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10 de septiembre de 2020

Sale a la luz otro edificio en la villa romana de La Estaca (Asturias)

Los arqueólogos sospechan que la construcción de 40 metros cuadrados daba algún tipo de servicio auxiliar a la Villa.
Juan Muñiz, a la izquierda, y Adrián Piñán, ayer, excavando en la construcción descubierta a 25 metros del edificio central de la villa romana. FOTO: IRMA COLLÍN
La villa romana de La Estaca va camino de convertirse en una caja de sorpresas arqueológicas. Si bien la campaña de este año tenía como objetivo descubrir una habitación contigua a la del mosaico descubierto en 1958 en el mismo yacimiento, un sondeo realizado recientemente obligó a cambiar ligeramente los planes. La aparición de una nueva construcción de 40 metros cuadrados y de origen romano situada a escasa distancia de la construcción principal ha obligado a los investigadores a dividirse en dos grupos hasta el fin de los trabajos, el día 24 de este mes.

El georradar permitió al equipo encabezado por el arqueólogo Juan Muñiz descubrir hace escasos días la existencia de la construcción. Desde ayer, parte de ellos se encuentran trabajando en una zona en la que ya han aflorado parcialmente los muros y en los próximos días se conocerá más acerca de lo que albergaban en su interior. "Sospechamos que daba algún servicio auxiliar a la villa", apunta Muñiz acerca de un inmueble "de indudable origen romano" y "alineado con el resto del conjunto de edificios".

Debido al apremio de los plazos solo se descubrirá una pequeña parte del nuevo hallazgo y se marcará de cara a futuras campañas. Para los investigadores, el hallazgo supone corroborar la hipótesis de que la villa romana de La Estaca formaba parte de un complejo mucho más grande que abarcaría todo el valle situado a medio camino de varias ciudades romanas de Asturias y Galicia.

INICIATIVA POPULAR
La excavación de este año ha sido posible gracias a los 8.500 euros recaudados por el colectivo creado por vecinos de Las Regueras para impulsar las investigaciones en La Estaca. Se trata de la segunda campaña financiada por iniciativa popular tras la exitosa de finales de 2018 que hizo aflorar un gran mosaico romano de 14 metros cuadrados, mejor conservado incluso que el localizado en esa misma finca por José Manuel González en 1958.

Los trabajos iniciados para descubrir la habitación contigua a la del mosaico hallado hace 62 años y trasladado posteriormente al Museo Arqueológico, donde continúa, permitirán ubicar mejor dicha decoración en el contexto de la villa. Por su parte, las indagaciones sobre el nuevo edificio podrían despejar las dudas sobre la existencia de más mosaicos y el modo de vida de los habitantes del conjunto.
(Fuente: La Nueva España / L. Blanco Foto: Irma Collín)

7 de septiembre de 2022

La villa romana de La Estaca tuvo uso hasta el siglo VII

El hallazgo de una cabaña medieval y un horno reutilizado para fundir metales en la villa asturiana arrojan luz sobre un periodo oscuro de nuestra historia
A la izquierda, la alcaldesa de Las Regueras, María Isabel Méndez, el director general de Cultura, Pablo León, y el arqueólogo Juan Ramón Muñiz. FOTO: A. PIÑA

La villa romana de La Estaca (Las Regueras -Asturias-) mantuvo la continuidad de su uso poblacional desde los siglos II y III hasta la época tardo-antigua, por lo menos hasta el siglo VII. Ese ha sido el principal descubrimiento de la campaña de excavaciones dirigida por el arqueólogo Juan Ramón Muñiz que concluye hoy. El hallazgo de un horno destinado, según la hipótesis de los investigadores, a calefactar las habitaciones de la casa en torno al mosaico descubierto en 2018, ha permitido tras su estudio en profundidad averiguar que fue reutilizado desde un momento muy próximo al abandono de la mansión para fundir objetos de bronce. Durante los trabajos realizados en las últimas semanas se han podido localizar otros elementos que corroborarían esta continuidad en el tiempo de la antigua mansión como una cabaña para el ganado de época altomedieval con paredes de madera.

Para el director general de Cultura del Principado, Pablo León, que en la tarde de ayer visitó el yacimiento acompañado de la alcaldesa de Las Regueras, María Isabel Méndez, la importancia de esta campaña arqueológica reside en esa información obtenida por el equipo de Muñiz: «Cuatro años después del inicio de las excavaciones se están dando respuestas a incógnitas sobre un periodo relativamente mal conocido en Asturias, como el de la transición a la edad media y haciendo el mapa en detalle de esta villa romana que sin duda aún tiene mucho que aportar», afirmó. El responsable regional de Patrimonio respondió allí a vecinos miembros de la Asociación de Amigos de la Villa Romana de la Estaca que le inquirieron sobre la declaración como BIC (Bien de Interés Cultural) del yacimiento que este era ya inminente: «Ya ha sido aprobado en el pleno de la Comisión», les aseguró.

Por su parte, el director de la campaña, Juan Ramón Muñiz, subrayó ante los informadores que «la reutilización del horno romano en época tardo-antigua es un hallazgo muy llamativo porque demuestra la continuidad en la población en un periodo sobre el que no se puede saber nada porque no hay documentación escrita y la arqueología nos da estas pistas». El investigador explicó que «conocíamos la presencia de habitaciones calefactadas y queríamos ver el sistema, tras la aparición del horno, al estudiar los distintos lechos de ceniza comenzó a aparecer gran cantidad de escoria: los que vinieron detrás siguieron usándolo para producir metal, no pudieron pasar cien años entre uno y otro, tuvo que haber alguien que sabía que allí había un horno. Es muy posible que los antiguos trabajadores de la villa siguieran en ella tras su abandono».

Acerca del conjunto de la mansión romana, Muñiz, apuntó que se trataría de una residencia de unos 900 metros cuadrados de planta y que contaba con otros edificios en su entorno: «Estamos hablando no solo de un lugar de descanso sino que era también un centro productivo». En las excavaciones fueron encontradas diversas piezas de uso cotidiano como acus crinales (adornos femeninos para el pelo), espátulas para el maquillaje, pinzas, cerámica reutilizada en época tardo-antigua, restos de vasos de vidrio y teselas del mismo material que no se correspondían con el mosaico aledaño ni con el descubierto en el mismo terreno y que se encuentra en el Museo Arqueológico, el destino a donde irán estos vestigios tras su estudio y catalogación.

29 de enero de 2020

El mayor repertorio decorativo de las villas romanas documentadas en Asturias

Los resultados de la campaña arqueológica, que se presentan mañana jueves en Oviedo, confirman que la villa romana de Las Regueras tiene «el mejor y más rico repertorio decorativo» de las localizadas en Asturias

El yacimiento de La Estaca, en Las Regueras, conserva dos lienzos de muro con restos pictóricos. En uno de ellos, el oriental, los arqueólogos han hallado pinturas decorativas de más de un metro, aunque no han podido excavar y sacarlas a la luz «por la dificultad técnica que suponía la conservación de estos muros parcialmente inclinados hacia el interior de la habitación». Así lo señala el director de la excavación, el arqueólogo Juan Muñiz, que ha hecho públicos los resultados de la campaña, que se presentarán mañana jueves en Oviedo

La investigación arqueológica confirma la importancia de la villa romana de Las Regueras, que conserva «el mejor y más rico repertorio decorativo» de las localizadas en Asturias.

CONCLUSIONES DE LA EXCAVACIÓN 
«Durante el pasado mes de noviembre se excavó la práctica totalidad del segundo mosaico de la Villa Romana de San Martin de La Estaca, en el municipio asturiano de Las Regueras. El hallazgo del mismo se había producido en abril de 2018 cuando el equipo de Juan R. Muñiz sondeó los restos aparecidos en la finca de El Pedregalón. Para esta campaña de 2019 se seleccionó un equipo de expertos destinado específicamente a excavar por completo el mosaico en un mes de trabajo. El equipo estuvo integrado por los arqueólogos Adrián Piñán, Valentín Álvarez y Alejandro Sánchez y las restauradoras Marta Corrada y Mónica Ruíz bajo la dirección de Elías Carrocera y Juan R. Muñiz. En los trabajos se contó además con la colaboración de los arqueólogos Gerardo Sierra, Leonardo Martínez y la estudiante María Rodríguez.

El yacimiento de la Villa de San Martín ya era conocido por las noticias recogidas en el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850) 1 y por los significativos restos hallados en las excavaciones realizadas en los años 1958 y 1961 cuando se había excavado un primer mosaico que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Asturias.

Esta excavación de 2019 estuvo financiada por la Asociación de amigos de la Villa romana de San Martín de La Estaca, que organizó una campaña de micromecenazgo a través de las redes sociales. Además se contó con la colaboración de empresas como UCOFA, Está Por Ver o NORBIM GEO y actividades de apoyo como la recaudación a través de conciertos musicales del coro MOSAICORUM o las rifas y sorteos en locales del municipio. Se trata de los primeros trabajos arqueológicos financiados con esta fórmula en Asturias.
Los resultados preliminares de estos trabajos y de la campaña de geofísica realizada durante el verano por la empresa TERRA DAT se ofrecerán públicamente en una charla que se realizará en Oviedo esta semana. Los resultados engloban avances y estudios en la planta del yacimiento, aportación de materiales arqueológicos, estudios de materiales constructivos y los hallazgos más importantes además del propio mosaico.

El equipo de excavación comprobó que este mosaico se encuentra en una sala interior, probablemente un Triclinium, situada en el ala sur de la Domus. La casa es de planta rectangular de 600m 2 aproximadamente, con un patio central que articula sus estancias de forma nuclear, estando los dos mosaicos (el actual y el excavado en 1958) en salas simétricamente dispuestas en torno al patio en las alas norte y sur. Esta construcción parece que fue edificada entre los siglos II y III, otorgando esta misma cronología al mosaico por su relación estratigráfica.

El estado de conservación de dicho pavimento cabe calificarlo de muy bueno con una extensión de 11 x 3,60 metros de la que se conserva un 90% de su superficie in situ. Por su dimensión y conservación constituye uno de los ejemplos de mayor calidad –sino el que más-, del escaso corpus musivario registrado hasta el momento en Asturias. Este repertorio está formado por los restos aislados localizados en Llanera y los mosaicos de las villas de Memorana y Veranes, además de los dos mosaicos de este yacimiento de la villa de San Martín.

Su composición formal es dominantemente geométrica y se organiza con una cenefa exterior formada por una serie de cuadrados de líneas horizontales rojas, amarillas y blancas en su interior, y flores hexapétalas inscritas en círculos. Este enmarque exterior rodea un sogueado que vertebra una decoración interior de once pares de cuadros en cuyos interiores se alternan cuadrados, nudos de dos eslabones y flores de cuatro pétalos. En el borde occidental se aprecia también una banda decorativa con un rombo rematado en peltas en el que se inscribe una llamativa esvástica blanca sobre fondo rojo. En la parte oriental del pavimento se localizó una forma de copa, la única que se aprecia actualmente en este pavimento. Todo el mosaico está confeccionado con tesselas pétreas y cerámicas de varios colores y de un tamaño medio en torno a 1 cm 2 .

Este pavimento estaba combinado con pinturas parietales realizadas mediante la técnica al secco. Estas pinturas representan imitaciones de mármoles y enmarques en toda la pared norte. El lienzo oriental sin embargo, del que se conservan pinturas de más de un metro de altura, está decorado con escenas compositivas que no han podido ser aún excavadas por la dificultad técnica que suponía la conservación de estos muros parcialmente inclinados hacia el interior de la habitación.

Este mosaico es el de mayor extensión conservada de los localizados en Asturias y el segundo que proviene de este yacimiento. A ello debemos sumar la singular composición pictórica de sus paredes y esta combinación parece confirmar la impresión inicial respecto a su clasificación como el mayor y más rico repertorio decorativo de todas las villas romanas que hasta el momento han podido ser documentadas arqueológicamente en Asturias».

(Fuente: La Voz del Trubia)

11 de mayo de 2010

Más de 500 legajos y pergaminos del Reino de León están fuera de España


Para hacer la historia de la Diócesis de Astorga hay que recorrer medio mundo». Y es que, como explica el historiador Alejandro Valderas, hay miles de legajos, de archivos, de pergaminos del Reino de León que físicamente se perdieron con la Desamortización. El problema no surge a consecuencia de reivindicaciones provinciales, sino que va más allá y afecta a la posibilidad que tienen los investigadores de acceder a todas las fuentes históricas.
En este caso, la decisión de Mendizábal y el caos que se produjo a continuación provocó que hoy en día haya mucha información -"sobre todo relativa a la Edad Media-" perdida. «Durante una investigación, el catedrático Gaspar Morocho se encontró con que cientos de documentos del monasterio de Nogales que custodia el Histórico Nacional estaban podridos. Tuvo que fotografiar todo lo que encontró para que no se perdiera», relata Valderas, quien añade que en el centro hay cajas que no se han abierto en cien años. Además, en los antiguos pleitos con frecuencia aparecen «cosidos» pergaminos medievales, con lo que hay decenas de ellos que siguen siendo desconocidos para los estudiosos.

El Archivo Histórico Nacional custodia cajas con documentos leoneses que no se han abierto en más de cien años


Con la desamortización, los «papeles» de la Iglesia se trasladaron a la Delegación de Hacienda y de allí pasaron, entre 1850 y 1870, a la Real Academia de la Historia, lugar que gestará el futuro Archivo Histórico Nacional. Sin embargo, los expertos calculan que la mitad de todos los documentos se perdieron por el camino. Algunos están en manos de particulares, otros se quemaron y muchos se vendieron a extranjeros. El caso es que nunca llegaron a Madrid. León logró retener documentos del archivo de San Marcos, que publicó Catón, y pergaminos de los monasterios abiertos, como los Capuchinos, Gradefes o Carrizo, así como parte del tesoro de San Isidoro o la Catedral, pero no existe una documentación completa. En el extranjero se conservan buena parte de los tesoros en papel del Reino de León. Así, se sabe a ciencia cierta que muchos de los documentos que salieron de San Isidoro están en la actualidad en Londres. Es el caso de un códice medieval que recoge la correspondencia de los abades con eruditos de la época. Destacable es también un pergamino de Villamol, que se conserva en una biblioteca sueca o los papeles del marqués de Astorga, que están en la Biblioteca de Manchester. «Alrededor de 500 folios están en colecciones europeas», destaca Valderas.


Imagen del facsímil de los reyes leoneses Fernando y Sancha

El archivero recuerda que en la Universidad Complutense, que ardió durante la guerra civil, se dieron muchos códices por perdidos. Es el caso de las cartas de San Pablo (siglo XIII) procedentes del San Isidoro de León y que hoy en día se están recuperando. Durante más de cuarenta años, el fallecido José María Fernández Catón reclamó el regreso a León del archivo monástico, un afán que resultó infructuoso, como el que en 1870 realizó el por entonces archivero de León Ramón Álvarez de la Braña, que trató de conseguir que, como ocurriera con Galicia o Aragón, se abriera en San Marcos el Archivo del Reino de León. El propio Antonio Viñayo ha vuelto a reinvidicar el regreso a la Colegiata de lo que se expropió en el XIX. «Aquí estarían más seguros; hay dos canónigos con estaca toda la noche para vigilar el archivo», dice. (Fuente: Diario de León)

21 de abril de 2020

Los íberos incluían cabezas cortadas de mujeres entre sus trofeos

Una investigación pone en duda la teoría clásica que proponía que los cráneos de Puig Castellar eran de guerreros vencidos en batalla
Una de las cabezas de Puig Castellar, con las marcas de preparación del agujero (Eulàlia Subirà / Trabajos de Prehistoria).
“Siempre se había dicho que pertenecían a guerreros vencidos en la batalla o personas significadas. Aunque aún no sepamos exactamente cuál era el simbolismo que rodea estas cabezas cortadas, lo que está claro es que también había cráneos de mujeres”, explica la investigadora Eulàlia Subirà.

El trabajo de la profesora de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), en colaboración con Carme Rovira, del Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC), ha permitido reescribir algo que se daba por sentado desde hace más de un siglo, cuando el abogado e historiador Ferran de Sagarra y de Císcar descubrió en 1904 un asentamiento íbero fortificado en sus terrenos del Puig Castellar, en Santa Coloma de Gramenet.

Este sitio, conocido popularmente como Turó del Pollo y que estuvo ocupado por los íberos entre los siglos V y II antes de Cristo, era uno de los principales poblados del área layetana (el territorio de la costa de Barcelona entre los ríos Llobregat y Tordera). Desde allí se controlaba una “amplia, fértil y bien comunicada zona que abarcaba la desembocadura del río Besós, el llano barcelonés y partes del Maresme y el Vallés gracias a su posición privilegiada en la Cordillera Litoral”, escriben en un artículo publicado en la revista Trabajos de Prehistória .

RITUAL GUERRERO

Entre los restos, De Sagarra halló algo macabro: un cráneo entero con un clavo de hierro de más de 20 centímetros de largo, otro cráneo agujereado y fragmentos que el historiador asignó a cinco individuos más. Basándose en las fuentes clásicas, los clasificó como trofeos bélicos, evidencias de un ritual guerrero de las poblaciones celtas, que consistía en exponer públicamente cerca de la puerta del poblado, clavadas en una estaca, las cabezas cortadas de los enemigos caídos en la batalla. Argumento que fue apoyado tiempo después por otros arqueólogos europeos.

“Múltiples culturas han considerado a lo largo del tiempo que la cabeza humana concentra los valores esenciales del individuo. Por ello, desde el Neolítico, se constata una dualidad: las cabezas de ciertas personas destacadas han sido conservadas como reliquias protectoras, mientras que, en ocasiones, a los miembros de otros grupos se les arrebataban como trofeo y quienes las atesoraban en la antigüedad, a menudo creían estar apropiándose también de la energía vital de las víctimas”, asumen las especialistas.

Los últimos hallazgos realizados en 2012 en el poblado íbero d’Ullastret , sin embargo, estaban a punto de cambiar la historia. “Me llamaron por si podía ayudarles con nuevos análisis a estudiar las evidencias en el laboratorio, por si podíamos encontrar otro punto de vista para analizar unos objetos que acababan de salir del campo y que aún estaban envueltos en tierra”, recuerda Subirà.

Para contextualizar los descubrimientos, pensaron en compararlos con los de Puig Castellar. Y cuando acudieron al MAC, donde están guardados, encontraron “dos cajas cerradas, que nadie había estudiado” y que contenían las piezas descubiertas por Ferran de Sagarra. Cien años después de ser excavadas, ya era hora que alguien las analizara a fondo.

“El estudio antropológico lo tiramos adelante prácticamente sin financiación. Fue un empeño personal de Carme Rovira y mío. Nos pareció muy interesante y por eso continuamos. Buena parte de la investigación que se realiza hoy en día se hace sin becas, haciendo un gran esfuerzo”, apunta la profesora de la UAB.

Los resultados sorprendieron a Eulàlia Subirà. Donde se creía que había solo restos de cinco personas había, en realidad, hasta 12 individuos representados. Había dos cráneos enclavados, tres con signos de desollamiento y diversos fragmentos craneales y mandibulares con evidencias de lesiones por arma blanca. “Dos de los cráneos pertenecían a mujeres – una tenía entre 30 y 40 años cuando murió y la otra, entre 17 y 25- y otro correspondía a un joven de sólo 15 años”, indica.

Todas las cabezas fueron manipuladas muy poco tiempo después de morir para poder clavarlas y evitar su rotura. Los íberos las separaron del resto del cuerpo, levantaron el cuero cabelludo, trataron las partes blandas y el hueso, fijaron el cráneo y lo perforaron, demostrando unos complejos conocimientos anatómicos.

TROFEOS

Una de las hipótesis que barajan las investigadoras es que esos trofeos de la Edad de Hierro podría ser fruto de “razias”, un tipo de ataque rápido, violento y por sorpresa que practicaban entre comunidades íberas para apropiarse de bienes y posiblemente también de personas. “Parece factible que se exhibieran las cabezas de los vencidos de otros poblados, sin distinción de sexo o edad, como muestra de valentía y superioridad sobre los rivales”, escriben.

Al comparar los restos con los de Ullastret se dieron cuenta que, además de que en el asentamiento de Girona no aparecían evidencias de mujeres ni adolescentes, los huesos de Puig Castellar presentaban una mayor prevalencia de una forma leve de osteoporosis en la cavidad de los ojos llamada cribra orbital y que está asociada al déficit nutricional o a algún proceso infeccioso crónico.

22 de abril de 2013

Arqueólogos descubren nueve conjuntos rupestres en la comarca de La Costera (Valencia)

Se trata de nueve nuevos conjuntos de arte rupestre, localizados en diversos barrancos que vierten al río Canyoles, en la comarca de La Costera. Destaca el localizado en el barranc de Terrasos (Vallada) que conserva diversas escenas con figuras humanas de color negro, correspondientes a un estilo hasta ahora no documentado por los científicos 
Uno de los hallazgos más importantes ha sido el de pinturas esquemáticas 
en el interior de cuevas que podrían formar parte de los ritos funerarios
 del final del Neolítico.
Nuestros antepasados no dejan de sorprendernos. La Unidad de Conservación y Restauración de CulturArts de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte, ha realizado un importante hallazgo arqueológico en la comarca de La Costera, concretamente en las localidades de Fuente la Higuera, Vallada y Montesa.

Se trata de nueve nuevos conjuntos de arte rupestre, localizados en diversos barrancos que vierten al río Canyoles. Una cantidad con la que se duplica el numero de estaciones rupestres inventariadas hasta ahora en esta comarca valenciana.

Un interesante tesoro arqueológico que invita a seguir reflexionando sobre los primeros «valencianos» que habitaron en la región.

Asimismo, sus características principales los han convertido en un conjunto de pinturas que pueden arrojar luz a los investigadores y arqueólogos que trabajan en esta zona.

Arte levantino esquemático

Entre las primeras conclusiones que se han extraído se ha podido saber que pertenecen a los artes levantino y esquemático. Entre los primeros destaca el localizado en el barranc de Terrasos (Vallada) que conserva diversas escenas con figuras humanas de color negro, correspondientes a un estilo hasta ahora no documentado por los científicos.

Sin embargo, uno de los resultados más significativos ha sido el de las pinturas rupestres esquemáticas halladas en el interior de cuevas, en algunos casos en zonas de total oscuridad y penumbra. Este es el caso de las encontradas en la Cueva Santa de Fuente la Higuera. Según explicó  el coordinador de arqueología de La Unidad de Conservación y Restauración de CulturArts, Rafael Martínez Valle, la importancia de estas pinturas rupestres radica en que se encuentran dentro de la propia cueva un hecho insólito hasta el momento. «Puede que visualmente, su calidad no sea considerada de las mejores, pero este hallazgo no se había dado nunca».

En estos casos las pinturas rupestres se asocian a enterramientos colectivos. Su realización formaría parte de los ritos funerarios efectuados por los grupos humanos del Neolítico final, a finales del III milenio a. C. En el interior de ella se conservan diversos motivos pintados que técnica y formalmente se aproximan al Arte Macroesquemático, un estilo hasta ahora exclusivo de las tierras alicantinas relacionado con los primeros agricultores que ocuparon estas tierras hace 7000 años.

Unos descubrimientos, los nueve realizados hasta la fecha, que aseveran que esta comarca valenciana es la «Altamira» valenciana.

Arte abstracto neolítico

Realizadas con pigmentos naturales, estas pinturas rupestres ejemplifican motivos naturales. Estas representaciones son simbólicas, no figurativas. Este arte esquemático podría ser una de las primeras expresiones abstractas de la historia. Por ello, los arqueólogos resaltan el que se encuentren situadas dentro de las cuevas, lo que hace que se asocien a enterramientos colectivos de los ritos funerarios del Neolítico final.