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22 de diciembre de 2011

Encuentran un ajuar romano del Siglo IV en Cubas de la Sagra (Madrid)

El yacimiento Camino de Santa Juana, en el municipio madrileño de Cubas de la Sagra, ha sacado a la luz el mayor centro artesanal de época romana de la Comunidad Madrid que incluye un ajuar doméstico de gran valor arqueológico.
Cuatro cuencos de bronce y una pátera romana forma
el ajuar encontrado.
Lo hallado en este enclave data de los siglos IV y V después de Cristo y aglutina un ajuar completo en cerámica y bronce, un centro alfarero, un conjunto termal y dos necrópolis.
La directora general de Patrimonio Histórico, Laura de Rivera, y el alcalde de Cubas de la Sagra, José Pedro Flores, han visitado hoy el yacimiento y han explicado detalladamente los excepcionales hallazgos arqueológicos.
De Rivera ha subrayado que es la primera vez que en la Comunidad se encuentra un ajuar doméstico completo, compuesto por cuatro cuencos y cuatro fuentes grandes de Terra sigillata hispánica tardía.
El cuidado con que estas piezas fueron ocultadas y preservadas -probablemente con paja entre ellas- podría reflejar el aprecio que sentía el propietario por estas cerámicas, que presentan un buen estado de conservación y diferentes formas y decoraciones.
El ajuar metálico está compuesto por cuatro cuencos y una pátera que lo convierten en uno de los mayores hallazgos de bronce tardorromanos de la Península Ibérica.
Juan Sanguino y Pilar Oñate han dirigido al equipo de arqueólogos que han descubierto además un importante centro alfarero, con estructuras relacionadas con la producción y almacenamiento de materiales cerámicos, incluido un raro ejemplar de secadero de cerámica, zonas de extracción y de vertidos, así como diez hornos, restos de combustión, pozos y cubetas de extracción de arcillas.
También se ha hallado un conjunto termal, con cuatro estancias y edificaciones asociadas que, por sus características constructivas, su articulación y los materiales, se interpreta como unas termas de carácter rural del Alto Impero Romando.
Entre los restos también han salido a la luz dos áreas de enterramientos: la necrópolis norte, con unas 500 sepulturas, y la necrópolis sur, en la que se han documentado y excavado un total de 10 sepulturas. 
(Fuente. ABC / EFE)

13 de septiembre de 2011

Aparecen en el Valle del Lozoya los restos del primer madrileño


En el yacimiento de Pinilla se han encontrado varios dientes de hace 40.000 años que debieron pertenecer a un niño de unos 3 años de edad. 
Hubo un tiempo en el que el conjunto de yacimientos prehistóricos paleolíticos más importante del mundo estaba en Madrid, a lo largo de las Terrazas del río Manzanares. Los sedimentos arenosos contenían (y aún hoy pueden hallarse) numerosos bloques de sílex excelente para fabricar herramientas de piedra, muchos de ellos de un hermoso e inconfundible color miel.
Restos humanos -cuatro dientes de leche- del que sería
el primer menor neandertal
 descubierto en la Comunidad de Madrid, en las excavaciones
 de los yacimientos
 del Calvero de la Higuera, en el municipio de Pinilla del Valle.
Nuestros remotos antepasados supieron apreciar la ventaja que suponía esta materia prima y la interesante localización geográfica, en un amplio valle fluvial, por lo que usaron con frecuencia las orillas del entonces algo más caudaloso Manzanares para sus actividades.
Y al hacerlo dejaron marcas de su paso: industria lítica en abundancia, huesos cortados y machacados y otros indicios de su presencia en yacimientos como el del Cerro de San Isidro, o El Ventorro, que fueron de los primeros grandes hallazgos de la arqueología paleolítica decimonónica.
Y no sólo dentro de los límites de la actual capital han aparecido restos arqueológicos tan antiguos: también en el eje Villaverde-Patones-San Martín de Valdeiglesias, o en el valle alto del Jarama.
Lo que nunca había aparecido en ninguna parte de Madrid eran restos humanos paleolíticos. Hasta hace relativamente poco.

En un cubil de hienas

En los años 80 un equipo de arqueólogos y paleontólogos trabajaba en un yacimiento que parecía un antiguo cubil de hienas del Pleistoceno Medio en un valle tributario del Lozoya en su curso alto, cerca de la actual población de Pinilla del Valle, en la Sierra de Guadarrama.
Los cubiles de hiena se encuentran entre los yacimientos más interesantes que puede encontrar un paleontólogo ya que las hienas manchadas (Crocuta crocuta), que entonces vivían en la Península Ibérica, suelen refugiar a sus crías en una cueva o agujero a donde transportan pedazos de sus capturas o hallazgos para alimentarlas.
Recreación artística del niño que habitó en el Valle
del Lozoya hace más de 40.000 años.
Los restos quedan allí, sin embargo, y si la cueva es muy utilizada como cubil puede convertirse en un verdadero muestrario de los animales cazados en los alrededores.  

Una pata de caballo aquí, una cabeza de ciervo allá, dependiendo de la disponibilidad, las madres hienas acarrean restos animales hasta donde están sus crías, que dan buena cuenta de la carne e incluso empiezan a partir los huesos.
Por supuesto, los humanos a veces compartían ese mismo tipo de refugios, probablemente mientras no estaban ocupados por una camada de cachorros de hiena; las mamás carroñeras tienen muy mal genio.
El primer hallazgo en la zona fue por tanto una guarida de hienas con abundantes restos de fauna, pero también con industria lítica.

Dientes de neardentales

Para sorpresa de propios y extraños pronto se encontraron con un par de dientes inconfundiblemente humanos que, por su morfología, parecían pertenecer al grupo de nuestros antepasados conocido como Neandertales.
Eran los primeros restos humanos de era paleolítica (indicada por la fauna acompañante) hallados en la provincia de Madrid. Pero no serían los últimos, como el cubil de hienas resultaría no ser el único yacimiento del área.
Subsiguientes excavaciones, llevadas a cabo en las décadas siguientes, encontrarían varios otros depósitos de restos óseos e industria lítica claramente paleolítica.

De momento en la campaña de excavación de este año 2011 han aparecido cuatro molares infantiles  de clara morfología neandertal en el paraje conocido como Calvero de la Higuera, que tiene varios yacimientos en explotación.
En la actualidad se explotan o se han excavado ya al menos cuatro, y se conocen dos donde aún no se ha iniciado la excavación. Pinilla ya ha dado bastante, pero promete bastante más.
Son un par de incisivos, un canino y un molar, todos ellos ‘de leche’ (deciduos), lo que indica se se trataba de un niño de muy corta edad (quizá tres años).
Están bien conservados y bastante completos (excepto el molar), y tienen una morfología inconfundiblemente neandertal. De modo que aunque las dataciones todavía tardarán algún tiempo, y con la confirmación de la fauna acompañante (desde Uros a Hienas pasando por Rinocerontes lanudos) cabe afirmar que deben tener al menos unos 40.000 años de antigüedad.
Lo cual convierte a este niño neandertal en el madrileño más antiguo conocido hasta el momento.
Pronto, el valle donde vivió y murió será un parque arqueológico visitable; una hermosa iniciativa para un hallazgo más que interesante. 

7 de julio de 2011

Hallada en Vicálvaro (Madrid) una necrópolis visigoda con 900 enterramientos

Las sepulturas se hallaban a 30 centímetros de profundidad. El área contiene también vestigios romanos y medievales
Madrid posee una riqueza en arqueología visigoda muy superior a la que se suponía hasta ahora. Así lo demuestra el reciente hallazgo de la mayor necrópolis de aquella civilización posromana en el territorio de la región y, presumiblemente, de toda España. Ha sido excavada en un valle situado en Vicálvaro, entre Vallecas y Mejorada del Campo, y data de una época que los historiadores sitúan entre los siglos VI y VII de nuestra era. Alberga más de 900 sepulturas, por su entidad un número insólito para este tipo de enterramientos, según la catedrática de Historia Antigua de la Complutense, Rosa Sanz.
Una de las sepulturas del yacimiento de Vicálvaro.


La detección del nuevo cementerio visigótico se produjo hace ahora un año y su excavación comenzó el pasado diciembre. Entonces nadie imaginaba la extensión real, medida ahora con precisión: ocupa 1,5 hectáreas de una planicie otrora cerealera surcada por dos arroyos y con minas para la extracción de sílex. Las fosas sepulcrales fueron cavadas a unos 30 centímetros de profundidad. Muestran las específicas cistasvisigóticas, lajas de piedra que bordean su perímetro. Miden entre 160 y 170 centímetros de longitud y medio metro de anchura. En ellas fueron depositados más de 900 cadáveres de adultos con los cráneos orientados hacia el Este. Unos 700 han sido ya exhumados. A ello hay que añadir una veintena de sepulturas de pequeño tamaño para niños. Empero, algunos infantes fueron enterrados en sepulturas para tres cadáveres.


A diferencia de los sarcófagos utilizados por los romanos, los visigodos sepultaban a sus deudos con sus ajuares dentro de cajones de madera, sellados por herrajes y clavos que, en esta ocasión, sí se han conservado. Entre los hallazgos destacan un puñal de la época goda y algunos aros, hebillas y broches de bronce a los que se atribuye valor sólo documental. El enclave de la necrópolis sugiere a la catedrática Rosa Sanz la cercanía de una urbe de considerable tamaño, aún no localizada. "Alcalá de Henares (que dista unos 20 kilómetros) sí fue un enclave visigodo de importancia", señala.


En el mismo paraje donde se encuentra esta necrópolis -no lejos del Cerro Almodóvar, la gran meseta de sílex que domina el barrio de Santa Eugenia, junto a la autovía de Valencia- se han documentado también importantes vestigios altoimperiales romanos, otros de la Alta Edad Media, algunos restos islámicos y numerosos otros de la etapa bajomedieval cristiana hasta el siglo XIV. Se trata de cuevas convertidas en habitáculos, además de silos subterráneos para el almacenaje de granos y basamentos de construcciones de poca entidad, pero desplegados por una superficie de seis hectáreas. Por todo ello, la zona en su conjunto compone, por su secuencialidad, uno de los escenarios documentales más completos de la historia arqueológica madrileña, con sedimentaciones consecutivas yuxtapuestas.


Los visigodos llegaron a España procedentes de Escandinavia y de la Europa oriental tras la declinación romana. Implantaron un sistema de vasallaje del que surgiría el feudalismo. Trocaron su paganismo originario por el cristianismo y protagonizaron una sangrienta guerra civil entre ortodoxos y arrianos, para sucumbir ante el empuje musulmán tras la alianza entre el conde Julián y huestes islámicas procedentes del Norte de África.


Cuatro son las grandes zonas en las que se ubican los yacimientos ahora descubiertos por el equipo de hasta 18 arqueólogos, así como antropólogos, geólogos, paleontólogos, y topógrafos de la empresa Argea que, con los de las compañías Arquex y Area, operan en la zona. Han sido contratados para las juntas de compensación de Los Berrocales y Los Ahijones, entidades cooperativas, para analizar el sustrato arqueológico donde la compañía Sacyr planea erigir centenares de viviendas en las inmediaciones de la ermita de la Virgen de la Torre, histórico lugar de culto.


Laura Rivero es, desde el lunes, la titular de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid. Este organismo, por ley, supervisa la excavación, registro y documentación de los hallazgos. Cuando culminen los trabajos decidirá qué proporción de los yacimientos encontrados podrá ser musealizada. Rivero sustituye en el cargo a José Luis Martínez Almeida, director general desde 2007.

(Fuente: El País)

4 de junio de 2011

El yacimiento carpetano de Santorcaz (Madrid) ya tiene la declaración de BIC

La Comunidad de Madrid ha aprobado la declaración del yacimiento arqueológico del Llano de la Horca en Santorcaz y su entorno como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Zona Arqueológica.
Vista aérea del yacimiento del Llano de la Horca, en Santorcaz (Madrid).
El objetivo es proteger este espacio dado el interés histórico, científico, educativo y ecológico del yacimiento y su entorno. Esta resolución culmina el proceso que se había iniciado el pasado octubre de 2010, con la incoación del correspondiente expediente por parte de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno regional.

El Yacimiento del Llano de la Horca, en Santorcaz, es el asentamiento protohistórico mejor investigado y conservado de la Comunidad de Madrid por lo que resulta preciso otorgar la máxima protección determinada por la Ley, mediante la categoría de Zona Arqueológica, así como proseguir los trabajos de investigación y restaurar y acondicionar el poblado para la visita pública. La extensión de la zona declarada BIC es de 49 hectáreas.

Las tierras circundantes servían para las actividades agrícolas, pasto para la cabaña ganadera y coto de caza o pesca, un entorno más o menos amplio sobre el que ejercer sus funciones defensivas, comerciales o de abastecimiento.

En el entorno que se protege, que suma un total de 549 hectáreas, están catalogados nueve yacimientos arqueológicos, conserva la flora y la fauna autóctonas. Tan sólo el núcleo urbano de Santorcaz es ajeno a las actividades productivas antiguas, por lo que queda en su mayor parte excluido. Gran parte del entorno se encuentra ya protegido por la normativa municipal por sus valores ecológicos y agrícolas.

El asentamiento de Llano de la Horca fue construido por una población carpetana, que fue una de las etnias peninsulares que hallaron cartaginenses y romanos en sus respectivas conquistas. La ocupación principal del yacimiento se produce entre los siglos IV y I a.C. por parte de los carpetanos. Éstos aparecen en las fuentes históricas como aliados de los cartaginenses en la campaña de Aníbal y asociados con otros pueblos indígenas contra Roma. 

Así pues es un yacimiento con una carga histórica, fruto de la actividad del pueblo prerromano que ocupaba prácticamente toda la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, el buen estado de conservación de calles, manzanas, viviendas y los depósitos arqueológicos lo convierte en un yacimiento con grandes aptitudes para su acondicionamiento como museo y divulgación, razones por las cuales se prevé la creación de un Parque Arqueológico en el yacimiento, siguiendo la función didáctica y social que la gestión del Patrimonio Histórico debe cumplir.

Sobre el asentamiento en el Llano de la Horca
El Llano de la Horca es un yacimiento de la Segunda Edad del Hierro que estuvo poblado entre los siglos III y I a.C. por los carpetanos, pueblo prerromano de la Península Ibérica, situado al sur de los celtíberos, que se extendían por los territorios que en la actualidad ocupa la casi totalidad de la Comunidad de Madrid y parte de los territorios de Castilla-La Mancha.
Trabajos en el Llano de la Horca.

El poblado tiene una superficie ocupada de cerca de 10 hectáreas y su área de influencia sería de entre 5 y 7 kilómetros. Se trataría de una comunidad urbana desarrollada, con algún tipo de jerarquía social, de creciente especialización “industrial” y con una población bastante densa.

El proyecto arqueológico de El Llano de la Horca se ha planteado desde el principio con dos objetivos fundamentales. En primer lugar, la excavación y estudio de una superficie significativa del poblado para lograr abrir una ventana a la vida cotidiana de una comunidad carpetana de finales de la Edad del Hierro, en vísperas de la conquista romana.
Denario prerromano encontrado en el yacimiento. 

El segundo es la creación de un Parque Arqueológico que permita visitar directamente el poblado descubierto -debidamente consolidado y presentado al público- y un Centro de Interpretación que se construirá en sus inmediaciones y permitirá ofrecer una visión completa del yacimiento y de la cultura carpetana.

(Fuente: Europa Press)

20 de febrero de 2011

La historia de Madrid da un vuelco


Las excavaciones junto al palacio Real revelan que la ciudad se formó en la época cristiana y no en la musulmana - Descubiertos 70 metros de la muralla árabe- Las excavaciones del Museo de Colecciones descubren un enterramiento del siglo VIII, el más antiguo de Madrid


El pasado cambia. La historia de Madrid da un vuelco. Tras horadar su suelo durante cinco años en el entorno del palacio Real, la arqueóloga Esther Andréu es contundente: "Madrid nació como ciudad bajo mandato cristiano, en el siglo XII, y no en la época árabe, tal como se creía". Aunque sus orígenes musulmanes están comprobados, el Mayrit que se remonta al siglo IX era solo un cuartel, y no una población. A esa conclusión llega la experta tras el hallazgo de los restos de seis casas medievales, las más antiguas encontradas hasta ahora en la zona donde nació Madrid y donde no se han hallado nunca restos urbanos similares de la época árabe. Y hay más novedades.
Una "caja de sorpresas" entorno al Palacio Real.
Una inscripción y restos de vajilla revelan la presencia islámica y hebrea

Ese cambio en el pasado surge gracias a un edificio cuya construcción ha desvelado "un yacimiento importantísimo y con resultados extraordinarios". Se trata del Museo de Colecciones Reales. Lo levanta Patrimonio Nacional -el organismo que gestiona los bienes cedidos por la Corona al Estado- entre el palacio Real y el templo de la Almudena.

Las excavaciones arqueológicas, obligatorias para poder acometer la obra, han convertido la zona en torno al palacio Real en una caja de sorpresas, parte de las cuales quedarán a la vista de los visitantes del futuro museo. Se esperaban novedades -el yacimiento se ubicaba en la zona donde nació Madrid-, pero no de tal calibre. "Hemos encontrado los restos más antiguos del origen de Madrid como ciudad. Con ellos podemos empezar a entender cómo se formó", afirma la arqueóloga responsable de las excavaciones, realizadas en una primera fase entre 1999 y 2000 y en una segunda desde 2007 hasta 2010.
  • Estos hallazgos tiran por tierra la historia hasta ahora oficial que situaba los orígenes de la población en los tiempos del emir Mohamed I


Estos vestigios "urbanos", datados entre finales del siglo XII y comienzos del XIII, estaban repartidos en dos zonas: bajo la plaza de la Almudena (el espacio que separa la verja de la Armería y la catedral) y junto al ala oeste del templo. Se trata de las seis construcciones medievales que tiran por tierra la historia hasta ahora oficial, la que situaba los orígenes de la población en los tiempos de un emir, Mohamed I, que tiene un parque en su honor en la cuesta de la Vega, muy cerca del yacimiento. "La población nació en el siglo XII, tras la conquista de Alfonso VI (1085), y no en el IX", resume Esther Andréu, la experta que más ha excavado en esta zona de Madrid, a tenor de los hallazgos de su equipo. "De la época musulmana, además de los restos de la muralla y de un edificio del cuerpo de guardia, se han encontrado hasta ahora restos de actividades agrícolas, que desarrollarían los habitantes de la guarnición, como alfares o pozos. Pero no se han hallado restos de casas", recapitula para avalar su tesis.
Estos hallazgos "dan" más pasado a Madrid.

Bajo la plaza de la Almudena, los arqueólogos han encontrado restos que corresponden, según los primeros estudios, a cuatro casas y dos calles. Junto a la catedral han aparecido dos casas más, otras dos calles y un portillo. De algunas quedaban los muros. De otras, poco más que los cimientos. Pero todas tenían algo en común: estaban situadas junto a una muralla, que también ha aflorado. Y ese es otro gran hallazgo, aunque previsto, porque el trazado del muro defensivo ya se conocía. Unos 70 metros de la fortificación árabe, datada en los siglos IX y X, han salido a la luz, repartidos entre las dos zonas. En ocasiones alcanzan los ocho metros de altura. Junto a la catedral han aparecido tres torres, una de ellas entera, y bajo la plaza, restos de otras cuatro. En el futuro podrán contemplarse desde el interior del museo. Esa era una condición del concurso para el diseño del nuevo edificio, ganado por los arquitectos Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
  • Junto a la catedral han aparecido tres torres, una de ellas entera, y bajo la plaza, restos de otras cuatro.


Los vestigios quedarán a la vista en dos grandes espacios: uno de 1.000 metros cuadrados bajo la plaza y otro, de unos 500, junto a la Almudena. Se accede a ellos desde la sala noble del futuro museo, en la que se exhibirán los tapices que atesoró la Corona. Ahora, con la obra del edificio en marcha, casas y muralla están protegidos con plásticos y vallas metálicas. El pasado se impone en estas oquedades pese al ruido cercano del tajo. "Son dos espacios emocionantes. Es como visitar tus orígenes. Se ha quitado el peso de la tierra para dárselo a la historia", afirma el arquitecto Tuñón.
Viviendas que han aflorado junto a la muralla.

Al contrario que la muralla, no todas las casas medievales podrán visitarse, ya que parte de ellas quedan enrasadas con la cota de la plaza (se construyó rellenando terreno). Sus restos se han rehabilitado y cubierto de arlita, unas pequeñas bolas de arcilla expandida que protegen las ruinas no visibles, sobre las que van las losas de la plaza de la Almudena. Pero en esa zona sí estará a la vista la que Andréu considera "la más completa", la llamada "casa 1".

El yacimiento arqueológico junto al palacio Real revela un Madrid donde cohabitaban cristianos, musulmanes y judíos. "Hemos encontrado un alfiz con una inscripción árabe que dice: 'El poder es de Alá". A ello se suman restos de cerámica con forma y decoración de ese origen. "También han aparecido restos de vajilla del sabath [el sábado, día sagrado de los hebreos] que hemos podido identificar por su decoración y por el tipo de esmalte", detalla la arqueóloga.

Esos hallazgos, que revelan la presencia islámica y hebrea, y el hecho de que en el paseo de ronda que separaba los edificios de la muralla se pudiese cerrar el paso mediante un sistema de puertas, dejando a esa parte de la ciudad aislada (un sistema que existía también en Toledo, por ejemplo), lleva a Andréu a pensar que este barrio era "una especie de gueto". Es posible que musulmanes y judíos ocupasen ese recinto para sentirse más protegidos, ya que estaba próximo al lugar que ocupaba el poder, el viejo alcázar que se encontraba donde ahora se alza el palacio Real. Las sorpresas que guardaba el subsuelo entre la Armería y la catedral no se agotan en las casas que retrasan el origen de la ciudad. Ni si quiera se quedan en los nuevos tramos de muralla que los ciudadanos podrán contemplar a poca distancia de los mayores visibles ahora, en la cuesta de la Vega. Hay novedades mucho más viejas, desde un enterramiento visigodo del siglo VIII, que es "la tumba más antigua hallada en la ciudad", según Andréu, hasta vestigios carpetanos, del siglo I antes de Cristo. Estos últimos, hallados junto al ala oeste del templo, consisten en restos de cerámica. "Han aparecido en el cauce de un antiguo arroyo, por lo que quizá llegaron arrastrados por el agua", plantea. Es decir, no dan pista de que hubiera poblamiento en esa época en este lugar. "Es el primer vestigio de esta época en la capital", asegura la experta. "Estos hallazgos añaden pasado a Madrid, aunque se trata de un pasado muy sencillo", reflexiona la arqueóloga. Un pasado que cambia.
(Fuente: El País)

23 de septiembre de 2010

Impulso a la novena excavación en el yacimiento carpetano del Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid)

El Museo Arqueológico Regional (MAR), ha reanudado por noveno año las excavaciones en el yacimiento conocido como El Llano de la Horca, situado en el municipio de Santorcaz. Se trata de un yacimiento de la Segunda Edad del Hierro que estuvo poblado entre los siglos III y I a.C. por los carpetanos, pueblo prerromano de la Península Ibérica.

La nueva campaña arqueológica, que se desarrolla del 1 al 31 de septiembre, tiene como objetivo abrir dos nuevos sectores para comprobar cómo se desarrollan las calles del poblado y cómo se unen entre ellas cuando cambian de dirección o de orientación. Además, se espera poder cerrar la excavación de dos módulos en los que se ha encontrado una vivienda.

El análisis realizado el año pasado mediante Magnetometría de Cesio en este yacimiento carpetano permitió distinguir tanto viviendas como almacenes y hornos de combustión en toda la extensión de la meseta, lo que confirmó su ocupación a lo largo de los años. Este año participa en la investigación un equipo de casi 50 personas entre técnicos arqueólogos, auxiliares de arqueología, restauradores y estudiantes de diferentes universidades de la región.

El yacimiento tiene una superficie ocupada de cerca de 10 hectáreas y su área de influencia sería de entre 5 y 7 kilómetros. Según los primeros resultados de la investigación, se trataría de una comunidad urbana desarrollada, con algún tipo de jerarquía social, de creciente especialización industrial y con una población bastante densa. En el futuro se prevé crear un parque arqueológico que permitirá visitar directamente el poblado descubierto y un centro de interpretación que se construirá en sus inmediaciones.

24 de junio de 2010

Madrid recupera La Capilla del Obispo después de 40 años


Este conjunto plateresco fue declarado en 1970 en estado de ruina y, tras varias intervenciones puntuales, la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno regional comenzó a rehabilitarlo en 2005. La reforma y restauración ha supuesto una inversión de 3,25 millones de los que la Fundación Caja Madrid ha aportado 2,11.
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