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1 de octubre de 2024

Descubren en Valladolid un mausoleo paleocristiano del siglo IV

Los trabajos en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, muestran los restos de un edificio monumental único en la meseta norte
Planta del edificio encontrado en el yacimiento de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva, Valladolid.

Siglo IV d.C., es la centuria de los emperadores Constantino I o Teodosio I el Grande. Roma se encuentra acosada en su frontera por los bárbaros y la que otrora fuera una civilización urbana, ahora el mundo rural y el cristianismo está tomando el protagonismo. En Hispania, en la meseta, en el valle del río Esgueva, entre las tierras de labranza, se encuentra una estructura cuadrangular y cuatro ábsides, un tipo de construcción del posiblemente vinculado al “mundo paleocristiano ” y con carácter monumental. Los primeros indicios parecen que se trata de un mausoleo, anejo de una basílica, que estaría cerca de una gran villa. Así lo asegura Santiago Sánchez de la Parra Pérez, que junto a la investigadora Sonia Díaz Navarro dirigen la campaña de excavación en el yacimiento romano de 'Las Calaveras', en Renedo de Esgueva.

La primera parte, a falta del trabajo de laboratorio que permita arrojar más certezas sobre los hallazgos. En el entorno del mausoleo se han encontrado “siete inhumaciones completas”, como ha indicado Sánchez de la Parra. Además, de otros restos óseos dispersos que el trabajo agrícola durante generaciones ha removido. “Esto sugiere que hay más enterramientos, pero los huesos están mezclados y fragmentados”, precisa.

Un vuelo aéreo en 1997 localizó el yacimiento

Llama la atención que el yacimiento estuviera a tan solo 15 centímetros de la superficie, por lo que el paso de herramientas como el arado ha castigado unos restos que llevan desde el año 1999 incoados como Bien de Interés Cultural. El hallazgo inicial lo realizó el arqueólogo Julio del Olmo, —actualmente presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid— con un vuelo aéreo en 1997. En resumen, como explica Sánchez de la Parra, las fotografías tomadas con esa técnica permiten diferenciar estructura gracias al “crecimiento diferencial de la vegetación” ya que, en este caso, se puede ver por el color y la forma de la planta.

En todo el yacimiento de 'Las Calaveras' han trabajado en una parcela de 13x13 metros al sur de todo el conjunto. Los primeros indicios muestran una estructura tetraconque con cuatro ábsides paralelos que podrían haber tenido función funeraria, señala el director del proyecto. El edificio, de unos muros de espesor de metro y medio, dataría de los siglos IV o VI d.C. aunque los “estudios preliminares de la cerámica” permiten retrotraerse “más al siglo cuarto que al siglo sexto”.

Para el director de excavación el hallazgo “más significativo” es esta estructura debido a “la monumentalidad que tiene”. “Tenemos que pensar que es una estructura con unos muros muy gruesos, que tendría varias cúpulas, con teselas de vidrio y muchísimos colores en la cubierta, que las estamos encontrando dadas la vuelta ya derruidas, y varios trozos de mármol que vienen de diferentes zonas de la península y del mundo —en concreto del Peloponeso, en Grecia—”, indica.

“Tendríamos que imaginarnos un edificio majestuoso, bastante grande y todo lleno de color y decorado. La importancia de todo el conjunto es la singularidad arquitectónica ya que no tenemos un conjunto así en toda la meseta norte”, relata Sánchez de la Parra.

Otra característica singular es su modelo arquitectónico, que también seguirá la basílica cercana aún por excavar, ya que sería “puramente norteafricano” extendido principalmente en la mitad sur “desde Badajoz hacia el sur”, comenta el investigador. Este conjunto y los de Marialba en León,, la basílica de la Villa de Fortunatus, en Huesca y la basílica paleocristiana de Ampurias, en Sant Martí d’Empúries, en Gerona son los vestigios más antiguos de basílicas paleocristianas la Península.Eso sí, matiza que “ninguna” sigue el modelo arquitectónico de ‘Las Calaveras’.

Lo que se sabe de la biografía del yacimiento, como detalla Sánchez de la Parra, es que se encontraba en un entorno completamente rural en el que comienzan a proliferar las grandes villas a partir del siglo IV. En la meseta es el modelo extendido “por las propias características geográficas y de la riqueza del suelo”. Hay grandes ejemplos como las villas de Almenara-Puras, en la provincia de Valladolid, o la de la Olmeda, en Palencia.

Las hipótesis sobre 'Las Calaveras' pasan porque la villa tenía su origen en una edificación de peristilo en la que nunca se ha intervenido y que está visible desde la zona de excavación. Esta teoría no está confirmada ya que las fotografías aéreas no reflejan una continuidad entre ambas estructuras.
Origen

El origen del mausoleo estaría en torno a lugar de enterramiento de una persona o familia importante de la zona. De momento, han localizado un cementerio con unas siete inhumaciones completas además de los restos casi un centenar de personas. De forma más superficial a los muros y las sepulturas se han hallado “un nivel” previo con muchos “huesos inconexos”. “Por la cantidad de huesos que estamos localizando creemos que podría llegar a centenar, pero bueno, evidentemente eso es una impresión desde el campo”, apunta Sánchez de la Parra.

Sobre el método de enterrar los cuerpos, Sánchez de la Parra indica que es muy similar en todos los casos: ladrillo, teja, piedra y mortero de cal. Una fórmula simple con materiales comunes y sin grandes ajuares salvo los hallazgos de teselas de mosaico que vendrían del edificio.

A falta de las pruebas con Carbono 14, estos enterramientos serían posteriores a la construcción del edificio. Por el momento, los hallazgos en los restos muestran signos de “estrés estrés físico bastante fuerte del tipo artrosis”. “A menos que sean personas de edad muy avanzada, que eso lo tenemos que ver luego en laboratorio cuando limpiemos bien los huesos, probablemente tuvieran unas condiciones de vida muy duras debido a que tenían un trabajo físico”, explica Sánchez de la Parra.

Entre los restos óseos de cuatro de las inhumaciones también han encontrado metal a modo de “una especie de pulseras”, como afirma el investigador. Tampoco han encontrado nada de cerámica u objetos preciosos algo que hacen que el director del yacimiento piense “más en el cristianismo que en otra que en otra en otro tipo de cultura”.

El trabajo de laboratorio va permitir conocer la cronología. Es posible, como matiza Sánchez de la Parra, que los restos inhumados de los niveles inferiores serían los del siglo IV, vinculados al mausoleo. Los más superficiales estarían en el uso de la basílica y la concepción de enterramiento cristiano cercano a la iglesia actual.

De la misma forma que conocer la vida de los edificios, la muerte del mausoleo y la basílica vendría a partir “del siglo sexto, siglo séptimo o siglo octavo” a mano de los visigodos que reaprovechan muchas de las estructuras. Al menos, ha sobrevivido al expolio “moderno” a pesar del daño sufrido por el arado.

Los trabajos de excavación, financiados por el Instituto de Promoción Cultural Arcadia de la Fundación Universidad de Valladolid y apoyados por el Ayuntamiento de Renedo y la Comandancia Militar de Valladolid y Palencia, se han realizado en este mes de septiembre. Los siguientes pasos a dar son elaborar un informe para remitirlo a la Junta de Castilla y León y buscar una financiación que permita estudiar la historia del yacimiento de 'Las Calaveras' de Renedo de Esgueva.

6 de agosto de 2024

Albacete encarga a la UCM la recuperación del yacimiento arqueológico de El Acequión

El Ayuntamiento de Albacete ha encargado a la Universidad Complutense de Madrid un estudio para la futura restauración de la Motilla de El Acequión, el yacimiento de la Edad de Bronce ubicado en el término municipal de la capital manchega que está declarado Bien de Interés Cultural desde 1991 y constituye uno de los yacimientos más importantes para explicar las sociedades de esa época en el sur de Europa.


La concejala de Calidad de Vida, Participación Real y Efectiva, Llanos Navarro ha calificado este yacimiento como “un gran patrimonio histórico de la ciudad, que nos vincula con lo más profundo de nuestra historia y que debe potenciarse por su valor arqueológico y por sus posibilidades en el ámbito del turismo cultural”.

El estudio de la Complutense, dirigido por el profesor Luis Benítez de Lugo, está llevándose a cabo en estos días y pretende analizar en detalle del estado de conservación de la motilla, crear mapas de patologías y analizar sus materiales constructivos.

Para ello se están realizando tomas de datos de los materiales pétreos, argamasas y morteros de los muros, con técnicas como FRX, LIBS, microscopio óptico, Micro3D, MEB, DRX, láminas petrográficas y análisis químico de los morteros.

Finalmente se harán plantas y alzados de la zona, y se redactará un valoración e interpretación de resultados que incluirá propuestas de conservación preventiva, de cara a contar con un proyecto de restauración de la motilla.

El trabajo de campo se ha hecho durante el mes de julio en la motilla, tras haber sido contratado por Ayuntamiento por un importe de 13.292 euros más IVA y con el fin de desarrollar un “Estudio de las patologías de la Motilla de El Acequión para la restauración del yacimiento arqueológico”.

El director científico del proyecto, Luis Benítez de Lugo, ha mostrado su satisfacción por esta iniciativa municipal porque “es improrrogable garantizar la supervivencia de la motilla para las generaciones futuras.

El Acequión se encuentra en un estado de extrema fragilidad, degradándose de forma acelerada por diversos factores, y debemos frenar esa dinámica para salvar la motilla y que no desaparezca’.

Según ha anunciado el profesor, “en un plazo de seis meses contaremos con un Plan de Actuación concreto y detallado”.

El Servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico es un laboratorio de investigación de la Universidad Autónoma de Madrid que atiende las necesidades de conservación, restauración y análisis del patrimonio arqueológico de España. Su objetivo es dar apoyo y servicio a proyectos sobre el conocimiento y el cuidado del patrimonio arqueológico, está dirigido por el catedrático Joaquín Barrio Martín, y cuenta con personal y colaboradores de diferentes áreas del conocimiento como restauración, historia, arqueología, física, química o geología.

La concejala Llanos Navarro ha recordado que el pasado mes de junio el Ayuntamiento y la Universidad Complutense suscribieron un convenio para la colaboración científico-técnica, de cara a la recuperación y puesta en valor de la motilla ‘El Acequión’. El convenio contemplaba proyectos de investigación, excavaciones y otros trabajos arqueológicos.

El Ayuntamiento comprometió una aportación económica de 30.000 euros a la Universidad Complutense, que asume la asistencia técnica arqueológica mediante la aportación de recursos humanos especializados en la Cultura de las motillas del Bronce de la Mancha.

La concejala ha recordado que “ambas partes se comprometían a colaborar en actividades relacionadas con la excavación, conservación, protección, divulgación y promoción cultural del yacimiento, como así estamos haciendo”.

5 de diciembre de 2023

Documentan una gran alberca en la almunia de recreo del Rey Lobo en Monteagudo (Murcia)

El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo
Investigadores del CSIC y del Instituto Arqueológico Alemán inspeccionan la arquería excavada en el llano de Monteagudo. Guillermo Carrión / AGM

Otra sorpresa en la zona del llano del Castillejo, en Monteagudo. La nueva campaña de estudio que se lleva a cabo hasta este martes en la almunia de Ibn Mardanis, conocido por las fuentes cristianas como el Rey Lobo, ha sacado a la luz vestigios de una gran alberca en uno de los patios del palacio del siglo XII.

Los trabajos que dirige el arqueólogo murciano Julio Navarro, adscrito a la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, han permitido descubrir mediante un sondeo restos de pavimentos y de pinturas murales de dicho depósito, que tendría una capacidad de 800 metros cúbicos. El estanque se localiza anexo al salón protocolario del complejo palaciego, y aunque su función era ornamental también sirvió para abastecer a la finca de recreo.

La campaña, en la que participa el arquitecto Felix Arnold, director científico del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, está siendo «especialmente fructífera», indica Navarro, ya que también se ha podido documentar la arquería del pórtico del pabellón, entre la gran alberca y una segunda más pequeña.

No obstante, solo ha sido posible excavar sus cimientos, «pues las estructuras exhumadas no conservan nada de su alzado», indica el experto del CSIC. Navarro explica que este tipo de distribución está presente en otros complejos áulicos de la arquitectura islámica.

Los nuevos descubrimientos apuntalan la importancia del yacimiento de Monteagudo, donde ya se han localizado restos de dos palacios: el de Ibn Mardanis (siglo XII) y otro posterior que mandó erigir Ibn Hud, entre los años 1228 y 1238, para alojar su corte durante las terceras taifas.

24 de octubre de 2023

Localizan un nuevo palacio del siglo XIII junto al Castillejo de Monteagudo (Murcia)

Los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.


Los arqueólogos continúan desentrañando los entresijos de la historia que yace bajo las huertas de Murcia. Recientemente, el grupo de expertos que trabaja en las excavaciones de la ladera occidental del Castillejo de Monteagudo han hecho un hallazgo que amplía, más si cabe, el rico patrimonio que poblaba la zona.

Ha sido durante la etapa de estudio que comenzó este verano cuando los arqueólogos han averiguado que sobre los niveles de destrucción del palacio del siglo XII de Ibn Mardanis, más conocido como el Rey Lobo, de los que ya se tenía constancia, hay vestigios de un palacio que levantó un rey posterior, Ibn Hud, en ese mismo lugar.

Así lo constata el investigador científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director de las excavaciones, Julio Navarro Palazón, quien explica que de momento se ha desenterrado e identificado la puerta de acceso al palacio, así como algunos muros del área que lo rodeaba.

Las excavaciones de este yacimiento se van a llevar a cabo en dos fincas privadas situadas junto a los restos que se sacaron a la luz en 2018 y 2019. Los trabajos comenzarán en 2024, «previsiblemente en épocas en las que el calor no sea tan sofocante, como Semana Santa o finales de septiembre», explica Navarro. El proyecto, para el que ya se ha conseguido financiación y que estará liderado nuevamente por la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, todavía debe elaborarse y recibir la autorización de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento. También hay excavaciones planeadas y financiadas para 2025 y 2026.

En los trabajos participarán, como hasta ahora, la Universidad de Murcia (UMU), la UCAM, instituciones extranjeras, como el Instituto Arqueológico Alemán y otras universidades españolas e italianas. En todo caso, estas excavaciones no serán suficientes para desenterrar la extensa área palatina que se encuentra junto al Castillejo. «De momento se ha excavado tan solo un 20% del terreno. Es por ello que, en un futuro, seguiremos solicitando ayudas económicas para poder continuar», subraya el investigador. «Esta es una labor que durará varias generaciones», apunta al respecto.

Una gran finca de recreo
Las excavaciones en la falda occidental del Castillejo comenzaron en los años 2018 y 2019, pero no fue hasta finales de julio cuando pudieron retomar las labores, gracias a la subvención de 121.000 euros obtenida a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología dentro del Plan Nacional 2022 para un proyecto liderado por el CSIC bajo el título ‘Arquitecturas de prestigio en las almunias medievales: transmisión de modelos desde la antigüedad al renacimiento (Arqmunia)’. Una decena de arqueólogos, arquitectos y otros profesionales llevan estudiando y preservando la zona desde entonces, unos trabajos que están a punto de concluir.

La almunia del Castillejo de Monteagudo que se está desenterrando fue una gran finca de recreo propiedad del estado musulmán, con algo más de 1.000 tahúllas (111 hectáreas) excluyendo las tierras yermas. En su interior hubo huertas y áreas de secano junto a zonas de bosque y almarjal e incluso viñas, según informa la documentación del siglo XIII. Contaba con un palacio fortificado situado en un altozano, a cuyos pies se encuentra una gran alberca (161 x 136 m), que debió de ser utilizada para el riego y para actividades lúdicas, rodeada de acequias (que a día de hoy se encuentra a plena vista), acueductos, torres, edificios residenciales y pabellones. Como era habitual, esta almunia tuvo una triple función: económica, como explotación agropecuaria; residencial, por ser palacio de recreo en determinadas épocas o días del año y, finalmente, protocolaria, como lugar donde se celebraban audiencias y encuentros con embajadores y dignatarios.

La finca fue devastada dos veces por los almohades, según relata la crónica de lbn Sabib al-Sala. La arqueología ha demostrado que sobre los niveles de destrucción de los edificios del siglo XII se alzaron otros de nueva planta que se pueden fechar a finales de ese mismo siglo o principios del XIII.

Las labores de preservación, esenciales para que los hallazgos no se degraden
Junto al estudio de los restos arqueológicos hallados en la falda occidental del Castillejo de Monteagudo, pertenecientes a dos palacios, uno levantado en el siglo XII y otro en el siglo XIII, se han llevado a cabo importantes labores de preservación para evitar su degradación.

El encargado de supervisar al equipo encargado de estas labores es el profesor de Arquitectura en la UCAM Francisco Javier López Martínez, quien imparte asignaturas centradas en los materiales y su restauración y que también participa como investigador.

Para proteger los restos, explica López, se hace uso del geotextil para cubrirlos, se echa tierra sobre algunos elementos y se colocan estructuras similares a las que había antaño (algunas de tierra estabilizada), que los investigadores pueden pisar mientras trabajan sobre la zona, de modo que no dañen los hallazgos, y que en un futuro «se podrán retirar sin problema alguno», asegura.

«Cuando hay, por ejemplo, estructuras de ladrillo que están un poco descolgadas y medio deshechas, a veces la solución que adoptamos, señalando siempre el elemento añadido, es la colocación de nuevos ladrillos que sujeten los otros, de manera que no haya ningún engaño de interpretación, pero que haya una verdadera sujeción», explica el profesor de la UCAM.

Además, el equipo trata de mantener a raya la vegetación, ya que esta «puede causar graves destrozos», argumenta, pues «pueden levantar y quebrar las estructuras con sus raíces».
(Fuente: News Europa)

17 de enero de 2023

Descubren unas termas de finales del siglo IV en las excavaciones de la villa romana de Petrer (Alicante)

Las excavaciones entran en su recta final y ya ha comenzado la extracción de los mosaicos. Los trabajos arqueológicos en la plaça de Baix de Petrer (Alicante) siguen aportando vestigios que confirman la relevancia de Villa Petraria
Las tres nuevas salas descubiertas formaban unas termas en el siglo IV.

El hallazgo de unas termas romanas de finales del siglo IV en las excavaciones arqueológicas de la plaza de Baix vienen a confirmar la importancia de lo que fue Villa Petraria. “Ponen de relieve la enorme dimensión de lo que fue Villa Petraria ya que son unas termas públicas de una ciudad, que llevan asociadas tres salas decoradas con mosaicos”, ha indicado el concejal de Patrimonio, Fernando Portillo.

El director del Museo Arqueológico Dámaso Navarro, Fernando Tendero, ha abundado sobre esta cuestión y ha indicado que las termas son baños públicos de la antigua civilización romana de unas dimensiones considerables. Y es que la mayoría de las ciudades de la Antigua Roma albergaban una o varias termas públicas, cuyo uso no era únicamente la higiene, sino que también eran consideradas lugares de reunión y de actividades gimnásticas y lúdicas.

Tendero ha explicado que estas termas romanas funcionaban con tres salas: caliente, templada y fría. La sala caliente se calentaba haciendo circular por debajo del suelo aire caliente avivado por una hoguera, cuya boca para la entrada de leña también ha salido a la luz. Lo que se ha encontrado son los pilares sobre los que se asentaba el suelo, así como las salas contiguas. Además, ha salido otra estancia poligonal también con mosaicos como el de las termas “lo que indica que nos está relacionando que hay varias salas, junto a la de los baños, que pudiera ser una sala para cambiarse o como almacén”.

Todo esto indica la importancia de lo que se conoce como Villa Petraria y las dimensiones de las termas hacen indicar que sería una villa para toda la zona del Vinalopó en el interior de la provincia de Alicante.

Las excavaciones están llegando a su fin, en unas semanas se darán por finalizadas, y ya se ha comenzado a retirar los mosaicos para conservarlos en el Museo. El Ayuntamiento estudiará además qué hacer con los hallazgos, ya que la superficie de mas de 500 metros cuadrados de la zona hace muy difícil que se pueda poner un cristal encima. “Estamos valorando distintas opciones para que todo ese material quede preservado y que sea de la mejor forma posible”, ha indicado el concejal.

De momento y durante un mes la Concejalía de Turismo ha programado una visita semanal dentro del concepto impulsado por el ejecutivo local “arqueología pública”, refiriéndose al hecho de contar y explicar todo lo que va apareciendo.

La inscripción se tiene que realizar previamente a través de los canales de contacto del Museo: por teléfono, 966989400 (ext. 280); por whatsapp, en el teléfono 664413514; o por las redes sociales del museo (Facebook e Instagram).

Antecedentes de las excavaciones
La existencia de evidencias arqueológicas descubiertas durante las últimas décadas vinculadas al periodo romano, medieval y moderno, hacían necesario conocer previamente el subsuelo de la plaza de Baix, ya que la última intervención realizada en la misma en julio del presente año, encaminada a localizar la entrada y comprobar el estado de conservación del refugio antiaéreo de la Guerra Civil Española, evidenció la existencia de restos de una vivienda, presumiblemente del siglo XVIII, y restos de cronología romana correspondientes a Villa Petraria.

La realización de sondeos arqueológicos a finales del año 2021 han demostrado cómo existían elementos patrimoniales de cronología romana de importancia, pertenecientes a Villa Petraria, destacando la aparición de un mosaico en una de las estancias, con una amplia secuencia cronológica que abarca, atendiendo a los restos materiales recuperados desde el siglo I al VI d.C., aunque los cimientos de las estancias y habitaciones corresponden al siglo IV d.C. Ello motivó la ampliación del sondeo donde aparecieron el mosaico, pasando a realizar una excavación arqueológica en área abierta. Esta ampliación realizada aportó en el mes de diciembre el hallazgo de un fuste de columna singular por su decoración arquitectónica y simbolismo, del que apenas hay varios ejemplares similares en Hispania que se ha integrado en la exposición permanente del Museo Dámaso Navarro tras su restauración y limpieza. Pero fue insuficiente debido a que los restos de los inmuebles de cronología romana continúan por debajo de los límites del área abierta. Como en esta intervención se localizó la entrada del refugio antiaéreo de la Guerra Civil próxima al Ayuntamiento, también se procedió a su excavación y documentación, evidenciando que no se había terminado de construir, como ya ocurrió con la entrada próxima a la iglesia de San Bartolomé.

Por todo ello, desde el Servicio Municipal de Arqueología vinculado al Museo Dámaso Navarro y desde la Concejalía de Urbanismo se consideró necesario la realización de una excavación arqueológica más amplia que abarque todo el espacio de la plaza de Baix donde se han evidenciado la existencia de restos romanos para conocer la funcionalidad de las estancias y también poder recuperar el mosaico que presumiblemente será de grandes dimensiones. Además, también se volverá a abrir el tramo de la calle Constitución donde en el año 1975 apareció el mosaico polícromo y que evidenció la existencia de Villa Petraria bajo las casas del centro histórico. El objetivo es volver a excavar los restos de las estancias que existían debajo de este mosaico ya que en aquella época la documentación obtenida, a pesar de la excelente labor el Grupo Arqueológico Petrelense, no fue completa al carecer de los medios e información de los que disponemos hoy en día.

Así pues, desde el pasado mes de septiembre se reanudaron las excavaciones arqueológicas en la plaza de Baix ampliando los restos hallados en las intervenciones anteriores para comprender en mayor medida el uso y la secuencia temporal de la villa. En relación a los hallazgos propios de la villa romana hay que destacar la aparición de diversas estancias o habitaciones y la localización de varios elementos constructivos de gran entidad como son dos mosaicos (pavimentos ornamentales de gran valor tanto histórico como artístico formado por pequeñas piedras de colores llamadas teselas): uno de ellos de una fase anterior (y ya localizados en la intervención del año 2021) y con una decoración vegetal como apunta la esquina excavada, y el último con una

Todos estos datos permiten establecer las primeras hipótesis que se verán corroboradas o variadas conforme avance la intervención arqueológica y el estudio de los materiales obtenidos.

2 de septiembre de 2022

Documentan un granero del siglo XII en la fortaleza de Isso, en Hellín (Albacete)

Los trabajos de investigación que lleva a cabo un equipo de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, cuentan con la financiación del Ayuntamiento de Hellín y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
Imagen del exterior de la fortaleza de Isso - Foto: G. González

Concluida la tercera campaña de excavación y estudio de la Fortaleza de Isso, por parte de arqueólogos y técnicos de la Escuela de Estudios Árabes (EEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), encabezados por Julio Navarro, se ha documentado la existencia de «un granero estatal construido sobre una llanura, un tipo de edificación único en la época árabe de la que data su origen, la primera mitad del siglo XII». 

En las conclusiones de la campaña de actuación, llevada a cabo con el patrocinio de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Hellín y la propia EEA, también se ha identificado «parte de una de las torres, que es hexagonal, lo que demuestra el poder de quienes la construyeron».

Dos fases constructivas
La fortaleza andalusí «tiene al menos dos grandes fases constructivas, y fue reestructurada tras la conquista cristiana, descartando por completo que la fortaleza fundacional sea de época cristiana, por lo que no es un castillo feudal edificado por algún señor castellano o por alguna orden militar, ya que la estratigrafía que se le vincula es andalusí». Según Julio Navarro, «todo parece indicar que es un edificio de la primera mitad del siglo XII, y que no lo funda una comunidad campesina sino el propio estado para crear una imagen de poder en el paisaje. Todos los datos apuntan a un gran descubrimiento: se trata de un granero en llano, en un territorio durante la época almorávide o inicio de las segundas taifas con Ibn Mardanis (El rey Lobo) con la capital en Murcia. Así que nos hemos centrado en investigar la batería de silos anexa a la muralla y una segunda línea dejando un espacio central abierto». 

La adscripción cronológica revelada este año «no excluye que, tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII no se hicieran importantes reformas, como la puerta mudéjar descubierta en la campaña de 2021. La regularidad de la planta de la fortaleza, la presencia en sus esquinas de torres hexagonales y la buena calidad del edificio, permiten afirmar que se trata de una fortaleza estatal y, por consiguiente, que no fue diseñada por las comunidades campesinas para su autodefensa». 

Y es que, según el arqueólogo de la Escuela de Estudios Árabes, «su anómala ubicación en el llano podría explicarse por su función como depósito de productos agrícolas como el grano, lo que no excluye que tuviera otros usos de carácter defensivo y estratégico. La coyuntura política del periodo al que, de manera general, podemos atribuir la fortaleza, favorece las interpretaciones a las que hemos llegado esta campaña». 

El equipo de Julio Navarro cree «que la fortaleza se fundó en época almorávide, aunque no se puede excluir que se edificara por orden de Ibn Mardanis, por lo que será preciso reunir más datos y continuar procesando la información para determinar con mayor exactitud su adscripción histórica».

28 de agosto de 2018

Las excavaciones sacan a la luz la finca de recreo del 'rey Lobo' en Monteagudo (Murcia)

La excavación está permitiendo recuperar los jardines, albercas y acequias y estructuras de la finca que disfrutaba el rey Lobo en el siglo XII, una de las épocas de mayor esplendor de Murcia
Visita de las autoridades al yacimiento murciano de Monteagudo. FOTO: AYUNTAMIENTO.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, junto al concejal de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta, Antonio Navarro, y el edil de Pedanías, Participación y Descentralización, Marco Antonio Fernández, han visitado este lunes las excavaciones arqueológicas que se están desarrollando en la falda del Castillejo de Monteagudo, y que están sacando a la luz la 'almunia' o finca de recreo que disfrutaba el rey Lobo, Ibn Mardanish, en la Murcia del siglo XII. 

La excavación está permitiendo recuperar los jardines, albercas y acequias y estructuras de la finca que disfrutaba el rey Lobo en el siglo XII, una de las épocas de mayor esplendor de Murcia, en la que la ciudad fue una de las capitales más poderosas de Occidente, según han avanzado fuentes municipales. Los trabajos, que comenzaron el pasado 20 de agosto y se prolongarán a lo largo de los próximos dos meses, están siendo coordinados por el director de la Escuela de Estudios Árabes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Julio Navarro Palazón, y afectan a una superficie de unas 3 hectáreas (unos tres campos de fútbol).

La finca de recreo constaba, además de huertos y cultivos, de un estanque o laguna artificial que servía para proporcionar agua al regadío y como lugar de recreo para embarcaciones, según apuntan los investigadores, quienes actualmente están tratando de localizar el embarcadero. 

EL ORIGEN DE LA HUERTA DE MURCIA
Además de la valiosa información que está arrojando la excavación -el análisis de este sistema hidráulico puede aportar datos de interés sobre la formación de la Huerta de Murcia-, el objetivo es consolidar y restituir los restos para hacer visitable este entorno y que se constituya en un recurso patrimonial de la ciudad de Murcia, añaden las mismas fuentes en comunicado de prensa. 

El rey Lobo, una de las figuras más destacadas de la escena política peninsular del siglo XII, mandó construir su 'almunia' (finca palatina de la élite) en la ladera del Castillejo, su palacio fortificado de retiro. Ibn Mardanish tenía fijada su residencia permanente en el Alcázar Seguir (actual Convento de Santa Clara). La intervención se está llevando a cabo en una parcela privada, colindante con el Camino de la Almazara y la Senda de Granada, con la autorización de sus propietarios, y con apoyo económico del Ayuntamiento de Murcia y la Junta Municipal de Monteagudo. Participan una decena de personas entre especialistas de la Escuela de Estudios Árabes y alumnos graduados y de estudios de Máster de las Universidades de Murcia y Granada. 

Este proyecto se enmarca en las actividades científicas del estudio 'Las Almunias del Occidente islámico: arquitectura, arqueología y fuentes documentales', cuyo investigador principal es el doctor Julio Navarro Palazón (EEA-CSIC), y cofinanciado por el Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, y fondos FEDER.
(Fuente: 20 Minutos)

5 de agosto de 2016

Nuevos datos sobre el pasado andalusí de Al-Qannis entre los siglos IX y XII

Las excavaciones arqueológicas en Alcañiz el Viejo hablan de un asentamiento de 80 casas y medio millar de personas Los pobladores musulmanes permanecieron cuatro siglos viviendo de la agricultura y de la alfarería. Las catas han destapado partes de la muralla íbero-romana amortizada sobre estructuras protohistóricas anteriores y otras de periodo andalusí.
Arqueólogos y estudiantes realizaron las catas en Alcañiz el Viejo. FOTO: DIARIO DE TERUEL.
La segunda campaña de excavaciones arqueológicas del Museo de Teruel en Alcañiz el Viejo se ha saldado con la confirmación de que el yacimiento estuvo ocupado, en su época musulmana, entre los siglos IX y XII, siendo ya por aquel entonces la capital del Bajo Aragón. Allí podrían vivir medio millar de personas repartidas entre 80 casas dedicadas principalmente a una agricultura enfocada al mercado y a la fabricación y venta de cerámica. También han aflorado restos espectaculares de una muralla de dos metros de altura.

Los resultados de esta segunda fase de exploración son "muy alentadores", según resaltó Julián Ortega, director científico del proyecto de investigación plurianual del Museo de Teruel "Bases para el estudio del poblamiento andalusí en el sur de Aragón", que pretende analizar la organización del territorio durante época musulmana en el sur de Aragón.

Los trabajos de arqueología se desarrollaron durante una semana y concluyeron el pasado 22 de julio. "Con muy pocos recursos vamos a tener muy buenos resultados", auguró Ortega, quien se mostró eufórico: "Con mes y medio de trabajo al mismo ritmo, convertiríamos lo que ahora es un monte en un atractivo turístico", aseveró.

El objetivo del proyecto no es tanto presentar la monumentalidad de los restos fortificados que se han encontrado como ahondar en el aspecto más humano del asentamiento, como son las formas de vida de la población andalusí que habitó en Alcañiz el Viejo durante 400 años, hasta que el rey de Aragón Ramón de Berenguer conquistó este burgo fortificado y desplazó a sus habitantes al cerro de Pui Pinos, donde han permanecido hasta nuestros días.

ASENTAMIENTO DESCUBIERTO EN 1921
La principal conclusión que los arqueólogos extraen de sus investigaciones "todavía preliminares" es que Alcañiz el Viejo "no es un yacimiento cualquiera, no sólo de Alcañiz sino del Bajo Aragón", explicó Ortega, quien indicó que se conoce el asentamiento desde 1921, cuando lo descubrió el mítico Vicente Bardavíu. Sin embargo, desde entonces "no se había hecho una intervención en condiciones" hasta el año pasado, cuando empezó el "valiente" proyecto del Museo de Teruel.

Alcañiz el Viejo, según citan las crónicas árabes del año 904, "es un yacimiento grande, por encima de la media de lo que es habitual en el sur de la Comunidad", señaló el experto, quien con todas las reservas se atrevió a censarlo en medio millar de pobladores distribuidos en unas 80 viviendas. No era una ciudad porque no contaba con la estructura necesaria, pero sí un burgo, ya que superaba ampliamente la condición de simple aldea.

ORIGEN EN LA EDAD DEL BRONCE

Este yacimiento, cuyo origen se ubica en la Edad del Bronce final (entre el siglo X y el VIII a.C.), probablemente fue el sucesor del Palao, que fue abandonado hacia el año 70 d. C., justo cuando Alcañiz el Viejo comenzó a tomar auge.

De hecho, en la última campaña de prospecciones arqueológicas se han encontrado objetos domésticos de todas las épocas, si bien los restos de casas "son de ocupación musulmana", indicó Ortega, quien destacó que, aunque el objeto del proyecto es estudiar las comunidades andalusíes, "hemos tenido la suerte de encontrar un buen conjunto de materiales en torno al siglo V d.C., una época oscura y difícil de identificar". Estos hallazgos incluyen vajillas manufacturadas en el sur de Francia y ánforas importadas desde el norte de África.

La explicación de que Alcañiz El Viejo sea el poblamiento del valle del Guadalope durante más tiempo ocupado está en el regadío y en la acequia vieja, una obra hidráulica de más de 20 kilómetros de longitud que ya estaba en uso en los siglos VI y VII, en época hispano visigoda.

SOCIEDAD AGRÍCOLA
Los trabajos han consistido en la realización de cuatro sondeos de diversa entidad, dos en la ladera meridional del cerro y dos más en su cima. Los primeros han estado encaminados al estudio de aspectos relativos al urbanismo y la vivienda, en particular el diseño, construcción y formas de uso de los ámbitos domésticos.

De su estudio embrionario se deduce que los pobladores de la época andalusí se dedicaban fundamentalmente a la agricultura, puede que especializada en el olivar. Lo que está fuera de duda es que buena parte de la producción estaba enfocada al mercado. También tenían trigo y ganado ovicáprido.

Sobresale también la existencia "casi segura de alfares locales", apuntó Ortega, si bien "no sabemos si en Alcañiz el Viejo o en el entorno". Se han encontrado en el yacimiento "ollas con una pasta muy blanquecina que no se da en otras zonas de Teruel". También han aparecido importaciones de Lérida o de Zaragoza en base a cerámica "un poquito más de lujo", sobretodo "la dedicada al servicio de mesa: fuentes para servir alimentos y jarras y tazas vidriadas para los líquidos".

El asentamiento también debió de tener mezquita, baños y un espacio para lo que podría ser un mercado comarcal semanal.

MURALLA
Las catas abiertas en el sector superior del yacimiento han destapado algo que, si bien no es lo más significativo del poblado desde el punto de vista cultural, sí lo es por su espectacularidad. Se trata de parte de la muralla que cierra el conjunto por su lado occidental, que ha permitido evidenciar la existencia de al menos dos fases: una primera, de época ibérica o ibero-romana, que amortiza estructuras protohistóricas anteriores; y una segunda, ya andalusí, que rehabilitó la obra antigua empleando técnicas constructivas diferentes. En la zona excavada se han conservado hasta seis hiladas de esta muralla de empaque ciertamente monumental, lo que, dejando a un lado su evidente interés científico, confiere a la construcción un evidente atractivo desde el punto de vista del turismo arqueológico y patrimonial.

EN 2017 EL POBLADO SERÁ VISITABLE
La intención del Museo de Teruel es continuar con las excavaciones en Alcañiz el Viejo en 2017 "con una actuación de mayor envergadura" que permita, además de continuar con las investigaciones de carácter científico, comenzar con actuaciones que supongan la incorporación del yacimiento a los recursos visitables para sacar un valor añadido al patrimonio.

Por ello, los futuros trabajos pasarán por la limpieza y excavación de la zona de la muralla para dejar más tramos visibles y visitables, además de recuperar las estructuras que se localizaron en las excavaciones realizadas a principios del siglo XX que ahondaron en la mayor parte de las estancias de época islámica. "La idea es limpiar esas estancias que están cubiertas por tierra caída y vegetación para que el visitante perciba de una manera más rápida y eficaz las características de este notable asentamiento islámico", explicó el director del Museo de Teruel, Jaime Vicente.

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
La actuación en Alcañiz el Viejo se enmarca dentro de un proyecto de investigación plurianual del Museo de Teruel que, con el título Husun y qura. Bases para el estudio del poblamiento andalusí en el sur de Aragón, pretende analizar la organización del territorio durante época musulmana en la provincia.

Forma parte de este mismo proyecto la próxima campaña de excavaciones que, a partir de inicios del mes de septiembre, se llevará a cabo en otro destacado yacimiento andalusí, como es el Cabezo de la Cisterna, en Alba del Campo, objeto exploraciones también el año anterior.

Tal y como destacó Vicente, se trata del segundo año de desarrollo de este proyecto, "que pretende conocer mejor el poblamiento islámico de época andalusí en la provincia y más concretamente el de Alcañiz el Viejo, que fue un asentamiento urbano que perdura hasta el momento de la conquista aragonesa de este territorio". "Se trata -añadió- de una etapa muy interesante y de larga duración ya que son cuatrocientos años de desarrollo de esta cultura, de la que sin embargo tenemos muy poca información".

Según añadió el director del Museo de Teruel, el equipo de investigadores que han trabajado en Alcañiz el Viejo ha estado dirigido por Carolina Villagordo y ha contado con la participación de estudiantes procedentes de Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid y Valencia. "Ha intervenido un grupo bastante numeroso y los resultados han sido satisfactorios desde el punto de vista científico y patrimonial porque una de las catas que se han hecho en la muralla ha dejado al descubierto un tramo de ella que en los próximos años pretendemos ampliar y también incorporar a los repertorios monumentales", explicó Vicente.

La intención del Museo de Teruel es seguir trabajando en estas excavaciones como parte del proyecto que está desarrollando en los núcleos andalusíes más importantes del territorio para ahondar en el conocimiento de yacimientos de distinto carácter (urbanos, aldeas, alquerías o fortificaciones), cronología y situados en diferentes ámbitos geográficos.

4 de julio de 2016

Comienza la campaña de excavaciones en Los Bañales (Zaragoza)

La Comarca de las Cinco Villas rubricó con la Fundación Uncastillo un programa de becas dotado con 16.000 euros, frente a los 7.000 que habían recibido las campañas anteriores.
La primera "hornada" de becarios ha llegado al yacimiento zaragozano. FOTO: UNCASTILLO.
El yacimiento arqueológico de Los Bañales ha recibido esta semana a los primeros estudiantes becados por la Comarca de las Cinco Villas para iniciar la campaña de excavaciones. El pasado lunes 27 de junio, los 15 seleccionados llegaron al enclave uncastillero para comenzar su andadura arqueológica junto al director de la excavación , Javier Andreu.

En esta primera fase, que se prolongará hasta el 10 de julio, los estudiantes provienen de las universidades de Navarra, San Pablo Ceu, Zaragoza, Tarragona, Córdoba y una estudiante de Manchester. En la siguiente, del 10 al 24 de julio, la tanda de becados se vuelve más internacional y acudirán al yacimiento estudiantes de Taiwan, Chile, Portugal, así como de Barcelona, Valencia y Navarra.

PROGRAMA DE BECAS
Para poner en marcha este programa, la Comarca de las Cinco Villas rubricó con la Fundación Uncastillo para el programa de becas, dotado este año de 16.000 euros, frente a los 7.000 euros que habían recibido las campañas anteriores. Este dinero se destina a sufragar los gastos de alojamiento de los futuros arqueólogos. "Creemos que es importante apostar por este tipo de iniciativas. El yacimiento de Los Bañales es uno de los más importantes a nivel mundial y un foco generador de turismo", indica el presidente comarcal, Santos Navarro.

El programa de becas lleva en marcha ocho ediciones. En él han participado casi 300 estudiantes llegados de todas las universidades de España y del extranjero. Son estudiantes de las carreras de arqueología y las ramas de historia, "y experimentan en el yacimiento todo lo aprendido durante sus años de estudio", precisa el arqueólogo.

ZONA DE EXCAVACIÓN
Las excavaciones se centrarán en la calle que subía al Pueyo de Los Bañales y daba acceso al foro, los recintos de la parte baja del foro, en el lado sur de la plaza, y la calle que pasaba delante de esos recintos, en la que funcionaron tiendas. En la segunda fase se continuarán los trabajos en estas zonas "con el objetivo de terminar la excavación en el foro, para datar su momento deconstrucción y abandono", concluyó Javier Andreu.

(Fuente: El Periódico de Aragón)

25 de agosto de 2015

La campaña en Orce finaliza con el hallazgo de 2.700 restos de fauna y 160 industrias líticas

Durante este verano se han excavado los yacimientos de Fuente Nueva 1, Venta Micena, Barranco León y Fuente Nueva 3 en la cuenca continental de Guadix-Baza (Granada). Estos hallazgos van a contribuir a conocer mejor las faunas del Pleistoceno inferior en Orce y en todo el continente europeo y, sobretodo, la ecología de los homínidos en cronologías próximas al millón y medio de años al norte del Mediterráneo.
Panorámica de uno de los campos de trabajo en Orce.
La campaña arqueopaleontológica que se ha desarrollado en Orce entre el 6 y el 30 de julio, ha aportado 2.700 restos de fauna y 160 industrias líticas, que ayudarán a conocer cómo era la ecología de los primeros pobladores de Europa hace casi un millón y medio de años.

Esta iniciativa, que ha contado con el visto bueno y la financiación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, está codirigida por Bienvenido Martínez-Navarro (investigador Icrea) y Rober Sala (profesor en la Universitat Rovira i Virgili), ambos adscritos al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social-IPHES de Tarragona. Además, participan de manera muy activa investigadores de la Universidad de Granada, Málaga, Pablo Olavide de Sevilla, del Cenieh (Centro Nacional de Investigación Humana) de Burgos, y de otros centros extranjeros.

FUENTE NUEVA 1
En Fuente Nueva 1, datado aproximadamente en dos millones de años y conocido en la literatura paleontológica desde 1987, se ha realizado un pequeño sondeo de cuatro metros cuadrados, donde se ha localizado una gran cantidad de restos de gacelas (Gazella borbónica), antílopes con los cuernos espiralados (Gazellospira torticornis), ciervos, caballos (Equus stenonis), además de otros mamíferos y tortugas. Se han extraído un total de 250 restos, de los cuales 39 son núcleos óseos (cuernos).

VENTA MICENA
En Venta Micena, fechado entre un millón y medio y un millón seiscientos mil años, se ha continuado la excavación del sondeo IV, con el objetivo de interpretar el modelo acumulativo de los restos ocasionado por los grandes hiénidos (Pachycrocuta brevirostris) y ampliar el registro faunístico. Se han obtenido 1.300 restos fósiles correspondientes a elefantes (Mammuthus meridionalis), rinocerontes (Stephanorhinus hundsheimensis), bisontes y otros búfalos, ovibovinos, cabras, ciervos grandes y medianos (Praemegaceros verticornis y Metacervocerus rhenanus) y otros restos de carnívoros como tigres de dientes de sable (Homotherium latidens), hienas (Pachycrocuta brevirostris) y osos (Ursus etruscus), entre otros.

FUENTE NUEVA 3
En Fuente Nueva 3 -datado en un millón trescientos mil años- se ha continuado la excavación de las defensas del mamut gigante, que tienen cuatro metros y medio de longitud y treinta y dos centímetros de diámetro, correspondientes a un macho de más de cinco metros y medio de altura y entre doce y quince toneladas de masa. Se ha encontrado la mandíbula, además de algunos fragmentos correspondientes al cráneo. También se han ampliado algunas cuadrículas y se han localizado restos de hipopótamo y otros grandes herbívoros como rinocerontes o ciervos gigantes. En total se han contabilizado 700 restos faunísticos y 60 piedras talladas, especialmente lascas de sílex.

BARRANCO LEÓN
En Barranco León (un millón cuatrocientos mil años) se ha ampliado con la zona de excavación y se han localizado cien nuevas industrias líticas (sobretodo lascas y percutores) y cuatrocientos cincuenta restos de fauna. Se han registrado 450 restos de fauna, básicamente caballos e hipopótamos.

Según los directores del proyecto, el balance de la campaña ha sido muy bueno, pues estos hallazgos van a contribuir a conocer mejor las faunas del Pleistoceno inferior en Orce y en todo el continente europeo y, sobretodo, la ecología de los homínidos en cronologías próximas al millón y medio de años al norte del Mediterráneo.

16 de julio de 2012

"La madre" de todas las batallas (1212-2012)

Hoy se conmemora el VIII Centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa
La «Batalla», como fue conocida durante todo el siglo XIII y el resto de la Edad Media, estalló en Las Navas de Tolosa, muy cerca de la población jienense de Santa Elena. Fue el 16 de julio de 1212. Lunes, por más señas. Hoy hace de ello 800 años. El noble najerino Diego López de Haro, mano derecha de Alfonso VIII, lideró la memorable victoria del ejército cristiano en su calidad de alférez real, secundado también por centenares de riojanos. Casi 200.000 guerreros –120.000 musulmanes– combatieron a sangre y fuego en un hito de la Historia de España en el que se amalgaman la investigación científica y la leyenda.
La Batalla de las Navas de Tolosa, óleo de Van Halen (1814-1887) expuesto en el Palacio del Senado (Madrid).
A la llamada a rebato de castellano Alfonso VIII acudieron guerreros de toda Europa para frenar la ofensiva musulmana. Y no sólo llegaron a la Península huestes del otro lado de los Pirineos, sino que también los sempiternos enemigos de Castilla, los reinos de Aragón y de Navarra, se vieron en la obligación de comprometerse en la cruzada ibérica, por parar la "guerra santa" que había proclamado el califa almohade y que había jurado "dar de beber a sus caballos en las fuentes de la ciudad de Roma".

De esta manera, en los albores del verano de 1212 las huestes cristianas quedaron agrupadas en Toledo. El formidable ejército estaba compuesto por las tropas del aragonés Pedro II, las del navarro Sancho El Fuerte, las castellanas de Alfonso VIII, las enviadas por Alfonso II de Portugal –si bien el monarca luso excusó su presencia– y las de las órdenes militares de Santiago, Calatrava, San Lázaro, Temple y San Juan (Malta). Al grueso se unió un nutrido grupo de caballeros leoneses, aunque su rey, Alfonso IX, rechazara finalmente la alianza, así como un gran número de cruzados provenientes de otros estados europeos, llamados ultramontanos.

El Miramamolín Al-Nasir
Las fuerzas musulmanas, por su parte, mantenían una posición de dominio en la Península tras la dolorosa derrota cristiana en la batalla de Alarcos (1195) y estaban compuestas por voluntarios de los territorios de Al-Andalus (Andalucía) y por soldados bereberes del norte de África.

Liderado por Mohameh al-Nasir, Miramamolín para los cristianos, el ejército árabe jugaba su particular partida de ajedrez retardando el combate a campo abierto, primero a fin de debilitar la unión de las tropas cristianas y, segunda, minar sus fuerzas por la escasez de suministros. Su objetivo no era otro que el de expulsar por siempre jamás a los cristianos de la tierra en la que siempre había vivido.

Bien pertrechadas en el desfiladero de la Losa, en Sierra Morena, las huestes del Miramamolín defendían un paso tan angosto que un único regimiento sería capaz de derrotar a cualquier ejército –por numeroso que éste fuera– que se atreviese a cruzarlo.

Así las cosas, a los cristianos tan sólo les quedaban dos alternativas: o avanzar a través del desfiladero, a costa de sufrir graves pérdidas humanas y –posiblemente– la derrota, o buscar otra ruta menos custodiada. Aún a sabiendas de lo temerario de la empresa, se decantó Alfonso VIII por la primera opción, aconsejado por Diego López de Haro.

Pero… horas antes de la refriega sucedió el milagro. Cuenta la tradición que un humilde pastor, de nombre Martín Alaja, se presentó ante el rey castellano señalándole un camino alternativo sin vigilancia almohade. Confiando en el cabrero –en el que la creencia cristiana quiso ver la mano de San Isidro Labrador–, Alfonso VIII ordenó a López de Haro para que, junto a un grupo de leales, comprobara el atajo, lo que el caballero najerino cumplió.

Don Diego inicia el ataque
Convencido Mohameh al-Nasir de que no podía dilatar más la espera, la batalla tuvo lugar finalmente cerca de Despeñaperros –término conocido como Muradiel–, donde se enfrentaron más de cien mil árabes y setenta mil cristianos como mínimo.

Y fue el riojano don Diego quien desencadenó las hostilidades en Las Navas de Tolosa hasta conseguir doblar las dos primeras líneas del ejército musulmán, pese a que la diferencia de efectivos era abismal. López de Haro comandó la vanguardia del ejército castellano junto con su hijo Lope –que sería el sexto señor de Vizcaya entre los años 1214 y 1236– y a sus sobrinos Sancho Fernández y Martín Muñoz.

El escudo, con cadenas
Al frente de una mesnada compuesta por medio centenar de caballeros don Diego quebró, junto a Sancho VII de Navarra, el palenque guarnecido por los esclavos encadenados que protegían al califa Al-Nasir y que, a la postre, decidió el resultado de la batalla. La avanzadilla navarra fuera la primera en romper las cadenas que protegían al Miramamolín y en atravesar la empalizada, lo que justificaría la posterior inclusión de estas cadenas en el escudo del reino. Sin embargo, Sancho VII nunca cambió de escudo tras la batalla, y eso que gobernó hasta el año 1234.

Con la huida de Al-Nasir a Jaén, la desbandada árabe fue total. Alfonso VIII encargó entonces a López de Haro el reparto del botín de guerra, lo que hizo generosamente con todos, no reservándose nada para sí mismo. Al preguntarle admirado el monarca por generosidad, respondió don Diego: «No quiero más, Señor, sino que al monasterio de Santa María la Real de Nájera se le devuelvan la villa y honor del puerto de Santoña, que los antepasados de Vuestra Alteza antiguamente le donaron». De tan valioso botín, todavía se conserva el pendón de Las Navas de Tolosa –el mejor tapiz almohade de los que existen en España– en el monasterio burgalés de Las Huelgas. ‘Donus Didacus Lópiz de Faro’



28 de enero de 2012

Preparados los trabajos para proteger Medina Siyâsa (Murcia)

«Siyâsa es, tras Murcia y Lorca, la tercera ciudad islámica medieval en importancia de las que ocuparon en el territorio que hoy es la Región», lo afirma Joaquín Salmerón, codirector de la excavación de Medina Siyâsa y director del museo, que lleva ligado a este pedazo de historia desde las primeras excavaciones científicas a cargo de Julio Navarro, a mediados de la década de los ochenta. Doce hectáreas y media de terreno cargadas de información y sobre las que se extendían las estrechas calles y adarves que conformaban el complejo y planificado entramado de esta ciudad levantada sobre la ladera del cerro del Castillo, entre la antigua fortaleza y el barranco con caída libre a la vega del Segura.
Yacimiento de Medina Siyasa. Foto Guillermo Carrión
Casi todo por hacer
Dos barrios de una ciudad fortificada, que exigió una planificación urbanística que permitiera ir salvando el desnivel del terreno, aterrazándolo, para que la ciudad fuera creciendo; que estuvo dotada de canalizaciones para evacuar las aguas residuales y de pozos negros para almacenar las aguas fecales. Apenas se conoce un 2,42%, 19 casas de las 780 viviendas, además de zocos, cementerios, murallas y mezquitas que los especialistas calculan que hay en el poblado. En definitiva, casi todo está por hacer y durante dos décadas casi no se ha avanzado en su estudio ni se ha trabajado en su conservación y restauración, salvo en intervenciones de urgencia o en los campos de trabajo de verano, que en 2010 llegaron a su fin.
Tanto es así que, pese a que en diciembre de 2008, la Consejería de Cultura concedió una subvención de 1,7 millones de euros al Consorcio Turístico Desfiladero de Almadenes para la Restauración Integral del Yacimiento de Siyâsa -1,2 lo aportaba Cultura y 500.000 el Ayuntamiento-, todo permanecía parado pese a estar redactado el proyecto.
Hace ya un año que Juan Soria asumió la gerencia de la parte correspondiente a Siyâsa en el Consorcio y trató de revitalizar la recuperación, que ya contaba con el proyecto de Francisco Javier López. «A finales de 2010, nos reunimos con los técnicos responsables de la Consejería de Cultura en el yacimiento para definir cómo se llevaría a cabo la cubrición y se iniciaron los trámites necesarios», cuenta Soria que, como el director general de Turismo, Enrique Ujaldón, alega reparos técnicos y cuestiones arqueológicas para justificar la demora de cuatro años en iniciar unos trabajos que hubieran evitado parte del deterioro que los agentes atmosféricos han causado en este BIC.
Los muros de las casas milenarias de Siyâsa salieron de la tierra con unos imponentes alzados de hasta 3 metros -ahora muchos no alcanza el metro y medio- y la tierra también dejó al descubierto cientos de arcos y yeserías de la arquitectura doméstica. Esas paredes, enlucidas y relucientes cuando se excavaron en los años 80, hoy se desmoronan sobre sí mismas, han perdido el recubrimiento y las plantas echan raíces a sus anchas. La manzana de Siyâsa descubierta está en peligro ‘de muerte’, como afirmaban hace un año para ‘La Verdad’ expertos internacionales en arqueología andalusí.
Pero la solución empieza a vislumbrarse. La Dirección General de Bienes Culturales ha dado por fin el visto bueno al proyecto, subsanados todos los reparos, según confirman desde la Consejería, y en unas semanas saldrán a licitación las obras para cubrir la casa 6, una de las reproducidas en el Museo Siyâsa.
«Ahora estamos preparando el pliego para sacar a concurso estas obras y los arquitectos están redactando el proyecto para instalar un sistema de vigilancia por cámaras en el yacimiento, el recercado de la zona excavada de Siyâsa y cubrir el resto del yacimiento con geotextil para frenar el deterioro», comenta Soria, que confía que en el plazo de dos meses hayan comenzado, al fin, las obras y que «poco a poco se pueda musealizar y continuar excavando», confía Juan Soria. «La idea es que los dos proyectos se solapen», añade. ¿Y cuando se extinga el Consorcio (la fecha marcada es el 31 de marzo)? «El Ayuntamiento se hará cargo de los trabajos merced a un convenio plurianual firmado con Cultura, en el que las aportaciones se prolongan hasta 2015», informan desde la Consejería.
Según el concejal de Turismo, Matías Ríos, área para la que Siyâsa y su museo son estratégicos, «estas primeras obras son un proyecto piloto para extenderlo al resto del yacimiento». El coste de la primera intervención es de 170.000 euros y el importe total de las cuatro intervenciones que el Consorcio ya ha iniciado será de 362.000 euros.

30 de agosto de 2011

Encuentran una figura femenina de 5.000 años en Estepona (Málaga)


La figura ha sido bautizada como "la venus de Estepona".

El equipo de arqueólogos que trabaja en la parcela donde se prevé construir el futuro centro hospitalario de Estepona, en Málaga, ha hallado durante los trabajos de excavación una estatuilla prehistórica de barro cocido con una antigüedad de 5.000 años.

La pieza, bautizada como La Venus de Estepona, tiene cinco centímetros de altura y representa de forma esquemática una figura femenina. Es la única estatua de estas características hallada en unas excavaciones en la provincia de Málaga y existen pocos ejemplos similares en Andalucía, según ha explicado en un comunicado el arqueólogo municipal Ildefonso Navarro.

La cabeza de la pieza aparece como una simple forma ovoide, sin que se manifiesten en ella rasgos físicos; al igual que sucede con las extremidades superiores e inferiores, que no presentan ningún atributo. Sin embargo, se acentúan los caracteres sexuales, centrando la atención en los senos, representados con dos formas de espirales.

Vasijas, puntas de flecha

Estas figuras se interpretan como un amuleto o símbolo de fertilidad o fecundidad y están vinculadas al mundo espiritual y a los rituales empleados en la época. En la provincia malagueña sólo se ha encontrado una pieza de similares características en la cueva de La Pileta, en Benaoján, aunque no procedía de enterramientos.

En este yacimiento esteponero, ubicado en la zona más occidental del municipio, denominada Arroyo Enmedio, se han descubierto, además, una serie de estructuras prehistóricas excavadas en forma de pozos, con una antigüedad de unos 5.000 años.

En su interior, se han localizado más de un centenar de objetos, entre los que destacan varias vasijas de cerámica elaboradas a mano que han sido extraídas casi intactas; láminas y puntas de flecha de sílex tallado; hachas de piedra pulimentada; cuentas de collar, e ídolos de piedra, entre otros.

Además de estos restos prehistóricos, también se han descubierto varias estructuras pertenecientes a la época tardoantigua, entre los siglos VII y VIII después de Cristo, junto con piezas de vasijas de la época.

Futuro museo arqueológico

El alcalde de Estepona, José María García Urbano, ha anunciado que estas piezas se exhibirán en el futuro museo arqueológico que el Ayuntamiento proyecta abrir en la planta baja de la antigua Casa consistorial.  Por su parte, el arqueólogo municipal ha subrayado que los hallazgos localizados corroboran que esta zona del municipio es una zona rica en restos arqueológicos, con presencia de restos de varias épocas.

Así lo corroboran los hallazgos prehistóricos de un asentamiento asociado a la necrópolis de Corominas --con unos 5.000 años de antigüedad--; un asentamiento romano del siglo VII después de Cristo, y las cimentaciones, muy deterioradas, de una alquería musulmana del siglo X.

Las excavaciones en este terreno han sido dirigidas por este arqueólogo municipal y realizadas por el departamento de Arqueología del Ayuntamiento de Estepona. Además, se ha contado con la participación de un equipo de la Universidad de Málaga (UMA). Los trabajos se retomaron en julio, tras permanecer bloqueados desde hace años, y se encuentran en su
recta final.
(Fuente: 20 minutos)

10 de junio de 2011

Los tesoros de la Marina española duermen tierra adentro

El Archivo Histórico de la Armada reside en el palacio del almirante Álvaro de Bazán, un bajel renacentista varado en el Viso del Marqués (Ciudad Real).


Los infinitos páramos de La Mancha albergan, aún hoy, tesoros por descubrir. En pleno corazón de España, en un paraje equidistante de los principales puertos y a medio camino entre el litoral y Madrid del que le separan 230 kilómetros, guarda la Marina española parte sustancial de su enjundiosa historia. Sobre una de las atalayas que forma el paisaje al pie de Sierra Morena, encima del caserío de Viso del Marqués, hoy con tres mil moradores, se yergue un soberbio edificio de vigorosos muros cuya noble hechura permite evocar el pasado grandioso de su dueño. Se trata del palacio de Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, Almirante de la Mar Océana. Sus victorias navales en la Berbería frente a los corsarios, en las Azores ante portugueses y franceses, contra ingleses en Gibraltar y en Lepanto sobre el turco, llenaron de gloria las armas y los buques de España bajo el reinado de Felipe II.
Don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

Tal vez por todo ello, su palacio, testimonio vivo de aquellas proezas, fue considerado como lugar idóneo para guardar, tierra adentro, el Archivo Histórico de la Marina española. Decenas de miles de documentos, cartas naúticas, portulanos, libros de bitácoras, hojas de servicios, despachos de buques y jugosas correspondencias, dan fe de tantas otras gestas y relatan la historia del poderío naval de España y de su imperio. El archivo se ve ampliado al universo de las ciencias experimentales, Matemáticas, Física, Astronomía, Trigonometría, Zoología y Botánica, entre otras disciplinas, de las que marinos ilustrados españoles, gracias a la práctica obtenida en sus singladuras y expediciones, fueron en los siglos XVIII y XIX avanzados pioneros.
El palacio permanece desde 1949 cedido a la Armada durante 90 años por sus propietarios, los marqueses de Santa Cruz, al precio simbólico de una peseta de entonces, eso sí, en papel moneda y más precisamente, la que lleva en su faz la efigie barbada y con gola del primer marqués, Señor de El Viso, nacido en Granada en 1526 y muerto en Lisboa en 1588.
No obstante, la Marina se propone evacuar el Archivo en fechas venideras, para alojarlo en un gran edificio de la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. El proyecto fue aprobado mediante un convenio suscrito el pasado mes de diciembre entre la alcaldía local y la Marina. Contará con una capacidad de 45 kilómetros, así se miden los archivos, frente a los 15 kilómetros de legajos que atesora el archivo manchego; permitirá alojar el contenido de otros seis archivos de la Armada dispersos por distintos emplazamientos de la península. El proyecto ha sido presupuestado en 18 millones de euros, según fuentes navales. Por su parte, fuentes cercanas a los titulares del palacio, muestran sorpresa ante tal iniciativa, de la que dicen no haber recibido detalles. Su perplejidad, aseguran, se acentúa habida cuenta del alcance de la cesión de tan magno recinto, que tan significativo escenario histórico brinda desde hace más de 60 años al Archivo Histórico de la Armada.
Monumento a Don Álvaro de Bazán en la Plaza de la Villa (Madrid).

Armas y letras
Don Álvaro, hijo de Ana de Guzmán, primogénita del Conde de Teba y de Álvaro de Bazán El Viejo, quien había mandado las galeras españolas que vigilaban el Estrecho de Gibraltar por orden del Emperador Carlos V, creció en la mar junto a su padre. Desde su mocedad aprendió las artes náuticas, complementadas por sus conocimientos del quehacer de la infantería, que aplicó con magistral desenvoltura ante poderosos adversarios y por la cual es considerado por los principales tratadistas el padre de la Infantería de Marina, arma de la que España fue pionera en un encarnizado desembarco norteafricano. Educado por el humanista Pedro González de Simancas, el joven marino recibió una esmerada cultura renacentista que, unida a su talento como estratego, así como a la bravura de su audacia táctica en los mares y en tierra firme o sus estancias en la Italia esplendente del siglo XVI, le convirtieron en una de las principales personalidades de la Europa de su tiempo y en el militar de más nombradía continental.
Su fama, sancionada por Felipe II con el título de marqués de Santa Cruz, se vio culminada por la victoria de España, asistida por Génova, Venecia y el Papa Pío V, en Lepanto, sobre aguas griegas -"la más grande ocasión que vieran los siglos", según Miguel de Cervantes Saavedra, egregio subordinado de Álvaro de Bazán como lo fueran asimismo Lope de Vega y Juan de Ercilla, entre otros grandes de las letras que blandieron asimismo las armas bajo su mando y que glosaron sus hazañas.
A las órdenes de Juan de Austria, hermano bastardo de Felipe II, gobernó Bazán en Lepanto la Escuadra de Reserva que resolvió el combate contra el otomano Mehmet I, el fanal de cuya nave capitana se traería el marqués a España como trofeo -junto con otros farolones semejantes- para situarlo, precisamente, sobre el dintel de la capilla de su futuro palacio. Otros de estos enormes candiles lucen en la escalera de la mansión madrileña de los marqueses de Santa Cruz, en la calle de san Bernardino.
Al lado de Álvaro de Bazán peleó también el insigne marino genovés Andrea Doria, con quien mantendría una estrecha amistad, tanta, que al declinar su vida, el primer marqués de Santa Cruz decidió erigir en el corazón de La Mancha un palacio semejante al de los Doria en Génova, pero no un palacio cualquiera sino sólo aquel que llegara a ser inolvidable testimonio en piedra, concepto y colorido del Renacimiento, en clave genovesa y sobre una mansión de anterior factura. Santa Cruz consiguió satisfacer su anhelo: la traza del palacio fue ideada en 1562, como consta en las contratas para edificar fachada y escaleras cuyas actas guarda el Archivo de Protocolos de Madrid, en la calle de Alberto Bosch. En 1564 comenzó la construcción que duraría hasta después de la muerte de Santa Cruz en 1588.
Palacio renacentista del Marqués de Santa Cruz en El Viso (Ciudad Real).
Cárcel, hospital y escuela
De planta cuadrada con 55 metros de lado, el edificio presenta un aspecto semejante al de una fortificación, como el enrejado de ancho nudo de las grandes ventanas de su planta baja anuncia. Según explica el conservador del recinto, subteniente condestable de la Armada Francisco Moreno, el hoy nuevamente palacio, fue con posterioridad hospital, cuartel bajo la ocupación francesa -etapa en la que sufrió expolio- más adelante prisión, escuela, granero, cuadra y sede de un destacamento de Regulares que, en la posguerra civil, combatió desde allí al maquis comunista que luchaba con las armas en la mano contra Franco, en las estribaciones de la cercana Sierra Morena. Al poco de concluir aquel penúltimo destino, sus dueños lo recobraron y lo cedieron a la Armada, que mantuvo permanentemente en el palacio a una veintena de marineros de reemplazo y una unidad de mando a cargo del archivo.
Hoy son cuatro las personas que laboran en el Archivo, dos facultativas, una auxiliar y una persona de mantenimiento. A su cargo se encuentran los 15 kilómetros de legajos, distribuidos en alargados estantes o en cámaras metalizadas sobre nueve salas en dos plantas, baja y principal, y una más grande bajo el suelo en sótano, que albergan documentos de extraordinaria valía histórica: así, el informe encargado por la Armada española sobre la explosión registrada el 15 de febrero de 1898 en el acorazado estadounidense Maine frente al apostadero de La Habana, desencadenante de la guerra hispano-norteamericana que puso fin al imperio hispano en América. Las fichas y hojas de servicios de toda la oficialidad y marinería desde 1784 en adelante permanecen almacenadas en seis salas de la planta baja del palacio, así como un ala entera del amplio sótano que subyace al generoso patio columnado y central del palacio.
Llama la atención otro de los documentos atesorados, con fecha de 1884, que incluye un asunto aún hoy de especial actualidad: Apuntes sobre el ozono e importancia de su estudio... lleva por título, que indica la posición avanzada de la Ciencia española de entonces gracias a los estudios realizados desde el mar por marinos con vocación científica. Conmueven igualmente las relaciones e inventarios de inmigrantes acopiadas por el Archivo y que aún hoy, según explica la archivera Silvia López Wehrli, "son consultadas por familiares y descendientes suyos, señaladamente hispanoamericanos, para obtener pruebas de acreditación de acceso a la doble nacionalidad". Abundan los despachos de buques y singladuras de las Comandancias de Vigo y A Coruña, así como las hojas de servicios, que dejaron de archivarse entre fechas posteriores al 18 de julio de 1936 y abril de 1939. La del entonces capitán de fragata Luis Carrero Blanco, mano derecha del dictador Francisco Franco, que sería presidente del Gobierno hasta su asesinato por ETA en 1973, da cuenta de una petición suya realizada en 1929 para gozar del título de profesor, mientras estaba destinado en el submarino B-2 con base en Cartagena. Posee el archivo una sala de investigadores con 6 puestos de consulta que el pasado año 2010 acogieron hasta 248 sesiones de trabajo. La dirección informática del archivo es archivoalvarodebazan@fn.mde.es
Escudo de Armas en el palacio de El Viso.

Emporio renacentista
Los muros del palacio de los Bazán son robustos, de piedra, ladrillo y un mampuesto rojizo cuya cálida tonalidad recuerda a la piedra dorada salmantina de Montemayor. Al alzar la vista hacia sus cubiertas de tejas anaranjadas, un piso y dos entreplantas más arriba, la mirada permite intuir que fueron en su día rematadas por cuatro torreones. Existieron y hoy han desaparecido, tras los devastadores efectos que sobre el palacio y su excelsa ornamentación causó el terremoto de Lisboa, acaecido al sur de Portugal, con epicentro en el cabo de San Vicente y que en 1755 hizo venirse abajo una parte importante del palacio, consecutivamente reconstruido. Una pilastra de panza combada muestra en el patio los efectos del seísmo sobre su tronco.
Columnado con dos fustes de estilo toscano en basas de caliza apeadas junto a dos cañones, un portalón con casetones de madera y llamadores de hierro se abre a la entrada del visitante, bajo un arco de medio punto tallado en piedra. La altura de la bóveda del zaguán sorprende al recién llegado, cuya mirada se posa sobre los frescos que profusamente decoran su cóncava oquedad. Fue Giovanni Battista Castello, más conocido como El Bergamasco, su principal tracista, que se recreó en la escalera y en el patio claustrado con un exquisito dominio de las proporciones. El concepto mismo de la villa romana, su mejor canon, se percibe en todas ellas. No en vano, Castello fue discípulo en Roma de Miguel Angel Buonarroti. Con El Bergamasco trabajaron el arquitecto y escultor Giovanni Battista Olamosquin, asistido por los maestros de obras Domenico y Alberto, ambos genoveses. Pintores fueron los hermanos Gian Battista y Francesco Péroli, así como el sobrino de ambos, Esteban, además del espléndido fresquista César Arbasia junto con Fabrizio Castello y Nicola Granello, hijo e hijastro del tracista, también de nación genovesa. Entre todos cubrieron con sus vivaces pinturas hasta 8.000 metros cuadrados de bóvedas, el conjunto pictórico hecho con esta técnica y sobre motivos mitológicos más amplio de España y uno de los más importantes de Europa.
Ellos tachonaron también las cúpulas palaciegas con innúmeros grutescos, adornos de estilizados diseños y vivo colorido, que juegan trenzadas simetrías repletas de caprichos, así como escenas sacras, de linajes y combates, con mapas y vistas aéreas, también pintadas al fresco sobre los paramentos bajo las arcadas, de las principales ciudades y enclaves donde las armas de Bazán triunfaron sobre sus adversarios o fueron testigos de su predominio: Navarino, Argel, Ceuta, Nápoles y Génova, en la planta baja, se completan con Túnez, Mesina, Tetuán, Venecia y Milán, en la planta superior, como se muestra sobre los espléndidos dinteles de las puertas que dan al patio central, jalonado por columnas y pilastras dóricas de asientos áticos. Se yerguen en la planta inferior sobre un suelo de mosaico, con linternas de aljibes, que imita los de las grandes villas romanas. Su aroma clasicista impregna todas las estancias y genera en el visitante emoción y respeto.
Excelsa simetría
Las cuatro tríadas dobles de arcos apuntados del patio, en cuyos vanos se sitúan puertas de dinteles barrocos -el palacio fue incesantemente modernizado a partir de 1610- muestran la serena oquedad de una escalera de tempo maestoso donde dos estatuas se enseñorean del espacio ascendente bajo solemnes crujías mientras las esculturas representan al marqués y a su padre, efigiados a la romana al modo de Marte y Neptuno, respectivamente. La segunda planta alberga la Sala de Honor, ésta con dos espléndidas chimeneas en mármol negro y pizarra con mensulones de titanes, más una balandra y un bergantín; le siguen salas de David, Argos, Dédalo y Faetón; un salón de Linajes; las saletas del Olimpo, Diana, Apolo, Tobías y Danae, así como la cámara de don Álvaro, en la esquina del edificio, donde se dice que pernoctaba Franco en sus cacerías por el coto de la Sierra de Mudela; las habitaciones privadas de los marqueses se sitúan en el ala opuesta.
Todas las bóvedas de las estancias de la planta superior planta se ven decoradas profusamente con motivos mitológicos. Tras un tapiz del muro de la capilla, oratorio donde reposan los restos del primer marqués y su cercana parentela, se aprecia un grafito escrito por un soldado francés durante la devastadora ocupación de 1808 y en otra cercana estancia, una historiada letra capitular B, de retorcidos rabos, atribuye su autoría a lord Byron. Lope de Vega elogió al dueño y su palacio que, siglos después, provocaría la admiración, también por escrito, de Gregorio Marañón y otros ilustres visitantes.
El alineamiento de los salones a través de las puertas permite calibrar su excelente simetría y genera un devaneo óptico dimensional, tan caro a los arquitectos del Renacimiento. Un sinfín de alegorías a la Navegación, la Fama, el Poder, la Paz y la Victoria pueblan los nobles techados cuyo turbión y riqueza de relatos allí pintados, por su profusión, parece escapar a la posibilidad de interpretarlos cabalmente: Júpiter, Proserpina, Hércules, Sabinas, Orfeos y Apolos, en colosal cortejo, rinden testimonio en cada rincón del palacio a la celebridad de Álvaro de Bazán, de quien los historiadores aseguran que jamás conoció derrota militar alguna ni en los mares ni en tierra firme. Más de medio centenar de batallas ganadas, decenas de ataques, ofensivas, levantamientos de cercos y asedios sin cuento, además de dos mil cristianos rescatados al turco y 26.000 adversarios prisioneros, atestiguan su fama de almirante invicto. Empero, cuando en 1588 ultimaba el marqués en Lisboa los preparativos de la flota lista para combatir a Inglaterra, fue relevado del mando y al poco murió, quizá de pena, como ha sugerido alguno de sus biógrafos.
Un jardín con setos de aligustre, decorado hace treinta años con cerámica historicista, muestra emparedadas las estatuas orantes de don Alonso de Bazán, hermano de don Álvaro, y de su esposa María de Guzmán, en mármol gris veteado. A lo largo de toda la ubérrima mansión prolifera el escudo ajerezado de los Bazán, oriundos del valle navarro de semejante nombre. La leyenda cuenta que Sancho Abarca III de Navarra, preso de un rey francés, fue rescatado por el fundador del linaje tras vencer en el tablero jaquelado a su regio captor. La escena figura en la bóveda del salón de Linaje, cuyas esquinas superiores muestran la orgullosa heráldica blanquinegra. Cinco siglos después de su construcción, el palacio de Viso del Marqués, tan alhajado y soberbio bajel, contempla en silencio desde la entraña de La Mancha la dulce singladura del discurrir de los días.