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28 de noviembre de 2022

Niños soldado en Castilla-La Mancha: un enigma arqueológico apasionante

Investigadores de la Universidad de Alcalá descubren en Numancia de la Sagra (Toledo) brazales de arquero en tumbas infantiles del III milenio A.C
Brazal de arquero con huellas de impactos.

Profesores de Prehistoria de la Universidad de Alcalá del grupo de Investigación Prehistoria Reciente en la cuenca interior del Tajo (PRECYT), junto a investigadores del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC y de la Universidad Autónoma de Madrid, han realizado un trabajo de investigación sobre los brazales de arquero encontrados en tumbas infantiles de Europa a partir de piezas localizadas en la península ibérica.

Como explica la investigadora principal de la Universidad de Alcalá, Rosa Barroso, ‘los brazales proceden de la excavación del yacimiento de Las Mayores, en Numancia de la Sagra (Toledo), realizada en el año 2008. El equipo de la UAH lleva varios años estudiando los enterramientos documentados en este yacimiento, en colaboración con la empresa Rojas Arqueología SL que realizó las excavaciones, donde se han obtenido fechas de radiocarbono, se han realizado estudios antropológicos y físico-químicos de los restos encontrados gracias a la financiación de la Junta de Castilla la Mancha y la Universidad de Alcalá’.

Estas piezas de piedra de forma rectangular con dos perforaciones aparecen con frecuencia colocadas en el antebrazo de los individuos enterrados a finales del III milenio A.C. lo que ha permitido su interpretación como protectores del antebrazo durante el tiro con arco. Hoy en día está probada su funcionalidad como protectores, pero muchas piezas pudieron tener también una función de reconocimiento social en las tumbas.

Deduciendo lo que no se ha conservado
‘En el periodo al que corresponden las tumbas de Las Mayores, son frecuentes los enterramientos en los que aparecen puntas de flecha líticas que podrían tener un astil de madera que no se ha conservado. Lo mismo pasa con los arcos que conocemos desde etapas anteriores pero que sólo se han conservado donde se dan las condiciones ambientales necesarias para que la madera perdure. Es muy probable que también se utilizaran brazales de piel que no se han conservado’ asevera la investigadora.

Dos de las tumbas excavadas en el yacimiento arqueológico de Las Mayores son particulares porque se trata de dos niños de corta edad en los que difícilmente podríamos encontrar experimentados arqueros. Y es que solo se han encontrado tumbas infantiles con brazales en centroeuropa, pero en conjunto son muy escasas.

El estudio detallado de los brazales de arquero asociados a estos individuos infantiles ha determinado que ambas piezas fueron reutilizadas, rehechas a partir de brazales rotos de mayor tamaño antes de ser depositadas en las tumbas, pero un tanto imperfectas en su reparación, quizás porque se asocian precisamente a aprendices.

‘Una de las piezas mejor conservada ha permitido, mediante un análisis microscópico de sus huellas, confirmar su uso en arquería antes y después de su reutilización a pesar de su pequeño tamaño, afirma la profesora Rosa Barroso. Los resultados indican un valor social en la tumba, quizás como piezas heredadas o trasferidas, al igual que sugieren el aprendizaje o uso del arco en momentos tempranos de la infancia, en torno a los 10 años.

Este estudio se inserta en una línea de investigación del Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá que profundiza en la biografía de los útiles de piedra en las sociedades de la Prehistoria reciente. Los útiles líticos son el resultado de todo un recorrido desde la selección de la materia prima, el proceso de elaboración, su reparación o reutilización con fines diversos hasta ser abandonadas o como en este caso, amortizadas en contextos funerarios que tanta información proporcionan para entender los modos de vida de las sociedades humanas en la prehistoria.
(Fuente: La Crónica)

24 de noviembre de 2022

Nuevo sistema ‘inteligente’ para la reconstrucción de restos arqueológicos

Un equipo de investigación coordinado desde la Universidad de Jaén ha desarrollado un programa denominado IberianGan que reconoce partes de cerámica íbera y sugiere cómo sería el objeto. Mediante inteligencia artificial, ha entrenado a la aplicación que diferencia automáticamente unas piezas de otras con gran precisión y exactitud además de ofrecer una imagen del elemento completo
El equipo de investigación está formado por investigadores vinculados al Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, al Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas del Conicet (Argentina) y al Departamento de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras de la Universidad Nacional del Sur (Argentina).

Un equipo de investigación coordinado desde la Universidad de Jaén (UJA) ha diseñado el sistema denominado IberianGan que recrea cómo sería un objeto completo a partir de trozos de cerámica hallados en el valle alto del Guadalquivir. El programa, que reconoce la pieza y sugiere cómo podría ser originalmente, permite que los arqueólogos puedan reconstruir de una manera más exacta los restos encontrados en sus excavaciones.

En investigaciones anteriores, los expertos desarrollaron un catálogo y clasificación exhaustiva de piezas de cerámica íbera. Ahora, han creado una herramienta que ordena cualquier nuevo objeto o trozo hallado de manera automática.

Para ello, usan unos criterios establecidos por los arqueólogos para determinar la forma: abiertos o cerrados, con cuello o sin él, esféricos u ovalados, según ha informado este jueves la Fundación Descubre.

Ahora dan un paso más al haber entrenado al sistema, al que han llamado IberianGan, para que ofrezca una imagen completa del objeto de cerámica al que pertenecía el trozo concreto.

En el artículo 'Reconstruction of Iberian ceramic potteries using generative adversarial networks', publicado en la revista 'Scientific reports', los expertos explican el modelo utilizado y confirman su validez. Han verificado la calidad de las muestras reconstruidas y la utilidad de la herramienta, que facilitará considerablemente los trabajos de ensamblaje de los restos.

En las excavaciones arqueológicas, la cerámica se encuentra normalmente fragmentada, lo que requiere, por un lado, la catalogación de cada elemento y, por otro, el estudio y reconstrucción manual del objeto entero.

"IberianGan resuelve el problema de los trozos mediante comparaciones entre piezas conocidas automáticamente. La mejor coincidencia dentro del conjunto de datos es la solución para esa cerámica", ha explicado el investigador de la Universidad de Jaén y autor del artículo, Manuel Lucena.

El sistema tiene ya catalogado en una extensa base de datos los distintos fragmentos posibles. Además, genera de manera virtual nuevos trozos con las mismas características que los reales. De este modo, la herramienta va construyendo posibilidades de ensamblaje para crear la cerámica completa.

Los expertos han puesto a disposición de la comunidad científica tanto los datos como el código fuente con la configuración y los diferentes enfoques analizados en el estudio en https://github.com/celiacintas/vasijas/tree/iberianGAN con la intención de que puedan replicarse y hacerse extensivos a otras investigaciones.

REDES CONTRARIAS
Así, mediante lo que se conoce como aprendizaje profundo, la herramienta va aprendiendo a diferenciar qué elemento es real y cuál no. El modelo utilizado se basa en redes adversarias generativas o redes antagónicas, GAN por sus siglas en inglés.

Se trata de dos redes neuronales que son contrarias. Juegan a enfrentarse entre sí, de manera que una tiene una carta con la opción 'verdadero' y la otra, la carta 'falso'. Una de ellas siempre gana lo que pierde la otra.

De esta manera, para generar posibilidades, el sistema se entrena creando y confrontando imágenes reales con otras que no lo son. La herramienta discrimina aquella que no es real, pero es capaz de producir algo que parece auténtico a partir de las cartas que ha recibido de su oponente.

APRENDIZAJE
Los investigadores entrenaron a la red mediante la simulación de cerámicas creadas a partir de otras ya ensambladas por los arqueólogos y replicaron la rotura que habrían sufrido en el caso de estar en un yacimiento. Así, ya contaban con los elementos necesarios para que la herramienta aprenda por sí misma cualquier combinación posible para mostrar el elemento real.

Además de confirmar su exactitud con los arqueólogos, los expertos han comparado los resultados obtenidos mediante este modelo de aprendizaje profundo con otros, confirmando que las redes antagónicas son las idóneas para el entrenamiento de las herramientas de reconstrucción de cerámicas íberas.

Por otro lado, proponen ampliar el sistema incluyendo la creación de imágenes tridimensionales a partir de estos mismos perfiles, incluso recrear la decoración que podrían tener las vasijas halladas. También plantean su aplicación con otro tipo de restos, como podrían ser huesos, proyectiles o incluso edificios.

Los trabajos se han financiado mediante el Programa Operativo Feder Andalucía 2014-2022, la Universidad de Jaén, el Centro de Estudios Avanzados en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Ceatic) y el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica.

El equipo de investigación está formado por investigadores vinculados al Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la UJA, al Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas del Conicet (Argentina) y al Departamento de Ingeniería Eléctrica y de Computadoras de la Universidad Nacional del Sur (Argentina).

La excavaciones sacan a la luz nuevos muros en el castro de Santa María de Cervantes (Lugo)

Las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el castro de Santa María de Cervantes (Lugo) sacaron a la luz la existencia de varios muros en el lado sur del yacimiento superpuestos sobre un gran afloramiento rocoso.
Visitantes en el castro de Santa María de Cervantes. EP

Las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el castro de Santa María de Cervantes sacaron a la luz la existencia de varios muros en el lado sur del yacimiento, superpuestos sobre un gran afloramiento rocoso.

La directora general de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez, participó este domingo en una visita guiada para conocer el resultado de la última actuación realizada en este bien patrimonial y que contó con un presupuesto de 17.800 euros.

Según los primeros resultados del estudio, los muros descubiertos forman parte de un gran estructura de delimitación del recinto por su lado sur. "Estes novos achados reflicten a grande envergadura da obra de contención que se fixo durante a construción do castro de Santa María, o que permite aumentar o noso coñecemento sobre este conxunto e mellorar a súa conservación e posta en valor", subrayó María del Carmen Martínez.

Además de la propia excavación, los trabajos realizados en este última campaña arqueológica incluyeron también la limpieza manual y la consolidación puntual de los restos arqueológicos que se habían excavado en la década de los noventa del pasado siglo y que ocupan una superficie aproximada de 700 metros cuadrados, entre los que se encuentran muros, pavimentos y otras estructuras.

Características
El yacimiento del castro de Santa María de Cervantes se corresponde a un poblado minero ocupado entre los siglos I y II y que está integrado, además, por restos de las explotaciones mineras que había en su entorno. También destaca la iglesia y la necrópolis que se remontan al siglo XIV. Este conjunto arqueológico fue declarado BIC en el año 2019 y, desde entonces, la Xunta lleva invertidos 34.000 euros en su investigación y mantenimiento.
(Fuente: El Progreso)

Descubren estructuras funerarias con 5.000 años en las obras de una cooperativa de aceitunas de Pedrera (Sevilla)

Se trata de dos cuevas que pudieron haberse utilizado para preparar los cadáveres antes del rito funerario. Las pinturas aparecieron en una cueva durante las labores de control arqueológico realizadas previamente a las obras.
Imagen de las pinturas descubiertas.EUROPA PRESS

Las labores de control arqueológico preventivo asociadas a unas obras promovidas en Pedrera (Sevilla), para la modernización de una planta de aderezo de una cooperativa, han deparado el descubrimiento de "dos cuevas artificiales de inhumación colectiva" datadas en la primera mitad del tercer milenio previo a la era actual; donde yacían restos óseos de tres personas tintados de un "intenso color rojo"; así como dos hachas y otras piezas líticas.

La memoria técnica de esta intervención está firmada por los especialistas José Miguel Bascón Mateos, Juan Manuel Garrido Anguita, María del Pilar Ruiz Borrega1, Isabel María Jabalquinto Expósito, Ángel Rubio Salvador y Samuel Lahoz Morón, todos ellos miembros del grupo de investigación en recursos patrimoniales PAI HUM-262 de la Universidad de Córdoba.

En concreto, se trata de una actividad arqueológica preventiva ligada a unas obras promovidas por la sociedad cooperativa andaluza Getsemaní de Pedrera, dedicada principalmente a la aceituna, para la urbanización y modernización de los patios de fermentación e instalaciones de recogida de efluentes de su planta de aderezo. Los trabajos de control y seguimiento arqueológico, según detalla la mencionada memoria técnica comenzaron en agosto de 2019 junto con el inicio de las obras y finalizaron el 27 de marzo de 2020.

Tales labores de control arqueológico, según el documento, depararon un descubrimiento el 20 de agosto de 2019, poco después de empezar las actuaciones.

Más al detalle, fue descubierto "un pozo en rampa" de 2,93 metros de longitud y 1,33 metros de profundidad máxima, "excavado en el terreno natural", que conducía a dos cuevas identificadas como "estructuras funerarias". En este "pozo o corredor", según estos arqueólogos, fueron ya descubiertos "unos seis fragmentos cerámicos correspondientes a una misma pieza, una olla fabricada mano".

Estos autores detallan en su informe que la primera de las dos citadas "estructuras funerarias", de "planta prácticamente circular", constituye "una cueva artificial secundaria nunca ocupada, o de la cual se exhumaron en un momento impreciso los restos óseos que allí se inhumaron para depositarlos en otro lugar; por ejemplo la cámara funeraria de la (otra) cueva artificial" de este recinto.

Ritual funerario
"También cabe la posibilidad de que este tipo de espacios estuvieran destinados a tareas auxiliares del ritual funerario tales como la preparación del cadáver o la deposición de ofrendas", razonan además estos investigadores.

En cuanto a la segunda cueva artificial, la memoria técnica de esta intervención arqueológica refleja que contaba con una "antecámara de planta oval con sección vertical semiesférica", previa a la cámara sepulcral como tal, también "de planta oval con sección vertical semiesférica", caracterizada por un "pavimento o lecho de piedras calizas" donde fueron localizados "restos óseos inhumados" de "un intenso color rojo, fruto de haber sido tintados"; así como "ocho piezas líticas cuya tipología se corresponde con dos hachas y una azuela de piedra pulimentada, una lámina de sílex y cuatro microlitos geométricos de sílex" y "una posible pieza de marfil".

Al menos tres individuos
En cuanto a los huesos, corresponderían a "un número mínimo de tres individuos", en concreto a una mujer "con una edad estimada superior a los 50 años" cuyos restos yacían "en posición fetal, encogidos, hiperflexionados y con las manos colocadas frente a su cara"; así como a un varón de entre 30 y 35 años y otro hombre adulto, restos en estos dos últimos casos localizados "en un mismo conjunto, desarticulados y sin conexión anatómica".

A juicio del equipo de arqueólogos, los huesos de estos dos individuos "fueron colocados de forma intencionada sobre las piernas" de la mujer, como un "depósito secundario y no una reducción para dar cabida al enterramiento primario".

Especialmente, el equipo de arqueólogos destaca que "al igual que el lecho de piedra que sirve de base a las inhumaciones, todos los restos óseos" descubiertos estaban "tintados en mayor o menor medida por un intenso color rojo anaranjado".

"La existencia de este pigmento en la parte inferior de los restos óseos parece deberse al contacto directo de estos con el pigmento vertido sobre el lecho funerario, pero su existencia en la zona superior del hueso es fruto del espolvoreado que se realizaría sobre los difuntos durante algún acto ritual", explican los autores de este informe. Según interpretan, "la tinción de los huesos se hizo a posteriori, una vez los restos ya colocados en su correspondiente lugar de enterramiento, independientemente de que este luego pueda variar a una posición secundaria".

En cualquier caso, se trata de un pigmento "elaborado a base del mineral del cinabrio", compuesto en un 85 por ciento por mercurio y en un 15 por ciento por azufre.

El pigmento ocre cinabrio
De este modo, la memoria de esta intervención arqueológica preventiva señala de manera especial esta "utilización del pigmento ocre rojo cinabrio en elementos constructivos, restos óseos y algunos elementos de ajuar".

En sus conclusiones, así, estos arqueólogos resumen que esta actuación preventiva asociada a las obras de modernización de la planta de aderezo de la sociedad cooperativa andaluza Getsemaní de Pedrera ha arrojado el descubrimiento de "dos nuevas cuevas artificiales de inhumación colectiva, cuya fase de construcción y uso" encuadran de manera preliminar en la primera mitad del tercer milenio previo a la era actual.

Ser trata de un hallazgo, según razonan, con "evidente relación con los descubrimientos que se produjeron durante las actividades arqueológicas desarrolladas en los años 2012 y 2013", también en estos mismos terrenos, unas actuaciones entonces saldadas con la excavación de "tres sepulcros hipogeos en cueva artificial".
(Fuente: Nius Diario)

23 de noviembre de 2022

Descubren una necrópolis prehistórica y un yacimiento con restos iberos y musulmanes en Burriana (Castellón)

El yacimiento de Sant Gregori puede convertirse en un punto de interés turístico para mostrar cómo se vivía en una villa marítima romana
Imagen de los restos encontrados en el yacimiento de Sant Gregori.

Los recientes trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de Sant Gregori en Borriana han sacado a la luz una necrópolis prehistórica que por la densidad de los hallazgos es en estos momentos la más importante de la Comunitat Valenciana, y también se ha descubierto un yacimiento inédito con importantes nuevos restos iberos y musulmanes, conjuntamente con una villa romana.

Así lo ha anunciado el arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, quien ha presentado en el Museo Arqueológico Municipal de Burriana los nuevos y trascendentales hallazgos arqueológicos ante la presencia de la alcaldesa de Borriana, Maria Josep Safont, y el concejal de Patrimonio, Vicent Granel.

Unos descubrimientos arqueológicos realizados en las obras del PAI Sant Gregori, cuyo equipo de arqueólogas y restauradoras trabaja bajo las directrices de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte y con la supervisión del Servicio Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Borriana.

José Manuel Melchor ha explicado que los hallazgos arqueológicos que se están llevando a cabo actualmente “están aportando datos significativos y relevantes a nivel de Comunitat Valenciana, tanto por su riqueza histórica como por su contexto cultural y geográfico”.

De hecho, según ha adelantado, ya son varias las universidades y centros de investigación nacionales y extranjeros los interesados en colaborar con el Museo Arqueológico de Borriana, que coordina los trabajos.

Muchos de los restos encontrados en la necrópolis de la edad de bronce y los recién encontrados restos iberos, musulmanes y romanos ya forman parte del fondo arqueológico en la sala dedicada exclusivamente a exhibir los hallazgos recuperados en el yacimiento de Sant Gregori, con gran cantidad de piezas procedentes de sus excavaciones, entre las cuales figuran finos vasos de cristal y restos de mosaicos y pinturas murales.

De los hallazgos realizados hasta el momento, el arqueólogo municipal ha destacado “la espectacular villa marítima romana situada a escasos 100 metros de la línea de costa en Burriana, la más grande excavada en la Comunitat Valenciana, ya que ocupa unos 18.000 metros cuadrados, y ha asegurado que es ”ilustrativa de un modelo de villa marítima durante el Alto Imperio Romano y una de las mejor conservadas, de las que solamente se conocen otras cuatro en el territorio valenciano“.

Además, ha resaltado que ha aportado “importantes descubrimientos de materiales entre los que destaca la mejor colección de pintura mural romana de toda la Comunitat Valenciana a nivel de villas romanas, destacando los motivos figurativos y vegetales”.

Yacimiento inédito
En las últimas excavaciones, se ha descubierto un yacimiento inédito con los restos iberos y musulmanes, conjuntamente con una villa romana con importantes restos, ha indicado Melchor, pero ha puntualizado que lo más destacable es “la aparición de una necrópolis prehistórica que por la densidad de los hallazgos es en estos momentos la más importante de la Comunitat Valenciana”. Ahora los restos están en proceso de estudio.

Tanto la alcaldesa como el concejal de Patrimonio han manifestado que el gobierno municipal “ya está valorando las importantes posibilidades con las que cuenta el enclave como motor económico para Burriana, especialmente desde el punto de vista turístico, con la debida potenciación, puesta en valor y explotación de los hallazgos”.

Al respecto, Safont y Granel han valorado la propuesta de convertir el yacimiento en un punto de interés turístico para mostrar cómo se vivía en una villa marítima romana. También han recordado que la inversión económica realizada en la excavación y extracción de estos restos arqueológicos es de carácter privado, y “es la más importante jamás realizada en Borriana”.

Los últimos trabajos de excavación emprendidos durante estas semanas dentro de las acciones para la urbanización de Golf Sant Gregori suponen “un impulso decisivo para consolidar la riqueza del patrimonio y la historia del municipio, y ampliar el conocimiento sobre este importante yacimiento arqueológico”, han precisado.

Finalmente, el arqueólogo municipal ha querido poner en valor la colaboración de la Universitat Jaume I que ya ha organizado un Seminario internacional y en el pasado verano realizó las intervenciones arqueológicas del I Curso Internacional de Arqueología y Culturas del Mediterráneo Antiguo, enmarcadas en el proyecto de investigación de la villa marítima de Sant Gregori, que ha sido organizado además de por la Universitat Jaume I de Castelló, la Università di Macerata (Italia), la Université de Lorraine (Francia) y el Museu Arqueològic de Borriana.

El Servei Arqueològic Municipal, dirigido por el arqueólogo José Manuel Melchor, es el que realiza el seguimiento y la coordinación de todas las excavaciones realizadas en el yacimiento durante los últimos años.

La Asociación Europea de Arqueólogos premia una foto de un yacimiento de La Palma

La imagen de la estación rupestre de El Verde, en el municipio de El Paso, fue realizada por José Farrujia de la Rosa, profesor de la Universidad de La Laguna

La Asociación Europea de Arqueólogos (European Association of Archaeologists, EAA), ha concedido el Premio The European Archaeologist Photojournalist of the year 2022 al profesor de la Universidad de La Laguna (ULL), José Farrujia de la Rosa, por su foto del yacimiento rupestre de El Verde, emplazado en el municipio de El Paso, en el que se recoge el momento del ocaso solar durante el solsticio de verano.

La Asociación Europea de Arqueólogos, que anualmente concede tres premios sin distinción dentro de este certamen, propuso como lema de la edición ¿Cuál es el espíritu de la arqueología en el año 2022? y la elaboración de un texto explicativo que acompañara a la fotografía.

En la imagen galardonada se capta el atardecer del 17 de junio de 2022 y la proyección de la luz del sol sobre un panel rupestre grabado con una espiral.

La imagen fue tomada por Farrujia en el marco de un proyecto de innovación y transferencia educativa, desarrollado desde el Área de Didáctica de las Ciencias Sociales de la ULL bajo el título Aprendizaje activo y patrimonio cultural desde la Didáctica de las Ciencias Sociales.

El proyecto, centrado en la educación patrimonial y destinado al alumnado que cursa el Grado de Maestro/a en Educación Primaria de la Facultad de Educación, aboga precisamente por el aprendizaje contextual y por los itinerarios patrimoniales como estrategias didácticas claves en la formación inicial del alumnado del referido grado.

Farrujia indica que una buena imagen puede ayudar a complementar la explicación didáctica de un yacimiento y a facilitar su comprensión por parte del alumnado, especialmente cuando lo que se explica durante la visita es un fenómeno puntual que sólo se registra en determinados momentos del año.

“Las culturas ancestrales basadas en la ganadería y la agricultura, como es el caso de los indígenas de las Islas Canarias, llevaban a cabo sus principales celebraciones durante el verano. En el momento del solsticio, es decir, cuando el sol alcanzaba su órbita más alta, comenzaba el año para los antiguos canarios. A partir de entonces recogían sus cosechas y unían a las cabras con los machos para garantizar la cría”, explica Farrujia en su texto.

Durante el solsticio y al atardecer, tal y como se aprecia en la foto premiada, el Sol al descender, proyecta su luz por el hueco que se ve en la silueta de la montaña e ilumina la roca grabada con la espiral.

“Por eso los antiguos palmeros eligieron estas rocas del barranco, y no otras, para dejar su huella, porque justo allí ”Magec“, el Sol, proyectaba y sigue proyectando su luz al atardecer y sigue anunciando la llegada del verano”, relata José Farrujia.

El premio concedido implica, entre otros aspectos, la reproducción de la foto en la portada del boletín insignia de la arqueología europea, The European Archaeologist (El/la arqueólogo/a Europeo/a), que se difunde entre los más de 11.000 miembros de la Asociación, procedentes de más de 60 países de todo el mundo.

Asimismo, la imagen se difundirá como parte de las actividades promocionales de la asociación y en sus redes sociales, con lo que ello implica para la divulgación de los valores del patrimonio arqueológico canario en el ámbito internacional.

Este galardón, según Farrujia, no hubiera sido posible sin la labor de la Asociación Iruene La Palma y sin los estudios que viene desarrollando en los últimos años su presidente, Miguel Ángel Martín González, sobre la cosmovisión de los antiguos palmeros.

“La arqueología y la educación patrimonial pueden mantener vivo el eco del pasado y, al hacerlo, nos ayudan a comprender mejor nuestro entorno y su valor”, concluye Farrujia en el texto que acompaña a la imagen galardonada.

José Farrujia de la Rosa es el actual Vicedecano del Grado de Primaria, Cultura y Proyección Social de la Facultad de Educación de la universidad lagunera, además de ser autor de diferentes publicaciones y textos científicos sobre el estudio de la vida de los antiguos canarios.

Trabajos de rehabilitación en la villa romana de 'La Majona'


Durante estos días se está llevando a cabo la rehabilitación de la Villa Romana “La Majona”, situada a 8 km de Don Benito (Badajoz), en la margen derecha del río Guadiana, y que fue descubierta de modo fortuito en el año 1995 a raíz de unas obras que se realizaron en la zona.

Ya en el año 2015 y de la mano del 'Proyecto Ciudades Romanas de Extremadura', se realizaron numerosas actuaciones consistentes en la excavación de determinadas áreas del yacimiento arqueológico, la restauración de estructuras murarias y mosaicos, el acondicionamiento de la zona occidental, la mejora del cierre perimetral y la dotación de instalaciones e infraestructuras necesarias, todo ello encaminado a su puesta en valor y apertura al público en el año 2016.

La Junta de Extremadura determinó este año iniciar el proceso del expediente para la Declaración de Interés Cultural a favor de la villa romana 'La Majona, con la categoría de Zona Arqueológica para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.

Esta villa aporta gran información para el conocimiento del mundo rural romano entre los siglos I y V d.C. y de sus formas de vida. La villa se diseñó conforme a los modelos clásicos de construcción romanos, en los que las habitaciones, con funciones muy bien definidas, se organizaban en torno a un gran patio central porticado o peristilo.

En las primeras excavaciones apareció el famoso busto de mármol de “La Majona”, posible retrato del propietario del complejo, quien, por la finísima factura técnica del busto, que parece imitar los bustos del emperador Alejandro Severo (222-235 d.C.), podría ser una persona muy cercana al mismo.

El elemento más sobresaliente de este edificio fueron los magníficos mosaicos que pavimentan el lateral oeste y sur del mismo. Aunque lo más destacado de “La Majona” es una habitación de 200 metros cuadrados con pavimento geométrico; es la más grande de la península ibérica, solo comparable con otra que existe en Noheda (Cuenca) con 231 metros cuadrados.
(Fuente: Don Benito.com)

21 de noviembre de 2022

El Museo de Palencia habilita un nuevo espacio para los hallazgos de la ciudad

El centro palentino recibe cada año una media de 4.000 piezas procedentes de excavaciones y obras, el 80% de ellas de la capital

De Pallantia a Palencia, un camino desde la época romana, pero también con hallazgos de la ciudad medieval y la moderna. Tras la última renovación, el Museo de la capital cuenta con una zona en la que el visitante puede conocer algunos de los miles de restos arqueológicos obtenidos tras intervenciones en la ciudad, en muchas ocasiones, con motivo de obras civiles y promociones de viviendas.

El director del Museo, Francisco Javier Pérez, señala en declaraciones a la agencia Ical que la media de hallazgos arqueológicos que entran en el centro museístico palentino se cifra en unas 4.000 piezas al año, de las que el 80% procede de actividades realizadas en la ciudad, mientras que el resto son de la provincia, según recoge la agencia Ical.

Se trata de miles y miles las piezas de la arqueología que se conservan en el museo, aunque es imposible poder exponerlas, dado que muchas de ellas «no tienen actualmente cabida en el discurso expositivo del espacio», aunque están perfectamente documentadas en el almacén, afirma.

Los restos más antiguos que aparecen son romanos, pero hay hallazgos de todos los niveles medievales y de la época moderna. Pérez recuerda que en la última intervención que se ha llevado a cabo en la calle Menéndez Pelayo, por encima de los niveles romanos han aparecido otros medievales y modernos, al llegar a documentarse unos hornos de cerámica de la baja Edad Media con producciones esmaltadas.

«Lo que más nos llama la atención son los restos romanos, pero también hay otros de la ciudad medieval y de la época moderna». Y es que, en solares próximos a la calle Mayor se ha encontrado el foso de la antigua muralla, los cuales también están documentados en las nuevas vitrinas, añade.

El emplazamiento de la Pallantia romana, en la fértil vega del rio Carrión, fue elegido en un momento impreciso de la segunda mitad del siglo I antes de Cristo, y hay que enmarcarlo en el proceso de romanización de la zona y en la planificación de la conquista del territorio cántabro para alcanzar el control de la península ibérica.

Es posible que la población vaccea que habitaba los cercanos poblados situados en el Cerro de la Miranda, al este, y en el conocido pago del Pico del Tesoro, al oeste, fuesen obligados a ocupar este nuevo emplazamiento. Además, la cita de 'civitate Palantina' en la tésera de Paredes de Nava, fechada en el año 2 antes de Cristo, así como la ocultación de los tres tesoros de joyas vacceas de Palencia, parecen avalar esta hipótesis.

Pérez traslada que desde que se hace la excavación arqueológica en la ciudad hasta que llegan a exponerse los restos hallados en el museo suele pasar un tiempo, ya que, independientemente del proceso de limpieza y de estudio del arqueólogo, en el laboratorio de restauración hay que proceder por norma general con tratamientos específicos.

La incorporación «no suele ser inmediata», pero en el caso de la ciudad de Palencia, se tiene la opción de tener un espacio específico en el Museo, lo que hace que todavía sea más sencillo que se incorporen piezas nuevas.

Control en las obras
Todas las intervenciones de arqueología asociadas a una obra civil son controladas por una arqueóloga territorial perteneciente a la Unidad Técnica del Servicio Territorial de Cultura de Palencia. Es aquella que informa a la Comisión Provincial de Patrimonio sobre los resultados, dado que el Museo no ejerce ninguna función de control o supervisión, simplemente recibe el material hallado.

Las obras civiles y construcciones «no se paralizan», porque en el momento en el que un promotor presenta el proyecto de obra, los primeros permisos administrativos ya le exigen la realización de un estudio arqueológico, que puede consistir en un control con unos sondeos y una determinada extensión en función de las dimensiones y la ubicación del solar.

Todas esas condiciones están especificadas en las normas urbanísticas del PGOU de Palencia, por lo que cada promotor sabe lo qué se va a requerir en cada solar, porque «no logrará el permiso de obra sin el informe previo arqueológico de sondeos».

En función de ese estudio previo, se puede llegar a exigir una excavación más amplia o puede darse como suficiente. Todos los restos hallados se documentan y se catalogan para, tras un informe técnico, ser depositados en el Museo de Palencia.

En las normas urbanísticas, la ciudad está segmentada por distritos y se sabe, 'grosso modo', la extensión que tenía la ciudad romana antigua, el núcleo medieval y el lugar en el que se ubicaban las necrópolis romanas. Aspectos que se han tenido en cuenta a la hora de elaborar las normas urbanísticas.

Aun así, puntualiza que pueden ocurrir casos excepcionales, como en la calle Osmundo Margareto, donde aparecieron unas tumbas romanas en una zona más alejada de lo marcado dentro de la necrópolis romana. «Son sorpresas que se pueden dar, aunque estas zonas son añadidas a las normas para que se tengan en cuenta en futuras promociones», asevera el director del Museo de Palencia.