parte oscura del año, con festividades el 1 de febrero (Imbolc), 1 de mayo (Beltaine) y 1 de agosto (Lugnasad), las cuatro estaciones ya contempladas en los primeros siglos de nuestra era por los pueblos celtas de Irlanda.

«El pomo no solo es el documento iconográfico más importante que existe para comprender cómo concebían los pueblos célticos de toda Europa su ciclo anual durante la protohistoria, sino que, por eso mismo y porque es un objeto cuyo riquísimo programa figurativo se conserva prácticamente completo, es la piedra angular que nos permitirá analizar muchos otros objetos arqueológicos con una composición mucho más sencilla en su ornamentación. Sin las claves interpretativas que proporciona el equipo metálico de la tumba 32 jamás vislumbraríamos su posible significación calendárica», expone Matesanz Gascón, que traza conexiones con otros hallazgos como el llamado ‘Vaso de los Lobos’ de Rauda (Roa, Burgos) o el pectoral lusitano en forma de lúnula de Chao de Lamas.

El historiador, que ya ha defendido su trabajo en foros como la Real Academia de Bellas Artes de Valladolid, de la mano de académicos como Germán Delibes y Eloísa Wattenberg, así como en publicaciones como el Anuario del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg o la prestigiosa Paleohispánica –dependiente de la Institución Fernando El Católico, adscrita al CSIC–, asegura que la investigación iniciada hace ya más de dos años «apenas acaba de comenzar», habida cuenta de «toda la luz que la iconografía del pomo pintiano vierte sobre otros hallazgos arqueológicos o sobre textos antiguos».

Cuál pudo ser la motivación de quien hizo labrar el hierro naviforme: en una sociedad eminentemente ágrafa como era la vaccea, plasmar los ciclos temporales de una forma visual era un «mecanismo de conservación y transmisión de dicho conocimiento». Quien controlaba el tiempo en aquellas sociedades controlaba aspectos fundamentales como las actividades productivas, desde la siembra a la recolección; también las festividades o la vida pública, desde la duración de las sanciones al tiempo en el que un individuo podía ostentar un cargo. Si en la antigua Roma esa misión recaía en los sacerdotes del Collegium Pontificum, era la clase sacerdotal druídica la que se ocupaba de ello entre los celtas, explica el historiador.

«La necesidad de medir el tiempo es un anhelo universal», apunta el arqueólogo Carlos Sanz Mínguez, profesor de la Universidad de Valladolid y fundador y director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg. «La interpretación calendárica es una hipótesis muy coherente y plausible. Existían calendarios vinculados a las élites y esta pieza contiene un conjunto interpretativo completo, con todos los segmentos temporales incluidos, cuando en otros casos es mucho más fragmentario», matiza el que es desde 1985 máximo responsable de las excavaciones en Pintia.

¿Cómo interpretar la iconografía del pomo? 
Según Matesanz Gascón, los suidos, animales de hábitos nocturnos, funcionarían como marcadores de las distintas subdivisiones temporales. Una figura simbólica asociada a la luna, referencia «básica de cómputo en los calendarios lunares y lunisolares».

Al fijar la mirada a uno y otro lado del reverso del pomo se aprecian sendos círculos reticulados junto a dos grandes jabalíes que representarían cada semestre del año: las figuras del lado derecho tienen un contorno doble y las del lado izquierdo, un contorno simple. «Las primeras denotan la parte inicial del año y las segundas, su parte final. Esta dicotomía que opone un mismo motivo trazado con un contorno simple o doble, asociada a conjuntos duodecimales en composiciones iconográficas más sencillas, también aparece sobre objetos prehistóricos de Europa central y de las islas británicas», subraya el historiador vallisoletano. Los combates, apunta, podrían representar tanto duelos celebrados en distintas festividades del calendario como episodios mitológicos en los que se enfrentasen las fuerzas de la luz y de la oscuridad.

En la embocadura del pomo, encarnando las estaciones celtas, otros cuatro suidos desfilan de derecha a izquierda, haciéndose sus cuerpos más abultados a medida que avanza la escena. Una evolución que invita a pensar en que es en el lado diestro donde está representado el comienzo del año.

Y en el canto, a cada lado de la escotadura central, avanzan ordenadas seis bestias, rematando la composición en el extremo izquierdo un decimotercer animal que Matesanz Gascón identifica como un mustélido que encara al resto de suidos, y que él interpreta como el citado mes intercalar. Asimismo, en la parte diestra, la que representa el lado oscuro del año, una figura muy diferente a la del resto de jabalíes o verracos ocupa el cuarto lugar, el correspondiente a la segunda estación del año céltico (Imbolc). Parece un tejón, señala el investigador, que recuerda la costumbre en regiones de Europa central ocupadas en la antigüedad por pueblos celtas de celebrar el 2 de febrero el Día del Tejón como despedida del invierno.

El investigador ilumina las sombras y establece conexiones para armar un relato en el que afloran nombres como el de Estrabón, que en su Geografía aludía a un ‘dios innominado’ celtíbero que era venerado de noche en los plenilunios. «En el ámbito celta, las dos quincenas del mes, que comenzaría con la luna nueva, parecen haber estado separadas por el plenilunio», advierte el estudioso, que dirige la atención al reverso del pomo, a su centro, a los dos conjuntos de 15 molduras que flanquean una figura zoomórfica. «Es la divinidad mencionada por el geógrafo e historiador griego, un icono que desde un punto de vista arqueológico aparece documentado entre esos pueblos peninsulares que él llamaba ‘los celtíberos y sus vecinos del norte’, entre turmogos, cántabros, astures o vacceos», asevera Matesanz Gascón.

Hoy, el «soberbio» pomo descansa como un tesoro más en una vitrina del Museo de Valladolid, sin reclamar gran atención para sí. «Es la mejor pieza de la época prerromana», sentencia un Sanz Mínguez preocupado por el posible deterioro de la reliquia pintiana: desde la restauración que hiciera Cristina Escudero a finales de los ochenta, el óxido ha hecho saltar del hierro la pequeña figura de un pájaro. «Sería conveniente exhibir una réplica y conservar el original en una atmósfera neutra, sin oxígeno, para evitar la corrosión», sugiere el director del Centro de Estudios Vacceos.

‘Un producto conservador del espíritu humano’
En la cabeza de Matesanz Gascón resuenan las palabras del arqueólogo Paul-Marie Duval (1912-1997), a quien cita para explicar el horizonte que se abre al descifrar la iconografía del pomo pintiano, por las conexiones que permite con otros tesoros del pasado: ‘Entre los productos del espíritu humano, no hay nada más conservador que el calendario’. Conexiones cercanas, como con el ‘Vaso de los Lobos’ de Rauda –a unos 20 kilómetros en línea recta de Padilla–, o más lejanas, con broches de tipo Miraveche, monedas britanas o estandartes galos cuya iconografía incluye la presencia de jabalíes o de series duodecimales.

7 de octubre de 2018

Premios Vaccea 2018

El pasado 5 de octubre tuvo lugar la entrega de los premios VACCEA 2018, que de forma bienal otorga el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg de la Universidad de Valladolid y en los que el Jurado, por unanimidad, honró a este blog concediendo el Premio de Comunicación a su administrador. 

El acto tuvo lugar en el Aula Lope de Rueda de la Facultad de Fiolosofía y Letras de la Universidad de Valladolid y estuvo precedida de una jornada técnica sobre "Decoración en Excisión", en la que participaron los profesores Javier Abarquero Moras, Carlos Sanz Mínguez, Juan Francisco Blanco García, Fernando Romero Carnicero, Roberto de Pablo Martínez, Consolación González Casarrubios, Eugenio Cid Cebrián y José Ramón Cid Cebrián.


Entrega del Premio Vaccea 2018 en la categoría de Investigación y Divulgación Científicas a D. Martín Almagro Gorbea, por su decisiva contribución al conocimiento y difusión de las culturas célticas de la península Ibérica en Europa, así como por el ingente esfuerzo editorial desde su puesto de anticuario perpetuo de la Real Academia de la Historia. Entrega el premio D. Antonio Largo Cabrerizo, Rector Magfco. de la Universidad de Valladolid.


Entrega del Premio Vaccea 2018 en la categoría de Protección y Conservación del Patrimonio a D. Francisco Burillo Mozota, por su intensa labor en la protección del patrimonio arqueológico de la serranía Celtibérica y por su permanente compromiso intelectual en el reconocimiento de la identidad interregional de la serranía Celtibérica, en el marco de la Europa de las Regiones. Entrega el Premio Dª. Pilar Garcés, Directora General de Universidades de la Junta de Castilla y León.


Entrega del Premio Vaccea 2018 en la categoría de Comunicación a D. Enrique Garcés Hecht por su aplicación rigurosa de criterio periodístico con información de la actualidad arqueológica en el entorno digital, gracias a la publicación periódica en su Bitácora de la actividad generada por los yacimientos españoles desde 2010. Entrega el premio D. Javier Castán Lanaspa, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid 


Con estos premios que en 2018 cumplieron su sexta edición, el Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg quiere destacar la labor de personas, colectivos o entidades e instituciones en la salvaguarda, promoción y conocimiento del Patrimonio Arqueológico

16 de enero de 2024

Un agricultor destruye parte del yacimiento vacceo de Pintia (Valladolid)

El informe preliminar elaborado por los arqueólogos apunta que la zanja de riego ejecutada por el agricultor se extiende a lo largo de 230 de los 260 metros de longitud que median entre el arroyo de La Vega o Pajares (donde se encuentra un hidrante) y el camino de Las Quintanas. Tiene un metro cuarenta de profundidad y medio metro de anchura, y rompe la muralla de la barriada suroccidental de la ciudad de Pintia
La Junta de Castilla y León se personará contra él por causar «muchísimo daño» y destruir «en una mañana el trabajo realizado por los arqueólogos en los últimos doce años», subraya el consejero de Cultura, Gonzalo Santonja
Zanja para riego que ha afectado de forma irreversible a parte del yacimiento de Pintia en Padilla de Duero (ICAL).

Mal comienzo de año para el patrimonio cultural de Valladolid. Un agricultor ha destrozado 200 metros lineales del yacimiento arqueológico de Pintia en Padilla de Duero, al lado de Peñafiel. Son los restos de una ciudad vaccea, y por tanto milenaria, que a partir de ahora podrá contar con menos detalle el pasado de los hombres a orillas del Duero. El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg de la Universidad de Valladolid, coordinadora de las excavaciones y estudios realizados en el lugar, denunció el acto vandálico el pasado sábado, con un comunicado en su página web: «Abrimos el año de la peor forma posible, con un nuevo atentado contra la Zona Arqueológica Pintia (ZAP), recordemos, Bien de Interés Cultural desde 1993», apuntó el centro. «En esta ocasión, se trata de una zanja (otra más, cuánto picador desaprensivo suelto), realizada los pasados días 11 y 12, que ha venido a partir en dos el poblado de Las Quintanas».

La destrucción en el yacimiento «ha sido realizada a conciencia: 1,40 metros de profundidad x 0,5 metros de ancho x 230 metros lineales», detalló la entidad, dedicada al estudio de la civilización vaccea y con sede en Padilla de Duero. Los responsables del yacimiento avisaron al agricultor, explican en su comunicado, de que las rejas del arado «no pueden bajar en la ZAP más allá de 30 centímetros para no afectar a los niveles arqueológicos», a lo que el agricultor respondió que no lo sabía.

«El estrago se traduce en unos 1.200 metros cúbicos de terreno afectados, donde el patrimonio arqueológico ya ha sido alterado y carece por tanto de un contexto específico que permita su correcta interpretación», señalan desde la Universidad. El volumen de información destruida «supera en un tercio al volumen de excavaciones con metodología arqueológica (900 metros cúbicos) realizado a lo largo de doce años de investigaciones en Las Quintanas, en la zanja de excavación situada a tan sólo 120 metros del expolio realizado».

A la vista de los destrozos el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, y el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Prieto, visitaron en la mañana de este lunes el yacimiento, para conocer su estado después de que el agricultor ejecutara con dos máquinas y «sin ningún tipo de permisos», apuntó Santonja, la zanja, que iba a destinarse a riego, a lo largo de 230 metros de una tierra de cultivo situada en pleno yacimiento, provocando daños irreparables.

Agentes del Seprona paralizaron las obras tras la denuncia realizada por el director del yacimiento y del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, Carlos Sanz, y este lunes Santonja confirmó que la Junta se personará en la causa contra el responsable de esta «fechoría» que ha causado «muchísimo daño», destruyendo «en una mañana el trabajo realizado por los arqueólogos en los últimos doce años». apuntó en declaraciones que recogió Ical. «Hay que respetar las leyes y, si alguien las infringe, el estado de derecho tiene mecanismos para defenderse. En este caso ha intervenido el Seprona, la denuncia está cursada y nosotros vamos a hacer un informe exhaustivo y vamos a reclamar los daños que se hayan producido», explicó.

«Hay muy pocos yacimientos de esta entidad en todo el país, que abarquen desde la Edad del Bronce hasta los visigodos, que atesoren una ciudad vaccea, una ciudad-estado con su propia necrópolis y un barrio alfarero, como la ciudad de Pintia. Es un yacimiento importantísimo que está siendo muy bien estudiado en la Universidad de Valladolid», señaló Santonja. El consejero denunció que «no se puede entender» que un yacimiento como Pintia, que cuenta con la declaración como Bien de Interés Cultural desde 1993, hace más de treinta años, sufra un ataque así. «Estamos esperando los informes, pero la imagen es absolutamente desoladora», censuró antes de denunciar que «esto no es admisible». Según defendió, «la arqueología y yacimientos arqueológicos que son BIC son como las iglesias, como las catedrales, tienen exactamente la misma entidad. Son absolutamente sagrados, hay que respetarlos y es inadmisible que se atente contra ellos».

El informe preliminar elaborado por los arqueólogos apunta que la zanja ejecutada se extiende a lo largo de 230 de los 260 metros de longitud que median entre el arroyo de La Vega o Pajares (donde se encuentra un hidrante) y el camino de Las Quintanas. Tiene un metro cuarenta de profundidad y medio metro de anchura, y rompe la muralla de la barriada suroccidental de la ciudad de Pintia.

Se trata, apuntan, de una de las zonas más densamente pobladas, que pudo haber sido el punto de origen de la ciudad, por su trazado de orientación diferente, donde se acumulan más de cuatro metros de estratigrafía y una secuencia de 1.200 años de historia. La destrucción afecta a una superficie de 322 metros cuadrados y 1.610 metros cúbicos, y el volumen de información arrasada supera en un tercio al volumen de excavaciones realizadas con metodología arqueológica (900 metros cúbicos) a lo largo de 12 años de investigaciones en Las Quintanas, en la zanja de excavaciones situada a tan solo 120 metros del expolio realizado.

Gran tristeza y un mensaje claro
Por su parte, Carlos Sanz aseguró que «la riqueza del yacimiento es apabullante» y que en estos momentos se encuentran catalogando alrededor de 30.000 piezas. «Son muchos años de trabajo minucioso, intentando recuperar el contexto de las cosas, porque ese es el que nos sirve para reconstruir la historia. Los objetos en sí mismos tienen un valor relativo, pero lo importante es cómo se articulan», afirmó en alusión a «la esencia de la acción arqueológica».

A su juicio, «se ha destruido una parte sustancial del yacimiento, que puede parecer muy pequeña porque el yacimiento es muy grande». «Que en apenas dos días se pueda haber eliminado una información tan preciosa, en un yacimiento tan excepcional, solo deja una sensación de gran tristeza», valoró. Al mismo tiempo, Sanz aplaudió la «determinación» y la rápida reacción del consejero de Cultura, algo que «no se había producido en otros casos en legislaturas anteriores» y defendió que es fundamental transmitir la idea de que «el patrimonio hay que respetarlo en su integridad». «Frente a una tropelía como esta una acción inmediata es la forma más clara de mostrar a quien no quiere entenderlo después de 30 años de declaración de BIC que esto es un lugar estratégico», explicó.

«Poner puertas al campo y controlar los 23.000 yacimientos que hay catalogados en Castilla y León es muy difícil, pero hay que cuidar especialmente los que son realmente estratégicos y cuentan con la declaración BIC. Hay que lanzar un mensaje claro de que los bienes patrimoniales deben respetarse en su integridad», concluyó. Sobre los mecanismos de protección frente a otro tipo de expolios, Santonja recalcó que «no se puede entrar en un yacimiento con detectores de metales, ni se pueden hacer agujeros en esos terrenos de la misma manera que no se pueden robar carteras ni saltar semáforos. Es absolutamente ilegal. Es un delito y la ley hay que cumplirla. Si cualquier persona pasea por un yacimiento y ve a otro haciendo una zanja tiene la obligación de denunciarlo. El patrimonio es de todos, y quien tolera esto se está causando un año a sí mismo, a sus padres, a sus hijos y a sus nietos», remachó.

22 de septiembre de 2012

Las excavaciones de Pintia sacan a la luz once tumbas vacceas y su ajuar funerario

Los enterramientos, del siglo I antes de Cristo, se suman a los 260 hallados desde 1985 en la necrópolis vaccea de Las Ruedas, donde se estima hay más de noventa mil Verano tras verano las tierras de Pintia siguen aportando vestigios de la cultura vaccea que desde el siglo IV antes de Cristo ocupó este paraje de Padilla de Duero (Valladolid), el mismo donde en centurias posteriores siguieron imprimiendo su huella pobladores romanos y visigodos hasta el siglo VIII.
Estelas de sepulturas junto al antiguo cauce del Arrollo de la Vega.
Foto: El Norte de Castilla

Las excavaciones arqueológicas del yacimiento pintiano empezaron en junio y se han cerrado con el descubrimiento de once enterramientos del siglo I antes de Cristo y un centenar de objetos hallados en el entorno de la necrópolis de Las Ruedas.

Este recinto histórico declarado Bien de Interés Cultural recibe cada período estival la visita de medio centenar de estudiantes llegados desde diversos países para excavar y conocer la cultura vaccea del siglo IV antes de Cristo. En esta campaña, el yacimiento ubicado en Padilla de Duero ha surtido de abundante material que actualmente está siendo catalogado e investigado por expertos.

Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg de la Universidad de Valladolid, se muestra satisfecho de los resultados de las extracciones en esta 22 campaña, una cita que ha venido repitiéndose desde 1985 a 1987 y desde el año 2000 hasta el actual con el descubrimiento global de 260 tumbas en la necrópolis de Las Ruedas. «Se ha intervenido en seis sectores de excavación que ocupan unos 96 metros cuadrados; el estado de conservación de las tumbas puede calificarse de bueno en la mayoría de los casos y solo dos de ellas mostraban signos de alteración importantes».

En las tumbas encontradas se ha hallado una doble y otra triple, «tipología de enterramiento este último hasta ahora inédito en su configuración característica con la particular distribución de medio centenar de objetos formando una especie de frontón, con dos conjuntos más profundos y algo separados entre sí y uno superior dispuesto entre ambos a mayor altura», explica Sanz Mínguez.

Entre los objetos desenterrados han salido a la luz un centenar de vasijas, una veintena de canicas, alguna fusayola (contrapeso de huso de hilar) que identificaría tumbas femeninas, además de hierros diversos identificados como parrillas, pinzas para el fuego o cuchillos que simbolizan el banquete funerario, «elementos todos ellos que incrementan el ya notorio registro de Las Ruedas y que hace de ese cementerio uno de los más importantes en su género de toda la Península Ibérica».

Más datos sobre el pasado
Otra de las sorpresas que ha deparado esta campaña de excavaciones es el paleocauce del arroyo de La Vega, el curso fluvial por el que discurría hace dos mil años este arroyo, que en este tiempo ha modificado de forma natural su trayectoria en más de cuarenta metros y ha condicionado el movimiento de tierras. También se ha podido documentar cómo la margen izquierda del arroyo, en su zona de inundación y de transición al cauce, «se utilizó en el siglo I antes de Cristo como lugar de enterramiento ocasional, a juzgar por la escasa densidad de tumbas halladas en este espacio con respecto al superior y más occidental, constituido por gravas y arenas».

La labor de los arqueólogos no concluye con la captación de nuevos datos y va más allá del traslado de los materiales para ser estudiados, pues se está acondicionando el terreno excavado con el relleno de las catas abiertas. También se ha vaciado el antiguo cauce del arroyo en una anchura de unos cuatro metros y se han plantado carrizos para marcar su trazado milenario, «convirtiéndose en un punto de vista en el recorrido existente en el cementerio de Las Ruedas». Sanz Mínguez explica que esta actuación es una más de las que se siguen emprendiendo en el yacimiento de Padilla de Duero con el propósito de «incrementar su conocimiento y otorgar valores añadidos para el disfrute colectivo de esta herencia patrimonial recibida desde el pasado».

21 de agosto de 2014

Los arqueólogos intervienen en la recién aparecida muralla vaccea de Coca (Segovia)

La Comisión Territorial de Patrimonio ha autorizado la realización de una intervención arqueológica de carácter preventivo en los restos de la muralla vaccea que han aparecido recientemente en un campo de fútbol de la villa segoviana de Coca. La intervención en la muralla, que ha permanecido oculta e ignorada durante siglos hasta su descubrimiento hace escasos días, la realizarán los arqueólogos que actualmente trabajan en el yacimiento de Pintia.
De la potente muralla de Coca (Cauca) da cuenta el historiador romano Appiano utilizando noticias de Polibio. Esta muralla ha permanecido oculta e ignorada durante siglos, hasta su descubrimiento hace escasos días.
Foto: FRANCISCO BLANCO
La Comisión ha autorizado la actuación propuesta, dada la importancia arqueológica del hallazgo que hace imprescindible llevar a cabo de forma inmediata la documentación arqueológica de los restos, con un análisis estructural, estratigráfico y cronológico y la propuesta de medidas correctoras para garantizar su conservación.

LIENZO DE 20 METROS

Las obras para reparar los daños causados por un temporal durante el pasado invierno han dejado al descubierto un lienzo murario de 20 metros de longitud con dos metros de altura en alguna zona, formado por un basamento de lajas de pizarras y cuarcitas sobre el que apoyan las hiladas de adobes.

La dirección técnica de la actuación corre a cargo del investigador Juan Francisco Blanco, con el apoyo técnico del Centro de Estudios Vacceos ‘Federico Wattenberg’ de la Universidad de Valladolid y de su responsable, el arqueólogo Carlos Sanz, que el martes desplazó a un equipo de arqueólogos para llevar a cabo la intervención. Hay que destacar el hecho de que todos los arqueólogos implicados en la actuación trabajarán de forma voluntaria y sin contraprestación.

El Ayuntamiento de Coca se ha hecho cargo de la seguridad de los restos, y aporta también los medios auxiliares y humanos necesarios en el curso de los trabajos.

TRABAJOS A LLEVAR A CABO
En el curso de esta intervención, se van a desarrollar solo los trabajos básicos para la caracterización del hallazgo y la definición de las medidas de protección que sean precisas. Por tanto, se realizará la limpieza y perfilado de la superficie aparente de la muralla, el estudio del sistema constructivo y sus posibles relaciones con material arqueológico que permita su correcta localización cronológica y la toma de muestras para análisis posteriores (antracología, etc.). También se va a buscar la cara exterior de la muralla en el sector sur oeste y, por último, se realizará una propuesta de medidas de protección y mantenimiento en una zona visitable o, al menos, practicable.


El estudio del núcleo de la muralla, su cara interior y el encuentro con la zona de ocupación de la ciudad, con ser actuaciones cuya importancia está fuera de toda duda, no corren sin embargo ningún riesgo, por lo que pueden mantenerse como zona de reserva arqueológica. Su estudio e investigación histórica deberán ser objeto de un proyecto de investigación específico.

EL HALLAZGO DE LOS RESTOS DE LA MURALLA
Los restos de la muralla vaccea han aparecido al desmontarse parte de un talud de tierra en el curso de unas obras autorizadas por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural en Coca. La primera identificación de la muralla y el aviso de su importancia se deben al arqueólogo Francisco Blanco, natural de Coca e investigador de reconocido prestigio, especialista en el mundo vacceo.

El Ayuntamiento de Coca puso el hallazgo en conocimiento del Servicio Territorial de Cultura de forma inmediata, y simultáneamente paralizó las obras en curso, el viernes 8 de agosto. La visita técnica y de valoración del hallazgo se hizo el lunes 11 de agosto, para iniciar en ese momento las actuaciones para la documentación y conservación de los restos.

UNA POTENTE MURALLA
Como las restantes ciudades de la Celtiberia, Coca contaba para su defensa con una potente muralla, de la que da cuenta el historiador romano Appiano utilizando noticias de Polibio. Esta muralla ha permanecido oculta e ignorada durante siglos, hasta su descubrimiento hace escasos días.

Hay muy pocos datos sobre obras defensivas de las ciudades vacceas, en la zona sedimentaria de la Cuenca del Duero, por eso, el hallazgo de la muralla de Coca adquiere una mayor relevancia.

A la vista de los restos aparecidos, cabe suponer en Coca un sistema parecido al del yacimiento de Pintia (Padilla de Duero, Valladolid) en el que se descubrió por primera vez el complejo sistema defensivo de una ciudad vaccea, con una muralla de considerable envergadura (casi siete metros de anchura), protegida hasta por tres fosos consecutivos reforzados con resaltes y estacadas.

(Fuente: Junta de Castilla y León)

9 de septiembre de 2022

Los siete renaceres del Ave Fénix en Pintia

La última campaña en la ciudad vaccea permitirá afinar la datación de las consecutivas ocupaciones del yacimiento de Padilla de Duero
Recipientes hallados en las casas de Las Quintanas. Foto: Universidad de Valladolid.

Ave Fénix o gato. El hábitat urbano de Pintia, Las Quintanas, al que se bautizó con el nombre del pago que ocupa en Padilla de Duero, es un híbrido entre el ave mitológica y de la no menos mitológica longevidad del felino. Hasta siete veces renació de sus cenizas.

«Ave Fénix o gato», le gusta denominar a Carlos Sanz, con ironía, al yacimiento. El director de las excavaciones de Pintia y del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, la denomina así porque la ciudad vaccea «se va reconstruyendo una y otra vez, hasta siete veces». Hacia atrás en el tiempo, «aquí teníamos una necrópolis visigoda; antes había hasta cuatro niveles romanos y luego ya empezaban los siete niveles vacceos. Niveles de destrucción por incendios y colmatación sucesiva sobre los escombros».

Ave Fénix cuyos vestigios bien definidos por cenicientos estratos están siendo de mucha utilidad para identificar algunos de los ocasos y renaceres de la ciudad de Pintia. Ahora se va a afinar más la datación de cada uno de ellos por medio del paleomagnetismo. De realizar estas mediciones, cuyos resultados pueden estar listos este otoño, se encargarán expertos del área de Geológicas de la Complutense.

Paleomagnetismo
El paleomagnetismo es una disciplina basada «en el principio de la variación del norte magnético terrestre en el tiempo, variaciones reflejadas en la orientación de los segmentos férricos en arcillas rubefactadas (pigmentadas de rojo)». Asimismo, la zona excavada conserva «estructuras termoalteradas» por los sucesivos incendios. «Aquí tenemos algo muy bueno. Aparte de los hogares de las casas, tenemos el incendio de toda la vivienda, con lo cual se mantiene la orientación de los suelos. Esas arcillas mantienen la orientación del polo magnético terrestre».

Este año la campaña se ha centrado en Las Quintanas, recuperando la actividad en este espacio después de 15 años centrados en la necrópolis de Las Ruedas. El objetivo es claro: a través del paleomagnetismo se trata de «datar y anclar la cronología del yacimiento» afinando la precisión cronológica en no más de 20 o 25 años. «Hace unos años teníamos márgenes de 150 años». Ahora, mejorados los parámetros que utiliza el paleomagnetismo «podemos datar, algunas zonas, de generación en generación, o sea, cada 20 años». Esto supone concretar mucha información del día a día de Pintia. Tecnología, arquitectura y materiales, fabricación y uso de útiles y de objetos y otras tantas cuestiones relacionadas con la evolución del pueblo vacceo en este enclave.

Entre el 2000 y el 2007 se excavó «una trinchera con la que conseguimos la primera secuencia completa que obtuvimos del asentamiento de Las Quintanas. Era un proyecto que pretendía dejar de forma escalonada los 1.200 años de historia que estuvieron aquí. Tenemos una secuencia espectacular», destaca Sanz.

Aquellos primeros trabajos en Las Quintanas destaparon un pozo artesiano de época romana. «Un pozo de agua fallido –utilizado como basurero por los romanos– que es como una ventana abierta a toda la estratigrafía». Es decir, en sus paredes el tiempo se muestra retratado en sucesiva capas de terreno bien definidas que ahora tratarán de poner fecha de forma precisa.

¿Qué puede aportar la medición paleomagnética de ese terreno delimitado en estratos?: «Sabemos que hay siete niveles de incendio y se ha reconstruido la ciudad siete veces, pero no sabemos qué distancia hay de un incendio a otro, no sabemos si ha pasado una generación, cinco años, un año... Conocer esto va a ser muy importante. Pero no nos podemos quedar solo en datar los niveles, necesitamos tener lugares asociados. Es decir, que también hay que excavar. En un futuro lo que esto significa es una vuelta a recabar información de cada uno de los niveles, pero con un poco de fortuna, sabiendo en qué cronología estamos».

Este año, de los siete niveles, se datarán dos, aquellos que comprende las guerras sertorianas (75 años a.C.) y el previo (151 años a.C.), que es el que hemos excavado. Para alcanzar «los niveles fundacionales, si seguimos a este ritmo, igual el año que viene es posible que podamos también datarlos». El 151 antes de Cristo «es una fecha crítica. Solamente saber que tenemos 75 años de distancia entre Sertorio y otro militar romano que es Lúculo, el que asola Intercatia y Pallantia, sería extraordinario, porque podríamos determinar qué pasó en Pintia», explica Sanz.

Datos de las cubiertas
En cuanto a los objetos hallados, estos no son diferentes a las tumbas en la necrópolis de Las Ruedas, pero en esta ocasión enmarcados en un ámbito doméstico. «Nos hemos encontrado algunas copas, algún recipiente de almacenaje grande encastrado en el suelo», y algo que va a ser de gran utilidad a la hora de interpretar las viviendas. «Hemos visto unos hoyos de poste descomunales que sustentan construcciones sólidas, e incluso hemos dado con algunos revoques de fachada que resultan un poco extraños por su espesor, y, que ahora –por el tamaño de los citados postes de sujeción–, ponerlos en horizontal tiene más sentido».

Volviendo a los objetos hallados, «el plus del poblado frente a todo lo que veníamos haciendo estos años de atrás, que es el mundo simbólico de la muerte con las excavaciones en la necrópolis de Las Ruedas y su representación, pues aquí lo que tenemos es el mundo cotidiano, el día a día sin el filtro ideológico tan marcado del mundo de la necrópolis. Este es el mundo real, por eso tiene ese atractivo. Y eso que no ha salido mucho material esta vez».

Pero el objetivo central, recuperar esta zona de Pintia, el poblado, escalonar la excavación para observar su evolución de un golpe de vista, y, sobre todo, dejarla preparada para la medición paleomagnética, se ha cumplido, por lo que Pintia irá resurgiendo de sus cenizas cual Ave Fénix.

8 de octubre de 2024

El yacimiento vacceo de Bamba, amenazado por unas obras de la Junta de Castilla y León

El Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg denuncia los daños causados al oppidum vacceo de El Viso de Bamba, en Zamora por las obras de instalación de depósitos de agua, unas obras que fueron autorizadas por la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
El punto amarillo en la imagen señala el punto de destrucción.

Según denuncia la institución a través de sus redes sociales, el proyecto de instalación de grandes depósitos de agua para abastecer a varios municipios del alfoz de Zamora está afectando gravemente a la integridad de este bien y parece obviar que en el imponente cerro testigo de El Viso se implantó una ciudad vaccea de la Edad del Hierro, que algunos identifican con la Arbucola de las fuentes clásicas, destruida por el cartaginés Aníbal en el 220 a.C.

La comunidad de Castilla y León cuenta con una nómina de en torno a 28 000 yacimientos arqueológicos, pero de ellos solamente 138 están distinguidos como Bienes de Interés Cultural (BIC), en su figura de Zona Arqueológica, bienes estratégicos de especial relevancia. De esos 138, solamente 6 son ciudades vacceas: 4 en la provincia de Valladolid (Pintia, Tiedra, El Soto de Medinilla y Valoria la Buena), 1 en la de Palencia (Palenzuela) y 1 más en la de Zamora (El Viso, Bamba).

"No puede ser de ninguna manera que el único asentamiento vacceo de la provincia de Zamora, catalogado como estratégico y protegido desde 1980 (fecha de incoación del expediente, resuelto en 2013), se vea sometido a esta destrucción sistemática. Primero fue una. antena o repetidor de señal de TV/radio, ahora un depósito de agua. ¿En el futuro un parque eólico o de placas solares?"

"Respetemos la Historia y nuestro pasado. Es incomprensible la destrucción realizada. Confiamos en que no se siga adelante y en que se depuren responsabilidades en relación a los daños ocasionados", concluye el comunicado de la entidad adscrita a la Universidad de Valladolid.

13 de abril de 2023

Fundación Palarq anuncia los candidatos al III Premio Nacional de Arqueología y Paleontología


La tercera edición del Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq contará con 18 proyectos aspirantes en su tercera edición. La entidad analizará ahora las candidaturas recibidas para determinar cuáles serán los 6 finalistas que entrarán en la carrera de esta edición del Premio.

Todos los proyectos aspirantes están liderados por equipos de investigación pertenecientes a instituciones públicas españolas y, en todos los casos, se trata de investigaciones en curso, ya sea en territorio nacional o en el extranjero.

El 15 de junio, un jurado internacional de reconocido prestigio en el ámbito científico y cultural, elegirá el proyecto ganador que se hará público durante la gala de entrega del Premio. La gala se desarrollará en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), entorno que tradicionalmente ha albergado el evento.

El certamen, con carácter bienal, es el primer premio de estas características concedido por una fundación privada dedicado a estas disciplinas y está dotado con 80.000 euros.

Proyectos aspirantes

‘Origen y evolución cultural del Homo erectus en África Oriental’. Dirigido por Ignacio de la Torre desde el Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el proyecto aborda la cuestión de cuándo y cómo el Homo erectus y el Achelense emergieron en la historia de la evolución humana.

‘Proyecto arqueológico subacuático Mar del Ebro. Prospección y documentación arqueológica subacuática de los pecios de la Primera y la Segunda Guerra Mundial en el Mar del Ebro’. Bajo los auspicios de la Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (SONARS), con los investigadores Manuel J. Fumás Soldevila, Josep María Castellví y Pere Izquierdo Tugas, es uno de los proyectos de arqueología subacuática más importante de época contemporánea.

‘Excavaciones e investigaciones en el templo del faraón Tutmosis III en Luxor’. Miriam Seco, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, investiga este mítico yacimiento. Este templo, antaño sagrado, de la antigua Tebas es considerado como uno de los grandes monumentos del Egipto faraónico.

‘Hacia el comportamiento humano moderno. Estrategias socioeconómicas y culturales de los últimos neandertales de la Meseta Norte (Cueva Prado de Vargas. Cornejo, Burgos)’. El equipo formado por Marta Navazo Ruiz, de la Universidad de Burgos; Rodrigo Alonso Alcalde, del Museo de la Evolución Humana (MEH) y la Universidad de Burgos; y Alfonso Benito Calvo, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), analiza y estudia la dinámica socioeconómica del yacimiento, con el fin de aportar nuevos datos sobre las causas que motivaron los cambios previos a la desaparición neandertal.

‘Proyecto Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce’. Desde Murcia, el equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona formado por  Vicente Llull, Rafael Micó, Critina Rihuete Herrada, Eva Celdrán Beltrán, Camila Oliart Caravatti y Miguel F. G. Valério, avanza en la investigación de la sociedad de El Argar.

‘Explorando la Tecnología de la Madera de los Neandertales del Abric Romaní (Capellades, Barcelona)’. El equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social integrado por +Palmira Saladié, +Josep Vallverdú y María Gema Chacón, trabaja en uno de los yacimientos más importantes del Paleolítico medio. La excepcional conservación de la madera dará nuevas interpretaciones al estudio de los Neandertales.

‘La Draga en el contexto de las primeras comunidades neolíticas peninsulares’. La Universidad Autònoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Institució Milà i Fontanals (IMF) son las instituciones que auspician este proyecto liderado por Antoni Palomo Pérez (UAB), Raquel Piqué Huerta (UAB) y Xavier Terradas Batlle (CSIC-IMF). La Draga es el único yacimiento neolítico lacustre de la Península Ibérica.

‘Evolución de los rituales, creencias y prácticas religioso-funerarias en Oxirrinco. Desde la dinastía XXVI hasta la etapa cristiano-bizantina’. Este proyecto cuenta con un equipo liderado por Ignasi-Xavier Adiego Lajara de la Universitat de Barcelona-Instituto de Próximo Oriente Antiguo (IPOA); Esther Pons Mellado, del Museo Arqueológico Nacional (MAN), y Maite Mascort Roca. Situado a 190 km al sur de El Cairo, Oxirrinco es uno de los cinco yacimientos arqueológicos más grandes del país con una cronología que abarca desde la época Saita (664 a.C.) hasta el periodo Cristiano-Bizantino (siglo VII d.C.), momento en que se produce la invasión musulmana en Egipto, incluyendo por supuesto, la etapa Persa y Ptolemaico-Romana.

‘Arqueología en la ciudad y territorio de Tusculum (Italia). Desde la época arcaica hasta hoy’. El proyecto está dirigido actualmente por el director de la EEHAR-CSIC, Antonio Pizzo. Desde hace casi 30 años, la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC) dirige un proyecto de investigación arqueológica en la ciudad de Tusculum. Se trata de un proyecto arqueológico institucional y actualmente es el más longevo de una institución extranjera en Italia. El proyecto Tusculum ha permitido mejorar el conocimiento de la evolución de esta ciudad desde su fundación hasta la época medieval.

‘Lago Tagua Tagua: vida y muerte de los cazadores recolectores de la Edad del Hielo en América del Sur’. Los doctores Carlos Torneo (IPHES-CERCA), Rafael Labarca y Erwin González de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dirigen este proyecto que ha permitido obtener documentación inédita de las prácticas funerarias de los primeros grupos de cazadores-recolectores del continente americano.

‘Proyecto Pintia: creación de bases infraestructurales y museográficas para la investigación, conservación y difusión del conocimiento del oppidum vacceo-romano de Pintia.’
El proyecto cuenta con el liderazgo de Carlos Mínguez, profesor titular de la Universidad de Valladolid y director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg (CEVFW). Pone en relieve el valor de la cultura vaccea, pueblo prerromano asentado en el sector central de la cuenca del Duero, en la península ibérica.

‘Autigasta y Huayacama. Arqueología de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca, Argentina (Siglos XVI-XVII)’. El Departament de Ciències de l’Antiguitat i l’Edat Mitjana de la Facultat de Filosofía i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desarrolla, bajo el liderazgo del investigador Félix Retamero, la investigación de este yacimiento ubicado en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina. El proyecto está centrado actualmente en el asentamiento de una comunidad de esclavos establecida a principios del siglo XVIII.

‘Proyecto Medjehu. Investigando la artesanía de la madera a lo largo del Nilo’. Gersande Eschenbrenner Diemer, del Departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares dirige este estudio de los procesos de producción, comercialización e ideologización de la madera durante un largo periodo de tiempo, tomando como foco Egipto.

‘Gigantes de la Prehistoria. Megalitismo y Complejidad Social Temprana en Antequera y Valencina’. El catedrático de Prehistoria del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla Leonardo García Sanjuán dirige este proyecto centrado en estudiar el tholos de Montelirio y el dolmen de Menga, máximos exponentes del megalitismo en la Península Ibérica y el papel social de estos monumentos a lo largo del tiempo.

‘Proyecto C2 del Royal Cache Wadi: ¿Por qué las enterraron allí?’ El equipo de investigadores de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid formado por José Ramón Pérez-Accino Picatoste, María del Carmen Pérez Die, Francisco Moreno Arrastio y Bill Manley trabaja en el que se considera el mayor yacimiento arqueológico del mundo, la necrópolis de Tebas.

‘Un viaje al pasado: reconstrucción digital y de las condiciones de vida del ganado de la villa romana de Vilauba’. Lídia Colominas Barberà y Pere Castanyer Masoliver, del Institut Català d’Arqueologia Clàssica estudian la evolución de la villa romana de Vilauba y de los efectos de su ocupación desde los siglos II-I a.C. hasta los siglos VII-VIII d.C.

‘Moneda y Metal en la Bética Tardorromana. Estudio científico del Tesoro de Tomares’. Los investigadores de la Universidad de Sevilla Enrique García Vargas y Miguel Ángel Respaldiza Galisteo dirigen este proyecto que constituye un estudio integral (histórico, numismático y metalográfico) del mayor conjunto monetario de Europa.

‘Entre las columnas de Hércules, arqueología subacuática de un espacio privilegiado. La Bahía de Algeciras (HERAKLES)’. La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz desarrolla este proyecto, ubicado geográficamente en el Estrecho de Gibraltar, bajo la dirección de Felipe Cerezo Andreo junto a Alicia Arévalo González. Este proyecto se centra en el patrimonio cultural subacuático de la Bahía de Algeciras.

Certamen único
Convocado por la institución con ese mismo nombre, el galardón nace en 2018 con la finalidad de reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos y paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles, desarrollados tanto a nivel nacional como internacional, sin restricciones de culturas o períodos históricos. Los proyectos de investigación sobre paleontología deben estar relacionados con la evolución humana.

La primera edición en 2018 contó con 25 participantes, 6 finalistas, y un jurado que falló a favor del proyecto ‘Construyendo Tartesos’, investigación sobre la cultura tartésica que desarrolla el equipo liderado por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González del Instituto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura).

La segunda edición, en 2021, contó con 20 participantes y 6 finalistas. El jurado internacional falló en esta ocasión a favor de ‘La Montaña del tiempo. Exploración de un campamento paleolítico en La Garma’, desarrollado por los doctores Pablo Arias y Roberto Ontañón, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC). La investigación premiada ha revelado la existencia de un yacimiento único en el mundo que constituye una verdadera cápsula del tiempo, donde este se detuvo hace 16.500 años, gracias a un desprendimiento en la entrada original que transformó la cueva en una burbuja, lo que ha permitido conservar los vestigios de un asentamiento paleolítico.