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22 de mayo de 2014

Una nueva campaña desvelará más secretos de la antigua Dulantzi (Álava)

Hace cinco años, las primeras excavaciones arqueológicas realizadas junto al convento de las Clarisas de Dulantzi (Alegría de Álava) dejaron al descubierto una necrópolis. Ahora, los arqueólogos reanudan los trabajos en los alrededores a la caza de más secretos.
Durante los últimos días se han reanudado las excavaciones arqueológicas en Dulantzi, por el mismo equipo formado por los arqueólogos Javier Niso Lorenzo y Miguel Loza Uriarte. Foto: NOTICIAS DE ÁLAVA
Entre noviembre de 2009 y mayo de 2010, los arqueólogos Javier Niso Lorenzo y Miguel Loza Uriarte llevaron a cabo una excavación en las calles Nuestra Señora de Ayala y San Martín, junto al convento de las clarisas, donde unas obras para la reurbanización de la zona, realizadas a finales del año 2009, habían dejado al descubierto una necrópolis. Se sabía que en aquel lugar había estado la ermita de San Martín, desaparecida a finales del siglo XIX, considerada como la parroquia de la antigua aldea de Dulantzi.

Esta misma semana se han reanudado las excavaciones a continuación de las realizadas hace cuatro años por el mismo equipo de arqueólogos, en un espacio situado debajo de un almacén. El hecho de que esta zona haya estado cubierta por una capa de cemento ha hecho que los restos se encuentren particularmente bien conservados.

El Ayuntamiento de Alegría-Dulantzi patrocina estas excavaciones en colaboración con la Diputación Foral de Álava, con la intención de sacar a la luz el pasado histórico del municipio, pero también con la idea de que la puesta en valor de este importante yacimiento arqueológico constituya un punto de atracción más para los visitantes. Por el momento, el Ayuntamiento de esta localidad alavesa negocia con los propietarios de las fincas colindantes la posibilidad de ampliar el área de excavación.

En aquella primera campaña, que abarcó una superficie de unos 800 metros cuadrados, se encontraron restos pertenecientes a un amplio periodo de tiempo, que empieza en el segundo milenio a.C., una época a la que pertenecerían unos posibles fondos de cabaña presumiblemente de la Edad de Bronce, por lo tanto anteriores al poblamiento del cercano Castro de Henaio, datado en la Edad del Hierro. En Dulantzi, este poblamiento salta directamente de la Edad del Bronce a la época romana, durante los cuatro primeros siglos de nuestra era. Ya Lorenzo Prestamero había descubierto en Dulantzi, en 1799, un ara dedicada a Tullonio.

ÉPOCA ROMANA

De este periodo, que comprende los siglos I al IV d.C., se han descubierto restos de estructuras que formarían calles, con orientación noroeste-sureste y noreste-suroeste, es decir, un esquema urbanizado típico de la época romana. Se han encontrado también un pozo, datado en los siglos II-III, y fragmentos de estelas funerarias reutilizadas en la construcción de edificios posteriores, lo que supondría la existencia en las proximidades de una necrópolis altoimperial.

En cuanto a la relación entre estos vestigios y los del cercano yacimiento de Angostina, que hasta ahora era considerado como una villa romana, Javier Niso y Miguel Loza plantean la atrayente posibilidad de que no fuera una edificación aislada, sino que podría pertenecer al mismo núcleo de población. Sobre los restos romanos se halló una necrópolis, datada mediante el método del Carbono 14 entre los años 410 y 550. Este hecho parece implicar que esta zona, tras la época romana, dejó de ser urbana para pasar a ser marginal.

IGLESIA BASILICAL 
A partir del siglo VI se constata la existencia de un gran edificio de carácter religioso, con una necrópolis asociada, que parece dar una nueva importancia a la zona. Esta iglesia tendría planta basilical, de orientación este-oeste, con varias estancias. Al este una sala recta al exterior y con ábside al interior de 16 metros cuadrados, en la que apareció una estela romana reutilizada como altar. Junto a esta sala apareció el enterramiento de un personaje importante, una mujer, junto a la que se encontró un fragmento de cráneo de corzo con el arranque de las astas. Su datación estaría, de acuerdo con el Carbono 14, entre los años 340 y 540, por lo que dado que el edificio es posterior parece indicar que se trataría de un traslado desde la antigua necrópolis hasta esta nueva ubicación.

Al oeste de esta sala hay un gran espacio rectangular en el que se localizan diez enterramientos. Aquí los cuerpos se inhumarían en ataúdes de madera, ya que se han encontrado los clavos. En el ángulo sureste del edificio habría una puerta, cuyo umbral se realizó a partir de una estela funeraria romana, que daría paso a una pequeña habitación, destruida por la necrópolis posterior y por la moderna urbanización de la zona. Aquí se hallaron tres enterramientos, uno de ellos con dos niños. En el extremo suroeste habría otra pequeña sala con una pila excavada en su centro, a la que se accedería mediante unos escalones, que probablemente tendría la función de baptisterio, en la que el bautizo se realizaría por inmersión. Los enterramientos hallados indican que esta iglesia ya estaba construida a finales del siglo VI. En su exterior se encontraron otros cinco enterramientos.

Algunos de estos cuerpos llevan asociados ajuares, compuestos por cuencos de vidrio, cobre o cubos de madera, de los que se hallaron los aros metálicos de su estructura, cucharillas de plata y bronce, un hacha de combate, anillos, uno de ellos de oro, hebillas de cinturón y puntas de lanza. Estos objetos podrían estar relacionados con los hallados en las necrópolis de Aldaieta, en Nanclares de Ganboa, y la de San Pelayo, cercana a Dulantzi, relacionados con el área aquitana y el ducado de Vasconia.

ALTA EDAD MEDIA 
De lo anterior se deduce que los individuos inhumados en esta iglesia serían personajes de cierta relevancia social, incluso se ha constatado que en su alimentación tenía gran importancia la carne. Su datación mediante el Carbono 14 los sitúa del año 530 al 700. A partir de esa fecha, los enterramientos se trasladan a zonas más alejadas de la iglesia, constituyendo una necrópolis de la que se han localizado unas cincuenta tumbas, sin ataúd ni ajuar, con orientación este-oeste, que podrían ir hasta finales del siglo IX.

A partir del siglo X, las salas anexas a la iglesia desaparecen, pero la nave de la iglesia permanece en pie. En un principio se pensó que habría cambiado de función, ya que se han encontrado silos excavados en su interior, pero dado que estos silos respetan las zonas dedicadas a la liturgia, podrían estar relacionados, en opinión de los arqueólogos "con el proceso de captación de renta y su almacenamiento en suelo sagrado". En el siglo XII desaparecería el edificio para dar paso a la nueva iglesia, cuyos restos se han encontrado ahora, y a una nueva necrópolis. La desaparición del baptisterio coincide con el cambio del rito del bautismo, que pasa de la inmersión a la aspersión, tal como lo conocemos hoy en día.

Los enterramientos continuaron hasta el año 1150. En ese periodo coinciden con estructuras de habitación o relacionadas con el trabajo agrícola. A partir de esa fecha toda la zona se convertirá en cementerio, anejo a la nueva iglesia de San Martín. De esta época se han encontrado diferentes monedas, tanto de los reyes de Navarra Sancho V y Sancho VI, como del castellano Alfonso VI. Al parecer, tras la fundación de la villa de Alegría de Dulantzi en 1337, se abandonó esta necrópolis. Posteriormente en la zona se edificó, en el siglo XVI, el convento de Santa Clara, que aún subsiste.

Por el momento han salido a la luz el ábside de la iglesia de San Martín y algunas tumbas del cementerio, datados en principio entre los siglos XII y XIII, así como restos de un muro, pero los arqueólogos estiman que bajo él encontrarán otra necrópolis más antigua.

(Fuente: Noticias de Álava / Fernando Sánchez Aranaz)

26 de marzo de 2025

Indicios de falsificación en dos piezas cerámicas del yacimiento de "Las Ermitas" (Álava)

Este material procedente del yacimiento alavés de Espejo estaba localizado en las instalaciones de la empresa Lurmen, firma del arqueólogo Eliseo Gil, que se encargó de excavar el yacimiento de Iruña-Veleia, y que fue condenado en 2020 a dos años de cárcel por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural y estafa, tras haber falsificado otros grafitos hallados en este yacimiento de Iruña.
Las piezas ofrecen claros indicios de manipulación humana en el presente, ya que no sólo la grafía no parece antigua y alguna letra cortaba a la tierra adherida con el paso del tiempo, sino que, además, en latín, ambos nombres se escribían «NERO» y «CAESAR», respectivamente.

Gobierno Vasco, en colaboración con la Diputación Foral de Álava, ha remitido a la Sección de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico de la Ertzaintza, competente en delitos contra el patrimonio cultural, la información relativa al hallazgo de nuevos grafitos con claros indicios de manipulación en el conjunto de piezas confiscadas a Lurmen S.L., empresa cuyos responsables fueron condenados en 2020 por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural.

Se trata de dos grafitos (con las palabras “Neron” y Cesar”) en sendas piezas cerámicas del yacimiento de Las Ermita ubicado en Espejo (Valdegobia). Este material se encontraba en el momento de su judicialización en manos del grupo de investigación de Lurmen en las instalaciones de Iruña-Veleia y, desde entonces, se custodian en el Museo de Arqueología de Álava – BIBAT.

Este hallazgo se ha dado en el marco de la investigación impulsada por departamento de Cultura y Política Lingüística sobre “grafitos procedentes de contextos rurales y/o tardorromanos” en colaboración con el Museo de Arqueología de Álava BIBAT dependiente de la Diputación Foral de Álava.

Gobierno Vasco y Diputación Foral de Álava afirman haber actuado con rigor, transparencia y celeridad ya que, en cuanto han tenido conocimiento de la presunta falsificación, han acudido a la Ertzaintza. De confirmarse se trataría de una mala noticia no tanto por el volumen del material falsificado sino por el daño reputacional al patrimonio arqueológico alavés.

No obstante, al ser un nuevo ejemplo de mala praxis, las instituciones lo quieren poner en conocimiento de la ciudadanía para que, más allá de su recorrido judicial, sirva de pedagogía de la importancia del respeto arqueológico y patrimonial.

Es por eso que, ambas instituciones desean recordar a la ciudadanía vasca que Álava es un territorio en el que existen más de 3.000 yacimientos arqueológicos de gran valor desde el punto de vista del patrimonio cultural y que las falsificaciones, a día de hoy, suponen casos estadísticamente anecdóticos. Asimismo, tanto Gobierno Vasco como Diputación Foral de Álava desean poner en valor que esta información se haya podido recabar gracias a una investigación impulsada por las instituciones públicas.

Cabe señalar que el yacimiento arqueológico de Las Ermitas es un yacimiento tardorromano de notoria singularidad en el contexto de Alava.

DESCRIPCIÓN DEL HALLAZGO
  • El Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco cuenta con una convocatoria para los años 2024 y 2025 de trabajos de investigación aplicada al ámbito de la protección del Patrimonio Cultural Vasco. Dentro de esta convocatoria se está realizando un Estudio de los grafitos procedentes de contextos rurales y/o tardorromanos del País Vasco”.
  • El equipo de arqueólogos (Javier Niso y Miguel Loza, de la empresa ITERBIDE SC) estaba revisando materiales de yacimientos de contextos rurales. La metodología consistía en aglutinar la colección cerámica completa de cada yacimiento para realizar una revisión exhaustiva de cada caja con el fin de buscar los grafitos existentes, fotografiarlos y catalogarlos. Una vez realizada esta labor se volvían a guardar. Gran parte de este material está guardado en Museo de Arqueología de Álava BIBAT dependiente de la Diputación Foral de Álava.
  • Parte del material relativo al yacimiento de las Ermitas estaba localizado en las instalaciones que la empresa Lurmen, condenada en 2020 por falsedad documental del patrimonio histórico-cultural tenía en el propio yacimiento de Iruña-Veleia. Este material fue archivado en el Museo de Arqueología de Álava y no había sido revisado hasta ahora, en el marco de la investigación citada previamente.
  • El equipo de arqueólogos encuentra (el 19 de marzo) dos grafitos. Se trata de las palabras “NERON” y “CESAR” sobre dos piezas de cerámica romana con claros indicios de manipulación humana en el presente. No sólo la grafía no parece antigua y alguna letra cortaba a la tierra adherida con el paso del tiempo, sino que, además, en latín, ambos nombres se escribían “NERO” y “CAESAR” respectivamente.
  • El 24 de marzo, tras recabar la documentación necesaria, el Gobierno Vasco remite a la Ertzaintza la información.
  • (Fuente: Gobierno Vasco)