google.com, pub-4869754641634191, DIRECT, f08c47fec0942fa0 La Bitácora de Jenri: abril 2016

29 de abril de 2016

Descubren canalizaciones de época ibérica y restos constructivos islámicos en Martos (Jaén)

En la intervención se han descubierto dos canalizaciones paralelas excavadas en roca y una mayor realizada con paredes de piedra datadas entre los siglos II y III a.C. También hay restos constructivos y un vertedero de época emiral. Los hallazgos confirman la importancia agrícola de esta zona arqueológica de la Ciudad de la Peña.
Cristina Gómez con el equipo de excavación de Arq13.
La intervención arqueológica que la empresa Arq13 desarrolla en la Zona Arqueológica del Polideportivo de Martos (Jaén) ha destapado diferentes canalizaciones de agua época ibérica de entre los siglos II y III a.C. así como diferentes restos constructivos correspondientes al periodo califal, que estarían asociados a los documentados por la empresa en las excavaciones realizadas en la zona en 2004.

ZONA AGRÍCOLA
Según comenta la directora de los trabajos Cristina Gómez, se trata de varias canalizaciones excavadas en la roca a niveles muy superficiales, con dirección Este-Oeste y que se abastecerían de agua en una canalización mayor cuyo derrumbe también hemos descubierto en una de las catas realizadas. Esta canalización principal, también de época ibérica, cuyos muros estarían realizados en piedra apoyados sobre la roca tendrían un perfil en forma de "V" y de ella se abastecería agua para regadío en las huertas que debieron abundar en ésta zona arqueológica. Curiosamente, nos comenta la arqueóloga, se da la circunstancia de que también hemos localizado otra canalización de época contemporánea que sigue exactamente el mismo trazado hasta un pozo que hay en las proximidades. De época ibérica también han salido a la luz algunos materiales muy fragmentados entre los que destaca alguno con decoración de bandas rojas.
Parte del derrumbe de la canalización principal.

Las canalizaciones descubiertas tienen la peculiaridad de que debido a la orografía del terreno en algunos tramos están excavadas en roca y en otros se están documentando rellenos de tierra para la nivelación de las mismas. Posteriormente, según nos comenta Cristina Gómez, hemos apreciado como estas canalizaciones se rompen en una época posterior para la construcción de un vertedero en el que han aparecido restos de tejas, cenizas y restos de fauna que se corresponderían con época emiral, de entre los siglos IX y X, junto a otros restos constructivos todavía por documentar pero que podrían estar asociados a los encontrados en las prospecciones que en solares próximos se realizaron hace unos años.

Estos últimos descubrimientos, sumados a los realizados en los últimos años, nos confirman que esta zona arqueológica de la localidad jienense tuvo una utilidad eminentemente agraria y ganadera en época ibero-romana hasta bien entrado el siglo XI.

Documentan una gran villa romana de la época de Augusto en Dénia (Alicante)

Una gran concentración de cerámicas permite establecer el asentamiento rural en la partida de Francs, en el entorno del río Girona. El hallazgo arroja luz sobre la desconocida Dianium rural y subraya la importancia económica en el siglo I de esa zona, próxima a una vía romana y los yacimientos de l’Almadrava y l’Estanyó
Algunos de los restos cerámicos que han permitido localizar y datar la villa romana. 
Se sabía que estaba ahí, pero no exactamente dónde. Ahora ya sí. La colaboración ciudadana lo ha hecho posible. Un vecino que paseaba por el entorno del río Girona, en la partida de Francs, atisbó una gran concentración de cerámicas y avisó al Museo Arqueología de Dénia. Su gesto ha comportado una gran trascendencia histórica pues permitió al museo abrir una investigación histórica que ha concluido que las piezas son de una villa romana rústica de dimensiones notables perteneciente al siglo I.

Según el director del museo, Josep Antoni Gisbert, ese asentamiento rural habría registrado ya actividad en la última época de la República Romana, pero conoció su más ferviente apogeo en el Imperio, entre la era del emperador Augusto, al principio de esa centuria, y la de los emperadores flavios, ya en su tramo final.

Esta datación es posible porque según Gisbert la cerámica hallada por nuestro viandante, de mesa y cocina y de importación itálica y gala, pertenecería a ese siglo I, si bien también hay algunas piezas de época anterior. De hecho, la villa se encuentra próxima a Segària, donde hubo un poblado íbero en el siglo I a.d. C, antes pues de Augusto.

El yacimiento no se ha excavado porque no se va a realizar allí ninguna obra que afecte al subsuelo. Pero la gran concentración de cerámica localizada permite subrayar el notable carácter del hallazgo. También se han encontrado fragmentos de material de construcción. «Si se excavara, podríamos hallar en seguida la estructura de la villa», que a buen seguro estaría dotada de termas.

Su localización permite además «comenzar a conocer con más exactitud el pasaje romano rural que envolvía al núcleo urbano de Dianium» y que siempre había estado plagado de incógnitas. En este sentido, la villa se ubicó en esta zona por razones de comunicación: se encontraba próxima a una antigua vía romana que conectaba por el litoral el río Sucro (Júcar) con Dianium, que era a su vez un ramal de la emblemática vía Augusta y cuya versión contemporánea sería el Antic Camí de Gandia.

No era una villa aislada. Gisbert ve conexión entre la misma y otros yacimientos ya investigados, como el de l’Almadrava, una conocida y considerable factoría de producción de cerámica, o la de l’Estanyó. Así, se puede establecer que durante la era de los primeros emperadores romanos hubo una importante actividad económica y residencial en la Dianium romana en torno al río Girona que entró en declive a principios del siglo II, bajo reinado de los antoninos, «cuando es claro el abandono de estas villas y la concentración de la población en otras zonas de la Dénia romana».


LAS DIFICULTADES HISTÓRICAS
Gisbert señala que si bien la Dianium urbana sí ha estado sometida a un profundo proceso de investigación, con descubrimientos importantes en la línea portuaria que han incluido horrea y necrópolis, esta actividad científica ha sido mucho menos próspera por razones logísticas en el entorno rural. Otro síntoma de la trascendencia de este nuevo hallazgo.Al respecto, sí que es verdad que a finales del siglo XIX, las grandes transformaciones agrícolas con la implantación de los campos de naranjos permitieron el descubrimiento de asentamientos rurales históricos en zonas como Pont Sec y Bovetes. Pero fueron hallazgos aislados a los que no se pudo aplicar la actual metodología arqueológica. Por si fuera poco, la crisis de la naranja en la última parte del siglo XX dejó muchas de esas parcelas yermas y sin posibilidad de sondear en el subsuelo.

Aún así, la memoria histórica que anida en parcelas como la de Francs nunca fue olvidada. De hecho, llevan años preservadas: muchos de esos terrenos fueron incluidos en el catálogo de bienes culturales protegidos redactado por el Ayuntamiento de Dénia en 2004. En Francs se ha producido otra circunstancia: nuevas transformaciones agrícolas actuales han facilitado la localización exacta del punto donde duerme sus sueños la villa gracias al paso del ciudadano que protagonizaba el inicio de estas líneas.

28 de abril de 2016

Encuentran ánforas con 600 kilos de monedas de bronce romanas en Tomares (Sevilla)

Las monedas, probablemente hechas en Oriente, están "en flor de cuño", es decir, que no han circulado y por tanto no tienen desgaste. Las ánforas se han encontrado durante unas obras de acometida paralelas a un camino y es un hallazgo único en España y quizás en el mundo.
Museo Arqueológico de Sevilla donde se han llevado las ánforas con las monedas. FOTO: JOSÉ LUIS MONTERO.
Unas máquinas han destapado este miércoles en Tomares (Sevilla) 19 ánforas romanas que contienen unos 600 kilos de monedas de bronce del siglo IV después de Cristo, un hallazgo que los arqueólogos que han trabajado en la zona consideran único en España y quizás en el mundo. 

Las ánforas se han encontrado durante unas obras de acometida paralelas al camino interno del parque Zaudín de Tomares, donde las máquinas han dejado al descubierto los recipientes romanos llenos de monedas, según han explicado fuentes de la investigación arqueológica. 

"FLOR DE CUÑO"
Las monedas tienen en el anverso la figura de un emperador y en el reverso diversas alegorías romanas, como la abundancia, y los investigadores han enfatizado que no se ha encontrado nunca tal acumulación de piezas y además tan homogéneas. Se da la circunstancia de que las monedas, probablemente hechas en Oriente, están "en flor de cuño", es decir, que no han circulado y por tanto no tienen desgaste. 

Las ánforas, algunas rotas y otras enteras, no son las usadas para el transporte de vino o grano, sino de tamaño más pequeño, y estaban en un receptáculo específico habilitado al efecto, que estaba sellado y cubierto con materiales rotos.

La hipótesis inicial de los investigadores es que las monedas estaban acumuladas en ese receptáculo para el pago de impuestos imperiales o para pagar las levas del Ejército. Las monedas encontradas ya han sido depositadas en el Museo Arqueológico de Sevilla, según han precisado las fuentes.
(Fuente: El Correo de Andalucía / EFE)

27 de abril de 2016

Declaran Zona Arqueológica el yacimiento de El Carambolo en Camas (Sevilla)

La declaración se produce casi 60 años después del hallazgo de su tesoro tartésico. La zona protegida tiene una superficie de 29.450 metros cuadrados y comprende la totalidad del yacimiento y de los vestigios materiales de sus cinco fases de ocupación.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, el yacimiento de El Carambolo, situado en el término municipal de Camas (Sevilla) y donde en 1958 se produjo el hallazgo del tesoro tartésico del mismo nombre, uno de los lugares fundamentales para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica.

Según ha informado la Junta en un comunicado, la zona protegida, con una superficie de 29.450 metros cuadrados en la parte alta del Cerro del Carambolo, comprende la totalidad del yacimiento y de los vestigios materiales de sus cinco fases de ocupación, correspondientes a los periodos Calcolítico (2500-1700 a.C.) y del Bronce Final (1400-1100 a.C.); la Protohistoria tartésica y fenicia (siglos IX al VII a.C.), y la época contemporánea. De esta última se incluyen un emplazamiento artillero de principios del siglo XIX y el edificio de Tiro de Pichón (segunda mitad del siglo XX).

El decreto de inscripción "delimita también un área adicional de protección de 495.080 metros cuadrados que abarca todo el perímetro del cerro, incluyendo las laderas que se han mantenido libres de edificaciones", ha añadido la Junta, que ha explicado que "se salvaguarda así uno de los hitos paisajísticos más sobresalientes del entorno metropolitano de Sevilla, un territorio donde los puntos elevados son muy escasos". Su visibilidad sin alteraciones es fundamental para entender la posición estratégica que motivó la temprana ocupación del enclave.

Asimismo, la norma aprobada inscribe como Bienes de Interés Cultural el tesoro tartésico y cinco piezas encontradas en las excavaciones, todas conservadas en el Museo Arqueológico de Sevilla. Entre ellas destaca el exvoto de la diosa Astarté, cuya inscripción frontal constituye uno de los testimonios más antiguos y extensos de lengua fenicia en la Península Ibérica.

Todos estos bienes muebles corresponden a la Protohistoria, la tercera y más importante de las cinco fases de ocupación del yacimiento, y las sucesivas excavaciones realizadas a partir de 1958 subrayan, como elemento fundamental de este periodo, la existencia de un santuario erigido por los fenicios hacia mediados del siglo VIII a.C., sobre el que se habrían construido edificaciones que mantuvieron el carácter sagrado del lugar durante algo más de 200 años.


Este centro ceremonial, posiblemente el de mayor entidad de la comunidad fenicia que ocupaba la antigua Ría Bética, alcanzó una amplia proyección territorial como lugar de referencia en las rutas de navegación que unían el Guadalquivir con el Atlántico y el Mediterráneo.

Los principales vestigios de este periodo, conocido como orientalizante o tartésico, corresponden a varios edificios superpuestos en la corona del cerro. El denominado 'Complejo A', orientado hacia el Este y construido con muros de ladrillo de adobe, ofrece restos de pavimentos realizados con conchas marinas perfectamente alineadas y de gradas decoradas en damero rojo y negro o fajas alternas rojas y blancas.

Algunos fragmentos fueron extraídos como muestras para su depósito en el Museo Arqueológico de Sevilla y destacan también un altar circular y otro en forma de piel de toro.

A mediados del siglo VI a.C., las edificaciones del conjunto se destruyeron parcialmente y fueron reutilizadas para usos metalúrgicos y artesanales, como atestigua la localización de 14 hornos en el lateral suroeste del cerro.

BIENES MUEBLES
Respecto a los bienes muebles vinculados al yacimiento, el más destacado es el del Tesoro del Carambolo, "un conjunto único y original, sin paralelos próximos, que parece ser obra de un taller local con un desarrollo propio, orientalizante tartésico, diferente del puramente oriental de carácter colonial". Integrado por 21 piezas huecas de oro con un peso de casi tres kilos, consta de dos brazaletes, dos colgantes en forma de piel de toro, ocho plaquetas con decoración de rosetas, otras ocho con decoración de semiesferas de polo rehundido y un collar de pseudosellos.

Otros objetos singulares procedentes del área excavada en 1958 por el profesor Juan de Mata Carriazo son, además del citado exvoto de la diosa Astarté, una pieza cerámica en forma de barca con un caballo en la proa, una cadena con apliques de oro, un escarbeo pétreo de color azul y otro de pasta blanca en cuya base aparecen motivos jeroglíficos egiptizantes.

Respecto a las otras cuatro fases de ocupación, de la primera (Calcolítico) se conservan 14 fosas-silos, así como hogueras y un enterramiento infantil, mientras que del Bronce Final se han identificado varias fosas rellenas por detritos que podrían tener un carácter ritual. Una vez abandonado a partir del siglo VI a.C., y después de casi veinticinco siglos, el cerro tuvo un breve uso militar como emplazamiento artillero, posiblemente vinculado a la Guerra de la Independencia (1808-1814).

La última fase corresponde a la edificación de las instalaciones de la Real Sociedad de Tiro de Pichón en la primera mitad del siglo XX. Las obras para su ampliación y mejora motivaron el hallazgo casual del Tesoro del Carambolo en 1958 pero también ocasionaron la pérdida de la parte superior de estratigrafía arqueológica y del propio yacimiento en tres laderas del cerro.

26 de abril de 2016

Plan de protección para las cuevas y abrigos rupestres de Rótova (Valencia)

La cavidad de la Peña Roja pertenece al Paleolítico Medio o incluso Inferior y alberga restos de unas pinturas rupestres levantinas y de grabados fusiformes de más de 10.000 años de antigüedad. Estas trazas están incluidas en el conjunto de Patrimonio de la Humanidad del Arte Prehistórico del Arco Levantino.
Paraje de la Peña Roja en Rótiva. FOTO: ÓSCAR MARTÍ
La Peña Roja de Ròtova está en peligro. Buena parte de este yacimiento ya ha desaparecido por las avenidas del río Vernissa y, si no se actúa de manera urgente, en unos años ya no quedará ni rastro de él.

El Ayuntamiento de Ròtova en colaboración con la Sección de Arqueología y Prehistoria (SEAP) de la Real Academia de Cultura Valenciana ha puesto en marcha un plan de protección de los enclaves arqueológicos del término municipal, ya que todos presentan un importante deterioro, según apuntan los expertos. Este programa no sólo incluye una actuación en la Peña Roja sino también en la Cova de les Rates Penaes, del Barranc Blanch, la villa romana de Lesort y el castillo de Borró, que está situado sobre un poblado ibérico.

EL RÍO ES EL CAUSANTE DEL DETERIORO
El arqueólogo de la Real Academia de Cultura Valenciana José Aparicio explicó que es necesario proteger el acantilado de la Peña Roja porque cada vez que hay una avenida por las lluvias esta amenaza con su destrucción. A juicio de Aparicio, el río es el verdadero causante de su progresiva desaparición. La propuesta que plantea es la construcción de un malecón que frene las acometidas del río. De esta manera, cuando haya una riada, el agua golpeara contra el muro y no contra el yacimiento. Dicho malecón serviría también de acceso al acantilado y se construiría una pasarela de acceso. Con respecto a los restos de pinturas rupestres que hay en la pared, según Aparicio, con métodos modernos se podría restituir lo que se ha perdido. Asimismo, se pondría una valla para proteger las obras artísticas.

La Penya Roja fue descubierta por el propio Aparicio el 21 de diciembre de 1972. Su equipo realizó cinco campañas de excavación desde 1976 hasta 1980. «Se comprobó que la sedimentación en su mayor parte correspondía al Musteriense y una débil capa superficial contenía materiales del Auriñaciense, final del Musteriense y principios del Paleolítico Superior y otras ya del Mesolítico I fechado a principios del Holoceno entre el 10.000 y el 9.000».

Los restos ergológicos, producto de la continuada habitación al amparo de una cueva o simple abrigo, junto a los restos artísticos, le confieren una singular importancia, apostilló. Lo preocupante, según el arqueólogo, es que la modificación del cauce del Vernissa, que lame la base de la sedimentación y la pared del abrigo, ha ido provocando la erosión y consiguiente desaparición de parte de dicha sedimentación.

CATAS EN PROFUNDIDAD
Por el momento, según el especialista, no se va a excavar en la Peña Roja, pero en un futuro, «sí que habrá que pensar en realizar catas en profundidad».Una vez se emprendan las labores de protección, la intención es poner en valor los enclaves arqueológicos con la finalidad de que se conviertan en una oferta de turismo cultural de alto nivel, según explicó el alcalde de Ròtova, Toni García. Con respecto a la villa romana, localizada en el polígono les Mases, la máxima autoridad solicitará los permisos a la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano para proteger los restos exhumados.

También se limpiará y acondicionará el solar municipal donde se ubica el conjunto romano y se integrará en un jardín arqueológico visitable. Este lugar lo empezó a excavar la Seap bajo la dirección del arqueológo Cisneros Fraila.

En tercer lugar, también en el mismo cauce del río Vernissa, está la Cova del Barranc Blanch, «famoso yacimiento por sus restos antropológicos descubiertos hace años, adscribibles al Neandertal y a su sucesor Cromañón, en sedimentación de continuada habitación durante el Paleolítico Superior y Paleolítico Medio en la base». El arqueólogo plantea instalar en este lugar una valla de protección.

CUEVA DE LES RATES PENAES
Otro de los yacimientos es la Cova de les Rats Penaes, que contiene tanto restos artísticos como sedimentación del Paleolítico Superior y del Neolítico. Todo este conjunto arqueológico forma el núcleo central del proyecto de protección, «de indudable necesidad inmediata», según Aparicio, quien señaló que hay que tener en cuenta que la inmediata situación del Monasterio de Sant Jeroni de Cotalba, «pudiera ser el centro de acogida y de las actividades culturales y científicas que se pudieran desarrollar».

(Fuente: Las Provincias / Zoa Sanz)

25 de abril de 2016

El yacimiento de Los Torrejones puede esconder una ciudad romana de dos kilómetros cuadrados, en Yecla (Murcia)

La existencia de restos de la estructura de una ciudad revela que el yacimiento no es una pequeña “villa rústica”, que era lo que se pensaba hasta ahora, si no una ciudad de considerable tamaño vinculada a la casa imperial de Adriano.
Voluntarios trabajando en Los Torrejones el pasado verano. (LA VERDAD)
El magnífico busto del emperador romano Adriano y los estudios e investigaciones en torno a esta bella pieza de mármol blanco, procedente de las canteras imperiales italianas de Carrara, abre interesantes expectativas para Los Torrejones, yacimiento en el que se encontraba oculto, hasta que fue hallado en noviembre de 2014. Este enclave, fechado en un tramo cronológico situado entre los siglos I al III de nuestra era, alcanza tal magnitud por sus dimensiones, que hace pensar en la existencia de los restos de una ciudad romana importante.

ALGO INMENSO
José Miguel Noguera, catedrático de arqueología de la Universidad de Murcia afirma que el yacimiento de Los Torrejones tiene una extensión extraordinaria, que oculta la existencia de los restos de una ciudad de importante consideración, por su vinculación con la casa imperial de Adriano. Para Noguera este enclave ” nos ha sobrepasado a todos, porque se está evidenciando como algo inmenso. 


VINCULACIÓN CON ADRIANO
Se trata de un espacio de más de 200 hectáreas, con estructuras que emergen y que están repartidas por todas partes. Esto hace plantearse, añade, la existencia de los restos de una ciudad de cuyo rango jurídico ignoramos todavía, pero que se revela, no como una pequeña “villa rústica”, que era lo que se pensaba hasta ahora, sino como un gran enclave de un gran personaje de la élite, de la nobleza local, de una quizá ignota ciudad del entorno de Yecla que tuvo unos especiales vínculos con la casa imperial en la primera mitad del siglo II después de Cristo y que fue capaz de desplegar aquí, en su residencia, todo un programa arquitectónico, ornamental y decorativo, presidido por la figura de su emperador, que sin duda alguna, lo convertía en uno de los personajes más relevantes de su época en el sureste peninsular “.

NUEVAS EXCAVACIONES
Es tal la magnitud del yacimiento que, para ir recuperando el legado patrimonial que allí se esconde y para ir despejando estas incógnitas, el director del museo arqueológico municipal “Cayetano de Mergelina”, Liborio Ruiz, anuncia la realización de nuevas excavaciones arqueológicas en Los Torrejones, para lo que se ha establecido un convenio con la Universidad de Alicante para acometer las consiguientes prospecciones, unido a un plan de empleo municipal que dará trabajo a parados de la localidad, lo que permitirá una mayor agilización en las excavaciones. 


También se tiene previsto desarrollar este verano un Campo Nacional de Trabajo y la organización de una exposición itinerante para 2017, organizada en colaboración con la Universidad de Murcia y coincidiendo con la celebración del bimilenario del acceso al trono imperial de Roma del emperador Adriano.
(Fuente: El Periódico de Yecla / Carmen Ortín)

22 de abril de 2016

La basura amenaza las pinturas rupestres de la cueva de Los Covachos (Sevilla)

En sus corredores, galerías y salas atesora las primeras manifestaciones prehistóricas documentadas en una cueva en Sevilla. Contiene hasta 1.286 signos grabados con trazos simples y pinturas esquemáticas,relacionadas con ritos de fertilidad del Neolítico final.
El vertedero, que ya ardió el pasado verano, incontrolado contiene algunos residuos peligrosos. FOTO: ABC
El conjunto arqueológico de la cueva de Los Covachos de Almadén de la Plata se libró en el siglo XX de saltar por los aires cuando proyectaron la voladura de la cavidad para explotar el yacimiento a cielo abierto y extraer los minerales del interior de la roca.

Casi cien años después de esta historia, Los Covachos vuelve a estar en el punto de mira de los vecinos, que reclaman su protección debido a la proliferación de basuras que hace peligrar este enclave de la Sierra Morena de Sevilla calificado de especial protección en el Parque Natural de la Sierra Norte.

Ecologistas en Acción ha denunciado el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, cómo en los últimos seis años basura y escombros se abren paso en las inmediaciones de esta cueva con las primeras pinturas rupestres de la provincia.

DESDE 2011
La primera denuncia la interpusieron en 2011 pero un lustro después no se han tomado medidas para la clausura del vertedero y la retirada de los residuos. La zona ardió el verano pasado y se encuentra a doscientos metros de un pozo gestionado por Aguas del Huéznar que, según el portavoz ecologista, Armando Cáceres, abastece a los vecinos de El Real de la Jara.

En el vertedero se acumulan residuos y escombros de todo tipo de manera incontrolada, según Ecologistas en Acción, algunos de ellos peligrosos como el fibrocemento, que contiene amianto. El basural,explican, tiene afección tanto para la vegetación autóctona del Parque Natural como para las aguas superficiales y subterráneas de la zona, por lo que afecta a todas las especies naturales que habitan este ecosistema. Rodeada de basura está también una cantera de época romana.

El interior de la cueva se encuentra cerrado al público con el propósito de salvaguardar el yacimiento de la incidencia de los hombres, que ya en otras etapas provocaron destrozos en su interior o expoliaron sus entrañas.

Tras las puertas de Los Covachos el pasado confluye con la vida de los murciélagos y otros seres que hoy, como hicieran los hombres desde4.000 años antes de Cristo y hasta la Edad Media, moran en este portentoso hábitat cubierto de estalactitas y estalagmitas situado a solo dos kilómetros de las calles de Almadén de la Plata.

VALOR NOTABLE
El valor de este yacimiento es notable. En sus corredores, galerías y salas atesora las primeras manifestaciones prehistóricas documentadas en una cueva en Sevilla. Desde el Neolítico final «se registran hasta 1.286 signos grabados con trazos simples y pinturas esquemáticas,relacionadas con ritos de fertilidad de los moradores de la cavidad», explica el historiador Miguel Ángel Vargas.

Los ecologistas quieren la retirada de la basura y revertir el daño causado, al tiempo que exigen que se investigue cómo proliferó este vertedero junto a la cueva, y que se abran los expedientes sancionadores oportunos para depurar responsabilidades.

La sociedad espeleológica Geos ha elevado a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta una candidatura para que este conjunto arqueológico sea declarado Monumento Natural de Andalucía. La iniciativa persigue avanzar en las investigaciones pendientes y extremar la protección y conservación del legado que conserva su interior. Los expertos abogan por poner en valor de este enclave con fines lúdicos.

21 de abril de 2016

Primeras excavaciones en la vertiente leonesa de La Carisa

Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Villamanín se unen para realizar las primeras prospecciones arqueológicas en la zona leonesa de la Carisa en busca de un castro romano excepcional que podría ser capital para el futuro turístico de la zona.
Reconstrucción del campamento de La Carisa.
Villamanín se encomienda a la Carisa y al yacimiento romano que se esconde bajo su territorio. El Ayuntamiento cree que esta zona esconde todo un tesoro.

Junta y Ayuntamiento se unen para realizar las primeras prospecciones arqueológicas en la zona leonesa de la Carisa en busca de un castro romano que el edil de la localidad, José Luis García Oblanca, califica como «excepcional». Lo importante, remarca, es que «por fin se van a hacer prospecciones arqueológicas en el campamento romano de la Carisa en la zona de León, en concreto de Pendilla perteneciente al Ayuntamiento de Villamanín».

Las excavaciones darán inicio tras un trabajo previo realizado con una aportación de 6.000 euros realizada por Junta y Ayuntamiento. «Es una inversión que nos permitirá acometer lo que podríamos denominar la radiografía de la zona y a partir de ahí avanzar», ha recordado el edil.

José Luis García Oblanca ha agradecido la colaboración de «la arqueóloga que va a llevar las excavaciones Esperanza Martín Hernández que sin el apoyo de ella y el conocimiento de la zona no se podía haber hecho». Los trabajos de este año comenzarán si el tiempo lo permite en junio y tendrán una duración de 2 meses. En esos trabajo se acometerá el desbroce del campamento, levantamiento topográfico y prospección con metalodetección.

EL CAMPAMENTO
El Campamento romano de La Carisa es un yacimiento arqueológico situado junto a la vía de La Carisa, en el cordal de Carraceo entre los concejos asturianos de Aller y Lena. Tiene un origen romano y probablemente militar, como lo demuestran el medio centenar de objetos encontrados: dos monedas, puntas de jabalina y pilum y algún dardo del tipo del de las balistas.

La vía de la Carisa atraviesa la cordillera Cantábrica de sur a norte a través del cordal de Carraceo, entre los concejos de Aller y Lena. El camino comienza en Pendilla (Villamanín) y transcurre por la cima del cordal, evitando los valles y collados. Su origen es romano y por sus características puede considerarse una vía estratégica desde el punto de vista militar.

Destaca la pervivencia del topónimo Carisa, que la relacionan con el general romano Publio Carisio, legado en Lusitania entre los años 26 a. C. y 22 a. C. que intervino en las guerras contra los Astures. Este topónimo aparece documentado por primera vez en el archivo catedralicio de Oviedo, en una donación a la Iglesia de Oviedo del año 1036 en la que se hacen referencia a diversos lugares de Aller y Lena situándolos «sub monte Carisa».

20 de abril de 2016

Descubren un espacio sepulcral de la Edad del Cobre en una cueva de Obejo (Córdoba)

Allí se han encontrado los restos humanos de cinco individuos de ambos sexos que fueron depositados sobre lechos de corcho. Junto a ellos había siete vasos de cerámica. Los expertos creen que la cueva fue acondicionada como espacio sepulcral.
Miembros del G-40 trabajando en el yacimiento descubierto en Obejo. FOTO: G40.
Hace más de 5000 años, algo revolucionario sucedió. Se fue fraguando muy lentamente, en parte a través de aprendizaje y desarrollos locales, pero también gracias a viajeros y conocimientos compartidos en el resto de Europa y el Mediterráneo. Así, las culturas presentes en el Sur de la Península Ibérica, poco a poco, empezaron a controlar el uso de los metales. Las técnicas más avanzadas en la talla de instrumentos y armas de piedra, dieron paso a la tecnología del martillado y fundición. Y con ella, del Neolítico se saltó a una nueva edad histórica: la Edad del Cobre y del Bronce.

En Sierra Morena, en lo que actualmente es la provincia de Córdoba, por aquel entonces, se comenzaban a explotar las vetas de mineral de cobre en la zona de Cerro Muriano. Algunas comunidades del entorno fundaron asentamientos más estables. Allí vivieron, allí murieron y una de sus tumbas acaba de ser encontrada e investigada en Obejo.

El contexto excavado es uno de los ejemplos más antiguos de uso funerario en esa zona de Sierra Morena, en donde, a diferencia de la comarca de Los Pedroches y el Alto Guadiato, los dólmenes escasean. Se encuentra en Peña Calera, en el valle del Guadalbarbo. Y ya ha sido investigado por un equipo de arqueólogos y antropólogos de las universidades de Córdoba, Granada y Huelva, coordinados con miembros del grupo espeleológico G-40 y con el apoyo del Ayuntamiento de Obejo, autorizados por la Delegación Provincial de Cultura en Córdoba.

PAISAJE ESCARPADO
Se trata de una zona elevada y rocosa. Allí en una cueva propia de la zona -una diaclasa-, miembros del Grupo Espeleológico G-40 encontraron un habitáculo en la roca donde asomaban restos de hueso y cerámica. Conscientes de su interés, inmediatamente dieron cuenta a la Delegación de Cultura en Córdoba. Informados los investigadores, y tras realizar el proyecto de estudio, comenzó la intervención arqueológica, la cual se desarrolló durante la pasada Semana Santa.


En esta angosta y claustofóbica diaclasa, con un espacio de apenas dos metros útiles, y donde en ningún momento era posible mantenerse erguido, los arqueólogos han encontrado los restos de al menos cinco individuos. Entre los distintos huesos hallados destaca un cráneo completo. Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores es que los cadáveres fueron depositados en una oquedad tapizada de bloques de piedra sobre la que se depositaron planchas de corcho. “El espacio en sí es muy seco y eso ha afecto a la conservación de los huesos, pero esta materia vegetal se ha preservado muy bien”, señala el arqueólogo de la universidad de Granada Rafael Martínez.

PLANCHAS DE CORCHO
En un primer momento, los científicos pensaron que el corcho pudo haber sido introducido por animales que, durante milenios, han usado este mismo espacio como letrina, nido y madriguera. “Pero la disposición y el corte preciso de las planchas denotan que se trata de una materia prima trabajada, muy probablemente colocada con un objetivo funerario”, indica el experto. Los cuerpos, muy probablemente, fueron depositados sobre las planchas en posición fetal. Queda realizar los estudios antropológicos de laboratorio para confirmar género y edad de los inhumados, aunque se apunta la presencia de individuos de ambos sexos y al menos un preadulto. Por otro lado, se van a realizar dataciones de radiocarbono para precisar la edad del yacimiento, aunque todo parece indicar que corresponden aproximadamente al 3200 antes de Cristo.

SIETE VASOS DE CERÁMICA
Junto a los huesos, también se han encontrado siete vasos de cerámica -de los cuales dos están intactos y otros tantos corresponden a fragmentos- y un punzón de hueso. La forma de algunos de los vasos, dotados de un diseño muy particular, con carena, es muy característico de este momento cronológico que, en este caso, lo sitúan en los inicios de la Edad del Cobre. “Se trata del momento en el que se constata una gran cantidad de asentamientos más o menos permanentes en la zona de la campiña, vega del Guadalquivir, y como se demuestra ahora, también en áreas de Sierra Morena. Será este momento cuando se documenten los primeros poblados estables en el actual casco urbano de Córdoba, incluyendo la zona de la Arruzafa y la barriada de Alcolea”, explica Martínez.

Los investigadores creen que la cueva fue acondicionada como espacio sepulcral a golpe de maza: “Se preparó el lugar, incluso se rompieron algunas estalactitas, y se terminó cerrando con varios bloques de piedra” termina Rafael Martínez. Y así ha permanecido durante 5200 años. Hasta hoy.

19 de abril de 2016

Hallan restos de una galera junto a tres cañones del siglo XVI en Calpe (Alicante)

Son tres piezas de artillería inglesa del S.XVI encontradas durante la jornada de limpieza del fondo marino junto a la galera que los transportabaNo se descarta que junto a los cañones localizados puedan haber más e incluso algo de munición. La presencia de los restos requeriría de 10 años de estudios antes de acometer obras en el puerto
Uno de los cañones hallados el pasado sábado semienterrado en el fondo marino. 
La directora del Centro de Arqueología Subacuática de la Generalitat, Asunción Fernández, informará a la Dirección General de Patrimonio de la conveniencia de que los restos localizados durante la mañana del sábado permanezcan in situ en los fondos marinos. Y ello por varios motivos.

Primero, porque el deterioro de los cañones es mayor a la intemperie que si permanecen soterrados en el mar. Segundo, porque Calp ya dispone de otros cañones extraídos del fondo marino en los años 90, pertenecientes a la misma serie inglesa. La decisión de que no sean ahora extraídos los encontrados este sábado viene avalada, además, por la declaración de la Unesco sobre patrimonio subacuático, ratificada además por el Estado español.

Según un comunicado municipal, la directora del Centro de Arqueología Subacuática trasladó al consistorio, tras observar las fotografías de uno de los cañones, que “Calp ya tiene cuatro fuera del agua para poder exhibir este patrimonio”. Y que cuando están fuera del agua, los cañones se oxidan con mayor facilidad como consecuencia de la acción del oxígeno de la atmósfera, mientras que “el agua del mar los conserva”.


CATAS ARQUEOLÓGICAS
Cabe recordar que el sábado se localizaron tres cañones que, según concreta ahora el ayuntamiento, presentaban dimensiones distintas: uno de 90 cm, otro de 2,80 y un tercero de 2,40. A su lado se encontrarían los restos de la galera, de mediados del siglo XVI. El informe del Centro de Arqueología Subacuática incluirá que todo el conjunto adquiere un valor tan importante como para cursar notificación al director de Puertos y advertir de que, en caso de realizar obras en el puerto de Calp, sería necesario realizar excavación arqueológica incluida en el impacto ambiental. Y ahí el estudio podría demorarse 10 años, señala el consistorio.

No obstante, esta no es una cuestión que preocupe en estos momentos. Señala el ayuntamiento que “desde el centro de arqueología no reconocen la prisa por iniciar ninguna excavación”, ya que los restos, bajo el mar, permanecen protegidos. En cambio, añade que el informe de Fernández sí que “sugerirá la posibilidad de instar a algún circuito subacuático para poder observar el conjunto de cañones”. Y es que el descubrimiento puede no quedarse ahí. No se descarta que junto a los tres cañones localizados puedan haber más e incluso algo de munición. En el Ayuntamiento de Calp, mientras, ya piensan en la posibilidad de crear “una especie de museo turístico o barco con visión acuática”.

En cualquier caso, antes de cualquier iniciativa hay que proceder conforme establece la ley, y lo primero es documentar el hallazgo. El Centro de Arqueología Subacuática dedicará una mañana al estudio de las piezas. Para ello realizará una extracción de los restos, los depositará en algún almacén cercano y medirá, dibujará, documentará y realizará las fotografías para su documentación. Previamente, debe contar el número de cañones que hay y programar el proceso. Después, serán devueltos al mar.

(Fuente: La Marina Plaza)

18 de abril de 2016

Descubren en Ceuta el primer horno metalúrgico andalusí

En el edificio que hace el número 2 de la calle Eduardo Pérez, se escondía un tesoro arqueológico: el primer horno metalúrgico andalusí de la Alta Edad Media. Es el primero documentado en España y además permite avanzar hacia donde creció la ciudad en la Alta Edad Media.
El horno está datado entre los siglos XI y XII. FOTO: CEUTA AL DÏA.
José Manuel Pérez Rivera que viene trabajando discretamente en un yacimiento que ilumina zonas hasta ahora oscuras. “De la época islámica andalusí nunca se ha encontrado nada así; había referencias arqueológicas de hornos metalúrgicos pero no se habían encontrado hasta la fecha, se había especulado mucho pero este es el primero que aparece y da una información muy interesante para conocer la metalurgia en el Al Andalus”, explica Pérez Rivera, “Tiene una enorme trascendencia científica, este hallazgo va a ser un referente de cara al futuro”. Y es que había referencias textuales, se habían encontrado escoras de fundición en otros yacimientos, pero nunca un horno “y menos en el estado de conservación en que hemos encontrado este”, subraya. ”Ver cómo se hacían, como funcionaban, abre una línea de investigación muy interesante”.

El horno se enmarcaría en una horquilla temporal entre finales del siglo XI o principios del XII, bien a la época de Taifas o Almorávide y es demasiado grande para ser simplemente un horno de reducción. 


La clave está en las escorias, los residuos que generaba la fundición y que ya están en la Universidad de Huelva a la espera de ser analizados concienzudamente para determinar la temperatura a la que estuvieron expuestas y su composición. “A simple vista parece una mayoría de hierro pero otras presentan oxidaciones de cobre y algunas incluso de vidrio, pero hasta que no tengamos los análisis es prematuro aventurar nada”, explica el responsable de la excavación.

El yacimiento está no obstante diezmado. Más de la mitad se destruyó al construir un muro de cimentación para edificar las viviendas de protección oficial. Afortunadamente quedó intacta una franja de siete metros por dos de ancho en la que yacía el horno metalúrgico. Se trata, explica José Manuel Pérez Rivera, de una estructura muy primitiva, de barro y arcilla, construida aprovechando la terraza natural de la zona, recostándolo sobre el nivel geológico y con unos muros perimetrales casi desaparecidos. El horno en sí es una preparación de piedra, el suelo de barro y las paredes de arcilla cocida. “Sólo queda la planta y no hay nada que conservar, da información pero no ha quedado ningún tipo de estructura que conservar”, lamenta el arqueólogo.


El yacimiento, además, tiene un valor especial para la reconstrucción de la historia de Ceuta, permitiendo avanzar en el conocimiento de la Alta Edad Media En la ciudad. “Hasta hace relativamente pocos años no se sabía mucho de la época, todas las excavaciones se habían concentrado en la zona del istmo, entre los dos fosos”, relata Pérez Rivera, “la zona que se preferentemente se ocupó fue la Bahía Norte, con mucha menos pendiente, menos abrupta y con más fácil acceso al mar, y según se fue ocupando esta parte norte se fue subiendo hacia la zona sur, más escarpada”. 

INSTALACIÓN DE CARÁCTER INDUSTRIAL
El yacimiento da además otras pistas, las de la configuración de un barrio industrial, situado en la parte más alta de la Almina, para evitar las molestias de los humos de fundición en la zona habitada, ya que en aquella época se sabía que eran insalubres. “Se sabía poco de la trama urbana y de las posibles zonas industriales, se conocía algo de los alfares de la zona de Llano de las Damas y hay referencias a orfebrería y joyería pero nunca se ha encontrado nada”, subraya el experto señalando los restos que indican un entramado de calles paralelo a la zona del horno. 

“Hay estructuras que se ocultan bajo la calle, hacia el norte, que podrían ser el taller del herrero, con lo que parece una estructura sujeta por poyetes y que sería el lugar donde se manipulaba el hierro, pero no tenemos la seguridad”, admite reconociendo que aún queda mucho trabajo para determinar qué tipo de horno, si era de hierro acerado, si se trabajaba el bronce, si servía para hacer campanas, analizar las piezas cerámicas encontradas… Un trabajo que salta ahora del barro al laboratorio. Lavar el material, inventariarlo, fotografiarlo, clasificarlo, tomar las muestras de las paredes del horno, los restos de carbones y de fauna, restos óseos, las escorias… Una labor científica que va a dar mucha información. Pero esa ya es otra historia.

15 de abril de 2016

Recuperan el anfiteatro de la ciudad romana de Cáparra (Cáceres)

La Junta de Extremadura ha invertido 560.275,37 euros en el yacimiento romano de Cáparra en el marco de una actuación que ha servido para cubrir parte de las termas, consolidar restos arqueológicos y recuperar y poner en valor el anfiteatro de la antigua ciudad.
Cáparra podría albergar una futura extensión del Festival de Teatro de Mérida.
El patrimonio cultural es un punto importante para que Cáparra sea una referencia cultural y turística, en el marco de otra referencia que estructura la comunidad de norte a sur: la Vía de la Plata. Así lo ha destacado la secretaria general de Cultura, Miriam García Cabezas,durante una visita a este enclave del norte de Cáceres. Ha explicado que las actuaciones desarrolladas en Cáparra facilitan que el yacimiento pueda ser utilizado para otros eventos, como ya ocurre con iniciativas promovidas desde el grupo de acción local y desde la Junta, a las que se incorporará en el futuro la posible ampliación del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

La secretaria general ha especificado que este año se intentará que haya una primera intervención, aunque sea de carácter menor que las que puedan desarrollarse en futuras ediciones.

Por su parte, el director general de Desarrollo Rural ha recordado que esta política "es de carácter transversal y persigue poner en valor los recursos existentes en el ámbito rural, como ocurre con el patrimonio cultural", ha dicho.

DOS MILLONES DE EUROS
Al respecto, ha señalado que dentro del Programa de Desarrollo Rural existe una partida de dos millones de euros específica para recuperación de este patrimonio, a la que pueden sumarse otras inversiones procedentes de los 111 millones destinados a financiar actividades desarrolladas por los grupos de acción local. Igualmente, con esos fondos pueden apoyarse también iniciativas desarrolladas por emprendedores en el ámbito de la cultura.

Las actuaciones en Cáparra se han ejecutado durante 2014 y 2015 a través de dos proyectos, uno encuadrado dentro de la iniciativa "Ciudades Romanas de Extremadura" y realizado por la empresa Tragsa y otro encomendado por la Consejería de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio y llevado a cabo por la empresa Arquepec S.L. En el primero se han invertido 330.254,37 euros y en el segundo, 230.021 euros.

En toda la región, el proyecto "Ciudades Romanas de Extremadura" se ha centrado en los yacimientos arqueológicos de Cáparra (Oliva de Plasencia/Guijo de Granadilla), Mérida, Campamento romano de Cáceres el Viejo (Cáceres), Medellín/Villa romana de la Majona (Don Benito) y otros yacimientos del entorno, Regina (Casas de Reina), Nertóbriga (Fregenal de la Sierra) y Contributa Iulia (Medina de las Torres).

(Fuente: El Diario / EFE)

14 de abril de 2016

Expertos debaten en la Universidad de Córdoba sobre la transmisión del conocimiento en Arqueología

“El congreso es una reflexión sobre el papel de la arqueología en esta etapa de postcrisis, no sólo económica”, ha explicado el catedrático Desiderio Vaquerizo
Momento de una de las sesiones impartidas en el Congreso. FOTO: SÁNCHEZ / DIARIO CÓRDOBA. 
La Facultad de Filosofía y Letras clausura hoy el Congreso Internacional Rescate, que, promovido por la Universidad de Córdoba y el grupo de investigación Sísifo, congrega en Córdoba y Puente Genil a un centenar de expertos mundiales en patrimonio, que tratarán de evaluar las vías más efectivas para transmitir a la sociedad el conocimiento a través de la recuperación de objetos del pasado, así como hacer de la arqueología un motor de desarrollo económico.

"El congreso es una reflexión sobre el papel de la arqueología en esta etapa de postcrisis, no sólo económica", explicó ayer el catedrático Desiderio Vaquerizo, responsable de Sísifo y del proyecto de cultura científica Arqueología Somos Todos. "Hasta ahora no hemos sabido hacer partícipe a la sociedad de que la arqueología es el contenedor del patrimonio común", señaló el experto. Por su parte, el rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, valoró "la labor realizada por la Facultad de Filosofía y Letras y sus grupos de investigación", mientras que Eulalio Fernández, decano de Filosofía y Letras, hizo hincapié en que "la transmisión del conocimiento requiere nivel de compromiso, y en ese compromiso ha estado siempre la Universidad de Córdoba".

La conferencia inaugural fue pronunciada el pasado lunes por Stephen Clews, conservador de los Baños de Romanos de Bath (Reino Unido), que habló de la arqueología pública en ese país, "donde nos llevan años de ventaja en la gestión del patrimonio", según señaló Ana Ruiz Osuna, miembro del grupo Sísifo.

La primera sesión versó sobre Arqueología y profesión y estuvo centrada, a través de tres ponencias, en la profesión del arqueólogo en la actualidad debido a la crisis económica, estudiándose qué actuaciones están llevando a cabo los profesionales de la arqueología, que se enfoca a la diversificación (restauración, divulgación, formación, turismo arqueológico, etcétera). 

La segunda sesión de la jornada tuvo como eje un bloque de comunicaciones de jóvenes arqueólogos, que han expuesto los trabajos que se están haciendo fuera de Córdoba. Por la tarde, los participantes visitaron la villa romana de Fuente Álamo, en Puente Genil, un "ejemplo de gestión del patrimonio arqueológico en la provincia", continuó Ruiz. Hoy, las ponencias se dividen entre las dos sedes del congreso y se abordarán temas como la divulgación científica y las estrategias turísticas en torno a la arqueología, entre otros temas.
(Fuente: Diario Cördoba)

13 de abril de 2016

Eclipses de Sol y de Luna decoraban la cerámica de los antiguos canarios

Los antiguos canarios reflejaron en la decoración de cerámicas y pintaderas eclipses concretos de Sol y de Luna, según un estudio pionero del arqueólogo José Juan Jiménez González, que ha registrado 448 fenómenos astronómicos de este tipo visibles en Canarias en los siglos XIV y XV.
Cerámica aborígen de Aguimes que muestra un eclipse de sol. FOTO: MUSEO ARQUEOLÓGICO DE TENERIFE.
Con esta investigación la decoración de cerámicas y pintaderas "cobra otro sentido", afirma en una entrevista a José Juan Jiménez, conservador del Museo Arqueológico de Tenerife, que impartirá el miércoles 13 de abril la Conferencia Arqueología en penumbra. Eclipses en el Museo de la Naturaleza y el Hombre (MNH).

El evento supone la quinta Cita etnoastronómica abierta al público que organiza la Asociación de Amigos del MNH con el apoyo de Museos del Cabildo de Tenerife y José Juan Jiménez detallará cómo incidieron los eclipses en la arqueología canaria y su representación en objetos arqueológicos.

PREDECIR LOS ECLIPSES
También ahondará en qué supuso para los antiguos canarios que la luminosidad se difuminase en la penumbra con una periodicidad cíclica "que ellos fueron capaces de registrar -para predecir los eclipses- mediante el cómputo de lunaciones citado en las fuentes etnohistóricas, para lo cual debieron conocer el Saros o Ciclo de Saros que acontece cada 223 lunas nuevas, o sea cada 18 años y 10 u 11 días".

Todo comenzó con varias cuestiones que se planteó el especialista: "¿por qué en algunos vasos cerámicos reprodujeron escenas que alternaban y solapaban las figuras del sol y de la luna? ¿Para qué las superponían en algunas pintaderas circulares?".

Entonces decidió contrastar esas semejanzas iconográficas con imágenes de eclipses y realizó un pormenorizado registro de 448 de ellos: 87 de Sol (19%) y 361 de Luna (81%) visibles desde Canarias en los siglos XIV y XV, "una catalogación sistemática con sus coordenadas de observación, fechas y horarios de avistamiento, magnitudes, conjunciones geocéntricas, declinaciones, ortos y ocasos, entre otros indicadores".

Estos datos los trasladó a programas informáticos "para lograr su conectividad revirtiéndola luego a imágenes y gráficos".

De esta forma "se pueden recrear esos eclipses mediante secuencias concatenadas sucesivas e ilustrar aspectos sorprendentes" indica Jiménez, que también es doctor en Prehistoria por la Universidad de La Laguna.

EXPERIMENTACIÓN PRÁCTICA
El conservador del Museo Arqueológico ha desarrollado una pionera experimentación práctica que vincula eclipses concretos con la decoración de sendos objetos arqueológicos y esta aplicación científica le permite concretar y proponer cronologías astronómicas para fechar descubrimientos arqueológicos carentes hasta ahora de datación convencional.

Además brinda la posibilidad de que los resultados no dependan del estado de muestras primigenias que pudieron estar expuestas a una contaminación o inadecuada manipulación, sino de la precisión de los cálculos y registros obtenidos de esos fenómenos astronómicos y hallazgos arqueológicos, añade el experto.

José Juan Jiménez menciona como ejemplo la pieza cerámica de tendencia ovoide e hiperbólica, bien conservada, procedente de Agüimes (Gran Canaria) y depositada en el Museo Canario, pintada al almagre en la panza con una circunferencia con radios externos y reserva interior, dos círculos con líneas radiales y dos anillos circulares con reserva, que para el especialista suponen las distintas fases de un eclipse de sol.

Ahora sugiere para esta cerámica una fecha astronómica "situada en el siglo XIV, entre los años 1350 y 1387, cuando se produjeron eclipses de sol de gran magnitud claramente visibles desde aquella localidad aborigen y, más concretamente, alude al eclipse acontecido el jueves 17 de julio de 1376 por su semejanza formal con el reproducido en la vasija".

Por tanto, "resulta evidente que los motivos decorativos de algunas cerámicas y pintaderas reproducen acontecimientos celestes extraordinarios para aquella sociedad", concluye el arqueólogo.

Al respecto recuerda el investigador que las sociedades canarias nativas también contaban con el cielo para observar fenómenos astrales y organizar sus tareas, como la orientación y alineación de construcciones hacia el sol, la luna, los planetas, las estrellas y las constelaciones, que influían en sus creencias, tradiciones orales y mitos celestes.

(Fuente: El Diario / EFE - Ana Santana)

12 de abril de 2016

Hallado un pozo del S. XIX en el centro de Algeciras (Cádiz)

En la intervención también se han documentado pavimentos de la última etapa de la vida castellana de la ciudad (1344-1369) y elementos de época bajomedieval islámica como una canalización de agua realizada en piedra y una pileta ejecutada con lajas pétreas y ladrillo que tiene en su fondo un lebrillo.
El pozo localizado durante la intervención.
La intervención arqueológica de la calle General Castaños de Algeciras ha culminado con interesantes hallazgos. El alcalde, José Ignacio Landaluce, dio cuenta ayer de la intervención preventiva realizada en el número 29 de la citada calle, esquina con Juan Morrison, que acaba de finalizar, por lo que la obra de edificación dará comienzo en las próximas semanas.

Esta pequeña excavación ha documentado un pozo del siglo XIX, pavimentos de la última etapa de la vida castellana de la ciudad (1344-1369) y dos elementos de época bajomedieval islámica: una canalización de agua realizada en piedra y una pileta ejecutada con lajas pétreas y ladrillo que tiene en su fondo un lebrillo. Éste último, forma parte de la estructura y se halla en un excelente estado de conservación.

Tal y como se adelantó durante el transcurso de la excavación, la balsa está relacionada con alguna actividad artesanal sobre la que se está actualmente investigando.

CONSERVACIÓN
Dado el buen estado de la pileta y su localización a una cota que permite su compatibilización con la edificación, técnicos de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía han decidido su conservación.

El propietario del inmueble, Juan José Jiménez Fernández, mostró interés en que pueda ser visitado por la ciudadanía, para lo cual se está planteando la instalación de un suelo de cristal que permita su integración en el local comercial proyectado y su visualización, una vez concluyan las obras que consistirán en la ampliación de la conocida librería Jifersa.

El alcalde de Algeciras valoró muy positivamente la iniciativa y adelantó que el Museo Municipal participará en las tareas de conservación y restauración del hallazgo, destacando que es la primera vez que se lleva a cabo, en Algeciras, una propuesta de estas características.

(Fuente: Europa Sur)

11 de abril de 2016

Descubren un betilo tartésico en el yacimiento de Escacena del Campo (Huelva)

El Museo de Huelva ha incorporado a sus fondos un betilo del yacimiento arqueológico de Tejada la Vieja en Escacena del Campo, un hallazgo que se produjo en diciembre con motivo de la intervención que el grupo de investigación 'Vrbanitas. Arqueología y Patrimonio (HUM 132)', está llevando a cabo en el enclave arqueológico con la colaboración del Ayuntamiento de Escacena del Campo. 
El betilo pertenece al periodo tartésico turdetano (S. VIII-IV a.C).
Según ha informado la Junta en una nota, tras un estudio preliminar y una intervención de limpieza, el betilo ha sido entregado al Museo Provincial de Huelva por el catedrático de Arqueología, Juan M. Campos, y la directora del proyecto, Clara Toscano, en presencia de la delegada territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Carmen Solana, y el director del espacio museístico, Pablo Guisande. 

El descubrimiento tuvo lugar como consecuencia de una limpieza superficial encaminada a la consolidación de las estructuras del yacimiento, lo que, según la Junta, confirma el enorme potencial del mismo, parcialmente excavado en diversas campañas desde 1975 y cuyos materiales se encuentran en los fondos de este museo. Estos forman parte, junto con el nuevo betilo, de una exposición temporal dedicada a los yacimientos arqueológicos de Tejada la Vieja (Escacena del Campo) y Tejada la Nueva (Paterna del Campo y Escacena del Campo).

EXPOSICIÓN EN MAYO
La presentación de la pieza y la exposición se llevará a cabo en el museo en mayo. La muestra tendrá como objetivos exponer por primera vez las piezas procedentes de las diferentes campañas y la puesta en valor de dos importantes enclaves de la provincia, que pese a pertenecer a diferentes épocas, tienen como nexo de unión la ocupación del segundo como consecuencia del abandono del primero. En concreto, Tejada La Vieja pertenece al periodo tartésico-turdetano (S. VIII- IV a C.) y Tejada la Nueva desde al período púnico (S. IV a.C.) hasta época medieval según las diferentes fases constructivas de su muralla, que llega hasta época almohade. 

El yacimiento arqueológico de Tejada la Vieja está inscrito con la categoría de Zona Arqueológica en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural desde 2007. La primera intervención tuvo lugar en 1975 por el profesor Antonio Blanco. La gestión del yacimiento y las excavaciones realizadas desde 1983 han correspondido a la Diputación Provincial. Actualmente, gracias a la firma de un convenio, ha sido cedida a la Universidad de Huelva la gestión, conservación y mantenimiento del mismo. En esta línea, el yacimiento de Tejada la Vieja es un asentamiento amurallado ubicado en un cerro. Esta localización respondería a la producción y distribución del mineral, ya que se controlaba el camino entre las minas de Riotinto y Aznalcóllar. 

OCUPACIÓN
La ocupación del sitio tiene lugar entre finales del siglo IX y principios del VIII a.C., relacionada directamente con los contactos que tiene la población autóctona con los fenicios. Por otra parte, la ciudad de Tejada la Nueva se identifica con la ciudad romana de Ituci. Tras el abandono de su homónima por la decadencia del comercio mineral, la población se traslada hacia un lugar con mejores condiciones para las prácticas agropecuarias y con mejor ubicación. Posteriormente, Tejada la Nueva también fue abandonada, quedando en la actualidad las ruinas de un recinto amurallado almohade como muestra de su ocupación en la Edad Media.

En los alrededores de este enclave se han descubierto numerosos vestigios arqueológicos, entre los que destaca un sarcófago de plomo y restos de una vivienda romana con mosaicos, conservados en el Museo de Huelva. Asimismo, destaca el repertorio numismático con leyenda púnica y romana, muestra que también se expondrá en mayo.
(Fuente: 20 Minutos / Europa Press)

8 de abril de 2016

Nuevos descubrimientos en el Parque Arqueológico de Torreparedones, en Baena (Córdoba)

En los últimos días han salido a la luz un plato de cocina romano con incisiones decorativas y una cerámica marmorata, procedente del sur de Francia y cuyo colorido recuerda al mármol.
Fragmento de la copa de cerámica marmorata recuperada en Torreparedones. FOTO: EL DÍA DE CÓRDOBA.
El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, explicó que "el plato se ha hallado en el basurero localizado al oeste de las termas, una zona en la que continúa apareciendo mucho material, ya que junto a las cerámicas de lujo encontramos otras piezas más comunes que se empleaban para cocinar".

PLATO DECORADO PARA COCINAR
Asimismo, Moreno detalló que "una de las de mayor relevancia es esta fuente o plato de gran diámetro (50 cm.), de pared baja y ligeramente curva, cuyo fondo está decorado con series de círculos concéntricos incisos". "La base está quemada por estar expuesta directamente al fuego, mientras que la parte interna está cubierta de una gruesa capa de barniz rojo oscuro, grasiento y de brillo mate que impedía que la comida se pegase", subrayó.

Se trata de un plato cuyo color del barniz es similar al rojo de las pinturas pompeyanas, de ahí que estas piezas se denominen "cerámicas de barniz rojo pompeyano". Tiene una cronología amplia pero los ejemplares de mayor tamaño son propios de la época augustea y se usaban para cocinar pasta o pan.

CERÁMICA MARMORATA
De otro lado, dentro de la vajilla de mesa selecta romana se ha encontrado una cerámica marmorata, una sigillata de procedencia sudgálica que debe su nombre al aspecto que presenta su superficie, de color amarillo con veteados o aguas de color rojo, que recuerdan al mármol. Dicha técnica fue utilizada única y exclusivamente en los talleres de La Graufesenque (En Aveyron, Francia) durante un corto y concreto espacio de tiempo entre los años 14 y 80 después de Cristo.

En este sentido, el arqueólogo explicó que "la marmorata se importó a casi todos los rincones del Imperio pero no son muy abundantes quizás por su alto coste, por dificultades para su importación o porque simplemente no gustasen". "Este fragmento se ha recuperado en un basurero situado al oeste de las nuevas termas romanas y corresponde a una copa forma Drag. 35 con decoración a la barbotina de hojas de agua en el borde", sentenció.

7 de abril de 2016

Descubren nuevos restos arqueológicos en la ladera del castillo de Montilla (Córdoba)

Se trata de unas estructuras que podrían pertenecer a un torreón de la antigua fortaleza. Los arqueólogos también trabajan en la hipótesis del hallazgo de un aljibe o un molino.
Del castillo que vio nacer al Gran Capitán sólo se conservan las murallas y alguna de las torres.
María Luisa Rodas, concejal de Patrimonio Histórico, destacó que algunos de los sillares de piedra se encuentran "trabajados", mientras que otros son "más irregulares". El descubrimiento se localiza en un espacio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, por lo que los trabajos en el espacio acotado "han sido coordinados en todo momento" por la Administración autonómica. "La ladera del Castillo sigue deparando nuevas sorpresas. Se trata de una zona caliente desde el punto de vista arqueológico y estos nuevos trabajos nos ayudarán a conocer mejor el pasado de la localidad", subrayó la concejala.

PRIMEROS POBLADORES
El recinto del Castillo ha sido objetivo de varias excavaciones en la parte superior, "que está bastante documentada". "Pero quedaba por conocer esta zona en la que ahora se está actuando", dijo la concejala. Las nuevas excavaciones permitirán ver restos de los primeros pobladores que se asentaron en el cerro sobre los que posteriormente se construyó el recinto amurallado. "Seguimos apostando por la preservación, la investigación y el estudio de estos restos", concluyó la concejala de Patrimonio Histórico.

Rodas y la teniente de alcalde de Urbanismo, Alicia Carmona (IU), visitaron ayer la zona para presentar los trabajos de adecentamiento del espacio comprendido entre el Castillo y la senda peatonal que circunda la ladera. Carmona explicó que estos trabajos tratan de poner en valor el entorno monumental del antiguo alhorí y potenciar las visitas turísticas que se pueden realizar a este enclave. "La idea es que este recorrido que se puede realizar alrededor del Castillo sea atractivo lo más atractivo posible para el visitante", dijo Carmona.

La obra, realizada por construcciones San Francisco Solano, se ha financiado con cargo a los remanentes de la remodelación de la segunda fase de la calle Corredera. La actuación concreta ha consistido en el ajardinamiento de la zona que hay entre el Castillo y la senda peatonal con zonas arbustivas autóctonas. También se va a construir un muro perimetral que sirva para sustentar el terreno y que la senda se mantenga limpia, "siempre poniendo en valor los restos del Castillo y siendo muy respetuosos con el conjunto histórico", aseguró Carmona.

SENDA PEATONAL
La senda peatonal, financiada con cargo al llamado plan Solera, con fondos europeos, tiene una longitud de algo más de 300 metros y supuso una actuación sobre casi 8.000 metros cuadrados en la ladera Norte de Montilla. Esto permitió la reurbanización del borde occidental de la ciudad, con la conexión de la calle San Juan Bosco con el mirador del Balcón de la Escuchuela. Esta intervención supuso una inversión final que rondó los 250.000 euros, toda vez que las obras iniciales se tuvieron que ampliar por los problemas surgidos en la estabilidad del terreno durante la ejecución de las mismas. Los últimos trabajos de adecentamiento han supuesto una inversión de otros 50.000 euros, por lo que el global alcanza los 300.000 euros.

(Fuente: El Día de Córdoba / Ángel Robles)