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5 de agosto de 2024

La nueva excavación de Caraca se centrará en la necrópolis visigoda

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.
La necrópolis visigoda data del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento.

La campaña arqueológica que se desarrollará este verano en el yacimiento del Cerro de la Virgen de la Muela, en la localidad guadalajareña de Driebes, que se prolongará dos semanas desde el próximo 12 de agosto, intentará arrojar luz sobre la necrópolis visigoda.

Así lo han indicado a Europa Press tanto fuentes del equipo investigador que dirige esta excavación como la jefa del Servicio de Cultura de la Delegación de la Junta en Guadalajara, Teresa Sagardoy, quien ha recordado que este espacio arqueológico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año y está compuesto de varios yacimientos.

En cuanto a la necrópolis visigoda, afirma que, según los datos recogidos hasta el momento, data "más o menos" del siglo VI d.C y es la última fase del yacimiento. Está compuesta por tumbas, algunas de las cuales son "simples fosas" tapadas con una laja de yeso, que es la piedra natural de los cerros de Driebes.

Otras son lo que se conocen como 'cistas', tumbas con varias lajas haciendo el hueco de la fosa y que también están tapadas con varias losas de este tipo de piedra típica de la localidad guadalajareña, prosigue Sagardoy.

"Son tumbas de inhumación y no se ha encontrado ajuar de momento, pero en alguna tumba esperamos que se encuentre algún objeto", ha apuntado, para agregar que lo que sí que se ha encontrado son restos de los ataúdes o sudarios, es decir, de los elementos con los que se depositaba al muerto.

Ha puesto el acento en que en esta necrópolis visigoda se ha hallado parte del cementerio infantil con pequeñas tumbas de niños, a veces neonatos, a los que se les tenía separados en otra zona del cementerio; "en lo que se llama un limbo, porque no estaban bautizados todavía. Se les reservaba un espacio diferente que es curioso de visitar", ha agregado.

Parte de esta necrópolis está musealizada y cuenta ya con carteles para hacerla visitable y comprensible por los visitantes aunque es un trabajo que se acaba de iniciar e irá ampliándose a distintos espacios, pese a que desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que en las últimas semanas la cartelería y la señalización han sido vandalizadas y habrá de ser repuesta.

Ocupación desde la Edad del Bronce
En el Cerro de la Virgen de la Muela hay ocupación desde la Edad del Bronce que se conoce como un 'oppidum' carpetano correspondiente a las poblaciones indígenas de antes de los romanos. Lo más conocido es la ciudad romana de Caraca, a la que se unen otros puntos donde se han localizado restos arqueológicos, una villa romana, un monumento funerario o zonas más de carácter militar en las inmediaciones de la ciudad.

Sagardoy ha resaltado que la ciudad romana de Caraca es la única que se ha hallado en la provincia de Guadalajara, que tuvo su esplendor en el siglo I o el II d.C --en época Flavia-- y estaba a mitad de camino entre Complutum (Alcalá de Henares) y Segóbriga --en la provincia de Cuenca--, en la vía Spartaria que unía Cartagonova con Complutum.

Desde el equipo investigador del yacimiento apuntan que la ciudad estaría en la provincia romana de la Tarraconense y que se cree que hacía su labor "seguramente" como paso por la vía en el Tajo, hecho que hizo que Sertorio (I a.C.) la conquistara por la fuerza.

Un hallazgo que ha destacado la jefa de Cultura de la Junta en Guadalajara relacionado con la ciudad es el del acueducto que se ha encontrado a tres kilómetros así como el manantial que daba origen al mismo. "Está realizado en 'Opus caementicium', una obra de ingeniería romana habitual, y que traía el agua desde ese manantial a la ciudad", ha añadido.

A ello ha unido que se han localizado varias piscinas limarias, que son piscinas de decantación, que depuraban el agua y a la vez impedían que tuviera mucha velocidad por el canal y deteriorara el mismo.

Las campañas arqueológicas
Hasta el momento se han llevado a cabo en el Cerro de la Virgen de la Muela siete campañas arqueológicas y este mes de agosto se llevará a cabo la octava. Además de las múltiples visitas para hacer prospecciones, vuelos de dron o el uso de un georradar.

Así, en 2016 se hicieron las primeras prospecciones y se usó el georradar para confirmar la existencia del yacimiento y ya en el 2017 tuvo lugar la primera campaña de excavación, cuyos directores han sido desde el inicio Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea.

Para Sagardoy, se trata de un equipo de investigadores "muy dinámico" que, con pocos medios, la ayuda de las administraciones y "mucho empeño" han estado haciendo pequeñas campañas de unos 15 días.

Esta excavación se desarrollará gracias al convenio firmado entre la Diputación de Guadalajara y el Ayuntamiento de Driebes, con el apoyo del Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara.

En su conjunto, la responsable de Cultura de la Junta en Guadalajara ha resaltado que en estas campañas se ha podido delimitar todo el mapa de la ciudad romana --compuesto por 27 manzanas--, se ha localizado el Cardo, el Decumano, el Foro y las Termas; pese a lo cual ha señalado que queda "muchísimo trabajo" por hacer y apenas se ha iniciado la investigación sobre todos estos yacimientos.

Jornada de Puertas Abiertas
De otro lado, el Ayuntamiento ha informado de que este verano se volverá a realizar la Jornada de puertas abiertas en el yacimiento el jueves 22 de agosto que constará de visitas guiadas al mismo a las 10.30 y 19.00 horas, siendo el acceso a la actividad libre y gratuito.

El 'Proyecto de excavación de la necrópolis de época visigoda de Caraca (Driebes, Guadalajara) y de los niveles carpetanos en esa misma área' está dirigido por los ya citados Javier Fernández Ortea (arqueólogo) y Emilio Gamo Pazos (Museo Arqueológico Nacional) a los que se unen Saúl Martín González (arqueólogo), Santiago David Domínguez Solera (Heroica arqueología).

El equipo interdisciplinar de investigación contará este año con la colaboración de un amplio número de expertos que analizarán el yacimiento desde distintas ópticas, incluyendo a Antonio Alvar Ezquerra (Universidad de Alcalá), Ana Gracia Rivas (Museo Nacional de Antropología), José María Murciano Calles (Museo Nacional de Arte Romano) y María Luisa Cerdeño Serrano.

También participarán Daniel Cordero Bordejé, María Ángeles Perucha Atienza (IGME-CSIC), Miguel Ángel Rodríguez Pascua (IGME-CSIC), José Francisco Mediato Arribas (IGME-CSIC), Andrés Díez Herrero (IGME-CSIC), Helena Gimeno Pascual (Centro CIL II-Alcalá de Henares), Daniel Méndez García (Revives.es y UFV), Ana Fernández Jiménez y Paula Carmona Quiroga (Instituto Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas -IETcc-CSIC), Magdalena Barril Vicente, Macarena Bustamante Álvarez (Universidad de Granada), Sergio Remedios Sánchez (UNED-Senior) y Álvaro Sánchez Climent.

30 de julio de 2024

Desvelan los secretos del escarabeo egipcio hallado en un enterramiento íbero de Ciudad Real

El escarabeo fue encontrado en una urna que contenía los restos de una mujer, dentro de una sencilla tumba colectiva junto a otras dos urnas. Los análisis sugieren que la pieza fue depositada hacia mediados o finales del siglo VI a.C.

La revista científica Pyrenae,(Journal of Western Mediterranean Prehistory and Antiquity), vinculada a la Universidad de Barcelona, recoge el estudio del escarabeo egipcio fabricado entre los siglos VII y VI a.C y descubierto hace tiempo en la necrópolis de "El Toro", en  Alcubillas, Ciudad Real. Este hallazgo destaca por ser un colgante de pasta vítrea que representa un escarabajo sagrado, con inscripciones jeroglíficas en su base que podrían vincularse a faraones de la dinastía XXVI Saíta. Este tipo de objeto no es común fuera de Egipto, lo que hace que su presencia en una tumba íbera sea notablemente intrigante. Aunque -según se señala en el informe- otros doce escarabeos y tres amuletos-sello que portan esta inscripción en su versión completa o defectiva, también muy similares a los ejemplares procedentes de Egipto, han sido documentados en diferentes lugares del Mediterráneo. Su dispersión muestra que en su mayoría proceden de asentamientos fenicio-púnicos, por lo que los especialistas consideran que serían comerciantes o personas de este ámbito cultural las que podrían haber traído esta pieza.

El escarabeo fue encontrado en una urna que contenía los restos de una mujer, dentro de una sencilla tumba colectiva junto a otras dos urnas. Los análisis sugieren que la pieza fue depositada hacia mediados o finales del siglo VI a.C. La mujer enterrada podría haber sido una egipcia o una íbera con suficiente poder adquisitivo para adquirir un objeto de prestigio como este, aunque su identidad exacta sigue siendo incierta.

El descubrimiento subraya la importancia de la necrópolis del Toro de Alcubillas como un sitio de gran relevancia histórica. La región, durante los siglos VI y V a.C., estaba habitada por un conjunto significativo de oppida íberos y era un centro de intercambio cultural y económico. Esto explica la presencia de otros objetos importados como cerámicas griegas y orfebrería fenicia, que también han sido hallados en el área.

Una red de importación muy antigua
Este hallazgo pone de manifiesto la amplia red comercial de la época, que facilitaba el intercambio de bienes entre culturas distantes. La presencia del escarabeo en una necrópolis íbera indica una conexión directa con Egipto, posiblemente a través de comerciantes fenicios y griegos. Este movimiento de bienes no solo refleja el comercio, sino también la influencia cultural y el prestigio asociado a ciertos objetos.

A pesar de la importancia del lugar, la necrópolis de Alcubillas ha enfrentado desafíos significativos en términos de protección y conservación. La actividad agrícola continuó en la zona hasta que Luis Benítez de Lugo, codirector del estudio, arrendó el terreno con sus propios recursos para protegerl. Gracias a estos esfuerzos, se pudieron realizar excavaciones y estudios detallados que revelaron la riqueza arqueológica del sitio.

La investigación la firman varios miembros de un equipo multidisciplinar compuesto por José Luis Fuentes, Luis Benítez de Lugo Enrich, María José López Grande, Paquita Velázquez, María Benito, Pilar Mata, Alexandra Muñoz, Victoria Peña y Alfredo Mederos.

Los estudios han sido financiados por las consultoras de arqueología OPPIDA y ANTHROPOS. La empresa E2IN2 adquirió los terrenos para la protección y estudio del yacimiento. Helena Jiménez Vialás, Raquel Liceras Garrido y Basilio Fernández Megía colaboraron en el estudio y conservación del yacimiento sin apoyo de las administraciones públicas. 

Los objetos encontrados, tras ser catalogados y restaurados, se exhiben en el Museo de Ciudad Real, ofreciendo al público una ventana al pasado de la región.

28 de mayo de 2024

Sale a la luz en Baelo Claudia un mausoleo romano del s. IV

Además de la decena de sepulcros, en su mayoría cristianos, y varios elementos decorativos realizados con mármol, se ha encontrado también parte de un plinto y el pie de una estatua femenina que representa a Junia Rufina.

 Estas investigaciones, y los estudios antropológicos y bioarqueológicos, forman parte del proyecto 'Diana. Arqueología de la muerte y cambio social en el estrecho de Gibraltar', que cuenta con financiación del Plan Estatal de I+D+I.

Todo transcurría con normalidad hasta que el equipo de trabajadores implicado en la excavación se topó con algo insólito. El trabajo del equipo ha sacado a la luz un mausoleo destruido por un seísmo en el siglo IV.

Además de la decena de sepulcros, en su mayoría cristianos, y varios elementos decorativos realizados con mármol, se ha encontrado también parte de un plinto y el pie de una estatua femenina que representa a Junia Rufina. Este último elemento localizado era el que faltaba para terminar de reconstruir el vestigio. Esta estatua se conserva en el museo del Conjunto Arqueológico, administrado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Asimismo, se ha encontrado una escultura de piedra cubierta por estuco. Los investigadores implicados en el proyecto -Helena Jiménez y Fernando Prados- han indicado que esta también deambuló por el suelo al producirse el seísmo. Esta escultura, tal y como apuntan los expertos, podría ser un retrato funerario correspondiente a una cabeza femenina perteneciente a la época Flavia.

El director general de Museos y Conjuntos, Fernando Panea, resaltó ante tales descubrimientos la relevancia de los hallazgos arqueológicos y destacó también el esfuerzo de la Junta por mejorar las instalaciones del Conjunto y actualizar la narrativa expositiva del museo. Rufina.

De igual forma, Panea mencionó que actualmente se están exhibiendo piezas de gran interés que no habían sido mostradas anteriormente, como por ejemplo el epígrafe de Junia Rufina.
No es la primera vez que en el lugar brotan restos arqueológicos con un gran valor. En 2018, las columnas capiteles y una inscripción en bronce llamaron la atención de los investigadores. La rotulación pertenecía a una dama romana de gran renombre que habitó en la ciudad en la segunda mitad del siglo I, Junia Rufina.

4 de abril de 2023

Hallan un escarabeo egipcio de la XXVI dinastía en una necrópolis ibérica de Ciudad Real

Se ha encontrado en Alcubillas, un pequeño municipio de la provincia de Ciudad Real, durante las excavaciones de la necrópolis de El Toro, un yacimiento arqueológico en el que ha aparecido la tumba de un importante príncipe íbero


Imagen del escarabeo encontrado (debajo), junto con otros objetos hallados en la necrópolis del Toro. OPPIDA

Unos 5.000 kilómetros son los que separan Egipto de Alcubillas, un pueblo de menos de 500 habitantes donde hace poco se ha producido uno de los mayores descubrimientos arqueológicos ya no solo de la provincia de Ciudad Real, sino de la Península Ibérica: el hallazgo de un escarabeo de piedra egipcio. Este objeto era una especie de amuleto de vida y poder, con forma de escarabajo coleóptero (Scarabaeus sacer), que representaba al Sol naciente, se usaba contra el mal de ojo y permitía el paso a la vida eterna.

De hecho, el escarabeo que ha aparecido en esa tumba lleva el cartucho real de un faraón egipcio de la XXVI dinastía y ahora se puede contemplar en la exposición 'Atempora' del Museo de Ciudad Real. Así se lo explica a ABC José Luis Fuentes Sánchez, director de proyectos de la empresa Oppida y uno de los dos arqueólogos que, junto con Luis Benítez de Lugo Enrich, de la Universidad Complutense, han comandado un equipo que lo ha localizado.

Un grupo de profesionales del que también forman parte María Benito Sánchez y Alexandra Muñoz García, forenses del Laboratorio de Antropología y Odontología Forense de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid. En ello también han trabajado Manuel Blanco y María Cruz Medina, del servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico (Secyr); María José López Grande, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, y Helena Jiménez Vialás, del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid.

En total, según informan, han sacado unas 5.000 piezas extraídas entre los años 2016 y 2017 de la necrópolis de El Toro, que debe su nombre a la aparición allí de una escultura tallada en arenisca roja y de bulto redondo que representa un toro. El hallazgo de la tumba múltiple T5 abc, que es su denominación, fue motivo de «sorpresa y emoción», subrayan. En el lugar se encontraron in situ tres urnas diferenciadas, donde se documentaron cuatro individuos cuyos huesos habían sido cremados. La urna P10 de la Tumba 5a, otra de las que apareció, permitió extraer una cuenta de pasta vítrea quemada y estallada, así como una pieza completa del escarabeo, también sometido a la acción de fuego en el proceso de cremación de los cadáveres. Se recogieron 1.375 gramos de material óseo calcinado pertenecientes a dos mujeres adultas que habían sido introducidas en la misma urna cerámica.

Tal y como lo describen, el escarabeo tiene dos líneas incisas, que separan el tórax y las elytra y otra para la división de estas entre sí. Está perforado de lado a lado, lo que posibilitaba su engarce en un collar. En la base plana del reverso lleva la inscripción con cinco caracteres jeroglíficos egipcios insertos en un cartucho ovoide que los circunda. Se lee el antropónimo p-s-m-T-k, un nombre de probable procedencia libia adoptado por tres monarcas del Reino Nuevo de la Dinastía XXVI o Saíta, Psamético I (664-610 a.C.), Psamético II (595-589 a.C.) y Psamético III (526-525 a.C.).

Pero, ¿por qué es tan importante este descubrimiento? «Es excepcional porque convertiría a esta necrópolis orientalizante en uno de los espacios rituales de cremación de la jerarquía oretana más antiguos de la provincia de Ciudad Real», asegura José Luis Fuentes Sánchez, que dice que las dataciones de los materiales allí encontrados parten desde finales del siglo VIII hasta el siglo III a.C. Además, indica que el lugar guarda mucho paralelismo con otros hallazgos emblemáticos como el Monumento de Pozo Moro, otra tumba de época íbera que se encontró en Chinchilla de Montearagón (Albacete) y que hoy puede contemplarse en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Este hallazgo confirmaría la existencia de relaciones comerciales de larga distancia con el Mediterráneo oriental, establecidas entre las poblaciones indígenas de toda la Península Ibérica y, en este caso particular, los pertenecientes a la etnia oretana los tendrían con comerciantes fenicio-púnicos. «Los oretanos no solo realizaban adquisiciones para su viaje al más allá, sino que además las oligarquías y sus clientelas se hacían construir monumentos funerarios turriformes, así como otros denominados pilares estela, en el que se reflejaban las heroicidades del linaje al que pertenecían los difuntos», afirma el arqueólogo.

Además, han hallado evidencias de un paisaje funerario conformado por túmulos que cubren tumbas en hoyo, túmulos sobre plantas cuadrangulares, que amortizan tumbas de una etapa anterior y sobre las que se depositaron interesantes urnas de procedencias lejanas, como la Crátera de Hermes. Según señalan, se trata de «un objeto muy interesante, manufacturado en Grecia en torno a mediados del siglo IV y que destaca por su cuidado estilismo pictórico». Ha sido hallada en fragmentos, acompañada de un centenar de restos escultóricos pertenecientes a los monumentos de algún príncipe oretano, cuyo monumento fue objeto de destrucción sistemática hacia mediados del siglo IV a.C.

Los investigadores se encuentran trabajando ahora sobre los modelos 3D de las piezas para poder recomponer los monumentos que se hallaron desmontados durante las excavaciones arqueológicas. En el conjunto entregado al Museo de Ciudad Real se encuentra un fragmento de cabeza de un príncipe oretano de entre los siglos V y VI a.C. Sus rasgos orientales remiten a modelos típicos para esta época, que concuerdan con la antigüedad y arcaicidad de la escultura del toro.

De este posible monumento se han hallado elementos arquitectónicos como golas y restos de las escalinatas del podio del pilar, motivos vegetales (roleos y ovas), fauna (pezuñas de toro, cañas de caballo, cuartos traseros de caballo y felino). «Se trata de un puzle incompleto de uno o varios monumentos escultóricos que nadie ha visto montado desde hace 2.400 años», apuntan los responsables de la excavación.

Los trabajos en la necrópolis continuarán próximamente, cuando se presenten a la comunidad científica los resultados de las excavaciones y de las largas investigaciones que se han realizado en estos cinco últimos años. El equipo de investigación es multidisciplinar y participan, además de arqueólogos, especialistas en cerámica, metales, escultura, antropología, conservación y restauración.

Los terrenos de la necrópolis han sido adquiridos por la empresa E2IN2, con una inversión de más de 50.000 euros, con el fin de garantizar su conservación y preservar su expolio. Los responsables de la excavación de este yacimiento agradecen esta ayuda privada, algo que no ha hecho ni el Ayuntamiento de Alcubillas ni la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se lamenta Fuentes Sánchez, que dentro de poco espera poder anunciar más novedades de este lugar único.

11 de septiembre de 2017

Descubren dos mausoleos alto imperiales en la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia

Los arqueólogos han detectado también nuevas evidencias de un terremoto acompañado de un tsunami ocurrido a mediados del siglo IV d. C.
Los resultados de la excavación confirman el esplendor de la ciudad en el siglo I a.C.
Dos nuevos mausoleos alto imperiales han aparecido en la necrópolis oriental de la ciudad hispanorromana de Baelo Claudia, en Tarifa (Cádiz) situada junto a la puerta oriental de la ciudad o “puerta de Carteia”.

Caídas encima de la calle también se han localizado hasta el momento tres columnas de mármol pertenecientes a los monumentos funerarios. Todo apunta a que su caída debió producirse a causa de un terremoto acompañado de un tsunamique tuvo lugar a mediados del siglo IV d.C.

Esta necrópolis es una de las mejor conservadas del panorama hispano y se halla enclavada en un atractivo paraje de la costa gaditana que se ubica entre los parques naturales del Estrecho de Gibraltar y el de Los Alcornocales.

El proyecto “Muerte y Ritual Funerario en Baelo Claudia”, formado por especialistas en arqueología romana, arquitectura, antropología y arqueosismología, hacía estos hallazgo desde el pasado lunes 7 de septiembre.

Coordinado por el profesor de la Universidad de Alicante Fernando Prados Martínez, el equipo científico lo compone la doctora Helena Jiménez, de la Universidad Isabel I, los licenciados Octavio Torres, de la UA, e Iván García, de la Junta de Andalucía, y el doctor Carlos Arteaga, de la Universidad Autónoma de Madrid. Junto a ellos participan cuatro voluntarios procedentes de las universidades de Cádiz y Bruselas.

Los resultados que se están obteniendo vienen a confirmar el periodo de esplendor que disfrutó Baelo Claudia durante el siglo I d.C., premiada por el emperador Claudio con el estatuto de municipio, tal y como queda patente en los dos monumentales mausoleos que se excavan en estos días y que ocupan un espacio privilegiado próximo a la puerta oriental de la ciudad.

La ciudad y su necrópolis son uno de los mejores laboratorios de estudio de la romanización y de las transferencias culturales entre las poblaciones nativas, norteafricanas y los aportes itálicos a lo largo del siglo I d.C.

(Fuente: Cadena Ser)