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11 de enero de 2023

Recuperadas tres ánforas romanas del s.I en el sótano de una casa de Alicante

El Seprona de la Guardia Civil de Elche (Alicante) y el Museo del Mar han desarrollado una operación conjunta que ha permitido recuperar tres ánforas romanas de cerámica del siglo I. La propietaria de un domicilio encontró estas piezas históricas en el sótano de su vivienda de la localidad alicantina de Santa Pola y comunicó el hallazgo a las autoridades.
Recuperan tres ánforas romanas de cerámica del siglo I en el sótano de una casa de Alicante.

El Seprona de la Guardia Civil de Elche (Alicante) y el Museo del Mar han desarrollado una operación conjunta que ha permitido recuperar tres ánforas romanas de cerámica del siglo I. La propietaria de un domicilio encontró estas piezas históricas en el sótano de su vivienda de la localidad alicantina de Santa Pola y comunicó el hallazgo a las autoridades.

La Universidad de Alicante ha realizado un primer un análisis preliminar y ha determinado que las tres ánforas romanas de cerámica son posiblemente béticas, de la Época Altoimperial, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.

Estas piezas históricas fueron encontradas probablemente en uno de los pecios del litoral y fue la propia ciudadana quien comunicó que había localizado las ánforas en su vivienda, "posiblemente adquiridas por un familiar ya fallecido".

Tras el aviso de la mujer, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Elche se personaron en su domicilio el pasado 5 de diciembre. La ciudadana había localizado en el sótano las tres piezas cerámicas de grandes dimensiones mientras limpiaba una casa que quería poner a la venta y pensó que podían tener valor histórico. Los agentes comprobaron que se trataba de tres ánforas que pertenecían probablemente a la época romana.

El Seprona se puso en contacto con los especialistas del Museo del Mar del Ayuntamiento de Santa Pola, organismo encargado de la recuperación, estudio y custodia del patrimonio de la ciudad. Las piezas fueron trasladadas al museo, donde los especialistas realizarán una autenticación.

Un análisis preliminar realizado por expertos de la UA ha determinado que se trataría de tres ánforas romanas de cerámica, posiblemente Béticas, de la Época Altoimperial, probablemente procedentes del siglo I. Tras ser estudiadas meticulosamente, limpiadas y restauradas en lo posible, se expondrán al público en el museo de Santa Pola.

Transporte de aceite y salsas
En su mayoría, las ánforas halladas en esta zona eran oleícolas, utilizadas para el transporte de aceite procedente de la zona bética de la península y embarcadas en el Portus Ilicitanus, para su traslado a Roma. Otras también eran utilizadas para el transporte de vino y de salsas de pescado (garum) muy apreciadas por los romanos. Por la morfología que presentan estas tres piezas, podría tratarse de ánforas dedicadas al almacenamiento y transporte de alguno de estos productos.

La Guardia Civil y el Ayuntamiento de Santa Pola han recordado que estas piezas pertenecen al patrimonio histórico de la arqueología subacuática y están protegidas. La Ley 4/98 del Patrimonio Cultural Valenciano establece que las piezas arqueológicas, como objetos que integran el Patrimonio Histórico, son bienes de dominio público, propiedad de la Administración.

Así, el artículo 65 de esta ley obliga a toda persona que encuentre un objeto arqueológico a comunicarlo a las autoridades tan pronto como se produzca el hallazgo. No hacerlo puede suponer una infracción considerada grave, y castigada con una multa que oscila entre los 60.001 y los 150.000 euros.

25 de julio de 2012

Encuentran una nueva escultura en la ciudad romana de Baelo Claudia (Cádiz)

Los investigadores hallan el torso desnudo de un hombre, que representaba probablemente a alguna divinidad de la época · Recuperan la pieza en la zona de extramuros de la antigua villa del siglo II a. C.


Tras cien años de excavaciones, las ruinas de Baelo Claudia, asentadas junto a la playa de Bolonia, en Cádiz, siguen dando sorpresas, como el reciente hallazgo de una escultura masculina de mármol y tamaño natural que ha revelado que la ciudad hispanorromana no era tan austera como se pensaba.


El consejero de Cultura de la Junta de Andalucía ha acudido hoy al conjunto arqueológico, ubicado en el término municipal de Tarifa, para conocer este singular hallazgo, que fue descubierto el pasado viernes por un equipo de la Universidad de Cádiz que trabaja en un proyecto de investigación denominado "Economía Marítima y actividades haliéuticas en Baelo Claudia". "Estábamos excavando con un pico, pensábamos que era una piedra, pero de repente le vimos un pectoral marcado y dijimos ¡para, para!", contaba hoy emocionado uno de los estudiantes que participan en este proyecto de investigación. Hacía doce años que no se encontraba una escultura semejante, a pesar de las continuas excavaciones que se realizan en la zona.
Excavaciones en Baelo Claudia. Foto: Qué.es


El hallazgo ha sido realizado en una zona de extramuros de Baelo Claudia, junto a la playa, en una parte en la que afloraban unas líneas de muros que en un principio se pensó que podrían formar parte de un posible faro o incluso de una torre de avistamiento de túnidos, según explicaban hoy Darío Bernal y Alicia Arévalo, los profesores de la Universidad de Cádiz que trabajan en este proyecto. Por eso desde el año 2010, estos profesores y los alumnos que trabajan con ellos en el proyecto investigaban este espacio con prospecciones geofísicas incluidas, hasta que el año pasado comprobaron que en realidad se trataba de unas termas. 


Dentro de la piscina, a más de un metro de profundidad, ha sido hallada la escultura, que probablemente representa una divinidad y está en buen estado de conservación a pesar de que le faltan la cabeza, una pierna completa, la mitad de otra, un brazo completo y el antebrazo de otro. En las inmediaciones se ha localizado un pie y los arqueólogos creen que bajo otras capas aún no excavadas pueden estar el resto de los miembros de esta escultura e incluso otras sorpresas de valor arqueológico, como los restos de mosaicos que ya han asomado. De hecho, de los cincuenta metros con que cuenta la piscina sólo se ha intervenido hasta el momento en un diez por ciento.


 Para los arqueólogos, el hallazgo es importante porque viene a demostrar que en Baelo Claudia, una ciudad romana industrial dedicada a la producción de salazones y de salsas de pescado (garum), no todo era austeridad. También tenía edificios públicos adornados, como estas termas ubicadas fuera de la ciudad, como tenían otras ciudades romanas importantes como Pompeya.


 La escultura se suma a otros conjuntos artísticos hallados en esta zona, como la del emperador Trajano, dos esculturas de togados, otras dos femeninas y restos de una estatua de Juno. Angel Muñoz, director del conjunto arquitectónico, ha aventurado hoy que la escultura podrá quedarse en el museo de Baelo Claudia porque "tiene las infraestructuras necesarias" para almacenar tanto este como otros hallazgos encontrados en la zona, algunos de los cuales se encuentran en museos. De su lado, el consejero de Cultura Paulino Plata se ha mostrado hoy "orgulloso" del trabajo que se realiza en este conjunto, en el que desde 1989 la Junta de Andalucía ha gastado 770.000 euros, en lo que ha calificado como "una inversión fantástica" que a buen seguro todavía dará "más sorpresas". Con ello, ha dicho, "la vieja Roma y la nueva Andalucía se dan la mano".
(Fuente y Foto de cabecera: Andalucía Información)

19 de diciembre de 2017

Barcos de pesca de arrastre expolian 42 piezas de yacimientos submarinos de Baleares

Hay seis detenidos en la mayor operación contra el expolio de patrimonio sumergido en Baleares Se cree que cerca del 90% del patrimonio bajo el mar balear ya ha sido expoliado
Ha sido la operación más importante contra el expolio de yacimientos submarinos en Baleares.
La Guardia Civil acaba de incautar 42 piezas arqueológicas fruto de lo que el Instituto Armado no ha dudado en calificar como la actuación más importante contra el expolio de yacimientos submarinos en la historia reciente de Baleares. Las piezas recuperadas son en su mayoría ánforas romanas de unos 2.000 años de antigüedad media, aunque también hay ánforas más antiguas, de posible origen fenicio, y jarras medievales.

La bautizada como operación Garum se ha saldado con seis detenidos, tres por la extracción y venta de las piezas y otros tres por un delito de receptación. Las extracciones fueron obra de pescadores profesionales, quienes se valían de las redes de sus arrastreros para hacerse con el material. Los investigadores sospechan incluso que algunos expolios pudieron hacerse manualmente por buceadores.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil estuvo varios días desarrollando una investigación en la que se llegaron a realizar siete registros domiciliarios. Los tres detenidos por comprar las piezas residen en los municipios de Inca, Artà y Santa Eularia des Riu. No se han facilitado datos en este sentido sobre los pescadores que extrajeron el material. La Benemérita informó, no obstante, de que estos tres últimos investigados vienen dedicándose «desde hace décadas» a la pesca de arrastre y ha sido gracias a estas embarcaciones que han conseguido hacerse con «una gran cantidad de piezas a lo largo de los años». Algunas de ellas eran vendidas y otras se las quedaban los propios pescadores.

Según explican los investigadores, la gran movilidad de las embarcaciones de pesca de arrastre permitió a los expoliadores operar en varios pecios distribuidos a lo largo y ancho del mar balear. Ahí donde las redes no podían llegar -pese a que el arte de pesca del arrastre permite alcanzar grandes profundidades- los buceadores lo conseguían manualmente.

La operación se enmarca en el plan global de actuación del Seprona contra el expolio de los yacimientos submarinos y no han dudado en catalogar ésta como la más relevante en la historia de Baleares y una de las más relevantes a nivel nacional. La situación geográfica que a lo largo de la historia ha hecho del archipiélago un punto estratégico del Mediterráneo, hace al mar balear por eso mismo depositario de una ingente cantidad de restos arqueológicos procedentes de las más variadas culturas de la antigüedad. Por ese motivo, remarcan desde el Seprona, la vigilancia de posibles expolios de estos tesoros submarinos es uno de los principales cometidos de esta división delInstituto Armado como parte de la defensa del patrimonio histórico nacional.

El Consell de Mallorca anunció el pasado mes el inicio de la carta arqueológica de Cabrera como punta de lanza de un proyecto global para cartografiar los yacimientos arqueológicos submarinos de Mallorca. La carta subacuática, que permitirá ubicar y documentar todo el patrimonio sumergido, será una herramienta crucial para proteger estos yacimientos tanto de los expoliadores como de los fondeos.

El conseller insular de Cultura y Patrimonio, Francesc Miralles, detalló que se elaborarán planes concretos para cada uno de los 14 yacimientos del archipiélago de Cabrera, isla que representa «el punto de partida de la futura carta arqueológica subacuática de Mallorca».

Cabrera estaba justo en medio de las rutas comerciales marítimas de la antigüedad, por lo que su elección no ha sido casual. Además, la navegación de sus aguas era muy peligrosa en condiciones meteorológicas adversas, de modo que la concentración de naufragios en aguas de esta isla es una de las más elevadas del Mediterráneo occidental.

Para Miralles, resulta de vital importancia la protección de estos tesoros ante la codicia de «furtivos que, a cambio de unas ganancias mínimas, destrozan la historia de todos».

ALGO DEMASIADO HABITUAL. 

Sebastià Munar, uno de los arqueólogos subacuáticos implicados en el proyecto -realizado en colaboración con la Armada- lamenta que como en Cataluña, la mayor parte del patrimonio histórico balear bajo el mar ya habrá sido expoliado. Las cartas arqueológicas subacuáticas realizadas en aguas catalanas determinaron que más del 90% de los restos ya han sido expoliados y se cree que Baleares presentará porcentajes similares en ese sentido.

7 de septiembre de 2020

Las excavaciones regresan a la Isla del Fraile (Murcia)

El proyecto, coordinado por la Universidad de Murcia, el Museo Arqueológico de Águilas y el Consistorio de la ciudad, pretende poner en valor el yacimiento después de la última intervención hace más de setenta años.
Arranca el Proyecto de Investigación y Puesta en Valor de la Isla del Fraile, un plan que nace de la mano del Área de Arqueología de la Universidad de Murcia (UMU), bajo la dirección del profesor, Alejandro Quevedo y del arqueólogo municipal de Águilas, Juan de Dios Hernández. Además, el proyecto cuenta con la participación del Ayuntamiento de Águilas a través de la Concejalía de Cultura y la el Museo Arqueológico Municipal de la ciudad.

Los trabajos comienzan hoy y está previsto que se lleven a cabo en un periodo de dos semanas. Además, en el plan también participan diez estudiantes de diferentes puntos de España y que en estos momentos llevan a cabo sus estudios en distintas materias en universidades de Murcia, Barcelona, Sevilla, Jaén y Granada. Hace ya casi setenta años que no se realizan excavaciones en la Isla del Fraile, por ello, el equipo de arqueólogos se encuentra «muy emocionado» de poder llevar a cabo este trabajo de campo casi siete décadas después. «Por fin vamos a comenzar, este entorno es un paraíso a nivel medioambiental y arqueológico» explica Juan de Dios Hernández, añadiendo que «la Isla del Fraile tiene mucho potencial». El arqueólogo municipal asegura que «toda la isla es un yacimiento en sí, por lo que esta primera intervención nos servirá para conocer a qué nos enfrentamos». Asimismo, el especialista explica que «las estructuras son imponentes, algunas se conservan emergentes, ya que tienen más de un metro y medio de potencia. También encontramos pavimentos y otros materiales a raudales». Además, «queremos acercarnos a esa factoría de salazón para ver qué nos encontramos de cara a las siguientes intervenciones», apunta.

UN BIC BAJO EL AGUA
La Isla del Fraile, la Punta del Cigarro y su entorno subacuático, fueron declarados como Bien de Interés Cultural en el año 2013. Este fue el primer yacimiento de la Región de Murcia que contó con la protección de una localización que se encontrase bajo el agua y que tuvo una declaración por la categoría de 'lugar histórico'. Esto se debió a «los valores arqueológicos, históricos, etnográficos, técnicos, industriales y ambientales de la zona, cuyas características hacen este lugar único», asevera Juan de Dios Hernández. Además, el arqueólogo apunta que «como yacimiento arqueológico tiene unas expectativas tremendas, aún sin excavar». Según revelan diferentes estudios, «la factoría de salazón que se encuentra ubicada en la Isla del Fraile es de las más representativas de la provincia de Tarraconensis», asegura el especialista. En estos antiguos salazones destacaban productos como el Garum, muy conocido en la antigua Cartago Nova -actualmente Cartagena- para la cual los romanos usaban la Caballa Scomber, a la que el valle de Escombreras debe su nombre.

INTERÉS A NIVEL NACIONAL
De este primer trabajo de campo que se llevará a cabo durante las próximas semanas en la zona están «muy atentos» varios investigadores de otras zonas de España, como Cádiz o Sevilla: «El tema de los salazones despierta la atención en otras Universidades» dice el arqueólogo. Además, se espera que el Proyecto de Investigación y Puesta en Valor de la Isla del Fraile sea solo el primer paso, y que pueda dar lugar a otros proyectos nacionales de mayor envergadura e incluso a proyectos que se desarrollen a nivel europeo.

15 de noviembre de 2016

Localizan un pecio romano del S. I en aguas de Girona

Arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC), con el submarino Ictineu3, han localizado cerca de las Islas Formigues un pecio romano imperial, seguramente de la primera mitad del siglo I dc, que transportaba caldo de pescado y es el mejor conservado en Cataluña de esta época.
El esqueleto del barco está formado por la quilla y las cuadernas. FOTO: CASC
Los arqueólogos, gracias al apoyo del submarino, han podido trabajar en inmersiones largas a una profundidad superior a los 40 metros, lo que les ha permitido valorar el estado de conservación del barco, su interés científico y recoger los datos necesarios para planificar una campaña de excavación arqueológica en un futuro.

El director del CASC, Gustau Vivar, ha explicado que tenían noticias de este pecio gracias a un buzo de Vic y a un pescador de Palamós, pero que nunca se había excavado por su profundidad y, en este sentido, ha avanzado que empezarán a trabajar en este pecio la campaña que viene y que estarán en ella durante varios años.

GARUM DE LA BÉTICA
Según Vivar, este tipo de barcos acostumbraban a proceder de la Bética, actual Andalucía, y transportaban la mercancía, que podía ser variada, hacia Marsella o llegaban a Narbona y desde allí la repartían por el Mediterráneo.

En estos momentos se desconoce si barco iba o volvía y cuál era exactamente su cargamento, aunque lo que sí que se ha hallado son unas 37 ánforas, que los expertos creen que siguen estibadas correctamente dentro de la bodega del barco, siguiendo la estructura de madera.


Según ha explicado Vivar, los barcos de este tipo acostumbraban a ser muy grandes para llevar grandes cargas de entre 1.000 y 2.000 ánforas, pero sólo se podrá saber al excavarlo.

Los arqueólogos han constatado al destapar el tapón de corcho y cerámica de una de las ánforas -envueltas algunas de ellas en redes de pescadores y colonizadas por algas- que al menos una conserva en su interior el caldo de pescado convertido en una pasta.

  • A falta de confirmar con la excavación, creen que se trata del cuarto pecio imperial localizado en el Mediterráneo que transportaba caldo de pescado de la Bética.
La campaña se ha desarrollado entre Sant Feliu de Guíxols y Palamós, y el Ictineu3 ha permitido navegar 12 km bajo el agua y más de 8 horas y media, visualizando el fondo marino y estar horas sobre el pecio ya que, debido a su profundidad, los buzos por sí solos no podrían haber estado más de media hora seguida.

CARTA ARQUEOLÓGICA
El objetivo de los trabajos de esta campaña ha sido localizar yacimientos nuevos, no inventariados en la Carta arqueológica subacuática catalana, y relocalizar y revisar yacimientos ya conocidos, tanto para valorar su estado de conservación como la posibilidad de realizar campañas de excavación arqueológica subacuática en un futuro.

840 PECIOS LOCALIZADOS
Así, en el trayecto con el submarino tripulado, han podido localizar en total 9 pecios, 5 a poca profundidad y 4 a mayor fondo, 5 de ellos en esta campaña, que se suman al inventario de yacimientos conocidos en el litoral catalán, que ya asciende a 840.

Hasta el momento se cuenta con un equipo de una decena de expertos catalanes y otros tantos internacionales formados para este tipo de inmersiones arqueológicas a grandes profundidades.

(Fuente: EFE)

21 de junio de 2019

Sale a la luz la primera prensa de aceite romana de la costa andaluza en Mijas (Málaga)

El hallazgo se suma al de las termas y a los dos hornos de alfar que también aparecieron en el yacimiento arqueológico
La prensa de aceite salió a la luz en la finca de Acebedo.
El edil de Patrimonio Histórico en funciones de Mijas (Málaga), Andrés Ruiz, ha anunciado este jueves que las excavaciones arqueológicas del yacimiento de la villa romana de la Finca de Acebedo "han sacado a la luz el descubrimiento de la primera prensa de aceite romana de la costa andaluza".

"Vamos a poner en valor todo nuestro patrimonio que cada vez crece más", ha asegurado, apuntando que los trabajos impulsados desde el Ayuntamiento en este entorno "van dando sus frutos y este nuevo hallazgo se suma a las termas y a los dos hornos de alfar encontrados hace unos meses".

Así, ha indicado que en las excavaciones que viene realizando el Consistorio en dicho entorno "han provocado el descubrimiento del contrapeso de la viga de prensado del torculario de la villa, la zona donde se producía el aceite o el vino, confirmando la reutilización entre los siglos III y IV d.C. de las termas de la villa para la producción de esos productos.

"Se trata de un monolito de piedra que presenta diversas ranuras y zonas talladas, que fue objeto de una reparación y al que se le colocó una grapa de plomo y que puede alcanzar un peso de entre tres y cuatro toneladas, radicando su importancia en que se trata del primer contrapeso romano localizado en el ámbito costero de Andalucía", ha afirmado el edil.

Así, ha recordado que "en las fechas en que funcionó la villa, esta se encontraba ubicada junto a la costa, en lo que fue un gran estuario actualmente colmatado", al tiempo que ha señalado que con estos trabajos "los mijeños vamos conociendo mejor nuestra historia más lejana".

Según han apuntado desde el Ayuntamiento en un comunicado, hasta hace pocos años se pensaba que las villas romanas costeras basaban su actividad en el tratamiento de productos de origen marino, especialmente la producción de la salsa conocida como 'garum', pero algunas excavaciones arqueológicas han puesto de manifiesto que esa actividad también incluía la producción de, al menos, el aceite.

No obstante, han manifestado que "hasta ahora no se había localizado en las mismas ningún contrapeso, pieza fundamental en el proceso de producción del mismo".

La prensa de aceite romana se suma a otros hallazgos como, por ejemplo, el de las termas romanas que se conservan en muy buen estado y el de los dos hornos de alfar de dicho yacimiento, uno de planta circular de grandes dimensiones y otro, posiblemente más antiguo, de planta cuadrada y en magníficas condiciones de conservación al mantener gran parte de la parrilla y todo la estructura interna del mismo.

Desde el Ayuntamiento de Mijas han asegurado que van a continuar los trabajos arqueológicos en la zona donde "no se descarta que puedan aparecer nuevos descubrimientos". "Una vez que finalice todo este proceso pondremos en valor y abriremos al público esta villa romana como atractivo turístico e histórico que puede llegar a convertirse, sin duda, en uno de los puntos de visita obligados de la Costa del Sol", ha concluido el edil.

7 de noviembre de 2022

El vino que bebían los romanos se hace ahora en Cádiz con el mismo proceso y materiales

A través de textos como los del escritor romano Columela, han creado diferentes variedades de vino fermentadas en dolia y con aditivos usados hace 2.000 años

Los dolia, recipientes en los que se fermenta el vino.

Los dolia romanos han vuelto a lo que fue la Bética Romana para fermentar un vino con dos milenios de historia. El investigador de la Universidad de Cádiz Manuel León, junto al enólogo Alejandro Cobos, ha traído hasta Trebujena (Cádiz) los sistemas de producción de la época del Imperio Romano para reproducir el sabor y los aromas que llenaban las copas de los romanos en el siglo I después de Cristo.

A través del proyecto Arqueogastronomía, el arqueólogo Manuel León ha culminado años de estudio e investigación, así como de ensayos en bodega, con la elaboración en la cooperativa Tierras de Albariza de varios tipos de vino hechos con los mismos materiales y procesos que recoge el escritor de la antigua Roma Columela en sus textos.

Para ello, han recuperado los dolia romanos, unos recipientes de cerámica hechos a mano, ovoides y con un revestimiento de resina de pino, explica Manuel León. «Hemos aplicado distintos tipos de técnicas de fermentación de tradición púnico-cartaginesa, pero que se daban ya en época romana y que aparecen en los textos de Columela, hemos vinificado en el mismo lugar, que es en la zona de Trebujena, hasta las orillas del antiguo Lacus Ligustinus, con una serie de variedades antiguas de uva que han quedado en la zona», cuenta el arqueólogo y miembro del grupo de investigación de Ingeniería Química y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Cádiz.

Variedades antiguas de uva y el mismo suelo que documenta Columela
Lo que buscaba esta investigación de Arqueogastronomía, explica León, es «arrojar luz sobre el misterio que había sobre los sistemas de producción de vino en la Bética Romana, que eran totalmente diferentes a los de la zona mediterránea».

Para ello estudiaron los textos de Columela, además de otras fuentes clásicas y registros arqueológicos, y decidieron utilizar las variedades de uva más antiguas y similares a las de la época romana, así como llevar a cabo el proceso en la misma superficie que documenta el escritor en sus textos y en los mismos recipientes.

Por eso se eligieron las tierras de Albariza, en Trebujena, y se utilizan las variedades de uva perruno, mantúo, castellano, cañocazo y palomino.

Y además de cuidar la elección de la tierra y la uva, utilizando «las escasas viñas centenarias de perruno y vidueño que se conservan», León ha tenido en cuenta también los aditivos que Columela recoge en sus textos y que «juegan un papel importante en el aroma y envejecimiento de los vinos de la época romana e incluso en los actuales vinos generosos», según explican desde Arqueogastronomía.

Así, estos vinos cuentan con el defrutum como aditivo, una reducción de mosto con ingredientes que confieren aroma y sabor y modifican las características químicas y físicas de esta bebida. «Su adición, combinada con el control y el contraste de temperatura en los vinos, requiere una técnica durante la fermentación, y con posterioridad a ella en algunos casos, y produce una evolución organoléptica positiva en el vino, estabilizando las elaboraciones, y manteniendo el vino a salvo de determinadas bacterias», explican los creadores del proyecto.

La uva, junto a los aditivos, no se fermenta en roble americano o en depósitos de acero como se hace en las bodegas actuales, sino que en este proyecto se utiliza un dolium de cerámica de 400 litros de capacidad para la fermentación, crianza y estabilización del vino como se hacía en la época romana.

El proceso lo hacen León y Cobos en las tierras de la cooperativa de manera artesanal, «desde el estrujado y prensado de la uva, pasando por el uso de una antigua prensa de madera, hasta el control de los aditivos y la posterior estabilización del vino».

En los seis dolia que tiene Arqueogastronomía en las tierras de Albariza, de 400 litros cada uno, están reproduciendo distintos tipos de vino: Líxivo, un vino fermentado en dolium con técnica ancestral a base de vidueño en tierras de albariza en lentejuelas y lustrillo; Éntasis, una elaboración a base de soleras de defrutum que genera un perfil sensorial con aromas a madera y especias; Favonio, un nuevo vino fortificado de crianza biológica en dolium, y Paladio, un vino de crianza oxidativa de perfil aromático descrito en textos agronómicos desde el siglo I al IV d.C.

Venta de vino con la divulgación científica como fin
Estos vinos están a la venta, principalmente para restaurantes, pero su fin principal es la investigación, explica Manuel León, que afirma que los beneficios obtenidos de las ventas se reinvierten casi en su totalidad en el proyecto. «El año pasado hicimos dos contenedores y prácticamente la totalidad de la venta de las botellas sirvió para pagar cuatro contenedores más en los que estamos haciendo dos tipos diferentes», cuenta el investigador.

En principio, las botellas producidas se destinan a la venta a restauración, además de a alguna enoteca y vinoteca de Sevilla y Cádiz, y se pueden encontrar por un precio de alrededor de 20 euros. En un futuro cercano, una pequeña cantidad estará disponible también para la venta online.

Pero no es el principal esfuerzo de Arqueogastronomía, explica León. «Lo que hacemos siempre es socializar el producto», señala, algo que hacen con los vinos, pero también con los quesos hechos con técnicas romanas o el garum, una salsa recuperada también de los textos de la época.

«De nada nos sirve realizar artículos científicos si después queda en un grupo bastante reducido de investigadores. Por eso hacemos actividades de divulgación científica sobre lo que hacemos en museos, fundaciones, instituciones de carácter cultural, prácticamente por toda la península», argumenta.

Precisamente porque el objetivo es acercar la historia a través de la gastronomía, León afirma que no les preocupa no estar incluidos dentro de la denominación de origen de Jerez, puesto que usan otras variedades de uva, puesto que su fin es muy distinto.

5 de agosto de 2012

Las excavaciones sacan a la luz los vestigios del pasado romano de San Fernando (Cádiz)

En Camposoto se han hallado restos de un testar púnico, una plataforma y parte de una canalización, lo que demuestra que esta zona fue núcleo de una importante actividad industrial en la antigüedad.
Excavaciones en Camposoto, Sam Fernando (Cádiz).
La historia de San Fernando es la propia de una ciudad que, debido a su situación geográfica, siempre ha estado relacionada con el mar, motivo que ha propiciado que sus pobladores hayan realizado desde tiempos remotos trabajos vinculados con este medio, como la pesca, la almadraba o el salazón, industrias éstas que han dejado una huella imborrable en La Isla. Prueba de ello es que hace aproximadamente dos meses han salido a la luz unos restos arqueológicos en Camposoto que atestiguan la presencia de actividad salazonera en esta zona, justo donde la carta arqueológica de San Fernando advierte de la existencia de numerosos yacimientos. 
Algunas de las piezas encontradas.

La excavación arqueológica, ubicada frente a las instalaciones del Parque de Bomberos -en los desarrollos urbanísticos de la UE-45 (entre la carretera de Camposoto y la curva de Villa Maruja)- ha destapado restos romanos que han dejado de manifiesto, una vez más, la intensa actividad industrial que existía en este área de La Isla en la antigüedad.

Desde el 21 de mayo hasta ahora se han descubierto numerosas piezas de cerámica procedentes de un testar púnico del siglo IV a. c. (el lugar donde se vertían las piezas rotas o defectuosas de un alfar) así como una plataforma de mampuesto de la época romana (siglo I d. c.). "Ambos hallazgos atestiguan que en esta zona de la localidad isleña se acometían trabajos con arcilla y otra serie de actividades relacionadas con la industria del salazón", explica Ricardo Belizón, uno de los arqueólogos que está estudiando los descubrimientos de esta intervención.

También se ha hallado un muro que, si bien en un principio no se sabía a qué podía corresponder, hoy ya se ha confirmado -previa investigación- que se trata de parte de una canalización, también de época romana, "aunque queda por confirmar si pertenece a la época republicana o a la imperial", apunta el arqueólogo.

De momento las excavaciones se encuentran en una primera fase que se irá prolongando a medida que avancen las obras, que, puntualmente, la promotora tiene paralizadas. Una vez que se reanuden los trabajos los expertos están convencidos de que saldrán a la luz nuevas reliquias. "Dados los resultados que se han obtenido en estudios anteriores, que dan fe de la existencia de una compleja actividad industrial relacionada con el salazón, el garum, la alfarería o la producción de contenedores y ánforas, entre otras especialidades, confiamos en que a medida que continúen las excavaciones en Camposoto en dirección a Villa Maruja los hallazgos se multipliquen", comenta esperanzado el arqueólogo responsable.

En la actualidad los restos encontrados están ubicados en un depósito dentro de la misma excavación, pendientes de un estudio exhaustivo de los materiales que permita afinar aún más la cronología de los hallazgos.

Posteriormente se procederá, previo acto de depósito, al traslado de estos vestigios al Museo Provincial de Cádiz, tal y como estipula el protocolo en estos casos, pues es la entidad competente que debe gestionarlos. Ya es decisión del propio Museo tasar el valor de las piezas y fijar su ubicación final, bien en sus propias instalaciones, bien en el museo municipal de San Fernando.

1 de marzo de 2023

Las excavaciones en Iulia Traducta descubren ánforas y bicheros romanos

Los trabajos se han centrado en la documentación de los accesos a la factoría de salazón, que no se habían descubierto hasta ahora, y en la excavación de una sala de trabajo de grandes dimensiones situada a la entrada. El equipo de trabajo compuesto por arqueólogos del Ayuntamiento de Algeciras y la Universidad de Cádiz ha documentado también otra fábrica completa de medianas dimensiones.
Imagen de la excavación en la calle San Nicolás. EUROPA SUR

Las excavaciones arqueológicas realizadas en el barrio conservero de Iulia Traducta, en Algeciras, durante el verano de 2022 han permitido encontrar, entre otros elementos, tapas de ánforas y un bichero tardorromano.

Los trabajos se han centrado en la documentación de los accesos a la factoría, que no se habían descubierto hasta ahora, y en la excavación de una sala de trabajo de grandes dimensiones situada a la entrada. El equipo de trabajo compuesto por arqueólogos del Ayuntamiento de Algeciras y la Universidad de Cádiz ha documentado también otra fábrica completa de medianas dimensiones.

En el enclave han localizado un centenar de tapaderas de ánforas apiladas en el suelo, en un espacio interpretado como el hueco de una escalera. El equipo ha identificado también restos de “garum”, la conocida salsa de pescado, en el fondo de una pileta. Éste ha sido rescatado para poder analizarlo en el laboratorio e identificar su composición. Otra de las novedades ha sido la documentación del primer bichero tardorromano hallado en su contexto original en el Mediterráneo. Una pieza con la que pescados como el atún serían arrastrados a la playa.

Los resultados fueron presentados en la sexta Jornada de Prehistoria y Arqueología del Campo de Gibraltar celebrada en el Palacio de Congresos de La Línea. En la sesión, el equipo de investigación dirigido por el arqueólogo municipal, Rafael Jiménez-Camino, y el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, el Dr. Darío Bernal, expusieron cómo en esta campaña se ha podido documentar la planta completa de una gran fábrica dedicada a la producción de conservas cárnicas y de pescado.

El arqueólogo municipal también disertó, junto a Carlos Gómez de Avellanada, sobre una estela funeraria de época nazarí hallada en el valle del Guadiaro. Es la primera de estas piezas que se identifica en ámbito rural y procede de un taller alfarero algecireño donde se han encontrado varias con el mismo diseño.
(Fuente: Europa Sur)

7 de octubre de 2016

Las excavaciones del castro de Montealegre sacan a la luz una escultura antropomorfa del siglo I a.C.

Mide unos 60 centímetros de altura, es de granito y no conserva la cabeza. Representa un humano sedente con los brazos pegados al cuerpo y su gran valor reside en que fue encontrada en el propio contexto arqueológico. Desde primavera ya se han recuperado más de 20.000 piezas, la mayoría de cerámica y metal
Un equipo de quince personas trabaja en el castro hasta noviembre. FOTO: G. NÚÑEZ
El castro de Montealegre de Domaio (Pontevedra), cuenta ya con una pieza que protagonizará sin duda los escritos y estudios que se hagan en el futuro sobre este asentamiento. Se trata de una escultura antropomorfa de unos 60 centímetros de altura que el equipo de 15 personas dirigido por el arqueólogo Miguel Vidal encontró hace unas dos semanas. La figura es de granito y no conserva la cabeza. Representa un humano sedente con los brazos pegados al cuerpo. El gran valor de la pieza reside, entre otros aspectos, en que fue encontrada en el propio contexto arqueológico, pues muchas esculturas de este tipo aparecen muy desplazadas y extraer información sobre su origen es muy complicado. 

En este caso, los estratos inferiores del castro sobre los que trabajan los expertos, están datados en el llamado "cambio de era", con una supuesta ocupación continuada entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. La pieza se encuentra ya en fase de estudio y el arqueólogo reconoce que el trabajo por delante es intenso, y es que todavía se desconoce si es un hombre o una mujer o si tenía un significado simbólico o meramente práctico. Lo que parece claro es que no se trata de la representación de un guerrero, cuya función simbólica en los accesos a distintos castros se descubrió en diferentes yacimientos de Galicia y el norte de Portugal.

INTERVENCIÓN HASTA NOVIEMBRE
Las excavaciones se están realizando sobre una superficie de 700 metros cuadrados en la cara oeste del monte y sobre unos 400 metros cuadrados en el este. Esta segunda zona todavía se encuentra en una fase inicial de los trabajos y su excavación se intensificar hasta noviembre, cuando está previsto que concluya la intervención sobre el terreno.


Hasta ahora se han extraído y clasificado más de 20.000 piezas. Con la colaboración de expertos de la Universidad de La Coruña comenzó ya el trabajo para reconstruir el modo de vida del castro de Montealegre a partir de los elementos con valor histórico recuperados. Una vez que acaben las excavaciones el arqueólogo tiene 6 meses más de trabajo, entre el que destaca la reconstrucción digital en 3D de las piezas.

Además de la escultura antropomorfa, han aparecido elementos muy interesantes desde el punto de vista histórico.

OTROS HALLAZGOS
El más llamativo es el vial de entrada al castro con enlosado. Se conservan en perfecto estado más de 10 metros de esa vía. Miguel Vidal explica que no se conservan muchos en Galicia, pues las excavaciones parciales de castros suelen centrase en las cimas de los montes, en donde se dan los asentamientos más antiguos, mientras que la entrada está en la parte baja.

En este caso no está previsto que se excave la cima, pues quedará sobre el túnel y no estará afectada por las obras. Se identifican claramente en la vista los restos de hogares castrexos y el arqueólogo habla de que en su máximo apogeo el castro de Montealegre alcanzó las 3 hectáreas de superficie y se calcula que residieron en él unas 300 personas.

CERÁMICA
Las piezas de cerámica son las que más encuentran. Sobre todo restos de ánforas y de recipientes y utensilios de cocina. Las ánforas denotan un posible comercio con productos que llegaban de la zona de Gibraltar. "Era común que trajeran al noroeste peninsular vino, aceite y productos de salazón como pescado o la salsa Garum (muy común en la antigua Roma)", explica el experto. Es posible que se intercambiaran por otros productos como estaño, que era muy abundante en todo el área de población castrexa.

Las más de 20.000 piezas encontradas hasta la fecha no son solo elementos cerámicos o piedra, sino que también han aparecido distintos objetos fabricados en metal como dos anzuelos de bronce, fíbulas de distintas formas para sujetar las capas y agujas para los recogidos del pelo confeccionadas en bronce y con una detallada ornamentación.

HOGARES 
En la zona oeste del yacimiento excavado, el personal trabaja en una ladera con estructuras de habitación que se levantan en unos 30 metros de pendiente, con una inclinación del 55%, dificultando mucho las tareas. Hasta cinco estructuras construidas se encontraron, con buena parte de los muros perfectamente conservados bajo tierra y que ahora se reproducirán digitalmente mediante fotografías y técnicas en tres dimensiones para su posterior estudio, pues esta área periférica del castro desaparecerá con la construcción de la futura autovía.

Cerca de la vía de acceso los expertos entienden que las primeras estructuras acogían dentro de sus muros zonas de taller y de almacenamiento. En la parte más alta es claramente identificable un hogar con un pequeño vestíbulo en el que se conservan restos de una zona de combustión con varias piedras, que se pudo haber utilizado para cocinar o para otras tareas.

La intervención en la zona este ya desveló los restos de al menos una estructura de piedra, así como un enorme conchero colectivo, en donde los restos de moluscos denotaban la tremenda importancia de éstos en la dieta de la época.

Las conchas de moluscos permitieron conservar también restos orgánicos de las especies de animales que comían, entre las que destaca un asta de ciervo con 2.000 años de antigüedad. Apareció también una moneda con la efigie del emperador romano Tiberio (14-37 A.C.).

31 de julio de 2019

Los arqueólogos actualizan con drones la planimetría de Baelo Claudia

El Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Cádiz, con el apoyo de CEI·Mar y Ministerio, realizan ortofotografías de gran precisión de las plantas de las fábricas y modelos digitales del terreno
Un dron capta imágenes a baja altura de las factorías de salazones de Baelo Claudia. FOTO: DIARIO DE CÁDIZ
Los profesores del área de Arqueología de la Universidad de Cádiz José Juan Díaz y Darío Bernal, con la ayuda de los investigadores José A. Expósito y José L. Portillo,han estado trabajando con drones en el yacimiento arqueológico de Baelo Claudia durante los últimos meses con el fin de actualizar la planimetría del barrio meridional, donde se sitúan las fábricas de salazón que dieron fama a esta ciudad hispanorromana.

Se han desarrollado vuelos a baja altitud de cada uno de estos inmuebles que han permitido, tras el uso de un software especializado en el Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Cádiz (LABAP), la generación de ortofotografías de precisión con una resolución de 0,3 cm / píxel. Con ellas, se están redibujando de forma digital las plantas de estas fábricas, obteniendo un nivel de precisión y exactitud mucho mayor que el obtenido con la metodología tradicional de dibujo arqueológico. Además, se han generado modelos digitales del terreno (MDT) que permiten determinar la volumetría de los edificios, favoreciendo el conocimiento exacto de las capacidades de producción de cada una de las balsas, donde se elaboraron los alimentos de origen piscícolas.

Estos trabajos se enmarcan dentro del proyecto SACEIMAR (CEIJ-C04.2 de la I Convocatoria de Ayudas a Proyectos de Jóvenes Investigadores del Campus de Excelencia Internacional del Mar CEI·Mar) y del proyecto GARUM II (HAR2016-78691-P del Plan Estatal de I+D+i del Gobierno de España / FEDER); y tienen su continuidad en la ampliación de estos trabajos en los próximos meses a otros yacimientos salazoneros en el litoral andaluz, el norte de Marruecos, el Algarve portugués y la isla de Sicilia.

(Fuente: Diario de Cádiz)