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26 de marzo de 2025

Indicios de falsificación en dos piezas cerámicas del yacimiento de "Las Ermitas" (Álava)

Este material procedente del yacimiento alavés de Espejo estaba localizado en las instalaciones de la empresa Lurmen, firma del arqueólogo Eliseo Gil, que se encargó de excavar el yacimiento de Iruña-Veleia, y que fue condenado en 2020 a dos años de cárcel por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural y estafa, tras haber falsificado otros grafitos hallados en este yacimiento de Iruña.
Las piezas ofrecen claros indicios de manipulación humana en el presente, ya que no sólo la grafía no parece antigua y alguna letra cortaba a la tierra adherida con el paso del tiempo, sino que, además, en latín, ambos nombres se escribían «NERO» y «CAESAR», respectivamente.

Gobierno Vasco, en colaboración con la Diputación Foral de Álava, ha remitido a la Sección de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico de la Ertzaintza, competente en delitos contra el patrimonio cultural, la información relativa al hallazgo de nuevos grafitos con claros indicios de manipulación en el conjunto de piezas confiscadas a Lurmen S.L., empresa cuyos responsables fueron condenados en 2020 por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural.

Se trata de dos grafitos (con las palabras “Neron” y Cesar”) en sendas piezas cerámicas del yacimiento de Las Ermita ubicado en Espejo (Valdegobia). Este material se encontraba en el momento de su judicialización en manos del grupo de investigación de Lurmen en las instalaciones de Iruña-Veleia y, desde entonces, se custodian en el Museo de Arqueología de Álava – BIBAT.

Este hallazgo se ha dado en el marco de la investigación impulsada por departamento de Cultura y Política Lingüística sobre “grafitos procedentes de contextos rurales y/o tardorromanos” en colaboración con el Museo de Arqueología de Álava BIBAT dependiente de la Diputación Foral de Álava.

Gobierno Vasco y Diputación Foral de Álava afirman haber actuado con rigor, transparencia y celeridad ya que, en cuanto han tenido conocimiento de la presunta falsificación, han acudido a la Ertzaintza. De confirmarse se trataría de una mala noticia no tanto por el volumen del material falsificado sino por el daño reputacional al patrimonio arqueológico alavés.

No obstante, al ser un nuevo ejemplo de mala praxis, las instituciones lo quieren poner en conocimiento de la ciudadanía para que, más allá de su recorrido judicial, sirva de pedagogía de la importancia del respeto arqueológico y patrimonial.

Es por eso que, ambas instituciones desean recordar a la ciudadanía vasca que Álava es un territorio en el que existen más de 3.000 yacimientos arqueológicos de gran valor desde el punto de vista del patrimonio cultural y que las falsificaciones, a día de hoy, suponen casos estadísticamente anecdóticos. Asimismo, tanto Gobierno Vasco como Diputación Foral de Álava desean poner en valor que esta información se haya podido recabar gracias a una investigación impulsada por las instituciones públicas.

Cabe señalar que el yacimiento arqueológico de Las Ermitas es un yacimiento tardorromano de notoria singularidad en el contexto de Alava.

DESCRIPCIÓN DEL HALLAZGO
  • El Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco cuenta con una convocatoria para los años 2024 y 2025 de trabajos de investigación aplicada al ámbito de la protección del Patrimonio Cultural Vasco. Dentro de esta convocatoria se está realizando un Estudio de los grafitos procedentes de contextos rurales y/o tardorromanos del País Vasco”.
  • El equipo de arqueólogos (Javier Niso y Miguel Loza, de la empresa ITERBIDE SC) estaba revisando materiales de yacimientos de contextos rurales. La metodología consistía en aglutinar la colección cerámica completa de cada yacimiento para realizar una revisión exhaustiva de cada caja con el fin de buscar los grafitos existentes, fotografiarlos y catalogarlos. Una vez realizada esta labor se volvían a guardar. Gran parte de este material está guardado en Museo de Arqueología de Álava BIBAT dependiente de la Diputación Foral de Álava.
  • Parte del material relativo al yacimiento de las Ermitas estaba localizado en las instalaciones que la empresa Lurmen, condenada en 2020 por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural tenía en el propio yacimiento de Iruña-Veleia. Este material fue archivado en el Museo de Arqueología de Álava y no había sido revisado hasta ahora, en el marco de la investigación citada previamente.
  • El equipo de arqueólogos encuentra (el 19 de marzo) dos grafitos. Se trata de las palabras “NERON” y “CESAR” sobre dos piezas de cerámica romana con claros indicios de manipulación humana en el presente. No sólo la grafía no parece antigua y alguna letra cortaba a la tierra adherida con el paso del tiempo, sino que, además, en latín, ambos nombres se escribían “NERO” y “CAESAR” respectivamente.
  • El 24 de marzo, tras recabar la documentación necesaria, el Gobierno Vasco remite a la Ertzaintza la información.
  • (Fuente: Gobierno Vasco)

3 de febrero de 2014

Denuncian falta de rigor en el informe que cuestiona los grafitos de Iruña- Veleia

El informe del Instituto del Patrimonio Cultural de España concluye que 35 de los 39 grafitos analizados son recientes y, por tanto, falsificaciones. Los hallazgos que se cuestionan, localizados entre 2005 y 2006 bajo la gestión de la empresa Lurmen, son unos grafitos escritos en cerámicas de los siglos III, IV y V que en su día se calificaron como históricos porque, entre otras cosas, adelantaban al siglo III la aparición del euskera y la entrada del Cristianismo.

El exdirector del yacimiento arqueológico alavés de Iruña- Veleia, Eliseo Gil, ha denunciado la "falta de rigor" y "superficialidad" del informe del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que concluye que 35 de los 39 grafitos analizados son recientes y, por tanto, falsificaciones.

Gil ha comparecido ante los medios de comunicación para opinar sobre este informe, elaborado a instancias del juzgado de Vitoria que lleva el caso contra Gil y la excodirectora del proyecto, Idoia Filloy, a los que la Diputación de Álava denunció por atentado contra el patrimonio y estafa.

Los hallazgos que se cuestionan, localizados entre 2005 y 2006 bajo la gestión de la empresa Lurmen, son unos grafitos escritos en cerámicas de los siglos III, IV y V que en su día se calificaron como históricos porque, entre otras cosas, adelantaban al siglo III la aparición del euskera y la entrada del Cristianismo.

Varios expertos cuestionaron la autenticidad de estos hallazgos porque consideraron que las palabras en latín y en euskera que aparecían inscritas en los grafitos eran demasiado vulgares o modernas para la época.

Finalmente, la Diputación denunció a Gil y Filloy, y el juzgado que lleva el caso ordenó un análisis de las inscripciones para determinar su autenticidad o falsedad.

«OBSERVACIONES SUPERFICIALES»
Según ha explicado Gil, en un primer momento el juzgado encargó el estudio a la Guardia Civil y posteriormente a la Ertzaintza pero ambos cuerpos comunicaron que "no estaban capacitados ni disponían de medios para este tipo de trabajos".


En julio de 2012 el encargó recayó en el IPCE, organismo dependiente del Ministerio de Cultura, que ha redactado un informe que es "un auténtico despropósito" porque basa sus conclusiones en "observaciones superficiales con un microscopio" pero no en pruebas químicas, por lo que no tiene "ninguna base analítica ni científica", ha afirmado.

En este sentido, Gil ha explicado que un análisis superficial detecta "las huellas de todas las manipulaciones" que han sufrido los grafitos para su limpieza o estudio, pero no "resuelve de forma definitiva el tema de la autenticidad", para lo que es necesario estudiar "lo que hay debajo", por lo que ha pedido un nuevo estudio en profundidad.

En cuanto a la veintena de "metales modernos" hallados por el IPCE en las piezas, el arqueólogo ha explicado que los grafitos han pasado por "distintas manos y herramientas" y que la presencia de metales "debe interpretarse en este sentido y nunca como una evidencia de falsificación", especialmente cuando un análisis de 2008 no halló restos de ellos, ha argumentado.

INSCRIPCIONES ALTERADAS "VOLUNTARIA O INVOLUNTARIAMENTE"
El arqueólogo ha expresado sus "fundadas sospechas" de que las inscripciones han sido "alteradas voluntaria o involuntariamente" y ha criticado que el IPCE no haya analizado huesos o ladrillos -piezas que también están bajo cuestión- porque con pruebas "simples, rápidas y baratas" de Carbono 14 y de termoluminiscencia, respectivamente, se datarían de forma "inequívoca".


Además, Gil ha asegurado que "no ha existido cadena de custodia de los materiales durante los últimos seis años" y ha denunciado que las piezas "han estado en manos de la parte querellante, cuando deberían haber permanecido bien guardadas y precintadas en sede judicial".

"Esta falta de custodia, algo inaudito en cualquier sistema judicial, es causa suficiente para cerrar el caso por indefensión", ha dicho Gil, que desde que estalló el escándalo se siente "en un limbo donde no hay ninguna salida laboral".

En términos parecidos se ha expresado Filloy: "Profesionalmente nos han finiquitado de forma definitiva. Y a nivel personal, esto es una tortura, una situación horrorosa".

En la rueda de prensa también ha participado el geoquímico Koenraad van den Driescche, que ha denunciado que el IPCE, en lugar de plantear varias hipótesis en sus análisis, "trabaja sólo con la hipótesis de la falsedad".

11 de junio de 2020

Condena de cárcel por falsear las inscripciones romanas en euskera de Iruña-Veleia

La condena se ha visto reducida de forma significativa por las "dilaciones indebidas" en el proceso, que ha durado 15 años
El exdirector del área arqueológica, Eliseo Gil (en el centro), junto
a los otro dos acusados, Rubén Cerdán (a la derecha)
y Óscar Escribano (a la izda.), durante su declaración ante el juez. EFE
El 9 de junio de 2006, arqueólogos vascos subvencionados por la empresa pública Euskotren y la Diputación foral de Álava comunicaron un hallazgo excepcional. Las excavaciones realizadas por la empresa Lurmen dirigida por el arqueólogo Eliseo Gil había localizado 36 piezas en el asentamiento romano de Veleia (a 10 kilómetros al sur de Vitoria) con inscripciones en latín, jeroglíficos egipcios y... palabras en euskera. Restos de los siglos III, IV y V que convertían el yacimiento arqueológico alavés en un espacio único porque exigían reconsiderar todo lo que hasta ese momento se sabía sobre el euskera.

Catorce años y un día después, la Justicia ha dictado que Gil manipuló las piezas con inscripciones falsas y que contó con la colaboración de Rubén Cerdán, un supuesto físico nuclear, en su fraude. Los dos han sido hoy condenados a penas de prisión de dos años y medio y un año y tres meses de cárcel, respectivamente, y al pago de 12.500 euros a la Diputación de Álava.

La sentencia contra Gil y Cerdán acredita judicialmente la gran mentira creada por un arqueólogo que ha mantenido su inocencia con el argumento de que nadie puede acreditar quién manipuló los hallazgos.

La sentencia del Juzgado de lo Penal de Vitoria sostiene que fue Gil u "otras personas" porque no ha podido acreditar quién manipulaba con simples punzones las piezas no mostraban ninguna particularidad cuando eran recogidas y, meses más tarde tras ser almacenadas, mostraban las singulares marcas en el posterior proceso de lavado. Oscar Escribano, colaborador de Gil, ya había reconocido que manipuló una pieza con la inscripción 'Veleia' en el inicio de la vista oral y tras llegar a un acuerdo con la fiscalía.

APOYO INSTITUCIONAL
El fraude en el yacimiento arqueológico se produjo a partir del año 2005, pero Gil contaba con un generoso apoyo institucional. En 2002, el arqueólogo logró una subvención de la empresa de transportes del Gobierno vasco Euskotren de 3,7 millones de euros para un periodo de 10 años y la Diputación de Álava aportaba al proyecto de investigación 18.000 euros anuales.

Según la sentencia, restos arqueológicos hallados a partir del verano de 2005 eran almacenados en instalaciones del propio yacimiento y meses después durante su lavado se descubrían las excepcionales inscripciones. Entre las piezas 'retocadas' se encontraban 36 restos de época romana sobre las que se realizaron las grabaciones. Una manipulación que a Gil y Cerdán tan sólo les va a suponer el pago de 72 euros de multa.

Gil recurrió a Cerdán para simular ante la Diputación de Álava a través de tres presuntos análisis de espectroscopia nuclear la autenticidad de las inscripciones en función de la naturaleza de las piezas encontradas. Los dos cómplices del fraude cobraron de la institución alavesa los 12.500 euros que ahora tendrán que abonar. La juez determina en su sentencia que la "dilación" de esta investigación judicial que arrancó en diciembre de 2008 cuando la Diputación de Álava presentó ante la fiscalía su denuncia.